Como un perro en el espacio en 1957

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Como un perro en el espacio en 1957


Ί Directo, sin parar, hacia arriba, buscando lluvias De perros y gatos De ladradores al nacer Callejeros Con pelos rizados Universo en polvo Impalpables Micro fuerzas gravitatorias Todo para probar


PRE ¿Cómo hacerte sonreír? Vamos a empezar, vamos a volver a empezar, vamos a tomar una pluma, una hoja, una bolsa de plástico, a tirarla desde las alturas. Vamos a empezar, vamos a volver a empezar. Vamos a tomar una roca, una piedra, un charco de lava, un poco de petróleo y tirarlo desde las alturas. Vamos a ver, veamos, cómo caen las cosas. Esperemos que caigan, que toquen el suelo, que toquen el piso, la tierra, el pavimento, el cemento. Miremos al cielo, mientras esperamos, veamos las nubes, veamos las estrellas, reconozcamos las constelaciones, no hay estrella fugaz. Volvamos al eje. Las cosas no caen. Miremos nuestras manos, mira tus manos, por qué no sueltan la pluma, la hoja, la bolsa de plástico, la roca, la piedra, el charco de lava, el petróleo? Mira a tu al rededor, miremos a nuestro rededor, estamos en un espacio blanco, no hay cielo ni piso. Miremos nuevamente la pluma, la tuvimos en nuestras manos alguna vez? Mira tus manos, miremos nuestras manos. Están vacías, pero llenas, de sangre de carne, de poros, de grietas, de piel, de dedos. Concentrémonos en nuestras manos, concéntrate en tus manos, ves cómo están cambiando? No? mirá los detalles, miremos los detalles, quizás todos los cambios más significantes, los estallidos, las caídas, se dan en ese espacio mínimo, en esas palmas, quizás allí estamos, quizás allí estás. En las manos de algo, en el fluido, en la sangre, en el espacio. Cerremos el puño, cerrá el puño. Ya te reíste?


Ya ves? Estamos en el espacio? Esto es lo que buscábamos. No queríamos nada más que esto, acá lo tenemos. El espacio. Es nuestro, primero y frente a toda la humanidad es nuestro. Ahora podemos hacer todo lo que queramos en el espacio. Pero para qué subir tan lejos, para qué encontrar este espacio, sin parques para correr, ni bolsas para recoger los desechos del animalejo roñoso. Y si, en el espacio. Solo podemos esperar a construir el nuevo piso, un lugar con fuerza de gravedad, con parques, jardines, con freezbees, con divertimiento. Ya vamos a hacer otra tierra en el espacio. Porque para eso está la metafísica, para salir del espacio y constituir otro espacio que se nos parezca.


Hubo sequía en el verano de 1957 en Rusia. Todas las plantaciones murieron, los árboles de Taiga murieron, el pasto entorno a la tumba de Malevitch murió. Los pájaros perdieron toda esperanza de ingerir líquidos, o encontrar comida. Las moscas estaban sólo donde los hombres. En esta falta, el terreno estaba infértil para cualquier forma de vida. Todo murió de pie. Esto dio origen al nacimiento de los aspersores.


“…No sabemos si otorgarle el carácter de tortura o agasajo. Un vuelo a lo desconocido no puede aún ser juzgado. De momento esperamos que esté mejor que acá…” Extracto de discurso de La Sociedad Protectora de Animales tras el pedido de un minuto de silencio en Londres, 4 de noviembre 1957.


K

Era un día soleado. Martín decidió salir de la casa. Abandonar el confort interno, para encontrar a los perros callejeros, los linyeras, los chetos del barrio y especialmente al cazador. Hacia semanas que Martín no dejaba su departamento. Bien situado, en dirección sur norte, luminoso. El departamento de Martín mantenía las persianas bajas, las luces pálidas de un hospital. Su primer instinto fue caminar hacia delante. No sabía hacia dónde se dirigiría. Buscaba algo sin saber muy bien qué. Se detuvo en el primer bar que vio sobre el boulevard. Cuando el mozo llegó para preguntarle que quería, recordó que allí la pinta de cerveza estaba a cincuenta céntimos más costosa que en el bar de cien metros delante. Se disculpó, se levantó y siguió su trote. Cuando llego al segundo bar se sentó y recordó por qué este bar no era el que valía la pena: su cerveza, pese a ser cincuenta céntimos más barata, estaba rebajada en agua. Y por sobre todo la cerveza siempre, pero siempre, estaba tibia. Se adelantó al mesero, y siguió marcha. Pero ahora sabía que todo iba a se des confortante. Vio un banco vacío. Decidió sentarse. Ese sería el lugar, sí. Sacó su edición de bolsillo del bolsillo y comenzó a leer. Recordó el placer de fumar cuando lee. Por lo que cerró el libro, se roló un cigarro, lo prendió y abrió el libro. No encontraba la página donde se había quedado. Si era cuando M. Le hubo dicho que no quería que se hablasen más o cuando P. Por tercera vez lograba conquistarla, o si cuando los aliens hubieron invadido la tierra. Eso lo irritó y decidió comenzar a leer desde el principio. Su lectura se veía perturbada, comenzaba el atardecer, y pronto sería de noche en invierno. Sus dedos se quemaron con el cigarro que fumó hasta al final. Guardó su libro en el bolsillo y decidió que sería la oportunidad de mirar, de contemplar todo lo que pasa en este boulevard, en esta ciudad, la ciudad cuyos faroles gritan al cielo son ondas partículas luminosas. Pensó que era la oportunidad de aprovechar lo que el humano había ganado post-Edison, ver en la oscuridad, y estudiar así las vidas potenciales que se dan en el mundo moderno. Lo primero que remarcó es que había otra banca a menos de veinte metros. Allí habría otro individuo sentado, balbuceando palabras indescifrables. Intentó no interferir en su comunicación, pero desde que lo vio no logró dejar de escucharlo. Decidió que lo más conveniente sería quizás quedarse tranquilo, apagar sus oídos y escuchar las voces de su cabeza. Pero no lo lograba. Era como si aquellas hubieran huido a la boca del señor a veinte metros de distancia. Se escuchó a sí mismo con la voz de su vecino de banca. Se asustó. Se quedó. Quizás con la voz de alguien más sus preguntas cobrasen forma de respuesta, y así entrar a su casa sería más ligero. Poder dormir nuevamente sin haber abierto sus persianas. Disfrutando del pequeño velo de luz que atraviesa los hoyos del muro de plástico. Horas pasaron y Martín se mantuvo inmóvil. Empezó a tener frío, pero sentía el deber de quedarse. Por respeto a…


“El que hace se equivoca y el que no, se calla la boca” V.G. Venezia 2015


XIX. Cuando apretó el botón de proyección tras un conteo regresivo, se dio cuenta de que no había moral, ética que lo ayudara a salirse de esta. Había condenado otro ser vivo al desconocimiento absoluto. ¿Por qué no sé lanzó él mismo? A lo largo de los seis días sucedáneos realizó tres tentativas de suicidio. La tercera lo dejaría en coma. Su labrador negro espera su regreso aún en el pórtico de su casa. Su esposa comentó sobre las pesadillas que el mismo padeció durante meses.


“Llueve mierda en el espacio. Cae cae, muy despacio.” Sexyniños, Buenos Aires, 2013-2014 M. J. Marcel Jousse en antropología del gesto, intentan de explicarnos como desde el juego, desde la imitación se da el primer vínculo social. Sin embargo tiene un pasaje donde establece que el primer gesto que quedó grabado del hombre, no como ser social, sino como ser bípedo, estaba relacionado a la recolección: agacharse y agarrar. Para luego pasar al tiro, al lanzamiento: tomar propulsión con el brazo y soltar el objeto para que siga el movimiento. Lo que jamás consideró Jousse es que al margen de piedras, freezbees, pelotas, podríamos haber lanzado perros y al espacio. Luego hicimos lo ridículo, lanzar humanos a la luna. De momento nos contentamos con Robots en Marte.


Sangre de mi sangre, no debí dejar mis raíces abiertas. Los árboles ensangrentados formaron un pantano. Ni el huracán Katrina los moverá. Robles de antaño, cipreses llorones. No siempre El viento vence tierra.


Gentrificación Se sentó para ver nuevamente esas teclas, sin entender muy bien por qué hubo dejado de jugar tantos años antes. Miro las teclas, blanco y negro, miró los dibujos, los glifos que para él eran un sonido, y sintió un vacío. Intentó aventurarse, lanzarse al vacío, dejarse poseer por la partitura, que su cuerpo entre en transe, dejarse llevar por los ritmos, tempos. No logró sobre pasar las el acorde en clave de fa, y la melodía en clave de sol del primer tempo. Se detuvo, respiró profundamente, lo re intentó. Nuevamente fallido. Golpeó el piano en un arrancón de ira. El piano se infartó. No podría seguir tocando, por lo menos el día de hoy. Los artistas son unos de los primeros factores de la gentrificacion. Cuando todos ellos vivían en las áreas lumpens, tales como el east village en new york, nadie osaba acercarse a esos pagos. Pero una vez que se hubieron resuelto como artistas, con otro tipo de valor, Todo el mundo decidió que ese lugar, cargado del aura de estos artistas que habían arreglado de otra forma el espacio, meritaban no sólo ser visitados, sino también vividos. Hans Haacke, está realizando una encuesta, para determinar cuántas posibilidades hay de que comencemos a poblar el espacio, a partir del proyecto de Ulrich de realizar la primer exposición artística espacial fuera de la atmósfera. Dominique Gonzalez-Foerster está planeando ambientar la exposición de Ulrich en el espacio, claro está que conociéndola no sabemos muy bien si se trata de una mera idea literaria o si efectivamente piensa realizar estas instalaciones. Aparentemente ha pedido un agujero negro para su sala.


“Hay distintos tipos de público, hay quienes mueven una gran cantidad de masa de aire, y hay quienes no. Los segundos me dejan presentar mi obra en tranquilidad, contando cada una de las vueltas del avioncito que finalmente son mis únicos reparos para saber cuándo puedo salir a fumar, cuando puedo ir a comer, cuando vuelvo a casa abrazo a mi hijo y beso a mi esposa.” E. Ballesteros, Bienal de Venecia 2015.


MANTO Desde el principio miramos los cuerpos celestes. Nos preguntamos por otras formas de vida, le damos explicaciones a ese manto azul, gris, celeste, naranja, violeta, negro, que cubre nuestras cabezas. Desde siempre y hasta siempre daremos explicaciones distintas. La que nos convenza en cada momento, será la que abrazaremos hasta la muerte, atribuyéndole mismo el lugar de salvación. El cielo es mismo nuestro lugar de protección, todos podemos mirar allí y proyectar un futuro, un mundo paralelo, otro espacio. El mundo se divide entre quienes creen que hay algo en el cielo y quienes creen que estamos solos en el universo. Tan solo los niños saben que no podemos montarnos a las cometas, o estrellas fugaces, que sólo podemos acercarnos a ellos con un telescopio. Es la única forma de cuidarlos y que se vayan cuidando nuestros deseos, el deseo de todas las personas que lo vieron en ese mismo instante, fugaz.


“Every dog has its days”


“Hay que arrancar el celeste del cielo para ver el blanco que hay detrás. El blanco que permitirá reconstruir el mundo. Eliminar la representación para dar lugar a todo lo construible en la supremacía del universo. El cielo no es negro: es blanco. “ Kazimir Malevitch.


“Estoy harto de la simetría” Le fantôme de la liberté de Luis Buñuel 1974.


Ahí va el Capitán Beto por el espacio con su nave de fibra hecha en Haedo ayer colectivero hoy amo entre los amos del aire. Ya lleva quince años en su periplo su equipo es tan precario como su destino sin embargo un anillo extraño ahuyenta los peligros en el cosmos. Ahí va el Capitán Beto por el espacio la foto de Carlitos sobre el comando y un banderín de River Plate y la triste estampita de un santo. ¿Dónde está el lugar al que todos llaman cielo? Si nadie viene hasta aquí a cebarme unos amargos como en mi viejo umbral. Por qué habré venido hasta aquí? si no puedo más de soledad ya no puedo más de soledad. Su anillo lo inmuniza de los peligros pero no lo protege de la tristeza surcando la galaxia del hombre ahí va el Capitán Beto, el errante. ¿Dónde habrá una ciudad en la que alguien silbe un tango? ¿Dónde están, dónde están los camiones de basura mi vieja y el Café? Si esto sigue así como así ni una triste sombra quedará ni una triste sombra quedará. Ahí va el Capitán por el espacio regando los malvones de su cabina sin brújula y sin radio jamás podrá volver a la tierra. Tardaron muchos años hasta encontrarlo el anillo de Beto llevaba inscripto un signo del alma.

Luis Alberto Spinetta, El anillo del capitán Beto.


“…La asimetría no es complemento, la asimetría es la falla de un lado que se cree que puede ser espejado por otro que no tiene ni un poco de identidad. La pregunta originaria sería cuál de los dos lados está fallando, y si realmente puede existir una simetría perfecta, dado que nunca sabremos cuál es o cuál sería el lado originario…” Discusión en una peluquería en Boedo.


X;Y;Z Ella no tenía dónde caer muerta. Le dispararon. La bala atravesó su cráneo, desgarrando un pedazo de hueso, carne, cerebro. Su cuerpo debía lentamente tensarse y por el shock de la situación caer. Como todo y todos, debía caer al piso, a la calle en su caso. Su remera negra, su vestido rojo estaban empapados de sangre negra, rojo negro, sus ojos ya parecían secarse, su piel blanqueaba poco a poco, seguramente llegaría hasta un amarillo verdoso. Sus manos estaban tiesas. Su sistema nervioso estaba alterado, debería haber muerto por la bala en el cerebro, pero algo lo mantuvo en forma. Al no caer, los transeúntes comenzaron a acercarse. Todos veían la situación como una escultura o una broma de aquellas personas que se disfrazan y se paran en mitad de la calle pidiendo una moneda o dos. Pero la realidad es que el goteo constante de sangre comenzó a atraer otros seres que los humanos. Ratas, perros, gatos, y ciertas aves rapaces empezaron a merodear. Fue un perro, según cuenta la crónica, el primero que lanzó la mordida. Esta fue dirigida a su pantorrilla, lo que le permitió volver a conectar con la fuerza gravitatoria de la tierra y caer.


“Lo que no da natura, Salamanca no lo presta”. VG. Venezia 2015.


Todavía hoy no sé si yo soy el ‘primer hombre’ o el ‘último perro’ en volar al espacio. Yuri Gagarin, primer cosmonauta de la historia.


“Muerto el perro se acabó la rabia”.


Forza Céline no sabía aún lo que le esperaba. Cuando abrió los ojos en el hospital vio sus brazos y empezó a recordar todo. - Esta vez el vendaje cubría hasta el antebrazo, ya no había querido llamar la atención, lo había intentado realmente. Los médicos la cuidaban enjuiciándola un poco con miradas de costado. - Por su belleza, las enfermeras la rechazaban, no le darían comida, y aparentemente sería poco querida. Cuando se hubo despertado, tras entender que había sucedido, miró a su rededor se preguntó inmediatamente por sus cachorros y sus tres gatos. Se dio cuenta del riesgo que corrían y cómo su intento de suicidio era una inconsciencia, no podría abandonar estos seres vivos así. Pensó en su potus, en su planta de jazmín y en el pequeño pino que tenía en su balcón. Se sintió inhumana. Algo de todo esto le olía mal, como si realmente se hubiese traicionado a ella misma.


“Tras haber combatido en la Segunda guerra mundial en China, en Indochina, en Birmania, se fue a vivir a Malasia, donde se radicó durante unos años para terminar volviendo a su país de origen. No todas las personas tienen agallas para quedarse en un exilio eterno” Extracto de la conferencia en homenaje a Pierre Boulles, durante la avantpremière de El Sacrilegio Malayo (Francia, 2019).


Con sus dos cachorros, sus tres gatos, y un canario de la vecina, la gente la veía raro en Retiro. Caminaba de un lado para el otro, preguntando, a otros viajeros, quién podría ayudarla a llegar a Río Negro. Nadie parecía querer entenderla ni escuchar su historia. Estaban todos muy ocupados mirando una u otra pantalla donde se afichan los micro-bus que salen, huyen de capital federal. Todos ojos atentos, desesperados por huirle a la ciudad inundada. Ella insistía, daba vueltas, preguntaba. Finalmente a las 3 de la mañana se cansó. Se sentó en el pasillo que vincula la Terminal de Ómnibus Retiro con la Plaza de los Ingleses, en ese brazo de cemento y metal que protege tanta gente en invierno, en la noche, en plaza de los ingleses. Cuando quizo darse cuenta, estaba dormida. Cuando quizo cambiar su situación, todos se habían ido, quedaban sólo Barthes, Noon, Nemak, Tapec y Mara. Mismo Lilla hubo volado.


“…una medida intuitiva de aceleración.” Wikipedia, parte de la definición de alguien de la Fuerza 1g.


Si los animales lograsen recuperar el poder sobre la tierra, claramente harían lo mismo con nosotros. En verdad esta reflexión se hizo film en 1968, siendo originalmente un libro de Pièrre Boulle, de 1963: Le planète des singes.


“A veces uno necesita desdramatizar, tomar las cosas con más calma. Tomar distancia, desapegar de ciertos asuntos para poder procesarlos mejor.” Palabras de un taxista a un pasajero. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2013.


R …De regreso a casa, empezó a entender que no debía dejarse llevar por la gravedad de las cosas. Que las cosas en sí no tienen gravedad. Que es la atmósfera la que impone ciertas sensaciones. Así como tantas otras cosas que creemos son objetivas o leyes, la gravedad no es más que una sensación. Céline decidió postular para los vuelos G que realizaría el gobierno nacional. Por su historial de tentativas de suicidio fue rechazada, su organismo no resistiría tantos cambios, tan repentinos. Seguiría su búsqueda para intentar levitar…



"No amaba; no odiaba; no tenĂ­a esperanzas; no tenĂ­a miedo [...] Una cabeza intelectual pensando, un par de ojos maravillosamente agudos observando y un par de manos muy hĂĄbiles experimentando o registrando, es todo lo que veo al leer sus escritos."

Olivier Sacks


XXI “En plena estepa, caminando, te vi venir por un sendero que habías inventado, aquel que conocía ya tus pasos, dado que tu lo habías trazado. Me viste, me miraste, te acercaste lentamente, como si cada movimiento te pesara, como si el sol te estuviese aplastando contra la tierra. Llegaste a un metro de distancia mío, me miraste fijamente. Con cara de pesar, dibujaste en el aire el infinito, y como si la presión atmosférica hubiera dejado de existir, te volteaste y corriste, a esconderte en el monte, mirarme de lejos, esperando mi reacción. Desde entonces me siento más pesado”


Para hoy anunciaron lluvia. Lloverá. Para hay anunciaron lluvia, el diluvio se acerca, las fuerzas catastróficas están cerca. El diablo baja a la ciudad a visitarnos. Ese es el diablo, eres tu el diablo de que te hablo, diablo. Vomito, vomito. No vos no sos mi, ahora, entendé ella se quiso ir, yo no la busqué. No, no yo no puedo hacer nada. No ella, sola. Sos vos, ¿no? Ella sola. Y no puedo hacer nada. De nada. Todos se están muriendo eh, mirá que todos se están muriendo ahí adentro, ¿A quién tenés? Ah sí, él está muerto ya, también. No, no yo no, él. El comienzo de una esquizografía inacabada encontrada en el hospital Pirovano. Agosto, 2009.


Ocultarse de los recuerdos. Intentar no ahogarse en las lágrimas que no quieren expresarse. Verte caminar en un lugar, en mil lugares. Escape. Re leerte en los pliegues de las sábanas. Pensar tu presencia en otro lugar. Quizás seas ya Polvo Quizás estés al lado mío No buscaré entender. Por qué, porque los vientos cambian Y los veleros confunden sus puertos. Si una noche de invierno un viajero. Buscar patrones, padrones para no llegar a ningún lado. Tomar las mejores decisiones. sin preguntarle al papa. Abrir. Los puños. Dejar la palma abierta Estudiar los movimientos de la piel creciendo, deformando la palma de mi mano. El tiempo se mide en piel muerta en avances alcohólicos.


“Some structures can break, but I don’t see you falling. I don’t know how you did” Petit Mort, Questions. Bite the hook, 2014. LP.


“Il faut ne pas nier sa nature” Paris, 2015. C’est quoi la nature des Vagues, vagues Courir, sauter, marcher Effraie Laisser Ouvrez-les, cadeaux dans ton placard Peut-être C’est à toi Cour! Vite! Les homes en blanc sont arrives Il ne va pas survivre Cache toi! Il va te voir Il vaut mieux Éviter, contourner Certain façon D’Agir et réagir Le mieux c’est de… Les problèmes vont te Trouver-troubler Parfois Parfois Parfois il vaut mieux, peut être pas Être là Parfois


Huele a mar y lluvia. Un coletazo me lleva de vuelta a brasil, donde miro por una ventana, las filas de autos y personas con todo su equipaje intentando regresar a casa. Truena el cielo, volteo mi mirada hacia otro lado, donde hay un jardĂ­n con Hibiscus rojos, con rosas chinas multicolores. Huele a mar y lluvia. Las hojas secas del verano estĂŠril que vivimos anticiparon todo esto, bailoteando por sobre los tejados de diversas casas vecinas, las que llego a ver, desde mi ventana. De un coletazo nuevamente estoy acĂĄ, y huele a mar y lluvia, sin embargo no estamos cerca del mar, y garuba apenas.


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