ATENTADO EN BERLIN Por: Sofía Paez1 Eran las 20.15 del lunes 19 de Diciembre en Berlín, cuando un camión Scania negro con patente polaca irrumpe velozmente en el predio del conocido Mercado Navideño de Breitscheidplatz, en el barrio Charlottenburg, frecuentemente concurrido por alemanes y turistas. En épocas navideñas suelen congregarse grandes tumultos de personas dispuestas a hacer sus compras o simplemente disfrutar de los puestos y decoraciones. El clima festivo lamentablemente se convertiría en una tragedia a medida que el camión avanzaba arrastrando todo a su paso y dejando un saldo fatal de 12 muertos y más de 50 heridos, 18 de ellas en estado crítico. El vehículo recorrió 80 interminables metros hasta detenerse cerca de la Iglesia en Memoria del Emperador Guillermo. Inmediatamente el caos se apoderó del lugar, se podía visualizar un gran rastro de sangre y personas incorporándose con dificultad en medio de los destrozos. Ambulancias, policías y medios no tardaron en anunciarse para contener la situación. Fue un atentado. Las pericias en el lugar y la recolección de información provista por testigos permitió dilucidar que se había tratado de un atentado incluso antes que el Estado Islámico se lo adjudiraca, existen varios factores que así lo demuestran, principalmente el hecho de que el vehículo utilizado, de 12 metros de largo, provenía de la ciudad de Danzig, Polonia, y el conductor original fue hallado dentro, sin vida, producto de un impacto de bala. La empresa para la que este sujeto trabajaba niega rotundamente que él pudiera haber sido el agresor y alegó a la posibilidad de que pudiera tratarse de un robo, no obstante, una segunda persona estaba dentro pero tampoco ha sido encontrada culpable, era pariente de la víctima y trabajaba con él. El GPS se habría movido como si alguien estuviese aprendiendo a conducir antes del ataque, incluso, extrañamente, el conductor
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Lic. Periodismo y Comunicación en la UNLP (Universidad Nacional de La Plata). Actualmente cursando primer año de la carrera.- Lic. Relaciones Internacionales en la UNLa (Universidad Nacional de Lanús). Actualmente cursando tercer año de la carrera.-
fallecido presentaba golpes y su cara ensangrentada como si hubiese protagonizado una pelea. Testigos afirmaron ver que un sujeto huía sospechosamente del lugar del impacto, por lo que las fuerzas policíacas se dispersaron hasta dar con el paradero y lo interrogaron. De nacionalidad paquistaní, el hombre estuvo detenido hasta que se concluyó que no era el verdadero responsable de lo ocurrido. Fue así como dejaron en libertad al único sospechoso hasta el momento del atentado, aunque la búsqueda continúa puesto que el verdadero autor de la masacre podría estar suelto y posiblemente armado. Por la información que dió a conocer el Amaq, la agencia de propaganda de la organización yihadista, el atacante es un soldado de un grupo del Estado Islámico que actúa en Siria e Irak, al cual se le reivindican varios atentados, incluso con el mismo “modus operandi”. SITE, organización que monitorea Internet en búsqueda de comunicados de grupos islamistas radicales, alertó sobre los contenidos de la edición del mes pasado de la revista Rumiya, donde se daban instrucciones concretas para realizar un atentado con camiones contra civiles. Según Amaq “La operación responde a los llamamientos a atacar a los ciudadanos de los países que integran la coalición internacional”. El hecho que estremeció al mundo no puede dejar de relacionarse con el atentado del 14 de Julio pasado en la ciudad de Niza, Francia que, recordemos, se llevó 85 vidas y dejó una marca irreparable en la historia. Hoy en día la sensación de pánico y el dolor en la ciudad costera todavía persiste, y lo seguirá haciendo hasta que no haya una solución que garantice seguridad contra la amenaza constante del terrorismo. En palabras de la Fiscalía de Berlín, lo sucedido fue “Un atentado similar al ocurrido el 14 de julio en Niza por su ejecución y elección del objetivo destacado y simbólico”. El atentado de Francia abrió las puertas al estudio y monitoreo de nuevos métodos terroristas, en los que cualquier individuo simpatizante con la ideología extremista sería capaz, sin medios ni logística, de cometer una matanza empleando como arma un objeto de uso cotidiano, justamente con el propósito de no despertar sospechas.
En aquella ocasión, el atacante francés de origen tunecino, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, de 31 años, arremetió contra una multitud a 90 km por hora, dejando tras sí un escenario catastrófico hasta que un grupo de agentes interceptaron con disparos y acabaron con la vida del agresor. El hombre, era un “lobo solitario”, como suele llamarse a aquellos individuos que, bajo las influencias de la ideología extremista del ISIS, actúan bajo su propio accionar, en nombre de sus líderes. No era un islamista radical, sin embargo era reservado y socialmente inadaptado, según sus vecinos. Se comprobó, luego de un allanamiento en su lugar de residencia, que días antes había visto videos del Estado Islámico y leído textos radicales. Angela Mérkel, aseguró que la autoría del atentado será esclarecida y sentenció que “Si se confirma que el atentado fue cometido por alguien que llegó al país en busca de refugio, sería especialmente repugnante” (puesto que el primer sospechoso había solicitado refugio en Alemania y el mismo estaba en evaluación). Conforme a los hechos, la derecha radical de Alternativa para Alemania (AfD) arremetió contra la canciller, exigiendo reforzar los controles sobre las fronteras y utilizando lo ocurrido como instrumento para quebrar el papel de Merkel. Por lo pronto, la canciller pide que el miedo no paralice a los alemanes. El mercado permanecerá cerrado y la población entera está de luto, sin embargo remarca la necesidad de no crear un estado de pánico. Mientras tanto se ha reforzado el número de fuerzas de seguridad en estaciones de ferrocarriles, así como en los aeropuertos berlineses de Tegel y Schönefeld.