“El Estado en cuestión. Ideas y Políticas en la Administración Pública Argentina 1960-2015” Sobre Cao, Horacio;1 Rey, Maximiliano;2 y Laguado Duca, Arturo3 Por: Luisa Fernanda Herrera4
Es evidente que América Latina en su conjunto, a lo largo de la historia reciente del siglo XX, ha trabajado intentando ser siempre una “gota de agua” respecto a otra gota de agua (Europa), pero es evidente también que en la realidad histórica, las cosas han sucedido de manera muy distinta en la región sur del extremo occidental; las intenciones siempre se han dirigido a hacer de todos y cada uno de los países latinoamericanos la mejor copia-versión de Europa, aun cuando la tierra se haya “abonado” y haya dado frutos muy disimiles. Lo que hace entonces el texto de estos tres autores es, a través de las distintas corrientes teóricas y paradigmas conceptuales predominantes de cada uno de los periodos analizados 1
Administrador Gubernamental, Licenciado en Ciencia Política, Master en Asuntos Públicos, Políticas y Gobierno del Instituto Universitario Ortega y Gasset (España) y Doctor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. 2
Doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM). Magister en Administración y Políticas Públicas por la Universidad de San Andrés (UdeSA). Licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Investigador del INAP. Profesor Adjunto Regular en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Profesor Titular en UNPAZ y de Maestría en diferentes materias: Estado y Políticas Públicas; Federalismo y descentralización; Instituciones, organizaciones y principios de administración. Fue consultor en organismos públicos, becario doctoral del CONICET y publicó artículos en libros y revistas científicas nacionales e internacionales. 3
Sociólogo de la Universidad Cooperativa de Colombia, Antropologo de la Universidad Nacional de Colombia, y Magister en Sociología de la misma institución. Ha sido consultor de United Nations Drug Control Programme (UNDCP) en prevención de adicciones en jóvenes, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en temas de pobreza, así como investigador de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario. 4
Antropóloga y politóloga de la Universidad Icesi (Cali, Colombia). Actualmente, investigadora en la Consultoría Mente Inter-Nazionale (Buenos Aires, Argentina). Maestrando en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social-FLACSO-Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: luluberstein@gmail.com
durante la segunda mitad del siglo XX (aproximadamente desde la década de los 30’s), explicar los cambios y continuidades, y sus características de lo que en la realidad practica sucedió y se implementó en los ámbitos estatal y de la administración y gestión públicas de los países de América Latina en general y de Argentina en particular. Teniendo en cuenta y respetando cierta cronología historicista, los autores arrancan afirmando que inmediatamente después de ocurrida y sufrida la crisis de 1929, y recogiendo una herencia Weberiana, fue la Teoría Neoclásica la que hizo del Estado un organigrama conformado por estructuras organizacionales centralizadas, formalizadas y con un diseño vertical/piramidal que tenía un carácter centralizado que daba importancia a la congruencia institucional, dándole forma a Estados que habían crecido de forma desmesurada y anárquica. El Estado entonces dictaba disposiciones, controlaba y manejada los conductos regulares de comunicación. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, pág. 52) El Desarrollismo como tendencia en Latinoamérica a partir de la década de los 50’s y hasta mediados de la década de los 70’s fue “parte aguas” en lo que a la organización estatal y administración pública concierne, y junto con la planificación, la modernización y la eficiencia, se entendió al Estado como el motor más importante que ponía a andar el desarrollo tan urgido en la región. Bajo esta óptica, los técnicos son los actores ideales que se derivan de la modernidad, de lo moderno, mientras los políticos son entendidos como formas pre-modernas de Gobierno (lo anterior, lo atrasado), por lo que la Planificación debe contar con ese personal altamente calificado que se remite al tipo ideal weberiano de administración pública (el burócrata); pero fue esa falta de compromiso político por parte de los funcionarios públicos que hacían parte de aquellos Gobiernos Desarrollistas de mediados de siglo XX, la que hizo que todo este esquema estatal se convirtiera en un ideal inalcanzable. El fortalecimiento del Estado fue visto como condición ineludible para alcanzar el Desarrollo; materializado y expresado en la creación de distintos entes de
planeación que contaron con el asesoramiento de distintos organismos de las Naciones Unidas. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, págs. 56, 57, 60, 63) Es a partir de finales de la década de los 70’s que se introduce una idea novedosa, además paradigmática en lo que a Gestión y Gerencia Pública concierne: la Nueva Gerencia/Gestión Pública/New Public Management que siempre buscó “teñir” la administración pública de todas aquellas características que hicieron del sector privado y empresarial algo eficiente y efectivo en tiempo y lugar. La búsqueda de eficiencia por doquier es la ficha clave y emblemática de este nuevo paradigma, pero también lo es, impedir que la estructura administrativa pueda concentrar el poder y amenazar el libre desarrollo de los mercados. Es únicamente la Gerencia el mecanismo que hace posible disciplinar tanto al sector público como a los funcionarios, en medio del proceso que se conoció como agencialización. Dentro de este orden de cosas, las empresas brindan los servicios, el Estado hace las veces de un ente regulador y controlador, y a los usuarios solamente les queda un amplio margen de participación, de acceso a la información y de exigencia de una rendición de cuentas (accountability)5 a los funcionarios. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, págs. 83, 84, 85) Altamente glorificado por unos, y satanizado por otros, el New Public Management es una mesa a la que le faltan dos patas: por un lado, la existencia de principios republicanos que hacen legal el funcionamiento estatal y que ponen barreras a un “acceso total” a la información estatal completa y compleja no está explicita en la propuesta de información estatal pública de libre acceso para todos los usuarios proclamada en los textos gerencialistas; por otra parte, el modus operandi de la empresa privada es imposible de trasladar al ámbito público ya que el Estado tiene más de un millón de misiones, es complejo por sus interconexiones, y la voluntad popular, las más de las veces es 5
Constituye la continuación lógica de la tarea de establecer parámetros de desempeño y de resultados; evitando también la creación o fortalecimiento de una burocracia. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, pág. 85)
inconmensurable. La autonomización de las distintas agencias estatales provocó la fragmentación de las estructuras públicas, lo que debilitó la capacidad del gobierno para coordinar y conducir las políticas en función de una orientación global. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, pág. 87) El Neoliberalismo, acentuado a finales de la década de los 80’s, aparece como un fantasma que estaba detrás del Muro de Berlín y que tras la caída del Bloque Soviético sale a vagar, sin tener idea alguna con lo que se iba a encontrar, especialmente a través del Este Europeo y América Latina. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, pág. 93) Menos gigante que el Neoliberalismo, pero más viejo que aquel6 el Neo-institucionalismo sólo ve de manera preponderante en el universo estatal y de la administración pública, instituciones, que son nada más y nada menos que la manera en el que el hombre regula su interacción humana; la perspectiva neo-institucionalista (que también fue tenida en cuenta por el Banco Mundial) tuvo una notoria influencia en las políticas de modernización del Estado y la Administración Pública. El Neo-institucionalismo corrige al Neoliberalismo al afirmar que los mercados por si solos no funcionan, sino que por el contrario, deben contar con unas reglas de juego (las instituciones) que solo pueden ser provistas por el Estado. Para fines prácticos, el Neo-institucionalismo tendió a dirigir las instituciones estatales hacia la consecución de fines fiscales y económicos. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, págs. 122, 124, 126) Es importante afirmar a modo de conclusión, que con la ola democratizadora iniciada en Latinoamérica a principios de los años 80’s, se sucede una sustitución de la idea de un Estado que es el productor exclusivo del bienestar social por un fenómeno que implica la colaboración entre aquel y la sociedad. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, pág. 133)
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El Neo-institucionalismo tiene sus raíces en el Historicismo Alemán de finales del siglo XIX y en el Institucionalismo Norteamericano de las primeras décadas del siglo XX. (Cao, Laguado Duca, & Rey, 2015, pág. 122)
Bibliografía: Cao, Horacio, Rey, Maximiliano y Laguado Duca, Arturo (2015), El Estado en cuestión. Ideas y Políticas en la Administración Pública Argentina 1960-2015, Buenos Aires. Prometeo. Págs.: 51 a 68; 81 a 94; 121 a 140; 179 a 186; 201 a 202, 229-239.