La dinámica glocal en la era de las ciudades

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LA DINÁMICA GLOCAL EN LA ERA DE LAS CIUDADES Denise Elizabeth Velázquez1

Imaginemos un sistema, que recibe datos, realiza un proceso, emite información, la cual interactúa con el medio ambiente y de esa interacción el sistema se retroalimenta, encontrándose en constante transformación. Esto no es muy diferente de lo que ocurre en las regiones, las cuales se retroalimentan de sus ciudades, las que a su vez lo hacen de sus organizaciones, tanto públicas como privadas, y así comienza a funcionar un engranaje interconectado, que es la base del desarrollo. Con el fenómeno de la globalización, las fronteras de los países se hicieron, en general, más laxas en cuanto al intercambio económico y se fue transmutando la idea de comercio y de economía. Los países fueron formando bloques regionales de distinto tipo, para lograr acordar los lineamientos de estos intercambios. Con el correr del tiempo, fueron las ciudades las que comenzaron a surgir como “sujetos” económicos, superando la relevancia de los países, y hasta llegando a individualizarse de los mismos, adquiriendo una suerte de propia identidad. De esta forma, se fue transitando de lo global a lo glocal. En palabras de Mikel Zurbano Irizar2, “en este proceso de transición las economías regionales y locales emergen como agentes activos de globalización. (...) Así observamos cómo la construcción de los sujetos globales emergentes se realiza a través de proyectos de desarrollo que sirven para solidificar la cohesión social y las solidaridades internas y externas.” (2008, p.2) Desde diversas concepciones, es posible entender que el avance de la globalización generó una suerte de quiebre entre lo económico, lo social y lo institucional (considerando dentro de esta cualificación lo público y lo privado). Estos tres pilares conllevan un vínculo 1

Maestrando en Diplomacia y Política Exterior de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Licenciada en Administración de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Analista de agronegocios en el sector privado. 2

Doctor en Economía. Director del Departamento de Economía Aplicada I de la Universidad del País Vasco.


unísono, ya que la economía debe resolver el problema de la escasez de recursos, las instituciones deben gestionar y regular su distribución y la sociedad debe ser el motor generador de valor.

Lo cierto es que la convergencia de estos tres focos requiere la construcción de una nueva identidad, a partir de la cual se potencie el desarrollo local pero con una visión globalizada. Requiere desarrollar una apertura que entiende que todo lo que suceda en ese territorio va a repercutir globalmente y visceversa. En mi anterior artículo3, hacía referencia al concepto de Ciudad-Región Global, desarrollado por Allen Scott4 en 1998, el cual planteaba la idea de diferentes territorios, próximos geográficamente, unidos en pos de la cooperación. La idea de “Glocalización” es otra arista de este entramado. Podemos entender que diferentes ciudades se alían para cooperar entre sí y producir de esta forma un eficiente “cluster” de desarrollo económico, el cual se nutre de las ventajas comparativas y competitivas de cada integrante.

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Regionalismo de las Ciudades Globales y el desafío del Desarrollo Sostenible (Enero, 2017), publicado en http://www.menteinternazionale.com/publicaciones-anteriores.html 4

Profesor de Geografía y Políticas públicas de la Universidad de California.


En algunos aspectos suena un tanto utópico, o una reformulación ricardiana definida en el siglo XX, y con intentos de implementación en el siglo XXI. Pero ¿qué sucedería si diferentes ciudades comenzaran a integrarse con el fin de cooperar y fomentar el intercambio o el ensamblaje de potencialidades económicas? La realidad es que esto ya está ocurriendo, y de hecho existen varios proyectos o iniciativas en la región, algunos de los cuales se están trabajando hace varios años. Es posible mencionar el caso de Medellín, ciudad referente de la innovación, con el Valle de Aburrá y zona metropolitana de Antioquia. Se trata de una propuesta que se ha trabajado desde hace décadas, y que aún se encuentra en proceso, con miras al 2030. A grandes rasgos se trata de aprovechar las ventajas competitivas de ciertas ciudades, mejor posicionadas que otras, integrándose como una región de ciudades y de esta forma lograr un desarrollo social, económico y político de las mismas. Al respecto de esta región específica, Saúl Pineda5 menciona que “los desequilibrios territoriales se expresan en la concentración de la población y las actividades económicas, en el intercambio de alimentos y materias primas por bienes manufacturados, en la forma concreta que asumen las vías de comunicación (...), en la migración del campo a la ciudad, en la centralización de las decisiones políticas (...)”. (Pineda, 2008, p.105) La esencia de este este nuevo regionalismo, radica en entender que si la base estructural se encuentra resquebrajada, producto de profundas fallas en la cohesión social, económica y política, no será posible competir o cooperar con el resto del mundo. Un desarrollo local con una visión global es un buen inicio para entender la dinámica glocal que se nos presenta como desafío. No se trata de un descubrimiento, la glocalización ya se viene discutiendo desde la década del 80, y las iniciativas de cooperación o de integración de las ciudades, también se están analizando desde hace décadas. Entonces, ¿Cuál es el punto de quiebre para que en el siglo XXI sea un tema de debate? Pues bien, se trata de su implementación ante un cambio de paradigma global. Hoy se nos presenta el desafío de analizar la dinámica glocal desde la

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Director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas–SEPEC de la Universidad del Rosario, Bogotá.


perspectiva de la construcción de una identidad propia de las ciudades, por sobre sus respectivos países. Se trata de una integración hacia el interior y hacia el exterior, a partir de un “desarrollo endógeno”, que implica la transformación socioeconómica, a partir de la cual se logre una cohesión social, mejore la calidad de vida, se generando riqueza y se logre hacer frente a las variaciones de contexto global. (Pineda, 2008) Como bien definió Albert Einstein “no es posible resolver un problema en el mismo nivel de consciencia en el que fue creado”. Hoy, las ciudades se entienden como motores y sujetos de la economía, cuyo desarrollo no encierra un fin local o global, sino la sinergia entre ambos.

Referencias:

Zurbano Irizar, Mikel (2008). Las regiones como sujetos emergentes de la economía globa. XI Jornadas

de

Economía

Crítica.

Recuperado

de

http://pendientedemigracion.ucm.es/info/ec/ecocri/cas/zurbano_irizar.pdf

Pineda, Saúl (2008). Cohesión social y territorial: Los desafíos de la integración regional de Medellín, el Valle de Aburrá y Antioquia en Colombia. En Cohesión social y gobernanza democrática: para unas regiones y ciudades más inclusivas, capítulo II. Recuperado de http://www.urosario.edu.co/competitividad/documentos/MaquetaLibroCohesionSocial/


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