NECESITAMOS HEROES La semana anterior fui invitado a dar una conferencia en una institución educativa de la ciudad ante unas cuarenta personas entre alumnos y maestros. Los alumnos estaban a unos meses de graduarse, por lo que impartí una conferencia titulada “Emprendimiento y empleo” Al iniciar, la plática transcurría de forma normal. Separaba a la gente que era llevada contra su voluntad, de la que prestaba atención intentando obtener algo de lo que escuchaban, hasta que noté algo interesante. Durante dicha plática utilicé dos ejemplos de personas que admiro, ahí fue cuando el ambiente cambió y todos parecían prestar atención de una forma que no había sentido antes. La primera persona de la que hablé fue Isaiah Thomas, descubierto recientemente por éste artículo de Darius Foroux. (Versión en Inglés) El segundo fue un héroe más personal: mi tío Ramiro, quién, en silla de ruedas, cambió una comunidad entera e hizo cosas increíbles. Ya se los presentaré luego. Definitivamente, cuando hablé de Isaiah Thomas el lado emocional traicionó un poco a la asistencia, quienes se interesaron en la capacidad de tomar responsabilidades más allá de lo normal y en actuar por el bien del equipo. Pero pasó el turno y hablé de mi tío. Ahí me di cuenta de la diferencia de percepción de los asistentes entre uno y otro. Fue entonces que, entre ésta platica y otras experiencias anteriores, entendí. Existe en nosotros un grado de admiración distinto entre aquellas personas que vemos en los medios de comunicación y aquellas que rodean nuestro entorno próximo. Aquellos de los cuales nos platican, y aquellos que no vemos tan lejanos, como más reales. No se trata del nivel de éxito obtenido o la motivación a soñar alto, sino de un resquebrajamiento en lo que nosotros llamamos “límites” a través de muestras reales, tangibles y surgidas de entornos similares. Decir que si se puede sin sugerir un camino es como hablar de unicornios. Necesitamos personas que sueñen, actúe y den herramientas a otros para actuar. En México, la movilidad social es un problema. Según una investigación del Centro de Estudios Espinosa Iglesias el 70% de la población más pobre no saldrá del nivel en que nació, o si logra superarse sólo aspira a estar un nivel arriba, pero aún en pobreza. Uno de los factores que promueven eso es el ambiente en el que éstas personas se desenvuelven; falta de oportunidades, modelos a seguir, entre otros. En este último es donde quisiera enfocarme: Modelos a seguir. Recientemente leí dos libros: Multipliers de Lis Wiseman y The heart of change de John P. Kotter. Dichos libros concuerdan en una cosa, la motivación no es suficiente para liderar