SANTA NINÓ SANTA NINÓ por Mercedes Pullman LA MUJER QUE EVANGELIZÓ A GEORGIA LA MUJER QUE EVANGELIZÓ A GEORGIA
La mitología eslava hunde sus raíces en creencias provinientes del mismo Neolítico, conocimientos,
Texto y fotos:y valores Mercedes Pullman tradiciones que hablan de los orígenes de los pobladores del Este de Europa y parte de Asia. Santa Ninó Nació alrededor del año 280 en la ciudad de Colastra, en Capadocia, donde había muchos asentamientos georgianos. Su padre, Zabulón era pariente del Gran Mártir Jorge (Georgii. del que deriva el nombre del país). Era un hombre de una familia noble, de padres piadosos y disfrutaba del aprecio del emperador romano Maximiano (285 - 305) por las hazañas militares en la liberación de los cautivos galos que posteriormente se convirtieron al cristianismo. Susana, la madre de Santa Ninó, era hermana de Yuvenaly, el Patriarca de Jerusalén.
La joven Ninó llegó a Jerusalén con sus padres a los doce años pero poco duró allí la familia unida. Con la bendición del Patriarca de Jerusalén, su padre, Zabulón viajo hasta desierto de Jordania para predicar el Evangelio y allí estuvo hasta su muerte entregado al servicio de Dios. La madre de Ninó se convirtió en diaconisa en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. La niña se quedó sola al cargo de la piadosa anciana Nianfore que siguió educándola siguiendo los dogmas de la fe cristiana. Cuando Ninó cumplió 14, decidió seguir firmemente los cánones de la fe y dedicarse a la lectura de las
Sagradas Escrituras con total entrega y obediencia. Ninó se sumergió en el estudio de los manuscritos religiosos profundizando en la fe cristiana y tratando de entender que es lo que estaban transmitiendo. Muchas horas al día pasaba leyendo acercándose, cada vez más, a la comprensión de su alma. En una de las escrituras descubrió que el desaparecido chitón (túnica) de Jesús, posiblemente se encontraba en el lejano Reino de Iberia (Georgia), cruzado por el gran río Kurá. Este río, procedente de Turquía crece con las aguas procedentes del Cáucaso y con un poderoso caudal se
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dirige a Azerbaiyán para desembocar en el Mar Caspio. Como ocurre con todos los grandes ríos, fue cuna de civilizaciones y lugar de asentamiento de los más remotos pobladores de la región, particularmente los iberos, un pueblo que siempre se instalaba en las riberas de los cauces fluviales. Se denominó Iberia Caucásica, Iberia del Este o Iberia Asiática para distinguir la región caucásica de la Península Ibérica. Los Íberos del Cáucaso al unirse con los Colchis de Cólquida (otro antiguo reino situado en la costa oriental del mar Negro) formaron el núcleo de la población georgiana actual.
El sueño de Ninó Una noche, mientras dormía, la joven Ninó tuvo una visión. Se le apareció la Virgen María y le pidió que fuese a Iberia (Georgia) en busca de un objeto sagrado, y que se asentase allí para catequizar y convertir a los infieles al cristianismo. Le entregó una cruz hecha de sarmientos diciendo: "Toma esta cruz, que será tu escudo y
protección contra todos los enemigos visibles e invisibles. Dirígete a la tierra Iberia y predica el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, así encontrarás la gracia de Él: seré tu patrona”. Al despertarse, sorprendida Ninó descubrió entre sus manos la cruz. La ató a sus trenzas como una señal de renuncia a la vida mundana y dedicación el servicio a Dios y decidió a peregrinar a las lejanas tierras de Georgia. Antes de partir, su tío, el Patriarca de Jerusalén, la bendijo para su cometido sagrado del ministerio apostólico y la dejó ir con Dios. Su camino fue largo y tedioso, lleno de peligros y adversidades. Hasta estuvo a punto de morir a manos del despiadado rey armenio Tiridates, pero se salvó milagrosamente. La leyenda cuenta que durante todo el camino fue protegida por los ángeles de Dios que aparecían en sus visiones guiándola a través de las tempestades, sacrificios y peligros inminentes hasta que llegó al misterioso y lejano país Georgia en el año 319.
Ninó encontró refugio más allá del muro de la fortaleza de Mtskheta, antigua capital de Georgia, en una casa donde vivía el jardinero real con su mujer. Para no importunar a la familia, construyó una choza en el jardín bajo el arbusto de una zarzamora. Y es precisamente en este lugar donde perpetró su primer milagro de sanación.
Primer Milagro: El Jardinero y su esposa La familia del jardinero estaba apenada por la falta de hijos. La esposa del jardinero era estéril y por muchas visitas a los curanderos seguían sin engendrar uno. Según el mito, gracias a las oraciones de Santa Ninó, la mujer, por fin, pudo concebir un hijo. Viendo el milagro sucedido, tras muchas cavilaciones, el feliz matrimonio decidió convertirse a la fe cristiana dejando atrás la devoción por los ídolos paganos.
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rezando día y noche por su curación. Tras pocos días la salud de la reina mejoró y la enfermedad cesó por completo. Ante tal milagro, la reina decidió unirse a la fe que procesaba Ninó y la siguió en sus oraciones. Un día Nana pidió a la santa ser bautizada y a partir de aquel día glorioso se convirtió a la fe cristina para siempre. Al volver el Rey Mirian, asombrado comprobó la milagrosa curación de su esposa pero guiado por los sacerdotes paganos decidió martirizar a la mujer que salvó la vida de su esposa por hereje.
La iglesia Transfiguración.
de
Como reza en el pie de la foto anterior, se cree que en el siglo IV bajo el mandato del rey Mirian III, se construyó una iglesia en el lugar que estaba el arbusto de zarzamora junto al que predicaba y vivía Santa Ninó.
Volviendo con la historia de Santa Ninó vemos que el verdadero triunfo de la joven llegó cuando la reina georgiana Nana, atraída por las historias que contaban sobre la mujer santa, la visitó pidiendo ayuda para curar su grave enfermedad. Mientras el rey Mirian III estaba de viaje, Ninó se quedó junto a la reina
Llegó el día en que el rey reunió a todos sus sacerdotes para decidir el castigo de la joven pero durante esa reunión el Sol desapareció de repente y la oscuridad cubrió la bóveda celeste aterrorizando a todos los presentes. En este momento el rey entendió que se quedó ciego, no podía ver nada, ni si quiera a los consejeros que estaban a su lado. Aterrorizado por lo ocurrido empezó a suplicar a sus ídolos sobre el regreso de la luz del día y su curación. Pero sus dioses Armaz, Zaden, Gaim y Gatsi no atendieron sus
Después del Rey Mirian, la Iglesia fue destruida y restaurada repetidamente. La renovación del templo estuvo bajo el reinado de los reyes georgianos Archil, Vakhtang Gorgasali y otros. Debido al hecho de que la iglesia se convirtió en la morada sagrada de enterramiento del los Primados de la Iglesia y los reyes georgianos, el complejo eclesiástico fue creciendo. En la primera mitad del siglo XI, durante el reinado de Jorge I, por orden del patriarca católico de Melquisedec el complejo de la iglesia Samtavro se unió con el convento de Santa Ninó. Actualmente, todo el complejo religioso se llama “Samtavro” que en georgiano significa “la cabeza”.
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suplicas, y la oscuridad seguía cubriendo su visión y el mundo entero. Al ver que la cerrazón no desaparecía, los sacerdotes, despavoridos por lo sucedido, decidieron implorar al Dios cuyo Evangelio predicaba Ninó y de repente la oscuridad cesó de forma instantánea y el Sol empezó a iluminar sus rostros. Ninó se acercó al rey Mirian y se quedó rezando a su lado. Poco a poco, la ceguera del rey cesó. Según la leyenda, esto sucedió el 6 de mayo del año 319. Al presenciar los milagros, el rey Mirian junto con todo su séquito decidieron ser bautizados. Pasados algunos años el cristianismo se expandió por todo el territorio de Georgia. Corría el año 324 d.C. Para evangelizar al pueblo georgiano, el rey Mirian III solicitó ayuda al emperador bizantino Constantino (306-337). El emperador mandó a Georgia al obispo Eustaquio, dos sacerdotes y tres diáconos cristianos que junto a los clérigos georgianos predicaron el Evangelio por todo el territorio del país. Año
tras
año,
los
cristianos
peregrinaban por aquella lejana tierra transmitiendo las buenas nuevas a la gente que seguía creyendo en sus ídolos paganos. Sobre todo se resistían las poblaciones montañosas de Georgia. El rey Mirian encomendó a Ninó la conversión de aquella gente enviándola junto a una comitiva de los monjes dispuestos a predicar la fe cristiana. El poder de la convicción y sobre todo el milagroso poder de sanación ayudaron a Santa Ninó en su camino. Mucha gente la creyó y decidió unirse al cristianismo. Caminando por las tierras georgianas, Santa Ninó llegó a Kakhetia (provincia de Georgia del Este) y se instaló en el pueblo Bodbe, en una pequeña choza pegada al pie de la montaña. Desde entonces llevó una vida ascética llena de oración, predicación de la fe cristina y la sanación. Su fama llego hasta los oídos de la reina de Kakhetia, Sodja (Sofía) que decidió comprobar por ella misma el poder que tenía esta santa mujer. La reina la visito en varias ocasiones y deslumbrada por sus pensamientos y sus acciones hacia la gente que la visitaba la soberana aceptó el bautismo junto con sus nobles. Con el tiempo todo el pueblo de Kakhetia se convirtió a la fe cristina.
En una de sus visiones, Ninó vio como los ángeles anunciaron el día y la hora de su muerte. Al día siguiente, la santa mujer envió un mensaje al rey Mirian con la petición de que acuda a su lecho de muerte el Obispo Ioan, para que pueda prepararla para su último viaje. Al Bodbe llegaron no sólo el Obispo Ioan sino el rey mismo, junto con todo el clero y fueron testigos como en su lecho de muerte Santa Ninó seguía obrando milagros de curación a los peregrinos que llegaban de todas partes a presentar sus respetos. Antes de partir pacíficamente con el Señor, en el año 335, Santa Ninó pidió que sus restos fuesen enterrados en Bodbe. Cuenta la leyenda que tras la muerte de Ninó, el rey y el clero decidieron trasladar los restos de la santa a la catedral de Mtskheta (antigua capital de Georgia) pero, por alguna razón misteriosa, no pudieron mover el ataúd del enclave elegido por la santa. En el año 342, en el lugar de entierro de Santa Ninó, el rey Mirian mandó levantar una iglesia al gran mártir San Jorge, patrón de Georgia y familiar de santa Ninó. El templo fue terminado y
La Catedral Svetitskhoveli. Iglesia de Santa Ninó (Arian Zweggers Flicker)
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consagrado en el reinado de su hijo Bakur (342 - 364). Más tarde, se fundó un convento femenino en nombre de Santa Ninó. Las reliquias de la santa depositadas, según sus deseos, en un repositorio, fueron y siguen adoradas por sus milagros. Tirannio Rufino de Aquileia, escritor y exegeta cristiano que vivió entre los siglos IV y V, añadiendo una página a la “Historia eclesiástica” de San Eusebio de Cesarea fue el primero que la menciona, y aunque se le ha llamado con diversos nombres, dice que fue la primera que predicó el cristianismo a los habitantes de Iberia. Él dice que ha recibido esta información de un tal Bacurius, que era un oficial el ejército del rey de Georgia. Historia descrita por Rufino, se difundió rápidamente entre los escritores antiguos Gelasio de Cesarea, Sócrate, Sozomeno, Gelasio de Cizico y Teófanes, que lo ncluyeron en los Sinaxarios bizantinos el día 27
de octubre, conmemorando de forma anónima la conversión de Georgia. El primero que le pone nombre a Santa Ninó, una apostol cristiana de Georgia es el pseudo Mosé de Khoren en el siglo VIII en su “Historia de Armenia”, llamándola por primera vez Nouné. Se cree que es una deformación del nombre griego Nonna, que significa religiosa o monja. Una vez que el nombre de Nouné y su historia entraron en la literatura religiosa georgiana, tse escribió la primera “Vita” de la santa, añadiendo al relato de Rufino algunas fantasías y leyendas. Santa Ninó es prácticamente una desconocida en todos los martirologios medievales y solo César Baronio en el siglo XVI la introdujo de forma arbitraria en el Martirologio Romano.
La Iglesia Ortodoxa de Georgia, con el consentimiento del Patriarca de Antioquía, canonizó a Santa Ninó y estableció el 14 de enero (posible día de su muerte,) en el día conmemorativo de la santa. Santa Ninó jamás se separó de su cruz y antes de morir pidió al rey Mirian que salvaguardara esa reliquia. Alrededor de 450 años la cruz se conservaba en la iglesia de Mtskheta, antigua capital de Georgia, pero por numerosas guerras e invasiones otomanas fue escondida en otros lugares durante siglos, hasta que llegó en manos del emperador ruso Aleksander I que restauró la justicia histórica y devolvió la cruz a la iglesia georgiana. La cruz que entregó la Virgen María a la santa se conserva en la Catedral de Sioni en Tbilisi. En cuanto al chitón de Jesucristo, en cuya busca Ninó se dirigió a Iberia, las crónicas georgianas hablan poco.
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Cuenta la leyenda que en el siglo I, Elios, un vecino de Mkhtseta fue a Jerusalén para conocer a Jesucristo, pero al llegar se enteró que hacía unos días le crucificaron. Sabiendo que los soldados romanos a veces quedaban con las pertenencias de ajusticiados encontró a uno de ellos y le compro el chitón de Jesús. Al regresar a Georgia, se lo entregó a su hermana Sidonia, una devota de Jesús que conocía sus sermones a través de los viajeros que transitaban Georgia. Al coger el chitón en sus manos murió en el acto. La familia intentó quitar de sus manos el chitón pero al ver que no podían la enteraron junto con él. En la tumba de Sidonia creció un enorme cedro. Los habitantes del lugar percibieron que los pájaros y animales enfermos se curaban estando al lado de él. Con el tiempo el árbol se conviró en sagrado para los habitantes de Mtskheta y fue adorado como una deidad desconocida. Las antiguas escrituras narran que durante las oraciones a Santa Ninó se desveló el lugar donde estaba oculta
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la túnica de Cristo. Vaticinando el especial poder de este árbol, insistió en construir la primera iglesia cristiana en este lugar. Cuando quisieron talar el árbol se dieron cuenta que no podían, el tronco se resistía por alguna razón desconocida. Llamaron a los obispos y monjes que celebraron una misa especial pidiendo permiso a Dios de talar el árbol sagrado. El cedro fue cortado en siete partes, de las cuales se hicieron siete pilares. Durante la instalación, la séptima columna de la cual fluía un aceite con agradable aroma se elevó en el aire (de acuerdo con otras leyendas, no se pudo mover) y no se movió. Entonces Ninó oró toda la noche, y la columna, por si sola, se elevó y se dirigió al lugar asignado para ella y se instaló sin ayuda humana. El aceite que fluía de esta columna (hasta el Siglo XVII) era milagroso porque curaba a los enfermos. De ahí el nombre del templo: Svetitskhoveli, que significa "Pilar de creación de vida" en georgiano, la primera Catedral Ortodoxa en honor a los doce Santos Apóstoles en la cual, según la leyenda de la Iglesia Ortodoxa de Georgia, sigue enterrada Sidonia con el chitón de Jesucristo. Al antiguo templo fue destruido por invasiones otomanas pero la columna milagrosa quedó intacta. La iglesia se reconstruyo y sobre la supuesta tumba de Sidonia, coronada con la séptima columna del cedro sagrado, elevaron una torre y decoraron con frescos. Una de las fiestas religiosas más grandes de Georgia, Mtskheta Svetitskhovloba, está dedicada a este Pilar de Vida y al Chitón de la Santísima Trinidad. Se celebra dos veces al año (13 de julio y 14 de octubre).
Mercedes Pullman Vicepresidenta de la Sociedad Española de Antropología y tradiciones Populares mpullman1
mpullman@gmail.com
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Santa Ninó jamás se separó de su cruz y antes de morir pidió al rey Mirian que salvaguardara esa reliquia. Alrededor de 450 años la cruz se conservaba en la iglesia de Mtskheta, antigua capital de Georgia, pero por numerosas guerras e invasiones otomanas fue escondida en otros lugares durante siglos, hasta que llegó en manos del emperador ruso Aleksander I que restauró la justicia histórica y devolvió la cruz a la iglesia georgiana. La cruz que entregó la Virgen María a la santa se conserva en la Catedral de Sioni en Tbilisi.
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