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Las Líneas de Nazca, el legado de la cultura humana

LAS LÍNEAS DE NAZCA, EL LEGADO DE LA CULTURA HUMANA Por Iván Montoya Camacho

Al sur de Perú, en las Pampas de Jumana, se encuentran las misteriosas líneas talladas de Nazca. Unos majestuosos dibujos solo observables desde las alturas debido a sus descomunales dimensiones; con unas longitudes que varían entre 10 y 300 metros, y una profundidad de sus surcos de unos 30 centímetros, estas majestuosas representaciones se extienden por toda la planicie peruana por centenares para las representaciones de seres vivos y por miles para los insondables diseños geométricos.

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¿Pero cómo se construyeron?

A pesar de lo que hemos podido escuchar sobre la esotérica creación de las líneas, nada tuvo de sobrenatural, al revés, todo fue debido a un rudimentario y artesanal proceso de trabajo.

Las figuras tuvieron un modelo a escala del dibujo a partir del cual se calcularon sus distancias reales y se organizaba el trabajo de campo en varias fases. La primera, consistía en la señalización del contorno de los geoglifos a través de estacas unidas por cordeles, la segunda, el surcado de la silueta, limpieza del cuerpo de la figura y retirada de cantos de su recorrido, y la tercera, la adicción de los guijarros retirados a la zona perimetral de las líneas.

Además, hay que tener en cuenta que debido a que la superficie del desierto peruano está formada por una capa de cantos de color rojizo oscuro, producto de la oxidación, y otra debajo de ella de color amarillo claro, el contraste de colores que se produce al ser retraídas las piedras junto a la profundidad de los surcos, permite poder apreciar las líneas a gran distancia. De todas formas, con misterio o sin él, las líneas y geoglifos de Nazca forman parte de nuestra historia, y del legado antropológico de las creencias y costumbres de nuestros antepasados, tal y como se recogió el comité de la UNESCO al

declararlas en 1994 Patrimonio de la Humanidad.

Se ha especulado mucho sobre el origen y significado de estas líneas, y aunque a día de hoy tenemos clara su formación y no tanto su sentido, es evidente que la mayor parte de teorías que nacieron quizás algunas por delirio o por anhelo de encontrar un vestigio extraterrestre entre sus marcas, otras por puro afán de obtener réditos económicos o popularidad vendiendo incoherentes teorías sensacionalistas e inverosímiles, y muchas más por falta de estudio científico riguroso, pero todas ellas basada en suposiciones endebles y frágiles.

¿Qué son estas líneas?

Se ha especulado mucho sobre el origen y significado de las líneas, y aunque a día de hoy tenemos claro su formación y casi su sentido, es innegable que el anhelo de los años 70 por encontrar algún vestigio extraterrestre en ellas sometió a la sociedad a una especie de delirio que obviaba la realidad que allí se encontraba. Desde un gran calendario astronómico, a mapas cartográficos aeroespaciales, o pistas de aterrizajes, fueron algunas de las muchas hipótesis que se plantearon para legitimar la existencia de seres ancestrales.

La teoría matemática del calendario astronómico que formuló la alemana María Reiche, aunque muy sugerente y espectacular pronto dejó de ser considerada al demostrarse por un lado y por estudios posteriores que solo un 30% de las figuras podrían ser relacionadas astronómicamente al marcar éstas posiciones o movimientos astrales, y por otro, al evidenciar que cualquier figura que actualmente se pudiese representar al azar en el desierto, podría hacerse casar con alguna posiciones o alineaciones celestes. Por lo tanto, toda su teoría se basaba en una probabilidad estadística.

Los mapas aeroespaciales y pistas extraterrestres continúan hoy día contando con miles de seguidores, sí, esos mismos que observan en cualquier enigma evidencias de vida extraterrestre, y no son capaces de corregir su posición tras las investigaciones científicas, entre ellos el conocido escritor Erich Von Däniken, pero este último por puros motivos editoriales. A pesar de ello, no todo tiene que ser falso, pero si deben adecuarse a los axiomas científicos y caminar junto a ellos en pos de la verdad.

Otro famoso investigador que merece toda mi admiración ya que junto a sus libros descubrí la fascinación por estos temas, J.J. Benítez, se hace eco de una versión indígena nasqueña en la que se cuenta que los primeros dibujos de Nazca fueron realizados por los “Viracochas”, seres que descendieron del cielo para traer concordia y progreso. Posteriormente y para agradecer su regalo, los descendientes de aquellos viracochas siguieron creando esos dibujos para el regreso de esos dioses. Sí, una bonita explicación, pero sin duda más a lado de la leyenda que de la historia.

Pero entonces y después de las últimas investigaciones ¿qué significan dichas líneas y geoglifos?

Durante años las pruebas su buscaban desde las alturas, se intentaba averiguar qué representaban y qué relación tenían unas figuras con otras, se medían las distancias entre ellas, la longitud en la que comenzaban a divisarse, y la altura vertical en la que desaparecía, se calculaba su orientación, su cartografía, y un sinfín de mediciones de todo tipo, pero lamentablemente nada era suficiente, las respuestas no estaban ahí, únicamente valían para engrandecer más el misterio y generar decenas de suposiciones fantásticas y curiosas.

Pero por fin en el 2004 se comenzó a investigar el origen de las líneas desde su génesis, es decir, a partir de la civilización que habitó el lugar, la civilización Nazca. Comenzaron las excavaciones en asentamientos prehistóricos, y con ellos los primeros descubrimientos, la datación de esta civilización a partir de la prueba del carbono 14 indicó que esta cultura vivió entre el 100 a.c. y 700 d.c., y pese a que esta civilización no sobrevivió, las miles de vasijas de cerámica y ofrendas que se

enterraban junto con los muertos, y los propios difuntos, lograron darnos respuestas de cómo eran, qué comían, cómo luchaban y sobre todo, si fueron ellos o no los constructores de las líneas de Nazca.

La vasijas y ornamentos hablaron, y se halló que los dibujos de Nazca también estaban representados en ellas, por lo tanto, las líneas eran algo más que dibujos en el desierto peruano, se trataba de su propio legado cultural como civilización.

Aunque las líneas más famosas de Nazca representan criaturas familiares, miles de ellas son figuras geométricas inmensas, se entrecruzan unas con otras, forman laberintos indescifrables, y se extienden kilométricamente por toda la planicie.

Imágenes líneas geométricas

La ballena, un dios del océano

El pájaro La araña, un símbolo ligado a la lluvia

El mono, símbolo del Amazonas

¿Por qué lo hicieron?

El clima severo y el asedio de la sequía inspiró al pueblo nasqueño a crear sobre el 400 de nuestra era un método para extraer agua del subsuelo y trasvasarlo a los campos de cultivos, un extraordinario sistema hidráulico para conducir las filtraciones de los ríos a través de una red de “puquios” y de “pozos de registro”.

Los puquios eran manantiales de agua natural, acuíferos subterráneos que formaban parte de un entramado de acueductos para regar los cultivos, y los pozos espirales de registro, que servían a su vez como ventilación o como acceso para su mantenimiento y limpieza.

Esta extensa red de acueductos como son los famosos puquios de Cantalloc, Agua Santa, Majoro, Majorito, Pangaraví y Soisonguito, continúa a día de hoy trasladando agua como el primer día.

El nombre puquio es una palabra quechua que quiere decir “manantial natural”, aunque actualmente se denominen “acueductos” o “galería filtrante”.

En los asentamientos también se descubrió fosas con enterramientos de hombres decapitados, y túmulos de cabezas seccionadas de niños, mujeres y hombres, lo que demostraba que las decapitaciones hechas con armas cortantes eran consecuencia de batallas o de ritos ceremoniales.

En paralelo con esta segunda opción se descubrió casualmente y a pocos kilómetros del centro ceremonial de Nazca la mayor concentración de ofrendas ceremoniales y geoglifos, lo que sin duda desvelaba que las líneas debían estar estrechamente relacionadas con aspectos religiosos y rituales de su sociedad. Por lo tanto, algunos de estos geoglifos pudieron ser auténticos templos ceremoniales y religiosos al aire libre. Santuarios de exhortación y de rituales para implorar lluvia y fertilidad a sus dioses, es decir centros de rituales de agua y vida.

¿Agua y fertilidad?

No es necesario ser muy erudito en la materia para entender fácilmente que las necesidades de una región propensa a sequías extremas no eran otras que las de asegurar el agua y las cosechas para su supervivencia, convirtiéndose éstas sin lugar a dudas en las mayores preocupaciones de su civilización.

La civilización nasqueña giraba en torno a sus dioses, para ellos, éstos eran capaces de hacer brotar agua en plena época estival o causar la más terrorífica sequía en tiempos de lluvia, por ello, y al igual que ocurrió en cientos de civilizaciones, recurrieron a ceremonias y rituales religiosos para reclamar a sus dioses el abastecimiento de agua, pactando la supervivencia de su pueblo a partir de ofrendas y sacrificios, muy probablemente humanos.

Sin duda alguna el sacrificio humano fue el rito más importante que se le hacía a los dioses, un acto máximo, sublime y de elevado rango contributivo, que posicionaba a las personas que actuaban como ofrendas para los dioses como auténticos héroes.

Para la civilización nasqueña la muerte no era un motivo de totalmente de desgracia, sus creencias inoculadas consideraban a ésta como un proceso de regeneración y de transcendencia hacía otro lugar, un camino a la vida eterna.

En uno de los decapitados esqueletos, hallaron una vasija donde se representa en la parte inferior una cabeza humana, muy probablemente aquellas mismas que decapitaban como sacrificio para sus dioses, y sobre ella y en la parte superior un árbol que nace de su cráneo, es decir, vida que brota de la muerte, vida que se transforma en esperanza para sus cultivos.

Intaglios de Blythe

Las explicaciones anteriores a las misteriosas líneas de Nazca se ven refrendadas al estudiar otras figuras similares como los Intaglios californianos de Blythe, en la ribera del río Colorado.

Aunque científicamente son conocidos como geoglifos antropomorfos, vulgarmente se les conoce como los Gigantes de Blythe y o Intaglios. Entre sus figuras destaca un hombre de más de 165 pies de largo, unos 50 metros y que se cree que representa la figura de un cazador.

Estas representaciones fueron realizadas por los indios, posiblemente hace miles de años, pero, aunque se desconoce a quién otorgárselas exactamente, aquellas zonas fueron habitadas por los Mohaves, Metas, Halchidomas, Quechans y Maricopas.

No obstante, de acuerdo con los indios Mohaves y Quechans, antiguos habitantes de la región, Blythe fue escenario de ceremonias indígenas en las que se honraba a la creación, y se dibujaban figuras, las humanas para representar a Mastamho, el creador de la vida, y las de animales para personificar a a que ayudaron a crear el mundo.

Al igual que en Nazca la mayoría de Intaglios se realizaron mediante el raspado de la roca oscura en el suelo del desierto, desvelando de esta manera un suelo de color canela.

A pesar de todo, el misterio de Nazca no está resuelto, pero sin duda alguna ahora nos encontramos más cerca de conocer la verdad.

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