LA VIJANERA DE SILIÓ
por Manuel González Llano UNA FIESTA LOCAL CON ÁNIMO UNIVERSAL Llega el primer domingo del año y ya bien antes del amanecer comienzan a sonar los primeros campanos por las calles de la localidad cántabra de Silió, un vetusto pueblo situado en pleno centro de la Montaña. El sonido atronador de los badajos metálicos son preludio de una de las mascaradas más tradicionales de la península ibérica, la primera que se celebra en el año en toda Europa y una fiesta que año a año crece en vistosidad, número de participantes y público asistente. Se calcula que unas 10.000 personas disfrutaron de la última edición del presente año 2017 y en los últimos tiempos ha ido ganando galardones de fiesta de interés turístico regional, nacional y está en buen camino de convertirse en bien inmaterial de la humanidad. El visitante se deja llevar por el vistoso pasacalles de personajes enmascarados o mitológicos, un árbol que emula a los Ergs del Señor de los Anillos o el indomable oso
ANTROPOLOGÍA y TRADICIONES POPULARES
que lo mismo te salta una cerca aún atado a la cadena de su amo como se encarama a un árbol. El espectáculo fotográfico y visual crece en vistosidad a cada nueva edición, parejo a la incorporación de nuevos personajes o el rescate de otros antiguos desempolvados de los desvanes de la memoria de las gentes ancianas del pueblo. Porque si algo caracteriza a nuestra Vijanera es su carácter de comunidad; es una fiesta hecha por y para la gente del propio pueblo. Que el visitante no se lleve a engaño: no es un vistoso carnaval al uso. Esta fiesta sólo se degusta completamente si se entiende correctamente su significado, y para ello es imprescindible conocer y comprender la función de cada personaje. Y qué mejor que os lo cuente el que esto mismo ahora escribe, que tuvo el inmenso placer de vivir la fiesta desde dentro de un traje de musgo natural. Vamos con ello.
Fotografía: Asociacion cultural amigos de la Vijanera de Silió.
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