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Ser o no ser

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Opinión

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¿Quiénes mueven los hilos?

Código Emperador, que se estrenó en cines el pasado 18 de marzo, nos intro-duce en “una unidad especial del Centro Nacional de Inteligencia, conformada por varios agentes. Uno de ellos es Juan, un agente que está en proceso de cri-sis personal, ideológica y profesional”, explica su intérprete y protagonista de la película, Luis Tosar. “En principio están encargados de investigar las redes de contrabandistas de materiales peligrosos. Es decir, velar por la seguridad nacio-nal. Y en medio de toda esta investigación se ven inmersos en una serie de acontecimientos que no tiene tanto que ver con la seguridad nacional como con salvaguardar la imagen de la patria”, añade el actor.

Con Código Emperador, Jorge Coira se adentra en las mecánicas del poder en la sombra: “Lo que supone estar entre el bien y el mal, lo ético y no ético, lo le-gal y lo ilegal. Juan lleva varios casos en paralelo. Por un lado, tiene que inves-tigar a unos traficantes para intentar evitar un atentado en Europa y, por otro, está investigando a un joven político en busca de asuntos turbios. Y la cuestión es que no sabe por qué”, señala el director de la multipremiada serie Hierro.

Para Luis Tosar, ganador del Goya en tres ocasiones, su personaje (Juan) “es un tipo que está básicamente consagrado a su trabajo y que se está empezando a cuestionar ciertas cosas que están ocurriendo con sus deberes y obligaciones. En cuanto a salvaguardar la seguridad nacional, el sentido de lo patriótico em-pieza a mezclarse con otros asuntos, con encargos que están muy lejos de ser una investigación sobre temas de seguridad internacionales y que están más cercanos a la manipulación en el entorno político y en el entorno social. Y esto empieza a provocarle serias dudas sobre la ética de lo que está haciendo”.

Con su vida dedicada exclusivamente a sus responsabilidades laborales, “por-que cualquier elemento de vida más personal, de una vida más luminosa, puede ser un estorbo y un problema en su trabajo”, comenta Jorge Coira, el destino de Juan se cruzará con el de Wendy (Alexandra Masangkay), una asistenta filipina que trabaja en una exclusiva urbanización de lujo. A este respecto, el director apunta que: “Juan necesita engañar a Wendy. Por muy buenas razones, pero tiene que engañarla. Sin embargo, según la va conociendo, ese engaño empieza a ser algo difícil de llevar. De alguna manera, en esa relación, Juan es la oscuri-dad y Wendy es la luz. Un contraste en el que una vez que el negro y el blanco se mezclan, empiezan a aparecer los grises”. Según su coprotagonista Alexandra Masangkay, a la que hemos podido ver en películas como El Hoyo o 1898. Los últimos de Filipinas: “Realmente lo mágico de los dos personajes es que vienen de contextos completamente distintos, pero luego tienen algo en común que es la soledad. Son como dos animales heridos que se lamen juntos las heridas y acaban conectando”.

Código Emperador revela a través de la ficción una reconocible realidad de la España reciente: “En los últimos años han empezado a salir con cierta frecuen-cia noticias sobre esos mundos oscuros, las

denominadas ‘cloacas del Estado’. En la película queríamos adentrarnos en ese terreno para poder hablar sobre eso que está ocurriendo y que es opaco y está escondido… Solo emerge la punta del iceberg a través de ciertas noticias que vemos en los medios de vez en cuando”, profundiza Jorge Coira.

Una de las claves de la película, reconoce su productora Emma Lustres, de Vaca Films, “es bucear y meternos a fondo en los entresijos del poder: en los del po-der económico, en el empresarial, político, del show business y del mundo de-porte… Código Emperador pone un espejo a la sociedad española”. Para ello, continúa, “hemos hecho un trabajo de documentación e investigación exhaus-tivo. Entrevistas con periodistas, abogados, jueces, policías, el CNI… De esta manera, nos hemos sumergido en una realidad sociopolítica de este país, que ha sido muy poco tratada en la ficción española”.

Se trata de un revelador thriller que nos introduce en el mundo de los podero-sos y de los que mueven los hilos. La información y la desinformación, la ver-dad y el engaño, el bien y el mal… términos que, en ocasiones, se tocan, se cru-zan y conviven hasta confundir sus límites. El guionista Jorge Guerricaecheva-rría considera que “la realidad en que vivimos es el fruto de un delicado equili-brio. Un universo en constante peligro de zozobrar en el que la información es controlada y manipulada por poderes que, pretendiendo protegernos, buscan en realidad mantenerse a flote y perpetuarse”.

Para Georgina Amorós, Marta en Código Emperador, “el espectador va a poder ver unos temas que normalmente no tiene tan cercanos. En la película suceden muchísimas cosas… Trata de la corrupción, de la manipulación de las élites, del poder… De eso que sabemos que está ahí pero que, sin embargo, no lo tene-mos cerca o no lo hemos visto ni vivido”. Según su intérprete, “Marta tiene mu-chas caras. Es valiente, independiente y trabajadora, tiene las cosas claras. Pero también tiene secretos y una vulnerabilidad que intenta tapar con un carácter explosivo. Marta es una rosa delicada que se ha cubierto de espinas para sobre-vivir al mundo. Aunque huye de su pasado, con la aparición de Juan se volverá a encontrar cara a cara otra vez con este oscuro pasado que comparte con Juan y que ella creía haber superado… Pero Juan ha venido a recordárselo”. La actriz, vista en las series Élite y Vis a vis, o en películas como Rifkin’s Festival, destaca “el ritmo, las tramas, la intriga, la calidad de producción…” de Código Empera-dor.

Luis Tosar confiesa que “me gusta mucho el cine de espías y el policíaco, pero en este caso, además, creo que tiene muchos elementos de un cine que ya no se hace tanto, un cine que era muy abundante en los años 70, como las pelícu-las de Sidney Lumet…”. Y, además, asegura que “nos va a descubrir a un grupo de personas que desempeñan trabajos que no son normalmente muy conoci-dos por el grueso de la sociedad, pero que inevitablemente están ahí para que las cosas funcionen”.

Además de Tosar, Masangkay y Amorós, el nuevo thriller de Jorge Coira cuenta con un amplio universo que incluye, entre otros, a Miguel Rellán, Denís Gómez, María Botto, Laura Domínguez, Arón Piper, Fran Lareu y Santi Prego.

Con licencia para sorprender y hacernos reflexionar e inspirada en la cara más oculta de la realidad social y política española, Código Emperador “se adentra, desde la potencia del thriller, en la realidad de los agentes de información: un mundo en el que la frontera entre el bien y el mal se diluye y donde las cosas no siempre son lo que parecen. Poder entrar en ese mundo y explorar esos terre-nos difusos, estorninos moralmente complejos, creo que tienen mucho que ver con las razones por las que quise dedicarme a esto. Poder aprender un poco sobre los demás, sobre la complejidad de la realidad”. Para Jorge Coira, “las fronteras entre el bien y el mal, entre lo ético y lo no ético, no son tan claras. Y en muchos casos, gente que hace cosas terribles tiene muy buenas razones o cree tener muy buenas razones para hacerlas. Es un mundo difuso y precisa-mente por eso, más interesante”.

En definitiva, Código Emperador es un thriller de intriga, pero también un inten-so y catártico viaje interior que “espero que remueva emocionalmente. Una pelí-cula que atrapa, que te lleva de un lugar a otro, que te hace viajar, te engancha con esos personajes en situaciones muy extremas y muy fuera de lo común y, sobre todo, que te conecta emocionalmente con una realidad desconocida y apasionante”, concluye Jorge Coira.

LOCURA DE LO fotografía ANA MÁRKEZ / texto y entrevista P. GUERGUÉ ‘Veneciafrenia’, la nueva película de Álex de la Iglesia, llegará a las salas de cine el próximo 22 de abril, es el primer largometraje de The Fear Collection, el sello cinematográfico creado por Pokeepsie Films y Sony Pictures International Productions, en asociación con Prime Video. Con guión del propio de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría, ‘Veneciafrenia’ está protagonizada por Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Nicolás Illoro y Alberto Bang, quiénes dan vida a un grupo de turistas que viajan al carnaval de Venecia para divertirse, ajenos al gran problema que supone para los venecianos el turismo de masas. En la naturaleza existe un vínculo indisoluble entre la belleza y la muerte. El ser humano, deudor de su entorno, imita lo que observa. Como mosquitos atraídos por el faro más brillante, los turistas están apagando la luz de una ciudad prodigiosa, eterna candidata a Octava Maravilla del Mundo. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Para frenar la invasión, algunos se han organizado, dando rienda suelta a su instinto de supervivencia. Nuestros protagonistas, un sencillo grupo de turistas españoles, viajan a Venecia con la intención de divertirse, ajenos a los problemas que les rodean. Allí estilismo YURENA GUERRA / muah VANESSA LÓPEZ

EXTREMO

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se verán obligados a luchar por salvar sus propias vidas.

Hablamos con Alberto Bang de Jose, un personaje que destila litros y litros de inocencia, sin tener idea alguna de hasta donde puede llegar la maldad, ni si existe. Analizamos el oficio y esta gran y única oportunidad para hacer cine disfrutando desde el primer segundo.

MEW Magazine (MW): En este oficio el equilibrio perfecto está entre la paciencia y la incertidumbre...

Alberto Bang: Sí...

MW: ¿Y cómo se lleva eso?

Alberto Bang: Pasan tantas cosas en un rodaje que no sabes por donde te va a venir nada. De pronto te ves rodando una cosa súper extrema y luego sigues con algo completamente diferente y a lo mejor tienes una espera de cuatro horas. Los actores tienen que esperar y estar siempre al cien por cien.

MW: ¿El audiovisual desgasta mucho más que el teatro?

Alberto Bang: hay una diferencia abismal entre el teatro y el cine. Ninguna es mejor que la otra, pero son muy diferentes. En el teatro viajas con ese personaje, disfrutas de su arco durante toda la obra, frente al cine donde no ocurre eso. Por ejemplo, en ‘Veneciafrenia’ la primera secuencia que rodamos fue el inicio y la segunda secuencia que rodamos fue el final.

MW: ¿Cómo se lleva una profesión en la que uno va encadenando más ‘no’ que ‘sí’?

Alberto Bang: Tienes que tener una mentalidad muy fuerte para aceptar el ‘no’. No estamos acostumbrados en la vida a que nos digan que no. Porque siempre tratamos de conseguir el sí en todo. El que te digan que no, que no, que no, mentalmente te puede destruir y que te hagas muchas preguntas sobre ti mismo, si eres feo, si estás gordo, si no eres buen actor...

Hay que aguantar y particularmente, casting que hago, casting que me olvido.

MW: ¿ha habido algún casting que hayas sentido que te ha salido horrible y justo te han llamado de ese?

Alberto Bang: Es que normalmente suele pasar eso, que te llaman del que tú piensas que lo has hecho mal. Y la prueba que piensas que te ha salido genial, no recibes nada.

MW: ¿Qué es más fácil? ¿Los días en los que uno comienza a conocer al nuevo personaje o cuando llega el momento de soltarlo y terminar el proyecto?

Alberto Bang: Despedirse de un personaje siempre es

“Tienes que tener una mentalidad muy fuerte para aceptar el 'no'”

difícil porque es terminar el trabajo y si el personaje es grande pues al final hay mucho trabajo ahí, mucho cariño con el director, con el equipo técnico y siempre es complicado despedirse. Empezar siempre me parece divertido. Ver tu visión con la visión del director, por ejemplo.

MW: Te vamos a ver próximamente en ‘Veneciafrenia’ y me gustaría saber, sobre la construcción de tu personaje, si comenzaste por su movimiento corporal o fuiste antes a lo emocional.

Alberto Bang: Jose es verdad que a cuanto al movimiento es un poco torpón. Donde obviamente he sacado cosas de mí.

MW: ¿Fue fácil la convivencia con Jose?

Alberto Bang: Sí, sí, fue maravilloso hacer ese personaje.

MW: ¿Es más fácil un personaje que se aleja mucho de uno mismo?

Alberto Bang: Bueno...es verdad que cuando es un personaje más cercano te es bastante más fácil incorporarlo obviamente, pero a mí me gusta ir un poco a los extremos. Sino, al final, es todo como demasiado cotidiano. Y acaba siendo todo como muy normal, muy tú. Por eso me gusta trabajar con Álex porque él es muy extremo.

MW: En ‘Veneciafrenia’ el espectador va por delante de los personajes y eso es tan divertido como desesperante...

Alberto Bang: Sí, hay momentos en los que odias a los personajes (Risas), porque no se puede ser más idiota, ¿por qué entras ahí? Callejón, oscuro, ¡no vayas! (Risas). En Sitges la gente nos los decía.

MW: Jose es que tiene una inocencia...no ve maldad

Alberto Bang: Sí, está ahí como la inocencia, sin una maldad objetiva.

MW: ¿Serías amigo de Jose?

Alberto Bang: Yo creo que sí, aunque le daría un par de collejas en algún momento (Risas).

MW: Y siendo ese buen colega de Jose...¿qué consejo le darías al inicio de la historia y qué consejo al final?

Alberto Bang: Jose tienes que aprender a saber dónde está tu pasaporte y a guardar mejor los condones (Risas) porque empiezas mal sino. Y al final...que no te fíes de la gente, que pasan cositas...

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