Cuervo de luz Roberto Castillo

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Roberto Castillo Udiarte

Cuervo de luz (2005) The scarecrow and the hunter, can’t keep me away the winter winds a blowin’ couldn’t lead me astray you can separate the flock, still my color would show i will stand out, like a raven in the snow. Bill Miller

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Corvugénesis

1 Envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y viniendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. Génesis

Embriagado de oscuridad trastabillé de árbol en árbol, nube en nube, vida en vida.

2 Eras el silencio que tomó del arca el primer pájaro libertado. Raúl Garduño

Ahora, embriagado de luz, reconozco mi corazón en todas las cosas del mundo.

Cuervoema Mira la luna, cuervo, suspendida sobre un campo de mostazas. Gloria Ortiz

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Pero he aquí que gusto del brillo de las cosas, del rocío esplendente entre la yerba matinal la luz que rebota en las piedrecillas del río, la reluciente piel de las bayas coloradas, las escamas tornasol del inquieto y pródigo salmón, el reflejo alucinante del sol en los ojos de la ardilla, la iluminación rosada de las nubes vesperales, la luna que descansa sobre el lago del invierno.

Ornitomancia Del silencio, del juego alimenticio de las aves. Alfonso García Cortez

Plumas negras cruzan el cielo, de norte a sur, de sur a norte; semillas luminosas en curvos picos son el presagio de buenas cosechas, los cantos de la buena esperanza, sueños flotantes, sueños suspendidos en los aires matinales de marzo.

Unión Terminan su vuelo, uno por uno, los cuervos al atardecer. Buzón

Reunión bullanguera al caer el sol, arbóreos gañidos, cantos roncos,

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mitote de plumas, amistoso argüende de contentura al retorno vespertino, volátiles sombras, cantos celestiales que anuncian el sueño primaveral.

Padre Cuervo Crow has brought the message to the children of the sun. Bill Miller

Sindicato de los altos graznidos, gremio de la sonora tarde triunfal; por seguridad somos montoneros, sobrevivientes al acoso y el encierro, protectores de la estirpe ennegrecida de cuervitas de incipientes plumas que desean besar los cielos y las nubes.

Omnicuervo Like ravens dropping down like bombs. Jakob Dylan

Sabemos de los árboles y sus copas, del maizal y el frutaje de temporada, de las mil de rutas de los vientos, del cuidado del linaje más reciente,

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del ruidoso canto vesperal y el matutino, la lectura del cielo y la cambiante tierra;

sabemos del nadar del pez y el andar del roedor, del tiempo de las siembras y la muerte, las reuniones familiares y la agonía del ajeno, del festín de la carne y las semillas del oro, del pasado y los territorios por conquistar, la permanencia salvadora o el momento de migrar;

sabemos de la paciencia vital de los frutos, del arribo de equinoccios y solsticios destinados, de las penas del oso, el conejo, la foca y el venado, del salmón, la ardilla, el lobo, el águila y el gato montés y sin ninguna presunción vagamos por todo el mundo.

Corvufobia

Porque la cuerva también llora. Tomás Di Bella

Los hombres, en su finita maldad, endiosaron a la inútil paloma, al cordero silencioso y a los peces que nunca cierran sus ojos; en cambio inventaron la usura del hermano lobo y el coyote,castigaron al grandioso bisonte y la sigilosa serpiente sin párpados, al alacrán del veneno de oro

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y a las arañas de paciencia infinita; a los pumas los desalmaron junto con las ratas de ojos rojizos; encarcelaron al zorro y amarraron con grilletes al oso gentil, al reno lo embozaron al igual que al caballo y el venado de tercio pelo; encarcelaron a los hermanos halcones, cuervos, águilas y cóndores; condenaron en libros al divino dragón de fuego, el fálico unicornio,la sirena del bello canto, al tiburón milenario y la ballena de lunas, y mandaron al exilio toda bestia rebelde al capricho del mandato,incluyendo los sueños, los cantos, los deseos y al hombre mismo.

Espantacuervos The black, persistent crows whom we hate and stone. Leonard Cohen

El dogma de la cerradez y la ignorancia, estigma impuesto por la historia de la cruz, injustamente me endilgó el maleficio sobre mi lomo oscurecido y milenario, al igual que al del tiburón y la serpiente, el escorpión dorado y el murciélago.

Desplumado por los prejuicios inventados, por la persecución y el apedreo constante, enjaulado entre barrotes de ignominia, sobrevivo a pesar de páginas y páginas

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que cuentan de la falsedad de mis trucos.

Malicia y maldad no son mis compañeras, por eso emerjo, limpio de mi plumaje, de entre la dulce claridad de un nuevo día.

(Mi pantano no es de esos, dice mi carnal).

Bibliocorvus Que si posarse quiere sobre la tumba el cuervo. Rubén Darío Quote the raven: nevermore! Edgar Allan Poe

Nada tengo que ver con la maldad, nada con lo protervo rubendariano ni con el terror del Edgar Allan Poe.

Cuervura Like a raven breakin’ free. TheCharlatans UK

Una temporada de mal recuerdo, una jaula, artificio humano, a contra voluntad me encerró; y tristón, emblanquecí la negrura de mi plumaje una noche que parecía infinita, desesperanzada,

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y obligado en pose agachona enmudecí mi canto; era yo entonces rabia contenida, ira reposada, en aburrimiento cotidiano, angustia casi humana, y casi me derrota la resignación malora, el desgano; pero el ‘ya basta’ libertón regresó a mi sangre milenaria con la presencia de mi cuerva en mi corazón enlutado, y mi pico, curvo y pertinaz, forzó la puerta encerrona para volver a los cielos benditos, nortenses y amorosos, en busca de mi hermosísima compañera emplumada.

Alimonada Sad eyed lady with your raven there upon your shoulder. Marian Segal

Cuando una cuerva llora el cielo se vuelve gris y la brisa triste; cuando una cuerva llora el sol no se oculta en el mar y las ramas se vuelven metal; cuando una cuerva llora el cielo se vuelve pequeño y las alas se debilitan; cuando una cuerva llora no puede ofrecer su luz al mundo y eso le provoca tristura; cuando una cuerva llora busca a su cuervo de luz para que la proteja con sus alas

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del blues de los cielos.

Cuervicidio They hunt us down like carrion crows. Keith Reid

Un cazador furtivo con su maraña mental, muy enfermo de prejuicios centenarios e irresoluto en su atormentado corazón, empecinada sangre ausente de oxígeno y turbiez de ojos que ya no saben mirar, nos persigue con su escopeta de muerte.

El ya no saber cómo estar en este mundo le ha creado laberintos sin retornos fiables; alma extraviada en las calles de la ciudad; y ya no reconoce la sonrisa ni el saludo en los rostros cotidianos de sus parientes y perdió el maravilloso asombro del vivir.

Ya no soporta nuestros graznidos amorosos, la envidiada fidelidad a los nidos familiares, el desencadenado vuelo de nuestras alturas, este desgarbado caminar por los territorios, los latidos que cruzan los aires fríos del cielo ni la gregarez de nuestra especie emplumada.

La tenaz historia biológica nos dará la razón, una vez más.

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Cuervaje And the raven sitting lonely staring sickly at my male sex only that one word as if his soul in that one word he did outpour, pathetic.Lou Reed

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Sin desearlo, sin siquiera saber que llegaría presto, el agobio endurecido llegó a mí una noche invernal y mi canto fue el silencio de la infinita tristura; ajeno a mi vida llegó mi propio miedo inesperado; no creía merecer tanta pena, sin embargo me llegó, y mi vida, revoloteo de hojas y plumas ennegrecidas, fue cegada durante la estancia de murmullos nocturnos; mientras, mi cuerva dormía en su rama de luz.

2 Láminas escritas donde muere un cuervo verde. Jorge Ochoa

Un remolino de recuerdos y pensamientos distantes, un pedradón lanzado por la vida truca y desplumada golpeó mi corazón acostumbrado a la algarabía, y encontré mi reflejo en esa luna que espejea silente y no tuve más que llorar y hablar con mi corazón, hundirme en lo más oscuro de la negrura más negra, picotear los ácaros de entre mi oscurecido plumaje, aceitar de nuevo las plumas con mi lengua reciente

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y amanecer desgastado, pero listo, con la luz del sol y su calor en mi piel y mi corazón muy descubierto, revolar los cielos y reencontrar los caminos aéreos, retomar la brújula interna del corazón enamorado; mientras, mi cuerva despertaba en su rama de luz.

3 Make ravens of us all. Patti Smith

Con licor de agave, con dulzura en la sangre, hoy vuelo, y encuentro cielos de luz y aires puros de este mundo dispuesto voy a entregarme a la vida que es calorcito incienso de pináceas, bayas prendidas, pielecita de salmón, reuniones necesarias con parvadas que son la respuesta para convertir la frialdad del concreto en conversaciones, el silencio innecesario en palabras de dicha y amor, amorcito del bueno, el que transforma lo más cotidiano en una celebración y un homenaje a la vida que llevamos en nuestras venas, en nuestros corazones, nuestras plumas. Mi cuerva grazna a mi lado en su rama dorada por la luz.

Asífue... And after that Jim Jones, it’s high above on the gallows tree

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the crows will pick your bones. Bob Dylan

Internado en jaula de rejas doradas estuve por largos y largos meses sin dichoso vuelo, acusado de todo y responsable de nada siquiera, halagado sin consentimiento ni aprobaciones, comiendo sin gusto de la mano del captor; y aguanté sin chistar oprobio, temor y abuso, ideando mi escapatoria en insomnios involuntarios, y una noche conjurada de suerte invernal escapé al abrir la puerta de posibilidades finitas, escapé y caminé sigiloso a la cama del capturante y, cumplidor del refrán, le saqué los durmientes ojos.

Corvufilia The ornament of beauty is suspect, a crow that flies in heaven’s sweetest air. Shakespeare

Cuerva, inédito vuelo a mis ojos engrandecidos de sorpresa, te me apareces luminosa en tu maravillosa negrura; eres el sueño cobijante de los inviernos más rudos.

Cuerva, ligera pluma ensimismada en el aire primaveral que vuela confianzuda en los cielos septentrionales; eres dulce graznido que revienta al inmemorial silencio.

Cuerva,

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alebrestante plumaje matinal en el azulado infinito donde la vida aérea transcurría sin muchos sobresaltos; eres sagrada epifanía que irrumpes lo cotidiano en mí.

Cuerva, kilometrajes en los vastos territorios de la soledad rinden sus frutos esta inesperada mañana de marzo; eres el ansiado augurio para mi tranquilidad almática.

Nochebuena The cuervo gold the fine colombian make tonight a wonderful thing. Becker/Fagen

Cuerva luna, pretexto literario, musa eterna y pasional.

Cuerva luna, cursi y romanticona, compañera nocturnal.

Cuerva luna, deseo provocante, marejada terrenal.

Cuerva luna, en tu cuarto creciente

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soy plenilunio carnal.

Out Of The Blue Arriba me abraza la luna con su parloteo de cuervos. Alejandra Rioseco

Cuántos amaneceres, cuántos; cuántos atardeceres he lanzado mis graznidos desde el fondo de mi alma emplumada a tu corazón aterciopelado, en homenaje, cantoral de pajarraco bien agradecido, al nidito de amor, la compañía y la conversación en ramas de eucalipto, pino, acacia y el árbol de la noche.

Recuérvame siempre Un cuervo se ha posado en la rama la tarde de otoño. Basho

Grazna, mi cuerva, grazna, rompe este silencio vesperal que inunda a mi corazón.

Canta, mi cuerva, canta,

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anúnciame las noches de luz con tu agorera canción. Grazna, mi cuerva, grazna, y abre tus alas de azabache y envuélveme en tu pasión.

Dulce graznido My love is like a raven. DaveMamet/Rebecca Pidgeon

Haz de cuenta que estamos solos en el mundo; haz casita bajo mi ala izquierda ahuecada; haz confianza para sobrevivir el duro invierno; haz un nido en ésta, mi rama anochecida; haz concha y dulcemente acurrúcate conmigo; haz un campito para mi corazón emplumado.

Tender is the night

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Pine trees reaching up to heaven ravens dancing in the sky. Bill Miller

Te miras hermosa esta noche, cuerva, alisando tus plumas de azabache con el baĂąo de luna y las estrellas, acurrucada en el nidito invernal en las ramas del eucalipto nocturno, con el silencio del mundo a tu lado y el murmullo del viento entre las hojas; cuerva, te miras hermosa esta noche.

Mi cuerva de la noche When the black night falls the raven calls and bathes me with her sweet breath. David Mamet

Ahijada de la luna, mi cuerva de la noche vestida en terciapluma.

Ă“nix de las penumbras, corazoncito de luz y ĂŠbano entre las sombras.

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Curanderas de males, hija de la fortuna, tus alas confortables.

Mi chimenea invernal, nido de buen augurio en tierra septentrional.

Del hogar dulce canto, mensajera del amor, expulsora del llanto.

Mamá cuerva Vuelo, devoro, chillo y paso, cargo y remonto con mil alas: nada puede parar el brío, el orden negro de mis plumas. Tengo el alma de palo quemado, plumaje puro de carbón: tengo el alma y el traje negros: Por eso bailo en el aire blanco. Pablo Neruda

1 Ennegrecida, como noche pasional, mamá cuerva enseña a sus hijas el arte de volar, de vivir en el aire, de agitar las alas nuevas y la sangre,

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de tomar dulcemente el cielo por asalto, las nubes y los corazones más humanos en noches de luna creciente, luna llena. Fuerte ella en su misma soledad, agarra vuelo y zurca los cielos y los corazones desprevenidos sin saberlo, sabiendo, (lo sabe), que lo que ella hace está ahí, por siempre y para siempre; segura de su cachondez de cuerva, de mujer emplumada a punto de volar. ¿Hacia adónde vuela? Sólo ella lo sabe, como diosa, como divinidad celeste; segura de sí misma en el mundo vuela despreocupada por los aires, y ama cuando quiere y luego vuela rumbo a su propio corazón emplumado, amoroso, contenido, calientito, mmmmm!

2 Fly, raven, fly, grita el cuervo desde el álamo, orgulloso y enamorado del vuelo, de las piruetas de la vida área, encandilado del cuerpo luminoso de la cuerva emplumecida,

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querendona a su manera del cielo y los avatares del amor terrestre. Fly, raven, fly, grita el cuervo enamorado desde su rama florecida de repente, encantado por el cuerpecito de plumas lustrosas que brillan entre la noche, entorpecido por el vuelo luminoso de la cuerva sin preocupaciones aparentes, mortales o terrenales, Fly, raven, fly, haz que mi coraz贸n aletee a lugares insospechados por nadie, ni por mi propio coraz贸n prendido por las minucias o por las grandezas de la vida cotidiana y pasajera. Haz que mi coraz贸n se pierda en la inmensidad de tu nochez.

CorvusLucis Ravens sing with screams of ghostly shadows leaving the kiss of night. Neolith

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Encuervado por las calles de la ciudad camino entre animales presurosos y enfermos de rabia contenida, soledad que desangra, sueños que se esfuman entre las plumas; camino, pues, tambaleante y con orgullo, pensando en llegar a ti, cuerva enamorada, calurosa en el nido construido en primavera para que la noche devenga en ayuntamiento de luz.

Plumarilia Nuestro profundo respeto por el vuelo súbito del ave agorera. Tomás Di Bella

Es la reunión acerada y ruidosa de ángeles aprietados por el solecito, la hermandad de ennegrecido plumaje, los graznidos de la cofradía entequilada; son los corazones gregarios y amorosos que preparan su vuelo de buen augurio, por los aires más septentrionales del oeste.

Acerado Oh, i am like a black crow flying in a blue sky! Joni Mitchell

Ahí viene el hermano Juan, acerado,

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vuelo en vuelo, curación pajarera, sanación de plumaje muy iridiscente, escandaloso canto cotidiano de amistad, amoroso ruidajo a los cuatro vientos en la noche de luna recién embarazada.

Hégira Cuida un campo de eléboros que los cuervos desprecian. Guillermo Meléndez

Heme aquí sin algunas plumas, con cicatrices de batallas de orgullo y los golpes bajos de la trápala; he soportado tormentas verbales, oprobio de pólvora y veneno, el paso ineludible de los tiempos y la muerte de amigos emplumados; heme aquí, graznando el canto familiar.

Plumal Feathers fall around you and show you the way to go. Neil Young

Cuervo −chanate, urraca o zopilote, hijos todos de una misma raíz−, apenas perceptible, figurón totémico y muy simbólico, tatuado en los brazos

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y en las cinturas de las más bellas mujeres; vuelo silente, plumal y lleno de gozo, por las grandes avenidas de la ciudad.

Black water

Urracas y cuervos nos han sacado los ojos y arrancado las barbas y cejas. FrancoisVillon

Ni me encandila todo lo que brilla bajo el sol, ni practico la maula ni la triquiñuela, ni los chascos traicioneros ni vuelos desgarbados, ni el engaño con malicia ni el graznido estrepitoso, la raíz de mi plumaje es bondadosa y espiritual, mas no trates de domeñarme sin consentimiento porque hay algo de cierto cuando dicen, cría cuervos...

Corvosidad Sus alas negras baten como una lengua negra sobre el silencio. José Carlos Becerra

Calores de infamia, lluvias del dolor, incendios de rabia y fríos de soledad, vientos de la ira, nieves del olvido, sequías del fruto y temporales sin amor, todo lo he sobrevivido sin chistar y la paciencia de la sangre cuervaria me ha otorgado el aguinaldo de la dicha.

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Cuervez Crow has brought the message to the children of the sun. Robbie Robertson

Mi canto es remolino de hojas y briznas de luz, dulce recordatorio en los olvidos cotidianos, argucia ahuyentadora de la tristeza solitaria, historia compartida en el trajinar del mundo, libro de consulta de experiencias compartidas, pretexto de signos admirativos y de exclamación, augurio de dicha de los corazones secuestrados, alambique espirituoso de las conversaciones, compañero de la fiestera y alargada noche, incendio de voz en la oscuridad del silencio, conjuro de amistades de los años y las plumas, invitación a graznar por las dádivas del vuelo.

El cuervo reconoce

“Y ver las alas de la urraca sacudir el viento por el que te has ido”. Ricardo Castillo

El cuervo reconoce el futuro del sol,

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los movimientos de la blanca luna y el destino de lejanas estrellas;

el cuervo reconoce zonas sagradas, los aires que llegan desde el oeste y los territorios que no le pertenecen;

el cuervo reconoce olores ajenos, el aroma del plumaje de su cuerva y los vientos que le son adversos; el cuervo reconoce las distancias que sus alas ya le han acortado para comenzar una nueva vida;

el cuervo reconoce que lo vivido ha baĂąado dulcemente su plumaje y lo prepara para un nuevo destino;

el cuervo reconoce el aire cĂĄlido que lo guiarĂĄ hasta el verde bosque donde un nuevo nido ya lo espera.

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El cuervo

“Los cuervos son hermosos más allá de lo humano”. Enrique Servín

El cuervo ha entregado su amor emplumado a varias cuervas en su vida lustrosa; a veces total, a veces a medias; su nido una vez fue abandonado al llegar los vientos primaverales; ha cantado blues en noches de luna sobre la altura de las arboledas; ha graznado también su dulzura bajo las nubes de los amaneceres; siempre ha cantado a pesar del frío.

El cuervo ha perdido plumas y su brillantez, infestado por ácaros ha sufrido, incluso una ala le fue apedreada, y en oscuro silencio y en paciencia

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ha alisado su plumaje d铆a y noche hasta recuperar el brillo original, y ha aprendido a remodelar su vuelo y su nido con hojas y ramas recientes, ha recobrado el canto original de celo y se prepara para el vuelo del amor.

El cuervo sabe que siempre hay una cuerva en las alturas del cielo del mundo dispuesta a compartir el nido del amor construido con paciencia incondicional, a pesar de los infortunios del pasado; y se ha enamorado y elevado el vuelo encima de los torbellinos invernales, ha lucido su canto y sus plumas de 贸nix bajo la poca luz opacada por las nubes y su canto anuncia la llegada del sol.

El silencio del cuervo

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“Y no miento si digo que Paul Eluard saltó de mi habitación con alas de Ícaro y cuervo por la ventana de esta ciudad”.

UbertoStabile

El silencio del cuervo es una piedra negra en el cielo, nube de lluvia que rompe el aire sin hacer ruido, sin hacer viento;

navaja de obsidiana que abre el corazón del cielo, densa lluvia de sangre azabache, ritual mudo para sanar el alma;

el silencio del cuervo es una danza ausente de sonidos, es un baile milenario sin historia, es música carente de intenciones;

escritura silente del aire que desaparece tan pronto aparece

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y su intención no es permanecer porque es tan fugaz como la vida;

el silencio del cuervo así es, distante, ido, muy lejano, aunque pueda resurgir su graznido muy amoroso bajo la luz de la luna.

Cuervo de luz As you know, the raven speaks in two voices, one harsh and strident, and the other, which he uses now, a seductive bell-like croon which seems to come from the depth of the sea, or out of the cave where the winds are born; it’s an irresistible sound, one of the loveliest sounds in the world. Bill Reid

Soy el cuervo, señor de la noche y nadie imagina mi canto en el diario amanecer del mundo, mi graznido amoroso, mi grito de vida.

Soy el cuervo, amo de los cielos,

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y en mis alas de ébano cantan los vientos helados del norte y en mi corvado pico yo guardo la luz.

Soy el cuervo, plumaje de ónix, ladrón de la luz de los dioses, dador de toda la vida septentrional a plantas, animales y parejas humanas.

Soy el cuervo, dueño del cielo azulado, y mi vuelo del silencio augura los buenos mensajes a los nativos de los territorios del sol.

Soy el cuervo, sanador de almas, curandero de las tristezas, medicina natural de los corazones que han perdido el rumbo en su trajinar.

Soy el cuervo, el amo del amor, fiel a mi compañera de vuelo durante el transcurso de toda la vida y cuidador de los hijos emplumados.

Soy el cuervo,

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constelaciĂłn celestial, nocturnal divinidad emplumada, oscuridad repleta, granate oscurecido, ave que limpia los caminos de la vida.

Dispersalia (circa‌)

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Pesadumbre

Cuando un familiar muere la impotencia toca a nuestra puerta y se sienta a nuestro lado con gran silencio, y de pronto no sabemos ni qué hacer ni qué decir; y buscamos flores, tarjetas y libros que contengan palabras con aliento de esperanza que no tenemos, y sólo terminamos pronunciando frases sin sentido porque ya es demasiado tarde, porque llegamos tarde.

Cuando un familiar muere también nos invade el miedo, el temor,

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el saber que algo microscópico sea capaz de destruir nuestro esqueletaje con todos sus nervios y músculos, que todo nuestro sistema defensor se nos venga abajo, espectacularmente, como en el famoso efecto dominó, y las preocupaciones aumentan y se vuelven canas o arrugas y buscamos a un doctor para que nos salve de lo ya inevitable.

Cuando un familiar muere los pequeños detalles cotidianos adquieren sentido y una luz muy especial, por ejemplo: la sonrisa de los hijos, las reuniones familiares, los atardeceres frente al mar, una tacita de café o una cerveza, las caminatas por las calles recién descubiertas, las canciones que nos recuerdan la infancia o la adolescencia y las cartas que recibimos de alguien que vive en otra ciudad. Cuando un familiar muere nos hace recordar esa fragilidad de la cual estamos construidos por dentro, ese andamiaje tan inseguro que es la vida; y nos recuerda que las casas y los carros, que los trámites burocráticos y el trabajo, las horas de oficina, la cartera y los celulares de nada sirven si la vida se encuentra en el exilio.

¡Qué tristeza nos da cuando un familiar muere!

Strangers in thenight

Nadie sabía de sus infancias en las calles de la luz,

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de sus amores y desamores en la secundaria, de sus fiestas de cumpleaños y las primeras veces que fumaron a escondidas en la esquina del barrio, de cuáles eran realmente sus comidas favoritas o dónde compraban sus ropas y sus cigarillos; nadie sabía de sus sueños y pesadillas de terror ni de su gusto por divertirse bañándose en el mar, del placer de jugar al fut o al básquet en la colonia, de las bromas pesadas con los amigos más íntimos y del agacharse al regaño verbal de sus madres o su gran alegría cuando visitaban a la vieja agüela; muy pocos imaginaban la música que escuchaban o los libros que ya habían leído por puro gusto, o de los insomnios eternos con la preocupación por el padre en la cama 15 del hospital general; nadie siquiera sospechaba que unas horas antes habían sido secuestrados en esta ciudad iluminada y, sin embargo, los impunes comandos del miedo los arrojaron sin sombra en la orilla de la noche.

Mujer con ojos de almendra

Salió, como todas las mañanas, hacia el mercado popular

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dispuesta a comprar las verduras necesarias para la comida; era una mañana especial, un poco de polvo, pero especial; entre los dátiles, uno de los vendedores le lanzó un piropo que escurrió como miel por su cuerpo todavía adolescente; ella empezó a recordar a su familia con profundo dolor: su padre encarcelado durante años sin juicio ni condena, a su madre desaparecida desde una tarde de invierno, a sus hermanitos despedazados por una bomba expansiva nada fácil fue para ella sobrellevar los acontecimientos; sin embargo, el líder espiritual del barrio le dio consuelo, palabras dulces y claves para el perdón a los enemigos, frases de sabiduría retomadas de la iglesia milenaria.

Justo al pedir dos bolsas chicas de habas y chícharos, en vez de sacar las monedas, tiró de una cuerda de seda y su corazón estalló en miles de pedazos diminutos. (Una mujer iraquí hizo estallar una bomba en el mercado municipal de Bagdad hoy por la mañana matando al menos a 21 personas. Se cree que fue aleccionada por un grupo terrorista de Al Qaeda

La cebolla silvestre (reprise)

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al Róber Jones (8 feb. 1945 - 26 sept. 1996)

Esta noche que empieza a hacer viento te recuerdo, carnal, en la 24th street y afuera estacionado tu viejo Ramblercolor verde con una antigua máquina de coser Singer en el asiento trasero, frente una casa donde se atendían a alcohólicos y viejos drogadictos, un barrio lleno de latinos y negros y hombres solos y homeless y constantes sirenas de patrullas y aviones bajando rumbo al aeropuerto; a unas cuadras el billar FourCorners donde solíamos ir a jugar bola ocho; cerca una licorería atendida por gente de Iraq o el Líbano, nunca lo supimos; y a otras cuadras, el maravilloso lugar llamado Big Kitchen, donde servían los mejores y más baratos desayunos de todo el condado de San Diego.

Esta noche de principios de otoño te recuerdo, carnal, caminando por los pasillos de tu casa de madera crujiente de vieja, las paredes llenas de libros de poemas y fotografías en blanco y negro, el viejo tocadiscos siempre encendido tocando música de Miles Davis, Carla Bley, los Allman Brothers, John Fahey, la Janis y Dylan y The Band; montañas y más montañas de revistas, libros, periódicos y discos de jazz;

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la televisión prendida sin volumen en un juego de béisbol de los Padres, la cocina oliendo a pozole, orégano, limones y cebollas recién cortadas, el refrigerador lleno de cervezas mexicanas, gringas, japonesas y alemanas, el teléfono timbrando cada quince o veinte minutos todo el día y la noche.

Esta noche de septiembre te recuerdo, carnal, con tu cabello güero medio largo y la calvicie prematura, tu cuerpo como un oso de ojos azules, leyendo, a grandes pausas, tus poemas tan humanos y gringotes traducidos al español por tí mismo, donde hablabas de tu abuelo Ashley cuando salió del manicomio; de tu tío William, el peluquero; de tu madre y otras bellas mujeres, Jenny, Linda, Patricia, Julieta, Annie, Elise,Paula y la enana Emma Cobb, la que te rentaba un lugar donde dormir en el pueblo de Kalamazoo; y también contabas de los amigos entrañables como el David y el Jeffrey, y de la señora depresión, del mikeysbigmouth, mister gin y el señor cuervo.

Esta noche de música infinita, carnal,

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recuerdo las fiestas interminables en tu casa que se volvía una embajada con amigas y amigos que llegaban de Mexicali, Los Ángeles, Tijuana, Fresno, el Deefe, San Francisco, Guadalajara, Nueva York y puntos intermedios, las conversaciones en inglés y español, en señas y espanglish,y los temas brincaban de literatura al cine, de la música al juego de béisbol,de los gobiernos reaccionarios al grafiti, de las revistas literarias al amor, y todos los cuartos eran los mismísimos cuartos de la mítica Torre de Babeldonde surgían proyectos de nuevos libros y antologías que nunca fueron, pero nacían nuevas amistades y en algunas ocasiones romances pasajeros.

Esta noche de nostalgia con el cielo estrellado, carnal, recuerdo las interminables noches que pasábamos juntos traduciendo, luchando con los diccionarios para encontrar las palabras perfectas, los garrapateos en decenas y decenas de hojas de block, amarillas y blancas, los sinónimos y antónimos que nos recordaban algunas viejas canciones y poníamos los discos de Dylan, Terry Allen, Leonard Cohen yJoni Mitchell para descubrir las metáforas que fueran exactas al español o al inglés; de los textos de Mark Strand, Josécarlos Becerra, Galway Kinnell o Sabines, las discusiones hasta que aparecía el sol y tú y yo, borrachos y contentos,

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nos dábamos un pase y prendíamos un cigarro por el poema ya traducido.

Esta noche de sentimientos en remolino, carnal, te recuerdo porque celebrábamos los cumpleaños juntos el mes de febrero, yo el siete y tú el ocho, la misma fecha que mi padre y el mismo nombre, y yo ya había decidido adoptarte como el hermano mayor que nunca tuve, y ahora éramos hermanos de acuario, de música, de pasiones y de literatura, y nos regalábamos discos, libros, botellas de vinos tintos y tequilas blancos, y nos íbamos a los conciertos de HerbieHancock, Chick Corea y Keith Jarrett, nos dábamos consejos de carnales y llorábamos los desgracias amorosas, y la Janisy la BillieHolliday nos acompañaban hasta que amanecíamos y el nuevo día nos recibía de nuevo con el aromático café de la esperanza.

Hoy recuerdo aquella noche de eclipse lunar, carnal, del 26 de septiembre del 96 cuando alguien te encontró en la calle, en el centro de San Diego, y nadie te reconoció en la oscuridad, nadie supo que eras el hombre que hacía el pozole más sabroso, que eras el amo del Tolousse, el perro más apestoso de todo el barrio, que eras el más silencioso de los vecinos de toda la zona centro,

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que manejabas el carro más lento de todos los freeways del condado, que eras el mejor poeta de ambos lados de la frontera Tijuana -San Diego y que escribías los poemas más humanotes, más amorosos, más jones; donde quiera que estés, este tequila va por ti, carnal, ¡salú!

Los invisibles En mi país estoy en tierra lejana. FrancoisVillon

¿Adónde se van los sordos, mudos, ciegos y mutilados por la vida, las paraditas y los trasnochados y altísimos travestis de la Calle Primera, las mujeres explotadas en las maquiladoras orientales, los ancianos que empujan un carrito de paletas por las colonias empinadas, y los cientos de ejecutados y mujeres asesinadas o desaparecidas en los últimos años? ¿O los comandos de secuestradores vestidos de noche, y los niños de la calle con sus caritas pintadas haciendo de malabarista cuando

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el semáforo se pone rojo de vergüenza, y los jaipos ennegrecidos que limpian ventanillas en los cruceros para comprarse un globito de heroína salvadora? ¿O los políticos que nunca están donde deben de estar, y los yeseros, los repartidores del gas, del agua en garrafones, los camoteros y los que empujan sus carritos de elotes y tamales, y las mujeres y niños que pizcan las bolsas de basura por las mañanas, y los adolescentes suicidas del desamor, y los grafiteros y las mujeres tatuadas, y los desempleados que se sientan en las bancas del parque a leer los avisos de empleo? ¿Adónde se van los desvelados que hacen la limpieza en las oficinas comerciales, en los bancos y oficinas del gobierno a altas horas de la noche, y los bomberos y rescatistas, y los cantineros que tienen que aguantar a los clientes necios y desquiciados, y los irremediables enfermos de sida, los alcohólicos anónimos y los conocidos, y las mujeres que no encuentran empleo porque no cumplen los requisitos de belleza? ¿O las familias que se quedan sin casa después de un incendio, o las lluvias inesperadas, o los desalojos apoyados por los policías, y los migrantes sin pertenencias que tienen por techo las noches frías de los asaltantes sin misericordia, y los loquitos urbanos que deambulan por las calles del centro, arrastrando por las banquetas sus sueños y sus deseos extraviados en algún lugar de sus corazones? ¿O los músicos desconocidos que tocan sus guitarras, contrabajos y acordiones en cantinas, fondas, bares, restaurantes y camiones urbanos, y los vendedores de amuletos para la buena suerte y triunfar en el amor, y los rotulistas y pintores de brocha gorda, o los mecánicos que aceitan la vida cotidiana, y los albañiles que construyen con sus manos los sueños de arquitectos e ingenieros?

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¿O los pobres, las prostitutas, los de la tercera edad, las mujeres, los niños sin escuela, las lesbianas, las víctimas de secuestros y violaciones, y los homosexuales, o los que no tienen carro, y las teiboldanzonerasagotadas y todos aquellos que sólo son objeto de estudio y son un porcentaje o una estadística para los investigadores de cubículo? ¿Adónde se van los miles y miles de personas que parecen haber nacido pegados a un teléfono celular, y los pepenadores de los suburbios desconocidos, y los otros miles y miles que se arrodillan en misa esperando un milagro en sus vidas inútiles, y los que creen que el rumbo del país será enderezado con su voto electoral? ¿O los vendedores de periódicos, los de ramos de flores, de billetes de la lotería; dónde están los chinos restauranteros, los sinaloenses que venden mariscos, los japoneses y sus tiendas de curiosidades que huelen a incienso, los oaxaqueños jardineros que retoñan la vida, los gitanos y sus cinitos, los veracruzanos y sus tamales con hojas de plátano y los últimos y silenciosos indios nativos de la región? ¿O las gordas que se esconden de las básculas, los boxeadores alcoholizados en la esquina del fracaso, los vendedores de libros angustiados ante la televisión prendida, la costurera del barrio que cose vestidos de reinas y princesas, los herreros que construyen rejas contra la inseguridad, o los enanos que tratan inútilmente de alcanzar a la luna? ¿Adónde se van los plomeros que tapan las goteras del alma, los gritones de los congales de la diversión, los vendedores de alarmas para el carro, las oficinas, las casas y el corazón que teme ser la víctima del secuestro, el hombre que sube a los postes para arreglar el teléfono, el cable y el sky lleno de estrellas? ¿O los afiladores de tijeras, cuchillos y navajas para las venas, los zapateros que huelen a vaqueta, hule y grasa, los fotógrafos de ocasión que registran la

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vida cotidiana, las escritoras que escriben poemas desde el anonimato virtual, las vendedoras sonrientes de cidís piratas en los tianguis y suapmits, los llanteros que le hacen el paro a tu llanta ponchada en la madrugada cuando vas rumbo a tu cama? ¿O los que se dan un toque o un pase a escondidas en el baño, las incrédulas que leen su horóscopo por si acaso, los morbosos que espían a la vecina durante las noches de luna llena, los encarcelados por el sólo hecho de no tener una identificación de plástico, los divorciados sin remedio y las que enviudaron hace quince horas? ¿Adónde se van los sastres con sus viejas máquinas de coser Singer, los relojeros casi ciegos por las manecillas del tiempo, los técnicos que arreglan planchas, licuadoras, cafeteras y tocadiscos, las mujeres que hacen tortillas de maiz con sus manos calientitas, oficiantes casi en peligro de extinción? ¿O los huérfanos de padre y madre; los asesinos furtivos que se esconden en las sombras de la noche; las meseras que soportan proposiciones inmorales; los padrotes que golpean a las mujeres sin piedad; los poetas detrás de la botella de alcohol barato y los ancianos que esperan a la muerte sentados en un rincón de la casa? ¿O los que agonizan abandonados en una cama de hospital, los migrantes perdidos en el desierto que recuerdan a sus familiares, el solitario en su departamento con un cigarrillo eternamente prendido, los alcohólicos y drogadictos en recuperación, la soltera que espera sin esperanza a que suene su teléfono desconectado? ¿Adónde? ¿Adónde se van todos mientras tú y yo hacemos el amor?

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Invasoras del corazón (Las mujeres de Irak, Irán, Líbano, Afganistán y otras guerras)

a Miapá A pesar de las nuevas teorías del pensamiento la historia parece repetirse inexorablemente.

1 Los invasores llegan con la noche.

2 Todas las mujeres del pueblo abrazan a sus hijos y los focos se apagan en el mismo instante; la silueta de la noche se transforma en pesadilla, el temor se posesiona de los latidos del corazón y las plantas de los pies sienten el temblor del suelo; por las ventanas entran luces verdes y naranjas que dibujan demonios en las blancas paredes; el odio patea con sus botas las puertas de madera

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y amenaza con un lenguaje ajeno a este mundo; las mujeres y los niños gritan su horror sin consuelo; los ancianos, en silencio, aprietan con rabia los dientes mientras la paz desaparece del territorio de la arena.

La ira de un dios ajeno ha caído como hierro ardiente, como si fuera un ruidoso y pesado tren desbocado, como esos castigos divinos aplicados por error.

3 Los hombres del pueblo, todos, uno por uno, el cartero y el doctor, el labrador y el mercader, el cantor y el zapatero, el mecánico y el dentista, el poeta y el sastre, el músico y el albañil, el burócrata y los recolectores de la basura, ponen sus cartas sobre una mesa de cedro, olvidan sus diferencias y sus viejos rencores, cambian sus utensilios por fusiles y pistolas, brindan con licores tradicionales del valor,

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se esconden en los rincones, entre las sombras, y disparan sus ansias por mirar de nuevo al sol, ofrecen sus vidas para ver crecer a sus hijos, para continuar amando a sus bellas mujeres.

4 (Monstruo apenas imaginado es la guerra, guadaĂąa segadora del corazĂłn, golpe mortal a mitad de la vida).

A pesar de su milenario orgullo defensor los soldados de casa caen irremediablemente y sus vidas se convierten en ceniza frente al viento; un lamento femenino invade el aire de la noche y el desconsuelo cae de rodillas sin pensarlo.

Horas despuĂŠs, al amanecer, el panorama es triste: el hedor a muerte dobla por las esquinas rotas e invade los pulmones acostumbrados a la mirra,

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el café, los higos, los cuerpos sudorosos y el dátil; el mercado ya ha desaparecido del mapa mental, la escuelita se ha incendiado con todos sus libros, una mano pequeña aprieta una muñeca sin un brazo, un pie sin sandalia ha perdido el resto de su cuerpo y un par de ojos se lleva su último deseo en la mirada.

Por los resquicios de las puertas entra el silencio y ensordece a los oídos acostumbrados al canto, al sonido de la flauta y las cuerdas milenarias. Las calles ya no llevan a ninguna parte y el reloj de la torre central se detuvo a las diez.

Una nube de moscas se adueña de los cuerpos y perpetúa su especie acostumbrada a la putrefacción.

5 A las niñas y los niños les han mutilado sus sueños,

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sus piernas, sus risas, sus brazos y sus familias; ahora juegan con casquillos y culatas rotas, y construyen, sobre los rastrojos de sus casas, naves indestructibles que surcan los cielos cenizos, historias que tienen que ver con los siete mares; desembolsan los recuerdos anteriores a la guerra y los convierten en asilos para soportar el presente; y aprenden palabras nuevas, sonidos extranjeros, que las madres nunca hubieran querido enseñarles, historias que los abuelos nunca les quisieron contar.

6 El suministro del agua es sólo un recuerdo lejano, distante como el camino de la escapatoria deseada, apartado como el oasis en la inmensidad del desierto, tan remoto como la búsqueda de la misma eternidad. Las medicinas han caducado desde hace tres días, el alcohol se ha volatizado y los algodones vuelan; enfermeras y doctores llevan días y noches sin dormir

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tratando de acallar dolores y curar insomnios ajenos; la peste y las infecciones se respiran sin remedio, la leche se ha cortado y la miel se ha cristalizado, las noticias corren a hurtadillas por calles de tierra, los planes de ataque se delinean en la arena de oro, el silencio es una arma cargada de paciencia infinita y la resistencia es una enredadera que se rehusa morir.

7 Las mujeres del pueblo, ahora huérfanas y viudas, soportan en silencio violaciones, asesinatos y saqueos; al hambre y las enfermedades les dan de escobetazos; remiendan con elegancia el vestido de la señora pobreza, bailan con el sol, cocinan desperdicios vegetales, preparan el café, con dulzura atienden a los viejos, dan de comer a las gallinas, barren sus patios de luz, espantan a las moscas, riegan sus jardines perfumados, sacuden la tristeza con los plumeros de sus abuelas, resguardan el alfabeto, las metáforas y la sabiduría,

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lavan sin pena la ropa sucia de doña esperanza, arrullan a sus hijos, rezan con su voz muy muy bajita, luego cantan las más antiguas historias de amor y tejen con paciencia sus vidas antes de dormir; al amanecer, las mujeres beben agua fresca y continúan con sus labores de todos los días.

Pero una tarde toman la sombra de una datilera, después forman un concilio con las ancianas, y deciden embarazarse por los soldados enemigos.

8 Meses después empiezan a nacer hijos, todos varones, y los bendicen con el nombre de sus hombres difuntos. Les leen y les cuentan grandes hazañas mitológicas de aqueos, aztecas, mongoles, celtas, romanos, babilonios, de héroes con nombres que ahora les serán familiares; les besan sus frentes y les brindan el amor a cucharadas; sonríen como sandías, como granadas, como agua de coco;

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les cantan como se les canta a los semidioses terrenales y les brindan el calor inolvidable de sus maternales cuerpos.

9 La recuperación será inevitable. Sólo es cuestión de tiempo.

Acerca del autor Roberto Castillo Udiarte nació en Tecate, Baja California, México, en 1951. Estudió Letras Inglesas e Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y Comunicación en la Universidad Iberoamericana Tijuana. Ha sido profesor, promotor y periodista cultural, editor, cronista, realizador radiofónico, traductor y corresponsal. Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, alemán y portugués.

Obra

Poemas: El blues del cuervo: antología bilingüe, Editorial Piedra Cuervo, Rosarito, 2013 Blue: cantos como tatuajes, Isla de mar, 2012 Cuaderno septentrional, Isla de mar, 2011 Cuervo de luz, Isla de mar, 2005 Elamorosoguaguaguá, UIA/El Día, 2002 La pasión de Angélica según el Johnny Tecate, CECUT/CONACULTA, 1996 Nuestras vidas son otras, La tinta de alcatraz, 1994

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Cartografía del alma, UABC, 1987 Blues cola de lagarto, Gobierno de Baja California, 1985

Prosa: La esquina del Johnny Tecate, Oasis Editorial, 2004 Banquete de pordiosero: menú roquero para compas y compitas, Yoremito, 1999 Gancho al corazón: la saga del Maromero Páez, Yoremito, 1997 Arrimitos o los pequeños mundos en tu piel, La iguana del mar, 1992 Pequeño bestiario y otras miniaturas, La iguana del mar, 1982 Traducciones: Charles Bukowski, Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre, UAEM, 1983, 1995 y 1998; Editorial Castaños, 1987; Laberinto Editorial, edición bilingüe, 2007 Mailer, Robbins, Bukowski, Capote, et al, Marilyn y los dieciséis voyeurs , Isla de mar, 1995

Y traducciones suyas han sido incluidas en: Más de dos siglos de poesía norteamerican, 2 tomos, Difusión Cultural de la UNAM, 1994 Robert L. Jones, La cebolla silvestre, Joan Boldó i Climent, Editores, 1992 Antologador y compilador: Aquella noche el mar…poemas de las costas bajacalifornianas, ICBC/Editorial Aretes y Pulseras, 2009 Nuestra cama es de flores: antología bilingüe de poesía erótica femeninabajacaliforniana, CECUT/CONACULTA, 2007 Cómplices de sueños 2: testimonios de promotoras comunitarias de Tijuana y Mexicali, UIA/CECUT, 2007

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Cómplices de sueños: testimonios de promotoras comunitarias de Tijuana, UIA/SimonFraser/Los Niños, 2004 Bar Diana, una celebración, Editorial Los Encinos, 1997 Antologías compartidas: Roberto Castillo, Alfonso García y Ricardo Morales, La Revolución también es una calle, UIA/XV Ayuntamiento, 1996 Roberto Castillo, Manuel Valenzuela y Victor Espinoza, …Y todos tiramos piedras, antología literaria de Tecate, Editorial Cuchumá, 1987

Incluido en las siguientes antologías: Acrossthe line/Al otro lado: thepoetry of Baja California; Memoria del primer encuentro de escritores de las Californias; Fronteras de sal: mar y desierto en la poesía de Baja California; Oye cómo va: recuento del rock tijuanense; Puro border, dispatches, snapshots and graffitifrom La Frontera; El mar es un desierto: poetas de la frontera norte 1950-1970; Parvada: poetas jóvenes de Baja California; Lecturas de Baja California; Storiesfromwherewelive, the California Coast; Estado de sitio: ensayos y otros asaltos sobre literatura y arte; Un camino de hallazgos; Crines: lecturas de rock; Baja California, piedra de serpiente, El margen reversible;Tijuana: senderos en el tiempo; y otras.

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