Diversas Geografías II

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DIVERSAS GEOGRAFÍAS II

La luz de la palabra se hace presente en esta reunión de cuatro poetas provenientes de diversas geografías. Los poemas de Zazil Alaíde Collins (quien vive en la Ciudad de México) se despliegan como un mapa de una ciudad “poética” en cuyas rutas (versos) se hilvanan emociones e ideas, de manera fluida y transparente, provocando que el lector entre en una caja (dentro de otra caja) para después salir y sentirse vivo ante “el hallazgo en un resplandor de besos”. En otra zona, Iván Méndez González (Nacido en Islas canarias, España) describe paisajes lingüísticos, poemas insulares donde el olvido es “un animal que tiembla”; su poesía encuentra en la contemplación su mayor virtud y logra revelarnos los pequeños universos que conviven simultáneamente cada día. La mirada de América Femat (Hidalgo, México) indaga en los paisajes interiores, se duele para saber del misterio, y su escritura tensa un arco entre la pregunta y la respuesta para unir ambos extremos en el poema: diálogo verdadero con “el otro”, que es uno mismo: “Por eso busco en el puerto de tus ojos/ el mar de mí navegación,/ toda esa agua suspendida”. Por último, Jesús García Mora, desde Tijuana, Baja California, vuelca sobre el poema la carga narrativa de la realidad, busca entre las ruinas de lo cotidiano el milagro y lo canta desde el vértigo: “desde este país que se opone a caer en la grieta/ canto hermano porque fuimos parte del mismo mundo”. Así, en esta poética coincidencia convocada por la revista La otra, los cuatro autores aquí reunidos, construyen una nueva geografía para que los lectores podamos habitarla.

Jair Cortés


Zazil Alaíde Collins

Mathias

Pensando en Pollock, Cézanne y Picasso

El cuello pliega la añoranza de una bengala en tu corazón las nubes lo realzan: past is gone cuando el temblor, como una ola improvisa sobre una noción de amor —o una toma de Coltrane en el Hudson : el blanco y el silencio son presente no ahora como un principio irrepetible dentro de una esfera de vidrio

Now I feel strong when I embrace you

Joker La palabra oculta es “equis” de laca en acera grafiti en cruz de una adolescencia revelada en Brooklyn como un recuerdo que el mago evoca en los rollos desechables de su Kodak


Veinte años después contempla una maleta llena de melodías : la carta blanca que se muestra como cisne de Leda

Boxes

Para Sean Scully y Billy Martin

Una caja para Billy dentro de una caja para Sean en Tappan y dentro los hilvanes: el trance de los diez sabios la gravura del manto cyprium niccolum chromium Una caja que resguarda el aire sobre el dintel cor-ten seis movimientos que forjan la puerta dentro de una caja para Sean : templo de acero

Nueva York, 23 de septiembre de 2016

Acantilado


Que me mate el mar antes que el sistema. Nelda Piña y la BOA

Este es un poema sobre la zozobra, sin talega, sus latidos escarpa. ¿La cicatriz se adapta o la rechaza tu albor?

Repaso una estela para no olvidar el olor del lucero, el señuelo de la serranía, esa hondura por la que los redobles anuncian la cartografía del miedo o de una enemistad.

Decantamos lo que no se pronuncia pero existe sabemos que ocurrirá como el eco, como un crimen.

Si aún eres terso como el bisonte platícale al meteoro por cuál fractura pasa su luz. ¿Cuál es tu roca? En esa greca transcribo mi piedra.


Tras la cueva nos preguntamos “¿por qué no es como yo?”, pero el dolor es indiferente, caminamos a una casa vacía.

En la corteza del cielo se reescriben los quebrantos, toda insana palabra del derroche toda mezquindad de quien teme al amanecer, todo prejuicio en campo traviesa.

Para golpear la arena tam tam hace falta el arrullo de la caracola, el amuleto de las pequeñas cosas.

Siempre he querido escribir sobre el amor pero entre mi cielo y la tierra mi hechizo nunca es rezo, y un buda es detonado y parto al otoño en un tren de latón.

De día y de noche el petricor se refugia en mi corazón, raíz del leño y habla con el tocón y el sunsun. “La gente muere para probar que vivió” [Guimarães], sí,


para soĂąar con el cauce de un canto, encontrar el santelmo en sus ojos, abrazar el hallazgo en un resplandor de besos.


ZAZIL ALAÍDE COLLINS (México, 1984) Es autora de los libros de poesía Junkie de nada (Lenguaraz, 2009), No todas las islas (Conaculta-Instituto Sudcaliforniano de Cultura, 2012, Premio Estatal de Poesía Ciudad de La Paz 2011), El corazón, tan cerca de la boca (Abismos-Mantarraya, 2014) y Sipofene (La tinta del silencio, 2016). Parte de su obra ha sido traducida al inglés y al árabe, y seleccionada para Descarga Cultura UNAM, los paréntesis poéticos de Central Once (Once TV-IPN), así como la Antología general de la poesía mexicana: De la segunda mitad del siglo XX a nuestros días (Océano, 2014). Coedita el proyecto Músicos en la Ciudad de México, junto al músico estadunidense Todd Clouser. Blog: http://momalina.blogspot.mx/

Iván Méndez González

[Insolación]

sometimiento del paisaje bajo un sol que ostenta los rayos de su luz solitaria. la insolación envuelve los cúbicos matices, que prefiguran las aristas recónditas de piedras cercenadas. fingen las luminarias islas multiplicadas, el color enquistado. el hombre traduce su clima a la cálida lengua


de los objetos arborescentes, tullido por un insulario de luces y sombras celestes, anónima visión del ornamento derrumbado desde las nubes. las palabras cansan los ojos, lo mirado extravía su signo entre la luz de espinas. arraiga el filamento de las cosas.

[Tremor]

para Joselyn, siempre

en el espacio deshabitado se agazapa el olvido como animal que tiembla se lame (se escuchan luciérnagas) transita por el hueco se desglosa: es sólo brevedad la nieve se escuchan las iridiscencias del cuerpo en el vacío


[De la oscilación de la mirada concebida como dinámica del aire]

si tomamos la forma del ojo como modelo para tocar paisajes del murmullo, convendría citar al pájaro que incendia con su nube el manantial del aire, cubre con una espuma silenciosa el manto de los bosques y su canción enardecida. con ello se demostraría la oscilación de la mirada, a la manera de un persistente acontecimiento del aire (la música el vacío) Observas, respiras, imitas.

[Molécula]

nos instiga otra vez el peso de la molécula del aire. el agua no quiere ser menos: añade su volumen a la sombra. pondera el intervalo que no suena el silencio está percutiendo en otra parte, se esconde tras la llama, notaste el golpe en el cerebro (agujeros tan sólo), bestias que extirparon su mito


olfatean el tiempo, sólo quedan sanguijuelas huesos agrestes ceniza de los árboles.

[Artificios] cubren los árboles el ansia —desgarrar con el hálito— completan el paisaje (aquí no paran los relojes | el artificio de las horas marchará puntualmente) anima el mecanismo esquizoide la cetrera fijeza de las piedras inconclusa la sombra de las mesas sobre las baldosas agrietadas por el frío de los meses no pasados parece cualquier cosa | es algo que tiene poca claridad | algo que delibera sin acercarse demasiado | (ves) se arropa incluso en los taquiones instante que engaña al deseo, paradoja que sumerge el cuerpo en la espesura de la cal (siempre que le sirva para no dejarse ver por aquel que le observa) no importa a qué pluma nos asimos ni las transmutaciones de la noche | ardida será lo único cierto atravesar la merma.

Iván Méndez González (Islas Canarias, España). Poeta y traductor de poesía de expresión alemana. Su escritura se centra en desarrollar y potenciar las relaciones entre la poesía y la ciencia, aprovechando los más recientes estudios de neurofenomenología. Administra el blog de traducción http://delimitedsilence.blogspot.mx/. Ha traducido a Paul Celan, Ulrike Almut Sandig y Friederike Mayröcker, entre otros. Ha publicado diversos textos en revistas especializadas como Quimera, Ínsula, Revista de Occidente o Cuadrivio.


América Femat

DENTELLO DE ALAS

De nuevo llegas a mi casa. Conoces el camino y sabes que mis cosas se han amoldado a ti.

Hugo Gutiérrez Vega I Soltarte sería huir del árbol y su refugio, enmudecer la noche de sus astros sonorizarla de pájaros fugaces como estrellas, borrar la luna y tragarse una lumbrera que devora, lapidar mi rostro, ponerme de rodillas frente a una cruz que no conozco, arrojar mi fuego al viento para que lo extinga, transitar las madrugadas como animal hambriento sin rumbo, no ver ni escuchar la maquinaria de mis años junto a tus pasos.

Si te soltara, sería negarme de tu flor la savia y la raíz. Arrojaría espinas por toda mi casa,


anduviera descalza y sin ti como Nahui Olin deambulando el visitado tránsito en los parques.

Me llovería hondo hasta la quietud del cuerpo, ¿De qué serviría desatar amarras en una crisolada sequía? Si te soltara, tendría que adivinarme el rostro con mis manos, dividirme, y así con media alma; murmuro de pasos, caña destilada, dentello de alas el anochecido camino donde tú no estás.

II -¿Soltarte?Sabes que mi transitar esta en tus ojos, me debo toda la estación de pájaros a tu lado -suspiros de agitadas melodías-.

Nos debemos el uno al otro.

Por eso busco en el puerto de tus ojos el mar de mí navegación, toda esa agua suspendida.

Estamos en el cenit de un temporal de vencida ola, al punto de revestir la calma, desnuda voz que advierte una sentencia:


-no se te ocurra soltarme-,

nos mira con futuro, nos conoce el alma y la memoria del espejo.

-Consigna de batallas, dentello en el agua que multiplica la onda-.

Viajo al epicentro de tu constelación más amada, más tierna. En finitud, voz ascendida de suspiros, -venero de luzlámpara que me advierte no soltarla teme perderse, desprenderse de la ciudad, entumecer las madrugadas, llenarse de pájaros con frío.

¿QUIÉN CONTRA QUIÉN? El día que Nietzsche lloró, Irvin D. Yalom.

Entendemos muy poco, es nada sabemos, no sabemos nadie nada se tiene. ¿Quién hiere a quién? ¿Quién pierde a quién? ¿Quién se refugia en quién? ¿Quién dice ser quién es?


Descubrimos el infinito instante incluso la desilusión es pérdida -malgastada-.

¿Quién construye a quién? ¿Quién utiliza a quién? ¿Quién aprisiona a quién?

-Escenarios para sobrevivirse, soledades-.

Conocemos el nombre y nos es ajeno, midiendo fuerzas, dolorosa espina, fruto verde.

¿Quién provoca a quién? ¿Quién perturba a quién? ¿Quién duele a quién? ¿Quién asiste a quién? ¿Quién descarna a quién?

-Espejos donde se mira a nadie mirarse-.

Estalla la imagen contra el muro pedazos de alma extinta en el quebrado espejo.

¿Quién maldice a quién? ¿Quién debilita a quién? ¿Quién destruye a quién? ¿Quién divide a quién?


¿Quién abandona a quién después del soliloquio?

LATIDO MÍO A Paquito

Eres mi piano precioso, mi cuerda más vibrante.

Tierno te me escapas, estrella sobre los océanos, como un imantado suspiro.

Qué infinito celeste te encuentro, levitando en el cosmos de mi pecho.

Latido mío, faro de sol en esta deriva. Has venido a llenar mi vida toda, a tocar mi mar, a rendir mi corazón.

TIERRA VACÍA

I Hay veces que la tierra se encuentra vacía y su espada de barro no fecunda los rostros de espigados mirasoles.


La tierra de mi espíritu olvidado hace mucho mi nombre de galaxia.

Triste sin tiempo y sin época dando pasos en lo caminado: fantasma erradicado hasta de sí mismo, fumarolas de un espejo de carne. Me pregunto, si tú también estás solo o conmigo o te encuentras solo conmigo. -pregunto-, sí, mil veces sí.

II Tropiezo sobre tu luna de agua y las palabras, fuente, brotan de mi garganta, serpenteo en la mente, un viaje desde su origen para terminar con la misma oración -siempre-.

III Caduca ensoñación para el que sueña. Primitivo tiempo letra “O” en suspenso ouróboros, al huir de ti, te encuentro.

IV Desde mi cabeza a tus pies


una historia no termina de escribirte. Peces danzantes sobre la tierra, marea de aturdimiento, brisa de fertilidad a cada paso, levitación, templanza, tus pies te explican, me conocen.

V El polvo se levanta, absorbiéndome, sepultándome, dejándome al borde de la nada.

La piel cae de mi carne igual que la sierpe del mito. Estoy olvidada, de donde el sol se levanta porque soy piedra aislada, pesada de melancolía.

VI Planté mi mente pero las raíces se pudrieron hoy la tierra no fecunda carga un rebozo negro y muestra máscara sobre máscara: artificio del desposeído, y te pregunto ¿Dónde está tu mundo, si no eres de aquí? ¿De dónde te desnudas, si eres coraza de alma? Muda respuesta, eco sin sonido.


VII Qué tierna timidez cayó sobre el verdugo que no deja de caer el último golpe lleno de intenciones pero siempre al borde apuntando inmóvil sobre la llaga.

VIII ¿Quién te crees tú? sobre todo, tú, que has habitado mi vacío.

IX Una vez un crisol rojo cobrizo me cegó con su luz de fuego y nuevamente me quedé sin luz en los ojos, desde entonces, tres ciclos de luna en un desierto conmigo misma.

Ya no llueve agua en mis poros, mi tierra se ha secado, ¿Pero yo?

LA CABALGATA DEL POETA

Brotaste del sueño, cabalgata incendiaría dejaste al trote, en espigada noche tu estampa, -conforme avanzabas y al tiempo-,


ojos internos en un cardumen de peces y cuerpos, agua de pulida luz.

Has desnudado mi alma que miraba oculta en ti, como una ensoñación del agua y hubo más claridad que sombras, desde entonces soy incendio emanación del agua.

Se oyó un manantial de piedras que calcinadas rasparon el almíbar del fruto, ahí me encontraba; alba en colmenar de letras y de enjambre.

Me incendiaste en testamento en memoria, cuánto verso estandarte, fijo e inmutable.

Se sabe de la brevedad con que las palabras estallan su azorada pirotecnia y así no me alcanza la vida para seguir creando universos:


el internamiento de tu mirada en el bosque la espigada noche en tus ojos la cabalgata de tu pelo

el cardumen de peces destilando luz el diamante en ellos.

Cuántos universos me conocen; nacen de la mirada, parvadas azuladas. Me remontan a una extraña fe que presiento.

Cuánto verso así por la calles más iluminadas, en llamas, donde cabalga donde la tierra tiembla su coincidencia sonora, así del sueño, así del agua, así tan vivo brota BROTA y se derrama.

América Femat. (Ciudad de México, 1884). Licenciada en Medios de Información y Periodismo por el ITESM. Participante en el encuentro poético del Quinto Maratón Nacional de Lectura 2016: Poesía y Cuento Corto 24 Horas de Lectura, Xalapa- Veracruz y en el XIX Encuentro Internacional de Poetas, Zamora Michoacán 2015. Publicada en el suplemento La Jiribilla del diario Gráfico de Xalapa.

Publicada en las revistas

electrónicas: Círculo de Poesía, Foja hidalguense, Los escribas y Poetas del Siglo XXI, Antología Mundial. Colaboradora de la revista electrónica, Proyecto 217. Ha participado


en recitales poéticos en espacios como el Museo de la Ciudad de México, Centro Cultural España, el Museo del Ferrocarril, la Feria Infantil y Juvenil de Hidalgo, Foro Cultural José Martí, Museo de Arte de Tlaxcala. Presentó su primera obra poética "Inexorable" En la XXXVII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, su segunda muestra poética publicada por la revista chilena Revista Mal de Ojo, Colección Biblioteca Virtual. Actualmente radica en el estado de Hidalgo, México.

Jesús García Mora

A lo largo de mi vida he coleccionado infinidad de relojes todos marcan una hora distinta también guardo diferentes tipos de llaves y no sé en qué cerradura entran mi padre me escondió las pinzas de presión porque las utilizaba para apretar mis dedos. Desde que mamá no vuelve recopilo todo tipo de cosas mis objetos favoritos son los carretes de pesca cuando nadie me observa entro a mi recámara subo a la cama y simulo que estoy en un puerto con mi madre.


Lo que espero suceda en parque de diversiones es que alguien caiga de montaña rusa se abra cráneo y todos lloren

que entre en crisis el del velocímetro

que clausuren el área y jamás entre persona alguna. Yo

que aún no alcanzo la altura permitida para ocupar uno de los lugares

deseo que todos se estampen en las head choppers que rieles se mojen de sangre. Quiero que padre llore y me suelte la mano porque sus vellos lastiman mi brazo.



Cristo Redentor

Desde la ventana de la cocina se ve Cristo Redentor de Los Ă lamos se perciben sus pies hermosos

uĂąas perfectas

dedos sin callos.

Y es que ĂŠl Nunca ha caminado por los callejones empedrados de la Libertad.


El ritual de papá

Todos los días a las siete de la mañana mi padre ora ante una cruz de madera le dice no sé cuántas cosas y se marcha a la carnicería.

Como es su costumbre se persigna con el dinero en mano de la primera venta del día.

En una de las esquinas de la bodega prende la veladora de los abuelos en silencio les pide que desde el cielo nos cuiden y nos bendigan.

Por las tardes toma su estampilla de San Judas Tadeo lo mira (por algunos segundos) directamente a los ojos y lo vuelve a guardar en su cartera.

En las noches hace corte de caja


apaga la veladora (con ojos cerrados) y se va a la cama:

dios es ventrílocuo y mi padre su muñeco favorito.

No hagas caso a lo que digan los ángeles

Te hiciste invisible entre las paredes frías del hospital ahora te imagino con una de tus camisas a rayas con un saco más grande al de tu talla te imagino y canto en esta orilla del mundo como golondrina

Carlos

mientras dibujo tramposamente tu sonrisa eres el primer alado que usará nariz de payaso.

Canto desde este pozo que dejaste desde este país que se opone a caer en la grieta canto

hermano

porque fuimos parte del mismo mundo

porque hoy soy tu eco en esta tierra de acantilados y barrancos.

Carlos

recuerdo nuestra platica de huicholes y peyote

que estudiabas dos carreras y te faltaba comida


pero no importaba porque bailabas también así estás en mi memoria como un soplo que danza en el despeñadero.

Aunque al final fuiste un costal lleno de cangrejos no hagas caso a los ángeles no vueles al cielo no susurres por madrugadas no regreses por tus huellas no vayas a las nubes mejor canta canta hasta que podamos abrazarnos

JESÚS GARCÍA MORA, Tijuana, 1986. Forma parte de las antologías Somos poetas ¿y qué?Vol.2,

(H)onda

nómada

ediciones(México/2011)

y

Poesía

y

Narrativa

Hispanoamericana del siglo XXl, Lord Byron ediciones (Madrid/2014). Forma parte del staff de Revista EL Humo y está encargado de blog de poesía de Revista Vozed. En 2015 y 2016 fue parte del comité organizador del X Festival Internacional de Poesía Caracol (Tijuana). Ganador del 2do lugar del concurso juvenil “Todos somos migrantes” (apiades, Tijuana) en la categoría de poesía. Autor del libro Detrás de la caja registradora, Ediciones El Humo (Querétaro/2015).


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