Itzela Sosa
Tres a単os que miran a los cielos A mi madre Magdalena y a mi abuela Lorenza En los mangos es siempre primavera es siempre la luz jugosa de esos meses
en que uno se columpia siempre por primera vez y en los brazos la extensión del ixtle se transforma en un par de alas que galopan y galopan Amarillo es el olor de aquella casa del guayabo interminable del pasillo donde el canto de los gallos en una marcha roja puntualmente florecía subía por los balcones hasta alcanzar el pecho el aliento y las cortinas En esa casa el maíz crecía como una piel que nos cubría el vacío el frío del hambre que rondaba en los surcos abiertos de las calles eran los granos del maíz que nos nombraban amasaban la sed y las palabras tendidas en la mesa En esa casa eran las manos de mujer las que en su alquimia hacían danzar el viento y la humareda
las que tejían el pan los juramentos las marcas en los ojos los milagros
En esa casa profunda de olores amarillos la luz entraba sigilosa de costado para decir adiós para alumbrar el asombro en los espejos la furia de los dioses la savia blanca de sus hijas y el sagrado corazón que atardecía
Esa casa sonaja de sonidos primigenios vientre mixteco que alimentaba el andar de aquellos peregrinos la trasnoche siempre abierta de sus pasos la sierra húmeda que temblaba en sus pupilas como la noche que los miró partir dejar el pueblo la infancia y la ternura en el sendero
Es en la sierra donde el tecolote dice la suerte de los hombres que vuelven del silencio a las alturas como el polvo
Es en el canto donde la vida se perpetúa abre la puerta para decir ¡Ahora es siempre¡ todavía hay palomas en el cuerpo peregrinos que buscan que caminan el conjuro es siempre musical es un réquiem de raíces que germina Es el canto el que nos porta nuevamente al barro a la semilla al sueño siempre tibio de Tonantzin
En esa casa nota musical ES este olor interminable y amarillo un torbellino que crece
nos mira e irremediablemente nos sacude y nos habita ES este olor profundo interminable infante y amarillo
Palabra de árbol
Agua de copal palabra de árbol
cristal que siente el flujo milenario de los astros en su aliento vegetal tiempo que humea
vapor que beben nuestros muertos para que no les mate algún olvido sus quimeras
Agua de copal olor que reza
Entre animales A Frida Kahlo
Entre animales yo soy la que se bebe el agua y la transforma en tiempo
La que se quiebra en la luz de ciertas tardes que se parten en mil geométricas caleidoscópicas
La que en el viento incendia algún ramo de nubes algún paisaje sus guitarras
Y sé que soy también al mismo tiempo esta tierra que anda a la intemperie enrojecida vestida de maíz
Soy la que cuestiona los espejos el túnel negro los abismos la que profiere azules maldiciones verdes violáceas
rezos despedidas
Soy la que no para de sangrar mientras levanta el rostro hacia la noche y le reclama la cicatriz del día la infancia de este mundo el desamparo sumergido
aquí
en los huesos
Soy este círculo de sal de paredes extendidas del que húmeda y sitiada emerjo semejante compañera
Soy este animal bípedo y marino montaña vertebrada caracola de mil años que duerme en un pulso de mujer
Entre animales soy un grito siempre acuático en la boca.
El fruto del augurio en la memoria
II Seré los pasos de la luz y en su transparencia de agua resplandor y diálogo continuo con las cosas
Descenderé descalza del crepúsculo a la noche desde la noche hacia el fulgor de las primeras horas
Seré un acorde de maizal en sus cimientos dormiré seré pregunta abierta de altiplano resonancia de sur entre sus hojas seré la germinal caricia de trópico en la boca
poemas del poemario Itzela Sosa, Memorias de Intemperie (2008), Colección la Hogaza, ICM.
Itzela Sosa-Sánchez. Nació en Cuernavaca Morelos, México. Poeta, ensayista, traductora e investigadora social. Poemas suyos han aparecido en revistas, antologías y periódicos culturales y de literatura nacionales y en el extranjero (México, Argentina, Colombia, Perú, España, Francia, Canadá, Québec y Estados Unidos). Poemas suyos han sido publicados, antologados y traducidos al inglés, francés, portugués y catalán. Ha colaborado con diversas revistas literarias del estado de Morelos y ha sido miembro del consejo editorial de las revistas literarias, Mala vida y de los periódicos culturales-literarios el Ojo, Correo postal y el papel cultural. Cuenta con dos poemarios publicados y una plaquette (en francés): Memorias de Intemperie (2008), Estancias (2010), Tonale pour une nuit blanche (2009) respectivamente.