POESÍA ESCRITA POR MUJERES, GENERACIÓN 1970
Grissel G. Estrada Hablar de generaciones en la literatura no es ya tarea fácil. Se vive en un tiempo tal en el que no se pueden encontrar características comunes definitivas y compartidas por una generación. No hay un sólo estilo literario prevaleciente. Las modas y estilos son rebasados con rapidez, de tal forma que conviven al mismo tiempo múltiples técnicas y perspectivas estéticas sobre lo que debe ser el arte y la literatura. Todo parece seguir girando alrededor de las corrientes artísticas de la Vanguardia. Quizá, como a los rasgos de cada corriente artística, históricamente, más adelante se le ha opuesto otra con rasgos totalmente distintos, se pudiera esperar que a más de un siglo del surgimiento de las vanguardias, haya ya iniciado un movimiento de lo “sencillo”, por decirlo así, donde el lenguaje reniegue de los experimentos extremos, pero no por ello ha desaparecido la experimentación. En común, la generación de los 70 tenemos el contexto histórico, el idioma, y una multiplicidad étnica obvia. Del pasado de nuestro periodo de formación, destacan el temblor del 85; los movimientos sociales surgidos del periodo 86-87 que desencadenaron la creación del PRD, y con ella, la tan malgastada palabra esperanza; los terribles gobiernos de Gortari y Zedillo; y el surgimiento del movimiento zapatista. Nos han influido también el auge del rock en español, del nuevo cine mexicano y la sombra del gran poeta Octavio Paz. La sensación de no alcanzar la perfección poética, el desengaño político y las nuevas formas de relaciones familiares de alguna forma u otra están presentes en la poesía de las poetas presentes en esta breve antología de mujeres poetas nacidas en la década mencionada. Ahora bien, ¿por qué sólo incluir a mujeres? Cuando María Luisa Passarge era directora editorial de La Otra, nos preguntábamos la razón por la cual había más hombres publicados en la revista que mujeres. Sin duda no era por discriminación; quizá, simple
casualidad. Así, pensamos era buena idea equilibrar el hecho integrando más voces femeninas sólo por el placer de leerlas, sin más. Ignoro si lo que pasó después explique esta ausencia, pero sin duda es significativo. No logramos que colaboraran en la presenta antología varías voces importantes. Algunas de ellas nunca contestaron los mensajes enviados; obviamente, no estoy segura de que los hayan leído. Rocío Cerón se negó a participar porque considera negativo y excluyente una antología de mujeres. Otras, como María Rivera, nos dijeron que sí, pero no cuándo. Otras, de plano, afirmaron no contar con obra nueva. A pesar de esto, logramos reunir nueve voces diversas, de distintos estados de la República desde Tijuana hasta Oaxaca, cuyas letras son de gran calidad poética. Coinciden en el verso libre, en la calidez y cadencia de sus versos y en ciertas temáticas, como el binomio amor-erotismo y las preocupaciones políticas en este país violento. A continuación resumo, muy brevemente, las virtudes de estas mujeres poetas, aún con el riesgo de quedarme corta, para con ello tratar de encontrar esas características de generación tan diversas entre sí. Compleja: Karla Sandomingo domina el lenguaje de la imagen con amplia maestría. Su voz anda segura por los caminos de la metáfora, con un suave ritmo y una armonía contundente. Adriana Tafoya, a través de unos versos poderosos, nos transporta a un mundo donde la pasión domina. Estrella del Valle juega con varias voces líricas, femeninas y masculinas, donde sobresale una especie de ironía dulce muy conmovedora. Amaranta Caballero es quizá la poeta de este grupo más experimental, con claros ecos estridentistas; en ella se aprecian dos influencias muy visibles: su vivencia como poeta border, que vive y escribe en inglés y español, y los ecos de autores angloparlantes que nombra y cita de continuo. Grissel G. Estrada combina la imagen inédita, con la mirada descarnada sobre el sexo, el amor, la política o la maternidad que desnuda y busca volver a lo elemental. En el largo poema que presenta Claudia Islas, resalta un simbolismo personal agobiante con el concepto de una categoría humana: los desvelados. El extenso trabajo que presenta Fidelia Caballero es una narración hecha con metáforas: la historia de Alois, con figuras que tratan de explicar un mundo femenino desde adentro, desde la introspección y el tono intimista. Calafia Pozo reflexiona sobre el amor y la creación poética, con un ritmo excelente. Finalmente, Citlali Guerrero, de verso sencillo
y carácter intimista, explora el amor y el ser de sus letras, a través de una voz lírica reflexiva. No me queda más que agradecer a las autoras su paciencia, su generosidad y sus poderosas palabras. Para leernos, insisto, por gusto, por saber que estamos aquí, y otros tengan el verdadero deleite que ocasiona leerlas.
Karla Sandomingo (Guadalajara, Jalisco, 1970). Poeta y narradora. Fue subdirectora editorial de la revista cultural Tragaluz. Ha sido productora, conductora, guionista y columnista de diversos medios, como la Red Radio Universidad de Guadalajara y el diario Público, del grupo Milenio. Estuvo a cargo, como directora, de las actividades culturales del Fondo de Cultura Económica (Guadalajara) en 2010 y 2011. Fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes del gobierno del estado de Jalisco, en 2005, en la categoría de Letras; del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes; y de “Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico del Estado de Jalisco, 2008”, con la que escribió el libro Extracto del espejo, ganador el Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola en 2009, publicado por la Universidad de Guadalajara el mismo año. Tiene más de diez libros publicados, entre ellos, Después de la luz, la piedra, Tríptico del Ángel, y Los círculos del fuego. Te abres con velocidad en tu investidura de laberinto. Avanzas. Músculo que gime detrás del muro. Quieres apropiarte de cuanto entra. Enredas, persigues. Entumes. Taladras docenas de orejas que a nadie pertenecen. Duermes, ¿acaso? ¿Conociste el silencio o la pausa? ¿Has dormido alguna vez adentro de un rincón de estos segundos? Quieres un cristal. Un bello contenido que lo enturbie:
caballos que jalen la senda del murmullo y mirar (vidrio, la primera palabra que dijiste antes de comer tu propia lengua) decir los muros dar alcance a las historias con el paladar enrollado. Separas las bocas de la rama, el trote. Pero quieres un cristal. Quieres campos minados. Estoy en el quebrado. Con su línea en medio el otro número. Divididos. Cortante la flor en mi esqueleto de seda. Con su tallo. Arriba, la flotación; abajo, los tentáculos. El número de ollas, los cubiertos. La línea. El número de luces apagadas. Quise la bolsa de conservas y el frasco de cloroformo. Aunque la vigilia en mi estómago me duele la boca ácida une la tarde con otra. Su línea triste que recorre dos fronteras. Incansable, sedienta, la línea sola en la sola ruta. Habitación rota. Y otra y otra. Tres cuartos y dos medios.
Mis quebrados. Que no descifras la resonancia de tus uñas porque en medio del vocablo pétalos: sé que estás en las vértebras del aire. Pero estuve sola con tu boca exprimida. Desde el alba del vuelo en que emprendes tu boca recién abierta despliegan manteles botellas de vino añejo inventario de las cosas que te dejan. Al fondo del agua ruedan caras los muebles mar adentro. Entre nubes negras la casa sin sombra se desliza. El piso se inunda. Me reclamas por la lluvia.
Las palabras están listas sobre la mesa. Resta servir las copas la tuya llena la mía llena de nada llena la mía. Me quedo en espera de la orden: recoge la mesa. Demasiado lento mi ojo para dejar de mirarte justo antes que tu palabra muera.
Adriana Tafoya (Ciudad de México, 1974). Poeta y editora. Libros publicados: Animales Seniles, Enroque de flanco indistinto, Sangrías, El matamoscas de Lesbia y otros poemas maliciosos, Diálogos con la maldad de un hombre bueno, Malicia para niños, El derrumbe de las Ofelias, Viejos rituales para amar a un anciano, Los cantos de la ternura, Los rituales de la tristeza y Mujer embrión. Obtuvo el segundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía El Laberinto (2004); el primer lugar en el I Slam de Poesía organizado por la Alianza Francesa (2007); el tercer lugar en el Certamen Relámpago Internacional de Poesía Bernardo Ruiz (2008) y finalista en el Premio Nacional de Poesía temática Tinta Nueva (2010). Organizadora de los Miércoles Itinerantes de Poesía y creadora del Torneo de Poesía Adversario en el cuadriláterO (07/13) y del Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora. Ha sido incluida en 40 antologías poéticas, entre ellas el Anuario de poesía 2007 y Cantar bajo la nieve. Compiladora, junto con Andres Cardo, de 40 Barcos de Guerra, Antología de Poesía y Antología de poetas sobre el cuadrilátero, 2013. También ha colaborado en suplementos y revistas de México, Argentina, Venezuela, Nicaragua, Chile y España. Es editora de la revista y editorial VersodestierrO, y fue consejo editorial de Metáfora, hoja de poesía en el periodo 2002-2013. Su poesía ha sido traducida al náhuatl y al portugués.
OASIS EN LA ISLA DE LA LUNA A un santo moderno Si el poeta William Blake fuera una delicada joven rodearía su jugosa carne desnuda con el vellón de mis manos irremediablemente penetraría la rosa entre sus piernas no habría hoyuelo en sus mejillas que no fuera mío.
Sin lugar a duda repetiría la escena heredada por mis congéneres sangre la haría sudar: sus ojos serán los míos su boca será mi boca y sus tacones habrán de ser también los míos.
Su larga cabellera una corriente de agua en mis jardines. Ella toda un compás para mi reloj.
Qué no haría yo con el cuerpo de la bella amada Blake me la bebería como al jugo al fuego de una manzana incandescente …y consumando la tradición de siglos —afín a su deseo— haría de él solo una puta.
A la venta su hermoso vestido dorado (hecho de algodón y sus argollas) árbol converso en astillas para mi lumbrera tarro de levadura.
Con normalidad
esto haría en su frágil femenino cuerpo si yo fuera hombre y por supuesto
si William
si Blake fuera mi mujer.
VIRIÓN En paisaje sagrado de bacterias insolente dominación salaz de un vencido sin culpa del veneno se entume a la par del deleite
y su erección encarnada en su perfume venial atisbo evanescente lasciva del germen láctea epidermis del milagro explosiva en trébol
Viril su transpirar erógeno asomagado al fin pérfido
sobre la sacra alfombra de su vello
de espirales y siluetas caos
vorágine
vértigo
donde la cuerda tiembla desnuda bajo la sombra de sus alas del cuello al estigma el estremecimiento de la muerte estrangulado amor en el revuelco de un dolor difuso humano péndulo sacrificar
al supuesto enemigo alegoría del resentimiento
ante el encono mental
rojiza es la soga ensueño rodomiel es la venganza para una musa
cabellera de sangre
mortaja de un Eros boreal
la horca aterciopelado beso su mordida
delirio de carne en las uñas
el pelo la lengua y el golpe de alivio
un gruñido
ante el ahogo del falo viene la eyaculación
después el impacto
PARÁBOLAS DEL EQUILIBRIO Tres caracolas negras I
No tengo tiempo estoy recluso voluble en este sueño que no me abraza donde somos
el contorno de un ídolo
anudados al espasmo
inmersos en la inconsciencia fatídica en lo profundo de este bosque capilar
de ramas negras y raíces encarnadas que forran la madre mente de este dios dios que hace que se coagula en cada humano abatido por los cantos del otro oscuro dios bajo la sombra de su cabellera Condenados a soñar somos
enredadera de lamentos derrame de membranas que buscan la divinidad de la trascendencia en la imagen inmortal del otro icono más sensible
más fuerte que este dios abstracto visión del fetiche único que se torna incorruptible
tenaz
reflejo de un enjambre de posibilidades que habita en la negrura
Lo mutilamos sin prisa y fundido terminó en un cúmulo de voces ecos De la sombra maternal envueltos de pensamiento estamos glóbulos y bulbos fruto de un árbolcapricho que en su corteza amortigua
el sonido de los gritos roble : válvula alivio Yo no hablo de pájaros
los brazos del sueño siguen extendidos
II Tengo miedo después de una noche febrícula llena de sueños
Me paraliza la cama cárcel de las circunstancias ensayo diferencial de la semejanza y el acierto alimento del juicio
Glóbulo latente perdido entre los ecos soy
un punto de vista sobre el mundo me corto las manos en mi casa sumergido
No puedo abrir las ventanas del sepulcro que es mi cuerpo
Zambullido en mí me quemo
enredado en variz
en esta unidad
gota hecha piedra
e incito mi necia y menguada volitiva en un trozo pequeño de las paredes de mi pensamiento Amurallado capullo de telarañas soy
una posibilidad más que fue frustrada No existo en el sueño del otro
no existo Impotente preñado de mi dios maléfico renazco para sí mismo
Y pese a esto todos los mundos del ansia están en mí bulbos amados de este infinito sin embargo no puedo
TRASMUTACIÓN
La yema del ojo se dilata
y escudriña
—tras el prejuicio de los párpados— la curva piedra
esta frecuencia crepuscular de los latidos
donde el líquido aéreo desprende sus alas
La óptica se parte
se fragmenta
y es pupila sensorial que diluye en imágenes que busca la sobrenatural belleza
los sentidos
que se esconde
en la gota sangre
en la transparente vena
la transparencia de un gato elástico una gota en la raíz del cabello; el agua fría que arrastra las piedras el vuelo acuático de las mantarrayas la carne blanca entre los harapos
Dudoso es lo bello como los diminutos mil
remolinos caracoles
huecas espirales de lentas lenguas
mil
y quinientos violáceos colibríes
Cuando empolla la flor
en el costillar seco de una jacaranda
el huevo del ojo
en el himen perfumado de nardos y ser rocío con el perfume carne molida
mejor dicho quinientos
puede buscar en lo abyecto
sangre en un colchón
de la carne del muerto
de unos labios
dulces y sangrientamente rojos
grito en medio de las piernas rosa carne del salmón
Cierto es
la belleza no está en lo que vemos
sino en cómo lo vemos
(La mariposa molesta a su asesino)
Cierto es
la belleza no es pasiva
vemos en el cisne las plumas florecer
la belleza muta
en tréboles negros en el gruñir de la paloma Los peces floran el corazón de un pez fósil latente en el centro de un adobe nicho a la vez de un hongo glande
el hongo de doble cabeza
flor mantis entre las magnolias
Si la belleza es persuasión, también dominio no impone la belleza única y exacta ella es múltiple, de disímbolas cabezas
Se agrieta el cerebro y se expande la fosforescencia de las mandarinas el sol en las jirafas
las alas se moldean en mil dedos
Si la belleza es seducción
sobrenatural es en las cosas
piedra caliza con la que están hechos los rinocerontes el mundo interno que rompe contra los muros del cuerpo es voluntad y es acto
(también con los actos se hace belleza)
se aprecia el sonido del pensamiento
Qué podemos decir de lo bello si no podemos hacer cantar a un pájaro si fracasamos al intentar
que las flores nos presientan
(Los gusanos nunca sabrán que existes) ¿Qué acto nacerá para obtener belleza?
Estrella del Valle (Veracruz, 1971). Poeta y narradora. Cursó el diplomado de creación literaria en la SOGEM en 1998. Ha sido codirectora, junto a la poeta Isolda Dosamantes, de la editorial MUB editorAZ. Ha obtenido los premios de Poesía Memoración a García Lorca, 1998: Nacional de Poesía Efraín Huerta, 2000; Nacional de Poesía Ramón López Velarde, Zacatecas, 2000; Latinoamericano de Poesía Benemérito de América, Oaxaca, 2003; mención honorífica en el VI Premio Latinoamericano de Poesía Ciudad de Medellín, 2007. Ha sido becaria del FONCA y del FOECA-Veracruzy. Su poesía ha sido traducida al inglés por el poeta Anthony Seidman y Thosiga Kamei. Entre sus obras se encuentran Bajo la luna de Aholiba, Fábula para los cuervos, Vuelo México-Los Ángeles, puerta 23, La cortesana de Dannan, y la antología La selva afuera.
EN LA CALLE CONTOUR Querida hermana, las fiestas en la calle Contour son las mejores. Las mesas de las casas de la calle Contour son las más bellas, la madera la limpian con aceite de limón y de naranja. Y deberías ver las copas, los cristales; deberías ver la alberca de la calle Contour. Ay, si tan sólo pudieras ver las flores de la casa, si pudieras olerlas; son las flores más bellas, querida hermana; las rosas, las gardenias; y el hombre que las cuida en las mañanas dice que está por llegar de Europa una nueva variedad de bugambilias rojas. Las mujeres de las casas de la calle Contour son las más guapas, siempre regalan su ropa en Nochebuena e iluminan la casa; entonces, sacan esa vajilla nueva de la que yo te platiqué en la otra carta, y cenan. Deberías venir, hermanita, porque es diciembre y están solicitando una muchacha.
EN LA REVISIÓN NOCTURNA DE SAN CLEMENTE Ya me tienen cansado con tanta revisión, tantos papelitos. Pero ahorita van a saber quién soy yo. Sí, señor; voy hacerme respetar por estos rinches, van a saber lo que es un hombre. No saben con quién se meten, caballeros, para esto me pinto solo. Chillen, perros; hoy estoy más lúcido que nunca. Mi madre fue una maestra normalista que regresaba a casa con unas cuantas monedas en su bolsa y los zapatos gastados por el lodo y una bolsa de pan y una bandera roja. Hoy no creo en políticos sectarios. Estoy desdibujando un verso con las manos y construyendo otro. Hoy no creo en el espacio en blanco ni en políticos de izquierda, pero en noches como éstas milito.
EL DESIERTO ES MÁS BELLO SIN TU VOZ Cuando llegue a los Ángeles, le voy a decir que no la amo. Se lo diré de frente. Ya me tiene cansado hasta el camino su estúpida plática. Debí quedarme en Tijuana con esa faldita corta que me guiñaba la pestaña postiza del hartazgo, pero no; yo preferí guardar la felicidad en la guantera del auto y las ganas en las cuatro llantas del carro. Entonces me dijeron: <<vamos, anímate con la chicanita>>, y yo les hice caso. Dónde habré dejado los cigarros. Llevamos dos horas de camino y sólo habla de artistas, joyas y vestidos de las tiendas departamentales en San Antonio, Texas; de sus tarjetas de crédito vencidas, de los autógrafos, y ahora la muy estúpida quiere que pasemos a Hollywood.
SE ACABÓ LA FIESTA Ya, prefiero una nena barbuda que la posmodernidad, prefiero una falta política que la ortográfica perfecta de los desertores. Ya, baby, puedes subirte esa falda, arréglate el cabello, mira que esto es un laboratorio de metáforas y no das buen aspecto. Creo que no eres lo que busco en términos de literatura comparada. Ya, prefiero a Yolanda Vargas Dulché que todo este marasmo en que te has vuelto; mírate, tienes bien empolvada la nariz; arréglate el sostén de la oficialidad y date por despedida con la parte del botín que llevas entre las manos. Y cuando salgas, chica, pon el letrero de <<don´t disturb>>, quiero pensar si todavía debo ir a San Francisco.
NO VAYAS A JALARLE EL GATILLO Preciosa, hoy estoy más vivo que ninguno, tengo ganas de morirme, pero no de matarme; niña, si muriera lo haría en la sierra de Bolivia o en el Cuartel Madera. Mira, muñeca, todo el mundo lleva una guerrilla adentro tratando de aventar una granada por la boca. Por eso te lo digo, ahí estas bien plantada en tu trinchera. No jales, por favor, podrías arrepentirte. Hoy la traición es un asunto entre el pasado y grupos radicales, pero no tuyo, preciosa, que tienes la vida completamente amueblada por tus padres. No vayas a disparar aquí en medio de las calles, la calle no es el pueblo, bien lo sabes. No vayas a jalarle del gatillo. No dispares.
Amaranta Caballero Prado (Guanajuato, 1973). Estudió la licenciatura en Diseño Gráfico en la Universidad de Guanajuato y la maestría en Estudios Socioculturales en El Colegio de la Frontera Norte y la Universidad de Baja California. Ha publicado los siguientes libros: El libro del aire (libro-objeto), Okupas, Todas estas puertas, Entre las líneas de las manos y Bravísimas-Bravérrimas. Aforismos. Ha sido incluida en varias antologías como: El libro de los seres no imaginarios, Antología de minificción, Fiebre / Fieber. Poesía contemporánea de Alemania y México, Nosotros que nos queremos tanto, entre otras. Participó en el proyecto Laboratorio Fronterizo de Escritores/Border Lab for Writers, dirigido por Cristina Rivera Garza en 2006. Ha participado en varias revistas como Alba, 2012, Río Grande, Los Flamencos No Comen, El perro, Metrópolis, Tierra Adentro, Alforja, y Blanco Móvil. Desde el año 2001 vive en Tijuana. Ama la música y ama dibujar. INSPECCIÓN SECUNDARIA / SECONDARY INSPECTION I Hoy tampoco limpié mis zapatos. Dejaré el lodo de mis botas esparcido en los caminos divididos. Lodo aquí, lodo allá. Ya llegó el gusano rojo con su sweetly tañer de campanas. Cuando voy dentro del Trolley me gusta leer repetidamente la palabra: Sand. Me gusta repasar las imágenes de cruce: nacionalidades, colores de piel. Acentos sonoros de lenguas: Rasgos. ¿A qué vas a San Diego? ¿A qué dirección te diriges? ¿Tienes otra identificación? ¿A qué te dedicas? ¿Dónde vives? La respuesta no está en el viento, querido Bob. La respuesta tiene que ser: shopping, shopping, shopping. Que no es igual a chopping, por ejemplo: “She chops wood for fire”. El verbo entrar. El verbo salir. El verbo cortar.
O fragmentar. Una nube densa, un cúmulo allá arriba, se encuadra tras la ventana mientras cruzo la estación Palomar Street. Es el momento justo cuando recuerdo la escritura onomatopéyica de un abrazo. Es el momento justo cuando veo las bardas invadidas de flores azules Quiebraplatos-Morning Glory: Ipomoea. Es el momento justo cuando el bebé que lleva la señora en el asiento de enfrente comienza a reír. Y todos los locos consumidos dentro del vagón despiertan. II Hierbas perennes pero Leaves of Grass: Come, said my Soul, escribió Walt. Come, as you are, as you were, cantó Kurt. Where Dreams Come True, dijo el otro Walt. In the Realms of the Unreal, dibujó Henry Darger. (Inspección secundaria) ¿Conoces mi país? ¿Hablas español? ¿Lees los periódicos? ¿Crees todo lo que ves en la televisión? ¿Cuánto cuesta vivir allá, aquí? ¿Cuánto cuesta vivir en ningún lugar? ¿Seguimos todos sordos y ciegos? ¿Tienes miedo? ¿Te gusta cuando los perros te olfatean? ¿Todos tenemos miedo? En la novela “1984” George Orwell escribió: LA GUERRA ES LA PAZ LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD LA IGNORANCIA ES LA FUERZA
¿Sabes a qué se refería? III (She chops wood for fire) Cuando voy dentro del Trolley me gusta leer. Me gusta tocar repetidamente la palabra Sand. En español significa arena.
ÁRBOLES DE HELICÓPTEROS Las rojas hojas del arce, muy maples, caen sobre la banqueta. Y recuerdo a Maples Arce y algunos otros árboles enormes, casi secoyas, como él.
Los estridentistas no se callaron. ¿Secoyas dije antes?
Mi abuelo y yo lo sabemos:
Arqueles sigue en vela, Germán listísimo se alista, Ramón cava una canal en el alba, Fernando y Fermín -con “F” de ferrocarril o Leopoldo o el silencio que se hunde sobre la madera.
Gorjeos,
huracanes que irradian.
¿Qué tenemos por aquí?
Bellísima violencia.
CUENTO DE HADES Luego de imantarla fue y le puso un platito con agua del pozo.
La muchacha tenía sed.
El agua, que no era otra cosa más que azúcar de plomo tiñó de rojo su plumaje, le quebró los huesos y le convirtió en retina cada poro, sí, de la piel.
Quién sabe por qué pero así fueron felices para siempre.
NOTA EN UN PERIÓDICO ATESTADO DE GORUPOS Me dijo y le dije. Pero para entonces ya llevaba las uñas grises, y yo negras, como en las pinturas del XV o como en las estanterías. Esas magníficas iglesias.
Me dijo de los ferrocarrileros rusos mientras yo hurtaba una cucharita a la Baba Yaga, ¿y si no era a ella, a quién más?
Le dije: “es que dice Eternum”.
Me dijo sabotear, le dije aire, me dijo alquimia.
(Ahí fue entonces que cayó el rayo)
Pero no nos convertimos en hojalata. Ni en sal eso toma tiempo,
No nos convertimos tampoco en libros.
Mudos.
Reímos silentes sobre carromatos. Y arreció el contagio: disecar palabras, tragar almíbar lindas onomatopeyas, pulir letreros, construir cimborrios.
¿Boundage o bondad?
Me dijo y le dije.
EL LENGUAJE QUÍMICO DE LAS HORMIGAS ASESINAS Con tenaz fruición como las hormigas que entran y salen en el cadáver de un pájaro muerto, así, excavé y luego, dije sobre las formas de excavar: cuando uno encuentra lo mejor o lo peor de uno, o cuando uno saca lo mejor o lo peor de otro. Tesoros.
Pensé de inmediato en una boda negra la vez que leí "si su casa es alacranienta, criar
solífugos es una medida profiláctica", y luego pensé y dije de mi profunda admiración a todo aquello que no entiendo ni quiero entender.
He de decir que me dedicaré a dibujar pájaros hasta que se aburran y vuelen. He de decir de las nubes negras de pájaros como todas las palabras que no he de decir.
Ya fui a remover la tierra de un parque y busqué mis flores de cabellos. Había ido antes, poco tiempo atrás, el día que –enamorada los sembré. Ahí supe de las palabras que no estoy acostumbrada a escuchar, ni a decir, sólo a pensar. Desde entonces rezo: yo y mi pata de cabra, yo y mi pata de gallo.
LA CARTA DEL PÁJARO DEL PICO DESPOSTILLADO Y CANTO CIEGO I Había un pájaro de pico despostillado. Con él, lograba más voces que cantos. Luego reía, y se dejaba ir contra los vidrios de las ventanas.
Antes del volar, el pájaro del pico despostillado ...antes de volar...amaba...
El desafinado canto de mi glándula pineal al emular a un pájaro, se queda ciego.
II Despostillado a veces quiere decir: armado de púas. Como los abrojos.
III Entre las ramas, el pájaro del pico despostillado y canto ciego aprende a leer las perforaciones o desgarramientos que, a veces, aparecen en los cuerpos vivos. O el ánimo.
El pájaro del pico despostillado y canto ciego ha cavado en tierras duras, ha removido piedras.
Como todos, se alimenta de insectos.
Posdata:
Un día será una cueva, un día será penumbra. Ven pájaro, alúmbrame.
Grissel G. Estrada (Cd. de México, 1970, y oaxqueña por adopción desde 1999). Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Doctora en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México. Obtuvo el 1er. lugar en el primer Concurso de Poesía de la Universidad Autónoma Metropolitana en 1996 y el segundo (mención honorífica), en el Concurso Nacional de Poesía Efraín Huerta, 1997. Ha publicado Los clavos de fuego de la noche, Poemas de neurosis y antineurosis y Otra vida. Su obra también ha sido difundida en varias publicaciones de circulación nacional como en los periódicos Uno más Uno y La Jornada, y en las revistas Alforja, Casa del tiempo, Destiempos, Luna Zeta, Cantera verde, Periódico de poesía, Mexicanísimo, Blanco Móvil, Ostraco, La hormiga roja, Diturna, La otra, de donde también forma parte del consejo editorial, en el blog literario La HorMega, donde tiene un espacio mensual, y en las antologías Cartografía de la literatura oaxaqueña actual y Mujeres poetas en el país de las nubes.
DATOS INSUBSTANCIALES Cuarenta y tres nombres seis Ángel un Adán, un Abel y cuatro Jorge sin espada. Un joven corpulento cuarenta y tres hombres todos morenos habitantes de un espacio casi imaginario casi de ficción y un cuerpo encontrado. Cuarenta y tres actos de magia desaparecidos dentro de un sombrero de copa alta: dimensión paralela. ¿A dónde van los entes perdidos? Datos insubstanciales para pensarlos de carne, con volumen
que sigue gritando y suspira: somos 43: nuevo signo de nuestro cielo vacío.
EL COSMOS A QUIEN LLAMAMOS DIOS A Arturo Cosme La niebla se extiende hacia el umbral, y a su paso desaparece el camino irregular de la senda, sus protuberancias: serpientes con las que se formó el destino silente de las olas, incluso, la niebla se traga los abismos con los que tropezamos, se traga su núcleo donde sólo la oscuridad es posible, donde sólo el extravío y la pena como ángeles luminosos, nos tendieron la mano, ignoro si para sufrir o reírnos a carcajadas por el vuelo inútil de fantasmas, hoy sin rostro, alguna vez tan bellos que no supimos cómo sobrevivir a su antigua iridiscencia de seres de profundidades marinas. A la espalda ya no queda nada: sólo tu rostro en cualquier dimensión: es tu rostro: emerge blasfema ilumina, corta cabezas, consume mis palabras ¬los cantos, las restituye en forma de parvadas, de resplandores a la orilla del río Colorado, y me deja ciega y feliz entre este desconcierto que parece, no desdén, sino ¬aganisias vivas, nimbos que preparan tempestades, vientos que confluyen desde los cuatro puntos ¬cardinales, y todo en una sola mujer. Y cuando sobre tu cuerpo desnudo, nos lanzamos al ¬vacío, y suspendidos me conduces a los centros, al origen, amado, impregnados enteros de lágrimas gozosas y sudor, somos capaces de entender, como recién nacidos, en qué consiste el cosmos a quien llamamos Dios.
RETORNO DE LA CONDESA SANGRIENTA A veces brillantes, otras, enmohecidos, mientras sin la consigna de luto floto,
de esta ciudad recorro los adoquines.
Cuando con el cadáver del día tropiezo las rosas mis manos de sangre salpican al deshojarse, en los presos clava espinas mi silencio, pero el retorno no he yo misma concluido luego de cardos y silencio el fallo.
¿Volver cómo, si el arcabuz calló su danza?
ESPECTRO Dejando apenas ver tus colmillos entintados con sangre, soplas a mi rostro y floto: soy diente de león esparcida entre el viento. Mis fragmentos levitan, cada uno consciente de las yemas de tus dedos, hasta que me reconstruyen como homicida, incendiaria, para volver a montarte y cabalgar esta tundra que me quema y entume. Bañados en la melaza, en los lirios que emite tu cuerpo me penetras profundo, tanto como si quisieras todo tú introducirte en la profundidad de mi vientre, fundirte con mis entrañas de espectro.
CUATRO CARRIZO Ay, ese silencio que sacude cuando estás dormida ese mar en calma que cifra sus deseos en tu imparable domeñar descalza a los ríos diferentes a sí mismos cada instante, idénticos a ti, a tu palabra aromada que ronda y construye gigantes hasta en sueños sobre todo en sueños niña hierba, Cuatro Carrizo nacida, ombligo de este mundo creado para ti y tus pergaminos. ¿Recuerdas cuando éramos uno, y yo era tu casa, tu morada, pecera solar que abandonaste para ser aire y elevar tu vuelo, para ser otros al levantarse el telón, incluso aquellos por quienes temo pronunciar su nombre? Ah, Cuatro Carrizo, tan bondadosa que nunca hubo fiebre ni fracturas cuando aprendías a ser algo distinto de lo que mis ruinas eran en el campo abonado por la soledad, mar profundo que no sabe cómo develar tu misterio, hija, indómita heredera, Valerosa y Sana, una y muchas, por quien regresé otra vez, de mi última muerte.
Claudia Islas (Orizaba, Veracruz, 1974). Licenciada en Comercio Internacional. Autora de los poemarios Frágil, Sueños de plumas negras, y del poema-objeto KOINOBORI. Egresada de la Escuela de Escritores (Sogem). Coeditora-fundadora de la revista Zarabanda. El Espacio Sogemita. Organizó el Tsunami de Arte en Los Cabos, en 2012. hace tres vidas. Actualmente se dedica a la literatura y a experimentar la cuarta vida como Chef. Su obra ha sido publicada en revistas y antologías como: La República en la voz de sus poetas, Los Malditos, generación XLII SOGEM, Letras de la Finisterra y A sus libertades alas.
LOS DESVELADOS Para Moisés Ortega, mi cómplice soñador de ojos abiertos. I Somos los desvelados los que medimos la noche a palmos los que hacemos de las tinieblas una fiesta el espejo que nadie mira elongación de la noche espiral del día somos los que no duermen y siempre sueñan.
II Los otros esos que adivinan nuestra presencia esos
que no pueden mirarnos ni con los ojos abiertos
cierran las ventanas a fuerza de un bostezo
ponen su vida en la almohada y al otro día presumen que sueñan.
IV ¿Qué van a saber ellos de los sueños? De montar en unicornio de sembrar estrellas
¿Qué van a saber de enfrentar ilusiones?
Si para entrar en su castillo hay que pagar renta
¿Qué van a conocer este camino tan mentado lugar de hadas tan de cuento común las manecillas que flagelan?
V En esta isla desierta los desvelados intentamos atrapar musas piratas que atormentan acaso un par de letras que acompañen la noche en blanco “Las mil y un vueltas que mide el universo de una cama caben en ese nombre que intentamos olvidar cada noche, aun cuando el mar de la memoria se ahogue entre la niebla buscando un rincón para guardar el tatuaje de sus besos”
VI Es verdad, los otros sueñan con el caballero, con la princesa con los ojos cerrados
de este lado a ojos abiertos con la palabra enfundada cada minuto inventamos al dragón “feroz”
para después moldear otra palabra “morado” afilarla “moradito” hasta que aniquile su fiereza
y lo convierta en ese sueño con que los otros puedan llenar la almohada y quizás la mañana.
VII Los desvelados nos colgamos de la risa las ojeras porque encender las estrellas, cuando es de día es más difícil que pagar la renta.
Fidelia Caballero (San Luis Río Colorado, Sonora, 1972). Tiene publicados los libros Give me five, Todos se están muriendo de algo, Duelo de dolor el beso, Toy y Una caja con gusanos. Ha participado en diversos Encuentros de Literatura a lo largo del país y sur de Estados Unidos y ha publicado en revistas y periódicos culturales a nivel nacional e internacional. Fue becaria del Fondo Estatal para la cultura y las Artes de Sonora. Se le ha publicado en las antologías Poetas de Tierra Adentro, y Los Cantos de Minerva, entre otras. Es coordinadora de las Jornadas de Literatura “Abigael Bohórquez” en su ciudad de origen y del Encuentro Hispanoamericano “Horas de Junio” de Hermosillo, Sonora. Actualmente radica en el Distrito Federal.
LAS MARAVILLAS DEL AGUA (FRAGMENTO) I En el umbral de la calle recoge sus rosas y se encamina al oasis Con la mano resuelta levanta las moras La tarde le cansa la imagen que se anda sola a la piocha y al pan Y con una mano aviva y moldea la tierra enfría la fiebre de mis pies verano de mi voz con lluvia de mi palma que es lodo canica hormiga
Desde la acuosa cicatriz relámpago en el fino compromiso del rancho dormido ha caminado su vida y su espacio ha recorrido el trigal recogido la fruta su mano cobriza
Se aferraba el sudor a sus vestidos amplios como a un lugar sereno como su casa recién lavada al volver de la escuela y retenía ideas sus ojos se volvían acequia y sombra en el recuerdo del canto antiguo en la inteligencia del trabajo agreste.
Alois mírame aquí con ramos de rosas para nadie
Alois
con la conducta de quien va al infierno y regresa con las células hambrientas de memoria
En el desamparo de su nombre en todos los colores adquiridos por su falda y en todos los destellos naturales de su estampa un nervio perpetuo la hizo mujer en el caos inventándose ella misma en las esquinas de la almohada taciturna cómplice del surco que se abría en su entereza colmado quedamente del amor en germen que bullía maduro
Las primeras menstruaciones los versos compuestos dictados con sudor adolescente la incipiente certeza de la muerte transcurrieron en los adoquines de su casa preparada grave y cautelosa señora dominante de su alcance resguardada por un nimbo de soplo inédito en verano y por una membrana de amor gigante en el invierno
II El tiempo es así preciso así
bandido
Enemigo temporal de la niña crecida de la insumisa adolescente que pretendía la calle en la ciudad negrura que nacía Enemigo y enemiga ella que era de pronto cerrojo y mortaja de mi libertad diminuta de mi costumbre guerrera al alcohol y la bulla
Y en la rigidez de sus dominios domaba también El Valiente El Cazo El Mundo favorito El Nopal y La Sandía como consignas ideales de paz como pequeñas puertas a la afinidad a ser la hermana de mi abuela así
íntimamente
así
por esa vez en la razón y el siglo
Incluso en los domingos entre matas y terrones en las sesiones de cine familiar y mexicano vivía la piedad parsimoniosa de sus manos la ruda compasión en la caricia a la verdura
El tiempo es así
exacto
así
cuatrero
Cantábamos la tarde y ¡lotería! estábamos ahora sobre el piso humedecido tranquilo la falda sencilla las rodillas habituándose y ella ahí tan familiar y compañera rebotando la pelota roja que volaba incierta dubitativa tallando el suelo con la mano para hacerse de los astros que brillaban en la noche del espacio cementado del estrecho tramo y sin edad ahora entre la vida mía tan pequeña y la vida suya tan enorme tan basta y absoluta
Alois viajero en la locura esperando mi vejez me he descubierto muy atenta a mi lenguaje a los nombres aprendidos de las calles concentrada en mi esqueleto esbozando la aspersión debida de los átomos aguardo
Calafia Pozo (Ciudad Constitución, Baja California Sur, 1973). Realizó estudios en Administración de Empresas Turísticas, en el Instituto Tecnológico de La Paz. Ha formado parte de los talleres literarios de Francisco Hernández, Aline Pettersson y Raúl Antonio Cota. Ha publicado poemas en las revistas Zarabanda y Litoralia, y en el periódico El Sudcaliforniano. Presidió la Asociación de Escritores Sudcalifornianos, en Cabo San Lucas. Fue incluida en las publicaciones del ISC: A sus libertades alas. Antología de escritoras sudcalifornianas y Letras del Finisterra. Revisión de escritores de Los Cabos. Actualmente estudia el diplomado en creación literaria que el Centro Cultural Xavier Villaurrutia ofrece en la Ciudad de México.
DIGO QUE ESTÁS VIVA Yo te respeto en casi todos tus nombres, te espero y te busco en casi todas tus vidas. Y no quiero gritarte, quiero pasar por ti, lentamente como pasa la mano una caricia, como cierne el caudal sus arenas en la roca. Deseo reavivar tus voces, ésas que alguna vez entonaban las musas del Nilo cuando nadie las nombraba, y erigirte un templo en los esquivos rincones de mi pecho. Y llamarte de nuevo poesía sin poner la rosa en el ojal, para que regreses desde los sepulcros emancipados por tu propia elevación.
PENTAGRAMA DE UN POEMA Oriunda del desquebrajo no hago más que acudir al naufragio que es tu cuerpo con estas piernas blancas que están hechas para asirse a tu cintura. Y mirar a través de la ventana de ese poema que leíste cinco veces porque en cada silaba descubríamos algo de ese ritmo volátil que también era el nuestro. Por eso te quiero. Porque detenida ante la fortaleza cobriza de tu espalda no puedo pensar en el mañana, ni en todos los poemas que no he escrito ni en la miseria que es no estar contigo. Y en esta hora de junio con el olor tuyo en mi vientre, pienso en el éter de los sauces, en los versos amarrados a sus ramas. Quizá yo pueda escribirlos y quizá tú puedas leerlos cinco veces, con ese ritmo que aprendiste en el cuartito de la calle Tonalá. ¿Recuerdas, amor, de qué están hechos esos castillos?
UNA CIUDAD Oh temible ciudad esférica elixires galopantes fluyen por tus venas.
Oh ciudad engendrada en el vórtice de antiguos aquelarres, enaltecida por la cúpula de tus lastres. Amárrame a tus raíces insondables, abrázame con las curvaturas de tus caminos de asfalto. Dime –oh, amada– que no derramaras sobre mí los venenos de tus fauces. Aliéntame con el suave limo de tus bosques, aquieta mis memorias con el dulce fluir de tus cánticos antiguos y dime, imposible ciudad de gigantes, que no te he conocido en vano.
Citlali Guerrero (Copala, Guerrero, 1971). Coordinadora General de Cultura en el ayuntamiento de Acapulco, Guerrero. Organizó el encuentro de Escritores del Pacífico, de 2008 a 2010, también en Acapulco. Estudió Sociología de la Comunicación y Educación en la Universidad Autónoma de Guerrero y el diplomado para escritores en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Ha publicado los poemarios Llorando el naufragio, Los pantanos son algo verde como el deseo, Mutaciones, Todas las horas alumbran y La vida es crónica. Obtuvo el Premio Estatal de Poesía María Luisa Ocampo, 2001, y el Premio Estatal de Poesía Ignacio Manuel Altamirano, 2008. Ha sido becaria del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico de Guerrero en 2004 y 2010. El descenso en la lluvia es un día de menos y el mar es un encanto de amplias amapolas
Dime que sí cuando te pregunte por el amor y el agua, y arribe el triste pájaro y repita la canción ya repetida,
Dime quédate aquí y descansa la vista del amor. Sólo duerme como puente y la lluvia regresará.
Dime que sí en el camino de sur a norte,
Dime que estarás en mi cuerpo a los cuatros vientos de tu alcoba aunque anochezca un poco triste la mirada
Dime que sí, sólo pertenecemos unos cuantos años a esta vida Imagino que el mundo es una hoja de pájaro y de nido Imagino también que todo es Abril Y que nadie ha muerto en la primera luz de agua y viento
Imagino que todos los sauces han cubierto la soledad de poetas, Que los huesos descubiertos en América son de mi abuela, Que nadie tiene miedo a quedarse solo Que todos dominan eso que se llama amor Y que le hacen una gran fiesta cuando está ausente Que los caballos saben volar y que la tarde sin ti es como un pan que se come bajo la lluvia Imagino que las calles son redondas y luego, cuando no tengo más camino que seguir, imagino que inicia mi imaginación, imagino, sólo imagino... todo lo demás es real.
TIENES LA BIPOLARIDAD AUTORIZADA o eres de los que ocultan su ojo enfermo Hoy es el día de no abusar de las palabras Quédate quieta, al parecer hay miradas atentas tiernas se disfrazan de loterías ¿Destruyen o no destruyen? Huye de aquí, sal de los enfermos posteriores Hunde ese cuello tan tuyo en los matorrales Arrójale un boleto de autobús Mira esta blusa es tan linda como una foto de colegio Todavía hay esperanza, una voz, una silla para sentarse Has perdido tu oportunidad, de aquí no saldrás sexo, almohada estructura, sintaxis ni zapatillas rojas.
¿ERES TÍMIDA, CITLALI GUERRERO? ¿Amas a tu manera o estamos otra vez de paso, ya viste al feto que yace en un cuadro de cemento y a los familiares de los muertos? ¿Te has paseado por las grandes capitales deseando un desayuno histórico o eres de las que compra la revista Historia y Contenido?
¿Qué me dices de ti? Luz de ola Sal y ancla Tienes miedo de no saber a quién llorar Por favor no seas tímida, lee a Octavio Paz Blanco no por favor, Blanco no Es demasiado para la felicidad.
VOLVISTE DE AYER PERO HACE FRÍO EN MIS SENTIMIENTOS Qué pretendes, mi cabeza es más pequeña que tus ojos rojos Hoy tomo café negro y me tiembla el cuervo/cuerpo Tus vecinas las palomas no me dejan dormir Se paran justo enfrente de mi cuerpo y me envían señales obscenas Desean mi balcón y las flores que hay en mi balcón Soy terca, la felicidad se construye con adobes frágiles, migajas diminutas De mi ventana veo venir otros pájaros pequeños. Tontos: el cristal está cortado.