TRES POEMAS PORTUGUESES: EDUARDO GARCÍA AGUILAR PASO POR COIMBRA
Fresco aire de Coimbra bajo el sol.
Caluroso aroma de la tarde.
Luminosidad y palmeras bajas ante el firmamento.
Todo ello cruzado por el tren Oporto-Lisboa,
fruto maduro de añejos sueños.
Pese a que intentaste besarla frente al Duero,
la bella ha aceptado viajar contigo hacia Lisboa.
Entonces el vagón está lleno de complicidad y esperanza.
La colega de oscuros lentes escribe cartas de amor
y Portugal ya no es sólo un nombre lleno de mares
y ruinas espléndidas.
Su cuerpo delgado latinoamericano sabe a Coimbra
y se conjuga y se bebe con translúcido Oporto.
El cuerpo de la viajera con camiseta blanca,
jeans y sandalias, levita en la tarde de Coimbra.
Y el corazón ardiente vuelve a pulsar
con la energía de cierta arqueológica adolescencia.
Entre su aroma también escribo cartas de amor y poemas.
El aire añejo portugués vuela sobre la planicie
rota por chimeneas de abandonadas fábricas
o impregna la maleza que repta entre rieles.
¡Antiguo es tu nombre, Coimbra, como antigua la palabra amor!
Mansa la plenitud de la tarde, cuando se bebe
el inmerecido milagro del viaje junto a la viajera deseada.
Las palabras no bastan para cantarte entonces, Portugal,
si tu sonido viene acompañado del deseo.
El corazón pulsa ante el antiguo esplendor
y por los vagones
el aire embriagante de viejos vinos se adueña de ti.
¿Es eso amor?
Viajas a lo soñado a través de la eterna huida.
Y la palabra Portugal se conjuga con los labios de la viajera.
Y la noción de imperio marino viaja entre sus brazos.
Tren Oporto-Lisboa, 1998
TRANVIA FANTASMA DE LISBOA
Tranvía fantasma de Lisboa
con sonidos eléctricos de otro siglo
emitidos por almas naufragadas en Atlánticos
Fantasmas de Chiado
armatostes dinosáuricos
que bajan y suben por callejuelas
asustando al niño que aún nos queda
Juguetes absurdos de un demiurgo loco
frente al Tajo y el mar
Tranvías de Lisboa
desde Govea do mar os veo subir ágiles
y bajar desbocados y locos
Ha llegado la noche
los últimos gajos amarillos
magentas ocres azules del crepúsculo se han ido
El tranvía 28 de otro siglo da paso a uno moderno
y luminoso cubierto de publicidad
Adentro del 28 hay luces de otro siglo
en el nuevo neones de clara realidad
Por el Largo do Chiado
suena la noche y se desliza el tiempo como aguas de lluvia
agujas de muerte
anestesia de la tarde
¿A donde van los lisboetas?
¿Dónde quedó el Imperio?
¿Dónde está el Marqués de Pombal?
Hay una locura en estas calles
Un desafío al futuro
permanencia de antiguos desgarramientos
y por eso los rieles siguen ahí como siempre
lisboetas irónicos
rápidos en la subida raudos en bajada
seguros como viejos y expertos mayordomos del desastre.
Lisboa, 21-X-98
CONEXIÓN DIRECTA Conexión directa con el misterio
iluminación permanente de la saudade
Bebes ya el estupor de lejanos siglos idos
y viajas por el paĂs de los viajeros
al lado de Vasco da Gama y Magallanes
Tantos mares y otros siglos reposan
lejos de lo innombrable
aquello que nadie osa decir
Voces fantasmales de viajeros
ajetreo de puertos
inestabilidad de las naos
fatiga de los rieles
humareda de trenes para cuento
pĂĄtina de siglos en paredes salitrosas
En la arboleda tupida
en los maduros viĂąedos
en el barro rojo
en las espigas ladeadas
en los dep贸sitos de cables y vigas de Soure
en los silos de Soure
suena el timbre de las estaciones
Trigo pino chillido de la locomotora
arbustos enanos como rebeldes calcinados
a煤n suplicantes desde el fuego
mientras el buey bufa y huye con su pesada carga
de tallos retorcidos
Y el sol desde siempre nutriendo tierras
y campos horadados por la cruel herida del cemento
Conexi贸n inmediata con el est铆o
y el ocre amarillento de la vid y la humildad de la huerta
cementerio de llantas negras y muertas
castillos medievales de Pombal
Palacetes verdes y buganvillas de verano
techumbres de Leja rematadas por agujas
cabras besos viento
besos muerte carne
deseo besos nubes nada
convocados por el demiurgo ebrio que se esconde
entre derruidas tapias y roba calabazas que maduran
en corredores mientras el loco esquizoide
Rui Manuel da Silva pide limosna para su madre enferma
Conexi贸n inmediata Conexi贸n inmediata
que cruza puentes y túneles de V. Franca de Xira
El público agolpado en las estaciones
y el Tajo por fin amplio suave salpicado de mansas aves flotantes
Tren Oporto-Lisboa, 20-X-98
Eduardo García Aguilar nació en Manizales (Colombia) el 7 de septiembre de 1953. Realizó desde 1974 a 1979 la licenciatura en la Universidad de Vincennes (París viii) y luego vivió en Estados Unidos y México. En la actualidad, reside en París, donde trabaja en la sede de la Agence France Presse. Ha publicado las novelas Tierra de leones (1986), Bulevar de los héroes (1987), El viaje triunfal (1993) y Tequila Coxis (2003) y el libro de narraciones Urbes luminosas (1991). Entre sus libros de poesía figuran: Llanto de la espada (poemas, 1992) y Animal sin tiempo (poemas, 2006). También es autor de Celebraciones y otros fantasmas: una biografía intelectual de Álvaro Mutis (1993), Delirio de San Cristóbal. Manifiesto para una generación desencantada (1998) y Voltaire, el festín de la inteligencia (2005). Varios de sus libros fueron traducidos al inglés, francés y bengalí. Datos bibliográficos sobre sus colecciones de poesía. As de Trébol. Terminado en el verano de 1980 en la calle Virgina Street de Berkeley, con poemas escritos desde 1973 en Bogotá, París, Barcelona, Estocolmo y Berkeley. Hasta ahora inédito. Delirio de Noega. Escrito en la Ciudad de Mexico y editado en diciembre de 1984 bajo el título de Palpar la zona prohibida en la colección los Libros del Fakir, N° 60, de la editorial Oasis. Llanto de la espada. Editado en 1992 en la colección El ala del tigre, por la Universidad Nacional Autonóma de México, en Ciudad de México. Incluye los poemas editados en 1986 bajo el título de Ciudades imaginarias en la colección los Libros del Fakir, N 78. de la editorial Oasis. Animal sin tiempo. Editado en 2005 por Praxis y el PEN México en la Ciudad de México. Nada perpetua, colección Viernes de poesía. Bogotá. 2008.