ADIOS A LA FUNDACIÓN ALMADÉN Creada a finales de 1999 por iniciativa del entonces presidente de las Minas de Almadén, Fernando Montero, y extinguida en junio de 2013 a propuesta del actual, Fernando Murillo, la Fundación Almadén-Francisco Javier de Villegas ha cesado su actividad cultural y patrimonial ejercida durante doce años y medio.
En la intervención en la reunión que mantuvo el Patronato de la Fundación el 13 de junio de 2013 en su sede del Real Hospital de Mineros, el hasta ahora presidente de la misma justificó su propuesta de clausura por la inviabilidad económica, pues el coste negativo de su actividad ha sido solo soportado por la empresa pública Minas de Almadén y Arrayanes, S.A., participada al 100% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Además, indicó que se veía obligado a acatar la disposición del Gobierno sobre la racionalización del gasto público, pero que no obstante, se comprometía a mantener abierto el Real Hospital de Mineros de San Rafael, que seguirá cumpliendo sus funciones de Museo del Minero y Archivo Histórico.
En mi intervención como patrono de la Fundación, manifesté mi rotunda oposición a esta propuesta, pues aunque es cierto el déficit que se produce anualmente en la cuenta de resultados, las pérdidas económicas, sin tener en cuenta las amortizaciones, no superan los 45.000 euros. Además, la extinción de la Fundación supondrá la pérdida de cualquier ayuda o subvención de las que todos los años convocan las Administraciones Públicas para entidades sin ánimo de lucro.
El alcalde de Almadén, D. Carlos Rivas, también desaprobó el cierre de la Fundación, pero nuestros dos votos en contra solo fueron suficientes para obtener un empate en la votación, perdida al final por el voto de calidad del presidente. El acta el patronato será elevada ahora al Protectorado de Fundaciones, organismo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que procederá formalmente a su extinción.
La culpa de haberse llegado a esta lamentable situación es la falta de compromiso de Minas de Almadén para atraer más visitantes al Parque Minero, convirtiendo así Almadén en el único sitio del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad que ha conseguido no solo no ganar visitantes, sino perder un tercio de los mismos después de la declaración de la UNESCO, de la que ahora se cumple un año. Si hubiera sucedido lo normal en estos casos, es decir, que el número de visitantes se hubiera como mínimo duplicado o triplicado, la Fundación no sería deficitaria, pues la venta de entradas, libros y souvenirs del Museo del Minero habría aumentado considerablemente.
Y es que para promocionar un nuevo destino turístico y cultural no es suficiente acudir anualmente a FITUR, donde Almadén es una aguja en un pajar, o editar unos nuevos folletos del Parque Minero con ayuda económica de la Junta de Comunidades. Hoy en día todo requiere mucho esfuerzo y habría que dedicarse en cuerpo y alma a mostrar Almadén a todos los operadores turísticos y agencias de viaje; pero claro, eso requiere un afán que no está en el ánimo del presidente de las Minas de Almadén.
En el orden académico, los convenios firmados con las Universidades de Córdoba y Castilla-La Mancha, este último hace pocas semanas, dejarán de tener validez, lo que afectará sin duda las investigaciones históricas y técnicas que permitían ir conociendo el inmenso patrimonio de Almadén. Esperemos que el presidente cumpla su promesa y el Archivo Histórico de Minas de Almadén permanezca abierto y a disposición de los diversos investigadores locales y foráneos.
Hace ahora unos diez años una directiva injusta de la Comunidad Europea, consentida por el Gobierno de España, que todo hay que decirlo, condujo al cierre de nuestras centenarias minas. Tal y como se preveía, desde entonces el mercurio ha disparado su cotización internacional y su precio actual es veinte o treinta veces superior al de entonces. A cambio, Almadén consiguió 56 millones de euros, una mísera limosna si los comparamos con las
indemnizaciones otorgadas a los municipios donde se clausuran minas de carbón; véase Puertollano, por ejemplo.
Ahora, no contentos con ello, es el propio Gobierno de España a través de la SEPI y Minas de Almadén, el que pretende eliminar nuestra memoria colectiva, extinguiendo una Fundación que se había creado con el objetivo de estudiar, conservar y difundir el patrimonio minero de Almadén. En su corta existencia y con ayuda de diversas subvenciones públicas, la Fundación ha realizado diversos trabajos de investigación, organizado varios congresos, jornadas y seminarios, y publicado una decena de libros, casi uno por año, sobre la historia de Almadén y sus mineros.
En resumen, un cierre injusto de una entidad cultural sin ánimo de lucro, cuyo coste anual es inferior al sueldo de cualquiera de los asesores que vienen contratando alegremente el presidente de Minas de Almadén a pesar de la grave crisis económica que afecta a España.
Ángel Hernández Sobrino
P.D. Cuando acabo de terminar esta triste carta de despedida de la Fundación Almadén, nuestro pueblo recibe la visita de Lucas Torres, delegado de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Ciudad Real. En el acto que se celebra en el Real Hospital de Mineros, que era la sede de nuestra Fundación, pronuncia unas breves palabras en las que, entre otras cosas, dice: Almadén es un referente turístico muy importante para la región. Hablar de turismo es hablar de empleo y de regeneración económica para nuestros pueblos. La declaración de Almadén es un éxito compartido y un punto de comienzo para una nueva actividad en Almadén y en Castilla-La Mancha… Entretanto, la Junta ha cerrado los cinco parques arqueológicos de Castilla-La Mancha y permite que la SEPI liquide el turismo cultural en Almadén. ¡Qué desfachatez!