Octubre de 1934 en Almadén

Page 1

OCTUBRE DE 1934 EN ALMADÉN En este mes se cumplen ochenta años del movimiento revolucionario de octubre de 1934 en España, cuyos principales focos fueron Asturias, Cataluña y Madrid, pero que también tuvo incidencia en algunos pueblos de la provincia de Ciudad Real con el resultado de tres muertos y trescientos cincuenta detenidos. En opinión del profesor Palacio Attard1, la revolución se había concebido como un intento de coacción sobre los poderes públicos para forzar una crisis política que alejase a las derechas del poder, escamoteándoles así su anterior victoria electoral. Hay que tener en cuenta que el radical Lerroux, que venía gobernando desde noviembre de 1933 con el apoyo de la derecha, había anunciado la entrada en el gabinete de tres ministros de la CEDA2. Los socialistas no querían permitir que la República se viera frenada en su ímpetu revolucionario y desde comienzos de 1934 habían dado comienzo los preparativos para recuperar el poder mediante el uso de la fuerza. En lo que concierne a nuestra provincia, fueron varias las localidades en las que la revolución de octubre causó graves disturbios, pero fue en Abenójar donde actuó con mayor virulencia. Abenójar superaba en 1934 los tres mil habitantes (ahora tan solo tiene unos mil quinientos), dedicados fundamentalmente a la agricultura y ganadería, y de amplia mayoría socialista. La insurrección armada del 6 de octubre fue de tal calibre que se produjo un asedio al cuartel de la Guardia Civil, pereciendo uno de los números por disparos de escopeta y resultando herido el sargento comandante del puesto. Como consecuencia hubo 51 procesados, habiendo solicitado el fiscal una pena de muerte, veinticinco cadenas perpetuas y veinticinco penas de reclusión de catorce años. En otros pueblos de la provincia, como Puertollano, Alcázar de San Juan, Pedro Muñoz, Valdepeñas, Mestanza, Villarrubia de los Ojos, etc., también hubo disturbios en 1934, si bien no de la gravedad de los de Abenójar. En Puertollano se intentó cortar las carreteras y el tráfico ferroviario, pues era el mejor lugar de la provincia para que triunfara la revolución, ya que su población superaba por entonces los 20.000 habitantes y su principal actividad económica era la explotación de las minas de carbón, donde había una fuerte actividad subversiva. No obstante, aunque el movimiento obrero tenía una enorme fuerza en las minas, la rápida reacción del Gobierno que ordenó cerrar la Casa del Pueblo y detener a sus dirigentes, consiguió que la conflictividad social fuera de escasa transcendencia.

1

Vicente Palacio Attard. Cinco historias de la República y de la Guerra. Madrid, 1973.

2

Confederación Española de Derechas Autónomas.


En Almadén la reacción de las autoridades también se anticipó a las huelgas y desórdenes que se preveían, deteniendo a tres mineros de manera preventiva. Los arrestados fueron Zacarías López Ibarra, Clemente García Viso y Manuel Meca López, aunque tan pronto fueron puestos en libertad, se reintegraron a sus puestos laborales. El asunto venía de atrás, pues el problema principal que existía en Almadén era la falta de trabajo. Mientras que la población había crecido mucho y ya contaba casi con 12.000 almas, los puestos de trabajo escaseaban cada vez más debido a las mejoras técnicas introducidas por el Consejo de Administración en la década de 1920. De hecho, incluso antes de la proclamación de la República en 1931 ya se habían presentado varias quejas ante el Consejo de Administración de las Minas de Almadén por parte del vocal obrero, D. Francisco Medina, que había sido elegido con el 52,1% de los votos frente a las candidaturas de Pedro Fernández y José Amado. Las reclamaciones de los obreros de las minas eran fundamentalmente las siguientes: 1. La contratación de trabajadores de otras partes de España en detrimento de los de Almadén, con el único objetivo de abaratar la mano de obra. 2. El mantenimiento en sus puestos de trabajo de obreros que deberían haberse jubilado ya, paralizando la creación de vacantes y el ascenso de categoría laboral de otros compañeros. 3. El cambio en el sistema de ingreso de trabajadores en las minas, de modo que ya no tenían preferencia aquellos con mayores cargas familiares y cuyos ascendientes hubieran prestado más servicios a las minas3. 4. La reducción de plantilla del establecimiento minero, intensificando la prestación personal, tal y como ocurría con el gremio de barreneros y perforistas al implantarse la perforación mecánica. 5. La contratación de obras y servicios a empresas ajenas, como era el caso del transporte de mercurio a la estación de ferrocarril de Almadenejos, la apertura de hoyos para plantación de árboles en la dehesa de Castilseras, etc.

3

El nuevo sistema de ingreso del peonaje se basaba en un reconocimiento médico de los aspirantes, relacionando aquellos con

mayor capacidad biológica.


Unos meses después, la Unión General de Trabajadores denunciaba también la demolición de los hornos de aludeles4 por un contratista, mientras que los obreros de Buitrones se quedaban sin trabajo al finalizar la campaña de destilación del mineral, que en esos años no duraba más de cuatro meses. En octubre de 1933 un grupo de obreros en paro se introdujo a la fuerza en el despacho del director de las minas, D. César de Madariaga, para solicitar trabajo, viéndose este obligado a llamar a la fuerza pública para desalojarlos. Dos meses después, enterados los parados de la admisión inminente de 64 peones para trabajar en los hornos, intentaron penetrar a la fuera una noche en la vivienda del ingeniero de metalurgia, D. Paulo Calvo, para entrevistarse con él. El motivo era que no estaban de acuerdo con la selección efectuada y deseaban que se contratase a todos ellos o a ninguno. Para los afortunados que gozaban de un puesto de trabajo en el establecimiento minero, las cosas no iban mal del todo después de las grandes luchas mantenidas en las primeras décadas del siglo XX por los gremios obreros para conseguir mejorar las condiciones de salubridad en las labores subterráneas y en los hornos de destilación. El decreto del 1 de julio de 1931 reafirmaba que los operarios no podían trabajar más de seis horas diarias en los lugares del interior de la mina en los que la temperatura media fuera igual o mayor de 33º centígrados, así como en los sitios donde hubieran de mantener constantemente sus extremidades inferiores en agua o fango; en lo que concierne a los hornos, tampoco se podía trabajar más de seis horas en los lugares insalubres. Desde el punto de vista comercial, la Hacienda Pública estaba satisfecha, pues Minas de Almadén era una buena fuente de divisas. En 1928 se había creado el cártel Mercurio Europeo entre España e Italia con objeto de vender conjuntamente el metal líquido a otros países y no hacerse la competencia mutuamente. El resultado económico de 1934 fue mejor que el de 1933, pues aunque Mercurio Europeo vendió 3.272 frascos menos, la facturación se incrementó en 866.876 dólares, ya que la cotización internacional del mercurio había aumentado5.

4

Después de casi tres siglos de funcionamiento, los viejos Bustamante estaban siendo sustituidos por hornos de marcha continua:

Spirek para el mineral grueso y Cermak-Spirek para el menudo. 5

La cotización de 1934 osciló entre 50 y 60 dólares por frasco.


Este seguía siendo un metal muy usado en la industria, que todavía lo utilizaba para la amalgamación del oro y la plata, aunque ya se conocía el nuevo método de cianuración; otros usos del mercurio eran la fabricación de espejos, la pastas de soldadura (en las que se mezclaba con plomo y estaño), instrumentos de medida como termómetros y barómetros, lámparas de vapor de mercurio, fabricación de sosa cáustica, etc. A pesar de que los ingresos de la Hacienda Pública gracias al mercurio de Almadén habían aumentado, la situación laboral de los parados continuó igual en 1934, y el 28 de octubre, el alcalde de Almadén, D. Enrique Osorio, remitió una carta al presidente del Consejo de Administración, el ingeniero de minas, D. Enrique Conde6, en la que daba cuenta del gran malestar y excitación de ánimos de la clase trabajadora en Almadén, con inminencia de alteración del orden, a causa de haberse expuesto al público las listas de nombres de obreros para el ingreso en los trabajos del Establecimiento. El Consejo debatió el asunto y decidió suspender la ejecución de la provisión de puestos de trabajo hasta tanto se decidieran, de acuerdo con las asociaciones obreras de Almadén, las normas que debían adoptarse para la admisión de personal. A diferencia de otros distritos mineros, como los de carbón asturianos, la huelga general de octubre de 1934 no tuvo en Almadén mayor repercusión, sin duda debido a las medidas previas adoptadas por el gobierno. En palabras de Pedro Vallina, un médico anarquista que ejercía su profesión en Almadén: En las cuencas mineras de Almadén y Puertollano podían movilizarse algunos miles de hombres, en el caso de que el movimiento asturiano conservara su pujanza. En Almadén, aunque la gente mantenía sus mejores ánimos, no era el momento de lanzarse a la lucha cuando las noticias recibidas de todas partes eran desconsoladoras. A poco observé que las numerosas fuerzas de la guardia civil se iban concentrando en la ciudad y ocupaban los sitios estratégicos. 6

D. Enrique había sido director de las minas entre 1921 y 1924, año en que presentó la dimisión al no sentirse respaldado por el

Consejo en su enfrentamiento con los gremios obreros.


Por otra parte y para que los mandos e instalaciones de la mina estuvieran mejor protegidos, el Consejo decidió reorganizar el servicio de portería y guardería, pues el personal que había en aquellos puestos eran mineros enfermos o accidentados para que así pudieran ganarse el jornal. El Consejo creó un cuerpo de guardas jurados, compuesto por un jefe y 26 guardas, con autorización para llevar armas de fuego. Además, aprovechando el aumento de las fuerzas de la Guardia Civil en Almadén, solicitó al gobierno que una parte de ella colaborase permanentemente en la vigilancia del establecimiento minero, así como que se enviasen desde Ciudad Real varios miembros de la policía secreta. Cuando ya había pasado lo que el Consejo denominó huelga o movimiento revolucionario, aquel acordó cooperar en la suscripción abierta en toda España para premiar a la fuerza pública. El único que se abstuvo en la votación fue el vocal obrero, por desconocer cuál es la actitud respecto a este asunto de sus representados. Al final el que salió peor parado fue el ya citado Dr. Vallina que fue detenido una vez más7 por la Guardia Civil y conducido a la cárcel de Badajoz, donde estuvo preso más de tres meses. El Gobierno de la nación reaccionó con dureza ante los sucesos revolucionarios de 1934 ocurridos en nuestra provincia, suspendiendo los ayuntamientos en los que gobernaban los socialistas y destituyendo a todos los concejales de su partido, cerrando las Casas del Pueblo y deteniendo a sus principales líderes y activistas. La Revolución del 34 dejó una profunda huella en la sociedad española y el ambiente de crispación generado continuó hasta las elecciones de 1936, en las que la izquierda recuperó el poder. Para ello se unieron republicanos, socialistas y comunistas, formando el Frente Popular, con el objetivo de que no volviera a triunfar la derecha, evitando así que pusiera de nuevo freno a los avances sociales de los primeros años de la República. Aunque para algunos historiadores la revolución de 1934 fue un intento de golpe de Estado, la mayoría mantiene que su objetivo era mucho más modesto: provocar la caída del Gobierno de Lerroux y acelerar la convocatoria de nuevas elecciones. El movimiento revolucionario fracasó, pero abrió un ambiente tan hostil entre la izquierda y la derecha que terminó desembocando en la guerra civil.

©Ángel Hernández Sobrino.

7

Decimos detenido una vez más porque ya lo había sido en mayo de 1931, acusado de conspiración para la sedición, aunque en

aquella ocasión fue trasladado a la cárcel de Sevilla y desterrado una temporada a Alcalá de Guadaira, una localidad de dicha provincia.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.