Superintendentes, gobernadores y jueces en Almadén

Page 1

SUPERINTENDENTES, GOBERNADORES Y JUECES

Desde los tiempos de los Fúcares la administración de la mina y la jurisdicción ordinaria estuvieron unidas en Almadén. Los banqueros alemanes consiguieron la autorización de la Corona para nombrar un alcalde mayor, el cual ejercía la jurisdicción ordinaria, y juntamente tenía la conservaduría de los oficiales, maestros y trabajadores de la mina. Los Fúcares abandonaron Almadén en 1645 y la Corona ordenó al Consejo de Hacienda que propusiere persona de letras y grados que ejerciese las dos jurisdicciones: la ordinaria y la superintendencia de la mina. A la persona elegida se le despacharía título por el Consejo de Órdenes como alcalde mayor y juez ordinario. En las nuevas ordenanzas, formadas por D. José Cornejo e Ibarra y sancionadas por Felipe V en 1735, se mantuvo que el superintendente fuese juez privativo de todos los ministros y dependientes de las referidas fábricas, mediante la jurisdicción, que con inhibición de otros tribunales, le concedo en todo género de causas, así civiles como criminales.

Las ordenanzas de Cornejo supusieron un paso adelante en el gobierno de las minas, asunto que él conocía de primera mano, pues venía siendo gobernador de la villa de Almadén y superintendente de sus Reales minas y fábricas desde 1729. Cornejo vio recompensado su trabajo en 1734 con el nombramiento de superintendente general de Azogues, del cual dependía la superintendencia de Almadén. El objetivo principal de las ordenanzas fue eliminar los abusos introducidos con el paso del tiempo y establecer un gobierno útil, que consiguiese laborear aquellas minas, sacar sus metales y fundirlos, todo ello con el menor dispendio posible de la Real Hacienda.

Los sucesores de Cornejo desempeñaron con más o menos acierto su función, pues en la segunda mitad del XVIII el puesto de superintendente de las minas todavía llevaba implícito el de gobernador y juez de Almadén. Cuando el conde de Greppi visitó en 1788 las minas de azogue por invitación de D. Antonio Valdés, ministro de Indias, el superintendente era D. Gaspar Soler, del que el conde expresó su opinión favorable, pues une a su mucho celo y deseo de acertar la ventaja de ser estimado y querido por todos los empleados de las minas1. En opinión de Greppi, el gobierno político y económico de las minas de la villa de Almadén requiere desde luego un sujeto que reúna grandes conocimientos teóricos y prácticos, así de la minería como

1

Biblioteca del Palacio Real, libro II/2854, folios 39r-49v.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.