Por Óscar del Río · Psicólogo deportivo especializado en golf
Golf y Psicología
Sabía que lo iba a fallar! La profecía autocumplida Nuestra mente a veces nos anticipa buenos golpes, ¡la veía dentro! Pero a veces, también nos trae malos presagios, ¡Sabía que lo iba fallar! Son muchos los pensamientos que tenemos a lo largo de los 18 hoyos. Unos nos influyen positivamente como por ejemplo cuando nos damos ánimos en los malos momentos. Otros, en cambio, repercuten negativamente sobre nuestro estado mental y emocional como las autocríticas después de fallar un golpe, las dudas sobre nuestras capacidades o las expectativas de fracaso ante un determinado golpe u hoyo.
Con los pensamientos negativos hay que actuar de forma radical. No deje que ganen terreno ya que actúan como virus muy peligrosos y resistentes que se van “enquistando” en la mente y cada vez resulta más difícil echarlos de allí y sustituirlos por pensamientos positivos. Si cada vez que falle un golpe se dice ¡Qué malo que soy! Estará aumentado las probabilidades de fallar el siguiente golpe y de que ese pensamiento negativo vuelva a aparecer.
“Con los pensamientos negativos hay que actuar de forma radical. No deje que ganen terreno ya que actúan como virus muy peligrosos y resistentes que se van enquistando” ¡Ves como soy muy malo, no es que lo diga yo, es que es cierto, no hago más que fallar golpes! Esta cadena alimenta la fortaleza del pensamiento negativo.
Modus operandi El mecanismo de actuación de los pensamientos negativos es sencillo pero eficaz. La primera vez que aparecen es para probar la fortaleza del jugador y ver si allí puede echar raíces. Si el jugador los ignora o incluso
28
28