Entrevista a Bernardo Esquinca

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Miguel Ángel Avilés / José Landa

Entrevista a Bernardo Esquinca

TODA GRAN OBRA DE TERROR EXPLICA LA PARANOIA DE UNA GENERACIÓN terror habita en el mundo real todo el tiempo. ›LoElpreocupante sería que no hubiera el recurso literario para procesarlo y explicarlo.

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a literatura de horror, como la de terror, se han vuelto moneda corriente en la vida de todos, por la amplia gama de medios que estos géneros tienen para expresarse: libros, televisión, cine, etcétera. Es difícil, acaso imposible, que cualquier persona, del perfil académico o condición económica que sea, pueda sentirse libre o ajeno a ello. Bernardo Esquinca, en entrevista para Revista Morbo, califica de estupidez la determinación de los académicos literarios de considerar al horror, y otros géneros, como literatura “menor”, como meros “subgéneros”. No es el caso, por supuesto, de su colega y compañero de aventura en investigación literaria y edición, Vicente Quirarte, con quien elaboró la antología “Ciudad fantasma”, que ya ha visto la luz como un primer tomo, y se encuentran trabajando en el segundo volumen. “Me di cuenta que me había formado leyendo algunos relatos sobrenaturales de autores mexicanos, como el “Chac Mool” de Carlos Fuentes y “La fiesta brava” de José Emilio Pacheco, así que la idea era reunir estos cuentos dispersos en un solo volumen para intentar formar el canon de la literatura fantástica mexicana”, cuenta Esquinca. Pero no todo en relación con el tema de la entrevista es color de rosa, pese al halo de penumbra que de rigor suele tener. Los usos y abusos del género dificultan que los lectores o espectadores puedan tomar una buena decisión cuando no tienen un criterio estéticamente definido. De ello, también da cuenta el entrevistado.

GÉNEROS SIN TRADICIÓN –¿Cuáles son los orígenes de la literatura de terror y horror en México? ¿La leyenda es un antecedente del género? –La tradición de leyendas sobrenaturales en México es muy vasta. De “La llorona”, que es de raíz prehispánica, a la narración del “Padre Lanchitas” en el XIX, los relatos de aparecidos y ánimas en pena se han convertido en parte de la identidad de los mexicanos. Sin embargo, esa tradición no se traspasó con el mismo entusiasmo a la literatura formal. Salvo algunos coqueteos de diversos autores con el género, no podemos hablar de literatura de terror en México. Una paradoja, pues debido a su profunda relación con el pensamiento mágico y la superstición, en teoría México sería un territorio ideal para que fructificara este tipo de literatura.

Ciudad fantasma II, compilación de relatos fantásticos a cargo de Vicente Quirarte y Bernardo Esquinca, de reciente aparición bajo el sello editorial de Almadía.

–Trabajas con un académico en la antología Ciudad fantasma... ¿Cuál es la postura de la academia respecto a la literatura de géneros? –Mi impresión es que se le menosprecia. Hay sus excepciones, por supuesto, y Vicente es una de ellas. Pero en general, creo que en México, a los mal llamados “subgéneros”, la academia los considera literatura menor, no digna de ser tomada en cuenta con seriedad, lo cual me parece una estupidez. –Hace tiempo, el diario español El País lanzó una pregunta: ¿Si Shakespeare viviese hoy, escribiría guiones para series de televisión?... ¿La televisión le está ganando terreno y público a la literatura con las series? –Las narrativa televisiva vive sin duda un gran momento. Creo que sobre todo le ha ganado terreno al cine, que por el contrario vive una crisis generalizada. Revista Morbo No. 9 PÁG. 11


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La literatura de terror en México no goza de prestigio (...) A algunos autores les da prurito ser considerados escritores de “género”. En mi caso, es todo lo contrario: me asumo como tal, y digo orgullosamente que soy un escritor de literatura de terror y fantástica (…) Quizá pronto veamos un despunte de la literatura de terror en México.

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Si ves las reseñas de algunos críticos de festivales internacionales, coinciden en señalar eso. El problema con la literatura es que sufre un bombardeo mediático, y ahora se busca mucho el trancazo de las sagas. Pero si uno sortea las mesas de novedades puede encontrar muy buena literatura contemporánea.

–La comercialización de “lo zombie”, ¿es un recurso pasajero, una fiebre, una herramienta fácil para intervenir historias libres de derecho de autor (Orgullo y prejuicio y Zombies por ejemplo), una crítica social, una moda temporal? –Son ciclos. Primero fueron los vampiros, luego los zombis y, dicen los expertos, ahora vienen los hombres lobo. Y en medio de eso hay de todo: renovadores, arribistas, despistados, ingenuos, libros perdurables y otros que serán olvidados pronto. VIVIENDO DEL REMIX

–¿Cuál es la función del miedo que nos produce una historia de terror? ¿Ha cambiado la percepción o la función de ese “recurso” entre el siglo XIX, el XX y el XXI? –Lo dijo Lovecraft: la emoción humana más antigua es el miedo a lo desconocido. La literatura de terror nos conecta con nuestra parte primitiva, y nos ayuda a exorcizar miedos y traumas. Stephen King, por su parte, dice que la literatura de terror inventa miedos para hablar de los miedos reales. Es una catarsis. Cada época, por supuesto, ha afrontado esos miedos de manera distinta. En el siglo XVIII eran los castillos embrujados de la novela gótica; en el XIX cristalizaron mitos poderosísimos como Frankenstein y Drácula; y en el siglo XX el terror cósmico “lovecraftiano”. Ahora, en el XXI, estamos viendo estos mashups de literatura clásica con la de género, pues vivimos en la época del remix.

Ilustracion de Virgil Finlay a un relato de Lovecraft, 1937.

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Lo dijo Lovecraft: la emoción humana más antigua es el miedo a lo desconocido. La literatura de terror nos conecta con nuestra parte primitiva, y nos ayuda a exorcizar miedos y traumas. Stephen King, por su parte, dice que la literatura de terror inventa miedos para hablar de los miedos reales. (...) Cada época, por supuesto, ha afrontado esos miedos de manera distinta.

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–En el plano social, ¿cuáles son las condiciones que propician que pueda explotarse, sobre todo actualmente, el terror, el horror, en la industria del entretenimiento, incluso los libros? –Toda gran obra de terror explica la paranoia de una generación. Así como durante la guerra fría abundaron los filmes de serie B sobre insectos gigantes afectados por la radiación, y la segunda mitad del siglo XX fue prolífica en el tema OVNI, cada época perfila sus temores de acuerdo a su entorno.

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En el siglo XVIII eran los castillos embrujados de la novela gótica; en el XIX cristalizaron mitos poderosísimos como Frankenstein y Drácula; y en el siglo XX el terror cósmico “lovecraftiano”. Ahora, en el XXI, estamos viendo estos mashups de literatura clásica con la de género, pues vivimos en la época del remix.

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–¿Nos debemos preocupar cuando el terror traspasa la frontera de la literatura y se vuelve parte de nuestra vida o es una consecuencia que le corresponde a otros (gobierno, instituciones...)? –El terror habita en el mundo real todo el tiempo. Lo preocupante sería que no hubiera el recurso literario para procesarlo y explicarlo. –¿Qué opinas del cine y la literatura de terror y horror en México? –El cine ha explorado mucho más el género que la literatura. El literato busca el prestigio, y cree que no lo encontrará si escribe terror. Pero eso ha empezado a cambiar. Las nuevas generaciones, que han asimilado la cultura pop, donde este tipo de historias son muy comunes en la televisión y los cómics, están escribiendo literatura sin prejuicios. Quizá pronto veamos un despunte de la literatura de terror en México.

autores les da prurito ser considerados escritores de “género”. En mi caso, es todo lo contrario: me asumo como tal, y digo orgullosamente que soy un escritor de literatura de terror y fantástica.

–¿Cómo surge la idea de elaborar con Quirarte la antología Ciudad fantasma? –Viendo mi librero, literalmente. Me di cuenta que me había formado leyendo algunos relatos sobrenaturales de autores mexicanos, como el “Chac Mool” de Carlos Fuentes y “La fiesta brava” de José Emilio Pacheco, así que la idea era reunir estos cuentos dispersos en un solo volumen para intentar formar el canon de la literatura fantástica mexicana.

–En este campo, ¿hay obras y autores notables actualmente? –Rodolfo JM hizo una antología que se llama El abismo. Asomos al terror hecho en México, donde se puede ver una muestra de autores recientes abordando el género. Te mencionaría también La ruta del hielo y de la sal, novela de José Luis Zárate. En cine me gusta mucho la tetralogía de Carlos Enrique Taboada, y el trabajo de Jorge Michel Grau.

–¿Ya tienen material para el tomo dos de Ciudad fantasma? –El tomo dos ya está en el horno...

–Hace unos meses, Rodolfo JM declaraba que el escritor de terror no se declaraba como tal ya que le pesaba, hay un temor de ser un escritor de terror. ¿Ese temor es propio o generalizado? –Como te mencionaba, la literatura de terror en México no goza de prestigio, por lo tanto a algunos

Miguel Ángel Avilés (Guadalajara, 1981). Periodista, gestor cultural, productor y locutor de radio. Ha colaborado con diferentes publicaciones literarias del país y en la sección de cultura de MILENIO Diario Jalisco. Editor adjunto de Revista Morbo. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. José Landa (Campeche, 1977) es director general de Ediciones Morbo y Revista Morbo.

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