Estofado de indecisiรณn (Simulacros de un chango)
Francesco Rabbannelli
Estofado de indecisiรณn
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Francesco Rabbannelli
Con gran cariño a Ian Alexander, que cuando las viejas historias nos devoraban las alas me explicó que todo sin excepción se trataba de un simulacro.
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Estofado de indecisión
Índice 05 ------ Prólogo 09 ------ Los pocos infinitos 14 ------ La sal de la sátira 17 ------ Buen chico 20 ------ La temporada del imbécil 21 ------ Consejos de cuna 23 ------ Camarada olvidado 26 ------ Esto es más común que la ficción 28 ------ Todo por mantener el espíritu 29 ------ Puja por parir algo 31 ------ Malasutra 34 ------ Cuando fumas dinamita y escuchas el
blues de la leucemia
39 ------ Ayer bebí piscinas de cerveza junto
al rey David
43 ------ La especialista 46 ------ Consomé para llevar 53 ------ Supongo 61 ------ Nada creo en qué creer 64 ------ Colibrí
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Francesco Rabbannelli
Prólogo Veintisiete y el agujero Después de lanzarme solo por el desierto a mediados del catorce, y casi haber muerto por lo que muere la mayoría de los idiotas, hube sentido un buen día una corazonada punzándome, como cuando te machucas una uña con una puerta. Plumazo ya vencido, sin presagio, sin suerte, perforado y perdido. Se trataba de una corazonada de histeria lacónica; encantadora como todo lo breve en este mundo, lo que más traiciona, y lo que nunca se deja engañar. Fue así de espasmódico y momentáneo, como cuando dicen que se dan las iluminaciones. Y sería una mentira decir que duró más de lo que tardas en orinar paredes al pendiente de la queja vecinal. Empero su fugacidad, discerní de pe a pa que todo aquel brete simulado a mi alrededor, era nada más y nada menos que un orgasmo ajeno: algo incomprensible, poco ensamblable, inasequible y demasiado frágil. Fue entonces, que casi a la par, hube sentido enseguida cómo un alfiler me entraba por la nuca, helándome con entusiasmo seco; avisándome que había que poner cara de volver a ser ‘normal’ de inmediato, así que simulé. La gran lección fue aprendida de ese modo: nadie podía saber nada, a menos que lo simulara. Además, nadie sabía nada de nada, todo era una pretensión, todos simulaban siempre saber lo que no sabían por saberse sabios. Así 5
Estofado de indecisión la trenza umbilical de nuestro mundito era un desastre que todos decían comprender, suponer, pero nada de esto era cierto, nada de esto era real. El asunto era que no te hallabas por ningún lado, porque eso era sólo un dicho. Jamás nadie se hubo encontrado en verdad. Puede ser que sólo algunos proclamados eruditos se vieron a sí mismos pasar y de ahí se alimentaron, pero rápido lo dejaron en paz. Supieron evitar detallar de más una idea auténtica. Así es esto, –lo decían y se acicalaban la piocha todos aquellos dichosos conocedores del instante-, quizás no vale la pena decirlo a todo el mundo, es mejor simular que no sabemos; es mejor que aprendan a mentirse unos a otros. Así lograron saber que nunca se apagaría la última chispa en el horizonte del ojo pretencioso de todos. Había que pretender saberlo todo siempre, o un poco, o lo que sea, pero sacarlo a flote en cada oportunidad, nos comían las ansias como las pedradas a escondidas, o el pedo anónimo. Y eso era y sería -en todo momento- algo peligrosa y altaneramente estúpido; sin embargo, ahí radicaría toda creencia conocida, toda manía adoptada, incluso el mismo arte y la larga vida de la conversación obsoleta e ‘interesantísima’ entre artistas, artistillas y artistotas y coleguitas de ocasión, -todo según qué séquito era el observado, y por quién era observado-. Eso hacía lo obvio de la nula importancia en los éxitos o las derrotas, u otras simplicidades como el amor, la verdad, el asco y la crueldad. 6
Francesco Rabbannelli La cuestión sería sencillamente una farsa. Toda la existencia y sus relaciones, por más internas o externas o reales o duraderas que las creyésemos, todas pendían del simulacro para su preserva diantre. La vida sería siempre un estofado de indecisión constante, a veces servido sobre manteles blancos y vajillas tersas, a veces hirviendo en el nido de enfrente y contigo coagulando, a veces sólo esperándote a que te largues para ser ofrecido a los demás, y ya después, lo busques con esa lengua de éxito en su apetecible vómito. Desde el inicio de toda individualidad ansiosa, el reconocimiento del otro nos escolta ciego, nos protege del sol con un mausoleo de inquietas sombras llorando. Ésta es la gambeta inconfesable, éste es el ardid Elíseo que sienta a tu padre en el equipal de la soledad, con su barriga de fuera entre las piernas y las manos sobre su bastón, asomando lágrimas, esperando a que tú toques a su puerta. Y ya después de siglos y siglos de memorias de todo ese entusiasmo frustrado, entenderás que jamás te nombrarán el remedio de lo que nunca será verdad, sólo morirás como simulacro. El mundo entero me vio sumido en ello sin siquiera echarme un vistazo. La cosa no valía ningún suspiro. Yo era sólo uno más atrapado en esta gran digestión.
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Estofado de indecisiรณn
La vida es la farsa que todos debemos representar. -Arthur Rimbaud-
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los pocos infinitos defino y cedo el paso como si fuera una escolta como si fuera cortés como tú; sin embargo, no cago en lo que follo ni censuro me acondiciono presto a la inocencia de libertad soy lento calcetín de noche y exijo mi bota pues ya no escupo mis pies ya no comento ya no leo ya no me gusta verte lo dejé como se deja la mierda en casa de algún conocido con certeza repelente ... es que me lo he tomado personal por simulación de hábito de soltura por esa carencia que todo insatisfecho siente siempre todo por querer orinarme en cualquier parte en cualquier momento después de haber bebídome los morapios de la hora pico en el camión … he nombrado esto como el crepúsculo de una crónica ajena 9
Estofado de indecisión con la participación y el argumento de un simple pene atormentado el cual lleva a cuestas en sus venas una rehabilitación injustificada … por otra parte busco poder ser sólo un sonido uno solo que yerre un tema de cuento delgado ser la regla sin un aplauso un yo temporal carente de ritmo carente de ficción un cuento de buen Oporto de pocos infinitos uno al pendiente de mujeres que siempre salen a la mano del mal paso ... así me adapto a la reflexión del juego del mundo en el fondo como cuando cosechas fiebres de fiestas en botes hundidos ahí donde le atiendo el cuello cuando llega cansada y no hago nada más porque bien hago que no hago nada por no hacer bien que no hago algo me lo he tomado personal pues ahora todo es mundología esperma enfermo 10
Francesco Rabbannelli caído ovario flácido moneda exacta - de cambio identidad perdida zafiros de virgen estrechos con cirugías ella me dice vencida de dicha mira lo que me compré soy una verdadera réplica de todas las demás mira estas dulces piernas, lobito son reales lo sabes verdad son tuyas, lo juro sin varices sin serpientes sin el jugo de listones de otras lenguas sólo tienes que dejarme vivir como a los canarios sordos en lo alto de su vaho, pero ¡quiéreme mucho! nunca hagas eso de hacer como que no haces nada escucha lo fresquita que voy y vengo mira lo bien que chasqueo si sólo supieras todo lo que aprendí hoy ¿qué te pasa? ¡no rompas esa ventana carajo! ¡grandísimo idiota! y yo 11
Estofado de indecisión no respondo no digo nada por no animarme a matarla solamente hago esa misma mueca pues me han robado todo lo demás de la cara me lo han quitado todo siempre delante de mis naricitas de imbécil incomprendido entonces desanclo mi sombra y arrebato el abrazo al espacio la gentileza el arrumaco la corrida en su cara como un tibio aperitivo de gusanos todo lo imagino cuando le dedico sólo mis puñetas ambiguas cuando creo que la extraño y continúo, como si fuera cortés no Cortázar dije cortés, con s al final como ya dices nadie, ni tu madre ni su pendeja circunstancia soy así una pequeña dosis de todos mis huecos y me reconozco cayendo por 13 días… y 12 horas... tranquilamente cuando para colmo acabo y acojo mi odio contento como un soldado mediocre que no tiene ninguna medalla de muertes por contar ni siquiera la suya 12
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a diario me atravieso de aburrimiento me desvelo y comprendo ese buen arte del que me hablas porque no soy la mitad de nada de nadie no soy profeta de ninguna de tus cremas o tus escotes soy sólo el conflicto que sonríe de amor entre la escoria cuando salgo por ahí, por última vez con los intestinos repletos de música inquieta consumida paseando sin miedo afortunadamente ebrio listo para ser desterrado por el ano del mundo escribiendo sin la lengua, sin los ojos adentrado en aquel rumbo sin renunciar jamás con la voracidad de un niño niño caliente / niño rural que juega y habla con todo el mundo sin soltar la gran palabra no niño moderno / no niño cerdo como cuando nadie revela nada en una sala con gente desnuda … porque la esencia hoy se alimenta de venenos de pócimas encantadoras y huellas estúpidas y sé que siempre existe gente agredida pero poca infinita …
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la sal de la sátira prefiero ser comediante que acontecimiento ser un topacio pirata vendido en la calle o ser sólo un trozo de parque roto que nadie visita ser muy idiota como un perro que sigue autos por perseguir inocentes y no por el calor de una mano, sino por ese encanto de mostrar mis dientes prefiero no ser realista ni médico, ni padre, ni maestro ni cualquier otro arrastrado que se siente con derechos deseo no poder nunca ser sabio, o místico o un arrogante esférico que compare, que signifique que se sobe los huevos al ver la rodada de cada cabeza y decir: te lo dije, se los dije más de un millón de veces… en silencio prefiero la sal de la sátira en cascada nevándome a granel lamerte toda en jovial ensueño vilmente hasta que me pique todo por dentro y por fuera y no pueda cerrar los ojos como cuando se lamben las escasas vaginas de pie de camello 14
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prefiero ser un cristal del mar que llore sangre o un riñón de favela pensativo blindado ya ves ser sólo algo emocional, estropeado ni quijote, ni madero, ni rabo de toro ser sólo un becerro con insomnio en la lengua cuando me escondes tus moras negras con los codos en la bañera y después me almendras las puertas cuando no me llamas, o no me escribes cuando no te presentas una tarde cualquiera a comerme las parras porque sé que te me vas a olvidar si no me hueles el mentón si no te bañas a las nueve a pesar de que hubo lugares en alguna comisura tuya donde no quise mover un pelo donde supe que tus sonrisas que tardan son agria espuma que me atraviesa el cuello por lo tanto preferible un escueto loco que una entrega fácil preferible la vid fermentada que sus sinfonías de caramelo meter la pata y pisarle la merienda ofrecerle mis girasoles como sátiras finas 15
Estofado de indecisiĂłn de noches marchitas que aĂşn decoran con ostras todo su pelo todo su olvido ...
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buen chico avizoro al tiempo que me hace continuar como un inválido con hospedaje perro y cariños de lejos como un estúpido que le da por las lágrimas cuando te crees artista -bajito el sombreromúsico mágico insípido y sonriente envenenado hasta la médula con el arte que nadie te compra por sentirte inédito único por ser pésimo como las uñas muertas en el suelo o ese olor a cebolla cruda del clítoris independiente que madura seco, a solas o esos pelos en el sobaco de esa mujer que no te gusta más tan cerca porque te hace pensar en la otredad aquella tan sensual y vieja tan romántica y vacía tan ajena ahora como tu adicción a la pirotecnia de madrugada con esa desconocida que untas desnuda en bálsamo empinada bajo el trazo roto de tus plumas 17
Estofado de indecisión de lombricientos recuerdos que siempre te estorban y lentamente te paralizan cercenándote al querer partir de mundo de vientre de cerebro la imaginas comiéndote a besos con infamia infortunada eufórica infinita sin notar tus absurdas canas - ni hacer polémica mierda sobre tu signo zodiacal esperándote siempre con una mano en la cintura y con un dedo índice indicando que te acerques ¡ven aquí! idiotita soberbio, me perteneces Buen Chico en resumidas cuentas, tu ancla se encuentra bajo su falda cuando viene tu día de suerte tan esporádico bajo su cesárea cuando te conmueves por su piel pachichi de sabiduría y a luego vayas al baño, enfermo de rodillas a escribir ridiculeces de casi tengo treinta fatigado y alérgico contra la pared, entre guillotinas eclipsadas y una quijada definida por lunas muertas 18
Francesco Rabbannelli después de haberte bebido todo el sidra y jalado mucho el gaucho bajo una ducha galáctica donde la bañabas completa y le sobabas las plantas de los pies con esa lengua de mil batallas como un vil pacato que convierte sus pupilas en submarinos menguantes para luego estrenar con su inicial un cuaderno en blanco a solas detrás de las cortinas sobre la bruma de cuando finges ser lúdico entre el eco de los azulejos sintiéndote muy sublime muy sicalíptico diciéndote good boy! good boy! good boy!
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la temporada del imbécil gran temporada indiferente de malas cartas de mal aliento con la casa llena de lame-culos universales que ruedan de esquina a esquina con su nariz rojita hinchada con su daga escondida haciéndote reír del marginal mientras te plantan sus dientes ahí en medio de la nostalgia enramada a ti en forma de V visto que su boca puede cambiar absolutamente todo infectarlo adornarlo es una farsa-negra de vulvas con navajas una pesadilla con el camión de la basura escurriendo sus perfumes sobre ti así las temporadas finalizan quizás un poco más tarde que otras o un poco menos idiotas pues uno se abandona a su tragedia uno se vende rápido
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consejos de cuna jamás cambies a papá después de tanto golpe ni siquiera aceptes cuando te ofrezca irte de la casa no sé no te des por vencido con él combate y sácate el cinto crece ante sus ojos dile que a mamá le puede salir un pene y que lo puede follar y dejar en la calle el día que menos lo espere jamás cambies a papá después de tanto muele ni siquiera le digas que ya no vuelves, no sé no seas como los demás imbéciles que corren a demandar mejor comparte, sonríe saca tu dolor bebiéndote sus sueños crece y dale sombra hazlo de cristal enano soplado asústale un poco dile que a mamá le puede brotar un bandido pronto apuesto y adinerado uno siquiera poquito más idiota que ronde y se la robe en esa noche que más la quiera jamás cambies a papá después de ser tu amigo 21
Estofado de indecisión ni siquiera le menciones que eso es cierto que al fin haya sucedido evítale la pena de un llanto y un arrepentimiento histérico degradante y fatuo no seas su benefactor para llevarlo a ese vértigo acaramelado y espléndido hazle saber mejor que al fin a mamá le medican una dosis sorprendente para dinosaurios que se comen a ellos mismos justo como él lo hubo predijo años atrás aplastado a orillas de la sala sintiéndose un Zar traicionado, rodando por los suelos recargado ebrio a un sillón llorando los éxitos de José José alternando voces y profetizando que al menos tres veces al día la debían tener ser anestesiada y que jamás nadie la querría como él y tú recuerdas aquella pregunta: ¿escuchas lo que dice esa canción lobo? cuando dice no importar un carajo su vida cuando tuerce las manos y rasca su calva jamás cambies a papá por nada después de todo nunca nadie entiende lo que hace sólo pretende creer o sentir entenderlo 22
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camarada olvidado cuando tienes sólo una oportunidad la última en serio avientas todo por la borda te lo juegas todo desnudo descalzo sin piel sin dientes sin esos aires cretinos de grandeza te vuelves la ironía obsesiva de las vidas muertas reconoces lo agradable cuando el odio es ingenio sensible con una pipa en mano rodando montañas con un elefante ciego de dolor caminante bobo que te exprime cada hueso pero no sientes nada ya deformado y sin conciencia sin amigos sin futuro ni mesa servida por eso hoy que al abuelo no le queda nada ni siquiera riñones para mearles la cara a todos por estúpidos tú ríes de tu tiempo triste de inepto junto a tus otros cadáveres aplastado ahí frente a la casa de los perros fumando piojos de a 70 la pieza despuecito de las 5 esperando una llamada de no sé donde 23
Estofado de indecisión a no sé cuál de los infiernos como esos mandatos a misa en campanadas de tres tandas para personitas ingenuas que preparan canciones a capela fingida con sus lágrimas de porcelana de pantano entre la vampiriza de la familia y los conocidos hoy pecar no es una opción es un simulacro vencido uno más cuando la mañana cobija tus memorias de rocío con su bruma ácida abuelo qué bueno que no recuerdas a nadie qué bueno que olvidaste ya todo Yahualica tus hijos tus nietos el puto comunismo hereje y las mentadas 7 en punto y todos hínquense al rosario tu trabajo forjando botellas de sodas viejas al rojo vivo chingándote bien los ojos qué formidable es ahora que ya no menciones al Señor ése al que visitabas crucificado todos los días muy al pendiente a cualquier cambio en cada una de sus muecas de 6 a 6 qué encantador cuando las oportunidades aún 24
Francesco Rabbannelli siendo las últimas en verdad son patrañas abuelo muchachillo pálido y tranquilo seguro el monstruo de la libertad era marinero pero ya se ha ido no titubees no ahora …
uno abre la boca así sólo cuando está cansado cuando no sabe qué decir cuando no sabe que le mienten y justo antes de morir; lo siento camarada olvidado
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más común que la ficción no es extraño no es realidad no es actualidad es tan sólo estupidez te miro al espejo y te deseo te empujo adentro te miro a salvo en el vacío y te mato mil veces lo digo y a veces lo enfrento te apuñalo cariño y te pongo en cuatro porque no vales mucho cuando enrocas al rey con una reina pareces un simple ser humano porque no puedes permitirte ser interrogado así otra vez sublingual y de rodillas a su viejo cuerpo refranesco lunática-esférica que viola y circula y me lleva frito porque uno se vuelve imbécil muy pronto uno sale listo para eso y tú lo haces parecer muy, pero muy sencillo con ese modito enredado de lectora de tocador y tus lubricaciones tardías de media noche muy justas cuando ya todo lo mío duerme flácido diatésico 26
Francesco Rabbannelli desmotivado casi tan evangélico como el zopenco que habita entre témpanos de esperma olvidada desde el cuidado de su nodriza esto es más extraño que la ficción yo me largo de aquí es un asco sufrir por no sufrir cagar por no cagar coger por no coger es esa vanidad kilométrica de los corazones aplastados es ese humilde festival de los huevos rotos
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todo por mantener el espíritu hablé hoy con un profeta lo hice a caballo como la gente que ya no se cuenta nada o se enamora o algo parecido antes de pintar un gesto, dije elijo el carril izquierdo porque falseo con el derecho así cambiamos pues de lugar y mencionó aquel estreno aquella cosa épica casi sin emoción sin crema de farándula tan brillante como siempre él tan blanco y tan siniestro entonces levanté mi ceja del mismo lado y dije, entiendo la cosa es así y asá: si la quieres, puede ser increíble y si no, te será imperdonable; al término, todo lo que quiso decir se me hizo presente supe vivir salvaje cual panza de parásito sobre alfombras de plátano reafirme la cosa que en simulaciones se llama ‘el espectáculo de la humillación’ sé que la historia dará la cuenta de la farsa colectiva y además hará café por la mañana
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puja por parir algo No sé muy bien qué me gusta Me gusta todo Bueno, menos lo idiota Aunque me encanta hacerme el idiota casi siempre En algunas buenas y en otras no tan buenas Para salir ileso De ilusión De milagro Porque no fui parido entre soles diestros y lunas negras Que emergen de los templos o que leen un libro antes de irse a dormir Mis padres son idénticos a las cuchillas escondidas bajo la manga Como en los manicomios o las prisiones Cada cual en su cuarto Mirando la ventana de una televisión apagada Atados Consumiendo piensos Chapoteando en piscinitas de pánico aliento suspendidos en ansiedad … No sé muy bien qué me gusta Realmente no sé por qué no me importa No sé muy bien por qué me dejan siempre las mujeres Me gustan todas Bueno, quizás menos las idiotas las bobas lindas ésas que vienen en paquetitos de celofán y 29
Estofado de indecisión follan con quien les parece ‘inteligente’ Y las otras... Ésas no follan con tipos idiotas como yo Tipos que palpitan inestables con la pinga sudada goteando entre las piernas; Tipos románticos que escriben sólo cuando cagan al mismo tiempo, girados totalmente Torcidos, desairados y galantes Con una máquina postrada a un lado bufando letritas rasposas de amor sobre el lavamanos Husmeando aquel contenido que apela un anhelo al pujar Para poder salir ileso como las malas compañías Iluso asfixiado por maravillas de pestes y advertido un tanto más ligero por eso de parir algo justo antes de entrar al horno a tomar un baño
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malasutra mi mala suerte es una muy buena amiga mía es la mejor de todas las hienas se embriaga conmigo entre arreboles y rincones acartonados se sienta en mi regazo robándome el hálito cada vez que me sobra cualquier suspiro y tú malentiendes todo te enamoras pronto, a diario como frailecito y lo estropeas parejo, pues ella está por todas partes es como una clase de dios vernáculo una gata chocolate hambrienta que te absorbe los huevos hasta que no sabes abandonarla no puedes no quieres porque no es buena idea ella jamás te niega nada va contigo al baño y te libera es la mejor amante pero tú sobre-estimas todo abusas de su culo y lengua aunque ya se sepa de memoria tus aburridas posiciones tus rodillitas raspadas / de inapetente serpiente 31
Estofado de indecisión es una prueba que maniobras como un cerdo con torceduras monumentales y convulsiones de por medio ella se resiste a tener el sexo frío y te detecta presto cuando te derrites por casi nada desesperado a leguas atisbando a las nubes barbadas con tu escafandra puesta bajando de un taxi que crees morado gritando como los zánganos pues deseas entrar a su casa y golpeas la puerta ahí reconoces que abusas de pies a cabellos eres como un gallito eléctrico encandilado arrugado y frito una bestia patética que danza y picotea solamente por la ambición malcosechada de quien con saber follar sabe que se puede acobardar a los demás entonces en una orillita de su puerta orinas pesada espuma lo desquitas insinúas poseer tal territorio y todo lo que tiene dentro así te recuerdas una vez más al estar encima de ella cuando bosteza disimulando y dice 32
Francesco Rabbannelli ¿¿¿terminaste???? ... tú sólo bajas la cabeza lo sacudes fuerte después sientes un interesante olor y sabes que debes subir es pánico-asfixia pues descubres que tu pene alcanzó ya el peligro de extinción
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cuando fumas dinamita blues de la leucemia –
y
escuchas
el
embotella mi cáncer querida médula envíame las drogas del recto abyecto al cerebro infecta tu sangre blanca con mis ojos de cerdo negro mientras yo escucho tu blues no te detengas a verme no con esa música ahora no no woman mañana no no importa me den las doce en-pasta-ditas porque soy invisible y tengo chistosa la mirada con las mechas listas en el fondo porque soy sólo un estúpido peligroso y sé que todo en este mundo se puede perdonar si no lo piensas pero esto ha sido el colmo del desdichado porque alguien, algún pelele o una de esas simpáticas de tetas aladinas entre toda esta gente que ha venido a dejarme hoy sus llantos me ha robado a Valentina hijosdeputa hijosdeputa hijosdeputa todos 34
Francesco Rabbannelli los maldigo con tumores y enfisemas y vidas plenas de engaños por qué me hacen esto para qué chingados la quieren si no la saben tocar a la orilla de aquel cuarto una mujer con piernas de mármol me escucha y se levanta en armas las enaguas tambalea pero se aproxima decidida la miro de soslayo me hago el tonto justo como cuando uno se deja envolver por una tragedia encantadora ya sobre mí sonríe deshecha como si tuviese dientes de yogurt y le faltara la lengua desafortunadamente me saca ventaja y nota que disfruto de eso justo en esas horas donde pico la barra con el belfo ardiendo en cenizas y mi único sonido queda atorado en aquel tráfico de tragos del sentimiento ajeno todo se trata de influencias hasta cuando vas a morir lo sé mi estimado Ian todo se exagera bastante siempre todo busca ser exagerado 35
Estofado de indecisión tú lo decías bien cuando nadie se detenía para llevarnos a ninguna parte bajo aquel puente del Huizache allá en San Huicho y tú sabes Cavernario que aquel café alemán nos tuvo miedo aquella noche porque fumábamos dinamita ahí sobre sus escaleras muy al ladito del jefe al cual retabas después con una botella para salir a la calle contigo a desfigurarle gratis a luego que aquella mesera de grandes ojos turcos nos va y nos dice que de qué va la cosa <<< oigan, todos me preguntan si yo les dejé tocar acá todos me quieren saber quiénes son o quién los invitó, me hacen favor de irse para allá>>> Bueno, -la mujer era un encantoy así de pronto nos echaron con las narices hechas agua mala cocaína … ¿y Valentina? desaparecida desperdiciada porque no sabían tocarla y aún así me la robaron hijosdeputa hijosdeputa 36
Francesco Rabbannelli hijosdeputa todos infelices ratas de iglesia me robaron a Valentina -les advertíavendré a prenderles fuego un buen día pero no será de empeño no será lejano vendré a que me paguen tu traición todos mi quisquillosa dama y el Sargento no salía tenía más de diez minutos en el baño y las cosas afuera las organizaba el Cavernario perfectamente más justo que Dios con la botella quebrada acercándose al dueño imponiendo perímetro tulléndolo cuando los gritos de adentro pospusieron lo inevitable ¡ahora no, no quiero una ambulancia! ahora no, no woman pidan una ambulancia, se ha cortado el cuello jajaajaaaa –Ian carcajeaba colgado hasta el topelo llevaban fuera asustados la chica turca y otro le tapaban con papel un boquete con forma de un ojo egipcio Cavernario y yo les hicimos el relevo y nos largamos amenazando con regresar alguna noche con similar placer 37
Estofado de indecisión como en un blues que te puede hincar por días acalambrado como si fuese un robo de tranquilidad para siempre como los bailes exactos en medio del fuego y las carcajadas de aquel chaparrito con sus pupilas como rubíes inyectados y su frase que explicaba aquel duro acontecimiento yo les dije si salgo del baño, será con toda una escolta entonces se había cortado el cuello algo sencillo algo para recordar que aún existían instantes sin simulacro que nadie podía evitar como la sangre con leucemia algo con un tono real
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ayer bebí piscinas de cerveza junto al rey David el de linda letra escrita en servilletas de bares cercanos al glamour de la Calzada Independencia declarándonos ahí que los derrières son símbolos almidonados que él sabe adorar devotamente en una fémina bien dotada ahí donde pierna y nalga hacen frontera y uno ensarta su alma son símbolos para hincarse a medirlos con las encías desde tu silla de plástico Tecate probando tu técnica frente al beneplácito cachondo del agregado fisgón y también nos matizaba contando lo de un viernes con eso de cuando los judíos beben y se casan y te toca ser el mesero que recoge los candados en el chingado Hyatt y les llevas la champagne a la recámara [muchas botellas] donde las nupcias se siguen festejando [como se debe] donde su propina es de 5,000 pesos libres y nomás para que te la sepas sólo por llamarse así [David] el segundo rey de Israel y por ser ese día para los judíos [la bendición 39
Estofado de indecisión y un augurio para su boda] con mucho champagne en mano [en el milnovecientos84] y eran cinco mil cuando 5,000 [eran cosa seria] cosa diáfana como de imperio Persa David, un dipsómano en demasía agradable encargado de los números de todos esos tugurios que visitamos contador bebedor como de los que hacen falta en una cantina vacía al despacharse solo o como de los que a punto de pelearse se desabrocha el moño del cuello y se prepara para su oponente muy dispuesto [sonriendo] sin el temor que muchos sienten en la panza en el mismo Hyatt con el mismo patrón del hotel, el cual lo andaba buscando por todas partes durante tres horas de fiesta Jabad rupestre para después encontrarse de frente con los puños listos de un David encopado[al cual le gusta un chingo su nombre y nomás a razón de escucharse mentar pela su hilera de tres dientes de puro gusto] mejor se le hincaba como Goliath para hablarle al ‘chile’ y cagarse… de puta risa, pero de miedo casi diciéndole y felicitándole: ¡Mazel Tov! qué chingón eres David por mandarme a la mierda y quererme golpear como un campeón
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Francesco Rabbannelli En la misma mesa estaba la mujer más Roble de Tijuana bebiendo como vikinga junto al Rey David diciendo de la vez que no fue a su muerte por andar distraída no tuvo tiempo de atenderla ni pintarle alguna uña fue cuestión sin importancia y nada más. Oh, mujer Roble de Tijuana aquellos vientos y aquella lluvia y aquellas risas del Rey David y los chulos y los vejetes con putas rodeándolos echando el pellejo trompetero a relucir haciéndolos ver cual grandes dandis y aquellos silbidos y el coraje de la gente al escucharme poner a Benedetti en la rockola a la sorda a todo volumen a todo pulmón a toda madre, sólo por jodérmelo al cabrón cuando se oyó aquel berrido de: ¿quién puso esa chingadera y me quitaron a la Sonora Santanera? sería la vez más hermosa que jamás lo hayan abucheado en su vida Mi querida Mavi, eso es la poesía y punto y seguido y no las mamadas que piden con comillas y poseen el culito de las editoriales y se ufanan y ‘padam-padam’ 41
Estofado de indecisión cuando se osan por querer para su mesa siempre una charola de plata la sonrisa se abotona en mi rostro cuando les reclamas no ser tan pendejos la sonrisa se abotona en mi rostro cuando sé que ayer bebí piscinas de cerveza junto al rey David y la mujer más Roble de Tijuana .
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Francesco Rabbannelli
la especialista cerraba las ventilas de aquel cuarto para evitar a Sabina con su voz de perrito bohemio curtido con su fantástica alabancia de música y aquellos aborregados coros de todos sus seguidores bien lubricaditos en plena feria de inspiración yo no tenía parcela para tanta marrana confundida y matutina y esa vecinita carecía de todo tacto para conmigo un verdadero haragán pero cómo pudo fracasar ella tan linda tan inteligente tan nalgoncita con sus vestiditos de la India ondeando chuletas vegetarianas y sus zapatitos culturales con chaquiras y sus deditos de fuera heredados exóticos de marca original y con su lista negra en mis pupilas -con todas las esperanzas extravíadas llevando tres mensajes por cobrar en el bolsillo 43
Estofado de indecisión -con un egoísmo ilimitado orgullosa de verme ahí sobre su cama en pose de 8 lunas intimidado por todo aquel aroma esperando a que saliese del baño y anhelando que tuviese al menos un condón no importase la marca o ya siquiera un jodido alambre para hacerle un torniquete a mi pepino … le encantaba hablar de sí como un documental de drogas alucinógenas un resumen vivo un cóctel sin oportunidad gritaba que ella era reconocida por sus grandes obras de humanismo nato ella era algo así como una indefensa zapaquilda odiadora de hombres una misericordiosa muy agradable ella era una especialista indecisa que rescataba princesitas maltratadas para maquillarlas con hielo hasta desquiciarlas … yo callado medito sobre hablarle pestes de sus historias y su Sabina estupidez, pero no gano nada sé exacto cada movimiento y satisfecho, -aún prevalezcoporque soy mercurio que se funde bajo bromas intolerables de leproso ventrílocuo 44
Francesco Rabbannelli soy un rumor que firma con gracia el aburrimiento bajo esa lubricación e intercepta sus sonrisas al acercarse y tocarme y miro pronto cómo es eso de saber decirle todo sobre todo al instante con una gracia entera y gallarda como cuando un disponible chango degenerado halla que las palabras estuvieron siempre detrás de la puerta sin embargo, todo era aún más grotesco dejándome pensando: ¿cómo pudo fracasar ella y volver a buscarme?
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Estofado de indecisión
consomé para llevar desde los 9 supe que la gente moría de cáncer cuando la tía Rosa dejó crecerse las uñas y sus ojos azules se endurecían con el corsé helado de sus párpados y todos tomaban café y peleaban el pan los mayores bebían coñac y salían a respirar afuera y a encender cigarros de miedo porque ella olía feo como si estuviera encendida por dentro a fuego lento - Cáncer por fumar y la coca así un par de tíos se pasaban el chicle y la jugaban de expertos en la salud cáncer de todo por todo así es hasta por ver la tele o por encabronarse por no vivir al cien quién jodidos vive al cien pensé ¿qué es eso? también por estar gordo por no cagar por no ir a la escuela o por llorar mucho como la abuela con su pañuelo pegadita al cancel 46
Francesco Rabbannelli esperando a cualquiera de sus ocho hijos usted tiene que ser fuerte esta vida está diseñada para los vivos los chingones los chiles pelas pero, también daba cáncer por mentir más de diez veces al día y por ser un cínico y un desinhibido o por hacerse el tonto y el interesante en cualquier fin de semana como a la una o por querer dejar a tu mujer sin dignidad sin gasto o por otra menos achacosa ese quisquilloso cabrón abusivo saldaba millones de cuentas se la cobraba hasta por aventar pedradas a los camiones o por tocarse de más al orinar total que había que andarse con cuidadito pues había cáncer pa’ aventar pa’ rriba lo había pa’ toda clase de pillo o de paraíso había de todos los sabores, tamaños frenesíes y colores lo que me consternaba más que las uñas y los ojos de la tía Rosa era cómo podría yo saber 47
Estofado de indecisión si ese cabrón desorbitado ya me había robado las gallinas de mi jacal yo tan tierno e ingenuo porque no por ser niño se la pensaba ya ves Carlitos el nieto de Rosaura la desconectada le había cantado las golondrinas no hacía ni el mes a mí eso era lo que me asustaba no las babosadas en las que todos andaban a mí esto del cáncer me ponía de pleito entonces pensé una mañana recién silbó el boiler dentro de la regadera ¿cuánto valdrá una pistola Rabbannelli? preguntaré a mi padre sin levantar sospechas porque sé que adora gritar al no querer reconocer que no sabe sobre algo para que yo con esa cara de chiquillo menso que me tocó asimilar le pida una aproximación curiosa y una explicación bien a su beoda medida él se inventó la cantidad de doce mil dudas y de ahí empezó mi cuenta regresiva primero a los 18 sólo por mentirme libre de comprar mi propio veneno por eso fui campeón ajedrecista por no ponerme a merced del cáncer 48
Francesco Rabbannelli un niño anti-problemas callado limpio si era robo o si era culo frágil si era golpe y muy estúpido al pelear mi cuenta era no tener cuenta teniéndola insertada en cada vello que veía salir de mi barriga cagona por tanta gula de taquitos sudados desde los 10 hasta los 16 me convertí en una clase de lobo embarazado incomprendido encapsulado un lector que no molestaba ni cuando veía que mi padre golpeaba a mi madre y luego llegó una tonta una güera muy linda y arisca igual que yo la cual vino a quitarme mis privilegios en mi cerebro quería que la pensará a diario de forma que yo quería sobarme siempre al ir a orinar aunque a veces resistía, sólo me sacudía brincando mis manos querían asirse de aquel independiente siempre eran como dos enanos buscando su pico en la mina de oro hasta que no pude más entonces vivía consternado por ese chingado sarpullido 49
Estofado de indecisión que seguía llevándose más a mi alrededor, los desahuciaba por montones, como en los guapos holocaustos y yo pensaba: debes darte prisa esta mujer y la otra que vino después y la otra y después otras más sólo te estás distrayendo seguro tu jacal ya te lo están incendiando después de los 18 fueron los 22 con una armónica en el bolsillo nunca quise levitar ni hacer yoga esos lapsus me dan vómitos como los columpios en los parques solitariofamiliares y las vaginas desaseadas decidido dejé la pasividad y visité a papá en el manicomio era el teatro de la crueldad a punto turrón lo absurdo la peste Artaudiana dando cátedra frente a mí mi padre abría sus ojos y su boca como un pescado globo desinflándose sobre el fresco del cemento amarillo y cada vez que las moscas atendían su dedo gordo del pie yo quería contarle lo que veía con el ácido diario y el éxtasis y la cocaína 50
Francesco Rabbannelli y el desvelo y las voces cínicas con guías de saxofón mis nervios pá los puedo sopesar a todos ellos quería contarle que ahora la pistola ya no era una pregunta aproximada era una ilusión que vestía elegante por las noches seduciéndome a solas como a esa hora cuando Brenda se fue abierta del pecho y Alexander enseguida, detrás de ella como quien se incendia por seguir una sirena que se ducha en el sol cómo serán mis últimas veinticuatro cuál será la autopista de dicho sentimiento mi querido Alvarito bajo el asombro y la repugnancia entre los museos de esquirlas del silencio cuando al horizonte se licuan los gritos de las madres enloquecidas sin anclas sin timón sin esas sonrisas de por última vez junto a los pulpos y mantas cómo serán los buches de lo ilógico y verdadero la página donde todo se detenga a eyacular muerte cómo será al fin 51
Estofado de indecisión ese aroma misántropo ese gemido único del consomé para llevar para mí
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Francesco Rabbannelli
Supongo Mira, la vida y yo casi nunca nos ponemos de acuerdo, como cuando te ves arrinconado por una diarrea en un sueño de baño. Y se suponía que las sensaciones darían alguna pista, maullarían un señuelo, o tratarían mínimo de persuadirme con látex, con gasolina, con alguna puta promesa; pero qué importa estar de acuerdo con la vida, o con algo, o con alguien, eso es patético al fin y al cabo. Es ridículo escuchar a cualquiera restregártelo por sentirse vanagloria y no aceptar ser sólo un accesorio de alguien más. La vida quizás te da un poco más cuando amaneces con esa resaca; y cuando la vida no te da nada amaneces sobrio/pensante/adolorido, buscas en los colores del pavimento, caminas, te arrastras, color círculo, te detienes, color éter, te subes al camión, su tiña, su pestilencia. Sabes que la realidad no basta en tu juicio, que ni siquiera existe, que no tiene alma la vida, que la vida es un muerto fantástico del que florecen rápido y mueren rápido cualquier tipo de cosas, las efímeras damas de negro, de busto de ochenta mil duros, ofreciéndolo al contado, [sin cáscaras], ¿a dónde querrás ir desde hoy?, -te dicen desde que te toman la medida en el iris de los ojos, saben que tu felicidad te dejó somnoliento, perdido, y que no hay ahogados para entrar al río esta vez. La vida y yo casi nunca nos disgustamos tanto, todo es un número y una operación, una ‘ye’ nada más; sin embargo, 53
Estofado de indecisión no tienen importancia los pagos mutuos, ni el respeto mutuo, no me interesa, ni siquiera al verle en el baño cuando el azulejo baja la guardia y se desempaña, tu golpeas en seco y en una esquina sonríe, me reta y me devuelve mi corazón como pelusa de gato, lo levanto, es sucio, no lo quiero, está hendido, peludo y tiene grasa negra, además, el ruido que hace me molesta, me despierta de noche asustado, justo cuando la belleza me grita debajo de la cama… yo supongo que brinco. Supongo que no estoy hecho para los trabajos. Me cago en ellos, no sirven para nada más que para olvidarte de ti mismo. No dignifican a nadie, sólo te denigran y te confunden, te vuelven una barrera entre tú y lo demás. Me cago en mí mismo cuando estoy en los trabajos, me odio más de lo habitual. Suficiente tengo conmigo como para aguantar el regocijo del mejor trabajador lameculos y perfecto y la ruina del pobre idiota que se halla varado ahí como ancla de buque hundido, sufriendo. No soy de fiar, soy mala influencia hasta para con quien dice decir ser yo, soy mi propio sabotaje. No soy algo bueno para algo, lo sé lo sé lo sé, eso es un fábula romántica obsoleta, una presunción, un enema marchito de repugnante elegancia. La situación es sencilla como una flema, sólo que nos gusta complicarla y hacer figuritas con ella. Lo cierto es que nada sabe igual si no eres víctima de tus dulces y encarnizados detrimentos, porque nada es valorado a menos que se esté derritiendo entre tus dedos. Y eso, 54
Francesco Rabbannelli eso es una gran sensación cuando se trata de alguno de tus sueños. Al momento de la felicidad todo me empieza a incomodar, el corazón me pica, me hace bolas en el cuello, me encasilla. Es en ese instante que te puedes dejar de mentir, y al fin darte cuenta que nadie se puede salvar, que eso nunca ha sido posible. De hecho, salvarse de qué, para qué, del infierno, del juicio ajeno, de dios, de quién. Quiénes somos, o creemos que somos para anhelar salvarnos. Supongo que no sirvo para las relaciones amorosas. Me cago en ellas. Me cago en mí mismo cuando estoy en una relación, me trato de encontrar pero, no me hallo, no me logro encontrar en ninguna puta parte. Desconozco quién soy, o en quién fue que me convertí por estar follando 55 veces al día como los leones. Eso es lo que soy ahora, un estúpido león domado, encerrado en una jaula de sexo aburrido y obligatorio. Me hallaba conmovido por los hechos, estático, comiendo semillas como Camila en el patio, en mi jaulita nueva. Tenía la miel seca hasta las pestañas, como los microbios solitarios. Mi clan era de absurdos soñadores erectos, que inútiles y detenidos, pasan siglos embobados viendo a través de la misma ventana. Cuáles putos hechos. De qué mierda sigues hablando aquí conmigo. Qué es todo esto que veo. De qué trata la historia. No puede tratar de lo mismo siempre. Así es, así es esto. No puede ser posible que esto me suceda, nos 55
Estofado de indecisión suceda, les suceda, y nadie parece detenerse a ver lo que según supongo que yo veo; o quizás algunas veces, pero no por mucho tiempo. Eso mismo creo. Eso mismo, cuando pienso que me hablo. Eso mismo debes pensar al contarle a los demás cualquier cosa. Recuerda aquella hermosa frase de que no hay destino que no pueda vencer el desprecio. Pasajero, pasajero, todo es pasajero y singular. Único, irrepetible, como bala que sólo una vez sale disparada, apuntada, perdida, en dirección a cualquier parte, a todas partes, a ti, a él, a ella. Supones ser arroyo, caudal frío, ser un pato, agresivo, poderoso, gris con verde, que flota, que supone ser la vida; pero... jamás has podido suponer bien, y lo pícaro del asunto es que no hay nada que puedas hacer aquí, porque no depende de ti, te han engañado desde la entrada, desde tu llegada. Aún así, ahora vas aldea por aldea, suponiendo que eres un armamento, una pluma, una huella, o a veces un hongo con esporas tatuadas en los brazos. Sonríes por la estupidez con que vacilas. Supones ser guerrilla que no ha muerto y según te enserias, mas nadie te considera, por eso volteas la cara a los demás, no valen la pena. Nadie vale la pena, nadie puede llegar a valerla. Crees traer las tripas de fuera, pretendes ser brisa, mástil y fusil, corazón de velas; no obstante, piensas que sólo te has estado convirtiendo en un frígido-hueco de loca esperanza. Este tiempo y este espacio, sólo puedes hacer que te haces a la idea, eso es todo 56
Francesco Rabbannelli lo que pasa. Subes un tono al horizonte, te dejas caer en el panteón de mezquitán, sonríes, hay soles de tumbas cuando cierras los ojos, hay medallas de arrepentimiento. Te has dejado caer en esas mismas cuerdas otra vez. Te cepillas el corazón con vapor cuando nadie te ve, le das jugando, te tallas con esas cerdas metálicas, cariñosas acuchillantes. Pros y contras, amanecen ebrios, recargados de espaldas, uno con otro, vitoreando la vía del indecoro, la maldición del sol, buscando en sitios de mala muerte las plumas finas de ganso para hacerse vomitar. Es fermoso ver cómo embadurnan las manos del señor policía que les sorprende al verlos tan entendidos y amistosos, y te detiene a razón de tu sospechosismo alegóricamente estático. Eso es lo fantástico de tener amigos igual de lúcidos y envenenados, -pienso-, ‘da igual el goce y el dolor por venir en el mismo vórtice’, -justo Ian me comentaba al ir saliendo del paraíso* con Esmeralda del brazo, repartiendo sonrisas a diestra y siniestra, a cada paso, y aventando humo como dos escapes bellos de tractor-dirección a ninguna parte y a donde sea, como siempre. Él siempre sabía perforarme con memorias imborrables-. Recuerdo de cuando yo era bueno para inventarme cualquier incidente, relato, quimera, cualquier número de palabras sin que me hicieran subir al carro de la autoridad. Sin embargo, la policía hereda en cada generación una mutación de pendejismo cada 57
Estofado de indecisión vez más peligrosa. En aquellos tiempos, era en persona yo, lo que hoy considero: un gañancito ingenuo que le juega al brujo, al literato, al loco. Y también recuerdo cuando no trabajaba ni creía necesario trabajar. Todo era diferente, todo era pluscuamperfecto. Eso era lo suficiente para convertirse en un excelente narrador de historias, sin truco, sin pretensión, sin antifaz. Supongo haber sido hechista y hacedor de la comparsa y el usufructo de cada una de mis caídas; narcotizado la mayoría de los segundos de cada minuto de cada hora de cada día y de cada año, por el bien de mis muelas tristes, porque no me venía en gana respetar emociones ni propias ni ajenas. Me gustaba mejor eso de desdicharlo todo y robármelo por temporada. porque debo ser espeso, en secreto debo ser un hazmerreír enfermizo uno libérrimo uno justo para esta vez que me hago a mí mismo pomada entre esta clasecita de sopiza porque debo ser mío jamás suyo jamás una postura idílica jamás un confuso entendido o un amante breve sin derecho al exilio sin residencia un maldito pez gelatinoso entre sus manos de pan de agua de mujer calcománica 58
Francesco Rabbannelli mujer folio bagasa brava de multa yunta de bueyes espesos, en secreto digo debo ser así porque no soy yo el que me conozco no soy yo el que me nombra no sé quién fui para ser ahora solía ser ese conocido pero eso cambia como la ropa de brincacharcos y el zapatito agujerado justo como tu clase o la de los otros que conoces ... digo debo ser porque ligero no me importa ligeros los cerros que se dejan trepar hasta las orejas y el pensamiento vale la pena sólo así si no, muerdo y no sigo cambio de parecer como un furtivo ciego que quiere cruzarse terco en medio del paseo del mundo estopa para poder hacer amoríos de oscuridad en el camino Supongo que me estoy haciendo idiota, pero quién no lo hace. Supongo que puedo seguir haciéndolo, sin importar en qué termine todo, todo terminará igual que todo para todos. Sólo somos unos idiotas, unos más grandes y viejos que otros, y otros más perfeccionados 59
Estofado de indecisión y ensimismados que unos. Sin suponer se supone mejor, se lleva dentro del corazón. La autenticidad de la imaginación Simulacro Impacto Propios pensamientos?????? Reminiscencia platónica Un recuerdo – Trivialidad - Significado Desembarazarse de sí mismo Volverte un Argonauta
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Francesco Rabbannelli
nada creo en qué creer un domingo guarro casi caucásico un tanto resfriado por los hedores enramados del mediodía mi madre gira a lo largo y ancho de todo su cuarto sobre óxido como molinillo con aspas que miman riñones con mensajes estimulados a más de cien por pincelazo, se maquilla se hace de palabras de lágrimas ella es mansa y dulce como la vainilla pero tiene estilo para alzar la ceja y abrir la boca y parar la nalga frente a un espejo tamaño carioca tiene lo que resume la vida de un enloquecimiento menopaúsico excitado por sopores ansiolíticos con centavos encarnados de colores prozac, alprazolam y ritalin pero eso no es asunto mío yo sólo soy el meco de un gorila convencional un farsante muy afortunado que se ducha cuarenta minutos a diario por imaginarse cosas de más soy una figura ebria que sueña con rincones un poco antes de salir con el hocico hinchado por tanta pandereta de Dylan en las tripas del sábado soy esa arruguita que calcina lunas de a cuarto… 61
Estofado de indecisión creciente…menguante y cuando la máquina me pide ser sincero, soy una chingada hormona de desarraigo … mi madre no detiene su remolino sospecha que bajo las escaleras siempre casqueando pabellones de fermento y destilado pero eso no es asunto suyo, nunca fue tan afortunada ella sólo es un vaho de nata con ansias en las sienes sus brazos aún huelen a gusanos: sus hijos, sus lindísimos vástagos. Ella es la multitud de la iglesia vacía y rechina los dientes como cine porno cuando siempre hay dos por uno ¡pero… madre! –le dice el más ingrato para pedir consejoyo no tengo culpa para derramar tardes de saliva con esa tonta mujer la cubana del seis, sí, 40 y pico y cejita bordada, viuda de comunista inmaculada menstruación revolucionaria ¿cómo? no me diga no tener madre, ¿por qué me dice eso? si sabe bien que me cuesta nomás pensarlo ¿sabe de quién le hablo verdad? y es que… yo ya había dejado el cigarrillo y las 10 puñetas cotidianas bueno, pues ella no me deja dejarla de buscar y pueden ser las seis o las siete, en cualquier sitio, y yo tengo la mano ahí, otra vez, 62
Francesco Rabbannelli tercamente sobre la subterránea jungla de mi glande y repitiéndome: nada creo en qué creer… nada me hace creer en algo… no creo que nada pueda ser increíble aquí, en ninguna parte con su eco de ébano empinada rebotándome delante desprendiéndome de toda la médula del ganzo por eso le llamo a estas horas créame no crea que yo creo jamás piense eso de mí yo sigo el mejor de sus consejos: ‘no dejo de platicar con el mismo extraño’
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Estofado de indecisión
Colibrí Recuerdo cuando encontré a esa loca exquisita con sus ideas amoratadas como un colibrí recostado sobre aquella barra de nubes muy a la Lilith justo cuando estaban a punto de abotonarle la felicidad para siempre mujer jirafa de cepa pura con aquella bella melena almendra – descuidada y sin ánimo mirando a ninguna parte en medio de todos buscando a soslayo la salida pero sin poder querer hallarla haciendo cola sin orden ni concierto por un beso uno que le acalambrara que la partiera en dos … Ella y su sonrisa de plátano con pecas ajena a Ella Como cuando te escupen a la cara y te da lo de ser cristiano O cobarde O un educado idiota Una sonrisa de las que se asfixian solas por ser el aderezo perfecto de la mezquindad ajena sin nada más que ser Entre esquinas de sitios derrocados Destruidos Recuerdo bien cuando le crucé por primera vez 64
Francesco Rabbannelli dos ganchos con la mirada Ojo arriba y abajo Ojo por ojo Ojo italiano frente a un porto medio gitano Una pegada inesperada con sofocación de párpados como aforismos Nietzscheanos ante la lubricación interna de lo invencible de las pupilas delatadas … Dígase a mi favor pues, que yo adoraba ser el boceto de un fastidioso imprudente Que se enamoraba pocas veces Y por esto mismo sabía pronto identificar cuando me silbaban así los chiflones en el pecho entonces, a luego de aquellos ganchos arrojé La charla pronta, ésa que tanto ensayo panza abajo en el frío del abismo era un reconocimiento entre un par de animales necesitados ella sin libertad y yo con mucha de ésta La charla le llamo pronta por tener detectives a los lados y la sirena estar enredada con la seda de un pobre gusano frustrado su hombrecillo que por ahí también rondaba cerveza en mano echando sorpresitas de ceniza y abrazándose con ñoños y libertarios alzando la voz de la leche de farándulas de perritas apócrifas 65
Estofado de indecisión sin embargo la noche era linda para llevar adelante lo que hubiese que llevar así de ese modo hablé pues con gestos clásicos sin maña sin veneno con garbo filibustero y pocas palabras arrastraditas sobre su piel de camella lunática como si por dentro yo tuviese una colección mágica de expresiones que me sacasen a flote cuando no me acuerdo de nadar tú sabes mi queridísimo Velvet adicto al porno insólito y las atrocidades suculentas del popper todo por no secarte bien los meados de la cabeza te lo digo fino anduve así porque no soy sólo un maníaco come-pepas de otros me gusta tener la mía tú sabes tuve la sinfonía justa como lo hacen los imbéciles que no esperan su turno Tratando de ser simpático y sutil Algo que jamás ha sido muy dado en mis modorras Tratando de hacer bromas con su apariencia decaída Metáforas que le encendieran las sienes Niñadas adultas 66
Francesco Rabbannelli Que levantaran esos envejecidos embarazos de su sonámbula mente Todo porque me enloquecen las añoranzas y les distingo a leguas Aleteando por última vez Viniendo a mí Sonriendo a punto de morirse Porque yo vivo en su país Yo soy su médico
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Estofado de indecisión Primera Edición: Diciembre 2017 Editorial Sin fe Guadalajara, Jalisco, México Ejemplar ____ de 30
Portada:
“Prohibido prohibir la reproducción total o parcial de esta obra siempre y cuando se den los créditos correspondientes. Todos los izquierdos reservados. Respete al ciclista. No maltrate a los animales. Ponga la basura a trabajar.” La Rueda Cartonera.
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