AĂąo 0 NĂşmero 12 Panem et Circenses
Fuego Nuevo
¡La inmemoria mexicana!
guerrera desahuciada sangrante diosa del conformismo la injusticia y la desigualdad ardiente herida que es nuestra memoria de cartón y papel incendiaria inflamable impulsiva y violenta cerca de volver a romperse en llamas ¡Que ardaaaaaaaaaaaaaaaa!
Laeh Kizz
Ahí tienen tlatoanis posmodernos su México neoliberal y surrealista su república enorme de pobreza corrupción y muerte su águila decapitada su laguna de sangre su novela de muerte ahí tienen una interminable peregrinación al abismo de carne y huesos que es nuestra historia o esa vaca cadáver pastando hojas secas que es nuestra memoria delgada adusta la eterna olvidada
Una flama pequeña besará la mecha de esta bomba atómica que es nuestra mediocridad se esparcirá la chispa en un corto pero intenso suspiro al púlpito de raíces mexicas ascenderá el fuego arderá la brecha entre nuestras identidades del cielo un grito rebelde descenderá habremos despertado y de este amanecer todos se enteraran el mundo lo sabrá todos y cada uno de sus habitantes quedaran enterados que este país no tiene intención de derrumbarse no sin antes dar la batalla hasta el fin como verdaderos tlatoanis
Sin Zombies
LÓGICA Hay ciertas personas en que el principio de razón suficiente se encarna de tal manera
Las noticias lo avisaron sin lugar a dudas; mientras la epidemia se
que da la impresión de conectar su culo
controla hay que quedarse en casa por
directamente a su boca.
al menos tres días. Sea desconfiado
Hay algo de tautología en su modo de discurrir.
de cualquiera. Yo era el paranoico más
Es como si el orden de su vida consistiera
feliz sobre la tierra, mis sueños se
en un argumento
habían hecho realidad, en las películas
únicamente demostrable
de zombies claramente te dicen qué
anal-ogéticamente, o, vamos, por decirlo coloquialmente: que no hablan más que mierda.
hacer; tener agua a la mano, latas con alimento, una radio de preferencia que tenga una lámpara que funcione con una dinamo y algo para defenderse,
TODOS SOMOS UNO…
echarlo en una mochila, alejarse de la ciudad o atrincherarse. Lo último fue lo que hice. En mi imaginación veía
sí, somos los sobreentendidos
primero el colapso de la guardia civil,
bajo el signo único
luego de los militares y en el último momento
del dinero
la
mafia
y
los
$
narcotraficantes saldrían con sus
Requiescat In Pace
plata a tratar de protegernos y
pistolas bañadas en oro y balas de controlar la situación sin éxito, Ernesto Oliveira
dejando un sinnúmero de muertos por
donde sea. Seguro que empezó
un par de vecinos estaban igual
Laraña
en una ciudad muy grande pero
que yo, buscando a una jauría de
ebria danza
pobre,
animales mutantes hambrientos
en el hilo de mi baba
en
un
aeropuerto
naves
en
el
LA ARAÑA
amigable, sin mucha seguridad,
o
espacio
no importa. Le digo a mi mujer
abduciendo gente al menos, y lo
Guacho el charco de petróleo en el vaso
que se deje de tonterías y no de
único que había era una crisis
me empieza a carburar la sesera
un paso fuera de la casa, así nos
económica peor a la anterior, la
el mecanismo mohoso rechina renovado
quedamos pensando y atentos a
felicitación a nuestro Gobierno
articulo un pensamiento
las noticias. Pero al cuarto día
por controlar la situación y los
una imagen en videotape
miré la calle, con una calma digna
hambrientos zombies éramos
en reversa y a madres
de cementerio; era sospechoso,
nosotros. Lo qué más te dolió me dijiste. fueron mis palabras revoloteando como pájaros depravados lo que más te gustó fue que te hiciera el amor mientras dormías.
Arturo Accio
Tecla
El espectáculo de las ratas Apenas entré se escondieron. El cuarto estaba infestado de ratas. Salí a la tienda y compré veneno, luego de diez minutos tenía un mausoleo de estaño ante mis ojos. Todo ese acto para qué, será porque mamá pronto estará aquí, y eso qué, por ese motivo tan insulso había matado a mis hermanas ratas, a decenas de madres, hermanas, primas, tías ratas. Niñas, mujeres, ancianas ratas. La presencia de mi madre no merecía su extinción. Pensé que había acabado con la esperanza del mundo, quién me aseguraba que no eran las últimas en la tierra, y todo por una madre y su ojo incisivo, madres sobran, compañías desinteresadas como las de mis ratas, pocas, muy pocas. Ni siquiera exigían comida, nunca dejé nada en la cocina y ellas permanecieron ahí, a pesar de mi tacañería. Las mataba de hambre y ahora las maté con veneno. Seguro había ratas preñadas, como mujeres y a nadie le importa, destripar a pisotones a las ratas que se asoman por debajo de las estufas y los muebles, en los drenajes, les parece adecuado a las personas, ellas que se saben culpables desde nacimiento, miserables por haber emigrado
a la ciudad, o porque nosotros les quitamos el espacio limpio que habitaban, somos tantos que no les dejamos una esquina suave como a los perros o un sillón roído como a los gatos. Ellas se conformaron con las cloacas, los agujeros, las sombras. Lo peor es que lo entienden todo, son tan comprensivas, nunca se quejaron, además de que no hablan, si lo hicieran jamás habrían proferido palabra alguna. Se quedaron conformes y abnegadas, no puedo decir que como madres porque eso es un mito, comiendo heces, tomando el agua sucia con restos de comida de los fregaderos de casas y comercios. Pero ahora, nos estorban tanto que las eliminamos, y qué nos han hecho para ser merecedoras de tanto desprecio, todo lo aceptan, todo se comen, se confunden con cualquier objeto, han aprendido el difícil arte del camuflaje a pesar de ser grandes y toscas. Ellas han sufrido el holocausto antes que los judíos. No hay rostro más bello en la naturaleza que el de una rata adulta, son perfectas: afiladas, dientonas, ojos redondos y oscuros, hasta se pueden ver sus pestañas negrísimas y sus orejillas de piel muy fina.
Ahora me dispongo a recoger todos los cadáveres, ese veneno es terrible, no me atrevo a describir los estragos que deja, no me atrevo a mirar a las ratas a los ojos, todas los tienen abiertos, todas me cuestionan, me gritan, no entienden mi crueldad. Les hablo, trato de explicarles, no me justifico porque siempre he pensado que las personas que se justifican son las más idiotas, me dan alergias, no hay pretexto que valga. Por fin dejo de lado la excusa sobre mi madre, aunque de alguna manera tiene que ver. Debo decir que solo deseaba aparentar ser otra, y que alguien que me conoce lo notara. Todo lo inverso a mí, lo guardé en esa caja de veneno y con mis ratas quedó sepultado mi pasado. Cuando lo pensé me pareció una estupidez, y decidí desenterrar todo, y no empezar nada, sólo continuar viviendo en ese cuarto repleto de lo que hay, con la basura tirada en las esquinas, y con mi madre deambulando por el barrio. La forma de pagar el sacrificio de mis antiguas acompañantes fue extraña, exuberante: Llegó mi madre a la casa siempre tan limpia, su cara mostró una sonrisa amable y conciliadora que me arrancó el temor. Fui a la cocina, cogí la caja de veneno, la puse en la taza de café que le había ofrecido, lo mezclé y se lo puse en la mano. Ella bebió sorbos grandes a pesar de la temperatura del agua. A los dos minutos estaba helada, sólo movía los ojos, me senté a su lado y le agradecí por ser tan noble, por ser como una rata y sonreír a pesar del dolor. Quiso decir algo y no pudo, abrió los ojos hasta desorbitarlos y quedó así, brillaban como los de las ratas. Sólo así pude darle un beso, y puse su mano fría sobre mi cabeza, muerta era como una rata: perfecta.
LFL
La generación “Chavo del Ocho” Por: J L G L
Subo diario.
al
minibús
de
Rápido al primer
arrancón,
mi
rodilla
en
complicidad con el tubo de un asiento concretan una puntual cita entre el golpe y la burla general. La burla es de los demás pasajeros, quienes con sus risas comprimidas festejan impulsivamente haber encontrado en alguien una desdicha superior a la propia. La explosión de carcajadas suena como las risotadas grabadas de los programas cómicos televisivos, a la hora de rematar alguna graciosada. De su existencia no estoy tan seguro, quizás en realidad nadie rió; de cualquier manera las he escuchado, dentro de mí. Quizás sea muy común tal tipo de risotadas quienes formamos parte de la generación Chavo del Ocho.
No es difícil explicarlo; esta generación la conforma todos quienes aderezamos nuestra niñez con ese micro mundo de feliz miseria, llamado El Chavo del Ocho, cada lunes a las ocho de la noche. La niñez a finales de los setenta, con los gobiernos priistas en su devorador apogeo sobre las cabezas de nuestros padres, necesitaba de eficaces rutas de evasión. Sin el internet y los videogames, sin los dvd ni los i.pod de ahora, las posibilidades eran pocas. Los juegos como la culebrita, el fajo escondido, la rueda de San Miguel y demás ñoñadas de esas, se habían consumido en las hogueras de lo banal. Las viejitas, expertas en las historias de fantasmas, yacían frente al infarto fulminante o ante la sorpresiva embolia. Sólo quedaba la tele y su barra cómica, claro, después de las telenovelas que distraían por horas a las madres de las cargas de suplicios, regadas en el hogar por los padres antes de irse a la chamba.
Basándome en las conversaciones infantiles
Para nuestra generación, esta falta de expectativas
de aquellos años y en la exposición constante
obligó, a manera de defensa, no aceptar la edad,
de frases mencionadas, puedo asegurar que El
no aceptar el paso y el peso de los años, no
Chavo era el programa de mayor audiencia.
convertirnos en un Señor Barriga o un Don
incipiente
Ramón. Insistimos en vestir ropajes holgados o
lenguaje con frases como: eso, eso, eso; Chanfle;
de tendencias deportivas, corte juvenil. Se
es que no me tienen paciencia. Aparte de otras
nos creó una incapacidad para enfrentar
cosas, esto fue factor fundamental para crear entre
los problemas cotidianos de la vida.
Chespirito
alimentaba
nuestro
Surgieron
él y nosotros la identidad.
hordas
de
treintañeros
Con nuestros padres aplastados bajo la suela de un
desempleados esperando su golpe de
sistema social diseñado sin sentido por empresarios,
suerte, esperando el casting que nos
políticos y medios de comunicación, la educación
hará estrellas de televisión. Surgen
fue bajo la tutela del televisor. Y la realidad fue poco
cada vez más adictos al gimnasio,
a poco pareciéndose mayormente a lo expuesto en
a las estéticas y las métodos clínicos
la pantalla; nuestro comportamiento, se fue erigiendo
eliminadores
de
por la construcción de los héroes ahí expuestos.
arruguitas; mujeres dóciles ante
Adquirimos ideologías de un mundo en donde las
la
oferta
de
implantes
liposucciones.
barreras entre lo real y su representación se habían
y
Vigorexia,
borrado. Captamos el mensaje: sugerida violencia
anorexia, bulimia: miedo concreto a
cultural en contra de la ternura del niño, catorrazos de
expandirse, a crecer, a perder la esbeltez infantil.
todos contra todos; inutilidad de posibilidades en contra
Todo
de hegemonías y poderes; exagerado uso de palabras sin
se
reduce
a
la
diversión
egocéntrica, a buscar antros cada fin de
sentido; rechazo a los convencionalismos y resta de valor
semana, a festejar al menor motivo, a reducir
a los sistemas educacionales. El Chavo del Ocho fungió como el ingreso a un mundo en
los espacios de diálogo en monosílabos
donde ya no había distinción entre lo real y lo irreal, en
insulsos de un lenguaje de moda que nos da
donde la realidad se confunde con lo deseado, con aquello
modernidad, que nos mantiene actuales, jóvenes,
que uno escoge que sea. Se optó por distanciar lo abstracto
prontos a reírnos de todo, hasta de sabernos dentro
para dar paso a lo concreto. Y de aquí se derivó el distintivo
de una generación siempre proclive a escuchar por
de
todas partes explosiones de risotadas, como las de
permanecer eternamente chavos, una cruenta negación a
aquellas grabaciones, que traslucen un temor
de
nuestra
generación:
unas
exageradas
ganas
crecer. Quizás por el miedo que ello implica. Cincuentones arrugados
y
flácidos
dentro
de
vestimentas
infantiles
despreciaban a su manera las pobres expectativas de los adultos del programa. Recuérdese.
muy clavado en nuestras almas.
discurso poético no basta ser idiota sentirte único o invencible hay que formar una nación hay que buscarse para poder hablar como idiota leer como idiota a tus idiotas favoritos andar con idiotas de cepa pura y abarrotar taquillas de idiotismo en escena pases gratis para todos mis hermanos personitas lindas charlando de un negocio espeluznantemente idiota literatura y poesía de la saga sólo de la saga … …
no no basta serlo sentirte especial hay que dejarse llevar al límite saborear su culo para visitar estrellas vencer la entrada al supuesto vacío para trascender hermano porque hay que trascender y formar seguidores natos que almidonen la esencia suicidas a la mano adoctrinados diamantes en bruto que abotonen mis pantalones a luego de cagar idiotitas encantadores que enuncien discursos poéticos y sonrían con esa maldad que tiene cualquier afamado en sus ojos lánguidos y tristes después del aplauso de la nación … …
–F. ‘Roscoe’ Rabbannelli-
COLABORADORXS: Laen Kizz, Ernesto Oliveira, Arturo Accio, Sergio Fong, LFL, JLGL, F. ‘Roscoe’ Rabbannelli CONTACTO: revistapelafustania.blogspot.mx / pelafustania@gmail.com Facebook: Pelafustania Tierras de Tiña www.editorialsinfe.com