Crónicas squizo de poeta homo... en la ciudad (preview)

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PRESENTACIÓN

Crónicas squizo de poeta homosexual en la ciudad

Recuperar la soledad es toda mi arma Recuperar el dolor solitario. Curtirte de noche, viajar sin compañía, sospechar de todos, de todo, beber alcohol aunque no te guste o mejor dicho no te guste la cerveza. Observar. Hablar con vos misma. Flashar. Pensar en oscuridad. Estar solo. Fingir que no te importa lo que los demás piensen de vos. Volverte a casa sola, sin sonrisas ni individuos que no sólo no alivian tu dolor, hinchan tus heridas. ***

Libro I: FUGA (2012-2015)

Por:

Prólogo:

Cabeza SQUIZO

Mikhaíl Vera

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(Anotaciones encontradas en un cuadernillo desprolijo la noche del bar)

¡Este era yo! El brillo inoperante de mi querido pensamiento lo impidió durante un rayo de tiempo. ¡No veo la hora de encontrarme a mí mismo desafiando por fin un segmento de aquel rayo! Para hurgar entre la urbe de penas en busca de un rostro bello. Tal vez no pueda encontrarlo en un bar, pero sí dentro de un sueño…

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Crónica 1: Ni siquiera maric(A) Junio 2012. Ciudad de Gral. San Martín. Bs. As. “Toda niño sensible comprenderá de lo que estamos hablando…” BBK

Un-bar-donde-todos-son-heterosexuales: “Yo digo que es la razón el invento de un loco, y no al revés. Pues, y los hechos cotidianos lo confirman, a los locos no se les da la razón: se la arrebatan a diario.” Escucho que dice un rocskstar de conurbano con pinta de punk pero con perfume y ojos apenas delineados que denotan una mirada superficial, a alguien bastante más joven, tratando de impresionarle. Me pregunto qué sabrá él acerca de la locura. ¿Y por qué suelta una frase así cuando estoy yo cerca? Ya lo tengo: él solamente estaba leyendo algo que yo también vi escrito en el suelo del baño del bar, se trata de un papel borrador que arrojé yo mismo hace instantes. A veces escribo en automático y también en automático me deshago de lo que escribo, por no mencionar mi falta de memoria a corto plazo. El ruido de la gente alrededor también ayuda a confundir lo que acabo de escribir con basura. El músico se prepara para tocar, pasa los 40 años y luego de convidarme algo para fumar lo pierdo de vista, creo que se trata del marido de N... Permanezco callado cerca de la barra, en el único sitio del bar que da al aire libre, busco un signo: el cielo está nublado y todo se llena pronto de olor a cerveza, el suelo también parece querer pegarse a mis borcegos, producto del alcohol desparramado. 4

Crónicas Squizo de poeta homo...

Siento el chupín muy pegado a las piernas y un saco que se confunde con una minifalda, juntos me hacen ver esquelético y andrógino, olvido el tema de la locura y me pongo a tararear al son de una canción de los smiths que empieza a sonar en todo el bar: “How soon is Now?” antes de empezar a tocar las bandas. Me alegra que por fin hayan puesto música para no tener que escuchar al resto. Ya no sé cómo esconder el nerviosismo que representa para mí la sociabilidad, así que muevo mis dedos de un lado a otro por no tener hábito de fumar cigarrillo. La música es lo único que me relaja en público. Por fin estoy pensando en nada cuando alguien (un hombre) me invita a bailar: yo respondo con una sonrisa sin decir nada, estoy en un lado oscuro cerca de la barra y las luces azules modifican mi apariencia, diría, la mejoran... Casi de inmediato se redime; “perdón, te confundí con una mi-ni-ta”... Estoy oscurecido viendo al varón regresar a sus amigos, que también me miran; buscando algo en mi pecho, siento que sus miradas son rayos x envolviendo mi figura, pasando entre mis labios, en mis uñas pintadas, en mi cuerpo sin forma; noto que comienzan a reír sin disimular entre ellos. Luego de unos minutos de tregua donde permanezco quieto, vuelven los ojos a mí para confirmar qué ven. No lo averiguan, siguen riendo. Voy hacia delante como si me acercara a ellos y les devuelvo mi más sombría mirada que los deja todavía más confundidos, ¿acaso esperaban que yo me lanzara sobre uno de ellos o sonriera también? En su sonrisa hay burla pero también 5


Ed. MEFAME

el deseo oculto porque alguien les penetre profundo. En mí no hay sorpresa alguna, sólo bruma. Luego esta mirada se pierde en un más allá mientras bebo un sorbo de whisky. Tal vez dos. Resultado de la mezcla: me escabullo en mis sombras oscuras, constelaciones de pensamiento a las que mis amigas no se acercan ni lo harían jamás, espero. Pienso en mi infelicidad, en un análisis social acerca de qué son los machos, constructos sociales, separación sueño/realidad, dicotomía macho/puto, Foucault, me pregunto si los demás tienen razón y soy gay por naturaleza, o bien porqué es tan difícil devenir neutro y que te respeten. Luego me pregunto dónde encajo entre todas estas categorías. Al final concluyo, en ninguna. Tal vez en la de un resto fósil. No soy nadie en particular. ¿Entonces por qué me llaman mi-ni-ta a donde sea que vaya? Ah sí… el saco largo negro, el pelo también largo, la espalda delicada, el odio… ¡El odio! sin él no existiría palabra alguna. No habría fanzine alguno. Ni sombría existencia. El bar se vuelve una prisión donde los hombres son presos de su imbecilidad, de su consumo, de sus constructos, pero sobre todo de su imbecilidad. El mambo oscuro esta vez consiste en trasladarme a los sueños sin dejar de encontrarme ni por un instante entre un par de paredes fundidas. ¿Cómo? Espantosa furia helada, la visión de agua entre sombras, el alma separándose del cuerpo, cavernas oscuras donde arrastrarse desnudo lagos infinitos sin orilla. Siento cómo mi pulso agoniza, ya no puedo continuar escuchando a la especie, separo los sentidos de mí y me voy pri6

Crónicas Squizo de poeta homo...

mero con la mente luego con los pies y no sin antes tirar algunos puñetazos contra una pared resbaladiza, amenazante de un bar diluido de provincia, cuando una voz sin rostro maúlla: “no vuelvas por acá, loca, loco ¡loca de mierda!”. ¡Ah! como si quisiera volver a tener de cerca la cara de un gay sin nacer insinuándose a un no-sabés-sies-hombre-o-mujer. Por último respondo dentro de mí: “Elijo no ser como ellos, elijo ser “no ser””: Ni siquiera marica. *** En el bondi de tortura, meto mi mano en el bolsillo y con los primeros y fastidiosos rayos de luz del nuevo día vislumbro un texto. No recuerdo si acaso en el baño, cuando nadie me veía, solté sin que yo lo supiera mi incipiente poesía minimalista. Tomo algunos papeles y los elimino luego de hacerlos un bollo, especialmente la prosa que no me interesa tanto como la poesía. Empiezo a escribir las primeras imágenes de lo que a partir de ahora llamaré Urbanismo Mágico al estilo de poemas que daré a luz, los que sobrevivan al polvo de mis textos alzados, al menos.

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