LA HOMOSEXUALIDAD POSITIVA Hacia una ética putanesca. Por Mikhail Vera. la homosexualidad positiva es filo-feminista: acompaña a las mujeres, a las cuerpas feminizades y a los chicos-trans, pero este compañerismo no es en la perspectiva paki del término: es amistosa, no cela, no compite, no transgrede: no es el seguimiento sonriente y controlador de un novio. la homosexualidad positiva se liga con otros colectivos mediante lazos solidarios. la homosexualidad positiva es la reunión de todo lo que se necesita para salir de viaje; es preparar la mochila para no tener que volver atrás a buscar la navaja el labial el libro de Nietzsche, o el de Foucault: Antes de la gran fuga. así la homosexualidad positiva no se proclama en favor de los derechos de los varones y su entrada al feminismo; propone, por el contrario, la superación del género, su desquicio, con la práctica homosexual como motor de inicio. la homosexualidad positiva procede mediante agenciamiento en una reunión homosexual de la heterogeneidad, reclamando nuestro derecho a lo perverso que se halla en lo dispar. trolasmaricas lanzadas al todo o nada. la homosexualidad positiva es popular y colectiva. piensa y une en su pensamiento a le pute de Moreno y a la marica traviesa de villa Urquiza; las abraza en la lucha local mediante hechizo; así la victoria individual de una sola marica es en verdad la victoria colectiva de una comunidad. la homosexualidad positiva no tiene límites de acción. nuestros abrazos no conocen fronteras.
la homosexualidad positiva se sostiene sobre la suma de marginalidades varias porque la diferencia no es separación, sino al contrario. la homosexualidad positiva es vivencia enriquecida de afecto, de camaradería sexualamorosa. el deseo por controlar a otra persona es debilidad. la policía del cuerpo son los celos. la amistad es nuestra meta y nuestro modo de alcanzarla. su campo de afectación es incierto, aunque sus relaciones se basen en la fugacidad donde todo puede salir mal donde todo también puede salir muy bien: el cariño nuestro no se borra fácilmente. la homosexualidad positiva se pronuncia en guerra contra la miseria de las relaciones: el clóset, inmundo: decir ”te amo” “me afecto con vos” sólo para coger es de hétero. manipular en el sexo es abuso. la homosexualidad positiva es un abanico abierto a todas las categorías sexuales y géneros que no correspondan al del hombre-cis-heterosexual y sus conductillas de aprendices de psicópatas. la homosexualidad positiva lucha por generar una ética putanesca donde el consentimiento sea la única regla. el placer, sin límites: el gusto (“fetiche”-BDSM-sodomía-rocíovampirismo-abrazos) permitidos siempre y en tanto seas consentidos. La homosexualidad positiva no es un modo de ser ni la “creación” de una nueva identidad: es la organización de un modo de actuar, especialmente de conurbano, pensado por y para todas y todes les querides amigues