Suplemento Dominical 12-May-2013

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[DESMOND BOYLAN/ REUTERS]

12|05|2013 · NÚM. 39

Liberalismo en el socialismo

VUELVE EL GLAMOUR A LA HABANA

Las razones de un voto

El dilema del celibato eclesiástico Adiós a Dexter

"No extrañaré el traje de asesino"


REPORTAJE 12|05|2013

LAS RAZONES DE UN VOTO

EL DILEMA

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DEL CELIBATO ECLESIÁSTICO [max rossi/ reuters]

LA IGLESIA CATÓLICA PERSISTE EN NEGAR LA LIBERTAD DE MATRIMONIO PARA SUS MINISTROS; LA ABSTINENCIA SEXUAL FUE IMPUESTA EN 1123 Y LOS PAPAS PÍO IV Y GREGORIO XIII TUVIERON HIJOS ILEGÍTIMOS. HOY ABUNDAN CONCUBINATOS Y PEDOFILIA, ASÍ COMO LAS CORRIENTES QUE PIDEN FLEXIBILIZAR LA REGLA

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por Claudia Selser

l papa Francisco heredó una Iglesia plagada de problemas y la necesidad de dar un cierre definitivo al enorme escándalo de abuso de niños por parte de sacerdotes, una brasa que ardió en las manos de su antecesor, Benedicto XVI. El 5 de abril, antes de que se cumpliera un mes de su elección y consciente de la importancia que tiene el combate al abuso sexual para “la Iglesia y su credibilidad”, Francisco se reunió con el jefe doctrinal de la Santa Sede, el arzobispo Gerhard Muller y le pidió mano dura tanto para evitar el flagelo que alcanzó a miles de parroquias en todo el mundo como para “asegurar que ahora sus perpetradores sean castigados”. La necesidad del castigo ejemplar innova sobre una práctica histórica de la Iglesia católica que prefirió siempre mantener a rajatabla la rigidez de la doctrina —a sabiendas de que el hombre, por su debilidad, terminará probablemente por quebrantarla— para ejercer luego la dadivosa comprensión del transgresor concediéndole el beneficio de la confesión y el perdón. El telón de fondo de todos estos escándalos es la polémica sobre el voto de celibato, que se pregunta si las pasiones irrefrenables no son la obvia contracara de una prohibición que va contra la naturaleza de los hombres. Si bien los especialistas en sexualidad afirman que la pedofilia es una perversión que no está vinculada con la abstinencia sexual al punto de que puede ejercerse en simultáneo con una vida heterosexual “normal”, a lo largo de los últimos 50 años han proliferado en toda Europa los movimientos de sacerdotes que piden “flexibilizar” el celibato para que sea una opción y no una obligación en el camino religioso. Para justificarlo esgrimen el dato no menor y “curiosamente” desconocido de que la Iglesia católica no fue monolítica en torno al tema del celibato a lo largo de la historia. No existe en el Nuevo Testamento ninguna ley que imponga el celibato a los curas. Por el contrario, una carta que San Pablo envió a su discípulo Timoteo dice: “Los sacerdotes deberán ser hombres casados una sola vez, que sepan gobernar en su casa. Porque si no son capaces de gobernar en su hogar ¿cómo van a poder gobernar la Iglesia?”. Aunque ya desde el Antiguo Testamento algunos hombres, como Elías y Jeremías, prefirieron ser célibes, y aunque en los tiempos de Jesús los rabinos hablaban de casarse con la Torah, lo que quería decir dedicar toda la vida al estudio de la Palabra, hasta la llegada de Cristo y después San Pablo, el único estado de vida conocido era el matrimonio. Los rabinos (maestros) enseñaban que el hombre era sólo medio hombre si no se casaba a los 20 años. San Pablo eligió su celibato desde antes de convertirse en cristiano y lo recomendó para aquellos dedicados a servir a Dios en este mundo. Sin embargo, como se dirigía a una audiencia general aconsejó, como Jesús, seguir la vocación dada por Dios, ya sea el celibato o el matrimonio: “Cada uno se desenvuelva en la condición en que lo puso el Señor, tal como lo encontró el llamado de Dios. Así lo ordeno yo en todas las Iglesias”. Las primeras interdicciones se remontan a principios del siglo IV, pero fueron esporádicas. Según Le controle des naissances (El control de nacimientos), de André Dumas, recién a partir del siglo V la ley empezó a prohibir a los sacerdotes que fueran casados, pero esta prohibición solo alcanzaba a los obispos, no al clero. La prueba de que la restricción no era terminante fue el Concilio de Rímini, realizado en julio del año 359, al que asistieron 300 obispos casados, una cifra considerable dados los pocos obispos que había por entonces en el mundo latino. Y no solamente los sacerdotes tenían esposas. Hay pruebas contundentes de que los canónigos y el clero bajo tenían concubinas, algo criticado en muchos concilios. Se sabe por ejemplo que en el año 1000, por exigencia de los concilios de Maguncia y Augsburgo —realizados dos siglos antes—, el obispo de Brema tuvo que expulsar de la ciudad a las concubinas. Y también se sabe —según cuenta el historiador católico Daniel Rops— que al Concilio de Constanza se desplazaron 700 prostitutas para atender a los obispos y al clero. Recién en el siglo XI las interdicciones se generalizaron como regla, pero no eran para todos: estaban dirigidas en lo fundamental a impedir un segundo casamiento por parte de los


[alessandro bianchi/ reuters]

REPORTAJE 12|05|2013

ministros viudos. Cuando el primer Concilio de Letrán exigió en 1123, la obligación del celibato, ésta sólo rigió para el mundo latino: en el Oriente cristiano se había declarado que hombres casados podían ser ordenados sacerdotes, y así rige hasta el día de hoy. Si bien en 1139 el Concilio de Letrán II impuso la obligatoriedad del celibato para todos los miembros de la Iglesia, hasta el siglo XIII se conocen casos de sacerdotes casados formal y públicamente. Recién en el Concilio de Trento (1545-1563) se sancionó solemnemente y de forma definitiva el celibato clerical: a partir de allí la castidad y la virginidad son considerados superiores al matrimonio. ¿Qué hizo que se cambiara el criterio y que de la objeción inicial, referida a un segundo casamiento luego de la viudez, se pasara a la certeza de una incompatibilidad fundamental entre los estados conyugal y sacerdotal? Hay acuerdo en que el arrepentimiento de San Agustín fue determinante, al dictaminar —luego de una vida dedicada a los vicios— que el sacerdote debe ser casto y moverse únicamente en terrenos espirituales porque la construcción del reino de Dios es una tarea tan titánica que necesita una dedicación full time y todas las energías. Para él no había dudas de que se trata de un voto consciente y voluntario que debe hacer todo aquel que quiera abrazar la carrera religiosa como prueba de entrega y modo de selección de las mejores almas.

Así fue como la Iglesia católica, en la lucha por la castidad, prefirió sostener a rajatabla su dogma, aun sabiendo que podía ser trasgredido. La imposibilidad de cumplir el voto a rajatabla era un secreto a voces. Tres siglos antes de ese concilio donde se impuso el celibato, durante el Concilio de Aiz-la-Chapelle, se había admitido abiertamente que en los conventos se realizaban abortos e infanticidios para encubrir la actividad de los clérigos, y el obispo Ulrico, reivindicando el sentido común, argumentó a favor de permitir que los obispos se casaran como la única forma de purificar la Iglesia de los peores excesos. Ni siquiera en las altas cumbres vaticanas era fácil cumplir el voto. En 1045 el papa Bonifacio IX se dispensó a sí mismo del celibato y renunció al papado para poder casarse. Varios papas tuvieron hijos ilegítimos en los siglos XIII y XIV —Inocencio VIII, Alejandro VI y Pablo III. E incluso después de la sanción solemne del celibato en el Concilio de Trento, los papas Pío IV y Gregorio XIII tuvieron hijos ilegítimos. ¿Por qué ante las evidencias siguió imponiéndose el voto de castidad en el seno de la Iglesia católica? En su libro Los bienes terrenales del hombre, el sociólogo estadunidense Leo Huberman da razones muy pragmáticas: “La Iglesia era el mayor terrateniente de la época feudal. Los aristócratas, preocupados por la clase de vida que habían llevado, querían asegurarse de que al morir irían a la diestra de Dios, por ello donaban tierras a la Iglesia; quienes sabían que la Iglesia cuidaba a enfermos y pobres hacían lo mismo, mientras algunos nobles y reyes crearon la costumbre de ceder parte de las tierras conquistadas en las guerras a la Iglesia. De ésta y otras maneras la Iglesia acrecentó sus posesiones a lo largo de varios siglos hasta que llegó a ser dueña de la mitad de toda la tierra en Europa occidental. Según relata Huberman, en tiempos en que se impuso el voto del celibato, los curas o abades vivían del diezmo (la gente aportaba a la Iglesia el 10 por ciento de su salario) y el poder político y económico de la Iglesia se hubiera desbaratado si cada sacerdote hubiera tenido que mantener seis o siete descendientes y repartir entre ellos sus tierras. A partir del siglo XVIII las leyes eclesiásticas iniciaron una progresiva rigurosidad interna. El Código de Derecho Canónico de 1917 estableció penas para los delitos cometidos por religiosos: por concubinato se les suspendía a divinis (canon 2359-1), y por corromper menores de 16 años, adulterio, estupro, sodomía o zoofilia, se les suspendía y declaraba infames (canon 2359-2). Cuando en la década de 1970, y ventilando numerosas situaciones internas, el papa Paulo VI (1963 a 1978) optó por conceder autorizaciones a quienes desearan contraer matrimonio, cerca de cuatro mil 800 sacerdotes dejaron la Iglesia a través de esa dispensa. Estos permisos fueron negados en forma sistemática a partir del pontificado de Juan Pablo II, quien prefirió el método tradicional de alentar al cumplimiento del voto y actuar sobre las consecuencias. Los primeros casos de abuso sexual en el seno de la Iglesia denunciados de forma pública se presentaron en la década del noventa en Estados Unidos y en Irlanda. El informe John Jay encontró acusaciones contra cuatro mil 392 sacerdotes estadunidenses en el lapso de 50 años, lo que representaba el 4 por ciento del clero de ese país. Se trataba de víctimas menores de edad, numerosos niños impúberes y en su mayoría varones y el escándalo produjo la apertura de nuevas causas públicas en otros países de Occidente. La abrumadora cantidad de casos de pedofilia obligó a la Iglesia católica a endurecer las penas que ella misma había suavizado en 1983 cuando a través del Código de Derecho Canónico condenó el concubinato con la pena de suspensión simple, y dejó librado al término genérico de “penas justas” el castigo por todos los demás delitos sexuales. D

PAULO VI AUTORIZÓ LOS MATRIMONIOS EN 1970 Y CUATRO MIL 800 RELIGIOSOS ACEPTARON ESTA DISPENSA

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REPORTAJE 12|05|2013

"NOS FALTA CULTURA COCTELERA"

ARTURO ROJAS, EL A “El siete chiles”, el “Vampiro reloaded”, el “Martini María Condesa”, el “Rojo y fuego en mezcalina” y el “Xocoloatl” son algunas de las bebidas inventadas por este “mixiólogo”, autor del Larousse 100% México. Cocteles mexicanos [noe martínez]

cuenta ya con un menú de 30 nuevos cocteles todos diseñados por él. Arturo Rojas unió sus dos pasiones: los viajes y la barra. Como parte de su capacitación en el grupo Anderson viajó a todos los destinos turísticos de México, aprendió “la noche de los bares y su magia; la coctelería playera”, más el manejo de restaurantes, el vivir de las propinas y de esta manera decidió capacitarse en cursos de destilados y vinos en Europa y Estados Unidos, pues en México no existía todavía la carrera de chef ni de mixiólogo. Cuando terminó la carrera de Comunicación estaba listo para dirigir un restaurante, ya había tomado suficientes cursos, por lo que decidió, con su hermano, establecer el restaurante Diagonal en Polanco: “No había bares con menú de cocteles, de hecho, el mercado era muy pobre, recordemos que no había cocina de autor y la actual generación de chefs estaba surgiendo. En los bares no había carta de cocteles, incluso en la colonia Condesa apenas contaban con el famoso Martini de pepino y lichi, pero no más; de hecho, soy quien inicia una coctelería con base en frutas de estación: jamaica, horchata, chiles, guayaba, guanábana, mango, sandía, zapote y tamarindo, esta última, fruto asiático”. Arturo Rojas resume que hacia el año 2000, en los bares de Estados Unidos resurge y explota el fenómeno de la coctelería en restaurantes y bares de hoteles, “donde el cliente va a la barra a tomar un coctel como aperitivo, para hacer hambre y convivir, como un síntoma urbano, una manera de establecer su cosmopolitismo: se va a lucir en las barras”.

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por Héctor León/ fotos: Noé Martínez

rturo Rojas es comunicólogo por la Universidad Iberoamericana, cinéfilo y apasionado de la historia, pero es también y, sobre todo, un experto en extraer la esencia de frutos de México y del Caribe, y creador de la primera carta de cocteles de autor en restaurantes de la Ciudad de México (el Diagonal y el Co-Lateral). Alquimista de sabores, ha conquistado el difícil gusto de los mexicanos que desean algo más que tragos largos y bebidas tradicionales. “El mexicano posee una paladar muy amplio, y es reacio a experimentar: apenas estamos incrementando nuestra cultura del coctel”, afirma en entrevista, aclarando que el coctel debe “sorprender, alimentar, agradar, enamorar, deleitar y enaltecer el espíritu propio”. A partir de bebidas como el pulque, el mezcal, el tequila, la cerveza, el brandy, la grappa, los licores de sabores e ingredientes como chiles, zapote, chocolate o pepino, ha diseñado un concepto del coctel nacional y una empresa dedicada a asesorar restaurantes en materia de coctelería. Entre sus cocteles que están de moda en las principales barras y entre bar tenders de la Ciudad de México, se cuentan: “El siete chiles” (concentrado de siete chiles, tequila y jarabe), el “Vampiro reloaded” (mucho hielo, chile serrano, tomate, limón, salsas de soya y tequila), Martini María Condesa y Xocolatl (a base de chocolate), la mayoría incluidos en su libro, de próxima aparición, Larousse 100% México. Cocteles mexicanos. El coctel chef Arturo Rojas aprendió el oficio en el grupo Anderson, en especial en el legendario Carlos’n Charlies’s, cuando a los 17 años se inicio en el Tecamacharlies. “Empecé en medio de esa locura de bar, cuando de jueves a sábado había un gran reventón. Así fue como la noche me atrapó”, recuerda en la barra del bar Maruka del Hotel María Condesa, el cual

*** Un coctel, dice Arturo, es un equilibrio entre lo amargo y lo dulce, un ensamblaje de sabores, colores y sensaciones. Para los estadunidenses tiene que embriagar rápido, estilo shot de energía/alcohol; los mexicanos, en cambio, desean que les haga recordar, “evocar esos sabores tan familiares, a través del alcohol, por eso los tequilas y mezcales tienen tanto éxito, y es que son especiales para cocteles: se acoplan excelentemente”. En Diagonal, Arturo comienza a hacer coctelería clásica pero es también donde crea la primera carta de cocteles mexicanos con pulque, mezcal o frutas de temporada. “Teníamos 30 cocteles con brandy, tequila, ron, algunos licores, destilados, etcétera, y fue cuando tomé cursos de coctelería molecular en Barcelona, Londres, Nueva York y Los Ángeles”. Un buen coctel tiene que saber “a todo lo que dices que le pusiste y debe estar equilibrado, de no ser así, no es bueno”. Tiene que parecer y ser. Es una creación, una invención, un concepto que “te lleva a experimentar durante semanas con base en prueba y error”. Es como idear un platillo con varios ingredientes y todos hacen una unidad; así en la bebida, aunque la representación es importante, cada ingrediente tiene una función de equilibrio. El Acapulco de los años sesenta, recuerda, fue un semillero y un clásico momento en la coctelería, tal es el caso del famoso Margarita, del que no hay certeza sobre su origen, “pues unos afirman que nació en Tijuana y otros en Acapulco”. Después, como si narrara una novela de sabores, continúa: “En los setenta el Manhattan y el Margarita que se popularizan, después, durante los ochenta, con la fiebre disco, se ponen de moda los tragos largos y las mezclas sencillas, como el “Sex on the beach”, que es vodka, jugo de arándano, naranja y licor de durazno; el desarmador con vodka y jugo de naranja, la Cuba libre o el mojito con hierbabuena o menta. En los noventa hay una explosión de destilados y de ingredientes innovadores;

DEL EXOTISMO DE LAS FRUTAS ESTACIONALES SIEMPRE SE OBTIENEN SABORES NOVEDOSOS

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COLUMNA 12|05|2013 [especial]

ALQUIMISTA

y apenas en el 2005, básicamente con el Bar Diagonal, se imponen los sabores nacionales con frutas estacionales y la gente empieza a consumir y entender la cultura coctelera nacional. “El punto de partida —prosigue Arturo— es la barra del restaurante, los sabores de cocteles que te recuerden algo, pues tenemos un paladar muy extenso, y es difícil que lo entienden los extranjeros que nos visitan, pero cuando prueban mis cocteles con el exotismo de nuestras de frutas estacionales como la guanábana, la guayaba, el tamarindo, mango, nanche, capulín, piña, papaya, jitomate, aguacate, chocolate, se sorprenden y descubren un nuevo mundo, auténticamente”. A través de un coctel (como el que inventa Arturo Rojas para este reportaje, y al que llamamos “Rojo y fuego en mezcalina”, a base de mezcal Pierde Almas, licor de cereza y luz/ fuego de candelabro antiguo) se puede escribir la historia de los bebedores; la Cuba libre, el Floridita o el Daiquiri de Hemingway; el whisky con quinina de Lowry, el whisky con leche de Charly Parker, la canción Old-Fashioned Garden de Cole Porter, el Mint Julep al que hace referencia Dikens en su novela Martin Chuzzlewit, o el Cosmopolitan que enaltece Madona en sus videos, “gracias a ella resurge, en buena parte, la coctelería”, afirma Arturo; sin dejar de lado esos íconos que deambulan en el imaginario de la cultura: James Bond y su Martini con vodka batido, y esa “Adorable criatura” que Truman Capote describe cual coctel de lujuria llamado “Marylin bebiendo champaña”, o el coctel preferido de Errol Flynn: “Me gusta el whisky viejo y las mujeres jóvenes”. Los utensilios del coctel bar incluyen un amplio vocabulario: zester, sifón, escarchador, cuchara bailarina, shaker, Jigger y cuchillo filetero. Las copas van desde el tradicional caballito o la copa Margarita a la martinera o tulipán, el vaso old fashioned, el high-ball y plisner; y bebidas que han entrado al mundo empírico del practicante de la alquimia coctelera como el pisco, curacao, kirch, julep, sour, pulque o grappa. En conjunto son la maquinaría para apoyar la dura técnica de enfriar un vaso, batir un coctel, licuar a punto de nieve, hacer un puré o doble colado, y todo a dos manos volando los brazos al vacío con el shaker, colando y batiendo. “En una noche puedo hacer más de 300 cocteles, ¿sabes la fuerza y disciplina que se requiere para hacer eso?”, dice Arturo con una sonrisa. D todocultura@hotmail.com

DE SABORES

[xchng]

| LA HORA DEL LOBO | POR FEDERICO CAMPBELL

JUAN RULFO, EL NARRADOR Han salido dos libros sobre la novela y los cuentos de Juan Rulfo. Uno de ellos es el de Jorge Aguilar Mora: La sombra del tiempo. Ensayos sobre Octavio Paz y Juan Rulfo. Ed Siglo XXI. El que dedica a Rulfo se titula “Yo también soy hijo de Pedro Páramo” y analiza el sentido del mito y el tema irrecusable de la muerte. Y lo dirige y dedica a su hijo, David. El otro gran análisis de Pedro Páramo y El llano en llamas es de la académica de la UNAM Françoise Perus: Juan Rulfo, el arte de narrar, Editorial RM. El pormenorizado estudio de Françoise Perus —tal vez el más importante que se haya escrito hasta la fecha— nos ayuda a descifrar la diversidad de puntos de vista que intervienen en una narración como “El hombre”. Es admirable cómo Rulfo, a los 35 años, la edad que tenía cuando publicó El llano en llamas, dominaba el arte de contar en varios planos y desde diferentes perspectivas. Se siente que sus procedimientos no provenían de un aprendizaje teórico sino más bien de sus lecturas directas, de Faulkner principalmente. ¿Cuál es el sentido de contar así una historia? ¿Hubiera sido distinta si la hubiera contado linealmente y según el orden natural de los números? Hay varios narradores en “El hombre”, que se divide por la indicación de un blanco activo (el único en todo el cuento) en dos partes. Al principio hay un narrador externo, a la manera omnisciente tradicional. Después, entre comillas, aparece otro narrador que podría ser el perseguidor. Y desde los primeras párrafos se va contando el escenario y la circunstancia del crimen mismo. La segunda parte corre a cargo de otro narrador: el borreguero que tiene como interlocutor, aparentemente, a un agente del ministerio público. Esa diversidad de puntos de vista abona al valor significativo de la ambigüedad en la literatura: se dice más, se dicen más cosas, se dicen otras cosas, gracias a esa insinuación ambigua. Es una delicia leer el libro de Françoise Perus. Disecciona cada uno de los cuentos de Rulfo, como “Luvina” o “Diles que no me maten”. Pero lo más interesante es ver cómo la maestra nos revela cómo están las costuras por dentro, qué es lo que hay detrás de esa sastrería literaria que produjo dos de las obras más trascendentes de la literatura universal, desde el sur de Jalisco. Juan Rulfo empezaba a escribir imaginándose al personaje: Tengo la idea exacta de cómo es ese personaje. Y entonces lo sigo. Sé que no me va a llevar de una manera en secuencia, sino que a veces va a dar saltos. Lo cual es natural, pues la vida de un hombre nunca es continua. Sobre todo si se trata de hechos. Los hechos humanos no siempre se dan en secuencia. De modo que yo trato de evitar momentos muertos, en que no sucede nada. Doy el salto hasta el momento cuando al personaje le sucede algo, cuando se inicia una acción, y a él le toca accionar, recorrer los sucesos de su vida. Todo ocurre en un tiempo simultáneo que es un no tiempo. Para eso busqué personajes muertos. Los muertos no tienen tiempo ni espacio. No se mueven en el tiempo ni en el espacio. Entonces así como aparecen se desvanecen. El sistema fue utilizar el lenguaje del pueblo, el lenguaje hablado que yo había oído de mis mayores, y que sigue vivo hasta hoy. D @Campbellobo

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CRÓNICA 12|05|2013

Cúpula del edificio Metrópolis

Graffiti en el Barrio del Callao

Balcones del mercado de San Miguel

EL OLOR DE UNA CIUDAD

EL BLUES DE MADRID DESDE PLAZA DEL CALLAO Y SUS PROSTITUTAS RUMANAS HASTA PUERTA DEL SOL, ANTE LA CHOCOLATERÍA SAN GINÉS Y POR EL BARRIO DE LOS AUSTRIAS, EN EL PARQUE DEL RETIRO, EL ESCRITORIO DE SAN BUENAVENTURA Y LA GRAN VÍA, DURANTE TODO EL CAMINO ME SIGUIÓ EL AROMA INCONFUNDIBLE DE ESTA CIUDAD

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texto Fernando Zamora/ fotos Arturo Bermúdez

adrid tiene un olor muy particular. Es un aroma correoso. Difícil describirlo y, sobre todo, si uno no sabe el nombre de la planta, no hay forma de preguntar al sabio del internet. Viví en Madríd por unos meses en la calle de Serrano, en la Residencia de Estudiantes. Un día se me ocurrió tocar un piano de cola que hay en la salita de espera porque tenía tiempo para perder por la mañana. Vino hacia mí una muchachita de seguridad muy alarmada. —¡Ese piano lo tocaba Lorca! —dijo. —Qué bien —respondí. —¡No entiende! Nadie más puede tocarlo. Sinceramente no creo que Lorca se hubiese molestado por mi interpretación. Tampoco creo que mis manos en el teclado hayan podido conjurar al fantasma de su amor oscuro. Aburrido pues, me fui a caminar. Salgo. Ahí está el olor. Me aproximo a uno y otro arbustos ¿cómo se llamaba la endemo06

niada planta? La respuesta la había encontrado una semana antes en la Parroquia de San Isidro Labrador. Fui a pedir no sé qué milagro, cuando el aroma de Madrid me atacó en forma particularmente tenaz. Venía del patio trasero. Tuve que pagar unos euros para poder entrar a un pequeño jardín botánico. Ahí estaba. Un arbustito sin chiste del que emanaba este aroma que, si uno se fija en esa clase de cosas, cubre todo Madrid. Pedí “una pluma”, el guardia se burló de mí “no soy indio”. Me prestó “un bolígrafo”. Anoté en un papel el nombre de la planta y en el primer cambio de pantalón lo perdí. ¿Volvería hasta el pozo de San Isidro para anotar el nombre? Me dio pereza. Subo a un taxi. Desciendo en Gran vía. Antes había pedido al taxista que bajara el volumen de su radio. Dijo simplemente: “No”. Debe haber sido difícil para los mexicas convivir con los castellanos. Los mexicas tan protocolarios ellos y los castellanos tan francotes. Dura combinación. Pensaba yo en la relación que existe entre saborear y saber (a propósito del olor de mi planta madrileña) cuando en tono castellano ordené al taxista: “¡Aquí!”. El auto se detuvo. Pagué y me bajé para comenzar a caminar.


CRÓNICA 12|05|2013

Luces de neón el el Barrio del Callao Caminé por las calles que hay atrás de Plaza del Callao. Me había atraído su aspecto de mala muerte. Son como las cuatro de la tarde y está lleno de prostitutas, tiendas de sexo, niños rumanos que uno mira con una dosis de ternura y otra de terror. Debe haber sido esa combinación la que me trajo el blues. Un blues madrileño. Comencé a sentirme triste pero contento. Es decir, contento con mi tristeza. Tan contento como deben sentirse aquí los rumanos, los rusos, los ecuatorianos, los que viven de la droga, la prostitución, yo qué sé. Por Callao fui hasta Puerta del Sol. Llena de gente como toda la vida. Pienso tomarme un vino pero no me apetece la multitud. Me pierdo dando vueltas hasta que me encuentro con la famosa chocolatería de San Ginés. Ya antes había tratado de entrar, pero estaba a reventar. Ese día, cosa rara, estaba relativamente vacía. Compré unas castañas (eran tiempos navideños aquellos) y entré con mi paquetito y un libro a tomarme mi chocolate. Después del chocolate, volvió el blues de Madrid. Hice trocitos los churros, como años antes me enseñó a hacerlo un señor aquí. Los echa uno en el chocolate espeso y los bebe a cucharadas. Junto a mí había unas monjitas. Me recordaron a una monja de Las Carboneras que solía visitar la primera vez que estuve en Madrid. Son monjas de clausuras y hay que conocerlas por dos cosas: Primero, tienen en su parroquia una imagen que venero particularmente: La Virgen de las Tribulaciones. Venden además unas galletitas que hay que comer. La monja que toma chocolate en San Ginés Templo de Debod no es carbonera claro, no es de clausura. Aquí está con la que presumo será su hermana. Ella, la hermana, acaba de darle un regalo navideño y ella lo abre con avidez. Es una muñeca de colección. La monja sienta a la muñeca junto a ella como si fuese su niña. Las miro con gusto. Sonreímos los tres en un delicado instante de complicidad y amor por los churros y el chocolate. Cuando salgo me voy a vagar por el Barrio de los Austrias. Los niños juegan al futbol por todas partes y es de notar que aquí futbol se pronuncia con acento “fútbol”. Saludo a un viejo que se llama Adolfito. El otro día lo ayudé a subir a su casa y me dio gusto ver que recordara “al mejicano”. Eran ya como las seis y media. Pensé. “Todavía falta una hora y media para que comience la cena en La Residencia”. A seguir caminando. En San Francisco el Grande hay que prestar reverencia a Francisco de Goya. San Bernardino de Siena predica frente a Alfonso V de Aragón. Si uno ama tanto a los santos del arte

Puerta de Alcalá como a los santos del paraíso (que a veces incluso son los mismos) hay por ahí también un Francisco de Zurbarán. San Buenaventura recibe a Santo Tomás de Aquino. Cuando salgo, la tarde trae otra vez el olor. Todo este trayecto me ha venido siguiendo y yo sin saber cómo se llama, como decirle. Es Madrid. El camino desde las prostitutas rumanas hasta las monjas que rezan a La Virgen de las Tribulaciones, desde el chocolate espeso hasta el escritorio de San Buenaventura. El blues madrileño me ha llenado de energía, de un coraje aventurero. Decido regresar por donde he venido pero claro, me pierdo y luego de unos 45 minutos de caminar perdido encuentro El Retiro que, por fin, como ya ha anochecido y hace frío, está prácticamente vacío. Entro al parque. Aún es otoño. No veo por ningún lado a la multitud que a las 12 del día un sábado por la tarde lo vuelve insufrible. Continúa la inquietante sensación de que me persigue este olor aunque, ahora lo pienso, tal vez soy yo quien lo está siguiendo. Truena la hojarasca cuando la piso y, cuando estoy completamente perdido, lo encuentro o tal vez, me encuentra él a mí. Es El Ángel Caído. La obra de Ricardo Bellver ha tratado de atrapar el momento en que un rayo cae sobre Lucifer. Me siento un rato: viendo, oliendo, sintiendo el blues de Madrid. Unos soldados hacen ejercicios. Aquella pasea un perro. No hay miedo. Solo he sentido algo así la tarde en que, en el norte de Francia me encontré con la iglesia de Santa Juana de Arco. Llegue a la Residencia a las 11 de la noche. La última parte del trayecto la hice en taxi. Aún es tiempo de cenar. Cuscús, salmón y helado de menta. Se come muy bien en Madrid. Subo a mi habitación. Reviso mi correo electrónico. ¿A qué huele Madrid? Trato de explicar a un viejo amor que se dedica a la botánica lo que me ha seguido estos días. Luego de una semana de mails que incluyen reproches y aclaraciones, sé (es decir saboreo) el nombre: Cistus Ladanifer. Es una planta pirófita, el Ave Fénix del reino vegetal. Crece en la ceniza que dejan los incendios naturales. A mucha gente le he preguntado ¿a qué huele Madrid? Hay quien dice que a vino tinto o a jamón serrano. No sé si lo habrán notado. Sospecho que no. Madrid huele a Jara de Ládano y hoy tengo aquí una hojita. La froto y emerge el olor correoso y del olor correoso emergen como de una muñeca rusa todos aquellos pasos que caminé convaleciendo la muerte de mi papá. D

"EMPECÉ A SENTIRME CONTENTO ASÍ, CON MI TRISTEZA MADRILEÑA"

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[DESMOND BOYLAN/ REUTERS]

REPORTAJE 12|05|2013

VUELVE EL

GLAMOUR

A LA HABANA La capital cubana busca ser más cosmopolita impulsada por una minoría empresarial que visita boutiques y dicotecas, consume iPhones, autos de lujo y juega golf: “No hay camino atrás en la liberalización económica”, aseguran, aunque el autoritarismo del régimen se afianza

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por Sandra Weiss/ Cuba

n ícono de esta urbe caribeña resurge entre ruinas polvorientas y vuelve desde un tiempo olvidado, cuando cayó acosado por la corrosión salobre del mar, el abandono y las plagas de ratas. Ahora luce de nuevo con todo el glamour que tuvo en los años cincuenta: es el famoso Sloppy Joe’s de La Habana. Situado en la esquina de Zulueta y Ánimas, en pleno Centro Histórico de la ciudad, este bar emblemático atraía a estrellas estadunidenses como Ernest Hemingway, Frank Sinatra y Nat King Cole. Cobró fama por su larga barra de caoba como mudo testigo, por sus cocteles exóticos y sus sándwiches de carne molida. Su silueta bohemia y su atmósfera congelada en tinta sepia fue filmada en una escena de la película Our Man in Havana, basada en la novela del inglés Graham Greene. Pero con la llegada de Fidel Castro al poder en 1959 la fiesta terminó y mandó a parar. Ordenó cerrar todos los lugares de diversión en nombre de la Revolución y echó del país a los mafiosos de Estados Unidos que la corrompían, como Lucky Luciano y Al Capone, que se habían ganado una fortuna con la prostitución y los juegos de azar. Fidel, hijo de un terrateniente de Oriente y educado por los jesuitas, odiaba el ocio, el glamour y la anarquía de la capital. Por eso la sometía a un estricto régimen de igualitarismo so08

cialista, lo que incluía la construcción de nuevos barrios, menos laberínticos que las estrechas calles del centro y con viviendas de concreto, tan funcionales como repetitivas y de feo diseño. En los años noventa, en el periodo especial de escasez causada por el derrumbe de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, y después de las protestas populares contra las penurias económicas de aquellos años, Fidel hasta prohibió por decreto mudarse sin razón convincente a la capital. La Habana, la otrora legendaria y gloriosa perla del Caribe, sucumbía ante el desdén y el salitre. Todo esto parece quedar hoy en el pasado. Bajo la batuta de su hermano menor, Raúl, secundado por un enorme grupo de militares bien formados en administración de empresas y por consultores extranjeros, el esplendor se asoma de nuevo, tímidamente, en las calles de La Habana. Pero vuelve. Al ritmo de las reformas económicas y un plan estratégico de desarrollo, reaparecen los autos de lujo que opacan a las reliquias de los años cincuenta: los Audi, los Mercedes Benz y hasta una llamativa Hummer anaranjada, circula con placas particulares en las calles de la remodelada capital que busca retomar su lugar como la mayor y más cautivante metrópolis del Caribe. El frenesí por el consumo y la transformación es palpable por todos lados: en La Habana Vieja, donde se restauraron en los últimos 15 años cientos de casas coloniales, ahora se han convertido en bulliciosos cafés de moda, glamurosos hoteles de cinco estrellas y exclusivas boutiques que venden marcas globales como Adidas, Chanel, Cartier y Ray Ban. Pero lo más sorprendente no es el regreso del lujo, sino que haya cada vez más cubanos que se lo pueden permitir, que hasta en el último desfile del Primero de Mayo ostentaran gorras, prendas y relojes de marca y que puedan vacacionar en playas de Varadero y Guardalavaca. “El año pasado vendí 53 mil dólares en paquetes, solo a cubanos”, me dice la empleada de una agencia turística del Estado. “El Audi es el nuevo símbolo de estatus”, comenta el escritor Hugo Luis Sánchez, mientras esquiva piedras y escombros en los callejones del Centro donde trabajadores están metiendo los cables de luz bajo tierra y colocando antiguos faroles que iluminan las calles con una luz cálida y sensual. Cuando terminen, el centro colonial de La Habana ganará sin duda en belleza a su gran rival histórica, Cartagena de Indias, en la orilla caribe de Colombia. Los autos de lujo en general son importados por artistas famosos o gerentes de empresas transnacionales, pero no son el único signo del cambio provocado por las reformas económicas. Están surgiendo proyectos de diseño modernos y minimalistas como el café-boutique de la diseñadora cubana Jaqueline Fumero, frente


[SANDRA WEISS]

REPORTAJE 12|05|2013 [ADALBERTO ROQUE/ AFP]

Antonio Castro, hijo de Fidel, aficionado al puro, el vino y el golf

[SANDRA WEISS]

a la Iglesia del Santo Ángel, con mesas y sillas transparentes, una barra llena de espejos, estantes plateados y escaparates donde se exhiben prendas coloridas. Los precios son altos: el café cuesta dos dólares o CUC como se llama la moneda convertible en Cuba, la camiseta más barata empieza en 45 CUC —más del doble del salario mensual de un empleado estatal cubano. “Se vende, y no solamente a turistas”, aclara la camarera-vendedora. Los cubanos han comenzado a consumir a la par. A pesar de la retórica igualitaria de la revolución cubana, siempre han existido los privilegiados en la isla, entre ellos Antonio Castro, el guapo hijo de Fidel con aires de playboy, aficionado a los cigarros de tabaco fino, al vino blanco de marcas inalcanzables para muchos, y recién ganador de un concurso de golf. Un deporte considerado “elitista” por su padre, pero al que apuesta Raúl Castro para darle más vuelo y estilo internacional a la oferta turística de la isla. Hoy por primera vez, los privilegiados criollos encuentran cómo gastar su plata en Cuba, como muchos artistas que venden afuera sus obras, sobre todo músicos como el joven reggaetonero Baby Lore o pintores fantásticos como Carlos Guzmán. Dentro de ese mundo artístico de librepensadores están naciendo además las ofertas gastronómicas más exquisitas en los últimos meses, desde que Raúl levantó restricciones como la de solo tener 12 sillas o la de solo poder emplear a familiares. El insípido sándwich estatal cubano de jamón y queso, el ancestro de la popular torta cubana de los mexicanos, está vetado en esos lugares, donde los chefs —muchos de ellos formados en exclusivos hoteles extranjeros— presentan todo tipo de tentaciones, desde cocina mediterránea pasando por platos de tortuga y ciervo, hasta la nouvelle cuisine a la cubana. Lugares como el Chaplin’s Café en Miramar, abierto por el ex canciller Roberto Robaina, quien después de caer en desgracia se reinventó como pintor y expone allí sus cuadros abstractos en negro-blanco y rojo; o el Café Madrigal del realizador Rafael Rosales, abierto en diciembre del 2012, se convirtieron en poco tiempo en lugares favoritos de la jeunesse dorée cubana. Allí se toman unos tragos y unas tapas antes de ir a bailar en clubes íntimos como La Maison del siempre aristocrático barrio Miramar, o en casas privadas convertidas en discotecas. Para los jóvenes, la única aspiración hoy en día es obtener dinero para participar en esa movida. “Estoy trabajando en una pizzería por las tardes para ga-

nar dinero y poder salir de baile y comprarme ropa y celular”, me dice Raúl, un joven santiaguino de 16 años. Todos participan en ese frenesí del dinero, hasta los empleados estatales. La corrupción es rampante y consiste en robar al Estado todo lo que pueda venderse por fuera. O abrir un consultorio clandestino de cirugía estética para visitantes extranjeros. También el sector legal de los empresarios está creciendo a diario. Son personas educadas, como la ingeniera química Libia o el ex gerente azucarero Eduardo, así nomás sin apellidos, quienes ahora alquilan cuartos a turistas. O el ingeniero nuclear Francisco, reconvertido en taxista porque “de allí saco 200 CUC mensuales, mientras mi mujer como administradora pública gana 15”. O Iván, un gerente hotelero que en su tiempo libre repara y revende celulares y así se ha podido comprar un iPhone usado, su gran orgullo. El socialismo ya no es tema de conversación para estos empresarios emergentes, hablan de negocios y de las reformas que todavía consideran necesarias —y que al decir del Primer Vicepresidente del Consejo del Estado y heredero designado, Miguel Díaz-Canel, “están por venir”. Los nuevos empresarios son alrededor de medio millón sobre una población de 11 millones y exigen reformas muy prácticas, como la libre venta de los insumos: el pescado, por ejemplo; el establecimiento de mercados mayoristas y un sistema de transporte eficiente. Del socialismo quedarán —y hay un gran consenso en la población sobre esto— un sistema de educación y salud pública en manos del Estado, aunque observadores no descartan alguna forma de sistema mixto con enclaves no cubiertos por el Estado, como por ejemplo las cirugías estéticas. “Esta vez no hay camino atrás en la liberalización económica”, dice el sociólogo Haroldo Dilla, quien hasta los años noventa fue un destacado profesor del Centro de Estudios sobre América, donde entonces ya se discutían reformas económicas, hasta que fue disuelto por los hermanos Castro, por ser “una quinta columna del imperialismo financiado por la CIA”. Dilla y los académicos cayeron bajo el aplastante peso de un aparato burocrático-partidista, el mismo que truncó la carrera del carismático y renovador Roberto Robaina y el mismo que ahora pone trabas y frenos en el proceso de reformas donde puede. “El mayor reto va a ser la demolición de ese aparato”, cree Dilla. Según el académico que vive en República Dominicana, el objetivo de Castro y los militares es crear una burguesía nacional, permitir la acumulación de riqueza y el crecimiento de la desigualdad bajo un régimen político autoritario, unipartidista y con el control de la información. “Dejar viajar a los disidentes como las damas de blanco o dejar bloguear a Yoani Sánchez no les hace daño y les da un aire de apertura. Pero el día que los disidentes quieran tomar la calle o exijan espacios en los medios de información, la represión les caerá encima”, afirma Dilla. Así que el día de un sistema multipartidista parece todavía lejano. “Los cubanos tenemos malos recuerdos de los partidos que había antes de la revolución, eran corruptos e ineficientes”, esgrime Sánchez, otra razón por la cual no espera una primavera árabe en Cuba. Lo que sí parece más cercano en los cálculos de los gobernantes cubanos es el fin del embargo estadunidense. Al menos, todas las inversiones que hacen apuntan a eso. La gigante constructora brasileña Odebrecht remodela seis aeropuertos y por mil millones de dólares construye una terminal de contenedores en el puerto de Mariel, el punto más cercano a Estados Unidos y de donde en los ochenta salieron los balseros. El proyecto incluye una zona de maquila. Al final, lo crucial para el gobierno es la captación de capitales y del know-how de los cubanos exiliados. Y a pesar de los gobiernos cubano y estadunidense han ido eliminando prohibiciones sobre los viajes y los envíos familiares y de que 400 mil cubanos emigrados visitaron la isla en 2012, los exiliados aún no pueden invertir ni comprar inmuebles. Aunque muchos lo hacen a través de familiares o prestanombres cubanos. Pero así como van las cosas, será una de las próximas restricciones a caer. Son los vientos del cambio tutelado. D

EL GOBIERNO SE ABRE A LAS INVERSIONES PERO SE CIERRA EN LIBERTAD POLÍTICA Y DE INFORMACIÓN

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[KAREN BLEIER/AFP] [LUIS MIGUEL MORALES]

XXXXXXX 21|10|2012

PREGUNTAS PARA JODER AL VECINO

1. SEGÚN EL ESCRITOR JAPONÉS HARUKI MURAKAMI, ¿QUÉ SIGNIFICA ESCRIBIR? 2. Y A DECIR DE BERTOLT BRETCH, ¿CUÁNDO SE PRODUCE LA CRISIS? 3. ¿QUÉ ES UN TELÉFONO, SEGÚN EL PENSADOR AMBROSE BIERCE? 4. ¿QUÉ REFRESCO DE MANZANA ELABORABAN EN LA FÁBRICA DE BEBIDAS JALISCO, ALLÁ POR LOS AÑOS CUARENTA?

por Juan Alberto Vázquez

| MUSICÓPATA | POR JAIME ALMEIDA

5. SEGÚN SIGMUND FREUD, ¿POR QUÉ MUCHAS MUJERES TIENEN PERROS? 6. ¿QUÉ EDAD TENÍAN LAS DOS ESPOSAS DE ANTONIO LÓPEZ DE SANTA ANNA CUANDO SE CASARON CON ÉL? 7. DESPUÉS DEL FUSILAMIENTO DE MIRAMÓN, ¿QUÉ LE DIERON LOS LIBERALES A SU VIUDA? 8. ¿A QUÉ ATRIBUYÓ DOÑA CONCEPCIÓN LOMBARDO VIUDA DE MIRAMÓN LA LOCURA DE LA EMPERATRIZ CARLOTA?

“ES MI AMOR DELIRIO DE ESTAR CONTIGO”

9. ¿QUÉ HIZO BENITO JUÁREZ EN 1851 CUANDO MURIÓ SU HIJA GUADALUPE, DE APENAS DOS AÑOS DE EDAD? 10. ¿QUÉ PIEZA INTERPRETÓ CARMEN ROMANO (EX DE LÓPEZ PORTILLO) CUANDO EN UNA GIRA SE ATREVIÓ A SENTARSE ANTE UN PIANO QUE FUE PROPIEDAD DE MOZART? HUGO CHAPA GAMBOA DIRECTOR EJECUTIVO ROBERTO VELÁZQUEZ DIRECTOR MILENIO TV CONSEJO EDITORIAL JESÚS RANGEL ALFREDO CAMPOS VILLEDA JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

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Estoy seguro de que usted ha escuchado los boleros “Contigo en la distancia” y “Delirio”, dos de las piezas más populares en el cancionero romántico. Estos temas —básicos en el repertorio de tríos y trovadores— han sido grabados por las voces más reconocidas de las últimas seis décadas, incluyendo a Fernando Fernández, Pedro Infante, Nat King Cole, Lucho Gatica, Pedro Vargas, Plácido Domingo, José José y Luis Miguel, entre muchos más. Pero, a pesar de que estos temas han acompañado los momentos más románticos de millones de enamorados, no todos se han enterado de que su autor, el cubano César Portillo de la Luz, falleció el pasado 4 de mayo en La Habana, Cuba, a los 90 años de edad. César Portillo de la Luz fue una figura trascendental en el surgimiento del “filin”, estilo desarrollado en Cuba a mediados de la década de los cuarenta que transformó el género del bolero sumándole influencias del impresionismo, el jazz y el blues. El bolero tradicional se había acompañado con piano, pero en el filin el acompañamiento fundamental fue con la guitarra, incorporando armonías novedosas de acordes más amplios y más ricos. En el filin se prestó más atención a las letras de las canciones, dándoles más calidad y profundidad. Con ello, los intérpretes lograron transmitir las emociones dejándose llevar por el sentimiento y cantando de forma más íntima y personal. Así, el estilo del bolero tradicional se transformó en algo más fresco, más excitante y más moderno. El nombre de filin deriva del término feeling que en inglés significa “sentimiento”. César Portillo de la Luz nació en La Habana el 31 de octubre de 1922, en una familia con muchos antecedentes musicales. Al llegar a la adolescencia ya dominaba la guitarra. Su vida artística profesional comenzó en 1946 al formar un grupo musical con el que actuaba en cabarets y por la radio. Una de sus primeras composiciones fue “Contigo en la distancia”, bolero escrito en 1946. Dos años después dio a conocer “Tú, mi delirio”, tema que ahora muchos conocen como “Delirio” y que fue un gran éxito para el trío mexicano de Los Tres Ases. De hecho, el reencuentro que se ha tenido con el bolero en años recientes se ha basado en los temas del filin con piezas de Portillo de la Luz y de inspirados compositores cubanos como José Antonio Méndez (“La gloria eres tú”, “Si me comprendieras”, “Novia mía”), Frank Domínguez (“Tú me acostumbraste”), Ernesto Duarte (“Cómo fue”), René Touzet (“La noche de anoche”), Adolfo Guzmán (“No puedo ser feliz”), entre otros autores. En México, el movimiento del filin también ha tenido grandes exponentes. La mayoría de las obras de Vicente Garrido, Mario Ruiz Armengol, José Sabre Marroquín, Álvaro Carrillo, Luis Demetrio, Roberto Cantoral y Armando Manzanero forman parte de esa espléndida vertiente. César Portillo de la Luz ha muerto, pero no se ha ido. Mientras existan enamorados que subrayen los ensueños de su idilio diciendo: “Es mi amor delirio de estar contigo”, la inspiración del gran compositor cubano vivirá en el corazón de las generaciones futuras. Así ha sido y así seguirá siendo. D



ENTREVISTA 12|05|2013

ADIÓS A DEXTER

“NO EXTRAÑARÉ EL TRAJE DE ASESINO” Pocas teleseries han reflejado el lado oscuro de los espectadores como la protagonizada por Michael C. Hall, ese peculiar matón serial que se convirtió en culto televisivo. A punto de su octava y última temporada, el actor habla sobre su inusitado éxito

D

por Miguel Cane

esde que cobró fama con su papel de David Fisher en la serie de HBO Six Feet Under, Michael C. Hall (Raleigh, Carolina del Norte, 1971) ha ido subiendo escaños en la pantalla y los escenarios de Broadway, volviéndose cada vez más popular; esto se ha refrendado por su rol protagónico como el asesino en serie favorito de todos en la provocadora serie Dexter, que se acerca a su última temporada y promete salir del aire con sorpresas y polémica, tal como ha sido desde que se lanzó.

EN TODO CASO, ES EVIDENTE QUE AL PÚBLICO LE ENCANTAN ESTOS ANTIHÉROES. Parece ser la moda televisiva de los últimos años, esto de los antihéroes y la actitud de la gente de simpatizar con ellos. Creo que es porque todos, así como ellos, tienen esqueletos guardados en el armario. Tal vez no como Dexter Morgan, Don Draper o Tony Soprano, pero tiene que ver con que para muchos estos personajes son menos mentira, pues se revelan como ellos son, mostrando todas las esquinas oscuras de su ser.

SIMPATIZAR CON LOS ANTIHÉROES PARECE LA MODA DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

¿HABÍAS IMAGINADO QUE DEXTER SE CONVERTIRÍA EN UNA SERIE DE CULTO? Lo que menos hubiera esperado de Dexter cuando debutamos en 2006, es que se convirtiera en padre y desde entonces hemos ido todavía más lejos. Eso es lo más sorprendente del trabajo de nuestros guionistas, que cada temporada llevan el personaje más lejos, porque Dexter Morgan, forzado a explorar una humanidad que no tiene, es incapaz de sentir una verdadera emoción. Y cuanto más humano se vuelve, más oscuros y perversos son sus asesinatos.

¿ALGUNA VEZ JUZGAS A DEXTER MORGAN? La verdad es que trato de no hacer juicios morales sobre mi personaje. De hecho, cuando acepté este papel no tuve reticencias. Estaba entusiasmado de que el programa nadase en esta área de moralidad gris, eso me atraía. Pero también creo que existen muchas formas de castigo y, si bien no es a través de un medio más tradicional, actualmente estamos viendo algo de eso, cuando él se da cuenta de cómo su comportamiento afecta a los que están cerca de él.

Y EL PÚBLICO HA RESPONDIDO DE UN MODO EXTRAORDINARIO, ¿CÓMO EXPLICAS LA FASCINACIÓN QUE HA SUSCITADO? Desde que leí el piloto vi lo que Dexter representaba, todo lo que podíamos ocultar tras un rostro inocente. Porque a todos nos gustaría matar a alguien en un momento dado ¿no? (risas). En este punto es donde cualquiera puede identificarse. En especial dado el perfil de las víctimas que él selecciona.

AHORA BIEN, DEXTER Y TÚ TIENEN MUY POCO EN COMÚN... Sí. Soy una persona común, nada extraordinaria, que nunca ha matado una mosca. Me gusta ir al cine, a conciertos de rock, ver la televisión —pero no mientras estoy trabajando en la serie— y darme largos paseos por la playa. Alguien que disfruta de una buena mesa pero que lo más sangriento que ha hecho en su vida es limpiar un pescado. Eso. Como ves, nada qué ver.

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¿CÓMO HACES PARA QUITARTE, LITERALMENTE, EL MUERTO DE ENCIMA? Pues no tengo un método especial para salir de mi personaje. Solo cambiarme de ropa, quitarme el maquillaje y marcharme a casa. En ocasiones necesito soltar la adrenalina con ejercicio si el día ha sido arduo. Pero soy el peor para apreciar cuánto de Dexter Morgan se queda conmigo. O dónde empieza él y acabo yo. Eso como que asusta un poco ¿no? (risas).

DEXTER INCLUIDO, TUS ELECCIONES ARTÍSTICAS (SIX FEET UNDER O EL MUSICAL CABARET EN BROADWAY) SIEMPRE HAN SIDO BASTANTE COMPLEJAS. Pienso que si vas a interpretar a un personaje, especialmente en televisión donde estableces un compromiso largo y abierto, es mejor que exista un conflicto, una fuente de tensión que alimente el papel. No me sentiría ni la mitad de interesado en un personaje sin un nudo así en el centro de su trama. Por eso disfruté mucho al hacer de David Fisher y ahora este Dexter.


[SHOWTIME]

CINE 12|05|2013 [LIONS GATE]

| OFICIO DE TINIEBLAS |

Me dan una gran oportunidad de explorar matices, crear nuevas percepciones. LA OCTAVA TEMPORADA SERÁ LA ÚLTIMA. ¿TIENES IDEA DE CÓMO QUIERES QUE TERMINE TU PERSONAJE? Creo que hay más de una respuesta para esa pregunta. Si lo considero desde el punto de vista de Dexter, creo que tengo una idea bien clara, pero no sé si eso sería muy realista. Ahora, respecto a lo que yo creo que sería lo más orgánico y satisfactorio, mirándolo también desde la historia, eso es algo que no te puedo contar todavía. Lo cierto es que se trata de una cuestión que ya hemos empezado a tratar para tener claro hacia dónde nos encaminamos; yo no escribo la serie pero me consultan. De todos modos es difícil de imaginar un final feliz para un personaje como él. ¿ES POSIBLE HACER UN BALANCE DEL IMPACTO QUE TUVO, TIENE, DEXTER EN TU VIDA, EN TU CARRERA? A nivel personal la serie coincidió con varios cambios en mi vida. No sé si ha sido detonante, pero desde luego estuvo ahí. No creo que pueda analizar su impacto hasta que no concluya pero me sigue maravillando lo que hablábamos sobre la reacción del público. Estaba bastante exhausto entre la cuarta y quinta temporadas, tuve que someterme a un tratamiento contra el cáncer (lleva tres años en total remisión) y me sentía frágil. La serie me sacó a flote. Eso lo aprecio. ¿Y YA TIENES IDEA DE LO QUE QUIERES HACER A FUTURO? ¿ESTARÍAS DISPUESTO A ASUMIR EL COMPROMISO A LARGO PLAZO DE OTRA SERIE? La verdad es que no puedo esperar a ver lo que me depara el futuro y no descarto absolutamente nada. Cuando terminé Six Feet Under, lo único que dije que no haría fue hacer otra serie y mira lo que pasó. Además, están haciéndose cosas muy emocionantes en televisión ahora, así que no quiero cerrar esa puerta aunque, claro, en estos momentos la posibilidad de un nuevo contrato que me tenga ocupado por varios años suena un tanto intimidante. Pero ya aprendí a no decir que no haré algo antes de pensarlo. HAN SIDO OCHO AÑOS DE TRABAJO EN EQUIPO, CON MUCHAS COSAS. ¿QUÉ ES LO QUE EXTRAÑARÁS MÁS Y MENOS DE LA SERIE? Mira, no extrañaré ponerme ese traje para asesinar a mis víctimas, es algo muy molesto, pero son muchas más las cosas que echaré de menos. La gente, sobre todo. Para que un programa funcione se requiere un enorme grupo de gente que haga bien su trabajo. Además, ir todos los días a trabajar con un grupo que tiene sentido del honor y compromiso es algo que entusiasma. Ojalá encuentre eso en otro lugar. Son entrañables. A NIVEL PERSONAL, DIME, ¿TÚ PIENSAS QUE EN LA HISTORIA EL PERSONAJE PUEDE ALCANZARSE LA REDENCIÓN? Posiblemente. No en la forma tradicional que tú y yo interpretamos como tal, pero sí tiene sentido que eso forme parte del final... Así que mejor ya no te diré nada (risas). Cuando haya salido al aire, ya lo hablaremos, ¿te parece bien? D

POR GUSTAVO GARCÍA

Comedia de matones Sobre Hollywood pesan dos mentiras complementarias: que se nutre de una efebocracia regenerada cada cinco años, cuando mucho, y que, en consecuencia, ahí no hay lugar para los viejos. Es una impresión alimentada por 60 años de haber descubierto a los jóvenes como tema, primero, y, con Lucas y Spielberg en los setenta, como público consumidor masivo. Pero, a diferencia de otras cinematografías que, esas sí, matan artísticamente a sus viejos después de los 50 años, Hollywood se reserva un lugar para los ídolos veteranos que se han sabido ir con la gracia de John Wayne en Gatillero (1976, Siegel) o del Clint Eastwood de la última década. Adviértase que es más fácil esa permanencia entre actores varones; entre las actrices, la vigencia de Meryl Streep y Diane Keaton en las nuevas generaciones de espectadores es una hazaña. Y Hollwyood ha desarrollado el adjetivo “crepuscular” para cobijar a sus héroes de acción; lo hizo con los westerns de Sam Peckimpah desde Pistoleros al atardecer (1962) con Randolph Scott y Joel McCrea, y ahora la hace hasta con “combatientes crepusculares” (Los invencibles, Duro de matar 5). Por los viejos tiempos, segundo largometraje del no muy destacado actor Fisher Stevens es uno de esos juguetes pequeños con que la vieja guardia festeja su leyenda: Val (Al Pacino desarreglado hasta la provocación) purgó 28 años de prisión sin delatar a sus cómplices del último atraco. Claphands (Mark Margolis) ha esperado todo ese tiempo para vengar la muerte de su hijo en esa acción, y tiene bajo contrato a Doc (un espléndido Christopher Walken) para ejecutarlo. Pero Doc y Val son amigos del alma y éste, sabiendo que será ejecutado, pasa con aquel una última noche demencial que incluye robar una farmacia para tomarse un frasco de viagra y terminar en el hospital con el miembro como fierro, desnudar a un dependiente coreano para vestir a una secuestrada desnuda, robar un carrazo, sacar del asilo al tercer mosquetero, Hirsch (Alan Arkin brillando en su breve papel), burlar a la policía y robar un traje de tres piezas para asistir a la ejecución como se debe. Aunque la película está muy por encima de las capacidades de Stevens, basta con dejar libre la cancha a los actores para que armen sus escenas, filosofen, sean cínicos y vitales; en rigor, la sentencia de muerte de Claphands es una excusa para una sabrosa comedia de matones que quieren irse con estilo en una ciudad cuidadosamente deshabitada. Pacino, Walken y Arkin acumulan sabiduría escénica suficiente para entretener al público y dar sus mensajes con cadencia y tono justos; es una asamblea de talentos muy semejante a la de Cuatro notas de amor (2012, Hoffmann) y con una intención reivindicatoria igualmente parecida; de hecho, serían la misma si a estos gánsters retirados les diera por cantar Verdi. D Por los viejos tiempos (Stand up guys). Director: Fisher Stevens. Argumento: Noah Haidle. Fotografía: Michael Grady. Música: Lyle Workman. Intérpretes: Al Pacino, Christopher Walken, Alan Arkin, Julien Margulies. Estados Unidos, 2012.

RESPUESTAS... 1. “Bajar al segundo subsuelo oscuro del alma”. 2. Muy simple: “Cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”. 3. “Invento del diablo que anula la ventaja de mantener alejada a la gente desagradable”. 4. El Sidrali. “Una manzana en cada botella” y costaba 20 centavos. 5. “Para muchas mujeres el perro es un sustituto de pene”, decía el laureado psicoanalista. 6. Ambas 15. Con la primera, María Inés de la Paz García, Santa Anna tenía 31 años. Con la segunda, Dolores Tosta, 51. 7. A Concepción Lombardo (embarazada en ese momento), le dieron la última carta que le escribió Miramón, sus ropas ensangrentadas y agujereadas por las balas y el corazón del muerto, que ella se negaba a enterrar hasta que su confesor se lo exigió. 8. En sus memorias, doña Conchita escribió que Carlota “forzaba mucho el cerebro para aprender cosas para las que las mujeres no estaban preparadas”. 9. Él mismo cargó el pequeño ataúd hasta el panteón de San Miguel, en Oaxaca. No quiso enterrarla en el atrio de la iglesia como estaba permitido a los gobernadores. 10. “Los Changuitos”.

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| MULTIMEDIA | POR HÉCTOR RIVERA*

CON EL ALMA EN UN HILO Albert Speer parecía un buen tipo. Pulcro y atildado, dueño de un aire intelectual, con el aspecto de un inocente creador sensible, ensimismado en complejos proyectos humanísticos, hubiera pasado a los ojos de cualquiera como una víctima de las circunstancias. Quienes lo juzgaron en el tribunal de Núremberg no se dejaron impresionar por las apariencias. Lo condenaron a 20 años de prisión en la cárcel de Spandau, en Berlín. El final de la Segunda Guerra Mundial lo sorprendió en su papel de ministro de Armamento del gobierno nazi. Muy tarde comprendió que nunca debió haber cambiado esa posición por la que tenía de privilegiado arquitecto al servicio de la camarilla hitleriana. En los últimos meses de la conflagración, mientras las tropas alemanas comenzaban a habituarse a las derrotas en los combates del frente del Este de Europa, Hitler le exigía a gritos, con el rostro enrojecido, una bomba atómica para acabar de golpe con la guerra que perdía. Con sus modos elegantes y sencillos, Albert Speer le respondía que ni siquiera tenía níquel para fabricar balas. De haber estado en posibilidad de fabricar una bomba atómica para Hitler tal vez ninguno de nosotros andaría por aquí. Estaríamos todos atiborrando hasta el más mínimo espacio en el limbo de los inocentes. Hitler habría iniciado entonces lo que se conoce ahora como “la diplomacia de las bombas atómicas”. La misma que conocieron muy de cerca los habitantes de Hiroshima y Nagasaki, en Japón. La que tuvo al mundo con el Jesús en la boca durante la crisis de los misiles en Cuba, en octubre de 1962. La que insisten en poner en práctica en Irán y Corea del Norte. Cualquiera tiembla al ver en manos de quién están las armas nucleares. Otro que hizo circo y maroma para tener una de estas bombas al alcance de la mano fue Francisco Franco. El proyecto quedó en manos del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Consejo de Ministros de España, y se fue a pique cuando el funcionario murió en un atentado. Sin embargo, los españoles tuvieron sus bombas atómicas cuando menos lo esperaban. En enero de 1966, dos aviones militares estadunidenses chocaron en pleno vuelo en el sur de España, muy cerca del pueblo de Palomares. Las cuatro bombas atómicas que transportaban cayeron sin explotar, pero al fragmentarse cubrieron de plutonio buena parte de la región playera. Aunque no se vean, las bombas siguen ahí, aun después de que el gobierno de Estados Unidos enviara en su momento un montón de técnicos que levantaron cuanto pudieron de la superficie afectada, metieron la tierra en recipientes herméticos y la escondieron por ahí. Posiblemente cerca de la frontera con México. Todavía ahora, los españoles sufren las consecuencias de la diplomacia de las atómicas tan vigente durante los años de la Guerra Fría: no pueden construir, ni cultivar, ni caminar en aquellas tierras porque en cualquier momento pueden despertar al demonio. D 14

IMÁGENES

[usa air force]

POR ALEJANDRO LEAL Y LUCÍA M. VALLE

COLUMNA 12|05|2013

EN CARTELERA STAR TREK: EN LA OSCURIDAD La sombra de Khan Noonien Singh es el vórtice al que concurren la clásica cinta de 1982 La Ira de Khan y En la Oscuridad, en el hoy bifurcado universo de Star Trek. Secreto a voces, el personaje está de vuelta como John Harrison y sin el icónico look que Ricardo Montalbán le dio desde el episodio Semilla Espacial (1967), catafixiado por la palidez del británico Benedict Cumberbatch.

ÚLTIMO TURNO Drama policial de profundo interés humano en su par de protagonistas, los oficiales californianos Taylor (Jake Gyllenhaal) y Zavala (Michael Peña), vistos desde una perspectiva realista —casi documental— por el talentoso director-guionista David Ayer, experto en el género. Celosos de su deber y apoyados en su sólida amistad, hacen frente al embate en su contra de un cártel mexicano.

DVD/BLU-RAY

LINCOLN

TRILOGÍA EL PADRINO

Los meses finales de la vida de Abraham Lincoln son el foco de esta biografía a cargo de Steven Spielberg. Aunque con muchas nominaciones al Oscar y los Globos de Oro, el filme fue sobre todo reconocido por la actuación de Daniel Day-Lewis en el rol protagónico. Son de reconocer su ambientación de época (Oscar al Diseño de Producción) y la revisión del periodo, punto este último en el que se desglosa a conciencia el contexto político que conformó la Decimotercera Enmienda a la Constitución estadunidense, teniendo la influencia del Representante Thaddeus Stevens (Tommy Lee Jones) notable peso en la película.

The Coppola Restoration nos ofrece la trilogía de El Padrino restaurada entre 2006 y 2008 por el reconocido preservador Robert A. Harris. Sus esfuerzos se aplicaron a las primeras dos películas en la corrección de color, contraste y sobre todo limpieza de las impurezas en la imagen heredadas del negativo original, deteriorado por su abuso en la impresión de copias. Se preservó el grano de la fotografía acentuando su estatus vintage y, dada la naturaleza digital de esta restauración, se remasterizó en sonido TrueHD 5.1, más claro y potente. El Blu-Ray contiene cuatro discos, el árbol genealógico de los Corleone y postales.

EN LA TELE

LE HAVRE

EL FUTURO

Entrañable filme de Aki Kaurismäki sobre un escritor que ya cuenta canas, devenido en bolero, y un muy joven inmigrante ilegal africano. Tras su encuentro en el puerto francés de Le Havre, aquél lo protege de la ley con el beneplácito de su adorada esposa y la solidaridad de la comunidad obrera del vecindario. MAX, DOMINGO 12, 22:00 hrs.

Directora y protagonista de esta cinta independiente, Miranda July interpreta a Sophie, quien a sus treintaytantos tiene con Jason una vida pausada en un presente permanente sin mayores aspiraciones que irla llevando con tranquilidad. Al adoptar a un gato enfermo —que narra parte de la historia— el futuro asoma. MAX, LUNES 13, 20:20 hrs.



[HOMEY COMPANY]

[JAVIER GARCÍA]

ELY GUERRA

“SOY ERMITAÑA; NECESITO SOLEDAD Y SILENCIO” por Héctor González No son demasiadas las mujeres rockeras con la trayectoria de Ely Guerra. Con casi 20 años de carrera, la artista regiomontana cuenta con ocho discos, además del dvd, Ciclos de reciente aparición. La también hija el director técnico Alberto Guerra debuta como empresaria con su sello Homey Company. SU NUEVO MATERIAL SE LLAMA CICLO, ¿POR QUÉ?

Cierro un ciclo personal y otro musical. A través de la música que escribo me doy cuenta de los cambios que ocurren en mi vida. La espiral de mi vida continúa su camino sin pausas.

CERRAR UN CICLO A LOS 41 SUENA A CRISIS DE LOS 40, ¿ES ASÍ?

Lo hace sonar gracioso, y sí, así lo es. No hay nada de mi edad que me haga daño, es decir, de los diferentes significados de la palabra “crisis” el que me corresponde ahora es cambio. Estoy en un proceso de cambios importantes que producen cierta inestabilidad pero por otro lado, me siento más fuerte que nunca.

¿LANZAR UNA DISQUERA EN PLENA CRISIS DE LA INDUSTRIA MUSICAL ES NECEDAD, FE O REBELDÍA?

Es disciplina laboral y valentía. Homey Company no se gesta como un espacio para proteger la música inédita de otros, yo solo abrí un espacio para proteger mi creación y generar, engrandecer y mejorar las oportunidades de trabajo que me brinda la música.

ENUMERE LAS MEJORES COSAS QUE LE HADA DADO EL ROCANROL…

La libertad de un trabajo creativo a mi manera, una vida protegida y acompañada por los que amo, la satisfacción de fronteras con mi música y, es cierto, romances inolvidables.

Y LAS PEORES…

No puedo pensar en nada malo, el rock solo me ha dado oportunidades positivas para crecer la vida que quiero.

NO TODOS LOS ARTISTAS LE DAN AVENTÓN A SUS FANS, ¿EN VERDAD ES TAN BUENA ONDA?

¡Cómo sabes eso! Sucedió saliendo de un concierto en el DF. No se trata de “quedar bien” o de ser buena onda, se trata de ser lógico; ellos iban caminando por calles oscuras. Fue un acto de sentido común, cautela, las mujeres intuimos y actuamos en base a ello.

SUELE SUCEDER QUE ATRÁS DE LAS FIGURAS DE LA MÚSICA HAY PERSONAS MUY INSEGURAS, ¿ES SU CASO?

Sí, la inseguridad me asalta en toda circunstancia, pero me impongo a ella mediante la práctica de lo que más amo: la constante búsqueda de la creación y el movimiento.

ázquez uerra V n 1972. G h t e b ey e Eliza Monterr istas nació en orado con art lso b e Ha cola trol Machete, C y, n Le o como C us the Bear, La ein u E M y g Piña, la Parra anó el e d a r d 9g Alon co . En 200 nia León Latino por su dis y Gramm visible. in Hombre

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¿QUÉ ES MEJOR COCINERA O COMPOSITORA?

Cocinera, seguro coincidirán los expertos en música.

¿LE GUSTA EL FUTBOL?

No sé si me gusta como tal el futbol, pero me encanta lo que existe alrededor de él. Es la vida que nos tocó vivir como familia y me fascina.

UN BUEN ACTO DE REBELDÍA HABRÍA SIDO IRLE AL AMÉRICA, ¿QUÉ HABRÍA DICHO SU PADRE?

¡No sé, imagínate! Solo me veo yéndole al América si Alberto estuviese al mando, cosa que por cierto no es mala idea…

¿TIENE GUSTOS CULPOSOS?

No. Soy ermitaña y necesito de mi espacio en soledad y en silencio para generar un vínculo con lo demás. Generalmente no escucho música y cuando lo hago, escucho aquello que mi círculo cercano me quiere presumir o compartir. Mis amigos son artista de diferentes disciplinas, personas cultivadas y melómanas, por lo general cuando oigo música lo hago con estilo gracias a ellos.

EL DISCO QUE MÁS LA SORPRENDIÓ ÚLTIMAMENTE ES…

El último trabajo que me atrapó realmente fue el score/soundtrack de una película. No es un filme de última temporada, pero apenas lo vi. Me refiero a la adaptación gringa de la novela sueca Los hombres que no amaban a las mujeres, cuya versión en cine es La chica del dragón tatuado. La música es de Trent Reznor y Atticus Ross, es sin duda, el personaje invisible de mayor fuerza en toda la trama. D

| EL SANTO OFICIO | POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

CARLOS FUENTES A un año de su muerte, el cartujo recuerda a Carlos Fuentes. Lo admiró desde la adolescencia, cuando, con fascinación e inevitable zozobra, leyó Aura, esa novela breve poblada de fantasmas. Jamás imaginó tener una conversación con él, preguntarle de sus libros, de los vaivenes políticos, de sus amigos, de sus adversarios, de sus hijos, de la muerte. Pero, quizá por pura suerte, la tuvo; conoció su amabilidad, la precisión y contundencia de sus respuestas, su discreto y lapidario sentido del humor. Murió la mañana del 15 de mayo, dos meses antes el cofrade lo visitó en su casa de San Jerónimo. En noviembre de 2011 lo había llamado a Londres y la cita en México no fue sino para continuar la misma charla, de la cual ha elegido los siguientes conceptos de uno de los más grandes maestros de la literatura contemporánea: “La amnesia cultural es una falla terrible, quienes la aprovechan son los pillos. Los políticos pillos se aprovechan de que la gente ‘ya no se acuerda’. Hay que recordar, hay que estar siempre alerta”. “Los presidentes están rodeados de lambiscones, y todos le dicen: qué bueno lo que hace usted. Nadie le dice qué mal, váyase por otro lado, hay pocos que lo hacen y en consecuencia, hay un papel del intelectual, que no es el único, subrayo, que consiste en señalar otras posibilidades, otros caminos para resolver los problemas”. “La cultura popular siempre ha estado ahí y depende del escritor cómo la emplea —aunque hay escritores que no la utilizan. Yo sí, La región más transparente está llena de diálogos de cantina, de burdel, y he seguido empleando esas modalidades a lo largo de mi obra. La cultura popular se basta a sí misma, pero en literatura se convierte simplemente en referencia a otra cosa”. “Si no (leo a los jóvenes) me vuelvo viejo. Desde que comencé a escribir me ha importado el pasado de la literatura en lengua castellana, pero también su presente y su futuro. El futuro está en manos de los jóvenes, si no los leo no me entero de lo que es o va a ser el futuro”. “Aplazo (a la muerte) constantemente. Tengo dos hijos que murieron, y claro que la tengo presente. Pero escribo en nombre de ellos, y de esa manera la aplazo o creo que la aplazo. Aquí me tiene usted a mi edad todavía escribiendo libros, no me he retirado ni pienso retirarme (…) Pienso escribir hasta el último día, y trabajar hasta el último día, el día que no trabajo me siento enfermo, me siento mal, me siento un güevón miserable. Creo que el trabajo es lo que lo mantiene a uno más o menos joven”. “Nunca he tenido la intención de decir: ‘Ay, ya hice tantas cosas y me retiro’. No, siempre digo: ‘Ay, ya viene mi primer libro, que es el próximo, ojalá me resulte bien, ojalá le vaya bien’, porque escribo como si siempre fuera el primero. Por eso creo que voy a vivir muchos años a pesar de la voluntad y la fortuna”. Querido cinco lectores, en estos días de azoro y horror, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. D


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