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2 de DICIEMBRE de 2014
CARLOS FUENTES: PANTALLAS DE PLATA
Fuentes regresa a sus lectores con un inédito sobre una de sus grandes pasiones: el cine. FILIAS les ofrece una probadita y, para redondear el menú, un texto de Luisa Valenzuela sobre el novelista.. p.6 y 7
CRÓNICA DE UNA FERIA CON DESFIBRILADORES
Foto: archivo
Juan Pablo Becerra-Acosta recorre los pasillos de la FIL y da motivos de tranquilidad a los visitantes con mala salud cardiovascular. p.16
Un Pérez Reverte Por Élmer de ficción Mendoza
“Debo anunciar que, pese a lo que dice el diario Clarín, de Buenos Aires, nunca tomé un café en un lobby con el así llamado canciller argentino”. De la tercera entrega para FILIAS de Martín Caparrós.
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somos lectores
carta de intención
Élmer y su cómplice Pérez Reverte
(†) JESÚS D. GONZÁLEZ FUNDADOR FRANCISCO A. GONZÁLEZ PRESIDENTE FRANCISCO D. GONZÁLEZ DIRECTOR GENERAL JESÚS D. GONZÁLEZ DIRECTOR GENERAL ADJUNTO CARLOS MARÍN DIRECTOR GENERAL EDITORIAL HUGO CHAPA GAMBOA DIRECTOR EJECUTIVO Alfredo Campos Director editorial ROBERTO LÓPEZ SUBDIRECTOR EDITORIAL NÉSTOR OJEDA SUBDIRECTOR EDITORIAL HÉCTOR ZAMARRÓN SUBDIRECTOR EDITORIAL carlos puig director editorial milenio digital Bárbara Anderson Directora de innovación editorial RAFAEL OCAMPO Director editorial de deportes MIGUEL ÁNGEL VARGAS DIRECTOR de enlace editorial pedro González director general de operaciones JAVIER CHAPA DIRECTOR general de medios impresos ÁNGEL CONG DIRECTOR de milenio digital ADRIÁN LOAIZA DIRECTOR tecnología y procesos Guillermo Franco director de ingeniería y regulación MAURICIO MORALES DIRECTOR DESARROLLO CORPORATIVO ADRIANA OBREGÓN DIRECTORa COMERCIAL Francisco somohano Director de comunicación estratégica dyana reyes directora innovación comercial VALERIA GONZÁLEZ DIRECTORA CREATIVA tomás sánchez director de mercadotecnia corporativa MARCO A. ZAMORA DIRECTOR PROYECTOS ESPECIALES FERNANDO RUÍZ DIRECTOR PRODUCCIÓN
Feria Internacional del Libro 2014 Carlos Puig julio patán Galia García Palafox Cecilia Estrada Tania lara Alberto prado angélica vázquez Ixchel vélez
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PARA HOY
Foto: césar álvarez
Cuando empezamos a planear este FILIAS nos pareció casi obvio que el autor a quien teníamos que acudir para hablar de Arturo Pérez Reverte era a su amigo y cómplice mexicano Élmer Mendoza. Así lo hicimos. Élmer, con su talento, nos propuso algo mejor, que es lo que hoy presentamos aquí. ¿Puedo hacerlo de ficción? Eso nos preguntó, eso hizo y creemos que ustedes lo disfrutarán tanto como nosotros. Un problema de salud, ya superado por cierto, ha impedido que Élmer nos acompañe --aunque sabemos que estuvo a punto de convencer a los doctores--, así que con más razón nos llena de orgullo traerlo hoy a la FIL. El número de hoy se hace aún más grande con un fragmento del libro de Carlos Fuentes y un texto de Luisa Valenzuela sobre nuestro mexicano universal. A sus editores, gracias. Martín Caparrós, como siempre, dice con la mejor de las prosas es lo que hay que decir y queremos agradecer a Juan Pablo Becerra Acosta, nuestro amigo, cronista excepcional, que haya aceptado venir en estos días a escribir de libros, autores y otras cosas.... Va martes de FILIAS. Nosotros, resistiendo. Que sea para bien. Carlos Puig y Julio Patán
Nada tan complicado como elegir entre los cientos de eventos diarios algo que recomendar. Con esa advertencia, aquí van los que pensamos son los imprescindibles de la jornada.
El mejor cuentista
El ilustrador colombiano y escritor de libros infantiles Ivar Da Coll recibirá el Premio Iberoamericano SM a las 18 horas en el Salón 2.
Nettel: novelista estrella
Crónicas de viaje
La mexicana Guadalupe Nettel será galardonada con el Premio Herralde por su novela Después del invierno a las 17 horas en el Salón Elías Nandino.
Rodrigo Fresán, Álvaro Enrigue y Juan Cruz presentan la colección de literatura de viajes Cartografías, en el Salón Antonio Alatorre a las 18:30
Nuevas palabras
Con cinco mil palabras nuevas se presentará la edición 23 del diccionario de la Real Academia Española a las 17 horas en el Salón 4.
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Paparruchas. La columna de martín caparrós
El café que no fue
Hoy, por suerte, tras tanta sabiduría y reflexión, ya puedo escribir sobre algo que no le importa a nadie. Aunque sea, por supuesto, de una importancia furibunda. Es que me veo en la obligación de desmentir tajante esa aseveración que asevera, ay, cierta prensa: debo anunciar que, pese a lo que dice el diario Clarín, de Buenos Aires, nunca tomé un café en un lobby con el así llamado canciller argentino, el señor Héctor Nepomuceno Timerman. Maticemos: por una vez, la culpa no es de la escriba sino del funcionario, y el artículo lo dice muy preciso. Cuando habla de los excluidos de las delegaciones oficia-
les, la periodista, Raquel Garzón, dice: “Al mencionarle esta cronista a Sarlo y Caparrós, (el ministro Timerman) contestó que acababa de tomar un café en el lobby con el segundo y que tiempo atrás trabajó con la primera”. El segundo vengo a ser yo: se le agradece. El lobby, hay que aclararlo, es el del Hilton: allí duermen los jefes de la delegación argentina, aunque no los escritores argentinos. Pero el café, que yo sepa, no me lo tomé nunca. Aunque hay, faltaba más, otras opciones: que sí me lo tomé sin darme cuenta, que el ministro miente, que el ministro no miente pero no estaba en condiciones de saber quién tomó café
con él. Hay más pero –diría el ciego– abundan sobre éstas. Que el ministro mienta es una hipótesis casi inverosímil. ¿Por qué mentiría un ministro, en primer término? Y, en segundo, ¿por qué en asunto tan aparentemente nimio? ¿Porque hace mucho que su úlcera ministerial lo obligó a dejar de tomar café y quiere jactarse de su potencia cafetera para que nadie le sospeche? ¿Porque no hay ministro más canchero y rompedor que el que toma cafeses en los lobbies con escritores calvos? ¿Porque quiere demostrar su don de gentes, bonhomía, candor y cafetalidad? ¿Porque quiere pasar el ticket como viáticos y teme que se lo rechacen? ¿Porque, con café o sin café, considera que el trabajo de un ministro consiste en decir este tipo de cosas, mentiritas? ¿Porque por más que piensa y piensa no se le ocurre nada verdadero? ¿Porque
así es, pura y dura, su naturaleza? Cualquiera de esas razones sería triste. Y, además, improbables. Nos queda la hipótesis siguiente. Aunque, claro, suena extraña: ¿es posible que el ministro de Relaciones Exteriores de un país tan dado a las exteriorizaciones como el mío pueda tomarse un café con una persona y creer que se lo está tomando con otra? Si es así, ¿ese birlibirloque se extiende a otros momentos, a otras situaciones de su vida? Digamos, por ejemplo: ¿puede ser que haya negociado su famoso pacto con el ministro iraní creyendo que lo negociaba con sir Winston Churchill? ¿Puede, que se meta en la cama con Melva Patricia creyendo que lo hace con su señora esposa? ¿Puede, que a veces vaya al Tigre y se crea que está tomando las Malvinas? Y, si lo hace, ¿lo hace siempre o solamente en ciertas circunstancias? ¿Lo hace por sí solo o bajo el influjo de ciertas yerbamates? ¿Se lo cree a pies juntillas o a piernas separadas? ¿Es ministro o es sólo un efecto prolongado de esta ilusión que parece aquejarlo? La crisis institucional, es obvio, acecha. Por suerte, la respuesta más plausible es la pri-
mera: que me tomé ese café sin darme cuenta. Que me senté con él, que conversamos, que bebimos: que realizamos todo eso que “tomarse un café” implica, pero no me di cuenta. Al fin y al cabo el que lo afirma es canciller, un muchacho investido por el pueblo de la patria de mi país con la muy alta responsabilidad de ser todos nosotros frente al mundo. Así que así debe haber sido –y yo prefiero que así sea. Es duro, me hago cargo: otro pequeño sacrificio por la celeste y blanca. Porque, seamos sinceros, es molesto: si hago cosas como tomar un café sin saberlo, ¿qué otras, qué terribles cosas estaré haciendo sin tener ni idea? ¿A cuántos habré matado, descuartizado, pintado de amarillo sin siquiera notarlo? ¿A cuántos dicho amado mío, a cuántos te idolatro te desprecio te desdeño un poco –sin noción alguna? Me preocupa, me aterra, y me temo que la solución es una sola: debo dejar ya mismo de escribir esta columna. Porque, si no consigo saber cuándo me tomo o no un café, ¿qué no diré sin la menor idea de que lo estoy diciendo?
Porque, seamos sinceros, es molesto: si hago cosas como tomar un café sin saberlo, ¿qué otras, qué terribles cosas estaré haciendo sin tener ni idea?”
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El argentino del día
Fotos: CÉSAR ÁLVAREZ
Si los mexicanos conocieran un poco más de la historia argentina sabrían que la desaparición de personas es algo que empieza, pero nunca se sabe cuándo termina”
Felipe Pigna
por Alejandra Arteaga
EL DETECTIVE DE LA HISTORIA En Argentina, a Felipe Pigna la gente lo para en la calle como si fuera un actor. Es un historiador. El más famoso de su país. Los cinco volúmenes de la colección Los mitos de la historia argentina inspiraron el exitoso programa “Algo habrán hecho (por la historia de Argentina”. A los 17 años tomó la decisión a ser historiador. Para entonces, en plena dictadura argentina, amigos, familiares y conocidos habían desaparecido. Pigna se convirtió en un detective de la realidad para contar lo que nadie había dicho. Hoy, las desapariciones en México le recuerdan a las de la dictadura argentina. ¿Por qué te interesó escribir sobre la historia de argentina? Me di cuenta el valor que tiene la historia como elemento de apertura mental, el poder entender lo que pasa a partir de lo que no pasó; el registro. También del ocultamiento que ha tenido la historia en mi país y en muchos lugares, sobre cómo se nos ha contado y cómo es realmente la historia, eso me puso en crisis, me motivó mucho para estudiar historia. ¿Cuál fue el momento más desdichado de tu vida? Durante la dictadura yo tenía 17 años, era una época tremenda, de asesinato de amigos, de pasarla mal, de tener que irme de mi casa; sufrí mucho, horrible. Tengo incluso el recuerdo, la imagen de años nublados, días nublados. Muy triste. ¿Crees que un historiador es un detective, que está en medio de lo que se cuenta y lo que es? Sí, tiene mucho de detective, totalmente. Tiene esta cuestión de cierta desconfianza con lo que hay, y la hipótesis de encontrar la verdad; también la de hacer justicia, porque, en mi caso, lo percibo así. Hay mucha injusticia en la historia oficial, en la historia que se nos ha contado, siempre quedan de lado los vencidos, los pobres, los ninguneados, y uno intenta por lo menos hacer justicia con ellos.
¿Qué crees que se necesita para ser un buen historiador? Se necesita tener un alto nivel de sensibilidad junto con la racionalidad. Estás hablando de vidas, estás hablando de historias de colectivos sociales. Es casi tan importante como tu nivel intelectual.
que no supimos nunca más nada; asesinados, torturados, y una sociedad que miró en ese momento para otro lado, que decían “algo habrán hecho”, por eso el nombre del programa, es como decir casi se lo merecen, o andá a saber qué hicieron, este sentimiento canalla muy promovido por los medios de comunicación.
¿Qué impacto tiene lo que dice un historiador en la vida de la gente? En mi caso, es un caso muy particular porque yo soy un historiador muy famoso en Argentina. Mi opinión es una opinión tenida en cuenta porque ocurrió un fenómeno muy especial que el programa (de televisión) que hicimos, se llamaba Algo habrán hecho, midió 25 puntos de rating, y fue muy impresionante, y me convertí en una figura muy popular. Estoy en televisión, por lo cual lo que yo digo tiene un peso que no podría decirse que cualquier historiador. Eso ayudó a que sea más tenida en cuenta la opinión de los historiadores. La gente empezó a escuchar a otros historiadores a partir de ahí. La historia empezó a tener presencia en los medios, en la radio.
Tú que conoces la historia de las desapariciones forzadas, ¿cuál es la lección? Yo le diría a la gente en México que esté muy alerta, que haga todo lo que pueda, que proteste, que no se calle, que insista ante las autoridades, que denuncie todos los que sepan algo, y buscar a los verdaderos responsables, no solo a los ejecutores primarios, sino a todo un complejo de complicidades que llevan a que 43 personas desaparezcan sin dejar rastro. Esto no es posible, sin una sociedad cómplice no desaparecen 43 personas, si no hay toda una red de complicidades, incluso hasta aquél que dice “por las dudas no me meto”. No es por las dudas, es por miedo, probablemente, por terror, por cobardía, pueden ser múltiples causas, muchas entendibles, pero si toda la sociedad se pone firme esa persona que está en riesgo se va sentir protegida y va a hablar. Lo peor en estos casos es la soledad. No hay que dejar solos a los familiares, no hay que dejar solos a los denunciantes. Esto es lo que pasó en Argentina, las madres estaban solas completamente y así la maquinaria de terror seguía funcionando.
¿Conocer la historia ayuda a cambiar el presente? Debería. No es una garantía, pero debería. Una debería, que se yo, lo que está pasando en México hoy, si los mexicanos conocieran un poco más de la historia argentina sabrían que la desaparición de personas es algo que empieza, pero nunca se sabe cuándo termina, y que es algo que le pasa a todos no le pasa a uno. La utilidad que tienen las experiencias históricas para ayudar a que no se repitan las cosas negativas, además no caer en trampas como diciendo “me preocupa lo de Ayotzinapa porque mañana me puede pasar a mí”. No es por eso, es porque no tiene que pasar, y si no estamos hablando de un concepto absolutamente egoísta. ¿Es una advertencia? Es una forma de advertir. En Argentina hubo 30 mil desaparecidos en la década del 70, en la dictadura, de los
¿Cuál fue la función de la protesta en Argentina?, ¿ayudó a salir de la crisis? Por supuesto, Argentina salió de la dictadura por la protesta, salió de la peor crisis de su historia, la de 2001, por la protesta, por meterle miedo al poder, es la única manera. El poder es un elemento terrorista que únicamente retrocede ante el miedo: miedo a perder privilegios, miedo a quedar absolutamente en evidencia. Y esa es la única herramienta que tiene el pueblo, su poder.
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EDITAR EN MÉXICO HOY: YAEL WEISS
POEMA DEL DÍA
MUCHOS LIBROS, POCOS LECTORES
(Club Náutico a cien metros)
El editor mexicano se ha acostumbrado, cuando habla de su trabajo, a escuchar el anticelestial coro de los “noes”. ¡Pero si en México no se lee! Uh, eso no es negocio: el mexicano no compra libros, sólo le alcanza para el huevo y la caguama. No arraigó la cultura del libro. No hay librerías suficientes. El papel mismo está en vías de desaparición, las imprentas quiebran a izquierda y derecha. ¿Libro electrónico? Hombre, aquí no hay tablets. El editor podría responder a su interlocutor: La razón corre a chorros por tu boca, ¡gracias!, voy a cerrar el changarro, no tiene sentido hacer libros en México. Tanto tiempo de vano esfuerzo, de autoengaño, merece una cruzada en contra de la edición y del libro, ¿en qué estábamos pensando? Dejemos la broma pesada: el editor hace su trabajo y vive de él, porque resulta posible vivir de la edición en México. No hablo de enriquecerse, hablo de vivir. Hay distintas fórmulas. Los grandes grupos optan por la concentración de los sellos mientras que los pequeños editores, llamados independientes, sostienen su proyecto con servicios editoriales, coediciones, becas y subvenciones estatales. Otros más optan por un negocio paralelo
de distribución de libros y revistas. Ninguna sorpresa ni irregularidad por este lado: el libro desborda la definición de “producto”, no se somete a las leyes del mercado, hay que establecer un sistema de compensación. Incluso en Francia, país que goza de una tradicional salud bibliográfica, los apoyos al libro son tan numerosos como las estrategias de supervivencia. Por ejemplo, durante sus primeras décadas de existencia, la prestigiosa Gallimard lanzó una colección policiaca, la célebre série noire, además de revistas deportivas, para mantener a flote su línea de literatura contemporánea. A la hora del juicio final, los editores llamados a declarar en la banca de los acusados podrán alegar que hicieron su trabajo. Si “no” se lee en México, no es a falta de libros. Es asunto de nivel de alfabetización, de pobreza, de falta de difusión, de costumbre, pero libros hay. Claro, se puede hacer más, pero se trata de responsabilidades compartidas con la red de libreros, la educación nacional y algunos municipios que gastan, obedientes, su presupuesto para una Feria del Libro anual, pero olvidan invitar a los lectores. Es un panorama triste ver filas de libros en pasillos desérticos. Pero en ninguna Feria del Libro me
he encontrado con el panorama inverso. Los espacios destinados a los libros están ocupados, a menudo abarrotados. La edición experimenta lo que la mayoría de las industrias con vitalidad: la concentración, la globalización, el nacimiento y muerte súbita de empresas editoriales . En México el abanico de propuestas es amplio: abarca desde las más delicadas, como las de poesía experimental, o las más nuevo milenio, como los libros de diseñador, las novelas gráficas, los print on demand, los libros ecológicos, los ebooks y las aplicaciones electrónicas. Cuando en 2011, en la FIL, rodeado de libros, el candidato Peña Nieto no supo citar tres títulos, ya pintaban las cosas fúnebres. No sabremos si nuestro presidente leyó o no leyó, si tuvo amnesia súbita ante una pregunta inesperada (vamos, a todos nos pasa). Pero si no leyó, incurrió en omisión, porque los libros ahí estaban, siempre estuvieron. Esta FIL abre ante un panorama triste, de desapariciones y muerte. Si reclamamos un México nuevo, no incurramos en estas vergonzosas omisiones. Los libros están sobre las mesas, hay que leerlos, discutirlos, llevarlos a foro público. Yael Weiss es editora de contenidos digitales del FCE.
El caballo amarrado junto al río; el caballo amarrado al poste de una cancha de vólibol, la hierba hasta las patas; el caballo junto al río es una yegua que pasta con su celo de macho en la basura. Relincharía el caballo, mostraría su crin y se alzaría sobre pañales sucios, cáscaras, pieles de papaya y un balón desinflado; luciría un sudor blanco y espeso; relincharía, pero es un caballo que pasta en la basura. Sería un semental, pero tan sólo agacha la cabeza. Da coces porque el río sería un corcel, pero nunca hace olas; porque, pudiendo ser los dos caballos, uno es un río y otro está amarrado. Asunción, 2 de marzo de 2010 Hernán Bravo Varela (Ciudad de México, 1979) es poeta, ensayista y traductor. Su título más reciente es Hasta aquí (Almadía, 2014), volumen del cual provienen estos poemas.
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Un escritor con todas las letras Carlos Fuentes era lo que los ingleses llaman un hombre del Renacimiento: artista completo, hombre del pensamiento y de la ética. Pudo haber ocupado los más altos cargos internacionales, diplomáticos o políticos, pero eligió ser un escritor con todas las letras. No por eso se olvidó de lo otro ni de los otros. Cuando tuvo la beca de Creadores Eméritos decidió donarla junto con Gabriel García Márquez para una obra de difusión cultural. Juntos eligieron homenajear al gran amigo ya fallecido Julio Cortázar, creando la cátedra en Guadalajara que lleva su nombre. Y cuando decidió que el Instituto Tecnológico de Monterrey necesitaba un mayor contacto con las humanidades creó la cátedra que lleva el nombre de su maestro del alma, Alfonso Reyes, de la que tuve el honor de formar parte del consejo consultivo. Pero eso era sólo el envoltorio del autor que vivirá siempre entre nosotros gracias a su vastísima y deslumbrante obra. Carlos Fuentes era un hombre entrañable y un amigo profundo y consecuente, de infinita generosidad. Elijo recordar hoy uno de los muchos memorables momentos que compartimos. Porque en mi libro entrecrucé a Carlos Fuentes con Julio Cortázar, pero él también supo entrecruzarnos a muchos de sus conocidos. O desconocidos. Así, cierta tarde de marzo de 2002 atendí en mi casa de Buenos Aires una llamada telefónica que me sorprendió. Del otro lado de la línea una voz de mujer preguntó si hablaba con Luisa Valen“Pudo haber ocuzuela, la escritora. Con cierta desconfianpado los más altos za contesté que bueno, sí, tras lo cual la cargos internaciovoz insistió: ¿Y de chica fuiste al Belgrano nales, diplomáticos Girls’ School? Efectivamente. La mujer de o políticos, pero elila voz optó entonces por presentarse: Soy gió ser un escritor Rosalía Fuentes, fuimos compañeras en con todas las leel primer año del bachillerato, no te vas tras” a acordar. La recordaba. Quiero agradecerte, dijo ella. ¿Agradecerme qué? Que gracias a vos Carlos Fuentes escribió una cosa muy linda sobre la cieguita en la milonga. Mencioné que Carlos cada vez que volvía a Buenos Aires recordaba a la tal cieguita y pedía volver a esa milonga que ya no existía más… Pero vos, le dije a la Fuentes del teléfono, ¿qué tenés que ver con esto? Mucho, me contestó; la cieguita soy yo. De tal manera no sólo supe de la enfermedad progresiva y hereditaria de mi antigua compañera de colegio sino también del primer adelanto publicado en un diario local de ese libro que sería el alfabeto personal de Carlos Fuentes, el extraordinario En esto creo. Donde en el rubro Amor, entre variados temas más íntimos, podemos leer: “Una noche en Buenos Aires, descubrí, no sin pudor, emoción y vergüenza, otra dimensión de la mirada amorosa: su ausencia. Nuestra amiga Luisa Valenzuela nos llevó a mi mujer y a mí a un sitio de tango en la larguísima avenida Rivadavia. Un salón de baile auténtico, sin turistas ni juegos de luces, las cegadoras strobelights. Un salón popular, de barrio, con su orquesta de piano, violín y bandoneón. La gente sentada, como en las fiestas familiares, en sillas arrimadas contra la pared. Parejas de todas las edades y tamaños. Y una reina de la
foto: ARCHIVO MILENIO
Luisa Valenzuela
carlos fuentes
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La mujer de la voz optó entonces por presentarse: Soy Rosalía Fuentes, fuimos compañeras en el primer año del bachillerato, no te vas a acordar. La recordaba. Quiero agradecerte, dijo ella. ¿Agradecerme qué? Que gracias a vos Carlos Fuentes escribió una cosa muy linda sobre la cieguita en la milonga”
pista. Una muchacha ciega, con anteojos oscuros y vestido floreado. Una Delia Garcés renacida. Era la bailarina más solicitada. Dejaba sobre la silla su bastón blanco y salía a bailar sin ver pero siendo vista. Bailaba maravillosamente. Le devolvía al tango la definición de Santos Discépolo: «Es un pensamiento triste que se baila.» Era una forma bella y extraña de amor bailable, simultáneamente, en la luz y en la oscuridad. La media luz, sí.” Formas de la sensibilidad de este amigo que amaba el tango pero más que nada amaba a sus gentes. Carlos Fuentes era alguien que sabía estar en todas partes además de interesarse por todos los temas. Alguna vez pensé que actuaba como si tuviera un doble, porque su actividad social (en ambos sentidos de la palabra) no parecería dejarle tiempo para escribir. O para dormir. Y sin embargo escribía incansablemente, porque ese era el motor de su vida. Como en el cuento de Henry James “La vida privada”, en el cual un dramaturgo de asidua presencia en los círculos intelectuales británicos tiene un íncubo o sombra que le escribe los textos tan aplaudidos. Él supo reír de la idea. Ese hombre de tan austera y circunspecta apariencia tenía un admirable sentido el humor. Y solía estar muy atento al tema del doble y del fantasma, esas vías de acceso para ver y traducir lo que está inscrito más allá de la barrera de la muerte. Y también para denunciar esa imposibilidad humana: la mismidad. Somos a la vez nosotros y el otro que dormita en la penumbra inconsciente, y en cualquier momento puede despertar de un salto para atacar a traición, y si la literatura romántica hace su agosto con amenazas semejantes, la literatura de Fuentes le confiere un estatus inquietantemente contemporáneo. Carlos Fuentes, malabarista del símbolo, trabajaba las eternas incógnitas hasta exprimirles las últimas gotas de una verdad siempre elusiva pero siempre presente, entrevista a través de la transparencia de las cosas, de los seres y los hechos, o mejor dicho de su insinuante translucidez. No hay región más transparente del aire que perdure como tal en nuestro mundo contaminado y corrupto, hay sí novelas que señalan el cambio y juegan su juego de develaciones. No siempre se trata de personajes dobles que se espejan entre sí, en muchos casos suele tratarse de la inconfesable duplicidad del uno. Una puesta en escena de la célebre frase de Rimbaud, je est un autre, otro tan extremo que llega a confrontarnos. Somos nosotros y el otro, aquél que dormita en la penumbra inconsciente y en cualquier momento despierta de un salto y se convierte en amenaza. “Tú te preguntas si todo el universo tiene su doble. Es posible. Pero ahora sabes que aunque sea cierto también es peligroso”, dice Escipión Emiliano en Las dos Numancias, mientras monta guardia en la Numancia virtual creada por él --es decir por el autor-- a la vera de la otra, reflejando el vaivén entre la sufriente y asediada ciudad de la realidad y aquella inexistente que acabará por destruirla. La obra de Fuentes enfrenta y conjuga dos mundos igualmente reales: el de la imaginación y el de los hechos, y se vuelve deslumbrante porque nos permite atisbar el punto secreto donde ambos se conectan. De su primera novela a sus libros de ensayos, la obra de Carlos Fuentes avanza hasta ingresar en el imaginario como en una iniciación. Por eso y por tanto más, le estaremos eternamente agradecidos.
Luisa Valenzuela es autora de Entrecruzamientos, un ensayo en donde se establecen sincronías y convergencias entre Julio Cortázar y Carlos Fuentes.
FRAGMENTO DE PANTALLAS DE PLATA El periódico te informa esta mañana que tú (espectador) entrarás al barracón por una calleja estrecha llena de inmunda papelería que alberga millones de animalejos, cucarachas sobre todo. Sentirás a los pocos minutos de sentarte una insoportable picazón en el cuerpo que te subirá hasta la cabeza a medida que un ejército de chinches y pulgas llegan para alimentarse de ti a sus anchas. Confirmarás que la película que se exhibe no es la anunciada, los anticuados aparatos cortan constantemente la cinta, la proyección es movediza y las películas se pasan en tan malas condiciones que el espectador (tú) prefiere fijarse mejor en los anuncios que se proyectan entre corte y corte o alarmarse por las faltas al pudor que te circundan, amplificadas por la ausencia de aparatos sonoros en estos bodegones donde las parejas van a dar rienda suelta a sus amoríos. Estás advertido: te asaltarán olores nauseabundos, te amenazarán el peligro de un derrumbe, pescar un resfriado (incluso una pulmonía) al salir por corredores encajonados, verdaderas trampas en caso de incendio, y a la salida del cine te envolverán los olores de múltiples fritangas que se instalan frente a la entrada y lados del salón. Correrás además el peligro de ser atropellado en las calles estrechas y congestionadas. ¿Cómo vas a soñar en estas condiciones con Vilma Bánky o Gloria Swanson, sentado en una pocilga maloliente donde no es Clara Bow la que te ofrece su carne sino una jovencita incauta embaucada seguramente en una de estas mismas salas oscuras, de donde ha salido rodando a los cabarets y los prostíbulos? Una carne morena, polveada, picada de viruela, se levanta entre tu sueño de plata y tu realidad de barro. Pero hay quienes piensan en ti, espectador. Pierde cuidado. Los señores Balmori (Rafael y Vicente) inauguran esta misma noche un teatro que es la antítesis de los horrorosos bodegones denunciados por la prensa: un cine para ti, que es la última palabra en confort, limpieza, excelencia técnica. Un cine para ti: para la gente decente. Sólo un problema: ¿cómo llamar a este templo del séptimo arte? El Universal Gráfico ha abierto un concurso (lees en el propio diario) para darle un nombre al nuevo teatro, el primero que se construye en la América Latina ex profeso para el cine sonoro. Según el propio periódico, ha habido una reñida pugna por los premios de cien pesos para el autor del mejor nombre y de cincuenta pesos para quien ofrezca el mejor lema, sumas nada despreciables cuando, según lees en la aledaña columna del mercado de cambios, el peso mexicano está a 2.11 por dólar y su valor es infinitamente superior al de las divisas europeas: nueve centavos mexicanos por un franco francés de la Tercera República; un tostón a cambio de un teutónico reichsmark de la República de Weimar; once centavos por una lira fascista de la Italia de Mussolini; veintitrés por una peseta española de la dictadura de Primo de Rivera-Dámaso Berenguer y de la marcialidad del general Millán Astray, creador del Tercio Extranjero y vencedor de las campañas contra los moros del Rif, quien se encuentra hoy mismo en México, como invitado de honor del gobierno y a efecto de participar en la romería anual de la Covadonga y de inaugurar tu cine, el cine Balmori. Han llovido, pues, las sugerencias para darle nombre al lujoso cine: desde las más llanamente razonables (“Cine Roma, por estar situado en la colonia que lleva ese nombre”) hasta las más delirantes (“Gran Cine Emperador del Arte Latino, porque el nuevo teatro, orgulloso de sí mismo, altivo se ostenta ante el mundo de las artes, como diciendo: Venid, ¡oh, musas de la Inspiración Divina! Llegad a la tierra de Anáhuac, donde podréis contemplar el grande emporio de las bellas artes latinas y en donde rige como Emperador el sublime y talentoso genio del Indio Azteca, y por tanto, siendo el nuevo cine el orgullo de nuestra amada raza, justo es que se llame como yo propongo”). Imaginación no ha faltado en el concurso de los señores Balmori, empresarios; Cine Universal (“este nombre no admite discusión, abarca lo mundial, lo más grande: el Universo”); Cine Dulcinea (“Símbolo del ideal amado, voz de dulcísima cadencia que vive con la más bella modulación del amor, voz de seda que vibra como el triunfo idealista del idioma”); Cine Cristóbal Colón (“así como el insigne navegante atraviesa el océano y descubre un mundo desconocido, así este nuevo teatro descubrirá…”); Templo de las Vibraciones; finalmente Gran Cine Pelisono (película + sonido). Con razón, advierte el periódico, los señores jurados se han visto en aprietos: Netzahualcóyotl, Dolores del Río, Ramón Novaro, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Cine Tardán (“su voz se escucha hasta Yucatán”). Cine Astray, por supuesto, “en honor del distinguido visitante, el general español”. Y si estos títulos bien merecen cien pesos al tipo de cambio de dos por uno, ¿qué decir de los lemas, conceptuosos, abundantes, originalísimos, que apenas serán recompensados por el premio de cincuenta pesos? Pantallas de Plata es el último libro que escribió Carlos Fuentes, recién publicado por el sello Alfaguara.
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un Pérez Reverte DE FICCIÓN Por Élmer Mendoza
FOTO: ARCHIVO
Frente a Ojo de Liebre, en Baja California, fue atacado por un enorme cetáceo blanco que lo convenció de que el hombre está condenado a tropezarse más de una vez con lo que sea”.
ARTURO PÉREZ REVERTE
Arturo Pérez-Reverte está en la FIL. Eso significa que nos visita uno de los novelistas más leídos de las últimas décadas, un conocedor riguroso del Siglo de Oro español, un columnista notable y un miembro de la Academia Española de la Lengua. A modo de bienvenida, una semblanza de Élmer Mendoza, su camarada de armas y uno de los grandes narradores mexicanos. En un lugar de la Mancha nació Arturo Pérez-Reverte. Poco se sabe de su niñez, salvo que era delgado, un lector voraz y que lo veían recorrer grandes distancias en un triciclo ayudando a niños en problemas con sus deberes. Cuando creció hizo lo mismo, primero en una bicicleta y después en una moto. No hubo chica que no recibiera orientación sobre la obra de Francisco de Quevedo, el trinomio cuadrado perfecto o el bosón de Higgs. En Acapulco se inscribió en una escuela de clavadistas pero lo expulsaron porque le ganó al mejor. Al día siguiente, en la tumba de Cervantes, descubrió su vocación de escritor. Antes de ser un autor de prestigio fue corresponsal de guerra. Cuando cubría la guerra de Troya conoció a un soldado ciego que se mantenía quieto, en cuanto escuchaba el choque de las espadas se alejaba lo más posible para no ser afectado; advirtió que para mantener el espíritu
apaciguado repetía versos que Arturo México y publicó que era un capricho de creía identificar. Uno de sus reportajes unos príncipes idiotas. O te aplacas o te más famosos es aquel en que narra cómo expulso de la escuela de la vida. Entonces los romanos emborracharon a los sabinos Arturo, Usted y los que son como usted, para quedarse con sus mujeres. Años des- me la pelan, tuvo que escapar por piernas pués, mientras cubría la guerra de los por antiguas veredas impracticables ante Treinta Años y se aburría soberanamente, el feroz acoso de la escolta. Afortunadarecordó su visita a la tumba mente, estaba investigande Amadeus, que le reveló do para escribir una novemás o menos lo mismo que la sobre el 2 de mayo de don Miguel. 1808 y sabía que ese parSu primera novela fue que tenía sus misterios. acogida por una crítica deli“Cuando cubría Compitió en la olimrante que de inmediato lo la guerra de Troya piada de Barcelona en propuso para recibir el preconoció a un soldaequitación. En un rocín mio Cervantes. Coño, ese do ciego que se esbelto, criado en Sinaloa, húsar es la hostia, argumenmantenía quieto, en con herraduras de plata, se taban, mientras el autor encuanto escuchaba el hizo con la medalla de oro trevistaba a Napoleón justo choque de las espaen Doma Individual ante antes de la batalla de Waterdas” el beneplácito de la crítica loo. Meses después, cuando extranjera, que como no lo se enteró, se puso a estudiar había considerado antes esgrima con la misma suerte decidió ocuparse de él. Fue que en la escuela de clavadisla primera vez que lo llatas. ¿Por qué a algunos los maron pinche gachupín y expulsan de todas las escuelas? Se pregun- le reclamaron por los indígenas asesinados taba, seguro de que en el cole se escapó por los conquistadores. Él les dio por culo por los pelos. Te seré franco, le dijo Fran- y se hizo amigo de Germán Dehesa, que co con gesto adusto, un día en que los dos con su fina ironía le enseñó que para todo paseaban por el Retiro, era una tarde de mal mezcal y para todo bien también. La invierno. Me tienes hasta los cojones, era verdad es que él no deseaba competir porlo mismo que le había dicho Juan Prim que iba a cantar Amigos para siempre pero cuando cubrió la intervención francesa en P. Domingo ejecutó una expulsión que le
faltaba y en vez de cuatro tenores fueron tres. ¿Por qué se enojó Domingo? Porque Pérez-Reverte le explicó que tenor no era un derivado de tenorio, como explicaba a las jóvenes sopranos que babeaban por él. Hastiado del deporte y del canto vendió su caballo y su tololoche, compró lo que quedaba del Pequod y se fue a recorrer el mundo. Todo iba bien hasta que frente a Ojo de Liebre, en Baja California, fue atacado por un enorme cetáceo blanco que lo convenció de que el hombre está condenado a tropezarse más de una vez con lo que sea. Le ofrecieron el Tramp Steamer pero declinó amablemente. Luego, en un cementerio de Ketchum, Idaho, adquirió el Pilar, en el que recorrió el Caribe perseguido por grandes peces que lanzaban mordiscos a un costado de la nave; tuvo que fondearlo en Formentera, donde visitó a Robert Graves que había leído su reportaje sobre las sabinas y quería casarse con una. Durante dos años recorrió las Baleares; en una hizo amistad con George Lucas, que intentó crearle un personaje para que cubriera la guerra de las galaxias, pero él deseaba conocer Culiacán donde una mujer lo había soñado justo la noche en que su esposo fuera ejecutado al bajar de su avioneta, y pretendía convencerlo de que el patio de su casa era particular. Pérez-Reverte percibió que no le pedía nada y continúo sus proyectos de escritura. Encendió un par de velas en la tumba de Sor Juana y se encerró a escribir en el camarote del capitán del Nellie, el último bergantín que tuvo antes de comprar el Nautilus, que es la nave en que ahora recorre los mares, comenta con sus seguidores de Twitter y medita en volver a cantar o participar en alguna olimpiada como esgrimista o clavadista. Ya lo veremos. Por lo pronto, protegido por los grafiteros del mundo y un espadachín que no silba, se halla tranquilo.
Élmer Mendoza (Culiacán, 1949). Novelista. Autor, entre otras, de Un asesino solitario y Balas de plata. Su último libro es El misterio de la orquídea calavera.
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Ladydi :el libro que se convirtió en protesta
Mónica Lavín Foto: ALEJANDRO DOMÍNGUEZ
Mónica Lavín no para de escribir. Es cuentista, ensayista y novelista. Ha publicado libros de divulgación científica, antologías y crónica gastronómica. Su último libro es Doble Filo ¿Qué debe tener un libro para que sea bueno? La posibilidad de subrayarlo, frases que se queden por su sabiduría y su belleza.
Foto: ALEJANDRO DOMÍNGUEZ
Alejandra Arteaga Jennifer Clement se enteró que en Guerrero las mamás estaban cavando hoyos y escondiendo a sus hijas en las milpas, o haciéndolas verse feas para que no se las robaran criminales y decidió dedicar 11 años a investigar y escribir sobre esto en la novela Ladydi, Ladydi García Martínez, la protagonista de su historia es una jovencita que vive en la sierra de Guerrero y pasa la vida entre el miedo de caer en manos de los narcotraficantes que se roban a las mujeres y niñas más bellas de la zona y su vida cotidiana entre su madre y sus amigas. El título del libro viene de la protagonista, pero es también un juego sobre la princesa. “Para mí es la anti-cenicienta, porque ellas no van a ser nunca cenicientas”, dice. Hace más de una década empezó a investigar cómo los grupos de narcotraficantes de la zona robaban mujeres. “Cuando escuché que las mamás estaban cavando hoyos y escondiendo a sus hijas en las milpas o haciéndolas feas para que no se vieran, pues me impactó mucho eso, entonces empecé a escribir sobre eso después de once años de investigación”, dijo. En el camino, Clement se dio cuenta que este no era un hecho aislado, que tenía raíces. “Lo que pasa con la mujer en medio de la violencia del narcotráfico, como en Guerrero, no es un asunto aislado, las consecuencias de la violencia en el país sobre la mujer, es una
INTERROGATORIO FILIAS
¿Cuál es tu libro favorito? Luz en agosto , de William Faulkner. JENNIFER CLEMENT
cosa muy fuerte y que no se ha tocado lo suficiente”, dice. Su idea era abordar el tema desde de manera literaria, como una novela, pero sin querer el libro se convirtió en una protesta social. “Ha tenido estas dos vidas: una vida literaria y una vida en donde me invitan de muchas organizaciones de derechos humanos en todo el mundo para hablar del libro y leer del libro, entonces ha tenido estas dos vidas inesperadas, y es un misterio”. Ladydi se ha vendido en 23 países. “(Se ha vuelto un medio para que) gracias a la vergüenza extranjera (de lo que está pasando en México), a la mirada de afuera, las cosas pueden cambiar”, dice la autora.
¿Qué libro te hizo convertirte en escritora? Los cuentos de Cortázar. ¿Cuál es tu género literario favorito? El cuento. ¿A quién admiras en el mundo literario? Raymond Carver, Carson McCullers, Gustave Flaubert y Miguel de Cervantes. ¿En qué momento de tu vida consideras que triunfaste? No sé qué quiere decir triunfar.
¿Cuál es tu mayor miedo? Que se me acaben las ideas. ¿Cuál es tu vicio? El vino y el café. ¿Cuál es tu personaje? La regenta. ¿Qué libro no has leído y siempre has querido leer? A Tristan Shandy. ¿Cuál sería el playlist del último día de tu vida? Los Rolling Stones. ¿Cómo te gustaría morir? En la sobremesa. Alejandro Domínguez
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la pÁgina de jesÚs alejo
La FIL siempre ha tenido sus momentos polémicos relacionados con otros aspectos, no necesariamente con el libro. En una evocación muy rápida, con la presencia de Cuba como país invitado, en la presentación de un número de Vuelta, y de ahí hasta el desliz del ahora presidente Enrique Peña Nieto, cuando apenas era un candidato, o hasta los jóvenes que se han manifestado, en diferentes momentos y por muy diversas razones a la entrada de la Expo Guadalajara. Se esperaba que en el acto de inauguración se dieran protestas en solidaridad con los normalistas desaparecidos en Iguala, pero los llamados se dieron más en la parte oficial… Hasta ayer. Los llamados a manifestarse por Ayotzinapa propiciaron que desde muy temprano se viera a granaderos circular alrededor del espacio ferial. Incluso se colocaron vallas, lo que dificultó un tanto el ingreso a la feria. Afortunadamente, por la mañana la Desde muy Expo estuvo cerrada al público, porque temprano hubo la media jornada se dedicó a los más granaderos de 20 mil profesionales del libro que alrededor circularon por los pasillos de la feria y de la Feria en los hoteles aledaños, todos en juntas, en reuniones para la adquisición de derechos o tan sólo para platicar con sus pares de otros países. A lo largo del día hubo diversas manifestaciones, pero también estuvo el llamado en redes sociales para hacer una marcha más desde los participantes en lo editorial y literario, sin interrumpir una programación que, en total, se integra con más de tres mil actividades. Por eso, en días de feria se camina como pocas veces: de una entrevista a otra, de una presentación a otra; de una entrevista a una conferencia de prensa y de ahí a correr, porque los escritores ya se quieren ir a comer o a tomar la copa mientras se preparan para sus actividades. Y además es correr de un salón a otro, porque son 19 los repartidos en los alrededor de 25 mil metros cuadrados de exposición. Vaya: lo cotidiano dentro de la FIL, incluso las protestas sociales que ya comienzan a hacerse así, cotidianas, en el encuentro, lo que tiene su razón de ser en los cientos de medios de comunicación de diferentes países que aquí están acreditados, lo que no deja de ofrecer una gran oportunidad para hacerse visible.
Foto: cortesía rae
Día de vallas metálicas DON QUIJOTE. Edición escolar de la RAE en el stand de Santillana.
300 años de la Real Academia En México vive uno de cada cuatro hablantes del español: una lengua que une, sin embargo, a más de 20 países, en una unidad que resulta milagrosa, en las palabras de Gonzalo Celorio, pero al mismo tiempo con las “aportaciones de las riquezas lingüísticas locales”. Desde éste lado del territorio de La Mancha, como lo definiera Carlos Fuentes, la lengua se convierte en pretexto para celebrar los 300 años de la Real Academia Española, a través de una serie de actividades en las que estarán representantes tanto de la RAE como de la Asociación de Academias de la Lengua Española, integrada por 22 organismos que decidieron unir esfuerzos alrededor de la que durante muchos años fungió como la mandamás alrededor del idioma. Para comenzar con las celebraciones, a iniciativa de la Academia Mexicana se invitó a Sergio Ramírez a dictar una conferencia en la que se reconoció la unidad y la diversidad de la lengua, pero en especial las aportaciones que desde este lado del océano han dado los pobladores para su enriquecimiento. Miembro correspondiente de la
RAE, el escritor nicaragüense nos recordó las diferentes formas, o sonidos, que puede adquirir nuestra lengua en su recorrido por el continente; una lengua en estado de perpetua invención, aun cuando las preguntas sean cuántas lenguas hablamos, cuántas tenemos: “una sola, diversa y abundante”. “Basta oír esos ecos cantarines, esas parrafadas que terminan atropellando un solo sostenido las palabras mutiladas. Una sílaba comida de más, una entonación risueña, un registro más alto, una muletilla esplendorosa, que se convierten en leves distinciones de un cantar en el que suenen a lo lejos tambores africanos que los esclavos escuchaban en lo hondo de sus sueños, fascinados en un barco que los traía desde Guinea o desde el Congo.” Historias cantadas y contadas que se retratan la vida cotidiana, entre las frases del vallenato y las de un corrido que “refleja a las voces de Juan Rulfo: no vale nada la vida, la vida no vale nada”, evocó Sergio Ramírez, quien de alguna manera se encargó de encender las velas de un pastel que estarán prendidas a lo largo de la semana.
Foto: archivo
Concluyen las celebraciones por el centenario de octavio Paz
OCTAVIO PAZ
A principios de año, toda la atmósfera cultural giraba en torno a las actividades conmemorativas por el centenario de tres referentes de la literatura mexicana: Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas. Las velitas que se encendieron entonces empiezan a apagarse, y la primera de ellas fue la del Premio Nobel, luego de tres días de reflexión y memoria acerca de su vida y su obra. El primer participante fue Fernando del Paso, el segundo Enrique Krauze –en ambas intervenciones con la presencia del titular del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa– y para culminar las actividades tomaron la palabra Juan Malpartida, Brian Nissen, Orlando González Esteva y Christopher Domínguez Michael, modera-
dos por Ricardo Cayuela Gally. Una sesión en la que dominó el reconocimiento a las aportaciones de un hombre de letras que salió renovado con cada nueva lectura que se dio en estos días, en los que también se presentaron algunos de los libros conmemorativos. Pero también fue la noche para recordar al escritor Federico Campbell, quien prácticamente hasta el último de sus días fue colaborador de MILENIO y cuya partida sirvió para la evocación amistosa de un hombre que siempre fue rebelde a través de su palabra; mirada compartida por las palabras de Myriam Moscona, Martín Solares, Humberto Musacchio, Vicente Alfonso y Carmen Gaitán. Así terminó la tercera noche de la FIL Guadalajara.
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Los cocteles no son cosa de señoritas Por Raquel Alegre El agua quina era un medicamento contra la malaria con un sabor espantoso y que lo utilizaban los marineros y exploradores. “¿Qué podía hacer un marinero inglés en un barco sino mezclarlo con ginebra?”, dice el escritor Julio Patán. Hoy, a este trago se le llama gin tonic. Así, a través de 100 cocteles, Patán narra las historias, referencias literarias y cinematográficas de cada uno de estos tragos en el libro Cocteles con historia. Guía definitiva para el borracho ilustrado. Uno pensaría que para escribir un buen libro de coctelería se tiene que desayunar ginebra y cenar con vino, pero aunque la investigación requirió probar cada uno Julio Patán de los 100 cocteles, el au- diversificó su gusto tor lo escribió sobrio. Se por el whisky para necesita un sinfín de re- escribir Cocteles con ferencias culturales, tehistoria. nacidad en los tiempos de entrega e inspiración en Valle de Bravo con muchas tazas de café y uno que otro old fashioned. Para escribir el libro Patán tuvo que diversificar su gusto por el whisky y recordar viejos sabores. Es un texto divertido que ataca los prejuicios sobre la coctelería. “El coctel en general y sobre todo en México siempre ha sido sospechoso, se considera como una especie sólo de señoritas”, dice. Patán, se apoyó en mixólogos y enólogos para los pequeños detalles del libro, entre ellos, su amigo Rodrigo Maceda de la Licorería Limantour. Al final es un libro que aunque no pretende enseñar a nadie cómo hacer un buen coctel, sino disfrutarlos. pero sí hay algunas recetas de algunos de sus amigos.
FRAGMENTO “El Martini” según don Luis Buñuel Benito Taibo En casa de mis padres, los tragos combinados son una tradición desde tiempos inmemorables. Mi padre hacía unos espléndidos Manhattans con los que regalaba a sus amigos mientras la charla se iba poniendo animada. Pero tal vez sea el Dry Martini el que más broncas haya causado en ese bar donde todos opinaban y todos tenían una receta infalible. Luis Buñuel comía en casa por lo menos una vez al mes. Y movía la cabeza negativamente cada vez que probaba algún Martini “infalible” que hubiese preparado uno de los comensales en turno. Hasta que un día, harto, con un gesto fulminante quitó a todos de la barra; nadie me lo contó, yo lo vi preparar esa versión única, como único era su talento. Esta fue la receta: Se enfría la coctelera con hielos (después se sacan del recipiente y se quita cualquier partícula de agua que hubiera podido quedar dentro con una servilleta limpia.) Se añade una cantidad generosa de ginebra. Se acerca la botella de Noilly Prat (vermut blanco) a la coctelera, tan sólo para que el Martini sepa que estuvo allí. Se agita y se bebe (aceituna opcional, pero no se come, se tira). Uno es bueno, dos son magníficos, tres, una exageración.
Alejandro Domínguez Hace dos años, el escritor y editor croata Roman Simic asistió por primera vez a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Quería dar a conocer la literatura de su país y llevar autores mexicanos a Croacia. Inicio el intercambio, las pláticas y negociaciones. Hace un año logró acordar la publicación en México de una antología de cuentos de su país que ya está publicada. Este libro de Ediciones Cal y Arena es el primer anzuelo lanzado al mar de lectores mexicanos con el que espera no solo pescar, sino atrapar el gusto por la literatura de su país. En A todos nos falta algo, Roman Simic reúne los mejores relatos cortos de nueve escritores y uno de su autoría. Las diez historias, con distinta temática, reflejan, dice, las identidades que existen en Croacia, marcadas por la guerra que de un día a otro hizo que Yugoslavia se convirtiera en Croacia, que el sistema político cambiara, que
Foto: césar álvarez
¿De qué escriben en Croacia?
Roman Simic
tuvieran una nueva geografía y empezaran una nueva historia. “La literatura croata es una literatura escrita en una lengua chiquita, somos solo 4 millones y medio de habitantes, pero eso no significa que la literatura por sí misma sea reducida”, dice. “Cada cuento por sí mismo muestra el momento actual croata. Hablan sobre la guerra, la post guerra, sobre las preocupaciones actuales, sobre lo que sufrimos, lo que vivimos y
de los cambios que pasaron dentro de una sociedad que sufrió mucho, que cambió mucho. Pero hay de todo, hay cuentos de humor, de emoción. “, considera. Simi recuerda que durante los años noventa, durante la guerra y la postguerra inmediata, existió la idea entre los escritores croatas que debían tomar una postura a favor o en contra de la lucha, pero luego llegó una nueva generación. “Con la antología quería mostrar cómo después de esta primera ola de los luchadores literarios la literatura incorporó los trazos de la guerra en lo que vivimos ahora. Esta antología muestra que no cesó la guerra en Croacia, hay algo abajo que se quedó y cada autor en su propia manera y en su propio estilo lo saca a la superficie”. Esos autores, dice, son artistas que hablan del momento y el país en el que viven, sin querer ser utilizados por algún fin particular.
La Bolsa del Escritor Mauricio Montiel Figueiras
El editor, traductor y autor de Ciudad Tomada, Mauricio Montiel Figueras, recorrió con FILIAS los pasillos de la FIL para recomendar cuatro libros de su lista de favoritos.
El desencantado, de Budd Schulberg. Editorial: Acantilado.
Sukkwan Island, de David Vann. Editorial: Alfabia.
“Es a mi juicio una de las mejores novelas de la segunda mitad del siglo XX. Retrata con mucha inteligencia y sagacidad los últimos años de Francis Scott Fitzgerald en Hollywood. Trata de su decadencia como escritor y la relación tormentosa con su mujer, Zelda Sayre. El autor trabajó con Fitzgerarld y por eso pudo retratarlo en forma de ficción. No es una biografía, sino una novela biográfica”.
“Es uno de los debuts literarios más estremecedores de los últimos años. La novela fractura hacia la mitad de la lectura y da una nueva dimensión trágica a los eventos que se van narrando. Ahonda con mucha violencia y crueldad en la relación entre un padre y un hijo alienados en una parte de Alaska completamente alejada de la civilización “
La hija del sepulturero, de Joyce Carol Oates. Editorial: Alfaguara.
Perdida, de Gillian Flynn. Editorial: Penguin Random House.
“Es una de las novelas históricas más potentes que he leído en los últimos años. Aborda la historia del Holocausto desde un punto de vista muy particular, que es el de una mujer, hija de un sepulturero, cuyos padres tienen que emigrar a América. Ella va creciendo con la cicatriz de ser judía, en un pequeño pueblo del norte de Estados Unidos”.
“Además de ser una extraordinaria novela policiaca y una novela negra, es una perfecta disección de la relación de pareja. Es completamente realista, demuestra cómo un matrimonio, una pareja, se puede amar al grado de llegar a destruirse”.
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“Mi experiencia como maestra en educación indígena”
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lla sólo hablaba español, pero su amor por la educación indígena la llevó a aprender la lengua yoreme–mayo, que muy pocos conocen. Actualmente, la profesora Alma Fidelia Gómez Llanes, de la Sección 27 de Sinaloa, imparte clases en la “Escuela Primaria Indígena” del municipio de Ahome y su historia forma parte de una de las múltiples experiencias exitosas que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación comparte con los asistentes a su stand de la FIL de Guadalajara 2014. “Mi experiencia como maestra en educación indígena” fue el nombre de su presentación en El Ágora (espacio de expresión que el Sindicato abre para los maestros) donde la sinaloense narró cómo nació su vocación por las lenguas indígenas, a pesar de un problema de frenillo en la parte inferior de la lengua que durante su infancia le impedía hablar de manera fluida. A ella nadie le enseñó. Los conocimientos los fue adquiriendo al entablar conversaciones en fiestas tradicionales. Le gustaba observar, estar cerca de los hablantes e ir repitiendo mentalmente sus conversaciones. “Hoy, mi experiencia en la docencia en las escuelas primarias indígenas incluye hablar, escribir y comprender la lengua yoreme–mayo. Tengo un compromiso con cada uno de mis alumnos: proporcionarle las competencias necesarias para la vida, identificar prácticas culturales en las que estamos inmersos; identificar los conceptos de las matemáticas, del español y de otras asignaturas. Gracias a eso cuento con una mejor visión para trabajar como maestra”. Finalmente, la profesora Gómez Llanes subrayó que con la participación de los maestros, padres de familia y la comunidad se ha logrado elevar la calidad de la educación indígena en cada rincón del estado.
El SNTE, un paso adelante en el acompañamiento de maestros
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n la búsqueda de soluciones para contribuir a la capacitación de sus agremiados, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación creó el Sistema Nacional de Desarrollo Profesional (SINADEP-SNTE), que ofrece, desde el sindicalismo de servicios, acompañamiento pedagógico a profesores, directivos, personal de apoyo y asistencia a la educación, entre otros actores educativos. Esta exitosa experiencia es ahora documentada y difundida a través del libro “Sistema Nacional de Desarrollo ProfesionalSNTE, una propuesta innovadora para la formación y superación profesional docente”, que se presenta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La obra, escrita por los profesores Leopoldo Rodríguez y Jorge Antonio Alfaro, expone cómo surge y opera este moderno sistema, que utiliza la tecnología para llevar cursos especializados a todo el país. La forma de trabajo que propone el SINADEP permite personalizar el aprendizaje de acuerdo a los conocimientos y necesidades de formación de cada maestro. Ofrece cursos en línea de diversas instituciones y del propio Sindicato. En el libro se explica el proceso de transformación impulsado desde el mismo SNTE para innovar en la formación docente, en cuanto a modelos que contribuyan a un mejor desempeño, pero también a alcanzar una educación de calidad con equidad.
Público reconoce presencia del SNTE en la FIL
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os asistentes a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2014 destacaron la importancia de la presencia del SNTE en este evento internacional. Antonio Morales, quien se dedica a la distribución de material didáctico, dijo que la participación de los maestros es necesaria. “Al estar ellos aquí demuestran que les interesa la educación de los niños”. Lilia Mendoza, ama de casa, consideró que los libros escritos por los docentes son de mucha utilidad para los padres de familia. “Me parece muy importante el apoyo que ofrece el SNTE a través del material que está en el stand”. Finalmente, Villey Vinod Carrillo, estudiante de preparatoria, felicitó al SNTE por el uso de nuevas tecnologías. “Me pareció muy bien. Es algo divertido y te entretiene. Sobre todo te muestra las formas de tecnología que existen hoy en día.
Antonio Morales
Lilia Mendoza
Vinod Carrillo
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@delRioPilar La vida a veces trae regalos con los q ni soñamos. Gracias @ claudiapineiro y @lydiacachosi por presentar #Alabardas d #Saramago en #FIL Méx @SMPaternostro Ya llegue...Mañana presento. @glendareyna Listos arrancamos la presentacion del estilo de mi amor eterno @agcgucci @FILGuadalajara @OceanoMexico @Lucialadeflor No nos toque andamos chidos en FIL @jmyaspiik #vivanloslibros #fil2015 @TaniaRendon Iniciamos días maratónicos... ¡A trabajar! #FILGuadalajara2014 @agcgucci El público! Los adoro! #ElLibroDelEstilo @ Feria Internacional Del Libro De Guadalajara 2014 @pedro_Aznar Hoy presentación con la banda en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara! Explanada de la FIL - 21hs @sergioramirezm Recibiendo la medalla conmemorativa Carlos Fuentes en la @ FILGuadalajara de manos de Silvia Fuentes este mediodía @MiguelHerreraDT · Muchas felicidades @kmiret por tu libro, será un éxito! Gracias @benistofeles @benistofeles También en la FIL de Guadalajara nos faltan 43. Y por eso los llamamos todos los días. #AyotzinapaSomosTodos @Taibo2 · Raza: Un contingente de escritores nos vemos a las 6 en las escaleras de la @FILGuadalajara para marchar juntos, únanse #GDL #1DMX
Magris o la sabiduría amable Claudio Magris tiene la tranquilidad —y amabilidad— de los sabios. Charlar con él nos ilusiona sobre la posibilidad de contagiarnos de mesura, profundidad y fineza. Habiéndole preguntado otras cosas previamente, no resisto la tentación de saber, por su propia boca, cuáles son sus autores favoritos. Mi ingenuidad es recompensada con una respuesta generosa: “Me resulta siempre difícil contestar este tipo de preguntas porque gracias a Dios tengo muchos amores y, por lo menos en este sentido, se permite ser polígamo”. Mi encuentro con Magris es breve, pero absolutamente relajado y cordial. Pienso todo el tiempo en El Danubio, su libroviaje, y le pregunto si se percibe reflejado en otras travesías, en otros autores. “Muchísimo —me dice con su armoniosa voz— y a partir de una de las más grandes obras, si no es que la más grande, La Odisea de Homero: la imagen del viaje es la imagen misma de la vida. La gran pregunta es si la vida se cruza llegando al fin a Ítaca. Homero cuenta que después de su maravilloso diálogo conyugal con Penélope, después de una noche de amor, veinte años después de no verla, le dice que tiene que irse otra vez. En el Ulises de Joyce, después de todo lo que ha vivido y sufrido, al fin él vuelve a ser él mismo. En este sentido Homero es más inquietante que Joyce y tal vez por eso Joyce es más simpático”. Imposible no hablar de los tiempos que corren con quien ha visitado magistralmente la historia del Imperio Austrohúngaro, la de ese mundo que empezó a desaparecer
hace cien años con el inicio de la Primera Guerra Mundial. Aun así, pregunto: ¿Hay motivo para el optimismo? “Podría contestar —dice—con una frase famosa de Gramsci, uno de los mayores intelectuales italianos: ‘Pesimismo de la razón y optimismo de la voluntad’. Yo creo que estamos viviendo una especie de cuarta guerra mundial (en el entendido de que la tercera fue la Guerra Fría) y no se sabe de quién contra quién, es de todos contra todos. Acerca de la Primera Guerra Mundial, quisiera contarle una anécdota que hace entender cómo los seres humanos somos incapaces de prever el futuro: un amigo, un viejo historiador austriaco, una vez vino a visitarme a Trieste buscando la tumba de su papá que era un oficial austrohúngaro de la Primera Guerra Mundial, muerto sobre el Carso, y este amigo me contó que su nombre era Adán debido a que cuando su papá se fue a la guerra su mamá estaba embarazada y entonces no se podía saber si sería varón o niña. El papá le dijo a su esposa: si es varón, llámalo Adán, porque esta será la última guerra del mundo y después de la guerra nacerá un mundo de paz, un nuevo Adán hermano de todos, una especie de paraíso terrenal. Y pensando en lo que ha sucedido después, la barbarie de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, esto demuestra cuán ciegos somos, incapaces de ver lo que se avecina. Y al propio tiempo, creo, todos somos como el papá de este amigo”. Así es la sabiduría amable de Claudio Magris.
La voz del Zorro Rojo Por Tania Lara “En el Londres del siglo XIX, donde no existía la luz eléctrica, Stevenson desarrolla una historia única de intriga y suspenso”, cuenta Martín Evelson a los curiosos que se acercaron a tocar y hojear los Libros del Zorro Rojo en su stand en la FIL. Esta editorial independiente de Barcelona publica desde 2004 títulos de autores clásicos como Edgar Allan Poe o Franz Kafka alternados con ilustraciones de Antonio Seguí, Luis Scafati, o Marc Chagall. Los lectores mexicanos quedan fascinados con el acento argentino de Evelson quien les explica con pasión sobre el contexto de la obra, la trama, la traducción y el trabajo de ilustración. “Es mi primera vez en México”, dice Evelson, quien viajó desde Madrid a Guadalajara el viernes pasado.“Me parece que el público mexicano tiene una capacidad de escucha fuerte y lo siento muy agradecido”, agrega. De ciudad en ciudad y de país en país, Evelson hace lo mismo: acercarse a los lectores, relatar historias y mostrarles cada página del libro.“Viajamos mucho”, dice. “Hablo en plural porque somos los libros y yo”. El domingo, por ejemplo, mientras relataba sobre algunos de los clásicos, Evelson descubrió que su interlocutora ya tenía la mitad de los títulos, pero ella protestó cuando él dejó de hablar. “Sigue porque me gusta cómo los cuentas”, le dijo. Su principal objetivo es seducir lectores no sólo a través de la vista sino también de los oídos. “Algo de juglaresco tiene esto”, explica con su
Foto: césar álvarez
#FiliasMilenio
columna de ariel gonzález
MARTÍN EVELSON
bigote afilado al estilo del pintor Salvador Dalí. Como sus lectores, Evelson también recuerda la primera vez que vio un libro del Zorro Rojo. Su mujer y él encontraron en una librería en Barcelona una edición de Drácula ilustrada por Luis Scafati. Eso fue en 2006, y ocho años después, Evelson ya es dueño de todos los títulos de esta editorial. Este argentino tomó todo tipo de trabajos al llegar a España en 2003 hasta que en 2011, consiguió el trabajo de sus sueños, uno que le permite cultivar nuevos lectores mientras promueve el sello del Zorro Rojo. Cuando se acercan los jóvenes se emociona. “A veces noto el impacto y siento que atraviesan el portal de la literatura”.
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crónica
Juan Pablo Becerra-Acosta
La maquinita gris y verde que buscaba corazones heridos... El servicio médico se prepara para atender las emergencias de lectores agotados o que quedan sorprendidos entre los pasillos de la feria más grande del mundo del mundo hispanohablante.
750,000 a 1 millón de visitantes.
650 autores.
34
mil metros cuadrados de exposición.
Foto: CÉSAR ÁLVAREZ
1,500 talleres infantiles
CUIDADO MÉDICO. Una decena de paramédicos carga equipo de primeros auxilios.
44 países representados.
1,900 editoriales.
La mujer, altísima, guapa, de ojos oscuros y enormes, de porte arrogante, hasta impertinente dirían algunos, insolente como la mueca de su boca, apuntarían otros, alertaba y ordenaba a su acompañante, su ujier, un hombre pequeñito y flaco de traje grisáceo que cargaba un portafolio rebosante de papeles y que todo el tiempo caminaba un paso detrás de ella: --Vámonos por otro lado. Ese aparatito, nada más de verlo, nos puede atraer algo infausto. ¡Vámonos! Ni lo voltees a ver... Y sí, huyeron del andador por donde iba aquella maquinita gris y verde que buscaba corazones heridos... *********
20,000 profesionales del libro.
Sus números provocan asombro y alegría, excitación, pero también pueden causar vértigo. Cefaleas. Mareos. Estimulan hasta trastornos somatomorfos. Así le ocurrió ayer a un visitante masculino de Mazatlán: somatizaba todo tipo de dolencias imaginarias. Y no es para menos. Mire usted las cifras, algunas de las coordenadas de la feria más grande del orbe en lengua hispana,
la segunda más voluminosa del mundo: --Aquí hay 34 mil metros cuadrados de exposición. --Durante nueve días vendrán representantes de 44 países. --Habrá más de 750 mil visitantes, quizá hasta un millón de personas. --Más de mil 900 editoriales. --Acudirán más de 650 autores. --Habrá 25 premios y homenajes. --Hay ya más de 20 mil profesionales del libro. --Habrá 64 foros literarios. --Más de mil 500 talleres y 83 funciones de espectáculos en la parte infantil de la feria. “Es como llenar cada día el estadio Azteca. O dos estadios Jalisco. Vienen hasta noventa mil personas cada jornada”, cuenta Juan Pablo Preciado Figueroa, doctor encargado de los servicios médicos de la FIL. Él coordina a cincuenta personas entre paramédicos, operadores de ambulancias, camilleros, enfermeras, médicos internistas y médicos pasantes. Él, Juan Pablo, también está a cargo de cinco binomios o trinomios de personas que van recorriendo pasillos y más pasillos con un aparato bajo los
brazos, una máquina de unos treinta centímetros, con colores grises y verdes, que está ahí por si surge una historia indeseable, una narrativa que podría inspirar a algún cuentista: portan un desfibrilador automático externo. Una maquinita para revivir algún corazón fatigado, enfermo, roto, un corazón que decida paralizarse justo aquí, en la FIL, quizá impactado luego de leer la última página de una novela estrujadora. O un corazón emocionado luego de que su dueño se tope con su escritor favorito, con un narrador que lo emocione hasta distorsionar los registros sistólicos o diastólicos de su alma. Así, así le pudo haber ocurrido a una colimense. A una joven que este día tuvo que ser atendida por el personal médico, el cual la diagnosticó con un “trastorno depresivo”. Por la emoción de los libros, por tantas horas de oler hojas al escudriñar tomos, quizá olvidó tomar su medicamento. “Sí --asienta el médico--, pudo haber suspendido el medicamento sin percatarse”. O, con todo y antidepresivo, tal vez el corazón de la mujer ya sufría arritmias y vino a buscar consuelo entre los miles y miles de libros que inundan los estantes de lugar. Porque aquí, en la FIL, no nada más hay miles de personajes que esperan vivir en cuanto alguien abre un libro, sino que aquí, también, surgen y pululan personajes. Eso dicen...