Filias 07 12 14

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7 de DICIEMBRE de 2014

el lugar de encuentros imprevisibles

Alberto Ruy Sánchez nos regala su homenaje a las librerías. p.6

YO PRESENTO...

La desobediencia de la poesía Andrés Neuman es nuestro argentino del día. p.4

Últimas viñetas

Los 43, Estela de Carlotto, el gitano de las ferias y una marabunta de pubertas: Juan Pablo Becerra-Acosta se despide. p.14

Fotoarte: angélica vázquez

Jorge F. Hernández

“Y son abrazos de oso, son sonrisas, son comentarios vacuos, son felicitaciones sospechosas, son chismes por la espalda, son amores breves”. Martín Caparrós.


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7 de DICIEMBRE 2014

carta de intención

Ha sido un placer… Hasta pronto.

somos lectores

(†) JESÚS D. GONZÁLEZ FUNDADOR FRANCISCO A. GONZÁLEZ PRESIDENTE FRANCISCO D. GONZÁLEZ DIRECTOR GENERAL JESÚS D. GONZÁLEZ DIRECTOR GENERAL ADJUNTO CARLOS MARÍN DIRECTOR GENERAL EDITORIAL HUGO CHAPA GAMBOA DIRECTOR EJECUTIVO Alfredo Campos Director editorial ROBERTO LÓPEZ SUBDIRECTOR EDITORIAL NÉSTOR OJEDA SUBDIRECTOR EDITORIAL HÉCTOR ZAMARRÓN SUBDIRECTOR EDITORIAL carlos puig director editorial milenio digital Bárbara Anderson Directora de innovación editorial RAFAEL OCAMPO Director editorial de deportes MIGUEL ÁNGEL VARGAS DIRECTOR de enlace editorial pedro González director general de operaciones JAVIER CHAPA DIRECTOR general de medios impresos ÁNGEL CONG DIRECTOR de milenio digital ADRIÁN LOAIZA DIRECTOR tecnología y procesos Guillermo Franco director de ingeniería y regulación MAURICIO MORALES DIRECTOR DESARROLLO CORPORATIVO ADRIANA OBREGÓN DIRECTORa COMERCIAL Francisco somohano Director de comunicación estratégica dyana reyes directora innovación comercial VALERIA GONZÁLEZ DIRECTORA CREATIVA tomás sánchez director de mercadotecnia corporativa MARCO A. ZAMORA DIRECTOR PROYECTOS ESPECIALES FERNANDO RUÍZ DIRECTOR PRODUCCIÓN

Feria Internacional del Libro 2014 Carlos Puig julio patán Galia García Palafox Cecilia Estrada Alberto prado angélica vázquez Ixchel vélez

dirección editorial dirección editorial editora editora Diseño Diseño Diseño

Domicilio méxico: Morelos 16, Col. Centro, México, D.F., C.P. 06040 Para Ventas e Informes: T: 5140.2979 / F: 5140.2964 Domicilio jalisco: calzada del águila 81-z, Col. moderna, guadalajara, jalisco, C.P. 44190 Para Ventas e Informes: Conmutador: 3668-3100

PARA HOY

Foto: CÉSAR ÁLVAREZ

Cuenta Jorge F. Hernández que él estuvo en la primera FIL. Desde entonces ha acumulado lo que creemos es el récord de más presentaciones de libros, sin incluir los escritos por él. La presentación es el ritual alrededor del cual gira el resto de la Feria. Para entenderlo mejor acudimos al maestro. Cerramos hoy el primer ciclo de esta nueva etapa. No nos queda más que agradecimiento para los escritores, editores, moneros, ilustradores y otros artistas que aceptaron nuestra invitación para llenar estas páginas con su talento. Prueba de esa generosidad es el regalo de Alberto Ruy Sánchez que hoy publicamos. Ha sido un privilegio tener a Martín Caparrós en estas páginas y, tal como lo imaginamos, Juan Pablo Becerra-Acosta ha mirado a la Feria con un ojo originalísimo y la ha contado con buena prosa. De nuestros colegas de “Milenio Jalisco” no recibimos más que atenciones a lo largo de estos días. Gracias a la FIL, a su presidente, su directora y sus colaboradores, que facilitaron la labor de todos los colaboradores de “Milenio” en todas las plataformas. De lo que se trataba era de celebrar a los autores y sus libros. De jugar con la idea de que todo es mejor si leemos más. Si tocamos con esta idea a un par de lectores, nos vamos satisfechos. Último FILIAS. Ha sido un placer.

Nada tan complicado como elegir entre los cientos de eventos diarios algo que recomendar. Con esa advertencia, aquí van los que pensamos son los imprescindibles de la jornada.

Espectáculo en Foro FIL

Ariel Ardit rendirá un homenaje a Anibal Troilo, mejor conocido como Pichuco, quien fue un gran director de orquesta de tango argentino en el Foro FIL a las 21 horas. Los conspiradores y las vergüenzas de México

Uncle Bill

Francisco Martín Moreno, Alejandro Rosas, Benito Taibo y Eugenio Aguirre presentan la obra Los conspiradores y las vergüenzas de México. En el Salón 3 a las 13 horas.

El escritor y diseñador gráfico conocido como Bef presenta su novela gráfica Uncle Bill en el Salón 2 a las 18 horas.

Este cuento no ha acabado. Colección de clásicos para niños

Ricardo Cayuela, Karen Coeman, Norma Torres y Carla Hinojos presentan la colección Cuentos clásicos para niños. Salón José Luis Martínez a las 16:30 horas.


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Paparruchas. La columna de martín caparrós

La fin

Se sienta entre el caos, los gritos, los chicos chicos que berrean, muchachos y muchachas que se miran como quien se busca la sección más comestible, muchachos y muchachos que se empujan pegan carcajean como quien se prueba, muchachas y muchachas que se retocan repeinan como quien se cela, señoras que llevan a esos chicos, señores que llevan traje de que sí son alguien, ayotzinapos que cuentan hasta 43, expositores atareados, editores atareados, periodistas atareados, escritores que ponen cara de atareados, más chicos chicos que berrean, muchos más muchachos y muchachas y los colores y el ruido y los carteles y los trajes y los tropiezos y los bolsos y los globos y los libros y los muchachas y muchachos y los chicos y se pregunta, despacito, como quien sabe que de todos modos no va a poder oírse, dónde se irá todo esto hoy a la noche, cuando el último apague al fin la última luz. Y no tiene, por supuesto, una respuesta. –¿Te imaginas este lugar lleno de pienso para vacas, de zapatos de dama, de tornillos hidráulicos? –No sería este lugar. Será. Durante ocho días se produjo, aquí, un raro fenómeno que se produce cada año, puntual, raro. Durante ocho días hubo cientos, miles de personas hablando de libros: hablando –incluso, a veces– de lo que se dice en ciertos libros. Hubo personas hablando de los años ochentas los padres los abuelos la mujer las mujeres el hombre en el mundo el hambre en el mundo el rock nacional la jurisprudencia castellana los perros de caza la novela testimonial regiomontana y tantas otras cosas. Hubo personas –muchas más personas– escuchando hablar de los años ochentas los padres los abuelos la mujer las mujeres el hombre en el mundo el hambre en el mundo el rock nacional la jurisprudencia castellana los perros de caza la novela testimonial regiomontana y tantas otras cosas. Durante ocho días nos creímos un poco más cultos, un poco mejores. Todos: los que se sienten más cultos porque vienen a mirar libros o a escuchar escritores; los que nos sentimos mejores porque alguien piensa en mirarnos o escucharnos. –Disculpe joven, ¿usted su nombre cómo era? –Rabindranath Tagore. –Claro, ya decía yo. Es la felicidad, o su mejor remedo. Suponemos, durante ocho días, que hay quienes quieren escucharnos. Y no sólo escucharnos: los invitados extranjeros agradecemos particularmente que la proverbial hospitalidad mexicana lleve a la FIL a contratar a esos figurantes que te paran de tanto en tanto para decirte cuánto les gustó tu último libro –la mayoría no precisa: flojos de guión dicen “tu último libro”– y qué bella tu prosa y que si no les regalarías un selfie con ellos. Porque, está claro, un autor es, ahora, un buen decorado para selfies. No tan bueno, por supuesto, como un zaguero o una rubia, pero con ciertas ventajas específicas: –¿Usted es escritor, no? –Lo que usted diga, señora. –Vamos, usted es. ¿Se puede sacar una foto con la nena? Es que ella está empezando a leer, sabe, tenemos que ayudarla. Además este año, sabemos, la invitada especial era Argentina. “Se diría que su stand pretende entusiasmar a cualquier país en crisis, darle ánimos, decirles: nosotros, peor”, escribió en elmundo.

¡En mi mesa puede faltar de todo, menos vino!”

es el jerezano Juan Bonilla, reciente premio Vargas Llosa por una gran novela, Prohibido entrar sin pantalones. Un envidioso. –Otros años, por acá no se podía ni caminar. Me decía una editora conocida mientras pasábamos por la zona reservada al stand del país invitado. –Lo que pasa es que esto no te invita a quedarte, no hay nada que hacer. Si no fuera la Argentina, uno no se sorprendería de que el stand fuera tan pobre, tan antiguo. Pero siendo… Remató, porque todavía cree en el mito. Un escritor mexicano se quejaba de que no había aprendido nada nuevo sobre la literatura argentina, que ninguno de los grandes actos de la Feria había sido argentino, que en el stand argentino faltaban libros de muchos autores argentinos y sobraban –él dijo que sobraban– los de Chéjov o Hemingway o Adorno, que todavía no pidieron la ciudadanía. Hay gente que tiene mucha envidia: la presencia de la Argentina en la Feria fue, por supuesto, un éxito; no se sabe bien cuál, pero algún éxito. –Oye, esa foto tan grande de esa señora mayor con un hombre más joven, ¿es de alguna novela? Pero el verdadero milagro de la FIL es que, por unos días, convierte el pueblito virtual de la literatura en un espacio real. Nos encontramos, nos vemos, toqueteamos. Nombres con los que duermen nuestros nombres en las mesas de las librerías, los estantes de alguna biblioteca, nombres que tenemos en nuestras listas de correos y de odios y de amores, nombres que son siempre nombres vuelven de pronto a ser personas. Y son abrazos de oso, son sonrisas, son comentarios vacuos, son felicitaciones sospechosas, son chismes por la espalda, son amores breves. En cada FIL se produce –y se consume– esa forma flou de la amistad que consiste en saberse pero no verse y, de tanto en tanto, quererse mucho aunque no mucho tiempo. De pronto somos tan amigos de personas que no veremos en un año o dos pero, estos ocho días, bebemos con ellos más copas que las que podemos contar, comemos más gratis que lo que osamos contar, pasamos más vergüenzas y cruces y rayas que las que debemos contar. –¡En mi mesa puede faltar de todo, menos vino! Grita un editor potente para sintetizar este momento –y después se calla y el vino se termina y la fiesta se acaba, y todo vuelve a su virtualidad: a su silencio, a sus palabras sólo impresas. Porque ya pasó el tiempo. Empezó hace ocho días: hace ocho días el tiempo era infinito. Estaban por suceder miles de cosas: un mundo que se abría y parecía interminable. Ya pasó, ya se acabó, no existe. Si no me creen, pregúntenle a Quasimodo.


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El argentino del día

Andrés Neuman: el músico de las letras ¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser escritor? Fue un martes, a la 5:10. No es cierto. Más que un momento fue una etapa. Yo tendría 10 u 11 años y estaba estudiando violín, porque mi madre era violinista. Me impacientaba muchísimo de estudiar y hacer escalas; era algo que me llenaba de ansiedad y de congoja, esa repetición y esa paciencia. Pero cada vez que pasaba en limpio una página, y hablo de la época jurásica, en la que no había computadora y pasar a limpio significaba pasar una página entera con dos dedos, que eran los más lentos del Río de la Plata, en una Olivetti turquesa, en lugar de cansarme o aburrirme era muy feliz. Quiero decir con esto que la paciencia no se aplica igual para todos los órdenes de nuestra vida y creo que una vocación se detecta no tanto por el placer de hacer cosas sino en el placer un poco más retorcido de intentarlo una y otra vez. Creo que la vocación literaria no se reconoce tanto en alguien al que le guste escribir, lo cual es hermoso, sino en alguien al que le guste reescribir y corregir, del mismo modo que un deportista no se reconoce en que le guste jugar un rato al futbol, que le gusta a todos, sino en que le guste entrenar. ¿Cómo se combinan estas dos pasiones en tu vida que son la música y la poesía? Literalmente de oído. Creo que a veces olvidamos la mitad de la literatura e insistimos en que la literatura o el arte en general consiste en expresarte, en transmitir emociones e ideas. Por supuesto es eso, pero no menos importante es recordar que el arte y la literatura especialmente, además de la música, consiste en escuchar lo que hace o dice el otro; observar y escuchar es la mitad de la literatura. Lo que tienen en común, entonces, un poeta y un músico es que prestan una atención desmesurada a los sonidos, que de algún modo se relacionan auditivamente con la realidad, y eso no vale solamente para hablar, sino también y sobre todo para escuchar. No solo aplica a la poesía. En la narrativa, para narrar de una forma interesante, necesitas escuchar lo que te dice el personaje, observar lo que hace el prójimo, de algún modo vampirizar aquellos detalles o gestos de la realidad que te pueden servir para tu libro. Siempre decimos: un músico es alguien que canta bien o que toca bien; sobre todo, es alguien que escucha bien y que se relaciona de modo microscópico con cada pequeño sonido. Eso sería quizá también un poeta, solo que sus sonidos son de orden verbal. En momentos de crisis, ¿qué hace la literatura para ayudar a resolver eso? Hay que tener en cuenta que los movimientos cívicos no pueden progresar si no nos hacemos cargo de que el compromiso no va por gremios. No hay gremios o no debería haber gremios especializados en el compromiso político, todos los ciudadanos deberían sentirse implicados. Al menos hasta ciertas generaciones anteriores, parecía creerse que los escritores pueden ser portavoces casi exclusivos o que los llamados --esa palabra que me parece ridícula-intelectuales tenían que hablar por nosotros. Uno de los problemas de la falta de representatividad de la democracia es que siempre delegamos demasiado en que otros se expresen o nos representen. Es importante saber que la literatura puede hacer algo, pero en tanto parte de la ciudadanía, no en tanto parte de un sector más o menos privilegiado o iluminado de la opinión colectiva.

Foto: césar álvarez

El narrador y poeta argentino Andrés Neuman encontró su vocación a partir de un hastío. Tenía 10 años y sus clases de violín eran un martirio, porque tenía que repetir escalas y transcribirlas a máquina. Fue en esa Olivetti, tecleando con dos dedos, “los más lentos del Río de la Plata”, que descubrió que le fascinaban las letras, en el sencillo ejercicio de pasar en limpio.

Andrés Neuman por Alejandra Arteaga Aparte de escribir sobre este asunto (la crisis), creo que la literatura puede tratar de leer de otra manera y contribuir a clarificar, a releer los conflictos. Es una doble vertiente. Por un lado, hablar sobre esto en artículos, hacer una alusión periodística o más o menos una reivindicación política. Eso me parece muy bien, y de hecho me considero una persona política, en tanto primero ciudadano y casualmente escritor, no porque soy escritor. También es tratar de leer de otra manera los fenómenos. La poesía puede, por ejemplo, sacar conclusiones valiosas respecto de qué tipo de inflexión se ha producido en la conciencia pública. Tengo esa sensación con el caso de los 43 normalistas. Una de las cosas que estaba pensando el otro día es que cuando a uno de los cadáveres que encontraron, uno de esos cadáveres sin rostro a los cuales habían intentado no solamente asesinar y despojar de su vida, sino también despojar de su identidad, le quitaron la cara para convertirlo en nadie, manejaron mal la metáfora porque esa cara, por no tener cara, ese cuerpo, se convirtió en todos. Querían convertirlo en nadie y lo convirtieron en todos, porque todos le pusimos nuestra cara a ese cadáver. ¿Crees que por naturaleza la poesía es combativa? No, creo que la poesía por naturaleza es desobediente. Esto quiere decir que si todo mundo se pone de acuerdo para que la poesía sea combativa, lo que deberían hacer los poetas es no serlo. O sea, lo que la poesía no recibe es órdenes. La poesía no debe ser nada: que sea lo que le dé la gana, porque es un producto de libertad absoluta. Uno de los pocos productos que tenemos de libertad es el término creativo. Porque, claro, si hacemos una cédula de compromisos obligatorios, nos convertiremos en soldados de una supuesta idea. Me encanta que los poetas se comprometan, pero no por obligación, sino porque se sientan impelidos a hacerlo, como te digo, primero en cuanto ciudadanos. Porque el taxista o el panadero que dicen: “No, yo no soy intelectual, yo no puedo opinar” pagan los mismo impuestos que yo y van a los mismos hospitales y pasan por las mismas carreteras. Entonces esto es de todos, y como estamos hablando de violencia estatal, entonces esta violencia representa a todos esos ciudadanos y son todos esos ciudadanos

los que deben exigirle a su Estado que deje de ensuciarlos. ¿Lo que escribes te brota de repente o es vivir lo que te hace escribir? Creo que es un camino de ida y vuelta permanente. Creo que hay una dicotomía falsa entre experiencia biográfica y experiencia cultural y creo que es falsa y muy frecuente porque cuanto más cultura absorbes, más matizada y rica es tu vida. Te voy a poner un ejemplo tonto, casi adolescente: ¿quién puede besar sin el cine? O sea, nosotros besamos porque hemos visto cine, nos besamos de un modo determinado porque lo hemos visto en el cine, igual que en cierta época la gente fumaba como en el cine. La gente se expresa como ha leído, incluso durante siglos la sociedad se ha enamorado como ha leído la poesía de amor. Entonces por un lado la cultura nos permite ordenar y profundizar en lo que llamamos vida real o emociones propias; pero por el otro lado, en cuanto más hayamos vivido, cuanta más intensidad tengan nuestras experiencias biográficas, más riqueza tendrá aquellas ficciones que creemos. Cuando leemos un libro, o cuando vemos una película, a veces tenemos la sensación de que esa persona ha vivido intensamente lo que está contando, y por tanto esa ficción queda más rica. Entonces son los dos mecanismos: leer es vivir dos veces y vivir es leer o escribir mejor. ¿Qué figura literaria te da curiosidad conocer? Quizás, precisamente por esa capacidad de intervenir en el pensamiento de su sociedad y al mismo tiempo trabajar el lenguaje con mucha exquisitez, una sería Virginia Woolf. Ella cambió la percepción de los roles de género de muchos escritores, es decir, hizo una intervención política, pero a la vez fue una de las escritoras con una de las prosas más ricas y experimentales de su tiempo. Porque se pueden hacer las dos cosas. Parece que o escribes un panfleto o eres vanguardista, pero puedes ser experimental y político, y ella lo fue. Además, las clásicas de la literatura se han reivindicado solo por las escritoras y las mujeres. Es una cosa absurda, porque los grandes clásicos como Tolstoi y Cervantes son de todos, pero Virginia Woolf o Clarice Lispector son sobre todo de las chicas. Así que me da mucho gusto decir Virgina Woolf.


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crónica

Parecía que los escritores eran lo más codiciado en esta Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Las filas para las presentaciones de novelas, las largas esperas en las firmas de libros o las incómodas selfies en los pasillos al atrapar a su autor favorito, fueron ampliamente superadas por la expectativa que generó el Jam de Moneros el viernes por la noche. La fila para entrar al salón donde se realizó el combate entre dibujantes mexicanos y extranjeros era interminable. Solo los que se formaron dos horas antes alcanzaron lugar al interior del salón. El escenario estaba puesto. El ring del combate fue una mesa rectangular, con dos sillas frente a las cuales había pliegos de papel blanco apilados, sobre cada uno había una cámara cenital para que en pantallas a los lados el público viera el proceso de cada dibujo. Subieron al escenario los moneros mexicanos, Jis y Trino, que compitieron contra los extranjeros Liniers y Alberto Montt. La música del encuentro corrió a cargo de DJ Rulo. Con música tradicional mexicana empezó el encuentro. Primero se enfrentaron Jis y Liniers. El reto lo puso Trino. Debían ilustrar lo que para cada uno significa la palabra “concha”. Las carcajadas no se hicieron esperar. El público podía ver el proceso de los dibujos en dos pantallas a los lados del escenario. Los dos pintaron una cocha de mar. Jis la dibujó sobre la arena, Liniers sobre la pelvis de una mujer. A Trino y Montt les tocó la palabra “pendejo”,

Foto: PAÚLA VÁZQUEZ

Acaba en fiesta el combate entre moneros

TRINO LANZABA SU TRABAJO EN FORMA DE AVIONCITO

EL MONO COPETÓN

BEF EN ACCIÓN

a los dos se les ocurrió dibujar un mono copetón. La espera valió la pena. Cada vez que los ilustradores terminaban un dibujo, lo firmaban, doblaban el pliego de papel en forma de avión y lo lanzaban al público. Conforme pasaban los minutos más moneros fueron invitados al escenario. Subieron BEF y Peter Kuper. A los dos les tocó enfrentarse Al final, el round que se convirtió en fiesta incluyó nueve moneros y una monera, la colombiana Power Paola, en el escenario, rock de fondo y un público que no dejó de reír y aplaudir.


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crónica

Parecía que los escritores eran lo más codiciado en esta Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Las filas para las presentaciones de novelas, las largas esperas en las firmas de libros o las incómodas selfies en los pasillos al atrapar a su autor favorito, fueron ampliamente superadas por la expectativa que generó el Jam de Moneros el viernes por la noche. La fila para entrar al salón donde se realizó el combate entre dibujantes mexicanos y extranjeros era interminable. Solo los que se formaron dos horas antes alcanzaron lugar al interior del salón. El escenario estaba puesto. El ring del combate fue una mesa rectangular, con dos sillas frente a las cuales había pliegos de papel blanco apilados, sobre cada uno había una cámara cenital para que en pantallas a los lados el público viera el proceso de cada dibujo. Subieron al escenario los moneros mexicanos, Jis y Trino, que compitieron contra los extranjeros Liniers y Alberto Montt. La música del encuentro corrió a cargo de DJ Rulo. Con música tradicional mexicana empezó el encuentro. Primero se enfrentaron Jis y Liniers. El reto lo puso Trino. Debían ilustrar lo que para cada uno significa la palabra “concha”. Las carcajadas no se hicieron esperar. El público podía ver el proceso de los dibujos en dos pantallas a los lados del escenario. Los dos pintaron una cocha de mar. Jis la dibujó sobre la arena, Liniers sobre la pelvis de una mujer. A Trino y Montt les tocó la palabra “pendejo”,

Foto: PAÚLA VÁZQUEZ

Acaba en fiesta el combate entre moneros

TRINO LANZABA SU TRABAJO EN FORMA DE AVIONCITO

EL MONO COPETÓN

BEF EN ACCIÓN

a los dos se les ocurrió dibujar un mono copetón. La espera valió la pena. Cada vez que los ilustradores terminaban un dibujo, lo firmaban, doblaban el pliego de papel en forma de avión y lo lanzaban al público. Conforme pasaban los minutos más moneros fueron invitados al escenario. Subieron BEF y Peter Kuper. A los dos les tocó enfrentarse Al final, el round que se convirtió en fiesta incluyó nueve moneros y una monera, la colombiana Power Paola, en el escenario, rock de fondo y un público que no dejó de reír y aplaudir.


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Sobre el amor a las librerías

Foto: EFE

El amor correspondido en la cueva de los enigmas

Por Alberto Ruy Sánchez El 2 de diciembre fue otorgado por el Instituto de Desarrollo Profesional para Libreros el Premio Mexicano de Libreros Las Pérgolas a Alberto Ruy Sánchez. Sus palabras al recibirlo, como verán, son una declaración de amor por las librerías. Mi agradecimiento a los miembros del INDELI es inmenso y raro. Muchos de ustedes no se imaginan la dimensión que tiene para mí este generoso abrazo que me dan. Desde siempre he pensado que los escritores tenemos la obligación de desligar de la noción de mérito todo reconocimiento o desprecio que reciban nuestros libros. Nunca nadie recibirá toda la indiferencia que se merece o toda la atención. Y es saludable para el escritor y para vivir en paz con su entorno aceptar que los premios son siempre un exceso feliz. Motivo de felicidad. Y, bien lo dijo mi profesor Roland Barthes, la felicidad no tiene que ver con méritos o deméritos, está más allá y ni siquiera es necesario merecerla. Pero este premio tiene además un carácter profundo y muy especial porque la felicidad que me dan es comparable, para mí, a un amor correspondido. He amado a las librerías de maneras que algunas veces han podido ser consideradas patológicas. Dice mi esposa que no puedo entrar a una sin comprar por lo menos un libro. Y bueno, ella no puede negar que ha sido mi cómplice en esta felicidad de encontrar siempre alguna lectura que hemos compartido desde la oficina hasta la cama. Uno de mis más desconcertantes descubrimientos infantiles lo tuve el día en que mi padre y mi madre me llevaron a una librería y mientras ellos buscaban algo para que mi padre se documentara sobre la portada de un libro que iba a ilustrar, me puse a hurgar por los pasillos, utilizando los rudimentos de lectura que mi madre me había enseñado en casa, y descubriendo desde los títulos de los lomos de los libros un mundo infinito de frases enigmáticas. Una librería era una cueva de adivinanzas. Y al lado de los libros que me habían leído y me había fascinado, había otros del mismo color y tamaño que, tal vez, me depararían felicidades com-

parables. Mi madre me recordó el otro día algo de lo que yo ni siquiera tenía conciencia: que mientras mis hermanos ahorraban para comprar juegos o juguetes yo desde muy pequeño lo hacía para comprar libros. Recuerdo claramente el día que me llevaron a la Librería de Cristal de la Alameda. Dentro de un edificio con paredes de vidrio que yo había visto antes que usaban para las plantas extrañas. La belleza del edificio aumentaba con la idea de que la librería era un jardín de plantas extrañas. Me alegra que este premio se llame Las Pérgolas en recuerdo de aquella librería. Cerca de ahí estaba la Librería del Prado, de don Félix Moreno. Que conocí porque en la escuela su hijo, Félix también, fue mi mejor amigo y mi guía de descubrimientos fabulosos en los anaqueles. Desde las entretelas de la familia me fui enterando de las pasiones, alegrías y sufrimientos, fetichismos voraces y angustias económicas y vaivenes de la fortuna de un librero que desde siempre tenía aire de ser de otra época. Aprendí, entre muchas otras cosas, que una librería es el producto de dichas y desdichas humanas convertidas en un lugar especial donde se ofrecen descubrimientos vitales. Deambulando por el centro de la ciudad de México, desde los alrededores del Monumento a la Revolución hasta el Zócalo por la calle de Donceles, guardo la impresión de que había muchas más librerías que ahora. Y nunca he apreciado la imprecisión de llamarlas “librerías de viejo”. Un libro es nuevo cuando llega a tus a tus ojos por primera vez. Sin contar con el olor de esas librerías, reinos del papel experimentado por el fuego de otras manos y miradas, algunas veces de otros siglos. Aprendí que gracias a las librerías los libros viajan a través del tiempo. Cuando nos fuimos a estudiar fuera como pretexto para conocer otros rincones del mundo y transformarnos en los bichos anómalos que ahora somos, Margarita, que se había adelantado unos meses, me descubrió a uno de los libreros más adorables y extravagantes del mundo, George

Whitman y su librería Shakespeare and Co. a la orilla del Sena, frente a la Iglesia de Notre Dame en París. Nos decía que como era un autor frustrado, cada cuarto de su librería era como el capítulo de un libro. Los jóvenes errantes pobres que entonces éramos podíamos quedarnos a dormir en la librería si lo necesitábamos con la única condición de leer un libro. A la entrada de una de las salas, todavía hay un letrero que dice: “Nunca dejes de ser hospitalario para los extraños, pueden ser ángeles disfrazados.” Aprendí que cada librería es distinta como sus dueños pero que en todas hay un rasgo de hospitalidad fundamental. Y que, si nos dejamos llevar, cuando descubrimos en sus anaqueles un libro extraordinario, al leerlo algo en nosotros aletea y nos volvemos sin duda ángeles o demonios disfrazados. Cuando hice la primera presentación de un libro mío quise que sucediera en una librería. Y su directora, Tere de la Rosa, transformó una de sus esquinas, con una alfombra tres sillones y dos floreros, en un escenario arabesco donde Álvaro Mutis y Antonio Alatorre extendieron para mi primera novela la alfombra voladora de sus palabras. Y fue ahí donde sucedió algo mucho más extraño y nuevo para mí, que el primer centenar de ejemplares se fue a la casa de mis amigos y familiares, y a las de una cantidad de desconocidos. Algunos de vez en cuando me lo recuerdan y son ahora mis más íntimos lectores. La librería es ese lugar de encuentros imprevisibles. Yo sigo creyendo que la vida inesperada que han tenido mis libros, que no son bestsellers sino muy tercos slowsellers, se debe en gran parte a la chispa que fue encendida aquella tarde en aquella librería y que muchas veces ha sido encendida en otras con la misma generosidad. En todas las editoriales que me han publicado en diferentes ciudades del mundo he luchado porque los editores tengan como una meta principal hacer que mis libros sean considerados por los libreros de cada país dignos de estar en su fondo. Los libros que hay que tener ahí siempre. Las editoriales abandonan con frecuencia la noción de fondo editorial, volviéndose dependientes de sus novedades. Una y otra vez hay que recordarles que si está bien vender mucho de pocos títulos, vender poco de muchos puede ser mejor de otra manera, algunas veces no menos lucrativa y siempre enriquecedora de la cultura de un país, de la sensibilidad de sus lectores y la posibilidad de multiplicarlos exponencialmente. El azar es el maestro de los encuentros afortunados con un texto, con un autor en su obra. La librería, el ámbito donde ese azar se vuelve posible. Y cuando lectores, editores y libreros han hecho que mis libros tengan ese tipo de ventas constantes a largo plazo que Diderot, el creador de la Enciclopedia, llamaba en su famosa Carta a los comerciantes de libros, de 1767, “la hiperecuación”, me otorgan otro premio. Sigo luchando día a día para que mis libros sean dignos de esa distinción, comenzando por supuesto por su escritura. Mientras revisaba estas notas, en el noveno piso de este hotel, me di cuenta de que es la novena vez que este Premio se entrega y que mis libros de Mogador tienen una composición basada en el nueve. Azaroso trío de nueves que no podría ser sino buen augurio. Y entonces apareció un águila haciendo círculos sobre el edificio de la FIL y a cada vuelta se fue acercando más y más a mi ventana. Pasó unos quince minutos haciendo lo mismo, cada vez más cerca. ¡Hablando de encuentros inesperados y afortunados! Apareció de pronto otra águila volando mucho más alto. Y fue bajando poco a poco hasta girar con la otra. Se acercaron, justo a la altura de mi vista, y se fueron. Inmediatamente las adopté como amuleto. De la misma manera tomo como un buen augurio este premio, que desde ahora mismo atesoro y a cuya buena fortuna me acojo desde este instante.


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Yo... presento Muchos años después, frente al pelotón de lectores en potencia, el obispo de Papantla (con licencia) ha de evocar el día en que lo invitaron por primera vez a la FIL de Guadalajara en calidad de presentador. Sucede que algún día he de hacer la nómina curiosa donde consten todas las presentaciones en las que desde hace veintisiete años he tenido el honor de participar, todas las vicisitudes bizarras que las diferencian y el gran detalle de que en todo este tiempo sólo he presentado un libro mío. A falta de que alguien se animara a presentarlo, yo mismo me presenté: procuré ser amable conmigo como autor, me critiqué un poco, evité burlarme de mi aspecto y, al final, recomendé al público que comprara ejemplares para evitarme la pena de tener que llevármelos de vuelta en la maleta. Vine a la primera FIL porque me dijeron que aquí podría ver en persona a un tal Juan Rulfo, y así en las primeras asistencias a lo que llamaban en ese entonces la Feria (como si fuera libro de Arreola) anduve de caza-autógrafos y catador de tequilas. Quizás eso explica la ocasión en la que llegué embalado y retrasado a un salón ya repleto de público y sin más me senté junto a otros dos sabios (que creí que me esperaban impacientes), y sin más empecé a soltar mi rollo sobre la trama, personajes, desenlace, afinidades cósmicas, y demás guiños de alta literatura. El presentador que se sentaba a mi lado me daba codazos que confieso haber desatendido… Hasta que el otro tomó el micrófono y dijo “Esta es la presentación de “Cactáceas en el Desierto de Sonora”” y tuve que salir ofuscado, avergonzado e intrigado: ¿Cómo carajos se llena un salón de la FIL con la presentación de un libro de cactáceas y luego vienen grandes escritores que tan sólo logran juntar quince o tres, siete o dos asistentes? Están también las muchas ocasiones en que he logrado hacer llorar al autor, con la sincera admiración o el verdadero afecto (o la combinación de ambos) que a veces intento transpirar en las presentaciones, y hubo alguna ocasión en que tuve que defender a un autor novel ante la feroz embestida de un siniestro crítico que me precedió como presentador, cuando en realidad venía como sicario. Queda para la historia de la FIL la gloriosa costumbre de Fernando Rivera Calderón de presentar libros cantándolos o la ocurrencia genial de Xavier Velasco de presentarse a sí mismo por medio de un muñeco de ventrílocuo, y es garantía ya conocida que toda presentación donde anuncien a Trino y a Jis se convierte en una experiencia cósmica similar a la de leer dentro de una lavadora de ropa automática. En un lugar de la FIL de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho presenté un librito con Juan José Arreola en presencia de Miguel de la Madrid y ambos nos zampamos el contenido completo de una hermosa botella de champán (para rematar más tarde en una cantina de prestigio), y podría decirse que fue una gran presentación si no fuera por el hecho de que hablamos de todo, menos del librito que presentábamos. Con Alí Chumacero participé en una presentación que terminó en un ataque de risa incontenible. Nunca supimos bien a bien qué fue lo que provocó la explosión… Así como queda para siempre en el misterio la secreta lista de presentadores que han aprovechado el pretexto de su nerviosismo para solar flatulencias desde el presídium. Llamadme presentador, diría Melville y the plot thickens, dijo Dickens en cuanto a la FIL y no pocas editoriales se les ocurrió que yo sería buen presentador de escritores extranjeros, dado que soy bilingüe en español e inglés. Resultado: presenté a Etgar Keret que habla hebreo y muy poco inglés, a dos serbios, un eslovaco, una rumana y dos poetas del África ardiente que no hablaban nada de inglés. Recurso: fingir que los entendía y repetir fonéticamente –con absoluta precisión—lo que ellos mismos decían en su propia lengua

foto: flickr fil

Por Jorge F. Hernández

Jorge F. Hernández presenta

Dijo “Esta es la presentación de Cactáceas en el Desierto de Sonora y tuve que salir ofuscado, avergonzado e intrigado”.

para que pareciera que yo hablaba serbio, eslovaco, rumano o swahili y lograr eso que podría llamarse el instante poético al pedirles que leyeran pasajes de sus obras delante del azorado público tapatío que jura y perjura que soy cosmopolita. Sugiero públicamente que el año que viene se organice una mesa de Presentación de Presentadores con Mariana H., Benito Taibo, Jorge von de Brieder y el Obispo de Papantla (con licencia) para honrar el hermoso oficio de leer obligatoriamente, resumir preferiblemente, realizar preguntas claves y detectar claves ajenas que entraña el soberano oficio de presentar libros. Ofrezco a cambio subir de peso y venir como país invitado en 2020 con todo y bandera, himno tropical y edecanes de gran altura. En tanto alguien imagine su próxima obra maestra, que conste que yo… presento.


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Líderes de la educación dialogan

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omo parte de las actividades del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, se efectuó el panel Diálogo de líderes y educadores, en el que participaron especialistas de talla internacional. El tema central fue la calidad educativa y la defensa de los derechos de los trabajadores de la educación. El primero en participar fue Fred Van Leuuwen, Secretario General de la Internacional de la Educación, organización que representa a 401 sindicatos en la materia, en 170 países. Él consideró que los docentes deben recuperar el control de su actividad y sus sindicatos reforzar el papel que desempeñan como custodios de la profesión educativa. Según Van Leeuwen en el mundo se viven condiciones similares en el ámbito educativo, uno de esos fenómenos es que “a los maestros se les está despojando del control de su profesión, cuando los docentes son quienes deben determinar los parámetros de su ejercicio. De ahí la importancia de que nuestros sindicatos ayuden a sus miembros a recuperar el control de su profesión”. En su intervención, Emilio Tenti Fanfani, académico argentino, investigador de la condición docente en América Latina, advirtió que a pesar de la importancia del papel de los maestros en la región, su oficio sufre un proceso de desprofesionalización. “A los docentes se les encargan tareas que no corresponden a su oficio como la de alimentar, contener afectivamente y resolver conflictos. A la escuela se le delegan funciones que podrían ser asignadas a otras instituciones sociales, como la familia o al sistema de salud”. Dijo también que se debe reivindicar la importancia del magisterio en la sociedad. “No se ha inventado la máquina de enseñar y aprender. Hay que maximizar el potencial político de los maestros en el espacio político donde se deciden las grandes políticas educativas”. En el Diálogo de Líderes y Educadores, Guillermo Scherping, ex dirigente Nacional del Colegio de Profesores y Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile, destacó la experiencia y aportación que han hecho los sindicatos al mejoramiento continuo de la educación y aseguró que si los maestros consiguen hacer entender a la sociedad que los docentes son factor de cambio y desarrollo en materia educativa, habrá importantes avances. “Quizá como nunca antes tenemos en el continente posibilidades de influir como sindicatos en las políticas públicas y la democratización de la educación. Sin los docentes organizados no hay reforma educativa posible. Como sindicatos debemos ser independientes, autónomos, generar nuestro propio pensamiento, pero jamás ser neutrales cuando se trata del derecho a la educación pública en nuestros países”. Finalmente, el anfitrión del panel, el Maestro Juan Díaz de la Torre, Presidente Nacional del SNTE, se dijo convencido de la posibilidad de transformar la calidad de la educación, a la par de mantener la lucha del sindicalismo por la defensa de los derechos de los trabajadores, con el fin de mejorar sus condiciones de vida. Advirtió que a nivel global la educación pasa por una transformación profunda en la que interviene el uso indispensable de las nuevas tecnologías e hizo énfasis en que para estar a tono con esa transformación es necesaria la profesionalización de los docentes, su certificación a través de un Colegio de Profesores, así como vincular la actividad local, con la nacional y por supuesto con el movimiento mundial. Señaló que la lucha de los maestros de México es la lucha de los maestros del mundo. El panel fue moderado por la Maestra Silvia Ortega.

Entre el cerro y el aula hay un adolescente

Entre el cerro y el aula hay un adolescente”, se trata de Joaquín, un joven de la comunidad de Tuzas, en el municipio de San José Iturbide, Guanajuato, cuyas condiciones educativas, sociales, económicas y familiares, así como las de otros de sus compañeros fueron documentadas por Jezabel Hernández Pérez, maestra de Telesecundaria. Durante su participación en El Ágora, espacio que el SNTE abre para sus maestros en la FIL de Guadalajara, la profesora describió experiencias como la vez que un adolescente le pidió permiso para no asistir a clase, porque olía a zorrillo; el caso de alumnos que esperaban la muerte de una ardilla para comérsela y la historia de cómo nacen las culebras. Señaló que existe la necesidad de promover una educación básica de calidad que atienda las necesidades reales de los estudiantes de comunidades rurales, porque sus intereses van más allá de los contenidos y programas de estudio. “Los intereses de los chicos no están en el aula, su interés está en llenar el estómago”. La profesora mencionó que cada situación que se vive en las comunidades es distinta; sin embargo, hizo un llamado a los docentes a ejercer su profesión apasionadamente, “a nunca dejar de lado las condiciones de los alumnos, y tener en cuenta que necesitan atención, afecto, disciplina y educación de calidad”. Finalmente, agradeció al SNTE por la oportunidad de exponer su experiencia docente. “Gracias al Sindicato. Es una experiencia inolvidable porque gente de otros lugares pueden conocer el trabajo que uno realiza en el aula y saber que el maestro rural, los maestros de educación básica estamos trabajando a favor de México”.

Un Sindicato de vanguardia en la FIL

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unas horas de que concluya la Edición 28 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el Presidente Nacional del SNTE, Juan Díaz de la Torre, expresó su beneplácito por la exitosa participación del Sindicato en la llamada “Fiesta de la Palabra”, que permitió fortalecer los vínculos de los maestros con la sociedad. El dirigente magisterial afirmó que la presencia de la organización sindical, por segundo año consecutivo en la FIL, acredita en los hechos que el SNTE es un Sindicato de vanguardia y está en la vía correcta. “Representa, primero, acreditar en los hechos que estamos en la vía correcta, vinculándonos con la sociedad, ejerciendo el derecho que tenemos y haciendo visible el trabajo de los maestros; además, comprometidos con los padres de familia y con los alumnos en esta fiesta de la palabra. En el espacio de la lengua española más importante del mundo está el SNTE. Los hechos acreditan que somos un sindicato de vanguardia”. Díaz de la Torre reveló además que los maestros ya realizan los preparativos para la participación que tendrá el Sindicato en la FIL el próximo año y apuntó que “seguramente será tan exitosa o más que ésta”. Celebró que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación haya consolidado su espacio en la Feria y especialmente “porque no sólo demuestra el trabajo del Comité Ejecutivo Nacional, sino que permite destacar la presencia de las Secciones Sindicales de todo el país. Recordó además que este año el SNTE exhibió más de 300 títulos de la autoría de maestros de 23 estados y eso “me parece extraordinario”.


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#FiliasMilenio @sofimaciasl Para celebrar la @FILGuadalajara les dejo el #CerditoLiterario de este año: Lecciones de negocios de Al este del edén @laloeortiz Gracias @FILGuadalajara hoy fui por la mañana con mi familia, su personal de acceso tiene una gran vocación. Mi hija trae silla de ruedas @cielovanessa ¡Está preciosa! Totalmente en vivo desde la firma de libros de @Dulcemaria en @FILGuadalajara #DulceAmargo @Tachonauta · A mí que me esculquen. Nomás traigo un folleto de Avon. #FIL2014

@Ernestodalessio No pueden perderse a @sofimaciasl hoy en @FILGuadalajara 13:30 sala 6. Una maravilla haber platicado contigo. Por tu Éxito!! @claudiapineiro Prieto. Sasturain. Heker, G Martinez en #filguadalajara2014 @info_IlseA Entregan en FIL Premio La Catrina al dibujante Sixto Valencia Burgos, conocido por Memín Pinguín Yuya @yuyacst Gracias a todos por todo, son los más chidos del mundo, les prometo que voy a hacer todo por regresar muy pronto.

@jisvagoimperial · Trino, Rulo, Liniers, Bef, Montt, Moore, Paola, Rep, Micro y Hernández: ¡Gran jam! Gracias a tod@s por acompañarnos.

@aorozcochoa Un honor presentar #FIL2014 “Los Peligros Naturales en Jalisco” de Luis Valdivia y Ma. delRocío Castillo @DifundeCUCSH

@ArkRenko No lo olvides. Cita a la 1pm, dom 7 Salon Agustín Yáñez, FIL GDL, para la presentación de mi libro “Con las Alas en Llamas”. ¡Te espero!

@maresitou Los que venimos a la #FIL2014 no sólo #SomosLectores, también somos atletas reconocidos en levantamiento de bolsas

@DiegoPetersen “Te seré fiel hasta la muerte porque antes de eso no creo que pueda”Presentación de #LosQueHabitanElAbismo en FIL, sábado 5:00pm, salón E

@drcesarlozano Rumbo al Aeropuerto. Hoy en ma FIL Guadalajara! 6 pm Firma de libros. Presentación 7 pm ¡Allá nos vemos!

columna de ariel gonzález

Los argenmex y la felicidad Argenmex. La palabra me pareció siempre curiosa, un compuesto léxico, obvio y profundo, sobre dos identidades nacionales tan lejanas geográficamente y tan cercanas de muchas formas. Significa esa condición generada a partir de la llegada de numerosos argentinos y sus descendientes a estas tierras durante los años de la dictadura argentina y aun después. Conocí en Buenos Aires a muchos de ellos, cuando fui agregado de prensa en la embajada de México en Argentina, y ahora los reencuentro en esta FIL como protagonistas intelectuales y literarios del país invitado de honor. Hacía casi 15 años que no los veía. El tiempo pasó y cobró su factura en todos nosotros, pero en cierta forma fue como si nos encontráramos de nuevo en uno de aquellos cocteles que ofrecía la embajada de México en la inolvidable calle de Arcos 1650, ahí donde en los años 70 Cámpora ingresó en la cajuela de un auto para pedir asilo (se quedaría a vivir durante meses en la entonces residencia del embajador). La solidaridad en aquel momento amargo de la historia argentina no se olvidaría nunca. Lo han dicho una y otra vez, en muchas de sus presentaciones en la FIL, aquellos que encontraron refugio en México. La emoción

de ver aquí a gente como Noé Jitrik y Tununa Mercado, su esposa, o Carlos Ulanovsky y Julieta, su hija (que cada que nos despedimos o reencontramos, me regala un disco), entre otros, me hace pensar en el largo y continuo intercambio que los dos países han abierto a través de la solidaridad. Podría decirse que es, por lo pronto, el lazo más firme de la relación bilateral. “Seamos felices mientras estamos aquí. Crónicas de exilio”, libro de Carlos Ulanovsky, resume los años que pasaron él y su familia en México. Su título, le comenté la otra noche al autor, plantea la filosofía más sencilla y profunda que puede profesar el trasterrado. Para algunos, ser feliz es una obligación; para otros, un deseo o apenas una posibilidad. Pero Ulanovsky la define como una decisión que hay que tomar. Leyendo a Primo Levi aprendí hace mucho que en medio de la peor tragedia podemos mantener el humor y sonreír eventualmente. Quizá sea esto lo último que nos es arrebatado. Afortunadamente, lejos del horror de la prisión o la tortura, los Ulanovsky decidieron ser felices en su paso por México. Y lo fueron, como muchos otros. Ahora que volvieron para acudir a la FIL, el recuerdo de esa felicidad nos hace felices a todos.

Brasil también vino a la FIL Destinación Brasil es el nombre de la tercera edición de la participación de las letras brasileñas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Para un escritor brasileño, lograr que uno de sus libros se traduzca y publique en español representa un salto importante para que el mundo conozca su trabajo. Así lo describe el escritor Gustavo Pacheco, agregado cultural de la embajada de Brasil, quien explica que los escritores de su país, de todas las generaciones, vivieron experiencias históricas muy distintas que se reflejan en su literatura. La inmensidad de Brasil hace que los escritores de tengan diferentes tradiciones, por lo que “no hay una sola literatura de Brasil, hay varias”. Los escritores de Brasil no quieren que se les vea como brasileños, sino como autores. Es por eso que cuando sus textos son publicados en otros idiomas adquieren mayor importancia. En esta edición de la FIL, son 12 los brasileños que vinieron para hablar de su obra. Entre ellos están Raimundo Carrero, originario del noreste, del departamento de Pernambuco, donde han ocurrido movimientos culturales sumamente interesantes. Mi alma es hermana de dios es la obra de Carrero que logró la traducción al español y fue publicada en Uruguay. Carrero destaca de la literatura de su país el regionalismo relacionado con el contenido. Su recomendación para los lectores es que “la literatura no se lee con los ojos, sino con el alma. La literatura es la belleza, no por las palabras”. Otro que está presente en la FIL es Altair Martins, un escritor de nueva generación que

cuando tenía 19 años ganó su primer concurso internacional de cuentos y que también ya fue galardonado con el Premio Sao Paulo de Literatura, uno de los más importantes de su país. Su libro que ya trascendió la barrera del idioma y fue traducido al español es La pared y la oscuridad. Martins cuenta que no creció entre libros, pero que los buscó y así comenzó a escribir. Es originario del sur. Recuerda que entre sus tradiciones gauchas están el mate, la carne de buey y de vaca. “Hay que dividirse como escritor”, dice al recordar que su primer libro fue un poema que inventó de niño con las historias que su mamá inventaba. En aquella ocasión fotocopió la historia de un loro que la maestra colgó al lado de las historias del resto de sus compañeros. “Nunca me leyeron tanto, ni me sentí tan escritor como esa vez”, dice. A la FIL también vinieron escritoras brasileñas. Una de ellas es Tércia Montenegro. Dice que su ciudad está en el noreste de Brasil. “En mi región se come pescado y agua de coco”, señala al insistir que viene de un país diverso que tiene múltiples facetas tanto culinarias como en la manera de hablar, sus modismos y personas. Cuenta que se convirtió en escritora porque su entretenimiento favorito siempre fue leer. Comenzó a escribir “al sentir que recibía tantas cosas, tantas palabras de tantos libros, que empecé con cuentos que se volvieron más largos”. El próximo año lanzará su primera novela. Hablando de literatura, Brasil también es un buen destino.


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POEMA DEL DÍA

La chingada. Un poema a diez rounds Nómadas del yermo, de Raúl Treviño Fixion Narradores

Las paredes desnudas, de Imanol Caneyada Suma

“Es una serie de tres libros. Es un comic de aventuras estilo manga, estilo japonés. Lo hace Rulo Treviño, un autor de Monterrey que vivió en Japón y además es un dibujante extraordinario. Su lectura es muy ligerita. Él es un autoeditor, producen su propio material. Es buena ciencia ficción”.

“Si te gusta la novela policiaca, él es buenísimo. Es vasco, pero vive en Sonora desde hace como 20 años. Las paredes desnudas es sobre tráfico de migrantes y prostitución en una ciudad de la frontera que nunca identifica, que puede ser Sonora o Tijuana, y aparece la hermana de una boxeadora, muy famosa que nace en esa ciudad. Es muy bueno”.

Distancia de rescate, Samantha Schweblin Almadía “Samantha Schweblin es una de las mejores narradoras de mi generación y esta es una pequeña novelita de terror muy sutil. Es el diálogo entre dos personajes que están tratando de reconstruir una cosa horrorosa. Es una novela breve, pero te deja como revoloteando cosas horribles al rededor de tu mente. Es poderosísimo”.

Bolsa del autor: Bef Por Alejandra Arteaga El escritor Bernardo Fernández, conocido también como Bef, tiene un gusto variado y finísimo. En su bolsa conviven temas como el sexo, el horror, el manga, el tráfico de migrantes y la prostitución.

Entre la luz (y otros temas igual de tangibles), de José Luis Zárate Arlequín “José Luis Zárate es para mí el mejor escritor mexicano vivo, una mente brillante. Entre la luz (y otros temas igual de tangibles) es una colección de pequeños ensayos de temas muy diferentes: desde ciencia ficción mexicana hasta temas que él acuño como la neostalgia y hasta sobre cine”.

La Chingada ocurre. Y tizna, como lo indican los manuales. Uno queda rebosado de sí mismo, sin albergue ni dirección, sin alba y sin bomberos, repleto de su propia marea solitaria. Durante su estación mi mujer y yo no cesábamos de sacar a la chingada de la casa, la sacábamos y la sacábamos a cubetadas. Por eso en la sexta parte, o «sexto round» del poema, escribí que tenía tres cuartos de mi espina metidos en el lago de la Chingada. O bien, el confín de la Chingada cabe en un pecho inundado. Los versos, también del «sexto round», «Durante la Chingada una coca-cola cuesta un centavo/ y los muertos caminan hacia atrás» hacen eco, primero, a un poema de Calímaco según el cual las cosas son muy baratas en el infierno, y segundo, a otro autor que no recuerdo pero que en algún texto me dio a entender que en el infierno los muertos se alejan constante, desesperantemente de nosotros. Por último, los versos «Desde los ojos del angelito/ nos mira el corazón de la Chingada» se refieren a la atroz costumbre mexicana de disfrazar a los niños muertos y retratarlos. Luis Miguel Aguilar (1956) Tomado de Pláticas de familia, Cal y Arena.


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Adiós a todo esto Hay cosas que pasan en la FIL que suenan inverosímiles… y lo son. Invenciones para atrapar al lector mientras recorre los stands de la feria a la caza de alguna novedad, o quizá de un título ya viejo pero que tiene posibilidades de encontrar en la oferta de las casas editoriales, muy pocas veces vista a lo largo del año en forma tan total. Esa es una de las grandes características de todo encuentro editorial: como pocas veces, los ejemplares salen del encierro de las bodegas, a donde son mandados casi como fierros viejos porque algún otro título llegó a ocupar “Como pocas veces, su lugar en las mesas de novedades, los ejemplares salen con toda la soberbia de quien se sabe del encierro de las el joven, el del espíritu brioso que en bodegas, adonde esos días recibe todo el apoyo de sus son mandados casi padres, las editoriales, mientras el otro como fierros viejos” ya se muestra consciente de que debe ocupar su lugar en un rincón, casi siempre olvidado, de toda librería. Así son las historias de todos los libros. La última cifra de títulos publicados en México en 2013, alrededor de 30 mil, hace imposible la permanencia de los libros en las librerías. Se vuelven productos desechables: unos cuantos venden y los demás a esperar alguna otra oportunidad, sobre todo cuando ese ejemplar que adquirimos en su primera edición o en una edición rara se nos va de las manos de una manera tan rara que se debe crear toda una fantasía para, al menos, no dejar que la culpa nos siga hasta el final de nuestros días. El final ya llegó a la edición 28 de la FIL, donde Argentina buscó apropiarse de cada uno de los espacios del programa literario y editorial, pero siempre con el inconveniente de que muchos de los autores argentinos son ya visitantes asiduos de nuestro país. Se les ve una, dos o tres veces al año. Incluso hubo algunos que llegaron a venir apenas unas semanas antes de la inauguración de la feria, se regresaron a su país y de nueva cuenta a viajar esas 12 horas en avión para cumplir sus compromisos de difusión con las editoriales. Son nueve días de intensa actividad que llegan a su fin. Es casi momento de las despedidas con amigos a quienes sólo se les ve una ocasión cada año, en estas fechas, pero también tiempo de mirar hacia 2015, con el Reino Unido como país invitado, con la riqueza y diversidad de su cultura y de su lengua, en especial de su literatura. Algunos nombres de quienes acaso vengan seguro ya los conocerán para cuando lean ésta página. Ojalá estén los de Julian Barnes, Martin Amis, Ian McEwan, John Carlin, Susan Cooper, Zadie Smith, J. K. Rowling, de quien se dice en radio pasillo que ya fue invitada y que por lo menos no ha rechazado la posibilidad de asistir, para los seguidores del aprendiz de mago. Cuando en el altavoz de la Expo Guadalajara se empiece a escuchar la invitación a desalojar el espacio, comenzará otra historia, la de las decenas de tráileres que estarán haciendo fila para llevarse los libros, la de desmontar los escenarios y los stands. Se acaba la FIL y, para muchos, la añoranza de estar en la siguiente edición. Pero al final todos tenemos un poco de masoquistas.

A Sixto le cae La Catrina Hace casi medio siglo se cruzó en su camino y no lo dejó ir: se convirtió en otros de sus hijos y se propuso defenderlo. Y hasta ahora. Memín Pinguín es para don Sixto Valencia más que un personaje de historieta: se convirtió en parte de su vida y en la figura que le ha permitido recibir tanto momentos felices como dolorosos. “Indiscutiblemente, Memín es uno de los personajes que más satisfacciones me ha dado como artista y también el que más frentazos me ha hecho dar. Con esto me refiero a que he tenido que luchar mucho tiempo por el reconocimiento de mis títulos de derecho de autor. Después tanto esfuerzo, he logrado que la imagen gráfica de Memín sea legalmente declarada de mi propiedad.” Para celebrarlo, el dibujante recibió el Homenaje de Caricatura La Catrina, uno de los reconocimientos que se otorgan en el contexto de la FIL, con el cual al mismo tiempo se pone en valor las aportaciones de Posada. En la ceremonia, Sixto Valencia recordó los diferentes intentos de su familia por desviarlo de la profesión. Pero nada pudo alejarlo del papel, los lápices y los pinceles, una tarea que le apasionó y le sigue apasionando: “A lo largo de estos años siempre trabajé con el objeto de hacer bien las cosas. Nunca ha sido mi intención trabajar para ser reconocido y premiado. Pero cuando llega este momento, ¡qué bien se siente, verdad de Dios!” “No quiero despedirme sin antes decirles que me siento muy halagado y satisfecho cada vez que

Foto: EFE

la pÁgina de Jesús Alejo Santiago

SIXTO VALENCIA

una persona se acerca a mí diciendo ‘Aprendí a leer porque quería saber qué decían tus monitos’. Me honra decirles que he sido un promotor de la lectura en este país y en otros países de América Latina”, confesó el dibujante, quien con los guiones de Yolanda Vargas Dulché estableció una relación de trabajo entre las más exitosas en la historia del género. A sus 80 años, Sixto Valencia Burgos sólo espera que el fin de su existencia no le sorprenda sin terminar un par de proyectos, “pero si está escrito me daré por bien servido si algún día me recuerdan como un dibujante que brindó su arte para el sano entretenimiento de las familias de varias generaciones”.

dE RETORNOS Y LANZAMIENTOS DE LA FERIA En 1985, apareció en la editorial Cal y Arena una de las novelas más representativas en la bibliografía de Héctor Aguilar Camín, Morir en el golfo. Seis años más tarde llegó La guerra de Galio y en 1998 se publicó Un soplo en el río; tres obras que también contribuyeron a la consolidación del sello independiente mexicano. Como parte de las actividades conmemorativas por su 25 aniversario, la casa editora recupera, por decirlo de alguna manera, las primeras novelas del historiador, escritor y periodista, las cuales fueron presentadas ayer en una conversación que sostuvo con Rafael Pérez Gay, director de Cal y Arena, lo que de alguna manera se convirtió en el retorno del hijo pródigo… si bien Héctor Aguilar Camín nunca ha dejado de estar cerca de la editorial, su otra casa.

Desde hace cuatro años, la brasserie Lipp México continúa la tradición de su versión francesa a través del Premio Lipp de Novela, una convocatoria dirigida a editoriales que publican regularmente libros de narrativa, y que aprovechó su presencia en la FIL para hacer un lanzamiento con bombo y platillo, con la asistencia del jurado, presidido por Xavier Velasco: Cristina Rivera Garza, Alberto Chimal, Mónica Lavín, Eduardo Antonio Parra, Beatriz Rivas, Rafael Pérez Gay, Silvia Molina y Mariana Osorio Gumá, ganadora de la edición de 2013. La FIL es un encuentro editorial que busca ser aprovechado de distintas maneras no sólo para las novedades, sino para los regresos y cualquier proyecto que esté vinculado con la industria editorial y la lectura.


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crónica

Por Juan Pablo Becerra-Acosta

Todos caben en las viñetas de la FIL…

Foto: CÉSAR ÁLVAREZ

ser la actitud. Eso les digo a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos: un pensamiento para luchar sin armas… -les sugiere a esos sufrientes señores mutilados de sus hijos. Ella sabe de esos dolores. “Somos las buscadoras de nietos, de 300 nietos”. Ella es parte de las Abuela de la Plaza de Mayo de Argentina, ahí donde la imbecilidad, la maldad de los militares desapareció a treinta mil personas durante su dictadura. Ella y miles más padecieron ese horror, pero gracias a su perseverancia a lo largo de los años, gracias “al advenimiento de la democracia”, cuenta, ha habido momentos de “brindis y alegría por la vida”, cuando han hallado a decenas de jóvenes cuyas madres embarazadas, antes de ser ejecutadas, dieron a luz en la tenebrosa Esma, la Escuela de Mecánica de la Armada, que fue centro de reclusión y tortura de opositores en los 70. Ayudada por un bastón y dos mujeres, Estela, la abuela, se pone de pie y se echa a andar por la FIL…

DULCE MARÍA PRESENTÓ DULCE AMARGO, RECUERDOS DE UNA ADOLESCENTE

Sí, en la FIL pueden caber todos. Últimas cuatro viñetas, entre tantas otras que quedaron inertes en las libretas reporteriles… ******* El flashmob… Empiezan a correr por redes sociales malas noticias y uno recuerda lo que ocurrió horas antes… La gente, aglomerada, caminaba lentamente al lado del pabellón de Argentina. De pronto alguien tomaba un silbato, se lo llevaba a la boca, y pitaba con fuerza: mezclados entre los visitantes a la FIL, una veintena de jóvenes, que portaban camisetas y pantalones negros, se dejaban caer en el piso. Simulaban estar muertos. Ejecutados. Calcinados. Era un flashmob por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. La gente se quedaba atónita. Un joven de barba incorporaba el tronco y gritaba: -¡Quisieron enterrarnos! ¡Quisieron enterrarnos! Los demás agregaban a coro: -¡Pero no sabían que éramos semilla! Erguían las fotografías de los estudiantes de la normal rural guerrerense. Otro joven, de pie, soplaba un caracol, como hacen los danzantes disfrazados de antiguos mexicanos. Todos se ponían de pie y empezaban el conteo usual en las marchas de protesta por este horrendo caso: “¡1, 2, 3 (…) 43! ¡Justicia!”. El performance lo repetían varias veces en distintos puntos de la Feria. Donde más causaba conmoción era cuando lo hacían a las puertas del pabellón internacional y los extranjeros se anonadaban. ******* La buscadora de 300 nietos… Se llama Estela de Carlotto. Es una maestra jubilada. Está sentada en una silla frente a una mesa donde alguien ha prendido una veladora de cristal tintado de verde. La mujer de pelo canoso, de sonrisa constante, de mirada compasiva, se dirige a su auditorio, unas setenta personas: -No aflojen. Exijan. Exijan en paz, sin violencia. Hay que ayudarse. Con amor al otro. En paz debe

********* El gitano de las ferias y el virreinal Manual de Carreño… Este hombre no tiene una tienda de libros. Es chilango y todo el año va de feria en feria de libros (recorre alrededor de quince) con varios de sus tomos, alrededor de trescientos. Enseña un libro de pasta de piel gastadísima, de hojas casi roídas, con palabras en viejo castellano: “ADVERTENCIAS PARA LOS CONFESSORES “de los Naturales. “COMPUESTAS POR EL PADRE “Fray Joan Baptista de la Orden del Serapbico Padre Sanct Francisco, lector de Theología y Guardián del Convento de Sanctiago Tlatilulco de la Provincia del Sancto Evangelio. Segunda Parte. “Por M. Ocharte”. Es un tomo que en su primera página establece que data del año de 1600. Es una especie de Manual de Carreño virreinal para establecer cómo se debían comportar los indígenas en las iglesias e incluso en sus casas, guiados por evangelizadores españoles. Tiene textos en español, latín y náhuatl. Vale 200 mil pesos, pero el gitano de los libros no lo vende: “No ha llegado la persona que merezca que se lo venda”, explica. “Hasta en los libros hay categorías”, agrega. ******* La telenovela vuelta libro… Es una marabunta de pubertas y adolescentes que este sábado colapsa parte de la FIL. De cuando en cuando, en momentos que asumen que su heroína ha llegado, profieren ensordecedores grititos como de ratitas sufrientes. Es la excitación de las teenagers que brincotean con un librito bajo el brazo, una especie de nueva biblia para ellas: Dulce amargo, recuerdos de una adolescente. La autora recién se estrena en las letras. Se llama Dulce María Espinoza Saviñón. Eso no dice nada. Ella es llanamente Dulce María, actriz en una comedia que conmocionó a la chaviza televisiva hace unos años: Rebelde. Y cantante del grupo pop RBD. Y bueno, aquí está, y probablemente, por las largas filas que obligan a los organizadores a aislar varias zonas del lugar para evitar un desastre, será la que más libros firme… La FIL incluyente, donde de verdad que caben… todos.


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