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Colaboraciones
COLABORACIONES
Colaboró también nuestra artista, en distinta medida, con compañeros de las letras y la música. Así, musicalizó los poemas de su entrañable amigo, el poeta César Calvo: Acércate a la candela, Pequepequeando y una célebre canción popularizada internacionalmente por Susana Baca, quien comenta: «Qué pena, qué infinita pena que Chabuca haya partido sin haber dado el punto final a esta canción, María Landó, que trabajaba con Cesar Calvo… yo escuché María Landó, cantada por Calvo, me la cantó en mi casa, allá por el año 84, yo la grabé en un casete (lo tengo guardado como un pequeño tesoro o testimonio personal) pero en la versión y de la memoria de Calvo… creo que tiene algunas pequeñas diferencias a lo que hubiese hecho Chabuca para el final. Yo cuando quiero cantar esta canción en homenaje a la mujer y darle un sentido a la letra, le tengo que repetir un coro final y alterar una frase última, para que reafirme la presencia de la mujer marginada, la bella mujer urbana que está obligada a trabajar… entonces yo siento que necesitaba repetir la estrofa final del poema de César Calvo. Creo que lo hubiese hecho Chabuca. Yo la convierto en una canción mucho más para adentro. Cuando la canté y la canto, me recuerda la vida de mi hermana María (Marujita) que trabajó incansablemente como enfermera para otros… esta es mi razón. A César Calvo no le gustó mi versión, él la quería más festiva. La importancia de esa canción, fuera del Perú, es decir en el mundo, abre una nueva percepción de Chabuca dentro de los jóvenes, que encuentran en esta canción, y en esta música un eco a su rebeldía. En Alemania, por ejemplo, u otros países, los jóvenes la reciben como una canción de protesta. Las feministas la aplauden como un himno reivindicativo y es a partir de mi voz. María Landó sale del territorio peruano y se convierte de alguna manera en una canción que navega por muchas latitudes, creo que mi aporte, en ese sentido es fundamental… nadie le ha dado un giro internacional a la obra de Chabuca entre los jóvenes, como el que me tocó darle a mi… por las cosas de la vida no quiero decir que yo sea la única, ni la grande, pero me tocó…» (Baca, 2020, comunicación personal).
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Chabuca también escribiría las letras para las composiciones del pianista Juan Castro Nalli: la balada Quiero cantarle a la vida, The wheel y Tú siempre, piezas de corte comercial; además del vals Pasito a paso otra vez. Se luce, en este último, todo el garbo asociado a su más temprana producción, pero también la inteligencia y el humor que caracterizaban a su espíritu, como puede apreciarse en el estribillo: «Mira que habrá que volver / a viajar en tranvía otra vez, / de esquina a esquina un balcón / y en cada paradero soñar / que el tiempo vuelve a empezar / que se llegue a destino / y que todo camino está por recorrer / pasito a paso otra vez».
Para terminar, dos creaciones que fueron musicalizadas por su amigo Domingo Rullo, músico argentino radicado en Lima. La primera, Polillita, es una canción que trata sobre las
prostitutas: «Viene la aurora blanda y tristecita / en su pluma de ensueño a rescatarte; / el cabello en desorden y el sentido, / ya dejaste el infierno y el conflicto, / pobrecita...». La segunda, Con las manos vacías, muestra más bien un carácter abatido que no podemos dejar de asociar a la fragilidad misma de la artista. Ambas fueron rescatadas del silencio de las partituras por el cantante argentino Ezequiel Rocha, quien reflexiona: «La letra de Con las manos vacías es tremenda. “[...] se van secando los campos, / se van cerrando los ojos, / se va perdiendo el sentido, / se va escapando la vida [...]”. Yo creo en la lucha constante que tienen los artistas. Ser artista es una profesión que duele muchas veces, Chabuca era un espíritu muy sensible» (Rocha, 2020, comunicación personal).
Tras más de treinta años dedicados a la creación de canciones, de cantarle al encanto de las esquinas y a todo aquello que la conmovió, Chabuca Granda trascendería al tiempo con una obra tan humana como infinita. Como escribió Serafina Quinteras tras la muerte de nuestra artista, fue su hermana infinita, Chabuca, «la estrella infinita de nuestra ciudad» (Fuller & Rodríguez, 1989, p. 43).