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Agricultura

Otro instrumento agrícola es el chiacho, hecho con una pieza de metal alargada y puntiaguda inserta en un mango de madera. Es utilizado para sacar piedras y hacer hoyos en la tierra antes del sembrío, principalmente de tubérculos. Asimismo, se hace amplio uso de otras herramientas manuales no originarias, como el azadón, para el aporque de plantaciones y el riego de las chacras de las zonas bajas; la lampa, empleada también para el aporque; el machete de metal, para cortar arbustos y ramas para hacer leña; y la hoz, con la que se siegan cereales y legumbres.

Las tierras de cultivo son fertilizadas con abonos naturales, como el estiércol del ganado y de animales de corral, que por lo general es madurado en los mismos corrales donde los animales son criados. Excepcionalmente se utiliza abono industrial, como el nitrato de amonio, sin contar para ello con asesoría técnica. Para el control de plagas y enfermedades se utilizan pesticidas industriales.

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Ganadería

La población chopcca complementa la agricultura con la actividad ganadera, de la que aprovechan la lana, la carne, la leche y sus derivados. Entre los 3 800 y los 4 500 msnm, se crían camélidos y ovinos en rebaños mixtos; en la zona de altitud media (qechua), la especie de mayor importancia es el ganado vacuno del tipo criollo y la crianza de aves de corral y cuyes. El promedio de cabezas de ganado vacuno que se crían es de tres a cinco por unidad doméstica, aunque excepcionalmente disponen hasta de diez cabezas; la cantidad promedio de ganado ovino es de diez ovejas por familia, aunque algunas poseen hasta veinte ovejas. La alimentación de estos animales es el pasto natural, complementados con los rastrojos de trigo, cebada, haba y arveja. La mayor parte del tiempo el cuidado del ganado está a cargo de la mujer y los hijos menores de la familia; los varones asumen esta labor solo en ausencia de estos. El ganado vacuno es criado con fines de venta, y en mínima proporción para el consumo familiar. Asimismo, algunas familias obtienen leche y queso para su autoconsumo y en porcentaje menor para la venta local. Los ingresos de esta venta son destinados a cubrir parte de los gastos de la alimentación, vestido, educación y salud, y solventar casos de emergencia. En marzo se trasquilan los camélidos para vender su lana en la ciudad de Huancavelica, aunque eventualmente los compradores van a las poblaciones para adquirirla. Una parte de esta lana es utilizada por los artesanos en la elaboración de prendas de vestir.

La explotación del ganado es extensiva y carece de apoyo técnico en la crianza, reproducción y mejoramiento de animales. En consecuencia, la crianza de ganado altoandino enfrenta baja fertilidad y alto porcentaje de mortalidad, con lo que la producción es deficiente. El abigeato es otro problema importante en la región. La carencia de un sistema estatal de seguridad efectivo, la debilidad o abierta corrupción del sistema judicial y un sistema legal poco flexible dan suficiente garantía de impunidad a los abigeos en un medio marcado por la pobreza y un tránsito difícil. La incidencia más alta de este problema ocurrió a inicios de la década de 1980, cuando la violencia política hacía su aparición, obligando al éxodo masivo en muchas comunidades. La indigencia que se produjo empujó a que esta actividad estuviera extendida a alguno de los poblados chopcca.36

Comercio

El comercio es incipiente y se lleva a cabo en tres niveles. Algunos excedentes agropecuarios son llevados a las ferias locales de Ccasapata y Chopccapampa, para vender o intercambiar por otros productos a través de un trueque previamente concertado. Los productos a ofertar son tubérculos, como papa amarilla y arenosa, chuño, olluco y oca; a cambio reciben maíz de las localidades vecinas. Para el intercambio se valen de una medida equivalente a cinco arrobas llamada topo o tiri (Silvestre 2008:69). A las ferias acuden comerciantes de las ciudades de Huancavelica, Huancayo y Paucará, quienes expenden aceite de cocina, azúcar, arroz, sal, atún enlatado, leche, fósforos, gaseosas, aguardiente, cigarrillos, kerosene, jabón, entre otros. En ciertas épocas del año, de preferencia en la cosecha de tubérculos, los ganaderos de las alturas de la provincia de Huancavelica, como Santa Bárbara y Wamanrazo, visitan los poblados chopcca llevando lana de oveja, carne fresca y carne seca para intercambiar por papa nativa. Aparte de ello, las pequeñas tiendas de los poblados más grandes, como Tinquerccasa, ofrecen productos de origen industrial como gaseosas, caramelos, velas, cigarrillos, alcohol, y algunos de primera necesidad, entre los cuales se incluye la hoja de coca traída de las ferias regionales.

36 Según reporte del IDL, el 21 de enero de 1986, “en una batalla campal de 20 horas, 350 comuneros armados con carabinas, hondas, cuchillos y machetes saquean la comunidad de Silva, en el distrito de Acoria, Huancavelica. Hieren a 17 campesinos y sellevan 500 cabezas de ovinos y 15 vacas. Los comuneros de Chopcca, del sector Huacchua, Santa

Rosa, distrito de Paucará, actúan en represalia porque los de Silva capturaron en 1985 a abigeos de su comunidad” (IDL 2007:256-57).

En la feria de la fiesta de la Herranza, en Chopccapampa, se venden artículos para la ganadería y los ritos asociados a esta.

Los chopcca también intercambian productos en el exterior, generalmente en la feria dominical de la capital del distrito de Paucará, verdadero centro de abasto de todo tipo de productos, donde se concentran comerciantes agrícolas, ganaderos, artesanos textiles, etcétera, provenientes de las ciudades de Acobamba, Huancayo, Junín, Ayacucho u otros sitios. La calidad de los productos que se ofrecen en estas ferias suele ser baja, sin selección ni clasificación y, en tanto no existen asociaciones de productores, los comerciantes imponen su criterio según su propio interés. El trueque es mínimo, se practica con algunos comerciantes de Paucará, Huancavelica y Huancayo, que ofrecen frutas a cambio de papa, y abarrotes a cambio de hoja de coca. Los pobladores de las partes altas intercambian chuño y mashua por cebada, cotizados a partir del valor monetario del producto.

Los pobladores chopcca también visitan centros poblados más lejanos, como Choclococha, Pomacocha, Ayahuasán, Huanccallaco y Pomaconcha, todos de la provincia de Acobamba (Silvestre 2008:69), para intercambiar o vender cebada, papa y chuño en los mercados de las capitales de región, como Huancavelica y Huancayo. Lo dicho sobre las desventajas del comercio en las ferias vale igualmente en los mercados urbanos.

Educación y salud

La presencia regular del Estado se ubica en los rubros Educación y Salud. Los pocos poblados que cuentan con centros educativos de los niveles inicial, primaria y secundaria carecen de equipamiento, mobiliario escolar, biblioteca y losas deportivas. Las excepciones son los locales educativos de Santa Rosa de Chopcca, Tinquerccasa y Ccasapata, que cuentan con la infraestructura adecuada.

La población chopcca es quechuahablante casi en su totalidad (cuadro 8). Ante esta realidad se sigue el modelo de educación del Programa Nacional de Educación Bilingüe Intercultural (EBI) del Ministerio de Educación, que pretende evitar, en la medida de lo posible, que la castellanización sea un proceso traumático para los estudiantes. De acuerdo a ello, la enseñanza en los primeros grados de primaria es en idioma quechua y paulatinamente se introduce el castellano. En la práctica, todos los profesores no son bilingües ni están preparados académicamente para enfrentar el reto. A ello se suman los problemas para adaptar la currícula a la realidad local, la educación multigrado y el sesgo urbano de los textos escolares. Una cadena de desencuentros que incide en la calidad del aprendizaje. Desde una perspectiva de género, es preciso observar que la población femenina es en su mayoría monolingüe quechua, aunque el número de mujeres que habla y escribe en castellano va en constante aumento por su creciente entrada al sistema educativo. El uso del castellano va en aumento por el expreso interés de los pobladores en que sus hijos aprendan esta lengua, en especial la escritura, que se ha convertido en un elemento de prestigio.

Durante el largo período del régimen de hacienda, la educación escolarizada fue un derecho negado a la población sometida en calidad de siervos o arrendatarios. Antes de la liberación de 1973, el Gobierno de las Fuerzas Armadas dispuso una nueva política educativa, por Decreto Ley No 19326, que impulsó la creación de escuelas en las áreas rurales, motivando la apertura de tres escuelas en la hacienda Chopcca en abril de 1971. Estas fueron el E.E. Mixto 36301 de Tinquerccasa, el E.E. Mixto 36303 de Ccasapata y el E.E. Mixto 36304 de Chucllaccasa, cada uno con un director y tres docentes, en lo que fue una de las piedras de toque del profundo cambio que sobrevendría en breve en el antiguo predio Chopcca. Pero la andadura del sistema escolar en esta región tuvo un despegue lento, por la falta de atención del Estado y de la sociedad civil a regiones como la que nos ocupa, y por el proceso de violencia que interrumpió el frágil flujo del acceso a servicios

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