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La jarana de Luciano

En 1959, el gran autor, compositor, muy buen guitarrista y cantor Luciano “Chapana” Huambachano Temoche43 –a quien yo ya conocía desde la escuela de Avilés– me pidió que fuera madrina de aros de su hija Betty, lo que gustosa acepté. Asistí con mis padres y esa sabrosa reunión quedó en mí para siempre. Desde la vereda del complejo habitacional de Caquetá escuché las voces brillantes y fervorosas de los Ascuez. Las escuché con la piel. A medida que avanzaba a la casa de mi querido compadre Luciano se hacían más fuertes.

Era la primera vez que concurría a una jarana fuera de mi hogar. Estaban allí Alejandro “El Manchado” Arteaga, muy buen cantor de marinera, que era negrísimo, y como hablaba tan rápido y resbalado que no se le entendía nada lo llamaban “Agua Hirviendo”. Cuando cantaba pronunciaba perfecto.

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También asistieron los primerísimos Augusto y Elías Ascuez; Bartola con su pareja de baile Julio “El Quemao” Peña; el hermano de este, Abelardo –genuino y notable bailarín de marinera–; Valentina Barrionuevo de Arteaga; Nicolasa, hija de Augusto; el correcto periodista e inolvidable amigo Rodolfo “Flaco” Espinar, quien comentaba que yo “pisaba” muy bien la jarana; y mi comadre Sabina Medrano Hernández, esposa de Luciano, con quienes en esa oportunidad en ronda y con una almohada bailé el “Ingá”, que todavía no conocían ni los intérpretes profesionales ni el público; ni siquiera Nicomedes Santa Cruz que lo recopiló años después. Estuvieron también el gran cantor José Moreno, los chistosos de esas fiestas Demetrio Flores “Chocolate” y Carlos Bahamonde, así como el cantor y compositor de valses Teodoro Ernesto “Chino” Soto Agüero.

Canto criollo

Marinera limeña mía –de término, con doble término en mayor– y resbalosa grabadas por mí con el acompañamiento de la guitarra limeñísima de Gustavo Urbina en el disco Tradición (2001), auspiciado por Telefónica.

Entrego yo la primera cantando ay, ay, ay me queman me queman las emociones ay, ay, ay me queman me queman las emociones que a golpe de marinera cantando ay, ay, ay fuego son fuego son los corazones ay, ay, ay entrego entrego yo la primera. Amarre

43 Luciano Huambachano nació el 23 de mayo de 1910 en Malambo y dejó de existir el 4 de julio de 1983.

Llámame con bordones de los de Lima cantando ay, ay, ay responde responde Gustavo Urbina ay, ay, ay bordones, bordones Amarre de los de Lima. De los de Lima quiero con la tercera cantando ay, ay, ay remate remate de marinera. ay, ay, ay Salero y más salero Remate

Resbalosa

Resuena el canto criollo en los solares, resuena en Maravillas y Cinco Esquinas se prenden los Barrios Altos y Monserrate y se enciende Malambo, barrio del Rímac.

Con la piel encrespada y los sentidos escucho al cantor criollo ¡sobrecogido!

Voz de pecho enronquecida voz quebrada ¡voz sentida! canto vivo y descarnado de amanecida.

Fiel expresión de barrio ¡canto criollo! fiel expresión de Lima canto ¡canto criollo!

¡Incendio en las gargantas pitean las voces altas! Llamada

Valentina Barrionuevo de Arteaga. Foto: Archivo Carlos Domínguez. Editorial de la Universidad Alas Peruanas.

En el Callejón del Buque, La Victoria 1974. Foto: Diario El Peruano. De izquierda a derecha: yo, Augusto Ascuez, Carlos Hayre y Valentina Barrionuevo de Arteaga en el Callejón del Buque, 1974. Foto: Diario El Peruano.

Retumba el Cuartel Primero retumba el jirón Lucanas retumban los Barrios Altos y todo el barrio del Rímac.

Retumba el Cuartel Primero retumba el jirón Lucanas retumban los Barrios Altos y todo el barrio del Rímac. Fuga

¡Incendiadas las gargantas se queman las voces altas! Segunda llamada

Retumba el Cuartel Primero retumba el jirón Lucanas retumban los Barrios Altos y todo el barrio del Rímac.

Retumba el Cuartel Primero retumba el jirón Lucanas retumban los Barrios Altos y todo el ba... y todo el barrio del Rímac. Fuga

Valentina

Marinera limeña de mi creación, sin término.

No hay jarana que no encienda con el fuego de sus ojos con el fuego de sus ojos preciosa ni alegría que duerma si ríen sus labios rojos no hay jarana que no encienda. Amarre Gracia con que se nace que no se enseña gracia que hace y deshace desde pequeña

gracia con que se nace que no se enseña.

Que no se enseña madre señora y dueña de la gracia limeña señora y dueña.

Tin, tin, tin, tin, Tina, Tina Valentina, Valentina. Amarre

Remate

Valentina

Premio a la mejor canción costumbrista del Festival de la Canción de Trujillo, 1976. Marinera limeña tradicional de término, con término, resbalosa y fuga que hice en 1973 y grabé ese mismo año para Odeón-IEMPSA (ELD 02.02.179), con las guitarras de Carlos Hayre y Vicente Vásquez. Reynaldo “Canano” Barrenechea al cajón.

A Valentina Barrionuevo de Arteaga.

No hay jarana que no encienda con el fuego de sus ojos Valentina, Valentina con el fuego de sus ojos Valentina, Valentina preciosa ni alegría que duerma si ríen sus labios rojos Valentina, Valentina no hay jarana que no encienda. Valentina, Valentina

Gracia con que se nace que no se enseña gracia que hace y deshace Valentina, Valentina gracia que no se enseña. Valentina, Valentina

Que no se enseña madre señora y dueña de la gracia limeña. Valentina, Valentina

Tin, tin, tin, tin, Tina, Tina Valentina, Valentina. Amarre

Amarre

Remate

Resbalosa

Ponía el “Manchado” Arteaga guapeaba el “Flaco” Espinar Augusto y Elías Ascuez listos para contestar pañuelo en mano Bartola bailaba con el “Quemao”, también Abelardo Peña y Nicolasa le han entrao.

Valentina baila aquí Valentina ríe allá tiralalá, tiralalá. Valentina baila aquí Valentina ríe allá tiralalá, tira... tin tin Tina Valentina.

Vestido de quitasueños canta el Callejón del Buque.

Traviesa, dicharachera Valentina, Valentina juguetona, zalamera Tina, Tina, Valentina.

Traviesa, dicharachera Valentina, Valentina juguetona, zalamera Tina, Tina… tin, tin, Tina Valentina. Llamada

Fuga

Los que nunca estuvieron, ni oyeron, ni vieron –que son casi todos y que ahora no solo sostienen lo contrario sino que hasta escriben sobre la canción criolla y el criollismo– inventan que Valentina bailaba la marinera y la cantaba. No hay nada más falso.

Lo que ocurría era que cuando los cantores de jarana tenían que hacer un intervalo para cenar, tanto Sabina Febres Gadea “La Gata” como Valentina, que eran animadísimas, cantaban a manera de gracia, con exageración en los agudos, el tondero que dice:

Mi marido está en la cama mamacita enfermo y de gravedad mamacita tú chupas y te diviertes mamacita y a mí nada se me da mamacita.

Yo no soy de aquí soy de más allá yo no soy de aquí soy de más allá.

Ahora no te vas ahora no te vas ahora no te vas si tienes plata ahora no te vas.

Ahora no te vas ahora no te vas ahora no te vas y si no tienes mándate mudar.

Cuando conocí a Valentina en 1958 era gorda, bien enjoyada y con una sonrisa que era un farol. Era muy ocurrente, se caracterizaba por sus originales guapeos y por tirar fideítos de letras y de munición a los asistentes a las jaranas. Se dio a conocer al público por la marinera que le hice.

En la actualidad no pasan de cinco las personas en todo el Perú que conocen a cabalidad la auténtica marinera limeña tradicional, cosa que es indispensable señalar. Sin embargo todos hablan del asunto y creen conocerlo.

Los más inteligentes viajeros, por muy cuidadas que sean sus descripciones, difícilmente podrían merecer el título de conocedores. Y en cuanto a los costumbristas peruanos, la mayoría da señales de no dominar ni conocer de este arte. Basta observar que la mayor parte de ellos no distingue el metro típico de los versos. Tampoco advierten que la marinera tiene solo tres pies o cuartetas más un remate, pese a que ello es indispensable no solo para cantar correctamente sino para bailar la marinera (José Durand Flórez).

Nota: Mi marinera limeña tradicional con resbalosa y fuga, llamada “Valentina”, fue inscrita por mí en los setenta en el Festival de Trujillo, en el rubro criollo que era el que le correspondía. La canté con orquesta dirigida por Carlos Hayre, con la participación en primer plano de la guitarra de Vicente Vásquez. En el cajón estuvo Roberto Porras. La respuesta favorable del público fue contundente. “Valentina” pasó a la final, lo que preocupó enormemente al organizador del festival y al presidente del jurado, quienes ya tenían decidido qué canciones criollas ocuparían los tres primeros lugares. Fue entonces que encontraron la solución: crearon el rubro de costumbrista y ahí ubicaron mi marinera argumentando que no era criolla. Crecí entre cantos en Ica y después en todas partes. (Alicia Maguiña).

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