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CAPÍTULO IV ORIGEN DE LA COMPLEJIDAD
EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
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EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
Consideraciones
En los tiempos remotos, ocultos a la historia y la antropología, envueltos en las tinieblas de lo desconocido y, por lo tanto, sumido en el misterio y la especulación, los investigadores, dedicados a la búsqueda de piezas, restos fósiles, huellas o indicios que revelen hechos que atestigüen rasgos humanos, proceden a desvelar capas de paisajes inhóspitos a fin de determinar la vivencia y penetración del hombre en aquellos lugares con el afán propio de “egiptólogos” de los arqueólogos, obteniendo como resultado, una y otra vez, el vacío como respuesta.
Este silencio de la historia encierra a la prehistoria, en un manto de oscuridad. La acumulación de hechos, circunstancias, no escritas, permanecen, por lo tanto, en el anonimato, pues “más del 99 por ciento de la existencia del hombre sobre la tierra es prehistoria.”48
Es comprensible, entonces, que apenas conocemos un porciento de la vida del hombre, ya que “probablemente el hombre tiene más de un millón de años, pero no empezó a escribir historia (ni ninguna otra cosa) sino hasta hace aproximadamente 5,000 años.”49
Los hombres modernos, dominados por el deseo de saber, emprenden búsquedas para encontrar testimonios del pasado a objeto de construir la historia, conociendo y comprendiendo el pasado, a fin de proyectar el conocimiento descubierto y analizarlo comparativamente con el presente, con el propósito de determinar las relaciones entre el pasado y el presente, y poder hilvanar hipótesis y teorías sobre el hombre y su futuro.
Esta finalidad se obtiene “en el contenido de la historia.”50
De allí que “la tarea del historiador será poner al descubierto lo que es esencial y significativo en la sucesión prolongada y compleja de los acontecimientos que coteja.”51
Llenar el vacío histórico que nubla la mayor parte de la historia del hombre sobre la tierra, pese a una serie continua, pero aislada, de exitosas investigaciones y descubrimientos, es la labor de científicos especializados, denominados antropólogos:
Los Científicos que investigan a los hombres prehistóricos
Los hombres de ciencia que estudian los huesos y dientes (o cualquier otra parte de los cuerpos) de los hombres prehistóricos que se han encontrado reciben el nombre de antropólogos físicos. A semejanza de los médicos, los antropólogos físicos están adiestrados para conocer todo lo referente al cuerpo humano. También estudian a los seres vivos y conocen más que nadie los hechos biológicos de las “razas” humanas. Si la policía encuentra un cuerpo en avanzado estado de descomposición dentro de un baúl, le piden a un antropólogo físico que les diga cuál era el aspecto original de dicha persona. Los antropólogos físicos que se especializan en los hombres prehistóricos trabajan con fósiles, por lo que en ocasiones se les llama paleoantropólogos.
Arqueólogos:
Existe un tipo de científico que estudia lo que el hombre prehistórico construyó e hizo. A este científico se le llama arqueólogo. Su trabajo consiste en buscar los utensilios de piedra y de metal, la cerámica, las tumbas, las cavernas o cabañas de los hombres que vivieron antes de que empezara la historia.
Pero la arqueología es algo más que la simple búsqueda de objetos. Según el profesor V. Gordon Childe, la arqueología “proporciona una especie de historia de la actividad humana, siempre y cuando las acciones hayan producido resultados concretos y hayan dejado huellas materiales reconocibles.” El lector advertirá que hay, por lo menos, tres ideas en lo que dice Childe:
48 Robert J. Braidwood. El hombre prehistórico. Breviarios. Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1971, p. 10 49 Ibídem 50 V. Gordon Childe. Los orígenes de la civilización. Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 2006, p. 12 51 V. Gordon Childe. Op. cit., p. 13
EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
Los arqueólogos tienen que encontrar las huellas de las cosas que el hombre antiguo dejó tras de sí, pero sólo unos cuantos objetos pueden ser encontrados, ya que la mayoría eran probablemente demasiado blandos o frágiles para perdurar a través de los años. Sin embargo, el arqueólogo debe emplear todo aquello que pueda encontrar para hilvanar un relato –para hacer una “especie de historia”– a partir de los objetos, los lugares habitados y las tumbas que se hayan salvado de la destrucción.
Lo que quiero decir es lo siguiente: digamos que alguien está caminando a través de un basurero y encuentra una vieja bujía enmohecida. Si se le ocurre pensar en lo que significa la bujía, recordará rápidamente que forma parte del motor de un automóvil. Esto le dice algo sobre la persona que tiró la bujía en el basurero: o bien tenía un automóvil o bien conocía al dueño de un auto o vivía cerca de él. No debe de haber vivido hace mucho tiempo ya que, como es sabido, las bujías y los automóviles tienen menos de un siglo de existencia.
Cuando ese alguien hace razonamientos de este tipo sobre la vieja bujía, ha iniciado lo que llamamos una interpretación arqueológica, ha hecho que la bujía cuente una historia. Sucede lo mismo con las cosas hechas por los hombres y que nosotros los arqueólogos encontramos y ponemos en los museos. Por regla general, son pocos los objetos de esta índole que son agradables a la vista, pero cada uno de ellos tienen una especie de historia que contar. Llevar a cabo la interpretación de los objetos encontrados es la parte más importante del trabajo del arqueólogo. Lo que se espera de la arqueología es ese proceso en que el arqueólogo llega a averiguar la “especie de historia de la actividad humana.”
Algunos otros científicos:
Existen muchos otros hombres de ciencia que ayudan al arqueólogo y al antropólogo físico a realizar sus investigaciones sobre los hombres prehistóricos. Los geólogos nos ayudan a determinar la edad de las rocas, cavernas o lechos de grava en los cuales se encuentran los huesos humanos u objetos hechos por la mano del hombre. Hay otros científicos cuyos nombres empiezan con el prefijo “paleo” (el equivalente griego de “antiguo”). Los paleontólogos estudian animales fósiles. También existen, por ejemplo, científicos como los paleobotánicos y paleoclimatólogos, los cuales estudian las plantas y los climas de la antigüedad. Nos ayudan a conocer el tipo de animales y plantas que vivían en tiempos prehistóricos y que los hombres antiguos podían usar como alimento, nos dicen cómo eran entonces el clima y si había glaciares. Asimismo, cuando digo que los hombres prehistóricos no aparecieron sino mucho tiempo después de que los grandes dinosaurios habían desaparecido, me baso en lo dicho por los paleontólogos. Ellos saben que los fósiles de los hombres y de los dinosaurios no se encuentran en el mismo periodo geológico. Los fósiles de los dinosaurios aparecen en periodos tempranos y los de los hombres mucho más tarde” 52
52 Robert J. Braidwood. Op. cit., pp. 10, 11, 12 y 13
EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-