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CAPÍTULO XIV LA ERA DIGITAL
EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
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EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
El proceso del mejoramiento de las condiciones de vida no evidencia ninguna manifestación de espontaneidad ni milagro, pues “una buena parte del progreso se ha producido porque alguien inventó una herramienta más sencilla y mejor. Las herramientas físicas aceleran el trabajo y liberan a las personas de las tareas duras. El arado y la rueda, la grúa y el buldózer amplían las capacidades físicas de quienes los utilizan.”260
Este proceso de las creaciones transformadoras es el resultado de la contribución de ideas, hechos, prácticas y aportaciones en la cadena que constituyen elementos que se condensan en los batidos o afanes de la respectiva producción.
En cambio, la nueva tecnología de la información, que también ha revolucionado la creatividad en el mundo artificial, no descansa en el auxilio únicamente de la fuerza física, sino que, además, “son mediadores simbólicos que amplían el intelecto más que el músculo de quienes las usan […] una buena parte del trabajo actual implica toma de decisiones y conocimiento, de manera que cualquier texto puede representarse mediante una fila de letras, estas herramientas permiten que la información de todo tipo pueda representarse en forma digital, en una estructura de impulsos eléctricos fáciles de manejar para las computadoras.”261
El fundamento de la ciencia y la tecnología siempre oscila entre soluciones ante necesidades y conocimientos. Ambos ángulos son determinantes para arribar en la construcción de la utilidad para impregnar de mejoras a la vida colectiva.
En este contexto “la definición operacional de ciencia excelente es muy sencilla: es aquella que produce resultados útiles para resolver problemas de índole teórica o práctica. Es una ciencia que genera progreso, cuyos resultados tienen impacto favorable en la vida cotidiana y/o aumentan nuestra capacidad de comprender el mundo en el que vivimos.”262
El conocimiento científico, además de constituir avances en el desarrollo de la humanidad, dota de poder y autoridad a sus creadores y países que apuestan a su promoción y concreción.
En este sentido, debemos entender “el aforismo de Francis Bacon ‘conocimiento es poder’.263
La sociedad industrial, en el proceso de sucesión histórica de las revoluciones económicas, con incidencia en lo social y político, ha traspasado a un nuevo escenario el comportamiento de sus fundamentos, al extremo de que hoy se habla de la época postindustrial, que constituye uno de los términos para identificar los nuevos tiempos que vivimos; “sociedad de la información, sociedad postindustrial, sociedad del conocimiento, sociedad postmoderna, era digital, sociedad de la tecnología.”264
Sin embargo, “las etiquetas no solo plantean un problema terminológico, sino también conceptual e ideológico. Bajo las palabras siempre se esconde una determinada versión del mundo y una forma concreta de entenderlo.”265
La historia de las ideas políticas y las formas de gobierno registran las connotaciones ideológicas según las realidades y condiciones sociales, pues la estructura política que constituye el régimen político es propia, generalmente, de las relaciones económicas, sociales y culturales predominantes en la sociedad.
Cada época significativa de la historia política engloba un número nuevo de asuntos y protagonistas, así como nuevos léxicos terminológicos que sustentan y orientan el nuevo paradigma y sus alegorías.
Fiel a esta característica del cambio de época “la revolución de la tecnología informática, iniciada hace treinta años, está provocando una mutación radical de las formas de producción, difusión y consumo del conocimiento y la cultura.”266
260 Bill Gates. El Camino al Futuro. Mc Graw–Hill, México, 1995, p. 5 261 Ibídem 262 Daniel J. Goldstein. Biotecnología, Universidad y Política. Siglo Veintiuno Editores, S.A. de C.V., México, D.F., 1989, p. 11 263 Daniel J. Goldstein. Op. cit., p. 12 264 Manuel Area (Coord.) Educar en la Sociedad de la Información. Editorial Desclée De Brouwer, S.A., España, 2001, p. 23 265 Ibídem 266 Manuel Area (Coordinador). Op. cit., p. 81
EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
En cuanto al método de trabajo, las herramientas o equipo de trabajo, se experimentan cambios “del mismo modo que la revolución industrial requirió la alfabetización de los trabajadores manuales para que utilizaran las máquinas en las fábricas, la revolución informática requiere también de un nuevo tipo de alfabetización vinculada con el uso de las tecnologías digitales.”267
Por el modelo económico en que se sustenta el proceso global o lo que también se denomina el nuevo orden económico mundial, el capitalismo, que en su evolución ha demostrado su capacidad de reinventarse a través de mecanismos de metamorfosis, posee una sorprendente capacidad para transformarse.
En la sociedad de la información, el capitalismo demuestra su versatilidad camaleónica de adaptarse a los nuevos métodos y sistemas de producción.
De allí que “la sociedad de la información podrá ser caracterizada de muchas formas, pero ante todo es necesario definirla como una nueva fase evolutiva del capitalismo. Este se extiende por todo el planeta adoptando nuevas formas, abriendo nuevos mercados y ofreciendo servicios y productos hasta ahora desconocidos. De este modo, uno de los hechos económicos más destacables de las últimas décadas es la emergencia y ascenso de nuevos sectores industriales en la economía mundial. En el inicio de este siglo, las principales empresas que mueven la economía mundial no comercian solo con materias primas extraídas de la naturaleza, sino con algo tan artificial e intangible como es la información. La banca y las organizaciones financieras que operan a nivel global o mundial; las empresas de servicios informáticos (tanto las creadoras de hardware como software), las industrias de telecomunicaciones; así como empresas de comunicación y entretenimiento son los sectores industriales que utilizan la información como la materia prima de sus productos. Unas y otras son los pilares que constituyen la denominada nueva economía o economía digital.”268
El avance del nuevo modelo postindustrial, basado en la era digital, evidencia, exponencialmente, que esta “es otro factor que ha revolucionado las condiciones de producción.”269
El sistema informático crea una red, que es útil para la industria y para la comunicación. Así, en la actualidad, “las funciones dominantes, los grupos sociales y los territorios de todo el globo están conectados en un nuevo sistema tecnológico que no comenzó a tomar forma como tal hasta los años setenta.”270
267 Manuel Area (Coordinador). Op. cit., p. 84 268 Manuel Area (Coordinador). Op. cit., pp. 84-85 269 Daniel Cohen. Homo economicus –El profeta (extraviado) de los nuevos tiempos. Editorial Planeta, S.A., Editorial Ariel es un sello editorial de Planeta, S.A., España, 2013, p. 169 270 Manuel Castells. La Era de la Información, Vol. I, La Sociedad Red. Nueva Edición, Alianza Editorial, S.A., Madrid, España, 2008, p. 64
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