Número 1 | Diego Pablo Simeone

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abril 2013 | 01

MINUTO

“UNA LIGA NO SE GANA EN UN AÑO” Juan Antonio Orenga

Albert Rocas

Mis villanos favoritos

Por deporte

Derbis

del• MINUTO mundo 116 1 ABRIL 2013



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MINUTO

“Citius, altius, fortius”. Esas fueron las palabras que pronunció el Barón Pierre de Coubertin en Atenas en 1896, durante la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de la edad moderna. Así, gracias al espíritu de superación que inspiran esas locuciones latinas, la llama que alumbra los cinco continentes se ha convertido, tras un siglo de vergonzantes masacres, en el acontecimiento que más orgullosos nos hace estar de lo que el ser humano puede conseguir cuando se lo propone. Pero si hablamos de orgullo y deporte tenemos que hablar del instante que lo cambió todo, el minuto 116. 22.55 horas de la noche en España. Un país entero sentado frente a un televisor sin preocupaciones, sin crisis, sin problemas. Ataviados con una bandera, sin importar su procedencia, condición o ideología. 84.490 personas son las afortunadas de vivirlo en directo. Un joven de Fuentealbilla de tez pálida y aspecto frágil, llamado Andrés Iniesta Luján, cambia la historia del deporte de este país disparando a la red un balón en el Estadio Soccer City de Johannesburgo. Era el minuto 116. Contradiciendo las famosas palabras a las que aludíamos del Barón Pierre de Coubertin, no somos ni más rápidos, ni más altos ni más fuertes, tampoco somos ni mejores

ni peores, somos diferentes. Somos lo que queremos ser. Tenemos esa suerte de poder crear desde cero un nuevo medio, un medio sin vicios, sin compromisos ni hipotecas. Otros lo hicieron antes, otros lo harán después, no importa, nosotros somos lo que somos, Minuto116. En el equipo de M.116 nos comprometemos a mostrar al protagonista cuando se apagan los focos y no queda nadie en las gradas. Pero también arrojararemos luz sobre aquellos que trabajan en la sombra del deporte, aquellos que no copan las portadas de los grandes medios, aquellos que únicamente ‘existen’ cuando suben al podio o se cuelgan una medalla. Todo escrito con mimo, asumiendo el reto de crear una revista pensada para ser leída. Este sueño, -locura quizá-, no sería posible sin todas esas plumas que nos acompañan, los que ponen cara a este número: amigos, hermanos, familia. No sería justo quedarnos en ellos. GRACIAS a toda esa gente que, de una forma u otra, ha estado presente y ha puesto su pedacito en Minuto116. Gracias a ti también, Andrés.

Pasen,

y disfruten del

deporte.


En corto:

DIEGO PABLO

SIMEONE

6

SU MA RIO

Entrevista a Giovanni Simeone P.30

“Me encantaría jugar a las órdenes de mi padre”

Derbis del mundo P.40 Falso 9 P.42 Mis villanos preferidos P.46 Voces autorizadas P.48 y 49

Por deporte P.47 Baloncesto: entrevista a J.A. Orenga P.50 M.M. Talavera P.54 Balonmano: entrevista a Albert Rocas P.56 Yo estuve allí P.58

Ciclismo: La humillación Puerto P.60 Tenis: Derrumbando los macizos P.62 F1: ¿Por qué Alonso es el mejor? P.64 Las chicas son guerreras P.66 Deporte y cine P.68 Tecnología P.69 Personajes del mes P.70 ¿Qué fue de...? P.71


Abril 3 de abril de 1975. 5 de abril de 1925.

Se introduce la regla del fuera de juego.

9 de abril de 1957.

Karpov se proclama campeón del mundo de ajedrez.

6 de abril de 1896, Atenas. Se inauguran los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

Nace Severiano Ballesteros.

12 de abril de 1977. 13 de abril de 1999.

Tiger Woods se convierte en el golfista más joven en ganar el Masters de Augusta, con 19 años.

19 de abril de 2004.

Iker Martínez y Xavi Fernández se convierten en campeones del mundo de vela en la clase 49er.

26 de abril de 1903.

Se funda el Club Atlético de Madrid

29 de abril de 1935.

Comienza la primera Vuelta Ciclista a España.

30 de abril de 1993.

Monica Seles es apuñalada en pleno Abierto de Hamburgo.

Nace Gemma Mengual.

16 de abril de 2003.

Michael Jordan se retira del baloncesto profesional.

20 de abril de 2003.

Fallece Daijiro Kato 13 días después de sufrir un accidente en el circuito de Suzuka.

21 de abril de 2010. Fallece Juan Antonio Samaranch.

25 de abril de 2006.

Zinedine Zidane anuncia su retirada como profesional.

28 de abril de 1902.

Se funda el Manchester United.

29 de abril de 1967.

El Gobierno norteamericano retira el título de campeón del mundo de los pesos pesados a Muhammad Ali. ABRIL 2013 • MINUTO 116 5


La mรกxima competiciรณn europea, objetivo de Simeone.

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El camino estรก marcado: Cantera y Champions


D

iego Pablo Simeone – Buenos Aires, 1970– es todo contrastes. Pasión e instinto en la banda, sobriedad y distancia en la sala de prensa. Tiene un carácter fuerte a la hora de entrenar, pero se caracteriza por el sentimiento de familia y pertenencia que le ha inculcado a sus jugadores. Metódico y calculador, pasa horas pensando en estrategia futbolística. Eso sí, en su vida personal, el hombre que tiene el Calderón a sus pies, toma las decisiones antes de que caiga la moneda y sea el destino quien decida si es cara o cruz.

M116: ¿Cómo se celebra un gol en Bolivia? Le prometí a Bilardo que se lo preguntaría… Dice que define su carácter. D. P. SIMEONE: (Risas) Cuando uno hace un gol, viene corriendo el central, el lateral… Si el delantero se va a festejar al córner izquierdo, por ejemplo, el lateral derecho tiene un recorrido de 180 metros en diagonal. Y si va gritando con todo el amor, cuando llega, el tipo está cansado. Vuelve, entre que se acomoda, el extremo está preparado para matarle. Entonces los laterales no tienen que festejar los goles porque les queda muy lejos. Cuando yo era chiquito escuchaba que, cuando haces un gol, vos tienes que ir a festejar al córner porque la distancia para llegar a la mitad de la cancha es mucho más grande: tienes mucho más tiempo de recuperación, de tranquilidad, de caminar… Entonces, cuando hace el gol Crespo y salió para dentro del arco, yo lo agarré

y lo llevé para el córner. Bilardo siempre muestra la imagen contando cómo se celebra un gol en La Paz. P: Siempre ha dicho que ha aprendido mucho de los entrenadores y de otros jugadores, pero ¿qué hay innato en el Cholo? ¿Qué trae de casa? R: Espontaneidad. El instinto. Yo creo que soy un tipo instintivo, más allá de lo táctico que se pueda ver en los partidos o cuando estás entrenando. No voy a hablar de la pasión, de la obsesión; sí, eso son cosas mías, personales, que pueden ser innatas… Pero lo que se puede ver mejor en el campo es quizá lo espontáneo o lo instintivo que soy en el desarrollo de un partido o en los entretiempos.

“Desde el momento que llegué aquí, sentí pertenencia”

P: Se le ve una persona ordenada. ¿Es producto de cómo ha ido trabajando o ha llegado a ser quien es por ser tan ordenado y metódico? ABRIL 2013 • MINUTO 116 7


R: No. Mucha gente dice que uno en el fútbol o en el trabajo es de una manera y en la vida es de otra. Yo no lo comparto. Para mí, como te comportas fuera, te comportas en tu trabajo, sea el que sea. Consecuentemente, creo que si vos tienes orden, disciplina, esfuerzo y eres un tipo noble en la vida, en tu trabajo vas a ser igual. Si eres frío afuera, lo eres adentro. Creo que lo que he llevado de la educación de mi familia, pasando por la educación deportiva que me dio Vélez Sarsfield -que fue el primer equipo en el que estuve- me empezó a hacer hombre, y a partir de ahí todo lo traslado al fútbol.

“Ver que la gente no responde hace que el esfuerzo no valga la pena, cuando la gente responde todo se puede”

P: ¿Se puede decir que su padre es una de las personas, fuera del fútbol, que más ha influido sobre su persona? R: Sí, porque es la persona a la que uno mira. Por los hechos, palabras, conductas... A partir de eso aprendes de hechos puntuales, porque los hechos son más importantes que cualquier tipo de palabra. Muchas veces no hace falta decir ‘te quiero’, sino mostrarlo. La relación que tengo con mi viejo es esa, no de ‘papitis’, pero sé que siempre está. P: Me imagino que como todo buen padre aún le sigue corrigiendo… R: Buah, insoportable… (risas) Pero lo que tiene, lo tiene de detractor. El otro día recordaba una anécdota muy graciosa. Jugábamos el clásico River-Boca en La Bombonera. Íbamos primeros y les llevábamos cuatro puntos de diferencia. Antes del partido, me llama mi viejo como siempre y dice: “¿Cómo vas a armar el equipo para jugar en La Boca?”. Yo contesto: “Voy para adelante, equipo ofensivo. Me imagino a

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ellos con nervios y si les sacamos la pelota vamos a crear situaciones; si les creamos situaciones la gente se va a poner nerviosa y eso favorecerá nuestro juego”. Él entonces me contesta: “Bueno, ¿y quién va a jugar?”. “Alexis Sánchez, a la derecha; Ponzio en el medio con un chico que se llama Abelairas; Buonanotte a la izquierda; Ariel Ortega y Falcao arriba”. Abreu venía jugando siempre, el juego con él era mucho más estructurado y nosotros buscábamos dinamismo. Entonces me dice: “Me parece perfecto, muy bien”. En el segundo tiempo saco a Abreu, revoluciona el juego pero terminamos perdiendo. Acaba el partido y, hablando con mi viejo, le digo: “¿Qué te pareció el partido?”. Él me dice: “Tsss, tenía que haber jugado Abreu desde inicio”. Dos días antes me dijo que estaba bien que no jugara... (risas) Favorece tener la crítica en casa. P: ¿Cuándo se dio cuenta que tenía que ser un líder? ¿De repente se acostó un día y pensó: “Mañana tengo que levantarme y ser líder”? R: El líder no hay que buscarlo. Yo creo que los que quieren ser líderes terminan fallando. Es natural, uno lo tiene de chico. Nunca supe porqué me eligieron para mandar en la orquesta de mi escuela. No lo busqué, nunca quise prepararme para ser líder. Miré, escuché y cuando entendí que era el momento de hablar, hablé. Recuerdo reuniones en el Atlético de Madrid, cuando apenas había llegado con 24 años y allí estaban Abel, Tomás, Manolo… Yo entendía que ya era momento de empezar a participar, con riesgos, obviamente, y sabía que al exponerme los riesgos aparecerían. No me importaba, porque lo sen-



El Cholo observa sonriendo el balón de la Champions.

tía. Por aquellas fechas el equipo no iba bien y hubo una reunión. Cuando empezó, hablaron los grandes, -no vamos a contar lo que dijeron- y, la verdad, me pareció ‘nada’. Entonces dije: “¿Puedo decir una cosa?”, y comencé a decir lo que sentía. Kiko y yo, que ni le conocía, nos acordamos toda la vida de lo que dije aquel día. ¿Qué pasó a partir de aquel día? No me habló nadie de los que estaban ahí dentro del equipo en las dos siguientes semanas, pero no me importaba, porque yo sabía y estaba convencido de lo que quería y lo que sentía. A partir de ahí imagina la relación que tengo con Kiko, Toni... Yo creo que el liderazgo es una cuestión de piel o de lo que pueda transmitir. Lo más importante es que los demás te sigan.

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P: Todos los grandes líderes o personajes relevantes que nos ha dado la Historia han tenido que sacrificar algo para llegar a ser quienes son. ¿Cuándo se dio cuenta que tenía que sacrificar ciertas cosas? R: No es sacrificar, uno sabe que para llegar a ciertos lugares aparece el egoísmo, que es feo, pero real. Cuando tenía 20 años me apareció la posibilidad de ir a jugar a Italia, y la verdad que nunca me detuve a pensar en mi familia, en mi mamá, en mi papá. Veía con ambición todo lo que me podía pasar y no me paraba nada. Nunca me pude detener ante mis sentimientos y esa fue una etapa en la que, por ejemplo, no vi crecer a mis hermanas... Con el tiempo me volví a encontrar en una situación compleja. Tengo tres hijos y, obviamente, uno los extraña.

Más allá de que hoy aparezcan miles de aparatos para comunicarse, no es lo mismo, no estás. En la vida uno tiene que tomar decisiones, y si no las tomas estás siempre preguntándote por qué. Yo prefiero andar con las dificultades de la nostalgia, pero estar seguro de que es mi vida y que la asumo con riesgo y decisión. P: Y aun así imagino que será duro... R: Durísimo. La primera vez que fui a Catania pasó algo durísimo. Estábamos en verano. Ya se olía la posibilidad de ir a Italia. Pero no fue hasta diciembre cuando, de un día para el otro, sale que me voy. Al principio bien, contentos, y en el momento que estoy preparando la maleta para irme, el del medio, Gianluca, que tendría 12 años, llega de jugar a la pelota y me viene a


saludar. Veo que se va rápido, que sube las escaleras y que no baja, así que subo y le veo en el baño llorando. Me quería matar. Le digo: “¿Qué te pasa?”. “Nada, papá, nada”. “Cuéntame qué te pasa”. Y me dice: “No quiero que te vayas”. Cuando me dice ‘no quiero que te vayas’ todo lo que pueda contar de ese momento es poco… Entonces, hablé con Carolina (la madre de Gianluca) y le dije: “No voy, me quedo”. Sentía la responsabilidad sobre mi familia, pero a la vez había un instinto, yo sabía que me tenía que ir, que tenía que probar si estaba capacitado para dirigir en Europa y si estaba preparado para encontrarme con todo lo que me iba a pasar posteriormente. Es egoísta, pero hay que elegir. P: Su jefe de prensa y amigo, Pepe Pasqués, ha escrito para M116 sobre el Diego Pablo amigo y persona. ¿Qué es para usted la amistad? R: Habló dentro de los límites, ¿no? (risas). No puede contar todo… ¿La amistad? No tengo muchos amigos. La amistad es fidelidad, es saber que una persona más allá de no hablarte, de no tener contacto, está presente y eso refleja el sentimiento de lo que me pasa con mis amigos. No necesito verlos, sé que están. Saber que si levantas el teléfono a la hora que sea, el otro te va a responder. La fidelidad en la amistad es algo que no se negocia y, ante eso, soy muy reservado y detallista. Tengo pocos pero los que tengo son buena gente.

R: No sé. Veo difícil explicar el porqué la gente te puede seguir. La verdad es que no me pongo a estudiar por qué la gente puede tener afecto hacía mí. Yo creo que la gente quiere espontaneidad. Una vez leí un libro en el que se decía que si el 50 por ciento de la gente te sigue, siéntete dichoso, es un montón. No hay que detenerse a decir ‘éste me va a querer, éste no me va a querer’. A la larga es peor, porque la gente en algún momento se termina desnudando. P: ¿Se ha preguntado alguna vez ‘qué ha hecho para merecer esto’? R: No me detengo a pensar en lo que me va pasando. Yo debuté a los 17 años en primera, a los 20 me fui a Europa, a los 18 debuté en la Selección argentina, a los 35, después de dejar de jugar un día, empecé a ser entrenador al siguiente. Después de entrenar en Argentina, enseguida me apareció la posibilidad de ir a entrenar a Catania. Volví a dirigir en Argentina, me vino el Atlético de Madrid... Mi vida siempre fue sin tiempos. Pasaron tantas cosas en

P: Una de sus máximas es que el esfuerzo no se negocia. Pero, ¿qué tiene que pasar para que Diego Pablo Simeone piense que el esfuerzo no vale la pena y tire la toalla? R: Ver que la gente no te responde hace que el esfuerzo no valga la pena. Cuando hay gente que no te responde soy el primero en decir basta. Cuando la gente te responde, todo se puede. Sin embargo, cuando ves gente vacía, cuando pierden la ambición, esa pasión por lo que se está haciendo y por lo que vos les tratas de transmitir, ahí hay que decir basta. P: Como jugador tiene un palmarés importante. ¿Su don ha sido elegir bien los equipos o su aportación fue clave para llegar a ser campeones? R: Las situaciones ocurren por algo. Al Atlético de Madrid llegué y nos costó, porque el primer campeonato fue duro, fue difícil, nos salvamos de bajar a Segunda en las últimas fechas. A partir de ahí éramos un grupo extraordinario que consiguió potenciar las cualidades que tenía el equipo y recuperó la esencia del club, los sentimientos. Después me tocó ir a la Lazio, que era un gran equipo, al cual por cierto no quería ir porque yo estaba muy bien en el Inter, como en su día tampoco me quería ir del Atlético de Madrid... Yo sabía que en el Inter iba a salir campeón. Dije entonces que al año siguiente, el equipo donde yo estuviera iba a salir campeón. Estaba loco. Y pasó. Formamos un equipo que era extraordinario y ganamos la Supercopa europea, la Copa italiana, la Supercopa italiana y la Liga. Se dieron las situaciones; ahora que, seguro, tuve participación

“Prefiero a un jugador rebelde que a uno tibio, frio, ausente, porque sabes que a esos es muy dificil recuperarlos”

P: Da una imagen de metódico, calculador… Los que le siguen, ¿por qué le siguen a usted y no a otro?

todo este tiempo que a veces uno no logra disfrutar del momento, y esa es una lucha interna que yo tengo conmigo mismo. La gente que lo ve desde fuera debe pensar ‘éste debe disfrutar, éste lo debe pasar genial’. Lo pasamos, sí, pero son momentos muy pequeños los que disfrutas, porque después siempre estás focalizado en ganar, en mejorar, en crecer, en lo que le pasa a uno, al otro…

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en todos esos grupos que salieron campeones. P: Kiko recuerda cuando usted llegaba al hotel y le ponía las pilas... R: Hay una anécdota muy buena de Kiko. Recuerdo el último partido contra el Albacete. Nosotros veníamos de empatar en Tenerife y al partido siguiente el Valencia jugaba de local, si empataba nosotros salíamos campeones y yo le decía: “Muchacho, ¿cómo vamos a salir campeones en mi casa?”. ¿Cómo vamos a salir campeones mirando la televisión, haciendo zapping y le dices a tu novia, a tu madre o a tu amigo que ya eres campeón? No es real. El sentimiento mío decía que después de estar todo un año esperando para salir campeón no podía ser de esa manera. ‘¡Que gane el Valencia!’. El Valencia ganó y la noche después llamé a todos: “Muchachos, mejor así, va a estar la cancha que explota”. Yo me imaginaba todo lo que pasó, fue algo superior... Los días previos nos fuimos a Los Ángeles de San Rafael pedido por los jugadores, que queríamos aislarnos, estar juntos tres días antes de la final, pues para nosotros el partido frente al Albacete era una final. La tarde previa al partido fuimos a almorzar y a las dos y media nos fuimos a la habitación a dormir la siesta y nos pusimos la alarma a las cinco para ir a merendar. A las cuatro el cuerpo tenía hormigas, tenía de todo… Yo no podía parar, me levanté y empecé a golpear todas las puertas y a decir “¡Arriba, arriba!” a todo el mundo, “¡Basta de dormir, no se puede dormir más!”. Puedes imaginar las respuestas varias que tuve, unas mejores y otras peores... (risas). Cuando íbamos para el campo vimos algo que no olvi12 MINUTO 116 • ABRIL 2013

daré jamás. Era un auténtico hormiguero de gente rojiblanca, así que cuando estábamos llegando le dije a los muchachos: “O ganamos o ganamos, no hay otra salida. ¡Es que no hay otra salida!”. Era ganar o ganar. Ganamos. P: De esto deduzco que no le gustan los caminos fáciles. R: Es que nunca me gustaron. Nunca me sentí cómodo en los caminos fáciles, siempre me sentí mucho más a gusto, mucho más en mi hábitat en la dificultad, porque siempre me ha tocado desde chico vivir esa situación. No vengo de un club grande de Argentina, mi camino para llegar a un club grande futbolísticamente tampoco fue fácil. Tuve que pasar por el Pisa, fui creciendo en el Sevilla, llegué al Atlético de Madrid y luego el Inter, que quizá institucionalmente sea el club más importante a nivel mundial en el que participé. Como entrenador poco más de lo mismo. Agarré a Racing en un momento de agonía, me fui a Estudiantes, que estaba aislado de lo que era ‘campeonar’ en ese tiempo, y consecuentemente todo lo que me ha pasado fue ligado mucho más al esfuerzo que a las facilidades que se te dan cuando entras en un gran equipo y todo sale mucho más natural.

to complicado, complicadísimo. Sabía que tenía que estar preparado para sobrellevar esa situación y rendir bajo esa responsabilidad. Cuando llegué todo el mundo me preguntaba: “¿Qué sientes?”, ¿Qué iba a sentir? Que era un desafío y aún hoy lo sigue siendo. En aquel momento era una responsabilidad muy grande porque la gente idolatra al jugador que hoy se confunde con el entrenador por las cosas que está logrando. Más allá de cómo me vaya en estos cuatro años que podamos estar aquí al jugador ya no lo toca nadie, ya está, el jugador fue, sigue siendo un ídolo. Con el entrenador podrán estar hoy más contentos, mañana más enojados, pero al jugador no lo van a tocar. Cuando llegué había una confusión en el sentimiento. En mi lugar exponía al jugador con el entrenador, era una doble situación y, a más afecto, más cariño que la gente del Atlético de Madrid me da, que me lo da siempre, la responsabilidad crece.

“Salir campeón es fantástico, pero lo que más importa, es lo que le dejas de ti a las personas”

P: Ahora entiendo que llegase al Atlético, pero esta vez para entrenar. Definitivamente no le gustan los caminos fáciles. R: Yo sabía que eso iba a pasar, que iba a llegar en un momen-

P: Dijo justo antes de que llegase Manzano que no era su momento. ¿Cree que su carrera como entrenador ha sido una preparación para llegar al Atético en el momento exacto? R: Yo nunca me quise ir, como de casi todos los lugares de los que me terminé yendo como jugador de fútbol, porque me apego mucho a los sentimientos y me aferro mucho a lo carnal, al ida y vuelta con la gente. Cuando te tienes que ir de un lugar, por más que me digan que va a ser un lugar mejor, me ‘jode’. Prefiero pelear con la


gente que interpretamos el mismo sentimiento que ir teóricamente a otro lugar, a algo que dicen que es mejor pero que no sabes si lo es. Cuando estaba aquí de jugador ya veía que las situaciones se iban poniendo más dificultosas para poder jugar. El entrenador que estaba entonces ya entendía que mi presencia lo perturbaba en cuanto a cómo llevarme, creo que no me llevó de la mejor manera, pero eso es sólo un pensamiento, tampoco era muy difícil de llevar. P: ¿Considera que el entrenador es más importante que el jugador? R: No. Nunca he creído que el entrenador sea importante, nunca. Siempre creo que el jugador es mucho más importante que todo lo que nos rodea, mucho más que el entrenador. Creo que el jugador tiene que sentir la capacidad y la importancia de ser él mismo, no puede estar esperando que el entrenador le quiera más para ser mejor y un entrenador que le quiera menos para ser peor, ese jugador no sirve. El jugador siempre es importante. Si viene un entrenador y yo como jugador no soy querido por el entrenador, es un problema suyo, no mío. Yo sigo siendo bueno y sigo preparándome para ser mejor; ahora, si el entrenador no me quiere, no me elegirá, pero eso es problema de él, no problema mío. A partir de eso veía que me quedaban pocos meses para una supuesta renovación porque se me terminaba el contrato. Nunca me gustó imaginarme, con todos los respetos para los que lo hacen, llegar a una situación en la que me den a chicos de ocho años para que me quede. ‘Te doy una categoría por lo que fuiste como jugador’. Entonces hablé con mi familia y les dije:

“Me tengo que ir”. Me tengo que ir porque necesito terminar jugando, me voy a preparar para ser entrenador -ya me estaba sacando el curso-. Me fui a Argentina, seguí jugando y terminé de prepararme como entrenador. P: ¿Cómo vivió la transición, si podemos llamarla así, que sufrió desde el campo al banquillo? R: Ya en mi último periodo como jugador, sin querer ocupar el lugar del entrenador -nunca lo hice

y nunca me lo permitiría- en las reuniones empezaba a hablar de táctica, empezando a sentir a los jugadores. Yo era consciente de que algo en mí se estaba preparando... No es lo mismo hablar como entrenador que como jugador, pero en esos momentos yo ya me preguntaba: ‘¿Cómo será?’. Entonces volví a Argentina, jugué, me fui preparando hasta que me apareció la oportunidad de entrenar. Mi foco, y siempre lo hablábamos con todos los que me

Simeone, en su casa, disfrutando de un mate.

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rodean, era el Atlético de Madrid. Lo busqué, lo quería, quería llegar. Cuando se me preguntó en algún momento por el Atlético creía que no era mi momento, sabía que iba a llegar cuando la situación se diera y que ojalá estuviera preparado. Es lo mismo que me preguntan con la Selección argentina: “¿Te gustaría dirigir a la albiceleste?”. Me gustaría, pero ojalá que llegue en el momento que tenga que ser y que esté preparado para poder demostrar lo necesario cuando estás ahí. P: ¿Es ese uno de sus sueños? R: Yo creo que, en el momento en que me ponga a pensar que quiero llegar a la Selección argentina, no va a pasar. Lo que tengo que hacer es ser cada día mejor entrenador, porque ser seleccionador no es fácil. Nosotros vivimos más del día a día, del entrenamiento, de tener al jugador cercano todos los días. El lugar del seleccionador es otro. Hoy me gusta más el día a día. P: ¿Se toma más tiempo para decidir el equipo que pondrá el próximo domingo o para decidir que deja un equipo y empieza en otro? R: (Risas) Seguro que en el equipo del domingo, ninguna duda. Me marcho es: ‘Me levanto por la mañana y me voy’. Soy instintivo y espontáneo, lo que me hace ruido me hace ruido y no lo puedo detener. Yo digo que la seducción, la ambición y la motivación son cosas que van ‘encolumnadas’. Cuando una de estas tres cosas empieza a decaer viene el lío. Si vos entiendes que hay algo que rodea a todo lo tuyo, que está pasando, hay que actuar antes. No me gusta esperar, no me gusta saber lo que va a pasar y no actuar.

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P: Ahora ha firmado un contrato por cuatro años, el contrato más largo de la historia del club y de cumplirlo serían cinco años y medio. ¿Esto es porque hay un vínculo especial con el Atlético de Madrid? R: Sí, evidentemente, es un desafío lo que hemos firmado. El desafío es traer la estabilidad y el equilibrio que el Atlético necesita para poder crecer como institución. A veces me pongo a pensar dónde está la estabilidad, dónde está el crecimiento... Nosotros necesitamos crecer económicamente si queremos ser mejor institución. Para crecer económicamente necesitamos generar una buena cantera y entrar en Champions. Mientras no interpretemos eso, la gente que queremos al Atlético de Madrid no podremos crecer como institución. Sin estabilidad no nos vamos a poder permitir pelear por los grandes logros que todo hincha quiere. No tener el presupuesto que tienen el Barcelona o el Real Madrid nos aleja de una mínima posibilidad de decir: ‘Aspiro a ganar la Liga’. P: Entonces, ¿qué debe hacer el Atlético para ser candidato real a ganar la Liga? R: Una Liga no la ganas en un año, hay que tener estabilidad y equilibrio en lo económico. No me gusta mentir a la gente, esa es la realidad. La fuerza económica de un club está en la cantera y la Champions. Tener chicos que puedan salir para tener ventas y entrar en Champions. Si tienes ingresos vas a ser mejor equipo y entonces empiezas a luchar contra los poderes económicos y, después, el resto de situaciones. Ojalá que podamos llegar todos los años a una final, porque no es fácil lo conseguido en estos seis meses:

dos títulos, a los ocho meses otra final... Muy pocos equipos en la historia, exceptuando los más importantes, repiten finales con los mismos grupos en tiempos tan cortos. Algo hay. Ahora la necesidad y la fuerza que debemos tener como institución es no romper nuestra estructura y potenciar el crecimiento interno para ser más competitivos. Todo lo otro se dará naturalmente. Obviamente estos cuatro años no son porque un día me levanté y dije: ‘Voy a quedarme otros cuatro años porque me gusta Madrid’. No, más allá de que me guste Madrid. hay un porqué; crecer institucionalmente. El camino está marcado: cantera y Champions League. P: Habla de estabilidad y de crecer, pero ¿sólo para el equipo o también para usted? R: Yo creo que me puede más la obsesión y la ambición que tengo por ver al club institucionalmente mejor en los próximos cuatro años que mi propia estabilidad. P: ¿Antepone al club por delante suyo? R: Sí, sin dudarlo. El club es mi familia. Cuando discuto a veces con los jugadores digo: “Yo compromiso no tengo con nadie, mis hijos están en Argenina”. Así que lo único que tengo que hacer es ganar. Lo único que me exigen a mí es que el equipo el domingo rinda. Que uno se enoje, que el otro hable... Eso no me preocupa.

“Nunca lo dije pero la verdad es que me llena de orgullo que Gabi lleve el número 14”


P: Una de las campañas de captación de socios del club preguntaba: ‘Papá, ¿por qué somos del Atleti?’ ¿Ha conseguido dar respuesta a esa pregunta? R: Es buenísimo... La respuesta está ahí: no hay respuesta. Hay sentimientos que no se pueden explicar y eso es bueno porque los sentimientos son lo más puro que hay. Aparecen y uno, a veces, no sabe cómo explicarse esas cosas.

que esa es la clave para que esto prospere? R: Para lograr eso necesitamos estabilidad, una fuerza económica que nos permita traer jugadores y hacerles saber que es un lugar donde se pueden quedar cobrando bien, teniendo buenos contratos... Eso, evidentemente, va a potenciar a la institución. Para conseguir sponsors, publicidad, marketing, tienes que ganar.

P: Entonces para usted el Atlético es eso, algo más... R: Es, sin duda, un sentimiento. Yo he tenido la suerte de que en todos los clubes donde he estado he dejado una marca. Lo pudieron ver ustedes cuando nos enfrentamos a la Lazio cómo me quisieron, con el Inter... Pero yo me acuerdo siempre que cuando iba de vacaciones por Europa, sobre todo aquí en España, la gente iba por la calle y me decía: “Ahí va Simeone, el del Atleti”, y para mí era maravilloso. Yo estaba en el Inter o en la Lazio y no me identificaban con esos equipos. Eso es buenísimo.

P: ¿Qué se hace para cambiar la vida de un club como éste? R: No se puede cambiar de un día para otro. Yo siento que hay mucha voluntad y entusiasmo por hacer las cosas bien. Hay que agarrarse de ese entusiasmo y de esa voluntad y no dudar, porque en el éxito es difícil mantener el equilibrio, la dureza con la cual lograste encaminarte. Ese es el momento en el que desde todos los estamentos del club tenemos que ser fuertes.

P: Siempre hay algún club especial, ¿no? R: Sí, pero sería irreal decir que eso no lo siento por otros clubes donde estuve. Pero aquí, en el Atlético, he vivido cosas muy fuertes. Me fui sabiendo que me tenía que ir... Tuvimos la suerte de salir campeones, luego volví en otro momento de dificultad y se hicieron las cosas bien. Hay muchas cosas que nos unen y esperemos, olvidándonos de todo esto, trabajar en el día a día, que es lo que nos moviliza. P: Una de las cosas que dijo hace poco es que no quería que el Atlético fuera un club trampolín. ¿Cree

P: Como entrenador ha vivido ya tres finales. Después de toda la preparación los días previos, ¿qué se le pasa por la cabeza cuando suena el pitido inicial? R: Tranquilidad, tengo una paz y una tranquilidad absoluta, lo juro por Dios. Ya empieza lo más lindo que tiene el fútbol. Yo creo que la final es de los jugadores. La final es un momento especial en el que el entrenador tiene participación en la formación, pero, evidentemente, varía poco de lo que se hizo durante el año. También tiene participación en algún cambio importante, pero la final es lo más grande y es de los jugadores. Yo les digo: “Pensad que para llegar a una final tienes que llegar a la de Champions o de una copa, ya que en la Liga no hay final”. Debes

“Desde el momento en que asumí la responsabilidad y el desafío del Atlético de Madrid no me imagino tomando la decisión de irme”

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ver que jugar una final es lo más grande que te puede pasar, es otro partido, un partido diferente. Hay un camino sólo. Tranquilidad. P: Ha cambiado no sólo al club sino también a jugadores como Diego Costa, Juanfran, Gabi... ¿Es más importante el talento innato de los jugadores o el trabajo, el esfuerzo y la dedicación? R: El talento es importantísimo. Si le añades el esfuerzo aparece el aprendizaje, el crecer, el mejorar. Si no tienes talento, capacidad y creatividad es más difícil. El entrenador puede potenciar al jugador con su cuerpo técnico, desde el preparador físico, nutricionista, los fisios... Pero si vos no tienes algo natural es muy difícil. P: Se criticaba mucho a los jugadores antes de llegar usted. Se cuestionaba el sentimineto atlético de los jugadores, ¿qué ha hecho para transmitírselo? R: Yo creo que hay que ser cuidadosos con esto. Nosotros en la 94/95 logramos echar tres entrenadores. Cuando yo llegué en enero la primera reunión que tuve dije: “Muchachos, no pasa absolutamente nada. Está claro que cuando se marcha un entrenador es porque ustedes están haciendo las cosas mal, pero a mí no me asusta porque yo como jugador en este mismo club, antes de salir campeones, echamos a tres entrenadores”. A nosotros nos llamaron mercenarios, nos insultaban, nos querían matar a todos... Don Jesús, que en paz descanse, hacía 44 reuniones por día. Pero posiblemente no habíamos encontrado el grupo interno, que es fundamental. Sin él, da igual el entrenador que haya. Yo cuando llegué en enero, apenas entré al vestuario y 18 MINUTO 116 • ABRIL 2013

los vi, me pareció que estaba con ellos desde hace mil años y eso sucede pocas veces. Yo me acuerdo que hablé con Diego, con Falcao, con Arda (en turco con Ata). Hablé también con Miranda, que incluso se quería ir porque no jugaba y yo le decía: “Pero Miranda, tú jugaste en el São Paulo. Yo sé lo que es el São Paulo, son 120.000 personas todos los partidos en Libertadores. ¿Cómo no vas a jugar en el Atlético de Madrid?”. El entrenador llega un momento en el que siente si el grupo está o no está. Hay un silencio y aparece la atención. Cuando sientes la atención es el momento de atacar; si no atacas y pasa la atención eso no se recupera.

jugando en la piscina. Ella le decía: “¿Cómo te canta el tito?”. Y el niño contestaba: “¡Atleeti, Atleeti!”. ¿Es ese su sentimiento? ¿Eso es lo que demuestra también a sus jugadores? R: Ese es un dato precioso. Volvemos al liderazgo, yo no le digo a mi hermana que le cante a mi sobrino la canción. Creo que, naturalmente, hay algo que se le transmite y que le hace partícipe de lo que me pasa. Entonces, desde lo que vos le transmites a ellos, sin decirle lo que sientes y lo que tienen que hacer, ellos naturalmente se comportan así. Es difícil de explicar cuando vos sigues a alguien. Lo sigues porque algo te lleva. Hay cosas en la vida que uno no sabe por qué las hace, pero va para adelante porque te lleva la situación, porque evidentemente hay alguien que te impulsa y no te pide nada a cambio. Yo no le digo a mi hermana o a mi hijo que lo hagan. No le pido a los jugadores que me escuchen, me hablen o me sigan. Al contrario. Soy cercano pero al mismo tiempo distante. Los hechos marcan mucho más que cualquier tipo de situaciones para que te puedan seguir. Y ojalá que puedan.

“¿Mi lugar en el mundo? Argentina, la quiero”

P: Desde su llegada, el Atlético y todos los que lo forman han recuperado su idiosincrasia y el sentimiento de un club grande. ¿Cómo lo ha logrado? R: Yo creo que lo sienten en nuestra persona, porque desde el momento en que llegamos sentimos pertenencia por el lugar donde estamos. Nos encontramos con Gabi, Mario, Koke, Pulido, Joel y más chicos de la cantera que sentían lo mismo. Después había hombres como Tiago, Arda, Diego o Falcao -Tiago es un grande, le critican, pero es un jugador que ha jugado en el Chelsea y en la Juventus, y para estar en esos lugares hay que ser bueno-. Entonces yo me agarré de unos y otros para empezar a crecer como club y como equipo. P: Estando en el hotel de Mónaco, en la Supercopa, pude ver a su hermana con su sobrino, que estaban

P: Pero Simeone es muy cercano. Yo le he oído contar en alguna ocasión que habla con los jugadores la noche antes del partido… R: En las finales, en la previa del partido, no me gusta dar una charla técnica porque creo que los jugadores, en ese momento, están preocupados por jugar: quieren ganar, están nerviosos, acelerados. Entonces me detengo en el final de la noche para tener una


Siente la camiseta


reunión con ellos. Es como sucede con los hijos. La noche es el momento en el que están más calmados. Durante el día van acelerados, pero cuando hablas con ellos por la noche tienes un espacio en el que te permiten, en la previa de

P: ¿Es cierto que le pregunta el horóscopo a los jugadores cuando llegan? ¿Influye en el carácter? R: (Risas) No, más que el horóscopo, es la astrología. Yo me fijo en características de las personalidades, en las que son muy parecidas. A mí me gustan los jugadores que son rebeldes. Prefiero un jugador rebelde que uno tibio, frío, ausente, porque sabes que a esos es muy difícil recuperarlos. Prefiero un tipo peleón, rebelde, que en la discusión los dos nos saquemos las cosas. Y, obviamente, cuando aparecen distintas personalidades, uno dice: ‘Bueno, ¿y éste de dónde viene?’. Es de esta forma, o vamos a llevarle por este lado; éste necesita un poco más de agresividad, un poquito más de tranquilidad; no lo provoques porque va a responder; háblale solo que te va a escuchar más; háblale en un determinado momento… Un poquito de psicología.

“La amistad es fidelidad, es saber que una persona más allá de no hablarte, de no tener contacto, está presente. La fidelidad no se negocia” un gran encuentro, escucharte un ratito. Ahí trato de contarles lo que siento y lo que quiero de ellos en el partido. Pero no lo hago en todos, obviamente. P: ¿Lo hace uno por uno? ¿Los llama a su habitación? R: Sí. Me siento y empiezo a hablar de lo que quiero de ellos. Pero porque entiendo que el día de antes hemos hecho lo que hacemos en todos los partidos –mostramos vídeos, hablamos en una charla, les contamos lo que va a pasar–. Pero siempre el día anterior, porque yo me pongo en el lugar de un tipo que me viene a hablar media hora antes de un partido y, la verdad, no tengo ganas de escucharlo. ‘Éste me está hablando y yo estoy pensando que las entradas están allá, si mi mamá viajó, si mi novia está, si mi mujer va a venir al partido, si mi hijo se puso la camiseta, si traen la bandera…’. En realidad lo que le desgasta al jugador es todo esto. Y eso hay que liberarlo. Sacarle de situaciones que lo lleven a estar incómodo y tenso. Creo que el día de la final es un día mágico, un día que es de los jugadores.

20 MINUTO 116 • ABRIL 2013

P: Decían que Messi era el nuevo Maradona o que Xavi era el nuevo Guardiola. ¿Hay un nuevo Simeone? ¿En el Atlético ve alguno que sea un reflejo suyo? R: No, no. Pero sí es cierto que me llena de orgullo ver a Gabi con el número 14. Nunca lo dije pero la verdad es que me llena de orgullo. P: ¿Siente que es su prolongación en el campo? Distribuidor, organiza a todo el mundo… R: Yo le dije a Gabi cuando vine que tenía un recuerdo de él, de cuando era chico y estaba con nosotros. Y, la verdad, me sorprendió. Vi un hombre, un profesional, un capitán. Y esto es lo mejor que te

puede pasar: no quedarte con los pensamientos que uno tiene. Se lo dije a él, por eso lo cuento, porque me sorprendió. Repito, me llena de orgullo que lleve ese número. P: ¿Qué se siente cuando jugadores como por ejemplo Filipe dicen que les ha cambiado la vida? R: No es la primera vez que lo dicen. Abelairas, en River, y otro montón de chicos, a veces, cuentan esto. Yo creo que como uno se comporta en sus reacciones y en su día a día –en el entrenamiento, en el partido, en la personalidad–, después se comporta en su vida. Si vos no tomas decisiones, si no hablas, si no te rebelas, si eres una persona que solamente estás dispuesta a que te digan lo que hay que hacer, en la vida vas a ser igual. Y la vida es muy larga para llevarla de esa manera. Entonces, tratamos de que sepan que detrás de un futbolista, o mejor dicho, delante de un futbolista, hay un hombre. Y que un hombre con mejores situaciones humanas, obviamente, va a responder mejor en el fútbol. P: ¿Le conmueve escuchar esto? R: Yo creo que es el mejor premio que podemos tener como conductores. Salir campeón es fantástico, pero lo que más importa es lo que dejas en las personas. Lo que dejas es para toda la vida y creo que es lo más sano y lo más lindo que puede haber con los grupos con los que te tocó estar. Por ejemplo, yo me acuerdo del Estudiantes campeón, y el día que nos veamos con los muchachos con los que estuvimos en aquel periodo será un momento extraordinario, porque tuvimos vivencias muy fuertes. Para mí, eso es lo más lindo del fútbol.


P: Dijo en Mónaco, tras ganar la Supercopa, que el corazón había igualado al presupuesto. ¿Hay que jugar con el corazón o con la cabeza? R: Primero hay que jugar con el corazón. A partir de ahí, obviamente tienes que pensar de qué manera, estratégicamente, puedes hacer daño a un rival que muchas veces puede ser superior y otras inferior. Pero, sin duda, el fútbol es un juego de estrategia, más allá del talento individual y del potencial del jugador.

P: El otro día oí a un niño decir a otro: “Vamos a fundir al Madrid en la final de la Copa. Os vamos a dar para el pelo”. Habla mucho de los niños y de ese sentimiento atlético. ¿Se siente orgulloso y responsable de lo que se está generando? R: Yo creo que los chicos miran a los campeones. Los chicos se quieren hacer hincha del que sale campeón, no del décimo segundo de la tabla. Lo

que necesitamos, para tener más hinchas nuestros, es construir, crecer, no equivocarse. Estamos en un momento en el que nos han pasado muchas cosas importantes y tenemos que seguir paso a paso sin alejarnos del ‘partido a partido’, del ‘escalón por escalón’, institucionalmente. Y de esa manera, seguramente, vamos a tener más gente nuestra.

“Muchas veces no hace falta decir ‘te quiero’, sino mostrarlo”

P: ‘Partido a partido’. Has convencido a muchos con esta filosofía. R: Algunos lo están copiando: no vale copiar ¡eh! (Risas). P: ‘Partido a partido’, pero no me puede negar que se ha generado un sentimiento muy grande de orgullo por llegar, por ejemplo, a la final de la Copa del Rey. La afición ya está pensando en ella. ¿Es especial porque el rival sea el Real Madrid, por cómo se ha entrado o por el esfuerzo de equipo? R: Yo creo que es especial porque no sucede muchas veces. Habría que ir a ver las estadísticas para comprobar que un equipo repita finales en tan poco tiempo. A no ser que sea Barcelona, Real Madrid o Bayern de Múnich es difícil jugar finales tan seguidas. Eso ya es un orgullo para la institución y, sobre todo, para los jugadores. Y después, porque es la final más bonita que te puede tocar, sin duda.

La sonrisa de Diego cuando habla de fútbol.

P: Ya sé lo que me va a decir, pero el rival es el Real Madrid, y tiene que reconocer que hay un clima especial. R: Falta tanto que no tenemos tiempo para poder valorarlo. Sería peligroso pensar en eso ahora. ABRIL 2013 • MINUTO 116 21


Falta mes y medio donde tenemos que competir, donde no podemos alejarnos de nuestra fortaleza, que es el ‘partido a partido’. La mejor manera de llegar a ese momento va a ser trabajando bien ahora. P: Pero, ¿sería la guinda del pastel entrar en Champions y ganarle la Copa al Real Madrid? R: Sería… No, es que no te voy a contestar a esa pregunta. (Risas) Voy a llevarla por el lado que me conviene a mí. Para nosotros es

un orgullo jugarla y, evidentemente, jugaremos con la importancia que se merece esta final. P: En rueda de prensa es difícil sacarle del ‘sota, caballo y rey’. Sin embargo, en el campo es un entrenador pasional. ¿Cómo es posible ese cambio? R: Pero soy absolutamente lo contrario. Ya en Argentina tuve grandes agarres, tuve peleas (risas). Aquí son bravos pero lo dicen educadamente. Allá son más

tendenciosos y más vulgares. Yo al periodista no le pido que no critique, porque yo entiendo que vive de su trabajo y que su trabajo es la crítica. A mí lo que me calienta es cuando la crítica es injusta y tendenciosa, buscando una situación. Ahora, cuando me dicen: “Mira, el equipo jugó mal, el equipo no está rindiendo bien, éste no tiene que jugar porque creo tal y cual…”. Vale. Por más que seamos amigos es tu trabajo, ¿qué te voy a decir? ¿‘Defiéndeme’? ¿Qué me vas a defender? Si no, no harías bien tu trabajo. P: ¿Llegará un momento en que vuelva a Argentina? R: La verdad es que hoy no lo pienso. Es cierto que la nostalgia y tener lejos a mis hijos es una situación difícil. Tengo uno que ya es grande, el otro está camino de serlo y tengo uno chico. Pero desde el momento en que asumí la responsabilidad y el desafío del Atlético de Madrid por los años que hemos firmado, no me imagino tomando la decisión de irme. No puedo pensar tan a largo plazo. Te podría contestar que a Argentina la quiero, sí, aunque no sé dónde viviría. Si tengo que decir cuál es mi lugar en el mundo, para mí es Argentina. Ahora, ¿dónde trabajaría? Puedo trabajar en un montón de sitios.

Galería Simeone posa para M116.

22 MINUTO 116 • ABRIL 2013

P: ¿Se puede querer tanto a un país que tanto le critica? ¿Es cierto que ‘nadie es profeta en su tierra’? R: Es difícil de explicar. Están mis padres, mis hijos, mis amigos. Tengo amigos aquí, tengo amigos en Italia, pero hay cosas que no se eligen, se sienten. Yo creo que el periodismo argentino conmigo tiene una situación encontrada,


porque despierto amor y odio. Lo que hablábamos del 50 por ciento. Ojalá tenga el 50 por ciento. Me quedo con que si hay 45 firmo (risas). Pero me fui a los 20 años, volví a los 34. En seguida fui entrenador de equipos grandes. De los cinco equipos grandes dirigí a tres (Racing, River y San Lorenzo). Cuando dirigíamos, empezamos a vestirnos, de una manera diferente. Empezamos a tener jefes de

P: ¿Es consciente de la huella que está dejando en la historia del fútbol? R: Soy consciente de que he marcado como jugador, porque creo que he dejado una huella en los lugares donde estuve. Y mi objetivo es también dejarla como entrenador. P: ¿Por último, por qué el 14? R: El 14 lo usaba mi viejo cuando jugaba con los amigos. Cuando yo estaba en el juvenil, llevaba el 14 por él. Cuando empiezan a escribirse los números en la camiseta yo tenía el 10 y dije: “No, me voy a poner el 14”. Ese año salimos campeones. Y a partir de ahí, el mismo.

“Nunca he creído que el entrenador sea importante, nunca. Siempre creo que el jugador es mucho más importante que todo lo que nos rodea, mucho más que el entrenador” prensa, a manejar otra manera de entrenar, a tener ideas distintas. Y todo eso genera amor y odio. Pero no me detengo en la gente que no me quiere; al contrario, intento que sea más gente la que me aprecia y me quiera por una cuestión de que se vaya enganchando a lo que ven, y que poco a poco la gente que me quiere menos, se sume a la gente que me quiere más.

Por Diana Sanchidrián @dsanchidrian Fotos de Ángel Gutiérrez

P: Giovani -su hijo mayor- está en River. ¿Piensa que es un buen trampolín para dar el salto a Europa? ¿Le gustaría verle ‘cruzar el charco’? R: Sí, juega en River. Hoy no lo analizo, pero es un chico que está creciendo, que tiene un buen andar y que seguramente sería un crecimiento para él deportivamente. P: ¿Le gustaría que viniera al Atlético de Madrid? R: Puede ser. No lo sé, todavía no lo evalúo profundamente.

ABRIL 2013 • MINUTO 116 23


Simeone es...

DI FE RENQ TE Por Pablo Ramos @PabloRamosD 24 MINUTO 116 • ABRIL 2013

uién mejor que el propio Diego Pablo Simeone para describirse como jugador. “Aunque estoy muy contento con lo que di, siempre pensé que podía haber hecho más”. Estas fueron las palabras que pronunció el Cholo tras disputar el encuentro que le llevó a colgar las botas y a sentarse en los banquillos tan solo un día después. Ése es y siempre ha sido el espíritu que tuvo Simeone como jugador. Diego Pablo, un futbolista inconformista y pasional.


Si hablamos de balompié argentino, generalmente se puede distinguir entre dos tipos de futbolistas. Por un lado, los de gran capacidad técnica, también conocidos como peloteros, aquellos que miman la pelota con el cariño que sólo un argentino puede darle; por el otro, los jugadores potentes y fuertes tanto física como mentalmente, los llamados cancheros. Sin embargo, creo que muchos de ustedes, los que pudieron disfrutar del Cholo dentro del terreno de juego, coincidirán conmigo en que Diego Simeone podría situarse en un tercer escalón de futbolista argentino. Garra y calidad. Entrega y estrategia. Inteligencia y fuerza. Gran temperamento, contundente y bien dotado físicamente. Con visión de juego, aportaba en defensa y anotaba con una frecuencia inusitada para un jugador de su posición y características. Y si estos adjetivos se quedasen cortos, además hacía equipo en el vestuario y en el terreno de juego. Siempre inconformista, siempre quería más. Sin techo, ambicioso a más no poder. Diego Pablo siempre fue una pieza fundamental en el esquema de cualquier equipo dentro y fuera de la cancha.

Cuando se habla de Simeone como jugador, entrenador o persona, siempre son protagonistas la pelota, el fútbol, los goles y la estrategia, más si cabe haciendo hincapié en su nacionalidad. “Los argentinos tratamos de expresarnos mediante el fútbol, algo que no podemos hacer en otras facetas de la vida. Buscamos la manera de enamorarnos y apasionarnos con algo que nos entusiasma desde muy pequeños”, aseguraba en una entrevista tras su retiro como futbolista, momentos antes de comenzar su trayectoria como entrenador allá por 2006.

Siempre fue una pieza fundamental en el esquema de cualquier equipo, dentro y fuera de la cancha

Muchos entrenadores coincidieron en afirmar que el Cholo fue siempre una prolongación de sus decisiones en el césped. Simeone trabajó a las órdenes de técnicos de la talla de Basile, Passarella, Bilardo, Mancini, Bielsa o Luis Aragonés, quienes influyeron, sin duda, en todo lo que Diego nos regaló con botas y pantalón corto y en lo que ahora transmite desde los banquillos y la pizarra.

Diego Pablo Simeone debutó en Vélez pero, tres años más tarde, dio el salto a Europa, a Italia, con una no muy grata experiencia en Pisa. De la Serie A llegaría a España para consagrarse como futbolista, primero en Sevilla –concretamente en Nervión– y posteriormente en la capital, a orillas del Manzanares. Retomaría su periplo transalpino confirmando su coronación en Inter de Milán y Lazio, que constataron la progresión que había experimentado el porteño desde que abandonó la ciudad de la torre inclinada. Pese a todo, volvería al Atlético de Madrid años después, el club donde disfrutó de sus mayores triunfos para, finalmente, acabar retirándose en su país natal, donde, de un día para otro, pasó de vestirse de corto a ponerse traje y corbata en la banda del Estadio Presidente Perón, con Racing Club de Avellaneda.

Jugó 106 partidos como internacional, en los que disputó tres Copas del Mundo defendiendo la albiceleste y llenó su zurrón con cuatro títulos: dos Copas de América, una Copa Confederaciones y la plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta ‘96. A nivel de clubes pudo levantar dos Ligas (una en España y otra en Italia), dos copas, dos Supercopas –una italiana y otra de Europa–, una Copa de la UEFA y una Recopa. Eternamente ídolo o eternamente odiado, el Cholo fue genio y figura por allá donde pasó su fútbol y a nadie dejó indiferente, pues su estampa dividió a más de una ciudad. Ya en la recta final de su carrera, el propio Simeone aseguró que “la ilusión, la sensación y las ganas que uno tiene, supera todo. La base no es pensar en objetivos a largo plazo, sino crecer día a día y afrontando cada partido como si fuese el último. Esa es la prioridad”. Desde que debutase como profesional en 1987, el Cholo cogió los galones de director de orquesta y líder dentro de los campos con diversas camisetas y fue sentando las bases de un oficio, el de entrenador, que lleva por dentro desde que comenzara su carrera. Así, el 25 de febrero de 2006, de un día para otro Diego Pablo Simeone pasó a la banda, de traje y corbata negros. Fue un placer verte jugar, Cholo.

De un día para otro, pasó de vestirse de corto a ponerse traje y corbata con Racing de Avellaneda

Galería

ABRIL 2013 • MINUTO 116 25


Trofeo Artemio Fanchi

1993

TÍTULOS COMO JUGADOR DE SELECCIÓN

Copa de América

Copa de América

1991

1993

Medalla de Plata en JJOO

1996

Copa de Confederaciones

1992

Argentina 1988-2002

COMO JUGADOR DE SELECCIÓN Supercoppa

Liga

Serie A de Europa 1999-2000

1995-1996

TÍTULOS COMO JUGADOR DE CLUB

Vélez Sarsfield 1987-1989

Pisa

1990-1992

Sevilla

1992-1994

Copa del Rey

Copa de la UEFA

1995-1996

1997-1998

Atlético de Madrid 1994-1997

Inter de Milán

1997-1999

1999

Coppa Supercoppa de Italia de Italia

1999-2000

2000

Lazio

1999-2003

COMO JUGADOR DE CLUB

1987

COMO ENTRENADOR DE CLUB

TÍTULOS COMO ENTRENADOR DE CLUB

26 MINUTO 116 • ABRIL 2013

1990

1995

2000


3

FICHA DIEGO PABLO

SIMEONE

106 partidos, 11 goles

98 partidos, 21 goles

Atlético de Madrid 2003-2005

Racing de Avellaneda 2005-2006

2005

2012

2010

1. Racing de Avellaneda feb. 2006-may. 2006

2. Estudiantes de La Plata 1

2

3

4

5

6

may. 2006-dic. 2007

7

3. River Plate

dic. 2007-nov. 2008

4. San Lorenzo de Almagro abr. 2009-abr. 2010 Trofeo Apertura

2006

Trofeo Clausura

2008

UEFA Europa Supercopa League de Europa

2011-2012

2012

5. Catania

ene. 2011-jun. 2011

6. Racing de Avellaneda jun. 2011-dic. 2011

7. Atlético de Madrid

2013 • MINUTO 116 27 dic.ABRIL 2011-actualidad


E

sta podría ser, sin duda, la frase que mejor definiría el trabajo de Diego Pablo Simeone como entrenador. Capaz de unir bajo su figura a un vestuario antes conflictivo, la unidad que logra el argentino es una de las claves de su éxito al frente del grupo. Simeone es uno de esos técnicos que ‘hace equipo’, quizá porque su tránsito del terreno de juego al banquillo de Racing fue cuestión de un día; quizá porque sus entrenadores ya veían en él su representación en el campo. En 2006, con 36 primaveras a sus espaldas, asumió el reto de dirigir a los que en ese momento eran sus compañeros de vestuario. Al frente de Racing, con el apoyo total de la plantilla pero con ciertas discrepancias con la afición, logró salvar al equipo. Había comenzado su carrera y, como si de la universidad se tratase, cinco años más tarde lograría cumplir su objetivo: entrenar al Atlético de Madrid. Tras abandonar Racing en su primera etapa, el Cholo cogió las riendas de Estudiantes de la Plata. Al frente 28 MINUTO 116 • MARZO 2013

Por Jaime Aznar @jaimeaznarsanzo del Pincha logró su primer campeonato, el Torneo Apertura de 2006. No fue un título cualquiera, porque con él nada sucede de cualquier forma. Estudiantes se alzó campeón tras ganar por 2-1 en el partido de desempate a Boca Juniors, con José Ernesto Sosa, la Bruja Verón y el Tanque Pavone como estrellas. Meses más tarde, en diciembre, por discrepancias con la directiva y el proyecto, Diego puso fin a su contrato. Pero tan sólo ocho días después tomó el mando de River Plate. Pronto se metió al Monumetal en el bolsillo hasta alzarse con el Torneo Clausura de 2008, con un equipo que contaba en sus filas con Radamel Falcao. Llevó a los millonarios a lo más alto pero se fue dejándoles en lo más bajo, últimos. El equipo no salía adelante, los resultados no acompañaron y la situación se volvió insostenible. El Cholo dimitió. Por San Lorenzo de Almagro pasó cumpliendo objetivos, pero sin pena y sin gloria. Estaba listo para dar el salto a Europa.

Su primer destino en el viejo continente no fue un reto sencillo: salvar al Catania del descenso. Cuando el míster aterrizó en Italia se encontró a un equipo débil, a tres puntos de los puestos de descenso y en caída libre. El Cholo le imprimió carácter y aplicó sus máximas, que el esfuerzo no se negocia y que hay que ir partido a partido. El Catania no sólo se salvó, sino que obtuvo el mejor resultado, hasta ese momento, de su historia en la Serie A y terminó en el puesto número 13. Pese a tener firmada una temporada más, Diego volvió a demostrar que para trabajar debe estar cómodo; y si no lo está es mejor marcharse. Así lo hizo. Preparó las maletas y volvió a cruzar el charco rumbo a Racing de Avellaneda. En su segunda etapa en Racing llegó el subcampeonato, pero tras un cambio en la directiva que le había fichado y los cantos de sirena que sonaban cada vez con más fuerza a orillas del Manzanares, el Cholo presentó su dimisión. Ahora sí, era su momento. El 23 de diciembre de 2011 se cerraba el círculo. Diego juró que volvería y volvió. El argentino es un hombre de palabra. El antaño 14 rojiblanco asumía el reto de devolver al Atlético a su lugar en el fútbol español e internacional. Desde que pisara por primera vez, traje en mano, el Vicente Calderón hasta hoy, Simeone ha mantenido la misma filosofía con la que comenzó su carrera: ir ‘partido a partido’ y, sobre todo, no negociar el esfuerzo. Él mismo declaró que a su llegada se encontró un equipo roto, sin ganas y sin convencimiento, que había sido eliminado en Copa por el Albacete, un Segunda B. Su primera misión junto a Germán

Ahora más que nunca el Cholo puede ser él mismo


Simeone un entrenador muy activo. (Ángel Gutiérrez)

Burgos fue recuperar anímicamente a esos 23 hombres y recordarles que jugaban en el Atlético de Madrid. La afición creyó en él, el equipo creyó en él y los resultados le dieron la razón. Su fútbol se basa en el orden defensivo, la presión constante y la contundencia de cara a portería. Juega con un 4-2-3-1 y, pese a que nadie puede considerarse insustituible a orillas del Manzanares, la afición es capaz de recitar de memoria el equipo que les llevó a la gloria en Bucarest: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Mario Suárez, Gabi; Arda Turan, Diego, Adrián; y Falcao. Los hombres del Cholo. Esta temporada el planteamiento ha sido bien distinto. La posibilidad de diseñar la plantilla y, sobre todo, de planificar desde cero la campaña, ha hecho que el míster haya llegado a usar 23 jugadores diferentes en una misma semana. Ahora más que nunca, el Cholo puede ser él mismo. Como entrenador destacan sus dotes para unir al grupo en torno a su figura, la ambición, la lucha y el esfuerzo. Pero sobresale aún más su capacidad de sacar el máximo de los jugadores, pues Juanfran, Filipe o Gabi han mostrado su mejor ver-

sión bajo el mando del bonaerense. Sería injusto finalizar el repaso de la trayectoria del técnico argentino sin acordarse del Mono Burgos o del Profe Ortega, entre otros. Todos son un equipo bajo su mando, desde el presidente hasta el último recogepelotas, pasando por Falcao. Todo tiene que estar controlado. Así es el Cholo.

TRAYECTORIA COMO ENTRENADOR CLUB

PAÍS

AÑO

Racing Club

Argentina

2006

Estudiantes LP

Argentina

2006 - 2007

River Plate

Argentina

2008

San Lorenzo de Almagro

Argentina

2009 - 2010

Catania Calcio

Italia

2011

Racing Club

Argentina

2011

Atlético de Madrid

España

2011 - Presente ABRIL 2013 • MINUTO 116 29


Entrevista a

Giovanni Simeone “Es un orgullo llevar el apellido Simeone”

Por Diana Sanchidrián @dsanchidrian

A

pesar de su juventud –17 años–, el primogénito de Diego Pablo Simeone tiene las cosas muy claras. Con una magnífica facilidad para expresarse ya deja entrever rasgos del carácter de su padre. Giovanni sonríe cuando se habla de la exigencia del Cholo, pero no tiene dudas al decir que es “el mejor padre del mundo”. RM116: ¿Qué significa Diego Pablo Simeone para usted? G.S.: Mi padre es una referencia, primero como papá, porque me enseñó un montón de cosas y también porque, cuando lo veía de chico, jugando en la cancha, era algo impresionante. Como dicen, daba todo de sí mismo y eso me ha llegado mucho a mí, a mis hermanos y a mi mamá. Nos hacía emocionar mucho a todos. P: Al ser una referencia, ¿piensa a menudo en qué haría él en su situación? R: La verdad es que sí. Confío mucho en él, tiene las cosas muy cla30 MINUTO 116 • ABRIL 2013

ras y sabe lo que quiere. Nosotros, la familia, estamos apoyándole siempre. P: ¿Cuál cree que es el mejor consejo que le ha dado? R: Que me divierta, que juegue al fútbol y que disfrute. Ese es el consejo que siempre me da. Me dice que disfrute del fútbol, que es lo más lindo que hay. P: El Cholo tiene fama de estricto… R: (Risas) No me digas… No sólo como entrenador, ¿eh?, también como padre. Me quedo con el Cholo padre, como entrenador no he trabajado con él. Pero como papá es el mejor. Obviamente ‘rompe las bolas’, como todo padre, pero hace cosas que me gustan mucho: me da libertad y respeta mis opiniones. P: Simeone asegura que fue muy duro venirse a Europa y dejarles en Argentina. Supongo que fue difícil para todos. R: ¡Ufff! Al principio cuando nos los contó nos dolió a todos; a mí, a

mis hermanos, a mi mamá… Pero es fútbol y sabíamos que algún día iba a pasar y teníamos que acostumbrarnos a lo que pensaba. Él suponía que le iba a ir bien, así que le apoyamos y mira ahora cómo está… P: Da la impresión de que para el Cholo estar en el Atlético es como si fuera su destino… R: Sí, yo creo que él tenía pensado venir aquí desde que se marchó como jugador. Siempre dijo que volvería. Era el destino, él sabía que iba a llegar… Él nada más que luchó y se estuvo preparado para cuando le tocara. P: ¿Llevar el apellido Simeone es una responsabilidad o le ayuda a abrirse puertas? R: Tiene sus pros y sus contras. Para las cosas buenas, parece que cuenta el doble, que resplandeces. Pero tiene sus cosas malas, porque cuando te sale algo mal estás más señalado vos que otra persona. Pero bueno, eso es algo a lo que ya me acostumbré, como cuando,


por ejemplo, vamos al colegio y te ven de distinta forma. Nosotros intentamos ser uno más. Eso sí, ante todo es un orgullo llevar el apellido de Simeone, que es nada menos que el entrenador del Atlético de Madrid. P: Está jugando en las categorías inferiores de River Plate. ¿Le gustaría venir algún día a Europa a jugar? R: Obviamente, es un objetivo que me puse desde chico, que siempre he tenido en la cabeza. Todos los días, cuando me levanto y me voy a entrenar, pienso en llegar aquí. P: ¿Y si fuera en el Atlético? R: Sería algo el doble de lindo. P: ¿Cómo ve a su padre en el banquillo? R: Es un loco bárbaro (risas). Tiene un montón de gestos y de maneras que me hacen reír un montón. Y más cuando grita los goles, eso es lo mejor de todo. P: ¿Qué le diría cuando le ve por televisión dirigiendo un partido? R: Me río mucho, mucho. Se le transforma la cara, pone gestos que no le había visto nunca. Cuando empieza el partido es otra persona. P: ¿Cambia mucho de padre a entrenador? R: Sí, se pone estricto y parece un tipo serio, pero no lo es. A mí siempre me hace reír un montón. Como padre creo que disfruta de sus hijos. Siempre que el trabajo se lo permite, hace todo lo posible por estar con nosotros. Es lindo tener un padre así.

Gio en las gradas del Cerro del Espino, Ciudad Deportiva del Atlético de Madrid. (Ángel Gutiérrez)

P: ¿Se vería en un futuro jugando bajo sus órdenes? R: Eso es otra cosa que me puse en la cabeza. Que algún día me dirigiera sería lo más lindo. Donde sea, en el equipo que sea, pero sé que algún día va a pasar.

de clubes, pero nosotros le apoyamos. Sabíamos que iba a pasar porque era su sueño, para él es su segunda casa y estábamos seguros de que no iba a despedirse así. Yo creo que va a dar mucho más para este club.

P: Su padre siente el Atlético de una forma especial. ¿Es un sentimiento común a toda la familia? R: Sí, sin duda. Al igual que cuando era jugador. Para mi mamá y para mí (mis hermanos aún no habían nacido) era muy especial. El Atlético nos dio todo, es como una casa para él y también para nosotros.

P: ¿Nota diferencia entre el trato en Argentina y aquí? R: Aquí es diferente, estuvo mucho más tiempo, dio muchas alegrías y hay un montón de gente que le quiere. Le dicen muchas cosas lindas. Incluso a mí, y digo: ‘Pero si yo no hice nada’ (risas). Me siento orgulloso.

P: ¿Qué cambiaría de él? R: Que no sea tan molesto cuando le pido cosas (risas). Nada más.

“El Atlético nos dio todo, es como una casa para él y también para nosotros”

P: ¿Qué pensó cuando le dijo que iba a renovar por cuatro años? R: Me ‘regustó’, porque no sólo es bueno para él sino para un montón de gente que le quiere y que esperaba esa decisión. Era difícil tomarla porque podría haber ido a un montón

P: ¿Qué le dicen los jugadores de su padre? R: No hablo mucho con ellos, pero de lo que veo siento que están contentos, que se sienten bien, libres de hacer lo que quieran. Mi papá no sólo es estricto, sino que hace un montón de cosas para que los jugadores se sientan bien. P: ¿Le gustaría que se quedase aquí mucho tiempo? R: Sí, firmó por cuatro años… Y si se queda más, también me gustaría. ABRIL 2013 • MINUTO 116 31


CUANDO SE APAGAN

LOS FOCOS

S

eguramente una inquietud de la gente sea la de saber si los personajes públicos de cualquier actividad son en su vida personal tal y como se muestran en el desarrollo de su trabajo. Esa pregunta también me la hacía yo en mis años de juventud, cuando comencé a dar mis primeros pasos en el periodismo deportivo y empezaba a ver de cerca a jugadores y técnicos reconocidos. 32 MINUTO 116 • ABRIL 2013

El paso del tiempo me llevó a contestarme esa pregunta con un hombre conocido mundialmente a través del fútbol: Diego Pablo Simeone, quizá un ejemplo aislado en el espectro de los famosos, pero mi ejemplo, al fin y al cabo. Aquel enero de 2005, cuando el Cholo llegó a Racing Club de Argentina para iniciar sus últimos pasos como futbolista, le conocí siendo yo jefe de prensa del primer plantel. El comienzo de la relación fue mera-

mente profesional, pero el día a día nos llevó a respetarnos y a comenzar a conocernos personalmente. Abundar en detalles sería hablar de lo que la gente conoce sobradamente sobre su proyección desde ese momento, aunque hay anécdotas de situaciones vividas que marcan claramente la personalidad de Simeone. Para mí fue impactante ver su convicción para tomar la decisión de pasar de jugador a técnico de la noche a la


El Cholo, al término de una rueda de prensa. (Ángel Gutiérrez)

Cuando se apagan los focos, se cierran los micrófonos y el estadio se queda vacío, Diego vuelve a jugar el partido en la mesa de un restaurante

mañana, resignando sus últimos meses de futbolista para coger una responsabilidad al frente de un equipo que se tuteaba con el descenso, cuando cualquier otro hubiera preferido pasar desapercibido y esperar un mejor momento para iniciar su nueva profesión en el fútbol. Ahí se destacan aspectos de su personalidad que conviven en el hombre del fútbol y en el ser humano de todos los días. Convicción, carácter, responsabilidad, intuición. Pero estas líneas piden otras cosas. Quizá la mirada que pueda tener puertas para adentro, cuando se apagan los focos, cuando se cierran los micrófonos y cuando el estadio queda vacío. ¿Saben qué? Él no se apaga, no se cierra y no queda vacío. Todas las imágenes le quedan grabadas y el partido se vuelve a jugar en una mesa de cualquier restaurante, pero acompañado por su gente, los que le rodeamos y a quienes nos hace partícipes de opinar y preguntar, incorporando lo que escucha, siendo abierto y amplio. Eso sí, las copas dejan de ser recipientes de bebida para convertirse en jugadores con los que explicar los movimientos tácticos. Es difícil separar lo personal de lo profesional, porque su vida gira, con matices, en torno al fútbol. Durante el año y medio que estuve con él en Estudiantes de La Plata empecé a descubrir al hombre íntimo. Cada día de esa etapa recorríamos la carretera 140 kilómetros ida y 140 kilómetros vuelta, y allí surgieron los sueños, las anécdotas, la problemática cotidiana. Y también el ser humano que supo escuchar, en silencio, cada cuestión personal que yo le contaba, aportando su visión, su preocupación y sus soluciones, incluyéndome en su vida como si nos conociéramos desde chicos. Y lo sigue haciendo, de

todo lo bueno y todo lo malo que pueda ocurrirle a lo largo de la vida, con una palabra, un gesto o, simplemente, un abrazo. Amante de esas reuniones de amigos donde es él quien se pone manos a la obra y prepara el asado y de los domingos en familia cuando el fútbol lo permite, hoy la distancia no le impide estar cerca de sus hijos, preocupándose de cada detalle de sus vidas y viajando a verlos a Argentina cuando queda algún hueco profesional, sin reparar en tantas horas de vuelo que demandan la ida y la vuelta. Las ruedas de mate, la radio y la música romántica se alternan con las muchas horas de vídeos, análisis y preparación de entrenamientos y partidos. Diego es un tipo como cualquier otro, que se toma tiempo para él y para su entorno, que vive intensamente y que se vacía cada jornada dando todo de sí. Cada error y cada derrota le potencian sin que exista en su esencia el bajar los brazos, teniendo claros sus objetivos y pidiendo sin pedir: sólo profesionalidad y fidelidad. Esto es, en definitiva, la conjunción entre la labor y el costado personal de Diego Pablo Simeone. Un míster, un hombre, un amigo. Por José Luis Pasqués Jefe de prensa de D. P. Simeone @Pepepasques

ABRIL 2013 • MINUTO 116 33


Así hablan de... José Luis Mendilibar “El Atleti de Simeone es un equipo grande que corre y pelea como un equipo pequeño”

Juanfran Torres “Simeone es clave por su exigencia, por lo que nos inculca cada partido”

Radamel Falcao “Simeone me enseñó a vivir el fútbol como la vida”

Mario Suárez “Simeone es el mejor entrenador que he tenido”

Carlos Salvador Bilardo “Simeone será entrenador de Argentina”

José Luis Pérez Caminero “Simeone es el alma del Atlético de Madrid ahora mismo”

Raúl García “Simeone nos hace sentir importantes a todos”

Vicente Del Bosque “El Atlético de Madrid con Simeone se ha hecho un equipo”

Rubén Uría “El Atleti es religión y Simeone su profeta”

Marcelo Bielsa “Le tengo admiración”

Gabi Fernández “Simeone es la base de este proyecto”

Pep Guardiola “El Atleti es una expresión de Simeone”

34 MINUTO 116 • ABRIL 2013


CODO CON CODO MARZO ABRIL 2013 • MINUTO 116 35


Simeone en argentina C

reen por acá que hay algo de tozudez, pero nadie deja de reconocerle su valentía. Muchos huirían de los escenarios más adversos, pero Diego Simeone se los busca y nunca pide que le comprendan ni se refugia en las excusas. Simplemente vive así. Un hombre ardoroso, con una vehemencia que nace casi por una imposición: tratar de no perder jamás y a nada. Perfeccionista y mandón, nunca negocia la ambición. Sus equipos reúnen geometría, talento, mecánica y pasión. A su imagen y semejanza. Él dobla la apuesta. Siempre. Algunos le comprenden y otros no. Como tiene un furioso rechazo por la indiferencia, los riesgos son su combustible. No deja que le hablen de pausas, él toma decisiones y se somete a las consecuencias. Le sobra espíritu de revancha y apetito de reivindicación. Simeone es puro vértigo, nada de mirar para atrás. Hay un proyecto final en él, que consiste en ganar y ser el mejor a través de las personas que dirige. A veces se imagina bajo sospecha. Una sugerencia: a Simeone hay que seguirle con atención, pues no dirá nada por

casualidad. Maneja con astucia el mundo mediático y es tan paciente como rencoroso; a quien crea que corresponde aclararle algo, ya se lo hará saber. Si alguien le desafía, se obsesionará hasta derrumbar molinos de viento.

el técnico ya se probaba su primera corona con Estudiantes de La Plata. Prepotencia de trabajo y talento al estilo Simeone.

El esfuerzo auténtico siempre estará por encima de la inspiración momentánea. El Cholo es un constante formador de conceptos que enriquece el debate y obliga a subir el nivel de la discusión. Puede no atrapar todas las adhesiones, pero nadie jamás se atreverá a decir que improvisa. Simeone fue un futbolista incapaz de claudicar, generoso, que contagiaba una épica que ahora como técnico busca que se vuelva epopeya en una cancha. Arrojo hasta la inmolación. O lo tomas o lo dejas.

Por Cristian Grosso Periodista de La Nación @crgrosso

“Es un constante formador de conceptos que enriquece el debate y obliga a subir el nivel de la discusión”

36 MINUTO 116 • ABRIL 2013

Cuando ya se acababan sus días como futbolista, todos sabían que se convertiría en entrenador. “Quizá dentro de cuatro o cinco años lleguen los títulos, ¿no?”, le preguntaron por entonces. Al Cholo no le gustó nada el plazo. “O en dos: el tiempo es para los que no se esfuerzan”, desafió. Sólo 10 meses después de despedir al inagotable volante,

En Argentina saben que no hay imposibles para él.


Ticketbis.com, una nueva forma de ir al fútbol E volución. Del mismo modo que el balón no se detiene a lo largo y ancho del planeta tampoco lo hacen la infinidad de detalles que rodean al espectáculo que más masas mueve en el mundo. Distintas voces se han esforzado desde hace tiempo en pregonar la necesidad de que los grandes estamentos se adecúen al siglo XXI e introduzcan la tecnología en el terreno de juego, de igual forma que ha impregnado el resto de aspectos que rodean al deporte rey.

Nostálgicos de décadas pasadas, sentimos deciros que el fútbol que añoráis pertenece a otro tiempo. Los campos de barro, los pantalones que apretaban el muslo y los defensas con bigote ya pasaron. Como también quedaron atrás las imágenes de colas interminables en las taquillas de cualquier estadio. Y si no, que se lo pregunten a los que ya han comprado sus entradas online para vivir en directo la próxima final de la Copa del Rey. 17 de mayo, la fecha que todo futbolero de bien tiene marcada en rojo en el calendario. A diferencia de otros años, si algo está claro desde antes

de que se juegue el partido, es que la Copa se queda en Madrid. Colchoneros y merengues, si no queréis perderos esta cita todavía estáis a tiempo de comprar vuestras entradas en Internet. Gracias a la gran cantidad de usuarios que cada día ponen a la venta sus entradas en plataformas como Ticketbis.com, se pueden encontrar localidades aunque en las taquillas del estadio estén agotadas. Buenas noticias además para los que ya compraron entradas y por cualquier motivo no podrán asistir al gran encuentro, ya que a través de esta plataforma también pueden venderlas cómodamente. La compra y venta de entradas, que hasta ahora se había producido de manera desorganizada y en la calle, encuentra la seguridad y la transparencia en el mundo online, donde plataformas como Ticketbis cubren de garantías y seguridad a compradores y vendedores. Más de un millón de entradas disponibles para todo tipo de eventos: partidos de Champions League, Europa League, las principales ligas europeas e incluso de la Copa Libertadores sudamericana. Si además de quedarte afónico con un gol de tu equipo buscas saltar

en un concierto, emocionarte desde la tribuna de un circuito de Fórmula 1 o pedir las dos orejas en una plaza de toros, esta web también puede ser tu página de referencia en Internet. Por su amplísima oferta, su atención y su garantía. Bienvenidos a la evolución.


Su liderazgo era algo innato

También hizo al Inter campeón

Capitán de la albiceleste Neptuno y Diego, Amigos íntimos

38 MINUTO 116 • ABRIL 2013

La primera llegó en La Romareda


El 14 vendría más tarde

En Vélez ya se intuía el hombre que iba a ser Diego 2017

Ya de pequeño acostumbrado a las corbatas

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ABRIL 2013 • MINUTO 116 39


EL

7-0

NO SE OLVIDA MÁS Por Ezequiel Costa @ezequieldcosta

E

n el pasional, y violento, fútbol argentino a los derbis se les llama clásicos. Más allá del superclásico Boca-River, los dos partidos de máxima rivalidad seguramente sean el Central-Newell’s y el EstudiantesGimnasia, choques que parten a la mitad ciudades como Rosario o La Plata. No es exagerado aseverar que para muchos hinchas ganar el clásico es salvar la temporada. Más que ganar un título. En la misma línea, perder un clásico mancha toda una campaña. Para siempre. Lo primero es no perder para evitar las ‘cargadas’ rivales del día después, de la semana después, de… Hasta el próximo clásico. Por eso es lógico que el empate sea el resultado más repetido en estos duelos. Y, por eso, las (escasas) goleadas en estos partidos se tornan indelebles en la memoria colectiva. Pero si entre dos archirrivales se da un 7-0, más que una goleada es

40 MINUTO 116 • ABRIL 2013

Derbis del Mundo una afrenta para toda la eternidad. Ése fue el humillante marcador que Estudiantes le propinó a Gimnasia y Esgrima el 15 de octubre 2006, cuando los pincharratas, dirigidos por Diego Pablo Simeone, lograron la máxima diferencia en la legendaria historia del ‘Clásico de las Diagonales’, llamado así porque el trazado de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, está surcado por calles diagonales. Aquel día, en el controvertido estadio Ciudad de La Plata, los tantos de Estudiantes eran marcados por José Luis Calderón (3), Diego Galván (2), el ex del Betis Mariano Pavone y Pablo Lugüercio, mientras que los triperos acababan con nueve jugadores por las expulsiones de Germán Basualdo y Matías Escobar. Lógicamente, a medida que iban cayendo los goles la fervorosa parcialidad del Lobo obligó, incidentes mediante, a parar el partido, el cual, milagrosamente, se reanudaría después. El árbitro Héctor Baldassi debía prolongar, como mínimo, cinco minutos, aunque, tras escuchar las peticiones de jugadores de ambos equipos, decidió finalizarlo en el 90. “Me puse en la piel de los que están enfrente y no es lindo perder un partido así. Pero esto es un juego y no hay que dramatizar”, comentaba sobre el césped Juan Sebastián Verón, capitán del León, en un gesto que también recuerda a Iker Casillas en la final de la última Eurocopa ante Italia. Por su parte, el Cholo Simeone, que llevaba 11 partidos como entrenador de Estudiantes tras su breve experiencia de debut en Racing, valoraba la sensacional goleada apelando a la hinchada: “Esto es para ellos, que lo disfrutan de una manera especial porque enfrente está Gimnasia. Los jugadores sintieron el corazón de la


Un 7-0 entre dos archirrivales no es una goleada, sino una afrenta para toda la eternidad

La hinchada de Estudiantes no olvidará nunca aquel derbi.

gente y jugaron de esa manera. El colorido que había en las tribunas era impresionante. Ojalá podamos manejar siempre la misma capacidad para entender los partidos”. Lo cierto es que faltaban ocho jornadas para finalizar el Torneo Apertura de 2006 y, después de ese rutilante triunfo, Estudiantes encadenaría una serie de victorias que le harían acercarse a Boca, que gozaba de una gran ventaja y al que le valía con sólo un empate en las dos últimas jornadas para lograr el título –en los quioscos ya se vendían especiales sobre el Boca campeón–. Sin embargo, los auriazules perdieron ambos encuentros, situación que fue aprovechada por el equipo de Simeone para igualarle en el primer puesto, lo cual forzaba un desempate. En la final, el Pincha levantó incluso un 0-1 adverso para liquidar a Boca en un 2-1 que le permitía proclamarse campeón 23 años después de su última liga. “Hoy consigo mi primer título como entrenador. Esto me emociona mucho. Los colores rojo y blanco me vinieron bien. En la vida siempre hay que creer”, declaraba entonces un eufórico Simeone ante la increíble

remontada de un equipo que viste una camiseta similar a la de Atlético de Madrid. El desempate ante Boca en cancha de Vélez, el 13 de diciembre de 2006, será inolvidable para los hinchas de Estudiantes, aunque para ellos nada puede compararse con el 7-0 ante los triperos. José Luis Calderón, delantero que marcó un triplete aquel 15 de octubre, lo resumía tras la goleada frente a Gimnasia: “Este es un resultado que se da una vez en la vida”. Asimismo, la goleada al eterno rival motivó la creación de una bandera que la hinchada ‘pincha’ luce con orgullo en todos los partidos, incluso en los de visitante, pues en Argentina no se concibe una popular sin trapos. Desde entonces, no hay encuentro donde la parcialidad de Estudiantes no cante a grito pelado (es necesario entonar con la música del popular ‘Tractor amarillo’ de Zapato Veloz): “Pincharrata, de mi vida, gracias por esta alegría / muchas gracias, jugadores, gracias por salir campeones / ay, ay, ay, ay, el 7 a 0 no se olvida más / ay, ay, ay, ay, el 7 a 0 no se olvida más”.

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ABRIL 2013 • MINUTO 116 41


FALSO 9

EMPACHO DE POTASIO

Por Julián Carpintero @carpintero_jcg

“Tengo un sueño. Que un día todo valle será alzado y toda colina y montaña será bajada, los lugares escarpados se harán llanos y los tortuosos se enderezarán y la Gloria del Señor se mostrará y toda la carne juntamente la verá”. Cuando desde todos los rincones del planeta aún aplaudían el vibrante espectáculo que los dos colosos mundiales habían ofrecido en la ida de las semifinales de Copa del Rey que el Bernabéu había tenido el lujo de acoger, el siempre perspicaz Daniel Alves cambió sus estrafalarios pantalones de lunares y gafas ‘hipsters’ por una toga más propia de un predicador para, con resignación, espetar que el racismo en los campos de España era una guerra perdida.

Evidentemente, la sala de prensa del Camp Nou tiene bastante menos carga simbólica que el Monumento de Washington dedicado a Lincoln, pero sólo el espacio físico-temporal y la ausencia de un bigote de lo más sesentero separaban a Alves en aquel momento del malogrado Martin Luther King. Los ideales se mantenían intactos, pues las convicciones del líder de los derechos civiles y las del bravo lateral brasileño eran igual de férreas. Él sólo quiere ser feliz jugando al fútbol. Con sus carreras, sus regates, sus bailes. No le importa que le piten, por un oído le entra y por otro le sale. Pero lo que el inconformista carrilero no está dispuesto a tolerar es que el irreverente populacho que acude a los campos le

Hasta hace no mucho, los seguidores del Zenit tenían vetada la llegada de jugadores negros a su equipo

42 MINUTO 116 • ABRIL 2013

martillee con un coro de ruidos simiescos cada vez que toca el balón o cae -fortuitamente- al césped. Sin embargo, el 2 del Barcelona debería darse con un canto en los dientes porque únicamente sea la hinchada rival quien la tome con el color de su piel cada vez que intenta alcanzar la línea de fondo. Hasta hace no mucho los seguidores más radicales del Zenit tenían vetada la llegada de jugadores negros que ‘ensuciasen’ la impoluta casaca blanca del club de San Petersburgo, mientras que a Kameni un sector de la grada del extinto Montjuic le hizo saber, altavoz en mano, que para ellos no era más que ‘basura’. No obstante, quizá el episodio más flagrante y que más entristecería al idealista Alves sería el que aconteció en la últimamente extra sensibiliza-


FALSO 9

Los inicios de Barnes en Liverpool no fueron fáciles.

Barnes jugó en el Liverpool durante diez años y aún hoy es considerado uno de los mejores de la historia red

da, racialmente hablando, Inglaterra. El 15 de agosto de 1987, en el también derruido campo de Highbury, Arsenal y Liverpool alzaban el telón de una Liga inglesa que todavía no se había rebautizado como Premier League.

inicio, cuando menos, complicado, Barnes permaneció una década en Anfield y aún hoy es considerado uno de los mejores futbolistas que han honrado a la institución de la margen izquierda del Mersey.

Aquel día, Alan Smith debutaba con los gunners mientras que Peter Beardsley lo hacía del lado red junto a un extremo que Kenny Dalglish había fichado desde el Watford tras volver loca a la Argentina de Maradona el día de la mano de D1 0S. El chico, de 24 años, se llamaba John Barnes, había nacido en Jamaica y, consecuentemente, tenía la tez oscura, algo que a los supporters más puristas del Liverpool les disgustó tan profundamente que, desde el Fondo del Reloj, comenzaron a arrojar una lluvia de plátanos durante el calentamiento al desconcertado Barnes. Tras este

Sí. Dani Alves tiene un sueño. ¿Qué importan el dinero o los títulos? Él, como Martin Luther King, sabe que “todos los hombres han sido creados iguales y no aspiro a otra cosa que mis hijos puedan vivir en un país donde no sean juzgados por el color de su piel sino por su reputación”. Sólo queda esperar que las vidas de estos dos defensores del abolicionismo no terminen de la misma –y trágica– manera y su sueño cristalice en un fútbol sin plátanos ni monos.

ABRIL 2013 • MINUTO 116 43


FALSO 9

LITROS DE

FÚTBOL Por Mario Becedas @mariobecedas

Qué se busca en el fondo de una copa o en un acelerón de Ferrari. Qué es sentirse con el poder. Tenerlo todo en un instante y que el ansia de adrenalina se lo lleve por delante. Esta disertación seguramente es la que más noches se ha sentado en la barra con uno de los mejores díscolos a los que hemos tenido el honor de dejar entrar al garito de nuestra amada Liga. 44 MINUTO 116 • ABRIL 2013

Más que un artículo, el volante sin freno de Mestalla, Éver Banega, precisaría de un ofuscado dietario periodístico para dar fe de sus inusitadas correrías en tan corto espacio de tiempo y, quizá, de fútbol. El serial de este joven con mirada profunda de cherokee vengativo se va renovando a cada previa de partido, ofreciendo un recital digno de folletín que frota

las manos de todas las redacciones que se precien en los márgenes del Turia. Y es que, cada semana, una contra-crónica le espera agazapada en su chepa. Curioso le resulta a un servidor el observar cómo alguien que nació sólo un mes antes que él es todo un jugador de elite ajado de millones


FALSO 9 puntual. La muchas veces compleja grada valencianista aplaudió, pero mascullando para otro lado. Lo que dejó, probablemente, a nuestro protagonista maldiciendo aquel día que Internet le humilló. “Todo por un vídeo”, pensará cuando arroje la toalla sobre la taquilla del vestuario. Toda la vida acordándose de su prometedor debut hispano empañado por un desliz frente al monitor que le dejó, si no hundido, sí tocado. Quizá ese fue uno de los motivos que lo empujaron algún día que otro a caer en los taburetes de la ‘Taberna de Moe’. Una copa para olvidar, otra para no recordar. Hacer ese homenaje a Homer Simpson montado a horcajadas sobre toneles del preciado placebo líquido escudriñando para la eternidad un brindis ‘por el alcohol, causa y a la vez solución de todos los problemas de la vida’. Al estilo del siempre elogiado Churchill, quien tomó grandes decisiones después de vaciar la barrica de whisky. También estuvo el prócer inglés con la musas de Baco cuando propició la carnicería de Galípoli, en los tiempos en los que Austria era aún un Imperio.

El partidazo de la segunda vuelta liguera contra el Barça le sirvió como enésima reivindicación puntual

Ese mismo ‘por favor’ que seguro se ha cernido más de una vez sobre Banega cuando haya abierto el párpado y se haya jurado en domingo que cambiará de vida, como cantaba La Fuga. Se lamentará hasta que caiga el sol y se enciendan los neones de las discotecas mediterráneas de ser el protagonista de unas aventuras que amplían su leyenda pero esconden su buen fútbol. El partidazo de la segunda vuelta liguera contra el todopoderoso Barça, gol incluido, le sirvió como enésima reivindicación

mia. Perseguir la pelota o hacerlo con el Audi enganchado al surtidor de gasolina al que se te ha olvidado echar el freno de mano. Romper cinturas sobre el tapete o romperse la tibia parando un coche de lujo con la rótula emulando a un Superman con gafas de sol y ceñida camiseta de pico. Por el bien de los verdes escenarios que Éver vuelva por sus fueros, los del fútbol. Que aparque los onanismos, mentales y cibernéticos. Y que si es cierta la leyenda de que algún domingo Kubala le dio al frasco, le lavaron la cara y se bebió como un chupito al equipo que fuese menester, permitan que Banega aprenda por sí mismo a moderar el repostaje de divino combustible. Aún le quedan litros de buen balompié por descorchar. De momento, valencianistas, y pese a que el recuerdo fallero aún está reciente, no le tiren petardos, porque puede explotar.

Es en este punto donde se fermenta el dilema de Banega. Su genialidad en una baldosa. Sus grandes pases, sus llegadas al área, su certero remate. O la resaca de su irregularidad. Los efluvios de las mañanas legañosas con la boca pastosa. La distracción que empieza a impregnarlo todo en los intersticios de la nocturnidad y esporádicos controles de alcohole-

Ever Banega.

y con coches caros que tiene constantemente a una institución como un club de fútbol con el Gelocatil en la chaqueta. Los dolores de cabeza que hacen arder al argentino por la mañana los sufre el murciélago ché cada anochecer, cuando ambas sombras se dan el relevo al batir las alas. No hay que remontarse muy lejos, cuando febrero asomaba su locura por el horizonte, para recordar una de las penúltimas jaquecas provocadas por el rosarino, todo un clásico que a nadie pilló desprevenido. Aparecer cuando ya el gallo se iba a acostar en el entreno con una, siempre supuesta, resaca digna de Max Estrella fue la gota que no pudo colmar un vaso ya roto desde hacía tiempo. La papeleta de Valverde fue en ese momento harto singular. Hasta el punto de la metamorfosis que sufrió la tez del Txingurri cuando en la sala de prensa le preguntaron por el hecho. De repente, sus líneas se descompusieron en una iracunda reacción que precedió a un indignadísimo: “¡Por favor!”.

ABRIL 2013 • MINUTO 116 45


Mis Villanos Favoritos

P

ara algunos fue una especie de Mourinho de marca blanca. Ese otro hombre al que no rodeaba tanto boato pero que igualmente supo lo que era ponerle en la nariz al Barça de la brillantina un pañuelo con cloroformo. Fiel a su linaje, hizo de la sarracina futbolística su estrategia y con ella consiguió poner al Camp Nou mirando a La Meca. Y así nos hemos acostumbrado a contemplar al sombrío Kurban Berdiyev, con gesto adusto y recitando entre dientes mientras manosea las cuentas de su tasbih, esa suerte de rosario islámico que se ha convertido para él en lo que fue el puro para Churchill. Y, con ese collarcito, que no suelta ni en las ruedas de prensa, ha paseado por Europa el nombre de un equipo que él reinventó mientras recitaba en el banquillo los noventa y nueve nombres de Dios. El Rubin Kazan, un equipo sin apenas historia que antaño jamás supo lo que era competir en la primera división soviética, se hizo grande con la llegada del nuevo milenio. Kamil Iskhakrov, presidente del club y por aquel entonces también alcalde de la ciudad, se encaprichó de un turkmeno que andaba entrenando a un equipo de medio pelo tras una experiencia frustrante como seleccionador de su país. Y, con la llegada de Berdiyev, a los Tatáry empezó a no reconocerlos ni ‘la madre que los parió’. Aparcaron su política de recolección de viejas glorias rusas y empezaron a intere46 MINUTO 116 • MARZO 2013

KURBAN BERDIYEV sarse por la importación. La táctica, por entonces novedosa, era sencilla: el mandamás sacaba el fajo de rublos y al foráneo pretendiente se le olvidaba automáticamente el frío que hacía en Rusia. Esta práctica, ciertamente más mainstream en la actualidad, provocó que los tártaros, siempre más interesados por el hockey sobre hielo, empezaran a degustar el fútbol y que, por consiguiente, el epicentro del balompié ruso comenzase su moderada translación desde Moscú hacia las estepas del este.

pan en la ribera del Manzanares. Frío y plano, pero desesperantemente triunfante. De tan básico, alguno dirá que aburrido. Decía Rudyard Kipling que la victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén. A Berdiyev, suní testarudo, no parece importarle nada de cuanto amasa. Su procesión va por dentro. Ganar y rezar. A partes iguales. Por Fran Guillén @guillenfran

El fervoroso Berdyev había prometido peregrinar a La Meca tras cada gran triunfo de su equipo. Y, cuando allí ya le conocían hasta los guardas de tráfico, cayó en la cuenta de lo que había empezado a refulgir el caballo alado que cada jugador del Rubin tiene estampado en el vientre. Introvertido y obsesivo, el entrenador comenzó a saber lidiar con la etiqueta de rival maldito para el Barcelona de Guardiola, que se deshilachaba cada vez que el prudente y paciente equipo de Berdyev, cincelado casi como su autorretrato, mojaba la pólvora de tanta escopeta y dejaba al mejor Barça perdido, como reflejado en un pasillo de espejos que le terminaban por distorsionar. Y con ese credo de evitar el error antes que buscar la floritura, el Rubin también terminó por ser el general Sheridan para los indios que acam-

Berdiyev, siempre con su rosario en mano.


Por Deporte

“¡DILE A TU

COLEGA QUE

Estampa digna de postal del Valle Blanche, en Chamonix. (Luis Aznar)

SE LE ESTÁ

CONGELANDO

LA CARA!” “¡Dile a tu colega que se le está congelando la cara!” Suena raro, ¿verdad? Pues esta frase la escuchó un servidor hace apenas unos días cuando comenzaba, junto a dos amigos, el descenso del Valle Blanche, un recorrido de cerca de 25 kilómetros para enlazar, esquiando, los 3.842 metros a los que se encuentra el Aiguille du Midi con los poco más de 1.000 de la localidad francesa de Chamonix. No será porque no nos lo había advertido Pierre, nuestro guía. No nos había dado la mano y ya nos comentaba el frío de la cueva en la que comenzaríamos nuestro recorrido. Unos poco amables 30 bajo cero, aderezados con vientos de 120 kilómetros por hora, nos esperaban en la zona donde todavía ajustábamos los arneses y las cuerdas para cubrir los 250 primeros metros de descenso, cruzando la arista que da acceso al inicio de la bajada. Nada más salir de la cueva donde te deja el segundo de los teleféricos que debes tomar para alcanzar la cima, el latigazo fue bestial. Aún no sé si me impresionaba más el frío o el estrecho camino a recorrer con los esquís a la espalda. Allí

Por Luis Aznar, Redactor de Marca. @luis_aznar

cuentan que ninguno de los que han resbalado por la cara norte ha podido contarlo… Y no me extraña. Ahí, donde la sensación térmica es indescriptible y agarrados a una cuerda con los dedos que todavía sentíamos, es donde mi amigo estuvo cerca de dejarse el pómulo como un mapa. Afortunadamente, no pasó a mayores (aunque estará unos cuantos días a base de pomada y con la zona insensible) y media hora después pudimos comenzar lo bueno, lo verdaderamente divertido. Por delante, tres horas de descenso en los que atravesamos dos glaciares, disfrutando de una nieve virgen que se regenera casi a diario y de un sol que ayudó a que el día fuera perfecto. Desde luego, el descenso cubrió con creces las expectativas. Docenas de montañas que superan los 3.000 metros rodeándonos. 10 minutos, 15, 20… Bajando sin cruzarte con un alma. Lenguas de hielo de un azul intenso aquí y allá. Lo dicho, un paraje incomparable en el que el deporte se mezcla con la naturaleza. Es complicado explicar la sensación que uno tiene cuando le advierten de

Galería

que no se puede quitar las tablas en ningún momento porque los 400 metros de hielo que tiene debajo pueden resquebrajarse. La adrenalina y las ganas de salir zumbando, rompiendo la nieve en cada giro, se mezclan a partes iguales. Unos instantes después miras atrás y te das cuenta de lo que te hablan al ver enormes bloques de hielo amenazantes en la falda de la montaña y grietas que has ido esquivando casi por arte de magia. Una sensación parecida, aunque mucho más sosegada, es la que tienes mientras recorres el cauce natural de un río congelado, otro de los pasos obligados en el descenso del Valle Blanche, justo después de superar el Glacier du Geant. Gira aquí, gira allí, donde la montaña manda, no donde tú quieres. Haz caso, es lo mejor. Y desde allí hasta la llegada, varios kilómetros de llanuras de nieve impoluta en el Mer de Glace. Esta zona ya es otra cosa, te dejas llevar, disfrutas de todo lo que acabas de ver y de vivir. Dejas atrás un rincón en el que se puede escuchar a la naturaleza.

MARZO 2013 • MINUTO 116 47


s Vocezadas ori Aut

Periodismo de bufanda:

de frente o camuflado

Por Manu Carreño @manucarreno

A

ntes de nada, desear toda la suerte del mundo a esta nueva publicación digital, que en su cabecera hace mención al minuto más glorioso en la historia de nuestro fútbol. Aquel ‘Iniesta de mi vida’ quedará también grabado en la memoria de todos. Lo pronunció José Antonio Camacho en la final del Mundial de Sudáfrica, pero lo podíamos haber pronunciado cualquiera de nosotros que estábamos por allí o cualquiera de los que lo estaban viendo por la tele en aquel momento. Parece que cuando juega la Selección española, La Roja, la mayoría nos volvemos un poco más forofos. No nos importa hacer, por momentos, de aficionados. Juega España y se permiten más licencias. No es que dejemos de ser objetivos, pero si el árbitro se equivoca y sale beneficiada España nos alegramos y no dudamos en decirlo... Es algo que ocurre, generalmente, en los medios de comunicación locales, donde las radios, televisiones y periódicos, suelen ir siempre con el equipo de su tierra, sin disimularlo en absoluto. ¿Y eso está bien o está mal? ¿Hace bien el periodista de Telemadrid, por ejemplo, en ser declarado defensor de los equipos de la Comunidad por encima de todo? ¿O los de Valencia, Barcelona, Bilbao o 48 MINUTO 116 • ABRIL 2013

Sevilla? ¿Es casi una obligación moral si trabajas en un medio de comunicación de Valladolid –por poner un ejemplo que afecta a mi tierra y para que nadie se enfade– ponerte la bufanda de tu equipo y dejar claro que ante todo son los colores de tu club? Pues esté bien o mal, eso ocurre. No en todos los casos, pero sí en una gran parte de la profesión. ¿Es más fácil hablar mal del Betis si vives y trabajas en Zamora que si vives y trabajas en Sevilla? ¿Y eso se impone? Si es así, ¿nos lo impone alguien o nos lo imponemos nosotros mismos? Por eso, cuando juega la Selección todos somos ‘locales’, vamos con España. Y hacemos algo muy parecido a lo que hace el periodista de Coruña cuando habla de su Depor… Es lo que solemos llamar ‘periodismo de bufanda’, aunque últimamente ha proliferado más en programas de tertulias televisivas y de radio e incluso en la prensa escrita. No seré yo quien decida si eso es bueno o malo para la profesión. Es verdad que hace años habría sido impensable, pero en los tiempos que corren el periodismo deportivo tiende, sin dejar el rigor, la noticia y la información, a dar más peso y minutos a los debates y las tertulias, a que las opiniones sean mucho más plurales y los programas

mucho más corales. Ya no opina sólo uno o dos; opinan media docena, de los cuales, más o menos tres, suelen pensar una cosa y los otros tres la contraria. Forma parte del show... Y dentro de esos ‘opinadores’ los hay más objetivos y los hay menos, que no disimulan sus colores. Pero es una decisión personal que hay que respetar y deben ser los lectores, los oyentes o los telespectadores los que decidan si están a favor de ese tipo de periodismo o no. Aunque, repito: es una pata más de las varias que en este momento sostienen el espectáculo que gira en torno a los programas deportivos. Pero decide quien tiene el mando, quien va al quiosco o quien escucha la radio. Sinceramente, no me parece dañino, aunque abusar de él sí lo sería. Pero no olvidemos que también hay periodistas de bufanda camuflados, que responden a unos intereses ocultos y que defienden no ya los colores de un equipo, sino los intereses personales de tal o cual jugador, de tal representante, de aquel entrenador o de un presidente determinado, perdiendo igualmente la objetividad debido a unas relaciones personales de las que, en ocasiones, son esclavos porque se deben a su amo. Ese periodismo de bufanda sí me parece rastrero y mucho peor que el del periodista que se declara seguidor de un equipo y lo dice a los cuatro vientos. Este último no esconde nada, va de frente y puede gustar más o menos, pero sabes a qué responde. Sin embargo, el otro sí se esconde, prefiere seguir metido en el armario y declarar su amor a otros intereses. Ojo, porque ese también es periodismo de bufanda, aunque de otro tipo de bufanda...


s Vocezadas ori Aut

Periodistas

o forofos.

N

os vamos acostumbrando, pero no es normal. Después de cada partido, generalmente a través de las redes sociales, recibimos un chorro de alusiones respecto a nuestra supuesta condición de ‘anti’ equipo, local o visitante. Somos anti barcelonistas, anti madridistas, anti atléticos, anti sevillistas… En eso nos hemos convertido los narradores, comentaristas y periodistas que desarrollamos la tarea de comentar, narrar o entrevistar durante la retransmisión de partidos de fútbol. Lo peor de la cuestión es el clima que se ha creado en el aficionado en los últimos años, producto de la proliferación del ‘periodista forofo’, algo que bajo mi punto de vista es imposible. Porque o se es periodista o se es forofo. No es posible la compatibilidad de ambas cosas. La proliferación de narraciones ‘a la carta’ que se ha dado en los últimos años ha desviado peligrosamente el foco de la objetividad hacia los intereses comerciales. Hace años la narración era una, la periodística. Objetiva y neutral. Ahora puedes escuchar el partido en catalán, valenciano, euskera y castellano, lo cual está muy bien, pero no debería haber supuesto una pér-

Ante el abismo

Por Mónica Marchante @m_marchante

dida de la objetividad, sino un enriquecimiento idiomático. Los medios públicos y privados conviven con las televisiones de los clubes, cuyos periodistas se alejan de la objetividad con la misma naturalidad con la que celebran éxitos como un aficionado más en la pantalla de su medio; o se autocensuran cualquier pregunta que pueda resultar ‘dudosa’ por miedo a perder su trabajo. Las emisoras de radio ya buscan dos comentaristas, uno de un equipo y otro del otro, para que nadie se sienta ofendido. El resultado es que pocos esperan un narrador objetivo o un entrevistador que pregunte lo que debe y cuyo único interés sea servir al periodismo. El aficionado ha sido

confundido y solicita la filiación del periodista, y eso significa la muerte de la esencia de este oficio: la objetividad. Caminamos hacia el abismo del tertuliano forofo. Y, sin embargo, muchos te felicitan por preguntar sin miedo en los palcos de cualquier estadio. ¿Síntoma de que no está todo perdido? ¿De que el periodismo neutral no ha muerto? Depende de nosotros y del camino que tomemos en la encrucijada. Yo decidí hace años. ¿Mis colores? El negro y el blanco de Canal Plus.

ABRIL 2013 • MINUTO 116 49


Entrevista a Juan Antonio Orenga

“SI TODO VA NORMAL LA ASPIRACIÓN ES GANAR EL

EUROPEO” L

a noticia de su nombramiento como nuevo seleccionador nacional de baloncesto sorprendió a Juan Antonio Orenga a más de 15.000 kilómetros de España, nada menos que en Australia. Hasta allí se dirigía a finales de noviembre del año pasado este castellonense de 46 años para impartir unos cursillos de formación a jugadores y entrenadores, representando a la Federación Española de Baloncesto, la que ha sido su casa durante la última década. Viendo el gesto calmado y el rostro sereno de esta leyenda de nuestro deporte –128 veces internacional– se antoja difícil imaginar cómo fue su reacción ante una de las mejores noticias que puede recibir un entrenador: dirigir a la selección de su país. Un equipo que disputará del 4 al 22 de septiembre el Eurobasket en Eslovenia. 50 MINUTO 116 • ABRIL 2013

PREGUNTA: ¿Recuerda exactamente el momento en el que le comunican que es el nuevo seleccionador nacional de baloncesto? RESPUESTA: Sí, es difícil olvidarlo. Primero, por la importancia y la ilusión que te hace cuando te dan una noticia como ésta. Y, segundo, porque me encontraba en Australia y Nueva Zelanda por un acuerdo que tenemos con FIBA Oceanía para formar entrenadores. Estaba a punto de coger un vuelo de Melbourne a Sídney. Eran mis seis de la mañana. P: Porque, ante todo, usted es un ‘hombre de la casa’. Diez años en la Federación como entrenador en categorías inferiores y los últimos cinco, además, miembro de la absoluta como técnico ayudante. Pocos conocerán mejor cómo funciona la FEB. ¿Es el principal motivo por el cual le eligieron?

Baloncesto R: Desde luego que conozco bien la casa. Son diez años como entrenador, pero muchos más como jugador. Yo entro en la Selección juvenil con 16 años y la dejo en 1999, cuando tengo 33, después de pasar por todas las categorías. Sí, soy un ‘hombre de la casa’, de la FEB. Estuve unos meses en Estudiantes, pero la verdad es que estoy muy bien aquí. P: Tras la etapa de Sergio Scariolo, ¿lo más lógico era que usted fuera el nuevo seleccionador nacional? R: Creo que es una transición lógica y que ya habíamos hecho en la FEB antes. Cuando estaba Lolo Sainz, su ayudante era Javier Imbroda y le sustituye cuando lo deja. Con Imbroda como seleccionador, Moncho López es su segundo y le releva. Después entra Mario Pesquera, que estaba con la sub 20... Una transición lógica de gente que conoce la casa. Eso luego se rompe y, ahora, tras cuatro años de normalidad en ese aspecto y después de hablar con Pepe Sáez y con Ángel Palmi, los dos confiaron plenamente en mí. Acepté la oferta con una ilusión tremenda. P: Su bagaje como técnico de la FEB es simplemente brutal. Un Mundial júnior; oro, plata y bronce europeos con la sub 20; dos oros continentales y dos platas olímpicas con la absoluta. ¿Es usted una apuesta sobre seguro? R: Con las categorías de formación me he sentido muy bien. Hemos conseguido cada año, –quitando el del Mundial de Nueva Zelanda, cuando llevamos una selección muy justa–, algún metal. Fue muy especial la sorpresa de la plata de 2007, con Pau Ribas, Llull, Beirán, Marc Fernández, Xavi Rey... Luego


en Croacia conseguimos el bronce. Y en Bilbao, en un verano maravilloso en el que logramos un título que no se había ganado nunca. Júniors, sub 16, Mannheim... Siempre me he sentido bien y he hecho las cosas para que los jugadores también se sintieran bien. Incluso en séniors, ya que Sergio (Scariolo) es un entrenador que te escucha y te facilita las cosas, porque traslada tus ideas a su trabajo diario. Y, en ese aspecto, me he sentido parte de los últimos éxitos de la Selección. P: Su primera reválida será el Eurobasket de Eslovenia a finales de verano, una cita en la que España defiende los dos últimos títulos. ¿Siente presión por ser los favoritos? R: Lo fácil sería decir: ‘Lo vamos a intentar’. Pero creo que ésa no es la forma de ser ni de nuestro equipo ni de la FEB. Tenemos los pies en el suelo, aunque sabemos que hemos sido campeones dos años seguidos. Los jugadores tienen una total implicación con el equipo.

P: Garbajosa y Jiménez ya están retirados y Felipe Reyes, en principio, no volverá a enfundarse la elástica nacional. De aquella generación de los 80 sólo quedan Calderón, Navarro y Pau. ¿Qué necesitan para que les podamos ver en Eslovenia? R: Estar sanos. Ahora mismo, los 32 años de hoy no son los 32 de hace 20. Te vas a la NBA y ves equipos plagados de jugadores muy importantes de 35 o 36 años. Kobe Bryant, Steve Nash, los Knicks... Están perfectos. La forma de cuidarse, de trabajar, de preparar las grandes citas, hacen que los jugadores de esta edad vean muy lejos la retirada. Y no sólo es Eslovenia. Es el próximo Mundial y el siguiente Europeo. ¿Y por qué no podemos ver a Pau, Navarro o Calderón en los Juegos Olímpicos de Río? Yo creo que tienen capacidad para ello. Yo me retiré con 37 años y ahí está el caso de Darryl Middleton, con 46 en LEB.

P: Lo que está claro es que el relevo está más que garantizado. Sergio Rodríguez, Ricky, Llull, Rudy o Marc están prácticamente en su cénit baloncestístico. ¿Será más fácil con ellos preparar la transición para los próximos años? R: Sí, porque esa transición ya está en marcha. El rol que tenían hace tres años estos jugadores en la Selección ha cambiado totalmente. Incluso en sus equipos. Ahora son fundamentales. En lo que hay que pensar ahora es en adaptar a los siguientes que vayan entrando cuando se produzcan las ausencias. La Selección no es un equipo de 12 jugadores y ya está. Es un equipo de 30 jugadores que estás siguiendo. Quizás el núcleo más cercano es de 14 o 16. Y muchos de ellos no pueden estar porque delante de ellos tienen a superestrellas. Es como tener por delante a Nadal o Federer en tenis o a Alonso y Vettel en Fórmula 1. Puedes ser muy bueno, pero es que delante de ti tienes a una superestrella mundial.

“A esta generación no le puedes pedir que no vaya a competir”

Si todo sigue el curso normal, sin lesiones que afecten al bloque del equipo, la aspiración es intentar ganar el Europeo. No podemos ir a ver qué pasa. Y todos intentarán ganarnos. Va a ser muy duro, porque comenzamos con Croacia y Eslovenia, y son dos partidos que nos van a marcar mucho. Pero el objetivo es intentar ganar un campeonato de Europa que no se ha ganado nunca tres veces por un país único. Sólo la URSS y Yugoslavia. Ése sí es un reto apasionante que no queremos dejar pasar. Orenga nos recibe en la FEB. (Pablo Ramos)

ABRIL 2013 • MINUTO 116 51


P: Es que por detrás vienen otros como Jaime Fernández, Abrines, Álex Suárez, Dani Díez o Hernangómez. Parece que el baloncesto español goza de buena salud… R: Ahí la suerte que tengo es que yo he tenido a todos estos jugadores en categorías inferiores. He vivido con ellos el ganar Mannheim, el Europeo de Bilbao, el bronce de Croacia, etc. Y no sólo hemos sido el mejor equipo muchas veces, sino que, incluso, hemos tenido también al mejor jugador. Abrines, Mirotic, Colom, Rabaseda, Claver, Franch, Pablo Aguilar... Son los mejores de su generación. Lo que tienen que hacer es desarrollarse, jugar minutos en sus equipos, tener suerte –recuerdo el caso de Pau Gasol cuando Seikaly deja el Barça, que comenzó a tener minutos y se convirtió muy joven

en un jugador determinante–, ganar confianza. Hay que tener paciencia, pero tenemos muchos de los mejores jugadores de Europa. P: Un asunto que últimamente trae en jaque a todo el mundo es la dualidad Mirotic-Ibaka. Hay que recordar que ambos jugadores no son de origen español y que el reglamento sólo permite un nacionalizado por selección. La FEB sigue luchando porque eso cambie. ¿Cómo está el tema? R: Para mí, lo ideal es poder contar con los dos, porque además los conozco mucho al haber estado con ellos en el proceso de llegar a la Selección. A Niko le he entrenado dos años. Hemos sido campeones, ha estado en el quinteto ideal y ha sido el mejor jugador. Sé de la implicación que tiene. Con Serge lo mismo. Estuve con él en Houston,

cuando llegó a la NBA y los dos años de la Selección. Ahora está jugando en un equipo dominante de la NBA, haciendo mejores números que ningún jugador español en el mundo. Sería maravilloso tenerlos juntos en el equipo. P: ¿Qué puede aportar cada uno de ellos al juego de la Selección española? R: Serge aporta intensidad defensiva, intimidación, cambios de tiros... Tenerle dentro de la zona es un miedo para cualquiera que entre por allí. Este año ha mejorado muchísimo en el tiro de cinco-seis metros y es un tirador muy seguro. Su continuación hacia el aro es muy buena. Con los jugadores exteriores que tenemos, que penetran, doblar el balón hacia él es muy fácil. Y experiencia de dos campeonatos importantes con nosotros y cuatro años en la NBA siendo un jugador muy importante. Niko es el jugador versátil. Te abre el campo, porque puede tirar de tres y puede jugar en el poste bajo. Pasa muy bien el balón, rebotea bien, es un jugador que hace mejores a los demás sin dejar de ser protagonista. Son dos jugadores completamente distintos y completamente compatibles. Y serían perfectamente complementarios a Marc o a Pau Gasol.

Galería J.A. Orenga posa para M116. (Pablo Ramos)

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P: ¿La preparación de cara al Eurobasket de Eslovenia estará, en parte, dirigida a la gran cita del próximo año, el Mundial en nuestro país? R: No. El objetivo es el Campeonato de Europa de Eslovenia. Y después vendrá el Mundial. Pero hacer un Europeo de trámite para preparar el Mundial no tiene sentido. A esta


generación no le puedes pedir que no vaya a competir para ganar. No lo van a admitir. Ahora mismo tienes que coger el mejor equipo posible porque todos quieren competir. La prueba la tienes con jugadores como Alex Mumbrú o Germán Gabriel, que te dicen que tienen muchas ganas también de poder estar allí para poder competir. Así que experimentos, los justos. P: Resulta increíble que, con su bagaje como jugador y entrenador, sólo haya dirigido 15 partidos en ACB, los que le dejó Estudiantes en 2005. ¿Cómo se explica esto? R: La experiencia con Estudiantes fue un año que afronté con muchísima ilusión. Creo que hubiera salido bien el proyecto si nos hubieran dejando el tiempo que teóricamente teníamos. Era un equipo joven para poder formarlo de cara a los años siguientes. Un equipo en el que Carlos Jiménez no iba a estar porque se vendía al Real Madrid, y en el que se iba a fichar a un americano importante, complementario al que ya se tenía. Pero empiezo la Liga con un solo americano, con Carlos Jiménez dentro del equipo sin querer estar, con cinco partidos de inicio fuera de casa, con cambio de pabellón... Se pierden esos cinco primeros partidos ante rivales complicados, y de los siguientes nueve se ganan seis. Empezábamos a ir hacia arriba pero el día de Reyes se decide que no sigo, con disculpas por parte del club. Acabé muy contento con la experiencia, con un trabajo bien hecho, pero que no tuvo continuidad por falta de apo-

yo. Después me quedé entrenando un par de años a los júniors del club antes de volver de nuevo a la FEB. Pero me gustaría regresar algún día a entrenar de nuevo a un equipo profesional. P: Usted es un verdadero experto en trabajar con gente joven. ¿Qué necesita un chaval prometedor en categorías inferiores para convertirse en un jugador de elite? R: Primero, talento físico. Y se puede entender ese talento por ser grande, por tener un talento especial como tiene Navarro o como el que tiene Llull. Algo que te diferencie de los demás. También tienes que conocer el juego, esa formación que te enseñan tus entrenadores. Luego tienes que responder, ser muy competitivo. Y, lo más importante, tener suerte. Con las lesiones y los entrenadores. Que te sepan transmitir confianza y apuesten por ti. Uno de los mejores exponentes de esto último es Aíto García Reneses, que da muchas oportunidades a la gente joven.

P: Decía Josef Albers, uno de los artistas mas influyentes del Siglo XX, que “dibujar es planear, organizar, ordenar, relacionar y controlar”. Algo muy parecido a las responsabilidades de un entrenador de baloncesto, ¿no? R: Muy parecido. Pero ahí faltan dos cosas: la intuición y la imaginación. Para mí, dibujar, más que todo eso, es relajarme, intentar plasmar las cosas de una manera muy distinta a la que otros las ven. Lo que sí me vale del dibujo para el baloncesto es la capacidad de visión espacial. Los espacios, el trasladar algo en tres dimensiones a la pizarra que usamos los entrenadores. En eso sí que me ha ayudado el dibujo. Por David Sánchez @DavidDeSanchez Fotos de Pablo Ramos

“Algún día me gustaría volver a entrenar a un equipo profesional”

P: Dicen que usted es un apasionado del dibujo. Tanto que dice que, de no haber sido baloncestista, hubiera sido arquitecto… R: Dibujaba mucho. Gané incluso, de pequeño, algún concurso provincial en Castellón. Me matriculé un par de veces en Arquitectura y después también en Publicidad, pero al coincidir con mis primeros años como profesional tuve que dejarlo aparcado. En aquellos años no existía la Ley del Deporte y, a pesar de que no se me daba mal e iba aprobando, no pude compaginarlo y lo dejé de manera definitiva. Una lástima. ABRIL 2013 • MINUTO 116 53


ras un nuevo éxito veraniego coronado con la plata olímpica, arranca una nueva andadura para la ÑBA. No hay cambio generacional, pero si del timonel de una selección de ensueño. Sergio Scariolo, que ha cumplido con creces, le entrega el testigo a su segundo, Juan Antonio Orenga.

La realidad es que llega a la selección española de baloncesto un entrenador preparado, que desde un segundo plano ha participado en los triunfos de la mejor generación de jugadores de nuestra historia. Algunos ponen énfasis en su poca experiencia al frente de un banquillo ACB, hasta la fecha sólo el de Estudiantes, dónde fue destituido. Aquel Orenga empezaba en los banquillos y el del Ramiro no es de los fáciles. Si el actual seleccionador repitiera experiencia, a día de hoy, volvería a ser un torero que saldría a hombros.

Los agoreros hablan de parche, de técnico de transición, incluso de hombre de paja por la autogestión del grupo… Eso también se decía de Tito Vilanova en el Super Barça de Guardiola, hasta que su enfermedad coincidió con el Barça más perdido del último lustro. La calidad, el talento, el hambre de ganar… necesitan de un catalizador que dé a todo eso forma de títulos, de éxito.

Es un técnico con tablas y con el ‘virus ganador’ que te inoculan en la Federación Española de Baloncesto. Siendo primer entrenador, ha enterrado en oro a las categorías inferiores de La Roja y puso a Nikola Mirotic en el foco mundial con su actuación en el europeo Sub

Es un técnico con tablas y con el ‘virus ganador’ que te inoculan en la Federación Española de Baloncesto

T

20 de Bilbao. Orenga parece el hombre ideal para reconducir los enfados del Montenegrino por no ser llamado para la ÑBA, siendo una de las piezas claves en el presente y futuro de nuestro combinado nacional. El Europeo de Eslovenia de este verano medirá el acierto de la llamada de Orenga para el banquillo de España, pero a día de hoy, lo que parece claro, es que el castellonense está en el mejor momento para dar el salto al primer escalón de la pirámide de nuestro basket. Por Miguel Martín Talavera Periodista de Radio Marca @Tala_RadioMarca

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La calidad, el talento, el hambre de ganar… necesitan de un catalizador que dé a todo eso forma de títulos



Balonmano

Entrevista a Albert Rocas

P: El F.C. Barcelona esta temporada está imparable, ya ha conseguido dos títulos y pueden ser cinco a final de campaña. ¿Están llamados a ganar todo este año? R: En el Barça siempre peleas por todo y cada año las metas son las máximas. A veces no salen las cosas, pero siempre se está en la pelea y eso hace que sea un priviPor Hugo Condés legio estar en este club. @HugoCondesSER

“No hemos sabido explotar la situación como campeones” PREGUNTA: Después de ganar su segundo Mundial, ¿ha aumentado su fama? ¿Le reconocen más por la calle? RESPUESTA: Relativamente, ya pasó cuando ganamos el otro Mundial. El primer mes todo el mundo está bastante enganchado y hay más gente en los pabellones, pero según van pasando los días notas que baja un poco la ilusión. P: Tiene tan solo 30 años y es el único, junto a Alberto Entrerríos, en tener dos mundiales. ¿Cómo se digiere eso? R: La verdad que los triunfos siempre se digieren bien. Es peor cuando no salen las cosas, como nos pasó en los Juegos Olímpicos, que nos quedamos sin pelear por las medallas. Estoy contento, orgulloso, pero seguro que vendrán más éxitos para el balonmano español porque se está trabajando muy bien. P: En el primer Mundial era el más joven y, además, fue el último en llegar a la Selección. En este último ha sido el segundo capitán y ha llegado a los 500 goles con España. ¿Qué metas le quedan por cumplir? R: Nunca me he parado a pensar en lo que he hecho o me falta por hacer. Hace poco que hemos ganado el Mundial y parece que 56 MINUTO 116 • ABRIL 2013

fue hace mucho tiempo, porque hay muchos partidos de clubes. El día que me retire haré balance de todos los éxitos y me sentiré orgulloso, sobre todo porque no he tenido lesiones graves, que es lo peor para un deportista. P: Después de ser bicampeones, ¿cree que se está desperdiciando la posibilidad de dar a conocer más y mejor el balonmano? ¿Qué se puede hacer? R: En este país es complicado. No tenemos cultura deportiva, sino futbolística. Ésa es la única realidad. Nos enganchamos a deportes cuando tenemos deportistas buenos, caso del tenis, con Nadal; del basket, con Gasol; o de la Fórmula 1, con Alonso. Pero el resto de deportes siempre quedan en segundo plano. En un deporte como el nuestro cuesta que la gente se enganche, cuesta venderlo y cuesta encontrar patrocinadores, y éstos al final son los encargados de la difusión del deporte. Los grandes patrocinadores dan publicidad para recuperar su inversión y esto arrastra gente y protagonismo. Sin esto no hay gente y es la pescadilla que se muerde la cola. Al final hay muchas cosas por hacer. Esperábamos que con el Mundial hubiera un gran empujón aunque, de momento, yo no lo he detectado.

P: ¿Cómo ve la situación del balonmano español? Con la diferencia abismal de presupuestos, ¿cree que tiene solución o que al final terminará siendo Amateur/Asobal? R: Lo veo con tristeza. Recuerdo cuando debuté en Primera cómo estaba todo con los mejores equipos y jugadores: todo el mundo quería jugar en España. No hemos sabido explotar esta situación. Pocos clubes han conseguido sacar cantera. Lo único que espero obtener de esta crisis y de estos años tan difíciles es que todos hayamos aprendido la lección y, a partir de ahora, cuando se recupere esta situación, que lo hará, sepamos hacer las cosas de otra manera. Hay una parte positiva, que es que cada vez debutan más chavales jóvenes. En mi época era mucho más difícil debutar. A nivel económico, que es la gran lacra de este deporte, intentar que los clubes se aprieten el cinturón y, si hay que volver al amateurismo, habrá que volver. Lo que no se puede hacer es engañar a jugadores y empleados y dejarles sin pagar. P: ¿Qué consecuencias cree que tiene ésto en la Selección? R: En esta situación la pena es que tengan que emigrar los mejores jugadores, aunque también


El combinado nacional de balonmano celebra el último mundial.

ganen experiencia para el equipo nacional. Esto tiene dos lecturas. Está claro que hay gente que no hubiera salido hace unos años, pero ahora tienen oportunidades para demostrar su nivel; y gente que destaca con 21 años lo hubiera hecho con 25 o 26, y eso siempre es positivo. P: Después de presenciar ambientes increíbles y cómo se vive el balonmano en países como Alemania, Hungría, Dinamarca o Croacia, ¿no le pica a Albert Rocas el gusanillo de probar fuera de España? R: Por picarme, sí, aunque en este momento si me dan a elegir me gustaría retirarme en el Barça. Llevo seis años, es el club que llevo en el corazón, estoy muy cómodo y es lo que más ilusión me haría. Pero muchas veces lo he pensado. Hace años que me hubiera encantado jugar en Alemania, que es la NBA de nuestro deporte. Cuando te haces mayor te cuesta más dar el paso. Mientras pueda, me gustaría quedarme aquí. P: Personalmente está viviendo un gran momento ¿Le ha cambiado la vida el ser padre? ¿Cómo es eso de motivarse con el ‘Cantajuegos’? (En el vestuario, cada jugador pone una lista de canciones para motivación personal y Rocas elige ésta porque le recuerda a su hijo). A final de tem-

porada le mandaron un regalo por la publicidad que les dio… R: Fue casualidad. Nos preguntaron por las canciones que escuchábamos cada uno y yo paso todo el tiempo que puedo con mi hijo, que le encanta el ‘Cantajuegos’, así que dije: ‘Voy a poner una que me recuerde a mi hijo y que sepa que me acuerdo de él en esos momentos’. Ya me sé de memoria todas las canciones. Tuvieron el detalle de mandarme varios regalos: peluches, tazas y algunos ‘cantajuegos’ nuevos. P: Una de las cosas que más le impactó en el Mundial fue que el público, tras ganar a Serbia, estuvo coreando su nombre un buen rato porque había metido ocho goles. ¿Es de las cosas que no se olvidan? R: Eso no lo olvidaré nunca. Hay varios momentos a nivel personal que siempre recordaré, como el día de mi debut en Asobal o en el que me marché de Valladolid. La ovación del pabellón a los que nos íbamos fue increíble. Y el día de Zaragoza también, por la importancia del partido, por estar en la Selección y por pasar de ronda. El público de Madrid, Zaragoza y Barcelona es parte muy importante de este Mundial. P: Incluso cuando les ha escoltado la policía para llegar a un pabellón ha

llegado a decir que se sentía como un futbolista… R: En Madrid, a las 18.00 horas, cuando nos escoltaba la policía camino del pabellón, saltándose los semáforos, yo pensaba: ‘Así da gusto pasear por la Gran Vía’ (risas). P: Dice su mujer que lo único que le ha cambiado con respecto al primer mundial que consiguió a este segundo ha sido el pelo. R: (Risas) En el primer Mundial no me di ni cuenta. Fue el primero que jugué y uno no piensa en lo que le queda, sino que esto no se va a acabar nunca y creo que no supe saborearlo. Éste sí que lo he disfrutado un montón. Muy intensamente, además, por jugarlo en casa. Supongo que cuando uno se hace más mayor y ve más cerca el final de su carrera, cada momento que pasa, tanto con la Selección como con el Barça, intentas saborear cada partido como si fuera el último. P: ¿Le perdonó al primer capitán que no llegara a tiempo a la Zarzuela y tuviera que leer usted? R: (Risas) Me puso en un compromiso grande porque si te avisan tienes tiempo de prepararte algo y quitarte los nervios. Pero me enteré dos minutos antes de leer y estaba un poco nervioso. No lo había hecho antes. Además, Alberto Entrerríos llegó cuando estaba acabando. Conociéndole, no me extrañaría que lo hiciese aposta…

Galería ABRIL 2013 • MINUTO 116 57


Yo estuve allí... Y

Por Diego González Periodista de Cadena SER @DiegoCadenaSer

vi a Albert Rocas colgarse la medalla de oro. Y le vi disfrutando con su mujer y con su hijo, a quien, por cierto le entreteníamos unos periodistas mientras otros entrevistaban a su padre. Y a sus compañeros casi dos horas más tarde de la final seguir atendiendo a la prensa. Sí, vi a Rocas disfrutar, casi con lágrimas en los ojos, de un nuevo éxito. Pero éste era especial. Evidentemente, levantar la Copa de Campeón del Mundo junto a los suyos en el Palau Sant Jordi después de un partido memorable, histórico, lo hacia así. Por supuesto que fue una sensación divina disfrutar de un reto como era meterse en semifinales y rematarlo con el mejor balonmano que se puede hacer. Y contra la todopoderosa Dinamarca, aunque, como dice un buen entrenador y mejor amigo, “son muy altos muy guapos y muy rubios pero se ‘arrugan’ si enfrente ven coraje y raza”.

esto le nubló la mente. Sabía qué iba a pasar, porque me lo dijo en el túnel del Palau: “Lo vamos a hacer”. Cuando acabó el partido, el extremo del Barça se me acercó en la zona mixta con la medalla recién colgada. Llevaba en su cuello, junto a ella, la conseguida en 2005. La había llevado al partido. “Cógela, Diego. También es tuya”. Yo, un simple mortal compartiendo la gloria de un puñado de elegidos. Sólo el otro Alberto, Entrerríos, y un par de periodistas más tuvimos la suerte de poder repetir. Claro, que unos dentro y otros fuera, eso sí; pero juro que posiblemente fui tan feliz contándolo como ellos jugando.

Estos deportistas no se esconden, no se refugian en excusas y su comportamiento es siempre el mismo con la gente que les rodea

Y es que Rocas llegaba a la final con la confianza que le dio la primera vez. La primera medalla de oro, la de Túnez. Fue el mismo ejercicio de fe el que les llevó a la victoria. Albert sabía qué había que hacer y por eso fue más especial. Nada de 58 MINUTO 116 • MARZO 2013

Y ya que hablo de felicidad, lo que más feliz le hace a uno es poder compartir con ellos algunos ratos sueltos con una cerveza en un pueblo perdido de Suecia, con un bocata de salchichas en Alemania o con un café caliente en la gélida Noruega cuando no acompañan los resultados. Estos deportistas no se esconden, no se

refugian en excusas y su comportamiento es siempre el mismo con la gente que les rodea. Acostumbrado al mundo del fútbol y a otras estrellas de nuestro deporte, la convivencia con esta gente, los que fueron y los que son campeones del mundo, es uno de los mejores regalos que te pueden hacer. El otro nombre propio al que le quiero dedicar unas líneas, con permiso de Víctor Tomás, Gedeón, Maqueda, Aguinagalde, Viran o Sierra, es al mayor de los Entrerríos. Líder, compañero, honesto, cabal, implicado y elegante en su adiós de La Roja. Sólo faltó una cosa en esa espectacular final: su hermano Raúl. El mayor de sus sueños era subirse a lo más alto del podio otra vez junto a él en el último partido de su hermano mayor, pero una lesión le dejó en el camino. Lo demás ya lo habrán leído.


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, RECIEN PINTADO


LA HUMILLACIÓN

PUERTO 60 MINUTO 116 • ABRIL 2013

D

esde que el 23 de mayo de 2006 supimos que la Guardia Civil había detenido a Manolo Saiz y Eufemiano Fuentes en una cafetería del centro de Madrid, el desarrollo de la Operación Puerto no ha dejado de ser una humillación para todos los estratos involucrados, de una u otra manera. Para los implicados directamente –médicos, ciclistas, directores y druidas, por las razones más evi-


dentes–; para las autoridades contra el dopaje de este país, por su desapego a una lucha con la que fueron bautizados; y para los seguidores, no sólo por la sensación de farsa inherente a la revelación de una trama de dopaje en el deporte profesional, sino –y puede que sobre todo– por un teatro que insulta a su inteligencia. El cabecilla de las ofensas es el doctor Eufemiano Fuentes. El juicio de la Operación Puerto, iniciado hace dos meses y en el que sólo se juzga el presunto delito contra la salud –el dopaje no era delito en España en el año 2006–, ha servido para que el canario vuelva a exhibir su megalomanía, pletórica como en sus mejores días. No teme a la condena porque cree que sus actos están por encima de juicios. Sólo ríe y desafía: “Si usted me lo pide, señoría, le identifico todos los códigos de bolsas de mis clientes”. Si algo hay admirable en Eufemiano es que sabe mucho; en este caso, que nunca le pedirían tal identificación. Tiene el poder que le da su silencio y esa es la razón por la que nunca lo romperá. Aun con esto, la ofensa vive en lo que no se calla. Fuentes ha intentado convencernos de que sus prácticas eran perfectamente legales (pese a las cantidades de dinero negro manejadas, por ejemplo), de que las transfusiones eran por el bien de la salud de los ciclistas (pese a los calendarios en las que se asocian al rendimiento deportivo) y de que las sustancias requisadas por la Guardia Civil eran recetadas para su padre fallecido y su hija enferma (pese a las evidencias de que fueron adquiridas de manera clandestina y de que eran consumidas por deportistas

profesionales). Fuentes intentaba –y conseguía– convencer a sus pacientes deportivos de que su tratamiento les haría ser el número uno, a pesar de que llevaba en paralelo a varios candidatos a llegar a ese número uno. Fuentes le juraría a su mujer con total dignidad que no sabe quién habría podido poner a esa señora desnuda entre sus sábanas.

Fuentes. Tanto como para reinfundirle sangre al propio Hamilton, sin experiencia médica y sin ninguna profilaxis, según el testimonio del norteamericano. Jaksche, con una declaración de más de cuatro horas, fue el más detallista. Pero quizá la más significativa fue la intervención de Manzano, a quien Fuentes aseguró no haber tratado porque “era adicto a la cocaína”. Sobre su etapa en el Kelme del también procesado Vicente Belda, Manzano explicó que “si no lo acatabas (la política de dopaje organizado del equipo), a la calle. Y no lo denunciamos por miedo a quedarnos sin equipo”.

Manzano: “Si no lo acatabas, a la calle”

Ofende esto y ofende la poca voluntad investigadora de los organismos del Estado. De todos los implicados, Alejandro Valverde fue el único ciclista español sancionado a raíz de la Operación Puerto, como consecuencia de que el Comité Olímpico Italiano se las apañara por su cuenta para comprobar si la sangre que tenía Eufemiano era suya o no. Es sabido que las máximas autoridades nunca han tenido interés por conocer a todos los implicados en el caso. También ofenden las testificaciones del juicio, que, como era de esperar, no han revelado nada nuevo. Todos los ciclistas y ex ciclistas españoles excepto Jesús Manzano –único caso en la historia del deporte español de confesión de dopaje– han negado saber algo de lo que se cocía en los particulares laboratorios de Fuentes. Sólo las declaraciones del propio Manzano, Jörg Jaksche y Tyler Hamilton revisten una aproximación al sentido común.

Fuentes tiene el poder que le da su silencio, por eso nunca lo romperá

Miedo. El miedo (a quedarse fuera del equipo, a no cumplir los resultados prometidos, a confesar y no poder volver al mundillo, a sufrir un colapso por recibir la inyección equivocada), convertido en un elemento de un deporte tan bello como el ciclismo. Puede que la lucha contra el dopaje esté perdida de antemano, pero mientras este miedo no sea más que una de las decenas de razones por las que perseverar con ella, sólo existe un camino posible. Por David Vilares @David_Vilares

Hamilton fue el más crudo, con sus referencias al color cambiante de su orina cuando se dopaba y a Alberto León, ex ciclista de montaña que terminó suicidándose en 2011 y que fue un miembro clave de la trama de ABRIL 2013 • MINUTO 116 61


DERRUMBANDO

LOS MACIZOS DEL

MUROS DOPAJE

“H

abía días en que estabas con 12 o 13 pinchazos diarios en una competición” definía con estremecedora exactitud el ex ciclista Jesús Manzano. En sus declaraciones se deja entrever la historia de unas prácticas dopantes que llevan años desfilando por el deporte convertidas en tabú, rodeadas de tolerancia política, justificaciones peregrinas y agujeros legales. En España los deportistas son acreedores de la moral del país. Si este va mal, ahí está el deporte español plagado de éxitos para regenerar la autoestima dañada y cohesionar una sociedad apocada. Bien lo saben los dirigentes: “Son un ejemplo en tiempo de crisis”, repiten tras cualquier victoria mientras se hacen la fotografía de rigor. Pero no

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pueden ser un ejemplo maltrecho. Dentro del delicado debate sobre la responsabilidad del deportista y el dopaje entra el tenis. Se removieron los despachos federativos tras oír al doctor Eufemiano Fuentes en el juicio de la Operación Puerto afirmando que había tratado a todo tipo de deportistas, entre ellos tenistas. También cuando la USADA, la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, ponía en su punto de mira al doctor Luis García del Moral en su investigación contra Lance Armstrong. García había trabajado con algunos de los tenistas más prestigiosos en Valencia, el mismo al que el ciclista Jonathan Vaughters recuerda llegando a las habitaciones con jeringuillas precargadas.

raba a este medio Álex Corretja, capitán del equipo español de Copa Davis, “es que es algo que no entra en mi cabeza”. Para Novak Djokovic, Lance Armstrong se convirtió en “una vergüenza para el deporte”. Quizás los más perseverantes han sido Roger Federer y Andy Murray. El tenista británico ha reiterado en muchas ocasiones que “pasamos controles durante los torneos, pero se deberían intensificar los controles al azar, sobre todo en diciembre, cuando los jugadores desaparecen en medio de la naturaleza”.

Acechado por la sombra de la sospecha, el mundo de la raqueta ha reaccionado

Acechado por la sombra de la sospecha, el mundo de la raqueta ha reaccionado. En marzo se hacía pública la implantación del pasaporte biológico. Un documento electrónico individual que recoge los marcadores biológicos del deportista (perfil hematológico y urinario) y los resultados de los controles durante un determinado periodo de tiempo, con lo que se podrán apreciar las variaciones. Se han notificado más de 60 casos de dopaje en el mundo del tenis desde 1995. En el año 2002 el tenista Sergi Bruguera afirmaba al diario ‘El País’: “Hay dopaje en todos los deportes y en tenis también. En realidad ya ha habido varios casos de positivos en un deporte en el que el dopaje no está nada perseguido”. Añadiendo que quizás no fuese una práctica sistemática, a su denuncia se sumaron varios jugadores. Y exigieron limpieza. “Me cuesta mucho creer que haya dopaje en el mundo del tenis”, asegu-

Y es que según las últimas estadísticas de la ITF (Federación Internacional de Tenis), en 2012 se realizaron 1727 muestras de orina, de las cuales solo 271 fueron fuera de competición. Los últimos datos publicados por el CSD (Consejo Superior de Deporte) hablan de tan solo 30 muestras fisiológicas recogidas a tenistas en el año 2011, seis fuera de competición. Teniendo en cuenta tan exiguos controles el escepticismo parece más que permitido. Y es por ello que con las medidas un paso por detrás del dopaje, el pasaporte biológico puede ser el primer acelerón para adelantar al tramposo. Por Lucía Taboada @TaboadaLucia

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Fernando Alonso.

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¿POR QUÉ

ALONSO ES EL

ra gana Red Bull. Siguiendo con el símil pelotero, es como si el Málaga hubiera saltado la barrera del tiempo por encima de los dos colosos.

Se suele decir con visión errónea y reducida que la Fórmula 1 es un deporte única y exclusivamente de coches, puramente tecnológico, en el que unos sesudos ingenieros que nada tienen que ver con la épica y las emociones fabrican prototipos supersónicos y en el que los pilotos son poco más que taxistas que llevan las máquinas a la meta. Esto no es así. En una balanza, probablemente el monoplaza signifique el 60 o el 70 por ciento del rendimiento. En el otro 40 o 30 por ciento, es el piloto quien marca las diferencias. Den el mismo coche a Raikkonen y a Bruno Senna y verán las diferencias en la tabla de tiempos.

MEJOR? Por José Carlos Carabias @JCarlosCarabias

H

ay preguntas ineludibles para los periodistas que cubren el Mundial de Fórmula 1 e ingresan cada fin de semana en esa caja mágica de egos, dólares, relaciones sociales y publicidad en la que también hay monoplazas. La primera resulta inevitable, sea el interlocutor fanático u detractor del piloto. “¿Es simpático Fernando Alonso?”. Salvado el obstáculo con argumentos de cercanía –“tiene un carácter duro, pero es más simpático de lo que parece. Y buena gente”–, toca abordar el segundo round. “¿Y por qué todo el mundo dice en España que es el mejor?”. Contestar a este requerimiento lleva su tiempo. Para empezar, basta un ejemplo que cualquiera puede entender en un país futbolero como el nuestro. A Alonso le han fichado el Real Madrid y el Barça de la Fórmula 1. Ha corrido en McLaren y concursa ahora en Ferrari, las dos marcas con mayor prestigio, trayectoria y posibilidad de negocio del mundo. Cierto, aho-

Las peleas con Ron Dennis y Lewis Hamilton pudieron acabar con la carrera de Alonso, que regresó a Renault con las orejas gachas y sin título. Dos años sin mayor colorido le sirvieron, sin embargo, para que le contratase Ferrari, el número uno del circo. ¿Eran bobos los de Ferrari? ¿Ficharon a Alonso por enchufe, por ser asturiano o por gustarle el ciclismo? ¿O le captaron por su tenacidad profesional, su férrea disciplina para la competición, su carácter pétreo, la seguridad en sí mismo y esa velocidad al volante? Como todo el mundo, Alonso tiene bastantes defectos como persona, pero en materia competitiva, a bordo de un fórmula 1, su primer aval es aquella frase que pronunció un ingeniero de Ferrari cuando conoció su forma de trabajar: “La principal virtud de Alonso es que no tiene defectos”. Concienzudo, sistemático, ordenado, rutinario y muy capaz en un mundo de tiburones como es la Fórmula 1. “Esto es como las damas. O comes o te comen”, le gusta decir al piloto.

“Su principal virtud es que no tiene defectos”, dicen de él los ingenieros de Ferrari

Alonso fichó por Renault proveniente de un país sin tradición en la Fórmula 1. Aquello nos sonaba casi a ciencia ficción. Y el asturiano convirtió en campeón del mundo a un equipo que podría dar la talla de Betis o Sevilla en la Liga española. Un aspirante a la Champions League. Antes de empezar la temporada en la que se proclamó campeón del mundo por segunda vez, el ovetense ya había fichado por McLaren, una leyenda en la F-1.

El 17 de marzo arrancó el Mundial en Australia. Y empezó Alonso su cuarta temporada con Ferrari. No ha sido un periodo productivo en cuestión de títulos. Red Bull y Vettel han maquinado un matrimonio letal para los intereses del español con tres campeonatos consecutivos. La pretemporada ha alimentado de optimismo la sede del cavallino rojo, aunque esto es el pan de cada día en la Fórmula 1. Días de mucho y vísperas de nada. Pero tal vez en 2013 haya llegado el momento de invertir la tendencia para el español.

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Las chicas son guerreras

Tres centímetros, el cielo

E

n la ciudad donde mandan las nubes nos dijeron que caerían unas gotas cuando menos lo esperáramos. Recuerdo que era un viernes de agosto no especialmente caluroso. A pocos metros de distancia, desde los asientos a medio estrenar, el espectáculo comenzaba a ser lo suficientemente caótico como para captar la atención. La mezcla de corredores, saltadores, árbitros, voluntarios y periodistas era tal que se exigía concentración para no perderse algo relevante. Quizá por eso nadie se sorprendió cuando una desgarbada española se metió fácilmente en la final de salto de altura. Era media mañana y hacía ya un buen rato que el sol había irrumpido con rotundidad en el Estadio Olímpico de Londres. A medida que un deportista se acerca a los 30 años, en su cabeza empieza a golpear la idea de la retirada. Se convierte en una llamada poderosa, a medio camino entre el alivio y el vértigo más aterrador, con tan solo pensar en un día sin competir. Disfrutando de esos últimos compa66 MINUTO 116 • ABRIL 2013

Por David Guerra @davguerra

ses de carrera, a todas luces emocionada, Ruth Beitia (Santander, 1979) se presentó en los Juegos Olímpicos de 2012. Para una atleta que lleva compitiendo desde los seis años y sabe lo que cuesta subir cada centímetro, llegar a Londres como campeona de Europa y en la barrera de los dos metros convertía su última competición en un reto apasionante. Aquella mañana de viernes se coló sin complicaciones en la final. Dos días después, disputaba su última gran prueba. O eso creía ella escrito en su destino. En los meses previos a los Juegos, la española había trabajado intensamente con su psicóloga para superar la barrera de los 2,03 metros. Criada en una pista de atletismo, con padre olímpico y madre juez de competición, sabía que lo más difícil era concienciarse de que era posible. Las rusas saltaron sin problemas hasta los dos. Una semidesconocida americana de 21 años también lo logró. Ruth tenía que superar los 2.03, récord de España y una medalla histórica. Había que creer. Uno, dos, tres, cuatro… Más de 10 zancadas después,

A medida que un deportista se acerca a los 30 años en su cabeza empieza a golpear la idea de la retirada


Las chicas son guerreras

En la Villa Olímpica, Ruth Beitia no era consciente de que un año después sería campeona de Europa de pista cubierta

Una de las habitaciones de nuestras chicas olímpicas en Londres2012.

Beitia inició el salto que pronto supo que no iba a valer. Mientras el listón caía, la atleta se golpeó enfurecida los muslos, justo antes de lanzar besos al público. No se puede decidir cómo actuar en la despedida final a una carrera. “Me llevo la peor medalla que pude sacar, la de chocolate”. Al entrar en la zona mixta, la cántabra se derrumbó en un mar de lágrimas. Le costó articular el discurso ante los que estábamos allí presentes. Habló de retirarse, de comprarse unos patines o una bicicleta y apartarse de la alta competición. Dijo adiós. Aquella noche, tras la prueba, las nubes bloqueaban las estrellas en la capital inglesa. En una habitación de la Villa Olímpica, Ruth Beitia miraba el firmamento sin saber que un año después iba a proclamarse en Göteborg campeona de Europa en pista cubierta. A pesar de todas las predicciones, la niebla no fue tan espesa como para mojar el asfalto. El cielo parecía mandar un mensaje desde la inmensa altura de tres centímetros. ABRIL 2013 • MINUTO 116 67


LOS OJOS HABLAN…

DE FÚTBOL Por Fran Paz @FranPazMV

“El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios… Pero hay una cosa que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión”. Esta frase de Pablo Sandoval, interpretado por Guillermo Francela en El Secreto de sus Ojos (J.J. Campanella, 2009) sirve como preludio de una de las escenas futboleras más recordadas de la historia del cine reciente. Se trata de un plano aéreo sobre el estadio Tomás Adolfo Ducó, situado en el barrio porteño de Parque Patricios, donde se enfrentan Huracán y Racing. Hablamos de 1974, un año convulso en la República Argentina tras la muerte de Juan Domingo Perón, que dejó a su esposa María Estela Martínez, Isabelita Perón, en el poder y las calles teñidas de sangre por los actos de grupos extremistas, tanto de derechas (Triple A) como de izquierdas (Montoneros y ERP). La cultura subsistía gracias al ingenio y a la picaresca rioplatense que, décadas más tarde, haría resurgir al cine argentino tras el corralito de 2001. La poesía balompédica vivía mejores momen68 MINUTO 116 • ABRIL 2013

tos gracias a las teorías de un joven y espigado César Luis Menotti, quien dirigía a hombres como Brindisi, Babington o Houseman en el Club Atlético Huracán; al mismo tiempo que, tras las cámaras, Sergio Renán se ocupaba de Héctor Alterio y Ana María Picchio en La Tregua, primer film argentino nominado a un Oscar. Mientras el equipo del Flaco Menotti ya había ganado el Metropolitano del 73 y luchaba por alcanzar las semifinales de la Copa Libertadores de América, Racing apenas pugnaba por superar la fase inicial del campeonato doméstico. Esa noche del 7 de abril en el Ducó, la hinchada de La Academia cantaba sin parar aquello de: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de José” motivada e ilusionada por la vuelta al banquillo de Juan José Pizzuti, el histórico entrenador que, entre 1966 y 1967, se proclamó campeón con Racing de la primera división argentina, la Copa Libertadores y de la Intercontinental en una final memorable frente al Celtic de Glasgow. Aquel golazo de Juan Carlos El Chango Cárdenas ante los escoceses en el partido de desempate, dis-

putado en el estadio Centenario de Montevideo, empezaba a quedar cada vez más lejos; un recuerdo en blanco y negro, una foto en tonos sepia en la década del furor por la imagen en color. Siete años sin festejar nada eran muchos años para uno de los cinco grandes de Argentina. Consciente de esto último, Eduardo Sacheri (autor de la novela La Pregunta de sus Ojos y reconocido seguidor de Independiente) preguntaba a través del personaje interpretado por Guillermo Francela qué significa Racing para un hincha del club, aunque la sequía alcanzara el septenio y fuera en aumento (Hasta el 2001). “Una pasión es una pasión” responde el escribano Andreta, demostrando que el sentimiento de amor y pertenencia a un club resulta inexplicable, más allá de la situación políticosocial, las incomodidades de la cotidianidad y la individualidad del ser. Lo empíricamente demostrable es la existencia de esa pasión que nace, crece, se reproduce y, gracias a esto último, nunca muere.


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Personajes del mes Jorge Mario Bergoglio

13 de marzo. El Papa Francisco es hincha de San Lorenzo de Almagro y tiene el carné de socio número 88235 del Ciclón, el mismo agraciado en la Quiniela Nacional el día de su nombramiento como vicario de Cristo en la Tierra.

Gemma Mengual

6 de marzo. Tras meses de silencio, la mejor nadadora de sincronizada de la historia de España reconoció haberse retirado de la alta competición a causa de su mala relación con la entrenadora Anna Tarrés. “Para mí era como un muro”, expresó.

Rudy Fernández

7 de marzo. Dos energúmenos, los gemelos Maciai, agredieron al jugador del Real Madrid al término del encuentro de Euroliga que los de Pablo Laso ganaron en Kaunas al Zalgiris. “Teníamos que darle lo más fuerte posible”, espetaron los susodichos tras pasar una noche detenidos.

Goran Pandev

19 de marzo. El capitán de la Selección de Macedonia se metió en un jardín cuando afirmó que habían pasado ‘cosas raras’ en la elección de Mejor Entrenador de 2012. El delantero del Nápoles explicó que su voto había sido para Mourinho y no se reflejó, pero días después la FIFA enseñó los documentos oficiales en los que se mostraba que el futbolista había votado a Del Bosque.

Selección de Gales de rugby

16 de marzo. El conjunto entrenado por Darren Watland se proclamó campeón del Torneo Seis Naciones después de ganar a Inglaterra por 20-3 en el Millenium de Cardiff. El XV del Dragón revalidó así el título que había conseguido en 2012.

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¿Qué fue de...?

Por Hugo Condés @HugoCondesSER

MAURO SILVA

E

s curioso observar cómo hay futbolistas que sin haber estado nunca en la lista de los Balones de Oro, sin haber jugado en un equipo de los considerados ‘grandes’ de la historia del fútbol y sin que nadie recuerde un gran gol en un magnífico escenario o una jugada característica en un determinado momento de la historia, formen parte de la memoria global de todo aficionado al noble arte del balompié. Es ése el caso de Mauro Silva. Arquitecto, ingeniero, encofrador, albañil y capataz del gran Super Depor, el conjunto que osó disputar la hegemonía hispana a Real Madrid y Barcelona. Guaraní y Bragantino –dos clubes con poca solera en Brasil– vieron a Mauro dar sus primeros pasos hasta que, en 1992, cruzó el charco hasta España para jugar en el modesto Deportivo de La Coruña junto

a su amigo Bebeto. En el Depor jugó la friolera de 13 temporadas, coincidiendo con la época dorada del club gallego. Una liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España albergan su palmarés, amén de las grandes exhibiciones que realizaron los de Irureta por el viejo continente, donde se quedaron a un paso de jugar la final de la Champions League de 2004. Mauro jugó 369 partidos en Primera división y, a pesar de su origen carioca, sólo anotó un gol en toda su carrera (incluso se comercializó una camiseta con la leyenda “Yo vi el gol de Mauro Silva”). Además, fue pieza clave con la Seleção para ganar el Mundial de Estados Unidos en 1994 y la Copa de América de 1997. Cuando Mauro se marchó de La Coruña quien más quien menos pensaba que su futuro podía estar ligado al cuadro coruñés. Pero nada más lejos de la realidad. Tras estudiar un máster de formación ejecutiva creó una empresa, con sede en São Paulo, llamada Mauro Silva Sports & Business Plan. En ella, el ex-futbolista recuerda sus años de constructor del centro del campo deportivista y asesora a promotores, especialmente gallegos, para que inviertan en Brasil en el terreno de la construcción. No obstante, desconocemos si el mediocentro brasileño era muy cinéfilo y en las concentraciones antes de los partidos visionó muchas veces la

mítica cinta del director Oliver Stone Wall Street, donde Michael Douglas y Charlie Sheen hacen sus pinitos en el mercado bursátil de Nueva York. El caso es que Mauro Silva, hoy en día, es bróker inmobiliario en la Bolsa de Brasil. Si han visto la cinta antes mencionada, no sé si se imaginarán al bueno de Mauro Silva ordenando a gritos el mercado de valores y la compra y venta de acciones, como antaño hacía con sus compañeros sobre el césped. Las explicaciones que, a voces, un día se llevaron Bebeto, Rivaldo, Fran, Luque, Tristán o Valerón ahora las reciben las empresas que Mauro controla en el mercado bursátil brasileño. Pero el gusanillo del fútbol no ha abandonado al carioca que, además de colaborar con un medio de comunicación brasileño comentando el Mundial de Sudáfrica de 2010, sigue organizando un campus de fútbol en La Coruña coincidiendo con la Semana Santa, en el que enseña a los niños todos los conocimientos que adquirió en sus años de profesional. Esta es la historia de un futbolista atípico para su nacionalidad pero al que la afición del Deportivo de La Coruña nunca podrá olvidar, aunque haya cambiado la camiseta de ‘Yo vi el gol de Mauro Silva’ por la de ‘Yo vi comprar acciones a Mauro Silva’. La vida...

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Jaime Aznar Sanzo EDITOR

Pablo Ramos Domingo EDITOR

Diana Sanchidrián DIRECTORA DE LA PUBLICACIÓN

Julián Carpintero REDACTOR JEFE

Elisa Gómez DIRECTORA DE ARTE

Ángel Gutiérrez FOTOGRAFÍA

Martín Brotons ILUSTRACIÓN FIRMAS INVITADAS

Manuel Carreño Mónica Marchante José Luis Pasqués Cristian Grosso Miguel Martín Talavera COLABORACIONES

Ezequiel Costa Francisco Guillén Luis Aznar Falso 9 David Sánchez Diego González David Vilares Lucía Taboada José Antonio Carabias Fran Paz Hugo Condés David Guerra AGRADECIMIENTOS

Club Atlético de Madrid, Filipe Luis, Germán Burgos, Francisco Narváez “Kiko”, Familia Simeone, Carlos Bilardo, J. A. Orenga, RFEB, Albert Rocas, FC Barcelona Balonmano, José Luis Pasqués, Momentum.

CONTACTO: info@revistaminuto116.com publicidad@revistaminuto116.com


EL 11 DE JULIO DE 2010 LLEGÓ EL MINUTO QUE LO CAMBIÓ TODO.

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www.RevistaMinuto116.com

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