MANUAL TERAPIA SISTÉMICA FAMILIAR

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FASES

TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA


Doris misenia hernández galindo psicoterapia de pareja y familia. Lic. f.maldonado


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FASE INICIAL 2 fase intermedia

3 fase final

S E S A F


L A I C I N I E FAS Formación del sistema terpéutico 1.

La llamada telefónica:

A menudo, el primer contacto se hace a través de una llamada telefónica, en la cual, la persona que contacta menciona que alguien le dio el nombre y solicita ayuda en una situación determinada. Esta primera llamada y luego el primer encuentro puede verse como una “cita a ciegas”. No se conoce a la persona con quien se va a realizar el encuentro, solo se sabe el nombre, el lugar del encuentro y, en este caso, la profesión. Generalmente, en este primer contacto existen algunos datos que se deben ubicar: el nombre de la persona que consulta, si es para sí misma o para alguien más, el problema que lleva a la persona a pedir la consulta y un número de teléfono para poder ponerse en contacto en caso necesario y luego se fija la fecha para un primer encuentro.

En todas estas situaciones, se plantea un proceso de definición, tanto del contexto (quiénes estarán implicados en el proceso), como de la relación (qué tipo de relación establece el terapeuta con cada uno de los consultantes). En cualquiera de los casos, se busca una complementaridad flexible, que posibilite el ingreso en el sistema familiar, con la mayor capacidad de maniobra posible. Esto implica diferenciarse del sistema familiar, para guardar la distancia emocional adecuada que facilitará la intervención.


2. El Contexto de Intervención Determinar o conocer el contexto en el cual se va a intervenir es importante ya que, éste define e influye sobre las interacciones que se mantengan en su interior. Éstas se adaptan a las condiciones establecidas por el contexto, así por ejemplo: no son lo mismo las interacciones en una intervención a domicilio, que las de una intervención en una consulta privada. Conocer el contexto permite evitar “deslizamientos”, con lo cual, una intervención bien planificada, puede convertirse o dar paso, aún si no se lo quiere, a otras situaciones que se pueden volver difíciles de manejar, no solo desde el punto de vista terapéutico, sino incluso ético. El contexto carga de sentido cada comunicación y los mensajes toman su significado del contexto o mejor, el significado de cada comunicación surge de la matriz contextual en la cual ocurre y que, dicha comunicación define al mismo tiempo. Palabras, frases comportamientos tienen su significado en relación con la situación en la cual son observados, es decir, en relación con las circunstancias particulares que, en un momento preciso, rodean a una persona, e influyen en su comportamiento. Un contexto determina cierto tipo de comunicaciones, aquellas cosas que se pueden o no decir; también requiere de la definición de su finalidad y objetivo, lo cual se hace gracias al encuadre como se verá más adelante y determina que las personas que están en él, asuman ciertos roles.


Clasificación de los contextos: Terapéutico: Este contexto es adecuado para trabajar con crisis estructurales. Comienza con la elaboración de un contrato terapéutico e intenta cocrear alternativas que le permitan a la persona, construir una vida diferente sin el síntoma. Una vez que se ha dado la definición de contexto terapéutico, estableciendo una relación de confianza que permita trabajar un problema, para llegar a algo potencialmente significativo; es necesario “verificar” continuamente la presencia de este contexto, para redefinirlo si es necesario

De control: Se asemeja a un juicio. Es un contexto que todos temen, profesional y cliente. Se asemeja al contexto de evaluación, pero existen varias diferencias fundamentales. Una de ellas se refiere a las consecuencias legales que la persona tiene que enfrentar cuando está dentro de este contexto y la otra se efiere a las razones para establecer la relación que, a menudo, son una denuncia contra el cliente. Este contexto tiene bastante poder al ser apoyado por la ley y se lo debe utilizar en casos extremos.

Informativo: Se refiere a intervenciones grupales con un objetivo claro, que reúne a individuos que están atravesando una crisis de crecimiento vital. Al trabajar en un contexto informativo, las personas tienen la oportunidad de compartir información sobre lo que les está sucediendo y acceder a los beneficios que brinda el trabajo en grupo, como son: la identificación positiva, por el hecho de que todos viven la misma problemática; encontrar alternativas, que son más válidas, ya que surgen de los “pares”, de gente que conoce la misma situación y que ha encontrado diversas formas para enfrentarla; aumento del funcionamiento afectivo, que abre la posibilidad de movilización de áreas no trabajadas.


3. El encuadre Entonces, la relación terapéutica se inscribe en este marco, el mismo que: Ocupa una posición jerárquicamente superior, ya que se impone a los dos miembros el sistema de intervención. Hay una relación dinámica entre el marco y la relación. De cierta manera, el marco define un campo de fuerza al cual se someten tanto el terapeuta como el paciente.

Para plantearlo, se deben considerar algunos elementos: 1. Presentación de todos los presentes, empezando por el terapeuta. 2. Planteamiento del encuadre: mencionar el lugar, si hay cámara de Gesell, si hay equipos para grabar. 3. El objetivo de la reunión. 4. Un pequeño resumen de cómo llegaron al momento actual. 5. La cuestión de la confidencialidad. 6. Variaciones de acuerdo al objetivo: formación, supervisión, etc.


4. El análisis de la demanda Es el momento en efecto, donde todo todavía es posible y desde el comienzo se trata de captar los mensajes que el interviniente recibe y particularmente los que nos señalan que no hay que ir demasiado rápido. Antes de avanzar, tratemos de saber sobre qué terreno nos encontramos. Los niños pequeños son quienes nos han obligado, en las entrevistas familiares, a tener en cuenta, de entrada, la demanda más que la queja. Los niños, en efecto, nos sirven de barómetro de la sesión y muy a menudo nos comunican informaciones precisas referentes a la dinámica familiar.

¿Así como el lugar escogido señala el área en la cual la familia quiere enfrentar sus problemas, el síntoma también es otra área privilegiada, a través de la cual, la familia da mensajes sobre lo que sucede dentro de ella. El síntoma en este sentido, es una pista para entender lo que sucede en la familia y su modo de funcionar; el síntoma es un compromiso entre una respuesta, generalmente a una situación difícil, a la cual la familia pretende dar una salida y un proyecto, es decir, lo que la familia debe lograr para seguir adelante..


5. La definición de la relaciónDefinición: En todo intercambio, en toda situación de relación interpersonal implicando una o varias personas, a más de los mensajes concernientes a los contenidos, también pasan otros mensajes que tiene que ver con la definición de la relación. Toda comunicación y, por lo mismo, toda interacción implica inevitablemente la definición de la relación entre los participantes. A partir de esta breve descripción de un intercambio verbal se puede entender que la definición de la relación se juega continuamente en todos los intercambios verbales que los seres humanos tienen; entonces, cuando una persona habla con otra siempre se plantea las cuestiones de quién decide sobre el tema que se está tratando, quién toma la iniciativa y quién es conducido. Todas estas preguntas tienen que ver con el hecho de definir o de redefinir una relación.


6. El contrato terapéutico: Implica explicitar, de la manera más clara posible, las condiciones en las cuales se realizará el proceso terapéutico. Este contrato incluye lossiguientes puntos: El número de sesiones: implica determinar si existe un número específico de encuentros o se espera hasta ver como avanza el proceso. En el primer caso, se trata de un contrato cerrado en el que se establece un número de encuentros, con un mínimo de cinco. En el segundo caso se trata de un contrato abierto, en el que el número de sesiones está determinado por el avance en el proceso. La frecuencia: implica definir cada qué tiempo serán los encuentros terapeuta-cliente. Por lo regular, se plantea una reunión cada quince días. El horario: generalmente hay que prever una hora para una cita individual y una hora y cuarto a hora y media para una cita de pareja o de familia, y de dos horas para cuando se trabaja con equipo. El costo: existen diferentes modos para fijar el costo: el centro establece una tarifa diferenciada de acuerdo al tipo de consulta que se realice o el terapeuta llega a un acuerdo con la familia sobre el mismo.


7. La terapéutica

relación

En primer lugar, esta relación ocurre en un marco terapéutico, el cual determina lo que se puede o no se puede hacer; pero tener el marco no es lo único, ya que se puede establecer el marco y, sin embargo, no tener una relación terapéutica. Desde el constructivismo se diría que la relación terapéutica se establece racias a la resonancia (conocida por los psicoanalistas como transferencia y contratransferencia). Se llama así porque lo que sucede con el consultante hace vibrar una cuerda en el terapeuta y ayuda a establecer la relación con el paciente. El pensamiento constructivista sostiene que el terapeuta es, ante todo, un ser humano, tiene su historia más o menos cargada y al momento de trabajar con familias, esta historia está más o menos elaborada, tiene sus heridas más o menos curadas, sus puntos sensibles, sus faltas. El terapeuta, puede mostrar su vulnerabilidad, siempre que mantenga su rol profesional.

Hay que analizar lo que surge para hacer una retirada de proyección, es decir, retirar lo que pertenece al terapeuta, razón por la cual, es necesario tomarse el tiempo para hacer esto, ya que si la información sale “en bruto”, tendrá un efecto antiterapéutico. Luego de esto, se puede introducir la información así obtenida como retroalimentación en el sistema terapéutico en forma de una pregunta, una hipótesis, una asociación personal. El trabajo terapéutico consiste en flexibilizar elementos que aparecen en la intersección de las dos personas que constituyen el sistema terapéutico; en este sentido, tanto el terapeuta como el consultante tienen la oportunidad de crecer en el contacto que establecen durante el proceso.


El terapeuta debe manifestar algunas características, tales como: 1. Ser empático, demostrar calidez. 2. Tener capacidad de comunicación y de adaptación a contextos cambiantes. 3. Mostrar un sentido autocrítico y un poco de humor es preferible a una convicción inquebrantable de “ser el especialista”. En este sentido, puede ser muy productivo que el terapeuta muestre que puede cuestionarse a sí mismo, reconocer sus errores y tomar su parte de responsabilidad en el proceso entablado con la familia. 4. Finalmente, un poco de imaginación y de sentido lúdico es indispensable para aliarse con los niños y los adolescentes, para desarticular atmósferas opresivas o para imaginar soluciones inéditas a un problema.

Los terapeutas que mantienen una actitud fría y neutra de “especialista”, muestran de esta manera, una problemática no resuelta entre ellos y sus familias. Esta actitud a menudo da resultados poco satisfactorios en terapia. La actitud inversa, ilustrada por una intensa y mal controlada implicación emocional con la familia en tratamiento, puede asustarla y hacer que se retire.


IA D E M R E T IN E S FA

La evaluación y diagnóstico familiarDefinición Aun cuando los sistémicos no desean establecer un “diagnóstico” de la familia, sin embargo, la práctica clínica enseña que es muy importante tener algunos parámetros de referencia de los sistemas para comprenderlos de mejor manera. VEl modelo sistémico permite considerar y evaluar varias variables a la vez, lo que contribuye a tomar en cuenta varias puntuaciones posibles con nuevos significados. Pero incluso estas variables varían de un autor a otro y depende de lo que cada uno desee evaluar, así que no existe un acuerdo único y total sobre los aspectos a evaluar en una familia.


La estructura sistema

de

un

La familia evoluciona a partir de una situación de base donde la cohesión y la estabilidad son máximas, hacia una disolución parcial o completa de su composición. Para que tal evolución pueda hacerse en buenas condiciones, es indispensable una organización diferenciada de su estructura interna. Esta organización diferenciada se construye alrededor de dos realidades biológicas esenciales: el sexo y la edad. La diferenciación sexual: confiere al hombre un rol instrumental que implica la gestión de las relaciones de la familia con el ambiente, mientras que la mujer tiene un rol expresivo, es decir, la gestión de relaciones y de expresiones afectivas al interior de la familia. La diferenciación en edad: determina la diferenciación jerárquica, en la que la autoridad pertenece a la generación parental, así como el privilegio de las relaciones sexuales.

Los subsistemas El subsistema conyugal: formado por una pareja (generalmente heterosexual), en una relación definida como tal y a menudo sancionada legalmente a través del matrimonio (aunque esto es cada vez menos importante). El subsistema parental: aparece con el nacimiento del primer hijo. Se trata del mismo subsistema conyugal pero cuando cumple, además, funciones de cuidado y protección de los niños. El subsistema fraternal: formado por todos los hijos de la pareja. En el caso de las familias reconstruidas, este subsistema puede incluir a hijos de diferentes relaciones. Este subsistema, a su vez, puede dividirse por la edad y el sexo.


Límites o fronteras y funciones centrípetas y centrífugas Son reconocibles por las diferentes reglas de conducta aplicables a los distintos subsistemas familiares…. Estas normas interaccionales en el nivel de la conducta obedecen a las normas básicas de la epistemología que la familia tiene de sí. Cuando los límites son demasiado difusos existe un gran énfasis en la unidad familiar con una pobre interacción con el ambiente, lo cual conlleva un aumento de entropía. Cuando los límites son demasiado rígidos existe una pérdida de integridad, con lo que la unidad se ve desperdigada y los miembros se separan, lo cual conlleva también un aumento de la entropía.

Los límites flexibles permiten que el sistema se adapte a las necesidades tanto internas como externas, que aparecen conforme el sistema avanza en su evolución. Uno de los elementos fundamentales a trabajar, sobre todo en familias que acuden a terapia con niños que presentan dificultades de comportamiento, es la cuestión de los límites, ya sea entre subsistemas, ya sea entre la familia y el mundo exterior. En el caso de los límites rígidos, el terapeuta se enfocará en tratar de flexibilizarlos, permitiendo desarrollar muestras de afecto entre los miembros de la familia, lo cual ayudará a aliviar los sentimientos de soledad que a menudo les acompañan para así lograr un mejor sentido de identidad familiar que permita proteger y acoger de mejor manera a todos sus miembros, lo cual redundará en incrementar el sentido de pertenencia y unidad familiar. En el caso de límites difusos, el terapeuta se orientará a definirlos de mejor manera para ayudar a los niños a inscribirse de mejor manera en la sociedad.


La jerarquía y el manejo del poder El concepto de jerarquía tiene tres significados en la terapia familiar. En primer lugar, define la función del poder y sus estructuras en las familias… En segundo lugar se refiere a la organización de los tipos lógicos o jerarquías lógicas… Por último, hay una jerarquía de niveles de sistemas cada vez más incluyentes. Esta definición jerárquica está en relación con los límites que se establecen en el sistema, dependiendo del estilo de manejo del poder que tengan los adultos, dándose las siguientes posibilidades: Un estilo autoritario donde un adulto tiene la última palabra y define lo que se debe hacer o no, las reglas no se adaptan a la etapa de ciclo vital, los conflictos son evitados o no resueltos y tiene relación con reglas rígidas. Un estilo flexible tiene relación con un manejo adecuado de la comunicación, con reglas que se adaptan a las diferentes etapas del ciclo vital, con un manejo de resolución de conflictos, predomina el diálogo, etc.

Un estilo dejar hacer, dejar pasar o laissez-faire, tiene que ver con límites difusos, en el que cada persona hace lo que desea, no existen reglas claras o éstas cambian todo el tiempo, la comunicación es confusa y los conflictos son evitados o descalificados por los miembros de la familia.


Roles y funciones Familia nuclear: es aquella en la cual, dos adultos viven juntos con los hijos de la relación. Estas familias son cada vez más comunes en la sociedad actual, sobre todo por presiones económicas que obligan a las parejas a limitar el número de hijos y por una disminución de las relaciones con la familia extensa. Familia extensa o extendida: es aquella en la cual, aparte de los miembros de la pareja y los hijos, también viven en la misma casa, parientes cercanos consanguíneos o políticos, como por ejemplo, primos, sobrinos, tíos, etc. Aun cuando no existe convivencia, se considera como familia extensa a toda la red consanguínea de ambos cónyuges: abuelos, tíos, primos, etc. Familia monoparental: es aquella en la cual el padre o la madre han dejado la familia por diversas circunstancias como muerte, viaje, separación, etc., y en la que el otro miembro de la pareja se queda a cargo de los niños. Familia de tres generaciones: se trata de una familia en la cual viven miembros de la tercera generación, como es el caso de un abuelo o abuela o ambos, de cualquier rama de la familia. Familia reconstituida: aparece cuando una familia nuclear sufre la ruptura de la pareja y el hombre o la mujer vuelven a formar pareja, algunas veces llevando sus propios hijos a la relación, por lo que se dan casos en los que en la nueva familia viven, por ejemplo, el hombre y los hijos de su anterior relación, la mujer y los hijos de su anterior relación y los hijos que nacen en esta nueva relación (coloquialmente: “los míos, los tuyos y los nuestros”).


El Genograma: En el trabajo terapéutico es una herramienta que ayuda a tener una rápida información sobre la estructura del sistema familiar. Es un formato para esquematizar el árbol familiar y registra información sobre los miembros de la familia y sus relaciones a través de, por lo menos, tres generaciones. De manera típica, el genograma se construye en la primera sesión y se revisa cuando se dispone de nueva información.

Género: los hombres se representan con un cuadrado y las mujeres con un círculo. Paciente identificado: se pone una línea doble alrededor de la figura de su género. Muerte: para una persona muerta se coloca una X dentro de la figura.

Fechas de nacimiento y de muerte: se colocan a la izquierda y derecha, encima de la figura que indica el género. Edad: se indica dentro de la figura. Situaciones especiales: embarazo, un mortinato, el aborto espontáneo y el aborto inducido se señalan con otros símbolos. Matrimonio: dos personas que están casadas están conectadas por una línea continua, con el hombre a la izquierda y la mujer a la derecha. Una “m” seguida de un número indica el año de matrimonio. Separación y divorcio: se indican por barras que atraviesan la línea principal, una para separación y dos para el divorcio y si están acompañados por un número, es el año en qué sucedió.


Múltiples relaciones: algunas veces, cuando las parejas han tenido múltiples relaciones, puede ser muy difícil graficar estas situaciones. La siguiente figura muestra una forma para señalar varios matrimonios de un mismo hombre. La regla de oro es que cuando sea factible, los diferentes matrimonios van en orden de izquierda a derecha, con el matrimonio actual en el centro. Relaciones anteriores: si las parejas anteriores han tenido otras relaciones puede ser necesario trazar una segunda línea ligeramente por encima de la línea principal para graficar estas relaciones. Compromiso, Unión Libre: si una pareja está comprometida o viviendo junta pero no legalmente casada, su relación se representa como la de una pareja casada, pero se usa una línea punteada. Hijos: se coloca una figura para cada uno de ellos, hacia abajo de la línea que conecta a la pareja y se los representa de izquierda a derecha, yendo del mayor al menor. Familia numerosa: si la familia tiene muchos niños, existe un método alternativo para representarlos. Hijo adoptivo o putativo: se usa una línea punteada en lugar de una línea recta. Gemelos y mellizos: se usan líneas convergentes y una barra entre ellos, para los hermanos gemelos. Sólo una línea convergente si son mellizos.

Familia que vive junta: se usa una línea83 de puntos o continua, para rodear a los miembros de la familia que viven juntos. Esto es importante en familias reconstruidas donde los niños pasan una parte del tiempo en variascasas. Estructura familiar: es decir la forma en que están conectados los diferentes elementos del genograma. En esta categoría, los autores describen y analizan tres componentes, el primero es la composición del hogar y cómo se verían representadas cada una de las familias según la clasificación en base a la estructura que se hizo anteriormente.


Eventos familiares y funcionamiento familiar: esta categoría implica el análisis de la manera en que los eventos están relacionados y afectan el funcionamiento tanto de los individuos, como de la familia en general. Entre los elementos analizados en esta categoría están las coincidencias, o sea cuando dos eventos se suceden al mismo tiempo, por ejemplo, un nacimiento y la muerte de un miembro importante de la familia. Patrones relacionales y triángulos: en esta categoría se analizan la forma en que las relaciones se convierten en patrones repetitivos a través de las generaciones, como puede ser el caso de que un padre se relacione con su hijo de la misma forma como su padre se relacionaba con él.

Equilibrio y desequilibrio familiar: esta categoría implica un análisis con un nivel diferente de abstracción, puesto que implica mirar la forma en que los diferentes elementos están interconectados, para determinar un cierto equilibrio en la familia y no sólo en el momento actual, sino también a través de su historia.


El funcionamientoDefinición Dentro del funcionamiento familiar, existen muchos elementos a considerarse. Sin embargo, se han tomado en cuenta aquellos que tienen mayor relevancia, no sólo relacional, sino también psicológica. Entre los elementos escogidos se analizará: el tabú de incesto, la comunicación y la afectividad, los valores, los mitos y rituales, así como los procesos de individuación y las deudas, legados y méritos que se adquieren a lo largo de las generaciones.

Comunicación y afectividad La comunicación, por su doble nivel: que expresa algo en el contenido, pero también algo en la relación, conduce a la cuestión de la definición de la relación, como ya se desarrolló en otro momento de este texto. Este modelo se construye en la relación con las figuras de apego, esencialmente, a través de las reacciones que el adulto tiene frente a la búsqueda de proximidad por parte del niño, las cuales pueden agruparse en tres tipos: el adulto se muestra sensible al niño y permite su acceso (apego seguro); el adulto se muestra insensible e impide el acceso del niño (apego inseguro, evitativo) y por último el adulto permite el acceso y atiende al niño pero de manera imprevisible (apego inseguro ambivalente). Padres preocupados. Muestran mucha emoción al recordar sus experiencias infantiles, expresando frecuentemente ira hacia sus padres. Parecen agobiados y confundidos acerca de la relación con sus padres, mostrando muchas incoherencias y siendo incapaces de ofrecer una imagen consistente y sin contradicciones. Padres rechazados. Estos padres quitan importancia a sus relaciones infantiles de apego y tienden a idealizar a sus padres, sin ser capaces de recordar experiencias concretas. Lo poco que recuerdan lo hacen de una forma muy fría e intelectual, con poca emoción.


Valores y mitos Los valores son impersonales en su fondo e individuales en su forma… A menudo, sirven como base para crear el mito familiar, entendiéndose por tal, el conjunto de creencias organizadas y compartidas por los miembros de la familia que dan “color” a sus roles, a su relación y a la imagen como grupo. En este sentido, cierto grado de mitología es necesario para lograr una representación común de la identidad y del estilo específico de cada familia, que contribuye a que todos y cada uno de los miembros adquiera un sentimiento de pertenencia.

La evolución Dicho con otras palabras, el sistema debe cambiar lo suficiente para adaptarse a las nuevas circunstancias, pero a la vez debe mantener ciertas características que le brinden estabilidad a lo largo del tiempo.

El ciclo evolutivo Morfostáticos que tratan de mantener a toda costa su estructura y funcionamiento y que tienen dificultades importantes al momento de adaptarse a nuevas situaciones. . Morfogenéticos que se encuentran en constante cambio y por lo tanto no mantienen un nivel suficiente de estabilidad para sus miembros, por lo que se ven rápidamente influenciadas por modas y estereotipos sociales y culturales, sin lograr desarrollar una identidad propia. El emparejamiento: en este momento, el objetivo principal es la unión de dos personas, generalmente de sexo opuesto, para conformar la nueva familia. Las principales tareas de esta etapa son: negociar una nueva relación al interior de esta díada y separarse de las respectivas familias de origen. Familia con niños pequeños: aparece cuando se da el nacimiento del primer hijo y de los subsiguientes. En esta etapa, la principal tarea es la construcción de un espacio para el tercero en la relación y posteriormente el establecimiento de pautas de relación con nuevos sistemas, como el educativo, con los cuales, la familia se ve relacionada conforme avanza el desarrollo de los hijos.


Familia con adolescentes: los niños no permanecen pequeños siempre, sino que avanzan en su desarrollo físico y psicológico, llegando a la adoles cencia. Éste es un período muy crítico para la familia, debido a que, generalmente, al mismo tiempo, los padres están en la mitad de la vida, atravesando lo que se ha dado en llamar la “crisis de la mediana edad”, ya que están entre sus hijos adolescentes, que pronto abandonarán el hogar, y sus propios padres que a menudo están en la vejez, por lo que tienen que hacer frente a tensiones que vienen de tres fuentes: los hijos, los padres y su propio ciclo vital.

Nido vacío: implica la progresiva salida de los hijos del hogar parental, lo cual requiere que la familia cumpla varias tareas, como son: la renegociación de la relación de la díada conyugal, en vista de que se quedan nuevamente solos, sin los hijos; la adaptación a las nuevas relaciones que aparecen cuando los hijos se casan o tienen hijos; es decir, el hecho de convertirse en abuelos y también, la salida del área laboral a través de la jubilación. Integración de pérdidas: implica la aceptación de los cambios asociados con el ciclo vital de la tercera edad, la confrontación con la muerte de seres queridos y el planteamiento de la propia muerte. Se dice que es de integración, puesto que la persona requiere integrar su vida y darle un sentido para morir con una sensación de satisfacción de lo que ha vivido.


Modelos de evaluación familiar El modelo circumplejo Cohesión: se refiere al apego o desapego existente en los miembros de la familia. Entre las variables que se toman en cuenta para realizar la evaluación están: los lazos emocionales/independencia, los límites/coaliciones, el tiempo/espacio, los amigos/toma de decisiones, los intereses/recreación. Adaptabilidad: se refiere al grado de flexibilidad y capacidad de cambio del sistema familiar. Entre las variables a estudiar están: la estructura del poder, los estilos de negociación, las relaciones de los roles y reglas y la retroalimentación. Comunicación: considerada como una dimensión facilitadora al relacionarse con las anteriores. La dimensión adaptabilidad determina que las familias puedan tener características de tipo caótico, flexible, estructurado y rígido. Mientras que la dimensión cohesión determina que las familias tengan un estilo desligado, separado, apegado y entremezclado.


El Modelo de Funcionamiento Familiar de McMaster Solución de problemas: se evalúan dos tipos de problemas, los instrumentales y los afectivos. La solución de los problemas se verifica cuando las personas logran pasar por las siete etapas identificadas de resolución: identificación del problema, comunicación del mismo a la persona adecuada, desarrollo de acciones alternativas, decisión de una alternativa, ejecución de la misma, vigilancia y observación de la alternativa, evaluación del éxito. La comunicación: también se evalúa en dos áreas: instrumental y afectiva, con cuatro dimensiones: clara / enmascarada, directa / indirecta. Postulan que hay mayor eficacia cuando se trata de una comunicación directa y clara, mientras que en el polo opuesto está la comunicación indirecta y enmascarada. Los roles: se dan dos tipos de asignación de funciones: las necesarias y las adicionales y se analizan dos áreas del funcionamiento familiar: la adjudicación de funciones y los métodos de control.

Respuesta afectiva: se plantean dos grupos: emociones de bienestar y de emergencia. Se postula mayor eficacia cuando las respuestas son apropiadas tanto en cantidad y cualidad a los estímulos. Vinculación afectiva: los autores han identificado seis estilos diferentes de vinculación afectiva. Postulan que hay mayor eficacia en la implicación empática que en la implicación simbiótica o cuando no hay implicación. Control de conducta: los autores la aplican a tres áreas: situaciones peligrosas, expresión de necesidades psicobiológicas y en conductas interpersonales. Postulan mayor eficacia con una conducta de control flexible que con un estilo caótico.


El modelo sistémico de Beavers Competencia familiar: para dar una idea del nivel de competencia familiar se analizan los siguientes temas, cada uno de ellos incluye otros subtemas: 1. Estructura de la familia: dentro de lo cual se evalúa el poder manifiesto y las coaliciones paternas. 2. Mitología. 3. Negociación dirigida al objetivo. 4. Autonomía: en la cual se evalúan la claridad de expresión, la responsabilidad, y la permeabilidad. 5. Afecto familiar: dentro de lo cual, también se toman en cuenta: la gama de sentimientos, el humor y tono, el conflicto, la empatía. 6. Escala global, que pretende ser un resumen de lo anteriormente evaluadoy que va de óptima/adaptativa (1) a gravemente disfuncional .


LAS TÉCNICAS

Para utilizar cada una de estas técnicas, se plantean tres momentos: La inducción: entendida como un momento en el cual, al pensar que la introducción de una técnica puede ayudar en el proceso, el terapeuta la plantea a la persona, a la familia o al grupo con el cual está trabajando La realización: luego de haber obtenido el acuerdo de las personas sobre la ejecución de la técnica, se la realiza. Sin embargo, cada técnica tiene diversos momentos y especificidades, razón por la cual, para esta parte, les remitimos a cada una de ellas y que se revisan más adelante. El comentario final: esta parte implica realizar una síntesis del proceso llevado a cabo durante la aplicación de la técnica, que permita la integración de lo vivido y la reflexión sobre los elementos que han surgido durante el trabajo específico.

Las preguntas circulares: La técnica de las preguntas circulares permite lograr un rápido acceso a una rica fuente de información y constituye un instrumento terapéutico eficaz. La modificación constante de las perspectivas y la introducción de nuevos sistemas de evaluación bastan para cuestionar los aspectos patogénicos de la epistemología que tiene la familia de sí misma. Además, la transmisión indirecta de información bloquea la formación de una posible resistencia de la familia y la constitución de un frente unido contra el terapeuta. Cada miembro de la familia tiene la libertad para usar la información a su manera y expresar su opinión sobre ella. Los cambios propiciados con esta técnica son reforzados con las estrategias específicas de intervención de la terapia sistémica.

Cuestionamiento del síntoma Mediante el cuestionamiento del síntoma, a modo de un reencuadramiento, el profesional pudo cambiar el marco conceptual que rodeaba al paciente identificado. De las intervenciones descriptas en el marco teórico para cuestionar el síntoma, se pudieron identificar: la escenificación, el enfoque y la Intensidad (repetición del mensaje, cambio de distancia y resistencia a la presión de la familia).


La silla vacíaDefinición Llega desde el psicodrama, como muchas de las técnicas analógicas. Para esta técnica se utiliza una silla en la cual “se sienta” de manera imaginaria una persona, un sentimiento, una parte de sí mismo. a silla vacía permite externalizar (según lo entiende el modelo narrativo) lo que la persona está viviendo en sí misma o en la relación con alguien más. En la práctica, se utilizan algunas variantes de esta técnica, que vienen desarrolladas a continuación, tomando en cuenta que no son todas las posibilidades ni constituyen tampoco la única forma de usarlas, ya que depende mucho de la creatividad de la persona que realiza la intervención. Es una manera, con la cual, el ausente, aún permaneciendo como tal, se encuentra presente en el espacio de consulta y el consultante entra en contacto directamente con él. Esto permite una reestructuración de la relación con dicha persona, lo cual se manifiesta en un cambio en la forma de pensar sobre la persona misma o sobre la relación que se tenía con ella. Acontinuación, se describen otras posibles utilizaciones de la silla vacía.

Fijación de fronteras El foco de esta intervención radica en que ninguno de los miembros hablar por el otro, o dicen lo que el otro piensa o siente; sino más bien que cada uno expone su propia visión de los diferentes conflictos planteados en el consultorio.

Resistencia a la presión de la familia: El foco de esta intervención radica en que ninguno de los miembros hablar por el otro, o dicen lo que el otro piensa o siente; sino más bien que cada uno expone su propia visión de los diferentes conflictos planteados en el consultorio.

Las metáforas Hablar con metáforas es una manera eficaz de recoger informaciones, de otro modo difícilmente obtenibles, de un grupo que se muestra particularmente rígido o defendido. En algunos casos, comunicar con metáforas promueve un cambio a través de tomas de conciencia a veces dramáticas. Entonces, el lenguaje metafórico introduce un cambio en la red deinteracciones familiares y al hacer esto, permite una redefinición del problema y de la persona, además de implicar a todos en el proceso.


El juego de la OCA Primera Fase: se trata de una parte colectiva en el trabajo de la familia. Sobre las diez casillas del tablero, la familia tiene que inscribir diez eventos en orden cronológico, que hayan influenciado su recorrido; para facilitar la tarea (y seguir usando el tablero!), la escritura se hace en pequeños trozos rectangulares de papel que se ponen encima de las casillas. Para inscribir los eventos, todos los miembros de la familia deben estar de acuerdo sobre los mismos y sobre el orden en que deben ubicarse en el tiempo de la historia familiar (y por supuesto, sobre el cartón).

Segunda Fase: es más individual, y se trata de que cada uno de los miembros de la familia asigne uno de los siete símbolos, a cada uno de los diez eventos escogidos. El hecho de que cada miembro de la familia asigne un símbolo a los eventos escogidos en la primera fase, permite que ellos se diferencien unos de otros en esta segunda fase. Es muy interesante notar las diferencias en percepciones, en sentimientos y en reacciones frente a cada uno de los eventos. Tercera Fase: consiste en llenar las casillas de inicio y de final, para lo cual, se proporciona a cada miembro de la familia, varias hojas de papel y lápices, para que ellos escriban el principio y el fin de la historia que han visto desarrollarse en el juego.

Las máscaras Las máscaras permiten introducir un nuevo diálogo, puesto que, lo que la persona dice, lo hace dirigiéndose a una máscara y no directamente a la persona. Además, esta intervención aumenta la intensidad dramática, puesto que una máscara puede representar todo lo que se ve o se percibe en una persona, lo que más llega o impacta de ella. El trabajo con las máscaras tiene tres etapas: La preparación: para lo cual, al final de una consulta, se plantea a la familia, la realización de esta técnica y si está de acuerdo, se les pide que, en la próxima consulta, traigan elementos que pueden servir para confeccionar las máscaras: papeles de diferentes colores, adornos, lentejuelas, plumas, tijeras, goma y masking y todas aquellas otras cosas que deseen y que crean, les puede ayudar en la tarea. La confección: en la consulta prevista para aplicar esta técnica, se pide a los miembros de la familia que confeccionen dos máscaras: una que represente a su padre y otra a su madre. Si los padres están presentes, entonces tienen que representar a sus propios padres. Esta primera fase puede tomar entre treinta a cuarenta y cinco minutos, con la gente muy concentrada en la elaboración de sus máscaras. Al final existen resultados muy creativos y que revelan mucho sobre lo que la persona es y sobre lo que piensa de sí misma y de su padre y madre.


L A N I F E S A F Cierre deserción

por

La mayoría de los casos terminan en una deserción. Las personas simplemente dejan de venir a terapia sin prevenir de su ausencia. Esta situación puede ser muy angustiante, sobre todo al inicio de la práctica terapéutica, porque quedan muchas interrogantes sobre lo que pudo haber sucedido.

Evaluación y cierre Cuando ha transcurrido un tiempo prudencial, ya sea que esté especificado en el contrato (la modalidad de contrato cerrado, por ejemplo) o ya sea que han transcurrido algunas sesiones, es posible plantear una evaluación y el cierre del proceso, cuando se ven algunos de los signos o síntomas siguientes: La familia menciona que está bien, que las relaciones han cambiado en el sentido que anhelaban y que pueden seguir adelante sin acompañamiento. La familia muestra signos de nuevas formas de comunicarse más directamente, son más reflexivos en el manejo de sus conflictos, pueden hablar sobre sus sentimientos unos con otros.


Seguimiento y cierre Finalmente, si se ha cerrado el proceso con la familia y ella está de acuerdo en volver a encontrarse con el terapeuta para una reunión de seguimiento, éste puede plantearla, alrededor de un mes después, para verificar que los cambios perduran a través del tiempo. En este caso, se pueden dar algunas opciones: Una primera opción, que es poco frecuente, pero que sin embargo ha ocurrido, es que la familia se presente mencionando que, durante el tiempo transcurrido han sucedido muchas cosas, sobre las cuales quisieran un acompañamiento para enfrentarlas. Otra opción, que también se presenta, es que durante la sesión de seguimiento, la familia manifieste que está bien y que los cambios perduran, pero sin embargo, uno de los miembros manifiesta que está pasando por una situación especial y requiere un acompañamiento individual, ya que lo que está viviendo, en su visión, no está relacionado con la familia.

FIN



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