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LAS
MARAVILLAS
MARAVILLAS DE LA TELEFONIA DESCE.IPCION
EL TELÉFONO. EL MICRÓFONO Y
EL
FONÓGRAFO POR
JOSÉ CASAS Y BARBOSA Oficial del Cuerpo de Telégrafos y autor de una Memoria premiada sobre Telefonía
Edición ilustrada con 3o grabados intercalados.
BARCELONA. TÍLIHjHJ^ IT S E R B A , E D I T O R E S . ¿g
£ Vease la cuarta plana de esta cubierta.
CKhU\ BAJA DE S. PEDRO, NÚMERO
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BARCELONA. ESTABLECIMIENTO
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GALLE DE LA CONDESA p E SOBRADIEL, NÚM. 10.
MARAVILLAS DE LA TELEFONIA DESCRIPCION DE
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INTRODUCCION. Una de las leyes universales mas simpáticas que preside á la existencia de todos los seres creados, y que mas alto proclama la omnipotente sabiduría de Dios, es la facultad que aquellos poseen de comunicarse entre si sus impresiones, y de despertarse sentimientos y sensaciones agradables dentro de sus respectivas especies. El hombre que en la escala do esos séres ocupa el pináculo, posee el don de la palabra, que es la manifestación externa de su elevada inteligencia. La palabra es el vehínculo que el hombro emplea para trocar sus ideas, para producir aquellos movimientos simpáticos en el ánimo de sus semejantes ; mas es tal la naturaleza fugaz que á la palabra va unida, que deseando el hombre fijarla en el tiempo creó los jeroglíficos y la escritura. Esto empero no bastaba á sus crecientes necesidades, al deseo inagotable de su creadora fantasía; quiso fijarla además en el espacio, é intentó la creación de señales telegráficas que vencieran la marcha lenta y perezosa que su organismo imperfecto oponia á la fulmínea rapidez de su pensamiento. Aquella necesidad fué sentida, mas no se vió -satisfecha; han debido pasar muchos siglos, el hombre ó por mejor decir la sociedad ha debido encontrarse transformada y sujeta al imperio de la misma necesidad aunque mas imperiosamente experimentada, para producir aquellos medios de comunicación rapidísima que la antigüedad habia vislumbrado. La cultura del siglo pasado aportó á la creación de la telegrafía un criterio mas ilustrado, una experiencia de muchos siglos; y solo entonces el invento fué realizable. Pero bien pronto el estudio ó casi podríamos decir el descubrimiento de un fluido universal, latente en la naturaleza toda, procuró al hombre
li: un agente poderoso que convertido en sus manos en fuerza sumisa é inteligente dióle el dominio del espacio, borró la acción abrumadora del tiemdo y permitióle lanzar de un polo al otro polo envueltos en la chispa instantánea é invisible que habia aprisionado, los latidos sublimes de su mente. Una representación figurada del lenguaje bastóle entonces para trasmitir á distancia en alas de la electricidad sus mas íntimos y complexos pensamientos. Masaun quedabapor resolverá la telagrafíauno de sus mas árduos problemas; necesitaba llegar al ideal conocido de su perfección ; faltábale reemplazar la palabra misma á signos convencionales y hoy este problema está resuelto. El teléfono (1) de M. Graham Bell transmite y reproduce el lenguaje humano en lo que tiene de mas íntimo, natural y perfecto; y el fonógrafo de M.Edissonlo atesora, lo archiva y lo emite fielmente á voluntad, á despecho del tiempo que desde su impresión haya transcurrido. ¿ Hemos alcanzado el necplus ultra de la perfección en materia telegráfica? tal era el límite que hasta hace tres años se le tenia fijado; mas hoy este límite ha sido rebasado, y el hombre sin cesar impelido por la ley del progreso, que ejerce un imperio ineludible sobre su sér, tiende ya hácia horizontes mas dilatados el objetivo do sus esfuerzos y deseos. La gran República modelo quiso celebrar en 1876 el centenario de su fundación. El acta de la independencia de la antigua colonia británica habíase firmado en la populosa ciu(1) Voz griega compuesta de tele (lejos) y fonos (sonido).
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dad levantada por Peen, y en ella acordóse conmemorar tan fausto acontecimiento. Casi es inútil que digamos en qué consistió la fiesta grandiosa y solemne del centenario de la independencia americana. Filadelfia vió levantar al pié de su recinto uno de esos inmensos monumentos que vienen á ser el símbolo de la fé del siglo xix; la expresión mas perfecta del genio cosmopolita de nuestra época; la síntesis del estado de civilización de todos los pueblos, y la mas alta y elocuente expresión de esa corriente de paz y concordia que circula por las arterias de las modernas generaciones, tendiendo á reemplazar las ideas de exterminio cuya influencia, empero, se halla señalada en la Historia de la humanidad como ley Providencial que rigió para acelerar la fusión de razas y civilizaciones. El certámen universal do Filadelfia sirvió al pueblo norte-americano para dar una ostentosa prueba de su genio profundamente práctico y mecánico. Ninguno camina tan deprisa como él por la anchurosa via del progreso; ningún pueblo del mundo siente como lo sienten los yankees ese vértigo de actividad que les impulsa febriles hácia los inmensos horizontes de lo desconocido, de lo nuevo. ¿ Acaso el lastre de la tradición , y las preocupaciones que arrastran las viejas cultas sociedades de Europa es causa de esa relativa lentitud que al lado del pueblo americano las distingue? El pueblo yankee para el cual no han existido en cierto modo las edades históricas con que designamos las grandes etapas de la caduca humanidad del viejo mundo, apenas nacido ha penetrado en la edad que podríamos llamar de la mecánica. Hay quien lamenta, tal vez no sin razón, que allí, aun mas que en Europa, el progreso del espíritu ceda en demasía ante el progreso avasallador de la materia. ¿Mas se olvida acaso los nombres de los sabios norte-americanos que han sido un factor importante en los gloriosísimos triunfos déla ciencia moderna? ¿No ha nacido por ventura en la patria de Franklin el invento mas maravilloso de nuestros tiempos, llamado á difundir y ennoblecer la vida del espíritu?
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presentados; viéndose allí al lado de las últimas hijuelas del primitivo Chappe y el patriarcal Morse, el pantelégrafo que reproduce la escritura y hasta las imágenes, y cuantos sistemas en fin han resuelto con mayor ó menor superioridad el admirable problema de comunicar el pensamiento aniquilando el tiempo y el espacio.
Completamente oscurecido en medio de la brillante exhibición de relucientes y complicadas máquinas telegráficas que llenaban el departamento telegráfico de la Exposición de Filadelfia, se hallaba un objeto diminuto de madera no muy bien labrada, á cuyo extremo iba unido un hilo recubierto de caoutchouc. Aquel objeto, según la pintoresca comparación de Mr. Breguet, padecíase á una seta. Al verle aislado, humilde y tan sin valimiento en medio de aquellos fastuosos ejemplares de los mas recientes y notables instrumentos de telegrafía, cualquier español que en él hubiese reparado, á buen seguro que le aplicara aquella vulgar denominación que en su acepción menos desdeñosa significa ignorancia del nombre y destino del objeto designado : le hubiera llamado chisme. Empero aquel chisme encerraba una maravilla. Era el teléfono de Mr. Graham Bell. Transcurrieronlosprimeros meses delaExposicion, y nadie se habia preocupado de la existencia de aquel singular instrumento. Su autor con toda la modestia del mérito real y superior, esperó á pié firme la llegada del J u rado. Esperó, añadimos, con toda la flema que es proverbial en los de su raza *. mas aun; esperó con toda la impasibilidad del genio que no duda del porvenir. Al cabo el Jurado se presentó ; y antójasenos que entre este y el humilde expositor desconocido, mediarían estas ó muy parecidas palabras: —¿ Cuál es el objeto de su aparato de V. ? —Este instrumento sirve para trasmitir á considerables distancias la voz humana con su timbre y sus variadas modulaciones. Es un Teléfono. La seriedad proverbial de aquellos graves señores debió flaquear ante el anuncio de tan estupendo invento. Por fortuna, si Colon necesitó treinta años para persuadir al mundo de que no era visionario, bastáronle á Mr. Bell algunos minutos para tornar en admiración la oficial complacencia del Jurado. La prueba exigió breves instantes y su resultado fué concluyente. ¿ Habrá quien no adivine la estupefacción del docto tribunal que casi sin transición pasaba de una duda asaz legítima, á una verdad maravillosa ?
El departamento del Fairmount-Park destinado á exhibir los admirables instrumentos que constituyen la brillante ejecutoria de la ciencia telegráfica, era otra de las elocuentes manifestaciones del privilegiado ingenio mecánico de los nietos y dignos émulos del industrioso John Bull. Todos los aparatos, todós los inventos que en el espacio de medio siglo han venido á satisfacer y acrecentar la hidrópica necesidad de relacionarse, aproximarse y confundirse que aqueja á pueblos é individuos, hallábanse allí ostentando su último grado de brillantez y perfección. Los sistemas mas acabados de telegrafía óptica, eléctrica y submarina que en sus complexas necesidades comprende desde el buque, la sonda y la boya especiales con cuya ayuda ha de ser transportado y confiado al abismo impenetrable de los mares ese nervio coLa noticia cundió rápidamente por el mundo; losal que enlaza el cerebro de un mundo con el de otro mundo, hasta el sencillo manantial de pero hay qus confesar que, enEuropasobre todo, donde ha de brotar el misterioso fluido que le re- halló muchos devotos de santo Tomás ; y es que corra, todos estaban en el Fairmount-Park re- en Europa existe invencible inclinación á la duda cuando de las cosas de allende el Atlántico se
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en contemplar y atesorar las testas fotogratrata, por una legitima prevención coutra las fan- gozan fiadas de los originales mas ilustres. tásticas lucubraciones de una prensa émula y liLa curiosidad pública vióse, pues, en este punto bre que recorre todos los tonos de la gamma no- defraudada, la vena poco fantaseadora do velera para sostener el eutusiasmo de sus flemá- Mr. Graham porque Bell reduciendo á los términos mas ticos lectores. humanos los antecedentes oscuros de su existencia, privó á los dispensadores de la fama que so erigiera á su costa el pedestal de prodigios sobro Entre tanto el invento, ya vulgarizado entro el que suele asentarse al genio. ¿Necesita acaso el lustre de un pasado quien los yankees, sacaba literalmente de quicio aquel lleva en sus hechos el secreto de un porvenir ? pueblo calculador y frió. A los primeros afortunados ensayos tuvo la dicha de encontrarse un ilustre físico inglés, y al testimonio valioso y decisivo de este sabio debió Mr. Ball que aquende el Atlántico cesaran la preLIBRO P R I M E R O . vención y la duda. Mr. William Thomsom, que os el físico á quien LA TELEFONIA ANTES DE GRAHAM BELI,. nos referimos, algunas semanas despues de haber felicitado personal y cordialmente al inventor del Teléfono declaraba ante la Sociedad britáCAPITULO PRIMERO. nica reunida en Glasgow, que el nuevo aparato «era la maravilla de las maravillas telegráficas, el generales.—La telefonía pre-hlstórlca.— instrumento mas delicado y al par mas inverosí- Consideraciones Caracteres de la telefonia. mil que el cerebro humano haya concebido, y el que aquella máxima latina nihil noadelanto que entre todos los realizados aproxima vumParécenos sub solé, como de propósito concebida para mas al hombre hácia los dioses.» con las pretensiones do todos los inEn su entusiasmo de sabio Mr. Thomsom llegó dar al traste ha hecho decir y hacer mil tonterías. á emplear como se vé una hipérbole que trascien- ventores, Líbrenos Dios, empero, de entrar en discusión de á paganismo; cómo la juzgó la gravedad puri- sobre la oportunidad ó inoportunidad de su aplitana de sus doctos oyentes lo ignoramos; mas cación á todo lo que se encuentra bajo el sol; mas por lo que á nosotros toca, parécenos en el fondo parécenos que cometen grave pecado de expoliación los que, separando dicha máxima del domimuy exacta. nio de las leyes eternas por que se halla regida la naturaleza, someten á la pretenciosa jurisdicción de la misma todo lo que, por el contrario, crea y la flaca inteligencia humana. Desde aquel punto la fama del invento quedaba produce Tal vez por obedecer á esta máxima, ó por disestablecida en Europa; y la certidumbre de aqael culpable prurito de erudición, á cada invento que hecho portentoso días antes acogido con reserva, en el orden científico se produce no se le dá carta abrió las válvulas á la admiración que ya en de naturaleza ni filiación en los anales de la ciencia, sin que antes se hayan exhumado los mas América rayaba en fanatismo. Periódicos y revistas llenaban sus columnas recónditos y olvidados mamotretos, en presencia de los cuales y por A mas B, se demuestra la ancon relatos de las maravillas que con el diminuto tigüedad del invento, en otra forma, bajo o t o instrumento se obtenían; citábanse casos de audi- idea y acaso trascendencia concebición que traspasaban las fronteras de lo natural y do. Con todo,sinesteninguna estudio retrospectivo puede verosímil, y la vena humorística de los folletistas aun tener mucha importancia. La critica erudita, fantaseaba á mas y mejor á expensas de un in- en efecto, fijando por decirlo asi, el abolengo de vento, que aun dentro de los limites reales de su una nueva creación del ingenio humano, puede perfectible naturaleza, á tantos prodigios se pres- aportar valiosos materiales á la Historia de las ideas, la cual si se escribiera, esclareciendo en taba. el génesis de las mismas, su lenta y La descripción del aparato y de las sesiones de cuanto cabeprogresión, y revelándonos la influenaudición trascendental, que unos pocos afortuna- misteriosa cia refleja que en ellas la época ha ejercido, hados podían permitirse, no bastaron bien pronto á bría de darnos la mas alta y filosófica demostrasatisfacer la pública curiosidad. ción del progreso de las civilizacionfes, y la evi¿ Quién era el afortunado inventor de aquella dencia al par que justificación del imperio que ejercen en los destinos de la humanidad. maravilla ? ' ¿Mas qué diremos de las pretensiones á la prioUn sabio modestísimo, tan modesto que hoy ridad á posteriori y en mayor ó menor núque su nombre es umversalmente conocido, se mero, que, no dejan de producirse nunca despues que asusta ante la idea de que su figura, como él un descubrimiento cualquiera ha sido sancionadice (1), pueda andar estampada en libros y re- do por el veredicto de la opinion de los mismos vistas y figurar en el álbum de las personas que sabios? Si no han dejado de presentarse émulos de la gloria de Colon que descubrió un mundo, ¿cómo podían dejar de presentársele al modesto (1) Con el deseo de poseer para la ilustración de nuestro inventor escocés que solo ha descubierto un instrabajo nn retrato de Mr. Graham Bell, nos dirigimos al trumento científico, mas ó menos admirable, que joven cuanto ilustre ingeniero francés Mr. Niaudet que dis- solo ha sabido ahondar en una mina por tantos fruta la amistad de Mr. Graham Bell, por conducto de nues- otros explotada? tro buen amigo el señor Dalmau. Mr. Niaudet por todo extremo deferente, participó al sabio inventor del teléfono El hecho es, sin embargo, exacto y no carece nuestro deseo, mas Mr. Bell con una modestia solo compa- de precedentes en la historia de las ciencias. Serable con su mérito manifestóle el temor que le causaba la ria por tanto pueril á nuestro juicio atribuirlo á idea de la publicidad que iba á darse a su figura. Tal es la explosiou de la flaqueza humana, máxime razón porque no acompaña á nuestra obra el retrato de cuando antes y despues de la famosa querella enMr. Bell. p u r a
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tre Bacon y Leibnitz tantos son los progresos realizadossimultánea pero independientemente y revistiendo cada uno de por sí los mas respetables caracteres de autenticidad. Preciso es, pues, buscar el origen de esta identidad de miras que impulsa a dos genios, acaso desconocidos, á perseguir un mismo ideal para el vulgo inconcebible, y ¡ialcanzarlo con extraña simultaneidad por caminos distintos y solo practicables despues do ser por ellos desbrozados, en una ley fija y constante, que en el orden de los que llamamos progresos humanos desempeñe la misma función directriz que la que en el dominio de la Historia traza á la humanidad sus ocultos derroteros. En definitiva se ha ofrecido en el invento de que nos proponemos tratar,como en tantos otros, y aparte de algunas pretensiones trasnochadas, apenas por la crítica acogidas, una de esas coincidencias que hemos señalado, pero que en el caso presente se ha manifestado hasta en la simultanidad del dia en que el privilegio de invención ha sido reclamado. Nos referimos á la pretensión de Mr. Elhisa Grey, de c u y a legitimidad y naturaleza nos ocuparemos mas adelante. Por ahora volvamos á nuestro primitivo tema que habíamos olvidado. Dijimos que á cada descubrimiento se le busca su genealogía entre las lucubraciones de los sabios pasados y presentes; y este principio no h a bía la critica de desmentirlo al tratarse de la telefonía. Si en los descubrimientos científicos como en las castas nobiliarias la antigüedad constituyera un mérito, el blasón que correspondería al te.éfono seria de los mas esclarecidos. Nos explicaremos. Mr. Breguet, discretísimo físico francés, historiando los orígenes de la telofonía, dijo, no sin razón por cierto, que en el orden cronológico, el primer hombre que para reforzar la potencial de la v o z colocó las manos en t o m o de la boca en forma de embudo, realizó el primer teléfono. L a cita nos parece irrefutable : el árbol genealógico frondosísimo; y á nosotros que abundamos en las opiniones del físico francés, antójasenos que este procedimiento rudimentario de telefonía que en los usos ordinarios de la vida vemos á cada paso practicado, debió ser asimismo el que empleara Estentor cuando en ruidosa emulación con el dios Mercurio ponia en ejercicio el fuelle de sus heroicos pulmones, y atronaba el espacio á cada uno de sus homéricos berridos. Este procedimiento telefónico, aunque sencillo, debia ser peligroso, porque Estentor reventó ; y así 110 es mucho que su uso quedara desde entonces restringido á las escuetas condiciones de una fonación no reforzada por los medios prodigiosos que mas tarde la ciencia ha procurado. De la hipérbole de Mr.Breguet resulta una idea con la cual estamos conformes. E l empleo de la palabra misma como vehículo de sus pensamientos, cuando deseó trasladarlos al través del espacio, debió ser la forma embrionaria, v a g a que el hombre concibió para su primer sistema telegráfico. Mas semejante aspiración era irrealizable ; así que mientras la historia registra multitud de ens a y o s de telegrafía en el trascurso de los siglos necesitamos llegar al nuestro para ver intentada por un procedimiento menos científico que empírico y experimental, la manera de conducir la v o z humana á distancias relativamente grandes. L a telefonía acústica fué el resultado de tales tentativas. Este procedimiento era á todas luces insuficiente. Mas y a al principiar aquellas tentativas la ciencia habia depositado en poder del hombre el secreto de una fuerza de naturaleza desconocida y de aplicaciones inmensas; sutil y veloz como el
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pensamiento y como él también incoercible; que suprimía el tiempo y las distancias haciendo casi sincrónicas, unisonas las pulsaciones de dos cerebros, los sentimientos de dos pueblos separados por abismos insondables, si los unia entre sí una inmensa fibra de hierro á lo largo de la cual se deslizara invisible ese fluido misterioso, esa fuerza colosal llamada electricidad , merced á la cual pudo el hombre realizar l a m a s insensata utopia que concibieran las generaciones, el sueño de tantos siglos, en suma la telegrafía. Pues bien, la aplicación de ese mismo motor inapreciable dio nacimiento á la telefonía musical. Se habia dado un paso considerable en la senda de los adelantos telefónicos. L a electricidad servia ya para la transmisión de los sonidos musicales, es decir que la telefonía se habia convertido en electrofonia. Pero aun faltaba alcanzar la última perfección ; y los sabios avanzando sin cesar en sus investigaciones, y al par volviendo la mirada atrás para reconocer el ideal de la telegrafía, primitiva, racional, filosófica, llegaron al descubrimiento del teléfono'articular, forma científica, resolución acabada y admirable del mas arduo problema de telegrafía que habian concebido los hombres.
C A P I T U L O II. TELEFONÍA
ACÚSTICA.
E c o s . - E l E s c o r i a l . _ L a L o n j a de B a r c e l o n a . - E l T r o c a d e r o — 1 noos p o r t a - v o c e s . — E l teléfono de los a m a n t e s — S u o r i g e n e s p a ñ o l . - S u v e r d a d e r o autor.
Emprendamos ahora una ligera recorrida al través de las dos etapas primeras en que hemos dividido la historia de la telefonía. Digamos, pues, dos palabras acerca de la telefonía acústica. Si hemos de ocuparnos de sonidos y de lo que atañe a su transmisión, no creemos salimos de nuestro objeto hablando antes de ecos, por mas que adoptando esta prelacion violentemos el órden natural en que estos fenómenos se producen Mas esto 110 influirá en el fondo de nuestro relato. Existe en el sombrío cuanto inmenso monumento del Escorial una sala rectangular abovedada que posee cierta virtud acústica m u y singular D o s personas que se sitúen en dos opuestos ángulos de la misma pueden conversaren v o z baja con solo aplicar el oído ó dirigir la voz, según ios casos, junto a la arista que forma el empalme de los dos muros. Ni el ruido ambiente ni las conversaciones que se tengan en la sala turban la audición, de la cual, por lo demás, solo los dos interlocutores participan. Pero aun hay mas; otras dos personas situadas en los dos ángulos opuestos restantes de la sala, pueden á su vez conversar libremente con igual facilidad que las primeras y con completa independencia de las mismas Se supone que las ondas sonoras reflejadas por la bóveda pasan de un interlocutor á otro recorriendo el espacio en el sentido de las diagonales que unen los ángulos. Se trata, pues, de u n teléfono limitado á cuatro puntos conjugados dos á dos y reducido a los limites circunscritos de una sala. Tal es la telefonía en el sentido rigurosamente etimológico de la palabra. Este fenómeno de acústica no es nuevo. Existe en el Conservatorio de Artes y oficios de París una sala dotada de análogas condiciones, y aun se podrían consignar otras de las varias que se indican en los tratados de acústica. Un físico francés á quien tendremos que citar con alguna frecuencia en el curso de nuestra obra, al ocuparse de la virtud telefónica de que un concurso de circunstancias no bien apreciadas ha dotado á determinadas construcciones, añade que á los ar-
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t.ibilidad de estos, pudiéndose evaluar, según quitectos n o les seria difícil comunicársela á M. Niaudet, en 1, ti") metros: que los sonidos aguotras. No lo d u d a m o s ; m u c h o puede la ciencia dos se propagan menos rápidamente que los gracuando la a y u d a u n a discreta y obstinada inves, lo cual á distancia produce alteraciones en la vestigación; pero en materias de acústica no medida, en la melodía y en el timbre de los mispodemos alejar de la memoria el último fracaso mos; y finalmente que & m a y o r diámetro de los que la ciencia ha experimentado, si n o mienten t u b o s corr?sponde m a y o r velocidad en la propalas hojas vocingleras, en la construcción del grangación de las ondas sonoras. dioso salón de conciertos del Trocadero. Se dijo A este género de telefonía acústica pertenece que alli la acústica echaría el resto; que el local sin disputa u n i n s t r u m e n t o ingeniosísimo, del seria un prodigio de sonoridad; y en efecto, las cual venimos obligados á o c u p a r n o s antes de p e r s o n a s que á sus conciertos concurrían tenían cerrar este capítulo. la ventaja de disfrutar por el precio de u n a sola Nos referimos al teléfono de bramante, de cory exclusiva audición la reproducción múltiple y don ó de los amantes, como le han llamado tamcorrelativa de cada u n a de las notas que la orbién nuestros vecinos traspirenaicos. questa emitía. Aquella oficiosidad de los ecos dejó Los sabios abstraídos en sus lucubraciones, sueen mal lugar á los hombres de saber que quisielen no reparar en ciertas menudencias de la vida, ron desterrarlos; y si, pues, es tal la impotencia que h lo mas logran p r e o c u p a r é divertir al vulgo de la ciencia para arrojar esos intrusos de sus de los mortales ó ¿i la generación infantil á la que construcciones, casi valdría mas tratarlos con caen ocasiones van dedicadas. Así ha sucedido con riño y utilizarlos sabiamente, para aliviar k los el i n s t r u m e n t o á que nos referimos. artistas la fatiga de esas indiscretas repeticiones á Hace algunos años figuró en los escaparates do que el entusiasmo del público somete sus delicalos vendedores d9 juguetes y a n d u v o en m a n o s das gargantas. de la gente m e n u d a y de los desocupados, un insConste que no hemos citado estos ejemplo para t r u m e n t o que tenia la virtud de hacer perceptibles dar á, comprender que todos los ecos eran telefóá distancia las palabras que cerca de él se p r o n u n nicos. P o r p u r a incidencia los hemos mencionado, ciaban. Componíase por lo regular de u n t u b o pero ellos nos llevan como p o r la m a n o á referir tronco cónico de metal ó cartón, u n a de cuyas otro que constituye u n fenómeno algo mas singubocas se cerraba por medio de u n a m e m b r a n a de lar que el del Trocadero, y que por no haber visto pergamino bien tendida; un b r a m e n t e ó cordon consignado en parte alguna le s u p o n e m o s comde longitud variable u n i a este t u b o á otro exacpletamente desconocido. t a m e n t e igual. El cordon se ataba por sus dos exE n el piso entresuelo del magnífico edificio de la tremos al centro de las respectivas m e m b r a n a s . L o n j a de esta capital, en el local precisamente en Dos personas provistas de un t u b o cada u n a y donde no hace mucho tiempo se había establecicolocándose á la distancia q u e el cordon bien do u n a oficina telegráfica, existe u n a sala abovetendido permitiera, podían hablar en voz baja y dada dotada de un eco m u y singular. L a persona sin que nadie se enterara, por m a s que la longique al penetrar en ella venga sosteniendo u n a tud de aquel fuera relativamente considerable. conversación, al llegar casi al promedio de la sala Este juguete ingeniosísimo o b t u v o los sufrapuede hallarse sorprendida por el acento e x t r a ñ o gios de ¡a generación infantil á quien parecía desque de repente toma su voz y por u n a impresión tinado y la indiferencia de los sabios. D u r a n t e de audibilidad ingratísima. Ü n paso que dé háeia mucho tiempo figuró en todos los almacenes de adelante ó hácia atrás basta para que el f e n ó m e n o quincalla y en n i n g ú n gabinete de física. De ren o se produzca. El eco, pues, se halla circunscrito pente el descubrimiento con que Mr. G r a h a m á u n reducido espacio del local que puede deterBell acababa de sorprender al m u n d o , trajo á, la minarse por la proyección de u n plano perpendimemoria de muchos aquel modestísimo juguete, cular al plano de la sala en el sentido de su aquella maravilla embrionaria, aquella imágen anchura. perfecta del hermoso i n s t r u m e n t o del físico escoL a telefonía acústica p r o p i a m e n t e dicha llegó cés á la que solo faltaba el quid divinum, el soplo á ser u n a verdad e x p e r i m e n t a l desde principios de vida, el flúido electro-magnético que a n i m a b a de este siglo. Ya á últimos del anterior un m o n j e á esto. benedictino francés bajo los auspicios del sabio Desde aquel m o m e n t o se le buscó, se le obgirondino Condorcet verificó ante L u i s X V I alguservó y analizó; sujetósele á mil p r u e b a s y expenos ensayos de transmisión de los sonidos á lo rimentos y erigióse á costa de él u n a completa largo de u n tubo. El proyecto de telefonía que teoria. presentó, n o llegó á merecer, empero, los honores ¿Quién es su sabio inventor? fuese p r e g u n t a n d o de u n a detenida discusión. por todas partes. L a gloria de estos e x p e r i m e n t o s estaba reserSe ignoraba; la critica sagaz de n u e s t r o s vecinos vada á Biot, quien, en 1808, pudo hacer llegar h u b o de informarse p o r algunos viajeros franceclara y distintamente los sonidos complexos de ses, de que ese i n s t r u m e n t o era de uso común en la voz h u m a n a á lo largo de u n t u b o de conducE s p a ñ a entre los a m a n t e s ; y cátense ustedes al ción de aguas que medía 951 metros de longitud. amor, que en nuestro país deberá ser m a s ingeEstos ensayos fueron c o n t i n u a d a s y ampliados nioso que en parte alguna, llenando el vacío que m a s tarde por otros físicos, y de ellos se dedujo en la historia de los progresos de las ciencias hau n a série de datos con los cuales se enriquece bia dejado en E s p a ñ a , d u r a n t e u n periodo casi h o y la acústica y dieron lugar á la creación de los secular, el atraso lamentable de nuestras univert u b o s porta-voces cuyo uso, seguramente ressidades y escuelas. Así y todo, h u b i é r a m o s podido tringido, se halla, n o obstante, m u y v u l g a reivindicar con orgullo la gloria del invento; mas rizado. por desgracia n o t e n í a m o s en nuestro favor mas Esto último y el interés p u r a m e n t e teórico de que la autoridad tan recusada y recusable de vialos experimentos á que ha dado lugar el sistema jeros franceses, y, además, p ú d o s e al fin establede telefouía acústica, nos relevan del deber de dar cer la legitima paternidad del descubrimiento, mayoresnoticiasacerca de ellos. Diremos, sin emque corresponde por entero á M r . W e i n h o l d , probargo, por el interés que pueda ofrecer, que la fesor de Chemnitz, quien describe su experimenvelocidad de trasmisión del sonido por medio do to en u n a obra de física que en 1872 publicó en u n t u b o acústico es,según Mr. Regnault, de3-30 n l 6 Leipzig. p o r segundo, estando la t e m p e r a t u r a á cero y siendo el aire seco; que esta velocidad seria maEl estudio p o s t u m o , por decirlo asi, del teléfono y o r en t u b o s porta-voces c u y o medio conductor de los amantes no ha sido perdido para la ciencia, f u e r a n líquidos, en razón de la m a y o r conducy a que n o podia ser de n i n g u n a utilidad p a r a la
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BIBLIOTECA ILUSTRADA DE TRILLA V SERRA
práctica, completamente inobservada, de dicho pensión americano, que se ha empleado en alguinstrumento. nas lineas telefónicas de 300 metros de desarrollo. De dichos estudios resulta que dos personas E n este sistema el hilo se halla sostenido por u n a provistas de ese teléfono pueden conversar á 150 serie do cuerdas verticales pendientes de un sometros de distancia, pudiéndose esta aumentar porte especial. La suspensión se obtiene pasando cuando se apela á ciertos medios auxiliares que el hilo por unos aros delgaditos atados al extremo oportunamente mencionaremos. de cada cuerda suspensora. Con este sistema la pérdida de ílúido es poco sensible gracias á la fleEn cuanto íi la teoria del instrumento la encerxibilidad de las suspensiones, á s u longitud y á raremos en pocas palabras. La persona que habla la dirección sensiblemente perpendicular á la líjunto á la membrana del teléfono despierta agitanea de transmisión que tienen. ciones en ella por medio de las vibraciones del aire ambiente. Los movimientos de la membrana Algunas otras particularidades se podrian citar despiertan á su vez vibraciones en el hilo á que á propósito del teléfono de cordon. Este, por está unida ; estas vibraciones se transfieren á la ejemplo, si es de seda es mejor conductor que membrana opuesta, y producen en ella agitaciocuando es de algodon ó lino. Se puede emplear nes correlativas y perfectamente sincrónicas con también el alambre, y al efecto citaremos el experimento practicado por Mr. Millar. Este físico ha la primera, por cuya razón el aire interpuesto transmitido los sonidos musicales al través de un entre la segunda membrana, ó sea la receptora, y hilo telegráfico de 150 metros de longitud, con el oido, vibra, y sus vibraciones nos dan los sonisolo haber empalmado sus extremos por medio dos al unísono que se han emi i lo en la transmide dos hilos de cobre á dos discos susceptibles de sora. Resulta, pues, y esto hubiera sido un havibrar. Para estos discos vibrantes empleó madellazgo inapreciable para la ciencia si se hubiese ra, metal y hasta cautehú al que habia dado la puesto en evidencia antes do la aparición del informa de un tambor, k cuyo centro iban unidos vento de Mr. (iraham Bell, resulta, pues, repetilos hilos. Siendo estos diafragmas de hierro y mos, qne una membrana tendida puede vibrar al m u y delgados y estando el alambre convenienteunísono con todos los sonidos simultáneos y sumente aislado por medio de soportes de cristal, cesivos que se producen en la articulación de una Mr. Huntley transmitió sonidos articulados á 2,450 frase cantada ó hablada. Además, y esta es otra piés de distancia. cuestión no del todo esclarecida por la ciencia, parece ser que las vibraciones del fluido sonoro Al principio se creia que con esta clase de telése producen en el sentido de la longitud del hilo fonos solo podían entenderse dos personas: es conductor, ó lo que es lo mismo,en planos perpenu n error. Si en cualquier punto del tendido de u n diculares al plano do la membrana. hilo telefónico se fija otro hilo á cuyo extremo Ahora bien; dejamos sentado que el hilo concorresponda un instrumento, y esta operacion se juntivo de las dos membranas ha de tener la marepite en distintos puntos del firimer conductor, yor tensión posible; ahora añadiremos que no los sonidos emitidos ante cualquiera de las mempuede hallarse en contacto con otros cuerpos, branas que constituyen la red telefónica, se reproporque estos, siendo, con relación á su masa, perducirán en todas las demás. Hay mas ; si se hace fectamente conductores, absorben el fluido sonoun nudo algo grueso en el cordon conductor, basro que el hilo conductor debia llevar á la otra tará acercar el tímpano á él para recibir las mismembrana. Esta circunstancia que limitaba conmas impresiones sonoras que acusa el teléfono siderablemente el desarrollo del conductor y la receptor (1). conveniencia de imprimir á este las angulosidaVamos á, dar, antes de cerrar este capítulo, un des que hicieran el sistema adaptable á todos los nuevo ejemplo de telefonía acústica que nos sucasos, ha sugerido algunos medios de suspensión ministra el eminente físico Mr. Tyndall, en su del hilo que no comprometieran su conductibinotable tratado sobre El Sonido. lidad. El experimento, según dice Mr. Tyndall, es deEl primero que, siguiendo á Mr.Niaudet, llamabido á Mr. Wheastone, y lo explica del siguiente remos de suspensión por refracción, consiste en hamodo en u n a de sus lecciones : cer pasar el oordon al través de u n a especie de «En u n a de las habitaciones situadas en el zapandereta, formando u n ángulo m u y abierto ; y guan, de la que nos separan dos pisos, hav u n el segundo llamado por reflexión se obtiene colopiano. A través de los dos techos correspondiencando la pandereta fuera de la línea quebrada que tes á aquellos pasa u n tubo de hojalata de C á 7 forma el conductor; es decir que este al llegar á la centímetros de diámetro, recorrido en el sentido membrana del suspensor la atraviesa formando de su longitud por u n a varilla de madera de abeu n ángulo, por ejemplo, de 25 grados y vuelve to, u n a de cuyas extremidades asoma junto á esta á salir inmediatamente prolongándose bajo otro misma mesa, y la opuesta descansa en la caja ángulo igual al anterior. Son en una paíabra el misma del piano. La varilla está metida en otro ángulo de incidencia y el de reflexión de un rayo tubo de cautchú que llena el hueco que quedaría luminoso que pudiera reflejarse en el p u n t o cénentre ella y el de hojalata. En este momento u n trico de la pandereta, de cuya analogía lian tomaartista está tecleando en el piano del cual no llega do precisamente su nombre ambos sistemas. Añahasta aquí el menor sonido. Pues bien ; coloco damos que la pandereta vibrando á sil vez bajo este violon en contacto con la extremidad de la las impresiones que el hilo le transmite, tiene la varilla, y, como veis, nos repite los acordes profacultad de acortar las distancias de este. Hace, ducidos por el artista, pero nos los acusa n o por pues, oficios de traslator ó renovador del ílúido la vibración de sus cuerdas sino por las del piasonoro. no mismo. Separo el violon y cesa toda armonía; lo reemplazo por u n a guitarra, y el efecto anteExiste otro medio mas especialmente dedicado rior se reproduce. Al violon y á la guitarra sustiá este último objeto , pero m u y inferior en result u y o ahora una simple mesa de madera, y, según tados á los dos citados. Consiste en dos tubos podéis observar, vuelven á llegar hasta nosotros unidos y formando entre sí el ángulo que se desea las notas del piano. V o y por último á emplear dar al hilo. Este tubo doble posee dos membrauna arpa cuya caja armónica apoyo contra la nas, á cada u n a de las cuales se adhiere u n extreextremidad de la varilla. Igual resultado. La semo del conductor que se s u p o n e cortado en u n paro u n poco para que el contacto desaparezca, y p u n t o de su tendido. El hilo, pues, tiene u n a solucon él desaparece también el sonido. E s tal la seción de continuidad, que para la conducción de mejanza que existe entre los sonidos de este últilos sonidos salva, m u y imperfectamente por cierto, el aire contenido dentro del tubo traslator. Hablaremos por último de un sistema de sus(1)
Niaudet: Telephones et Phonographes, p. 18.
EL T E L É F O N O , EL MICROFONO V E L FONOGRAFO.
mo instrumento y loa del piano, que es difícil, como habréis observado, persuadirse de que no brota de aquel la música que vibra en nuestros oidos. ¿ Concebís que resistiera la obsesion de lo sobrenatural en presencia de una transmisión tan maravillosa, cualquier persona ignorante que presenciara este experimento? »¡Qué hermosa transportación de efectos se opera a q u í á nuestra vista! A impulsos de la voluntad del artista sus dedos pulsan las teclas del piano, los martillos hieren las cuerdas, y estos choques puramente mecánicos se transforman 011 vibraciones sonoras. Comunicanse estas vibraciones á la c a j a armónica del piano en la cual se posa la extremilad inferior de la varilla de abeto adelgazada en los bordes para que penetre mejor al través de las cuerdas. En ella se recogen las pulsaciones rápidas y confusas de los diez dedos, y las transporta con una precisión infalible á la caja armónica del arp¡», la cual recibe entonces las vibraciones que á larga distancia se han producido. Esta segunda caja transmite el movimiento al aire bajo formas ó cambios en las moléculas tan
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trascedentales y complexas, que podría creerse que solo ha de brotar la confusion de esos millares tía ondas sonoras que se cruzan y entrechocan en sus movimientos encontrados. Pero ahi está el oído humano con su maravillosa aptitud para vibrar al unisono con todas esas formas tan distintas; y la lucha, la confusion y el combate lleganal cerebro trocadas en música deleitable y armonía.» C A P I T U L O III. TELEFONIA MUSICA!,.
Experimento tío l'nge y de la Itive.—Teléfono ile Mr.Petrln». — Toléfonoilo Mr. Helas.—Nociones <le acústica. Según acabamos de ver la telefonía era una verdad, aun considerada fuera de los dominios de la ciencia eléctrica, pero una verdad encerrada, en la práctica, dentro do m u y estrechos limites. Paralelamente con sus progresos, parli ¡ndo de la utilización de un motor tan esencialmente idó-
Teléfono do Reiss. (lis- 1).
neo como la electricidad, los fisicos habían creado u n sistema que, satisfaciondo las mismas necesisades en que la telefonía se habia inspirado, era, sin embargo, infinitamente mas práctico y trascedental: tal era la telegrafía eléctrica. E n este sistema los signos gráficos y convencionales suplen á distancia la deficiencia de la voz. Faltaba por tanto dar mayor amplitud á las aplicaciones del flúido eléctrico, necesitábase asimilarlo en cuanto fuera dable á la naturaleza complexísima de u n a transmisión del movimiento sonoro que no reconociera por límites los limites á nuestra potencia fonética asignados, y la iniciación de esta segunda etapa en que penetró la telefonía auxiliada por la ciencia eléctrica, es lo que constituye la telefonía musical. E l problema bajo esta último aspecto considerado no parecía de imposible resolución. E n efecto, el físico Page habia observado que cuando bajo la corriente eléctrica que la invade se imanta una barrita de hierro dulce, esta produce u n sonido m u y acentuado y variable con arreglo á la mayor ó menor prolongacion de la barra. Di-
cho sonido solo se percibía en el acto de empezar y en el de cesar la corriente; y este hecho fué el punto do partida, y por decirlo así, la revelación de la telefonía musical. Aquel fenómeno filé provocado, ampliado y estudiado por otros sabios. De la Rive, por ejemplo, lo explicó diciendo que era producido por un movimiento vibratorio de las moléculas del hierro á vueltas de u n a sucesión rápida de imantaciones y desimantaciones; y obtuvo el mismo resultado de fonación, sustituyendo á la barrita un alambre atravesado á manera de eje por el centro de una bobina recorrida por u n a corriente discontinua. Joule corroboró la hipótesis de la Rive evidenciando que, por efecto de aquellas imantaciones y desimantaciones, disminuye el hilo en diámetro y aumenta en longitud, cuando lo invade la corriente. La idea de la telefonía musical cuajó, digámoslo asi, por VPZ primera en la mente de un físico, en el año de 1852. E l aparato no llegó á construirse, pero de la descripción que del mismo apareció en los periódicos, asaz incompleta por cierto, parece
BIDLIOTECA
I L L ' S T R ; DA D E T R I L L A
desprenderse que el i n v e n t o no pasó de embrión, mas ó menos feliz y viable, en la mente de su autor. E r a e s t e M r . P e t r i n a de Praga, y consistía su inst r u m e n t o en una serie de lengüetas de metal invadidas por la corriente, que obraban á manera de interruptor frente á u n a s barritas de hierro. E s decir, que al ser agitadas aquellas la corriente pasaba con intermitencias á las barritas y determinaba por tanto u n a série de imantaciones y desimantaciones en las mismas cuya duración la determinaba el tiempo en que las lengüetas permanecían inclinadas. Este era un procedimiento análogo al que habia empleado de la Rive para obtener sus etectos de sonoridad ; pero si se s u p o n e n dos i n s t r u m e n t o s análogos colocados en circuito, es decir, u n i d o s entre sí por u n o ó varios hilos telegráficos que pongan en comunicación las lengüetas del u n o con las barritas del otro, se podrán obtener á distancia los sonidos en cualquiera de ellos producidos, y se tendrá realizada por lo mismo la primera idea de telefonía musical. L a segunda en el órden cronológico y la primera en importancia y perfección, esdebida al físico aleman también, Mr. Reiss, quien en 18G1 dió á conocer u n verdadero teléfono. Dos órdenes de hechos m u y i m p o r t a n t e s t u v o en cuenta Mr. Reiss al idear su i n s t r u m e n t o , y de los dos se sirvió para obtener resultados que senalaron u n inmenso progreso en la n u e v a senda que habían emprendido las especulaciones de los sabios. P o r u n o de aquellos utilizó la m e m b r a n a v i brante del f o n a u t ó g r a f o de Scott que tan importantísimo papel ha jugado en ios triunfos sucesivos (1) de la telefonía articular; y por el segundo se sirvió de los descubrimientos de P a g e de que acabamos de hablar. El instrumento que con estos elementos creó Reiss constaba de dos partes, u n transmisor y u n receptor (fig. 1.a). Constituye el primero una caja de resonancia A que tiene practicada u n a abertura en su cara superior, la cual queda cubierta por u n a delgada m e m b r a n a á m a n e r a de parche de u n tambor. Un disco sutil de platino 0 adherido al centro de la m e m b r a n a y la p u n t a metálica b situada perpendicularmente á ella é invadida polla corriente que procede de u n a pila, f o r m a n el sistema interruptor. Otro orificio tieno practicada la caja al cual se a d a p t a u n a especio de bocina ó trompeta acústica por la cual so emiten al interior de aquella los sonidos cuya transmisión se desea. Las barritas a c unidas en ángulo recto y de cuyo vértice parto la p u n t a d o metal b están en comunicación por medio de u n a s laminitas metálicas con u n manipulador t que es otra especie de i n t e r r u p t o r , y además con un eletro-irnan i E l manipulador y el electro-iman, t o m a d o s de los sistemas telegráficos, son p u r o s auxiliares del teléfono y destinados á prevenir el m o m e n t o en que se empieza á funcionar. Consiste el receptor en u n a caja de resonancia B sobre la cual dos caballetes d d sostienen u n a barrita de acero del diámetro de u n a agnja.de hacer calceta. E s t a barrita constituye el eje de una bobina electro-magnética g, y el todo va encerrado en u n a t a p a D que tiene por objeto concentrar los sonidos ya amplificados por la caja de resonancia, á cuyo efecto tiene practicadas sus aberturas en la parte superior de la bobina. L o s dos tornillos ,3 y 4 sirven para unir el primero la b o b i n a al hilo de linea que enlaza el transmisor y el receptor, y el s e g a n d o el extremo de la misma a tierra, con lo q u e se cierra el circuito, l i e n e también este i n s t r u m e n t o u n m a n i p u l a d o r / q u e hace oficios de llamador, a n á l o g a m e n t e al del t r a n s m i s o r . V é a s e la descripción de este instrumento al t r a t a r 01 r onoírríito.
T SERRA.
Para poner en ejercicio este sistema basta producir los sonidos que se quiera transmitir j u n t o á la abertura T. Entonce? las vibraciones del aird encerrado en la caja, determinadas por dichos sonidos despiertan vibraciones unísonas en la m e m b r a n a de la misma, y estas vibraciones acercando y alejando el disco'o de la p u n t a b, es decir abriendo y cerrando el circuito de la línea, dan p a s o á u n a serie de corrientes discontinuas que invaden el circuito y por tanto la b o b i n a g . Aquí va llegamos al caso experimentado por deiaRive. La barrita d d bajo la influencia de las intermitencias de corriente que recibe la bobina g se acorta ó se prolonga según que seimante ó desimante, V producirá u n a serie de sonidos cuyo n ú m e r o ' / d u r a ción serán iguales á las interrupciones causadas por la membrana, ó lo que e3 lo mismo, á los sonidos producidos. A primera vista diríase que el problema de la telefonía se hallaba, resuelto por el invento de Mr. Reiss, pues bastaría reemplazar los sonidos musicales transmisores por los de la voz human a , para obtener de él su m a y o r y mas sublime aplicación. Sin embargo, nada mas lejos de la verdad que esta creencia. Existe es verdad en el instrumento que analizamos perfecto sincronismo entre las vibraciones de la m e m b r a n a y las de la barrita imantada; pero ¿basta esto para reproducir con todas sus cualidades complexas y características los sonidos cuyas vibraciones se transfieren á la m e m b r a n a ? Desde luego, en la acepción científica de la palabra, los sonidos que acuse la barrita serán musicales, ya que para determinar este carácter en los mismos, basta que se verifique una sucesión perfectamente periódica de impulsiones en la membrana del tímpano (1) ; y la periodicidad en las interrupciones de la corriente se llenará perfectamente en el i n s t r u m e n t o que analizamos. Mas esto n o basta para constituir u n verdadero teléfono musical. E n efecto ; tres son las cualidades principales que caracterizan los sonidos: la altura, la intensidad y el timbre, y v a m o s á ver si acertamos á dar u n a idea de cada una de estas cualidades para comprender la parte que de ellas se respeta en el teléfono de Mr. Reiss. E s sabido que los f e n ó m e n o s del sonido son el resultado de las vibraciones que, debidas á u n a causa ú otra se producen en los cuerpos sonoros. El aire generalmente transmite estas vibraciones á la m e m b r a n a del t í m p a n o , principio de la acción fisiológica que dá por resultado el sonido. L a forma que afectan esas vibraciones, la curva que describen, varía al infinito. Una de ellas es la producida por la vibración pendular, llamándose asi á u n movimiento periódico que todo el mundo conoce, caracterizado por iguales alternativas de lentitud y velocidad. Ahora bien ; u n a vibración pendular dá origen á un sonido simple. El vaivén de u n a de las ramas del diapasón se a p r o x i m a á esta vibración típica. El diapasón, pues, puede producir u n a nota casi simple. Y decimos casi porque en la naturaleza a p e n a s existen esos sonidos simples. U n a cuerda en tensión puede vibrar como un todo, es decir en toda su longitud y sin división, ó bien puede dividirse en cierto n ú m e r o de segmentos iguales que vibran aisladamente. E n el primor caso se obtiene u n sonido simple ; mas es casi imposible que u n a cuerda vibre en toda su longitud sin que á las vibraciones de la cuerda entera n o se y u x t a p o n g a n , no se a ñ a d a n otras vibraciones parciales, nacidas de las partes alícuotas de cuerda en que la totalidad se subdivide. Estas vibraciones s u p e r p u e s t a s se llaman sonidos armónicos. (1)
T y n d a l l : Lo son, traduc. de l'abbé Moigno, ¡>. 52.
EL TELÉFONO, EL MICRO FONO Y EL FONÓGRAFO.
S.iuveur, uno do los fundadores do la acústica, se vale de un ejemplo práctico para explicar esto fenómeno. Supóngase, dice, u n a cuerda lloja, atada por sus dos e x t r e m o s , como la que usan los bailarines, y, si so quiere, la que emplean los niños para jugar al columpio. Es indudable que, además do! impulso total que á la cuerda se comunica, pueden el bailarín ó el niño i m p r i m i r á la c u e r d a , con las m a n o s , otros movimientos, otras vibraciones parciales. El movimiento general es el sonido simple, los parciales son los tonos armónicos. Resulta, pues, que á to lo sonido simple acomp a ñ a n necesariamente otros sonidos yuxtapuestos, los cuales constituyen con aquel lo que so denomina timbre. Timbre es por consiguiente la coexistencia, la concomitancia como diria u n metafisico, de sonidos armónicos con ei sonido simple ó f u n d a m e n tal; es la cualidad mediante la cual podemos diferenciar dos instrumentos musicales templados al unísono. Es en cierto modo la calidad del so nido. L a altura es el número de vibraciones que en u n a misma unidad de tiempo se producen en u n cuerpo sonoro. Estas vibraciones para constituir u n sonido musical han do estar comprendidas entre 1(¡ y 38000, limites opuestos y respectivos de los sonidos ^rave y agudo. La intensidad, ó fuerza del sonido, os la extensión de Jas excursiones, la amplitud do las oscilaciones de las moléculas de airo puestas en vibración. Volvamos, pues, al análisis del i n s t r u m e n t o de M. Reiss que habíamos interrumpido. Dejamos sentado que las vibraciones de la barrita del receptor serian en n ú m e r o y en duración iguales á las interrupciones causadas por la vibración de la m e m b r a n a del transmisor. D j s d e luego, queda dicho con esto, que u n a de las tres cualidades antes citadas, la altura, está perfectamente desempeñada por el receptor. Pero faltan la intensidad y el timbre. P a r a la primera de estas, es decir p a r a l a que exige igual a m p l i t u d en las vibraciones, se comprende que solo la podrá llenar u n a m a y o r amplitud también, ó por mejor decir u n a u m e n t o de fuerza en el motor originado por la ondulación de la m e m b r a n a . Mas la corriente voltaica es rígida, uniforme, solo varia en continuidad, así pues la mayor amplitud quo la fuerza de los sonidos i m p r i m a á las vibraciones de la m e m b r a n a no podrán, si la corriente no es en intensidad flexible, a u m e n t a r mas que sil constancia de emisión. Resulta, por tanto, que el aparato de Mr. Reiss no puede dar la intensidad de los sonidos, y siendo esto así ¿se concibe que logre acusar el timbrel ¿Podia en n i n g ú n caso la corriente que el físico aleman empleaba, plegarse á las infinitas gradaciones de fuerza y debilidad, que dentro de esa cualidad complexísima de los sonidos exige la incesante adición y sustracción de fuerzas que la determinan? ¿Podia en suma, aquel agente relativamente inflexible, u n i f o r m e m e n t e enérgico, invariable, atemperarse á las múltiples formas que en su análisis afectan los sonidos de la voz h u m a n a ? No ciertamente, y el i n v e n t o de Mr. Reiss si como fruto de la especulación científica p u d o valer mucho, como resolución práctica de u n problema no valió casi nada. C A P I T U L O IV. Cuatro palabras sobre las teorías fundamentales de la electricidad.
Lo i m p o r t a n t e en los dos sistemas que acabam o s de reseñar es que la idea de la telefonía m u sical habia nacido; y las ideas en el m u n d o de la
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inteligencia son germen fecundísimo que tarde ó t e m p r a n o da sus frutos. No hay on la naturaleza cultivador mas tenaz que los sabios, ni c a m p o mas fértil que el cerebro h u m a n o ; y asi vemos que aun aquellas ideas oscuras quo parecen muertas al nacer por el rigor de su propio organismo embrionario, son lanzadas al acaso por el viento da la publicidad que sin discernir todo lo arrastra, y recogidas en la m^nte de algún pensador solitario que les da n u e v o calor, vida y forma hasta hacerlas brotar transformadas y gigantes. T a l ha sucedido con la idea de la telefonía musical. Pero antes do penetrar en este estudio y a u n 4 trueque de incurrir en digresiones, nos será permitida u n a rápida diversión por el campo do la ciencia eléctrica, p a r a recoger de él aquellos principios mas capitales on los cuales descansan precisamente los descubrimientos que v a m o s á analizar. Esa diversión inútil, cuando menos, para las personas ilustradas, puedo ser provechosa y hasta necesaria para la generalidad de los lectores á quienes principalmente se dirige este trabajo. L o s quo por el contrario estén familiarizados con las teorías do la Fisica, pueden saltar este capítulo en el quo uada nuevo h a n de encontrar. T o d a acción química produce electricidad. L a electricidad es un agente físico poderosísimo, cuyas manifestaciones son muy diversas. Tócanos á nosotros considerarla en las atracciones y repulsiones que en diferente grado de intensidad ejerce respecto do los cuerpos. Si on un vaso que contiene agua acidulada se sumergen dos metales distintos, tales, por ejemplo, como el zinc y el platino en estado de pureza, bastará que estos se p o n g a n en contacto para q u e so manifieste una acción química. Si el contacto so opera por la parte exterior del liquido por medio de un hilo de cobro mas ó menos largo q u e u n a los dos metales, se h a b r á formado un circuilo. Est.e circuito estará recorrido por u n a corriente eléctrica que cesará al romperse aquel. Sin emlargo, en la acción química quo señalamos se admite la presencia de dos corrientes, u n a positiva y otra negativa. L a positiva parte siempre del platino en el cual se reúne el fluido positivo desarrollado en el vaso, y la negativa del zinc por u n a análoga razón. Esos p u n t o s de reunión do las dos formas de electricidad se llaman polos. El zinc es, pues, el polo negativo, el platino el positivo. Según las n u e v a s teorías la corriente recorre el circuito en el sentido del zinc al platino á manera de ondas sucesivas, atravesando el líquido contenido on el vaso. El ziuc y ol platino combinados según h e m o s dicho constituyen lo que se llama u n par. Si se dispone una serie do pares de modo que el zinc del primer vaso esté metálicamente enlazado al platino del segundo, y el zinc de este al platino del tercero y asi sucesivamente hasta el último par, y el primer zinc se u n e á un extremo del circuito y el último platino al otro, constituyendo los polos, se tendrá u n a pila. Las pilas son i n n u m e r a b l e s variando en los c o m p o n e n t e s y on la forma: solo el principio subsiste. Si teniendo el circuito establecido se sumerge u n a parte del hilo en u n m o n t o n c i t o de polvos de hierro, estos se adhieren á a q u e l ; el hilo p u e s se halla i m a n t a d o por efecto de la corriente quo le invade. P e r o si se r o m p e el circuito y por t a n t o cesa la acción química, la corriente n o se manifiesta y pierde el hilo su imantación; los polvos de hierro, pues, so desprenden. El imán, sustancia mineral, es sabido que atrae el hierro y algunos otros cuerpos. Si se f r o t a u n a aguja de acero templado con el imán, y se la suspende horizontalmente por medio de u n pivote de manera que pueda girar libremente en todos sentidos, se observa que adquiere siempre como
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BIBLIOTECA
ILUSTRADA
término de sus movimientos la dirección de norte á sur. La acción atractiva de la tierra i m p o n e esta dirección. Si encima de u n a aguja imantada, asi dispuesta, se hace pasar el hilo de un circuito interrumpido de modo que este se halle en una posicion horizontal también y dirigido en sentido del meridian o magnético, la aguja no experimentará la menor alteración, pero si se restablece el circuito, es decir si u n a corriente penetra en el hilo, la aguja se desviará para no volver á su posicion natural mientras aquella corriente subsista. De este hecho observado por OErsted ha nacido el galvanómetro. E n este i n s t r u m e n t o al hilo orizontal se ha sustituido u n a serie de circunvoluciones del mismo hilo en torno de la aguja y en el sentido de su longitud. Las desviaciones de la aguja acusan la presencia de la corriente; el sentido de las desviaciones su dirección ; y la extensión de las mismas la intensidad de la corriente. Asi, pues, el galvanómetro es revelador de las corrientes, indicador de su dirección y medidor de su intensidad, para lo cual le a c o m p a ñ a u n semicírculo graduado. Si con el hilo de uncir cuito se rodea una barrita de hierro, esta adquirirá las propiedades de imantación que hemos visto producirse e naquel. Si esta barrita se interpone en u n circuito,
Experimentos
DE T R I L L A
de inducción
su esfera magnética de acción, descansan los sistemas telegráficos. L a fuerza magnética de u n i m á n y por lo mism o la de u n electro-iman, ó la do u n a aguja imantada, reside en toda la masa, pero manifiéstase concentrada en sus dos extremos que adquieren el n o m b r e de polos. U n polo de u n a barra i m a n t a d a rechaza u n a extremidad y atrae otra de u n a aguja t a m b i é n i m a n t a d a ; en el otro polo la repulsión se trueca en atracción y la atracción en repulsión. Así pues existen dos especies distintas de magnetismo, cada u n o de los cuales rechaza á su igual y atrae á su contrarío. ¿ Cuál es, pues, el origen de ese poder m a g n é tico cuyos efectos o b s e r v a m o s ? E n realidad se ignora. E n t r e esos f e n ó m e n o s debidos al magnetismo y alguno que hemos citado referente á la electricidad, existe u n a conexion y semejanza que ha hecho entrever la idontidad do su origen. Explicaremos, por tanto, algunos de los efectos producidos por la s e g u n d a como medio de aclarar los ya citados de la atracción y repulsión magnética. H e m o s visto á la acción química producir electricidad. L a fricción, la presión, el calor y el magnetismo la desarrollan t a m b i é n .
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uniéndola á los extremos rotos del mismo, el circuito persistirá ; pero si se rompe el circuito en otro sitio, y con los cabos sueltos se producen contactos rápidos, es decir u n a acción química intermitente, u n a corriente interrumpida, se obtendrá el fenómeno de sonoridad descubierto por Page. Si se recubre de algodon ó seda la parte de hilo que en el primero de estos dos casos hemos dicho que rodeaba nuestra barrita hipotética, esta dejará de formar parte del circuito, no recibirá la porcion de fuerza que el hilo le comunicaba, pero en cambio adquiriría cierta cantidad de magnetismo que irá en a u m e n t o con las circunvoluciones del hilo recubierto. E n t o n c e s la barrita se convertirá en imán accidental, y su virtud de imantación, que puede llegar á ser m u y g r a n d e , se producirá tan solo al paso de la corriente. L a formacion de los electro-imanes es debida á este hecho. Un electro-iman eS, pues, u n a barrita de hierro dulce rodeada por u n a bobina ó carrete conteniendo u n gran n ú m e r o de vueltas de hilo delgado y recubierto de seda ó algodon. L o s hierros que se sujetan á esta imantación suelen tener la forma recta ó bien la de herradura. E n la imantación de las barritas asi dispuestas, y por la cual estas atraen periódicamente bajo la influencia de las corrientes otros cuerpos situados dentro de
(fig. 2 ) .
Si, por ejemplo, se frota con seda el cristal seco, este resulta electrizado, es decir atrae los cuerpos; si se frota con franela el lacro seco, se electriza también, y se obtienen de él idénticos efectos. Cada u n o de estos cuerpos electrizados atrae y es atraído por los cuerpos que n o lo están. Pero si al cristal frotado se le a p r o x i m a cristal, este es r e p e l i d o , y lo propio sucede con el lac r e , que, a n á l o g a m e n t e , repele al lacre, cuando, despues de electrizado, se le a p r o x i m a aquel. L u e g o existe en determinados casos repulsión, de donde surgió la idea de d o s clases distintas de electricidad, que, llamadas primero, electricidad vitrea, y electricidad resinosa, han sido conocidas mas' tarde por positiva y negativa respectivamente. U n a ley general resume los caractéres de esas dos formas de electricidad. L a positiva atrae á la negativa, y es rechazada por ella misma; la negativa repele análogamente á la negativa y atrae á la positiva. Refiérase ahora esta ley general á la generación de la electricidad en la pila y á los fenómenos de atracción y repulsión magnética, con los cuales existe la mas perfecta identidad. L o s cuerpos antes de ser electrizados se hallan en u n estado llamado neutral, es decir, u n estado en el cual los dos fluidos invisibles, el positivo y
EL T E L É F O N O , E L MIC
el negativo, combinados y repartidos en la materia se hallan como si dijéramos en reposo, no obstante que, según aquella ley general, rechaza cada uno de ellos á su semejante. Pero cuando el cuerpo así dispuesto se sujeta A fricción, los dos Huidos se separan violentamente pasando uno de ellos á incorporarse con el cuerpo frotante y el otro quedando en el frotado. Entonces resulta electrización. Esta electrización puede obtenerse de distinta manera. Si á un cuerpo previamente electrizado se le aproxima sin tocarle un conductor, ú otro cuerpo en estado neutral, la inlluencia del primero sobre este se manifestará en la violenta descomposición de los fluidos en reposo que en el segundo se hallan. Entonces el cuerpo electrizador atraerá el fluido contrario y rechazará el semejante que en el cuerpo neutral existen, y si este puede moverse seguirá la atracción quo el primero le imprime hasta ponerse en contacto con él. Esta manera de separar los dos ílúidos y producir la electrización, se llama electrizar á distancia ó por inducción. Eu este caso el cuerpo electrizado se llama inductor, y el neutral sujeto á su influencia inducido.
•OXO Y E L FONÓGRAFO*
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Si á los dos cuerpos hipotéticos de que nos hemos servido sustituimos un electro-iman y un pedazo de hierro, por ejemplo, situado ante él, los efectos de la atracción se operarán de una manera análoga. Conviene lijarse mucho en estos fenómenos cuya aplicación hemos de ver en muchos puntos de nuestra obra. Los dos ejemplos de inducción que hemos citado parten do orígenes muy distintos: en el primero suponemos que la electricidad ha sido desarrollada por fricción, y en el segundo, es decir en el caso del electro-iman, por una pila, como se comprenderá recordando los antecedentes que de estos órganos eléctricos hemos dado. Pues bien, la primera de esas dos electricidades se llama estática, ó en reposo, la segunda dinámica ó en movimiento. De las particularidades delainduccion obrando con esta, última hemos de ocuparnos mas detenidamente. En los circuitos cuya disposición ya hemos descrito, además de la corriente con que la pila los invade, nacen otras corrientes, bien bajo la influencia de la principal, ó bien bajo la influencia de
Botiina llulmikorff. ( fifí. 3)
imanes y también de la tierra. Estas corrientes se llaman de inducción ó inducidas, y la que las genera inductora. Sabemos lo que es circuito, lo que es galvanómetro, lo que es bobina y lo que es pila. Vamos á combinar estos elementos para estudiaren ellos la inducción. Tenemos un circuito general invadido por la corriente de un solo par. Supongamos que en el punto mas distante de este circuito se interpone un galvanómetro, lo cual no quebranta su continuidad. Tenemos además una bobina que en vez de un solo hilo arrollado en torno suyo tiene dos; uno grueso junto á la armazón, que dá pocas vueltas y cuyos extremos están libres, y otro hilo mas delgado cuyas vueltas cubren por completo las primeras. Los dos cabos de esta segunda hélice están también descubiertos y libres. E n rigor, pues, no hay empalme, no hay continuidad entre estos dos hilos. No importa, introduzcamos esta bobina asi dispuesta en el circuito previamente roto, de modo que á los extremos de los dos alambres ó conductores que parten del galvanómetro se enlacen los del hilo delgado ó exterior de la bobina, y á los gruesos de esta, los otros dos extremos que resultan hácia el lado de la pila.
El examen de la figura 2 dará una idea mas perfecta de la disposición de los instrumentos y aun de estos mismos. En G tenemos el galvanómetro, en B la bobina y en circuito con uno y otra el par voltaico P. Hágase abstracción de los vasos g g cuya intervención no es necesaria á nuestro objeto, ni quebranta el circuito. Los hilos que terminan en los polos del elemento P se llaman reóforos. Supóngase ahora que los dos conductores que, pasando por la bobina y el galvanómetro, constituyen el circuito, no tienen ninguna solucion de continuidad según resulta de la inspección de la figura. En este caso la acción química se produce ; no obstante, la aguja del galvanómetro permanece inmóvil frente al cero del círculo graduado. Pero si junto á uno de los polos del vaso P rompemos el hilo , se notará, simultàneamente con la ruptura del circuito, una desviación ràpida de la aguja en sentido contrario al que tiene la dirección de la corriente que en el momento de la ruptura fluia del par voltaico. Aquella desviación es instantánea ; la aguja vuelve inmediatamente al cero. Si sin soltar los dos cabos del hilo que de la ruptura nos han resultado, volvemos á ponerlos en contacto, inmediaiamente la aguja
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BIBLIOTECA ILÜSTRÍ
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sufrirá nueva desviación, no menos instantánea que la primera, pero en sentido contrario ; es decir, en sentido igual al de la corriente que invade el circuito. Resulta pues que en uno y otro caso hemos generado una corriente distinta de la que suministra P, pero bajo su influyencia ; la primera es inversa, la segunda directa, y una y otra se llaman inducidas respecto de la de P, que se llama induclora. Ya se comprenderá que basta repetir los contactos de los dos extremos rotos del reóforo para multiplicar estas corrientes fugacísimas. Tales son, pues, los efectos llamados de inducción, por lo cual, resumiendo, diremos que á la corriente de la pilase la llama inductora-, á la que la iníluenciade esta genera en el circuito exterior de la bobina ó secundario, según se le llama también por oposicion á aquel que se llama primario, se la denomina inducida. Estos mismos efectos pueden obtenerse de dos distintas maneras. Reemplazando la bobina de doble hélice por otras dos bobinas de diferentes tamaños y á propósito para que la menor, ó sea la ue constituye el circuito primario, pueda introucirse en la mayor. Al verificar la introducción se opera la corriente inversa, al separar las bobinas la directa. Por último el circuito primario entero puede
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L DE TRILLA T S E R R A .
ser reemplazado por una barra imán operando con ella análogamente que con la bobina chica del caso anterior. El imán en este caso es el que induce las corrientes en el circuito secundario, por que el imán según una teoría dada por el sabio francés Ampere equivale á un haz de corrientes circulares iguales y paralelas al eje de la barra. Vamos por último, para poner término á esta ya sobradamente larga digresión, á dar una idea de la bobina Ruhmkoríf cuyo principio descansa en los efectos de inducción que hemos señalado. Este instrumento es de la mayor importancia en las aplicaciones de la electricidad, en razón de los efectos químicos, físicos y hasta fisiológicos que con su ayuda se obtienen, muy superiores ciertamente á los que surninistraria la pila mas poderosa. Lo representamos en la figura 3 y daremos de él tan solo una ligera idea. Consta de una bobina formada por una doble hélice de hilos desiguales y cubiertos de seda como la que antes describimos. El hilo mas grueso es el inductor, el delgado el inducido. El hilo grueso se halla recorrido por la corriente de una pila cuya representación está en M. Dicha corriente que por un sistema especial interruptor del circuito se hace intermitente, induce otras corrientes alternativamente directas é inversas con
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Sistema de transmisiones múltiples Ue Mr. Varley. (lig. 1.)
respeto al sentido de la principal, en el circuito de se (1), tanto que, en opinion del distinguido publila segunda hélice, las cuales fluyendo por A B cista francés á cuyo testimonio nos referimos, no penetran en el circuito de línea ó exterior en el es concebible que dejaran de influir notablemente que se halla la máquina que están llamadas á en los trabajos posteriores. accionar. La experiencia habia demostrado que era posiTales son los principales fenómenos eléctricos ble producir á distancia y de una manera sincróque habrá que tener en cuenta para la mayor nica infinidad de sonidos. Mr. Varley se propuso comprensión de los problemas electrofónicos en utilizar este hecho para llegar á la transmisión sique vamos á entrar. multánea de dos distintos despachos por un solo conductor. De una imágen tomada de la mecánica se sirve el físico inglés para dar á comprender su CAPITULO V. atrevida idea. Supone una cuerda tendida entre Trabajos de Varley.—de Elisha Gtray.—Condensador can- dos poleas y de cada uno de cuyos extremos cueltante de Pollard y Garnier. ga una pesa. Bajando una cualquiera de las pesas, la opuesta se levanta; y con este movimiento Hemos visto á la telefonía nacer desmedrada y repetido puede constituirse un sistema de señales. vaga en la mente del físico de Praga; adquirir Así, pues, asimila estas oscilaciones con el paso forma, imperfecta, es verdad, pero al cabo concre- de corrientes intermitentes ordinarias á lo largo ta y definida en manos del de Friedrichsdorf, y de un conductor hipotético. Pero si á la vez que ahora vamos á asistir á una lenta y sabia gesta- se produce en la cuerda aquel vaivén, se determición cuyo resultado ha sido el bello instrumento na y se apaga simultáneamente en ella una série que constituye el objeto principal de nuestro tra- de vibraciones, estas podrán constituir un nuevo sistema de señales que ni dañará ni será dañado bajo. el primero. Este segundo sistema aplicado al El primer físico que en el orden cronológico por viene á ser una emisión de corrientes encontramos despues deReiss es Mr. Varley. Este conductor de alternativas rápidas ; es decir que por su hilo ilustrado electricista inglés obtuvo en 187Ó privi- telegráfico circulaban, yuxtapuestas, legio de invención por un sistema de telefonía dos órdenes hipotético emisiones; una ordinaria sumimusical que habia inventado ; y en la memoria nistrada por de pila, y la otra compuesta de ondescriptiva que á la reseña de sus trabajos acom- das eléctricasuna intermitentes, incapaces en la prácpaña, campean al lado de una concision suma las ideas mas notables y trascendentales acerca del problema á cuyo estudio venia dedicándo(1) Niaudet.—Telephones et fhonographes,—p. 105.
EL TELÉFONO, EL MICRO FOSO Y EL FONÓGRAFO.
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invade los electro imanes M U 1 y estos por u n tica de destruir el efecto mecánico ó químico de movimiento de atracción en sentido contrario couna corriente ordinaria, pero susceptibles de prolocan la r a m a e n S'. E n este caso, es decir estando ducir efectos musicales cuya disposición podia el contacto eléctrico en S' la corriente de la m i s trocarlas en señales. m a pila P, recorre el segundo circuito, vuelve á Veamos ahora los medios de que se valia M. Varinvadir las bobinas M, M' y se opera u n a repulley para obtener esa segunda clase de emisiones sión de la rama que entonces se pone en contacto que designa bajo el n o m b r e de corrientes vibracon S. Estas emisiones sucesivas de corriente á torias , y que en rigor las constituyen series de los dos circuitos inductores, equilibrándose, p r o emisiones de corrientes alternadamente invertidas ducirán en el circuito inducido I series de corriená intervalos m u y rápidos. tes inversas correlativamente con cada u n a de las L a descripción de su invento hará mas c o m inductoras. Estas corriontes inversas estando en prensible la idea. el circuito del m a n i p u l a d o r A' pasarán á la líDos partes constituyen el sistema telefónico de nea L cuando dicho manipulador n o esté en reque nos ocupamos: el transmisor y el receptor. poso. Simultáneamente con estas corrienies inEl primero lo compone un diapasón D (flg. 4), versas que el martillo A' lanza á la linea, pueden u n a de cuyas ramas vibrantes prolongada prodirigirse á la misma por el martillo A corrientes duce en sus oscilaciones contactos eléctricos con de la pila P . los extremos de dos hilos S S'. E s t o s hilos r o P a s e m o s ahora á describir el receptor. dean en sentido inverso u n a bobina de inducción L o s a p a r a t o s de esta clase construidos por de la cual constituyen p o r tanto los circuitos inMr. Varley son varios. Hablaremos t a n solo de ductor é inducido. E n M y M ' s e hallan situados los mas principales. los electro imanes dentro de cuyo campo magEl primero que dió á conocer bajo el n o m b r e nético se determinan las oscilaciones de la r a m a de cimafen, voz griega que significa ola, y que vibrante del diapasón. P y P ' son dos pilas cuya adoptó por asimilar el movimiento de progreso ó c o m e n t e p o n e en actividad el sistema en cada avance alternativo de las corrientes con los moviabertura ó cierre del circuito que se produzca con mientos de las olas en el mar, está formado por los interruptores ó manipuladores A, A' que en u n a cuerda ó u n hilo de acero de mas de u n meel dibujo aparecen en estado de reposo. tro de longitud tendido entre dos soportes y coA p e n a s vibra la rama D y se pone, por ejemlocado horizontalmente sobre u n a caja de resoplo, en contacto con S, la corriente de la pila P, despues de recorrer la hélice ó circuito exterior I nancia (flg. 5). E n mitad de esta cuerda hay u n a
Receptor ó cimafen
de Mr. Varley. (flg. S.)
b o b i n a electro-magnética cuyo eje viene á ser la cuerda misma, que puede vibrar libremente. R o dean la b o b i n a dos imanes permanentes apareados por sus polos opuestos, entre los cuales pasa la cuerda. Cuando u n a corriente invade la bobina, el centro de la cuerda se ve sucesivamente atraido y repelido por los polos de los imanes, ó lo que es lo mismo entra en vibración. Ahora bien; si en lugar de una, son m u c h a s é inversas las corrientes procedentes de la linea que recorren la bobina, y se procura además que la cuerda se halle templada al unísono con la rama del diapasón del transmisor, claro está que las vibraciones de la cuerda darán sonidos perfectamente sincrónicos con los del i n s t r u m e n t o transmisor. E l símil de la cuerda ofrecido p o r Mr. Varley se encuentra perfectamente aplicado en este sistema. P o r medio de los i n t e r r u p t o r e s de circuito A A' se produce el movimiento de vaivén y el vibratorio de que nos hablaba en aquella, querem o s decir que se ejercen al través de la línea dos acciones distintas y simultáneas. P o r A se trasmiten corrientes regulares de la pila P que sirven p a r a hacer f u n c i o n a r u n aparato Morse, en t a n t o que por A' fluyen á la misma linea y hacen vibrar u n hilo de acero tendido, séries de corrientes inversas como son las inducidas, que en esta parte del sistema determina el m o v i m i e n t o vibratorio del diapasón. L a dualidad de esta acción eléctrica en n a d a sirve de obstáculo á u n a b u e n a recepción. L a ex-
periencia ha demostrado que 110 dos sino varias emisiones del flùido electro-motor podían circular por u n mismo hilo con perfecta independencia en los efectos que estaban llamados á producir. De esta posibilidad nació precisamente la idea de aplicar la telefonía musical á la transmisión múltiple de despachos telegráficos, y esta idea derivada, f u é la perseguida con preferencia por los físicos hasta el descubrimiento de la ^telefonia articular. Dicho propósito que u n descubrimiento de Edison vino á hacer en cierto modo redundante, se f u n d a b a en el siguiente r a z o n a m i e n t o : S u p ó n g a s e que en el sistema mismo de Varley se añade al diapason inductor, otros dos diapasones, provisto cada u n o del organismo electromagnético que para aquel h e m o s descrito. E n cada u n o de esos sistemas parciales se producir á n séries distintas de corriente c u y a inversión determinará la m a y o r ó m e n o r vibración del diapason. T o d o s estos sistemas dependeráu de u n solo circuito general, es decir, de u n solo conductor de línea. Al e x t r e m o opuesto de este tendremos en vez de u n cimafen tres, con lo cual quedará completado el sistema. P u e s bien, si so t e m p l a cada diapason p a r a u n gran n ú m e r o dado de vibraciones, por ejemplo, mil, dos mil y tres mil respectivamente, y se hace otro t a n t o con los hilos de los cimáfenes, cada u n o de estos responderá al u n i s o n o á u n vibrador apenas se p r o m u e v a la vibración. E s t a la determina la imantación y desimantacion por medio
16 BIBLIOTECA 1LUSTFIU>\ DE TRILLA T SERBA. de las corrientes, mas como estas no han do estor- das, sin que esto altere el número de vibraciones barse en su transmisión, las quo partan de un ó el tono de cada instrumento. Si pues se asimila interruptor, modeladas, digámoslo así, por las vi- esas pulsaciones del manipulador á las del sistebraciones que las han generado, solo podrán des- ma Morse, es decir, si se las sujeta á un ritmo plegar su acción en el cuerpo vibrante acordado especial, determinado por una sucesión de conal tono cuyo número en emisiones de flùido la tactos largos y breves, podrán obtenerse en los corriente representa. De ahí resultará que cada hilos vibrantes del receptor intervalos de sonodiapason estarà en relación directa con su cima- ridad mas ó menos prolongados según sea la pulZen, y podrá hacerle responder á sus vibraciones sación. Pues bien, esos intervalos largos y cortos no obstante fluir por un mismo conductor y en constituyen para un oido ejercitado el alfabeto aparente confusion las corrientes que los iman- | Morse. tan todos. Fàcilmente se concibe que la transmiTal es el principio en que se hacia descansar sión de acordes musicales es posible dentro de , la transmisión simultánea de varios telégramas. este sistema, con solo aumentar los elementos Esta idea es la que, en el fondo, constituye la electro-magnéticos cuyo sincronismo resulta de- j de todos los sistemas telefónicos con posterioridad mostrado. Pero ya hemos dicho quo se trataba de á los trabajos de Mr. Varley aparecidos. Entre utilizar esa facultad telefónica musical en benefi- estos sistemas descuella por su importancia y cio de la telegrafia y fácilmente, se comprenderà merece ser citado por su antigüedad, el teléfono la manera como se pensaba conseguirlo. musical de Mr. Elisha Gray, de Chicago. Las interrupciones del manipulador pueden Los trabajos do Mr. Gray datan de 1874, y haser mas ó menos breves, ó por mejor decir sus i biendo sido su punto de partida la telefonía muemisiones de corrientes mas ó menos prolonga- sical, como fué la de tantos otros, llegó no tan solo 1
Telefono musical de Mr. Elisha Gray. (fig. 6 . )
á obtener un instrumento adaptado á los fines te- de la bobina, resultaban para el receptor corrienlegráficos de que acabamos de ocuparnos, si que tes de considerable inversión que se manifestaban también rebasó oste límite y descubrió la telefo- en lo que se podria llamar flujo vibratorio, sumanía articular, al tiempo mismo de aparecer el her- mente idóneo para la reproducción de efectos moso invento de Mr. Graham Bell. Precisamente musicales. esta simultaneidad que, como ya hemos dicho, se No es difícil concebir quo aquí, como en el sismanifestó hasta en el dia en que el privilegio de tema Varley, la multiplicidad de las teclas deterinvención fué reclamado, ha dado lugar á una minantes de las vibraciones podia, por ejemplo, querella de prioridad que la oficina de patentes elevarse al número de las notas de la gamma americana y la opinion docta do consuno, han fa- comprendidas entre dos octavas, siempre que los llado en favor del físico escocés. Mas adelante nos cuerpos vibrantes que recibieran las pulsaciones ocuparemos de estos dos inventos. de aquellas estuvieran previamente templados Por de pronto digamos algo del teléfono musi- convenientemente para producir cada uno de por sí una distinta de aquellas notas. cal de Mr. Gray. Componíase el transmisor de este de dos interEsto por lo que toca al transmisor; pues el reruptores de corriente formados por dos teclas ceptor difiere muy sensiblemente del de Varley, cuya pulsación determinaba vibraciones en la tanto cuanto este se separa del de Reiss, con el laminita ó cuerpo interruptor. Es decir que cada que tiene el de Gray notable semejanza. una de esas vibraciones motivaba una clausura En la figura 6 tenemos la representación comdel circuito y por tanto una corriente que iba á pleta del sistema. la línea por el intermedio de una bobina de inA' están los vibradores cuyas oscilacioducción. Como las vibraciones eran rápidas, las nesEnlasAdeterminan la imantación y desimantacion emisiones do corriente lo eran también; mas como rápidas del hierro dulce los electro-imanes E. E' su acción directa se ejercía en la hélice primaria bajóla influencia de la do corriente de pila que se
EL TELÉFONO, EL MICFlÓFONO T EL FONÓGRAFO.
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introduce en el sistema á cada inclinación de las j las corrientes experimentan, producen en ellos movimientos moleculares que alcanzan á la arteclas M M'. En B se halla la bobina de inducción madura, y sa traducen en el interior de la caja de c u y a hética interior parten las corrientes indupor vibracionas del aire, de las cuales nacen los cidas por efecto del paso rápido é intermitente por la hélice exterior de las emisiones de la pila que á sonidos. L a resonancia de la caja se encarga de amplificarlos. cada vibración se generan. Dichas corrientes induT a l es la descripción del sistema telefónico de cidas van á parar á C que es el aparato receptor que s i n t e t i z a , digámoslo asi, las vibraciones, pro- Mr. G r a y . L o s taumaturgos no deberían echar en saco roduciendo los sonidos. to uno de los mas singulares efectos obtenidos Este receptor debió ser muy sensiblemente mop.ir dicho físico, con ocasion de experimentar su dificado por Mr. Elisha Gray para obtener de él instrumento, y que consiste en la transmisión de efectos mas amplificados. Compónese de 1111 simlos sonidos al través de los tejidos del cuerpo huple electro-iman N N ' junto á cuyos polos v a adaptada una caja cilindrica de metal G c u y o fon- mano. El físico de quien nos venimos ocupando obdo de hierro hace oficios de armadura. Dicha caja que tiene practicadas dos aberturas en S, como los servó que las vibraciones transmitidas por corrientes inducidas eran susceptibles do reproduviolones, viene á ser una caja de resonancia. Ahora bien, las alternativas de imantación y desiman- cirse en láminas metálicis conductoras y sensibles á la vibración, que estuvieran colocadas tacion que experimentan los hierros dulces de las bobinas por efecto de las interrupciones que ' encima de unacaja deresonancia, aun cuando den-
Condensador cantante. (lig. 7.) tro del circuito se interpusiera el cuerpo humano. E s decir, que es posible hacer producir sonidos musicales á un cilindro de cobre ó cualquiera otra sustancia análoga situada sobre u n a caja sonora, con solo tocarlo con la mano siempre que el experimentador tenga en la opuesta el hilo conductor que forma el circuito. L o s sonidos que en esos cuerpos se reproduzcan, serán unísonos con los sonidos transmitidos (1). Este sistema telefónico, imperfectisimo aun parael objeto á que habia sido destinado, despertó las investigaciones del físico norte-americano hácia un nuevo órden de experimentos, y su resultado fué la creación de u n n u e v o sistema, en el cual las transmisiones múltiples eran el fin principal, siempre pol- medios musicales buscado. No daremos de este n u e v o sistema, como los anteriores, ó mas si cabe, complicado, mas que
(I) Du Monee!:—Le Teleplione, etc., p. 23.
una idea general, y a que, perteneciendo como aquellos á la categoría de las tentativas p u n t o menos que infructuosas, su enunciación debe bastar á los fines puramente históricos que al recordarlos nos hemos propuesto. Consiste, pues, el invento en una serie de interruptores vibrantes, cada uno de los cuales por una disposición especial manda á la linea series de corrientes iguales al número de interrupciones vibratorias. Estas corrientes llegan á un receptor como el y a descrito, para penetrar luego en un circuito local provisto de pila en el cual las emisiones vibratorias de la línea han de sufrauna completa transformación. Tiene por objeto este circuito local sumar por decirlo asi las innumerables vibraciones que una pulsación en el interruptor determina, y constituir con ellas u n a acción constante, una corriente continua, de variable duración. Para ello situaba en el circuito local tantos electro-imanes, como interruptores
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BIBLIOTECA 1LGSTRA K DE TRILLA 1 SERRA.
tenia el transmisor, y, como cada uno de aquellos por un acorde previo recibía las emisiones de su correspondiente interruptor, las séries vibratorias ponian en acción sus electro-imanes correspondientes, y estos las acusaban en las atracciones y repulsiones desiguales, pero continuadas, que ejercían respecto de una armadura, gracias á la pila local que los animaba. Asi quedaban convertidos en otros tantos aparatos Morse los interruptores del transmisor. Con la descripción de este último y mas perfeccionado sistema de telefonía musical deberíamos poner término á la larga introducción que hemos dedicado al estudio del teléfono articular; mas como quiera que existe otro invento que por su filiación é importancia merece figurar al lado de aquellos, prolongaremos un poco mas este capítulo en desquite siquiera de lo mucho que en él hemos omitido. Consiste este invento en el condensador cantante de los señores Pollard y Garnier, instrumento al par que notable, curioso, que ocupará un lugar distinguido en los anales de la física experimental, tanto como se atraerá una atención simpática y predilecta entre las regocijadas manifestaciones de la física recreativa. Corno su título lo indica, consta el instrumento de un condensador, cuya disposición es la siguiente. Se intercalan veintiocho hojas de estaño entre treinta de papel, de modo que esten superpuestas: las hojas de estaño pares se unen entre sien uno de los extremos por medio de una guarnición de cobre D (fig. 7), y las impares en el extremo opuesto se unen asimismo mediante otra gnarnicion igual. Con esto se constituye las dos armaduras del condensador. Una faja de papel y un cartón grueso sujetan el conjunto de las hojas, y dos tornillos de presión situados en las guarniciones permiten introducir el sistema en el circuito de una pila; tal es el aparato que canta á voluntad y al son que mas guste. Veamos cómo. El aparato que hemos descrito constituye lo que podemos llamar el receptor. En cuanto al transmisor se compone de una especie de trompetilla E, junto á cuya abertura inferior se halla una laminita de hierro L L á cuyo centro está soldado un cilindro de carbón C, en contacto con el cual se halla otro mas prolongado H, al que un listón de madera AB, articulado en A y fijo en B permite mayor ó menor elasticidad en su roce con el primer cilindro C. Esta elasticidad es sumamente necesaria, según se verá cuando estudiemos el micrófono. El carbón superior, ó si se quiere la laminita, está invadida por una corriente de pila P, y el inferior está unido á uno de los extremos del circuito interior de una botina de inducción M, cuyo opuesto extremo cierra el circuito de la pila P. Por último los dos cabos de la hélice exterior ó circuito secundario de la bobina se unen á las dos armaduras del condensador por medio de una comunicación eléctrica. Ahora bien, para hacer cantar este último es preciso disponer los dos carbones de modo que en el estado de reposo del sistema no se toquen, pero dejándolos tan próximos que la menor vibración de la placa L L los ponga en contacto. Este arreglo es fácil de obtener, por cuanto basta cantar una nota junto á la trompetilla y aflojar ó apretar el tornillo V, hasta tanto que el condensador entre en fonación. Con esto queda dicho además el procedimiento que se ha de seguir para la .reproducción de los sonidos. Introdúzcase los labios en el hueco de la trompetilla y láncese torrentes de armonía á la flexible placa diafragmática que ha de vibrar al unísono con los sonidos que reciba, según lo acusará instantáneamente el condensador.
LIBRO
SEGUNDO.
GRAHAM BELL.
CAPITULO VI. Primeros trabajos electrofdnicos (1).
Mr. Graham Bell, el humilde inventor del teléfono articular da que vamos á ocuparnos, nació en Edimburgo (Escocia); y en 1871 emigró á los Estados Unidos. AI lado de su padre, distinguido profesor de sordo-mudos, habia adquirido la iniciación científica y la inclinación hácia un profesorado al que debió muy principalmente la resolución del gran problema que ya por conexion le habia sugerido. Sus primeras especulaciones científicas se habían encaminado al esclarecimiento de otro reputado muy dificil;taleralareproduccion artificialde las vocales cuyos sonidos Wheastone acababa ¡de definir, diciende que son debidos á la diferente mezcla de un sonido fundamental con los tonos armónicos de las cuerdas vocales. Graham Bell, cuando de una manera asaz ingeniosa hubo determinado la naturaleza de los mismos sonidos, participóselo á un su amigo, por quien supo que Helmholz, que también los habia analizado en sus elementos musicales constitutivos. acababa de obtener su síntesis y reproducción artificial por medio do diapasones de diferentes alturas, puestos en vibración por medio de una corriente voltaica. La sorpresa y la admiración que el descubrimiento de Helmholz le causaron decidieron de su porvenir; desde aquel día consagróse á la ciencia eléctrica con el ardor del neófito y la profundidad del genio, para el cual no existen los conocimientos superficiales; y en poco tiempo le vemos repetir el experimento del sabio aleman, con escaso lucimiento por cierto, y concebir la construcción de un piano eléctrico que no llegó á realizar. Sus conocimientos en la nueva ciencia se hicieron pronto muy vastos; chocóle la sencillez del alfabeto Morse que diestros telegrafistas saben interpretar por los sonidos de una palanquita movida por atracciones y repulsiones de un electro-iman, y esto le sugirió la idea de las transmisiones múltiples por un solo conductor, idea que le guió al descubrimiento de su electrófono, y que por el momento pensó lograr con solo sustituir por vibraciones de duración variable en su piano hipotético, los trazos largos y cortos de que aquel alfabeto se compone. Ni el piano ni la simultaneidad de transmisiones pasaron en sus manos de la categoría de propósitos; y es que la naturaleza de las investigaciones en que por consecuencia de su resuelta vocacion habia penetrado, y el conocimiento que tenia de las causas de esterilidad del instrumento de Mr. Keiss , hubieron de hacerle comprender, sin duda, la ineficaciade tentativas que no descansarán en una observación verdaderamente científica. Desde aquel punto vésele, pues, entregado al análisis de las corrientes que mas idoneidad mostraran para los fines de una transmisión múltiple; y en este análisis trascendental fué donde aquilató las raras cualidades de experimentador sagaz y observador profundo que, con la fuerza de su genial intuición, debian llevarle de progreso en progreso al descubrimiento magnifico que coronó sus esfuerzos. (1) Reproducimos en este capitulo y en el siguiente, casi textualmente, lo que á propósito de Mr. Graham Bell decíamos en un Estudio sobre la Electrofonia que tuvimos la satisfacción de ver premiado en un concurso científico-literario celebrado por el Centro de Lectura de Keus.
EL TELÉFONO, EL M1CR
•ONO Y EL FONÓGRAFO.
Tres fueron las corrientes que estudió y que quedaron clasificadas por él como telefónicas; de u n a de ellas reivindica el descubrimiento, creemos que con justo titulo, precisamente de aquella á la que es debida la posibilidad de la transmisión ó reproducción de los sonidos articulados de la voz h u m a n a por medio de la electricidad. Tal es la corriente ondulatoria: las otras dos se llaman intermitente y pulsatoria y las tres poseen variedades según sean positivas, negativas , directas ó inversas. Trataremos de dar á conocer la naturaleza distinta de estas corrientes, apelando á las conclusiones experimentales que de e l l a s n o s d a e l mismo Graham Bell. . . L a ausencia alternativa de electricidad en u n circuito, caracteriza la corriente intermitente; se llama pulsatoria á la que afecta cambios instantáneos en la intensidad de u n a emisión continua; y ondulatoria es aquella cuya intensidad varia de u n a manera proporcional digámoslo asi á la velocidad del movimiento de u n a molécula de aire durante la producción del sonido. L a c u r v a que re-
presenta á esta última corriente e s , para un simple sonido, la que en su oscilación describe u n péndulo , es decir u n a c u r v a sinusoidal. Si algo puede probar la ineficacia de las dos primeras corrientes para los efectos que de ellas se reclamaban, y la perfecta idoneidad, por el contrario, de la ondulatoria, su pasmosa flexibilidad para identificarse con las múltiples manifestaciones del llúido sonoro que caracterizan la intensidad y el timbre, cualidades especiales si aquellos efectos habian de ser c o m p l e t o s , es la exposición de los experimentos comparativos á que G r a h a m Bell las sujetó partiendo de la emisión simultánea en u n mismo conductor, de dos distintos sonidos musicales. Operó primero con u n a corriente i n t e r m i t e n t e en u n circuito compuesto por los dos i n t e r r u p t o res y el electro-iman, llamado á producir los sonidos con arreglo á sus imantaciones y desimantaciones; y el resultado lo demostró que, sin dejar la corriente de conservar su u n i f o r m e intensidad, era, no obstante, m e n o s interrumpida en el momento de funcionar los dos transmisores ó inter-
Representacion gráfica de la corriente ondulatoria
r u p t o r e s que f u n c i o n a n d o u n o s o l o , es decir, que si se hubiese a u m e n t a d o el n ú m e r o de emisiones intermitentes, se habrían producido en el electro-iman los efectos de u n a c o m e n t e continua. Análogos efectos o b t u v o cuando operó con u n a corriente pulsatoria, si bien en esta notó u n a ligera variación en su continuidad. Veamos ahora cómo analizó los efectos de la ondulatoria. P o r medio de u n a disposición de circuito m u y ingeniosa situó dos electro-imanes en la posicion de aquellos interruptores; y en frente, como estación opuesta, el indispensable electro-iman vibrador. E n c i m a de dos i n t e r r u p t o r e s colocó horizontalmente u n a barrita en c u y a s oscilaciones descansaba precisamente todo el secreto de aquel sencillo c u a n t o trascendental organismo. No es preciso erigir n i n g u n a teoría n u e v a p a r a explicar los efectos producidos en el i n s t r u m e n to por la colocacion de los dos electro-imanes bajo la acción de u n cuerpo inductor. F a r a d a y lo h a hecho hace m u c h o s a ñ o s ; sin embargo, entre la sucesión fugaz de corrientes inversas y directas, tras los efectos de la inducción, que los físicos h a b i a n estudiado parcialmente, y la corriente
descubierta por Graham Bell. (flg. 8.)
sinusoidal, c u y a existencia y naturaleza nos h a revelado, y gráfica y m a t e m à t i c a m e n t e demostrado G r a h a m Bell, media la diferencia que separa el imperfecto i n s t r u m e n t o de Reiss del admirable electrófono, con cuya invención se ha enriquecido la ciencia. Graham Bell estudió concienzudamente las manifestaciones de aquellas dos corrientes de inducción. Desarrollólas en el mismo circuito inversamente y sin el concurso de la pila, y halló que la transmisión de sonidos musicales de diversa altura, es decir la diferencia en el n ú m e r o do vibraciones, n o destruye el carácter vibratorio de la corriente como c u a n d o se e m p l e a n corrientes de diversa naturaleza, y observó, además, que los m o v i m i e n t o s de las barritas inductoras determin a b a n de u n a m a n e r a sincrónica las influencias de la corriente, ó, lo que es lo m i s m o , que h a b i a identidad entre la c u r v a sinusoidal descrita por la barrita y la f o r m a d a p o r la corriente. D e ahi sacó la conclusión de que seria posible la t r a n s m i s i ó n simultànea por u n m i s m o conductor de c u a n t o s sonidos p u d i e r a n transmitirse por el aire. Veamos a h o r a lo que dice el m i s m o G r a h a m Bell de su corriente ondulatoria: «Con las corrientes ondulatorias, dice,—des-
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BIBLIOTECA ILUSTRADA DE TRILLA T SERRA.
pues de definir las intermitentes y pulsatorias,— las cosas se presentan de muy distinta manera, mas para producirlas hay quo apelará los efectos de inducción, y la figura 8 indica la manera; como ha de verificarse el experimento. En este caso las corrientes que accionan el receptor musical R resultan de aumentos y disminuciones producidos por el movimiento de las armaduras M, M' vibrando ante dos eletro-imanes e, e colocados dentro del circuito de la batería B, y como esos aumentos y disminuciones dependen de las posiciones respectivas de las armaduras con relación á los polos magnéticos, las corrientes que de ahí resultan pueden representarse en su intensidad por líneas onduladas tales como A y B2; pero estas ondulaciones, existiendo la relación do cuatro ó cinco en las vibraciones de las armaduras, según dejamos establecido, serán tales que se producirán análogamente cuatro en A , en el mismo espacio de tiempo que en B se produzcan cinco, de modo que la combinación de estos efectos producirá una resultante que se podrá representar por la curva A -)- B , que será lasuma algebraica de las curvas A B'jyun efecto parecido se obtiene cuando se emplean corrien2
!
2
2
2
2
tes ondulatorias alternativamente invertidas, como aparece en la figura 9, para lo cual basta oponer á las armaduras de hierro M, M', empleadas en el caso anterior, imanes permanentes y suprimir la batería voltaica B. « Por poco que se estudien las fig. 8 y 9, prosigue Mr. Bell, es fácil reconocer que la transmisión simultánea, por un mismo hilo, de sonidos de fuerza y naturaleza diferentes, no puede en el caso presente alterar el carácter de las vibraciones que los han provocado, como sucede con las corrientes intermitentes ó pulsatorias; se cambia, sí, la forma de las ondulaciones y este cambio se produce de idéntica manera que en el medio aeriforme que transmite al oido la combinación de los sonidos emitidos. Resulta, pues, que se pueden transmitir á través de un hilo telegráfico el mismo número de sonidos que á través del aire.» Este descubrimiento encerraba todo el secreto de la Electrofonia. Graham Bell, obstinado en el perfeccionamiento del piano eléctrico que imaginara, no se elevó repentinamente desde el análisis de su magnífico descubrimiento que ya tenia, ála síntesis con quemas tarde nos ha asombrado; ni esto es de pensar que sucediera. La inteligen-
A'uevos experimentos con la corriente ondulatoria, (fig. 9.)
cia no concibe ni avanza por saltos, sino que camina paso tras paso, idea tras idea ; y muchas debieron cruzar aun la mente de Mr. Graham Bell, y muchos errores alucinarle, hasta llegar á la última que fué el destello de una esplendente verdad. Una de estas ideas, digámoslo así, intermedias, la hallamos en otro instrumento que concibió pero que tampoco llevo á cabo. Consistía en una arpa cuyas sensibles cuerdas de acero al vibrar inducían corrientes en la bobina de un electroimán en cuyo campo magnético se hallaban, cuyas corrientes promovían vibraciones al unísono con aquellas, en otro instrumento igual, con el que se hallaba en circuito. Graham Bell no ignoraba entonces un conocido fenómeno que se observa en la acústica experimental, y que consiste en la reproducción de los sonidos vocales en cierto grado de similitud por las cuerdas del piano, cuando la voz profiere aquellos á poca distancia de las cuerdas, haciéndolas vibrar simpáticamente. La teoría que de este hecho se ha desprendido permite creer que, aumentando convenientemente el número de cuerdas dentro de una octava, se llegaría á ob-
tener sonidos vocales claros y relativamente perfectos ; y Graham Bell por analogía esperó de su arpa iguales efectos, los cuales en este caso hubieran sido reproducidos á distancia. CAPITULO VIL Triunfo de Graham Bell.—El primer teléfono articular.
Es inútil que tratemos de encarecer la inmensa importancia que la última concepción de Graham Bell encerraba para la resolución definitiva de la telefonía articular. Su invento hipotético, que nunca pasó de tal por razones de un orden económico harto fáciles de explicar, constituía ya una aplicación asaz ingeniosa de la corriente ondulatoria que, para los fines de la transmisión múltiple, habia descubierto. Faltaba solo á Graham- Bell encontrar la manera práctica de utilizar aquel motor inapreciable, de dar forma, de infundir en un cuerpo aquel espíritu, y ahora veremos por qué camino, á vuelta de qué clase de conexiones vino á concebir la idea que buscaba. Acababa de ser invitado por el Consejo de ins-
EL T E L É F O N O , F.I. MIC!
C o m p a r a n d o e n t o n c e s la m e m b r a n a del
oido,
T r a n s m i s o r telefónico
de Graham
en á n g u l o recto, v e n i a á unirse precisamente c o n el e x t r e m o s u p e r i o r d e a q u e l l a b a r r i t a ó c u e r p o i n d u c t o r . L a hélice ó b o b i n a d e l e l e c t r o - i m a n ten i a u n o de l o s e x t r e m o s del h i l o e n c o n t a c t o c o n el p o l o p o s i t i v o d e la pila, y el o t r o e x t r e m o prol o n g a d o t e r m i n a b a e n la b o b i n a d e l a p a r a t o receptor, idéntico al q u e h e m o s descrito. E l e n s a y o d e este a p a r a t o f u é d e s c o r a z o n a d o r . L a r i g i d e z de s u m e m b r a n a 110 r e s p o n d i ó s i n d u d a á la i n s i n u a n t e i m p u l s i ó n d e las p a l a b r a s del i l u s t r e o p e r a d o r , y n i u n a o n d a e l é c t r i c a l l e g ó á t u r b a r la triste q u i e t u d de a q u e l s i s t e m a . G r a h a m Bell n o por esto cejó en s u e m p e ñ o . Reform ó s e n s i b l e m e n t e s u a p a r a t o t r a s d e p r o l i j o s ens a y o s , y c u a n d o l o t u v o d i s p u e s t o se p r e p a r ó á u n e x p e r i m e n t o g e n e r a l q u e a c a s o e r a el llam a d o á i n f l u i r de u n a m a n e r a d e c i s i v a e n s u p r o pio porvenir. U n dia, refiere el i l u s t r e i n v e n t o r e s c o c é s , l l a m ó este á s u a m i g o T o m á s W a t s o n p a r a v e r i f i c a r l a p r u e b a de s u n u e v o i n s t r u m e n t o . A l e f e c t o t e n dieron u n circuito entre u n a de las salas de conf e r e n c i a d e la U n i v e r s i d a d de B o s t o n y el p a t i o d e u n edificio i n m e d i a t o . C o l o c a r o n d o s a p a r a t o s e n l o s e x t r e m o s d e ese c i r c u i t o , y t r a n s c u r r i d o e l f l ) Veáse el capitulo XXIX.
' O N O V EL F O N Ó G R A F O .
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tan tenue, y los huesos relativamente pesados q u e p o n o e n m o v i m i e n t o , a s a l t ó l e la idea d e q u e a q u e l l a m i s m a m e m b r a n a p o d i a i g u a l m e n t e hacer v i b r a r u n e s t i l e t e d e a c e r o , el c u a l e n v i r t u d d e su a g i t a c i ó n d e s a r r o l l a r í a u n a c o r r i e n t o o n d u l a t o r i a do c u r v a i g u a l á la c u r v a d o l o s s o n i d o s ; y y a i b a á p o n e r l o e n p r á c t i c a c u a n d o do a n a l o g í a e n a n a l o g í a y do i n d u c c i ó n e n i n d u c c i ó n v i n o á c o n c e b i r la f o r m a del e l e c t r ó f o n o c u y o e l e m e n t o principal y a poseía. A s í p u e s , el f o n a u t ó g r a f o do S c o t t , el o i d o artificial, el h u m a n o c o n s u estilete do p a j a y p o r últ i m o c o n el de acero, g e n e r a d o r d e u n a c o r r i e n t e i n d u c i d a , v é a s e c u á l f u é la s u c e s i ó n , ol e n g r a n a j e d e i d e a s e n c u y o t é r m i n o se h a l l a b a ol e l e c t r ó f o n o a r t i c u l a r , q u e p o r lo d e m á s G r a h a m B e l l al princ i p i o n o b u s c a b a , p u e s a n t e t o d o p r e o c u p ó l e la m ú l t i p l e t r a n s m i s i ó n q u e c o n s t i t u í a el a n h e l o , el objetivo primordial de s u s sabias investigaciones. V e a m o s a h o r a ol a p a r a t o q u e d e a q u e l l a s u c e s i ó n do ideas r e s u l t ó . C o n s i s t í a e n u n a t r o m p e t i l l a c u y o f o n d o se hallaba cerrado por u n a m e m b r a n a . A esta m e m b r a n a iba a d h e r i d a u n a b a r r i t a de a c e r o m ó v i l , c u y a i d e a e n c o n t r a m o s e n el e s t i l e t e ; y en fronte do e s t a b a r r i t a ó m u e l l e , y e n s u c a m p o i n d u c t o r habia un electro-imán c u y a armadura, doblada
t r a c c i ó n p ú b l i c a de la c i u d a d J a B o s t o n ( E s t a d o s - U n i d o s ) p a r a p r a c t i c a r y p e r f e c c i o n a r u n sist e m a da s í m b o l o s f i s i o l ó g i c o s i n v e n t a d o p o r su p a d r e p a r a la e n s e ñ a n z a de l o s s o r J o - m u d o s , y esto p u s o e n s u s m a n o s las a p a r a t o s do K o e n i g y do S c o t t . E l f o n a u t ó g r a f o do este ú l t i m o , del c u a l tondrem o s q u o o c u p a r n o s m a s a d u l a n t e (1), t i e n e p o r o b j e t o la r e p r e s e n t a c i ó n g r á f i c a de l a c u r v a q u e a f e c t a n l o s s o n i d o s o m i t i d o s e n el i n t e r i o r da u n t u b o , m e d i a n t e las v i b r a c i o n e s q u e p r o v o c a n en u n a m e m b r a n a q u e c i e r r a u n a d e las b o c i s do este. P u e s b i e n , G r a h a m B^ll i m a g i n ó r e e m p l a z a r el f o n a u t ó g r a f o de S c o t t p o r u n o i d o artificial; m a s l u e g o p o r s u g e s t i ó n d e su a m i g o B l a k e resolv i ó o p e r a r e n el o i d o m i s m o , á fin da o b t e n e r dir e c t a m e n t e d e él la m i s m a r e p r e s e n t a c i ó n ó p t i c a de los s o n i d o s q u e le h i e r e n , á la m a n e r a q u e so o b t i e n e en el i n s t r u m e n t o a c ú s t i c o de q u e h e m o s h a b l a d o ; y e n efecto, s e n s i b i l i z a n d o la m e m b r a n a y l o s h u e s e c i t o s del o i d o c o n u n a m e z c l a de glicer i n a y a g u a , y a p l i c a n d o á la p r i m e r a u n s u t i l estilete de paja, l o g r ó de esta la i m p r e s i ó n e n la s u perficie a h u m a d a de u n cristal q u e a n t e él se desl i z a b a , de la h u e l l a s i n u o s a de las o n d a s s o n o r a s q u e le a g i t a b a n .
liell
( ng. 1»),
t i e m p o q u e se h a b í a n s e ñ a l a d o , G r a h a m B e l l a p l i c ó l o s l a b i o s á la p r o x i m i d a d de la m e m b r a n a y h a b l ó . ¿ C o m p r e n d e V . lo q u e d i g o ? p r e g u n t ó p a l p i t a n t e de e m o e i o n y á n n t i e m p o s o b r e c o g i d o p o r la d u d a y la e s p e r a n z a ; c u a n d o d e s ú b i t o u n a v o z m u y débil, m u y v e l a d a , u n a v o z q u e p a r e c í a b r o t a r de las m a s p r o f u n d a s e n t r a ñ a s de la tierra, llegó á s u s o í d o s , y l e n t a y p a u s a d a m e n t e le c o n testó : «Sí, h e e n t e n d i d o á V . p e r f e c t a m e n t e . » E s m a s f á c i l d e i m a g i n a r q u e de d e s c r i b i r l a honda impresión que aquellas palabras causaron e n el á n i m o del p r o f e s o r a m e r i c a n o . L a e m o e i o n de C o l o n o y e n d o el g r i t o d e ¡ T i e r r a l c o n q u e e l v i g í a de su c a r a b e l a t u r b ó l a s o l e d a d del O c é a n o i n e x p l o r a d o , n o d e b i ó s e r m a y o r q u e la e x p e r i m e n t a d a p o r G r a h a m B e l l e n a q u e l m o m e n t o sol e m n e d e s u v i d a . S u y o e r a el s e c r e t o d e la telef o n í a ; r e a l i z a d a q u e d a b a la a u d a z p r o f e c í a q u e diz p r o f i r i ó a n t e l o s i n c r é d u l o s q u e s e b u r l a b a n de s u s t e n t a t i v a s : el q u e s a b i a d a r la v o z á l o s m u d o s s u p o i n f u n d i r l a t a m b i é n al h i e r r o . F u e r a d e sí do g o z o G r a h a m B e l l d i r i g i ó de n u e v o la v o z á la a b e r t u r a de la m e m b r a n a p a r a e n t o n a r el Hossanna d e a q u e l a l u m b r a m i e n t o f e l i z q u e la c i e n c i a h a b i a r e a l i z a d o ; d e s p u e s a p l i c ó el o i d o , p e r o el s i l e n c i o m a s i m p e n e t r a b l e r e s p o n d i ó á s u s a n i m a d a s int e r p e l a c i o n e s . V o l v i ó á h a b l a r ; a p e l ó an^e el apa>
BIBLIOTECA ILUSTRADA DE T R I L L A Y S E R R A .
rato & todas las modulaciones de la voz; lanzó á la membrana las vivas ondulaciones vibrantes de un acento imperativo, y las plácidas y suaves de una nalabra amorosa y suplicante; todo fué inútil. La nueva Pitonisa por una de aquellas genialidades de su natural versátil á q u e se hallaba tan propensa la diosa do Delfos, se encerró en el mas glacial mutismo; el hierro habia enmudecido súbitamente, como quebrantado tras de aquel esfuerzo sublime de su naturaleza inerte. C A P I T U L O VIII. Prosiguen los trabajos de M. Bell.
El problema estaba resuelto; solo el aparato era imperfecto, pues tardo y perezoso en la reproducción de los sonidos, imprimía, además, á la voz un timbre metálico tan débilísimo, que á to la costa era indispensable remediar. Aquí empieza la serie de modificaciones que á su electrófono fué introduciendo el sabio profesor de Boston, hasta llegar al modelo con que so nos ha dado á conocer en Europa, modelo que, no obstante al tiempo transcurrido y las pacientes investigaciones de los físicos, sigue aventajan-
do en sencillez y en alcance & cuantos rivales aquellas investigaciones le han procurado. El sisterm bajo el cual fué conocida en la Exposición de Fitadelfii la electrofonia, en nada se diferenciaba en su transmisor del que sirvió en el ensayo feliz de que hemos hablado, variando tan solo el receptor, por cuya razón y por formar época en los anales de la telegrafía vamos á reproducir el sistema. El primero de esos dos aparatos, es decir el transmisor (fig. 10) es fácil de comprender por la sola inspección del grabado. Diremos sin embargo, que la modificación mas trascendental introducida en él respecto al anteriormente descrito) consiste en la sustitución de la armadura articulada de la membrana por un muellecito sumamentedelgado, fijo en el centro de ella, ácuya modificación fué debida la relativa flexibilidad que aquella presentóálas vibracionesdel llúidosonoro. Esta membrana cierra como ya se comprenderáel fondo del torna-voz E, y enfrente de la misma se vé el órgano electro-magnético compuesto de dos bobinas con sus Pjes, en cuyas hélices, merced á las vibraciones del muellecito inductor, se determinan las corrientes inducidas derivadas de la voltaica que recorre sus espirales. E n cuanto al receptor (fig. 11) era muy distinto.
lle;eptor telefónico ( llg. 11 ).
La membrana que en el transmisor era de oro batido, se convertía en u n disco vibrante de hierro L fijo en la envoltura cilindrica de un electro-iman tubular C, que descausaba sobre u n a caja de resonancia. El sistema era evidentemente sencillo, pero su dualidad, es decir la necesidad de poseer eu cada estación u n transmisor y u n receptor lo hacia un tanto engorroso. Urgia pues elevarlo á su màxima sencillez y dos nuevas alteraciones introducidas en su organismo diéronsela cumplidísima. La primera consistió en la sustitución de la membrana de oro y su muellecito inductor por un diafragma magnético de hierro, vibrante ante las inflexiones de la voz é inductor por su naturaleza; y la segunda en la aplicación del iman permanente como eje de la bobina en lugar de la barrita de hierro dulce que en un principio formaba parte del órgano electro-magnético del instrumento. Con esta última aplicación de u n a trascendencia y un mérito innegables resultaba innecesaria la adición del agente electro-motor suministrado por la pila, por cuanto el instrumento, según detenidamente veremos mas adelante, encerraba en si mismo, por la acción de sus propios componentes, y casi podríamos decir al solo mandato de la voz, el secreto generador de aquel flùido maravilloso y apto para la transmisión, ó mejor, reproducción à distancia del movimiento sonoro.
A u n faltaba introducir en el sistema una última mejora, y esta vino tras las dos capitales modificaciones que acabamos de señalar; faltaba suprimir la dualidad que acompañaba al sistema telefónico; y u n exámen de las funciones desarrolladas por el nuevo transmisor debióle bastar á Graham Bell para comprender que en la reciprocidad de las acciones de sus componentes descansaba la seguridad de poder ser el mismo instrumento aplicado á las necesidades de la recepción. Esta reciprocidad quedará mas ampliamente evidenciada cuando describamos el nuevo sistema, el descubrimiento fiual á que aludimos. Conviene que ahora nos detengamos u n momento á estudiar la naturaleza de los dos últimos perfeccionamientos, toda vez que en ellos estriba precisamente todo el secreto de la telefonía articular. Si la concepción de una idea mas ó menos general y abstracta, el descubrimiento de una aplicación ó un principio, constituyeran en favor de su autor ó inventor u n privilegio que se hiciera extensivo á todas las nuevas formas ó aplicaciones que de aquella y este se imaginaran, medrados estarían los sabios modernos, pues no hay problema ni invento que no descanse sobre principios científicos de m u y antiguo demostrados. Decimos esto, acaso siu la necesaria claridad, á propósito de una nueva pretensión á la prioridad con que el profesor Dolbear del colegio de Tufts sa-
EL T E L É F O N O , EL HICIM
0 X 0 Y EL F O N Ó G R A F O .
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circular de madera también. E n el sentido del eje lióle al paso al descubridor del teléfono. Pretende de aquel y fija en su extremidad inferior por meeste señor que la idea de sustituir la barrita imandio de u n tornillo t que permite hacerla avanzar tada de la bobina por u n imán permanente lo ó retroceder so halla la barrita imantada N S la pertenece, por lo cual creemos que, con mas funcual sirve de eje en su extremo libre á la bobina B. damento que él y no m e n o s que el misa*) G r a h a m L o s dos cabos del hilo de esta bobina unidos á Bell, podría reivindicar la gloria de esta aplicados laminitas metálicas f f van á terminar á dos ción el insigue físico francés Atnpere, que ya de tornillos de empalme 11' extremos y p u n t o s de m u y antiguo estudió y conoció la indeutidad de unión con los dos hilos dol circuito de linea. E n funciones de a m b o s elementos, diciendo que u n a algunos teléfonos los dos hilos C C convenientebarra imantada venia á constituir u n haz de solemente aislados salen del m a n g o del i n s t r u m e n t o noides, que obraba como u n solenoide único ; y unidos en forma de cable. Este vuelve á dividirse aun también podria reclamar el sabio que, expeen sus dos conductores & un metro de distancia rimentando los efectos de la inducción, observó el del teléfono, y por medio da casquillos de empalprimero que si se hace girar ante los polos de vn me pueden unirse sus dos extremos descubiertos imán de herradura dotado de bobinas una placa de á los hilos del circuito. hierro dulce, estas, imantándosepor influencia, obrail F r e n t e & la extremidad polar de la barrita imanen el imán, de cuya acción resultan en las espirales tada y perpendiculamiente al plano do esta se de las bobinas corrientes inducidas sucesivamente diencuentra el diafragma vibrante de hierro L L, rectas ¿ inversas. Creemos que estos principios m u y delgado y convenientemente barnizado para eran m u y anteriores al descubrimiento del telépreservarlo de la oxidacion. Este diafragma ó fono, y sin embargo, ¿se sabe de álguien que los placa tiene la forma de u n disco y so halla sujeto concertara y combinara de tal manera que su reen el sentido de la circunferencia de la cajita, ensultado fuera u n instrumento tari maravilloso tre dos anillos de cautchuc, materia flexible cuya como el del ñsico escocés? No ciertamente, pues aplicaeiou obedece á la necesidad de no cohibir ya hemos visto hasta qué p u n t o hicieron uso de dentro de ciertos limites los movimientos de dilas corrientes de inducción los físicos que precelatación y contracción que experimenta la memdieron á G r a h a m Bell en el estudio de la electrob r a n a bajo la influencia del calor del aliento. L a fonia. Pero aun hay mas; si el principio que antes cajita está dividida en dos secciones que se unen dejamos sentado fuera valedero, ¿por v e n t u r a 110 por medio de un tornillo de presión, y entre ellas podria reclamar hasta cierto p u n t o , u n a priorise encuentran los anillos ó cojinetes que sostiedad innegable en el i n v e n t o , el ñsico Reiss, quien nen la membrana. P o r último en R R, ostá reprepara transmitir los sonidos empleó el primero la sentada la embocadura ó trompetilla del instrum e m b r a n a que vibra sincrónicamente con todas mento. L a base menor V. del tronco de cono que las variaciones de la voz, y sin la cual ciertamente forma esta trompetilla está inmediata á la placa el problema hubiera resultado insoluble? Y nada diafragmática, t a n t o para condensar en el centro prueba mas esto último que las t e n t a t i v a s , m u y de ella las vibraciones de la voz cuando se transsabias ciertamente, pero infructuosas de los demite, como para dar paso á las suyas propias más físicos, quienes desdeñaron la m e m b r a n a , ó, cuando se recibe. como Gray, solo la aplicaron al receptor, cuando Como es evidente por la inspección de la figura, su sitio natural, sus funciones irreemplazables esla capacidad interior dol m a n g o así como la de la tán señaladas en el transmisor. Error lamentable cajita circular de la m e m b r a n a es la mas indispero por de sobra excusable , del que solo m u y pensable para contener los elementos de que el tarde se apercibió el físico de Chicago, y que prueteléfono se compone, resultando de ahí que la esba para la generalidad de los casos que es mas t r u c t u r a que el m a n g o y la cajita tienen sea u n a fácil reivindicar á posteriori, que adivinar ó conrepresentación exterior de la forma misma quo cebir y ver á priori. Y cuenta que si f u é r a m o s reaquellos elementos afectan. E s t a disposición de m o n t á n d o n o s en este árbol genealógico de priola parte, al parecer, m e n o s i m p o r t a n t e del teléforidades, algunahabiamosdeconcederle al inventor no, 110 obedece ni al capricho ni á p u r a inspirade fonautógrafo, Mr. Scott, quien por la sola inción estética del constructor, antes bien obedece vención de la m e m b r a n a de su i n s t r u m e n t o acúsá u n propósito deliberado, cual es el n o dejar estico podria encontrarse, sin haberlo soñado, con pacios vacíos entro los c o m p o n e n t e s y su envolla doble paternidad del teléfono y del fonógrafo, tura, á fin de que ni esta absorba sonoridad, ni la primera de las cuales por lo menos n o habrá sean aquellos u n arsenal de ecos é interferencias pensado reivindicar. Descrito el i n s t r u m e n t o pasemos á o c u p a r n o s P o r lo demás ya hemos visto cómo G r a h a m de su especial funcionismo, dejando p a r a masadeBell llegó á la posesion de su m e m b r a n a y las lante la teoría ó teorías q u e este Invoca. formas por que la hizo pasar antes de infundirle Para hacer funcionar el teléfono se requiere la verdadera; y si por lo que toca & la introducción como en todo sistema telegráfico, un circuito. del i m á n en el sistema como eje de la bobina, r e Este lo formará u n hilo llamado de línea sujeto sulta que en s u s efectos concordó con u n principor sus extremos al b o t o n I , por ejemplo, de cada pio ya conocido, efectos que en su i n s t r u m e n t o u n o de los dos I n s t r u m e n t o s que s u p o n e m o s en se hacian extensivos á otro principio de inducción aquel. Asi tendremos dos estaciones que a l t e r n a por la presencia de la membrana, ¿quiere esto detivamente podrán ser transmisoras y receptoras. cir que no es legitima la gloria de su sabia y adE m p e r o con el conductor de linea solamente no mirable aplicación ? queda cerrado el circuito. Requiérese, además, para que el funcionismo del i n s t r u m e n t o sea norC A P I T U L O IX. mal que entre los tornillos I ' de a m b o s teléfonos se sitúe u n segundo c o n d u c t o r . T a l es el circuito Forma definitiva del teléfono articular.—Su descripción y funcionismo. técnico con arreglo á los principios que en otro lugar h e m o s expuesto. Sin embargo este circuito n o es el c o m ú n en telegrafía, pues utilizando esta Dejando á u n lado las f o r m a s intermedias poipara sus lineas la conductibilidad de la tierra, suque f u é pasando el electrófono articular que nos prime el segundo conductor, s u s t i t u y é n d o l e por ocupa, v a m o s á describir el modelo final, disu n a plancha metálica introducida en el suelo, y puesto por G r a h a m Bell, el mismo que, casi sin unida por u n alambre á los opuestos extremos del n i n g u n a ó con m u y ligerisimas variantes, es cocircuito aéreo dentro del cual están situados los nocido y usado en E u r o p a . aparatos y las pilas. Esto es, pues, lo que puede Consiste (fig. 12) en u n m a n g o M de madera á hacerse en el caso que n o s ocupa, y p a r a ello bascuyo extremo va unida u n a á m a u e r a de cajita
BIBLIOTECA ILUSTRADA 24 tará q u e de los tornillos do donde debía partir el s e g u n d o c o n d u c t o r , se dirija u n hilo á a l g u n a cañería de a g u a ó g a s á la cual se ata, ó bien á a l g ú n p o z o ó sitio h ú m e d o . E n este caso debe haber en el e x t r e m o de este hilo u n a p l a u c h a metálica. D e esta manera se tiene c o n s t i t u i d o el s i s t e m a en d o s estaciones, y en disposición de f u n c i o n a r , cosa por demás sencilla en el t e l é f o n o . S e acerca los labios á la c a v i d a d hueca de la trompetilla si se quiere hablar, ó se i n t r o d u c e el pabellón de la oreja si se desea oir. C o n el primer s o n i d o despertado por la v o z anto u n a de las d o s m e m b r a n a s , tiene principio la série de a c c i o n e s y reacciones c u y o resultado es la t r a n s m i s i ó n y recepción casi i n s t a n t á n e a s de l o s s o n i d o s articulados. L a s emisiones de la v o z p o n i e n d o en v i b r a c i ó n el aire ambiente, hieren la m e m b r a n a y despiertan en ella deformaciones, ó por m e j o r decir vibraciones s i n c r ó n i c a s con las de a q u e l l a . P o r un principio q u e y a h e m o s d a d o á c o n o c e r , á cada a p r o x i m a c i ó n ó a l e j a m i e n t o de la placa vib r a n t e con respecto al p o l o del imán, ó, lo q u e es lo m i s m o , á cada u n a de s u s d e f o r m a c i o n e s , corr e s p o n d e n alteraciones en el éter a c u m u l a d o en su superficie y en el c a m p o m a g n é t i c o del i m á n . B a j o esta i n l l u e n c i a este, á su vez, e x p e r i m e n t a en s u estado alteraciones de f u e r z a q u e v a r í a n en ra-
DE T R I L L A T S E R R A .
z ó n de la9 presiones y tensiones q u e sufre el éter, ó lo q u e es lo m i s m o , en razón de la masa y la distancia del c u e r p o q u e las m o t i v a . A cada u n o de los c a m b i o s q u e en su estado experimentr»el i m á n se determina u n a corriente en las espirales de la b o b i n a , c u y a corriente es suces i v a m e n t e i n v e r s a y directa d e n t r o de los principios q u e ligeramente h e m o s a p u n t a d o al menc i o n a r la teoría de la i n d u c c i ó n . R e s u l t a , pues, q u e la acción i n d u c t o r a de la placa p a r a con el i m á n so traduce en poder inductor de este para c o n la b o b i n a , de c u y a doblo a c c i ó n resultan corrientes de igual naturaleza q u o las voltaicas, pero de u n a ilexibilidad y discontin u i d a d tales q u e v a r í a n por cada n u e v o m o v i miento, p o r cada v i b r a c i ó n del c u e r p o i n d u c t o r . A q u í t e r m i n a la acción del teléfono t r a n s m i s o r . A q u e l l a s corrientes, r á p i d a s c o m o el pensamiento, á c u y o i m p u l s o obedecen y c u y o s destellos t r a n s p o r t a n , llegan á la b o b i n a del receptor, y en olla e m p i e z a u n a série de acciones y reacciones s i m é t r i c a m e n t e i n v e r s a s de las que en el t r a n s m i s o r h e m o s ' v i s t o producirse; p o r q u e c o m o dice M. N i a u d e t , al llegar al receptor truécase e n c a u s a c u a n t o en el t r a n s m i s o r es efecto y en efecto lo q u e en el m i s m o es causa. Asi, pues, aquellas corrientes llegan á la b o b i n a del receptor, y bajo su i n f l u e n c i a a u m e n t a ó d i s m i n u y e el m a g -
Teléfono de Graham Bell, sección longitudinal ilig. lä).
n e t i s m o del i m a n , y las a l t e r a c i o n e s 011 el e s t a d o m a g n é t i c o p r o d u c i é n d o s e en el éter a c u m u l a d o en el c a m p o de a c c i ó n de s u s polos, se t r a d u c e n en atracciones y r e p u l s i o n e s de la placa q u e ene n t o n c e s v i b r a al u n i s o n o c o n las v i b r a c i o n e s de l a corriente, y m a n d a al oido t r o c a d o s en o n d a s s o n o r a s los latidos e x p e r i m e n t a d o s p o r la placa transmisora. M a s adelante v e r e m o s q u e estos m o v i m i e n t o s , estas v i b r a c i o n e s de las d o s m e m b r a n a s se corr e s p o n d e n s i m é t r i c a m e n t e en la cantidad y en la a m p l i t u d , de d o n d e resulta q u e la e m i s i ó n d é l o s s o n i d o s por la s e g u n d a es la repetición ó reprod u c c i ó n de los q u e han i m p r e s i o n a d o la primera. H e m o s establecido el caso de u n circuito c o n d o s teléfonos, u n o en cada e x t r e m o y 110 ciertam e n t e p o r q u e 110 p u e d a n i n t r o d u c i r s e m a s . S i en c u a l q u i e r p u n t o de la línea se corta el c o n d u c tor y los dos c a b o s que resulten se e m p a l m a n á l o s d o s t o r n i l l o s de circuito del i n s t r u m e n t o , se p o d r á oir c u a n t o s s o n i d o s c r u c e n por la linea y h a b l a r y ser oido à i a par por los q u e se h a l l e n e n los d o s e x t r e m o s de ella. Si en c u a l q u i e r a de las e s t a c i o n e s ó en a m b a s j u n t a m e n t e se u n e n al h i l o p r i n c i p a l y al de tierra, otros hilos q u e t e r m i n e n en los t o r n i l l o s r e s p e c t i v o s de v a r i o s t e l é f o n o s , en t o d o s estos se oirá j u n t a m e n t e lo q u e desde u n o de ellos ó desde la estación o p u e s t a se hable. E s t a m ú l t i p l e c o m u n i c a c i ó n p u e d e establecerse t a m b i é n h a c i e n d o partir e s o s circuitos l o c a l e s ó
r a m a l e s do línea desde u n s o l o i n s t r u m e n t o . E n este caso los c o n t a c t o s de línea y tierra de esta bastan á t o d o s los demás. E s t a c i r c u n s t a n c i a h a permitido adoptar una medida altamente favorable p a r a u n a b u e n a telefonizacion. U n solo tel é f o n o p a r a cada o p e r a d o r se r e c o n o c i ó insuficiente, n o t a n t o p o r q u e no s u s t r a í a al telefonista á la i m p r e s i ó n de los r u i d o s e x t r a ñ o s q u e herían s u oido libre, c o m o p o r q u e mientras h a b l a n a d a le indica las i n t e r r u p c i o n e s de s u colateral. U n teléfono d o b l e o b v i a perfectamente las d o s d i f i c u l t a d e s , p u e s si se escucha, la p o t e n c i a audit i v a se h a l l a d o b l e m e n t e concentrada, y si se habla, c o m o p u e d e m a n t e n e r s e a p l i c a d o al oido el i n s t r u m e n t o libre, n ó t a s e i n m e d i a t a m e n t e y a sea las interrupciones, y a las r e s p u e s t a s q u e se dirigen al c o r r e s p o n s a l .
LIBRO
TERCERO,
LA. ELECTROFON'ÍA. D E S P U E S D E G R A H A M B E L L .
CAPITULO
X.
Tomas Alva Edisou. S i el órden c r o n o l ó g i c o c o n q u e h a n a p a r e c i d o los p e r f e c c i o n a m i e n t o s y m o d i f i c a c i o n e s del s i s t e m a telefónico de Mr. G r a h a m Ball n o trazara de
EL TELÉFONO, EL MiCnÚI >OSO y EL FONÓGRAFO.
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nuevos sonderos ignorados á sus fecundas exploantemano nuestro camino, el órden de importanraciones. cia de los mismos nos aconsejarla principiar esta T a n desfiguradas nos llegan , por esta razón, parte de nuestro libro por tos trabajos que en bajo el manto de fantásticas lucubracioues cuaneste nuevo ramo de la ciencia ha realizado el intas noticias al fecundo iuveutor se refieren, que signe inventor Mr. A l v a Edison. no es tarea fácil entresacar de ellas la .verdad, ni Estos trabajos como vamos á ver son m u y nodesechar la ficción, cuando á menudo aquella se tables; y hablar de ellos siu decir dos palabras de ostenta con toda la maravilla de una concepción su autor seria dejar manco nuestro relato. nueva tan grandiosa, tan admirable como el fonóVerdad es que el nombre de Mr. Edison es de grafo. Hay que estar en guardia, por tanto, contra aquellos que se imponen, tanto, que si en los los anuncios de cualquier nuevo invento que de triunfos del genio entra por mucho la fascinación Nueva-York so reciban, sin mostrar, empero, abque en la flaca humanidad este ejerce, concebimos soluta incredulidad asi figure entre ellos, como perfectamente que los del ingeniero americano recientemente ha sucedido, la revelación de un hayan sido tan ruidosos, cuando es tan viva, tan invento tan fantástico como el de un telegástrofo, universal y tan intensa la admiración que el s u y o es decir de un procedimiento mediante el cual se ha despertado. podria paladear los manjares y los vinos servidos El hecho es excepcional, pero revela una de las a largas distancias. mejores cualidades de nuestra época. Esta idea que, mejor que en la cabeza, debo haE iison no es «i un héroe, ni un conquistador, ber nacido en el estómago de algún gastrónomo ni siquiera un reformador político ó religioso á lu empedernido, seria, caso de ser practicable, la mas manera de los que en otros tiempos y edades extraña mistificación que la ciencia ha producido. agitaron á la humanidad, avivando pasiones, Paladear los manjares q u e á otro sacian, saborear acumulando odios, sembrando muertes y ruinas, y hasta emborracharse con los vinos que á otros y que dejaron en la historia mas frondoso y v i v a z estómagos coufortan, seriaun placer mas que duel laurel de su gloria, según que fuera mas copiodoso , irrisorio, que ni la exornación científica sa la sangre que lo regara. de que vendria acompañado lograría hacer pasar. Edison es por el contrario un genio humano, L a idea de osa invención es peregrina, pues por un héroe de la ciencia, un conquistador que entre tan singular procedimiento la comida eu común destellos de v i v a y pura luz y sin mas armas que y en cierto modo frugal de los espartanos podria el trabajo y el estudio, avanza de triunfo en triunfo hacerse conciliable con nuestro humor individuahária la posesion de la verdad. lista y hasta con los instintos disipados de nuesE l hecho repetimos es fenomenal. A los treinta tro paladar sibarítico. El Estado, por ejemplo, poy dos años Edison vive rodeado de la gloria que dria subvenir á poquísima costaal mantenimiento un tiempo solia adjudicarse á los grandes embaude todos los ciudadauos de un gran país. U n a cadores de la humanidad; gloria, empero, la s u y a mesa vulgar como oualquior mesa de familia llemas pura, porque no la condensa el choque de naría las necesidades de tan descomunal banqueformidables pasiones, ni medra del contraste que te. Habría en ella unos cuantos platos, c u y o meel odio opone á la irreflexiva fascinación. Su nú el gusto nacional determiuaria, y á esos misfama, su popularidad crece y se alimenta en el mos platos confluirían los dos extremos de un corazon de nuestras generaciones á cada nuevo iumensísiino circuito, dentro del cual y en un modestello que irradia el cerebro de un genio que mento dado introducirían el paladar los ciudadasimboliza una sociedad entera, decimos mal, que nos todos, sin excepción de clase, edad ni sexo. simboliza una época; época de trabajo, época de T o d o s comerian, es decir todos paladearían en ciencia y de progreso pacifico y bienhechor, que aquel festín umversal; los platos de hoy podrían tributa á sus hijos predilectos, á sus héroes verservir para mañana, y si se quiere para siempre, daderos, aquella legitima admiración que otras de modo que el famoso invento ae M. E l i s o n épocas ciegas é ignorantes negaron á los genios vendría á ser, mejor que la reproducción, la perque cometieron el sublime error de adelantárpetuación del milagro del pan y de los peces. seles. Ni lo inverosímil ni el absurdo, nada contiene H o y e n torno de Edison la musa popular ha | la vena fantástica de los que aspiran á lisonjear tejido ya la leyenda de poéticos prodigios que es el amor propio del genio a expensas de la pública la aureola que el pueblo ciñe á las sienes de sus credulidad. Cuando 110 es 1111 invento lo que ídolos; leyenda singular, de sabia poesía, cuya suimaginan, refieren una anécdota interesante que blimidad arranca en el bien mismo que á los i n explique el origen de tal ó c u a l invención. E l ventos del sabio se atribuyen, y en la cual la culestílele del fonógrafo por ejemplo sirve para hilta fantasía de los soñadores engarza á la diadema vanar un cuento. Una puntada oportuna que del del genio nuevos descubrimientos, nuevas marapunzou del instrumento embrionario recibió—es villas acaso por él no concebidas. de punta roma—sugirió á Edison la hoja do estaEsa leyenda la tenemos ya de Edison. No hay ño que resolvió el problema de la fonografía. esfuerzo de saber ni maravilla, fruto de esa genial S u pasado, aun mas que su presente, so halla intuición que el hombre de saber emplea en escuenvuelto en nubes de pura ilusión; y así 110 es driñar y sorprender los secretos mas recónditos mucho que aun siendo el telegrafista americano de la naturaleza, que no se hayan adjudicado al tan joven, 110 se encuentren casi dos datos iguahumilde hijo del pueblo que debe al trabajo, á la les entre las innumerables biografías que de él obstinación y á la paciencia, que son los caractehan circulado. res del genio, aquella rara fecundidad que tan Preciso es creer que Edison no es insensible k alto le ha colocado. esta aureola especial que sus admiradores le han Edison es la encarnación, la individualización formado. Cierto que cuanto en él hay y cuanto de ese espíritu mecánico que distingue á los hijos le rodea se presta á estos devaneos de la admirade la libre América; pero como si las innumeración. Su morada de Menlo Park, solitaria en mebles aplicaciones nuevas y sorprendentes de la dio de los campos y solo rodeada por las moraciencia que su inteligencia ha concebido no basdas de sus ayudantes y dependientes, es la imágen taran en edad tan temprana á justificar u n a inagrandada pero llena de luz y á todos accesible, mensa reputación, aun la musa callejera de nuesde aquellos antros tenebrosos en que la s u tros t i e m p o s , el periódico , que al par refleja y persticiosa antigüedad veia encerrados á sus bemodela las inclinaciones y los gustos que nuestra llacos nigromantes. E l poder de estos, dudoso cultura origina, se complace en forjar para su pero no menos temido, veso en E lison represenhéroe aplicaciones 110 conocidas con las que ditado. Aquél lleno de símbolos y de fórmulas inñase que el genio popular traza al genio científico
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B I B L I O T E C A I L U S T R A D A DF. T R I L L A T S E K R A .
comprensibles y misteriosas, repercutía con medroso aliento en el corazon da generaciones i n cultas ; este lleno de esperanzas, irradiando viva luz, sojuzgando con el predominio de la maravilla realizada y deslumhrando con el fuego de una fé y un poder creador inagotables, hiere á la imaginación en una edad que se precia de calculadora y fria. ¿ Qué mucho pues que todo se espere y todo se conciba tratándose de Edison ? A Menlo Park acuden casi en peregrinación extranjeros y naturales, sabios é indoctos á contemplar al gran taumaturgo de la ciencia real y verdadera, en medio del arsenal de sabios instrumentos, de retortas y matraces, tubos, pilas y frasquitos de que vive rodeado, en el laboratorio inmenso de sus vastas concepciones. Allí el genio, de ordinario taciturno y concentrado, se abre y expansiona; y á su varita mágica se ofrece á los ojos admirados del visitador un mundo de aplicaciones desconocidas, vastos ideales que adquieren cuerpo y forma con solo ser iniciados por su sabio investigador. Los reporten que tan á menudo le asedian, parecen los mas sujetos á esta singular fascinación, al atractivo irresistible de tan trascedentales revelaciones. El mundo entero se informa al dia siguiente de su visita, de la actitud, el traje y el humor en que Edison se encontraba. Su última especulación, acaso no bien comprendida, pertenece ya al dominio de las verdades inconcusas; y si ella es tan admirable como la resolución del problema de la luz eléctrica, cuya divisibilidad práctica en vano se ha buscado, un clamor general recibe las mesiánicas promesas del deslumhrado periodista, y las empresas del alumbrado público acogen con espanto el anuncio de una posible aplicación que las hundiria en la ruina. Otro periodista sorprende al inventor casi en el Eureka de un nuevo descubrimiento. Esta vez se trata de una luz especial para los ciegos. Edison dispuesto á asombrar á su visitante, empapa la pluma en el liquido de un frasco y escribe algunas palabras en un papel. Transcurre un rato, y el repórter contempla estupefacto cómo las letras se mueven, hinchan y crecen como si fueran á salirse del papel, hasta formar un relieve perfecto en su blanca y tersa superficie. —Pase V. la mano por las letras y dígame si su contorno es perceptible al tacto. —En efecto, replicó el escritor, teniendo cuidado podría leerse en ellas. —Pues bien, así leerán los ciegos cuyos dedos son mas sensibles que los nuestros, y podrán comunicarse entre sí sus pensamientos á distancia. Si tanto prodigio no es cierto es bien hallado; y no es justo como ya hemos dicho desesperar de que algún dia no lo sea, cuando los hasta hoy realizados superan á cuanto pudo imaginarse. La electricidad ha absorbido casi por completo las especulaciones de ingenio tan privilegiado, y es que no hay ramo de la ciencia que se preste tanto como ese flúido universal á esas combinaciones maravillosas con que de cuando en cuando el genio nos sorprende. Es un poder misterioso, inmenso, inagotable, es la palanca de Arquímedes que tal vez el hombre llegue á poseer, si no para derribar el mundo al menos para transformarlo. Edison no podia elegir otra materia primera. La naturaleza de ese motor se acomoda con su genio, su propio pasado le inclinaba además á su estudio. La niñez de Edison es muy oscura, digamos mejor, muy humilde. La verdad ó la fábula le suponen vendiendo periódicos en los trenes. De ahí le vino ser como Franklin, cajista é impresor. Pero Edison que tiene las aptitudes del maestro, y á fuer de buen maestro los instintos del economista, pensó que si él se fabrícala los periódicos absorbería benefi-
É É
cios de que, siendo vendedor, tan remotamente participaba. Edison se hizo, pues, á un tiempo redactor, editor, impresor y vendedor de su mercancía periódico. Fué en suma inventor por la vez primera. Entró mas tarde de telegrafista al servicio de una compañía y en ella continúa como director ó electricista en jefe, y como inventor regiamente subvencionado por la empresa, para proseguir y perfeccionar los inventos valiosísimos y notables de queá la misma ya ha dotado. Su ingenio como electrician se reveló desde los primeros tiempos de su iniciación telegráfica. Una avenida había roto un puente y arrastrado los postes en una estension considerable. Dos máquinas encargadas de reconocer la avería habían concurrido casi á un tiempo mismo en las opuestas orillas del desbordado rio. Edison se encontraba en una de ellas. La distancia que separaba á entrambas máquinas no era escasa, y además el ruido de las aguas impedia la menor inteligencia á viva voz. Toda comunicación, pues, entre las dos orillas era imposible. De repente una de las dos máquinas empezó á silbar. Sus estridentes sonidos reconocían un origen para los de la parte opuesta desconocido. Eran sonidos discontinuos, desiguales, rápidos unos y mas prolongados otros; tenían cierto ritmo del cual el oído se apercibía con dificultad. Al cabo de un rato la máquina calló, y á su silencio respondió tan solo el ruido bramador del rio y las voces apagadas de los de la orilla opuesta. La misma máquina volvió á pitar. Entonces sus silbidos aun dentro de su desigual duración , parecían mas metódicos, mas insinuantes, mas rítmicos. Cesó de nuevo la máquina, y cuando los que la ocupaban creían ya que la misma soledad respondería á su atronador lamento, un silbido agudo, un tanto dulcificado por la distancia, llegó á sus oídos A aquel silbido siguieron otros y otros, breves, cortados y desiguales, armóuícos y cadenciosos para los que atentamente escuchaban. La segunda máquina habia comprendido. La inteligencia se habia encontrado. Edison se hallaba en la primera máquina, y á sus señales Morse producidas con el vapor de la caldera respondía su colega de la segunda, que al cabo supo leer en aquel sistema novísimo cuya remota cadencia hablaba trabajosamente á la inteligencia. Edison elabora sus concepciones muy diversamente de lo que la fábula refiere. Aquellas inspiraciones rápidas que diz son el fruto de los que se llaman genios de la guerra, y que por una remota conexíon la fama supone también en los genios de la ciencia, nos atrevemos ásuponer que no existen para honra de este último. Edison posee en alto grado u n a facultad preciosa que caracteriza á los grandes inventores. Sabe en presencia de los efectos remontarse y penetrar las causas, y esta intuición clara y rápida es la antorcha que le alumbra en sus pacientísimas investigaciones. Edison á los 32 años ha vivido 50 para la ciencia. Su labor es incesante, su energía, la de su raza, indomable. Tratábase de obtener para el perfeccionamiento de su telégrafo automático una disolución mediante la cual fuera permitido inscribir los caractéres en un papel convenientemente preparado en ella, con una rapidez mayor de 200 palabras por minuto. Las fórmulas que conocía no superaban esta rapidez. Fuóle preciso inventarla, y ni la casualidad ni la inspiración era de esperar que le sirvieran. Durante seis semanas vivió encerrado en su laboratorio, trabajando diez y ocho horas al dia; comía y dormía en su sillón, en el cual parecía tenerle clavado una enorme barricada de libros que llenaba la sala en torno suyo. Durante aquel tiempo los compulsó todos, de los extractos que de ellos tomó hubiera podido escribirse un grue-
E L T E L É F O N O , E L MICRÓF o s o Y BL FONÓGRAFO.
ginalidad, pues G r a y y el mismo Graham Bell coso volumen, y había además ejecutado los prinmo pronto veremos habían utilizado ya este miscipales experimentos cuyas fórmulas on aquellos mo principio. tratados se indicaban. Habíase observado hacia ya bastantes años que La facultad de la abstracción es u n a de las mas la conductibilidad de ciertos cuerpos a u m e n t a ó poderosamente desarrolladas entre los sabios. disminuye según el grado de presión que en sus Edison somete al imperio de esa facultad todo moléculas se ejerce. Edison examinó, pues, los cuanto de la vida real no atañe á sus concepciocuerpos medianos conductores y reconoció en el nes. Sus maneras, siendo correctas, tienen el sello grafito y el carbón, y sobre todo en este último, caracterlsco del yankee preocupado y especulatilas cualidades que buscaba, en grado m u y supevo; asi es que en el cuidado de su persona, casi rior á los demás. U n t o por rutina como por deber, suele emplear el Si, pues, se disponía de una materia cuya resistiempo mas necesario que es fuerza conceder & las tencia al paso de u n a corriente a u m e n t a b a ó disconveniencias sociales. El desorden filosófico que minuía según que el peso que en ella se ejercía en su porte se observa acusa á la legua al sabio; fuera variable, es fácil concebir que sujetando esa mas si esta cualidad se busca en su figura, la decepmateria á las presiones desiguales de la membración pudiera ser cruel para quien n o sepa reconona, toda corriente que por ella pasara habia de cer al genio en el fulgor vivísimo de su mirada. encontrar obstáculos desiguales á su propagación Un acontecimiento en la vida de Edison ha en el circuito, y por tanto variar con arreglo á la llegado á t u r b a r la plácida serenidad de espíritu fuerza que en la m e m b r a n a se ejerciera, ó lo que que parece disfrutar en su Olimpo de Menlo P a r k . es lo mismo, variar con sujeción á las vibraciones Ha habido u n m o m e n t o en q u e sus instintos de sabio y de inventor se han revelado con toda la diversas del sonido. F u n d a d o , pues, en este prinirascibilidad y la inconveniencia del hombre. cipio c o n s t r u y ó Edison su teléfono, el cual por Hughes, el famoso autor del aparato telegráfico requerir el auxilio de la pila tenia la ventaja de ya vulgarizado en España, acababa de idear su u n a menor impresionabilidad á ciertos efectos micrófono cuyo principio descansa en un fenómeexteriores que mas tarde analizaremos y el inconn o utilizado por Edison en u n teléfono suyo d e q u e veniente de u n a m e n o r sencillez. p r o n t o hablaremos, pero que antes que este otros P o r de p r o n t o describamos el sistema, eligienhabían observado. Bastó esta circunstancia para do como modelo el mas simplificado. que nuestro inventor se creyera desposeído, y Compónese de u n transmisor y de u n receptor, que en el lenguaje monos filosófico del m u n d o p u e s l a u n i d a d n o ha sido respetada, ó,si sequiere, lanzara al rostro de Hughes la nota inmerecida n o ha podido serlo en el teléfono que descride expropiación y piratería. L a querella que con bimos. este motivo surgió ha sido célebre. Las formas de El primero do esos i n s t r u m e n t o s (fig. 13) consta Edison han sido universalmentecensuradas, pero de u n tubo conductor de los sonidos E frente á nadie se ha encargado de vengar á Hughes mejor cuya abertura inferior se halla el diafragma vique Scott, quien, como en desagravio del injustifib r a n t e L L. P e r p e n d i c u l a r m e n t e al centro de esta cable ultraje que el físico inglés habia recibido, ha m e m b r a n a existe u n diminuto cilindro de hierro entablado con n o menos escándalo y sin razón A que descansa en u n disco de aluminio b. E s t e otra querella cuyo objeto es reivindicar contra disco está a p o y a d o á su vez en u n a lámina de plaEdison la prioridad en el descubrimiento del fotino á la cual oprime contra otra laminita señanógrafo. Una carcajada homérica ha acogido la lada en e, u n disco de carbón C á cada presión trasnochada pretensión de Mr. Scott, que mas que de la m e m b r a n a recibe el cilindro A. Las laadelante analizaremos; m a s por de pronto bueno minitas de presión p e están u n i d a s por u n a coes conocer estos hechos para estudiar al sabio en municación metálica interior á dos tornillos de sus caídas, siquier sea por la enseñanza que á la empalme situados en la parte inferior de la caja y orgullosa h u m a n i d a d ofrecen los tristes ejemplos á los cuales vienen á reunirse los hilos de línea y de llaqueza que sus miembros mas perfectos sude pila. Tal es el teléfono transmisor. ministran. E n cuanto al receptor tiene notable semejanza con el de G r a h a m Bell. Compónese de u n a l á m i n a v i b r a n t e L L (fig. 14) C A P I T U L O XI. convenientemente dispuesta para que su centro reciba la inlluencia de u n o de los polos del TELÉFONOS DE RESISTENCIAS VARIABLES. imán de herradura N S del cual le separa u n espacio por el que podria deslizarse u n a hoja grueTeléfonos de Edison.—Electro-mottígrafo.—Teléfonos de sa de papel. Un carrete rodea completamente la líquidos de Graham Bell y de Gray. r a m a correspondiente á este p o l o , pues la otra r a m a S que queda descubierta, toca por el s u y o Hemos rebasado los limites que nos habíamos la circunferencia do la m e m b r a n a . E s t a dispositrazado al hablar de Edison, ó por mejor decir, que ción que a u m e n t a la tensión magnética do aquenos eran permitidos. Quisimos trazar u n perfil y lla, a u m e n t a por lo mismo los efectos de i m a n t a nos ha resultado u n pastel. Encaucemos, pues, el ción y desimantacion que determina el otro polo. curso de nuestra pluma, y v e n g a m o s á hablar de los perfeccionamientos y modificaciones introduEl mango del i n s t r u m e n t o es de madera macicidos en el teléfono de G r a h a m Bell, según era zo , por cuyo interior atraviesan dos laminitas n u e s t r o propósito. que establecen contacto entre los dos extremos del hilo de la bobina, y el de línea y tierra. L a aparición inesperada de este i n s t r u m e n t o Despues de lo que llevamos dicho,casi es excumaravilloso debió estimular terriblemente la posado referir el funcionismo de este sistema. Diretencia inventiva del autor de la p l u m a eléctrica, mos, sin embargo, que las vibraciones de la memy del sistema de las cuádruples transmisiones t e b r a n a transmisora ejerciendo presiones desiguales legráficas. Erale preciso á Edison i n v e n t a r otro en el disco de carbón C, hace que este, diversifiteléfono que sin ser igual al de G r a h a m BbII le cándose en su resistencia, permita u n a propagasuperara, á s e r posible, en resultados, y el teléfono ción mayor ó m e n o r á la línea, de la corriente que se inventó, sise nos permite forzar un poco la aceppor u n o de los dos tornillos de e m p a l m e recibe. ción usual que á este verbo está asignada. Dicha corriente saliendo por el tornillo o p u e s t o Edison apartándose de las corrientes de inducinvade el circuito y recorre el receptor p a r a ir á ción c u a n t o convenia á la originalidad de sus parar á la tierra, en cuyo tránsito provoca en el miras, buscó en los cuerpos que conducen mal la sistema electro-magnético del m i s m o efectos de electricidad los c o m p o n e n t e s de su sistema. Veratracción y repulsión de la m e m b r a n a , con u n a dad es que ni a u n en esto existia verdadera orí-
BIBLIOTECA ILUSTI
regularidad y sincronismo perfectos con respecto á las vibraciones del diafragma transmisor. Esta cualidad que en el teléfono de Bell es producida por las inducciones, es aquí motivada por las variaciones que en la corriente causa la interposición del carbón. La corriente es, pues, ondulatoria. Eilo no obstante la variabilidad del electromotor no es en el sistema que acabamos de describir tan acentuada como cuando se opera con corrientes inducidas, razón por la cual Edison que echó de ver los inconvenientes de esta disposición, modificó sus efectos introduciendo una bobina de inducción en el circuito, según mas adelante veremos. Pasemos ahora á describir el teléfono químico del mismo inventor. Este sistema debió su origen á ciertos efectos que, observados mucho antes por Mr.Edison, dieran nacimiento á su electro-motógrafo del cual nos será preciso dar una idea, ya sea para comprender el teléfono que nos ocupa, ya para estudiar mas adelante el origen del fonógrafo, que,
IA DE T R I L L A
Esto es el principio que informa el electro-motó-
SISTEMA TELEFÓNICO Transmisor ( fl?. 13 ).
grafo y el que ha servido asimismo para el teléfono. El receptor de este consiste en un resonador y en un tambor atravesado por un eje provisto de su manivela para hacerlo entrar en rotación. Por encima de ese tambor, cuya superficie es rugosa, se desliza una cinta de papel desde u n rollo que hay inmediato á aquel. Sobre esta cinta descansa con fuerza la punta roma de un punzón de platino, cuyo punzón va adaptado al centro del resonador á que hemos aludido, por medio de un resorte. La corriente de la pila invade primero á este, baja en seguida á la punta de platino y vuelve por el tambor al polo negativo de la pila despues de haber atravesado el papel. La rotación del tambor hace desarrollar el papel que va deslizándose en el sentido de su movimiento , pero gracias al roce que entre el punzón y aquel existe, vese la punta de platino empujada hacia atrás, con la cual cede el resorte, é iniprime una tracción al centro del resonador al que está fuertemente adherido. Pero llega la corriente ó invade
T SERRA.
como el teléfono químico, parece haber nacido de aquella singularísima aplicación. El eléctro-motógrafo se funda en el hecho siguiente: si se coloca una hoja de papel preparada con una disolución de hidrato de potasa, sobre una placa metálica unida al polo positivo de una pila, y se hace que una punta de plomo ó platino que comunica con el polo negativo, se deslice por la superficie del papel, desaparece el rozamiento que dicha punta encuentra al abrirse la corriente y puede por lo tanto recorrer el papel con igual suavidad que lo hiciera en la superficie de un espejo, volviendo á aparecer en el acto de interrumpirse aquella. Ahora bien, como esa reacción es fácil de efectuar con instantaneidad, obrando con corrientes débilísimas, los efectos mecánicos que esas alternativas de suavidad y rozamiento producen, pueden trocarse en vibraciones cuya duración determinen las interrupciones do la corriente del transmisor, si se dispone ol aparato de una manera conveniente.
D E MR.
EDISON, Itcccptor ( (ig. U ).
el sistema; entonces cesa el frotamiento , se encoge el resorte y vuelve el resonador á su posicion normal; mas como esa corriente puede manifestarse á cada vibración que se imprima al transmisor, los efectos de tracción y recogimiento del resonador se producen alternativamente, y las vibraciones que esos esfuerzos de presión y dilatación que en el resonador se producen, son la reproducción de las vibraciones transmitidas, ó, lo que es lo mismo, la repetición mas ó menos reducida de los sonidos que han afectado la membrana del transmisor. E n cuanto á este aparato, empléase el mismo transmisor de Edison ya descrito, si bien parece ser que, cuando se trata de la reproducción de sonidos musicales, se sustituye una punta de platino al disco de carbón. Por lo que toca á los resultados producidos por este sistema véase lo que dice el Telegraphic Journal do 1." de mayo de 1878: «En 2 de abril anterior hízose la prueba del teléfono de carbón de Mr. Edison en uno de los numerosos conductores que entro Nueva York y
EL
TELÉFONO, EL MICRÓFONO T EL
Filadelfia tiene establecidos la c o m p a ñ í a Ouest Union. L a longitud de la linea era de 106 millas, y casi en todo su recorrido constaba de mas hilos. A pesar de esto, aquellos efectosde inducción producidos por las transmisiones telegráficas, que hubieran sido parte f» impedir la comunicación por cualquier otro teléfono, no Hiparon á manifestarse funcionando con el sistema E l i s o n , provisto de u n a pila de dos elementos y u n a bubinita de inducción. Los señores Batchelor, Phelps y Edison pudieron conversar con facilidad, superando los resultados obtenidos á l o s del teléfono magnético del segundo de dichos señores, á pesar de ser reputado el mejor.» Al igual que al tratar de la telefonía musical truncamos el órden histórico, interpolando el hermoso instrumento de los señores Pollard y Garnier entre experimentos que le eran m u y anteriores, asi ahora, faltando á la m i s m a prelacion, dirigiremos u n a mirada retrospectiva para subsai nar u n a omision en que voluntariamente hemos incurrido. Qaeremos o c u p a m o s de trabajos con anterioridad á los inventos de Mr. Edison realizados, trabajos que, por pertenecer al órden d é l o s teléfonos de resistencias variables, debian hallar unafilia-
Í
FONÓGRAFO.
»
cion legitima en este capitulo, a u n q u e ciertamente en él n o les h a y a m o s asignado el sitio que ñor su antigüedad les corresponde. Se trata da dos teléfonos, de G r a h a m Bell el u n o y de Eli.-iha Grey el otro, en los que se hace mas evidente aquella extraña indentidad que antes de a h o r a , y al hablar de los inventos de a m b o s físicos hemos señalado. L a n i n g u n a importancia práctica que los dos sistemas han alcanzado, nos excusa de entrar en minuciosos detalles en p u n t o á su descripción mas c o m o en su invento funda Mr. Gray las nreí f J i T T á U I Í 5 ' : n n | ' i d a , J q , l e " » d i e ni el tribunal de N u e v a Y o r k le ha concedido, de ahi que la recordación de sus trabajos sea p u n t o menos que necesaria para hacer la debida justicia á las reivindicaciones del físico de Chicago. Verdaderamente su teléfono llena perfectamente las condiciones de u n a transmisión articularlas corrientes de que se sirve son c o m o en el inst r u m e n t o de G r a h a m Bell ondulatorias, mas si en esto puede existir entre ambos c o m u n i d a d de principios, n o sucede así en los resultados, v a que estos son, en el invento del físico de Chicaco m u y inferiores á los que obtuvo G r a h a m Bell en el i n s t r u m e n t o que le ha dado imperecedera fama
Teléfono de mercurio illg. i5).
Precisamente Bell en sus diversos ensayos practicados hasta llegar al teléfono que podríamos Damar tipico, y a descrito, realizó u n instrum e n t o que es el que v a m o s à citar y con el cual se presentó, j u n t a m e n t e con aquel, al j u r a d o de Filadelfia. Desechólo, empero, su autor c o m o imperfecto, y hoy su descripción y su juicio nos serv i r á n para conocer y apreciar el de Gray, toda vez que existe entre los dos, según hemos dicho, tan estrecha semejanza. Las corrientes ondulatorias de que se sirvió Peli en este teléfono, obteníalas mediante la variable resistencia que al fluido voltaico o p o n i a lar interposición en el circuito de u n a capa liquida. E n efecto; en su aparato la m e m b r a n a estaba en contacto con u n hilo de platino sumergido en u n vaso de a g u a ligeramente acidulada ó salada A dicho hilo concurría el de linea, y el de pila term i n a b a en el fondo del vaso : habia, por tanto, entre los dos reóforos la interposición del agua, cuerpo m a l conductor. L o s m o v i m i e n t o s mas o menos intensos del platino alteraban el espesor, diversificaban la resistencia que la capa liquida o p o n i a à i a propagación de la corrient e , y por consigniente esta en sus emisiones
se a m o l d a b a á las vibraciones de la m e m b r a n a . Tal es en pocas palabras la teoría de u n sistem a que G r a h a m Bell desechó por imperfecto. E l de Elisha G r a y , salvo ciertas variantes en la forma, es idéntico en c u a n t o al fondo al que dejamos indicado. E l teléfono del ñsico de Chicago consiste en u n t u b o cerrado, por la parte inferior, p o r u ñ a m e m b r a n a en c o m u n i c a c i ó n con el circuito de linea, y dotada de u n hilo de platino adherido á su centro. Dicho hilo de platino penetra en u n vaso que contiene u n líquido m a l conductor, vaso que por el fondo está en contacto con el electrodo de u n a pila. Resulta, pues, la interposición de u n cuerpo resistente a l paso de la corriente c o m o en el teléfono de líquido de G r a h a m Bell. Este aparato es el transmisor. Por lo que toca al receptor constituyelo u n órgano electro-magnético cuya a r m a d u r a está soldada al centro de la m e m b r a n a cuyas vibraciones h a de despertar el paso de la corriente. U n resonador del que formaba parte la m e m b r a n a completaba el instrumento. Tal es el titulo que alega Mr. G r a y á la prioridad del invento.
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BIBLIOTECA ILUSTRADA DE T R I L L A T S E R R A .
CAPITULO XII. '
Trabajos ile Mr. Salet.—Teléfono do mercurio de Mr. Bregue!.—Teléfono de membranas múltiples de Mr. Tronvé.
El retroceso que en la exposición de los nuevos instrumentos telefónicos nos hemos permitido en el capítulo anterior va á servirnos ahora para dar cuenta de una modificación basada precisamente en el principio que informaba el invento de Mr. Gray. Esa modificación es debida á Mr. Salet. «Me ha parecido interesante, dice el mismo autor en una comunicación leida en la Academia francesa, construir un teléfono en el cual fuera perfectamente solidario el movimiento de las dos membranas, y para ello heme servido de la gran resistencia de los líquidos. Ya Mr. Bell habia logrado ciertos resultados uniendo al diafragma vibrante un hilo de platino en comunicación con una pila, y mas ó menos sumergido en agua acidulada encerrada en un vaso de metal' que á su vez se hallaba unido, en el teléfono receptor, por medio de la línea. Al hilo de platino he sustituido una palanquita de aluminio dotada de una plancha de platino, á corta distancia de la cual habia otra enlazada á la linea. Las vibraciones de la membrana triplicadas ó cuadruplicadas en su amplitud no sufren alteración en la forma merced á l a pequenez y sutilidad de la palanquita; por el contrario determinan en el espesor de la capa líquida atravesada por la corriente, y por tanto en la intensidad de esta, variaciones que en el teléfono receptor se traducen por otras análogas en la fuerza atractiva del electro-iman. Bajo su influencia la membrana receptora ejecuta movimientos solidarios de los de la membrana transmisora. El sonido así transmitido resulta muy claro y, resultado no fácil de prever, el timbro queda respetado. Sin embargo, las consonantes no tienen todo el mordiente que afectan en el sistema Bell, y este incoveniente se manifiesta principalmente cuando la palanquita es algo dura; creo no obstante que es fácil hacerlo desaparecer. Por lo demás la electroliza (1) produce un zumbido que perjudica poco á la claridad del sonido. »Como en este sistema se pide á la voz que dirija mejor que produzca la corriente eléctrica generada en la pila, es posible teóricamente aumentar la intensidad de los sonidos recibidos cuanto se quiera. En honor de la verdad he logrado despertar en el receptor sonidos muy fuertes, y soy de parecer que esta ventaja basta á compensar fa necesidad del empleo de pila y de un transmisor muy delicado. Por desgracia la transmisión solo es posible á distancias algo considerables; porque supongamos que un desplazamiento determinado de la membrana transmisora llega á producir en la resistencia un aumento igual á 500 ó 600 metros de hilo ; si la línea no tiene mayor longitud que esa, la intensidad de la corriente quedará reducida en una mitad y la membrana receptora adoptará una posicion muy distinta de la primera; pero en cambio si la línea tiene 500 kilómetros, aquella intensidad se reducirá tan solo en una milésima. Por consiguiente seria preciso emplear una pila enorme si se quisiera que esa variación se tradujera en la membrana en un cambio sensible en su posicion.» No menos interesante que ese teléfono pero mucho mas sencillo, es el ideado por Mr. Antonio Breguet y conocido por teléfono de mercurio. Este instrumento elegantísimo se basa en un experimento de que vamos á dar idea. M. Lippman habia construido un electómetro (1) Descomposición del agua en sus elementos constitutivos que se opera al paso de la corriente.
tan sensible que según recientemente se ha visto, por las pruebas á que M. Page lo ha sometido, acusa las corrientes producidas en un teléfono Bell, de cuya extrema debilidad en otro lugar hablaremos. Ese electómetro reconoce por principio un fenómeno perfectamente reversible, es decir de efectos inversos, recíprocos; y ese fenómeno es el siguiente: Si se dispone un tubo cuyo fondo esté lleno de mercurio y que á este se halle superpuesta una capa de agua acidulada de modo que aquel y esta comuniquen respectivamente con los electrodos de una pila, á la menor acción eléctrica que se produzca en semejante circuito, es decir, al menor aumento que experimente la diferencia de potencial, se altera el nivel del mercurio y su movimiento será tanto mayor cuanto menor sea el tubo y mas caracterizado aquel aumento. Reciprocamente, si dentro de ese mismo circuito se ocasiona mecánicamente una alteración en el nivel del mercurio, se producirá una reacción eléctrica, cuya manifestación será una corriente do fuerza mayor ó menor según sea la de la acción mecánica ejercida. Partiendo, pues, de este principio y singularmente de la reversibilidad del instrumento que en él se basaba, el reputado físico francés M. Breguet ha construido un teléfono que, como el de Bell, es único para las dobles funciones del sistema. Describámoslo en pocas palabras. Compónese (fig. 15) de dos vasos V V„ llenos de agua acidulada y mercurio, en cuyo interior se introducen otros dos tubos T T„ aguzados por la punta sumergida, la cual tiene practicado, además, un orificio capilar. Esos dos tubos contienen, corno el fondo de los vasos, mercurio, v se hallan unidos entre si por un hilo metálico P P„ al igual que los vasos mismos, en cuya parte inferior terminan también los extremos de otra comunicación metálica Q Q„ que poniendo en relación las dos capas mercuriales M M„ establece con el primer hilo un circuito. En este circuito y según los efectos reversibles que acabamos de indicar, los efectos eléctricos ó mecánicos producidos en un vaso se acusarán en el otro. Si álaparte superiorde los dos tubos se adaptan dos placas vibrantes B B„ á cada vibración que se despierte en una de ellas, deformándose las columnas mercuriales, se reproducirá en la placa opuesta la misma vibración. Estas vibraciones obedecerán á las emisiones eléctricas que, por efecto de la presión mecánica ejercida en el primer mercurio, pasarán por el circuito al tubo receptor. Si en dicho circuito se introduce un generador de electricidad, entonces ese mismo efecto resultará no de acciones mecánicas , sino de modificaciones en la potencial de ese generador á cada vibración que se produzca. En el caso de operarse por la sola acción mecánica, el sistema ha de hallarse dotado de suma sensibilidad, y esto lo ha conseguido Mr. Breguet tras de algunas modificaciones introducidas en los escasos órganos de que su aparato se compone. No las referiremos, pero sí resumiremos, tomándolo del mismo Mr. Breguet, los principales beneficios que de su sistema se obtienen. En primer lugar no necesita pila. La influencia perturbadora, además, que ofrece la resistencia de un circuito largo, resulta casi nula funcionando con ese sistema, aun en los casos en que es apreciable para el teléfono Bell. Finalmente dos aparatos de mercurio puestos en circuito son absolutamente correlativos en el sentido de que, á todas las posiciones de equilibrio que experimenta una de las superficies de mercurio, corresponden posiciones de equilibrio análagos en la superficie opuesta, lo cual permite transmitir fielmente á distancia los movimientos pendulares y toda
EL TELÉFONO, EL X1CRÓF OXO T
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físicos para dar al magnifico invento do Mr. Bell la mayor suma de perfecciones posible. Hasta aqui nos hemos ocupado de aquellas que, siendo tipicas por decirlo asi dentro de determinados órdenes de ideas, reúnen, además, la circunstancia de constituir cada una de por si un sistema muy diverso del que les diera origen. No han sido menos abundosas las que han reconocido por causa meros perfeccionamientos y alteraciones dentro del organismo mismo que constituye el primer electrófono, y el estudio de las mismas va á ser el que nos ocupe en este capitulo. De la eficacia de las primeras y do la bondad de estas últimas poco diremos; los juicios en este punto son muy contradictorios, no siendo el menos digno de respeto el de aquellos físicos que, con criterio exento de todo optimismo de autor, han reconocido y siguen reconociendo en el instrumento de Mr. Bell un mérito intrínseco y u n a sencillez no superados aun por cuantos sistemas le han sucedido. E n la categoría de electrófonos Bell perfeccionados, corresponde el primer lugar, bajo muchos conceptos, al teléfono para grandes distancias que él mismo nos ha dado. Sus componentes son los mismos que en el sencillo, é igual su funcionismo, pero varia en alguno de sus órganos y en la caja que los contiene. En este teléfono el imán no es recto sino de herradura, con sus dos polos dirigidos hácia el centro de la membrana de la que están separados por dos bobinas colocadas en dos núcleos de hierro dulce que entran á rosca en los respectivos polos del imán. La caja que contiene el organismo telefónico es prisniática y en una do sus caras tiene una trompetilla que sirve para dirigir lossonidos á la membrana. Este teléfono tiene poca ó ninguna ventaja en los circuitos cortos sobre el teléfono de mano, pero bastante en circuitos largos en razón de ser mas refractario á las inducciones extoriores que, como luego hemos de ver, tanto perjudican al segundo. Exactamente con los mismoscomponentesexiste el teléfono llamado de reloj, á causa de su estructura particular que realmente lo hace muy manejable. Este instrumento que representamos en la fig. 17 bajo sus verdaderas dimensiones conserva las facultades del Bell no obstante su pequeñez y la deformación á que ha debido sujetarse su sistema electro-magnético para ser encerrado en u n m u y reducido espacio. Su autor M. Niaudet hale dado al imán una forma decaracol, la cual permite sin desmedrarlo tenerlo situado en un plano paralelo á la membrana. E n el centro de la hélice formada por el imán se halla el polo al cual está adherido el eje de hierro dulce de la bobinita, como prolongacion del eje del imán. Los resultados obtenidos en este instrumento en nada ceden á los del teléfono ordinario. Ofrece diferencias mas notables el sistema electrofónico ideado por M. Righi, el cual á lo queparece fué ensayado con mucho éxito en el pabellón de la prensa de la exposición de París. El transmisor de este sistema (fig. 18) tiene mucho parecido con el teléfono de resistencias variables de Graham Bell de que liemos dado una ligera una idea. Sin embargo, en el de M. Righi el liquido se halla reemplazado por plombagina y polvos de plata, mezclados, y la aguja de platino por un disco metálico D. Este disco penetra en el interior de u n vaso I en el que está contenida aquella mezcla. Un resorte R unido al fondo de CAPITULO XIII. eso recipiente permite graduar la posicion de este MODIFICACIONES DEL SISTEMA BELL. respecto del disco por medio del tornillo V. Una rectangular C que descansa en un pié P, enTeléfono Bell para largos circuitos.—Teléfono de reloj.— caja cierra el electrófono, teniendo abierta u n a do sus Teléfono de M. Righi.—Teléfono de M. Ador. caras para constituir la embocadura E de la memNo son ciertamente las modificaciones que aca- brana LL. bamos de explicar las únicas que han ideado los Cuando los sonidos ponen en vibración esta
clase de movimientos como en el sistema Bell. Pertenece á un órden de principios muy distinto que el que hemos visto informar los dos teléfonos anteriores, el de M. Trouvé que nos proponemos describir, antes de cerrar este capitulo. Se ha generado ese sistema en la observación V estudio de los efectos en que descansa el de M. Bell. Si se tiene en cuenta que en este sencillísimo electrófono, las corrientes inducidas que le animan son resultado de las vibraciones de la membrana, como estas lo son á su vez de las vibraciones del aire ambiente agitado por el organismo vocal, es de suponer que si este organismo ejerciera su influencia simultáneamente en varios diafragmas dotado cada uno de su correspondiente electro-iman, los efectos se aumentarían, á condición de que esa yuxtaposición de sistemas perfectamente idénticos diera por resaltado una adición . una asociación de corrientes inducidas que fluyeran por un mismo conductor para contribuir á un resultado común que en tal caso debería ser aumentado. Esta idea no fué exclusiva de M. Trouvé; al par que él otros la concibieron, mas parece que ninguno obtuvo los resultados que teóricamente resultan, y que, á lo que parece, en el sistema que nos ocupa y dentro de ciertos limites, han aparecido. Conocida la teoría será fácil explicar el aparato. M. Trouvé lo ha combinado de modo que el imán recto del teléfono Ball obre por sus dos polos ante diferentes placas. Para ello ha adoptado u n imán tubular y lo cubre en toda su longitud con la hélice magnética (fig. 16). Este irnan forma por decirlo asi el eje lijo de una caja cilindrica cuyas bases tienen u n a depresión que permite utilizarlas como tornavoz y trompetilla juntamente, y dos aberturas a b respectivamente practicadas en el promedio de esas mismas caras. La abertura a ante la cual so habla, es mayor que la opuesta b que es por donde se aplica el oido. Frente á esas aberturas y perpendicularmente á los polos del imán existen dos diafragmas de hierro M M' el primero de los cuales tiene en su centro una solucion de continuidad de igual diámetro que el diámetro del imán. Finalmente hállanse escalonados entre esas dos placas y á lo largo de la caja otros diafragmas n n n colocados perpendicularmente al tubo del imán que los separa. Tal es el teléfono de membranas múltiples de Mr. Trouvé. Ahora bien, en ese sistema y según el autor, los efectos sonoros son mayores que en el Bell ordinario, lo cual parece resultar de la mayor energía que en él adquieren las corrientes inducidas. Esta cualidad última, por lo menos, parece indubitable. E n efecto; al introducir la voz por a las ondas sonoras tropiezan con los bordes de la membrana M que entra, por tanto, en vibración. Avanzan aquellas ondas por el interior del imán hasta llegar á la placa M' que entra en vibración sincrónicamente con M. Resulta, pues, para el imán una doble inducción frente á s u s polos, tanto mayor en cuanto cada membrana refuerza los efectos magnéticos despertados en el polo opuesto á aquel frente al cual vibra, como haria siendo una armadura. Y si, pues, la inducción á que se halla sometido el imán es mayor, mayor ha de resultar asimismo la corriente que en virtud de aquella se determina en la bobina.
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BIBLIOTECA ILUSTRAD. L UE TRILLA Y SERRA.
membrana, el disco D, en comunicación con la l pila, oprime el contenido pulverulento del vaso. Según la intensidad de las vibraciones es mas ó menos enérgica la presión, y como la conductibilidad del reostato I varía en el sentido directo de esa energía, las corrientes que desde D pasen al i través de la masa á R y á la línea varian uniformemente con ella. Asi llega el fluido electro-motor al receptor que difiere del aparato que acabamos de describir casi tanto como este se separa del de Bell con el cual tiene aquel notable semejanza. Compónese, en efecto, de los mismos órganos, idénticamente dispuestos sin mas alteración que el ser la membrana de pergamino con un disco sutil de hierro en el centro y tener un imán rnucbo mayor, tanto que ha permitido á su autor la supresión del mango de madera que en los teléfonos ordinarios existe. La distancia máxima á que es3 electrófono ha dado buenos resultados ha sido de 47 metros; pero los sonidos resultan acusados en él con^notable intensidad. Con todo aquella distancia ha podido ser aumentada reforzando la potencial de la pila, que solo consta de dos elementos Bunsen, ¡ mediante la interposición en el circuito de una ! bobina de inducción en la forma que se dirá mas adelante.
Tócanos ahora hablar de los trabajos de M. A ler que han hecho concebir muy lisonjeras esperanzas, y ofrecido al par viva materia polemí-itica en una trascendentalísima controversia. No conociendo el instrumento transcribimos la defiuicion que del mismo nos dá M. du Moncel en su notable libro á que tan frecuentemente hemos de referirnos. « El receptor, dice el sabio académico, se reduce á un electro-im^n de dos ramas cuya armadura se halla sostenida aproximadamente á la distancia de dos milímetro»de los polos, por medio de una placa de cristal k que está sujeta, y cuya placa á su vez descansa en dos soportes rígidos. Para oir basta aplicar el oido á esta placa. El transmisor consiste en una varilla móvil de hierro ó carbón, que, por su propio peso, descansa en otro trozo de carbón fijo, y que tiene además una placa cóncava ante la cual se habla. Estas dos piezas están dispuestas de manera que puedan moverse horizontalmente, asi es que cuando el aparato descansa sobre la mesa, queda interrumpido el ciic lito que solo se cierra al ponerlo en actitud de hablar. La palabra en este sistema resulta muy bien reproducida, y seria posible transmitirla á cierta distancia, si se le construyera de mayores dimensiones (1).» El mismo M. Ader acaba de modificar este sis-
E1 teléfono de membranas múltiples de M. F i o u r ó (flg. 16).
tema variando el receptor, con lo cual obtiene resultados notables. Según parece los sonidos musicales y el cauto acusados en este nuevo sistema, resultan mayores que en el condensador cantante, lo que en realidad supone una potencia fonética poco común en tales instrumentos. El receptor á que aludimos consta de un tambor de unos 15 centímetros de diámetro, una de cuyas caras solamente está cerrada por una membrana de pergamino. En el centro de esta membrana y en el sentido de u n a circunferencia de seis centímetros de diám-tro se hallan fijadas seis armaduras de hierro du ce de un centímetro de longitud por dos milímetros de ancho. En un plano paralelo á la membrana hay un disco de madera que sirve de apoyo á seis electro-imanes microscópicos colocados en la circunferencia de aquel y en presencia respectivamente de las seis armaduras á una distancia que puede variar á voluntad. Esos electro-imanes son de herradura y su diámetro, incluyendo la bobina, es de cuatro milímetros. En cuanto á la longitud rectificada de sus raraas es de doce milímetros. El eje magnético de las bobinas no excede de milímetro y medio, y las hélices de dichas bobinas están todas empalmadas entre sí, funcionando á la par bajo la influencia de una misma pila.
Tal es el receptor recientemente dado á conocer por Mr. Aler, de cuyo funcionismo creemos inútil hablardespues de lo extensamente que hemos aplicado el de otros aparatos que solo se diferencia de este en la disposición de algunos componentes. CAPITULO XIV. LLAMADORES DE LÍNEAS TELEFÓNICAS. S i s t e m a s avisadores con pila.—Sistemas e l e c t r o - m a g n é t i cos.—Timbre de Lorenz.
En general es tan escasa la potencia sonora de que se hallan dotados los sistemas telefónicos, que sin la existencia de ciertos medios auxiliares de que vamos á hablar, su uso resultaría punto menos que ineficaz ó estéril, á menos de ejercer una vigilancia y una asiduidad constantes para prevenir los avisos de llamada que desde la estación opuesta se produjeran. Aun asi las decepciones resultarían muy frecuentes. Para prevenir esa deficiencia del sistema, que dentro de ciertos límites es común á todos los te(1)
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legráficos, se ha aplicado al teléfono ciertos inst r u m e n t o s avisadores q u e satisfacen s u p e r a b u n danteraente aquella necesidad. En telegrafía donde el circuito es recorrido por corrientes voltaicas, es de uso c o m ú n en los casos de reposo la interposición de u n timbre en el circuito cuya sonora vibración acusa la presencia de corrientes en la linea, es decir la llamada. Desdo luego este medio estaba indicado para el teléfono, mas como en este la necesidad que ocasiona de u n a pila por p e r m a n e n t e y barata que ella sea destruye la doble condicion de economía y sencillez que hace al sistema t a n recomendable, h a n o s parecido que su aplicación, a u n admitiendo que fuere necesaria, resultaba engorrosa, y de ahí que hayamos calificado de s u p e r a b u n d a n t e s los procedimientos que se han indicado. Nos explicaremos; creemos al teléfono de aplicaciones si n o limitadas, reducidas al m e n o s á girar dentro de u n circulo en que la telegrafía no tenga cabida, es decir en donde la economía y la sencillez principalmente estén antes que todo respetadas. E n los teléfonos de pila que acaso algún dia sirvan p a r a llenar m a s elevadas funciones, no hallamos esas circunstancias. Creemos pues de uso preferente el sistema Bell, y la adición á este
T e l é f o n o (le
para describir el i n s t r u m e n t o avisador que juzg u e m o s mas perfecto. Si j u n t o á u n circuito telefónico se dispusiera otro auxiliar que, recorrido por una corriente voltaica, terminara por sus dos extremos en un timbre eléctrico, la llamada seria m u y fácil a u n q u e el planteamiento del teléfono resultara caro P a r a evitar este segundo circuito existe un aparatito m u y sencillo cuya interposición en la línea teletónica evita aquel conductor adicional. Este apar a t ó s e llama conmutador, y consta, el m a s común do u n a manecilla metálica que gira desde el centró de un disco de madera, estableciendo á v o l u n t a d contactos con ciertos botoncitos, metálicos también, situados en la circunferencia. Él eje de la manecilla se halla unido al circuito general y cada boton se corresponde con u n circuito local que conduce la corriente al i n s t r u m e n t o ó a p a r a t o á donde convenga.. Haciendo pasar la manecilla ae u n o á otro boton se cambia por t a n t o la disposición de los diversos circuitos locales q u e se abren ó cierran á voluntad. P u e s bien, supóngase q u e cerca del teléfono existe un c o n m u t a d o r con dos solos contactos; el hilo general termina en el eje de la manecilla y aesae aquellos parten dos ramalillos que termin a n el u n o en u n timbre y el otro en el teléfono
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de un organismo tan complicado y caro como algunos de los que se han ideado nos parece u n a redundancia, c u a n d o menos. Verdad es que existen procedimientos llamadores que merecen nuestra mas absoluta conformidad, pero en cambio hanse ideado otros á los cuales hemos aludido, cuyo lujo de organismos y de ingenio en su disposición desplegado, nos hacen suponer h a y a presidido á ellos mas que la esperanza de u n a inmediata aplicación u n a idea de legítima y disculpable vanidad. Tal vez pequemos de miopia al juzgar i n s t r u m e n t o s cuyo mérito n o desconocemos, pero son tan especiales repetimos las aplicaciones que para el teléfono concebimos, que conceptuamos desvirtuacion de su bondad c u a n t o tienda á complicarlo. De lo mismo que venimos diciondo puede desprenderse que existen dos géneros m u y distintos de sistemas de avisadores. Unos que conceptuamos caros y de especialísimas aplicaciones, y otros económicos y de uso universal. Los primeros son los que requieren el concurso de u n a pila, los seg u n d o s son electro-magnéticos, es decir que generan su electro-motor. De aquellos daremos u n a idea general; acerca de estos últimos n o s detendremos lo necesario
reloj
(fig. 17).
mismo. So requiere además que desde u n p u n t o cualquiera del circuito general parta otro ramal q u e pasando por u n pulsador ó boton eléctrico termine en la pila. Ahora bien, si la manecilla descansa en el contacto timbro al oprimir el corresponsal su pulsador, u n a corriente invadirá la linea y agitará el llamador. Igual pfecto se p u e d e producir en la estación opuesta. Recibida la llam a d a se cambia la posicion de la manecilla y si en el extremo del circuito se ha hecho lo m i s m o la comunicación telefónica q u e d a establecida ' Hemos entrado en todos estos detalles para dar á comprender la idea que ha presidido á la formación de los sistemas avisadores. E n el que acabamos de indicar caben las omisiones en el j u e g o del c o n m u t a d o r y por t a n t o las r u p t u r a s del circuito. P u e s bien, para hacer imposibles esas omisiones se han ideado los sistemas que hemos llamado complicados, aun siendo en cierto modo automáticos, según veremos Su defecto reside p a r a nosotros en la necesidad de la pila en los mas de los casos. S u p ó n g a s e ahora u n m a n i p u l a d o r Morse ó u n aparatito de báscula cuyos contactos e x t r e m o s correspondan á los dos circuitos locales antes indicados. El peso del teléfono, inclinando la palanca de aquel, abre u n a comunicación y cierra otra
BIBLIOTECA 1LCSTBADA ftE TBILLA T SERBA. 3t En la posieion de descanso el teléfono hace caer en ambas estaciones el manipulador de modo que LIBRO CUARTO, pise el contacto timbre. Al corresponder una estaEXPERIMENTACION Y APLICACIONES. ción á la que llama, como en esta la posieion en timbre es idéntica, se produce igual sonoridad. Ambas estaciones están, pues, apercibidas y en CAPITULO XIV. aptitud de funcionar, en una y otra se levanta el teléfono de su sitio con el propósito de funcionar; Límite do la transmisión clectrofúnica.-Prnebas en Espaüa. -Telefonistas reales. - Experimentos de Graham B e l l . con esto se aligera la palanca, cae por el lado Comunicaclon por los cables. opuesto y la linea teléfonica queda por este solo hecho establecida. Con un resultado mas fructuoso para la cienLa idea no puede ser mas sencilla y como tal que ventajoso en la práctica, hanse dado á luz bella. En su desarrollo, empero, hase querido cia los físicos los instrumentos electrofonicos que simplificar mas, y en algunos de los sistemas con por reseñado y algunos otros que hemos juzeste objeto creados el solo hecho de levantar el hemos inútil estudiar. El objeto de todos, como es teléfono para disponerse á funcionar produce la gado comprender, consiste en mejorar las condillamada que en el caso anterior solo á una pul- fácil de sonoridad que en el teléfono Bell son sación previa podia ser debida. Esto, simplifican- ciones por desgracia limitadas; y si los esfuerzos y la do considerablemente la acción del operador, ha ciencia que á este objeto se han dedicado no exigido un sistema mas complicado y como tal de parcos, fuerza es convenir por el contracaro. La idea repetimos es bella, el organismo en- pecan poco ó nada se ha adelantado para llegar tero avisador revela mucho ingenio, mas nos te- rio, que preconcebido. Frecuentes son las promememos quede inaplicado porque hoy por hoy des- alsasideal de parte de los inventores de una potencia truye el principio de absoluta sencillez y econo- fónica instrumento muy superior á la de mía del que debe esperarse la vulgarización del cuantosensesuhan conocido; mas como en la práctica teléfono. promesas las mas de las veces ó resultan irriNo nos detendremos, pues, en detallar ninguno esas ó por lo menos exageradas, y casi nunca, de esos sistemas. Su explicación nos llevaría mu- sorias por lo un mezquino espíritu mercantil las cho espacio y preferimos dedicarlo á la descrip- sugiere,demás, preciso es creer que existe para el vulgo ción de alguno de los llamadores electro-magné- de los profanos una resistencia á la audición, que ticos. insensible á las preciadas ventajas que en El mas sencillo de estos es sin disputa el si- lesu hace el sabio le ofrece. Pecan estos por guiente. En frente de los dos teléfonos puestos lo entusiasmo de hiperbólicos en sus juicios, y es en circuito se coloca dos diapasones, una de cu- porregular sus facultades, aguzadas por la abstracyas ramas sustituye á la membrana del instru- ciónque y el cálculo, aprecian mucho de lo que á la mento. Esta disposición es tanto menos engorro- observación vulgar se sustrae, además de que, sa en cuanto como ya hemos dicho son dos los por esas mismas facultades y por su vasta eruditeléfonos de que suele servirse cada estación. Al ción y doctrina, sienten con toda la sensibilidad querer llamar se pone en vibración dicha rama. del sabio y el amor intenso el encanto Bajo su influencia se producen fuertes corrientes de progresos al común dedel lapadre gente incomde inducción, las cuales, en la estación opuesta, prensibles. . producen iguales vibraciones en su diapasón. Pocos, pues, ó acaso ninguno de los instruEl timbre avisador llamado de Lorenz es el que mentos historiado habrá superado en recomendamos á quienes deseen utilizar algún sonoridadqueá hemos matriz de la que todos sistema electro-magnético con preferencia á los han partido, lasi invención es cierto, como lo afirma Graham de pila. que pudo, en el extremo de una larga línea Ese instrumento (fig. 19) consta de una campa- Bell, hacer reproducir un discurso por su nilla de acero T, debajo de la cual y en el senti- telefónica, en excelentes condiciones de audibilidad do de uno de sus diámetros se halla un imán aparato, un concurso numeroso de 6Ü0 personas. N S. Cuando el martillo M hiere la campanilla, para No se admiren de esta clara y profunda afirmase producen en esta vibraciones de máxima am- ción que, primerizos en el uso del telefono o plitud ante los polos, gracias á estar situado poco los dados á la reflexión, se han creído decepdicho martillo perpendicularmente al imán. Esa cionados ante un primer ensayo de telefonía que circunstancia ocasiona corrientes de inducción por lo regular no suele ser afortunado. Conviene relativamente enérgicas en las bobinas situadas que estos tengan que el arte y la práctien los extremos de aquel. Esas corrientes pene- ca no huelgan ni presente aun para ejercer actos fisiolótran en la linea al fin de la cual se encuentra un gicos que la naturaleza desempeña sin esfuerzo, teléfono Bell cuya bobina es mayor que en los y que en el caso presente oir y oír con proteléfonos ordinarios, y que lleva además un reso- vecho junto á la membranapara un telefono, aquenador, de hoja de lata a d a p t a d o á la embocadura. llas dos condiciones son en de cierto limite necesaEste resonador tiene la forma de un cono trunca- rias El aislamiento del telefonista, no menos que do, y es conveniente esté dispuestasu longitud de el esfuerzo de su abstracción, son de punto manera que acuse bien el sonido que dá la campa- indispensables, y aunque en parte setodo haya acunilla, ó, lo que es lo mismo, que esté templado al dido á tal necesidad con el uso simultáneo dos unisono con las vibraciones del timbre. Asi se ob- teléfonos, hase ideado además algún otro de procetiene su máxima sonoridad, que basta, según la dimiento mediante el cual puede obtenerse experiencia ha demostrado, para una perfecta au- aislamiento casi perfecto. Este procedimiento un es dición aun estando el receptor situado en una debido al ilustrado físico de esta capital, Sr. I)alsala de trabajo. y sus ventajas las han sancionado algunos Tal es el instrumento llamador electro-magne- mau experimentos de telefonía, en condiciones tales tico que, subviniendo á la deficiencia fónica de de resistencia en el circuito, que hacian toda audique el teléfono está afectado, no complica la sen- bilidad imposible. _ cillez y economía que constituyen las mayores Produce el aislamiento el señor Dalmau, por ventajas prácticas de este sistema telegráfico. medio de una caseta ó garita de madera acolchada por el interior y de dobles paredes separadas por un espacio que llena de una materia refractaria al sonido, como es el serrín de corcho, y dentro de la cual se establece la estación telefónica.
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Los ruidos ambientes por este procedimiento quedan punto menos que suprimidos, siendo asi permitido al telefonista funcionar con perfecta independencia aun en medio de trepidaciones que sin el aislamiento de la caseta le cohibieran. El señor Dalmau ha llamado á su invento Cámara telefónica. Esta referencia nos conduce como por la mano á tratar de la capacidad telefónica de un circuito, ó por mejor decir del limite de desarrollo de este para que en él sean posibles las comunicaciones electrofónicas. tíraham Bell parece haber ventilado este asunto, como muchos que & su invento se refieren, & vuelta de los experimentos variadísimos á que lo sujetó desde el principio de su aparición en el mundo científico. La cuestión presenta dos aspectos, el teórico y el practico, y si por el primero se han obtenido ciertos resultados positivos bajo el punto de vista técnico, y que permitan establecer un término de comparación entre los diferentes agentes electro-motores, que pueden circular por un conductor artificial formado por una adición de resistencias arbitrarias, no permite en cambio establecer una equivalencia con el procedimiento práctico, por cuanto este se ejerce en circuitos que llamaremos naturales, sujetos á causas de derivación y á variaciones de conductibilidad ó resistencia que por su Índole están por encima de toda apreciación y cálculo. Ejércese el primero de estos medios en circuitos de laboratorio en los cuales se intercalan cuerpos resistentes á la expedita circulación del fluido eléctrico en cantidad arbitraria y representando una fuerza de resistencia do antemano calculada; y el segundo en conductores tendidos en linea aérea ó submarina, en los cuales las causas de derivación y resistencia son tan complexas é imprevistas que su apreciación exacta es casi tan difícil como su arreglo. Bajo estas dos formas, pues, trató de determinar el físico escocés el limite máximo que en un circuito podian alcanzar las transmisiones telefónicas; y halló, para el circuito artificial, una longitud de 6000 kilómetros, ó bien una resistencia de 60,000 ohms; y para uno natural, fijo, la de 250 millas (400 kilómetros) de extensión máxima en que logró hacer llegar distintamente las transmisiones de la palabra. No parece que debamos rebajar gran cosa de la resistencia extraordinaria introducida por Graham Bell en su circuito de prueba, antes bien habrá que añadirle, pues á la reseña que dá de estos experimentos, añade que llegó á funcionar al través do una línea, en la cual se habia intercalado á 16 personas formando cadena con las manos. Esta resistencia equivalía á un circuito hipotético de 6,400 kilómetros. Nada objetaremos nosotros á estas cifras que creemos perfectamente exactas, aunque de resultados puramente teóricos, limitándonos á citar algunos casos de transmisión práctica, de cuya autenticidad respondemos. El primero verificóse en condiciones desiguales de audibilidad en las dos opuestas estaciones, lo que motivó que sus resultados adolecieran del mismo vicio. El ensayo consistió en establecer una comunicación telefónica entre Barcelona y Zaragoza, y llevólo á cabo el ya citado físico Señor Dalmau, quien se situó en el extremo del conductor, correspondiente á esta capital, dentro de su cámara telefónica. En el extremo opuesto, es decir en Zaragoza, se hallaba el señor Palacios jefe del servicio de télégrafos de la via férrea, pero sin el aislador de estación con que contaba su corresponsal. A esto fué debida la diferencia á que hemos aludido. La distancia que separa las dos capitales es de 366 kilómetros y la prueba se verificó á altas horas de la noche para evitar las causas de perturbación de que en su lugar hablaremos. El señor Dalmau oyó perfectamente las palabras de su amigo; mas esto solo
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pudo entender sonidos inarticulados como gritos é interjecciones, pasándole el resto de las palabras completamente desapercibido. Sin género alguno de duda ofrecieron mas brillantes resultados los experimentos de telefonía quo con escasa posterioridad al citado, llevó á cabo una comision del Cuerpo de Telégrafos nombrada atl hoc por la Dirección general. Disponía esta comision para sus ensayos de todos los elementos que una extensa red telegráfica permite utilizar para una inteligente combinación de resistencia y distancia, y el tino con que procedió y la favorable coyuntura de poder telefonizar á lo largo de un conductor ácreo que con inmejorables condiciones de aislamiento acababa de establecerse, le permitieron obtener un triunfo acaso no superado por cuantos experimentos se han realizado en el extranjero. El primer ensayo verificólo la comision desde Madrid, en un hilo de la línea general que pasa por Aranjuez y en el cual esta poblacion constituía el extremo del circuito telefónico. La distancia es de 52 kilómetros y pudo funcionarse en circuito con tierra no obstante las crepitaciones originadas por las transmisiones paralelas de los demás hilos. Cuando estas causas de perturbación desaparecían, á altas horas do la noche, por el cese de las comunicaciones, la audición en los teléfonos era perfecta. Fuése aumentando gradual y sucesivamente el desarrollo del conductor de prueba para obtener el limite potencial del •sistema. Suprimiendo la tierra y estableciendo un doble conductor, se funcionó bien con Tembleque (110 kilómetros) mas tarde con Alcázar (160 kilómetros) y con Manzanares (220 kilómetros), y finalmente utilizando los dos hilos de una nueva linea que acababa de instalarse independientemente déla general, se llegó á establecer una comunicación casi perfecta con Andújar á pesar de ser de 400 kilómetros próximamente el desarrollo de línea que entre las dos estaciones telefónicas resultaba. Cuando se quiso rebasar esto límite los resultados fueron negativos. Preparábase por los dias en que estos experimentos se verificaban una solemnidad regia, y esto fué ocasion para los funcionarios de telégrafos de disponer una discreta fineza que hubieron de estimar en alto grado las augustas personas que eran objeto de ella. La infanta Doña Mercedes acababa de emprender su viaje para la corte, en donde la esperaba un tálamo real del que una muerte prematura y umversalmente sentida habia de arrebatarla al poco tiempo. Aranjuez era el punto de descanso fijado en el viaje de la augusta novia ; y al palacio de Aranjuez y á la cámara misma destinada á recibir la bella Infanta, llevóse el extremo de un conductor, que por el opuesto lado se prolongó asimismo desde Madrid á la cámara del Rey, en el Palacio de la Plaza de Oriente. Así los augustos novios pudieron conversar desde su estancia, á través del espacio considerable que aun los separaba. Vamos á reproducir ahora un fragmento de la Memoria de Graham Bell á que ya nos hemos referido, en el que vienen consignados algunos experimentos curiosísimos que importa dar á conocer. « Por mas que mis investigaciones, dice el profesor de Boston, tuvieran por término final el perfeccionamiento de la telegrafía, durante el transcurso de ellas llegué á obtener algunos resultados interesantes que importa consignar aquí. Así, por ejemplo, observé que un sonido musical se reproducía en el solo hecho de pasar una corriente al través de un trozo de plombagina ó carbón de retorta. Igualmente noté efectos extraordinariamente curiosos por resultado de la circulación á través del cuerpo humano de corrientes
a
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BIBLIOTECA ILUSTR
intermitentes alternativamente invertidas. En efecto; introduciendo un reótomo en el circuito primario de una bobina de inducción cuyos dos hilos del circuito secundario estuvieran empalmados á dos eléctrodos de cobre, si uno de estos se acercaba al oido percibíanse sonidos bastante claros en el instante en que se tocaba con la mano el otro eléctrodo. Pero si estos se cogian con entrambas manos, y se aproximaban los dedos al oido, notábanse ciertos chasquidos que parecían proceder de aquellos, como si fueran la repercusión de la agitación muscular resultante del paso de las corrientes inducidas. Estos ruidos, sin embargo, solo los notaba la persona que hacia la prueba. Pero si en vez da una se situaban dos dentro del circuito y se unian por la mano, producíase na sonido al establecerse el contacto entre las manos, si bien se hacia preciso para esto que no estuvieran húmedas. Por lo demás el fenómeno persistía cuando el contacto por las manos se reemplazaba por otros miembros del cuerpo. Si estos eran los brazos, tan intenso se hacia el sonido que podia oirse á algunos pies de distancia, yendo en este caso acompañado de una ligera sacudida. La interposición de una hoja de papel entre los miembros en contacto evitaba aquella sensación desagradable sin impedir, em-
ADE TRILLA Y SERRA.
pero, la producción del sonido. Haciendo pasar la corriente intermitente de una bobina Ruhmkorff al través de los brazos de una persona, bastaba aplicar el oido para notar un sonido que parecía brotar de los músculos del antebrazo y del bicepso. » El cuerpo humano puede en realidad su ministrar la plancha de tierra de un circuito telefónico, no obstante la interposición entre el cuerpo y el suelo de las medias y el calzado. Solamente la madera y la piedra de construcción constituyen un obstáculo verdadero á la comunicación telefónica, pero aun en estos casos basta con que el pié se halle en contacto con la tierra inmediata, asi sea por medio del tallo de una yerba, para que inmediatamente los efectos eléctricos reaparezcan. Creyóse en un principio que la comunicación telefónica tan fácilmente establecida al través de largos conductores aéreos seria punto menos que imposible en los cables submarinos. Esta preocupación fué pasajera; y creemos que las causas en que principalmente se fundaba aquella duda, antes debieron hacer confiar en su posibilidad. Los cables telegráficos ofrecieron desde un principio notables obstáculos á una regular comunicación mediante el fluido directo generado
Tetéfono transmisor de Mr. Righi (flg. 18).
por una pila, por la naturaleza misma de su composicion. Un cable viene á ser una botella de Leyden inmensa, ó, mejor aun, un condensador prolongadísimo en el cual se encuentran dos metales separados por una capa aisladora : el ánima formada por el alambre ó alambres conductores, y la envoltura metálica exterior que preserva el cable, separados por las capas de mástic, cauchuc y cuerda que rodean el conductor ; de esta composicion resulta que à cada corriente que invade el ánima del cable se produce una de sentido contrario en la armadura ; es decir que si por ejemplo recorre el cable una corriente positiva, esta obrando en el flùido neutro de la armadura, lo descompone y determina una corriente negativa que rechaza el fluido positivo que en dicho estado se hallaba. Mas como estas corrientes obran á su vez por inducción ó como si dijéramos de rechazo en el conductor mismo del cable, de ahi que surja una sucesión de contra-corrientes en el ánima del mismo y una dificultad considerable para poder volver al estado neutro, sin el cual no pueden ejercer libremente su acción las emisiones procedentes de la pila. Estos efectos electro estáticos han desaparecido mediante el empleo de ciertos procedimientos encaminados á producir en el hilo submarino una sucesión de corrientes inversas á fin de que cada una de ellas borre la acción, destruya los efectos inductores que en laenvoltura metálica del cable la pri-
mera haya producido. Ahora bien ; estos resultados de inversión los hallamos reunidos en todo sistema telefónico según hemos visto, y de ahí que fuera lógico esperar una perfecta comunicación submarina, por lo menos hasta donde lo permitiera la extraordinaria debilidad de aquellas corrientes. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido. El primero y el mas fructuoso délos ensayos de esta naturaleza que se han hecho fué en el cable que une á Guernesey conDarmouth (90 kilómetros). La transmisión y la recepción de la palabra fueron perfectas en las dos estaciones aunque aquella resultaba algo velada. Amplióse la base de tales experimentos, y en los Estados-Unidos se pudo funcionaren una linea submarina de 150 kilómetros de desarrollo. Aquí los efectos de la inducción eran visibles y la comunicación difícil, lo cual queda corroborado por el mal éxito de las tentativas hechas en el cable entre esta capital y Marsella, y el que une la costa francesa con la Africana. CAPITULO XVI. Medida de intensidad de la corriente eieetrotoniea.—Experimentos de M. Niaudet.—El galvanómetro de Thomson.
Parécenos indudable, pues, que la principal dificultad con que se tropieza al intentar una comunicación telefónica submarina, estriba princi-
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pálmente en la que limita la terrestre ; es decir la debilidad del agente electro-motor que genera el electrófono. i Cuál es, pues, la intensidad de las corrientes telefónicas? E s t a cuestión debió presentarse al espíritu de los sabios s i m u l t á n e a m e n t e con los primeros ensayos de telefonía articular ; y a u n q u e desde entonces se h a n dedicado á resolverla de u n a manera si no completa por lo menos aproximada, las mas esclarecidas inteligencias, nada concluyente ha podido establecerse merced á la naturaleza extremadamente sutil y variable de las corrientes que despierta el juego telefónico. Da esta cualidad de las corrientes telefónicas, que en otro sitio hemos evidenciado, p o d r á f o r m a r s e idea teniendo en cuenta las observaciones de M. Kcentgen, quien ha calculado que el sonido de u n diapasón que produjera 24,000 vibraciones por segundo llegaría á ser electrofónicamente transmitido ; de lo cual resulta que en esa misma unidad de tiempo pueden recorrer sucesivamente un circuito 24,000 corrientes alternativamente invertidas.
Tiinbrc elcclro-masnílico
tes negativas, é impresionar con las positivas, que le atravesarían libremente, la aguja de u n galvan ó m e t r o situado en el circuito. L a primera condición la llenó perfectamente Mr. Niaudet, la segunda 110. Elevó el n ú m e r o de los voltámetros hasta cuatro, y ni aquel i n s t r u m e n t o acusó la menor sensibilidad ni d i s m i n u y e r o n los efectos telefónicos que invariablemente se observaron en el electrófono receptor. Existe, empero, otro galvanómetro, el de reflexión de T h o m s o n , q u e por su extremadísima sensibilidad ha permitido establecer cierta equivalencia entre la impresión causada por u n a corriente telefónica y la de u n a débilísima corriente voltaica, p a r a calcular por la medida de esta la que a p r o x i m a d a m e n t e puede corresponder á aquella. Dicho galvanómetro, bellísima aplicación de los efectos electro-magnéticos, h a permitido por su impresionabilidad al par que p o r la fijeza de sus oscilaciones reflejas, ser aplicado ventajosísimamente como receptor en las líneas submarinas de gran desarrollo como las trasatlánticas, por c u a n t o con la reducción de fuerza electromotriz que ha permitido, se h a n amortiguado
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Ya se comprenderá por este solo dato c u á n ociosa debia ser la introducción de galvanómetros en el circuito para apreciar aquella variación en el sentido y en la intensidad del agente electrofónico, pues aparte la segunda que es en grado s u m o escasa, se tropezaba con la inercia d é l a aguja ante las fugacísimas inversiones de la corriente. Pero existe u n i n s t r u m e n t o destinado á fines m u y opuestos de los que en el galvanómetro se buscan y que por estar dotado de u n a disposición particular pensó el ilustre Mr. Niaudet q u e podría utilizarlo para fijar un limite máximo á la intensidad de aquellas corrientes. Tal es el reótomo de Mr. Ducretet dedicado á la medición de las corrientes m u y poderosas, en presencia de la cantidad de gases que se recoge en el i n s t r u m e n t o polla descomposición del agua que bajo la acción de dichas corrientes se produce. Dicho reótomo tiene la particularidad de detener las corrientes de cierto sentido obligándolas á pasar en sentido contrario. E s decir que por este medio se p r o p o n í a Mr. Niaudet paralizar con el reótomo las corrien-
de
Mr
Lorenz (lig. 10).
p r o p o r c i o n a l m e n t e lasiníluenciaselectro-estáticas de q u e incidentalmente nos hemos ocupado. T r a t a r e m o s de dar u n a idea á nuestros lectores de la disposición de este precioso i n s t r u m e n t o . Consiste en u n a b o b i n a de hilo delgadísimo al que se h a dado 20,000 circunvoluciones á fin de ofrecer u n a resistencia proporcionada á la del cable. E n su centro tiene u n espejito cóncavo á cuya cara posterior va u n i d a u n a agujita imantada. U n i m á n móvil fija la posicion del espejito y preserva su agujita de la influencia magnética de la tierra. F r e n t e al espejo y á alguna distancia se sitúa u n a pantalla q u e tiene practicada u n a aberturita en su promedio, p o r la cual se proyecta en el espejo u n r a y o l u m i n o s o despedido por u n a lámpara situada detrás de la pantalla. E s t a n d o en reposo el sistema, el r a y o incidente y el r a y o reflejo se c o n f u n d e n , pero apenas oscila el espejo bajo la influencia de la corriente, el destello luminoso se desvia á derecha ó izquierda de la aberturita, y con esto se producen las señales del sistema, pues á las oscilaciones de la luz hácia la derecha, por ejemplo, se las considera rayas, y puntos las de la izquierda, y así se constituye u n s
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alfabeto Morse convencional. Tal es el magnifico galvanómetro reflector de Thomson. Pues bieD, Mr. Warren de la Rué, queriendo calcular por medio de este instrumento la intensidad de las corrientes telefónicas, observó la desviación que imponian al rayo reflejo en la escala graduada que se extiende horizontalmente por ambos lados de la abertura de la pantalla, y comparándola con la oscilación que le acusó un solo elemento Daniel atravesando un circuito completado por un reòstato queaumentaba, graduándola, su resistencia, vino á deducir que la intensidad de las corrientes inducidas generadas en el sistema Bell equivalía à la de un elemento Daniel que atravesara diez millones de kilómetros de hilo telegráfico. Si en presencia de este resultado se tiene en cuenta que por una de las leyes llamadas de Ohm la intensidad de una comente es inversamente proporcional á la longitud del circuito exterior que recorre, fàcilmente se comprenderà cuàn infinitamente débiles han de ser las rapidísimas emisiones del flùido eléctrico que à cada vibración del órgano diafragmàtico se producen en el sistema inductor del teléfono. CAPITULO XVII. La bobina de inducción en el circuito telefónico.—Efectos de inducción.—Ejemplos.—Manera de remediar las influencias perturbadoras.
Precisamente esa misma debilidad tan considerable en las corrientes electrofónicas, su fugacidad (1) y su incesante inversión, parecen ser las mejores garantías de una buena transmisión en el sistema telefónico de Graham Bell, toda vez que, debiendo su origen esas corrientes á las vibraciones repetidas de la membrana tan favorables é idóneas á la reproducción de las que de la voz ésta recibe, han de ser mas aptas que las voltaicas que disminuyen en flexibilidad cuanto ganan en energía. Por lo demás parece fuera de duda que esta última cualidad no es indispensable al perfecto funcionismo del sistema, pues así lo evidencia la naturaleza de algunos de los experimentos que hemos citado. Mas no porque sea natural, ni porque hasta cierto punto pueda explicarse, deja, empero, de ser admirable que corrientes tan mínimas produzcan efectos tan considerables. Esta anomalía, si la hay, tiene indudablemente su origen en las mismas circunstancias que acabamos de poner de relieve, pues naciendo las corrientes telefónicas al compás, por decirlo así, de las vibraciones diafragmáticas, existe un proporcionalismo constante en sus variaciones de intensidad, con perfecta independencia de la resistencia del circuito, lo cual es causa de que sus resultados no sufran al través de este. Muy otras son las consideraciones que cabe hacer tratándose de los sistemas que, como el de Edison ya descrito, se fundan en las variaciones de resistencia de un órgano intercalado en el circuito. Estas variaciones, en efecto, siendo debidas á las diferencias de amplitud de las vibraciones de la placa transmisora, son valores constantes, y por tanto sus efectos solo han de manifestarse en un circuito muy corto, lo cual redunda en desventaja del sistema. Para obviar este inconveniente se ha apelado á un recurso que, asimilando en cierto modo el sistema al de Graham Bell, hale -concedido sobre este una superioridad á que por su escueto organismo el instrumento del físico escocés no llegara. Tal ha sido la introducción en el circuito de la estación transmi(1) Según experimentos de Mr. Blaserna, citado por Du Moncel, la duración de cada una de esas emisiones no excede de l^soo de segundo.
I DE T R I L L A Y S E R R A .
sora de una bobina Ruhmkorff. De esta manera invadiendo las corrientes de variable resistencia propias del sistema el hilo inductor ó primario de la bobina, determinan en el segundo circuito de esta corrientes inducidas, las cuales penetrando en la línea ponen en movimiento el teléfono receptor. Desde luego la considerable tensión que va unida á estas corrientes inducidas es por todo extremo favorable á una excelente comunicación telefónica, pero existo además otra circunstancia ventajosa que explica la mayor intensidad de los sonidos acusados por el receptor. Veamos cómo la explica Mr. Niaudet en su excelente obra tantas veces citada: «Supongamos que una corriente de intensidad variable circula por el hilo inductor de una bobina Ruhmkorff. Sus variaciones determinan corrientes de inducción positivas ó negativas según se verifiquen en sentido de aumento ó de disminución. Pero las diferencias de potencial son mucho mayores en el hilo inducido que en el inductor, y como por otra parte la resistencia del circuito está fijada, resulta que las variaciones de intensidad tanto mas se acentúan cuanto mas notables sean las variaciones en la potencial. Por último, como los movimientos de la membrana del receptor resultan mas intensos á medida que crecen las variaciones de intensidad, sus sonidos habrán de ser también mas amplificados, y esto es debido á la interposición de la bobina Ruhmkorff (1).» De cuanto llevamos dicho hasta el presente, del exámen que hicimos en su lugar del funcionismo del aparato Bell se deduce claramente que todo el secreto de la electrofonía descansa precisamente en los fenómenos de la inducción. Ahora vamos á ver cómo esos mismos fenómenos, sin los cuales la telefonía no existiría son al par una causa de perturbación cuando se producen en otro sentido. Está reconocido que la extremada sensibilidad de la membrana del teléfono, ó si se quiere del sistema mismo, es justamente su mayor defecto cuando se establece una comunicación electrofónica en las circunstancias ordinarias que se emplean para la telegráfica. En efecto; si una corriente tan mínima como la que hemos visto, bastaba á producir los efectos de imantación y desimantacion de la membrana á larga distancia, ya se comprenderá que habrán de bastar corrientes muy débiles también para destruir, ó mejor para perturbar aquellos efectos. Nos explicaremos ; cuando se coloca dos hilos á corta distancia uno de otro se desarrolla en ellos el fenómeno de la inducción, es decir, que la electricidad de uno hace sentir sus efectos, electriza el otro á través del aire ambiente que los separa; esta acción inductora es recíproca y se traduce por la intrusión, digámoslo así, de corrientes extrañas en el circuito, las cuales son ó dejan de ser manifiestas y perturbadoras según el grado de sensibilidad de los instrumentos que constituyen el sistema y en los cuales aquellas corrientes hayan de acusarse. Corno esta sensibilidad es máxima en el teléfono, ya se deja comprender cuán manifiesta ha de ser en él la inducción de las corrientes vecinas. Este fenómeno se reveló bajo sus caracteres mas complexos desde los primeros experimentos de mister Graham Bell; y aunque entonces y despues las causas de perturbación á que aludimos hayan venido sustrayéndose en gran parte al análisis experimental de los sabios, algo se ha adelantado ya en su reconocimiento y en los medios á que se puede apelar para desterrarlas. Algunos ejemplos citados en varios autores y fáciles de observar en cualquier línea no aislada, (1) Telephones et Fonographes, p. 126 y 127.
EL TELÉFONO, EL MICRíí 0 X 0 T EL FONÓGRAFO.
darán una idea clara de la naturaleza de esas causas de perturbación. En el Télégraphie Journal del 15 de junio de 1878, se referia que en un concierto telefónico transmitido desde Bnlfalo à Nueva Yorck, fueron oidos los cantores en una oficina particular no situada en el circuito por el que se operaba la transmisión. El suceso causó sensación y se trató de averiguar las causas de aquella audición trascendental. Recorrióse la línea y se vió que esta en un punto de su recorrido se aproximaba à otro circuito que iba á parar à la oficina cuyos empleados participaron gratis del placer y la sorpresa de una función celebrada à muchas leguas de distancia, merced al fenómeno de la inducción que la proximidad de los dos alambres despertaba. El hecho siguiente es muy conocido en Francia. En la escuela de artillería de Clermont y en calidad de ensayo, establecióse una comunicación telefónica quo unia dicha escuela con el campo de tiro distante unos catorce kilómetros. Una comunicación análoga se estableció poco despues entre el observatorio de Clermont y el de Puy-deDôme que distan entre si unos 15 kilómetros. Ahora bien, estos dos hilos on un trayecto de 10 kilómetros están colocados en los mismos postes al lado de otro conductor telegráfico, y además en un espacio muy corto, el de 300 metros, estos tres conductores se confunden con los de una línea general que consta de siete hilos. La distancia reglamentaria que separa en Francia un conductor de otro suele ser de 85 centímetros. Pues bien, estando en esta disposición las dos comunicaciones telegráficas, se observó lo siguiente: E n el teléfono de la escuela se hacían perfectamente perceptibles al oido las señales Morse que pasaban por los hilos telegráficos. Un telegrafista medianamente experto podia sorprender todos los despachos transmitidos por aquel medio. Esta audición no impedia, por lo demás, comprender las palabras pronunciadas en el teléfono del polígono militar, en el cual à su vez so observaba igual fenómeno. Estos efectos de inducción hacíanse extensivos à los dos observatorios desde los cuales se oia, además, por medio de los respectivos teléfonos las órdenes militares que cruzaban por el conductor telefónico vecino, así como en la escuela y en el campo de tiro se entendían perfectamente las observaciones meteorológicas y los diálogos entre los observatorios. Por último podían hablarse cómodamente entre si los de la escuela ó el campo de tiro con los observatorios, tanto casi como si las cuatro estaciones estuvieran situadas dentro de un mismo circuito. Los únicos que en el caso que citamos y en todos los análogos permanecían extraños à estos efectos de inducción eran los funcionarios del servicio telegráfico, cuyos aparatos son insensibles à las corrientes telefónicas. E n estos dos casos de múltiple comunicación manifiéstase de una manera visible la inducción que entre sí ejercen los hilos recorridos por una corriente y situados à cierta distancia unos de otros. Los postes que sustentan los hilos telegráficos son, no obstante todos los esfuerzos que en evitarlo se ponga, una causa perenne de derivación ó desviación á la tierra de la corriente que circula por el hilo. Y si esta derivación se observa en las líneas ordinarias servidas por un agente ejectro-motor tan enérgico como el que suministra la pila, i con cuánta mayor razón no se observará en las comunicaciones telefónicas cuyas corrientes de inducción por su naturaleza débiles y dotadas de mucha tension tanto han de procurar sustraerse, además, à la resistencia que les opone la escasa conductibilidad de la atmósfera que viene à hacer las veces de medio aislador?
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« No son, dice Mr. Zetche que estudió este problema, no son las resistencias de los hilos, sino las derivaciones de la corriente á lo largo de los postes lo que constituye un grave obstáculo para las comunicaciones telefónicas al través de hilos aéreos de mucho desarrollo, de lo cual me han suministrado la prueba los siguientes experimentos. Habiendo empalmado la linea telegráfica que va de Dresde á Chemnitz á una de las líneas de Chemnitz á Leipzig (87 kilómetros) obtuve un circuito total de 167 kilómetros que por sus dos extremos comunicaba con latierra. Dresde y Leipzig no se entendieron, al paso que Dresde y Chemnitz si, ápesardela mayor distancia que las separa. Mandé quitar la comunicación á tierra primero á Leipzig y despues á Leipzig y á Dresde simultáneamente, y en estas alternativas observé lo siguiente: Con el aislamiento en Leipzig solamente, las estaciones de Dresde, Riesa y Wurzen funcionaron perfectamente; pero con aislamiento en los dos extremos, esas dos últimas estaciones se enteudieron perfectamente, aunque la intermedia entre ellas dijo quo entendía á Wurzen, mejor de lo que esta entendía á Riesa. En uno y otro caso de aislamiento, se observaban en el hilo las transmisiones que circulaban por los hilos paralelos al de prueba. Ahora bien, como Wurzen dista solo 20 kil. de Leipzig y Riesa 40 kil. de Dresde y hay por tanto en este segundo trayecto doble número de postes que ofrecen á la corriente una derivación á tierra, he creído quo podia explicarse por estas derivaciones la posibilidad de funcionar en una línea aislada, asi como la mayor claridad en los sonidos recibidos en Riesa, por la mayor iutensidad de la corriente que aun permanecía en la línea.» liemos examinado ya dos causas de perturbación en las comunicaciones telefónicas. La inducción directa y que podríamos llamar paralela entre dos hilos colgados en los mismos apoyos y la pérdida por derivación de la corriente á tierra, operada por medio déla conductibilidad de postes y aisladores. Pero, ¿quérelaciondeperturbación,quéinlluencia corresponde á la confusion, al cruce como se dice en el tecnicismo telegráfico entre las diferentes derivaciones que seproducen en el mismo poste? Evidentemente las tres causas se hallan confundidas en los casos que hemos examinado, v solo será fácil determinar el límite de alteración que corresponda á cada una do ellas, cuando se comparen entre sí conductores paralelos no situados en los mismos postes. Verdad es que también en este caso se tropieza con otra inlluencia perturbadora, la cual manifestándose con los mismos caracteres puede muy bien hallarse involucrada en todos los fenómenos quo hemos señalado. Tal es la inducción por medio de la tierra. «En el instituto do Clermont, dice Mr. Izarn, citado por du Moncel, coloqué un teléfono en u n hilo único de unos cincuenta metros de longitud cuyos extremos toman tierra en dos aparatos de gas enlazados á las cañerías que penetran en aquella. Aplicando el oido al teléfono oigo la transmisión Morse que se produc9 en la estación telegráfica de Clermont, ó bien las palabras que se cambian entre la escuela de artillería y el polígono. Sin embargo, mi teléfono tiene completa independencia con los hilos por donde circulan esas corrientes, pero como las planchas de tierra que tienen la estación y la escuela no distan mucho de las cañerías de gas, no es dudoso que el fenómeno es debido á una derivación de las corrientes por conducto de la tierra quo une las planchas de tierra respectivas. » Además de todos estos obstáculos que entorpecen la comunicación telefónica y que mermando I considerablemente la corriente de suyo tan mí-
inm«™ Y* SERRA — , , BIBLIOTECA 1LDSTRADA DE TRILLA 40 también en gran parte las derivaciones,á nima prueban el grado extraordinario de sensibi- evitan tierra tan nocivas según hemos visto á una lidad de que se halla dotado el sistema, existen labuena y por tanto se utihzan en otros puramente accidentales , cuya presencia se cuanto comunicación, cabe los beneficios de una corriente suhace sensible en las transmisiones telefónicas bajo tilísima en la estación receptora. „„„„formas muy complexas. Pertenecen á este numeUn cabio conteniendo estos dos hilos convero las corrientes atmosféricas, las de aire que de nientemente aislados, parece ofrecer las mayores una manera mecánica suelen propagarse en la garantías de integridad posible para la corriente línea y acusa el teléfono por un zumbido muy del sistema; mas no es conveniente que aquel singular, la acción del magnetismo terrestre, ciermas de dos hilos, pues de otro modo tos efectos termo-eléctricos que se producen en el contenga con todo su séquito de efectos electro-estácircuito, y aveces hidro-eléctricos, pero que en acuden los mismos inconvenientes de que hemos todos casos determinan corrientes cuya influencia ticos, hablado al ocuparnos de los cables submarinos. se traduce por sonidos mas ó menos intermitentes en las membranas de los teléfonos. Estos soCAPITULO XVIII. nidos varian según la naturaleza de la causa inductora. Asi, por ejemplo, según Mr. Preece, el APLICACIONES. ruido producido por las corrientes telúricas tiene mucha semejanza con el de una cascada. Las desIdeas generales.—La telefonía en España. cargas de la electricidad atmosférica, aun distancio la tormenta, determinan un sonido séco según la Con lo que llevamos dicho, despues de haber intensidad de la descarga, y si esta es difusa y se puesto de relieve las ventajas y los inconvenienproduce cerca, entonces el ruido afecta el chirrido tes de que en la práctica principalmente adolece el de una gota de metal en fusión al caer en el agua; teléfono, casi es inútil que encarezcamos su incade todos modos parece que el ruido precede á la pacidad para reemplazar sistema telegráfico aparición del rayo, lo cual prueba que las descar- á ninguno de los que en elcomo dia se conocen. Congas eléctricas de la atmósfera solo se manifiestan densaremos, no obstante, los notables obstras de una perturbación eléctrica ocurrida en el táculos que á esa sustitución semas oponen. aire (1). En primer lugar las comunicaciones telefónicas Cuando las causas de perturbación son tan va- carecen la comprobacion tan necesaria en el riadas, aunque acaso se refieran todas á un solo servicio depúblico como garantía de exactitud y efiorigen, y cuando sobre ser variadas resultan de cacia en un trabajo tan sujeto á errores y perturdifícilapreciacion, parece excusado decir cuan poco baciones. El planteamiento de una red telefónica, fácil habrá de resultar la elección de los medios en segundo lugar, resultará muy caro, no obstante de evitarlas. Los que á este objeto se ha,n pro- la extraordinaria sencillez del sistema, cuanpuesto parten á nuestro juicio de un principio er- to exigiría el establecimiento de dobles por róneo, cual es el de exigir á la electrofonia un li- res aéreos ó bien de cables de dos hilos, conductoen numemite de poder contrario á su naturaleza. Enhora- ro igual al de los aparatos puestos en servicio; buena que bajo el punto de vista científico se pro- finalmente resultarían mas lentas las transmisio-y cure la mayor dilatación posible de la esfera de nes, vicio capital que, por sí solo, envuelve la su acción, mas acrecer esta á costa de la sencillez esterilidad del sistema como medio práctico y de y economía propias del sistema, cuando para una aplicación en el servicio del Estado. comunicación trascendental y á largas distancias A pesar de estos defectos cuya sola enunciación existen otros sistemas sancionados por la expepara confirmar el juicio que hemos emitido, riencia cotidiana de una superioridad incontesta- basta ha hecho por el Gobierno aleman un ensayo ble, es arrancar al teléfono tal cual hoy le posee- se algunas de sus lineas, del cual no conocemos, mos del campo de sus genuinas aplicaciones, para en honor de la verdad, los resultados. Lleva conconcederle un alcance siempre dudoso, caro, y en sigo el sistema telefónico una ventaja que en mas que práctico especulativo. En realidad no es cualquier caso es inapreciable, pero que al esta una razón para desdeñar las tentativas que tratarse deotro su aplicación á la red telegráfica genepara otorgarle aquella capacidad se han investi- ral de un país se hace completamente gado, máxime cuando entre las tinieblas que ro- Tal es la aptitud de que está dotado todoirrisoria. mundean los fenómenos cuyos mas visibles efectos do para manejarlo sin previa y especial eleducahemos señalado, pueden encerrarse no pocos pro- ción. Ya se comprenderá que la superfluidad que blemas que acaso á la electrofonia sea dado resol- gracias á esta circunstancia debería resultar del ver, y cuando, además, por el camino de las lucu- personal numeroso de que hoy necesita rodearse braciones y de los ensayos infructuosos se llega la administración para el servicio de sus lineas, tarde ó temprano al descubrimiento de nuevas en la práctica no subsistiría , porque cualesquieverdades cuya posesión á las veces ni fue sonada. ra que fueren las condiciones de idoneidad que caso se le exigiera, su intervención en las Entre los procedimientos que para los fines de en aquelseria asimismo indispensable, so pena de un buen aislamiento se han ideado, existe uno al oficinas el absurdo de entregar las lineas al primero cual hemos hecho alusión, que si no sustrae por admitir se presentara, pasando por encima de todas completo el circuito electrofónico á las influencias que conveniencias de reserva y discreción que extrañas que le turban, remedia en gran parte sus las la naturaleza del servicio telegráfico. Mas inconvenientes. De ese, pues, vamos á ocuparnos exige esta hipótesis fuera admisible, es decir, si la secon preferencia por ser el mas práctico y el mas sicularización, así, de las líneas llegara económico de cuantos se han propuesto. A estas hasta el puntodigámoslo de que cada cual pudiera expedir cualidades reúne además la sencillez. Consiste el sus propias comunicaciones, siempre se tropezaprocedimiento en sustituir á las dos planchas de con un nuevo inconveniente, cual es el de que comunicación con la tierra un doble circuito, en ría preceder un aviso del expedidor al destila forma que al describir el aparato hemos indica- debería para concurrir en hora que la adminisdo, pues de este modo los efectos de inducción que natario ó las necesidades del mismo servicio fijase experimentan en cada hilo quedan neutraliza- tración que implicaría por de pronto un camdos por la reciprocidad de la acción que entre sí rían,deaviso telégramas preliminares, en lo cual se inse ejercen, ó bien, para que este medio sea eficaz, bio un tiempo mas que sobrado para la transse requiere que los dos conductores gemelos es- vertiría misma del despacho por los procedimientén muy inmediatos y separados de los demás misión por la mayor distancia posible. Por este medio se tos hoy existentes. Hay, pues, que desechar este medio como emba (i) Mr. duMoncel.—Le Telephone, p. 225.
EL
TELÉFONO,
4t FONOGRAFO. son siempre muy difíciles sobre todo en pueblos como el nuestro en que los hábitos de asociación han echado tan escasos medros; mas fácil es introducirlas por decirlo así en el hogar, y bajo este único concepto es como hemos visto del teléfono algunas aplicaciones. Mayores serán sin duda cuando se venza la rutina y la inveterada prevención que por todo lo nuevo se experimenta, pues solo entonces se comprenderán los beneficios que el industrial, el banquero ó el comerciante reportarían si á los medios lentos y perezosos de comunicación de que hoy disponen sustituyeran el teléfono quelespondriaen inmediata y constante comunicación, al fabricante con su depósito ó su fábrica y aun con todas las dependencias de esta hasta la última do las cuales podría en cierto modo llevar su vigilancia; al banquero con sus agentes, ó con las dependencias desu propia oficina, y al comerciante con su almacén y hasta con el mercado del cual recibiría las transacciones y fluctuaciones, sin desatender las necesidades de su despacho, al cual alluirian además por un medio análogo las noticias de sus corresponsales y las alteraciones de los mercados extraños que la administración se encargaría de comunicar. En mas vasta escala pueden hallarse aplicaciones para el teléfono con solo tender la vista por el mapa de nuestras comunicaciones telegráficas. El número de poblaciones que disfruta de los beneficios del telégrafo en España es vergonzosamente escaso, y no hay que culpar en absoluto á la Administración de semejante falta, cuando en virtud do no haberse podido conciliar la penuria del Erario con los deberes quo su misión tutelar le impone, brindó á los pueblos con la creación do Estaciones á condicion de que sufragaran los gastos de local y montaje del ramal que tal vez fuere preciso establecer para unirlos á la red general. Debemos suponer que han sido muy escasos los municipios que han sentido la necesidad de procurar este elemento de progreso á sus administrados, cuando sin alejar mucho la vista de Barcelona tropezamos con un cerco do grandes núcleos de poblacion qunse hallan perfectamente bien sin este beneficio. El teléfono podría permitir al Estado el ejercicio de aquel sagrado deber que su misión elevadísima le impone, y que en parte le hemos visto declinar en los pueblos, facilitando á estos por los medios morales y materiales que están en su mano el establecimiento de líneas telefónicas. Estas líneas, mediante un insignificante aumento en su retribución, podrían estar servidas por alguno de los funcionarios que en todos ellos existen; así se podrían formar redes parciales que confluyeran á alguna de las Estaciones del circuito general. El servicio de semáforos en España, punto menos que desconocido, seria realizable por esto medio económico que evita la aplicación de un personal doble en tan necesarios establecimientos; por medio del teléfono se podría también evitar el triste aislamiento en que hoy vegetan los mas de los empleados encargados del servicio de los faros. Terribles huracanes azotan las costas del Cantábrico ; sus espantosos ciclones diezman la poblacion heroica y laboriosa que en lucha abierta, titánica, con el mar, busca y arranca de su seno fecundo el rico manjar que se ostenta en nuestras mesas. La ciencia prevé aquellas catástrofes, la ciencia ha procurado los medios de anunciarlas á los mas remotos confines del universo con una velocidad que centuplica la velocidad del huracan. Mas ¿qué se ha hecho en España para que las proféticas, exactas previsiones que se reciben de las remotas montañas Pedregosas lleguen á evitar las espantosas catástrofes que devoran en un momento la poblacion viril de muchas poblaciones y sumen en el dolor y el desamparo á cente-
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razoso y lento cuando se trata del servicio de las grandes líneas, y buscar al teléfono aplicaciones mas adecuadas á su organismo y capacidad. Por fortuna estas aplicaciones son variadísimas y tanto como vanadas importantes, pues aparte los beneficios que la ciencia puede reportar del auxilio de un instrumento cuya sensibilidad es asombrosa, en el orden de las necesidades simpre crecientes de nuestro estado social, su propia sencillez, permitiendo al sistema una ilimitada vulgarización, le abre un campo vastísimo en que las comunicaciones menudas, intimas y secundarias si se quiere, que por su medio podrán establecerse, serán un digno, un necesario complemento de los demás medios cuyo uso se halla hoy relativamente circunscrito. En España, por desgracia, apenas si concebimos la necesidad de esa ampliación. Desconocido por completo el servicio telegráfico urbano que con mayores ó menores restricciones es de uso común en todas las grandes ciudades del extranjero, ni por la prensa ni por las colectividades comerciales poderosas, ya que no por los individuos, se hace el menor esfuerzo de propaganda ó de iniciativa y aplicación para llegar á la divulgación y goce individual de los beneficios que una aplicación latísima de la telegrafía permiten á cuantos saben practicar la máxima inglesa: Time is money. La telefonía podría llenar este vacío en nuestro país, iniciando una práctica que es fuente de bienestar, prosperidad y progreso en los pueblos mas adelantados del antiguo y el viejo mundo. Importa para esto que desaparezcan de nuestra legislación ciertas ideas de desconfianza y recelo que ahogan la escasa iniciativa industrial y mercantil de que los españoles nos hallamos dotados, aunque, seguros estamos de ello, aquel criterio estrecho se relajaría en esta como en otras muchas cosas, si en vez de fiarlo todo á la previsión siempre remisa y perezosa del Estado , buscáramos en nuestra propia actividad la manera de hacer inútiles gran parte de esas eternas y clásicas acusaciones que al poder público dirigimos, y con las cuales, en el fondo, mas que de dar una prueba de constreñida actividad, tratamos de cohonestar nuestra pereza. Digamos algo de algunas de las aplicaciones que para el teléfono concebimos. Por servicio urbano entendemos una suma de funciones muy complexas, las mas de las cuales la necesidad y la costumbre crearían. La administración municipal do las capitales podría, por ejemplo, enlazar las oficinas, puestos de reten, y servicio contra incendios y casas de socorro establecidas en los barrios ó distritos de las mismas, por medio de una comunicación fácil, que ningún gasto de entretenimiento le exigiría. La administración pública podría crear y concentrar en sus oficinas una red particular cuyo objeto sería la transmisión á las redacciones de los periódicos y á los despachos de los comerciantes y banqueros que la desearan, de ciertas comunicaciones de interés general, así como la de los despachos particulares que de las líneas se recibieran para aquellos. Podría establecerse, como mira industrial, un servicio general de avisos para casos de alarma, incendio y para otras mil necesidades, cuyo servicio seria extensivo á cuantos, mediante uuasubvencion determinada, tuvieran sus habitaciones ó establecimientos enlazados con oficinas centrales encargadas de despachar las comisiones que recibieran y de procurar los medios de acudir á los casos fortuitos que de cualquier punto del circuito se les participaran. Estas innovaciones que requieren el concurso del Estado, del municipio ó de la colectividad
BIBLIOTECA ILUSTRADA Í2 nares de familias? Poco ó nada. Existen en San Fernando y en Madrid Observatorios astronómicos servidos por algunos sabios oscuros y modestísimos á quienes el olvido de nuestra Administración tiene reducidos á la mas triste impotencia. Sus observaciones meteorológicas y las que del extranjero reciben cruzan con relativa velocidad por entre los escollos y bajíos de nuestro servicio telegráfico. Llegan á los puertos principales de la Península.... y nada mas. ¿ De que utilidad puede servir á los pescadores de la dilatada costa cantábrica que el capitan de puerto de Santander ó Bilbao conozca los probables movimientos de la columna barométrica? ¿Ni que medios se han puesto en poder de estos para anunciar á los primeros el riesgo que deben prevenir? Hoy dia, sin embargo, uno de estos medios los procura el teléfono. Un hilo que recorriera la costa y que sin gasto alguno los mismos pueblos servirían, permitirla á las capitanías denlos puertos secundar la misión humanitaria que u n periódico americano, el New York Herald, digno por cierto de merecer el cetro intelectual que la prensa reivindica, ha abrazado, creando en el corazon del continente americano en las encumbradas montañas Pedregosas, el Observatorio mas completo que hayan podido fundar los Estados.
DE TRILLA T SERRA
Desde el experimento memorable de Galvani que dió por resultado el descubrimiento de la electricidad en movimiento ó dinámica, y sugirió los primeros principios que habian de servirá v olta para el de la pila, se sabe que las ranas, momentos despues de morir, constituyen el mas excelente de los electróscopos, ó sea de los instrumentos que sirven para acusar la presencia de la electricidad por escasa que esta sea, en el estado libre. Mr. de Arsonval queriendo medir la sensibilidad del teléfono ante la influencia de la corriente, tuvo la idea de compararlo experimentalmente al nervio ciático de la rana, tetamzado, es decir puesto en convulsión eléctricamente, empleando para ello el aparato de inducción de Mr. Dubois-Raymon cuyas dos bobinas, la inductora y la inducida, pueden separarse á voluntad sin dejar de permanecer en circuito, con objeto de limitar arbitrariamente la intensidad de la corriente inducida. El experimento comparativo consistio en 10 siguiente: , , Situó la pata galvanoscópica ante el aparato, y despues de haberla tetanizado fué alejando paulatinamente la bobina inductora, hasta que la intensidad de la corriente inducida perdió toda su acción eléctrica en aquella. Entonces reemplazó el cuerpo galvanoscópico por un teléfono, y los efectos de la inducción reaparecieron, prolongánCAPITULO XIX. dose aun despues de haber alejado la bobina inductora á una distancia quince veces mayor dd la Aplicación á los t r a b a j o s on l a s m i n a s y en el fondo del m a r . requerida para obtener el mínimum de excitación —El teléfono órgano galvanosedpico. del nervio. De modo, pues, dice Mr. de Arsonval, que si se admite la ley de los cuadrados inversos Si la aplicación que acabamos de sugerir es hupara los efectos delainduccion, como la admitimos manitaria, no lo son menos ciertamente algunas para los efectos de la electrización á distancia, reotras que desde el principio del descubrimiento de sultará que el teléfono es por lo menos doscientas la electrofonia se han venido señalando como haveces mas sensible que el nervio de la rana. cederas ó iniciado como prácticas y realizables. Este experimento de Mr. Arsonval ha sido conAl número de estas últimas pertenece la que firmado por otro de Mr. Eick, quien en sus intiene por objeto poner á cubierto en cuanto cabe vestigaciones fisiológicas, vino á parar á igual la existencia de los mineros de las terribles exresultado aunque procediendo con la rana de una plosiones que en lo profundo de las galenas se manera casi inversa de la que hemos descrito. producen. Al efecto se establece u n circuito, uno Mr Eick situó el nervio ciático en el circuito de de cuyos extremos va á parar al fondo de la mina un teléfono, é impresionando la membrana de este y termina en la vecindad de u n a rueda movida prepor medio de la voz observó las contracciones de cisamente por el aire mismo que se introduce aquel si bien eran mas ó menos intensas según para la ventilación. Como quiera que el extremo la naturaleza de las palabras pronunciadas. Así, opuesto se halla situado en el despacho misino por ejemplo, observó que las vocales a, e, i apenas del ingeniero director, este conoce por las vibradeterminaban efecto alguno contráctil, en tanto ciones provocadas en la membrana de su telefono, que la o y sobre todo la u los producían m u y que la rueda gira y despierta vibraciones en el acentuados (1). teléfono de la mina, sin las cuales el suyo no viPero aun hay mas; el antes citado Mr. de Aibraría ; esto supone que se opera la ventilación. sonval ha logrado evidenciar por medio del teleAsí pues, la menor interrupción, el menor accidente qu e la suspenda es acusado instantáneamen- fono la corriente propia de la rana, ó sea la que se produce entre dos partes de un músculo cuando te en el exterior. Otro circuito general en derivase tetaniza el nervio que va á parar á él. Esta, corción con las distintas galerías permite establecer riente se consigue excitando el nervio mediante la necesaria comunicación entre todas sus depenmuy leves sacudidas inductoras, tras de las cuales dencias y el trueque de avisos y órdenes referensigue la convulsión del músculo y la aparición de tes á la explotación. Ya se supondrá que cualla corriente propia. Esta es intermitente y obra quier minero sirve para establecer esta corresdirectamente en el teléfono, en cuya membrana pondencia. Esta aplicación es muy común en despierta sonidos (2). América v en Inglaterra. Resulta, pues, de cuanto llevamos dicho, que es El servicio de los buzos, aun de los que peneel teléfono mejor galvanóscopo que la rana, así tran en el mar provistos de escafandra, es pelicomo también es esta mas impresionable á las grosísimo. Su comunicación con el buque desde corrientes que el mas sensible de los galvanómeel cual se sumergen, quedaba interrumpida, no tros; y siendo esto así, ya se comprenderá cuáles habiendo mas lazo de unión que la cuerda con que lo descienden y lo izan y el conducto tubu- serán las ventajas que bajo el punto de vista de su sensibilidad podrán obtenerse de la aplicación lar por el cual se renueva una escuálida provision del teléfono á los usos hoy privativos del galvade aire. Hoy á estos medios puede añadirse el nómetro. . teléfono que sirve al buzo para entretener una Precisamente con la mira de realizar esta susconstante comunicación con los de á bordo y potitución fueron en parte verificadas aquellas nerse en franquía ante cualquier peligro. El apapruebas, pero se tropezaba desde luego con una rato puede formar parte del casco del escafandra, dificultad que amenazaba esterilizar la superior situándolo á u n lado para que la audición sea constante y permanezca menos expuesto a las (1) Du Moncel.—Le Teleplione, p . 159 y sig. impresiones involuntarias que el buzo podría co(2) Niaudet.—Telephones et Fonographes, p. 71. municarle.
EL TELÉFONO, EL MICRÍ FONO Y EL FONÓGRAFO.
sensibilidad que el teléfono ofrecía. E l galvanómetro mide la intensidad y acusa juntamente la dirección de las corrientes que recorren su circuito, mientras que el teléfono no puede llenar n i n g u n a de estas dos funciones. Esta incapacidad, sin embargo, no es absoluta; y mientras las infatigables investigaciones de los sabios hallan la manera do remediarla, se han observado algunos casos en que una discreta interpretación de la variable intensidad de los sonidos basta para determinar la primera de aquellas dos circunstancias. « E n todas las mediciones eléctricas, dice Mr. N i a u d e t , en que se emplea alguno de loa métodos llamados de reducción á cero, el puente de Wheastone, por ejemplo, el teléfono sustituirá sin sensible desventaja cualquier galvanómetro de excesiva sensibilidad. E n efecto, al aproximarse á cero, el sonido del teléfono baja, baja gradualmente hasta dejar de ser perceptible; y si se rebasa el punto de equilibrio, reaparece el sonido telefónico (1).» A l g u n a s otras ventajas además de su sensibilidad tiene el teléfono sobre el galvanómetro, y estas son principalmente su baratura, su extremada sencillez, la ninguna precaución que exige en su uso contra los nimios cuidados que el galvanómetro reclama, y la facilidad de ser transportado y aplicado alli donde, como por ejemplo en buques y en construcciones en que el hierro se ostenta en masas perturbadoras, aquel requiere una disposición especial y estar rodeado de todos los medios posibles de aislamiento. Otro de sus inconvenientes que hemos reservado para el último se halla y a satisfactoriamente subsanado. E l teléfono solo acusa las corrientes de inversión ó bien las interrumpidas. A primera vista esto podia parecer un motivo de incapácidad cuando se quisiera echar mano de él para averiguar si existia ó no alguna corriente en un circuito. L a idea ocurrió de que bastaba producir interrupciones rápidas en este para que la corriente, si realmente existia, se acusara en los sonidos del teléfono, y la prueba que de esta aplicación se hizo, surtió los mejores resultados. F a l t a b a empero disponer de un mecanismo interruptor que produjera con regularidad las soluciones de continuidad que se verificaban en el circuito acercando y separando con la mano dos extremos de él, y este mecanismo lo sugirió el y a citado Mr. Arsonval por un procedimiento m u y sencillo. Coloca un diapasón templado para producir 100 vibraciones dobles en frente de un electro-iman situado dentro del circuito, igualmente que este. A cada vibración que se produce en el diapasón se interrumpe el circuito, de modo que si la corriente que se busca se halla en él, el teléfono vibra al unísono con el interruptor, c u y o movimiento vibratorio se halla entonces sostenido precisamente por la influencia de la misma corriente en el electro-iman. L a introducción del teléfono en el circuito que se desea reconocer, y a se comprenderá que no es absolutamente indispensable, si se recuerdan los efectos de la inducción que dejamos consignados. Basta, en efecto, situar un circuito paralelo á aquel, introducir en él el telefono galvanoscópico y producir como en el caso anterior las interrupciones en el hilo mismo c u y o estado se quiere determinar. Con este procedimiento es recomendable trazar un número determinado de circunvoluciones de entrambos hilos paralelos en torno de una bobina, provista de un núcleo magnético si se desea aumentar los efectos de inducción que determina la existencia de la corriente que se busca á cada una de sus interrupciones. L a duración de la trayectoria de un proyectil ha (1)
Mr. N i a u d e t . — T e l e p h o n e s et F o n o g r a p h e s , p. 68.
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venido calculándose hasta el presente á favor de la observación visual de la llama que se produce simultáneamente con la salida de aquel. El tiempo transcurrido entre aquella aparición y la caida de la bala, y el espacio comprendido entre esta y el cañón eran los factores del problema c u y o resultado daba la velocidad del proyectil. Este procedimiento, no siempre exacto y expedito en los disparos á larga distancia, parece que podrá ser ventajosamente reemplazado por el uso del teléfono. E n un experimento verificado en la playa de Bolonia (Francia) colocóse un teléfono j u n t o á la pieza de prueba. A l producirse el disparo el teléfono transmitió la detonación en otro aparato situado á tres kilómetros de distancia, es decir en el punto de caida del proyectil. C o m o la vibración fué instantánea con la salida de este y ninguna influencia atmosférica podia turbar su p r o pagación, de ahi que resultara una constante y matemática exactitud en ol cálculo de la velocidad de aquel. C A P I T U L O XX. Aplicación al arto ilo la g u e r r a . — L a b a t a l l a de A l c o l e a . — Una heroína.
Con un ardor que es de lamentar no se invierta en mas humanas aplicaciones, los gobiernos de los priucipalos Estados de Europa han dispuesto el ensayo del teléfono como elemento auxiliar aplicado á los servicios militares. L a telegrafía militar ha sido y sigue siendo un problema de no m u y fácil resolución. L a s necesidades de la guerra á las que principalmente ha de aplicarse cuanto so conexione con aquel servicio, son m u y complexas, y la telegrafía no permite la movilidad ni la facilidad en la instalación mas que dentro de limites bastante restringidos. Ello, no obstante, la telegrafía aplicada á los actos destructores de la guorra como al fomento de los bienes de la paz, es siempre un elemento poderosísimo de fuerza y poder para quien sepa utilizarla convenientemente. Por esto los militares se han preocupado tanto por que este eficacísimo medio de comunicación llegara á ser susceptible de la mas lata aplicación á las necesidades de un ejército en campaña, y por esto se han ensayado tantos procedimientos á cual mas sencillo é ingenioso, quo si 110 han resuelto el problema de una manera completa, permiten en cambio, en cuanto á la naturaleza del medio es dable, subvenir á las mas apremiantes de aquellas necesidades. Hase tropezado constantemente con u n obstáculo en torno del cual han girado todas las modificaciones y simplificaciones: con la necesidad de un tendido preliminar de los conductores eléctricos, sea en línea aérea, sea en forma do cable. Esta necesidad es de tal naturaleza en campaña por lo que supone pérdida de tiempo y exigencia de seguridad en el espacio por el cual ha de correr la línea, que sin contar con estos dos elementos todo auxilio de la telegrafía es punto menos que irrisorio, es embarazoso. D o s sistemas de telegrafía conocemos c u y a discreta combinación con el eléctrico podría acaso permitir u n a completa aplicación. Estos dos sistemas c u y a bondad ó c u y a limitación no son de este lugar, consisten en una modificación do la telegrafía óptica de señales, y en el sistema de reflexión de la luz solar por medio de espejos situados en los puntos que se desee poner en comunicación (1).
(1) P r e c i s a m e n t e despues do escritas e s t a s l i n e a s h a l l e gado á nuestras manos un periódico e x t r a n j e r o en ol c u a l so refiere, en una correspondencia f e c h a d a en el Cabo de B u e n a E s p e r a n z a , que ese medio de comunicación a c a b a de obtener una completa y útil sanción p r á c t i c a , permitiendo establecer inteligencias entre el coronel i n g l é s P e a r s o n sitiado por los
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La telefonía, como sistema eléctrico, exige al igual que la telegrafía propiamente dicha, la indispensable propagación del agente motor que la anima al través de un cuerpo conductor, y esta circunstancia que la expone á todos los inconvenientes de aquella, apenas si es compensada por la suma facilidad de su manejo, por cuanto esta no la juzgamos necesaria, cuando hay medios de emplear aparatos como, el parlante del sistema Morse, que á una extraordinaria sencillez, reúne la ventaja de una mayor sonoridad. En su reciente campaña contra los turcos, los ejércitos del Czar han hecho el primer ensayo de la telefonía. El cable que formaban los hilos era tan ligero que cada individuo podia tender de cuatrocientos á quinientos metros. Es indudable que de esta manera era fácil establecer , con relativa prontitud, una comunicación entre los distintos cuerpos de ejército y el cuartel general, asi como entre este y la última base del ejército. Dadas estas condiciones la telegrafía eléctrica hubiera llenado el mismo servicio. Pero llegaba'el caso de emplear el teléfono, y el ruido ambiente ó la fuerza del viento eran tan intensos que todos los embozos que adoptaba el telefonista no bastaban á menudo á concentrar una muy débil audición. ¿No destruye esto por ventura la ventaja que por su extremada sencillez ofrece el teléfono? E n lo militar, pues, parécenos que habrá que descartar del campo de aplicaciones telefónicas todas las que no pertenezcan á la categoría de las que podríamos llamar de gabinete, y en estas para desventaja del sistema, existen los aparatos antiguos, perfeccionados, que ofrecen la superioridad de u n a mayor rapidez y de u n a comprobacion constante de las comunicaciones que se cruzan. Esto no es decir que el teléfono no pueda ser aplicado. Casos se ofrecerán en la guerra en que lo reservado de una comunicación ó la índole de un movimiento permitan utilizar la ventaja peculiar de un mecanismo tan por todo extremo sencillo, para poder ser utilizado directamente pollos mismos jefes encargados de una misión ó invitados á recibir las órdenes de carácter muy confidencial que desee transmitirlos su propio superior jerárquico. Para estos casos puramente accidentales, para el planteamiento de comunicaciones dentro de un recinto fortificado, de una ciudad bloqueada ó de cualquier establecimiento ó punto militar en que su fácil manejo supla la ausencia de material telegráfico y del personal ad hoc que los demás sistemas requieren , para estos casos y otros mil análogos que es inútil rebuscar, el teléfono puede prestar muy señalados servicios. Se ha pensado asimismo en una aplicación de cuya eficacia no podría dudarse si la base en que se la hace descansar fuera mas sólida. Se trata de poner en comunicación telefónica un globo con el estado mayor de un ejército para en el dia de una batalla, por ejemplo, tener por aquel medio conocimiento constante y seguro de los movimientos del enemigo. Heñios dicho que la base no era segura, porque la idea de la aplicación de los globos cautivos á los usos de la guerra de que tan 'cafres y ciertos emisarios qne precedían á la división encardada de levantarle el Moqueo. En aquella misma región se lian verificado por el teniente de ingenieros Parrot ciertos experimentos que auguran un buen porvenir á este medio invulnerable de comunicación. Las dos estaciones de prueba servíanse de dos discos de unas seis pulgadas de diámetro, de los cuales uno era de metal bruñido y el otro de cristal. Con estos discos una estación proyectó hacia la otra rayos de luz largos ó fugaces con arreglo a los trazos y puntos del sistema Morse. Es la repetición agrandada de un juego practicado por los niños.Parece que á la luz solar ha llegado á sustituirse la de la luna y ¡i esta los focos de luz de lámparas provistas de poderosos reflectores. Estos últimos medios reducen considerablemente el límite de comunicación que en el caso de la luz solar ha llegado á verificarse entro dos alturas separadas por un espacio de 40 millas,
á menudo se ha hablado, aun no se ha realizado, que sepamos, de una manera satisfactoria, además de que, dentro de los medios telegráficos, ordinarios pudo muy bien, reconocida la eficacia de la aerostación, haberse intentado. Ya se comprenderá que en el caso que nos ocupa seria indispensable establecer un doble circuito para salvar la ausencia de tierra que resulta en uno de los extremos de la linea, á bien que esa necesidad parece común á todas las comunicaciones ligeras de campaña en razón de la rapidez que se exige para establecer estaciones, y de que estas no siempre se asientan en suelo á propósito para suministrar una buena tierra, es decir húmeda. Los dos conductores formando cable pueden ser divididos en secciones que se empalmarían fácil y convenientemente por individuos de infantería, los cuales en lugar de mochila llevarían un grueso carrete de cable delgado que se iria desarrollando al paso que marcharan. Se calcula que bastarían diez minutos para establecer una linea de un kilómetro. Se ha señalado por último una aplicación cuyas ventajas é inconvenientes son reciprocas entre dos ejércitos beligerantes, y para la cual se requiere oportunidad y el concurso de uno ó varios individuos tan listos en el manejo de los aparatos telegráficos como audaces. Sin perjuicio de ocuparnos de ella, apresurémonos á decir que la ocasion de poderla realizar nos parece mas que medianamente problemática, por lo menos en los términos en que se ha enunciado. Un ejército en uno de sus movimientos penetra ó se aproxima á las líneas enemigas. Un telegrafista audaz provisto de su teléfono se adelanta hasta tropezar con alguna de las líneas telegráficas enemigas, y utilizando los efectos de la inducción de que ya hemos hablado sorprende al paso las comunicaciones, si el sistema que el enemigo emplea es el Morse ó bien el mismo teléfono. En cualquiera de estos casos debe el operador clandestino conocer muy bien la lengua de sus enemigos. Para realizar esto le basta con empalmar el teléfono á cualquiera de los hilos cortados que probablemente colgaran de los postes, tratándose de país asolado por la guerra, pues la inducción que se opera desde el que funcione en los demás déla línea, servirá admirablemente á su propósito. Tratándose de una guerra de invasión este procedimiento es muy practicable en el país ocupado por el ejército invasor; lo es en los casos de insurrección y siempre que existan líneas aéreas y haya quien'disponga de un teléfono, conozca el sistema Morse y abrigue algún propósito menguado. Contra esas punibles indiscreciones á que tan admirablemente se presta la sensibilidad del teléfono, habrá que estar prevenido en tiempo de paz, pues en tiempo de guerra no son nuevas ni mucho menos censurables según el lado por donde se miren. Decimos que no son nuevas, porque recordamos precisamente dos ejemplos que citaremos antes de cerrar este ya por de sobra largo capítulo. Ambos tienen u n carácter que bien podemos llamar histórico, y han ocurrido el uno en España y el otro en el país vecino. El primero ocurrió en Alcolea. Una granada disparada desde el campo del general Serrano rompió los hilos de la línea general de Andalucía que pasaba por los dos campos y servia á entrambos beligerantes: al uno para sus comunicaciones con Andalucía, al otro para sus comunicaciones con Madrid. Habíase verificado un doble contacto, un doble cruce entre los hilos del Estado y los de la línea férrea; es decir que la corriente que invadía un hilo se comunicaba á los demás, volviendo al primero mas allá de la Estación á que iba dirigida; y esta cir-
EL TELEFONO, EL MICRÓFONO V EL FONÓGRAFO.
cunstancia supieron aprovecharla los funcionarios que servian la estación de campaña del general Serrano para recibir las comunicaciones que desde Madrid se trasmitían al general Pavía (1). El segundo hecho tiene un carácter menos casual, es hijo de una inspiración noblemente patriótica. Servia la Estación de Gien en calidad de telegrafista la señorita Dodú en ocasion que penetraron los prusianos on la poblacion. Su oficina fué uno de los primeros puntos de que se apoderaron aquellos temibles invasores del suelo francés. Empalmaron inmediatamente los extremos rotos del hilo á los circuitos que ellos establecian do quier llegaban, para asegurar sus comunicaciones con la base de operaciones y los cuerpos de ejército que operaban. Echaron mano do los mismos aparatos que servian á la jóven, y esta quedó confinada, con relativa libertad, á una de las habitaciones interiores de la propia casa. Las desgracias que afligían á la patria, y la suerte dudosa que en el porvenir estaba & ella misma reservada, tenian á la señorita Dodú en ese estado de fuerte y viril sobrexcitación que tantas heroicidades ha producido. Los hilos telegráficos atravesaban precisamente la habitación en que se hallaba, antes de penetrar en la línea; y esto fué un rayo de luz para la jóven que aun dentro de la seguridad asaz precaria á que la habian reducido, queria ser útil á la causa de la patria. Y lo fué en efecto ; cortó un conductor y empalmó á sus dos cabos un ramal muy corto que atravesaba el circuito de un aparato que de reserva tenia, y fué cogiendo al paso las comunicaciones que se cruzaban por la línea ya prusiana. Una de esas comunicaciones destinada al jefe enemigo que mandaba en Gien y que ella llevó personalmente al prefecto francés mas inmediato, salvó de un desastre á un cuerpo de ejército francés. La valerosa jóven lejos de darse por satisfecha despues de haber pagado esta deuda patriótica, volvió presurosa á su puesto, resuelta á seguir utilizando aquel medio de honrado y noble espionaje. Su ardid, por desgracia, fué descubierto ; presa y encarcelada por los invasores, un consejo de guerra la condenó á ser pasada por las armas; y hubiera sufrido la inhumana expiación de uu delito que es su gloria, sin la publicación del armisticio que se concertó en aquellos dias. Francia agradecida al heroico comportamiento de la señorita Dodú ha adornado su pecho con la cruz de la Legión de Honor tan codiciada entre los franceses.
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Para estos empleos la sencillez del teléfono ha de brillar en todo su apogeo, ya que pondria directa y confidencialmente á los jefes de los buques en relación con las autoridades de los puertos ó cou las encargadas de su defensa. Pero se aspiraba á algo mas. «Los ensayos realizados,— dice Mr. Pollard, ingeniero naval que tantos esfuerzos ha dedicado á los progresos de la telefonía, los ensayos realizados entre la prefectura marítima de Oherburgo, los semáforos y los fuertes del dique, han evidenciado las ventajas que habria en dotar de teléfonos esos puntos, á fin de asegurar una comunicación fácil entre los buques de una escuadra y tierra ó bien entre los buques mismos. Para ello bastaría tender cables muy ligeros de boya á boya ú otros cuerpos flotantes establecidos con carácter permanente, para que los buques al anclar pudieran unirse á tierra, con solo empalmar el barco almirante, al extremo de esos cables unidos, otro cable muy corto que al objeto llevaría á bordo. La comunicación entonces seria constante ontre el jefe do la escuadra y el del apostadero.» Si no con los buques de una escuadra, Mr. Pollard ha realizado ya esa comunicación entre Oherburgo y la isla artificial que constituye el dique de aquel puerto militar. Y recordamos este hecho, á propósito para citar una anécdota que prueba la extremada sensibilidad del teléfono, y pone de manifiesto el género de emociones de que la experimentación de ese maravilloso instrumento muéstrase fecunda. Un dia, en los albores do la telefonía, habíase ensayado desde el despacho del prefecto marítimo el sistema telefónico que, por medio de cables ya de mucho antes colocados, se habia establecido entre los fuertes militares del dique y el palacio de la prefectura. La prueba habia sido satisfactoria, y despues de terminada las personas de la intimidad del jefe de marina habian continuado departiendo en el despacho mismo en que aquella se habia verificado. De repente hirió los oidos de los circunstantes el toque de retreta que, si bien con sonido apagado, parecía salir de uno de los rincones de la sala. Todos á un tiempo volvieron la cabeza para buscar la causa de tan inopinada audición. La duda fué breve, pero la sorpresa y la satisfacción fueron intensas. Todas las miradas habian ido á clavarse en el teléfono, que olvidado despues del experimento y colgando de la pared al extremo de su hilo, entregábase inconscientemente á aquel marcial ejercicio. ¿Cuál podía ser la causa de aquella, por decirlo así, postuma fonacion ? Era muy sencilla; y los amigos del jefe de marina no tardaron on darse cuenta de ella. Habiasele ocurrido á uno de los oficiales del dique mandar tocar la corneta junto al teléfono para dar una broma á los tertulios del prefecto. CAPITULO XXI. En el servicio de defensa de los puertos por Aplicaciones á la marina.—La retreta telefónica.—Torpe- medio de los torpedos, el teléfono puede ser de nodos.—Nuera brújula. toria utilidad. Los torpedos se hacen estallar desde la costa Vamos á poner término á la parte de nuestro por medio de una corriente eléctrica que inflama libro que hemos consagrado á las aplicaciones del el cebo de la que podríamos llamar mina submateléfono, ocupándonos de las que se han con- rina. Esta corriente se introduce en el circuito en siderado posibles á las necesidades de la marina el momento en que, por medio de dos visuales militar. distintas y fijas lanzadas desde la costa al punto De algunas de las que conciernen á este capí- del mar en que se halla el torpedo, se descubre á tulo hemos tratado ya en la idea general que un tiempo mismo la buque enemigo. Entonces acerca de dichas aplicaciones hemos emitido. Pue- este se halla... sobre un volcan, queremos decir de ampliarse, sin embargo, lo entonces manifes- sobre el torpedo. tado, haciendo extensivo el uso de los teléfonos bien, la observación de uno solo de los á los fuertes enclavados en el mar ó á los buques dosAhora puestos de observación no basta; es preciso fondeados en rada, ya que en uno y otro caso que entrambos en sus visuales, y que basta el tendido de uno ó varios cables, para ob- recíprocamente secoincidan anuncien el descubrimiento tener la comunicación que se desea. del buque enemigo. El teléfono, pues, puede esta blecer entre los observatorios esa rápida inteligencia. (1) La Semana Telegráfica—24 Enero 1869—Madrid.
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Exige, además, el buen estado de los torpedos que se reconozca el circuito de cuando en cuando, á fin de asegurarse de su perfecta continuidad. Esta operacion es muy delicada, porque precisa, para no producir una explosion prematura, servirse de corrientes débilísimas para cuya apreciación no siempre posee el galvanómetro la necesaria sensibilidad. El teléfono, pues, puede llenar este servicio con ventaja, gracias á su sencillez y á la naturaleza de las corrientes que genera. Otra aplicación del teléfono puede hacerse para reconocer desde tierra las condiciones materiales del torpedo sumergido entre dos aguas. Unense entre sí y con la costa las boyas que los sostienen por medio de una línea telefónica. Cada boya está dotada de un disco móvil que oscila á impulso de los movimientos que del mar aquella recibe. Dichos discos forman parte del circuito, y por tanto sus vibraciones determinan vibraciones incesantes en la estación de la costa. Si estos sonidos cesan hase producido en el circuito alguna solución de continuidad que solo puede recónocer por causa la inmersión de alguna boya, por ser menos presumible la rotura del cable. En cualquiera de estos casos se acusa el paso de un buque ó una circunstancia fortuita que importa reconocer y subsanar. La última aplicación que vamos á citar es mas humana; tal vez por esto resulte menos práctica. Se basa en un hecho observado por MM. Graham Bell y Blake. Estos señores dispusieron un teléfono receptor en el cual se sustituyó á la barrita imantada un vástago de hierro dulce de seis piés de longitud; y observaron que la intensidad de los sonidos que en él provocaba la acción eléctrica recibida del transmisor, variaba con la orientación del vástago de hierro dulce. Cuando este guardaba paralelismo con la dirección de la aguja de inclinación el efecto fónico era máximo;; disminuía con su oblicuidad respecto al meridiano magnético, y cesaba por completo cuando le era perpendicular. El ingeniero francés M. Parville, en quien el ingenio y el saber se muestran juntamente, ha pensado aplicar este descubrimiento á la determinación exacta, por medio del teléfono, de la dirección de la aguja imantada. Al efecto construye un aparato Bell análogamente al antes citado, en el cual el vástago mide un metro de longitud, y por medio de la suspensión Cardan cuyo objeto es conservar á la brújula marina en constante horizontalidad, sean cuales fueren los cabeceos y movimientos del buque, sostiene el instrumento bajo un ángulo de inclinación aproximadamente igual al de la brújula. El magnetismo terrestre obra entonces en la barra y la imanta, al tiempo que despiertan en ella sonidc s los movimientos inductores de un cuerpo vibrador colocado en frente de la trompetilla. Si en esta disposición se hace girar el teléfono al rededor del horizonte, el máximum de sonoridad corresponderá á la situación del vástago en el plano de la meridiana magnética, y la mínima cuando se haya inclinado 00°. Los marinos podrían por tanto utilizar esta propiedad del teléfono para obtener la orientación que hoy les suministra la brújula, con una exactitud si cabe mayor, por cuanto en aquel no ejercen la menor influencia las masas de hierro cuya vecindad tanto perturba á la segunda. Una comunicación establecida entre este instrumento y otro teléfono situado en la cámara del capitan, daria á este la indicación constante de las inclinaciones que experimentara la brújula de popa.
LIBRO QUINTO, DISCUSION Y TEORÍA.
CAPITULO XXII. Discusión.
Vimos generarse en manos del ilustre físico escocés el mas maravilloso instrumento de telegrafía que la mente humana habia concebido; recorrimos la série de modificaciones á que la experimentación científica lo ha sujetado en todos y en cada uno de sus componentes; expusimos también las variadas y por cierto nada infructuosas tentativas cuyo resultado ha sido la obtención de la misma transmisión articular sin los mismos elementos de que el teléfono de Graham Bell se compone, y vamos ahora á resumir y analizar estos últimos en sus funciones características, para consignar despues la teoría general mas admitida entre el cúmulo de opiniones no bien concertadas que, respecto á los fenómenos de la electrofonía, los hombres de ciencia han sustentado. Cinco son los componentes que entran en el teléfono de Graham Bell: 1.° Una embocadura ó trompetilla acústica. 2.° Una membrana ó placa vibrante. 3.° Una bobina. 4 Un imán. 5.® La cubierta ó caja en que se hallan contenidos los cuatro órganos anteriores. o
TROMPETILLA ACÚSTICA.
Es tan íntima la solidaridad y casi podríamos decir competencia de funciones que se ha observado entre los diversos componentes del instrumento electrofónico que analizamos, que la trompetilla acústica con ser á primera vista el mas humilde de ellos, llena un papel tan importantísimo en la reproducción de los sonidos, que la notable disminución de estos en el receptor, á ella debe acharcarse en su gran parte. A vencerla se han dedicado los esfuerzos de los físicos; pero la naturaleza de los fenómenos acústicos con los cuales está enlazada, no han permitido hasta el presente dar con la forma que mejor condense dentro de su reducida cavidad la fuerza expansiva de las vibraciones sonoras. La que hoy tiene y que parece por el momento definitiva, es la de un tronco de cono de bases paralelas, la menor de las cuales está cubierta por la membrana vibrante llamada á recoger la impulsión de las ondas que la voz del operado agita desde la base mayor ó boca de la trompetilla. Se comprenderá fácilmente que á mayor amplitud de las ondas sonoras ha de corresponder una mayor amplitud en las deformaciones de la membrana vibrante; y como de estas depende muy principalmente la intensidad mayor ó menor de los sonidos en el receptor, claro está que cuanto tienda á aumentar aquellas ha de resultar necesariamente en beneficio de estos. Pero es fácil observar que, no obstante la concentración de la fuerza sonora que se intenta, mediante la aplicación de los labios dentro la cavidad de la boquilla, esta, ó por mejor decir, la membrana situada en el fondo de ella, solo recoge una parte de las vibraciones que le van dirigidas, y esta observación puede hacerse, según advierte Mr. Niaudet, teniendo en cuenta que la voz del operador se oye perfectamente en todo el circuito de una sala, en tanto que en el receptor las condiciones de audibilidad quedan extraordinariamente circunscritas. El mismo físico de quien tomamos esta observación, conceptuando que la pérdida de sono-
17 sistema han de ser superiores; y si esta prevision se hace extensiva al tono mismo de la voz de los que han de hablar ante ellas, de modo que dicho tono y el tono fundamental de la membrana se aproximen al unísono, resultará que las vibraciones tendrán mas extension y los sonidos mayor intensidad. Esto explica por qué ciertos teléfonos reproducen mejor las voces relativamente agudas de las mujeres y los niños, y otros Jos tonos mas graves de las gargantas varoniles. Hemos dicho que las funciones de la membrana eran importantísimas, y dado á comprender cuanto interesa la acertada determinación de sus medidas. Esto último se comprenderá fácilmente. Sirve la placa vibrante en el teléfono transmisor para determinar á cada una de las deformaciones que le imprime la voz, una corriente inductora en el órgano electro magnético del instrumento; y en el receptor para reforzar mediante su acción frente al polo del imán, los efectos magnéticos determinados en el seno de este, y merced á los cuales recibe ella sus deformaciones. Pero como en el primer caso las vibraciones resultan mas amplificadas para una misma nota siendo mas flexible la placa, y en el segundo las variaciones en el estado magnético de las que resultan las atracciones y por tanto las vibraciones de la placa, son asimismo mas fáciles cuanto menor sea la masa de esta, se comprenderá fácilmente que en uno y otro caso, es decir tanto en el instrumento transmisor como en el receptor, importa sobremanera el empleo de diafragmas sutiles. Este principio que acabamos de establecer, no impide que, dentro de determinadas condiciones, pueda un sistema telefónico funcionar sin el intermedio de las placas. De ahí ha nacido precisamente aquella opinion, á que hemos aludido , un si es no es desdeñosa respecto á la utilidad de los diafragmas. Citaremos algunos de los experimentos que han dado pié á esta opinion. Mr. du Moncel, el ilustre académico francés, se ha hecho el decidido campeón de esta cruzada que podríamos llamar anti-diafragmática; y en su enemiga por este precioso órgano revelador MEMBRANA. de las vibraciones de la voz, llega á negarle los movimientos atractivos bajo la influencia del Acabamos de ocuparnos bien que incidentalelectro-iman, no obstante deberse á ellos la mayor mente de la membrana ó placa vibrante del teléamplitud y la articulación de los sonidos humafono articular, al hablar de la trompetilla, y no nos transmitidos, y de chocar esta opinion con podia menos de ser asi siendo esta como viene á una teoría general ciertamente por el mismo fisiser un apéndice indispensable de aquella. co no negada. De Mr. du Moncel, pues, tomaremos los principales experimentos en que se apoya Tentados estábamos á decir que la membrana tan interesante polémica. es el órgano mas importante entre los escasos que constituyen el invento del fisico escocés; mas El primer anuncio de haberse podido funcionar nos contiene el respeto que nos merecen ciertos con un teléfono desprovisto de membrana recephombres de saber que han llegado á calificarla de tora hecho por Mr. Spotiswoode, que publicó el accesorio casi redundante del instrumento. A su Telegraphic Journal, se atrajo la incredulidad getiempo nos ocuparemos de esta opinion. neral. Hubo, sin embargo, una excepción y esta Por de pronto digamos que la placa diafragmá- fué la del conde du Moncel, quien fundó en este tica es de hierro batido, sumamente delgada, y singular experimento su nueva teoría sobre el cubierta de un barniz oscuro que la proteja con- teléfono'(1). Era imposible que el hecho pasara tra el óxido que en ella formaria la condensación sin exámen, y las pruebas de diversos físicos conde los vapores del aliento. firmaron bien pronto su autenticidad; no obstante el sabio belga Mr. Navez, acérrimo contradictor Sus dimensiones son variables; la medida del desde aquel momento del académico francés, sidiámetro se halla comprendida entre 3 y 8 centíguió creyendo que, aun habiendo dentro de demetros, y en cuanto al espesor que en ningún terminadas condiciones de fonacion y de audición caso excede de 3 décimos de milímetro, está subtelefónica, reproducción de la voz humana, no ordinado al diámetro ; á menor superficie menor existia la articulación de las palabras. espesor. De una acertada elección de las placas depende Los experimentos posteriores no han destruido en gran parte la mayor ó menor bondad del juego por cierto hasta el presente la última afirmación telefónico, es decir la mayor ó menor claridad en de Mr. Navez, bien que tampoco sea permitido la reproducción de la palabra. Es fácil comprennegar con arreglo á su resultado que no sean en der, en efecto, que cuando se combinan dos ins - cierto grado perceptibles los sonidos humanos trumentos cuyos diafragmas respondan al mismo sonido fundamental, las cualidades fonéticas del (1) L o Telephone p. 127. EL TELÉFONO, EL MICROFONO V EL FONÓGRAFO.
ridaJ entre dos estaciones telefónicas depende en su mayor parte de la causa que hemos indicado, sugiere una imágen geométrica para demostrar mejor si cabe aquella disminución. Considera á la membrana, una parto muy reducida de la cual recibe las vibraciones, como formando parte de la superficie de una esfera en cuyo centro se hallara el cuerpo sonoro, y en que los sonidos se esparcieran por igual hácia todos los puntos de dicha superficie. La relación que existe entre aquella fracción de superficie y la totalidad de esta daria una idea de la parte de sonido que corresponde á la membrana. Hemos dicho que se enlazaban con la disposición de la trompetilla algunos fenómenos de acústica cuya intima naturaleza no se halla bastantemente desentrañada, y ya se comprenderá poiqué á aquella causa evidente de debilitación de los sonidos que hemos señalado, pueden, además, añadirse las reilexiones que el cuerpo diafragmático presente á las vibraciones sonoras que la voz del operador determina. A vencer estas pérdidas de fuerza viva que en el teléfono receptor se manifiestan, por una limitación invencible de la potencia fonética de su placa vibrante, han tendido todos los ensayos; pero en estos se tropieza con otras causas de perturbación que, sin mejorar aquella, producen resonancias de todo punto nocivas cuando se trata de la reproducción de sonidos articulados. No es difícil realmente producir esos efectos de resonancia, y aun es bueno advertir que pueden ser de utilidad tratándose de teléfonos puramente musicales; mas no así tratándose de los articulares, por cuanto esos efectos pueden fácilmente trocarse en ecos, cuya desordenada aglomeración aumentaria en razón de la contigüidad del cuerpo reflector que á ellos diera nacimiento. Con estos defectos y todo las ventajas de la trompetilla para la audición en la estación receptora parecen incontestables, pues rodeando su cavidad el pabellón de la oreja sin que esta cohiba por su contacto las deformaciones de la membrana, se aisla el oido de los ruidos exteriores, al par que se reconcentran en él las vibraciones del aire despertadas por aquella.
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reproducidos; lo cual hace presumir que hay que buscar en órdenes de ideas y de experimentos mas generales la aclaración de un punto de controversia tan ambiguo. Citemos ahora alguno de esos experimentos. En 1877 Mr. Miller presentó á la sociedad británica para el progreso de las ciencias, reunida en Dublin, un modelo de teléfono sin diafragma. Véase el relato quo de este y otro instrumento nos dá Mr. du Moncel (1). «Constituye el aparato una barrita imantada de 8 pulgadas de longitud por / de pulgada de anchura y espesor, rodeada en el sentido de su longitud por una hélice de cobre (del n.° 30) de unos 6 metros de longitud. Esa barrita iba sujeta á una delgada caja de cartón, dos de cuyas caras opuestas, la superior y la inferior, estaban protegidas por planchas de zinc al objeto de hacerla transportable. Con un transmisor telefónico de pila, accionado por un solo elemento Leclanché, se pudo transmitir perfectamente la palabra en ese instrumento; los aires silbados, el Canto y hasta el ruido de la respiración fueron percibidos. »Iguales resultados ha obtenido Mr. Ignacio Canestrelli haciendo funcionar un teléfono sin diafragma por medio de otro transmisor de los llamados de carbón, con el intermedio de una bobina do inducción animada por dos elementos Bunsen. »En esta disposición, dice el mismo Mr. Canastrelli, he podido oir en un teléfono sin diafragma, el sonido de un instrumente musical cualquiera ; el canto, la voz, los silbidos, todo era perfectamente oido. El último de estos ruidos se hacia perceptible aun situándome á cierta distancia del teléfono. En ciertos casos dependientes de la altura de la voz, de la distancia á que se hablaba en el transmisor y de la mutua presión ejercida por los carbones de este, he llegado á poder oir la palabra.» La elocuencia de esta última observación que dejamos subrayada respetando el original, es de naturaleza muy adecuada al género de dudas que hemos manifestado poseía el contradictor belga de Mr. du Moncel. Por lo demás experimentos sucesivos irán explicando el fenómeno. Dejemos sentado, empero, que la ausencia del diafragma en el teléfono receptor no es obstáculo á la reproducción de los sonidos en cierto grado de amplitud e intensidad, y pasemos á referir otro órdeu de observaciones que nos ayudarán á comprender el verdadero carácter que á las placas vibrantes está asignado en la telefonía articular. Dejamos sentado como principio científico deducido de la teoría y de la experimentación, que á mayor delgadez en las placas correspondía mayor claridad en los sonidos que indistintamente transmite y reproduce; pues bien, la experiencia ha enseñado que el teléfono puede funcionar aun siendo su placa desmesuradamente gruesa. Hay, sin embargo, en esta afirmación un distingo, que no han consignado ciertamente los que, esforzando el argumento, han querido consignarlo en beneficio de la teoría de la superfluidad de la membrana; y consiste en que los sonidos acusados polla enorme masa diafragmática del receptor, partían de un diapasón sustituido á la membrana del transmisor, y no de la voz humana. Esta aclaración es muy importante, pues los sonidos musicales persistentes y prolongados son mas fáciles de acusar que las articulaciones extraordinariamente variables de la palabra (2). Claro está que persistiendo, aun en el caso á que acabamos de aludir, los efectos fonéticos á despecho de la enormidad de la membrana, y negándo5
(1) Le Telephone p. 128 y 129. (2) Niauclet.—Telepliones p. 92,
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DE TRILLA Y S E R R A .
se que la causa estuviera en las vibraciones de la misma, había que buscarla en las de otro componente del teléfono, y el designado fué el imán, al cual realmente hay que atribuir el milagro de fonacion que hemos echado de ver en los teléfonos sin membrana. Sin embargo, y mientras llega el momento de restituir al imán el privilegio de las verdaderas funciones que le competen, fuerza es creer como opina M. Niaudet, que en el teléfono receptor de Bell de las vibraciones de la membrana y no de las del imán procede la audición de los sonidos. Esto lo apoya el ilustre ingeniero francés en una série de pruebas sucesivas y concíuyentes. A medida que se aumenta, dice, el espesor de la membrana los sonidos se debilitan; si se introduce la mano en la trompetilla, cesan; y no se perciben si se aplica el oido á la extremidad del mango del instrumento. Hay por último, añade, una prueba mas decisiva; suprímase el diafragma y no se oirá nada (1). EL IMAN.
Vamos á entrar ahora en una nueva discusión complementaria de la precedente que contribuirá á hacerla mas completa ó inteligible. La introducción del imán en el instrumento telefónico fué, como ya lo hemos visto, la mas discreta y trascendental de las simplificaciones que M. Graham Bell pudo introducir en su invento. Hacia innecesaria la intervención de la corriente voltaica inductora, y por tanto con la supresión de la pila se elevaba al aparato á su máxima sencillez. El imán como todos los componentes del teléfono articular ha sido objeto de toda suerte de tanteos y experimentos, y como sus funciones se hallan tan íntimamente enlazadas con las de los demás, ha habido necesidad de fijar un límite á las modificaciones que en él se han introducido, para no turbar el equilibrio necesario entre los diversos órganos del instrumento. Por la última de esas modificaciones ha quedado reducido á una laminita de 10 centímetros de longitud y otros tantos milímetros de anchura, que entra á rosca en el eje de hierro de la bobina situado perpendicularmente al plano del mismo imán. Esta última disposición, sin embargo, en la cual se respeta el eje polar de hierro dulce de la bobina, entiéndase que solo es aplicable al teléfono de Graham Bell, porque se ha reconocido que refuerza la potencia magnética del imán. En cuanto á este parecía natural á primera vista que se le restituyera la forma de herradura que en un principio tuviera, y por la que su acción resulta doble; pero se ha reconocido que solo concedía ventaja positiva al sistema funcionándose á largas distancias, no produciendo aumento alguno apreciable mas que en dicho caso y cuando se emplean corrientes de pila cuya intensidad es muy superior á la de las engendradas por la voz humana. Sucede con el empleo del imán, en el instrumento que venimos estudiando, lo que hemos visto sucedia tratándose de la membrana. ¿ Es ó no indispensable en el sistema la presencia del imán ? Tal es la pregunta que se han hecho los físicos; sin que en último análisis hubiera contradicción parece que los experimentos han respondido negativa y afirmativamente, según los casos. Suscitóse esta cuestión primeramente tratándose de averiguar qué ventajas podría reportar la aplicación délos imanes permanentes sobre los temporales, y Mr. Navez opinó que la sola presencia de los segundos no bastaba para el perfecto funcionismo del receptor Bell. Veamos cómo se expresa el sabio coronel belga: (l) Telephones et Fonographes, p. 92 y 93.
49 de corrientes mas intensas que las inducidas del transmisor Bell, ha dado á conocer Mr. Gaift'e un sistema telefónico, en el cual la exclusiva intervención de un electro-iman ordinario no empece, por lo visto, á una excelente reproducción de los sonidos transmitidos. A la categoría de las investigaciones de que nos hemos ocupado pertenecen en cierto modo otras que no queremos pasar en silencio y que consisten en la determinación de los efectos magnéticos resultantes de choques mecánicos producidos en diferentes partes do un teléfono. Referiremos principalmente aquellos experimentos en que el imán obra do una manera muy principal. «Si en un teléfono ordinario, dice el conde du Moncel (1), se adapta una pieza de hierro al tornillo del imán, se observa que los sonidos transmitidos son algo mas acentuados, lo cual es debido al aumento de fuerza que se comunica al polo activo del imán ; mas nótase en el momento en que el contacto so establece, un ruido bastante pronunciado, debido, al parecer, á las vibraciones mecánicas que se determinan en la barrita en el instante del choque. íntimamente el teniente do navio M. des Portes ha verificado, respecto á esa clase de fenómenos, interesantes experimentos. Asi, por ejemplo, ha observado quo si en un circuito telefónico de 100 motros de extensión completado por el suelo, se reduce el aparato transmisor al simple imán provisto do su bobina que constituye su órgano electro-magnético, y se le suspende verticalmente en alto por medio de un cordon do seda, cualquier golpe dado al imán ya sea con una varilla ó también con una barrita de cobre, determina en el teléfono receptor sonidos distintos cuya intensidad varía según se percuta mas ó monos cerca do la bobina; estos sonidos resultarán aun mas fuertes pero menos claros, si so pono en contacto con el polo superior del imán una hoja vibrante de hierro dulce. »Cuando el cuerpo percutor es de hierro los sonidos resultan mas acentuados quo si es de madera, y si el imán recibe el contacto de la hoja vibrante, nótase, simultáneamente con el ruido del choque, una vibración de la membrana. »Pero lo mas curioso, dice el mismo físico francés mas adelante, consisto en que, si so interpone el imán en el circuito como formando parte de él y se arrolla á sus dos extremos los del hilo conductor de quo aquel está formado, las percusiones ocasionadas en el imán por medio de un hierro dulco, son acusadas en el teléfono si este está dotado de su disco ó membrana v i brante.» M. du Moncel trata de explicar los fenómenos evidenciados por M. des Portes, ó por lo menos los primeros, diciendo que las vibraciones determinadas en el imán tras del choque, dan por re-' sultado ciertas deformaciones ondulatorias de las partículas magnéticas en toda la extensión de la barrita, de las cuales, con arreglo á las leyes de Lenz, han de resultar en la hélice corrientes inducidas cuya iutensidad aumenta en virtud de la reacción del diafragma que hace oiicios de armadura, y de la misma del cuerpo percutor cuando está magnetizado.
EL T E L E F O N O , EL MICROFONO Y E L FONOGRAFO.
«Es posible, dice Mr. Navez, en determinadas circunstancias y mediante una construcción especial del aparato, hacer hablar un receptor telefónico Bell sin el concurso de imán permanente; sin embargo, el instrumento dentro de las condiciones en que generalmente se halla construido, permanece mudo al reemplazar el imán por un cilindro de hierro dulce introducido en el eje de la bobina. Con todo basta acercar un imán permanente á un cilindro de hierro dulce para devolver la voz al teléfono : resulta, pues, de mis experimentos que, para que un teléfono Bell funcione regularmente, es indispensable que la placa esté sometida á una tensión magnética inicial, obtenida por la presencia de un imán permanente.» Tenemos , pues, u n a opinion negativa. Sin embargo , esta conclusión de Mr. Navez, muy cierta sin duda tratándose del teléfono Bell en que el agente electro-motor es tan infinitamente pequeño, parecía contradecir un principio elemental de muy antiguo comprobado ; y bien pronto nuevos experimentos vinieron si no á refutarla á rectificarla cuando menos. E n efecto; es bien conocido y nuestros lectores no lo habrán olvidado seguramente, aquel singular fenómeno de sonoridad arrancado por Pago de una barrita sucesivamente imantada y desimantada, que fué el punto de partida, la iniciación de los estudios electrofónicos; pues bien, bastaba recordarlo para que surgiera entre los tísicos el deseo de conocer hasta qué punto eso fenómeno se desarrollaba en el sistema telefónico , y de ahí que se hicieran las pruebas cuyo resultado hemos dado á conocer en parto al ocuparnos de la membrana. Precisamente la anunciada superfluidad do esta, fué el resultado de aquellos experimentos en que el imán dió elocuentes pruebas de su virtud fonética. Ahora, pues, iremos completándolos ya que entonces solo los ofrecimos bajo uno de sus aspectos. Negada tras los resultados que obtuvieron los sabios á quienes llenó de dudas y sorpresa el experimento de Mr. Spotiswoode ya referido, la opinion de que fueran debidos á pura transmisión mecánica de las vibraciones, como sucede en el teléfono de bramante, los efectos que se observaban en el receptor sin membrana, prosiguieron como hemos visto las tentativas en este sentido, y entonces fué cuando se dieron á conocer los teléfonos de Mr. Mili y de Canestrelli en que las vibraciones del imán ya que no acusaran una claridad irreprochable en su virtualidad fonética, asignaban desde luego á este componente una acción dentro del sistema, que podia ser principio de trascendentales transformaciones. El segundo de aquellos físicos prosiguiendo en sus investigaciones, llegó á obtener buenos resultados telefónicos introduciendo corrientes de un transmisor en las bobinas de que se hallaban provistos los dos polos de un imán situado sobro una caja de paredes muy delgadas quo aumentaba la resonancia ; y Buchin, que repitió los experimentos del físico italiano, manifestó haber percibido los sonidos de u n teléfono así construido, con solo aplicarse al oido el extremo de una barrita de hierro que por el opuesto se hallara en contacto con el polo activo del imán. Hasta aquí los hechos, bien que en algún modo favorables á los que han atribuido la mayor suma de poder fonético á las variaciones en el estado magnético del i m á n , y á la posibilidad de la sustitución de este por una barrita de hierro dulce, no destruyen las conclusiones de Mr. Navez, las cuales se reducen á negar que exista la verdadera articulación de las palabras en los instrumentos de prueba á que venimos aludiendo. Sin embargo, con posterioridad á los experimentos que hemos citado y siempre echando mano
UOBINA.
Basta lijarse un momento en las funciones características que á esto importante órgano competen en los aparatos electro-magnéticos á que se halla asociado, para comprender su importancia en el instrumento electro-fónico que discutimos. En este, sin embargo, su misión es si cabe mas importante. Organo inductor en ambos extremos del circuito y como si dijéramos reflector de las (1) Le Tolephone, etc„ p. 150.
BIBLIOTECA ILUSTRADA UE TRILLA Y SERRA. 50 variadísimas inflexiones que la membrana vibrante experimenta en el transmisor, las corrienCAPITULO XXIII. tes que por su irreemplazable mediación se generan, son garantía en el receptor de un sincronismo Teoría. en los efectos vibratorios y de una intensidad en los magnéticos que sin ella no existiera. Vamos á reducir en una breve síntesis los eleSe ha puesto en duda la necesidad del cuerpo mentos dispersos por las páginas anteriores, para diafragmático; se ha discutido acerca de la posible formular con ellos una teoría general. Esta ni sustitución del imán por un vástago de hierro puede ser concreta ni definitiva ; la misma índole dulce, y aun se ha llegado á obtener en determi- aparentemente contradictoria de los experimentos nadas condiciones de fonación aparatos electro- que hemos aducido prueba hasta qué punto son fónicos que carecían de aquel y en que esta sus- misteriosos los orígenes de las causas que contitución se hallaba verificada; pero en ningún curren á producir los efectos eletrofónicos. La caso se ha podido prescindir de la bobina, si ex- ciencia eléctrica descansa, cuando á sus fundaceptuamos el receptor microfónico cuyaidoneidad mentos nos remontamos, en verdaderas hipótesis; para la reproducción de los sonidos y cuya teoría y estas no bastan á explicar, antes bien amenazan no deben ser tomadas en cuenta en esta discusión. derrumbarse al rigor de nuevas y mas tenaces En lo único que podían caber alteraciones tratán- investigaciones, los singulares fenómenos que dose de la bobina era en punto á sus dimensio- la telefonía ha evidenciado. El lenguaje clánes. Estas determinólas el mismo Bell tras de una sico resulta estrecho cuando trata de explicar polinteligente observación, partiendo de la base de las ideas mas comunmente preconizadas hechos una bobina que rodeara por completo'el imán. nuevos que por no ser bien comprendidos resulExiste en estos lo que se llama línea neutral ó tan contradictorios; y esto es precisamente lo que ecuador magnético, y consiste en una debilitación ha dado lugar á la vacilación y á la duda que hoy de poder magnético, que se nota en el centro de se observa, cuando se quiere encerrar dentro de su masa. Bell fué acortando las dimensiones de la las teorías á que el teléfono fué amoldado, expebobina y observando sus distintos efectos, y vió rimentos nuevos, secretos no entrevistos, que con que estos parecían mas intensos á medida que la aquellas aparecen inconciliables. hélice magnética se concentraba hácia el polo ante Nuestra falta de doctrina nos veda terciaren el cual ejercia su influencia la armadura inducto- las interesantes controversias en que esas dudas ra. De ahí vino la disposición que adoptó para su se han manifestado; ni podríamos, caso de intenúltimo y mas perfeccionado instrumento. tarlo, aportar á ellas el caudal necesario de expeLos experimentos á que han sido sujetadas riencia propia para basar una razonada opinion. las hélices olectrofónicas no son menos interesan- Nos limitaremos, pues, á reflejar ideas en su mates que las que en el capítulo anterior hemos yoría ajenas, ya que la duda, siempre esbozo de transcrito, aunque en honor de la verdad los re- una opinion, á nosotros mismos nos ha alcanzasultados obtenidos no son en gran parte mas que do, impidiéndonos tener acerca de las que se dila corroboracion y la ampliación juntamente, de viden el campo científico en que las autorizadas efectos magnéticos ya en ellas obtenidos antes batallas se traban, la fé necesaria para seguir una determinada bandera. del descubrimiento del teléfono. Condensaremos en las menores palabras posiPor los efectos de inducción, es decir de electribles los experimentos á que aludimos. zación á distancia, se explican las acciones recíMr. Rossetti observó que la bobina de un elec- procas ejercidas entre los órganos respectivos del trófono era capaz de emitir sonidos de relativa transmisor y receptor electrofónicos. Esos efectos intensidad y que, además, sus hélices oscilaban á en determinados casos no existen. En el aparato 1q largo de la barrita magnética á poco que lo microfónico, por ejemplo, análogamente transmipermitiera la holgura de su colocacion. Este he- sor y receptor como el de Bell, no hay ni asomos cho vióse confirmado poco despues por experi- de magnetismo por el cual puedan explicarse mentos sucesivos, en alguno de los cuales sin mas efectos fónicos cuya relativa amplitud asombra. componente que una simple hélice magnética ¿Hasta qué punto, pues, será legítima aquella pudo llegar á oírse aunque con dificultad la pala- primera explicación ? bra. La lenta y sucesiva introducción de un imán En el órgano microfónico del sistema Hughes en el eje de la bobina variaba, aumetnándolo, el veremos vibración , tanto mayor, mas fiel y mas poder fonético de que esta se mostraba dotada. amplificada, según sea mas conductor el medio Hacia tiempo que los físicos habían reconocido por el que las vibraciones sonoras se transmitan en este importantísimo órgano electro-magnéti- al aparato transmisor. co las propiedades del imán, cuando se le sujeta En el sistema electro-magnético, el análisis á la influencia de una corriente eléctrica, y en este implacable de los sabios ha descubierto una serie concepto se hallaba dotado de polos y ecuador ilimitada de efectos vibratorios. magnético, así como del poder de atracción que Antes se conocía la sonoridad de una barrita es peculiar de los imanes. Esta facultad de la sucesivamente imantada y desimantada. Hoy se cual los fenómenos que acabamos de revelar vie- sabe que esa barrita vibra al mismo tiempo con nen á ser una simple amplificación, se compadece los sonidos humanos por efecto de un concurso perfectamente con la facultad sonora que en las misterioso do efectos acústicos y efectos eléctricos, barritas de Page se había acusado, con la cual cuya solidaridad estrecha, mejor dicho, cuya idensolo en el límite de audibilidad podrá diferenciar- tidad, no sabemos si será uno de los eslabones se. Este límite hallábase subordinado en estos y progresivos de esa misteriosa cadena de dudas en toáoslos casosdefonacion á que sucesivamente esclarecidas que lenta pero incesantemente la hemos pasado revista, á la mayor ó menor ducti- ciencia nos ofrece. lidad y aptitud á Ja flexión de que esos cuerLa imantación de las hélices de la bobina era pos se hallan dotados; pues la mayor flexibilidad, conocida también, no así su vibración sonora ni permitiendo mayor grado de amplitud á las vibra- la mecánica en casos excepcionales con aqueciones que así llegan á convertirse de moleculares lla coexiste, que cuando, según un caso que hemos é invisibles en mecánicas y evidentes es una con- citado, la acción eléctrica potente, floja la hédición indispensable á una perfecta y clara so- lice y desembarazada por es tanto su acción molenoridad. cular. Pues bien; ¿será esta vibración, este movimiento mas ó menos rudimentario el origen misterioso, la manifestación genuina de lo que llamamos inducción?
E L T E L É F O N O , E L MICHO 0 X 0 Y E L F O N Ó G R A F O .
Muchas dudas ha habido respecto á las funciones de la membrana. Su presencia en el teléfono unos la creen necesaria á una perfecta ó por lo menos relativamente expedita articulación; otros supèrflua y mas que esto sofocadora de los verdaderos sonidos telefónicos que en el órgano electro-magnético se producen. Nadie duda, empero, de su vibración. La incertidumbre solo se manifiesta cuando de apreciar los caracteres de esta vibración se trata. ¿Es molecular? ¿ Es mecánica? ¿No puede ser, por ventura, entrambas cosas à la vez ? En los teléfonos Bell que funcionan sin pila aquella duda parece legítima; solo un análisis muy escrupuloso y por medios muy sutiles verificado, ha podido acusar una ligerisima flexion en el cuerpo diafragmático; no asi tratándose do un sistema en que el agente electro-motor es mas enérgico, porque en este caso la deformación es visible por los medios ordinarios que ofrece la física. Tenemos, pues, vibración mecánica en el primer caso,y vibración mecánica en el segundo. En el primero rudimentaria, en el segundo fuerte y acentuada. En el Bell la fonación es limitada, en los otros es mas intensa y perceptible. Si, pues, en aquellos órganos como el vástago déla bobina, en que el espesor cohibe la deformación, existe vibración y esta, aunque velada, es una fiel reproducción de los sonidos que eléctricamente agitan el sistema ; si, pues, esa misma vibración la encontramos mas articulada y perfecta en el diafragma Bell cuya superior aptitud à la flexion es indisputable, y, por último, nos resulta mas clara aun en la membrana de los sistemas servidos polla electricidad, ¿no es lícito creer que la vibración es siempre la misma , y que à su manifestación bajo un carácter de movimiento mecánico en los cuerpos, solo se opone la intensidad del movimiento generador y la naturaleza y forma de los cuerpos cuyo estado molecular se vé alterado? E independientemente de las causas que producen y concurren en esa vibración , ¿ no parece evidente que la mayor sutilidad del cuerpo vibrador es indispensable á una irreprochable fonación? Parécenos, pues, que la membrana es en el juego telefónico, tal cual hoy lo conocemos, indispensable y opinamos también que à su mayor ó menor resistencia á seguir las inflexiones que sus moléculas puestas en vibración producirían, es debida la relativa limitación fónica del instrumento. Esto en nada contraría las teorías electro-magnéticas que del sistema se han dado y à las cuales nos amoldamos, por cuanto sujetamos esa condición de la membrana á la naturaleza magnética que dentro de aquellas teorías y de su propia disposición requiere. Esto último sin embargo ha llegado á ser discutido. Experimentadores ha habido que han obtenido un perfecto juego telefónico reemplazando el diafragma por cuerpos perfectamente diafragmáticos. Acaso la disposición en que el instrumento hubo de ser construido no permitió deducir de este hecho contradictorio todas las consecuencias que de su confirmación se podrían desprender. De cuanto llevamos dicho se desprende que, en el teléfono, vibra la bobina, vibra el iman y vibra la membrana, y que esas vibraciones mas ó menos perceptibles según la estructura del cuerpo vibrador, son de un sincronismo perfecto con las que se producen en los órganos transmisores, queremos decir, porque más no sabemos que se haya evidenciado, en el diafragma transmisor. Pero aun hay mas; en el teléfono vibra también la caja de madera y hasta los tornillos vibran, si acerca de estos últimos se nos permite interpretar á nuestro modo algún experimento que
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hemos leido. Respecto á la vibración de la primera no cabe la menor duda. Mr. Breguet lo ha comprobado de una manera tan elocuente, por medio de un experimento tal, que en él se sintetizan cuantos se han hecho hasta el presente. «Para este experimento, dice el conde du Moncel,ha empleado Mr. Breguet teléfonos de bramante atando el hilo á diferentes puntos del teléfono experimental. De esta manera pudo no tan solo establecer una correspondencia entre una persona que hablaba en el teléfono eléctrico y otras que escuchaban en los de bramante, si que también logró que hablaran varios de estos últimos teléfonos, teniéndolos atados en puntos separados del eléctrico (1).» Después do lo dicho, cuando dei análisis experimental que de los órganos telefónicos se ha hecho, parece resultar en todos y en cada uno, obrando aislada ó mancomunadamente movimiento y siempre movimiento vibratorio molecular mas ó menos caracterizado, pero de un sincronismo tan perfecto que recuerda los efectos no explicados del sistema microfónico; despues que ese movimiento se ofrece también hasta en las vibraciones sonoras que despierta la percusión misma del hilo en un punto cualquiera de su desarrollo, ya se comprenderà que solo á título provisional puede admitirse la teoria en la que hemos basado hasta aqui nuestros raciocinios. Precisamente ese último hecho es do un carácter tan extraño, que es de lamentar que no podamos disponer nuestro órgano vocal á manera de maza, para que la percusión física operada por los sonidos de la voz nos mostrara hasta qué punto aquel fenómeno puede reproducirse. Mientras tantos puntos dudosos se esclarecon, y la ciencia adquiere sobre los fenómenos de la telefonía una certidumbre de que hoy carece, es bueno buscar entre las ideas preconizadas aquella que, bajo una forma mas evidente, nos revela los hechos que mas pueden contribuir àia formación de un cabal juicio acerca del instrumento que se ostudia. Bajo ese concepto nadie como Mr. DuboisRaymond ha logrado, apelando al cálculo y á la representación gràfica, representar de una manera mas clara las funciones que al parecer desempeñan entrambas membranas en el juego telefónico, su sincronismo y la casi instantaneidad de sus movimientos vibratorios. Véase cómo reproduce Mr. Niaudet una de las dos maneras, la mas vulgar que emplea Mr. Dubois-Raymond para explicar aquellos hechos. « Ante todo, dice Mr. Niaudet, es preciso saber bien en qué consiste un movimiento vibratorio; y para lograrlo es conveniente hacer su estudio eligiendo la forma mas fácil de seguir en todas sus particularidades; es decir el movimiento pendular. Supongamos, pues, un péndulo de segundos formado por una bolita suspendida al extremo de un hilo de un metro de longitud, aproximadamente. Estando en reposo su posicion es la vertical. Sepáresele de esta posicion inclinándolo hácia la derecha; al soltarlo, desciende; su velocidad va en aumento; llega á la posicion vertical y por efecto de la velocidad adquirida rebasa esa posicion prosiguiendo su camino hácia la izquierda. A medida que sube cede en velocidad, y al llegar al punto desde el cual habia sido lanzado, retrocede y repite inversamente los mismos movimientos subiendo y bajando con difjrente velocidad á partir de los mismos puntos. Llámese ahora oscilación doble el movimiento descrito por el péndulo que partiendo de la derecha y llegando á la izquierda ha vuelto à derecha; y oscilacioil simple à la excursión desde el punto (1) Le Telephone.... p. 135.
B I B L I O T E C A I L U S T R A D A 1)E T R I L L A Y S E R R A .
culminante de derecha hasta el punto culminante de izquierda. Un péndulo de segundos es el que en u n segundo verifica u n a oscilación simple. Tres puntos hay interesantes en ese movimiento pendular. E n los culminantes de derecha é izquierda la velocidad es nula; en efecto, el péndulo en cada uno de estos puntos despues de haber utilizado la velocidad adquirida ai subir, se para y cambia el sentido de su movimiento. Cada vez que el péndulo pasa por la vertical su velocidad es máxima. Esos son los tres puntos que llaman la atención en este estudio , los dos culminantes en que la velocidad es nula y el mas bajo de la carrera en que aquella es máxima. La curva 1, 2,3, 4, 5, C, 7, 8 (fig. 30), pone de manifiesto esas particularidades. En rigor esa curva podria trazarla sobre un papel un péndulo mismo, si aquel se dispusiera perpendicularmenteal plano del movimiento pendular. Los puntos 1, 3, 5, 7, responden álos pasos del péndulo por la vertical; los 2, 6, etc., responden á los extremos de las excursiones á derecha y los 4, 8 á las de la izquierda. Todo cuanto acabamos de decir del movimiento pendular puede aplicarse á cualquier movimiento vibratorio; un cuerpo que vibra pasa por su posición de reposo con u n a velocidad máxima y llega
al término de sus excursiones con una velocidad nula. Es posible disponer un cuerpo de modo que escribasu movimiento; lacurva que resulta es u n a sinusoide, es decir una curva cuyos caracteres generales son los mismos que representa la figura. Apliquemos lo dicho á la membrana transmisora. Su punto medio, por ejemplo, partiendo de la posicion de reposo representado por la linea recta 1, 3, 5, 7, se inclinará hácia arriba y llegará al 2 que es el término de su excursión: volverá á la posicion media en 3 para separarse en seguida y descender al punto extremo señalado en 4, etc. Veamos por último cómo se producen en los hilos de la bobina las corrientes de inducción durante esos movimientos de la membrana hácia arriba, es decir hácia el imán y luego hácia abajo, es decir apartándose de él. Es preciso tener en cuenta que la causa productora de esas corrientes son las deformaciones de la armadura (membrana) con relación al i m á n . Cuanto mas rápido es el movimiento propio de esa deformación, mayor es la fuerza electro-motriz de la corriente. A cada suspensión de movimiento en la membrana se anula aquella fuerza electromotriz y se reduce á cero la intensidad de la corriente. Cada vez que la velocidad cambia de signo, es
Representación gráfica de la curva descrita por las membranas dentro del sistema telegráfico (lig. fio).
decir, cada vez que el movimiento cambia de sentido, la fuerza electro-motriz cambia do signo también, ó lo que es lo mismo la corriente cambia de sentido. Por último á cada instante que la velocidad llega á su máximum, ya en u n sentido ya en otro, la fuerza electro-motriz pasa asimism o por u n máximum. Volvamos á la figura ; cuando la membrana está en 1, su velocidad de translación es máxim u m y por tanto m á x i m u m también es la fuerza electro-matriz; si, pues, se desea representar poru ñ a curva estas variaciones será preciso en este instante darle u n a altura m á x i m u m I. Cuando la membrana ocupe el punto 2 término de su excursión hácia arriba, su velocidad será nula, y cero será por consiguiente la fuerza electro-motriz; esto explica el punto I I de la segunda curva. E n este momento el movimiento de la membrana cambia de sentido y por tanto cambia de signo la fuerza electro-motriz ; á partir de aqui las ordenadas de la segunda curva se han de trasladar al otro lado del eje. L a continuación de este razonamiento justificará los puntos III, I V de la curva y asi sucesivamente. Podemos, pues, decir que la curva I, II, III, IV, etc., representa las variaciones de la fuerza electro-motriz de la corriente de inducción. Este
hecho puede expresarse en pocas palabras diciendo que la curva de las variaciones de una corriente es la derivada de la curva (sinusoide) de los movimientos de la membrana. Si se examina lo que acontece en el teléfono receptor vese que los movimientos de la membrana siguen en él con exactitud las variaciones en la intensidad de la corriente. Claro está que cuando la corriente es nula la membrana está en su posicion intermedia ó de reposo, y que, por otra parte, corresponde el m á x i m u m de separación de la membrana de esta posicion intermedia al m á x i m u m de intensidad de la corriente. No es menos evidente que, cuando la comente cambia de sentido, el movimiento de la armadura ha de cambiar de sentido también, y finalmente que cuando la fuerza de la corriente se aproxima al máximum, sus variaciones y las de la velocidad del movimiento de la placa son m u y diminutas. E n u n a palabra, puede admitirse que la curva que representa la fuerza variable de la comente de inducción y el movimiento de la membrana del receptor se confunden. Estas dos curvas, sin embargo (1), no vibran sincrónicamente; hay entre ellas u n a diferencia de fase de media vibración simple. (1) Niaudet.—Tetephone... p. S4 y siguientes.
EL MICRÓFONO.
libro
sexto.
NUEVO CARACTER DE I.A TELEFONÍA.
CAPITULO
XXIV.
Origen del micrófono.—Reivindicación de M . Edison.—Micrófono rudimentario.
E l micrófono es un instrumento telefónico que revela, amplificándolos, los sonidos mas tenues que se sustraen á la percepción de nuestros sen-
tidos. El micrófono es en cierto modo un simple teléfono transmisor de pila, que, dentro de condiciones determinadas, acusa con un aumento considerable las vibraciones sonoras que le afectan. Esas condiciones parece que se hallan fijadas por la diferencia que se ha observado entre la a m p l i ficación obtenida para las vibraciones transmitidas mecánicamente al instrumento por cuerpos sólidos, y las que recibo por el intermedio del aire. L a s primeras resultan aumentadas considerablemente, no asi las sogandas, las cuales si resultan mayores que en los sistemas ordinarios, no guardan, empero, |a proporcion de amplitud
Micrófono de pun'as de París (fig si).
que en aquellas se observa. Así, por ejemplo, las pisadas de u n a mosca posada en la peana del micrófono producen al oido la sensación del paso de un caballo, en tanto que los sonidos de la v o z humana revelan el m á x i m u m de su amplitud en la distancia de veinte ó treinta centímetros del receptor á que por lo común suelen hacerse perceptibles. U n a cajita de música colocada en contacto con la base del micrófono acusa una virtud fonética tan desordenada é intensa, que hay que sustraerla á aquel contacto para hacer inteligibles sus sonidos. M a s cuando discurramos sobre las condiciones y la naturaleza de ese n u e v o prodigio de la ciencia, y a tendremos ocasion de estudiar esta y otras particularidades del micrófono ; por ahora procedamos á historiar su origen. A l hablar de Edison citamos como por incidencia el desorden que en su humor flemático y filosófico introdujo el descubrimiento del ilustre físico inglés M. Hughes. A u n repercuten casi por las columnas de los periódicos americanos, los ecos tormentosos de la querella que entonces provocó en reivindicación del derecho de prioridad que su teléfono
de resistencias variables, á su entender, le concedía. Esta seria, pues, la ocasion de que tomáramos filiación en uno ú otro do los bandos en que el mundo sabio hubo de dividirse, si el convencimiento de que nuestra entidad indocta habia do ser flaca adición para el grupo á que nos uniéramos, no entibiara nuestro ardor polemistico. Verdad es que el litigio nos parece inútil, a d e más de que la simple exposición de los trabajos realizados por M. Hughes y la descripción de su aparato han de bastar á cualquiera que los c o m pare con los de Edison, y a descritos, para formar su criterio acerca de una controversia de carácter tan exclusivamente personal. Procedamos, pues, á referir el origen del micrófono, según su autor lo ha revelado, y digamos de paso que su explicación no parece haber dejado m u y plenamente satisfechos á los que, en el curso de aquella cuestión, menos favorables se le han mostrado. Teniendo en cuenta M. Hughes que la luz y el calor logran modificar las condiciones]de conductibilidad eléctrica de los cuerpos, concibió la sospecha de si la transmisión de vibraciones sonoras en un circuito recorrido por una corriente, podría
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BIBLIOTECA ILUSTRADA » E T R I L L A Y S E R R A .
do u n a m a n e r a a n á l o g a modificar su conductibi- ¡ C A P I T U L O XXV. lidad. E n esto caso la c o n t r a c c i ó n y dilatación de las m o l é c u l a s c o n d u c t o r a s b a j o la i m p r e s i ó n de . Micrófono de carbón.—Micrófono parlante.—Condicionas los s o n i d o s daria por r e s u l t a d o la transmisión, la del instrumento. a c u s a c i ó n de estos s o n i d o s á distancia, por cuanto de dicha v a r i a c i ó n 011 la conductibilidad del D e l c a r b ó n , pues, echó m a n o Mr. H u g h e s para circuito resultarían m o d i f i c a c i o n e s c o r r e l a t i v a s y la realización de su m i c r ó f o n o , y con él v e m o s , por decirlo asi s i n c r ó n i c a s en la intensidad de la s i g u i e n d o el orden de ideas p o r el m i s m o físico corriente de q u e el circuito se hallara i n v a d i d o ; inglés emitidas, q u e tras u n a serie de e x p e r i m e n estas m o d i f i c a c i o n e s p o n d r í a n en f u n c i ó n u n tetos q u e p o d r í a m o s llamar i n v e r s o s v i n o á parar l é f o n o situado dentro de aquel circuito. á u n a a n á l o g a , pero m a s trascendental a p l i c a c i ó n E s t a hipótesis del ilustre fisico i n g l é s no p a s ó de del principio y a c o n o c i d o del teléfono de E d i tal; pero en los exp> r i m e n t o s á q u e la sujetó h u b o son. E - t o no a r g u y e ciertamente f<dta de o r i g i n a de encontrar, i n d e p e n d i e n t e m e n t e , á lo q u e parelidad. L a f o r m a del m i c r ó f o n o y los efectos en él ce, del principio e v i d e n c i a d o por Edison en su tee n c o n t r a d o s p r o c l a m a r í a n « l o e u e u t e m e n t e lo conl é f o n o , la idea m a t r i z de q u e se g a u e r ó el micrótrario si n o s e m p e ñ á r a m o s en desconocer un hefono. cho b a j o todos c o n c e p t o s evidente. H i z o la p r u e b a en un hilo mptálico tenso, sin L is f i r m a s s e g ú n las c u a l e s s e ha p r e s e n t a d o n i n g ú n f r u t o ; m a s c u a n d o el hilo, sujeto á u n a el bellísimo d e s c u b r i m i e n t o de Mr. H u g h e s s o n f u e r t e \ i b r a c i o n , se quebró, e x p e r i m e n t ó un soy a m u y n u n v r o s a s ; p i r o s-iendo su principio el nido. Este s o n i d o fué la revelación de su i n v e n t o . m i s m o y difiriendo poco en s u s resultados, dareM . N audet, sin e m b a r g o , o p i n a q u e dicho s o n i d o m o s la q m , siendo m a s elemental, r e ú n e al par n o f i a el t f ct<> q u e b u s c a b a ni d' bia h a b e r l e á esta c iiidicion u n a s u p e r i o r sensibilidad. m a r a v i l l a d o , p u e s consistía p u r a m e n t e en un feEl i n s t r u m e n t o (fig. 33) consiste en u n a p e a n a n ó m e n o c o n o c i d o en física y d e s i g n a d o p o r la de m a d e r a á la cual va u n i d o u n prisma de m a extra-corriel te de r u p t u r a de un circuito. d-ra t a m b i é n , s i t u a d o verticalnieute á aquella. E n S i n duda M . H u g h e s n o h u b o de j u z g a r l o así, u n a de las caras de este prisma h a y a d a p t a d o s ó a c a s o la n a t u r a l e z a del e x p e r i m e n t o q u e hacia dos trocitos de c a r b ó n A B de f o r m a c ú b i c a situan o le daba l u g a r á p e n s a r en e x p l i c a c i o n e s f u e r a d o s en el primero y ú l t i m o tercio de la altura de del orden de ideas q u e perseguía : t e n i a en la aquella. E n las d o s caras de estos c u b o s q u e se m a n o los dos c a b o s del hilo c u y a r u p t u r a tan c o r r e s p o n d e n existen dos a g u j e r o s en los c u a l e s d e l e i t o s a m e n t e le s o n a r a , y s u p o n e m o s q u e insse i n t r o d u c e otro trozo de carbón C l a b r a d o en t i n t i v a m e n t e los u n i ó . O t r o s o n i d o se p r o d u j o . f o r m a de lanzadera c u y a s p u n t a s g i r a n h o l g a d a ¿ P o d í a ser esto la c o n f i r m a c i ó n d e s u h i p ó t e s i s ? N o ; m e n t e e n aquellos. E s t e l á p i z de c a r b ó n n o tiene este h e c h o parece ser u n caso m á s a ñ a d i d o á lus o r d i n a r i a m e n t e m a y o r l o n g i t u d q u e la de c u a t r o m u c h o s e x p e r i m e n t o s q u e dieron por r e s u l t a d o centímetros, pues es c o n v e n i e n t e ofrezca la m e n o r el t e l é f o n o de p l o m b a g i n a . P e r o M. H u g h e s , seinercia posible á las v i b r a c i o n e s q u e está l l a m a d o g ú n el m i s m o n o s dice, ante a q u e l l o s s o n i d o s á acusar. S u p o s i c i o n entre los dos c u b o s A B ha i n o p i n a d a m e n t e e n c o n t r a d o s , r e c o n o c i ó q u e basde ser l a mas p r ó x i m a á la vertical por h a b e r s e t a b a u n c o n t a c t o i m p e r f e c t o en u n c o n d u c t o r r e c o n o c i d o q u e el equilibrio i n s t a b l e era en exroto p a r a o b t e n e r los r e s u l t a d o s q u e b u s c a b a . t r e m o f a v o r a b l e á la t r a n s m i s i ó n telefónica. E s D a ahí partieron s u s e n s a y o s m i c r o f ó n i c o s . S u necesario, sin e m b a r g o , regular siempre el g r a d o j e t ó el c o n t a c t o de los d o s e x t r e m o s del hilo á de i n c l i n a c i ó n á q u e deba sujetársele, lo c u a l es diferentes g r a d o s de presión, y v i ó por ú l t i m o fácil d e p o s i t a n d o u n reloj e n c i m a del t a b l e r o ó q u e n o era i n d i s p e n s a b l e u n i r l o s cabo á c a b o p e a n a de q u e h e m o s hablado. E n t o n c e s se d e s v i a p a r a o b t e n e r b u e n o s efectos de t r a n s m i s i ó n , sino ó se acerca de la v e r t i c a l i d a d el sensible ó r g a n o q u e b a s t a b a c o l o c a r l o s s e p a r a d o s á c o n d i c i o n de de q u e v e n i m o s o c u p á n d o n o s , haciéndole produq u e u n c o n d u c t o r a t r a v e s a d o en ellos s a l v a r a la cir, en u n a serie de t a n t e o s , s o n i d o s distintos, res o l u c i o n de c o n t i n u i d a d . E n este caso los p u n t o s p r o d u c c i ó n de las p u l s a c i o n e s del reloj, h a s t a hade c o n t a c t o d e b í a n pertenecer á m e t a l de hierro. llar l o s m a s e l e v a d o s y claros. E s t o s serán los Tres p u n t a s de P a r í s u n i d a s en la d i s p o s i c i ó n q u e d e b a n c o n s e r v a r s e r e s p e t a n d o la i n c l i n a c i ó n q u e se indica e n l a fig. 21 diéronle el p r i m e r midel lápiz merced á la c u a l h a n sido a c u s a d o s . crófono. L o s d o s c u b i t o s de c a r b ó n u n e n el m i c r ó f o n o á E l resultado así o b t e n i d o n o e r a , e m p e r o , lo u n circuito por m e d i o de c o n t a c t o s metálicos, e n b a s t a n t e satisfactorio para la l i m p i e z a de la transc u y o circuito, q u e lo es de u n t e l é f o n o ordinario, m i s i ó n fónica. I n t e r p u s o p o l v o s m e t á l i c o s e n los se h a l l a u n i n s t r u m e n t o B e l l y u n a pila c u y o contactos, y la v a r i a c i ó n f u é m a y o r . P e r o en esta c o n c u r s o es en este sistema i n d i s p e n s a b l e . S e g ú n v í a le d e t u v o la o x i d a c i o n á q u e l o s m e t a l e s se M r . du M o n c e l esta pila p u e d e f o r m a r s e c o n u n o h a l l a b a n sujetos. B u s c ó o t r o s c u e r p o s q u e sin ó d o s e l e m e n t o s L e c l a n c h é , ó m e j o r con tres Daese i n c o n v e n i e n t e le dieran u n a presión l i g e r a y niell, i n t e r c a l a n d o u n a resistencia a d i c i o n a l en el c o n s t a n t e en l o s c o n t a c t o s , y v i n o por ú l t i m o á circuito. parar en el c a r b ó n p r e v i a m e n t e m e r c u r i z a d o , el E l i n s t r u m e n t o así c o m p u e s t o requiere p o r s u cual r e ú n e á u n a perfecta i n o x i d a b i l i d a d u n grae x t r e m a d í s i m a sensibilidad hallarse lo m o n o s sudo de c o n d u c t i b i l i d a d m e t á l i c a i n m e j o r a b l e denjeto posible á c o n t a c t o s c o n otros c u e r p o s q u e le tro de las c o n d i c i o n e s especiales de v a r i a b l e pretransferirían u n a serie i n a g o t a b l e de v i b r a c i o n e s s i ó n á q u e d e b í a sujetársele. e x t r a ñ a s , por c u y a r a z ó n se le suele aislar en O t r o s e x p e r i m e n t o s p r o b a r o n á Mr. H u g h e s c u a n t o cabe por m e d i o de u n a a l m o h a d i l l a en q u e a s i m i s m o q u e n o era el c a r b ó n l a ú n i c a s u s t a n c i a descanse su p e a n a . A este objeto p u e d e n utiliq u e podía ser e m p l e a d a en la c o m p o s i c i o n de un zarse el a l g o d o n e n r a m a , u n a tela c u a l q u i e r a doó r g a n o t a n s e n s i b l e c o m o el q u e se requiere para blada, ó bien a l g ú n trozo de c a u c h u c . Y a se comlas t r a n s m i s i o n e s microfónicas. L o s m e t a l e s , de p r e n d e r á que las p r u e b a s de c o n d u c t i b i l i d a d del s u y o t a n c o n d u c t o r e s , diéronle b u e n o s r e s u l t a d o s m i c r ó f o n o de q u e h e m o s h a b l a d o deben h a c e r s e y entre ellos el p l a t i n o , á c o n d i c i o n de estar soc o n a u x i l i o del t e l é f o n o establecido c o m o r e c e p m e t i d o s á c o n t a c t o s r e s u l t a n t e s de un g r a n d e estor, en el cual se a c u s a n los s o n i d o s q u e i m p r e s i o tado de d i v i s i ó n . C o n todo n i n g u n o de e s t o s elen a n los c o n t a c t o s del c a r b ó n . m e n t o s p o d í a r e e m p l a z a r al c a r b ó n , el c u a l r e ú n e á u n a i d o n e i d a d n o t a b l e , u n a facilidad s u m a en la c o n s t r u c c i ó n y u n a e c o n o m í a difícilmente superable.
E n a l g u n o s s i s t e m a s m i c r o f ó n i c o s este arreglo está facilitado p o r u n resorte a d a p t a d o al c a r b ó n vertical, merced á u n a ligera p r e s i ó n del c u a l l a in-
55 t u b o semi-cíllndrico H I G de madera también. Una de las caras latera Irs de la caja exterior tiene practicado u n orificio por el cual se emiten los sonidos al interior. E n C se halla el carbón móvil que ha de producir los contactos mediante las presiones variables que reciba de u n a palanquita ligeramente curvada A B dispuesta horizontalmente en equilibrio y en el m a y o r grado de sensibilidad á las alteraciones del aire ambiente que se produzcan, por medio de u n pivoto central y un resorte antagonista R cuya dilatación ó encogimiento se rpgula por el tornillo t. E n D se halla u n segundo carbón en contacto con el que ya hemos señalado C; este doble elemento, sin ser absolutamente necesario, tiene por objeto aum e n t a r la sensibilidad del sistema. E n efecto, p a r a indicar la superfluidad del primer carbón C se lo representa en E, en la figura. levantado y unido á u n resorte de papel que se halla fijo en la base plana de la s e g u n d a caja para facilitar su articulación. Hemos dicho al principio que el micrófono era
F.L T E L É F O N O , EL MICRÓFONO Y EL FONÓGRAFO.
clinacion conveniente de este se logra con precisión y facilidad. Muchos son como ya hemos dicho los micrófonos que se han ideado desde su descubrimiento acá, n o m e n o s con la idea de mejorar en lo posible la facultad amplificadora de' los sonidos de que el sistema se halla dotado, como con la de responder á necesidades p u r a m e n t e estéticas que no huelgan ciertamente en los instrumentos de física. A m b a s cualidades se han conseguido en una disposición especial de que v a m o s á ocuparnos, y principalmente la primera, por cuanto ha ensanchado el limite de audibilidad que en el aparato ordinario resultaba hasta el p u n t o de hacerle perfectamente adaptable á las condiciones de fonación que requiere u n a vasta sala. E s t a modificación hala introducido en su invento el mismo Mr. Hughes, quien ha llamado parlante al instrumento según la misma dispuesto. Consiste este (fig. 23) en u n a caja prismática M J L, en el interior de la cual se halla dispuesto el micrófono dentro de u n a especie de
Micrófono ilc carl'on /lií. '22i.
u n simplo transmisor telefónico ; mas comoquiera que de su descripción se habrá echado de ver que carece de aquella m e m b r a n a que recibe los sonidos, acaso algún lector se p r e g u n t e cuál es la m a n e r a de poner en actividad tan extraño instrumento. P u e s bien, la manera n o puede sor mas sencilla; cualquiera es b u e n a si con ella se produce u n sonido. E s decir que el micrófono es sensible á las vibraciones que le comunica el aire ambiente en u n círculo relativamente considerable, y m a s a u n á los mecánicas que le transfieren los cuerpos con los que esté en contacto. P o r esto último y por su a b r u m a d o r a sensibilidad es de todo p u n t o indispensableaislarlo. E a c u a n t o á los sonidos de la voz h u m a n a , resulta de las pruebas á que el i n s t r u m e n t o ha sido sometido, que puede hablarse con voz un t a n t o elevada á ocho metros de distancia de él, sin dejar de ser las vibraciones perfectamente acusadas en el receptor con la intensidad fonética que y a antes indicamos. Cerca del micrófono puede hablarse en voz m u y baja y sostenerse u n a conversación, s i e n el circuito se tiene además introducido u n teléfono Bell quo haga oficios de receptor.
Esta amplificación de los sonidos que el aire lleva al i n s t r u m e n t o , repetimos, n o g u a r d a proporcion con la amplificación que e x p e r i m e n t a n IHS vibraciones mecánicas. Algún ejemplo citamos al hablar por vez primera de esta diferente proporcionalidad, y a h o r a añadiremos otros p a r a q u e resulte mas de relieve la i n m e n s a sensibilidad de que en el segundo caso da elocuentes p r u e b a s el micrófono. Los gritos de u n a mosca y p a r t i c u l a r m e n t e el que lanza al morir, parece q u e llegan á hacerse perceptibles en el teléfono receptor. L a trepidación causada por el paso de u n carruaje p o r el empedrado de la calle m o t i v a vibraciones t a n fuertísimas en la m e m b r a n a , que llegan á d o m i n a r las causadas por las pulsaciones de u n reloj colocado en la peana misma del micrófono por m a s que estas, por herir directamente la materia de 1a, peana, resulten tan multiplicadas q u e se n o t a n á veinte centímetros del receptor. Asombra pensar el límite de a m p l i t u d que adquirirían las vibraciones que el micrófono transmite, si en vez de u n ó r g a n o tan resistente como la m e m b r a n a que no por ser idóneo deja de amor-
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BIBLIOTECA ILUSTRADA DE T R I L L A T SERRA
tiguar la potencia fónica de los sonidos que se le transmiten, se dispusiera de otro cuya sensibilidad correspondiera á la de que muestra estar dotado el n u e v o transmisor. CAPITULO XXVI. Perfeccionamientos.— El micrófono transmisor.— Experimentos de Mr. Weyher.—Una puerta microfónica.
Verdaderamente los sabios son infatigables en sus investigaciones. Habíase creído que el fluido voltaico generado por la pila era indispensable á la propagación de los efectos vibratorios despertados en el órgano microfónico ; mas tarde se reconoció que dentro de ciertos límites el mismo instrumento podia servir á la propagación de aquel, si se disponían sus carbones de modo que constituyeran con la sola adición del agua, su propio elemento; y p o r ú l t i m o hasta esta última precaución ha resultado inútil, bastando cerrar el circuito en ambos extremos de la linea con planchas de tierra, para que cualquier micrófono, a u n el mas rudimentario, llenara las funciones de transmisor telefónico amplificador que desde un principio se le habia reconocido. Esta simplificación y esta economía del sistema, no bastaban, empero; el micrófono seguia reducido á su condicion de puro transmisor, lo cual
por incomparables que fueran sus resultados, no dejaba de constituir una limitación. Pues bien ; hoy el micrófono puede servir como transmisor y como receptor juntamente. Este descubrimiento ha llenado de confusion y asombro á los sabios, por cuanto amenaza destruir cuantas teorías sobre el teléfono se habían imaginado. Verdad es que hasta el presente los efectos fónicos en u n receptor de esta naturaleza obtenidos, han sido como si dijéramos mas científicos que prácticos, mas esto en el fondo no destruye la eficacia del sistema ni arguye incapacidad para llegar á producirlos con idéntica ó mayor amplitud que el transmisor los acusa. E n el receptor microfónico, no existe efecto alguno de inducción, ni de imantación y desimantacion como en el teléfono ordinario, ni estos efectos podrían manifestarse allí donde el órgano exclusivo consiste en un pedacito de carbón mas ó menos livianamente oprimido por una palanquita de hierro. El único órgano que del teléfono es respetado en el extraño receptor microfónico consiste en la membrana, y cuenta que esa no ha de ser de naturaleza magnética, pues el magnetismo huelga por completo allí donde como en el instrumento de Mr. Hughes para nada se despiertan sus efectos. Ante un hecho tan singularísimo los físicos se han preguntado si, como parece opinarlo M. Hu-
Transmisor microfónico de Mr. Hugiies
ghes, consiste la c o m e n t e en u n movimiento vibratorio, cuando por sí sola tales efectos produce, ó bien si debe referirse el fenómeno de fonación que en el carbón se ha denunciado bajo la influencia del flúido electro-motor, al mismo fenómeno descubierto por Page operando con el hierro y que dió nacimiento al teléfono. La ciencia carece en la actualidad de respuesta satisfactoria para tales preguntas, y mientras nuevos experimentos no puedan aclarar la cuestión, continuarán en litigio las teorías controvertidas de que ligeramente hemos hablado, siquier sea por la mayor confusion que el hecho que nos ocupa ha introducido én las ideas mas generalmente admitidas. Dejando para otros el cuidado de ahondar y esclarecer u n a materia en cuyo conocimiento somos p u n t o menos que profanos, referiremos á nuestros lectores en dos palabras cuál es la disposición del nuevo receptor descubierto. Su forma difiere poco de la del transmisor •parlante de Hughes, á quien asimismo es debido el instrumento que con aquel constituye u n sistema perfectamente armónico. El exámen de la figura 24 basta para formarse u n a idea clara de un aparato cuya única particularidad, conocido el transmisor, consiste en ser vertical en vez de horizontal y de tener adherido
(fig. 23).
en la parte superior u n tubo torna-voz, que forma ángulo recto con la caja principal del receptor. E n la intersección de la caja con el tubo hay u n a membrana de pergamino á cuyo centro va unido u n o de los dos carbones que en el manipulador hemos encontrado. El segundo carbón, en contacto con el primero, está adherido ála extremidad de la palanquita, la cual, salva la inversión que en la disposición total del instrumento observamos, es exactamente igual á la del manipulador. Uno de los extremos del circuito viene á parar al pivote de esa palanca, ó lo que es lo mismo á su carbón ; y el otro termina en el carbón opuesto que es el que está en contacto con la membrana. Así, pues, lasóla interposición en el circuito, recorrido por una corriente voltaica, de ese contacto imperfecto de carbón, determinando variaciones de resistencia sincrónicas con las producidas en el transmisor, basta á despertar ligeras presiones ó por mejor decir vibraciones las cuales se traducen en la m e m b r a n a por movimientos vibratorios. Tal resulta ser el funcionismo del instrumento. L o maravilloso, de puro humanizarse y hacerse real y tangible acaba por embotar lo que se nos permitirá que llamemos la sensibilidad de la imaginación. Admirables son los fenómenos que
EL TELÉFONO, EL StlCRÓ OXO Y EL FONÓGRAFO.
sucesivamente hemos venido examinando; el último experimento, sin ir mas lejos, puede ser de una transcendencia tal en el orden científico, que las teorías que informa pueden causar una revolución. Como efectos experimentales es , sin embargo, muy mediano. El teléfono mismo, escueto, sin la adición del micrófono transmisor, basta & superarle; pero ni este experimento ni cuantos hasta el presente hemos referido, pueden compararse, siquier sea por los extraños elementos con que se verificó y por lo que en consecuencias entraña, al que con anterioridad al descubrimiento del micrófono llevó á cabo el ingeniero inglés Mr. Weyher. «En un ángulo de una sala, dice el mismo Mr. Weyher (1), suspendí una placa de hierro oxidado ó de latón cuyas dimensiones, sin notable alteración en los efectos, hice variar desde '/,„ de /m á lm;' en espesor y de 1 5 X W á 30X25 de superficie. »Casi en el centro de esta y rozando ligeramente con la placa terminaba una bolita de coke ó de carbón de retorta ó acero calcinado, pendiente de un hilo delgado de cobre que con la placa comm
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pletaba el circuito. Al extremo de este había un teléfono, situado en una habitación apartada; una pila animaba el sistema. •Ahora bien; las vibraciones que en la placa producían los ruidos ambientes, determinando diferencias de contacto entre ella y la bolita, ocasionaban cambios en la intensidad de la corriente, los cuales en el receptor se acusaban por vibraciones al unisono con las vibraciones de los ruidos causados en el recinto de la sala.» Htsta aquí los resultados no superan á los del micrófono. «La p!aca vibrante, añade, empero, Mr. Niaudet, puede colocarse vertical ú horizontalmente ; además, Mr. Weyher llegó á obtener iguales resultados estableciendo los contactos por medio de una puerta de madera que hacia oficios de placa.' Con cualquiera de estas disposiciones se pudo oir en el receptor todos los ruidos sin distinción, que con relativa intensidad se producían en la pieza, desde los sonidos de la voz hasta el movimiento de un péndulo situado en la habitación. Otros y no menos interesantes experimentos hizo aun Mr. Weyher.
Receptor microfónico |(l¡,'. i i;. Sobre un tablero de madera horizontal realizó un micrófono análogo al que hemos descrito y representa la figura 21, pero en el cual los clavos paralelos eran reemplazados por dos hilos muy aproximados y el transversal por una barrita de carbón. Los hilos estaban tendidos horizontalmente por medio de dos soportes. Los efectos que así obtuvo Mr. Weyher en nada cedieron á los de la placa vibrante. CAPITULO XXVII. Espionaje por el micrófono.—El general Prim.—El micrófono al servicio de la clevocion.—Audición microfónica del l)oii Pasquale.—Aplicaciones científicas.—Sonda microfónica.
¡ A qué género de reflexiones no se presta la forma misma, el sitio y hasta los componentes de que se sirvió Mr. Weyher en su experimento ! ¡ Una puerta sirviendo de placa vibrante en un sistema telefónico que se asimila y acusa cuantos ruidos se producen dentro de una esfera de vibraciones tan extendida como la que supone el (I) Niaudet.-Telephones et Fonographes, p. 128y 129.
relato que hemos extractado ! ¿ Será preciso que lleguemos á asustarnos ante la sola idea de los progresos que en este camino se realizarán, sin duda? ¿O tendremos que exclamar como un Lord académico que, abarcando con el pensamiento todas las consecuencias de una aplicación del parlero intrumento que ante sus ojos se ensayaba, dijo que seria preciso pedir á Mr. Hughes el antídoto contra las terribles indiscreciones de que su invento llegaría á hacerse culpable? ¿Qué confidencias, qué secretos de Estado, qué tiernas declaraciones de amor podrán en lo sucesivo hacerse sin misterio, ó sin la zozobra cuando menos de una publicidad extemporánea ó escandalosa? No hay que esforzar mucho la imaginación para vislumbrar muchas y muy extrañas aplicaciones de un instrumento revelador tan sutil é indiscreto de las intimidades ajenas. En la esfera privada como en la de la gobernación de los Estados, en los secretos del hogar lo mismo que en los secretos de las cancillerías, nadie se hallará muy seguro si tiene en torno suyo algún enemigo y aun amigo ó criado audaz y poco escrupuloso. Una policia avisada puede hallar en el micrófono un campo de exploraciones en el que hoy solo por incidencia y en fuerza de astucia y actividad puede pe-
58 B I B L I O T E C A I L U S T R A D A [IF. T R I L L A T S E R B A . netrar, y los políticos y diplomáticos tan celados nes y perfeccionamientos del instrumento en que de c o n t i n u o de sus colegas y adversarios, tendrán descansan las hagan m a s asequibles y vulgares. que rodearse de las mayores precauciones para Una dama inglesa tan devota como achacosa 110 poner en noticia del enemigo ó el rival sus mas á quien u n a larga enfermedad tenia postrada en recónditos secretos. cama hacia años, velase privada por esta causa P-ln nuestros t i e m p o s las conferencias políticas de asistir á los divinos oficios que se celebraban y diplomáticas desempeñan un importantísimo en la iglesia del lugar, distante tres kilómetros de papel en los destinos de las naciones. No hay su señorial morada. Un dia se lamentó de esta guerra á la que n o precedan viajes diplomáticos privación ante su amigo M. L u i s J . Crossley, y y entrevistas, con cuyo disfrazado pormenor sueeste condolido de su pesar brindóse á procurarle le mistificarse á todo el m u n d o . No hay crisis á aquel gozo espiritual que podia ser m u y tficaz la que n o precedan y sigan conferencias también, en su estado. Para ello el celoso amigo colocó, á, que luego se explican de m u y diversas maneras. hurtadillas del sacerdote oficiante, un micrófono ¿Existirá el misterio para todo el m u n d o , será hábilmente dispuesto en el pulpito mismo del posible la ocultación de los secretos, acuerdos y sagrado lugar, cuyo micrófono servia de t r a n s pactos que en ellas se establezcan, cuando se misor á u n teléfono colocado en el castillo de la aguce y explote u n medio tan expedito de acusadevota enferma. El sermón, el canto de los filidora y clandestina divulgación ? greses y todos los detalles del servicio religioso E s imposible calcular la trascendencia que la fueron de este modo percibidos y seguidos con práctica de un invento tan peligroso,en ocasiones gran fervor por la valetudinaria dama. Ei hecho pudiera ejercer en la opinion de los hombres y se divulgó, y lejos de haber sido el recurso desterhasta en la actitud y en la conducta de los partirado, parece que se ha hecho extensivo á siete dos, si reducimos esa perversa aplicación á las enfermos mas de la vecindad, quienes mediante intimidades de la vida pública. u n canon ó suscricion determinada, disfrutan ¿ Habrá, por ejemplo, quien no imagine el eshoy de las funciones religiosas desde el lecho -ó t u p o r y el desencanto de los constitucionales si el sillón á que se hallan condenados. en u n m o m e n t o dado, en ocasion reciente y por Este hecho ocurrido en Harlifax tiene, además demás s o l e m n e , como los chicos de lugar a n t e del testimonio de personas respetables, todos los los súcios cristales de u n a linterna mágica, hubiecaracteres de la verosimilitud; de los de la posibisen podido aplicar el oido á u n a série de teléfolidad n o habrá quien tenga duda conocida la n a n o s en cuyas m e m b r a n a s vibraran frases que turaleza del mierófono; mas por si hubiere quien equivalían á la pérdida de aquella robusta espese mostrase refractario á su admisión, relatareranza por la cual la murmuración política ha mos otro hecho que se halla consignado en el querido individualizar su parlamentaria entidad? Journal TelegrapHqwe de Berna del 25 de julio Verdad es que si en algún caso la curiosidad pasado. de políticos indiscretos ó la infidelidad de serviHallábase de paso en Bellinzona (Suiza), u n a dores desleales daban lugar á la punible divulgatroupe lírica italiana, y se propuso dar en el teatro ción de secretos que n o por tratarse entre homde la población una representación del Don Pasbres públicos merecen menos la discreción t a n quale, de Donizetti. E l jefe de telégrafos de la lorecomendada entre particulares, podria aplicarse calidad Mr. Patocchi quiso aprovechar esta cop a r a su correctivo un medio i n g e n i o s o , n a d a y u n t u r a para experimentar ei micrófono como n u e v o por cierto, pero del cual nos ofrece un transmisor, y al efecto colocó u n o en el antepeejemplo nuestra historia contemporánea. cho de u n palco de proscenio, previamente disLo. citaremos, en gracia de su oportunidad, en puesto en circuito con cuatro teléfonos Bell sibreves palabras. tuados en una sala de billar á donde n o alcanzaEl general P r i m hallándose emigrado en L o n ban ni las voces de los cantantes ni los sonidos dres y disponiendo los últimos hilos de la t r a m a de la orquesta. P u e s bien, el resultado de esta aurevolucionaria que debia reintegrarlo á s u patria, dición trascendental dejó admirados á cuantos tenia á su lado u n criado c u y a infidelidad le era disfrutaron de ella. L o s dilettanti, bajo el p u n t o conocida, ó por lo m e n o s sospechada. de-vista de la belleza y propiedad musical, la juzE s t e criado estaba, en efecto, vendido á la poligaron irreprochable. L a s notas f u e r o n correctacía española que perseguía á su señor, y por él samente transmitidas en todo su valor é integribia aquella los menores pasos que daba ó pensadad. L o s acentos mas suaves, los matices mas teba dar el general. nues y fugaces de la voz h u m a n a , lo propio q u e los m a s vibrantes, asimilóselos por decirlo asi, Un día el Conde de R e u s escribió u n a carta con rara codicia y, propiedad el órgano microfóbastante larga dando precisos detalles del itinenico y transfiriólos al receptor tan fielmente, q u e rario que pensaba seguir para penetrar en Espapudieron hacerse apreciables las cualidades de ña á dar el grito de la rebelión; y esperó á que su voz de los artistas y las mismas de la partitura criado se hallara presente para rasgarla y arrojar que en tan singulares condiciones se escuchaba. con afectado disgusto, en trozos n o m u y menudos, la carta al cesto. Esos dos ejemplos acerca de cuya autenticidad Aquella vez el espionaje del criado no se desn o creemos pueda abrigarse la menor duda, dicen m i n t i ó ; la carta f u é recogida; sus f r a g m e n t o s hupor sí solos mucho m a s de lo que nosotros pubieron de ser cuidadosamente recompuestos y diéramos haber especulado en materia de aplicaleidos, porque el General p u d o llegar hasta la ciones microfónicas bahía de Cádiz sin tropezar en el camino con E n realidad este magnífico i n s t r u m e n t o reveembarazos y peligros que, sin aquella circunstanlador y amplificador de los mas débiles sonidos, cia, seguramente la policía se habria apresurado á no siendo en definitiva mas que u n transmisor prepararle (1). telefónico perfeccionado, n o exige u n estudio esCreemos que , para honra de la ciencia, aquepecial de las funciones á que p o d r á dedicársele llas aplicaciones de mala ley ni se han hecho ni por serle comunes cuantas h e m o s indicado en se h a r á n en lo sucesivo. Mas licito es creer y a u n otro lugar. se debe esperar que prosigan en m a s vasta escala Verdad es que la naturaleza sutil del micrófono algunas ya iniciadas y de las que brevemente haensanchando la esfera del poder fonético de que blaremos, sobre todo cuando n u e v a s modificacioel teléfono se hallaba dotado, y haciendo por tanto posibles multitud de usos p a r a l o s c u a l e s e l Bell (1) Referimos esta anécdota do memoria, por no sor percomún hubiera resultado incompetente, hallegado tinente al fondo de nuestro trabajo. Los que quieran verla á constituir dentro de su propio sistema, u n sisteconfirmada y acaso rectificada la hallarán en el tomo último de la „Estafeta de ('alacio." ma especial, característico, con virtualidad p r o -
E L T E L É F O N O , EL MICRO 0 X 0 V EL FONÓGRAFO.
pia, al que corresponde como tal el privilegio de otras nuevas y mas trascendentales aplicaciones y la esperanza de llegar á convertirse en auxiliar de r a m a s diversas y m u y i m p o r t a n t e s de la ciencia. Pasaremos u n a revista m u y ligera á todas esas aplicaciones, ya que la discusión de ellas, y aun siquiera su pormenor exigirían u n particularesestudio. El micrófono puede ser empleado como transmisor telefónico; es decir que el invento de M. Hughes, intercalado en un largo circuito telefónico, renueva, da nuevo vigor á las vibraciones sonoras que parten de los extremos de la linea. E s este un descubrimiento que se nos figura h a d a ' dar considerable luz respecto á la naturaleza de los f e n ó m e n o s que se desarrollan en la electrofon ia. Una linea microfónica en una linea de bloqueo ó frente á un campo atrincherado, puede ser celoso espia de los movimientos del enemigo, supliendo con su sensibilidad á la limitación de nuestros oidos y vista. L o s escapes de gas entre las quebrajas de las mitins, los movimientos de los buques en la proximidad de los torpedos, los ruidos interiores terrestres que suelen preceder á las erupciones volcánicas y á los temblores de tierra, no escaparán ciertamente á la poderosa acción de u n i n s t r u m e n t o que vibra al unisono con todas las vibraciones que el airo ó la masa le transmiten. Por último, la medicina base propuesto convertir el micrófono en poderoso auxiliar para hacer r m s efictces los procedimientos de la auscultación y de la exploración en el interior del cuerp o h u m a n o en ciertos casos, y los trabajos que en este p u n t o se han verificado merecen por su trascendencia y novedad que detengamos en ellos n u e s t r a atención, breves momentos. L o s trabajos emprendidos singularmente por facultativos extranjeros para obtener del micrófon o u n auxiliar del diagnóstico, en diversos casos concretos de la medicina, y sobre todo en los que tienen relación con la cirugía, han sido muchos, pero sus resultados, por p u n t o general m u y limitados, acusan incertidumbre en los experimentadores ó falta de perseverancia en su prosecución. L a medicina posee u n i n s t r u m e n t o especial llamado estetóscopo cuyo oficio consiste en facilitar la auscultación de los ruidos interiores que se producen en el cuerpo h u m a n o , tales como el de los p u l m o n e s y el corazon, y otros infinitos en cuya existencia debe creerse, n o obstante que se sustraen por su tenuidad á nuestra m a s potente auscultación. E l micrófono estaba indicado para revelar ese m u n d o inexplorado de sonidos; y en efecto, algunos ensayos m u y superficiales hechos con él hicieron concebir de su eficacia los mas lisonjeros resultados. El doctor aleman Hueter, por ejemplo, habia reconocido que 1a introducción apretada de u n dedo en el conducto auditivo despierta u n zumbido particular q u e a t r i b u y ó á la circulación de la sangre por los capilares de la piel. No era m u y fácil adquirir la certidumbre completa de que fuera esta la verdadera causa, siendo la experimentación de sus efectos t a n l i m i t a d a ; mas esa certidumbre se la procuró al doctor Hueter la posesion del micrófono, por medio del cual y por u n a serie de procedimientos corroborantes que no son de este lugar, v i n o á adquirir la completa seguridad del juicio que habia f o r m a d o . E l doctor Hueter despues de algunos ensayos de auscultación que le a c o s t u m b r a r o n el oido á las vibraciones del micrófono, situó los dedos sobre la p e a n a de este i n s t r u m e n t o y reconoció en el ruido que el teléfono le acusaba el timbre espe-
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cial que la aplicación directa del dodo le habia dado. Pues bien ; tratábase de dilatar el campo de estos experimentos, y mientras Mr. Hughes y el Doctor liichardson se ocupan en Inglaterra en buscar la manera de facilitarlos, en F r a n c i a M. Ducretet ha construido u n estetóscopo c u y a bondad y utilidad han sido fuertemente impugnadas. Resulta, en efecto, de la controversia que en este p u n t o se ha trabado, que el i n s t r u m e n t o revelador que constituye la base del sistema, es decir el micrófono, ofrece u n a sensibilidad t a n mecánica, tan inconsciente, tan a b r u m a d o r a y absoluta, que saca al exterior todos los raidos, ó muchos por lo m e n o s de los que en el interior del cuerpo se producen, y inas de los necesarios desde luego para producir una abigarrada é ininteligible confusion.
Si se nos permitiera la aplicación al hecho q u e nos ocupa, de u n a locucion vulgar , diríamos que las revelaciones del micrófono convierten el cuerpo h u m a n o en l o q u e llamamos u n a olla de grillos. Claro está que tan desordenado sincretismo de ruidos hace m u y difícil u n a inteligente auscultación; mas á este a r g u m e n t o , e v i d e n t e m e n t e exagerado que alegan los i m p u g n a d o r e s del sistema, tal vez por antipatía al i n s t r u m e n t o estetoscópico de Mr. Ducretet, existe la creencia m a s racional y sensata, sin duda, de los que confian en u n a educación dal oido para penetrar algún día sin confusion y aturdimiento, con los ojos de la inteligencia, en ese pequeño p a n d e m ó n i u m q u e llamamos cuerpo h u m a n o . Mientras este p u n t o se esclarece y aquella educación se adquiere, los beneficios que para el diagnóstico habrá de reportar u n a sagaz ausoul*
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BIBLIOTECA ILUSTRA
tacion microfónica, quedan como ya hemos dicho punto menos que ilusorios ó reducidos á la esperanza de que su aplicación á las clínicas de los hospitales habrá de ser muy útil cuando cada alumno, con ayuda de su trompetilla, pueda, siguiendo la aplicación sobre el cuerpo del paciente que del aparato estetoscópico haga el profesor, observar por si mismo los fenómenos de vibración humana á los cuales someta aquel sus explicaciones y diagnóstico. Mas afortunada ha sido la medicina cuando ha querido someter el micrófono á las exploraciones de la vejiga para determinar la existencia de las piedras que en la enfermedad calculosa fórmanse en ella. El resultado de las tentativas en este sentido verificadas por MM. Hughes y Thompson ha consistido en la construcción de una sonda microfónica cuya bondad ha quedado sancionada por el veredicto de una práctica experta é irrefutable. Esta sonda está formada por un vástago Maillechort ligeramente curvado por la parte inferior y en contacto por la superior con un sensible micrófono de carbón.
I D E TRILLA T S E R R A .
La figura 25 representa su disposición. Para operar con ella se la pasea por el interior de la vejiga, y apenas la punta del instrumento tropieza con algún cálculo, por diminuto que sea, el rozamiento que se produce determina una sene de vibraciones en el aparato telefónico. Estas vibraciones son en mayor ó menor número según sean mas ó menos persistentes y repetidos los contactos de la sonda con el cuerpo pedroso contenido en el interior de la vejiga. Conviene advertir, sin embargo, que las fricciones de aquella con las paredes de esta parte del cuerpo humano suelen asimismo producir vibración; mas esta es muy distinta de la primera, por lo que precisa observar la necesaria precaución y sobre todo una práctica preliminar que ponga el oido á cubierto de un error que podría ser peligroso. A evitarlo contribuye también el uso de un instrumento cuya sensibilidad no sea excesiva, ó que por lo menos sea bien conocido del operador que en sus vibraciones ha de fundar el dlagnóstico. Tal es la única aplicación positiva que del micrófono ha hecho hasta hoy la medicina.
EL FONOGRAFO. LIBRO SÉPTIMO, UNA
MARAVILLA
CAPITULO
ACÚSTICA.
XXVIII.
U n a sesión de la A c a d e m i a d e C i e n c i a s f r a n c e s a .
La aparición del fonógrafo despertó el mismo sentimiento de incredulidad que hemos visto producirse en ocasion del teléfono. Ni la garantía que debia ofrecer el nombre de su inventor, casi
legendario, fué parte á sofocar un impulso que acompaña siempre á la aparición de lo verdaderamente maravilloso. Este es el mayor elogio que se puedo hacer de un invento. Hoy que analizamos y descutimos la mas sorprendente concepción del físico americano, aquella incredulidad apenas si se concibe. Y no es ciertamente porque á la sazón no fuere legitima y disculpable, sino por otro hecho natural, lógico, cuyo orlgon podríamos bailar en el mismo invento cuya aparición nos asombrara.
Konaulógrafo de Scoli (ftg. atj).
Ofrécese este con tales caracteres de sencillez, es en su funcionisrno tan fácil y evidente, que, cuando exento el espíritu de la impresión de la maravilla que en un momento le embargara, desciende al análisis del admirable organismo que tan vivamente le impresionó, tanto se identifica, tanto se asimila, por decirlo así, la obra maestra del sabio, que la magia de aquel momento desaparece y solo queda la admiración fria y razonada que pesa los quilates del entusiasmo por el cómputo de las dificultades que ha debido vencer el inventor. ¿ Es esto justo ? Aquella incredulidad, hija de la maravilla y hermana del asombro, brilló en todo su apogeo en una sesión memorable celebrada por el Instituto francés. Ensayábase por vez primera en Europa el magnifico instrumento de Mr. Edison, y la docta Academia que guarda las tradiciones de los Laplace, los Arago, los Ampere y tantos otros, que cuenta en su seno los sabios mas ilus-
tres de la Francia, aplaudió sin reserva y sin tasa, se entusiasmó hasta el rojo blanco, cual hiciera cualquier público indocto de lugar, ante los primeros prodigios de fonación, ante los primeros acentos humanos automáticamente reproducidos por el invento maravilloso. Aquel arrebato fué un meteoro. El rubor del entusiasmo, la duda, arqueó las agobiadas cejas bajo aquellas frentes laureadas. Temieron las lumbreras del saber francés ser victimas de la mas audaz superchería ; y sin miramiento alguno al nombre de Edison, sin consideración al respetable patrocinio del ilustre du Moncel, su propio colega, allí presente, y bajo el cual el aparato se ensayaba, acusaron de ventriloquia y de mistificación al yankee Mr. Puskas que con el fonógrafo Edison mandara. Fué preciso que el operador se sometiera á las pruebas mas contradictorias; que el mismo du Moncel ensayara por sí mismo y tratara de hacer funcionar el aparato; y cuando tantas pruebas
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BIBLIOTECA ILUSTRA L DE TRILLA T SERRA.
repetidas, tantos testimonios concluyentes hubieron, ya que no borrado las dudas, acallado las protestas cuando menos, empezó el análisis critico del invento, que con la completa y amplia satisfacción de aquellas, acaso apagó la última reminiscencia de aquel primer entusiasmo delirante. Entonces fueron pasados en revista todos los precedentes que de la fonografía se tenían, y se exhumaron vagas especulaciones que un físico formulara casi en el siglo anterior; y á pique estuvo la misma docta Academia que á poco arroja de si el invento prodigioso, de haberlo incubado en su seno, pues en un pliego cerrado que en sus archivos guardaba describíase uu aparato análogo, que á ser denunciado por su autor con anterioridad, hubiera podido llenar en el génesis del fonógrafo, una función parecida á la que Reiss desempeñó en la invención del teléfono articular. CAPITULO XXIX.
Orígenes del fonógrafo.—Fonautógrafo de Scott.—Descubrimiento del fonógrafo.
Edison se ocupa mas de producir que de narrar; la forma exegética no le es propia; así que deja al cuidado de los reporlers que le asedian en su Olimpo de Menlo Park el cuidado de llenar con anécdotas mas agudas que verdaderas el va-
ció que en la historia de sus creaciones deja, muy al revés de Graham Bell cuyas ideas se engranan como los anillos de una cadena en la sencilla Memoria en que refirió al mundo su invento. No trataremos nosotros de llenar este vacio, ni, como la critica científica, ahondaremos en la sima de la Historia para buscarle rivales ó colaboradores al físico de Nueva-Yorck. Un solo antecedente aduciremos, no tanto por la parte que haya tenido en la creación del fonógrafo, como por lo que él podrá servirnos para aclarar la descripción de su funcionismo, y porque en él precisamente halló asimismo Graham Bell alguna de las ideas que para la concepción de su teléfono le faltaban, según dejamos consignado en los primeros capítulos de este libro. Nos referimos al fonautógrafo de Mr. León Scott. Este físico imaginó en 1857 un instrumento, designado bajo aquel nombre, que tiene por objeto la representación gráfica de la curva descrita por las vibraciones sonoras. Consiste el aparato (fig. 26) en un tubo de zinc A cuya forma es la de un paraboloide truncado, cuya sección menor está cerrada por una membrana de tripa que dos anillos a y b sostienen fija en el borde del tubo y á la cual la pieza e sirve para dar mayor ó menor tensión. En el centro de esta membrana que por ser el foco del paraboloide recibe concentradas las vi-
Fonógrafo de Edison (fig. 27).
braciones de los sonidos emitidos al interior, según se indica en las líneas de proyección LI, L' I', L" I", se halla el estilete por cuyo medio se inscriben las ondulaciones de aquellas. Dicho estilete está formado por una crin de jabalí terminada en una barba de pluma, y se adhiere á la membrana con un poco de cera. Al alcance del estilete se coloca el cilindro B en cuya superficie, recubierta por un papel ahumado, se inscriben las ondas sonoras. Esta inscripción se hace de la manera siguiente: Al dirigir la voz al interior del tubo, el estilete vibra sincrónicamente con la membrana, cuyas deformaciones las determinan las vibraciones de aquella. Si entonces se da vueltas á la manivela M, el cilindro, que está dotado de un doble movimiento de rotacion y de translación sobre un eje labrado á rosca en uno de los extremos y montado sobre un caballete fijo, recibe en su superficie la huella sinuosa que imprime el roce del estilete. Cuando el cilindro por su movimiento de traslación se ha colocado fuera del alcance del estilete inscriptor, se quita el papel que rodea su superficie, se le baña en alcohol y queda impresa la curva descrita por el fluido sonoro. Tal es el fonautógrafo de Scott. Tal es también la primera parte del fonógrafo de Edison; faltaba empero obtener por un procedimiento inverso la reproducción acústica de los sonidos representados por la curva inscrita en el
instrumento, y esto es lo que constituye el invento del sabio americano. Sea cual fuere el origen que al fonógrafo atribuya la oficiosidad no siempre discreta de los admiradores del ñsico americano,parécenos indudable, y en modo alguno depresivo para el genio inventar de Mr. Edison, que el instrumento que hemos descrito habrá sido el punto de partida del magnífico descubrimiento que historiamos. El problema de la fonografía no era nuevo en el campo de la ciencia; algunos sabios antes que Edison lo habian estudiado; y aunque entre tantas solo una de las lucubraciones á que los físicos se entregaran haya podido responder en cierto modo á la idea capital que en el fonógrafo se vé realizada, es lo cierto que de esas tentativas alguna seria conocida de Mr. Edison para estimularle y esclarecer su sutil ingenio en la árdua empresa. Verdad es que obedecían las mas de aquellas tentativas, antes mejor que á reproducir los movimientos fónicos que las curvas representaban, á hacer inteligibles por la lectura los sonidos ó las letras de que habian nacido, de modo que resultara un diagrama para los sonidos musicales ó un sistema caligráfico para las palabras; y que bajo ninguno de estos conceptos podia su observación convenir á Mr. Edison, con tanto mayor motivo en cuanto tenia este dentro de la misma serie de sus propios inventos anteriores, la idea matriz del organismo que necesitaba. Por esta razón no queremos entrar en el exá-
EL TELÉFONO, EL MICRÓFONO V EL FONÓGRAFO. 63 men de ninguno de aquellos experimentos; y gía con el fonautógrafo de Scott que ya hemos prefiriendo buscar en el conocimiento del fonau- descrito. tógrafo de Soott y en el recuerdo de algunos de Compónese, pues, esta parte de una membrana los descubrimientos anteriormente descritos los metálica sutil, que en la (fig. 28) que repreorigenes mas probables del fonógrafo, no trata- senta un muy corte instrumento, se indica con la remos de cercenar á Mr. Edison la gloria envi- inicial P. En la del cara anterior de esta membrana diable de su invento con citas importunas ó con se encuentra la embocadura muy parecida, lo relatos novelescos, que quitan en mérito á la propio que el diafragma, á losE, órganos invención cuanto le añaden en dramático interés. del teléfono. En la cara posterior y fijo al similares extremo Veamos, pues, cómo se generó el fonógrafo. de un resorte hállase el estilete ó punzón á que Nuestros lectores no habrán olvidado el electro- antes aludimos, el cual es metálico, muy cortito, motúgrafo del mismo inventor de que oportuna- y rígido. Este estilete se corresponde en sus momente nos hemos ocupado. Pues bien; fundándose vimientos con los de la membrana, pero los modeMr. Edison en el principio que ya le sirvió para ra, sin sofocarlos, un á manera de cojinete X, forobtener su teléfono químico, trató de construir mado por un trozo de tubo de cauchuc, en tanto un instrumento en el cual pudieran reproducirse que otro, señalado con X también, tiene por oben forma de sonido los trazos y puntos del siste- jeto amortiguar las vibraciones del resorte. Estas, ma Morse que se hubiesen empleado para la trans- y simultáneamente con ellas, las vibraciones de misión de ciertos despachos. la membrana determinarían sin aquel doble obsVenia á constituir esto, en cierto modo, un pri- táculo movimientos harto pronunciados en el mer sistema de fonografía que encerraba el gérmen punzón. La presión de este sobre la superficie del del magnifico invento que tanto admiramos; los papel de estaño ha de ser muy cuidadosamente signos Morse, grabados en hueco por un estilete ó regulada, y de ahí aquellas precauciones y de que punzón en una hoja de papel arrollada á un cilin- el aparato acústico todo descanse en un sistema dro cuya superficie estaba surcada por una ranuri- articulado o m (fig. 27) cuyo objeto es apartar ó ta en espiral, se traducian automáticamente en so- aproximar sagun convenga el soporte de aquel. nidos, al someter la hoja al roce de otro estilete queácada movimiento interrumpía una corriente. Ahora bien; los sonidos asi producidos eran la reproducción de los movimientos rítmicos del manipulador al trazar los signos Morse y, por lo tanto, la reproducción de los sonidos determinantes de estos signos. La reversibilidad, digámoslo así, del fonautógrafo de Scott habíala encontrado ya Mr. Edison para un efecto fonético. Faltaba que le acudiera la idea de reproducir las vibraciones de la voz, como obtenía la reproducción de los signos Morse, una vez inscrita la curva sinuosa que dichas vibraciones describen, y el estudio de la materia que debia sujetar á las variables y ligeras presiones del punzón, debió constituir la última etapa de su admirable invento. La plancha de estaño blanda y dúctil satisfizo á las condiciones del problema. I Mas cómo llegó á este último resultado ? Se ignora. Sistema acústico del fonógrafo (11«. 28).
CAPITULO XXX. Descripción del fonógrafo.—Su funclonlsmo.—Fonógrafo de superficie plana.
Dejando á un lado toda nueva consideración preliminar, vengamos por último á describir el instrumento, y á dar uua idea de las aplicaciones escasas á que hoy se le ha sometido, y de las mas vastas que la imaginación de su propio autor le tiene reservadas para el porvenir. Compónese el fonógrafo de un cilindro de latón C (fig. 27) atravesado por un eje A A' que por uno de sus extremos A' entra á rosca en uno de los soportes sobre los cuales cabalga. Dicho cilindro tiene practicada en su superficie una ranura helizoidal cuya abertura es la misma que la de la rosca del eje, de modo que al girar este bajo la acción de la manivela M, cada punto del cilindro describe una hélice. Una hoja de papel de estaño muy delgada cubre la superficie del cilindro, adaptándose en lo posible á sus anfractuosidades, para que el estilete inscripsor de que luego hablaremos pueda recorrer sin notable resistencia todo el hueco de la ranura, desde el instante en que entra en movimiento el cilindro C. Este movimiento es doble; de rotación en torno del eje, y de translación rectilínea en el sentido de la longitud del mismo. En frente de dicho cilindro se halla la parte verdaderamente acústica del sistema y la que, como el aparato anterior, guarda estrecha analo-
Tales son los componentes del fonógrafo; veamos ahora su funcionisino. Para esto, despues de haber inclinado el soporte lo necesario para que la punta del estilete roce la superficie del papel, se dirige la voz clara y distintamente modulada hácia la embocadura, procurando el contacto de los labios con las paredes de la misma. Simultáneamente con esto se pone en movimiento el cilindro. Las inflexiones de la voz determinan deformaciones en la membrana ; á estas vibraciones corresponden otrasdel punzón, cuya punta roza lasuperficie del papel en trazos ó huellas mas ó menos desiguales, y mas ó menos profundas, según sean mayores ó menores la amplitud y las inflexiones del sonido. El límite del movimiento de translación del cilindro determina la extensión de la frase que se puede registrar, la cual, si se examina el cilindro, se vé representada en la hoja de estaño por un punteado sinuoso en que el hueco y el relieve alternan desigualmente en toda su extensión. De la forma que adquiere una frase así estereotipada dará una idea la figura 29. Hasta aquí llega lo queconstituye lainscripcion de la voz; falta ahora mostrar cómo se obtiene su reproducción. El procedimiento para obtener esta es completamente inverso. So levanta el soporte; se resti-
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BIBLIOTECA
ILUSTRADA
t u y e el cilindro á su primitivo lugar; so vuelve á bajar aquel colocando el estilete con la p u n t a apoy a d a en el sitio mismo en que estuvo al empezar la inscripción; hecho esto se da vueltas al cilindro con u n a velocidad lo mas a p r o x i m a d a m e n t e igual posible á la que al hacer la inscripción tenia. El estilete n o impresionado ahora por las fluctuaciones de la membrana, tropieza, en cambio, roza con las anfractuosidades del papel, p o r q u e recorriendo la línea que a n t e s siguiera la levantan al paso y se cae á cada relieve y hueco alternados que constit u y e r o n su huella. De ahi resultan para el estilete m o v i m i e n t o s que son la repetición de los mismos que ocasionaron aquella huella; y como esos movimientos p r o v o c a n otros correlativos, es decir vibraciones, en la m e m b r a n a con la cual el punzón tan í n t i m a m e n t e relacionado se halla, fácil es comprender que de dichas vibraciones surgen sonidos que son los mismos que constituyen las palabras al a p a r a t o fonográfico confiadas. E s t o s son, en breves términos descritos, el fonógrafo y su furysionismo. Conviene advertir que, si bien la reproducción de la palabra se opera lo bastante distintamente
DE
TRILLA
V
SEBRA.
para ser perfectamente inteligible p a r a u n concurso de gente asaz numeroso y para que puedan diferenciarse las vocales de los consonantes, n o es ni con mucho tan extensa y clara como la del operador, entre otras razones porque aquí como en toda transformación de efectos mecánicos, alg u n a fuerza queda prendida en las redes del organismo que la produce. Y m u c h a debe de ser, en efecto, desde la boca al oido la que se extravia pasando y volviendo á pasar por el fonógrafo, cuando en realidad la voz que brota de la trompetilla a u n siendo la imágen, la reproducción caracterizada de la del que j u n t o á ella habló, tiene mucho de débil y velada como si surgiera de las profundidades de la tierra, aun dejando aparte cierto acento nasal característico que recuerda á los oyentes la cómica expresión de u n polichinela. Dijimos de paso que los movimientos del cilindro han de ser uniformes é iguales en cuanto quepa, al inscribir y al reproducirse la voz en el aparato. Fácilmente se comprenderá lo indispensable de esta precaución, n o siempre fácil de obtenerse en u n movimiento producido á m a n o
llepresenlacion de ui a frase inscrita en el fonógrafo (lig. 29).
como el que hemos s u p u e s t o Se i m p r i m í a á la manivela. Dependiendo el t o n o de los sonidos del m a y o r ó m e n o r n ú m e r o de vibraciones que en u n tiempo dado se producen en un c u e r p o vibrante, cuanto m a s rápido sea el movimiento del cilindro del fonógrafo, mas elevados resultarán los sonidos que r e p r o d u c e , y por el contrario bajarán si aquel m o v i m i e n t o disminuye. E s t a alteración que solo deja de existir cuando aquella igualdad es r i g u r o s a m e n t e obtenida, y que por lo demás en n a d a afecta á la cualidad mas carasterística de la voz, el timbre, es p o r otra parte m u y sensible c u a n d o lo q u e se reproduce son signos musicales, p u e s en estos el t o n o queda m u y terriblemente maltratado á poco que resulte desigualdad entre el m o v i m i e n t o inscriptor y el reproductor, siendo por t a n t o las notas m u y distintas según que la rotacion de la m a n i v e l a h a y a sido mas ó menos lenta. P a r a vencer esta dificultad, es decir, para regular los m o v i m i e n t o s del cilindro, dotóse á este de u n pesado v o l a n t e , el cual tratándose de reproducciones de la voz podía bastar á su objeto, pero
que no Se le juzgó bastante garantía en el caso de u n a experimentación severa. El resultado ha sido su reemplazo por u n sistema de relojería, cuyo m o v i m i e n t o relativamente uniforme ha dado los mejores resultados en las p r u e b a s de dúos cantados á que se sujetó al fonógrafo con este adit a m e n t o dispuesto (i). Como las corrientes ondulatorias constituyen la mayor conquista de G r a h a m Bell, así la aplicación del papel de estaño permitió á Edison la resolución del magnifico problema de fonografía que se había propuesto. P e r o este elemento t a n útil de su i n s t r u m e n t o no carece, según la práctica lo ha demostrado, de ciertos inconvenientes, ó si se quiere de u n a limitación que m e n g u a en cierto modo las v e n t a j a s que de la impresión en ella do las palabras debe prometerse. E n primer lugar (1) Al ilustrado físico de esta capital Sr. Dalman le hemos visto utilizar en sus experimentos de fonografía los efectos üe reversibilidad del motor Gramme. Así obtiene para su instrumento ana regularidad casi perfecta, mas por desgracia para el sistema fonográfico, el organismo adicional con que el Sr. Dalinau lo pone eu movimiento, solo es aplicable en gabinetes tan completos como el suyo.
EL TELÉFONO, EL MIC ÓFON'O V EL FONÓGRAFO.
todas las hojas no son idóneas para una buena fonogracion, no habiéndose aun averiguado las proporciones en que el plomo y el estaño han de guardar en ellas para adquirir el máximum de propiedades fonográficas. Cierto es que despues de grabada una hoja, es posible obtener tres y cuatro veces de ella la reproducción de la frase inscrita, pero no lo es menos que los sonidos se debilitan ácada una hastaextinguirse por completo, lo cual ha hecho pensar en la necesidad de sustituirlas por otras que permitan una reproducción indefinida. Esto último, lo propio que un aumento de poder fonético en el sistema, parece que se ha obtenido ya por el mismo Mr. Edison á juzgar por ciertos anuncios según los cuales la inscripción de las palabras seria posible aun estando el operador á alguna distancia del fonógrafo. Si esto se confirmara, podríase utilizar el sistema como taquígrafo y ponerle en combinación en una vasta escala con el micrófono y el teléfono, medios complementarios que, constituyendo circuito con dos fonógrafos colocados á grandes distancias, darian automática y simultáneamente la reproducción, por ejemplo, en Barcelona délos discursos pronunciados en las Córtes de Madrid. Este resultado fuerza es convenir que es aun
65
bastante remoto, no obstante que aquella combinación del teléfono y el fonógrafo ha sido ya efectuada con éxito. Esto se logra casando digámoslo asi las boquillas de los respectivos instrumentos. Pero volvamos á la hoja de estaño. Era nueva oeasion de pérdida en los efectos fónicos, en las sucesivas fonograciones, la dificultad de restituir la hoja al cilindro con la exactitud conveniente. Esta dificultad ha sido ya resuelta por Mr. Edison construyendo un nuevo fonógrafo en el cual el cilindro desaparece, verificándose la inscripción en una superficie plana (fig. 30) á la cual se adapta por cuatro puntos de apoyo fijos en ella la hoja correspondiente. La placa que en este caso reemplaza al cilindro tiene en su centro una ranura cuya forma es helizoidal ó la de caracol si se quiere, uno de cuyos extremos corresponde precisamente al centro de la placa y la otra al borde exterior de la curva. El estilete gracias á un movimiento de translación de que se halla dotado el soporte del sistema acústico, puede recorrer todo el desarrollo de aquella á partir del centro hasta la circunferencia. Esta es la primera y la única modificación que del fonógrafoconocemos. En la parte de un excelonte libro que Mr. Niaudet dedica al estudio do tan hermoso invento, ha-
F o i i o ^ i u f o E d i s o n de s u p e r í t e l e p l a n a (fig. :w .
llamos la transcripción de una nota que Mr. Edison dirigió al autor, y que reproducimos integra en atención á su brevedad y á las advertencias prácticas que contiene. « De la magnitud del agujero por el cual se habla, dice Mr. Edison, influye mucho la articulación: si la voz abraza el diafragma entero, los sonidos silbantes (como en shall, fleece, last) se pierden, mientras que por el contrario un agujerito de arista aguda refuerza las palabras y es mas apto á su perfecta inscripción. También se obtiene este buen resultado introduciendo la voz por una raja cuyos bordes sean dentados. »La audición es mayor si se tapa la embocadura E (fig. 28) con varias pliegues de un trapo que ahogue los zumbidos de la hoja. »Remito á V . una hoja de cobre inscrita en Ansonia (Connecticut) en la cual ha podido oirse á una distancia de 275 piés al aire libre y acaso algo mas.» CAPITULO XXXI. Aplicaciones.
Las consecuencias teóricas que han brotado de los fenómenos puestos en evidencia por Mr. Edison en su instrumento, no han destruido, como opina un físico francés, las teorías que ya se te-
nían acerca de la voz, pero tampoco estas ni ninguna otra han explicado satisfactoriamente aquellos fenómenos. Dejaremos, pues, á un lado lo poco que se ha dicho on este punto, y haciendo caso omiso asimismo de ciertos experimentos de un valor especulativo que no hace á nuestro propósito, diremos alguna palabra de otros cuya repetición puede hacer todo ol mundo antes de entrar en el detall de las aplicaciones con el que cerraremos nuestro trabajo. Acerca del experimento á que aludimos véase lo que dice Mr. Niaudet (1). « Se habla al principiar la sesión ante la embocadura y se inscribe una frase, pronunciada en francés, por ejemplo, en una parte del cilindro; se vuelve este, despues, á su sitio primitivo, y en la misma hoja de papel se inscribe otra frase que esta vez puede pronunciarse en inglés. Desde luego se nota que durante esta segunda inscripción el fonógrafo reproduce los sonidos de la primera, de modo que no parece sino que el instrumento se complace en contestar en otra lengua y al momento mismo á lo que se le está diciendo. Pero ya se tienen dos inscripciones; aun es posible llegar á una tercera; se coloca de nuevo el cilindro, se pronuncia la tercera frase y el efecto anterior se repite aumentado en una nueva y si(1)
Telephones et Fhonographes.
oo
BIBLIOTECA 1LUSTÍU!
multánea contestación. L a última inscripción es la mas clara, pero haciéndose un esfuerzo obstinado de abstracción, es posible, cuando se pide al aparato la reproducción total, entender la segunda frase ó bien la primera según se fije la atención en u n a ú otra. »Fácil es comprender que esa confusion produce un efecto m u y cómico sin dejar de llenar de admiración á los físicos.» Vengamos por último á ocuparnos de las aplicaciones á que puede ser sometido el interesante instrumento que estudiamos, con lo cual pondremos punto final á este estudio y aun al libro mism o que á los mas modernos adelantos de la ciencia hemos dedicado. Sucede con el fonógrafo lo contrario que con el teléfono, cuando de los usos de uno y otro se trata. E n este la imaginación no necesita de acicate para desbordarse y soñar en u n m u n d o de aplicaciones nuevas y verdaderamente útiles y prácticas, en tanto que en el primero hay que estimularla fuertemente, precisa fundarse en su perfectible condicion y suponerle que obra mancomunadamente con aquel para darle u n rango de aparato prácticamente útil y aplicable á ciertas necesidades de la vida. Esto no es decir que para el fonógrafo 110 se haya concebido también gran variedad de oficios no menos interesantes ó mas si cabe, que cuantos hayan podido prometerse del teléfono, mas en puridad de verdad y partiendo exclusivamente de las condiciones en que hoy por hoy el aparato nos es conocido, existe en aquella suposición u n gran fondo de poesía, que la limitada, la escasa virtud práctica del fonógrafo destruye, apenas se le somete á u n a prueba formal y exenta de quimeras. El fonógrafo es hoy un admirable, un bellísimo instrumento de física experimental y recreativa; lo que será en el porvenir dejemos que nos lo diga su propio inventor. Edison que llama al fonógrafo su hijo, ha fundado las mas risueñas esperanzas en sus aptitudes venideras. Está en su derecho; la facultad creadora del padre y los optimistas sentimientos que á este título acompañan, permiten esperar y legitimar juntamente esperanzas quizá prematuramente concebidas. Las especulaciones del sabio trnécanse en verdad tarde ó temprano, y las que Edison imagina al hablar de su instrumento no están tan fuera del m u n d o real que podamos desecharlas. Véase, pues, cómo enumera el físico de Menlo Parck las cualidades futuras de su hijo. APLICACIONES D E L
FONÓGRAFO.
A la escritura de las cartas.—En cuanto esté perfeccionado el aparato bajo el punto de vista de sus detalles mecánicos de construcción podrá emplearse en todos los usos domésticos (exceptuando ios que requieren una disposición particular) que exijan la repetición indefinida de la misma órden ó aviso ; mas como el fonógrafo tiene por principal oficio registrar la palabra y los sonidos, necesariamente ha debido ser dispuesto para obrar en consecuencia. L a disposición mas general consiste en u n a placa ó un disco en cuya superficie se ha practicado u n a ranura fina en forma de espiral y poco espaciada, á fin de que su desarrollo pudiera adquirir ia mayor longitud. Un mecanismo de relojería situado debajo, suministra su movimiento á la placa cuya ranura se halla combinada de modo que se puedan registrar hasta 40,000 palabras. E l aparato puede disponerse en condiciones tales, que por cada 10 pulgadas cuadradas de superficie de estaño sea permitido registrar hasta 100 palabras. Falta saber si u n número menor de palabras por pulgada cuadrada daria mejores efectos. E s indudable que tratando de la copia episto-
DE TRILLA Y ¿»ERRA.
lar seria preferible así, mas como no es posible multiplicar indefinidamente los tipos de máquinas y que las cartas largas resultan registradas con mas economía en una sola hoja que en dos, es posible que el aparato procure la mayor suma de trabajo posible, en la menor superficie qne sea dable. Por lo demás esta cuestión debería estudiarse detenidamente antes de crear el tipo de fonógrafo definitivo. E l funcionamiento del instrumento dispuesto para la aplicación que nos ocupa es m u y sencillo. Se coloca la hoja de estaño en el fonógrafo y se pone en movimiento el mecanismo de relojería ; se dirige la voz á la boquilla ni mas ni menos como si se dictara la carta al amanuense, y al terminar el dictado se quita la hoja del instrumento, se la encierra en u n sobre, y así, como si fuera u n a carta cualquiera, el correo se encarga de ponerla en manos del corresponsal. Este al recibirla somete la hoja á la acción de su fonó'grafo, el cual apenas entra en movimiento se encarga de reproducir la voz del que dictó su contenido, produciendo en el oido del corresponsal análogo efecto que si la oyera de labios del que le escribe; en caso de duda se puede hacer repetir la epístola por el aparato. Desde luego es fácil concebir las ventajas que á los ciegos ofrece este sistema. Como quiera que el estilete grabador puede, si se superponen dos hojas de estaño, imprimir su huella en la segunda lo mismo que en la primera, es posible copiar por duplicado y simultáneamente las cartas ya sea para dirigirlas á dos distintos corresponsales, ó bien para remitir una copia y conservar la otra. Asi los comerciantes podrían redactar su correspondencia mas delicada sin extraña intervención de un tercero. Siendo asi que por medio de la palabra es posible transmitir y oir con una velocidad de 150 á 200 palabras por minuto, la transmisión de los telégramas podrá efectuarse mas rápidamente que por los medios ordinarios, ycuando recibirán, esta operacion podrá efectuarse en medio de cualquier otraocupacion, y hasta acompañando la audición del telégrama de aquellos comentarios, exclamaciones y reflexiones que sugiera, ni mas ni menos como se hace en medio de una conversación sostenida con otra persona. Claro está que empleando el fonógrafo, podrán corresponderse entre sí ó con personas instruidas cuantos no sepan leer ni escribir, sin que por esto tengan que poner de manifiesto su ignorancia ni valerse como ahora les sucede de quien les supla con sus conocimientos. Son tan evidentes y numerosas las ventajas de este nuevo sistema "de correspondencia, que es excusado todo encarecimiento; por lo demás acuden sin dificultad á la mente, á poco que se considere la lentitud que ocasiona la inscripción de la palabra por los medios hoy practicados. Dictados.—Tan fácil es hacerse dictar la palabra por u n fonógrafo como dictársela á él u n o mismo. Los medios conducentes á ello ya son conocidos. Sin embargo, ese dictado podrá hacerse en condiciones ventajosas en determinados casos. Así, por ejemplo, u n impresor ó cajista que poseyera un fonógrafo tendría mas facilidad en componer prestando atención á las palabras que el instrumento le dictara, que no dirigiendo la vista, y separándola por tanto del trabajo que han de realizar sus manos, á u n garapatoso manuscrito en que á las veces la lectura de las frases constituye u n trabajo hercúleo de penetración y paciencia. E n este caso completaría las excelencias de la aplicación si, para la prueba y rectificación de lo compuesto, pudiera el cajista hablar directamente en el aparato. Pero en rigor la aplicación mas importante del
E L T E L É F O N O , EL MICRÓFONO Y E L F O N Ó G R A F O .
fonógrafo bajo el punto de vista que nos ocupa, seria indudablemente la que resultaría si se lededioara en las causas judiciales ó pleitos de cualquier especie á registrar las declaraciones de los testigos, los discursos de los abogados y las palabras de los jueces, ó bien empleándolo, fuera de los casos citados, á la reproducción de las arengas pronunciadas por los oradores públicos. Convenimos en que el fonógrafo en el estado en que hoy se halla no puede aun llenar tan anchas funciones, mas no tardará en recibir nuevos perfeccionamientos que le permitirán sin duda alguna aspirar á ellas. Libros— Efectuándose la lectura de los libros en buenas condiciones por personas que hayan adquirido aptitud para este ejercicio por medio de una educación previa, se podrá reproducir el registro fonográfico que de aquella resulte, componer con los registros colecciones especiales que serán nuestros libros, y estos el fonógrafo mismo se encargará de leerlos á los ciegos, á los enfermos y á cuantas personas deseen hacer conciliable esta distracción con los trabajos manuales que les ocupen los dedos y la vista. De este modo como la impresión de las hojas seria resultado de una excelente lectura, los auditores del fonógrafo tendrían la ventaja, no muy común por cierto, deoirun buen lector, y el precio de un libro cuyas hojas podrían pasar 50 ó mas veces por el fonógrofo ó, lo que es lo mismo, podría ser leído con esa repetición, aunque resultara mayor que el de u n libro ordinario, estaría compensado por las ventajas de una lectura en alta voz. Necesidades de la educación.—El fonógrafo podría ser un excelente profesor de elocucion y muy á propósito para enseñar á leer á los niños. Con su auxilio el alumno podría repetir ciertos pasajes muy difíciles, y tener un repetidor que le ayudara á aprender de memoria las lecciones. Música— Estamos persuadidos de que el fonógrafo llegará á ser aplicado con ventaja á la música,cuando se logre, comoselograráseguramente, hacerle repetir un trozo cantado con fuerza y claridad. Un amigo podrá dirigir á otro con un saludo matinal una cancioncilla cualquiera que, repetida en la tertulia casera de la noche, hará las delicias de la sociedad. Así se podrá también emplear el fonógrafo como profesor de música, sobre todo para los niños, á quienes tarareará los primeros compases con una imperturbable obstinación que envidiaría el maestro mas cachazudo. Si en lugar de maestro se le quiere convertir en nodriza, no habrá rorro que resista el inilujo soporífero de su somnolente fonación.
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Impresiones de familia.—Las últimas palabras de un moribuudo constituyen para su familia un recuerdo sagrado que á toda costa se quiere conservar. El valor de esos recuerdos aumenta si el moribundo es algún varón eminente. Pues bien, el fonógrafo permite la satisfacción de este deseo, además de que la repetición de las palabras por su medio, se hace tanto mas conmovedor en cuanto el aparato contribuye á aumentar el tono solemne que adquiere la voz de los moribundos en tan supremo instante. En cierto modo, este procedimiento es lo mismo que si se fotografiara la palabra, y como siendo así caben las reproducciones de la misma, todos los individuos de la familia podrían poseer un testimonio auténtico de les últimos deseos de un ser que les ha sido m u y querido. Libros fonográficos.—Siendo tan reducido el espacio que la inscripción fonográfica de las palabras exige, un libro estaría contenido en pocas hojas, y su ventaja mayor consistiría en poder conservar á la posteridad la entonación y pronunciación genuina de la lengua. Si los griegos y los romanos nos hubiesen legado libros de esa naturaleza, hoy no existirían dudas respecto á la pronunciación que daban á las letras de su alfabeto. El tono declamatorio de Demóstenes y Cicerón revelado por ellos mismos, seria además el mejor profesor de elocucion que podrían consultar nuestros oradores. Cajas de música, juguetes, etc.—Cuando desaparezcan esos sonidos extraños y ese acento nasal con que se nos ofrece el fonógrafo; cuando por su medio podamos obsequiarnos en el momento que queramos con un concierto suministrado por la reproducción fonográfica de la voz de la Patti, ¿habrá instrumento alguno en el mundo que aventajo al fonógrafo? Entonces las muñecas podrán hablar, cantar, reír y hasta llorar; los animales representados en juguetes nos darán una idea viva de sus gritos peculiares; las locomotoras infantiles silbarán; y en los gabinetes de figuras de cera, las estátuas de los grandes hombres adquirirán una vida y despertarán en nosotros una impresión fuerte y duradera, si á la representación exacta de sus facciones puede acompañar la modulación de ciertas palabras que hagan la ilusión mas completa. Los relojes perderán su monotonía; los menos listos dirán simplemente la hora que es, como Dios manda; los mas discretos nos saludarán por la m a ñ a n a y al acostarnos, nos anunciarán la comida ó la cena, ó bien el momento de ir al teatro ó á u n a reunión.
Ì T S T I D I O E
I D E
GRABADOS. Pág
Pág. Teléfono de Keiss Experimentos de inducción Bobina Ruinhkorff Sistema de transmisiones múltiples de Mr. Verley. Receptor ó cima/en de Mr. V a r l e y Teléfono musical de Mr. Elisha Gray Condensador cantante Representación gráfica de la corriente ondulatoria cubierta por Graham Bell Nuevos experimentos de la corriente ondulatoria. Transmisor telefónico de Graham Bell Receptor telefónico Teléfono de Graham Bell, sección longitudinal , . , ,- . . , , 1 . , . i Transmisor.. Sistema telefónico de Mr. Edison. ! g e c e p t o r . Teléfono de mercurio
9 12 13 . . 14 15 16 17 des19 . . SO 21 22 21 . . 28 . . 28 29
E l teléfono de membranas múltiples de M. Trouvé. . . 32 Teléfono de reloj 33 Teléfono transmisor de Mr. R i g h i 36 T i m b r e electro-magnético de Mr. Lorenz 37 Representación gráfica de la curva descrita por las membranas dentro del sistema telefónico 52 Micrófono de puntas de París 53 Micrófono de carbón 55 Transmisor microfónico de Mr. Hughes 5S Receptor microfónico 57 Sonda microfónica 59 Fonautógrafo de Scott 61 Fonógrafo de Edison 62 Sistema acústico del fonógrafo 63 Representación de una frase inscrita en el fonógrafo. . 64 Fonógrafo Edison de superficie plana 65
ÍNDICE 33 E MATERIAS. Pag.
Pag. INTRODUCCION. LIBRO PRIMERO. La Telefonía
antes de Graham
Bell.
C A P Í T U L O I . Consideraciones g e n e r a l e s . — L a telefonía pre-histórica—Caracteres de la telefonia. — II. Telefonía acústica.— Ecos. — E l Escorial. — L a Lonja de Barcelona. — E l Trocadero. — T u b o s porta-voces.—El teléfono de los amantes.— Su origen español.—Su verdadero autor — III. Telefonía musical.—Experimento de I'ag e y de la R i v e . — T e l é f o n o de Mr. P e t t i na.—Teléfono de Mr. Reiss. — Nociones de acústica — I V . Cuatro palabras sobre las teorías fundamentales de la electricidad — V . T r a b a j o s de V a r l e y . — d e Elisha G r a y . — Condensador cantante de Pollard y G a r nier
Graliam
VIII. IX.
X. XI.
—
XII.
—
XIII.
—
XIV.
XVII.
—
XVIII.
—
XIX.
—
XX.
—
XXI.
Discusión y teoría. —
XXII.
—
XXIII.
Bell.
Primeros trabajos electrofónicos . . . . Triunfo de Graham B e l l . — E l primer teléfono articular Prosiguen los trabajos de M. Bell. . . . F o r m a definitiva del teléfono a r t i c u l a r . — Su doscripcion y funcionismo
La electrofonia
—
L I B R O QUINTO.
18
LIBRO T E R C E R O .
— —
XVI.
14
LIBRO SEGUNDO.
VI. VII.
CAP.
despues de Graham
Bell.
iSuevo carácter de la
XV.
y
—
XXV. XXVI.
— XXVII.
4« 46 47 48 49 50
telefonía.
Origen del micrófono.—Reivindicación de M. Edison.—Micrófono rudimentario. . . 53 Micrófono de carbón.—Micrófono parlante.—Condiciones del instrumento. . . . 54 Perfeccionamientos.—El micrófono transmisor.—Experimentos de Mr. W e y h e r . — Una puerta microfónica 56 Espionaje por el micrófono.—El general P r i m . — E l micrófono a l servicio do la devoción.—Audición microfónica del Don Pasquale— Aplicaciones científicas.—Sonda microfónica 57 LIBRO S E P T I M O . Una maravilla
XXVIII.
-
acústica.
Una sesión de la A c a d e m i a de ciencias francesa Orígenes del fouógrofo.—Fonautógrafo de Scott.—Descubrimiento del fonógrafo. . XXX. Descripción del fonógrafo.—Su funcionismo.—Fonógrafo de superficie plana. . . XXXI. Aplicaciones Aplicaciones del fonógrafo
XXIX.
aplicaciones.
Limite de la transmisión electrofónica.— Pruebas en E s p a ñ a . — Telefonistas reales.
XXIV.
—
LIBRO CUARTO.
—
Discusión Trompetilla acústica Membrana E l imán Bobina Teoría LIBRO S E X T O .
—
T o m á s A l v a Edison Teléfonos de resistencias variables.—Teléfonos de Edison.—Electro-motógrafo.— Teléfonos de líquidos de Graham Bell y de G r a y T r a b a j o s do Mr. Salet.—Teléfono de mercurio de Mr. Breguet.—Teléfono de mem30 branas múltiples de Mr. Trouvé Modificaciones del sistema Bell.—Teléfono Bell para l a r g o s circuitos.—Teléfono de r e l o j . - T e l é f o n o de M. R i g h i . — T e l é f o no de M. Ader Llamadores de líneas telefónicas.—Sistemas avisadores con pila.—Sistemas e l e c tro-magnéticos.—Timbre de Lorenz. . .
Experimentación
—Experimentos de Graham Bell.—Comunicación por los cables 34 Medida de intensidad de la corriente electrofónica.—Experimentos de M. Niaudet. — E l galvanómetro de Thomson 3> L a bobina de inducción en el circuito telefónico.—Efectos de inducción.—Ejemplos.—Manera de remediar las influencias perturbadoras 38 Aplicaciones.—Ideas g e n e r a l e s . — L a telefonía en E s p a ñ a 40 Aplicaciones á los trabajos en las minas y en el fondo del m a r . — E l teléfono órgano galvanoscópico 42 Aplicación al arte de la guerra. — L a batalla de Alcolea.—Una heroína 43 Aplicaciones á la m a r i n a . — L a retreta telefónica.—Torpedos.—Nueva brújula. . 45
OBRAS QUE SE HALLAN EN VENTA. OBRAS DE JULIO VERNE. lis. Los ingleses en el polo Norte. . . . E l Besierto de Hielo RI capitan C o m b u t t e , ó una Invernada en los Hielos Viaje al centro de la Tierra Una Ciudad oxi-hidrogenada ó el Doctor Ox Cinco Semanas en Globo Los hijos del Capitan Grant en la América del S u r Los hijos del Capitan Grant en la Australia Los hijos del Capitan Grant en el Océano PacIGco El Ginebrino 6 el maestro Zacharius (El Reloj) Ua Drama en los aires ó las Excursiones Aereostáticas El Conde de Chanteleine Martin Paz. . . Los primeros navios'Esta» dos cuestan, mejicanos. . . ./' E l Chancellor Descubrimiento de la Tierra. . . . De la Tierra á la L u n a , Al rededor de la L u n a Veinte mil leguas de Tiaje s u b m a r i n o (el Pacifico y el mar de las Indias).. Segunda parte de Veinte mil leguas (el Mediterráneo y el Atlántico). . Una Ciudad Flotante Los Forzadores de Bloqueos ó de Glasgow á Charleston Aventuras de tres rusos y de tres ingleses El país de las Pieles, 1." parte.. » » 2." p a r t e . . L a vuelta al m u n d o en 80 dias.
. . .
, . .
OBRAS DEL CAPITAN I A Y N E REID. E l cazador de tigres La cautiva blanca E l c a p i t a n Redwood ó los náufragos de la isla d e Borneo Los Merodeadores del bosque.. . Veladas de caza E l estero ó los náufragos de la selva. E l Mestizo ó E l jefe de los seminólas. Los esclavos en el Sahara E l Jefe de Guerrillas ) E l caballero de indus-'Estasdos cuestan. tria ) E l jefe amarillo.. . . ) , . Un caso de represalias.) t « doscuestan. La cuerda fatal Los percancescinegéticos Isolina de Vargas. . .
} Las dos > cuestan .
E l rastro de la guerra. (Segunda parte de Isolina de Vargas). . . . E l halcón pirata. . . . > Estas dos L a hija del doctor negro. ) cuestan ¡En el m a r ! Guillermo el g r u m e t e (Segunda p;
te de ¡ E n e l m a r ! ) Las aventuras de un canto rodado. . Leonor. (Segunda parle de las Aventuras de u n canto rodado). . . . Los hijos de los bosques Los jóvenes boers ( Segunda parle de los Hijos de los bosques.). . . Los cazadores de gíralas. (Tercera parte de los Mijos de los bosques).. Los pueblos raros La jornada de la m u e r t e Los cazadores de cabelleras. (Segunda parte de La jornada de la m u e r t e ) . El rancho solitario La mano de Dios. (Segunda parte de El Rancho Solitario) Los franco-tiradores americanos.. . El valle de la Virgen. (Segunda parte de los franco-tiradores americanos). El casamiento en las montañas ó el Bandolero Bruin ó los cazadores de osos.. . . El Jefe Blanco La Granja del Desierto Mauricio el cazador ó los cazadores de caballos Los vengadores ó las dos rivales. (Segunda parte de Mauricio el cazador) El Jinete sin cabeza. (Tercera parle
BIBLIOTECA DE LAS MARAVILLAS. lis. Maravillas de la Telefonía, por José Casas y Barbosa, ilustrada con 30 grabados intercalados . . . .
ARANDA. El Batiburrillo: coleccion de pasatiempos para los viajeros, 1 t. 4 C A R L O S D E S L V S . Dionisia | 50 E M I L I O S O U V E S T R E . El esclavo. . . .1 50 Confidencias de un tocador de clarinete, dos cuadernos Poesías de Ubaldo Pasaron, 2 tomos en 12 rs. Fuera i«; Poetas de Cuba y Puerto R i c o . — Coleccion escogida de poesías de Avellaneda, Heredia.Mendive, Milanésy Tapia.—1 tomo en 8.°. . . i PLÁCIDO. — Coleccion de poesías de dicho autor, I tomo en 8.". . . . D U M A S H I J O . La Dama de las Camelias,
,
•4 rs.—Fuera J. FRIEDL,ENDER. Vida intima de los romanos, 1 t J. TTNDALL. La física nueva, 1 t. . . Los prodigios del m u n d o d é l a s plantas. 1 t C. FLAMMARIOX. Viaje por el Espacio, I t
de Mauricio el cazador) La familia Landi
ABELARDO
El búfalo blanco. (Segunda parle de la familia Landi) La bahía de Hudson. (Tercera parte
A. CANGÉ. A l b u m del artista en cabello; libro m u y útil á dibujantes y grabadores por la mucha combinación de abecedarios enlazados q u e tiene; consta de 50 láminas con su explicación
de la familia Landi) En la sentina. (Viaje entre tinieblas verificado por un muchacho). . . Gwen Ween ó la Heredera Una boda aristocrática. (Segunda parte de Gwen W e e n ó la Heredera). . Corvino el Bandolero El dedo del Deslino. (Segunda parte de Corvino el Bandolero). . . . El guante blanco El capitan Scarlhe. (Segunda parte de El guante blanco) Los refugiados en la selva El pabellón de socorro Los piratas. (Segunda parte de E l pabellón de socorro) Los bosques del Mississipi Lasllanuras de Tejas (Segunda parte de Los bosques del Mississipi) . . El tiro mortal. (Tercera parte de Los bosques del Mississipi). . . . Las dos hijas del colono La cazadora salvaje. (Segunda parte de las dos hijas del colono).. . . Los cazadores de plantas Los trepadores de rocas. (Segunda parte de los cazadores de plantas). La Criolla de la Jamaica El Cimarrón. ( S e g u n d a parle de la Criolla de la Jamaica) La Cuarterona E u g e n i o tle Hauteville. (Segunda parte IW->
i
v
ELOÍSA.
6 10 10 10 10
Verdaderas Car-
ta». 1 1
12
50
OBRAS DE PAUL DE K0CK. Colecciones á 4 rs. t o m o en Barcelona y 5 fuera. — E l amigo de la m u e r t e , 10 rs. F u e r a . L O P E DE V E G A . E l Castigo sin Venganza (Comedia en 3 actos). . . C A L D E R Ó N DE LA B A R C A . — El Mágico prodigioso, L a Dama Duende y las
12
Carnestolendas — A secreto agravio secreta venganza, La vida es sueño, E l dragoncillo, precedidas de u n estudio sobre su autor, por Schlegel — E l Alcalde de Zalamea, comedia en
4
tres jornadas
4
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MIGUEL CERVANTES S A A V E D R A - N u m a n -
cia, L a entretenida, E l Juez ae los divorcios, E l rufián viudo llamado Trampagos, Elección de los alcaldes de Daganzo, L a guarda cuidadosa y el Vizcaíno fingido, precedidas de u n a introducción JOSÉ M Á R M O L . —
Comedias.—El
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Cruza4
do y el Poeta BALZAC. E l castillo de Provenza, bonito tomo
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Imp. deDamlan Vilarnau, Sobradle!, 10.
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