transversalidades
Violencia&poder Susana García Medrano
H
ace más de 20 años que las circunstancias de mi vida me llevaron a poner mi atención y foco en la prevención de la violencia contra las mujeres. Dos de las razones más importantes fueron casos de acoso por parte de docentes en la preparatoria donde estudié y también la violencia que vivíamos las estudiantes de parte de nuestros pares, violencia de todos los tipos y en todos los ámbitos: acoso verbal en los pasillos por parte de grupos de estudiantes, acoso físico, violencia física, abuso sexual, acoso dentro de las aulas, en las prácticas y una larga lista más. Lo que ahora en algunos contextos y lugares se señala y penaliza como bulling, hace 20 años y en ese contexto se veía como una prueba a superar: «si eres suficientemente fuerte lo vas a lograr», «si te das a respetar no se meten contigo», «si realmente quieres esta carrera tienes que demostrar que pue-
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des con esto». Éstas son sólo algunas de las respuestas que surgían por la normalización de un delito: la violencia contra las mujeres. Así que la vida me puso en un lugar donde simplemente no pude obviarlo y desde entonces y desde diversas aproximaciones he trabajado alrededor del tema. En este recorrido he leído un sin fin de artículos, libros, ensayos o visto películas, documentales, he asistido a conferencias, talleres, cursos; todos ellos con diferentes niveles de profundidad y que dan luz a aspectos diversos de esta problemática. Muchos ofrecen cifras como gancho con la idea de sensibilizar al publico al que van dirigidos. Me pregunto desde hace algunos años por la eficiencia e impacto de estos materiales e iniciativas. Que tienen un impacto favorable no lo dudo, pero me siguen pareciendo —obviamente no sólo a mí— insuficientes cuando veo las ci-
fras, cuando leo de una mujer más asesinada, cuando leo los muchos mensajes de personas —muchos más hombres que mujeres— desacreditando el testimonio de las víctimas de violencia sexual o laboral o cuando veo ejemplos de amigas cercanas siendo víctimas ahora de violencia económica y psicológica. La finalidad de este escrito no es abonar a las letras y tinta invertida explicando el fenómeno de la violencia contra las mujeres. Estoy segura de que quien se interesa en el tema podrá encontrar en cualquier biblioteca cercana, en algún centro de documentación y por supuesto en Internet, toneladas de información. Lo que me ronda en la cabeza acerca del tema desde hace meses es por qué es tan difícil para cierta parte de la población, particularmente hombres, entender el fenómeno de la violencia de género; por qué se ataca de forma