Molino 86

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Directorio Director fundador Moisés Zurita Zafra Dirección Juan Jorge Díaz Rivera Edición Patricia Castillejos Consejo Editorial Ignacio Trejo Fuentes Eusebio Ruvalcaba Rolando Rosas Galicia José Francisco Conde Ortega Arturo Trejo Villafuerte Miguel Ángel Leal Menchaca Marcial Fernández Marco Antonio Anaya Pérez Refugio Bautista Zane Álvaro González Pérez Alberto Chimal Corresponsales Mónica Palacios Pedro Cabrera José Luis Herrera Arciniega Raúl Orrantia Bustos Raúl de León Eduardo Villegas Will Rodríguez Jazmín Carrasco Hernández Adrián Mendieta Moctezuma Samantha Martínez Maya Información David Zuriaga Jiménez Diseño Gráfico Juan Jorge Díaz Rivera José Luis Delgado Mendoza Álvaro Luna Castillejos Fotografía Juan David Sánchez Espejel Jorge Enrique Ibarra Sánchez Captura Amaranta Luna C. Publicidad Tel. (01 595) 9556977 Cel. 5519546810

Portada: Ayotzinapa Fotografía: Moisés Zurita Zafra Composición: Álvaro Luna Castillejos

editorial Nos faltan 43

La participación de la policía municipal, la estatal y federal, además del ejército, en los lamentables hechos de Iguala donde fueron asesinados tres normalistas, una ama de casa, un taxista y un futbolista el pasado 26 de septiembre y donde desaparecieron 43 estudiantes, ha generado una indignación que va más allá de las fronteras. Los servicios de seguridad estatal y nacional hacen un seguimiento puntual de casi todos los pasos de los estudiantes y activistas sociales incómodos, en todo momento sabían de sus acciones desde la mañana del 26 y su paso por Chilpancingo. Los grandes sobornos del crimen organizado han desterrado la seguridad y la justicia, no sólo compran presidencias municipales, también diputaciones, senadurías y gubernaturas. Todos los niveles de gobierno han pasado de la sospecha a la clara evidencia de su penetración. Meses antes, años antes, las procuradurías estatales y la general han sabido de los vínculos del crimen con muchos políticos, pero también están sobornados. Los reportes periodísticos y los estudios universitarios describen los ríos de la complicidad y las arcas llenas de dinero sucio. El gobernador supo de los hechos del 26, antes de la desaparición de los 43 y no sólo no hizo nada, sino que –según el secretario de gobernación– dejó escapar a la pareja Abarca, descubiertos apenas en Iztapalapa. La farsa que pretende declarar a esta pareja como la única responsable del crimen se echó a andar hace casi un mes, pero es insostenible. Ni la policía federal ni el ejército acudieron en auxilio de los masacrados, pese a tener cuarteles en Iguala y estar enterados de los acontecimientos. El manejo político que ha pretendido dar el gobierno a este caso no hace más que confirmar que es un crimen de Estado. En un intento desesperado la casta política se prepara a escenificar una nueva pantomima: un acuerdo nacional más por la justicia y la seguridad, acción infame y cruel en un país donde las fosas clandestinas son nuestro pan de cada día. Porque vivos los queremos, la movilización nacional debe ir a la depuración de nuestro sistema de gobierno, del grito “que se vayan todos” debemos pasar al “castigo a todos”. No estamos todos, faltan 43, y muchos miles; ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos.


Foto: ©Jorge Ibarra

sumario Poesía Álvaro Luna Castillejos 6 José J. González 8 Gildardo Montoya 10 Narrativa Linchamiento – Juan Manuel Dávila Tejeda 11 Tropiezos de la memoria – Enrique Iglesias Castillo 12 El juego – Gabriela Miranda 15 Alina – Iván Medina Castro 16 Las Garlopas - Selección de Eusebio Ruvalcaba Lo que me dice el amor – Hugo Roca Joglar 19 La sharía – Mateo Miguel 26

CARBONERA este número:

Lucero Balcázar 28

AYOTZINAPA

La sombra – Isolda Dosamantes 33 “Nos odian por nuestros ideales y nos desprecian por pobres” – Marco A. Anaya Pérez, Refugio Bautista Zane y Gloria X. Anaya Trujano 34 ¡Despierta! – Yeraldín Velasco López 38 Terrorismo de Estado en Guerrero – Salvador Díaz Sánchez 40 Ahorita vengo – William Gómez Luna 46 Ensayo Concha Urquiza: el llamado de Dios (2a parte) – Miguel Ángel Leal Menchaca 50 El Curioso incidente de Mark Haddon – Jorge Iván Garduño 56 Johnny Winter (1944-2014) - Arturo Trejo Villafuerte 58 De cómo el azar me hizo conocer a José Luis Zárate, el Rey Midas de las palabras – Maura Arzate López 61 Recomendaciones/Reseñas Gothö en Cruz Blanca - Ma. Guadalupe Ramírez Ramos 62 Un edificio para Diego Rivera – Sergio Pravaz 65 Molino de Novedades Editoriales – Arturo Trejo Villafuerte 68

Molino de Letras, Año 16, No. 86, noviembre–diciembre 2014, es una publicación bimestral editada por Fortunato Moisés Zurita Zafra. Calle Miguel Negrete 336 L. 15 C. 40, Fraccionamiento Xolache, Texcoco, Estado de México, C.P. 56110, Tel. 5519546810, zurit9@hotmail.com. Editor responsable: Fortunato Moisés Zurita Zafra. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2011-062209030200102, ISSN: 2007-5650, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, licitud de título: 4769, licitud de contenido: 147, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Imprensel, S.A. de C.V. Av. Catarroja No. 443 Int. 9, Col. María Esther Zuno de Echeverría,Iztapalapa, D.F., México C.P. 09860 Tel. 58661835. Este número se terminó de imprimir el 15 de noviembre de 2014 con un tiraje de 3 000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación si se cita la fuente. Esta revista es producida gracias al Programa “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes 2014, del Fondo Nacional Para la Cultura y las Artes. En el padrón Nacional de Revistas de Arte y Cultura del CONACULTA: http://sic.conaculta.gob.mx/ molino_de_letras@yahoo.com.mx; zurit9@hotmail.com; zurita@correo.chapingo.mx; contacto@molinodeletras.org

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Hasta entonces Guardo tu nombre entre mis dedos Para escribirme una historia contigo a cada rato. Cada vez que miro tus ojos —¿qué son tus ojos, sino luz?— pienso en el día en que volverán, cuando abras este cajón en que guardo este cuerpo tuyo que es de la noche, del que te reservas el derecho de admisión. Guardo tu voz en mi voz y nos cuento una historia a cada rato, porque lo que no se dice se olvida —aunque yo no pueda olvidar nunca, ni tu mano se quede en la mía, ni tus labios en mi piel—. Aún así digo ‘hasta entonces’ y me guardo en mi cajón con tu nombre en los dedos y nos escribo una historia antes de dormir. Guardo tu aroma en mis sueños y me pongo a cantar aquí y allá con tu sonrisa en mis labios y tus ojos en mi piel. Guardo tu nombre en un rincón de mi cuerpo ya no sé cuándo, ni dónde. Si tú sabes, ‘hasta entonces’, estoy en mi cajón.

Álvaro Luna Castillejos

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Y así Y así... Me vi tan triste, tan solo, tan sin ti... que lloré. Gotas ardientes que al fin y al cabo eran de ti. Lloré los mares de tu cuerpo [dulce liquidez que saboreé en tu noche] Lloré tus ojos y tus manos que no eran mías Nos lloré una y otra vez hasta volvernos ríos Lloré por saberte [con tus luces que no terminan] Lloré por verte entre la gente Me vi ahí, tan tuyo, tan líquido y tan de la noche. Me vi Te vi. No quise hacerlo [lo juro] pero te vi.

Álvaro Luna Castillejos1 Diseñador gráfico e integrante de la banda de rock Muerte Chiquita. Trabaja en el Departamento de Publicaciones de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma Chapingo. 1

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Transfiguraciones corporales V

Ven. Puedes dormir conmigo y los demonios que me acompañan, ahora mismo tienen las manos atadas por áuricas pinturas tornasoladas. Recuéstate junto, más junto. La geometría del universo está contenida en esta noche. Tu vino de Aluqah es un pródigo sistema de tactos nocturnos: me bendice desde la soberbia carne hasta los labios. Mujer armada con la manzana, acurruca tu cuerpo en el hueco de mis manos para palparte inmaterial en el amanecer que se aproxima en años prontos; caballos salvajes y búfalos sobre montañas rusas. Puede que sea muy de noche para que llegues y vistas Ruth en la voz de mis delirios. Miel y vino embalsamando los panales y terrones arrastrados por cometas. Los leones se han quedado afuera y los niños duermen bajo el seno maternal; no hagas ruido cuanto más veas encenderse las luces. La noche es el maná que colma la sed de los trotamundos que guardan migajas de manjares en el desierto. Ven, puedes dormir conmigo ahora que las bestias se marchan, mis manos son gatos y colibríes, tu cuerpo tierna leche y miel que evoca tu nombre.

José J. González

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X

Podría citar viejos libros de navegación y no hallar en ti la mezcla satinada de tristeza y melancolía que acompaña a los marineros. ¿Qué maravilla se enreda en tu cabello y atrae cometas de mil brazos desde la India? Puede que tenga una moneda en cada ojo y los músicos interpreten elegías con violines secos y ciegos; mis brazos aclaran el infinito de las golondrinas y calandrias; ligeros pasos en las tardes de lluvia y calmosa ataraxia nómada acostada al sin más. Descubro en tu cuerpo álburo una virginal amelga, una extensa morada que acoge al salvaje animal que me habita y turba la pantomima de tu silencio. Fáltame enumerar los nombres de tus besos y los lugares donde crecen; las ávidas miradas que extienden océanos y no esperan el grito de los caleidoscopios; cada palabra y sílaba entonada en el himeneo ¿Qué voces repiten la mitad de la noche y juegan a hacerme manos? En las muñecas se acomodan gloriosas clepsidras empujadas por los barcos de aquellos que van partiendo.

XXVII

Hazme el amor como la lluvia toca los ríos; mientras viajamos, los pájaros levantan el alpiste de tu perfumado caminar. Existe un ligero misticismo en tu mirada perdida y una nítida proclamación de lo bendito en tus movimientos. Hay recuerdos que nunca se van. Los cazadores siguen presentes en esa habitación; las mucamas siguen pasando. ¿Las escuchas mientras nos miramos? El boulevard es colorido como el canto del agua recorriendo siglos en nuestros cuerpos. He descubierto la infancia de tu sexo con sólo cerrar las manos. Has encontrado en mí un viejo conocido: un hilo que sobrevive al tiempo y a los llantos de la despedida. No voy a palparte todavía, los trópicos pueden esperar la llegada de mi dios soberbio; tu carne virgen es un mar agitado con aroma almendrado. Mi nombre lo sabrás cuando salgamos de Egipto.

José J. González1 Nació el 24 de diciembre de 1989. Profesor de Latín, griego y portugués. Escritor de tiempo completo.

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Anoche en el sueño...

Anoche en el sueño apareció un caballo; me impresionó la malquerencia; qué barbarie lacerante en su cuerpo. Anoche en el sueño fui totalmente otro cuando te curaba, interminables heridas, ay, querido animal, desfalleciente. Desperté; en el sueño, el caballo, pero me sorprendió, en las manos, un libro, una fotografía del dolor: Delmore Schwartz; alucinado, me dijo: La responsabilidad empieza en los sueños.

Tengo conmigo de ti Tengo conmigo de ti muchacha bruma, una helada tarde, el retrato de aquella boina gris que cantó el poeta, tu delgadez figura, tejes, destejes, tejes, vendimias en la hueca estación... Mi tren a ninguna parte. Nadie subía, nadie bajaba, nadie, nadie, sólo pulgas y más pulgas, invadiendo, atacando, mi vagón solitario, fantasmal. Tengo conmigo de ti, esta comezón animal, tanta infecta incertidumbre, señor de los abismos, mientas escucho en el tiempo cómo tejes, destejes, tejes tus bagatelas, muchacha bruma, ay aire, aire...

Gildardo Montoya1 Poeta residente en Texcoco desde hace aproximadamente tres décadas. Autor de los poemarios: 1 El ladrón que sobornó a la luna y Armónica para desnudar el sueño. 1

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Linchamiento

Juan Manuel Dávila Tejeda1

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lcalá de henares, españa. 29 de Sep. de 2017. Con motivo del 460 aniversario del nacimiento de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha fue homenajeado, en esta ciudad que lo vio nacer, don Miguel de Cervantes Saavedra. La prensa mundial, el mundo literario y los personajes de la novela, se dieron cita en este lugar y esto fue lo que declaró el festejado: —Por considerar obsoleta mi novela, a partir de este día, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha cambiará de nombre; junto con la de sus personajes, ya que yo los creé y son de mi legítima propiedad… Gracias por su atención y sin más por el momento, me paso a retirar... Intentó salir pero no lo logró, ya que fue golpeado en la cabeza por don Quijote de la Mancha, que con los ojos cegados por la ira y fuera de sí —al igual que todos los demás— lo golpeaba con su lanza como un enajenado. —¡Eso no es verdad, no somos de su propiedad, somos herencia de España al mundo de las letras. ¡Somos legado vigente de España a la literatura universal! Don Miguel cayó al piso y un hilillo de sangre brotó de su cabeza. Secundaron a Don Quijote: Sancho Panza y Dulcinea del Toboso. Nada se pudo hacer para evitarlo. La muchedumbre enfurecida lo hizo pedazos... Todos intervinieron en tan memorable linchamiento: el Cura y el Barbero; Cardenio y Dorotea; Marcela y Crisóstomo; el Asno y Rocinante; don Gaiferos y Melisendra; Clavileño y los Encantadores, y por si fuera poco, hasta los Molinos de Viento y los Rebaños de Ovejas participaron… A nadie se le culpó por semejante aberración, ya que se hizo saber en los principales medios de información lo siguiente: ”Los inculpados en estos actos de barbarie generalizada, quedan absueltos; ya que la defensa demostró que mataron en legítima defensa.”

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Alumno del Taller de narrativa en el Faro de Oriente, coordinado por Eduardo Cerecedo.

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Tropiezos de la memoria Enrique Iglesias Castillo1

Al maestro Eusebio Ruvalcaba, con gran cariño, por sus palabras y generosidad

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i memoria acostumbra revolver los recuerdos (o tal vez yo acostumbro revolver la memoria); acostumbra deconstruir mis días contigo. Tu casa deviene la mía y viceversa. A veces los pasillos se vuelven escaleras y el sillón, que Max usa para afilar sus uñas, se convierte en una mesa o en una silla o en una cama. Lo extraño es que tú no cambias. Eres la misma. Un instante con un vestido corto y al siguiente en jeans o en pijama, pero no cambias. Cambia, eso sí, lo que hay a tu alrededor. Comenzamos una charla y dices las primeras palabras sentada frente a tu restirador, con Max en tus piernas. Un segundo después tu voz llega desde la cocina, luego desde el cuarto y enseguida estás en la sala, parada junto a la ventana. Afuera vemos las ramas de los árboles removidas por el viento. Todo se cubre de nimbos. Habrá tormenta, digo en voz baja, pero el gris del cielo va derritiéndose hasta convertirse en azul. Sin embargo, yo escucho truenos. Dices: hace frío; y después: hasta luego, abrázame. Yo observo desde un punto indefinido, o desde todos los puntos, pero estoy de pie. Te escucho y te observo. Tus palabras se detienen a veces en una sonrisa, en ocasiones quedan varadas en tus manos; en otras, tus lágrimas son mucho más certeras que cualquier cosa que pueda decirse. Lo reconozco, tus palabras y sus formas describen cosas que están más allá de mi entendimiento. Hieren también. La plática de hace semanas se trastoca con lo que dijiste hace meses o hace años, o incluso con algo que no has dicho nunca. Hablamos mientras bebemos un café o vino o una cerveza. Me hablas de lo que denominamos tu pasado, que incluye a los hombres que te han amado antes que yo y que te aman todavía. Platicamos también de lo que está por venir, de un viaje o de otra vida. Un momento después te recuestas en mí, mientras vamos en un avión rumbo a un país que no conocemos. Enseguida caminamos en una calle empedrada con un volcán al fondo. Un gran arco está en un 1 Nació en el Distrito Federal el 13 febrero extremo de esa calle. La gente del lugar habla de 1983. Ha publicado cuentos y relatos en la revista Los bastardos de la Uva y de los preparativos para recibir el año nuevo. en el periódico El Financiero. Desde hace Tú y yo hablamos de adioses y de dolor de algunos años tiene un blog titulado Lo que muelas. Visitamos exconventos y nos hacen hace el ocio que, por fortuna, nadie visita. una fotografía en la plaza del lugar. No hay

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mucho más. Aquella ciudad, aquel país, se desvanece dentro de mi cabeza. No queda rastro del regreso. Sólo nos recuerdo sentados en el sillón, tu sillón y el de Max, hablando del siguiente viaje. A la mañana siguiente te levantas de la cama y descorres las cortinas, deslizas la puerta que da al balcón y te sientas en una de las sillas que hay afuera. Haces una seña para que me siente a tu lado. Observamos el paisaje compuesto por las copas de los árboles. No decimos nada durante un buen rato. Yo acaricio tus piernas bajo tu falda roja (es raro que no te hayas puesto la pijama). Tu piel es suave. Me muestras las picaduras que los mosquitos te hicieron durante la noche. Hace mucho calor en la isla. Bebemos cerveza. Eso y las caminatas que damos junto al malecón nos refrescan. Ahí el viento remueve tu largo y oscuro cabello. También quiere arrancar tu falda… Pero algo no anda bien. Entiendo que no conozco este lugar, no se supone que estemos aquí hasta dentro de varios meses. Cierro los ojos con desesperación y los abro cuando siento que Max camina por mi cabeza. Al abrirlos te veo acostada junto a mí. Duermes aún. Max maúlla en tu oído. Quiere comer. En mi memoria cambian los lugares y las cosas pero no la forma en la que hablas, el sonido de tus palabras. Pero si vamos más allá de las palabras, lo verdaderamente inamovible es la forma en la que tu mirada habla. A veces controlas lo que dicen tus manos, también la modulación de tu voz, pero lo que dicen tus ojos no. Con ellos no mientes. En ellos el sonido de las palabras desaparece, sólo queda locura en potencia y la certeza de que el amor –palabra que preferirías que no existiera– es una mentira. Quiero decir, en tus ojos está todo aquello que encierra tu mundo. Una ocasión, mientras hacíamos el amor, tus ojos me gritaron. Pese a saber que no debía, pese a saber que era una forma de suicidio, pese a mí mismo,

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escuché a tus ojos. Hablaron de grietas, de caminos en los que no había vuelta atrás, también de ilusiones que debían romperse con un martillo hasta que los pedazos fueran tan pequeños que quedaran irreconocibles, y de sueños de los que más valía despertar. Hablaron, en fin, de olvidar y seguir. Recuerdo tu llanto una noche de hace meses o tal vez la noche de mañana. Te recriminas haber dañado a aquellos hombres de tu pasado. Habernos dañado. Hablas del infierno que se avecina. Max ronronea sobre tus piernas, después da vueltas por el piso, luego va al sillón y de nuevo a tus piernas. Como yo, él tampoco sabe cómo confortarte. Lloras y tu carga se aligera un poco, sólo un poco. Nunca te había visto llorar tanto, recriminarte de tal forma. ¿Qué decirte? Nada más que en mí no hay daño. Que nunca lo hay porque lo entierro donde ni yo puedo volverlo a encontrar. ¿Hablamos de lo que hay que hablar o sólo tocamos la superficie de la verdad? Después de la tormenta te acercas a mí, me pides abrazarte, que te bese y dices no te alejes. Por la mañana tus demonios ya descansan. La serenidad y la luz de día permean en el cuarto. Antes de largarme a la rutina laboral me permites disfrutar de la suavidad de tu cuerpo otra vez. No te alejes, repites. No me alejo, contesto. Al menos creo que no lo hago, pero no estoy seguro. Horas después (o puede que sean días) tengo plena conciencia de esa charla, de tus palabras, el sentimiento de vacío, la tormenta interior y al final la luz sobre tu piel. Mientras pienso en eso algo pasa, un viaje hacia afuera. Puedo ver con certeza que quien estuvo contigo esa noche no era yo. Veo a aquel hombre, en el que no me reconozco, recorrer cada centímetro de tu cuerpo con su boca y con sus manos. Se pone sobre ti y tú lo recibes y aprisionas. Embiste cada vez con más fuerza. Tus gemidos en aumento son por él. Tus uñas están clavadas en su espalda, no en la mía. Tus besos son suyos. Veo tu estremecimiento y cómo de entre tus piernas emerge su semen. Tu rostro expresa tranquilidad y tu boca se transforma en una delgada sonrisa. Gozo al ver tu placer. También lo sufro. Quiero ser el otro. No te alejes, dijiste, cuando más bien decías que todo habría de terminar un día. No podía ser de otra forma. Todo ha de terminar un día, dije yo, pero quería decir no te alejes. Ahora comprendo que las imágenes y los recuerdos se transformaron en otra realidad. Ahora comprendo que los días con el vacío de tu presencia no hacen sino acumularse. Desaparece con celeridad la vida junto a ti. Tu nombre en mi voz se vuelve ajeno. Tu cuerpo es ciudad que no volveré a recorrer (tu cuello ha sido uno de mis lugares favoritos). El desierto comienza a instalarse en casa y en mí. Y sonrío. Llegará el día en que olvide el color de aquel vestido con el que me gustaba verte. Lo mismo sucederá con aquella blusa que remarcaba más que otras la forma de tus senos. Se perderán los detalles en algún lugar de mi mente. En el día a día la memoria tuya que me quedará será tu olor, tu piel, tu mirada y las formas de tus palabras. Lo cierto es que no conozco nada de ti, nunca lo hice. Sólo Max te conoce. Él y tú tienen la misma naturaleza.

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Foto: ©Samantha Martínez Maya


El juego

Gabriela Miranda1

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odos los viernes por la tarde, después de la escuela, los niños del edificio nos

juntábamos en el estacionamiento que, a esas horas, la hacía de patio y a su vez de cancha de futbol. Ese viernes castigaron a Manolo porque reprobó Matemáticas, su mamá estaba tan enojada que no nos quiso ni prestar el balón y era el único que teníamos. Pasamos casi media hora decidiendo a qué jugaríamos; las niñas propusieron que a las escondidas y ganaron por mayoría de votos. Pasaron tres horas y sólo faltaba encontrar a Jorge. Entre todos lo buscamos porque ya se estaba haciendo tarde y él no salía. Las mamás salieron a ver qué pasaba cuando nos escucharon casi en coro gritándole para que saliera de su escondite. Le pedimos a la mamá de Jorge que nos dejara pasar a buscarlo al departamento, pero no lo encontramos ni debajo de su cama, ni en el baño, ni en el balcón que da a la calle. Ya estaba oscureciendo, todos nos metimos a nuestras casas y llamaron a la policía, los oficiales dijeron que tenían que pasar veinticuatro horas para levantar el acta y darlo por desaparecido. Los papás buscaron por todo el edificio, le preguntaron a don Beto, el portero, si no lo vio salir del edificio, dijo que sólo vio a dos niñas, a las que encontraron primero, esconderse cerca de los botes de basura, pero ningún otro niño se acercó más al zaguán. Pasaron las veinticuatro horas, Jorge no salía de su escondite y ahora su foto estaba en todos los postes de la colonia. Mis papás habían planeado salir a cenar por su aniversario, mi mamá se estaba bañando cuando se quedó sin agua, mandó a Ramón, mi hermano mayor, a avisarle al portero. Cuando mi hermano llegó ya había un montón de vecinos con el portero alegando por el asunto del agua. Dar una solución o juicio definitivo sobre un asunto —Pero si apenas anoche se llenó el tinaco, ¿cómo es posible? —dijo una vecina. —Seguro se le olvidó llenarlo, Don Beto —dijo otra. —A lo mejor uno de los muchachos hizo la diablura de cerrar la llave, pero ahorita lo soluciono —contestó don Beto de buena manera. Lo bueno que al día siguiente era domingo. Aparte de que por la desaparición de Jorge no nos iban a dejar salir, no había que bañarse para ver la tele, pensé y me fui dormir. Eran las siete de la mañana, el ruido de sirenas, personas corriendo por los pasillos y como golpes de metal me despiertan, mi mamá no me deja ni asomar la cabeza por la ventana. — ¡Es Jorge! —gritó don Beto. Una de las reglas del juego era no esconderse en los departamentos y el edificio no tenía muchos sitios para eso, a Jorge le pareció buena idea esconderse en la azotea y para asegurarse de que no lo encontraran tan fácil se metió en el tinaco que acababan de lavar, estaba vacío y con la tapa sobrepuesta. Sin darse cuenta, al entrar, cerró la tapa y cuando escuchó que lo buscaban intentó salir, pero no pudo y ahí se quedó dormido. Don Beto subió a cerrar el tinaco para llenarlo pero al ver que ya estaba cerrado sólo prendió la bomba para que subiera el agua y como hace un ruido infernal no escuchó a Jorge que gritaba. 1

Alumna del Taller de Narrativa en el Faro de Oriente. Coordinado por Eduardo Cerecedo.

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Alina Iván Medina Castro1

Sólo la confrontación con el espíritu, con la luz, conmueve. Ludwig Wittgenstein A Arvo Pärt

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o me jodas hombre, sé que todo este embrollo referente a la disposición nupcial es una total barbaridad, pero no puedo hacer más. Ya he hablado con el señor intendente, con varios potentados y hasta con los reacios del clero, y todos ellos, sin excepción, salen con la misma mierda: “No hay trato alguno sin el cumplimiento cabal del contrato”. Mira, aquí está la cláusula, léela por ti mismo y convéncete. El joven inexperto estiró su fina mano, tan delicada como la de un ángel y agarró tembloroso entre sus largos dedos el extraño documento y como no queriendo, leyó en voz alta el párrafo de su incumbencia: …toda aquella persona dispuesta a ser el organista titular de nuestra primera Iglesia Mariana de Vanalinn, deberá casarse con la hija mayor de su predecesor. Por supuesto, en estas tierras de Europa del Norte de costumbres tan arraigadas, los largos lazos de la tradición son ley. Dijo convincentemente el apoderado señor Cristian Schieferdecker. Arvo, el hacedor, dejó caer los papeles sobre la sucia loza sin prestar atención a las palabras de su representante de siempre y dirigió su rostro pensativo a través de la ventana biselada a la estupenda puerta de madera tallada del priorato con motivos del juicio final, al mismo tiempo, fijaba su mirada de asombro en el macizo muro de la espadaña donde un par de tiernas mozuelas hacían repiquetear con una fuerza estrepitosa las desgastadas y enormes campanas cobrizas. Bueno Schieferdecker, aún estoy desconcertado, por lo menos explícame un poco más sobre el surgimiento de esta locura antes de tomar una decisión definitiva. Pues bien, aunque nadie en el pueblo tiene claro el origen del convenio, éste se ha seguido con celoso respeto a través de muchas generaciones, al parecer desde la existencia del primer encargado, el respetado y afamado armonio Franz Tunder, quien compuso los motetes más célebres en honor al convento. A la muerte del designado Tunder, a mediados del siglo xvii, muchas personas se mostraron interesados en ocupar el puesto vacante, grandes intérpretes de todos los rincones de Europa viajaron hasta Tallin para debatirse el cargo, algunos de ellos se aventurarían a caminar cientos de kilómetros, no solamente por lo representativo del 1 Autor del poemario Varinium (2004); de nombramiento y el exorbitante sueldo, sino los libros de cuentos: Saqueador de Tumbas por la excitante idea de desflorar en el lecho (Ed. Tinta Nueva, 2008); Espíritus de paz (Ediciones Oblicuas, Barcelona 2008) y a la exuberante y hermosa hija. En cualquier lugar fuera de este mundo La maestría y refinamiento en la (Conaculta, Col. El Guardagujas, 2012). ejecución del armónium dio al danés Dietrich

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Buxtehude el triunfo, pues fue él quien sobresalió entre todos los compositores contrincantes. A los pocos meses, al mudarse definitivamente a la parroquia, la muerte le sorprendió asombrando a toda la colectividad de Revel. Buxtehude dejó tras su deceso huérfana a una pequeña y enfermiza niña quien a medida del paso de los años se convertiría en la antítesis de la inigualable madre. Alina Buxtehude era obesa, baja de estatura, calva y huraña, además era del conocimiento popular los excesos de flatulencias sufridos por la doncella. Enterada la comunidad europea de la ambicionada plaza disponible en Santa Marien Kircher, varios de los ilustres músicos de la época, a principios de la nueva centuria, visitaron el conocido templo con la intención de obtener la sucesión. Entre todos aquellos contendientes puedo mencionarte a dos fabulosos maestros alemanes: Georg Friedrich Händel y Johann Mattheson, sin embargo, al conocer a la damisela, ambos caballeros desistieron de la oferta sin siquiera meditarlo. También se comenta que el mismísimo Juan Sebastián Bach fue tentado a tal aspiración apartándola de su mente inmediatamente después de entablar una brevísima charla con la desgraciada mujer. El tiempo trascurrió y no hubo hombre alguno en la tierra tan atrevido para cumplir con el entendimiento. Alina La chica murió repentinamente de una feroz pulmonía Buxtehude y ante esta lamentable circunstancia, como no existía forma de anular el contrato, la gente de la ciudad era obesa, baja decidió celebrar una asamblea general donde se de estatura, calva y decidió por unanimidad embalsamar a la jovencita huraña, además era del con la intención de cumplir con el arraigado mito. conocimiento popular los –Vaya cosa más tétrica –asintió Pärt. Finalmente, el burgo terminó con una excesos de flatulencias lúgubre momia por desposar y una bella catedral sin sufridos por la intitular abandonada por muchos años a la merced doncella. de Dios padre. Sin embargo, gracias a la buenaventura hallé, hace no mucho en los sótanos de la biblioteca parlamentaria, un edicto supuestamente perdido anexo a la cláusula de coyunda en comentada sesión, la cual dice: …aquella persona al contraer matrimonio con la casta Alina, quien expresara una vida admirable y una conducta fiel en todo momento a su carácter, tendrá la posibilidad de divorciarse disolviendo los sagrados votos de unión siempre y cuando logre crear una composición excelsa como tributo a nuestro señor Jesucristo. Obviamente esta patraña fue consentida por toda la sociedad para permitirse continuar con el cuento, pues de otra manera se hacía añicos la casa del Mesías y los rasgos culturales de esta región. El intrigado doncel, en lo que escuchaba el desenlace del inusitado relato, no dejó de observar maravillado la estructura llamativa de la enorme rábida asentada en la cima boscosa de la Colina de las Monjas y sus grandes rocas de formas cambiantes con el fulgor del sol a diferentes horas. Una vez concluida la narración, sin separar la mirada del horizonte, simplemente externó, como si fuese convencido por un poder externo: –Haz llamar pronto al consejo de prefectos pues cumpliré con la condición de connubio. El zagal factor, cruzó prudentemente el umbral adentrándose con pasos dudosos en el frío y polvoriento abadiato siguiendo dificultosamente al escurridizo

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capellán, quien le indicaría su lujoso aposentó donde Alina vestida de gala le esperaba con los brazos abiertos un tanto en el aire. Unos meses pasaron y aún la enorme puerta de roble rojo del cenobio se encontraba cerrada. Nadie en la comarca sabía de la situación de vacío y soledad experimentada por el mancebo artista, ni siquiera su inseparable compañero, quien preocupado noche a noche se dirigía a aporrear las puertas de la recoleta sin recibir respuesta alguna, sin embargo, él presentía en toda esa calma la entrega incondicional del amigo a la majestuosa creación pues él escuchaba de momento la profunda armonía musical ejecutada dentro del oscuro monasterio crepuscular. El mozo artífice estaba por desfallecer, habían pasado ya muchos meses y aún no tenía ninguna autoría, solamente algunos bocetos e ideas sin desarrollar, lo único capaz en poderlo liberar de su truculenta situación. Sin embargo, cosa de algunos días atrás, cada momento al finalizar sus labores, el talentoso efebo al pasar por el largo corredor principal, lugar donde ahora reposaba la esposa, contemplaba el pequeño rostro de Alina hundido por los años, tan gélido y desierto, capaz de hacer temblar a cualquiera. Pero esa expresión sin vida, poco a poco fue capaz de emanar una resplandeciente e intensa luminiscencia alba hasta convertirse en un halo totalmente multicolor que brilló sobre el entero cuerpo estático revelando de un oscuro mundo una blanca sombra en la noche. El intrigado adolescente estaba asustado pero la sensación placentera era aún mayor pues creía percibir en aquella fuente luminosa un claro presagio de algún diablo chocarrero. Un ocaso borrascoso, entre sueños lúcidos el ingenioso púber veía el continuo fluir de trazos manifiestos en un pentagrama refulgente capaz de aclarar todo el azul del cielo, las horas corrían y de ese recuerdo de iluminación inagotable escuchaba las notas brotar. Al iniciar a componer, por cada tecla ejecutada en el viejo órgano tubular de la nave, las figuras divinas, alertas e inquisidoras, parecían cobrar vida. Ensimismado y absorto el autor sintió la claridad de la luz de muchos colores intensos irradiar su pecho cuando la resonancia del órgano había callado. Una paz sufrida desde el inicio al final, un himno órfico blanco e irresistible expulsado del Érebo. En la ansiada fecha del estreno del recital, frente a él estaba la sala atestada con cientos de personas expectantes, y de aquel público impaciente que pretendía seguir entrando, la policía –miembros de la justicia señorial– impedía su acceso. Una vez iniciados los primeros acordes, mi corazón se alborozó casi ante aquel revivir de viejos recuerdos de melodías sacras similar a un arco-iris luminoso. Arvo Pärt tocaba las teclas sobrepuestas con una evidente expresión surgida del alma como una antigua oración pagana conjurando a Dios y a Luzbel. Al terminar la ejecución del último movimiento, no fue sino después de abrirse paso entre el sólido muro de individuos, cuando pudo el atónito chavea advertir y medir la verdadera proporción del éxito. Indudablemente, en su soledad misteriosa, Arvo Pärt halló influjo de creación fervorosa hacia la perfecta virtud divina. Después de emitir ese comentario, el gentilhombre Schieferdecker ciñó con fuerza su escapulario y se santiguó. Y así, el genio compositor estonio abandonó la casa del Redentor de la pequeña villa antigua del condado de Harju en donde con su máxima obra Tintinnabuli hubo inmortalizado a Alina, libre de toda culpa y exento del deber de expiación.


Las Garlopas

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Apartado de los inéditos

Selección y nota introductoria de

Eusebio Ruvalcaba

Cuento de Hugo Roca Joglar

Unir mundos antagónicos en un mismo torrente narrativo es tarea ardua. ¿Qué tienen en común la parcela hedionda que significa una cantina y la sublime música de Gustav Mahler? Simple y llanamente, más de lo que podríamos imaginar. De entrada, son realidades que brillan con luz propia. No es difícil tocar fondo en cualquiera de las dos. Porque están hechas para que el hombre remonte su propia mediocridad, levante las manos al cielo clame de agradecimiento.

Lo que me dice el amor (Mahler en una cantina de Irapuato)

A Eusebio Ruvalcaba y Luis Ignacio Helguera

I Entra a la “Dos Arroyos” y ocupa la primera silla que se encuentra. Sin que la pida, el cantinero le pone una caguama enfrente. Bebe con una determinación casi violenta de tan desesperada. Vacía la mitad y como una extensión de su puño azota la botella contra la mesa. Una cuerda le rodea el cuello y su tarjeta de identificación laboral se balancea a la altura del corazón a manera de péndulo. Se lee “Martín” con grandes letras negras y abajo, más pequeño y de azul, el nombre de una fábrica de fresas congeladas. Entre ambas palabras, a color y de tamaño pasaporte, un retrato de Martín joven: sin sonrisa; el cabello negro relamido; la mirada fija en la cámara, fría pero insegura, con algo de miedo y algo de duda, como si tuviera muchas preguntas. II La fotografía se la tomó en 1994.Tenía 23. Su plan era dejar Irapuato. Con esa idea tomó el trabajo: ganar dinero y escapar de su ciudad natal. ¿Por qué se quedó? Martín no podría explicarlo. Supone que el tiempo se lo fue tragando y ya le dio igual. Si el tiempo traga, ¿el lugar qué más da?, y ésa es su única respuesta. No tiene energía para seguir pensando al respecto. Al final, su vida está ahí y hay constancia: 20 años con un mismo trabajo, 17 en la misma casa y toda su vida en Irapuato. * Sombrío burdel de Veracruz.

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¿Su resignación de dónde proviene? Sus amigos creen que de la sabiduría pero su esposa dice que no, que en realidad es una resignación cobarde. Su esposa es Laura. La conoció en la fábrica de fresas congeladas. Ella era secretaria. No tuvieron hijos. Lo hablaron durante los primeros años de su matrimonio. Decidieron esperar a tener más dinero. Querían con todas sus fuerzas que su amor funcionara pero se fue desgastando a pesar de los esfuerzos. La ruptura fue evidente en el sexo. Iban al placer desde posiciones distintas. Ella con la ilusión de una familia; él con lúbricas fantasías. Pasó el tiempo y nunca llegó el dinero. Los orgasmos se volvieron inciertos, pues ya los buscaban deseando cosas del otro que no iban a obtener: para Laura no llegarían los hijos y para Martín su esposa nunca tendría las tetas más grandes ni lo iba a despertar con una mamada. Ella pensó en el divorcio. Lo pensó mejor. Limpio, ordenado, cumplido en el trabajo, respetuoso y capaz de unos omelettes con hongos deliciosos, Martín no era un mal hombre. Laura se quedó con él pero sin ninguna ilusión que lo incluyera. Era la primera mujer que no fue madre en la historia de su familia. También la primera que tuvo independencia financiera. En el 2000 renunció a la fábrica de fresas congeladas y abrió la estética “Acuario” en el centro de Irapuato. Aún sigue abierta. “Catorce años de experiencia”, presume un cartel en la entrada del localito que ocupa en el centro de la ciudad. Catorce años lleva Laura de ser su propia jefa. Su éxito disminuye a Martín. Así es como él se siente: menos que ella.

III Escucho a Mahler al fondo, en la mesa del rincón junto al baño, y sólo ahora que el cantinero le lleva su segunda caguama, Martín parece darse cuenta. Me mira y luego mira la computadora por donde sale la música. Me vuelve a mirar y levanta hacia mí su cerveza. Levanto hacia él la mía. Un brindis sin palabras y bebemos en silencio. Hay otro cliente. Ocupa la mesa más cercana a la barra. Lleva sombrero y botas con punta de acero. Es delgado y suda; a la altura de las axilas, su playera blanca que le queda grande está mojada. Tiene la frente apoyada sobre la palma de la mano izquierda. Una calvicie prematura (tendrá como 30) le está comiendo el centro de su cabellera café miel de maple. Lo rodean seis caguamas vacías y levanta la mano derecha para pedir la séptima. El cantinero se la lleva, “aquí tienes, mi Rigo”. IV Nunca le gustó su nombre completo: Rigoberto; demasiado largo y le sonaba como un Alberto afeado. Hijo único de un contador y la recepcionista del hotel más caro de Celaya. Su mamá murió en un accidente de coche cuando Rigo tenía siete. Del funeral recuerda haber preguntado por el ataúd y alguien le explicó que no era necesario porque el cuerpo había sido quemado. Su papá guardó las cenizas en un florero de barro que puso a lo alto de un librero de la sala. No se sintió huérfano hasta que entró a la secundaria. Le comenzó a molestar que su papá llevara mujeres a la casa, algo que hasta entonces había aceptado con naturalidad. Se volvió silencioso y esquivo; no de una manera tímida: en su quietud habían sombras violentas, algo semejante al acecho. A los 16 dejó su casa y la escuela. El papá de su mejor amigo tenía una vinatería. Rigo entró como vendedor y rentó un cuartito a las afueras de la ciudad. Resultó un vendedor extraordinario. Recitaba de memoria marcas y su elocuencia al exponer las bondades de los alcoholes era encantadora. Consiguió la anuencia del jefe para regalar algo (un cuarto de queso ranchero, sal de gusano o una bolsita de almendras) a los clientes frecuentes e introdujo al negocio dinámicas como “El mejor bebedor del mes” cuyo ganador recibía una botella de seis litros de tequila blanco.

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Jazmín le compraba seguido ron y cerveza para el señor de la casa donde trabajaba como empleada doméstica. A Rigo le gustó y quiso ser coqueto. Enterneció a Jazmín con su torpeza. Ella se hizo del dominio absoluto de la relación. Determinaba dónde se veían, por cuánto tiempo y qué hacían. Las cosas cambiaron con el sexo. Jazmín perdió el control. Imaginar que su novio podía cogerse a otra la ponía loca. Sentirse celado le dio confianza a Rigo y a veces se mostraba distante con el único objeto de que ella le rogara. Le encantaba la sensación de sentirse deseado. Hasta que Jazmín no pudo más y lo engañó sobre sus días fértiles para quedar embarazada. Rigo juntó el dinero y consiguió al doctor para el aborto. Ella se negó y él tuvo que escaparse de Celaya cuando un amigo lo previno sobre las intenciones del papá de Jazmín de obligarlo, pistola en mano, a casarse con su hija. Llegó a Irapuato con las señas vagas de una prima lejana. No dio con ella pero consiguió trabajo como velador de una imprenta. Ya lleva dos años. Abre y cierra la puerta en las madrugadas cuando llegan los camiones. Ayuda a descargar las torres de papel. Es mucho su tiempo libre. Lee periódicos deportivos, bebe café con aguardiente y les enseña trucos a los perros guardianes, cosas simples: levantar la patita y hacerse los muertos.

V Cuando entré a la “Dos Arroyos”, hace una hora, Rigo ya estaba ahí. Me senté, saqué mi computadora y puse a Mahler, el compositor más obsesionado con la muerte en la historia de la música (enterró a su hija Putzi y de sus 14 hermanos, ocho murieron niños y uno se suicidó adolescente). Su Tercera Sinfonía. “¿Y ora?”, Rigo me volteó a ver desconcertado. “Son ocho cornos anunciando al unísono el verano y que el dios Pan ha llegado y, como siempre, está ávido de sexo”. Rigo sonrió y dijo, “ta bueno, nomás no lo pongas muy alto”. VI Irapuato es uno de los últimos bastiones de la ultraderecha mexicana. La vida en la ciudad está encerrada en una estructura vertical de tres capas. Una alta muy delgada, otra baja bien nutrida y a la mitad una interminable y confusa masa. Las cosas están hechas para que en la que se nace también se muera. Nadie sube y nadie baja. Así ha sido siempre. Es una organización político-religiosa que fomenta el racismo, la discriminación, el miedo y la envidia. El odio es hereditario, rueda entre las generaciones. Un odio seco y antiguo. El rico odia al pobre y el pobre odia al rico; el odio de la clase media resulta tan ambiguo que se dirige hacia sí misma. Todos están en permanente alerta, listos para atacar o defenderse. Es gente que puede oler el odio ajeno. El instinto de conservación los mantiene alejados; saben que se despedazarían de mezclarse demasiado. Los ricos de Irapuato tienen fraccionamientos herméticos; pueblos propios amurallados con muros, guardaespaldas y cables electrificados; se casan entre ellos; los hijos se vuelven directores de la fábrica del padre y los puestos políticos se pasan a la descendencia sin mayor trámite. Los pobres viven en barrios abiertos, de casas a medio construir, mercados los fines de semana y callecitas versadas en fiestas con peleas de gallos, procesiones, cohetes y música ranchera que a veces comienzan al final del viernes y terminan el martes por la mañana. La clase media es fantasmal de tan incierta. Ubicua e indefinida. Está en todas partes pero no deja una huella concreta. Habita variadísimo tipo de viviendas, desde pequeños cuartos en edificios Infonavit hasta casas con tres recámaras y sendos baños completos. ¿A qué se dedican? Proyectan construcciones, diseñan interiores, administran restaurantes, venden seguros, atienden mostradores, hablan con proveedores, hacen relaciones públicas o

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manejan taxis. Su fuerza laboral es amplia y de un poder brutal. Unida podría ser dinámica, y creadora. Pero carece de un ideal común por el cuál luchar. Ni siquiera ha encontrado el paliativo de un espejismo. La clase media irapuatense se ha hecho vieja sin encontrar una dirección y por lo tanto creció con amargura. La vida en Irapuato es una tristeza negra que puede leerse en la arquitectura. Bien podría ser una ciudad de la Revolución Industrial. Chimeneas y muros. Faltan teatros y jardines. Es una convivencia del encierro que se concentra en el único lugar donde ricos, pobres y clasemedieros se encuentran: la Catedral, cuyo aspecto no podría ser más desolador: gris y blanca, con una única torre que se alza huérfana, incapaz de transmitir esperanza.

VII La “Dos Arroyos” es pequeña (del tamaño del área chica en un campo de futbol) y no hay televisión. Las mesas de plástico blancas están llenas de agujeros producto de cigarros olvidados. Se barre lo necesario. No está puerca pero sí lo suficientemente sucia para no atraer a grupos que quieran divertirse. Aquí los hombres vienen solos y beben sin palabras, concentrados en su interior, en lo que sienten cuando el alcohol se los va llevando. A menos de que sean prostitutas, no entran mujeres. Y ésta es una regla inviolable. Escucho a Mahler y pienso en él. Recuerdo esa espeluznante carta que le escribió a su esposa Alma: “Lo que tú eres para mí es: mi mujer… tenemos que ser uno en nuestro amor, pero, ¿en las ideas?, ¡Alma mía!, ¿dónde están tus ideas?… tú tienes que ser como yo lo necesito si queremos ser felices… ¿quieres componer?, ¿por placer o para aumentar los tesoros de la humanidad?… el que compone soy yo y a partir de hoy tú también tienes un trabajo: ¡hacerme feliz!… la configuración de tu vida futura, en todos sus detalles, ha de depender íntegramente de mis necesidades”. Una idea rara: estas palabras, sin parangón en la historia del machismo, grafiteadas en las paredes de la “Dos Arroyos” lucirían no sólo adecuadas sino naturales, como si Mahler las hubiera escrito en y para una cantina de Irapuato. VIII Si algo une a la sociedad irapuatense es la certeza de que las cantinas son los lugares más peligrosos de la ciudad. Están asociadas con hombres derrotados y se les ve desde un desprecio generalizado que se combina con el asco. Pero es un terror espiritual antes que físico. El miedo no es a la inseguridad, sino a lo que pueda pasar en el interior de hombres solos, uno al lado de otro, a merced de sus pensamientos. Dentro de una cantina, Irapuato no parece Irapuato. Rigidez y normas desaparecen. Ya nada es como es afuera. Sentado con la única compañía de su cerveza, la necesidad de pretender se disuelve en un hombre. El objeto inicial de beber puede ser tranquilizar sus nervios únicamente y el hombre da sorbos inmóvil; a veces cruza una pierna. Se levanta a mear y regresa. Pero en estas circunstancias, el acto de emborracharse representa una introspección profunda que promueve movimiento íntimo y la vida acude de forma natural a la imaginación para soportar la soledad. En estas cantinas la existencia se desprende de las calles y sus leyes. Recuerdos, ilusiones y planes; se comienza a avanzar por el tiempo a través de las ideas. El hombre pierde consistencia, se borra su historia y sus méritos, y es únicamente todo aquello que es capaz de imaginar. En cada jornada en una cantina de Irapuato late la posibilidad de que un hombre que imagina conecte con otro hombre que imagina y sus imaginaciones se junten para proyectarse hacia la realidad. Como en Irapuato esa realidad contiene trabajos mal pagados, racismo, discriminación y un gobierno corrupto y nepotista, las proyecciones adquieren tonos de transformación violencia y radical.

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Soldados revolucionarios que pelearon contra Díaz; jóvenes indignados que se aliaron contra Ordaz y Echeverría; estudiantes que reclamaron con una huelga de hambre el fraude de Salinas. Todos los hombres rebeldes en la historia de Irapuato han encontrado razones por las cuales luchar (y la valentía de matar o morir en defensa de sus ideas) dentro de una cantina. El gobierno local lleva más de un siglo espiándolas. El último peligro sucedió en 2006, con los pocos lopezobradoristas, no más de 150, que con palos, piedras, y el dolor de una sospechosa derrota, amenazaron con tomar el Palacio de Gobierno. Pero desde entonces, las cantinas de Irapuato han estado dormidas. Los bebedores llevan casi 10 años sin hablar de política. Su imaginación está fatigada de una historia que parece destinada a ser siempre la misma. Por eso ahora sus ideas evitan la ilusión. Y si son ideas tristes y esquivas, ¿para qué compartirlas? La vida imaginativa de las cantinas de Irapuato es ahora tal vez la más solitaria de todos los tiempos. En realidad ya nadie habla con nadie. Se van las horas de la tarde (las cantinas abren temprano, como a las 10, y cierran antes de las 12) y se hace de noche sin conversaciones.

IX Mahler era tirano y muy macho, pero también miope y nervioso hasta la enfermedad. En presencia de desconocidos comenzaba a azotar el pie contra el piso como un caballo incómodo y cuando tenía cerca una botella de vino le arrancaba la etiqueta y hacía una bolita. Su revolución musical fue de planteamiento, no de lenguaje. Siguió en la tonalidad, bajo el imperio de la melodía, pero convirtió el hecho sinfónico en un mundo que todo lo abarca y todo contiene: grandes proezas y valses fútiles; cantos a la tierra y sueños celestiales; trágicas premoniciones y bailes de máscaras; recuerdos atormentadores y juramentos sin sustancia; extáticas risotadas y amores más allá de la muerte; destrucción y resurrecciones; dudas indescifrables y chismorreos; dicha cotidiana y paseos a caballo; retozo inocente y dolores milenarios. De principio a fin, el arte de Mahler es esta misma narración épica (planteada bajo los mismos lenguajes, sobre los mismos conceptos) de íntimos contrastes. Su música nunca entró en crisis. La historia de su corazón es completamente distinta. X Martín bebe una tercera caguama. Los tragos se han vuelto rápidos. Ya no hay violencia en sus movimientos. Con las dos manos sujeta la botella y la empina demasiado. Su cara queda paralela al techo. Resulta exagerado. Un exceso de precaución que hace pensar en un bebé con biberón. Está de cara hacia la puerta cerrada de la cantina. Es batiente, de esas con dos partes que se abren de par en par cuando alguien las empuja. Hoy se ha abierto cuatro veces. Son las siete. Tiempo incierto de viento manso y luz blanca que no se define si es final de la tarde o principio de la noche. Enfrente de la cantina se ve una refaccionaria con llantas y espejos en la entrada. Muy cerca hay una secundaria vespertina. Hace dos años una alumna de 14 años acusó al prefecto de haberla violado. Se armó un escándalo. Durante cuatro días el asunto ocupó las primeras planas. Familiares de ella entraron a la escuela por la fuerza para linchar al hombre. No lo encontraron. Atrás de la secundaria, al lado de una pequeña iglesia, está la única cancha de futbol con pasto artificial de Irapuato. Es de los pocos lugares en Guanajuato donde siguen jugando equipos de 11. Se dice que de ahí surgió el “Gallito” Vázquez.

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Martín mira la puerta cerrada de la cantina. Vive a cinco minutos caminando, en contra esquina de la Iglesia. Para llegar a su casa pasa por la secundaria y por la cancha. Nunca le ha interesado el futbol demasiado. Ahora bebe. Uno tras otro, tres tragos rápidos. De pronto aparecen unos zapatos de tacón debajo de la puerta. Martín se descuelga rápidamente el gafete que lo muestra a los 23 años y se lo guarda en la bolsa del pantalón. Entra una mujer.

XI La Tercera de Mahler, que estrenó justo después de haberse casado con Alma, es la de en medio en una trilogía de sinfonías corales. En la Segunda resucita un héroe enterrado que encuentra el paraíso en la Cuarta. Entonces esta Tercera es la vida del héroe en la tierra. Se divide en seis movimientos donde se habla del verano, las flores y los animales; de noche, eternidad y pena. Hay un solo de trombón y una contralto que canta frases del Zaratustra de Nietzsche; tres interludios para trompeta fuera de escena y un coro de niños que imita el sonido de las campanas matinales. XII Gloria llegó a Irapuato a los 13 años proveniente de Aguas Buenas, su tierra natal en el municipio de Silao, Guanajuato. Siguió los pasos de su hermana Carolina, tres años más grande: dejar el pueblito aún niña para trabajar de sirvienta en una casa de ricos en alguna ciudad del estado (que para Carolina fue León). Un empleo con raíces en el esclavismo. Sin contrato, aguinaldo, prestaciones ni seguros social o médico. Por trabajar 15 horas diarias (de 6 de la mañana a 9 de la noche) de lunes a sábado recibía dos mil pesos al mes y un cuarto con su propio baño en el sótano. Si un domingo, su día de descanso, se le ocurría estar en la casa, igual le encargaban algo de urgencia: que lavara el uniforme de futbol del niño o se hiciera algo para la cena. A Gloria le tocaron los Cota: Santiago, Marcela y Santiaguito. El señor dirigía las ventas de una empresa que exportaba plástico y tenía acciones en un periódico local. Ella decía ser ama de casa pero en la casa no tenía nada que hacer y pasaba las mañanas tomando café con amigas, en el spinning o comprando cosas. El hijo era seis años menor que Gloria. Como en El laberinto de la soledad; una escena parecida: estaba trapeando el piso afuera de los cuartos y el señor Santiago preguntó “¿quién está ahí?” y Gloria se escuchó a sí misma responder: “nadie señor; soy yo”. Había desaparecido y no se dio cuenta cómo. Su nulidad era absoluta. Para los hombres de la casa simplemente no existía, y la señora Marcela le dictaba órdenes como a una máquina; mandatos sin vínculo humano, ni siquiera acompañados con un cruce de mirada. Además estaba la palabra “¡chacha!”, que sonaba peor que “cucaracha”. La había escuchado varias veces, sobre todo en las comidas, único momento en el que los tres integrantes de la familia se reunían. Nunca Gloria, siempre “la chacha”. En casa de los Cota vivían tres seres humanos y “la chacha” y el tono era de desprecio, como quien dice que en su cocina descubrió un nido de ratas. De pronto, tras 10 años iguales, las cosas cambiaron. Una transformación repentina. La señora se empezó a mostrar irritable y aún más fría al tiempo que el señor amable y detallista: le deseaba buen día por la mañana y durante la cena le preguntaba por su día. Gloria casi se ilusiona. Había fantaseado con el señor Santiago. Llegó a olisquear sus corbatas antes de acomodarlas; alguna vez acarició excitada los condones en la mesita de noche, y cuando llegó a imaginarlo haciendo el amor, proyectó la imagen de la señora con una panza 10 veces más abultada. Pero no llegó a ilusionarse; su instinto de supervivencia la hizo subir la guardia.

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Un sábado por la tarde, el señor Santiago se la llevó a tomar un café y tras algunos minutos de ambages le dijo: “quiero que te inicies a mi hijo”. No era algo raro. Una práctica común entre las familias ricas del Bajío mexicano: si las chachas son fantasmas, no tienen voluntad, si su erotismo es un terreno manso, moldeable, sin resistencia, ¿quién mejor que ellas para la primera experiencia sexual de los señoritos? Gloria algo ya sabía de sexo. Había tenido sus escarceos con trabajadores del mercado. Lo suficiente para meterse el pene de Santiaguito en la boca, ponerlo duro, enfundarlo en un condón y subirse en él hasta hacerlo venir. Duró 17 segundos dentro de Gloria el joven Cota. ¿Cuál era el caso de tanta tristeza? El dinero. En la cafetería, Gloria se descubrió a sí misma asumiendo su erotismo y negociándolo. Logró aumentar en 500% la cifra inicial que el señor le había ofrecido y por cogerse al hijo recibió lo equivalente a 600 horas de trabajo doméstico. Renunció inmediatamente y se volvió prostituta. En cuatro años su vida ha mejorado mucho. Gana por lo menos 600 pesos diarios. Vive al sur de Irapuato y trabaja en el centro. En la “Dos Arroyos” es la puta de planta. Por una mamada a la semana, el cantinero la deja entrar tres o cuatro veces al día, pasearse entre las mesas, aceptar cervezas y sentárseles a los clientes en las piernas. También tiene que mamársela semanalmente al dueño de un motel cercano a cambio de cuartos a precios casi regalados. Gloria es una maestra en robar a borrachos canallas; a veces, si están demasiado ebrios, les mete el pene en un florero y los hace creer que ya tuvieron sexo. Los que más le repugnan son los obesos de espaldas peludas que se le ponen tiernos. Pero a veces también disfruta. Aunque no es común que esto suceda. Le ha pasado dos o tres veces: cuerpos elásticos con penes capaces de mantenerse dentro de ella por un buen rato llenos de sangre. Entonces se cuida de no enamorarse. Tiene un orgasmo verdadero y luego cierra su corazón, lo cierra absolutamente, como si con un nudo de víboras lo protegiera. Y a Gloria le encanta esa imagen.

XIII Gloria entra, ignora a Martín y camina hasta llegar junto a Rigo. Casi se le sale una teta. La derecha. La cantina se llena con su perfume. Es dulce. “¿Qué dicen?”, me pregunta Gloria. Se refiere a la música. Es el cuarto movimiento de la Tercera. “Son niños que imitan campanas matinales, sólo están diciendo ding-dong, ding-dong”. Gloria asiente y sonríe. Pienso en Mahler. En su vida sexual. En que hubiera decepcionado a Gloria terriblemente. Era un hombre que montaba a caballo y nadaba todas las mañanas, pero nunca sintió el amor como una relación entre iguales. Se le ocurrió que Alma podía necesitar un orgasmo hasta que se enteró que ella le ponía el cuerno con un arquitecto. Sólo entonces Mahler quiso volverse un buen amante y se descubrió torpe, tímido, completamente incapaz. Intentó encontrar su erotismo con desesperación y se entrevistó con Freud en Holanda. Rigo abraza a Gloria. Precipita el resto de su caguama y paga. Ha terminado la música de campanas y comienza el último movimiento de la Tercera: un larguísimo adagio que se apasiona hasta el dolor y termina tranquilo y suave; Mahler lo llamó: lo que me dice el amor. Gloria y Rigo avanzan hacia la puerta. Él la lleva agarrada de la cintura. Ella se para y pregunta: “¿y quién es?”. Cierro los ojos y veo a Mahler de 50 años psicoanalizándose para dejar de ser sexualmente impotente. “Es Mahler”. Gloria asiente otra vez, sonríe, y Rigo, galante, le detiene la puerta para que salga.

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La sharía Mateo Miguel1

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ara celebrar nuestra boda, fue Lidia quien se empecinó en hacer ese viaje a Oriente. Ella misma dijo que no nos separan de aquellos pueblos la distancia o el aspecto físico, sino el esplendor de su historia, sus edificios, sus costumbres. En Osaka, más divertidos que solemnes, nos sometimos a la ceremonia del té. En Pekín, maravillados, supimos que los hijos del sol, los emperadores, vivían en cada una de las alas de sus palacios cuadrangulares según la época del año. En Calcuta nos embobaron los asombrosos faquires. Pero en Kabul supimos de la existencia de los talibanes. Días atrás, en Herat, habíamos visitado la gran mezquita, extasiándonos ante la minuciosidad con que sus constructores la tapizaron de pequeños azulejos; en Kabul, sin embargo, la guerra había arrasado todo. Nuestro guía, hombre joven y parco, dijo llamarse Aman Daud. Hablaba una mezcla por momentos incomprensible de inglés y pashtu, su idioma natal. Era alto, moreno, esbelto y barbado, y llevaba desnudo el torso, a pesar del frío. Desde un principio sus profundos ojos negros incomodaron a Lidia. Yo quería fumar, pero a Lidia la mortificaba tanto sol al descubierto y tanto frío a la sombra, que prefirió quedarse en el jeep a las afueras del templo que nos había mostrado el guía. Aman Daud me siguió como un esclavo. Más allá de la mezquita había un edificio abandonado, derruido, con una amplia escalinata. Subí y me senté en el escalón más alto. Aman Daud se colocó a mi derecha. En silencio me contempló fumar. Aunque yo no lo veía, ahora su mirada me pareció incómoda, como había dicho Lidia. Extraje de mi mochila pluma, cuadernillo y abrecartas y me propuse leer mi correo y anotar mis impresiones recientes. Aman Daud me vio escribir y luego, sin decir palabra, aunque con delicadeza, tomó mi pluma y la examinó largo rato, como si jamás en la vida hubiese visto objeto semejante. Al devolvérmela, preguntó: “¿Es tuya?”. Creí lo previsible, que le hubiera gustado y la quisiera como obsequio. “No”, le respondí. “¿De tu mujer?”, “Sí”, le dije. “¿Cómo se llama ella?”, insistió. “Lidia”, respondí, “Lidia Marcovich”. La negra mirada de Aman Daud se posó en el fondo de mis ojos y dijo con toda seriedad: “Entonces tu mujer es una ladrona porque esta pluma tiene grabado un nombre que no es el suyo”. Creí que bromeaba e iba a explicarle que el abrecartas y la pluma de oro pertenecieron a la madre de Lidia, pero Aman Daud siguió hablando: “¿Y sabes cómo castiga la sharía a los ladrones? Se les amputa la mano derecha”. En ese momento supe que aquel hombre no bromeaba; su mirada entonces me pareció la de un fanático. Con toda seriedad, añadió: “Yo soy Aman Daud, el que 1 Escritor, editor y biólogo. Egresado de vigila, el fiel guardián de la fe. Yo era Aman Universidad Nacional Autónoma de México Daud, el estudiante de religión, pero ahora y de la Escuela de Escritores de la Sociedad soy un talibán, un soldado de Dios”. Hizo General de Escritores de México (Sogem); obtuvo el Premio Nacional de Literatura una pausa, luego añadió: “Tu mujer debe ser Efraín Huerta en cuento en 1997. castigada”.

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Foto: ©Chjon Sasé

Inevitablemente pensé en Lidia Marcovich. ¿Quién era ella? Era apenas una estudiante de filosofía, como yo, tal vez como Aman Daud, pero en una escala distinta. Aunque Lidia era casi una extraña para mí cuando la desposé, y estaba más atado a su cuerpo que a su alma, ella era mi compañera, y muy dentro de mí yo había decidido que viviría con esa mujer el resto de mis días. En eso pensaba, no sé por qué. En apariencia acongojado, pues delante de él se extendía el irremediable deber de la denuncia, Aman Daud apoyaba la cabeza en las manos y los brazos en las rodillas. Inclemente en el cenit, el sol le bruñía la espalda; nítida, la columna vertebral se le arqueaba. A los ojos de un anatomista, la estructura ósea de aquel hombre era notable en su perfección: redondo el cráneo; largas y rectas las extremidades; fuerte el tórax aunque esbelto. Recordé los días en que mi primera vocación fue la ciencia médica, disciplina que han abrazado tantos hombres notables y de la cual yo hubiera sido apenas un mediocre representante. Sé que divagaba, aunque parecía pensar con lucidez en medio de la confusión. Lidia y yo recién nos habíamos interesado por el islam como doctrina filosófica. ¿Cómo iba a decirle que le había tocado la mala fortuna de experimentar el islam en carne propia? Comprendí que estaba horrorizado por el destino inmediato de ella, y por el mío; sentí que nuestro desamparo era absoluto en aquel país, pero en realidad me sabía cobarde, incapaz de defenderla. El mismo sol que bruñía la oscura piel de Aman Daud reverberó en el metal del abrecartas que había quedado en medio del cuadernillo. Pensar y actuar fue una sola cosa. Al ovillarse el cuerpo humano, las crestas de las vértebras, normalmente encabalgadas entre sí, disminuyen su cercanía. Me fue muy fácil alcanzar la médula espinal de Aman Daud con el abrecartas, clavándoselo fuerte en mitad de la espalda, entre las vértebras dorsales. Quiso enderezarse de inmediato, y no pudo. Encorvado, alcanzó a girar la cabeza hacia mí. Su mirada se había opacado; su voz sonaba remota. “¿Qué me hiciste?”, alcanzó a decir, mientras mi instrumento terminaba de seccionar la médula. Le dije: “Sólo adormezco tu instinto”. Inmóvil, histérico, absurdo, empezó a gemir en pashtu. “Calla”, le respondí. “no te esfuerces, que te hace más daño”. Guardé el abrecartas. El sangrado era mínimo. Como a un amigo en dificultades, quise ayudarlo a incorporarse; le dije: “Vamos, acompáñame”. Me miró, largamente me miró, y no pudo moverse de su asiento. “Como quieras”, le dije. Me levanté, tomé la mochila, la pluma y la libreta y añadí: “No se te ocurra pedir limosna ahora que descubras que no volverás a caminar. No olvides que según la sharía, los mendigos deben ser apaleados hasta la muerte”. Demudado, abriendo mucho los ojos, Aman Daud se quedó en la parte alta de la escalinata, bajo el inclemente sol de Kabul.

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Lucero Balcázar Caricaturista y escritora. En 1988 estudió Dibujo y Pintura en la Academia Goya, fue alumna y modelo del maestro Raúl Anguiano durante 1999. También estudió Dibujo Tridimensional, con Esperanza Cuza, en La Habana Cuba durante 2003; Dibujo Anatómico con Enmanuel Rodríguez Mendoza, Santiago de Cuba, 2005. Es Directora de Equidad y Género en la Sociedad Mexicana de Caricaturistas. Caricaturista y Periodista en la revista Tlacuilo, Xalapa Veracruz. Ilustradora y parte del consejo editorial de la revista La Linterna Mágica, México D.F. Sus caricaturas, se han publicado en revista Tele-Guía, en el Periódico Comunal Centro Histórico; revista Lapiztola-Digital, Museo de la Caricatura; Periódico Norawa, Amigo de la Sierra de Tarahumara de Chihuahua. Exposiciones Sobresalientes: En xew Radio, “Niños y jóvenes pintores dentro de su voz”, colectiva, 1982 Personales: “Xoloescuincla 1” Delegación Xochimilco, 1985 “13 trazos de 7 muchachas” Delegación Cuajimalpa de Morelos, 1983 “Xoloescuincla 2”, Biblioteca Dolores Costarrica, Cuajimalpa de Morelos, 1990 “Trazo para no olvidar la poesía”: Ateneo Cultural Antonio Bravo Correoso, Santiago de Cuba, 2003 “Mujer: Hasta la victoria siempre”, Universidad Pedagógica Frank País García, Santiago de Cuba, 2004 “José Martí” Museo de Ciencias Naturales Tomás Romay, Santiago de Cuba, 2004 “Cala Calaca”, Universidad Pedagógica Frank País García, Santiago de Cuba, 2005 “Antonio Maceo” Museo de la Revolución, Santiago de Cuba, 2006 “Cantata a mí misma” Estación Morelos, Línea 4, Sistema de Transporte Colectivo Metro, 2007 “Con pinturas, intento distraer a la soledad para que no me piense” Casa de la Cultura Rita Montaner, Municipio Guanabacoa, La Habana Cuba, 2007 “José Guadalupe Posada visto por los Moneros del Mundo”, Exposición Itinerante en varios países, 2013 Ha sido incluida en los catálogos: Pintores en su Pinta, 2006, México y 20 Festival de Calicomix El Circo, Cali Colombia., 2013. Ha Ilustrado, (entre otros libros) Federico García Lorca en el Baturro, Santiago de Cuba, 2004; El Loco, Editorial Fridaura, 2006; Aquí todos soñamos, Colectivo Entrópico, 2007; Abrevadero de Dinosaurios, Cofradía de Coyotes, 2010; Cien Poemas a Nicanor Parra, Poetas del Mundo, Consulado de Isla Negra, Chile, 2014; Si los escritores pintaran, Carmelo Uruguay, (en proceso) 2014. Contacto: lucerobalcazar@hotmail.com

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La sombra

A nosotros que somos testigos de la violencia Ayotzinapa

Cuando aparece el sol de las doce del día todo parece ir en paz un segundo después aparece la sombra esa que nos viene persiguiendo a los mexicanos rasgando la piel de madres de mujeres que se han ido quedando solas de mujeres destrozados sus cuerpos de mujeres y hombres de corazón que se va rompiendo en la mano del sueño ya todos puede decir nada porque un puño lo arranca de la boca se lleva el aire con las palabras a un rincón de silencios a una barranca donde se hunden las vocales los seres mexicanos van teniendo menos plusvalía, ya nadie habla de las muertas de Juárez, de los niños abc, del casino el silencio lo guarda todo en su caja enorme de viento el silencio es amigo de la sombra que nos va cubriendo recemos por los jóvenes que han muerto por los que andan perdidos sus cuerpos recemos porque los gritos de justicia ya no son suficientes una oración por ellos le pedimos a los que todavía creen a los que sus dioses están ahí para el consuelo a la tierra le pedimos justicia, al aire, al agua, al fuego, le pedimos a la sombra que nos deje ver la luz iluminemos nuestra luz con los colores del alba, con el de la paz o el brillo en la voz ya no podemos callarnos es una herida que se va abriendo y se abre y se abre hasta llegar a esa lágrima que no cede y no accederá por el miedo ah qué gran miedo que silencia la boca que silencia los corazones del hombre una canica dos canicas una cabeza cuántas cabezas jugarán chiras pelas cuántas apuesta joven, dígame. Cuántas sombras tiene su sombra, cuántas lágrimas la lluvia que no cesa. En medio de tanta sangre amanece salen los niños a la escuela sin saber si habrá un mañana color verde.

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Isolda Dosamantes1 Ha publicado Bacalar, sueño de agua (1995), Utopías de olvido (1977), Altura lustral (2000), Gótico florido (2001), Halo del alba y Un grito en el arca, entre otros. 1

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“Nos odian por nuestros ideales y nos desprecian por pobres” Asesinatos y desapariciones de futuros profesores de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapan, Gro., cometido por el Narco Estado mexicano

Ha consternado e indignado a nacionales y extranjeros un hecho criminal sucedido la noche del 26 de septiembre del presente año (2014), del que se ha responsabilizado a los tres mandos de gobierno: municipal, estatal y federal, que dejó un saldo de seis muertos, dos heridos graves de bala y los 43 desaparecidos, alumnos todos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapan, Gro. Los futuros maestros, habían llegado a Iguala; Gro. para realizar actividades de colecta o boteo. Recaudaban fondos, como cada año lo hacían para ir de prácticas. Esta acción criminal mencionada, junto a otras existentes de manera cotidiana en el país, han dado elementos a los estudiosos de la política para afirmar que el Estado mexicano es un Narco Estado, caracterizado así por autores como Howard Campbell (Narco Estado: Drug Violence in México, 2012). El propósito de este ensaProfesores de la Preparatoria Agrícola de la UACh. 1

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“Nos odian por nuestros ideales y nos desprecian por pobres”

Marco Antonio Anaya Pérez Refugio Bautista Zane Gloria Ximena Anaya Trujano1 yo es mostrar un breve recuento histórico que nos permita mínimamente conocer la lógica de un Narco Estado que mata estudiantes. José Vasconcelos al mando de la Secretaría de Educación Pública (sep) creada en 1921, se propuso atender el enorme rezago educativo del país. Como parte de ese proyecto, la sep envió al maestro misionero Leonardo Parra y Marquina a Michoacán para fundar una Escuela Normal Regional destinada a formar educadores que emprendiesen la tarea de escolarización de los niños y adultos de las comunidades rurales de la región. Después de numerosos problemas y aún con la oposición del obispo, pero con el apoyo del presidente municipal de Tacámbaro, el 22 de mayo de 1922 abrió sus puertas la Escuela Normal Regional de Tacámbaro. Así fue que surgió la primera Escuela Normal Rural del país. Es hasta el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas del Río cuando se crearon las 36 normales rurales para alfabetizar y educar al campe-


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sinado mexicano. Todos ellos, comprometidos con la aplicación de lo estipulado en el Artículo 3º. Constitucional de que la educación que imparta el Estado tendría un carácter socialista, con ese propósito se reunieron en 1935 en El Roque, Guanajuato, para fundar la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (fecsm). (Contralínea, julio, 2013) Con la creación de la fecsm, las escuelas normales rurales lograron darle unidad académica a sus planes de estudio, lo que les permitió desempeñar un papel muy importante en los procesos de construcción social desde sus orígenes hasta constituirse, durante el cardenismo, en la columna vertebral del sistema educativo mexicano rural. Después del ascenso vertiginoso que las normales alcanzaron durante el cardenismo, el presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, inició una insana persecución contra los socialistas y directamente contra las normales. A Jaime Torres Bodet se le encarga modificar la redacción del artículo 3º. Constitucional, el cual cambia de escuela socialista a escuela democrática. De esos 36 planteles creados, luego de su destacada participación en el movimiento estudiantil de 1968, el entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, ordenó el cierre de más de la mitad de ellas. Fue el golpe más fuerte que ha sufrido el normalismo rural; actualmente prevalecen sólo 15 escuelas, dos se encuentran prácticamente liquidadas.

Plan de Estudios, estructura y funcionamiento El principal requisito para ingresar cada año a una escuela normal rural es ser pobre. En la selección participan las autoridades educativas estatales y federales, y los estudiantes. Ellos se encargan de asegurarse de que los alumnos de nuevo ingreso sean de extracción humilde. Para ello, realizan un estudio socioeconómico de cada aspirante y se trasladan a sus respectivos domicilios para constatar lo planteado en el mismo. Congruentes con el contexto cardenista, la filosofía que guía sus planes de estudio y, consecuentemente, sus acciones es el marxismo leninismo. Con esta ideología, se presentan como alumnos aliados del proletariado en su lucha por mejorar las condiciones de vida del pueblo. Por eso, su compromiso es el de prepararse para enfrentar los problemas que afectan a la sociedad. En ese sentido, la esencia de las escuelas normales rurales es la de formar docentes que impartan clases en los lugares más marginados para combatir la ignorancia en los pueblos, para lograr un cambio de beneficio social y cultural. Las prácticas escolares las llevan a efecto en cualquier parte del país, como la Escuela carece de recursos para alimento y transporte, esa situación los obliga a formar brigadas para “botear” y reunir fondos para cumplir con su cometido. Cuando llegan al lugar indicado para realizar sus prácticas: los de primer año observan cómo imparte clase el maestro, qué mate“Nos odian por nuestros ideales y nos desprecian por pobres”

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riales utiliza, cómo se desempeña ante el grupo. Los de segundo año ya dan clases y aplican el conocimiento adquirido en el aula. Llevan sus propios materiales para trabajar con los alumnos. Los alumnos al explicar la justificación de la existencia de las escuelas, dicen que: “mientras la pobreza exista y continúe la explotación del hombre por el hombre, las normales rurales tendrán razón de ser”. Cada egresado, “… está comprometido con la sociedad que costeó su educación y está listo para emprender la labor más noble de la humanidad: llevar el saber a las comunidades rurales más apartadas del país; y cumplir con la ardua tarea que la sociedad les ha confiado, porque están convencidos de que mañana la humanidad será mejor.”

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Un día de trabajo Todos los días a las 5 de la mañana toca la banda de guerra, a las 6 en punto deben estar todos en pie rumbo a las aulas, otros en el trabajo agropecuario, según su programa de clases. A las 8:00 los alumnos se ven obligados a formar enormes filas para pasar al comedor. Se combina el trabajo académico y manual, lo que implicar desarrollar el trabajo en el aula para luego ir al campo a la milpa, a atender al ganado, a los pollos, a los peces. Por la tarde están los talleres de danza, karate, guitarra, poesía, rondalla y por la noche se tienen los círculos de estudio donde se debate filosofía marxista “Nos odian por nuestros ideales y nos desprecian por pobres”

y diversas temáticas de interés general. La alimentación que tienen no es de calidad pero comen tres veces al día; también se les brinda hospedaje. Aunque rige el autogobierno, tienen un Reglamento interno, cada uno sabe dónde le toca barrer, podar, regar, pintar, y el que no cumple se le castiga dejándolo de guardia en los periodos de vacaciones; tienen que mantener vigilancia en las escuelas, pues, temen que el gobierno les quite sus escuelas mientras ellos están en sus casas (“Ayotzinapa: crimen de Estado largamente anunciado.” 12 de octubre, 2014). Desaparición de las normales Toda la vida del estudiante normalista rural es una lucha constante contra el Estado por sobrevivir. Cada año los estudiantes tienen que ir a negociar con los representantes de gobierno su “Minuta”, la respuesta es vital para la existencia de las normales rurales; pues se encuentran demandas de mantenimiento o incremento de la matrícula, de plazas de profesores para los egresados y de incremento económico para becas y alimentos. Naturalmente para que las autoridades les hagan caso, éstas los obligan a realizar marchas, mítines, plantones y pintas, entre otras acciones. Esta situación de lucha permanente de los futuros profesores, creada artificialmente por el Estado, les “justifica” para reprimir con saña a quiénes se atreven a contravenir la política neoliberal de privatizar la educación pública.


Es importante destacar que cada represión –antes y después– viene acompañada de una poderosa campaña de linchamiento en la televisión y en la mayoría de los demás medios de comunicación, calumnias y difamación contra estos centros de estudios últimos reductos de la Revolución mexicana (Revista Contralínea, México, febrero, 2008). En estas difamaciones se encuentra el lacayo de televisa Héctor Aguilar Camin quién dice: “que son fósiles vivientes”, “que tenemos la peor formación” ” que practicamos la peor vulgata marxista” (Revista Contralínea, 11 octubre, 2014). Con esta avalancha de calumnias, el Estado los pueden matar, torturar, calcinar y desaparecer sin que la sociedad se pregunte ¿por qué el Estado asesina a estudiantes? Con esta propaganda, cuando suceden casos de represión brutal hacia los estudiantes, como la sufrida por los estudiantes de Ayotzinapa, una parte importante de la sociedad, dice: “ellos se lo buscaron”, “que se pongan a estudiar”, son “vándalos y delincuentes”, “las normales rurales son nidos de guerrilleros”. Los estudiosos de la educación, señalan que lo que está en juego en esta confrontación desigual e inhumana que sostienen los normalistas con el Estado: es la lucha de más de 80 años por mantener

la educación pública gratuita y obligatoria. Lo que está en juego son más de cuatro trillones de pesos, eso obtendría la oligarquía neoliberal si el día de hoy se privatizara la educación. Conclusiones La agresión contra los alumnos de Ayotzinapa, que ha enlutado a estudiantes y activistas de todo el país y de muchas partes del mundo, constituye el embate más violento que ha recibido el movimiento estudiantil desde 1971. Y se inscribe dentro de un acoso permanente y sistemático que ejercen los tres niveles de gobierno contra el normalismo rural. La fecsm vela porque no se altere, en lo posible, el modelo de educación socialista del que se sienten orgullosos. Ha logrado mantener el sistema de internado con comedor y beca alimenticia de cada estudiante, y con ello, ha sostenido los embates contra la educación pública. Concluimos, emitiendo la siguiente consigna creada por los futuros maestros: “¡Normales rurales, las quieren desaparecer / nosotros, con lucha y sangre, las vamos a defender!”

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¡Despierta!

Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera Pablo Neruda

Yeraldín Velasco López1

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n día te levantas y de nuevo los estudiantes, profesores o campesinos han hecho de las suyas. Que han tomado ésta o aquella calle, que llegarás tarde al trabajo por la movilización que invade las avenidas. Enciendes la televisión, las noticias los transmiten, lo único que dices: malditos revoltosos. No pretendes buscar el motivo que los llevó a las calles, sólo dices que no te corresponde luchar con ellos, que esos problemas no te afectan. No nos metemos en nada, dejamos que vendan el país en bandeja de plata. Pero hay unos pocos que no tienen miedo, que le dan continuidad a las voces de aquellos que iniciaron la lucha por ideales de igualdad y justicia, que deciden que el sacrificio que costó

Alumna de 7º año del Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo. 1

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sangre no muera por el guante blanco, van por las calles gritando “los queremos vivos” con ecos de “2 de octubre no se olvida”, y los gritos retumban por las calles y avenidas, retumban en el corazón de aquellos que están callados. Con el afán de callar los matan y desaparecen, quieren un México dócil destruyendo a la generación que grita por libertad, pero lo único que consiguen es darle luz verde al mundo para que salgan a las calles a pedir que los devuelvan. No importa el idioma para pedir justicia, en cada país, en cada rincón el lenguaje será el mismo #TodosSomosAyotzinapa. Abre los ojos, apaga la televisión, sal a las calles y escucha al país gritar con furia: - El nuevo avión presidencial de millones de dólares. § Aún no sabemos nada de ellos.


A Y O T Z I N A P A Foto: ©Jorge Ibarra

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- Nadie es juzgado por lo de Ayotzinapa. § Aún no los devuelven. - México es un 40% menos violento, según Peña en conferencias en el extranjero. § Ayotzinapa no se olvida. - ¿Qué hay de las demás represiones? § Los queremos vivos. Podremos excusarnos y decir que no los conocíamos, pero ellos son los que llevarán la educación a los niños en zonas rurales, donde a veces sólo hay un techo y ganas de aprender, y digo “son” porque regresarán vivos. Pudieron ser tus colegas, tus amigos, tus conocidos, tus hermanos, tú mismo, no dejes que el sacrificio sea en vano, lucha. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

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Terrorismo de Estado en Guerrero

La Normal de Ayotzinapa de luto otra vez: tres estudiantes ejecutados, 43 desaparecidos Salvador Díaz Sánchez1

Ayotzinapa, Guerrero, 4 de octubre de 2014 Cunde el sufrimiento doquiera volteo, mi corazón exaltado bebe poco a poco las abstractas aguas de la pena, Gruesas aes de dolor recorren la epidermis de mi rostro, Acteal, Aguas Blancas, Atenco, Ayotzinapa, aes púrpuras enjugadas con el sudario de Tlatelolco, tan estipulado e iterado en estas fechas, El ambiente de tristeza flota como una enlutecida Babel por toda la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, escuela fundada en los años veinte del siglo pasado, está repleta de estudiantes, Veo puñados de mujeres de otras normales y a los entristecidos familiares de los desaparecidos: mujeres, ancianos, padres, madres de familia, hermanos, tíos, niños que juegan sin imaginar siquiera que hoy, este sitio, es una sucursal del purgatorio, donde anidan las avezuelas del desconsuelo, la angustia y la incertidumbre, Cineasta y Profesor de la Universidad Autónoma Chapingo. 1

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Terrorismo de Estado en Guerrero

Esta gloriosa escuela albergó en los años sesenta a dos insignes revolucionarios Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, guerrilleros que pusieron en jaque al gobierno mexicano en la década de los setenta del siglo pasado, y se han convertido modelos ideológicos de la mayoría de los estudiantes humildes que transitan durante cuatro años por estas aulas para entregarles una gran satisfacción a sus familiares quienes forjan en ellos una firme esperanza para salir de pobres, Hoy están convocadas dos reuniones, una de los Egresados de esta noble institución, y otra de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la cnte, quien celebra aquí su Asamblea Nacional, Ambas reuniones para mostrar en vivo y en directo su apoyo a está heroica escuela que hace ocho días perdió a tres de sus estudiantes, quienes fueron ejecutados extrajudicialmente por fuerzas policiales fuertemente infiltradas por la “Maña”, es decir, por la delincuencia organizada, otro más se encuentra herido, en estado vegetativo, y 43 alumnos, la mayoría de


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primer año, se encuentran desaparecidos, amén de otros 25 heridos, Por eso este entorno de desolación, de desesperación, Unos doscientos familiares viven desde el 27 de septiembre aquí compartiendo camastros, viandas sencillas con los futuros maestros que viven aquí, en el internado, Llegaron desde distintos lugares con la esperanza de recuperar a sus hijos, casi niños que fueron tratados como si fuesen las peores personas del mundo, Y yo ¿qué hago en Ayotzinapa? Vengo a expresarles mi dolencia y mi apoyo a los alumnos y los familiares de los estudiantes desaparecidos de esta normal, y a solidarizarme con los maestros democráticos de la Coordinadora, mi propósito es proyectarles, mi documental “Maghistoria del magisterio: La saga de la cnte”, Pero, ya aquí, yo, tan sensible, tan llorón, tan indignado, recorro la escuela, Me quedo mirando un poco, sólo mirando, intentando meterme en la piel de cada uno de ellos que esperan

sólo esperan una lucecita que les alumbre la esperanza y les diga que sus hijos están vivos, Se preguntan si estarán bien, si sus comieron algo, si pudieron dormir, si no les duele la panza o la cabeza, Y después de unos minutos me pongo a filmar unos planos de la cancha donde, a un costado luce un monumento con las efigies de Marx, Lenin, Engels, el Che, Lucio, y Genaro, pertrechadas por 16 banderas rojas (una por cada normal rural que sobrevive en el todo el país), en el centro hay un altar con flores y veladoras, En las orillas de esa área techada veo a campesinos con huaraches y sombrero algunos, trabajadores pobres, aguardan noticias sobre el paradero de sus críos, Termino de disparar/ Nooo, por ahora esta palabra está prohibida para mí, termino de filmar unas tomas y me traslado al auditorio, Me anuncian ante los exalumnos y pido permiso para permanecer con ellos en su asamblea para filmar, Les digo quien soy, aunque para muchos sale sobrando porque ya me Terrorismo de Crónicas Estado endeGuerrero pulques

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conocen (en enero de 2012 el documental “Ayotzinapa: ¿Qué país es éste: Lupita”, así me presentó un maestro), Recuerdo a algunos maestros que aparecen en mi documental, a la sazón dirigentes de la Normal y de la Federación de Estudiantes Campesinos de México (fecsm), Votan los exayotzinapenses mi presencia, La aprobación a mano alzada es unánime, Un guajolote haciendo la rueda era nada ante lo que sentí interiormente al ver mi aceptación en el auditorio, Comparecen los padres de familia, habla el primero, es de Tlaxcala, escucho su desgarrador caso, lo filmo detenidamente, pero advierto chorretes de lágrimas corriendo por mi cara, no me importa, Supongo que varios se dieron cuenta de ello porque siento sus miradas, Le sigue una madre joven quien pronuncia cinco palabras enlagrimadas, “Ayúdenos, solo eso les pido…”, Vienen consignas varias, estremecedoras, luego más testimonios, al tiempo en que me percato que algunos maestros de la cnte van llegando, Ocho días antes, el infierno, ¿qué país es éste? Ocho días antes, el 26 de septiembre de 2014, se había desatado nuevamente el infierno para los ayotzinapanses, otra vez el cisne negro de la represión, las mismas escenas de sangre adolescente derramada, igual desesperación, En forma por demás atroz, después de una actividad de boteo, tres estudiantes fueron acribillados en Iguala, Guerrero, por policías municipales y por un comando paramilitar, Fueron cazados, literalmente, de la manera más vil, a sangre fría, además del ametrallamiento de integrantes de un equipo de futbol que fueron confundidos con los normalistas, Las agresiones ocurrieron alrededor de las 9 y media de la noche en el primer ataque de policías municipales, donde murió un alumno y un segundo acribillamiento en el mismo lugar a las 12 y media de la madrugada del 27, ¿Qué ocurre en México?, ¿Qué está pasando para que el Estado esté asesinando a gente inocente?, ¿Por qué desaparecieron a ocho activistas Terrorismo de Estado en Guerrero

en Iguala mismo, en mayo de 2013, y luego hallaron muertos a tres?, ¿Por qué en diciembre de 2012, asesinaron a dos alumnos de Ayotzinapa en la autopista del Sol, en Chilpancingo, Guerrero, al protestar contra la desaparición de la Normal?, ¿Por qué, en enero de este año, otros dos estudiantes de la misma escuela fueron atropellados y muertos en Atoyac de Álvarez mientras boteaban?, ¿Por qué en mayo de 2014 fueron arrolladas dos alumnas normalistas de Amilcingo, Morelos, haciendo la misma actividad de boteo, de las cuales una murió?, Por las mismas fechas otros estudiantes normalistas de Michoacán también fueron atropellados, Y si a esto sumamos la muerte de 49 niños de la guardería abc, en Hermosillo Sonora en junio de 2009, las innumerables muertas de Juárez, de la década pasada y de ahora, los 11 indígenas del El Charco ejecutados por el ejército o la masacre de 8 campesinos en El Bosque, ambos en 1998, O los movimientos campesinos que también han sido reprimidos, basta recordar la matanza de 17 campesinos miembros de Organización Campesina de la Sierra del Sur (ocss), de Aguas Blancas, en junio de 1995, y las muertes de los hermanos Mesino, Miguel Angel en 2006 y Rocío en octubre de 2013, de


los 70 muertos de la minera de Pasta de Conchos, Coahuila, en febrero de 2006, eso sin contar los miles de fallecidos por la “guerra contra el narco”, o la masacre que efectivos militares realizaron en junio pasado en Tlatlaya, México, con 22 personas ejecutadas a mansalva, no podemos decir otra cosa que estamos sometidos a un terrorismo de Estado, nuestro país se encuentra en un estado de barbarie, inseguridad e ingobernabilidad insostenible, Todo esto nos hace pensar en épocas echeverristas y lopezportillistas y en las dictaduras de los países del Cono Sur como Chile, Argentina, Brasil o Paraguay en la segunda mitad del siglo xx, Nos quieren acostumbrar a conjugar el verbo de la sangre Enfrentamos una edición renovada de la guerra sucia de los años 70 y 80 del siglo anterior, de la criminalización de la lucha social que, en rigor, es una guerra de baja intensidad con la tendencia a encarcelar, desaparecer y asesinar a activistas democráticos, En este cuadro, es imposible citar todos los agravios contra el pueblo mexicano en la época contemporánea, Esto es una represión selectiva contra todo lo que huela a rebeldía, dignidad y lucha social, Cherán, La Parota, Wirikuta,

Ostula, Atenco, Huexca, las CRAC guerrerenses están en la mira, Ni siquiera a las pequeño-burguesas autodefensas las dejaron crecer, Gobierno intolerante y autoritario con fuertes rasgos fascistas, que utiliza el peculiar lenguaje de los “enfrentamientos”, “choques entre comunidades”, “daños colaterales” o “el ejército, la policía, las fuerzas del orden fueron agredidas…”, para justificar las ejecuciones extrajudiciales y la represión hacia los que protestan y osan alzar la voz para denunciar las injusticias y atropellos de empresarios y gobernantes, hacia los que se oponen a la construcción de minas, presas, termoeléctricas, oleoductos, acueductos, carreteras, en sus tierras, Las cárceles se nutren de los que expresan su disidencia, los que realizan resistencia civil pacífica, manifestaciones, bloqueos, todo con el fin de llamar la atención para la resolución de sus problemas, Las gaviotas del odio que antes brotaban de los gobiernos del pri, hoy también emergen de los intersticios del prd y del Estado todo, Nos quieren acostumbrar, a ver a nuestros muertos como una cosa cotidiana, El preestreno truncado de “Maghistoria del magisterio: la saga de la cnte” y el anuncio de las fosas clandestinas Pero ya son las 3 y media de la tarde, La proyección se truncó por la demora de las reuniones, No importa, con el sólo de hecho de estar aquí, en esta escuela que ya siento mía, el viaje valió la pena, Los dirigentes me piden disculpas, No, les digo, no hay problema, quedamos en hacer una proyección exclusiva en el DF, Me dirijo a comer (en rigor, desayunar) con algunos profes a Tixtla, a un kilómetro de distancia, Varias combis muestran la leyenda ¡Hasta encontrarlos!, ha calado hasta el corazón de los tixtlenses, Durante la comida mi señora me llama con angustia preguntándome si era cierto lo que acababa de leer en Internet, que habían encontrado a los alumnos desaparecidos en una fosa clandestina, Lo comento con mis compañeros y me dicen que las fosas con cadáveres las encuentran Terrorismo de Estado en Guerrero

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frecuentemente, eso me calma un poco y le comunico esto a mi señora, Cuando regresamos, más o menos las 6 y media de la tarde, advertimos movimientos inusitados, Alumnos y padres y madres de familia, empiezan a abordar los autobuses y de pronto veo un jovencito que se le saltan las lágrimas, La asamblea de la cnte termina abruptamente, Una maestra nos dice que encontraron a los estudiantes, ¡Hijos de su puta madre!, exclama un maestro, ¡Hijos de su reputísima madre!, profiero yo, esperando que nuestras invectivas den al corazón de los sicarios, Pero no hay nada cierto todavía, Se trata de un montaje del gobernador, dicen algunos, Es una farsa, dicen otros, Por lo pronto todos nos vamos a Chilpancingo, e igual, en Chilpo hay varias peseras con la misma leyenda de ¡Hasta encontrarlos!, el corazón del los chilpos ha recibido con dolor estos acontecimientos, Todo contra la educación popular, La indignación Contra el Gobierno, y Aguirre “La ira de Dios” La globalización es un cáncer que genera una metástasis que ha enfermado al mundo y que tenemos que extirparla a como dé lugar, sea como fuere, Hoy México, lugar nuestro, está tocado por ese carcinoma que entrega impunemente nuestros recursos naturales a los bucaneros del capital y que se acompaña del exterminio a los escasos reductos de las conquistas de la Revolución Méxicana, como las 16 normales rurales que sobreviven precariamente (de las 45 que había en 1968) desde hace décadas, Y por eso, también, las agresiones contra los estudiantes de Ayotzinapa, es parte de un maquiavélico plan para desaparecer a esta escuela formadora de cuadros conscientes, Si analizamos como viven los normalistas en su escuela, su rancho diario asciende a 43 pesos diarios, camastros, condiciones miserables, Por eso los estudiantes se movilizan, por esa razón realizan colectas y boteos, y por eso toman camiones para trasladarse, el Estado los ha obligado a esas medidas para sobrevivir, y por eso hoy, siete estudiantes de este hermoso lugar están muertos, y Terrorismo de Estado en Guerrero

43 desaparecidos, Esto pienso mientras subimos la colina donde se encuentra la casa de gobierno, donde vive este infame Calígula, Ángel Aguirre Rivero, cacique señalado por la Vox Populi como el líder de los Guerreros Unidos, acusados de desaparecer a los 43 adolescentes de Ayotzinapa, Sí, ese mismo matón que lo mismo se retrata con otros matones como Peña Nieto o Rubén Figueroa que con miembros de su partido, el prd, dizque defensor de las causas nobles, el mismo que gobernaba como interino en 1998 cuando ocurrió la matanza de El Charco, el mismo que ordenó limpiar la carretera el 12 de diciembre de 2011 donde murieron Gabriel Echeverría de Jesús y Alexis Herrera Pino… estudiantes de Ayotzinapa, el mismo que hoy evade su responsabilidad y debe ser destituido y colocado en chirona, En ese lugar apenas hay unas cien personas esperando, a un lado donde cuelga una manta con los retratos de los normalistas desaparecidos ofreciendo un millón de pesos a quien dé datos de la localización de los muchachitos, como recompensa, Ya son las 8 y media de la noche, Poco a poco van llegando más y más contingentes, Y las consignas empiezan a escucharse, Me remiten a los cantos de los esclavos afroamericanos, al Blues, lamentos, y más lamentos con el odio propio de los que han sido golpeados, humillados, ofendidos, masacrados, otra vez las de San Pedro resbalan por mis mejillas mientras los filmo, Consternación, tristeza, coraje, rabia, impotencia, todo un coctel de indignaciones se mezclan con mis sentimientos, Y después de una media hora salen, coléricos, tres miembros de una comisión, abandonaron la reunión porque el gobernadorzuelo nomás evade la responsabilidad diciendo que no sabe si son estudiantes los encontrados en las fosas, Pasan otros 20 minutos y se abre la puerta de la residencia del “gobernador” para darle paso a otros dos miembros de la comisión de padres, Es el señor de Tlaxcala quien, iracundo, echa pestes de Aguirre, Un millón de pesos, hijos de la chingada, dice, eso ofrecen por nuestros hijos, como si fue-


ran perros, Eso se gastan en una borrachera, que pinche gobernador tienen en Guerrero, Y sigo en mi reflexión y brota la figura del sicario presidente municipal que mando a matar a los chavitos, José Luis Abarca Velázquez, acusado de asesinar a mansalva a Arturo Hernández Cardona y a Félix Bandera Román y Ángel Román Martínez en mayo de 2013, pues el presidenzuelo de Iguala, ahora prófugo, es también ¡del prd!, Mientras, salen los últimos de la comisión que se entrevistó con el gobernador, entre ellos el abogado de los alumnos y padres de familia salen y explican que se comprometió a que daría autorización para que médicos forenses externos puedan intervenir para las pruebas periciales de las fosas clandestinas, Ya para entonces hay más de dos mil personas protestando a fuera del bunker del perredista, Los futuros profesores arrancan la cámara de vigilancia, y de una camioneta bajan dos gruesas de cuetes, que empiezan a encender para lanzarlos a la transitoria casa de Aguirre, y viene a mí esa espectacular escena de “Aguirre, la ira de Dios” de Werner Herzog, un loco parecido a este loco que tiene la investidura de gobernador por un esquizofrénico partido de “izquierda” que ha sido cómplice de

sus trapacerías, Y es un auténtico festín de fuego el mitin, juegos pirotécnicos con la rabia en el estruendo, uno y otro y uno más, y 10 y más y 50 y más cuetes lanzados al interior de esa casa que tiene roña, Nosotros, dos maestros que me acompañan y yo, nos retiramos con el contingente, De este modo, cargados de rabia, indignación, coraje, tristeza, partimos hacia el DF a eso de la 11 de la noche, Mientras tanto los rumores, informaciones, interpretaciones sobre el paradero de los estudiantes hasta este momento siguen en el aire, lo cierto es que allá, en Ayotzinapa, los familiares de los desaparecidos se mantienen en espera… y yo acá, consternado, también en espera que nuestros compañeros estén sanos y sean rescatados prontamente por la movilización popular que, por lo pronto, hizo recular a Peñanieto de su estupidez de hace unos días en la que anunció que la resolución de la masacre se la dejaba al gobierno de Guerrero, es decir el juicio a los asesinos se los dejaba a los mismos asesinos, hoy ya espetó que la pgr atraerá el caso, tanta torpeza en un presidente sólo el que funge como tal podría tenerla…

Terrorismo de Estado en Guerrero

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Ahorita vengo

Está haciendo frío, mejor ve tú

William Gómez Luna1 A veces, imagino que nada de lo que a nuestro alrededor sucede, podrá cambiar. Son demasiados acontecimientos día tras día, que incluso pareciera que podrán terminar en pequeños instantes de efímera racionalidad, claro, si cada uno de nosotros se percatara de lo que sucede. Quién sabe. Imagino que de todas las cosas que se han ido mostrando ­­—y si es que también antes ya se habían presentado— pueden tomar nuevamente lugar en este pequeño gran mundo de estupidez y miedo. Es algo completamente curioso, intangible, desgarrador… Son sensaciones que sólo el humano puede sentir, aunque la mayor parte de las veces únicamente sea por capricho o conveniencia. Es probable, que de tanto pensar y sentir nos ahoguemos en un mar de profunda melancolía; un mar del que no muy fácil podemos salir victoriosos, pero que sin duda alguna, podemos superar para elegir el sendero correcto de libertad que nos lleva a la realización. Todos podemos Estudiante de segundo año de Preparatoria Agrícola en la Universidad Autónoma Chapingo. 1

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Foto: ©Gabriela Castelán

Ahorita vengo

hallar una nueva perspectiva de lo que realmente queremos. Aunque, a veces lo que nos parecía obvio, resulta no ser tanto en comparación al inicio. Eso por voluntad llegará en su debido momento. Una mejor manera de dar a conocer un poco de lo anterior, es a través de un hecho, que al menos, hoy, se ha convertido en noticia, para nosotros como estudiantes. Sinceramente, imagino que todo esto es un sueño, uno del que aún no puedo despertar. Es doloroso saber que aún no hay solución a tal problema. Despierto y me pongo a pensar si esto tendrá fin, soy uno más de los que sólo deja en palabras lo que piensa, y eso es lo que más me duele; sin embargo, hay algo aún mucho más preocupante que no me deja descansar, ¿somos merecedores de esto? El chikarkas dejó una carta para su madre. La encontramos en su pantalón el día en que —la perrera— se llevó a nuestros compañeros; no sabemos dónde está, si lo supiéramos, hoy su madre no estaría sufriendo. Tenemos la certeza de que


podremos encontrarlo, y para cuando ese momento llegue, habremos ganado. Sé de antemano que, si estás leyendo esto accidentalmente, la semilla de impotencia podrá germinar en tu mente. Te pido, que no la cultives, puesto que si lo haces, de alguna manera u otra, esto seguirá repitiéndose hasta llegar a ti en el momento menos esperado.

Mamá: ¿Recuerdas que alguna vez te platiqué lo que sucedió con mis compañeros de la escuela? Pues creo que otra vez está pasando. No sé por qué, pero imagino que todo está sucediendo nuevamente para decirnos que mejor nos vayamos por donde vinimos. Es muy triste ver cómo mis maestros y compañeros se la pasan gritando como perros, suplicando por un pedazo de carne. Me entran unas ganas inmensas por hacer lo mismo que ellos, sin embargo, se apodera de mí un miedo indescriptible al saber que la perrera puede venir por mí. Usted sabe muy bien que siempre se han puesto así las cosas por estos lugares, pero no se preocupe, ya verá que nuevamente todo se arreglará. Pero la razón principal por la que le escribo esto, es porque ya van 12 días desde que no he vuelto a ver al titus y al tzitzihui, esos cabrones que me acompañaron la vez pasada al entierro de mi padre (aunque la verdad es que los considero como si fueran mis hermanos). Creo que nuevamente se fueron de briagos con la cuchara, con eso de que está de moda escaparse después del pase de lista, quesque según así es más chido esto de la escuela, pero ni modo, así son ellos. Seguramente ya se aburrieron, ¿o usted qué piensa, será posible?

De lo que sí estoy seguro es que tenían problemas con la poli. Siempre que se la encontraban era lo mismo: mentadas de madre, piedrazos, “corre, que te carga la chingada”… Pero todo eso cambió de momento, es como si el mundo se hubiese detenido. Nadie se acercaba a la escuela, ni siquiera para echar la platicada con las chavas que iban del diario a visitarnos; los maestros hacían juntas, pero no nos decían lo que pasaba, y pues tomando en cuenta cómo soy de pesimista, pues tampoco se animaron a decirme. Así me la pasé estos días, solo, sin tener con quién hablar (y pues la verdad sea dicha, mis compañeros a veces me caen de su pu…) Lo mejor de todo empezó en la noche, si es que así le puedo llamar. Nos mandaron a llamar al patio; los maestros nos empezaron a decir que nos pusiéramos perros porque esto no se iba a quedar así. Creí que nuevamente habían salido con sus mamadas de ir a velar los cultivos, interrumpiendo mi sueño que tanto trabajo me costó ganarme. Pero no fue así, nos dieron indicaciones de vestirnos (como si estuviéramos a punto de iniciar una revolución) y que fuéramos inmediatamente a vigilar las entradas y los lugares en donde se encuentran los módulos de animales de ganado. Según yo, se estaban metiendo a robar, pero nada de eso ocurría; fue la chiva quien me dijo que…

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La chiva me pidió de favor que entregara esta carta a la madre del “monchis”. Lo hice. Cuando llegué a su casa, me pidió de manera humilde que me quedara con ella; la tristeza y el miedo debieron haber entrado por todo su cuerpo, era un miedo aterrador que ni siquiera puedes sacarte del alma. Me quedé a su lado. Hoy, después de haber sucedido lo anterior, me pongo en el lugar del monchis y de sus amigos, a imaginar lo que ellos estuvieran haciendo si la desgracia hubiera ocurrido contigo o con tu familia; también, del lado de las madres y padres que hoy tienen la incertidumbre de no saber dónde están sus hijos. Me muevo, sin importar lo que pase, así tenga que morir.

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¿Dónde están? no estamos todos, faltan 43

Moisés Zurita1

La caída de Ángel Aguirre del gobierno de Guerrero pone de manifiesto los arreglos de la casta política que controla este país, desde que las manifestaciones por la presentación con vida de los 43 normalistas se empezó agudizar, cada uno de los partidos trató de sacar el mayor provecho político del caso; el pan, por ejemplo, propuso la desaparición de poderes desde el senado, pero cuando vieron que las manifestaciones en demanda de que aparezcan los normalistas rebasaba todas las expectativas recularon. Cada vez resulta más claro que el, ex presidente municipal de Iguala con su “distinguida” esposa serán oficialmente los responsables de todos estos hechos lamentables, y como en los crímenes más famosos apuestan a que no haya juicio ni castigo a los culpables. Pero no es únicamente el nivel municipal responsable de los crímenes; es claro para todos que esto es un crimen de Estado. La penetración de la delincuencia en la política es abrumadora, pero el objetivo de la delincuencia es la ganancia, la desaparición de los normalistas no sigue ninguna ruta económica, sino política. Vivimos en un estado que da libre acceso a la delincuencia, que tolera Profesor de la Preparatoria Agrícola de la Universidad Autónoma Chapingo Ha publicado relatos, versos y fotografías. 1

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¿Dónde están? no estamos todos, faltan 43

los estados de excepción, que mantiene en la cárcel a Mireles y muchos autodefensas mientras la elegante Tuta prepara sus audiovisuales con ayuda de reporteros de televisa. Han impuesto el terror como forma de dominio, como última vía para mantenerse en el poder, pero se equivocaron al pensar que todo iba a quedar como siempre, que la impunidad en que reinan no sería tocada de ninguna forma. Se equivocaron porque hay una generación de jóvenes mujeres y hombres que no tienen miedo y que están dispuestos a dar lo que haga falta para hacer de este país no un lugar de esperanza, sino un lugar en el que ya nadie más tenga miedo. Ha llegado la hora no sólo de tomar las calles, ha llegado la hora de ir más allá del paro nacional, ha llegado la hora de tomar el congreso y exigir que aquellos que han protestado cumplir y hacer cumplir la ley, y no lo han hecho, no sólo se vayan, sino que sean castigados como la propia ley lo establece. No será fácil, la bestia es más peligrosa cuando se siente herida, pero ha llegado la hora.


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Concha Urquiza: el llamado de Dios1 (segunda parte)

Miguel Ángel Leal Menchaca

II.

La poesía Un acercamiento a los poemas llamados bíblicos nos permite ver con mayor exactitud la presencia poética de esta autora y los méritos que la colocan al lado de las grandes de la poesía mexicana. Estos poemas, acaso los más estudiados lo mismo por la crítica religiosa como laica, que han encontrado en ellos la presencia tanto espiritual como poética de la escritora, son también los que más polémica han desatado, sobre todo a la hora de etiquetar a la michoacana como una poeta mística. Sin desconocer la importancia de estas hipótesis, y sin soslayar los referentes bíblicos y místicos en donde abrevó Urquiza, podemos concedernos la oportunidad de estudiar estos poemas a través de su arquitectura. La discusión entre lo místico y lo religioso en la poesía es un tema que requiere de un mayor espacio, por lo tanto me concretaré a explicar algunos de estos poemas –de la poeta michoacana– inspirados en la Biblia, y en los poetas místicos españoles. Los poemas más relacionados con las Sagradas escrituras son nueve: “Sonetos Bíblicos” y “Variaciones sobre el Evangelio”, en este trabajo me voy a referir únicamente a tres poemas: “Job” “Sulamita” y “Betsabé”, que son íconos ineludibles en las Sagradas escrituras. “Job”, que se refiere a uno de los

personajes más visitados y alabados por los estudiosos de la religión y la psicología, quizás debido a que representa un epígono de la obediencia ciega y la resignación a los designios divinos, así como la fidelidad religiosa, es el primer poema que abordaré.

Este trabajo forma parte del libro en preparación, Hadas, musas y mecenas, Mujeres célebres en México en la primera mitad del siglo XX. Mismo que se gestó con el apoyo de la Universidad Autónoma Chapingo y el Programa de Humanidades, del Instituto de Investigaciones Socioambientales Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (iisehmer), de la misma institución.

Una de las primeras versiones respecto a este poema, apoyada en el contexto, es que en 1937, año en que está fechado el poema, Concha Urquiza renuncia al Partido Comunista, después de una militancia de cuatro años aproximadamente. Es probable que el pc

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JOB “Y vino y puso cerco a mi morada y abrió por medio della gran carrera” Fray Luis de León (Traducción del Libro de Job)

Él fue quien vino en soledad callada, y moviendo sus huestes al acecho puso lazo a mis pies, fuego a mi techo y cercó a mi ciudad amurallada. Como lluvia en el monte desatada sus saetas bajaron a mi pecho; Él mató los amores en mi lecho y cubrió de tinieblas mi morada Trocó la blanda risa en triste duelo, convirtió los deleites en despojos, ensordeció mi voz, ligó mi vuelo, hirió la tierra, la ciñó de abrojos, y no dejó encendida bajo el cielo más que la oscura lumbre de sus ojos 19 de julio de 1937


no llenara las expectativas sociales y menos espirituales de la michoacana, también lo es el hecho de que ella encontró la iluminación que la apartó de la militancia política. En todo caso la poeta afirma que fue en 1937, en una noche: “la noche en que él se apoderó completamente de todos mis deseos.”1 El análisis de este poema, que hace Patricia Villegas, apoyada en la teoría de las lecturas bíblicas de Frye,2 se relaciona primero, con la interpretación que cada escritor y poeta hace de las Sagradas Escrituras, las señas de identidad que puedan amalgamarlo a los personajes bíblicos, y segundo, con una estructura de los acontecimientos que les suceden a éstos, graficados en forma de U, en donde se dibuja su ascenso y el descenso, para volver a ascender y descender sucesivamente. Todos estos altibajos carecen de una explicación causal y se encierran en el misterio. De la misma manera en que ni el lector de la Biblia, y el propio Job pueden explicarse las razones de su descenso del segundo, y sólo atina a explicarse este descenso con base en la conjetura: tal vez Job rompió algún equilibrio que ofendió a Dios, o simplemente pecó de vanidad o de soberbia. A Job le basta con la fe y no necesita hacerse preguntas ni cuestionamientos. Job tiene tan en alto la presencia de Dios, que se considera indigno siquiera de hablarle y de que éste lo escuche: 13 “Dios no tornará atrás su ira, y debajo de él se encorvarán los que ayuden a los soberbios. 14 ¿Cuánto menos le responderé yo, y hablaré con él palabras estudiadas? 15 Que aunque fuese yo justo, no responderé; antes hablaré de rogar a mi juez. 16 Que si yo le invocase, y él me respondiese, aun no creeré que haya escuchado mi voz” (Job, 9, 13,14,15,16)

Desde esta perspectiva y buscando los vínculos entre el poema y el texto bíblico, vemos que en el poema de Urquiza la presencia de Dios 1

Citado por José Vicente Anaya, en El corazón preso, Concha Urquiza, recopilación de Gabriel Méndez Plancarte, de poemas dispersos y presentación de José Vicente Anaya, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, conaculta, Dirección General de Publicaciones, 1990, p. 13. 2 Northrop Frye, El gran código, Barcelona, Gedisa, 1988.

lo eclipsa todo: las metáforas son lapidarias y apuntan al absoluto. No debemos olvidar, sin embargo que los bastidores contextuales, pues siempre encontramos en ellos algún referente que nos ayuda a abundar en el poema, no obstante, se prestan a la especulación. Hay una versión, por ejemplo, respecto a este poema, que también apoya el cambio de ideología de la escritora, y que argumenta el hecho de que la poeta fue ultrajada por un compañero del Partido Comunista, quien primero intentó seducirla y después abusó de ella.3 Este hipotético acontecimiento habría acarreado a Urquiza una decepción mayúscula del ser humano y la habría casi obligado a la búsqueda de un Amado no terrenal. Abandonar el pc significaba también abandonar todo aquello que la ligara a las luchas sociales, a la militancia política y a una ideología de izquierda que por supuesto se oponía en mucho a las teorías celestiales. Esto implicaba recluirse casi de facto en el monasterio, en donde no va a permanecer ni siquiera un año. Esta explicación del cambio, que yo considero demasiado ligera, sólo alimenta las lucubraciones y el amarillismo; no abona nada al conocimiento de la personalidad de la poeta y únicamente contribuye a rebajar el poema a una simple anécdota, que subordina la poesía a la “reacción estética mecánica”. Sin descontar, aludiendo nuevamente a Gide, que “nada es simple”. Pero debo decir en favor del poema, que aquello que pretende ser una experiencia sublime, a los ojos de esta versión, se convierte en un ejercicio de degradación. Es más congruente en todo caso, si se trata de seguir su biografía, la versión de Javier Sicilia quien afirma que: “En 1937 conoce a los Méndez Plancarte, estudiosos de la poesía mexicana y conocedores de la obra clásica de los místicos españoles, pero también, según testimonio de la propia poeta conoce a ‘el otro’ que la ha perseguido y al que ha perseguido en la carne de otros, adquiere por fin un rostro: es Cristo”.4 Continúo con el análisis de Patricia Villegas quien sostiene que: “Urquiza trata de explicitar en “Job” la necesidad de la luz o del amor como medio de comprensión a 3

Quienes sustentan esta teoría se apoyan en el segundo cuarteto del poema. 4 Javier Sicilia, “La pasión de Concha Urquiza”, en La Jornada Semanal, domingo 13 de junio del 2010, núm. 797, pp. 1-4.

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través de la cual el alma supera el encierro o desolación ante lo nuevo en que ha quedado.”5 Sin embargo, si leemos cuidadosamente el soneto, veremos que hay en él el reflejo de un “desconsuelo sublime”, una visión oximorónica del amor que duele y que puede canalizarse también en la llaga amorosa que no se extingue, y de la cual queda un “dolor sabroso”. La voz poética en femenino menciona la Figura del Amado con ternura y con dolor: “Él fue quien vino en soledad callada”. Él se adueña de ella, “cerca su ciudad amurallada”. El símil del segundo cuarteto obliga a la posesión y al abandono total. Recordemos que en la poesía mística el encuentro con Dios implica el desprendimiento total alma respecto al cuerpo. Es una suspensión total de los sentidos que se subordina a la sublimación del encuentro. Sólo la renuncia al cuerpo permite al alma liberarse para acudir al encuentro con Dios: “Salí sin ser notada, estando yo en mi casa sosegada” (San Juan de la Cruz). El cuerpo se constituye como una cárcel que debe abandonar el alma para purificarse y ser digna del encuentro. En la segunda parte del poema, los tercetos rinden cuenta de la acción ejercida del amado. Los cuatro primeros versos inician con un verbo lapidario: trocó, convirtió, ensordeció e hirió. El poema no puede ser más elocuente en sus figuras antagónicas, que sintetizan la ausencia y la presencia, el antes y el después, la vida y la muerte. Como en Santa Teresa: “Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no muero”. En “Job” veremos que el poema concluye con “Trocó mi blanda risa en triste duelo”, “convirtió los deleites en despojos”, “ensordeció mi voz, ligó mi vuelo”. Con estos podemos ver que la poesía de Urquiza se transforma en un vehículo de ascensión, pues le permite, como a los místicos, el encuentro con lo sublime. Por lo demás, no podemos circunscribir toda la poesía mística sólo a los “iluminados”, y menos a los que se precian de serlo argumentando la incomprensión de quienes no lo son. Aquellos que se han instalado en la grandeza divina y han cerrado el círculo para no permitir el ingreso a los profanos. Finalmente la poesía, como todo producto artístico, en cuanto se hace pública, deja de 5

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Patricia Villegas, Ob. cit. p. 93.

pertenecer al autor y se la puede adjudicar el que puede “descifrarla”. Las fuentes en que abreva la poesía de Urquiza son específicas, aunque no únicas. Es claro que la Biblia es una de ellas, quizás la más mencionada, pero también lo son aquellos autores que han cultivado la poesía mística y religiosa, así como los clásicos de la poesía amorosa en lengua española. Esto es necesario decirlo, pues una visión superficial nos lleva irremediablemente al Libro de Job. Sin embargo, por la forma como se ha tratado este libro, en que la mayoría de los críticos y lectores de la Biblia lo etiqueta como un ejemplo de resignación y obediencia, el poema tendría muy poca relación. En todo caso debemos hacer una lectura más puntual como lo aconseja Patricia Villegas, descifrar el significado del epígrafe y leer con mayor atención el mencionado libro para encontrar el pasaje que inspiró a Urquiza. Por otra parte, la teoría de Frye acerca de la lectura de Las Sagradas Escrituras es también muy importante, pues él afirma que hay una relación entre Dios y el hombre en forma de “U”, en ella Dios toma al hombre desde la cúspide, lo hace caer para sublimarlo nuevamente. Esto, como un reconocimiento por parte del hombre, del ser divino. Ahora vamos a ver el soneto dedicado a Sulamita, que es el personaje femenino en el “Cantar de los cantares”, que representa para no pocos críticos, religiosos o profanos, una de las grandes joyas de la poesía erótica.

SULAMITA

“Pues ya en el exido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido, que ando enamorada…” San Juan de la Cruz Cántico espiritual

Atraída al olor de tus aromas y embriagada del vino de tus pechos, olvidé mi ganado en los barbechos y perdí mi canción entre las pomas. Como buscan volando las palomas las corrientes mecidas en sus lechos, por el monte de cíngulos estrechos buscaré los parajes donde asomas. Ya por toda la tierra iré perdida, dejando la canción abandonada, sin guarda la manada desvalida,


desque olvidé mi amor y mi morada al olor de tus huertos atraída, del vino de tus pechos embriagada 27 de junio de 1937.

Advertía anteriormente la inspiración del “Cantar de los cantares” en este poema, asimismo la presencia de un erotismo superlativo. El poema es sensual, con una carga de erotismo desmedida y siempre los versos subordinados a ese “placer doloroso” o “dolor sabroso” que los dicta. Hay una ansiedad de búsqueda muy propia de la poesía mística; el alma, desprendida del cuerpo, andará vagando en busca del amado. Se puede interpretar el poema a partir de la revelación que busca y alcanza el poeta místico. Recordemos que San Juan de la Cruz establece diez grados del amor místico, y en cada uno de ellos el alma es protagonista activo: “se enferma provechosamente”, “”busca sin cesar a Dios”, “obrar y ponerse en calor”, sufrir sin fatigarse”, “apetecer y codiciar a Dios”, “correr ligera hacia Dios”, “atreverse con vehemencia”, “asir y apretar sin soltar”, “arder con suavidad” y “asimilarse totalmente a Dios”. Vemos entonces las exigencias que imponen el amor divino y las obligaciones a las que tiene que someterse el alma. Concha Urquiza, a partir de ese glorioso 1937 para ella y para la poesía, explicaba que renunció prácticamente a todo y que después de tener la experiencia con Dios le arrebató la posibilidad de cualquier enamoramiento terrenal. Sin descontar la intertextualidad en estos sonetos con los textos bíblicos, la lectura fecunda de los místicos españoles, y con la experiencia espiritual que se dio en la poeta, no debemos olvidar que son éstos textos la fuente de inspiración más sólida en la poesía urquiziana, tampoco, que los leyó cuidadosa y apasionadamente y que se esforzó por incorporarlos a su experiencia personal. Como el soneto “Job” data de 1937 y por ello tenemos que aceptar el momento espiritual que estaba viviendo la poeta, tratando de desmembrarse de todo aquello que no estuviera relacionado con la experiencia “amorosa” que estaba viviendo. El poema habla ciertamente de soledad y de ausencia, pero también enaltece la voz por encima del silencio. La posesión amorosa rompe con todo lo trivial porque el

amor es un abandono total de lo terrenal, un olvido complacido de cualquier cosa para ir en busca del amado. Borges afirma en “El Aleph”, que “enamorarse es abrazarse a una religión cuyo Dios es falible” y es precisamente la última parte la elocuencia del amor carnal aun condicionado y resignado a la imperfección. Para Urquiza es la renuncia total y el no reconocimiento a esas postulaciones materiales. Otra fuente irrecusable en el poema, es el “Cántico espiritual”, de San Juan de la Cruz. No es gratuito el epígrafe. El poema inicia con la voz femenina seducida por los encantos del amado, para pasar inmediatamente a la renuncia. La ascensión está llena de aromas y de sonidos; la embriaguez de los sentidos obnubila la razón y lo único que se muestra es la voz. Como el alma renuncia al cuerpo para encontrarse con el Amado, así la voz poética busca la comunión con el destinatario. Esta copulación puede ser análoga a la que se establece entre la poeta y la lectura de los textos bíblicos y místicos, asimismo, a la que se establece entre el lector y el poema de la michoacana. De acuerdo a la teoría de Patricia Villegas, que se basa en Frye: “En este poema se cuenta con el Cantar salomónico como referente, pero Urquiza toma el tema y crea un nuevo poema con sus propios misterios. Así poeta y lector concurren en un compromiso común, ya que existen junto con el poema.”6 Esta comunión lector-poema se establece con base en una diversidad de referentes que parten desde los textos bíblicos hasta aquellos que a manera de intertextualidad, los han reproducido en una infinidad de versiones. Esta relación va más allá de la erudición, que no se descarta, pero se subordina básicamente a la sensibilidad y a la invitación a amalgamarse a través del poema. Cuando Borges afirmaba que tanto Quevedo como Kafka “eran una literatura”, se refería a la proyección periférica de su obra, capaz de apuntar a cualquier punto del universo. En este sentido, el poema de Urquiza se proyecta hacia todos los territorios en que el erotismo se haya hecho presente. La renuncia total por el encuentro amoroso deja un testimonio de insondable misterio, tan lleno de contradicción que, que por más asediado que se encuentre por la conjetura, sigue siendo indescifrable. 6

Patricia Villegas, Ob. cit. p.95.

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En el primer cuarteto del poema se manejan cuatro verbos que dan la pauta para el encuentro; los dos primeros, “atraída” y “embriagada” dan la pauta de la seducción, mientras que los segundos, “olvidé” y “perdí” son activos y personalizados, por lo mismo muestran la autonomía y la autocomplacencia de la dueña de la voz. Asimismo, “olor de tus aromas” y “vino de tus pechos” se oponen a “ganado” y “canción”. Estamos hablando de lo abstracto y de lo concreto. En el segundo cuarteto, que también se maneja con un verbo personalizado, “buscaré”, el núcleo es un símil: “como buscan volando las palomas” que convierte el escenario del campo en la aspiración al lecho conyugal. Los tercetos son reiterativos respecto a los mandatos del primer cuarteto, sólo que, en tiempo futuro los verbos, muestran la promesa amorosa de búsqueda. Se dice que para San Juan de la Cruz la doctrina católica es, no sólo la aceptación incuestionable de la vida religiosa, sino un padecimiento intelectual que lo llevan a las diferentes fases del conocimiento interior: Cada poema suyo es una muestra de los que hoy se llama conciencia poética. Además, el arraigo de esta poesía en la más viva tradición latina, no sólo evidencia la intensa formación humanística del Santo, sino su capacidad transformadora, ya que por la simple recreación de imágenes tomadas de la tradición consigue el más alto grado de originalidad. 7

En el poema de Concha Urquiza podemos observar ese desprendimiento de lo “terrenal civilizado” como creación humana o como artificio, y la incorporación de elementos naturales. La naturaleza intocada es el escenario y quienes la habitan sus protagonistas: la paloma, la cierva, los pájaros, etc. Entonces el poema no es más que una manifestación espiritual/ intelectual de un conocimiento al interior, que es, a mi parecer, el conocimiento más complicado. “Quien habla solo, hablará a Dios un día” dice un verso de Antonio Machado, en ese soliloquio misterioso es que se encuentran las nupcias amorosas del alma con la divinidad. Volviendo al contexto no olvidemos que a la poeta michoacana la mortificaba sobremanera “seguir habitando ese cuerpo. 7

Emilio Sosa López, Poesía y mística, Bs. As., Editorial Sudamericana, 1954, p. 67.

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Veamos ahora el poema “David” que hace referencia a la relación de éste con Betsabé.

DAVID

¡Oh Betsabé, simbólica y vehemente! Con doble sed mi corazón heriste cuando la llama de tu cuerpo hiciste duplicarse en la onda transparente. Cerca el terrado y el marido ausente, ¿quién a la dicha de tu amor resiste? No en vano fue la imagen que me diste acicate a los flancos y a la mente. ¡Ay de mí, Betzabé, tu abrazo tierno traspasado de luz como las ondas, ligó mis carnes a dolor eterno! ¡Qué horrenda sangre salpicó mis frondas! ¡En qué negrura y qué pavor de infierno se ahogó la luz de tus pupilas blondas! 25 agosto 1944.

También fechado siete años después de “Job” este poema alude, como ya lo mencioné, a una relación ciertamente forzada entre David y Betsabé. A diferencia del poema anterior, aquí la voz del yo poético es masculina, más concretamente, de David, quien lamenta el encuentro con la mujer, pues éste tuvo como consecuencia un desencuentro con Dios. Recordemos que Betsabé o Bat Shebá era hija de Eliam y esposa de Urías, pero cuando David la vio quedó prendado de su belleza y, en ausencia de Urías, la hizo ir a su casa. David, que era un gran seductor, no tuvo problemas para llevarla a su lecho y en el momento en que ella le hizo saber que estaba encinta, David llamó a Urías para que fuera a verla y a dormir con ella, con el fin de que se hiciera responsable de la paternidad y se disimulara el ultraje. Urías se negó. Sí fue a su casa pero no yació con su mujer. No faltó al respeto ni a la obediencia del rey, sólo adujo que no lo podía hacer porque “los siervos del señor moraban en su casa”. No debemos olvidar que el estigma de haber sido engendrado de otro que no fuera su padre, también lo arrastraba David, pues al parecer, cuando él fue concebido, su padre yacía con la criada. David, acaso espoleado por la belleza de Betsabé o por sentirse descubierto, en un subterfugio de guerra, David manda matar a Urías y se apropia de Betsabé, pero esto enoja


a Jehová: “Y pasado el luto, envió David y recogiola a su casa: y fue ella su mujer, y pariole un hijo. Mas esto que David había hecho fue desagradable a los ojos de Jehová” (Samuel 2, 11, 27). Al parecer esta es la causa de que su primer hijo con Betsabé muera, sin embargo, David se arrepiente, y en el Salmo 51, puede leerse que: 3 “Porque yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí.” 4 “A ti, a ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos: porque seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.” 5 “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.” (Salmo 51, 3, 4, 5)

Dios se apiada de él, concediéndole un segundo hijo de Betsabé, que será Salomón. David era temeroso y respetuoso de Dios, y aunque son muchas su iniquidades, las más frecuentes se relacionan con un apetito insaciable que tenía de mujer; al parecer no había freno ni temor cuando se trataba de hacerse de una concubina. En el Diccionario histórico y crítico de Pierre Bayle se puede leer al respecto que: H. Se cree comúnmente que su adulterio, etc., son las únicas fallas que se le podrían reprochar… hay muchas otras cosas para reprender en su vida. Hemos señalado algunas que se refieren a la época en que era un hombre particular; he aquí otras que pertenecen a la época en que fue rey. I. Su poligamia es inexcusable, dado que, aunque Dios la tolerara en aquella época, no hay que creer que se podría aceptarla sin soltar demasiado la rienda a la sensualidad. Cuando David cayó en desgracia le fue quitada su primera mujer, Mical, segunda hija de Saul, él se casó sucesivamente con algunas otras y no dejó de pedir la devolución de la primera; para que ésta volviera a estar con él fue necesario robársela a su marido que la amaba mucho y la siguió tan lejos como pudo, llorando como un niño. David no tuvo escrúpulos en unirse con la hija de un incircunciso, y aunque tenía hijos de varias mujeres, tomó otras concubinas en Jeruzalén. Elegía sin duda las más bellas entre las que encontraba, de manera que no se podía decir que haya tenido mucho cuidado

en disgustar a la naturaleza respecto de las voluptuosidades del amor.8

El soneto, que también refleja sufrimiento amoroso, despliega un amplio, pero dulce reclamo a la amada; hay en él, además del reproche, una alabanza que no se puede soslayar. La voz poética, masculina se instala en un reclamo placentero (otra vez el oximorón. Como en “Job” el Amado, en este caso la amada se apodera del dueño de la voz: “Con doble sed mi corazón heriste”. La llama del amor siempre en conflicto sigue siendo no obstante, una fuente de deseo y de vida. Aunque ese placer efímero se convierta pronto en el umbral de la muerte, muerte de amor, porque le creo un disgusto con Dios. Los dos cuartetos hablan del encuentro, de la posesión prohibida (el marido ausente) y de la imposibilidad de resistir a la tentación de poseer a la mujer. Finalmente es Dios quien pone las leyes y el hombre quien las transgrede. No se menciona el doble crimen, al parecer a la poeta sólo le interesa la presunción amorosa que lleva a lugares inusitados y a acciones inimaginables. Los tercetos manifiestan el dolor que deja la experiencia amorosa y lo inexorable del castigo: “¡Ay de mí, Betsabé, tu brazo tierno,/ traspasado de luz como las ondas,/ ligó mis carnes al dolor eterno!”. La ternura en que se envuelven el reproche y la manifestación del dolor, dan pábulo a la especulación y a la conjetura respecto a la experiencias que vivía la poeta poco antes del patético deceso final que quizás, no lo sabemos, para ella fue la ascensión a lo sublime. Culhuacán, agosto de 2014

8

Pierre Bayle, Diccionario histórico y crítico, selección, Bs.As., El cuenco de plata, 2010, p. 126.

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El Curioso incidente

de Mark Haddon Jorge Iván Garduño1

C

uando Daniel Defoe publicó su novela Robinson Crusoe a principios del siglo xviii, la crítica literaria inglesa calificó a esta obra dentro del género infantil, muy a disgusto de su autor, quien la concibió con una trama sencilla para la naciente sociedad adulta europea bajo el símbolo del colonialismo, del hombre perfecto y de la moral suprema. Algo muy similar le ocurrió a Mark Haddon al publicar su novela El curioso incidente del perro a media noche (2003), una extraña y cautivadora obra en la que sus editores, debido a la gran popularidad que obtuvo –en un primer tiraje en el mercado– dentro del círculo infantil, se vieron en la necesidad de ofrecerla a los lectores en dos impresiones, una dirigida a los adultos y otra más para los niños y jóvenes. Y fue así como Mark Haddon, con sus dos ediciones magistrales bajo el brazo, emprendió el camino que le llevaría a ganarse a los afamados lectores ingleses, después a los críticos y, por último, a los sectores más ilustrados de la Europa contemporánea; finalmente le otorgaron un reconocimiento universal en la mayoría de los casos.

Fotógrafo, escritor y periodista mexicano. Cursó estudios de Comunicación y Periodismo (unam). Colabora para revistas culturales, literarias, páginas web y diarios. jorgeivangg@hotmail.com 1

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Nació en 1962, en Northampton, Inglaterra, ha sido autor de varios libros para niños, además de pintor, ilustrador y caricaturista para diversas ediciones literarias, ya sea propias o de otros creadores, lo que le ha permitido imbuirse en la vertiginosa espiral de la narración infantil y saberse poseedor de un imponente talento. El protagonista de la historia es un muchacho de 15 años, llamado Christopher Boone, quien sufre de síndrome de Asperger, una forma leve de autismo que le impide ser capaz de percibir y comprender emocionalmente al mundo que le rodea, sin que esto signifique una limitante para su innata inteligencia. Y mientras Christopher se avoca aparentemente a la tarea terapéutica de escribir un libro, nos devela un mundo extraño donde las cosas rojas son buenas pero las amarillas y las marrones malas; donde está prohibido mezclar los colores de los alimentos en el plato, donde la gente nunca debería de mentir y donde todo se entiende de manera literal; asimismo vamos explicándonos sobre su aversión a ser tocado, su miedo a los ruidos y nos enteraremos de que su vejiga en ocasiones es incontrolable. Amante de los perros y de las historias detectivescas al estilo Sherlock Holmes, Christopher, que vive en un pueblo inglés de provincias llamado Swindon con su padre viudo, decide averiguar quién ha matado con


un rastrillo de césped al perro del vecino, siendo esto lo que inicia el descubrimiento de verdades mucho más dolorosas que afectarán la vida del joven Boone, su padre y sus vecinos, hecho que incluso lo conduce a conocer la verdadera historia de la muerte de su madre. Haddon nos presenta una novela llena de patetismo, honestidad y de la totalidad de sí mismo, vertida en un narrador improbable, que sin embargo estaría catalogado como uno de los más intensos de los últimos años por ser divertidísimo, desgarrador y absolutamente antisentimental, que vierte a lo

largo del libro toda una serie de datos extraños e inusuales y almacena en su cerebro esta información. El curioso incidente del perro a media noche es una novela que nos obliga a replantearnos la coherencia de lo que suponemos es una sociedad sana, que al enfrentarse a una mente joven, inocente y sincera afectada por el síndrome de Asperger se tambalea y se desgrana. En definitiva, un gran acierto de Haddon construida bajo un ambiente agridulce, detectivesco y plagado de explicaciones matemáticas que cautivarán al lector.

GRUPO CULTURAL “LA NAVE DE LOS LOCOS” H. AYUNTAMIENTO DE TEXCOCO H. AYUNTAMIENTO DE TEPETLAOXTOC CASA DE CULTURA “FRAY DOMINGO DE BETANZOS“ UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO PROGRAMA DE HUMANIDADES CONVOCAN: A los investigadores, docentes, egresados de licenciatura y posgrado en las carreras de historia, antropología, arqueología, comunicación, literatura, filosofía, sociología y ciencias sociale los y humanidades; así como al público interesado en este campo de estudios, a participar en el:

X CONGRESO NACIONAL: “ENTRE MUROS Y PIEDRAS LA HISTORIA” Ejes temáticos:

Foto: ©Jorge Ibarra Historia cultural Historia de la infancia Criminalidad Crónica e historia

1. 2. 3. 4. 5. 6.

7. 8.

Nuevos horizontes en investigación histórica El cine como objeto de estudio y herramienta de las Ciencias y Humanidades

BASES: El congreso se realizará los días 12, 13 y 14de febrero de 2015 Los interesados podrán participar con trabajos originales e inéditos. La extensión de los trabajos deberá ser de 15 cuartillas (como máximo) a doble espacio, letra Times, doce puntos y para exposición se deberá preparar ponencia de 20 minutos Los trabajos seleccionados serán publicados en formato digital en la plataforma en línea http://www.navelocos.com/ (Sitio de divulgación cultural sin fines de lucro) La recepción de los trabajos será a partir de la publicación de la presente y hasta el 17 de diciembre de 2014. Partiparticipar es necesario enviar el resumen de la ponencia con una extensión de 200 palabras, acompañado por una semblanza profesional del autor(a), con una extensión similar, a la siguiente dirección: entre_murosypiedraslahistoria@ hotmail.com El viernes 9 de enero del 2015 se informará por correo electrónico sobre la aceptación de las ponencias, y a la brevedad se enviará el programa de participación del congreso. Se otorgará constancia de participación con valor curricular SEDES: CENTRO CULTURAL MEXIQUENSE BICENTENARIO CASA DE CULTURA “FRAY DOMINGO DE BETANZOS“ EREMITORIO DE FRAY DOMINGO DE BETANZOS (TLAXCANTLA)

CON EL APOYO DE: INSTITUTO MEXIQUENSE DE CULTURA, CENTRO CULTURAL MEXIQUENSE BICENTENARIO, APOYO AL DESARROLLO DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS DE MÉXICO

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Johnny Winter (1944-2014) Arturo Trejo Villafuerte *

N

ada me ha marcado tan profundo y ampliamente en la vida como las mujeres y el Blues (con mayúsculas), aunque no en ese orden. Hace muchos años leí una plaquette elaborada en Zacatecas –no sé si por la uaz o por Dosfilos– y de cuyo autor por desgracia he olvidado, el nombre, donde hacía una historia pormenorizada y minuciosa del Blues. Luego leí de un autor apellidado Bucio (¿Rodolfo?) una frase lapidaria que sencillamente decía: “El Blues es una mujer que se va”, y yo siempre agregaba: o es “una mujer que llega”. Pero minucias aparte, nunca podré pagarles con nada a mi Abuelo Francisco Villafuerte o a Guadalupe “Gualo” Cervantes –un mojado al revés: héroe de la Segunda Guerra Mundial en los archipiélagos japoneses y que, por un supuesto tráfico de drogas, el fbi le dio a escoger entre cárcel o México, decidiendo por la segunda opción–, quienes me dejaron un disco de 45 rpm, a un lado de la tornamesa del aparato de sonido de la casa y a mi alcance, un auténtico disco de lo que después supe que era el Blues. Tendría yo acaso 8 o 10 años y eso que estaba oyendo no sonaba a Pedro Infante * Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del puiech de la misma Universidad.

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ni Javier Solís, ni a la Sonora Santanera ni a la Matancera, que era lo que escuchaban y bailaban todos mis primos y tíos grandes, aunque sí más cercano a Elvis Presley y Chuck Berry, que bailaban y disfrutaban mis tíos y primos más chavos, un auténtico disco de una música maravillosa que, como todo lo que es así, me marcaría para toda la vida: y eso era Blues. No es necesario saber la historia de los esclavos negros y la Guerra de Secesión y que el Misisipi o que la chingada de las cosas, sino que sencillamente el sufrimiento es universal y lo que hace a esa música universal es impregnarnos de/ en/ y sobre de ti, en tu piel, en tu –llamémosle de alguna manera– alma y que sientas que estás en otra dimensión y galaxia. La música, como el arte, es interpretativa, si uno se dedica a hacer notas de ella y no a disfrutarla, se está tergiversando el espíritu de la música, eres y te vuelves melómano, pero no amante de ella: la música no se lee o se interpreta, sino que se siente, se vive, se disfruta. Y si una música es disfrutable, aunque sea dolorosa, además de todo lo otro, esa música es el blues, es universal, y estamos ante un registro de un Arte Mayor. Y aquí es que viene un sujeto albino, flaquísimo (yo lo ví dos veces en mi vida y parecía un cadáver) que creció en los


barrios bajos y muy jodidos de los suburbios de varias ciudades de Texas, igual que mi querida Janis Joplin, y que, sin embargo, supo captar la esencia de lo que era la música del sufrimiento y la apuración de los otros –ni siquiera debemos de decir “Los negros”, porque la opresión y el sufrimiento es universal. Podemos entender claro y sencillo que Alexis Kornell y John Mayall tocaran y cantaran el blues, al igual que Lennon y los Rolling, porque les tocó vivir las repercusiones de la Segunda Guerra Mundial y vieron sus calles bombardeadas, llenas de hoyos, donde hubo hambre y pobreza, mientras ellos fueron niños –igual que vieron pobreza y hambre muchos bluseros negros de Estados Unidos en sus ciudades gringas–, pero eso no lo vieron ni lo sufrieron los niños gringos nacidos después de esa conflagración mundial. Sin embargo, había pobreza y desamparo, y ahí no importaba el color de la piel. Johnny Winter sintió todo eso y más, pero si algo lo salvó de caer profundamente redondo y profundo en las drogas, como lo estuvo en un tiempo –tan sabrosas que son todas ellas–, fue su alma musical que le pedía a gritos buscar las repercusiones propias del blues, de la música, que salva el alma humana, por sobre todas las cosas, incluso más allá de la religión. El Blues, dice Muddy Watters, tuvo un hijo y le pusieron de nombre Rock and Roll, pero el Blues –con mayúsculas– es algo muy serio en el terreno espiritual que no deja de asombrarte y que es imposible de abandonar, así como así, porque no tiene –como muchas otras muchas expresiones del arte– asideros en la zozobra: lo tomas o lo dejas, te apasionas o eres pendejo, y si lo sigues lo asumes y párale de contar. El rock, aunque ahora ya es música clásica, sigue siendo una moda y un modo de ganar mucho dinero, y que ahora tiene de bastardos a dos hijos que se llaman Pop y Balada. Y todo lo que sigue ¡ay! es y será casi o igual, pero si te comprometes con el Blues, con el auténtico corazón del Blues –

con mayúsculas–, ya firmaste un convenio con el diablo. Qué bueno que esto del Blues no es cosa de piel sino del corazón. Se muere un gran Blusero de piel muy blanca, albino, a quienes tratamos muy mal en los años setenta, en México, en el Estadio Revolución de Pachuca, Hgo. –hay una crónica muy buena de Víctor Roura sobre el suceso– y nos quedamos con sus admirables discos que circulan entre nosotros, entre otros: Johnny Winter, Texas Internacional Pop Festival 1969, 1969 ___________, Captured Live!, 1976 Johnny & Edgar Winter, Together, 1976 Waters, Winter & Cotton: Breakin’ It Up, Breakin ‘It Down, 1977 Muddy Waters & Johnny Winter, Recorded Live at My Father’ d Place Roalyn, March, 18, 1979 1979 ___________, Let me in, 1991 ___________, Hey, where’s your brother?, 1992 ___________, The Best of, 2002 ___________, I’m a Bluesman, 2004 ___________, Extended Versions, 2005 ___________, De Luxe Edition, 2009

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De cómo el azar me hizo conocer a José Luis Zárate, el Rey Midas de las palabras

Maura Arzate López1

¿T

e ha pasado que un día, sin esperarlo, te ponen de responsable de un programa de radio, y no tienes ni la más mínima idea de cómo hacer frente a esta nueva actividad? ¿No? A mí tampoco. Bueno, no me ocurrió muy seguido. Es decir, alguna vez, en mis inicios laborales, me dejaron a cargo de un programa de una institución cultural en el Estado de México, de un día para otro. El reto parecía demasiado sencillo: ya había colaboradores, una estructura bien definida, secciones. Sólo era cuestión de acostumbrarse y ver el funcionamiento. No sabía la cantidad de experiencias que esto me traería, particularmente en un tema que me apasiona: la literatura. Todo esto viene a colación porque fue de esa forma como conocí a quien hoy es uno de mis tuitescritores favoritos: José Luis Zárate. Quizás a muchos les diga algo este nombre, y piensen de inmediato en Xanto, novelucha libre, Las razas ocultas, El tamaño del crimen, Trece ficciones apocalìpticas, La ruta del hielo y la sal o bien en sus minificciones que publica a través de twitter o facebook. A quienes ni siquiera les suene, imagiOriginaria de Almoloya de Juárez. Licenciada en letras latinoamericanas por la Universidad Autónoma del Estado de México. Ha trabajado como redactora y reportera en instituciones de los gobiernos estatal, municipal y federal. También ha sido docente y ha publicado textos periodísticos y literarios en diarios y revistas locales. 1

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narán el desparpajo con el que un buen día le llamé, para informarle que ahora sería yo quien grabaría sus colaboraciones que semana a semana compartía con nosotros. Ignoraba, por supuesto, que el escritor, nacido en Puebla en 1966, era y es uno de los autores que con más ganas le ha entrado a escribir ciencia ficción, y que su trabajo, reconocido internacionalmente (viene a mi mente, por ejemplo, Petits chaperons, una serie de caperucitas, publicada en Francia, por ejemplo) incluye novelas, ensayos, cuentos, poesía y microrrelatos. Las grabaciones eran por teléfono, pero como me gustaba Puebla, y el autor era de esos lares, decidí aventurarme e ir a grabarlo en vivo. Quedamos de vernos en Profética, una de las más exquisitas librerías poblanas, y pusimos manos a la obra. Para ese entonces, yo ya había entrado a su blog Cuenta atrás, y me habían latido mucho los relatos que ahí me encontré, siempre ilustrados por hermosas fotografías. Nunca supe a ciencia cierta si la fotografía era la que inspiraba el texto, o bien, una vez escrito éste, su autor buscaba una imagen que lo acompañara. Pero me gustaban, eso sí. Y ahí estaba yo en Profética, puntual, pero con esa irreverencia propia de las personas jóvenes que se creen al frente de una importante misión: llevar colaboraciones suficientes para todo el mes. Su voz, debo reconocerlo, no era la mejor que había escuchado, pero sus palabras, caray, ésas sí que gustaban. Hablaba de


tecnología, de zombies, de cosas que a todos los chavos nos atraían. En esa ocasión me di cuenta que era un hombre genial, (aún me faltaba adentrarme a sus letras para conocer al magnífico y muy prolífico escritor) y que esas historias que nos contaba no habrían sido lo mismo sin su voz detrás del micrófono. Me regaló uno de sus libros, y yo seguía visitando sus historias, plagadas de seres fantásticos, que me ayudaban a soportar las horas tediosas sentada tras un escritorio, postergando a veces esas cosas por las que me pagaban. Con Zárate descubrí, por primera vez, que unas cuantas palabras son suficientes para contar una historia completa. Luego del blog, comencé a seguirlo en twitter, más o menos en 2009, luego en facebook, y por supuesto que me convertí en una declarada fan. Para mí, este autor poblano, que hoy sé que es uno de los máximos representantes de la ciencia ficción en el país, es un Rey Midas de las palabras, pues todo lo que sale de su pluma (o de la presión ejercida sobre las teclas de su computadora) es valioso. El encuentro con las obras del hombre detrás del patito de hule amarillo (ésa es la imagen del perfil de twitter y facebook del autor poblano, aunque ahora pienso en la posibilidad de que ese patito sea quien está detrás de todo esto, y nos hace creer lo contrario, pero basta de disgresiones, continúo) fue, y sigue siendo hasta estos días, un pequeño paraíso en medio de esta ciudad llena de ruido, de personas que diariamente, arrastradas por el vértigo, suben y bajan como ríos crecidos por las banquetas, por los andenes del metro. Sus personajes me hacen reir, llevármela más tranquila, entrar a otros pequeños mundos donde no todo es tan trágico, o, al menos, tienen algo de comedia. El fin de todas estas líneas es invitar a leer la obra de José Luis Zárate: cuentos, novelas, ensayos, minificciones, no importa por dónde comencemos, estoy segura que esos seres fantásticos, surgidos de una de las mentes más creativas que tenemos en México, nos atraparán, y lo mejor de todo, nos invitarán a dialogar con ellos a través de la palabra.

He aquí algunos de sus textos, tomados al azar, de su cuenta de twitter @joseluiszarate, donde, con regularidad, toma un tema, del cual van surgiendo series minificciones: Haikus cyberpunk. Palpita el mundo / al borde de la creación / Dios pulsa Enter (27 de julio). Biografías breves. Los vencedores escribieron su biografía: sólo sabemos que se arrancó a sí mismo el corazón para seguir causando daño (18 de julio). Luna escribe el nombre de quien se fue, para salvar el dolor del olvido (14 de julio). Hay una libreta azul cerca de la cama de Luna, en ella anota sueños. No sabe que la libreta misma sueña palabras (13 de julio). el horror. Voces en mi cabeza. Una dice que los mate a todos. Otra cita malos versos y frases de superación personal (24 de junio). traición. Tatuaba en otras mujeres los lunares de quien no podía olvidar. #Jueverotic (17 de octubre) José Luis Zárate “tiene una larga lista de reconocimientos nacionales e internacionales. Entre ellos el Premio Internacional de Novela mecyf en dos ocasiones: 2003 con Voces del mar y 1998 con La ruta del hielo y la sal. En 2001 fue conferencista invitado en el Festival Internacional de Ciencia Ficción Utopiale de Nantes, Francia. Recibió la mención especial del Premio upc de Ciencia-Ficción 2000, otorgado por la Universitat Politécnica de Catalunya por la novela Del cielo profundo y el abismo. Ganó el premio nacional Kalpa (1992) al mejor cuento mexicano de ciencia ficción de la década de los ochenta, convocado por la revista Tierra Adentro y el Conaculta, con “El viajero”. El Círculo Argentino de Ciencia Ficción le otorgó el premio Más allá en 1992. Ha publicado, entre otros, los libros Hyperia (1999), Las razas ocultas (1998), Xanto, Novelucha Libre (1994) y La ruta del hielo y la sal (1998), considerado uno de los mejores libros de 1998 por el periódico La Jornada. Entre su obra más reciente se encuentra Quitzá y otros sitios (2002), En el Principio fue la Sangre y El Tamaño del Crimen. (Información tomada del blog Cuenta atrás, http:// zarate.blogspot.mx/)

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Gothö

en Cruz Blanca,

Ixhuatlán de Madero, Veracruz Ma. Guadalupe Ramírez Ramos1

E

s notable la visión y la forma de representar el sentido y el significado de la muerte en Cruz Blanca –localidad perteneciente al Municipio de Ixhuatlán de Madero que se encuentra ubicado en la zona norte del Estado de Veracruz, en la región conocida como la Huasteca Baja– y tiene toda una importancia histórica y cultural, debido a ciertas características especiales, como el sentido solemne, festivo y religioso que se ha dado a este culto, el cual subsiste hasta nuestros días,. Gothö –en otomí, rito de muertos–, es una de las celebraciones principales en el calendario ritual otomí, si no es que la más importante dentro del ciclo de fiestas que tienen sus cultos de apertura en el Carnaval y clausura en el Día de Muertos, respectivamente. Este ciclo tiene sus devociones hacia el orden inferior reclamado por el ‘Malo’ o el ‘Diablo’, Ar Zithu, evitado durante todos los demás ciclos rituales, incluso mantenido en el silencio. Sin embargo, esta otra mitad del mundo –ya referida y trabajada por Jacques Galinier–, de carácter oscuro e infraterrestre debe ser ofrendada y mantenida

Antropóloga social, egresada de la enah, trabaja en la Subdirección de Etnografía del Museo Nacional de Antropología. Ha publicado el libro Reminiscencias culturales de un lugar de flores. Es coordinadora de investigación en.Servicios Especializados en Investigación Social y Cultural, Asociación Civil (SEISYC, A.C.) desarrollando proyectos de investigación en torno a los “jóvenes, adicciones, género, entre otros. 1

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de la misma forma que su antítesis, la mitad superior y celeste. De esta forma, se posibilita y garantiza la reproducción vital del mundo otomí: muertos ancestrales, aires y los Dueños de todo lo existente intervienen para favorecer la reproducción vital de los humanos. Las culturas indígenas concebían a la muerte como una unidad de la dualidad vidamuerte, lo que hacía que la muerte conviviera en todas las manifestaciones de su cultura. El que su símbolo apareciera por doquier, que se le invocara en todo momento y que se representara en una sola figura, es lo que ha hecho que su celebración siga viva en el tiempo y espacio contemporáneo conocida también desde el ámbito católico como la celebración de “día de los fieles difuntos y todos los santos”. Para entender la muerte y su significado es necesario conocerlo desde los rituales y ceremonias de diversa índole, como la representación de esta festividad: el altar de muertos. Las primeras manifestaciones de dicho culto surgieron desde antes de la llegada de los españoles y la época de la conquista, desde tiempos prehispánicos en Mesoamérica se comenzó a practicar dichos rituales simbolizando “la muerte y el renacimiento”. El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. Los deudos tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confortarlos por la pérdida.


El altar, como elemento tangible de tal sincretismo, se conforma de la siguiente manera en Cruz Blanca, como lo relata don Luciano (que es un líder de la comunidad de 82 años de edad, que fungió por muchos años como “bastonero”, siendo durante once años Juez de Cruz Blanca y trabajador de la tierra, en el campo): “El culto a nuestros difuntos inicia desde el 18 de octubre, el día de San Lucas, ya que tal fecha es dedicada a los que tuvieron una muerte violenta, como todos los involucrados en balaceras, trifulcas o desastres naturales, todo aquello ajeno a las muertes naturales y se coloca una cruz fuera de la casa de los familiares y se acompaña con macetas adornadas de flores blancas y la flor de San Lucas”. Para ellos, los floreros que colocan son de barro traídos de Chililico, una comunidad cercana a Cruz Blanca, también, ponen botellas de plástico forradas con papel china de distintas figuras. Ya en noviembre, la gran fiesta de Día de Muertos postula un compromiso con los ancestros a nivel familiar y comunitario, quienes deben ser honrados generosamente a cambio de ejercer una influencia social positiva en la comunidad, alejando calamidades, desgracias e infortunios. Esta fiesta se divide en dos grandes momentos: De la noche del 31 de octubre al 1º de noviembre a mediodía los ‘angelitos’, es decir, los niños, se presentan en sus domicilios y permanecerán hasta la siguiente jornada.

Del mediodía del 1º hasta el 2 de noviembre por la noche los adultos reemplazan a los ‘angelitos’ quienes se desvanecen. Esta fecha marca la salida de la visita de los ancestros y, al mismo tiempo, refuerza los lazos comunitarios a través de las ofrendas y alimentos. “En esos días, se toma y se coloca en las ofrendas caña, cerveza, se comen tamales, mole, pascal de pollo, camotes, refresco, cigarros, entre otras cosas. Se deben colocar dos cañas cruzadas en el altar que se adorna dentro de la casa, se pone pan de muerto que se elabora en forma de muñeco de tres tipos (hombre, mujer y niño), se colocan 12 platos, 12 tazas, la carne se deposita abajo del altar y se utiliza el tallo del plátano para colocar la cera y éste a su vez va colocado sobre la orilla del altar (en la mesa)”. El material utilizado para la elaboración del “arco” que es colocado en el altar, es elaborado con “mano de león y palma”. En la parte inferior del altar se coloca una cruz con hojitas de cempasúchil, cacao y pipían (todo va molido y revuelto), formando un caminito para guiar a los difuntos. “El puerco para los platillos, se debe matar el día 30 de octubre para que el día 31 de octubre se hagan los tamales y colocarlos en el altar al medio día de esa fecha. También, se sirven las Ilacas que son unas hojas largas que sirven para hacer tamal relleno de pipían y se acompaña con el mole. El nixtamal, se pone con agua y ceniza, se lava y se muele para ob-

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tener la masa para el pipián y el chiltepín. Se prepara también, el chimiquel, que son tamales de frijol”. Mientras, en el panteón se coloca la cera, cigarros, manzana y naranja. Se anuncian los cohetes como forma de reunir, invitar y convivir, acuden al templo el rezandero, así como también los músicos principalmente, los huapangueros y cantan tanto en español como en otomí. Todos los que son compadres, realizan las visitas con sus compadres correspondientes y llevan ofrendas y se realiza un intercambio entre ellos, funge el compadrazgo. En suma, podemos concluir la importancia que tiene la celebración de Día de Muertos en las comunidades otomíes y que radica en el hecho de que los muertos o ancestros participan activamente en la generación de la vida.

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Al entender el Día de Muertos como un ciclo temporal y espacial que vincula las fiestas de Carnaval con las celebraciones de noviembre, podemos identificar las exégesis otomíes que hacen de estos rituales más que fiestas aisladas. El retorno de los difuntos –desde su morada, el cerro, al pueblo–, en ambas fechas supone el intercambio y distribución de la fuerza vital, nzhaki, contenida en los muertos para la reproducción de los vivos. Así, podemos entender ‘el carácter imperativo de la alimentación ritual de los ancestros’ (Galinier, 1990), que se evidencia en la abundancia y compromiso que adoptan las comunidades otomíes para satisfacer a los ancestros, en los viajes de ida y vuelta que realizan durante el año hacia la comunidad: un proceso que refuerza el principio fundamental del cosmos, la circulación de energía vital entre los otomíes.


Un edificio para

Diego Rivera Sergio Pravaz1 La historia es increíble; me la había contado Leonardo Mezzetti y la volví a escuchar cuando viajamos juntos a México para presentar nuestros trabajos llamados “Crónicas patagónicas”, en el Distrito Federal y en la ciudad de Texcoco. Todo gira alrededor de un mural impresionante del año 47 del gran artista Diego Rivera. El Estado le construyó un edificio especial para que lo contenga luego de que se salvara de milagro durante el terremoto del año 1985, ante la destrucción casi total del hotel donde se encontraba en exhibición. Hoy es un museo que lleva su nombre, se encuentra en pleno corazón de la capital mexicana y contiene además, una obra patrimonial de arte mexicano de altísimo nivel. Nadia Oliva Vázquez, la jefa de Servicios Educativos del “Museo Mural Diego Rivera” dijo lo siguiente:

EL MURAL COMO DISCURSO

¿C

uál es el objeto de este museo? El museo se hizo especialmente para el rescate del mural que Diego Rivera realizó en 1947, el cual tituló “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”. Rivera plasma en esta obra los recuerdos de su niñez pero también los recuerdos de toda una nación; el trabajo está compuesto por tres grandes secciones, en la primera evoca la conquista, la colonia, la inquisición y los grandes acontecimientos del siglo xix, es decir, la independencia, la invasión norteamericana, la intervención francesa y la reforma. Lo que podemos ver en la primera parte responde a un discurso completo que el autor empieza a tratar en diferentes espacios, en la parte central encontramos el Porfiriato... ¿Qué es el Porfiriato? El Porfiriato es una época donde México tuvo un dictador que se llamó don Porfirio Díaz, y se toma su nombre para denominar esa época; duró de finales de mil ochocientos ochenta y tantos, y terminó a comienzos de la revolución, es decir, en 1910. Diego Rivera de hecho, en la parte central 1

del mural, es decir la segunda sección del trabajo, pone esa etapa del país; como podemos ver están Diego Rivera niño –recordemos que concibió todo como un relato onírico–, la Catrina, que para nosotros los mexicanos es la muerte, y José Guadalupe Posada, que fue parte emblemática del quehacer pictórico de Rivera. Y ya en la tercera sección de este monumental trabajo aborda los movimientos campesinos y las luchas populares, están la familia campesina, el joven obrero, el obrero revolucionario, el México moderno, la nueva burguesía, la arquitectura contemporánea, la industria y la presencia del pueblo representada en las figuras de vendedores de tortas, frutas, globos y dulces. Están Frida Khalo y José Martí también Sí claro, José Martí porque él vivió durante dos años aquí en México, previo a la independencia cubana, y anduvo claro por la Alameda; en tanto Frida, es parte de un sueño idealizado de ese niño Diego Rivera, por eso es que la encontramos ahí; de todas sus mujeres, sus esposas y demás queridas, Frida es la que le da ese equilibrio a su vida, por eso es que sostiene el símbolo del ying/yang.

Periodista y escritor argentino.

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También está Sor Juana Inés de la Cruz Oh claro, porque sabemos que ella es nuestra décima musa, gracias a que es mexicana, Rivera la coloca en esta posición justo debajo de la Inquisición, porque sabemos que ella, si hubiera seguido por la libre la hubieran quemado, sin embargo ella le pensó y dijo, bueno, me caso con la iglesia, porque sabía que ahí estaba la sabiduría; los conventos y los monasterios tenías las bibliotecas. De modo que este mural es un discurso completo que sintetiza la historia de México Sí, sí, de hecho la sintetiza; desde la época en que llega Hernán Cortés, hasta la modernidad, hasta 1947. Es el reflejo de todo un país. El trabajo fue realizado en tres meses. UNA CAJA MONUMENTAL Este mural se encontraba en otro lugar. Contáme esa historia. Estaba en el Hotel Del Prado, el cuál está exactamente aquí enfrente, en la Alameda Central que es un espacio muy emblemático, por eso todo esto está situado en La Alameda, y resulta que en el terremoto de 1985 este hotel resultó muy dañado, de manera que lo primero que decidieron las autoridades de aquel entonces fue rescatar este mural, tardó un poquito, unos dos años; primero se embaló el mural completamente, se lo puso en una gran caja, se lo trasladó a este sitio, trabajo que llevó aproximadamente un día entero y se empezó a construir este edificio alrededor de esta gran caja monumental; y cuando ya estuvo listo allí sí se lo desembaló y se lo puso en exhibición. El edificio se comenzó a construir en 1986 y se terminó en 1988.

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El edificio se construyó alrededor del mural, pero también contiene otras expresiones del arte mexicano... Actualmente se hacen exposiciones temporales, tenemos una pequeña galería con exposiciones de artistas plásticos mexicanos, instalaciones, pinturas, esculturas, y tenemos una exposición temporal que es un poquitito mayor en torno de la época de Diego Rivera o en torno al discurso del mural más específicamente. ¿Este museo es estatal o privado? El museo pertenece al Estado, pertenece al Instituto Nacional de las Bellas Artes que es el que rige aquí todo lo que es la cultura a partir del siglo xx, arquitectura, pintura, etc. Porque también existe el inha, que es el Instituto Nacional de Historia y Antropología, ellos se encargan de todo lo que sucedió antes del siglo xx, es decir las culturas prehispánicas, las guerras, las intervenciones, etc. AHÍ ESTÁN LOS MUROS ¿El arte mural nace para contarle al pueblo de México su historia? Sí, el objeto del arte mural es plasmar lo que son las culturas prehispánicas primero; vemos en Teotihuacan, donde todavía encontramos murales antiquísimos muy bien conservados sobre como era la forma de vivir, hay otros en Tajín, los encontramos en diferentes partes del país en donde se establecieron las máximas culturas como la Olmeca, la Zapoteca, o en Tula, no son unos murales pintados pero a final de cuentas son unas columnas formando estos Gi-


gantes de Tula, sobre como eran los soldados de aquel tiempo; de hecho hay muchos de este tipo, como es en el área Maya, donde encontramos murales pero también encontramos lo que es el cincelado en la piedra, y que ahí reflejan la historia. O sea que Rivera, Siqueiros, Orozco, Cuevas, Tamayo, es decir los grandes muralistas son la continuidad de este arte que es milenario en México... Claro que sí, y el que le dio auge otra vez fue don José Vasconcelos, que de hecho en este mural de Diego Rivera está presente, porque gracias a que él concibió y se dio cuenta que nuestro país nacía de una revolución y que no se tenía infraestructura para poder brindar enseñanza, dijo: bueno ahí están los muros, si antiguamente los prehispánicos habían contado nuestra historia de esa manera, pues ahora retomemos esa enseñanza y contemos la historia de nuestro país sobre los muros.

¿Quién fue José Vasconcelos? Fue un pensador político, escritor, director de la Biblioteca Nacional, rector de la Universidad Nacional y fue el primer Secretario de Educación Pública del Gobierno Federal en 1921 y es el que le pide a todos estos jóvenes muralistas y a Diego Rivera plasmar en los edificios públicos lo que es la historia de nuestro país y el futuro. Sin dudas fue el hombre que le dio un fuerte impulso a la cultura nacional rescatando sus valores populares y sociales. Le comento algo, a pesar que el muralismo ya no es tan fuerte como lo fue antes, sí continúa vigente, nada más que los jóvenes ahora le llaman graffitti; y aquí en México muchos jóvenes hacen graffiti y expresan realmente las ideas de lo que somos los mexicanos... Utilizando el mismo soporte, que es la pared pública... Exacto, la pared pública es el soporte vigente; es en definitiva lo que nos ha permitido conocer nuestra historia.

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M

olino de Novedades Editoriales Arturo Trejo Villafuerte* Vida y muerte del Rey Juan de William Shakespeare con la traducción de Pedro Serrano y Epílogo de Francisco Segovia (Ed. Universidad Autónoma Metropolitana-Ediciones sin nombre, México, 2013. 238 pp.), es una obra poco conocida del inglés, sin embargo, en ella están todos los elementos de sus grandes obras: el poder, el amor filial y sexual, la compasión, el miedo y, sobre todo, la reflexión sobre la vida misma. El Juan al que se refiere la obra es el llamado “Juan Sin Tierra”, debido a que gobernaba la isla de Bretaña, a la que luego se le agregaría el adjetivo de “Gran” y se volvería Inglaterra, pero que ya había perdido a la auténtica Bretaña que se encontraba en Francia. Hijo de Leonor de Aquitania, quien inicia las formas y los modos del “Amor cortés”, que venía de los árabes y de los poetas provenzales, hermano de Ricardo Corazón de León –quien se fue a las Cruzadas para luchar contra el míti* Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del iisehmer de la misma institución. Sus más recientes trabajos se han publicado en: Alas de lluvia (Poemas, 2010), Sueños al viento (Poemas, Antología, 2010), Ecos del tiempo (Poemas, Antología, 2011), Poemas para un poeta que dejó la poesía (Antología, 2011), Donde la piel canta (poemas, Antología, 2011), Coyotes sin corazón (cuentos, Antología, 2011), Sombras de las letras (ensayos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2012. 136 pp.) El tren de la ausencia (cuentos, antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2012. 124 pp.) y Perros melancólicos (cuentos policiacos, antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2012. 174 pp.), Árbol afuera (poemas, antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2014. 124 pp.) , Amar es perder la piel (Ed. Molino de Letras-uach, México, 2013. 194 pp.) y Lámpara sin luz (novela, Fondo Editorial del Estado de México, México, 2013. 268 pp.)

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co Saladino–, el Rey Juan no tiene un reinado suave o terso, pues tiene ante él a un bastardo que también es heredero al trono por ser hijo de su padre, además de la presión de la iglesia católica y los barones del reino que aspiran a que los gobiernen de otra manera, acaso más equitativamente. Sin embargo, se sostiene en el trono y luego de muchos años de reinado, llega su fin y ahí entra la visión reflexiva de Shakespeare. Ni qué decir que la traducción de Pedro Serrano es impecable y hasta parece que la obra se escribió en español; tampoco desmerece el epílogo de Francisco Segovia, el cual nos da un contexto histórico y teatral de lo que representa ésta dentro de las obras del autor de Avón. Sin ninguna duda muy recomendable, sobre todo en este año en que se celebra el 450 aniversario del nacimiento de nuestro autor. No lo comentamos de pleno y de plano, sobre algunos detalles sobre la muerte inesperada de Gabriel García Márquez, quien unos días antes frente a su casa, con motivo de su cumpleaños, bailó un vallenato en medio de mariposas amarillas y legión de periodistas culturales de México y el mundo. Pero su deceso, los reconocimientos y homenajes que se le brindaron opacó terriblemente los anunciados centenarios de tres grandes escritores mexicanos: Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas. Sobre todo los del primero. Lo que habla y manifiesta el culto que le tienen los mexicanos a la muerte y, sobre todo, a los muertos recientes. Ahora sólo por ellos hablarán sus obras y éstas los defenderán, y ahí sí hay mucha tela de dónde cortar, pero quienes se vuelven a hacer notar por ella son Huerta y Revueltas. Paz casi descansa en paz. Y, es cierto, en 2014 murieron muchos que antes no se habían muerto, como señalaba don Renato Leduc, entre ellos Helena Paz Garro –hija de Octavio Paz y de Elena Garro, una de las narradoras mexicanas más sobresalientes y autora de al menos dos novela de diferente intensidad y tema pero muy buenas: Los recuerdos del porvenir y Andamos huyendo Lola– y un poeta que leímos mucho en los años setenta: Leroi Jones (1935-2014) y que después se transformaría –por su fe musulmana– en Amiri Baraka, hay incluso versiones de sus poemas


debidas a Sandro Cohen. Y, claro, debemos de recordar el fallecimiento de Juan Gelman a los 83 años de vida; José Emilio Pacheco –a quien extrañamos mucho, de verdad– a los 74 años; luego Félix Grande y Paco de Lucía; la poeta catalana Ana María Moix –una de las antologadas entre los “Nueve Novísmos” de Castellet, otros son Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente y mi querido y siempre admirado José María Álvarez–. Y si no lo notaron, la mayoría de los aquí mencionados son poetas, la muerte la trae contra ellos. Y no podemos dejar de mencionar que la muerte de “Gabo” como le dicen muchos papanatas que ni siquiera lo conocieron, eclipsó a la del gran maestro Emmanuel Carballo, uno de los pilares de la crítica mexicana y creador de un “canon” (de quien un atolondrado maestro de literatura me comentó muy serio: “¡Ni obra tiene!” –Van los libros de los que ahora me acuerdo: dos libros de poemas primerizos que luego negó, Protagonistas de la Literatura Latinoamericana... Protagonistas de la Literatura Mexicana, Torres Bodet: un mexicano y su obra, Eso es todo, Ya nada es igual, Diario público, entre otros–. En sus últimos años se dedicó sobre todo a las memorias, pero hizo mucha crítica, historia de la literatura y periodismo cultural. Fue fundador del Semanario Punto, que durante muchos meses fue la envidia de otros suplementos y revistas culturales –el cual dirigía el periodista Benjamín Wong Castañeda– y se encargó de la sección de cultura donde armó un equipo de colaboradores de muy buen nivel, entre ellos Tomás Espinosa –Teatro–, Emiliano Pérez Cruz –crónica urbana–, los Trejo (Fuentes y Villafuerte) –reseñas de literatura– y además Agustín Ramos, Guillermo Samperio y otros tantos más. Fue un excelente jefe, con carácter y decisión, pero siempre intentando que hiciéramos el mejor periodismo en cada uno de nuestros rubros. Se separó de la Mafia, como él mismo decía, y quedó solo, perdió contacto con las editoriales, la amistad de Carlos Fuentes y Octavio Paz, y siguió haciendo una labor meritoria y única como la Editorial Diógenes, donde le publicó a un muchacho desaliñado y caótico que todos veían con desconfianza: Parménides García Saldaña, además de otros tantos escritores jóvenes, por quienes siempre

apostó e invirtió. Impresionante era la vida de Emmanuel Carballo y su biblioteca igual, la cual conocí cuando aún vivía en Copilco, antes de cambiarse a su casa en el Desierto de los Leones y luego hasta Cuajimalpa. Como bien lo mencionó el sicoanalista y colaborador de La Jornada José Cueli: “Talentosa leyenda negra”, color que por cierto era el favorito del gran maestro. Y, curiosamente, rebasando por dentro, como el caballo que hará la chica en el hipódromo, se publicaron muchos textos de y sobre Ricardo Garibay, insigne escritor hidalguense, quien cumple 15 años de fallecido. Textos en la Revista de la Universidad, debido a las plumas de Vicente Leñero y de Guillermo Vega Zaragoza, en La Jornada Semanal por Ricardo Venegas, en varios periódicos y suplementos más. Lo que sí es muy claro y cierto es que Ricardo Garibay comienza a ganar adeptos y lectores, presentándose como lo que es: un gran escritor cuya obra está por verse, estudiarse y disfrutarse. Es una lástima que la imagen del escritor hosco no corresponda con la persona, quien era afable, cordial y solidario. Una de las veces en que un encargo de trabajo me hizo palidecer, fue cuando trabajaba en la Dirección de Literatura del inba y Gustavo Sainz me pidió que le hablara a Garibay para invitarlo a presentar su libro de cuentos El gobierno del cuerpo. Lo primero que me preguntó el escritor fue: “¿Y van a pagar?” Y cuando oyó la respuesta afirmativa, quedó confirmada su presencia en la Librería Extemporáneos de la señora Eva Somlo (Hamburgo esquina Sevilla), donde se presentó ante un lleno que no habíamos visto antes, ya que además era un hecho histórico, porque a Garibay no se le veía con frecuencia en los ambientes literarios, ya que nunca fue de tertulias o cenáculos. Otra muerte que lamentamos mucho y que no podemos dejar de señalar es el de la maestra Lilia Márquez, quien falleció en 2012, y era llamada “El Hada Madrina de los Escritores” del Colegio de Bachilleres, a cuyas salas de conferencias llevó a Carlos Monsiváis, José Emilio Pachecho y Tomás Mojarro, entre otros, y hasta quien esto escribe. La maestra nunca faltó a ninguna de la conferencias de jep en el Cole-

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gio Nacional. Entusiasta, alegre, dicharachera, era una auténtica institución en el cb y además conseguía que las autoridades de BaCho nos pagaran. Descanse en paz la maestra Lilia. También se celebró el centenario de la gran Marguerite Duras (1914-1996), escritora francesa nacida en Vietnam y con el apellido Donnadieu, quien fue muy leída por nosotros, con avidez, en los años setenta y que ahora no sé si las nuevas generaciones lo hacen. Al menos hay tres novelas de ella que quedan plenamente grabadas en mi corazón: El Amante, El Amante de la China de Norte y Mobile Cantabile. Hay una afirmación y sentencia de ella que un ex amigo mío, Raúl Rodríguez Cetina, llevó hasta sus últimas consecuencias: “El alcohol es perfecto, es una ocupación mayor. Basta ver a los borrachos en las cantinas, están contentos, están felices consigo mismos...” Y este mismo año falleció el que fuera su amante y cuidador: Yann Andréa, quien además también era escritor y de cuyas obras no me acuerdo y sus nombres se me escapan. La memoria ya me falla y gacho. Igual se celebró en agosto el centenario del Cronopio Mayor, Julio Cortázar, a quien leímos y leemos siempre con mucho gusto y placer. Aunque no faltan los prietitos en el arroz en este tipo de celebraciones y la nota discordante la da un “escritor” llamado Jezreel Salazar –¿no será un seudónimo?– quien en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia soltó la siguiente afirmación fuera de toda proporción y sentido: “Rayuela: en su tiempo vanguardista. Hoy: ha envejecido”. Y así lo dejamos: sin comentarios, aunque yo no conozca siquiera otra novela que capte el sentido de un mandala chino y lo desarrolle. El sujeto de marras dice que la novela del Cronopio no resistió el paso del tiempo debido a que su rasgo fundamental, que fue el uso extremo de una técnica formal un tanto caótica, atractiva y novedosa en su momento, pero se desgastó al provocar ulteriores seguidores que intentaron emularla (sic, nota en El Financiero, 02/06/2014, pág. 49). Y entonces resulta que, por culpa de los imitadores, Rayuela se volvió obsoleta. Ver para creer. Con razón ya nadie lee El Quijote, ni La Iliada, ni La Odisea, ni la Biblia,

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porque según el criterio de este ignorante, se volvieron obsoletas. La revista Letra franca. Cultura-FilosofíaPolítica-Sociedad es una revista concebida en la ciudad de Morelia, la cual cuenta con un sobrio y atractivo diseño y un contenido que da gusto leer, sobre todo los “Dossier” dedicados a temas muy particulares. Los números que he podido conocer y leer, me dejan una muy grata impresión, ya que en ella se dan cita plumas de reconocidos escritores y algunos nuevos periodistas que saben hacer su trabajo. Sin amarillismo, ni sensacionalismo, la revista propone y expone la información de manera veraz y objetiva, sin encasillar ni maniatar. Desde aquí, de las trincheras de Molino de Letras, un saludo afectuoso a Leopoldo González, director de Letra franca, una revista que, sin ninguna duda, dejará huella en el periodismo de Michoacán y de nuestro país. En la entrevista que le hizo Ricardo Venegas al maestro Ricardo Garibay (La Jornada Semanal, No. 1007, 22/ 06/ 2014), y que publica al conmemorarse 15 años de su fallecimiento –lúcido, ríspido, inteligente, hay una pregunta con una respuesta que se expande. El entrevistador pregunta: “Usted ha elegido a los personajes o ellos lo han elegido”. El maestro contesta con claridad y termina asumiéndose como un simple escribano que hubiera querido ser algunos de sus personajes, los cuales salen quién sabe de dónde, pero luego se van para otro sendero: “Golda Meir, la mujer que fue primera ministra de Israel, mujer excepcional, ella dice: ‘No que Jehová nos haya elegido (ella es judía), como pueblo elegido, sino que nosotros elegimos a Jehová; como pueblo escogido por él, nosotros lo buscamos y lo elegimos’. Eso me parece extraordinario, me pareció un atisbo hermosísimo. Jesucristo: si no creemos en su divinidad sí creemos en su grandeza, se elige como a sí mismo como hijo de Dios y Dios mismo, como el principio y el fin de todo, como el hacedor y el redentor; él dice de sí eso. Bueno, Jesucristo es una persona y se elige como personaje”. Y luego sigue hablando de persona y personaje, puntualizando la función de cada quien. Pero a mí me llamó la atención la mención de Jesús, puesto que fue una perso-


na y luego se volvió un personaje que ha tenido amplia repercusión en millones de hombres y durante muchos siglos. Me gustaría escribir un ensayo sobre el Jesús literario –él que era ágrafo–, ha generado infinidad de obras en letra impresa, empezando por los Cuatro Evangelios que rigen a los cristianos. Por ejemplo Jorge Luis Borges le hace un poema, “Cristo en la cruz” en su libro casi póstumo, Los conjurados; luego Gonzalo Puente Ojea escribe un libro de pocas páginas pero sumamente ilustrativo y documentado: El mito de Cristo (Siglo xxi de España Editores, 2000. 102 pp.); por su parte Bart D. Ehrman, estudioso erudito del tema, publica Jesús no dijo eso. Los errores y falsificaciones de la Biblia (Ed. Crítica, España, 2007. 284 pp. Traducción de Luis Noriega), con el cual pone en claro muchas cuestiones que la iglesia ni siquiera pondría en tela de juicio; luego Fernando de Orbaneja publica Jesús y María. Lo que la Biblia trató de ocultar (Ediciones B, España, 2006. 192 pp.), donde con pruebas que se pueden presumir contundentes y verídicas, nos señala muchas falsedades del libro sagrado de los cristianos y judíos; y finalmente, entre otros tantos más libros que hablan del Jesús, se encuentra uno esclarecedor sobre un personaje singular y controvertido: Judas Iscariote, el calumniado (Ed. Conaculta, México, 2011. 110 pp.) del escritor y político dominicano Juan Bosch, donde registra muchos datos que hacen de Judas otro hombre, fuera del canon a que nos tiene acostumbrados la iglesia. Y vaya que si hay libros sobre esta persona, Jesús El Nazareno, que decidió ser un personaje y trascendió de forma radical y terrible, y que como decía Borges en su poema: sencillamente es un judío que se muere en la cruz y no está pensando ni en las Cruzadas, ni en la Inquisición, tampoco en una nueva religión llamada Cristianismo, sencillamente es un judío que se muere. El pasado 28 de agosto estuve en el Centro de Capacitación Policiaca de la Policía Auxiliar del DF, donde fui atendido con mucha amabilidad y cortesía por el ingeniero Gerardo Reyes Salgador, Director de Planeación y Desarrollo de Capital Humano, la licenciada Tisbe Trejo García, Subdirectora de Selección y Educación Policial, el querido amigo Miguel Ángel Vivar y varios elementos más de la corporación, quie-

nes están preocupados por la formación integral e intelectual de los policías que son fundamentales para el buen desarrollo y manejo de la sociedad. Llevé libros raros y hablé sobre “La Literatura en la Formación del Policía Auxiliar”. En el auditorio hubo cerca de 200 o 300 elementos, muchos de los cuales venía de sus “24 por 24”, cansados, desvelados, pero con mucho ánimo, buscando su superación y la transformación de ellos en sujetos mejores. Yo encantado de estar ahí, donde por cierto hice caravana con libros ajenos, entre ellos la bellísima antología de Juan Hernández Luna sobre El cuento policiaco, la cual es de excelente factura y no dejo de recomendarla. Gracias a la Policía Auxiliar del DF por esa invitación y cuando sea necesario ahí estaré con ustedes. Ahí también me reencontré a un Policía Auxiliar sui generis: don Alberto Ortiz González, del Agrupamiento 59, quien tiene letras de canciones muy divertidas, una de las cuales, “El sargento Florentino, se la escuché en otra ocasión en que visité el Centro, pero además escribe y ha ganado en varios concursos literarios. Me da gusto encontrarme con un policía así de inquieto y preparado. En esta ocasión me entregó un dossier donde vienen “Historias de Policías” y una hojita donde viene la canción de “El Chingón”. Vamos a leer las historias a comentarlas. Muchas gracias don Alberto. Se celebró la Feria Universitaria del Libro “Donde a las letras no se las lleva el viento”, del 22 al 31 de agosto del 2014, organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, teniendo como país invitado a Francia, y donde se homenajeó a Xavier López “Chabelo” y se le entregó el Premio “Juan Crisóstomo Doria” a las Humanidades a Beatriz Espejo. Ahí fui a presentar mi novela Lámpára sin luz –publicada por el Fondo Editorial del Estado de México– y Árbol afuera –Cofradía de Coyotes–, el pasado 30 de agosto en la Sala Gonzalo Martré. No es el espacio para discutir el tipo de reconocimientos que hace la uah, ni para tratar de comprender el por qué se le trató como a un gran escritor a JJ Benítez, lo cierto es que no hay claridad en lo que se premia, honra y se señala como literatura. La Feria en sus instalaciones es muy espaciosa y ordenada, el Rector, Mtro. Hum-

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berto Augusto Veras Godoy, amable y cordial; el Presidente de la ful, Lic. Marco Antonio Alfaro Morales, atento y servicial, el chofer don Gustavo un tipazo. Por desgracia muchos de los que trabajan en la Feria piensan que somos, según creo, de segunda división, la atención dejó mucho que desear; varios de los organizadores se dedicaron a promoverse, atender y sacarse la foto con los autores “importantes”. Parece que ser hidalguense y escritor en Hidalgo es un pecado: al maestro Ricardo Garibay lo ningunearon y sólo lo honraron después de muerto, igual que a Margarita Michelena; a Gonzalo Martré le dan una salita que parece baño sauna; ignoro qué signifique para Agustín Ramos tener una sala con su nombre. Pero, de verdad, prefiero que se nos trate bien en vida, como hidalguenses valiosos y dignos a que se le ponga nuestro nombre a una jodida salita. Todavía uno de los organizadores nos dijo que si queríamos saludar a JJ Benítez, como si él fuera el gran escritor, cuando Ignacio Trejo Fuentes y quien esto escribe somos mucho más chingones –verbo que viene del Hñahñú– que ese sujeto de marras, quien vende libros –muchos–, pero no hace literatura. Estoy esperando que el año que viene se le honre a Paolo Coehlo –¿así se escribe?– y a Carlos Cuauhtémoc Sánchez por sus aportes a la literatura.

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Foto: ©Jorge Ibarra

Se quedan sobre nuestra mesa en espera de la lectura y del comentario; Gatatumba. Ínsula de Soledad (poemas), Preparativos de viaje. Trilogía melodramática y Fulana. La bruja de mis sueños (poemas) del Coyote Mayor, Eduardo Villegas, quien sigue aullando con mucha fuerza en estas obras, demostrando que el que es coyote en cualquier género lo es; Condición de nube (poemas) de Eduardo Cerecedo; Embosque (poemas) de Iliana Rodríguez; igual se quedan aquí los necrófilos cuentos de Cumpleaños de Esmeralda Vela. Y por cierto desde estas páginas, reitero mi apoyo al Sindicato Mexicano de Electricistas y a los trabajadores de Mexicana de Aviación, porque les asiste la razón, y repudio las políticas antipopulares, rapaces y mezquinas del Estado mexicano: ¡No a la nueva ley laboral, a la Reforma Educativa y Energética!, ¡la Patria no se vende!, ¡no a la privatización de la energía eléctrica y del petróleo!, ¡ya basta de gasolinazos! Y así como hay “hipócritas nacionalistas”, según el decir de un político sinvergüenza que tiene toda su vida viviendo del erario público, de nuestros impuestos, así también hay los “sinceros vende patrias” como Antonio López de Santa Anna y Lebrón y todos los diputados y senadores que votaron a favor de las Reformas, sobre todo la Energética que nos hace más subordinados a los intereses ajenos a la Nación. Bienvenidos al muro de la ignominia.


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