“Esta reducción del animal, que tiene una historia teórica así como económica, forma parte del mismo proceso mediante el cual los hombres se han visto reducidos a unidades aisladas de producción y consumo” John Berger, MIRAR, 2001.
Ilustración Vivian Cely, 2016.
El desarrollo industrial trajo consigo la ruptura entre el vínculo del ser humano con la naturaleza; ya fuese este, un vínculo ligado a procesos de producción o un vínculo sagrado; como el sacrificio o adoración de un animal. El “capitalismo corporativista” como señala Berger; se caracteriza principalmente por recurrir a la ilusión y creación de utopías para que las masas vivan y deseen de acuerdo a este constructo colectivo. En ¿Por qué miramos a los animales? Berger señala un estado de marginalidad. Si bien, en el siglo XIX, el animal aún era visto como símbolo de poder, puesto que las grandes familias adineradas, tenían pasatiempos como coleccionistas y cazadores; y estas mismas familias situaban al animal vivo o muerto a modo de contemplación, convirtiéndose en significantes de poder. Ilustración Vivian Cely, 2016.