Directorio DIRECCIÓN GENERAL Benny Govea Gerardo Sánchez
DIRECCIÓN EDITORIAL jack Fante Juan Carlos Flores
DIRECCIÓN ADMINISTRATIVA Aysleth Corona Benny Govea
COORDINACIÓN DE PROYECTOS Benny Govea Brenda Galaz
COLABORADORES Ainhoa del Cabo. (Corresponsal en Barcelona) Benito Govea Chris Becerra Piquinotti Lourdes Villarreal Fran Gleason Gero Sánchez Guadalupe D. Luna Ingrid Sjolander jack Fante Juan Carlos Flores Leia Solo Mayte Paredes Peláez Miguel Angel Rosas Rubén Flores Mendoza Soft
Conctacto: twitter.com/MonoIlustrado · Visítanos: www.monoilustrado.com
DISEÑO Ariadna Galaz Mariana Aguirre
COLABORADOR Diseño
DIETARIO CULTURAL ANTIOXIDANTE EDITORA
Producción sitio WEB
Pablo Byrne
Aysleth Corona
Raúl Salinas Gerardo Sánchez
CONSEJO EDITORIAL NÚMERO 4
Social media
Aysleth Corona Benny Govea Gerardo Sánchez
REVISIÓN POR PARES Rubén Flores Mendoza Lector anónimo
Mariana Aguirre jack Fante
VENTAS Y FACTURACIÓN Aysleth Corona
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Tirando Liana
8
O mansedumbre o rebeldía -El despertar de un anarca
18
Antología de un Blog
22
La Marcha Gay
26
Duda, huésped intempestivo
30
La experiencia de viajar a través del cuerpo
32
Primatopoesía
34
Oda a los zapatos para correr
38
El desvelado
40
Eureka
42
Facebook o la Espuma evanescente
50
Madiba
52
Una reflexión sobre el tema del cuerpo Artaud y el cuerpo sin órganos
54
Leo y no el Zodíaco
56
Ceder el paso al peatón es otra historia
58
Mostaza fina
66
dietario culutural antioxidante
68
Boullée El carácter de una arquitectur
72
Trascender la estupidez
76
Sonata Claro de Luna
78
Preparado para un casting
80
Goeritz perdido en Tlalnepantla
Número: 4 · Fecha: JUL · AGO· 2013 · Conctacto: twitter.com/MonoIlustrado · Visítanos: www.monoilustrado.com
INDICE
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Editorial Para cuando lean este texto con toda seguridad será el último en integrarse a la edición de la revista en baza… Y Benito Govea (Director General) me ha llamado dos o tres veces y no contesté, por supuesto. No. Señor. De regreso del trabajo. Tengo tres o cuatro horas para estar con mis pensamientos y son cuatro horas más de televisión real gratis o lo que maldita sea. WTF? -NO LE CREAN AL NEW AGE, estar con el niño interior no es tan bonito como dicen. No. Señor.- aburrido, así que comienzo a imaginar textos o escenas, todo se mezcla, puede parecer de miedo pero es una locura controlada, justo como la-de-la persona que tienes directamente a tu lado en este jodido momento y puedes ver lo controlado que se mira el de enfrente-a lado-arriba-abajo, las personas atacan por lugares que ni siquiera vemos, en un trayecto a casa que no podría más que, ¿mencionar?, francamente: psicodélico. Stop there bitches. No alucinadamente. Sino verdaderamente. Vagando por segmentos cada vez más largos en una cómica percepción que necesariamente te hace preguntar todo el tiempo: ¿Es real o una broma? Y entonces me pasmo en meditaciones. Y la tesis esclerótica. Y esa especie de forajido-milenarista-moralista-apocalípticamente feliz- que está tomando el control. Diagnóstico: Ligera Psicosis. Todo en pequeño. Ya que una especie de Cordura llama a Mesura. Un idiota más en este mundo. Estaba cansado del tipo de editorial que venía haciendo, de acuerdo creo que fueron sólo dos pero me aburrí. Y después de varios días de duda perenne, un par de conversaciones eficientes y aquí estamos, escribiendo lo que debe ser la parte más “libre” de todo proyecto editorial o de edición editorial. Relatar el proceso. Estar dispuestos al ridículo, a ser tildados de estúpidos. Sin ninguna extraña afectación. Compartir la cocina de nuestra manera de hacer-Ser. “Our powerfull Kung-Fu”. Puede resultar entretenido para el lector.
O simplemente un texto “Editorial”; que probablemente es una palabra emparentada filológicamente con “Fundacional”. Entonces medrar porque cada texto que funja como “Editorial” sea eso: Una nueva pequeña Fundación o Refundación del Clan Mono Ilustrado. De nuestros intereses o simple desfachatez creativo-literaria. La propuesta es: “Be like Water”1. En los próximas “pequeñas fundaciones” estamos pensando en llevar a cabo experimentos de dos Monos a cuatro Manos. Realizar la escritura en conjunto éste hablante jack Fante y Juan Carlos Flores Mendoza y de ser posible esa ave pendenciera Alo Valenzuela. Como Co Editores. Igualmente puede resultar curioso, entretenido, personal pero público-íntimo. Eso sí, de serles posible pasen por los que consideramos “esenciales” de esta edición: el cuento de JC Flores, las dos oportunas crónicas -incluso periodísticamente- de: Frann Gleason y el asunto de la “Marcha de Orgullo Gay 2013”, fue bello y vivo estar ahí ese día. Abrazo a los Vaqueros México. Y luego un desplazamiento a la entrañable piececita de Leia Solo “Madiba: The Last Stand Hero”, para Nelson Mandela un lejanísimo homenaje en vida. El ensayo “Facebook: o La Espuma Evanescente” de Rubén F. Mendoza y aunque es estúpido y también tonto hablar sobre un texto propio tan reciente, tengo que hacerlo, “Oda a los zapatos para correr”, es lo vuestro. Un texto terso, pulcro, esperanzador, elegante, un Fante romántico y amoroso empedernido, justo para cierto tipo de atleta, fin de la estupidez. Esnifen de:“Antología de un Blog”, “El Desvelado” y ese otro texto: el mejor portado de toda la edición versando sobre la arquitectura de Boullée, la misteriosa relación de amor-odio-confusión de “La duda huésped intempestivo” y la voluntariosa reseña de “Sonata Claro de Luna”. En caso de existir un D-os: Benditos todos los que escribieron para este número. No más té verde. La mierda, ¿me estaré ablandando?
1 Frase de Bruce Lee 5
Bien un número de largo recorrido. A manera de corredores de fondo. Sin tristes bombas de por medio. El esfuerzo vale. El verano llegará pronto. Y con todo ello la miel… sin lo demás. Para iniciar tenemos dentro de la sección Tirando Liana conformada por “textos en prosa creativa”, un pequeño relato por parte de María Fernanda García: Ilusión, futuro y desencanto, bebiendo de esa agria savia del “saber” precoz, un fresco: intuyo más que entiendo. Pero en esa intuición, oscura, hay esperanza, advertencia; la suave ironía silente del clásico: “Te lo dije; frente a un espejo”. Siguiendo a este texto, como parte ya casi habitual de nuestros números: un carnaval rocambolesco, entre la crítica religiosa, la homofobia, la seducción y ferviente imaginación de la enunciación homo-erótica, la etnografía involuntaria, sí, de nuevo, Frann Gleason con El vestidito de Niña Dios. Posteriormente, no hay remanso y llega el gancho al hígado. Juan Carlos Flores eleva el nivel de pólvora en su reseña: Tommaso Di Ciaula o el rabioso poeta con overol azul, un obrero-poeta… y todo lo “mal” que puede salir algo así... para casi todos menos para el escritor. Entrañable, exquisita y sugerente como están comenzado a ser habituales en cada edición. A su vera, ponemos un texto íntimo, a medio camino entre la desfachatada declaración pública y algo que no deberíamos tener permiso de mirar, Benito Govea con Aquélla, se hace eco de un sonido ya clásico, eterno, humano: “Una mujer que te duele por todo el cuerpo”… y sus consecuencias.
TIRANDO
LIANa
Dentro de la sección ¡Eureka!, definida desde el número anterior para agrupar a los textos de corte ensayístico, analítico, discursivo, conceptual y crítico contamos con dos textos, a saber: Mayte Montero con A quien corresponda, una suavísima, pero ácida misiva, sobre la dinámica interna del micropoder político en las familias latinoamericanas, las consecuencias nefastas del “exceso” de control matriarcal y sus peligros. Por otro lado dentro de la misma sección, se une a
O mansedumbre o rebeldía -El despertar de un anarca Juan Carlos Flores Mendoza [pag 8]
Antología de un blog Lourdes Villarreal [pag 18]
La Marcha Gay Por Frann Gleason [pag 22]
Duda, huésped intempestivo Benito Govea
[pag 26]
La experiencia de viajar a través del cuerpo, las emociones y el arte Guadalupe D´Luna [pag 30]
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O mansedumbre o rebeldía: “El despertar de un anarca” Jivass vivía en un discreto suburbio de Estambul al noroeste, para ser precisos, de finales del siglo XIX; una ciudad modesta de pocos atractivos pero de intensa y activa vida intelectual. La ciudad de Liontes, poblado perteneciente a la provincia de Meersh, agregado geográfico de Serran, Posterre, Terán, era una minúscula provincia de ambiente bohemio en el que confluían artistas, escritores, intelectuales, poetas, pensadores y vagos eruditos de altos vuelos, quienes, en un ambiente de libertina francachela, de aquellas que terminan a puñetazos, blasfemias, cachondeces y, en ocasiones, uno que otro escopetazo, debatían sus inauditas ideas –extrañas por ser geniales- a través de entre actos que rompían con la monotonía de las formas: algunos declamaban arengas verdaderamente estrafalarias realizando intervenciones performanceras; otros se desnudaban jocosamente al unísono de una actuación de dramaturgia pesada –de esa que espanta por lo complejo de la arrogancia académica, verdaderos edificios de frígida y asfixiante verborrea-; y algunos más, optaban por la intervención espontánea –pintores, grabadores, escultores, fotógrafos, poetas, escribas- trabajando silenciosamente, en el anonimato de su inefable creación, al calor de la mezcla radiante de los humores fatídicos: el hachís, la goma, la cannabis, el kichs, alcohol y brebajes en su infinita variedad; todo, absolutamente todo, las risas, las palabras,
las miradas, el soberbio glu glu glu de las afiladas gargantas, que tal como sucede en una justa etílica, en la que los atletas del invencible coctel beben a campo traviesa sin posibilidad de abandonar la prueba- formaba parte de ese invisible mundo extraordinariamente gulliveresco, donde hombres de carne y hueso, humildes maestros del goce transformador, de ese que alberga en sus entrañas el poder metamórfico que muestra al ser en su inverosímil magnificencia, configuraban una pléyade de salvajes artistas, comunidad de egregios paliduchos –por la ausencia de pan, claro está- de imaginación combativa. Todas las tardes, de martes a domingo, a partir de las siete de la tarde, justo dos horas después del atardecer, porque en Lionts se creía, como lo hacen los críos respecto a las historias de terror, en la existencia de una suerte de amorfa malignidad, que travestida en humo serpenteante, parecido al que se observa palidecer en el reflejo de una ola de calor pétreo, hiende el mal logrado confort de la vida cotidiana mediante hermosos halos de luz violeta; cuentan algunos, sobre todo los viejos -la gente anciana es muy dada al oprobioso chismorreo ataviado de impertinente leyenda, quizás por la edad, por la inminente cercanía de la muerte, por un afán lastimoso de solicitar compasión, compañía urgente, amistad dolorosa, socorro simulado- que al caer el ocaso, en el instante en que el bello color naranja/cobrizo de luminosa majestuosidad irradia su maligna y fosilizante luz sobre el acartonado asfalto testigo de ruindades y miserias abominables, las westes del maligno, jinetes de rostro adusto y cuerpo herculeano, viajan en forma de partículas invisibles ocultas en el haz ociduo hechizando a todo aquel, a través de la vis-
ta fascinada, que por olvido, torpeza o con toda intención, se encontrara en la calle.
amistad que existía entre él y la hermandad del saber gozoso -clientes del nocturno-.
Esta creencia que pudiera parecer inocua, inmovilizaba a todo el pueblo obligándole a un in pass regulado por el ritmo antimusical de la naturaleza. A las siete de la noche, ni un minuto antes ni uno después, se daban cita los seguidores de dioniso en el bar del nocturno, cuyo dueño, algo gracioso e infantil, se ufanaba de ser un campeón en el terreno de las féminas, hecho que, como todos lo advertían en la ciudad, era una impostura, una falacia que Tajir se empeñaba en representar cómicamente llegando hasta el absurdo con sus historias sobre voluptuosos affairs, ligues y amoríos de sospechosa veracidad, que por más que se esforzaba, no resultaban creíbles porque sin lugar a dudas, y sin que ello deteriore la impoluta dignidad de Tajir, era un auténtico marica de closet.
El bar, ubicado al sur de la ciudad, gozaba de una vibrante decoración: amplios salones con sillones de delicada y colorida vestidura, alfombras de admirable maestría textil, cojines forrados con telas importadas, jarrones gigantescos de porcelana antigua, tapices de invaluable valor histórico, sillas de caoba deliciosamente acojinadas, taburetes de origen sefardí, biombos de ónix exóticamente labrados con detalles del Irán antiguo; en el salón central –porque en realidad el bar se componía de dos grandes piezas en las que, sin ser un dato preciso, podrían albergarse unas doscientas personas, hecho que de cuando en cuando ocurría, sobre todo, en los días de paga, es decir cada viernes. La decoración era fastuosa, excesiva para una época en que la plata era escasa, sin embargo, podría perdonársele por la autenticidad del gusto estético: se alojaban mesas circulares de caoba ornamentadas con incrustaciones de carey, finas sillas de fibra de piel de jaguar tejidas con hilos de seda de la India, lámparas de aceite de ballena decoradas con sutil vidriería arco iris, majestuosas alfombras persas con bélicas representaciones color sangre coagulada, candiles y candelabros de laboriosa herrería, libreros de roble ruso agrecado, excelsas colecciones de libros incunables, máscaras grotescas, réplicas de cuadros de connota-
Sus apócrifos romances con bellas y exuberantes mujeres, no sucedían si no en el fogoso universo de su imaginación, sólo en ese mundo secreto sus excitantes relatos cobraban el estatus de verdad. Tajir era un tanto afeminado, un poco delicado para su apariencia: era fortachón, más bien robusto, con rasgos marroquíes, utilizaba bigote grueso, de piel morena y rasgos toscos; a pesar de su look, sus clientes sabían de sus sucios secretillos que no afectaba en absoluto la cálida
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da maestría, armería antigua y equipo de guerra de China, instrumentos musicales, máquinas de escribir, vestuario teatral celosamente dispuesto en elegantes armarios, percheros españoles de la región de Zaragoza, una cantina de caoba con marfil anillado donde se albergaban los elíxires del diablo junto con diversos instrumentos drogueriles y centenares de vasos y copas de cristal japonés, envases y pequeñas frascos y botellas (con substancias tan abominables) de caprichosa cristalería que sólo dios sabe de qué tiempo datarían; la segunda sala era más pequeña, ligeramente en comparación con la otra que fungía, y eso era un hecho, como aduana carcelaria: sólo los rostros conocidos, los más familiares, los verdaderos amigos, e inclusive, uno que otro influyentillo curioso, ingresaban al mundo psicodélico del camarada Tajir; el segundo piso, como le llamaban cálidamente en los bajos fondos, era un salón perfectamente rectangular con ventanas laterales de madera parduzca, moteada con círculos concéntricos de un verde olivo y rojo carmesí, lámparas de piel de cabra holandesa , taburetes de mimbre africano color cedro boscoso, cómodos divanes de piel de nutria joven, percheros de herrería romana, mesas de roble irlandés con base de ámbar peruano, formidables narguiles chinos con manguera de intestino de elefante, caprichosos sillones de espantable belleza forrados con piel de tigre bengali, sombrillas de hueso de bisonte tejidas con piel humana, cómodas de estilo victoriano que jugaban el papel de mesa sacrificial –sobre ellas se escenificaba el ritual pre mortuorio donde los elíxires mágicos se preparaban por los más viejos, los más autorizados por el número de arrugas y cicatrices equivalentes a méritos, medallas sacerdotales que conce-
dían autoridad- vitrinas con rarezas ancestrales, colecciones de estatuillas y figurillas de formidable maestría fabricadas con hueso de fémur humano, sobre todo infantil, animales disecados, peceras con especímenes de infalible veneno, anacondas gigantes retozando en un clima artificial tras vitrinas de cristal tornasolado, fetos humanos, telescopios y astrolabios, estatuillas y condecoraciones militares, hornillos y calentadores de carbón, equipo de imprenta, tapetes de alpaca de los Alpes peruanos, esqueletos haitianos y sillones de peluquería francesa, sombreros de charro mexicano y bailaor flamenco, biombos de la época de los zares, cortinas de lino turco teñidas con sangre de bebé árabe, cráneos infantiles con todo y dentadura (al parecer, éstos provenían del México antiguo), secreteres de roble verde con sicodelias granada al filo de los remates, escopetas, pistolas, rifles, cañones, espadas, organillos, tridentes de diversos tamaños, redes para pescar con el olor, aún a pescado muerto, cañas de pescar, pelucas y bisoñés, maniquíes, escafandras, saumerios e incensarios con minerales de embriagante aroma; en el segundo piso, franca metáfora de un infierno burlesco, los perezosos demonios de la pandilla –me refiero a los demonios que habitan en cada cual- salían de su tranquila mazmorra para agitar sus perversos y perezosos cuerpos a la luz de una misa de tintes disolutos. En cambio, en la ante sala de la oscuridad, todo transcurría con el ánimo festivo, de carnaval, sí, pero siempre contenido a fuerza de la regla, la norma, el deber de guardar la compostura, resistirse ante la etérea musitación de las musas traviesas, ménades y circes transgresoras divinas.
La segunda sala era sinónimo de fiesta, de carnaval, de borrachera, de lujuria, de despilfarro, de voluptuosidad; en ocasiones el éxtasis era tan profundamente dionisiaco que, más de la mitad de los concurrentes, alrededor de 220 artistas de la vida bohemia, se veían atrapados en el viaje de la videncia toxinómana; la intoxicación era tal que algunos, en pleno viaje religioso, afirmaban ser la viva voz del redentor del mundo; sí, todo acontecía, todo era posible, todo sucedía en el segundo piso. Una vez ingresaron unos muchachitos, estudiantes de la universidad de Lessire, región de Tarreran; eran alrededor de nueve varoncitos, vestidos como turistas europeos, bien vestidos, aparentando hombría y virilidad, de clase burguesa. Las diez menos quince -de la nochemarcaba el reloj pluricosmológico (contaba con los cinco sistemas astrológicos de sabiduría milenaria) que se encontraba al fondo de la barra; el encargado de la aduana–este concepto es pura metáfora- Raoul Rosas, un mexicano de Tijuana arraigado en tierras extranjeras, tipo colérico, de temperamento pendenciero, de rasgos bellos –según algunas mujeres- pero de esencia lobuna, era el encargado de la aduana mal querida, el umbral de las fatalidades, la frontera que todo lo decidía. Raúl era la persona que controlaba el acceso al segundo nivel; la región de la perdida, el viaje, el extravío, el reencuentro de sí, el pasagge, el viaje sin palabras. Esa tarde era un viernes de paga, tarde calurosa, llena de inquietudes, de deseos, de fantasías inconfesas; ambas salas se encontraban al tope, no era posible albergar si quiera un alfiler. Tajir contaba con un equipo de negros y negras extranjeros que le ayudaban en
tareas diversas: meseros, meseras, ayudantes, espías, vigilantes, cocineros, garroteros, gerentes, cocineras, custodios, guarda espaldas, supervisores; todos contribuían en el negocio del placer. Los jóvenes ingresaron al bar en ese viernes negro de quincena –a la primera sala, para ser precisos- alojándose al fondo, justo en el lugar donde era posible advertir todo el salón. Los nueve mozuelos entraron al nocturno con el afán de fiesta, jolgorio, algarabía y, por qué no, de placer cárnico. La sala se encontraba llena cuando los estudiantes ingresaron con sus uniformes húmedos por la lluvia incesante y fría; nadie advirtió su presencia, a pesar de que eran jóvenes en comparación con el resto de los concurrentes de la sala. El jefe de la pandilla de estudiantes, un tal Stajiren, de complexión delgada, apiñonado, alto, de cabello crecido y barba púber, de cara lastrada por un necio acné, iba frente al grupo; se sentaron en la última mesa del fondo solicitando, a través de Stajiren, una jarra de cerveza oscura y un par de panecillos gruss aderezados con grasa de avestruz; el camarero, un negro cuarentón de nombre Emilkar, verdadera torre por su delgadez y altura, solía usar gafas oscuras y guantes negros, chaleco de pana color blanco, camisa de seda negra, pantalón de lino negro y zapatos tipo mocasín de ante color gris. Emilkar poseía rasgos finos, más bien amanerados, sin embargo, para sorpresa de muchos, era heterosexual, casado, con un hijo en edad escolar; vivía al norte de la ciudad, en la periferia de una modernidad con olor a podrido; trabaja en el nocturno desde hace siete años, lo que le convierte en un sujeto entrañable en la comunidad de dipsómanos, yonkees, lujuriosos, ladrones, artistas, bohemios
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y putas. Los clientes lo conciben como a un amigo, un camarada de juerga, un compañero de andanzas…uno de los suyos como fraternidad del mal. Emilkar y Tajir son entrañables, respetables amigos, fraternos con todo aquel que recurre a la dádiva lisonjera y lastimosa; entre ambos administran el lugar compartiendo responsabilidades, derechos y ganancias, pues desde los inicios del bar se asociaron apostando su porvenir en el vicio y la corrupción. Emilkar se caracteriza por su temperamento dulce, cálido, bien templado -desde una perspectiva espiritual-; de madre turca y padre norteamericano, heredó de ambas culturas los peculiares modos de percibir la existencia; tenía una profesión, era contador graduado en la Universidad del Progreso y la Técnica en Bangladesh, por eso Tajir lo valoraba aún más, por saber timonear el barco en aguas inestables; sabía tratar a los clientes, era agradable, suave pero no cobarde, embestía a cualquiera ante la menor falta de respeto. Esa noche de viernes, noche lóbrega y pesada por ser día de paga –generalmente los asiduos al nocturno recibían puntualmente su paga los días de quincena, en el caso de los artistas, éstos eran subvencionados por los burócratas trabajadores con pasiones intelectuales. Esa noche los muchachos de Tajir, al mando de Emilkar, no lograban satisfacer a tiempo las demandas de los clientes; había molestia, alboroto,
escandalo que calentaba poco a poco la sangre, el corazón, los músculos y hasta los tendones; para solucionar el problema Emilkar mandó traer a cocineros, lava losas, personal de intendencia para emplearlos como meseros; transformados en ágiles camareros, comenzó a desvanecerse el disgusto, la inquietud; de pronto el ambiente se transfiguró en risas, alegría y embriaguez. Todo transcurría alegremente, con armonía y civilidad cuando de pronto, en la mesa del fondo de la sala, la mesa que había sido ocupada por los nueve estudiantes, dos de los núbiles discutían acaloradamente a manotazos y patadas desafiantes, agrediéndose entre sí –en un iniciohasta llegar al agravio contra terceros cuyo efecto, de manera evidente, fue harto lamentable; Jivass era el nombre de uno de los estudiantes que protagonizaron la pelea; era temerario, hiriente, de padres acaudalados, altivo, instruido, elegante, y tan arrebatado que casi pierde la vida al ofender a un hombre aparentemente inofensivo; todo transcurrió tan de manera súbita, tan inextricable, que el mismo Emilkar no daba crédito, permanecía boquiabierto. Jivass se bajó los pantalones y con verga en mano, apuntó a un comensal de la mesa de enfrente, increpándole con frases culinarias alusivas al pene que, sin lugar a duda, no fueron toleradas por el comensal de barbas filibusteras; con la velocidad del rayo, el gigante barbón –en realidad parecía pirata turco- se levantó de su elegante silla para lanzarse sobre el crío que, con suma seguridad y entereza, aguardaba en posición de guardia pugilesca; el hombre, que sus amigos llamaban con el nombre de Zaahar, no dilató en encarar al jovenzuelo quien, excitado por el clima del lugar, asestó el
primer puñetazo sobre la jeta iracunda del turco; Zaahar por el golpe se bamboleó dando tras pies hasta que, sujetándose de una silla, logró equilibrar su pesado cuerpo para abalanzarse sobre Jivass que esta vez, no saldría fácilmente librado del entuerto; en el suelo ambos comenzaron a forcejear dando piruetas sobre el piso de caoba rojiza, hasta ir a parar a lado oeste donde se encuentran los baños; apañados los dos cual amantes embravecidos, Zaahar logró domeñar al niño, que se encontraba boca arriba frente al verdugo, propinándole una tempestad de puñetazos en todas partes: el rostro, las costillas, el cráneo, hasta lograr una perfecta transfiguración estética de ese inocente rostro tan sublimado por la cólera y la ira. Cuando el chico no dio señas de movimiento, el barbudo rabioso, que no había parado siquiera un instante en su acción castigadora, giró el cuerpo a través de un movimiento casi dancístico, bajando al mismo tiempo los pantaloncillos del mozuelo. Parecía que la atmósfera y el tiempo se habían detenido en un instante aletargado, distendido, acompasado por el clamor y el barullo de los concurrentes: los comensales y juerguistas permanecían sudorosos, excitados, con la boca abierta y mueca de felicidad, las manos en dirección al cielo –verticalmente- con los ojos crispados sobre el infame espectáculo. Con los pantalones abajo, indefenso, Jivass yacía sobre un
charquito de sangre con la cabeza en dirección norte –el norte es siempre catastrófico, devastador, de mal agüero- mirando a sus pusilánimes amigos quienes, colapsados ante la abominación que iba a suceder y ante la cual no hacían nada, de pie, con lágrimas en los ojos, proferían arrebatadamente un confuso remolino de injurias y vejaciones bellamente estructuradas; maldiciones y plegarias religiosas que resultaban inverosímiles ante la gravedad de las circunstancias. El turco ignoraba lo que acontecía en rededor; parecía que su ser habitaba en otra parte, fuera de la viciosa realidad del nocturno; sentado sobre los muslos de Jivass, que gritaba con voz de nena desgarrada, extrajo de la bolsa derecha de su pantalón un frasquito color ambar el cual desenroscó con gran habilidad demostrando ser todo un experto en las artes amatorias; se untó gran cantidad sobre los dedos de la mano derecha, frotando al mismo tiempo –con la mano izquierda- las delicadas nalgas del joven; eran muy blancas, muy suaves, sin vellos, con ligeras curvas, parecían de una adolescente precoz, incluso el calzoncillo era como de niña, color amarillo, extremadamente ajustado; sin más demora, deslizó con toda brutalidad dos de sus dedos bien untados sobre el culo de Jivass quien, al recibir el grasiento paquete, gimió como perra fecundada: “no, por favor, no lo hagas, detente, por piedad, no está bien, es contra natura, es diabólico, es contra la ley” ; el solaz verdugo dejó de acariciarle
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las nalgas para tomar más vaseline para untársela en el pene que, una vez aceitado –cuando se untó la grasa se masajeó la verga para estimularle un poco- lo introdujo de manera bestial en el ano del mozuelo. Una vez que penetró a Jivass, Zahaar tomó con sus gigantescas manos las sensuales caderas de su víctima moviéndose voluptuosamente, riendo, aullando, expresando frases disolutas para incrementar su frenesí y ardor erótico: “vamos nenita, a poco no te gusta la verguita de tu papi, vamos putita, dime que te encanta la lechita calientita”, justo antes de eyacular se escucharon con estrépito los sollozos de Jivass que clamaba a la multitud ayuda, misericordia, auxilio; pasaron algunos minutos cuando el llanto se tornó execración, injuria, diatriba; Jivass, con el rostro amoratado, con coágulos de sangre, intentando forcejear con las manos, expectoraba sentencias infernales riendo con ánimo siniestro, un entusiasmo como diabólico; el turco, al borde de la agonía, el desfallecimiento cumbre de la plétora sexual, colmaba de nalgadas a su víctima hembra –porque Zahaar concebía, quizás en la esfera de lo imaginario, al escolar de colegio burgués, como una suerte de hembra hambrienta y nauseabunda, una puta con calzón amarillo y nalgas bien torneadas, una perra ardiente condenada al infierno de la lujuria y de la abyección- embistiendo severamente ese hermoso culo hasta que
un calor chorreante y oloroso, acuoso y espeso, emanó del culo del mozuelo; por la inclemencia concupiscente del turco, Jivass había deyectado sin poder evitarlo, no pudo sofrenar los esfínteres intestinales, defecando sobre el miembro ensangrentado del verdugo. Mil colores se advertían en el pene del filibustero, el rojo imperaba sobre manera, sin embargo se advertían minúsculos indicios de semen color grisáceo y un color amarillo intenso que en forma de grumo, que hedía como el infierno, se impregnó en la vellosidad púbica del turco; éste al observar el gracioso espectáculo se encaminó al baño, rabiando mil maldiciones. Al poco tiempo salió correctamente peinado –parecía que se había dado una ducha- dirigiéndose a su mesa, como si nada hubiese ocurrido; y en efecto, después del acto, los comensales y bebedores volvieron a sus sitios para proseguir con lo suyo; sólo los ocho estudiantes permanecían prosternados en círculo, alrededor del trágico escenario donde Jivass permanecía en la misma aciaga postura, riendo hilarantemente como fuera de sí, como si se le hubiese suministrado una sabia descarga de electroshocks. Tajir y Emilkar ordenaron a un par de camareros a que ayudaran al joven; tres jóvenes negros lo levantaron conduciéndole al baño. Tardaron cincuenta minutos en volver con el chico perfectamente limpio y vestido con ropas
nuevas; al volver, los amigos de Jivass le recibieron afectuosamente, simulando buen ánimo, invitándole a salir para acompañarle a casa. Salieron del nocturno como a las tres de la mañana, internándose en el bosque que los conduce a la carretera principal, la Shayeris 17, que conecta con la ciudad en aproximadamente tres horas – a pie, en auto se llega en media hora-. En silencio, cinco de ellos traían bicicletas –los demás montaban en alguna de los demás- se perdieron en la jocosa fatalidad de ese viernes de equinoccial juerga. Transcurrieron seis meses después del accidente cuando un miércoles de ceniza, día lleno a pesar del peso institucional –el religiosoapareció inusitadamente Jivass en el nocturno; ataviado con un ajustado, extraordinario por su elegancia, vestido de princesa turca, todo de negro ornamentado con exquisita pedrería arco iris, guantes tres cuartos color negro satín y estola de seda blanca deshilvanada sobre piel de nutria joven, zapatillas de gamuza color carbón, bolso francés de piel de anguila noruega que portaba finamente sobre el brazo izquierdo, peluca pelirroja hasta media espalda, maquillaje esmerado y correctamente propio, joyas en delicada proporción. Jivass caminó con delicado aplomo desde la entrada del bar hasta la barra que se encontraba a la izquierda –aproximadamente diez metros de distancia- en el mismo lugar de la tragedia, mirando siempre al frente con
los ojos puestos sobre las botellas de la bien suministrada cantina. Cuando apareció entre la sala fue como un si una epifanía divina, una revelación de otro orden, un clamor celestial ataviado de lilas fluorescentes, guirnaldas de rojo granada y orquídeas color azul del cielo, aconteciera ante decenas de miradas procaces; un halo de pródiga luz irradiaba en el rostro del joven burgués, que después de aquella atrocidad, parecía cambiado, diferente, no triste ni apesadumbrado, sino como iluminado, muy cándido y sereno. En cuanto observó al dueño del bar, que se encontraba charlando con unos clientes alojados en los taburetes islámicos con piel de oso blanco que circundaban con gran fastuosidad la cantina de herrería medieval hindú, pensó en abordarle con un afectuoso saludo, sin embargo, reparó unos segundos antes, deteniéndose a medio camino; tal pensamiento pronto se desvaneció al escuchar la meliflua vocecilla de Tajir, por lo que continuó caminando con paso ecuánime y cadencioso, sensual por la manera de contonear las delicadas caderas, hasta que llegó a la barra. Con voz de consorte exuberante, adelgazada a fuerza de ejercicios guturales, ordenó al negro que despachaba en la cantina con gran habilidad, un vermut doble; cuando el barman dispuso el trago sobre la barra fluorescente, la princesa turca lo cogió de manera arrebatada bebiéndoselo de un sólo trago, sacudiendo al mismo tiempo
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la sexi cabellera y los hombros bien bronceados, mirando con suma malicia en torno a la sala. Observó que había una mesa muy cerca de la frontera custodiada celosamente por el mexicano, el guardián del segundo piso, por lo que decidió alojarse en esa mesa fronteriza; el mexicano le miró haciendo una mueca sardónica, rascándose sin empacho la axila derecha. Jivass se sentó cruzando la entre pierna izquierda sobre la derecha, acomodándose al mismo tiempo los rellenos que asomaban sobre el escote de su lujoso vestido; levantó la mano izquierda para hacerle una seña a la mesera que atendía esa sección. Pasaron algunos minutos cuando la mulata sudorosa se acercó a Jivass susurrándole en el oído; como era tal la cantidad de juerguistas acomodados en aquel lugar, la única manera de comunicarse era a través de una sonora musitación. La fémina burguesa ordenó un par de tragos más, añadiendo a su orden una suculenta ensalada de espinaca y jengibre bengalí con salsa de ciruela agridulce. Mientras esperaba a la mulata, se dedicó a observar a Raoul con el propósito de seducirle, realizando diversos movimientos de manos, de piernas, sin embargo, el mexicano parecía ignorar la cálida y voluptuosa mirada de la hembra que no cejaba en su galopante intento. Entregada a celosamente a su objetivo, fue interrumpida por la mesera que, con suma diligencia, dispuso ágilmente los tragos y el platillo sobre la mesita de caoba negra; Jivass se bebió un segundo vermut, tal como lo había hecho con el primero, limpiándose delicadamente los labios con la servilleta de seda blanca que se encontraba perfectamente doblada sobre la mesa; prosiguió con la ensalada que había sido
servida sobre un platón de plata española, devorando –con todo esmero- las suculentas hojas de espinaca fresca. Cuando las viandas se desvanecieron entre las hambrientas fauces de la turca, un sentimiento de regocijo diabólico le anegó el corazón provocándole una estridente hilaridad; se sentía capaz de conquistar el mundo, capaz de acometer cualquier acción por imposible que ésta figurase. Sabía que de aquella innombrable experiencia, algo había confabulado para bien de su ser, algo que ningún discurso, ningún lenguaje, ninguna palabra, podría transmitir con entera cabalidad. Todo se difuminó sobre la núbil conciencia de Jivass: el bullicio, las risas, las charlas, el mexicano, Tajir, la suntuosa decoración, los vapores drogueriles, la verga del pirata horadándole con rabia demencial, el llanto que devino tras la infamia del viernes negro, la abyecta cobardía de sus compañeros de juerga, las burlescas miradas de los testigos del crimen; más allá del siniestro episodio del que había sido víctima, tenía la clara certeza de haber sido el vencedor incólume de lo que muchos consideraban como un innegable atropello a la condición humana; Jivass sabía –desde el instante en que fue sodomizado- que la atrocidad y el crimen, el gozo y la pleni-
tud, guardan una inefable correspondencia en una vida condenada al orgullo de los bajos fondos. En todo ello reparaba Jivass cuando de pronto, el pestilente aliento de la agitada mulata, interrumpió sus prolíficas elucubraciones; la negra mal oliente le preguntó si deseaba alguna cosa más; Jivass hizo un movimiento de negación con la cabeza, solicitándole la cuenta. Una vez finiquitada la deuda, salió de aquel lugar con la misma cadencia que adoptó desde su arribo al nocturno. Se dirigió hacia la calle que conducía a la carretera principal, perdiéndose entre la deliciosa bruma de la noche soberbiamente estrellada.
Juan Carlos Flores Mendoza
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Antología de un blog ESCRIBO QUE ESCRIBO Y NO ESCRIBO NADA.
Escribir es una de mis grandes pasiones. Y no por ello me jacto de ser la más hábil para la mencionada actividad, sin embargo es una de mis favoritas. La primera vez que abrí un blog fue para subir todo aquello que más pequeña escribí, sin tablas, reglas ortográficas, estilo, e incluso puedo decir que sin la menor noción sobre el tema del que “astutamente” me atrevía a escribir. El amor. ¿Qué tanto puede saber sobre el amor una niña de 15 años? El tiempo fue pasando y yo continué escribiendo... definitivamente cosas que a nadie le importan pero que a mí en aquél momento no sólo me rompían, sino que ocupaban gran parte del espacio que mi mente requería para cosas que sí tenían trascendencia. Solía ser mi escape ante situaciones que no estaban bajo mi control, o al menos eso suponía. Escribir pasó de ser una salida, a ser algo que me atraía, a ser una habilidad que me hacía entrar en competencia, a ser un simple trabajo, y finalmente a lo que es hoy: una manera de comunicarme y una forma fácil de sacar 10 en la escuela. Suena terrible, pero así es, mi pasión por escribir fue literalmente tragada por el mundo laboral y escolar. Desapareció el tiempo que solía tener apartado para mis pa-
siones. Ese momento secreto, seductor y sigiloso que existía entre la pluma, la hoja y yo, y claro, más recientemente entre mi computadora y yo, lo cual me hace recordar aquellos momentos en los que no la utilizaba sólo para trabajar, o en su defecto distraerme del trabajo con Facebook y otras banalidades. Siento que el ritmo de la vida consume mi esencia. Y en un intento desesperado por evitarlo, he aquí un nuevo blog, en el que probablemente seguiré escribiendo sobre cosas que a ti, amigo lector, pueden interesarte o no, pero que decido compartir por el simple hecho de escribir aunque en realidad escriba que escribo y no escriba nada.
Lo que sé de todo lo que no sé Sería absurdo pensar que alguien lo sabe todo. Si lo pensamos bien, de hecho es posible que nadie lo sepa todo, ni sobre algo, ni sobre todo. El ser humano ha desarrollado tanto cada “algo” que saber todo sobre un “algo” es imposible, pues puedes saber todo sobre lo que sabes, sin embargo eso no lo es todo pues a final de cuentas no sabes qué es lo que no sabes por eso crees que sabes todo ¿cierto? Quizá esto de saber llega a sonar un poco enredado, pero en realidad no lo está, pues a final de cuentas esto es algo que todos debemos de saber, que nadie sabe todo sobre algo y mucho menos sobre todo. Lo más extraño es que si alguien cree que lo sabe todo, estará enterado de mucho, pero no de lo más importante, lo que todos sabemos: “no lo sabe todo”. Eso significaría que el sujeto mencionado sabe menos que los demás, pues lo que
más conocemos, en teoría, es a nosotros mismos, y si los demás supieran de él algo que no sabe de sí mismo, significaría que sabe menos que todos los demás sobre el tema de “sí mismos” lo cual lo deja un escalón abajo en la pirámide del conocimiento, pues si no sabes que no sabes todo sobre algo, te falta saber algo acerca de ti que los demás si saben sobre ti y sobre ellos mismos.
Escribir cosas “felices” Pocas veces logré escribir y publicar cosas felices. Quizá por una falta de costumbre dadas mis tormentosas experiencias amorosas del pasado o el simple hecho de que la melancolía mezclada con la depresión es lo que me arrastraba a encontrarme frente a una página en blanco sobre la cual descargaba toda esa tristeza mezclada con coraje, inseguridad y frustración. No me quejo. Pues todas esas emociones no sólo eran en algunas ocasiones provocadas por mí, sino aceptadas y bienvenidas, disfrutadas. Me acostumbré y aprendí a vivir en un conflicto constante conmigo y con todos los demás, sobre todo con aquellos que decidían meterse un poco más y conocerme hasta encontrar a mis demonios más ocultos y enterrados que solamente lograban salir y atacar cuando yo, tontamente, le entregaba mi llave de confianza a cualquier pendejo (disculpen la expresión, pero les aseguro que está justificada). Cuando hice teatro aprendí dos cosas que marcaron mi vida y permito que la rijan, aunque ahora de otra manera. La primera: “la fama es una desgracia que se cuelga del talento” y todo lo que esto conlleva; no hacer las cosas por reconocimiento, no vivir con la necesidad de 19
(dicho vulgarmente) “cacarear el huevo” para que los demás vean lo que hago, sino hacer las cosas que me dejen satisfecha y beneficien al prójimo. La segunda, y la más importante: que mis emociones son. No ponerles un calificativo. Mi tristeza no es buena, o mala. Mi alegría no es buena, o mala. Simplemente son. No hace falta más que vivirlas y analizarlas. Aprender de dónde vienen y hacia dónde van. Lo que nunca vi es que necesito un equilibrio. El día que él entró a mi vida yo no tenía idea de todo lo que iba a cambiar en mí. De la paz que iba a traer a ese enredo entre mi personalidad dramática y pasional y todo lo demás que me habita. Al principio fue complicado para ambos. Él comenzando a conocerme y yo cansada de vivir conmigo. La verdad, creí que me botaría al segundo berrinche o en alguno de mis múltiples arranques, pero cada día hacía más por demostrarme que estaba equivocada. Llegaba a sentir, que llegó a conocerme, sea esto o no real, incluso mejor de lo que me conozco yo misma. Me analizó, de una forma en la que yo ni en mis más profundas introspecciones había logrado analizarme. Fue entonces cuando comenzó a enseñarme que el amor va mucho más allá de sólo aguantar mis berrinches y chutarse mis arranques. Poco a poco y día a día él me enseña a vencer a mis peores demonios y miedos. A dejar de lado todo aquello que no me permite estar tranquila, en paz, en balance. No por ello me privó de disfrutar todas mis emociones, pero ahora me esmero en entender de dónde vienen y qué es lo que debo hacer para lograr un equilibrio, dejar de escribir sólo cosas tristes y empezar a escribir también cosas felices.
Hoy, después de tantos trabajos, tanto estudio, tantas dietas, tanto daño y tantos hobbies para tratar de mantenerme en equilibrio conmigo misma, puedo decir que, una vez más, estaba equivocada. Mi equilibrio está en mí y lo encontré gracias a él. No puedo atreverme a pensar que todo está resuelto. Pero hoy sé que pase lo que pase y nos depare lo que nos depare el destino, tiene en mí el lugar más especial que un hombre ha tenido. No sólo me hace la mujer más feliz; como novio. Me enseñó a salvarme de mí cuando creí que nadie podía ayudarme a hacerlo. Un corte de cabello, y ya Renovarse o morir. Una frase que se quedó grabada en mi cabeza después de que uno de mis compañeritos “Godínez” explicara a otro la supuesta razón de mi corte de cabello. Comenzamos mal... ¿dar una razón para hacerlo? Para muchos esta entrada quizá parezca frívola, hablamos sobre un simple corte de cabello ¿cierto? ¿”Un cambio de look” “Una nueva moda” “Un nuevo estilo”? Definitivamente mi respuesta corta a preguntas como “¿y ese corte?” es un tajante y a la vez ambiguo “pues... no sé”. Es simple, tan simple como responder “bien” a ese “¿cómo estás?” que nos hace cada persona a la que saludamos en el día. Como si les importara. Como si ese momento en el que respondiera: “mal, tengo una depresión marca mellevalachingada, presión en la escuela, presión en el trabajo, presión en mi casa y por si fuera poco no he tenido sexo en las últimas dos semanas” fuera a llegar algún día. Es un “no sé” idéntico a ese “bien” de cortesía que ofrecemos a gente a la que no le importa ni un poco y que
cuando a alguien comienza a importarle quizá, sólo quizá, podríamos estar adquiriendo a un nuevo amigo. La realidad es que ese día desperté después de una depresión de alrededor de cuatro días que aumentaba cada vez que me veía en el espejo. El estilo… ni siquiera lo elegí; llegué corriendo a pedir mi corte de cabello (cito) “como quiera, tanto como quiera, pero córtelo ya”. Es decir, irónicamente esto no tiene nada que ver con mi imagen, no tiene que ver con un cambio físico de cabello que; seguramente si es que la depresión no se lo lleva, volverá a crecer, no tiene que ver con moda, no tiene que ver con hombres, no tiene que ver con mujeres, ni con aceptación, excepto la mía. Y aún de esa razón… tampoco estoy muy segura. No es una cuestión de “crisis de los 20 retardada” es un verdadero pesar y una verdadera tortura. Un tormentoso juego en el que sólo yo entro y nadie más puede jugar a rescatarme aunque lo intente. Y es ahí cuando todas mis frustraciones llegan y en forma de “nuevos” demonios aparecen en el espejo. Aparecen ahí todas las heridas del pasado que no he podido superar, todas las fallas, todas las traiciones, errores... Corto mi cabello para dejar de ver a esa mujer que a sus 23 sufre de más de un desorden del tipo que sea, poco comprendida, nada satisfecha y muy frustrada. Lo corto porque necesito ver una parte de mí que necesita tiempo para crecer, y lograr hacer la analogía más evidente, pues, es una desgracia esto de no poder medir físicamente nuestros logros y fracasos.
El cabello crece y esas partes de nuestras vidas en las que aún no hay pasto crecerán también, pero para los desesperados y carentes de tolerancia a la frustración (que definitivamente abarcan un alto porcentaje de las generaciones 80s-90s-2000) soluciones como esta pueden dar resultados. Cortar mi cabello es otorgarme tiempo para comprender que los frutos no llegan de un día a otro, que hay que cortar para crecer, que podemos volver a comenzar aunque no reparar los daños. Hablar sobre cortar mi cabello puede parecer infantil, absurdo, o totalmente banal si no eres apto para comprender la belleza que existe detrás de actos tan simples, es por ello que prefiero responder “no sé” a aquellos presuntos interesados que más allá de comprender algo como esto, simplemente creen que esto se trata de cualquier moda y de continuar en la connotación material de la frase “renovar o morir”.
Por Lourdes Villarreal
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La Marcha Gay A Agnes Torres, Javier Gómez Bastida, Gonzalo “Mommie Blue” España y a todos los “bugas” que andan en el ambiente y caminan valientes junto a nosotros pugnando por un mundo más abierto.
¡Oigan es Junio! Ya pasamos lo peor y ahora esperemos el verano. ¿Qué puede salir mal? Bueno, los kilos que en navidad prometí bajar siguen ahí, es más, creo que capa tras capa de tejido adiposo se ha añejado, pero ¿saben? ya me resigné un poco, mi genética y las garnachas en Cozotlán no colaboran, pero no por eso no voy a disfrutar mi verano como dios manda. Que se chinguen la vacación, las pendejas que les da pena pedir su talla en las tiendas, y si nada les queda, yo tengo una prima que sabe zurcir muy bien la tela con que se hacen las carpas, y si son muy grandes, como las de circo, mucho mejor, y créanme ¡que bonitos vestidos hace! Con el vestido y tres pesitos de actitud nadie va notar el tamaño de tus “carnes” y te la vas a pasar muy bien. Si alguien necesita el contacto de mi prima, nos pueden dejar un mensaje y, con mucho gusto, mi queridísimo Moni Master les dará respuesta. Eso sí, les advierto es súper jetona y criticona, así que si les hace caras mientras les mide la cintura o sus pechos, es totalmente normal.
Habrá un día en este verano cuando entra una “Ola”de líquido multicolor, donde todos los habitantes de la Ciudad de México son súper tolerantes, súper “open mind”, tienen miles de amigos gay y todo mundo está en contra de la discriminación. Ese día cierran Reforma y todos sus alrededores, dificultando festivamente la movilidad, por lo menos en el centro dela ciudad. Para acabarla de amolar, como mismísima manifestación del SME que toma el Zócalo capitalino, la explanada es invadida por miles de personas que esperan ver a un cantante de moda que normalmente se elige como “representante de la comunidad gay”, efectivamente,por sí no lo habían notado estoy hablando de La Marcha del Orgullo Gay México, ¡¡ÓLE!! Fíjense que la Marcha tiene su historia, aunque con el tiempo ha ido perdiendo su esencia y sus verdaderos objetivos. Todo empezó en los 60 cuando cualquier pretexto era bueno para cuestionar lo establecido y los jóvenes empezaban a buscar medios de expresión; lamentablemente esta década fue marcada por la represión estudiantil, los Juegos Olímpicos y la matanza en Tlatelolco. Obviamente esto baja el ánimo a cualquiera y mete miedo, pero en 1971 Nancy Cárdenas y José María Covarrubias tuvieron el valor de salir de las sombras y la doble moral del país para reclamar un espacio de dignidad y respeto a personas no heterosexuales. Nancy Cárdenas fue una locutora radiofónica, Doctora en Filosofía y Letras por la UNAM y además estudió representación teatral en Yale. José María Covarrubias fue fundador del Círculo Cultural Gay que sirvió como predecesor de la Semana Cultural Lésbico Gay en el Museo del Chopo. Todo ello propició, muy lentamente, la apertura ante propuestas formales sobre temas diversos: los derechos humanos a homosexuales, el aborto y asesinatos de odio, entre otros de suma importancia.
Los logros obtenidos fueron básicos para las siguientes generaciones, marcaron una pauta para la expresión de injusticias y grandes vacíos en las leyes existentes. Una cultura de doble moral y machismo se daba cuenta de que la sociedad no es homogénea, y que a pesar de la represión había más personas, todas diferentes y se estaban organizando. Estas primeras manifestaciones eran muy alejadas del festín y enorme desfile que hay actualmente, obviamente la sociedad ha cambiado al igual que el gobierno, así las formas y los métodos también. Yo no sé en qué momento se fue disolviendo la esencia, la valentía, el coraje y el valemadrismo de decir: este soy yo y tengo los mismos derechos que tú. Obviamente no estoy desacreditando los avances actuales ni a sus protagonistas, tampoco mi idea es generalizar a un enorme contingente. Mi comentario va dirigido a cuestionarnos: ¿qué ocurrió con las imágenes que representaban a los homosexuales, que se imponían ante una cámara de diputados a cuestionar sobre las políticas discriminatorias del país, que reclamaban asesinatos de odio y organizaban a la población para recibir información sobre enfermedades de transmisión sexual?, ¿Qué sucedió? ¿En qué momento o a quién se le ocurrió que “estrellas” de la televisión podían ser los representantes de la comunidad gay toda? Bueno, pues un movimiento que empezó con gran esfuerzo y valentía en 1978 ha sido representado por Verónica Castro, posteriormente por Tongolele, también pasó Irma Serrano, “La Tigresa”, Shanik Berman (conductora de espectáculos), Fey, Paty Lu (Ex integrante del grupo Jeans, y actual esposa de César Nava), Yuridia de la Academia, Gloria Trevi, y además hubo una mención honorífica para Christian Chávez ex integrante del grupo musical RBD, el cual ha estado involucrado en problemas legales por pose-
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sión de drogas, violencia intrafamiliar, un par de matrimonios conflictivos, y para ponerle una cerecita al pastel, el hombre ha ventilado sus problemas de salud, incluidos la caspa, e hizo un dueto musical con Anahí llamado “Libertad”. Seguramente mi Nancy y mi José María han de estar un poco confundidos en el infierno viendo que uno de sus sucesores fue Verónica Castro o Paty Lu. ¡Cada quién sus gustos! Dentro de la lista de Reinas de la Marcha Gay también hay unas cuantas que tienen una formación artística y han tenido participaciones en distintos foros de derechos homosexuales o políticas de inclusión. Me consta que saben leer y escribir, Eugenia León (1985), Susana Zabaleta (2005) y Regina Orozco (2006); por las otras, quién sabe. El problema de elegir a figuras que han tenido más mérito por sus escándalos morbosos que por su labor social a favor de la inclusión, hace que poco a poco la credibilidad se vaya difuminando y favorezca que sigamos encasillando a todas las personas que no son heterosexuales, como imitaciones mal fabricadas de artistas de novelas, egocéntricas, narcisistas y de plástico. Me gusta la gran verbena que se hace, el desfile, las plataformas enormes que llevan bocinas y gente bailando, es una manera distinta de llamar la atención y de tomar las calles de la ciudad, pero creo no debemos olvidar la verdadera lucha por la equidad y que ésta es una oportunidad para que, de acuerdo a las instancias correspondientes, se haga escuchar el desacuerdo. El comité organizador de la Marcha debería pensar más en el contenido que en la forma; hay muchas personas que viven su homosexualidad de manera valiente y que ade-
más han logrado importantes avances en cuestiones de derechos humanos, inclusión, políticas públicas y aportaciones al fomento y conservación de las tradiciones. Hay muchos personajes que pueden representar al contingente por su labor social, algunos son heterosexuales pero saben de injusticias, y otros ya no están vivos, pero como me quedé con las ganas de expresarles mi admiración, mencionarlos aquí es una especie de mini bizarro homenaje por mi parte. Entre estos personajes recuerdo a Agnes Torres, pudo haber sido una de las Reinas de la Marcha Gay, la más glamorosa, ¡Verónica Castro se hubiera quedado pendeja a su lado! Era además una mujer muy inteligente y capaz que luchó por derechos de la comunidad no heterosexual en uno de los estados más conservadores del país: Puebla. Exhibió la prostitución y la trata de personas entre la población travesti y transexual; luchó por sus iguales y por las desigualdades que enfrentaban, ¿el precio que pagó?: su vida. Javier Gómez Bastida, su lucha fue desde el interior del gobierno y llegó a ser el primer titular de la Unidad Especializada para la Atención a Usuarios de la Comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. El trabajo de “Gary” fue por una atención adecuada contra los delitos cometidos a la comunidad lésbico-gay. Fue asesinado en la autopista México–Querétaro, se presume que, al igual que el Agnes, fue un asesinato de odio. Gonzalo “Mommie Blue” España, iniciador de las Marchas Gay en la ciudad de Mérida y muy amigo de la Ex Gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega. Su lucha social implicó denuncias sobre las agresiones policíacas contra la comu-
nidad por sus preferencias sexuales. “Mommie Blue” vivió como quiso. Yo fui testigo de su humor negro, sarcasmo y capacidad de reírse de él mismo. Su muerte se produjo por complicaciones cardíacas, pero antes de morir puso en jaque a varios funcionarios públicos amenazándolos con que si no modificaban la nueva ley de la familia e integraban a parejas del mismo sexo, ella iba a revelar qué funcionarios pertenecían a la comunidad lésbico-gay.
Yo me puedo proponer como Rey de la Marcha en unos años, podría conseguir una camioneta grande, una decoración tipo ranchera con una mezcla de estilo prehispánico, un penacho de grandes plumas y un micrófono para cantar. “Chapu” estará a mi lado analizando mi reino e imagen, la directora organizando la logística de mi contingente y limpiando algunas cosas por ahí. Podemos invitar a “La autista” para que nos saque unas lindas fotos; obviamente todos los monos están invitados.
Ya me puse triste. Pero ¡albricias! también nos quedan algunos vivitos y coleando, los que han logrado importantes avances por la comunidad. Por ejemplo Felipe Ruiz Parrazales, fundador de las Velas Muxes en Juchitán, después las llevó a Oaxaca respetando cada una de las tradiciones e inició los trámites para hacer de la celebración Muxe un patrimonio de la humanidad.
Cualquier comentario, duda o sugerencia para rey o reina de la marcha gay a los contactos que ya conocen @monoilustrado, Facebook mono ilustrado o la página www. monoilustrado.com ahí estará el Mono Master anotando y llevando todas sus estadísticas y sugerencias.
Por Frann Gleason
David Razu, un hombre al que todo mundo conoce por sus importantes aportaciones para la comunidad en la vía política, además contesta todo lo que le preguntas por twitter y Facebook; un día me lo encontré en un restaurante y me dio pena saludarlo. Afortunadamente podemos seguir citando gente para llenar el trono de rey o reina hasta el 2050. Algunos ya colgaron los tenis, pero que su muerte no sea en vano, hay que retomar, hay que gritar y hay que exigir; necesitamos más activismo en la ciudad de México y en provincia, más valor y fuerza, pero poco a poco estamos aceptando la diferencia. “Kylie”, la directora y yo fuimos testigos de discriminación a homosexuales en Barcelona. “Lady Gaga”, “Chapupu” y yo fuimos testigos de agresión a homosexuales en Viena. En México vamos bien, pero podríamos caminar mejor la senda del arcoiris.
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Duda, huésped intempestivo
¿Quién ha escapado de la duda?, ¿Quién no ha dado cabida a la incertidumbre? Sólo aquél que lo sepa todo, de facto imposible, podría revertir el nada apetitoso destino de la humanidad haciendo de la existencia una verdadera odisea gozosa y benigna, compleja y deseable, envidiada por el bizarro Walt Disney. Existe dentro de nuestra mente un oscuro acompañante que no posee forma ni aspecto, pero es capaz de alterar los estados mentales y emocionales, inclusive de aquellos que se dicen bien equilibrados. ¿Quién no ha pasado una situación en la cual nuestra duda se convierte en nuestro peor enemigo? Momentos en que la falta de conocimiento nos hace perder la razón y comenzar a desvariar en diversas direcciones y en finitas posibilidades, en donde la seguridad de las cosas se vuelve inestable, como un camino lodoso, comenzando a afectar nuestros estados de ánimo, inclusive llegando a la angustia. La confianza pierde su fortaleza. Ocasiones en las que nuestra mente deja de ser nuestra aliada y comienza a ser generadora de variables laberintos, ciclos caóticos, sin comienzo claro ni fin definido, donde las vueltas se vuelven un factor común y junto con la mente, las emociones se encargan de dar vida a todas estas idea que se acompañan de la duda, la incertidumbre, la ausencia de seguridad, comenzando a abrir paso a la angustia, la inquietud, la ansiedad, desesperación, la locura y demás emociones no tan placenteras.
Es ahí cuando la batalla con nosotros mismos comienza, el combate al enemigo “sin rostro”, la incertidumbre pugna por tomar control de nuestros sueños, nuestros pensamientos, nuestros deseos. ¿Cuál bendita ignorancia? Es la misma ignorancia la que permite la entrada al “sin rostro”. Es la incertidumbre la que abate todo pilar o cimiento de ˝estabilidad”. Me decía a mí mismo, desde que comencé a hacer uso de mi razón y mi conciencia “activa” :la duda lo mata todo. Es la duda el huésped indeseable que llega intempestivamente alimentándose de la destrucción de nuestra seguridad, de nuestros deseos. He tenido y he visto momentos, cuando llega la duda a la mente de alguien, y se comienza a perder la esperanza, es entonces cuando nuestros pensamientos tienen un compañero que nubla el camino. He experimentado en mi mente un mar de ideas que viven como peces dentro de un océano, pero como todo océano posee sus oquedades oscuras, donde existir se convierte en un acto de fe, moverse sin rumbo ni dirección parece ser la única solución. ¿Cómo saber que cuando tocan la puerta es “sin rostro”? ¿Cómo combatir a un enemigo que tiene su razón de ser en lo desconocido, en la ignorancia, en la incertidumbre?, bien dice un ilustre semiólogo mexicano: “El origen de todos nuestros
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males radica en la ignorancia de nosotros mismos” (Alfredo Ruiz Soto). Existen diferentes formas de invitar a salir a “sin rostro” de nuestra mente. Hay quienes prefieren cerrar los ojos y confiar en que todo estará bien, que el tiempo se encargará de resolver todo a su paso; también los hay aquellos que le dan tantas vueltas al trasunto, tantas e inauditas piruetas que el asunto comienza a perder sentido y por ende deja de ser importante y pasa a un segundo plano, al plano del olvido; algunos otros prefieren de alguna forma investigar más hasta tener mayor conocimiento y comenzar a ganarle terreno mental a “sin rostro”, o aquéllos que cuando se encuentran en un punto de conflicto prefieren evitarlo de una u otra forma, pero “sin rostro” sigue oculto en algún rincón de casa. He visto y experimentado como la duda emana como frijol mágico, sin límites y de acelerado crecimiento, tremendo árbol perdiéndose entre las nubes, todos somos Juanito el de los frijoles mágicos, queriendo vacas en vez de frijoles en ese momento. También he experimentado y visto como la duda se contagia, virus letal sin antídoto, para todos nosotros que nos desconocemos en ciertos aspectos; no hay vacuna que prevenga la duda, es la confianza y seguridad, la medicina que contrarresta sus efectos, pero no puede usarse en todos los casos, ya que como mencioné en un principio, sólo aquel que lo sabe todo es inmune a tales efectos. La posibilidad de contraer el virus es siempre latente, tal como células cancerígenas que todos poseemos, o contagiados por alguien más, aquellos quienes no sólo permiten entrar al huésped a su mente, sino que dejan abierta su puerta para que salga como cristiano tocando de puerta en puerta en espera de posada. El “sin rostro” vive en cada uno de nosotros por lapsos de tiempo indefinidos y en tiempos sin previo aviso.
Enemigo no deseable Has olvidado la amistad Te has alimentado de mi paz Viviendo de mĂ tempestad Esta noche permĂteme descansar. Benito Govea
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La experiencia de viajar a través del cuerpo, las emociones y el arte
Yo soy un cuerpo Yo soy una emoción Yo soy un alma Yo soy un ser encontrándose a cada instante, conmigo Soy.
Un día me invitaron a ver arte. Yo me resistí y me pregunté ¿por qué yo? En fin, yo de arte no conocía prácticamente nada y curiosamente hoy resulta que sigo sin conocer nada. Que sólo sé que estoy aprendiendo a observar, a sentir, a expresar. Hoy me doy cuenta que este don, que en muchos instantes creí que era un defecto y debilidad, hoy resulta ser un gran aliado en mi vida; estoy hablando del sentir.
Sentía, Sentía, Sentía.
Pero no sabía cómo manejarlo, cómo expresarlo, cómo sacarle lo mejor a ese sentir. Sentir que vivo o sentir que río Sentir que lloro o sentir que duele Sentir al otro, a los otros, sentirme a mí Sentir, Sentir, Sentir.
Gracias, gracias, porque sentir me conectaba todo el tiempo con mi cuerpo, con mis fluidos, con mis ruidos, con mis reacciones musculares, con mis pensamientos, con mis gestos, con mis sentidos. Con todo esto que me conforma y da forma; hoy siento un profundo afecto hacia al arte, a ese mundo donde todo resulta posible, a ese universo mágico que me enseñó y me sigue enseñando a través de mis sentidos a proyectar todo lo que siento. Cuando veo una pieza de arte, una pintura, una obra arquitectónica, un paisaje, una creación de la naturaleza, de la vida, como el cuerpo de un ser, v i b r o, el cuerpo que, sea de quien sea, todos los cuerpos son para mí eso una verdadera obra de arte. Trabajar con el cuerpo para mí es como una frase que atribuyo al Buda:”trabajar con la envoltura humana es trabajar con Él, con Dios, con lo Divino.” Y todo esto lo descubrí un día en la sala de Oaxaca del Museo de Antropología. Al tener un encuentro con una pieza misteriosa para mí; se trataba de un recipiente para recolectar agua, pero maravillosamente se conformaba por la pelvis y columna vertebral de un cuerpo humano. Me quedé sin aliento y experimenté una sensación en mi propia columna que me invitaba a estar en una postura erguida y recta. Inmediatamente me enderecé y respiré hondo, profundamente. Pude percibir que la pieza me llamaba e invitaba a conocerla, acercarme a ella para observarla. Pude entonces escribir sobre ella, dedicarle mi atención, mi emoción, mi sentir.
Hoy la recuerdo. Espero hacerlo por el resto de mi existencia, ya que a través de esa emoción, que me llamó la atención, me di cuenta de lo extraordinario que puede ser el cuerpo, que somos una creación perfecta del universo; vi entonces cómo la pelvis se asemeja a una mariposa emprendiendo el vuelo y, a través de ella, iniciar el ascenso hacia lo divino recorriendo desde el coxis, hasta las cervicales todo un cúmulo de energía, de vida, de fuerza, de fuego, calor, vibración y todo esto en un ir y venir del aliento divino, del pranao chi, del kundalini, de la serpiente hermosa, voces para llamar a lo mismo en diferentes culturas, La respiración, inhalación-exhalación, la chispa divina que se genera en la creación de un ser cuando nace a la vida. Vi también la postura y observé los cuerpos, mi cuerpo y me di cuenta que la postura que tengo ante la vida es el reflejo de mi columna: una columna erguida, libre de toxinas, ágil, flexible, fuerte. Y vi también cómo la fuerza de la madre tierra asciende desde nuestros pies hacia la bóveda celeste, nuestra coronilla. Me emocionó tanto esa pieza. Sentí un profundo respeto por mi cuerpo y el de los demás. Y aprendí que nuestros antepasados eran unos artistas increíbles que me invitaban a experimentarlo. Cada oportunidad de encontrarme delante de una pieza o códice del México antiguo, encontrarme con mi cultura, con la raíz, la semilla, es una oportunidad extraordinaria de aterrizar el conocimiento al entorno inmediato para aterrizarme. YO sembrándome en tierra fértil, tierra viva, asombrándome de mi cuerpo, que se mueve solo, mi cuerpo es el reflejo de la mecanicidad,
los órganos trabajan y yo no intervengo en ese proceso, mi cuerpo es autónomo y se regula a sí mismo, por sí solo se mueve, se autorregula, crece, actúa y se desarrolla. Por eso, YO creo en mi tiempo y espacio los movimientos necesarios, rítmicos, acordes a la armonía propia y del entorno, para ser y estar. Aquí y ahora, así poder dar lo que tengo, lo que soy, a los demás, a mí, a él. Si lo que escribo es para descubrirme y me lo auto expongo, me lo leo a mí misma, para darme cuenta de que no estoy loca. Puedo escribir mi propia historia, me siento viva y me permito utilizar la sensibilidad para gozar la vida, llegar al éxtasis. La sensibilidad entonces es un paso más para la autoconstrucción.
Guadalupe D´Luna
[Servidora del Arte, la Cultura y el Masaje]
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PrimatoPoesĂa
Oda a los zapatos para correr jack Fante [pag 34]
El desvelado Chris Becerra Piquinotti [pag 38]
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Oda a los zapatos para correr Ella era mejor que yo, nada nuevo, después de un tiempo, uno se acostumbra a que todos lo sean, por buenas o por malas razones, o por ninguna razón, simplemente, alguien tiene que ser el culo blando y el pedo sangriento, para que el Universo pueda demostrar la diferencia. Es filosofía pura y dura. Dialéctica. Y disfruto ser necesario en este mundo. “La vida da muchas vueltas”. Y siempre me las arreglo para volver a caer abajo. Lo cual no es tan sencillo como podéis ser invitados a creer. Es difícil. “Cualquier idiota puede ser un buen perdedor” Lo complicado es aprender a triunfar. Estar como Alí en la pelea de la “Guerra en la Jungla” en 1974. Contra las cuerdas con un hombre más joven y los cojones encogidos de terror. Recibir puñetes por diez o doce o los asaltos que sean necesarios. Saber que orinarás sangre después de la pelea.
Que mientras las rondas de la danza de tres minutos continúan. Tú eres cada vez más consciente de que un señor llamado Parkinson se apropia de tu mente. Y por alguna razón. Extraña. Sacas dos o tres golpes y el chico joven se va al suelo. No se levanta. Todos gritan. Lloran. Sonríen. Se rasgan las vestiduras. Cobran sus apuestas. Te restan una cantidad grosera de tu salario en impuestos por la batalla. Pellizcan el culo de putas que nunca podrás pagar. Mierda. Y tú repites como autómata. – ¡Malditos caníbales, ¿por qué no lo detenían?, no le gané sólo quería salvar mi puta vida! – Nadie lanzó la toalla. Tu second estaba dándose líneas de “perico” en el vestidor. Con un adelanto de sus apuestas… contra ti. Nadie te escucha ni les importa. El destino obra para que seas el ganador.
Y después meterte un cuchillo en el costado. O varios. Pregunten a Julio César. “¿Et tu Brute?” Le metieron puñaladas hasta en las pelotas. De acuerdo, acaben conmigo, pero dejen las pelotas en paz, sólo jugaron su juego, nunca tanto como hubiera deseado, donde quieras pero no en las pelotas, de eso vivo. Estoy leyendo un libro que encontré tirado en la calle. “Vidas de los Doce Césares”. Un tipo llamado Suetonio. Y todas esas historias de matanzas. Me ayudan a comprender la situación. Más que los años en terapia de pareja. Así. Con ella todo era o la Pax Romana, o Stalingrado, invadido por alemanes drogados en tinas de champaña y gas mostaza. Sin medias tintas. Huevos blandos. Mujerucas abnegadas. Colmillos sin filos.
Ella dice: “El amor no es suficiente”. Tiene razón. Para bien o para mal. Yo escucho su sabiduría. Y me callo el hocico. Era una dama que tenía que cortarte los huevos, era su forma de amar, sin maldad alguna, podía cortártelos suavemente, como el agua caliente en la regadera, cuando estás aterido, después de seis horas de estar cavando en el fango de Polanco bajo la lluvia, construyendo para Slim y su pandilla judeo – árabe. las Ladies se ríen y te escupen: – ¡Pinche asalariado! – Y te lanzan kotex usados, Y los recoges porque sabes que es lo más cerca que estarás de una mujer, En casa los acercas a tu nariz y los olfateas profundo, los lames, tienes tanto sin venirte que la leche fluye imparable, con sólo un sorbo de té de tampón. espero me lancen más mañana… volviendo a ella, podía esperar meses, para después soltarte algún recuerdo,
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tomar tus locuras, confidencias, miedos, resentimientos, pasado, ex parejas, o las suyas: “fulano la tenía más grande que tú”, – comenzaba sus anécdotas – “más pelos en el pecho, estás demasiado lampiño pareces un puto conejo recién parido”, – otro – “¿él?, “está increíbleeeee” – alargaba la última vocal – casi me mata con la polla, no es broma, era fisicoculturista, le rogaba que no me diera más, me hacía daño de verdad”, – Uno más – “era quarterback del equipo, cogía sin quitarse el uniforme, a veces traía al centro y entonces sí que metían touchdowns en ambos lados de la cancha”, -La lista sigue- “ese hacía cine, filmamos varias películas de cine de arte, yo era la doble porno digamos, ganó una beca con eso y luego me dejó, era un artista y un triunfador,” “aquél era atleta todo un Iron Man, y también la tenía de hierro, la boca me sabía a metal todo el día, tengo su foto de perfil en mi muro, te la comparto a tu tuiter.” “uy ese era líder de la porra de mi equipo de fútbol preferido, me hizo parte de la barra, “Soy su nalga” y una flecha a la derecha, decía mi propia camiseta con los logos del equipo y de nuestra porra,
él siempre a mí derecha, se empedaba y se quitaba la suya en el estadio, sí el equipo ganaba cogía con otra y me mandaba fotos a mi muro en Facebook, si empataban me tocaba mega cogida y si perdía tenía que chupársela, era muy hombre la verdad, nuestro equipo era bueno, salió campeón, ganó muchos partidos, a ti no te gusta el fútbol, ¿cierto?…” “casi lo olvido, tuve uno, gordo y prieto pero no soy racista, – y luego me gritaba – ¡Así me gustan! Eres demasiado blanco y pareces un perro flaco, él me divertía y no me complicaba, creo que quería bajar de peso follándome, era tan tenaz, lo admiraba por ello, aunque le rogaba con medios gemidos: “¡Basta, basta papi ya no por favor!” No paraba. Me desmayaba y volvía muchos minutos después… y él seguía dándole a la cosa,” “Hubo uno medio impotente, pero descubrí que le gustaba coger en el templo, éramos de la misma religión, en ese tiempo me volví una beata, yo lo iba a buscar casi todos los días, la boca le olía a meados, – me caga que siempre estés de buscona – me decía, pero en el templo, con todo respeto: Él era Dios.” – Y se santiguaba para no ofender al CEO del Multiverso.– “¿oye te conté de Zutano?, tenía una hija y una ex esposa que no podía dejar de pensar, pero todo era sencillo con él, “el easy going”, lo amé muchos años antes y lo volví a amar muchos años después, creo que todavía lo amo. ¿Crees que ya se haya olvidado de su esposa?”
– Es probable – le decía invariablemente. Podía seguir por horas. Y lo hacía. Pero al cansarse, preguntaba: ¿y tú qué cuentas? – Pues mis historias son casi todas de horror y sexo… y casi siempre más de horror que de sexo. – contestaba impertérrito. Me tocaba hablar a mí, pero siempre salía con algo como: - Se oye bien pero aburrido basta de plática, es tardísimo y estoy cansada, me duele la cabeza y estar contigo me produce colitis. ¡Nos vemos! – Yo apreciaba toda esta castración. No era masoquismo. Aprendizaje. Me recordaba de qué está hecho el amor. Y entonces sí que agradecía que nunca fuera suficiente. Que tal vez había otra cosa. La cosa que estaba más allá del amor y que verdaderamente era feliz como la leche y la miel. O los sándwiches de jamón de pavo, mucha mayonesa y café negro con azúcar. “La Cosa” como el monstruo invisible de la película esa en la Antártida.
Despiertas una mañana, bebes la mitad de una lata de cerveza tibia de quién sabe quién dejada la noche anterior y sabes que ya no hay amor en ti para ella. Y sigues ahí, la lata vacía en la mano, recuerdas que no hay gas. Guardas la lata en la bolsa de cosas de aluminio para vender por kilo. Todo será lo mismo. “El amor no es suficiente”. Te quedarás ahí. Y sabes que de ese día en adelante, será como un maratón de por vida, con apestosas ampollas abiertas en los pies y salitre líquido dentro de ellas para siempre. El verdadero pie de atleta. Crudo, en ayunas, con hemorroides, sin trabajo, sin paga, sin pasta y ensaladas, ni cenas alrededor de lagos azules. Agradeces tener zapatos para correr.
jack Fante.
La amo demasiado. Lo sé y no me importa. Ella también lo sabe… Y tampoco le importa. Estamos a mano. Eso sí, invariablemente,
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El desvelado
Romántico incansable, melancólico compulsivo mitad alcohol mitad sangre soy todo aquello que no es mío.
Soy uno de los bohemios de aquella noche vieja, soy “la pata del perro cojo” soy el enamorado profeta.
Soy escritor, soy culpable y hace un tiempo fugitivo de los prejuicios del arte del ¿Qué dirán mis amigos?
Soy “El circo se marcha” soy las rimas de Peza soy Rafael de León soy Lorca y su tristeza.
Mis prosas son huérfanas por lo menos, lo habían sido y todo solo por vergüenza, por lo que aprendí de niño.
Un potosino poeta, vaya cosa más extraña, seguro copia de Bocanegra o bebedor de Malasaña.
¡Los poetas son locos! vagabundos o perdidos. mientras mis días vividos de poeta no son pocos.
No soy un hombre cualquiera eso sí lo tengo claro, por mis constantes ojeras me dicen “el desvelado”.
Y ya no quiero callarlo ya me he dado por vencido no quiero seguir siendo el mismo que nunca he sido.
Soy un amante de la rima con una paranoia espantosa me gusta todo lo que lastima amo mi vida aparatosa.
Chris Becerra Piquinotti
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ยกEu re ka!
Facebook o la Espuma evanescente Rubén Flores M. [pag 42]
Madiba: The last stand hero Leia Solo [pag 50]
Una reflexión sobre el tema del cuerpo: Artaud y el cuerpo sin órganos Juan Carlos Flores [pag 52]
LEO Y NO EL ZoDÍACO Soft [pag 54]
Ceder el paso al peatón es otra historia: la educación vial antecede a su cultura Gerardo Sánchez [pag 56]
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Facebook o la Espuma evanescente
“¡ELIMINEN MIS DESEOS, BORREN MIS IDEALES,MUÉSTRENME ALGO ME JOR, ENTONCES ME IRÉCON USTEDES!” F. D o s t o i e v s k i
Bien podría ser ése el leitmotive -pensaríamos sin ambages- de aquellos los apátridas y outsiders de las redes sociales. Y probablemente así sea. Sin embargo, también sería factible que el epígrafe pudiera signar la lógica que subyace en la dinamia de una red social. No se trata, en modo alguno, de formalizar una diatriba en torno al fenómeno de las redes sociales –especialmente acerca de Facebook–, pues de hacerlo ineluctablemente se caería en el impasse de los abordajes que se resbalan en los esquematismos dualistas, cuya columna vertebral se finca en una falacia de tipo “falso dilema”: O estás a favor o en contra de Facebook, v. gr., lo cual derivaría en una reflexión que se cierne sobre sí misma a la manera de una cresta de una ola gigante que cae atrapando al bañista. La consecuencia de un abordaje de este tipo comportaría entonces una crasa contradicción –en el fondo falsa, por la explanación esquemática dualista- que se enunciaría: “¡¿Cómo es que se hace una crítica a Facebook que deja ver una clara oposición, cuando al mismo tiempo se es miembro de dicha comunidad?!”. La objeción resulta legítima desde el prisma del esquematismo binario (a favor o en contra), pero nuestra reflexión pretende dislocar esa lógica reduccionista que fácilmente puede ser cuestionada desde la égida del utilitarismo tecnológico. Porque, ¿quién no podría aseverar en estos tiempos que las redes sociales no tienen una “benéfica” utilidad? Pero, al mismo tiempo, resultaría francamente absurdo formular una sentencia del tipo contrario: “Facebook es nocivo, pernicioso, enajenante…”, antes por el contrario; no tardaría en hacerse escuchar la proclama de la “utilidad” en su defensa. De circunscribir la reflexión en un discurso esquemático, se tendría la dicotomía dualista que no haría otra cosa que esgrimir argumentos que apoyen ambas posturas. Siendo así, de lo que se trata es de dirigir la reflexión más allá de los lugares comunes que merodean el tema de las redes sociales. Así que no es nuestro interés aquí erigir monumentos del denuesto ni cánticos apologéticos acerca de Facebook, sino analizar de manera crítica la lógica que se despliega bajo esta red social, situándonos para tal efecto en coordenadas no binarias que nos brinden elementos para la reflexión concienzuda. Para nuestro cometido retomaremos, por un lado, algunas consideraciones filosóficas de P. Sloterdijk y S. Žižek y, por otro, planteamientos psicoanalíticos de J. Lacan, que en su conjunto podrán constituir un magma para poder pensar desde otro lugar el fenómeno Facebook en su vasta complejidad.
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Forman parte ya de la geografía urbana escenas como éstas: Un individuo extraviado en los confines de su móvil, mientras camina y revisa rápidamente su Facebook, o algún otro que aposentado en un café –de esos snobs - se sitúa detrás de una súper Mac para publicar in situ que está en tal lugar disfrutando de un delicioso capuchino, o un grupo de amigos en plena reunión, quienes portan cada uno en mano sus lujosos iPhone, sus Smart, sus Xperia, sus Blackberry… conectados a la gran red, interactúan con los otros virtuales al tiempo que conversan –pretendidamente- con los amigos, o una pareja comiendo en un restaurante, cuya “convivencia” es representada por el parpadeo del móvil conectado. ¡Qué bellos cuadros, que bien podrían ilustrar la ilusión de lo hiperreal de la comunicación!, pero ¿qué imperativo es éste el de tener la trepidante necesidad de estar comunicado con el otro?, ¿qué es aquello inefable que nos comanda para coger el móvil, la tablet…, y nos impele a conectarnos para saber de los otros? No nos entretengamos con hueras respuestas que se insertan en el mismo escenario donde todo esto se despliega, bajo la reproductividad del sistema que pondera en la economía de mercado. Siquiera hurguemos en los discursos que hacen de supuesto contrapeso y que constituyen el corpus de las críticas que, paradójicamente, galopan sobre el lomo del caballo que, con rigurosísima simultaneidad, fustigan con sus diatribas. Estos discursos, además, hacen patente el hecho, consustancial en esencia, de que cada acontecimiento que trae consigo un impacto novedoso y revolucionario. Está emparejado con la reticencia al cambio –provocado por el miedo, según esta manera ingenua de plantear las cosas- que deriva en críticas espolvoreadas al momento. Baste recordar, por ejemplo, aquellas críticas que se cernieron alrededor de la radio o la televisión como medios de alienación masiva. Más allá de los discursos periféricos que proclaman las bondades o las perversidades de Facebook, dirijamos el faro crítico e introspectivo hacia
la siguiente cuestión: ¿Qué es aquello inefable que nos coacciona con una violencia sutil y refinada a estar anclados a la comunidad virtual? Partamos de una metáfora acuñada por el filósofo alemán P. Sloterdijk para tratar de comprender el fenómeno Facebook. Sloterdijk desarrolla la metáfora del Palacio de Cristal para realizar un análisis filosófico-arquitectónico que da cuenta de cómo el capitalismo liberal encarna una particular voluntad de excluir el mundo exterior, de retirarse en un interior absoluto, confortable, decorado, suficientemente grande como para que no se perciba el encierro. La transparencia del Palacio crea, así, una fantástica ilusión en los habitantes de los márgenes de poder participar de su confort y seguridad. El Palacio se hace desear, se propone como ideal de desarrollo para los “perdedores de la Historia” ocultando las fronteras que los dividen, invisibilizando sus rigurosas medidas de control. Una de las claves para poder comprender el fenómeno Facebook radica, precisamente, en la exclusión de lo exterior y en el refugio en la interioridad que éste trae aparejado. Bajo la mascarada de la comunicación a nivel global, se cree que se ha conquistado el espacio abierto, sin límites ni prohibiciones. Nada se interpone para que un individuo pueda ir más allá (a través de un click) –en la dimensión virtual, claro está- de su propio espacio; así, se fantasea que lo macro se ha expugnado. Y ello no es sino un reverbero del Palacio que en su traslucidez vislumbra un más allá como un espacio interiorizado. De ahí la idea de que el espacio exterior ha quedado elidido de la geografía humana; todo lo exterior ha sido internalizado, mimetizado y encarnado en un sí mismo. Por lo que la experiencia de la interioridad se absolutiza proclamando una patria que coloniza desde dentro todo lo aparentemente externo. Con propiedad, la metáfora del Palacio alecciona acerca de lo que ha ocurrido en el capitalismo liberal con
la concepción del espacio: no hay un más allá que sea mediado por el emporio de un más acá interno que devora y borra las fronteras del espacio, éste ha sido simplemente extinguido por la suplantación de un no-espacio, un átoposque se instala en la experiencia exacerbada de la subjetividad radical. Porque, ¿acaso existe un imposible para un cibernauta que, desde la aridez de su orfandad, gravita en los confines de la bóveda virtual? Esto signa, indefectiblemente, una globalización a otro nivel. Para Sloterdijk (2007) la globalización tiene que ver con la elisión del espacio (exterior) –se ha conquistado el espacio cósmico y el terrestre/marítimo por medio de la alquimia de los cliks, los parpadeos y los ringtones que pulsan con la celeridad que delinea la “comunicación” en una red social, e. gr.- y la extensión del imperio interior, lo cual no es sino la representación de una tercera globalización que designa el encuentro y la con-fusión de dos globalidades anteriores: lo exterior (lo cósmico y lo terrestre/ marítimo) y lo interior, es decir; la subjetividad (p. 31). Esta tercera globalización se nos aparece como la colonización del territorio interior. Lo que antes era historia de expediciones, periplos enigmáticos y aventuras e intrusiones referidas a lo exterior ahora es descubrimiento de la interioridad proyectada hacia un afuera que halla su correlato en un adentro muy íntimo. Y como consecuencia inmediata se ha generado un tránsito vertiginoso: El paso caótico de un reino de la necesidad a un reino de la libertad donde la “comunicación virtual” ya no es una herramienta sino un constitutivo ontológico de las relaciones sociales, un medio de descarga generalizada sobre la base del bienestar en un parlamento ficticio que sustituye el monoteísmo por el pluriteísmo; todos somos la comunidad Facebook. La “comunicación virtual”, en consecuencia ha venido a ser un constitutivo ontológico, un andamiaje estructural del “estar-ahí-en-el-mundo” del sujeto contemporáneo, sin el cual sería imposible su acontecer contemporáneo.
Allende de lo palmario de la experiencia posmoderna que ha sido vectorizada por esta tercera globalización –característica fundamental del capitalismo liberal-, los lances de la conquista de la interioridad supone la deserción “del mundo exterior para cultivarse a sí mismos e introducirse al invernadero del confort convertido hoy en el gran útero de la felicidad paradójica” (Sloterdijk, 2007: p. 51). Pero la factura de subyugar lo interior se endosa en una novedosa condición del sujeto que en el fondo soterra la paradoja ontológica de lo íntimo y lo abierto. Lo que antes solía caer bajo el dominio de lo íntimo, ahora mediante las redes sociales como Facebook es expresión que se publicita en lo exterior y tal constreñimiento tiende a no dejar nada fuera. Es así como esa conquista de lo interior socava lo más íntimo del sujeto: un ruptura amorosa, una secreta pasión, un ligero error cometido en el colegio o en el trabajo, el deceso de algún ser querido, el último paseo realizado, la francachela del fin de semana, etcétera; todo es material publicable en Facebook. Así que lo íntimo, que está emparentado con lo interior, se ha transformado en lo exterior, en ese gran espacio abierto del que todo se sabe, absolutizando el gran reino de la intimidad. Y es así como surge lo que Sloterdijk denomina Posthistorie. Quizás no dejaría de sorprender a un Orwell y su distópica 1984 la existencia de un dispositivopanóptico, remedo de aquél Big Brother que devora la intimidad de los hombres, que goza de la popularidad como Facebook. Pero el asombro, ominoso desde nuestra perspectiva, es que a diferencia de aquélla distopía orwelliana la que ahora se vive con esta gran red social es el factor del voluntarismo que vehiculiza la dinámica de Facebook; Big Brother no daba tregua, la volición de estar sometidos a su poder era borrada, simplemente no había opción. Con esta inusitada distopía hiperreal, la voluntad se convierte en un servilismo del tipo esclavis-
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ta, donde la lógica del Amo y del esclavo se presenta bajo el camuflaje de las libertades democráticas. Esto es algo característico de la Posthistorie. La Posthistoriees concebida por nuestro filósofo (2007) como el conjunto de relatos que se entretejen en el espacio abierto y que matizan “la absorción interna que nos permite la climatización artificial –la del Palacio de Cristal– en el que la inmanencia del poder decir [el poder escribir “todo”] atrae a la vida en todas sus manifestaciones. El ciudadano poshistórico se encuentra así en una permanente des-limitación de sus facultades, en un constante viaje interior hacia la conciencia de poder obtener siempre más beneficio” (p. 24). De lo que se puede colegir que el ciudadano posthistórico habita un continente artificial dinamizado y animado por el confort. Pero, ¿cómo pensar ese continente donde impera el confort y la seguridad del “decir-escribir-todo” en Facebook que le confiere identidad al ciudadano? La respuesta la hallamos en una categoría de la que se vale el filósofo alemán para elucidar la compleja red de interrelaciones que establece un ciudadano en el Palacio de Cristal. Las Espumas simbolizan, siguiendo con la tesis propuesta por Sloterdijk en Esferas III, los círculos de expansión y movimiento de las múltiples esferas en las que –al modo de celdillas de enclaustramiento– los sujetos se trasladan y aglomeran hasta formar espumas evanescentes donde establecen complejas interrelaciones. Desde esta perspectiva, Facebook puede figurar como un conjunto de burbujas (individuos, comunidades de todo tipo, parejas, vendedores y compradores agrupados, etcétera) que conforma la espuma evanescente que designa las infinitas y complejas interrelaciones humanas que configuran una gran red donde –a la manera de una partícula en un acelerador de laboratorio- no existe salida posible, porque el espacio abierto –el techo del Palacio- es precisamente la red social. Las innumerables interrelaciones que se establecen en esa gran red crean, a su vez, intersticios, burbujas que se desvanecen en el aire de lo temporal.
La comunidad, en consecuencia, no es más que la espuma que reúne un conjunto de burbujas que exacerban la interioridad fusionada con lo real (i. e. la realidad) del espacio exterior subrogado. El discurso producido por las redes sociales fantasea que las burbujas se “conectan” en la gran red para comunicarse, pero la paradoja de Facebook es que tal “comunicación” no es sino un efecto de aislamiento conectado, donde cada burbuja –desde la soledad que le circunda como una segunda epidermis- establece una diversidad de conexiones, una constante movilidad de los puntos conectados en la gran red, pero sin llegar a ninguna parte. Aislamiento y movilidad en el espacio que despliega la comunidad porosa como la espuma que es en sí misma. Y todo esto acontece en un mundo que, pese a los discursos que pregonan la era de la globalización, se disloca lentamente en virtud del desplome de la imagen centralizada del globo unitario. Una ausencia de toda visión panóptica, de toda metáfora integradora que de cohesión a las burbujas atomizadas y en flujo constante de dispersión. Porque en Facebook, en tanto espuma evanescente, todo es centro, por lo que en el fondo no puede existir un verdadero centro. Allí donde todo emite –cada burbuja es emisora de “mensajes”-, el supuesto centro emisor se pierde entre los mensajes imbricados, reduciendo entonces el “acto comunicativo” a una circulación fantasmática de significantes que se extravían en los eriales del Otro. Y es aquí, precisamente, donde algunos planteamientos lacanianos pueden orientarnos para comprender el fenómeno Facebook. Retomemos nuestras interrogantes rectoras: ¿Qué imperativo nos coacciona a tener la “urgente” necesidad de estar comunicados –vía Facebook- con el otro?, ¿qué es aquello inefable que nos comanda para coger el móvil, la tablet, la portátil…, y nos impele a conectarnos para saber de los otros? Una de las dolorosas enseñanzas
del psicoanálisis es la de advertirnos que el sujeto se halla barrado, escindido o en falta; esto es, el “no todo” se plasma en la condición ontológica del sujeto. Sin embargo, éste no aprenderá tan fácil aquella lección, pues tratará de situarse en la posición que, imaginariamente, le evoque su estado –mítico, ya que nunca aconteció en el orden de lo fáctico- de completitud. De esta forma, acumular una montaña de músculos para ser el individuo más atractivo, realizarse cirugías estéticas para ser la más linda, atesorar grandes fortunas para ser el más exitoso, fundar grupos en pro de alguna causa para ser el más benevolente, etc.; no son sino instantáneas de la tachadura que el sujeto lleva tatuada en su ser-en-falta, porque en todo caso se trata de ser-más, “ser más” porque no alcanza con lo que se es. Y no tiene que ver esto con un estado de insatisfacción o, menos aún, con lo que ciertos discursos nominan bajo los conceptos “clínicos” de auto-minusvalía o “baja autoestima”, no; ello es inherente a la constitución ontológica signada por el déficit que nos define como sujetos en falta. ¿Cómo ubicar Facebook desde la falta constitutiva del sujeto? Si el psicoanálisis nos alecciona en el hecho de que el sujeto –la burbuja aislada- busca siempre en el Otro lo que le de su sentido y su soporte en la existencia, y ésta búsqueda encuentra su pivote en diferentes sujetos que ocupan el lugar de ese A, entonces es legítimo pensar a Facebook como ese gran Otro que sostiene, al modo de una ortopedia ontológica, a los otros conectados a la gran red. No obstante, ese gran A coloca al sujeto en la lógica perversa de ser eso que lo completaría; i. e. como objeto, pero lo lamentable es que ninguno de los dos (A y a) es lo que el “otro” espera de él, son movimientos que desembocan en la decepción y desde ahí llevan por la constitución del sujeto como sujeto de la falta a partir de Otro barrado (A). Desde estas coordenadas, Facebook aparece, entonces, como el A habitado por el goce (un Otro sin falta, inscripto en la completitud), por lo que coloca al sujeto en ese derrotero del goce. Así, el sujeto aparece como
siendo lo que realmente –esto es, en el registro de lo imaginario- completaría al Otro al estar conectado a la gran red y formar parte de la comunidad, comunidad que configuraría la completitud de ese A no escindido. Dialéctica sin fin que establece un circuito que gira sobre el vacío que subyace en cada burbuja. Facebook dicta, en tanto Otro sin tachadura –sin falta-, como gran Amo encarnado el imperativo del superyó: ¡Goza sin límites! Esa es la consigna de esta gran comunidad. La “perversidad”, a juicio de Žižek, extendida bajo una mascarada “inofensiva” que –se dice- “no afecta a nadie”. Porque, ¿quién podría aseverar ahora que las redes sociales son “perversas”? Sería francamente ridículo formular una sentencia de ese tipo; sino todo lo contrario; no tardarían en hacerse escuchar las apologías vindicatorias que preconizan la “utilidad” de las redes sociales como Facebook. Y eso no es la cuestión fundamental para Žižek. Lo que está en juego es lo que éstas simbolizan: Una red, una red que atrapa en el circuito del goce al servicio del Amo: Del Otro, a quien se le ofrenda la economía de la palabra, palabra que se empobrece a medida que circula por la red, pues bajo la égida del imperativo superyoico -¡Goza sin límites!- no hay palabra que alcance para tributar al Amo, al Otro, esto es; nunca serán suficientes las publicaciones para Facebook, siempre se “necesitará más”1. Por eso el reverso de la necesidad de estar conectados a Facebook para saber del “otro”, está representado por la lógica del Amo a quien se quinta con la palabra: ¿A quién, entonces, van dirigidos los mensajes y las publicitaciones en Facebook? Se pensaría sin reparo alguno que a los “otros”, los prójimos; empero desde la lógica del Amo –el gran Otro- que comanda el deseo de las burbujas aisladas, los mensajes y, en última instancia, la palabra misma está di1 Por eso la imperiosa necesidad de “tener más amigos”, más likes que den la certeza de tener un lugar en la comunidad.
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rigida al Amo, a ese tesoro de los significantes donde el sujeto toma y atrapa los significantes que le estructurarán su subjetividad, su estar-en-el-mundo frente al vacío que le precede. Y es aquí donde se vislumbra el circuito perverso que impera en Facebook, pues la necesidad que se troca en compulsión está al servicio del Otro que gobierna el deseo del sujeto. La espuma –la comunidad- es ahora un plexo de burbujas conectadas al deseo de A, de un Otro que goza sin límites a través de los significantes que mama como la savia de la cual se nutre para seguir decretando el imperativo superyoico. La dinamia de Facebook es perversa no al modo del mal, esto es; no en un sentido moral, sino desde el enfoque psicoanalítico, por el hecho mismo que el sujeto se interroga –sin saber que lo hace- si le queda oportunidad de que algo haya escapado en la disyunción cuerpo-goce, establecida por la falta y la inscripción del Nombre del Padre, esto es; la chance de que todo el cuerpo no haya sido tomado en el proceso de alienación enquistado en el goce del Otro en ese proceso que desgarra el cuerpo del goce. Siendo así, el sujeto se interroga “sin jamás captarla más que de una manera parcial” (Lacan, 2000: inédito-ficha EFBA), acerca del resto que quedó elidido al momento de ser inscripto en la dimensión de lo simbólico, interrogar en torno de ese “algo más” –el Das Ding, la Cosa del Mundo- que es del orden de lo prohibido para todo ser hablante. Lo perverso entonces radica en que el sujeto, como miembro de la gran comunidad, busca -sin saberlo- reencontrar el goce del Otro, del Amo que le gobierna desde dentro y le impele a desear saber-acerca-del-otro, a ¡gozar sin límites en el espacio de la palabra vacía que se dirige al A que es Facebook! Tratar de hallar la completitud formando parte de la comunidad, de trascender la tachadura en virtud de la palabra escrita que se publica en la gran red social denominada Facebook. Pero, ¿cuál la resultante de todo esto? Una fortísima incidencia ontológica.
Desde algunos críticos del Capitalismo Liberal, como Sloterdijk y Žižek, se pueden concebir las “redes sociales” como las nuevas formas de ser y estar en el mundo o las nuevas maneras de asumir la existencia o refrendarla. Estamos al frente de un sujeto que no asume, de ningún modo, el hecho de su ser-en-falta, un tránsfuga del tiempo situado en la desgarradura de su mismidad; un nuevo espacio donde se tiene la ilusión de suplantar, imaginar o encontrar el rostro que de algún modo se ha ido perdiendo en la vida real (Facebook). Dicho de otro modo, frente a la gran red-comunidad siempre se está pendiendo de un hilo meramente imaginario: el monumento de lo ausente que, paradójicamente, está presente (una ausencia-presente, desde la lógica a-binaria con la que opera la reflexión psicoanalítica, a la manera de una banda Moebius): Aquello inevitablemente perdido que se paga como precio de ser-hablantes, i. e. sujetos insertos en las coordenadas de lo simbólico. Facebook se erige, desde esta óptica, como un nuevo espacio que pretende suprimir la barra que nos confiere el status de humanos y que origina una actitud compensadora (Homo compensator le llama O.Marquard) que ayuda como una prótesis ontológica a soportar los avatares de eso llamado vida. Como se puede colegir hasta ahora, lo que en el fondo representa la espuma evanescente nominada Facebook “es una seguridad de tipo existencial... La compulsión por estos aparatos no es otra cosa que la necesidad de una seguridad de existir y re-existir [o ‘rexistir’] por medio de los perfiles [sobrenombres, pseudónimos, alias] imaginarios todos ellos, que hablan más de lo que el sujeto carece desde dentro”2. Lo que es particularmente interesante pensar como nodo axial en el fenómeno Facebook es algo tremen2 Žižek, S. (2010, Diciembre 22). SlavojZizek: TheMatrix, o las dos caras de la perversión. Recuperado el 12 de junio de 2011, de http://elcinesigno.wordpress.com
damente revelador: El “otro” –la burbuja aislada- sólo puede ser descubierto como otro real, compelido hacia el gran Amo que lo anima, lo sostiene y le confiere un lugar en la Esfera. Bajo la égida de su dominio total, subyugado por el deseo del Otro, el sujeto se ha vuelto epidémico, en el sentido del efecto de“autodesdoblamiento” del uno en sí mismo y la multiplicidad de los “otros” interiores virtuales. Sólo ahora se hace patente, de modo general y público, el estrechamiento que media peligrosamente entre el “otro” narcisista de la reflexión en sí mismo y el “otro” trascendente del encuentro o desencuentro real con el gran Otro, formando una imaginaria totalidad –el Uno- indistinta en estado de asociación sonambúlica y de seminarcosis simbiótica. Las burbujas caen dentro de una fuerza centrífuga que dispersa a los sujetos, paradójicamente, a través de la globalidad de Facebook, separándolos y aislándolos -vía la conexión a la comunidad- en células de mundo propias y micrototalidades activo-pasivas. Y ésa es la existencia del sujeto contemporáneo, extraviado en su propio espacio abierto de intimidad exógena y arrojado a la Espuma Facebook sin la cual podría figurar como el hombre al que dirige sus críticas el Hombre del Subsuelo dostoievskiano: “… y por si fuera poco, toman por cordura su propia cobardía y se tranquilizan engañándose a sí mismos. ¡Hasta posiblemente resulte que esté yo más “vivo” que todos ustedes! ¡Vayan con más cuidado! ¡Ni siquiera sabemos en qué consisten las cosas vivas, ni qué es lo vivo, ni qué nombre tiene! ¡Déjenos solos y sin libros, y al momento nos extraviaremos, nos perderemos, no sabremos qué hacer ni dónde dirigirnos; qué amar y qué odiar, qué respetar y qué despreciar. Nos pesa ser hombres auténticos, de carne y hueso. Nos avergonzamos de ello, lo tomamos por algo deshonroso y nos esforzamos en convertirnos en una nueva
especie de seres omnihumanos. Hemos nacido muertos y hace tiempo que ya no procedemos de padres vivos, cosa que nos agrada cada vez más. Le estamos cogiendo gusto. Pronto inventaremos la manera de nacer de las ideas. Pero por ahora basta; no quiero escribir más desde el subsuelo… (Dostoievski, 2009: p. 82). BIBLIOGRAFÍA · Bourdieu, P. (1991).El sentido práctico. Madrid: Taurus. · Dostoievski, F. (2009). Memorias del subsuelo. Madrid: Cátedra. · Lacan, J. El Seminario 2: El Yo en la teoría freudiana y en la técnica psicoanalítica. Barcelona: Paidós. ______. El Seminario 14: La lógica del fantasma. Inédito-ficha EFBA. · Marquard, O. (2001). Filosofía de la compensación. Barcelona: Paidós. · Sloterdijk, P. (2007).En El Mundo Interior Del Capital: Para Una Teoría Filosófica de la Globalización. Madrid: Editorial Siruela. · Vásquez R., A. Sloterdijk y el imaginario de la Globalización; mundo sincrónico y conciertos de transferencia. AISTHESIS, no. 45, 2009. Revista SciELO. [Fecha de consulta: 01 de junio de 2013]. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071871812009000100011&script=sci_arttext · Žižek, S. (2006).LacrimaeRerum: Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio. Madrid: Debate. · Žižek, S.SlavojZizek: TheMatrix, o las dos caras de la perversión. El Cine Signo (en línea). 22 de diciembre de 2010. [Fecha de consulta: 12 de junio de 2011].Disponible en: <http://elcinesigno. wordpress.com>.
Rubén Flores M.
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Madiba: The last stand hero En mis años mozos solía pensar que el único “héroe épico” que había ganado una guerra revolucionaria digna, y que todavía se encontraba entre nosotros, era Fidel Castro. Sí, lo sé. Muchos podrán decir que hay demasiadas cosas en la frase anterior que se pueden criticar, sin embargo cuando las contradicciones resultantes de esta afirmación se agolpaban en mi mente, me decía a mi misma – y a veces a los interlocutores a quienes se los comentaba - : ¿Quién se le ha puesto al brinco a E.U. y ha salido avante en este sub continente que comienza debajo de Texas? La respuesta obvia y contundente siempre era “Nadie”. Claro está, después venían los “Sí, pero…”“Sin duda, pero yo preferiría…”“De qué sirve…”. Ha pasado tiempo desde que ese pensamiento se fue diluyendo entre reflexiones propias, golpes de realidad y demasiadas notas en televisión en donde se veían involucrados muchos modelos de pants Adidas. Al mismo tiempo, un nombre resurgía desde lo profundo de los vislumbres a la Historia contemporánea y me devolvía un poco la esperanza perdida en el desarrollo de las sociedades abnegadas a su destino (auto) impuesto y mal pagado. Tal nombre era Nelson Mandela. La injusticia en la vida cotidiana dentro de un Estado que ejerce la política del apartheid no resulta tan desconocida para nosotros, si se compara con los estragos sociales y económicos de siglos de dominación en varios niveles, acaecidos en un país mestizo
con una gran masa de población indígena marginada. Sin embargo, la realidad sudafricana tiene elementos particulares que, al mirar de cerca, se muestran tan graves como resultan y la cercanía temporal de su reciente emancipación los ponen en una perspectiva aún más dramática. Todos sabemos que hablando de dominación in situ o ultraoceánica, la población africana no la ha pasado nada bien. Las estrategias colonialistas europeas no se remitieron sólo a saquear la riqueza de África, sino a imponerse social, económica e ideológicamente. En el caso de Sudáfrica, la población negra convivía con la población europea en una relación de low/high en su propia tierra, la cual, hasta hace algunas décadas, era subsidiaria “legal” de Inglaterra y demás freelancers venidos del norte del Mediterráneo. Los movimientos libertarios nunca son resultados del trabajo y voluntad de una sola persona. Son procesos complejos que se van desarrollando en el devenir social y tienen momentos de convergencia con hombres, ideas, momentos y lugares. Las condiciones dadas para ellos siempre son diferentes, al igual que los resultados. Una lucha nunca es igual a otra y aunque se puede emular y tomar como ejemplo el camino tomado por una previa, éstas siempre difieren tanto en su raíz como en su fin. Sin embargo, dentro de estos mismos procesos, sujetos individuales comienzan a surgir por su forma de proceder, por la manera de llevar sus ideas a los hechos y tomar acciones que cambian el rumbo de la Historia. Este es el caso de Nelson Mandela. La reflexión sobre su entorno lo llevó desde muy joven a ser parte fundamental de varios movimientos, que si bien lo llevaron a la cárcel durante 27 años de
su vida, también pusieron las bases para fortalecer la lucha contra la injusta forma de vida a la que estaba sometida la población sudafricana sólo por el sólo hecho de ser de color. Todas las prácticas cotidianas, aún las más simples, se veían trastocadas por este hecho imponderable. Para las personas que por su situación precaria actual lo crean un viejito entrañable que sólo con discursos movió al mundo, o que lo recuerdan cada vez que ven a Morgan Freeman, quiero decirles que no, no fue el Gandhi de África. Aunque, en un algún momento trató de emular su lucha pacífica, el entorno hostil, vivir con un apartheid aplastante, aunado a las horas de estudio y reflexión sobre éste, lo llevaron a liderar una fuerte campaña de desobediencia civil y a organizar – junto con tres judíos compañeros en ideales: Denis Goldberg, Lionel Bernstein y Harold Wolpe – la lucha armada al estilo Irgún israelí. Pero al mismo tiempo, lo llevó a crear un despacho de abogados de muy bajo costo para atender y solucionar problemas de la población negra sudafricana, a graduarse de Licenciado en Derecho cuando purgaba las varias cadenas perpetuas a las que fue condenado. A vivir como lo puede hacer un hombre como él: congruente, digno y con la mirada al frente. Sin terminar transando con él mismo ni dándose concesiones aún en las condiciones más precarias que le podía proporcionar una cárcel de blancos para negros políticamente considerados peligrosos.
No entiendo bien por qué a estas alturas de nuestra “tan desarrollada sociedad democrática” aún necesitamos tener héroes. Les hacemos películas, los citamos, les otorgamos virtudes que aunque resulten falsas muchas veces, nos gusta pensar que tienen ¿Será tal vez que la realidad es tan difícil de sobrellevar, que queremos pensar que hay personas que se nos parecen pero que son superiores? No lo sé. Racionalmente creo que esas personas no son súper humanos, son sólo individuos que tienen la suficiente fuerza e inteligencia y el valor necesario para hacer atinadamente lo que tenían que hacer, conjuntando los elementos a su favor y en contra, conjugando todo de una manera explosiva de tal manera que se trascienden a sí mismos, a sus circunstancias y a las de los otros. Trascienden aún a su propio tiempo. Pero en ese sueño infantil en donde aún caben héroes, sólo puedo pensar para mis adentros, como si la sola presencia de ese alguien nos pudiera fortalecer de alguna manera mágica: Madiba, no te mueras aún. Eres mi último héroe vivo.
Leia Solo
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Una reflexión sobre el tema del cuerpo: Artaud y el cuerpo sin órganos
El cuerpo es el fuselaje que arropa al ser, la envoltura mágica que oculta, tras la misteriosa y despampanante envoltura agridulce, al nocturno capitán de la nave de los locos. Más allá de lo físico, lo matérico -aquello que se sabe carne y crisol de lo subjetivo- el cuerpo se halla en permanente tránsito, en un terrible transitar que va entre lo imaginario –el cuerpo sólo es concebible gracias a la representación- y lo real (aquello que concebimos como realidad), que es siempre presencia atestiguada, presencia que se observa desde la intimidad del acto. No hay cuerpo sin testigo, sin la mítica aureolidad de la experiencia dramática del acontecimiento; el testigo es un ojo en condición de daga sobre la experiencia del cuerpo, una vampírica mirada que monta a caballo diamantino sobre un horizonte jubiloso de maizales y tórridos vientos de geografía sureña. Ataviado de encantos, cual ninfa demoníaca de cabellera fuego, el cuerpo adviene ritmo de notas perniciosas endulzadas por el caramelo hirsuto de una bondad mezquina, cadencia estalactita en la que sollozan alegremente los ángeles de la depravación. El cuerpo no es armonía en cuanto virtud infusa que le acompañe, sino caos corrosivo de
jugoso néctar en el que germinan los poderosos lactobacilos de la anarquía y el afán doloroso de la destrucción; es crispación sin posible referencia, ocre espejismo en el que se quiebran los reflejos anodinamente anónimos; no es unidad, sino antítesis de lo hermoso, lo ordenado, lo sin mácula, lo que carece de infamia, de vitalidad sangrienta, de aventura, lascivia, desorden y afable sordidez. Para Artaud, dramaturgo altivo, poeta transgresor, actor insolente, escritor iracundo, crítico de dolorosas tempestades, el cuerpo no es, nunca es, sino en la descomposición, la debacle, el fragmento. La descomposición, la decadencia infructuosa y vil de la carne y los órganos, son, muy probablemente, las coordenadas de la topología corpológica que el francés laudaniano –esto a razón de su bella afición a los opioides como el láudano- definió sobre el cuerpo y su no condición. La experiencia del cuerpo en Artaud guarda una estrecha e inevitable correspondencia con la enfermedad, el dolor, la ruptura, el vértigo, la no forma, la suspensión, la desgarradura; el cuerpo existe, es nombrado, hablado, metaforizado, por la enfermedad y sus hablas –los síntomas-; así, lejos de una relación cálida, el cuerpo es condenado al naufragio, la dispersión, el vaciamiento, ser sin órganos como lo expresa en Apuntes sobre el cuerpo: “Cuando la enfermedad se posa sobre su víctima, entonces el cuerpo deja de concebirse como la insoportable unidad cuerpo-órganos donde Dios juega al simio todopoderoso creyéndose actor”.1 El cuerpo es instrumento, vehículo y chasis de la enfermedad; nacemos por una enfermedad, un padecimiento, un extraordinario bacanal teñido de dolor y lágrimas azufrosas. Es en la enfermedad donde Artaud encuentra el camino hacia la trascendencia de lo profano, el camino hacia la luz equinoccial –en alusión al culto solar que Artuad descubrió al viajar a México en 1936- hacia el río de fuego que nos purificará del esclavismo jadeante y depre1 Artaud, Antonin, Apuntes sobre el cuerpo, ed. Espasa-Escalpe, Madrid, España, 1950, p.p.12
dador de la necesidad y el reinado, por demás infame y glorioso, de lo biológico. La experiencia del cuerpo, desde esta peculiar concepción, se aleja de los discursos de tinte metafísico y teológico en donde el sujeto renuncia, en actitud agonizante, ante su condición de hombre, para devenir en un ser desnudo de cuerpo pero cobijado por la esencia de lo divino. La propuesta artaudniana va en otra dirección, otro horizonte, otras coordenadas, que antitéticamente, se postulan desde la cota oeste del dolor radical; el sujeto abandona el grillete de la sujeción -lo cual sólo es posible a condición del desdibujamiento del cuerpo, el abandono de la corporeidad- sin afanes religiosos ni oblatorios; el propósito de la inmolación, es el sacrificio mismo, la exorbitada intención del no límite, la diabólica expulsión de ese algo abominable que duerme en las entrañas: Dios, la muerte, el mal: “Necesitamos excretar mediante el cuerpo, a esa nada infecta y perniciosa, denominada con el nombre de Dios; ese piojo engreído que se cree el bufonesco dueño del mundo, ese bicho raro que nos enferma con su moral larvaria y aniquiladora”2 El discurso de Artaud referido al cuerpo supone a un ser sin sujeciones, sin cuerpo, ser sin alma, un ser sin órganos que se sabe apátrida del mundo, un no sujeto que mediante el cuerpo concebido como materia fecal, en constante degradación, carente de un sentido trascendental, eclosiona interiormente perdiéndose en la sinuosa geografía de su origen. Nada de concesiones. Nada de esperanzas de tenebroso corte religioso. Nada de sistemas teológicos de reconfortante y timorata tradición; el cuerpo del que habló Artaud en textos sumamente dispersos, apunta hacia el imposible viaje de la desaparición en el bosque de los significados: el mundo.
Juan Carlos Flores.
2 Artaud, Antonin, Una contribución al manifiesto surrealista, ed. Monte Ávila, Buenos Aires, Argentina, 1962, p.p. 90
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Leo y no el ZodĂaco
Pasear la visión de izquierda a derecha, bajar un nivel y recomenzar el proceso es leer; dicho movimiento resulta hipnótico y somnífero. Luego, entender lo leído es una conquista del proceso evolutivo humano, que puede evaluar desde el trivial “puto el que lo lea”, hasta el Tractatus Lógico Philosophicus; sin embargo, ¿Importa acaso lo leído y su soporte, o más bien lo fundamental es la conclusión que se alcanza? En la era pre-gadget, al visitar habitaciones de cualquier hotel de reposo, ya sea para la hora de dormir, consultar los directorios telefónicos blancos o amarillos me relajaba: hojear las páginas y ver qué comercios y servicios había en las poblaciones, qué especialistas médicos, librerías, restaurantes de sushi, radiodifusoras, gimnasios o vulcanizadoras, eran (y siguen siendo cuando se puede) motivo de entusiasmo. Si el cambio de horario o un simple insomnio me atacaban, era momento de comenzar el conteo de cuántos ciudadanos con registro telefónico había con mis apellidos paterno y materno o con los de algún conocido mío de apellido “raro”. ¿Qué tal si existía familia ahí? No los buscaría para un encuentro, pero era bueno saberlo. De ese modo semi-ocioso (uno nunca sabe) me ubicaba en el entorno y podía vislumbrar la comunidad con la que estaría a punto de tratar o, sencillamente, pasar un buen rato sin más utilidad que alcanzar la distensión mental y corporal.
retro con una nostalgia apretada, sentimiento propio de los recuerdos que ahora se vuelven efímeros en un pestañeo, porque “en mis tiempos los recuerdos se tomaban de más atrás”, diré tal vez en un futuro. No obstante, leer esos mamotretos una vez ubicuos y ahora al comenzar su extinción me causan tanto placer como los cuentos de Las mil y una noches o el picotear caramelos del Candy Crush Saga. Claro, leer y releer la Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas en dos tomos de Valeriano Bozal también me sería muy útil y hasta placentero, pero qué se le va a hacer, ni en el Hotel California creo que existan dichos ejemplares y con frecuencia uno lee lo que le queda a la mano, como la marca del lápiz o la revista del consultorio; aunque claro, si hay que discernir y seleccionar, debo decir que ni leo ni creo en los horóscopos, será porque soy Virgo. Prefiero leer la etiqueta de mi suéter, o esos sueños que tengo pendientes desde mi último insomnio.
Soft
Consciente de que es una práctica moribunda a causa de las coberturas cada vez más amplias que ocupa internet y sus redes -sociales o no-, recuerdo esa práctica
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Ceder el paso al peatón es otra historia: la educación vial antecede a su cultura – Ni que fueras de hule, ¡cabrón! –gritó desde la ventana de su auto. – ¡El peatón es primero, pendejo! – alcancé a gritarle cuando cruzaba hacia la otra acera. Menté madres y continué caminando. Al subirme al auto comprendí que, a pesar que este hecho se repite decenas de ocasiones, en México siempre dará el mismo resultado: el peatón desamparado ante el atroz conductor. ¿Cuántos de nosotros alguna vez en nuestra vida hemos visto –no se diga leído- un reglamento de tránsito? En mi caso, sólo una vez. De no ser que un oficial de tránsito, otrora llamado “tamarindo”, me dio una cátedra cantinflesca del porqué me había dado una vuelta prohibida en Paseo de la Reforma, no hubiera estimado la sustancia de ese reglamento de tránsito que, como el de la mayoría de las albercas públicas, jamás contemplamos. ¡Pero si lo único que
queríamos, así como correr directamente a la alberca para aventarse un clavado panzazo style, era aprender el juego del embrague y acelerador! Qué nos importaba el peatón. Vivimos en un país donde sólo pagamos por obtener la “licencia” de manejo. Es una realidad, muchos países nos envidian por ello –no sé si envidia de la buena o de la mala-. No nos vayamos muy lejos, pregunta a cualquier oriundo del país vecino del norte (Estados Unidos) cuánto tiempo se tardó en obtener la licencia de manejo o cuántas veces se la negaron. Agrega las horas invertidas en teoría y práctica acerca de cómo conducir un automóvil, sin olvidar las multas por no respetar cláusulas del reglamento de tránsito que en México podrían parecernos tan insignificantes. Una tía de origen estadounidense, quien vivió un par de años en México, argumentaba que quien aprende a manejar en México puede manejar en cualquier parte del mundo. Estaba equivocada. Hace un par de años visité a familia que vive en Los Ángeles, dado que después iría con mis familiares a un famoso festival de música electrónica en Las Vegas, tuve la posibilidad de conducir sobre las calles y autopistas gabachas; aquello fue un delirio, muy parecido a Hunter Thompson en “Fear & Loathing in Las Vegas”, pero, muy a mi pesar, sin mescalina. Como conductor, la peor experiencia que he tenido fue la primera vez que mi tío me soltó el volante de su auto sobre terreno californiano. Lo primero que me advirtió fue el monto en dólares de las multas que podría generar
por desconocer, en su totalidad, el reglamento de tránsito. Como mexicanos pensaríamos que basta con saber cuándo parar en un semáforo y, en ocasiones, no estacionarnos cuando hay un disco de “no estacionarse”, o si el “viene viene” lo autoriza. En fin, los vecinos del norte se lo toman bastante en serio. Y cuando digo bastante es algo rayano en la paranoia vial. Si describo la serie de reglas que rompí por desconocimiento, posiblemente las multas hubieran desfalcado mis escuetas finanzas para disfrutar de aquel viaje. Además, tendría que sumar una mayor extensión del presente texto. Cualquier acción comunicativa que ejecutemos para mejorar la cultura y educación vial en nuestro país no surtirá un gran y eficaz efecto si no atacamos y buscamos solucionar la raíz del problema: pagamos por “obtener” una licencia de manejo sin que nuestro gobierno local se preocupe por capacitarnos, examinarnos y brindarnos toda la información suficiente acerca de conducir un arma potencialmente letal como el automóvil. Existen diversas iniciativas ciudadanas que difunden nuestras obligaciones como peatones y conductores. Éstas deben complementarse con acciones que obliguen a los gobiernos locales a realmente evaluar y analizar, con base en exámenes teóricos y prácticos, la expedición de una licencia de manejo.
· Si eres ciclista o motociclista recuerda que cuentas con las mismas obligaciones de cualquier conductor de un automóvil: cede el paso al peatón, en semáforo en rojo no te pares sobre las cebras peatonales, no circules en sentido contrario y, muy importante, usa casco. · Hace una semana asistí al partido de basquetbol de mi sobrino. Al cruzar la calle un camión de pasajeros, en vez de frenar y cederme el paso, aceleró forzándome a correr y quedar a centímetros de un impacto que, tal vez, me hubiera dejado en el hospital varios días o meses.
Gerardo Sánchez
¿Confiarías tu vida a un doctor que jamás pasó por la escuela de medicina? Hay millones de conductores, me incluyo, arriesgando nuestra vida y la de los demás.
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Mostaza fina
Por jack Fante & Juan Carlos Flores (Selecci贸n de textos y redacci贸n de los atribuidos)
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CON COLLARÍN Y TODO GRACIAS ABI MARTÍNEZ... “No está bien alentar a los artistas. Los verdaderos, los únicos que necesitamos son aquellos que no se dejarán desanimar por nada; aquellos que, como decíamos, toman apoyo en las resistencias, cuya energía ante los obstáculos se contrae y se apronta a saltar. Ésos no tienen ninguna necesidad de que se les anime”.
{Gide, André, Los hombres verdaderos, ed. Montesinos, Buenos Aires, Argentina, 1979, p.p. 56} “Hay que alentar a los hombres débiles, a aquellos que se solazan cobardemente entre páramos y desiertos de lamentable belleza especular; esos espíritus timoratos, aquellos que se ocultan tras las malolientes y desgastadas faldas de mami, requieren del frescor de la majadería, del nutritivo veneno de la sátira, de la nada despreciable y proteínica palabra: Disidente”. {S.P.} 03/05/2013
COMO EL HERPES GENITAL... SIEMPRE VOLVEMOS “La revolución es una época para histriones. Todos los gritos sirven, todas la necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzarán un pedestal”. {Baroja, Pío, Reflexiones contra la historia, ed. Visor, Madrid, España, 1980, p.p. 10} “La revolución es una época para payasos, histriones, bufones, actores de un oportunismo coyuntural; todo aquel con vocación de cínico, de esteta, de diletante empedernido, podrá aspirar a una curul, a un cargo, a un subsidio portentoso: el concedido por papá gobierno; en este sentido, el rebelde podrá contribuir a la causa con señas, gemidos, gestos, espasmos, desfallecimientos, flatulencias y escupitajos, siempre y cuando no trastoque el innegable confort de los patrones.” {S.P.} .16/05/2013
ENCONTRAMOS A PARIS HILTON Y {S.P.} (SÚPER POETA) EN LA FIESTA DE PRESENTACIÓN EN NOVIEMBRE DEL AÑO PASADO “El dios Pan fue en su niñez un bufón; y aunque sería exagerado pretender que el pánico en su comienzo es cómico, no se puede negar el carácter festivo que puede adoptar el pánico en algunas de sus manifestaciones. El pánico es pues “pánico” y fiesta. El pánico (el individuo pánico) tiende a la superación pánica, al apoteosis pánico: A LA FIESTA PÁNICA”. {Arrabal, Fernando, Aproximaciones pánicas, ed, Era, México, 1979, p.p. 12} “El pánico es un sentimiento que anida en el corazón del niño-hombre
haciéndole un gigante sin ideas pero con alma divina; el pánico, como condición poética del ser, postula el gozo en medio de la catástrofe, la carcajada infame en medio de un funeral aciago, la licencia y la voluptuosidad en plena eucaristía: hagamos de la fiesta, un principio metafísico que derogue la tristeza y la mala voluntad, tan características del hombre atrincherado”. {S.P.} 17/05/2013
TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE CUANDO JALAS AL EXCUSADO... “Quien dice pueblo, quiere designar verdaderamente un animal loco, lleno de miles de errores, de mil confusiones, sin gusto, sin sentimientos, sin estabilidad.” {Guicciardini, Francesco, Hombres de nuestro tiempo, ed. Mandrágora, Buenos Aires, Argentina, 1947, p.p. 22} “Quien dice pueblo, se refiere a una entidad imaginaria, fantasmal, eidética; la concepción de pueblo, sociedad, muchedumbre, apela a un ilusionismo avejentado, arcaico, en la que el sujeto –como unidad mínima de lo colectivo- se difumina, se disuelve, queda al margen de la palabra que, precariamente, intenta nombrarle; no hay comunidad, no hay pueblo, sino sujetos, hombres de carne y hueso”. {S.P.} 29/05/2013 10/06/1971 - 10/06/2013
TODA LA ROPA USADA POR {S.P.} EN ESTOS SEGMENTOS ES CORTESÍA DE ABERCROMBIE & FITCH “Revelar lo que se ha barrido bajo la alfombra supone exponerse al riesgo de ser tachado también de conservadurismo mojigato, ciego tradicionalismo, fanatismo derrotista y cobarde hipocresía. Como si el mero hecho de ser socialmente crítico fuera la señal de una amargura personal, de una infelicidad íntima que no permite celebrar la civilización como ésta merece. Sin embargo, denunciar las trampas que se hallan en lo cotidiano es uno de los instrumentos que tenemos para dar su nombre a los espectáculos de ilusionismo que a veces tratan de pasar por realidad. Nos permite elegir o rechazar la realidad diariamente en lugar de sufrirla pasivamente.” {Fabrizio Andreella} Cortesía de Edith González Hernández. 22/05/2013
ME PARECIÓ VER UN LINDO HALCONCITO... “Qué es la izquierda? Las palabras de combate del siglo pasado, como socialismo, marxismo y comunismo, están anticuadas; no significan ya nada. Se las usa para no tener que darse cuenta de la posición que uno ocupa en realidad. Pero el tiempo pide claridad. La izquierda significa el partido, aquellos que creen en los partidos porque ellos constituyen la forma liberal de la lucha contra la alta sociedad, es decir la lucha de clases que empiezan en 1770, el gusto por las mayorías, el correr detrás, el proselitismo para todos, cantidad en vez de calidad, el rebaño en vez del amo”.
la luna resplandece por la noche : {Spengler, Oswald, Años de decisión, ed. Ercilla, Santiago de Chile, 1939, p.p. 126.} “¿Qué es la izquierda? Nada, una palabra suspendida, vacía, usufructo de ladrones y pícaros sin talento; epíteto portentoso que, como una suerte de lámpara de Aladino, proporciona al que la frota, un poder envilecedor.” {S.P.} 10/06/2013
JODER AHORA ABDUCIDOS POR LOS MONJES BUDISTAS DEL TÉ VERDE ARIZONA
el soldado brilla en su armadura y el maestro en la meditación. Mas el Buddha brilla día y noche Vigilando sin distracción alguna. El verdadero maestro ha superado el mal. Como real asceta está sereno en cuerpo y alma. Como auténtico santo ha dejado atrás sus impurezas. El verdadero maestro no se ofende, no paga el mal con mal. ¡Ay de aquél que agrede a un maestro! ¡Y ay del maestro que odia a su agresor!
(India) EL VERDADERO MAESTRO
En verdad aprovecha resistir los placeres:
Cruza la corriente,
Si desaparecen los deseos de injuriar
Esfuérzate por desechar los deseos.
cesará por completo todo dolor.
Sabes que todo lo condicionado es perecedero: trata de comprender.
El verdadero maestro no ofende con el cuerpo,
El maestro que ha llegado a la otra orilla
ni con la palabra, ni con el pensamiento,
con dominio de sí mismo y concentración,
pues tiene control sobre los tres.
ha disuelto todas las ataduras y ve el mundo con claridad. Honra al hombre liberado, Para el verdadero maestro no hay esta orilla ni la otra orilla. No tiene rutinas y vive sin miedo.
al que ha comprendido el camino de la verdad como él honra el fuego del sacrificio.
El verdadero maestro medita, vive con sencillez y sin pasiones.
Ni el cabello trenzado ni la familia
Ejecuta su trabajo con maestría.
hacen de un hombre un verdadero
El sol resplandece durante el día,
maestro.
Sólo la verdad y la rectitud vividas
así el verdadero maestro no tiene apego al placer.
con las que ha sido bendecido.
Se ha liberado en este mundo, se ha despojado de su carga de dolor.
De nada sirve el cabello trenzado al necio, ni las vestiduras de piel de antílope;
Su sabiduría es profunda; su inteligencia
de nada sirve limpiar el exterior
también.
si el interior está negro de coraje.
Conoce el camino recto y el desviado: ha realizado la verdad en esta vida.
Hay un hombre vestido con andrajos, con los huesos salidos y el rostro pálido
Se mantiene lejos de los que tienen casa
meditando a solas en el bosque:
y lejos también de los que no la tienen.
ése es un verdadero maestro.
No vive ni visita casa alguna, y sus necesidades son bien pocas.
Nadie está liberado a causa de su origen ni a causa de sus padres o posesiones.
No daña a los animales, grandes o pequeños;
Sólo el que se encuentra libre de deseos
no mata ni es causa de matanza.
es digno de ser llamado maestro. Ama entre los que odian, No tiene miedo, no tiembla nunca,
vive en paz entre los violentos
ha roto todas sus rutinas:
y con desapego entre los ambiciosos.
¡es absolutamente libre! El odio, la pasión, el orgullo y la hipocresía Se ha liberado de las cadenas,
han caído como cae un grano de mostaza
de las cuerdas y las ataduras;
de la punta de un alfiler.
ha salido de la niebla del sueño y está completamente despierto.
Habla con la verdad sin ofender a nadie: sus palabras son claras e instructivas.
El verdadero maestro soporta la burla, soporta el insulto y hasta la prisión
No toma lo que no se le concede,
a pesar de no haber cometido falta alguna.
bueno o malo, grande o pequeño.
Su fuerza es su paciencia: todo un ejército. Ya no quiere nada de este mundo ni de otros: Cumple sus promesas y nunca está enojado; es puro y se decide: éste es su último cuerpo. Como gota de agua en la flor del loto, como grano de mostaza en la punta del alfiler,
no tiene deseos y por eso es libre. Sin deseos, sin dudas, más allá de los juicios y el arrepentimiento.
Más allá del bien y del mal, está libre del dolor y la impureza. Es claro y sereno, brillante y quieto como la luna, no tiene manchas. El verdadero maestro ha cruzado el cenagoso mundo de la ilusión. Ha llegado a la otra orilla; medita, persevera, está libre de dudas y es feliz. Ha dejado atrás los placeres sensoriales: vaga sin rumbo, sin casa y sin deseos. No está atado al mundo de los hombres ni está atado al mundo de los dioses.
El vencedor de la muerte, el que ha despertado y vive sin temor. El verdadero maestro ha llegado al final del camino conociendo sus muchas vidas y muertes. Ha visto el cielo y el infierno. Es un Hombre de conocimiento impecable. Todo lo que tenía que hacer esta hecho. El verdadero maestro es (el) Uno. Transcripción directa del libro por @jackfante {Gautama, Siddharta (Atribuido), Dhammapada; El Camino de la Verdad, ed. FCE, México, 2004, p.p. 169174} 14/06/2013
Ha dejado atrás los placeres y los dolores, la semilla de los mundos que perecen: Es el héroe que ha conquistado el universo. Sabe que las cosas mueren y vuelven a nacer, y sabe también que su labor ha terminado pues ha despertado para siempre.
ESTO ME RECUERDA QUE: DEJÉ UN PEDAZO DE MAMÁ GRATINÁNDOSE EN EL HORNO. Atte. jACK FANTE.
El verdadero maestro no deja huella: nadie en realidad conoce su camino en virtud de su absoluta pureza. Para él no hay pasado, presente ni futuro. No teniendo nada, a nada está sujeto. Es pobre y libre del amor del mundo. Él es el verdadero maestro. Lleno de poder, noble, sabio y puro.
“Para comprender cualquier cosa se requiere reflexionar profundamente. En la antigüedad, si mal no recuerdo, era frecuente que el hombre devorara a sus semejantes, aunque no tengo ideas claras al respecto. Se le devoraba para desentrañar el desafiante misterio que lo mantenía en pie, concluyendo que solo vísceras, sangre y huesos, constituían su débil y ruinosa realidad”.
{Hsun, Lu, Diario de un loco, ed. Tusquets, Barcelona, España, 1971, p.p. 13}
“Para comprender cualquier cosa se requiere reflexionar desde la entraña, lo cual supone, un soberano ejercicio de aniquilación caníbal; en la antigüedad, los hombres, cual científicos modernos, tendían a devorarse con el sólo propósito de conocer los sucios secretos que se alojan bajo la epidermis de la humanidad”. {S.P.} 21/06/2013
“LA SUERTE NO ERA DAMA PARA MÍ” C.BUKOWSKI “Nada me embriaga como los grandes desastres, me emborracho fácilmente con las desgracias, no es que las busque a propósito, pero me llegan como convidados, que tienen como derechos”. {Céline, Ferdinand, Fantasía para otra ocasión, ed. Lumen, Barcelona, España, 1993, p.p. 22}
“Nada me embriaga tanto como las grandes tragedias, las espontáneas y esponjosas hecatombes que, de cuando en cuando, la voluptuosa naturaleza nos concede para sacudirnos y despertarnos del espantoso sueño que nos mantiene amordazados a la columna infame de una moral para maricas”. {S.P.} 27/06/2013
Dietario cultural
antioxidante Agenda cultural
Étienne-Louis Boullée, el carácter de una arquitectura parlante Miguel Ángel Rosas [pag 68]
Trascender la estupidez* Mayte Paredes Peláez [pag 72]
Sonata Claro de Luna Ingrid Sjolander [pag 74]
¿Preparado para un cásting? Ainhoa del Cabo [pag 76]
Goeritz, Yazbek y López Mateos perdidos en Tlalnepantla Gerardo Sánchez
[pag 78]
Cartelera #4 [pag 80]
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Étienne-Louis Boullée, el carácter de una arquitectura parlante
Uno de los tópicos fundamentales en el pensamiento teórico de Étienne-Louis Boullée (1728-1799), es el denominado carácter. Los arquitectos franceses de finales del siglo XVIII, aspiraban a una expresividad que se legitimase a través de las formas constructivas.1 Para Boullée, la arquitectura debía definirse con base en una claridad acorde entre la vocación y el partido, en donde cada obra tenía que expresar su propósito y habría de ser conformada en consecuencia.2 Esa legibilidad llevó a Boullée a establecer su arquitectura en términos de lenguaje, por tanto, habría que poseer un carácter expresivo desde la retórica para buscar la transparencia didáctica. Este principio de concordancia debía estar presente entre el arquitecto y el espectador para que éste no pudiera percibir sentimientos ajenos a los que la misma obra refiere. Boullée sentía que el aspecto exterior de cualquier edificio debía afectarnos emocionalmente, estimulando en el alma nobles sentimientos. Dicho principio lo llevó a establecer una arquitectura basada en las formas puras de la geometría, -asociada a la naturaleza-, para dotarla de una poesía que se basara en 1 Emil Kaufmann, Tres arquitectos revolucionarios: Boullée, Ledoux y Lequeau, Barcelona, Gustavo Gili, 1980, p. 57. 2 El presente trabajo es parte de un proyecto de investigación mayor que busca indagar el pensamiento masónico y rosacruz en la obra de Étienne-Louis Boullée, así como el contexto de la retórica en la arquitectura francesa del siglo XVIII vía Andrea Palladio.
la idea de lo sublime.3 El carácter arquitectónico sería la nueva meta a seguir, éste se volvería uno de los principales objetivos de los arquitectos de la generación de 1730, es decir, de los nacidos entre 1715 y 1745 aproximadamente.4 De estos los más representativos: Gondoin, Neufforge, Ledoux, Soane, Desprez, De Wailly, Chambers, Legrand, Molinos, Lequeau, Brongniart y Boullée ―aunque no fueron los únicos―.5 Ahora, Étienne-Louis Boullée emplea un género en el que no se distinguen los edificios religiosos de los laicos; tal es el caso del Teatro de la Ópera (1781) la Iglesia Metropolitana (1781), Museo (1783), Circo, Biblioteca Pública (1784), Palacio de Justicia, (1784), Cenotafio a Newton (1784), Palacio Municipal (1792). ¿Por qué Boullée, si buscaba una legibilidad muy acorde en cada una de sus obras, comparte con dichos edificios características semejantes? Étienne-Louis Boullée nació el 12 de febrero de 1728 en París.6 De toda su producción arquitectónica solamente se encuentra en pie el hotel Alexandre (1763-1766), ubicado en el 8th arrondissment de la 16 rue de la Ville-l’Evêque y Suresne, en París.7 La totalidad de su obra no realizada ―treinta y dos proyectos― se encuentra resguardada en el cabinet des estampes de la Biblioteca Nacional de París junto con su tratado Arquitectura ensayo sobre el arte, obra tardía 3 Esta idea deviene de la cabaña primitiva del Abbé Laugier (1713-1769), así como las lecturas de Jean-Laurent Legeay. 4 Emil Kauffman, La arquitectura de la Ilustración, Barcelona, Gustavo Gili, 1980, p. 174. 5 Ibídem., p. 177. 6 Para profundizar en la biografía de Étienne-Louis Boullée consultar: Helen Rosenau, Boullée and visionary architecture, including Boullée’s ‘Architecture, essay on art’ Academy editions, London, 1976. 7 Llamado también des Colanges.
acabada en 1793, seis años antes de su muerte ocurrida el 4 de febrero de 1799. Su encuentro con los maestros JacquesFrançois Blondel, y Boffrand hacia 1746 resultó determinante para su producción teórica y arquitectónica. Blondel refería: cada edificio debía llevar la marca de su destino particular, poseyendo un carácter […] que determinara su forma general e indicase la finalidad del edificio.8 Bonffrand sentía que una estructura debía tener significado y expresarlo, éste era el nuevo programa para la architecture parlente, una arquitectura que más que apelar al ojo del espectador hablara a su mente.9 La arquitectura debía transmitir sentimientos morales para designar al hombre virtuoso; el moralismo del arte es una de las características fundamentales del siglo XVIII.10 Blondel pensaba que para que fuera posible expresar el carácter de un edificio se debía sobre todo, haber captado su específico significado: Une homme qui ne connoît pas ces diférens caracteres, et qui ne les fait pas sentir dans ses ouvrages, n’est pas Architecte.11 El espacio arquitectónico, por tanto, tendría que volverse legible con objeto de hacer del edificio una escuela de sensaciones y enseñanzas morales.12 La arquitectura debía, er8 Peter Collins, Los ideales de la arquitectura moderna; su evolución 1750-1950, Barcelona, Gustavo Gili, 6ª ed. Colección reprints, 2001, p.59. 9 Études d’architecture en France, en Magasin Pittoresque, 1852, P. 338 citado por Emil Kauffman, Tres arquitectos revolucionarios, Boullée, Ledoux y Lequeu, Barcelona, Gustavo Gili. 1980, p. 68. 10 Raymond Bayer, La estética francesa en Historia de la estética, México, Fondo de Cultura Económica, 1965, p. 167. 11 Études d’architecture en France, en Magasin Pittoresque, 1852, p.338. “Ledoux était partisan de ce qu’on a aooelé depuis l’architecture parlante”. 12 Anthony Vidler, El espacio de la Ilustración, la teoría arquitectónica en Francia a finales del siglo XVIII, Madrid, Alianza, 1997, p. 16.
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go, afectarnos emocionalmente; de esta actitud surge una nueva apreciación de la arquitectura medieval, por sus cualidades dramáticas: en el manejo de la luz y la oscuridad, todo ello para generar una “atmosfera sublime”. Blondel sentía que en la arquitectura la exigencia más razonable era la de grandiosidad y monumentalidad. Casi todos los proyectos de Boullée entre 1780 a 1790 se caracterizan por la potencia de las masas, por la fuerza de las formas y una dramática iluminación.13 Su arquitectura funciona como un sistema de símbolos que interactúan y participan en los significados sociales del edificio. Boullée parte de los escritos sobre la pintura de Diderot para trasladarlos a la arquitectura y define el concepto de carácter a través de la Enciclopédie así como los estudios de Quatremère de Quincy. Nuestro arquitecto menciona: “Dirijamos nuestras miradas sobre un objeto. El primer sentimiento que experimentamos se deduce, evidentemente de la manera en que el objeto nos afecta. Llamo carácter al afecto que resulta de este objeto y que causa en nosotros una determinada impresión [...] Introducir carácter en una obra es emplear con equidad todos los medios propios, de manera que no nos hagan experimentar otras sensaciones más que aquellas que deben resultar del tema.”14 Y más adelante refiere: “Introducir carácter en una obra es emplear con equidad todos los medios propios, de manera que no nos hagan experimentar otras sensaciones más que aquellas que deben resultar del tema.”15” 13 Emil Kaufmann. De Ledoux a Le Corbusier, origen y desarrollo de la arquitectura autónoma, Barcelona, Gustavo Gili, 1982, p.52. 14 Étienne-Louis Boullée, Arquitectura ensayo sobre el arte, Barcelona, Gustavo Gili, 1985, p. 67. 15 Ibídem, p. 67.
Por su parte Quatremère de Quincy analizaba todos y cada uno de los niveles arquitectónicos que pudieran contribuir a la expresión inequívoca del contenido de un edificio. Y refiere: “un edificio tiene carácter cuando anuncia, por su exterior y sus cualidades aparentes, su destino o aquello para lo que está hecho.16” Para definir el término caracterizar, Diderot en la Enciclopédie afirma: “En pintura, es captar bien el carácter que conviene a cada objeto, que se le reconozca al primer vistazo.”17 De igual forma para Quatremère, el arte de caracterizar, es hacer sensible por medio de las formas materiales, las cualidades intelectuales y las ideas morales que se pueden expresar en los edificios, o de hacer conocer, por medio del acuerdo y la adecuación de todas las partes construidas de un edificio, su naturaleza, su idoneidad, su uso y su destino18. El carácter ideal consistía por lo tanto en la comunicación de ideas por medio de las formas arquitectónicas19. Pero sería en la planta donde el carácter se manifestaría de mejor forma. Los arquitectos de la generación de 1730 vieron en Andrea Palladio un modelo a seguir ya que él destacaba que el carácter plástico de los volúmenes derivaba directamente de ella, por lo tanto, ese sería el camino que ellos recorrerían en búsqueda de un lenguaje propio. Esta legibilidad llevó a Boullée a adoptar en un primer momento la planta libre en forma de cruz griega como se manifiesta en la Iglesia Metropolitana (1781)20, o el Museo (1783), esta organización desencadenará en una de círculos asociados en el pla16 Sylvia Lavin, Quatrème de Quincy and the invention of a modern language of architecture. The MIT Press, Cambridge, Massachusetts, 1992, p. 490. 17 Diderot, Enciclopédie, vol VI, p.208. 18 Sylvia Lavin, Quatrème de Quincy. Op cit, p. 502. 19 Anthony Vidler, El espacio de la Ilustración, op cit, p.235. 20 De evidente influencia de la Villa Rotonda de Palladio.
no, como se evidencia para el Circo, Cenotafio a Newton (1784), Palacio Municipal (1792). El edificio de planta centralizada y circular, manifiesta una composición simultánea que descansa en sí misma y que se experimenta situándonos exactamente en el centro. El uso de una planta libre le otorgaba a Boullée la posibilidad de conferir una mayor fluidez en la distribución espacial, haciendo del edificio un todo continuo, con ello se le permitiría al usuario acceder desde cualquier lugar al centro del recinto. El círculo central desarrolla entonces su superficie simbólicamente más importante -del programa- en “la sala de asamblea”. En Boullée hay una gigantesca elocuencia por la escala que parece incorporar lo urbano al edificio, como si un templo, un museo, un circo ó un cenotafio pudieran constituir una forma de ciudad. La monumentalidad característica de Boullée convierte al edificio en un espacio comunitario, sustituyendo la vieja idea de ciudad por un único espacio colectivo; que propone, desde el templo fuera de escala, a un nuevo tipo de sociedad.
SU ARQUITECTURA EDIFICANTE TIENE POR LO TANTO UN PAPEL POLÍTICO. Boullée piensa entonces al hombre como ciudadano y no como individuo autónomo; por lo tanto, su programa arquitectónico serviría para educar al usuario, convirtiendo su arquitectura en una palabra dirigida al hombre, una palabra edificante, en una architecture parlente. En su asociación del arte y de la moral21, pensaba que la acción y la representación teatral constituían el medio más eficaz de la emoción moral. Por eso Boullée necesitaba una arquitectura que conmoviese, que emocionase, que educase,
que fuera útil como monumento moral y cívico. Boullée refiere: “Lo que llamamos sublime en la naturaleza […] se representa como una fuerza del espíritu para elevarse por encima de ciertos obstáculos, la sensibilidad por medio de principios morales22.” Él necesitaba una arquitectura sublime, que conmoviese, que emocionase, que educase, que fuera útil como monumento moral y cívico, vinculándola al silencio, a las sombras, a la tierra, a la naturaleza, a la razón, a la inmensidad del universo. Y para ello redujo el lenguaje a los principios geométricos, primero, al cubo, a la pirámide, a la esfera y las inundó de luz y sombras, todo para provocar nuevas sensaciones. En toda su producción arquitectónica la intención es idéntica; excitar en el usuario, ciudadano o espectador una profunda veneración. El arquitecto quería erigir monumentos dignos a la fe, a la moralidad, al derecho. Con Boullée no existe un umbral entre su obra laica y religiosa, ya que ambas están cargadas de los mismos significados, de los mismos lenguajes, de la misma ideología, de la “asamblea” como lugar de reunión, como lugar de construcción moral donde se forjará un hombre nuevo, una ideología nueva. Así da una dimensión espiritual al espacio laico o laiciza el espacio espiritual. Su arquitectura busca desde el carácter llevar al alma a la veneración y el culto del Ser Supremo.
Miguel Ángel Rosas
22 Étienne-Louis Boullée, Arquitectura ensayo sobre el arte, op cit, p. 67.
21 Philippe Madec, Boullée, Madrid, Akal, p. 153.
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Trascender la estupidez*
Se cierra el telón. O mejor dicho, se apagan las luces y un telón imaginario ondea frente a mis ojos. A mi alrededor aplausos, vitoreos y lluvia golpeando el techo laminado. En mi cabeza un tarareo constante, sin armonía, ni proporción alguna. Respiro. Frente a mí dos actores al desnudo en simple y llana complicidad, aplaudo. Un hormigueo de manos y un recuerdo efímero de aquel brutal desprendimiento. Ahora lo sé, aquellos dos individuos se miran victoriosos, no sé si por la dimensión de los aplausos o mas exactamente porque saben que han logrado eso que buscan, tumbar el ego al menos durante una hora, desprenderse irracionalmente y vivir una ficción. Su intención actoral no es lo importante sino el golpe agudo que le han dado a mi conciencia, el tarareo de mi cabeza cesa. Y me pregunto ¿de qué trata esta explosión alienante de palabras y gestos? Gestos corporales que me dicen que andamos desprovistos
de todo carácter, desgarbados y anodinos. La cínica repetición de los movimientos corporales en el trazo escénico, se pronuncia durante mi reflexión: deambulamos privados de toda ilusión, censurados porque sí. Las palabras de hoy no dicen nada y las del día de mañana serán una falaz advertencia de que nada es cierto, sólo lo que seamos capaces de crear. Al salir de la función miro el cartel y pienso – ¡estos!, se han ido a conjurar la estupidez y yo ni siquiera soy capaz de dejar de pensar un momento en mi ordinariedad – Qué manera tan desvergonzada de dejarte cruda y bestialmente indefenso, repitiendo el monólogo interno que cuchichea sin reparo. He pasado del tarareo a las más de treinta uvas que comí en la mañana, a la imagen de los perros abandonados, a la preocupación del pago de la multa, a la neurosis de la disciplina física, al tianguis y a la sensación frus-
trante de querer hacer y decir más allá de lo que puedo. Ruido interno, como zureo de gordas palomas, anidando en la mente.
Demos paso pues a la trascendencia, obliguemos a nuestro cerebro a pensar desde la fascinación de la nada; esta noche es un buen momento para hacerlo.
Ruido que no permite tener una charla de mínimo tres minutos, que da entrada a la duda y la cobardía, que frena el impulso de ser débil y rendirse frente al otro, que no conoce de pausas y se alimenta de la enajenación.
*Texto escrito, a partir de la asistencia a la presentación de la obra “Caos Mental”, presentada durante el mes de junio en el Centro Cultural del Bosque.
Así nos hemos acostumbrado a callar, con el zureo del caos interno. Ahora es momento de resistir a la indiferencia, hablar desde lo profundo y dejar de limitar la narrativa mental, desechar los acontecimientos inútiles y hacer espacio para el silencio y el vacío. ¡Shhh! Hay mucho que contar, hay todavía más por contemplar. Dejemos a un lado nuestra insolencia y escuchemos. Todo aquello que se apelmaza burdamente en nuestra mente, lo que se estampa banalmente en nuestra conciencia está confeccionado por la estupidez y desgasta nuestra existencia.
CCB Centro Cultural del Bosque www.ccb.bellasartes.gob.mx www.facebook.com/pages/Centro-Cultural-del-Bosque-INBA @CCB_INBA
Mayte Paredes Peláez
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Sonata Claro de Luna La Sonata para piano no. 14, también conocida como Sonata claro de luna, de Ludwig van Beethoven fue compuesta en 1801 y es considerada una de las composiciones más populares en conjunto con el primer movimiento de la Quinta sinfonía y el armado de piano Para Elisa.
Historia Esta sonata fue difundida por primera vez en 1802 por Giovanni Cappi en Viena, en una edición nombrada Sonata casi una fantasía para clavecín o piano, compuesta y dedicada a la señorita condesa Giulietta Guicciardi, de Ludwig van Beethoven. Op. 27, n.º 2. Publicado en Viena por Giovanni Cappi, Michaelerplatz N º 5. Existen diferentes adaptaciones sobre el motivo que inspiró a Beethoven para realizar dicha composición. La primera de ellas dicta, de acuerdo al nombre de la publicación en la que apareció la pieza por vez primera, que la sonata era una dedicatoria a una de sus alumnas, la condesa Giulietta Guicciardi, hija del conde Guicciardi, consejero de la Cancillería de Bohemia y de quien estaba perdidamente enamorado, hecho comprobable en el intercambio epistolar que mantenía con su amigo cercano Wegeler, a quien le declaró:
“Ahora vivo más feliz. No podrás nunca figurarte la vida tan sola y triste que he pasado en estos últimos tiempos... Este cambio es obra de una cariñosa, de una mágica niña que me quiere y a quien yo amo. […] Al cabo de dos años he vuelto a disfrutar de nuevo algunos instantes de felicidad y por primera vez creo que el matrimonio podría hacerme feliz, pero desgraciadamente no es ella de mi posición y no puedo pensar en casarme.” Una segunda versión, completamente desacreditada por los estudiosos, pero que por motivos azarosos está inscripta en la tradición, es la que menciona que una tarde Beethoven y un amigo estaban caminando por uno de los barrios más pobres de Bonn, cuando escucharon música proveniente de una pequeña casa, en la cual un joven se encontraba trabajando sobre un banco de zapatero y en un viejo piano estaba tocando una pequeña niña. Beethoven se sorprendió al notar que aquella niña era ciega y en seguida le pregunto que dónde había aprendido, a lo que ella le respondió que habían vivido al lado de una mujer que estudiaba música, misma que se esmeraba en igualar las piezas de Beethoven y que había aprendido a tocar el piano tan sólo oyendo. Beethoven caminó hacia el piano, se sentó al lado de la pequeña niña y comenzó a tocar; al escucharlo la niña reconoció al maestro y con lágrimas en los ojos le preguntó si era posible que compusiera una pieza para ella. Dentro del
hilo romántico de la historia, se cuenta que la luz de la luna inundaba la habitación y luego de meditar unos momentos Beethoven improviso una sonata para aquella niña.
tró en ella un símil con un lied (canción). Este apartado es una melodía, de carácter vocal, es por tal motivo que los arreglos orquestales no quedan bien con esta pieza.
Las historias en torno a la creación de la composición son completamente opuestas entre sí, lo único que es claro es que el seudónimo de la pieza, Claro de luna, se hizo popular tras la muerte de Beethoven, cuando el poeta Ludwig Rellstab comparó el primer movimiento con Claro de luna del Lago de Lucerna.
El segundo movimiento, un Allegretto (indicación temporal para una interpretación rápida, pero más lenta que un Allegro). Calificada por Liszt como:
Análisis Sinceramente, no tengo la intención de realizar un análisis a profundidad de la pieza en cuestión, en cambio, busco expresar las diversas cualidades que a mí parecer goza, con la intención de provocar en los lectores una experiencia sensorial que vaya más allá del oído. La música clásica estimula las emociones. Con la debida combinación del trasfondo y una breve introducción a su ejecución, se logra cultivar su gusto, en conjunto con la capacidad para la apreciación. El primer movimiento es una Adagio Sostenuto (Adagio: velocidad de movimiento con que debe interpretarse la música. Sostenuto: interpretación musical de forma suave, tranquila y fluida.). Fue justamente esta apertura la que le generó su sobrenombre, puesto que Rellstab encon-
“Una flor entre dos abismos” Este segmento de la composición es denominado como el “canto de despedida”. Es un intermedio lírico entre dos poemas sombríos, pero a la vez ligeros, que buscan cubrir la melancolía y la traición. Último movimiento: Presto Agitato (Movimiento vivo, sin mucha velocidad). Cúspide del patetismo. De brillante y compleja ejecución, característica de la segunda etapa de sonatas de Beethoven, despliega una íntima correspondencia con el primer movimiento, descubriéndose una relación casi análoga, volviendo a introducir, después de toda la desesperanza del segundo movimiento: la resignación.
Ingrid Sjolander
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¿Preparado para un cásting? Cástings de publicidad para participar en cortometrajes, en desfiles, en eventos de peluquería, cine o televisión. Tu físico y tu desparpajo puestos en la palestra para que alguien decida si eres o no apto para lo que está buscando. Competencia entre individuos y espacios, mientras esperas, observas y te sientes observado. Nervios que hay que saber controlar y sentidos que hay que agudizar. Minutos u horas, de tu tiempo que has de entregar a la causa para darte a conocer y tener tu momento de gloria; eso sí, sin asegurarte una llamada a cambio. Así son los cástings en España. ¿Eres actor o actriz?, ¿cantante?, ¿bailarín/a o modelo? Si la respuesta es “sí” o “sí, quiero serlo”, has de asumir que ello conlleva que tarde o temprano tendrás que enfrentarte a los tan temidos CÁSTINGS. Esas pruebas en las que “eres seleccionado para una determinada actuación”. Teatro, musicales, cortometrajes, animaciones, cine, peluquería o publicidad. Si no eres de los que tienes el contacto perfecto que te posicione en
primera línea y perteneces al resto de los mortales, te lo has de currar, así que toca prepararse bien, armarse de valor y lanzarse al ruedo. No es del todo fácil tomar por primera vez esta decisión porque sabes que “todo tú” estarás expuesto a la mirada de quienes están buscando ese perfil. Pero sí es cierto que se trata de un entrenamiento, así que, cuantos más hagas, mejor. Menos nervios, menos vergüenza y más soltura irás cogiendo. Y desde luego, tu empeño no ha de caer cuando, al presentarte a un cásting, veas que a tu alrededor hay decenas de personas optando a ese mismo puesto. Unos más altos, otros más guapos, otros mejor vestidos… Por eso es importante saber que has de tener un conocimiento perfecto de ti, de tus posibilidades, de tus límites y confiar en que tú puedes hacerlo, sea cual sea tu aspecto físico. ¿O acaso no hay papeles para bajitos o más entrados en carnes? Eso sí, has de ir bien preparado si hubiese un texto de por medio o te han pedido determinadas pruebas y tomártelo con muuuucha filosofía, porque la carrera de un artista es una carrera de fondo, donde la constancia y la paciencia han de primar. Como en todo, no se nace sabiendo, y ahí está también la gracia de los cástings, porque en cada uno de ellos algo se aprende, lo digo por experiencia propia. Por ejemplo, estar bien atento a las indicaciones que te dan. No les suele gustar tener que repetir las pautas. En
el caso de las mujeres, a llevar unos zapatos de tacón en el bolso que estilicen nuestra figura, si eres de las que habitualmente usas zapato plano y la ocasión lo requiere. O maquillaje básico y toallitas desmaquillantes, por si acaso has de dar color a tu rostro o por si te has pasado con la brocha y necesitan un look más natural. Recuerda que ante una cámara y focos la luz siempre emblanquece la piel. Si hasta el momento no te apasionaban demasiado la moda, la peluquería y el maquillaje, han de empezar a gustarte. Porque seguro que más de una vez te hacen acudir a un cásting con según qué vestuario, según qué peinado o según qué maquillaje. Un saco o americana y camisa de color liso no pueden faltar para dar un toque más elegante, algo informal y algo deportivo también estaría bien tener en tu guardarropa. Siempre colores que te favorezcan, no demasiado chillones y, por supuesto, nada de rallas y cuadritos que puedan hacer el tan conocido “efecto muaré”1. Realmente yo, como actriz, me lo tomo como de manera lúdica. Y el juego es… ¿a quién me toca 1 En óptica, un patrón de Moiré (pronunciado /muaré/ [mwa.ˈʀe]) es un patrón de interferencia que se forma cuando se superponen dos rejillas de líneas con un cierto ángulo, o cuando tales rejillas tienen tamaños ligeramente diferentes. Un patrón de Moiré, formado por dos conjuntos de líneas paralelas, un conjunto inclinado en un ángulo de 5 grados respecto al otro. Las líneas pueden ser las fibras textiles en una tela de seda de muaré (las que le dan su nombre al efecto), o bien simples líneas en una pantalla de ordenador, el efecto se presenta igualmente en ambos casos. El sistema visual humano crea la ilusión de bandas oscuras y claras horizontales, que se superponen a las líneas finas que en realidad son las que forman el trazo. Patrones de muaré más complejos pueden formarse igualmente al superponer figuras complejas hechas de líneas curvas y entrelazadas. Fuente: http://es.wikipedia. org/wiki/Patrón de Moiré (Revisado el 07/07/2013)
interpretar hoy, cómo iría vestida, qué colores me pongo? A todo esto, normalmente, para hacer un cásting te citan de una hora a otra, en una franja de horario de mañana o de tarde, así que como nunca sabes cuántas personas se te habrán adelantado, llevar contigo un libro, música, textos, guiones que tengas que aprenderte o tu agenda para ponerla al día estarán bien porque a veces son muchos los minutos u horas que puedes pasarte esperando. Por último y para que no decaigas en el intento, has de estar mentalizado que quizás tengas que pasar por muchos cástings antes de tu primera oportunidad. Y tener presente que a todos los factores previos de preparación, vestuario… también se suma el factor “suerte”. Una buena filosofía que yo misma aplico y que quiero compartir contigo es: si ha de ser será y si no, no. No pasa nada. Lo importante es seguir participando, seguir disfrutando y seguir “castingueando”. ¡Cuántos más hagas, mejor! ¡Suerte!.
Ainhoa del Cabo (Corresponsal en Barcelona)
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Goeritz, Yazbek y L贸pez Mateos perdidos en Tlalnepantla
La fotografía del artículo de “El Heraldo de México”, fechado el 5 de noviembre de 1964, muestra a Adolfo López Mateos, entonces presidente de México, recorriendo una de las recién inauguradas ciudades de interés social que hasta hoy conserva su nombre. “La gente se regocija y aplaude”, cita el pie de foto del artículo. Lo acompaña una comitiva de altos funcionarios del gobierno en turno que, posiblemente, jamás pisarán de nuevo la Plaza Cívica de la Unidad Habitacional Adolfo López Mateos, localizada en los terrenos del Fraccionamiento de Viveros de la Loma en Tlalnepantla de Baz, Estado de México. Conjunto urbano localizado a no más de 3 kilómetros de la Ciudad Satélite -agregó el prefijo “la” porque así se denominaba en los años 1950, según publicidad impresa de la época-. En varios periódicos la noticia también crea eco. Todos, como suele suceder hasta nuestros días, describen alegóricamente el acto de gobierno ejecutado por el máximo representante del Poder Ejecutivo mexicano; compilo y sintetizó: coinciden, una nueva y ejemplar ciudad de interés social se ha erigido sobre los valores máximos del ideal del clímax de justicia y régimen social emanados de la Revolución Mexicana –institucional-.
Sólo un folleto informativo, que fue entregado a los nuevos habitantes de la ciudad, informa acerca del gran valor artístico e histórico del centro urbano gracias a las esculturas de “La Familia” y “El Muro”, situadas en la Plaza Cívica de éste. Se menciona, como traducción del inglés al mexicano de cualquier canción en inglés de los años 1950, que los autores de dichas esculturas son ni más ni menos que Carlota Yazbeck y Matías Goeritz. Para los que crecimos y a los que nacieron en la era de internet: Charlotte Yazbek y Mathias Goeritz. La primera conocida por su legado escultórico presente en algunas partes de la ciudad y, el segundo, recordado por participar en la creación de Las Torres de Satélite. Actualmente, después de 50 años, el poco o nulo interés ciudadano y gubernamental han propiciado que el espacio escultórico mencionado se encuentre en un parcial abandono. Acciones esporádicas, ejecutadas hacer un par de décadas, lograron recuperar un poco de su función y esencia original: ser el punto de reunión y convivencia social de la región. Aun así, “La Familia” y “El Muro” continúan siendo presas de nuestra indiferencia social, cultural y política. Convoco a actores interesados en el tema a participar conmigo en la dignificación de este espacio que, como muchos, se encuentran perdidos y rodeados de una descomposición social emanada de inadecuadas decisiones de alto coste social y político. La recuperación de la Alameda Central, localizada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es la mejor prueba.
Gerardo Sánchez
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Cartelera #4 Exposiciones 01
PROCESO ABIERTO
Marianna Dellekamp. Exposición
Martes a domingo de 10:15 a 17:30 horas
Esta exposición presenta parte del trabajo de media carrera de Marianna Dellekamp. Sus piezas se encuentran en formatos como fotografía, video, instalación y libro de artista.
General $25.00 MN. Entrada gratuita con credencial de profesor, estudiante e INAPAM y todos los domingos
Algo de lo que se podrá apreciar en esta exposición, relatará su trabajo con la imagen real tomada de la vida cotidiana, la imagen confrontada con el texto o la apropiación de los objetos como imagen.
@amigosmam
Museo de Arte Moderno Reforma y Gandhi s/n. Bosque de Chapultepec. Ciudad de México Del 20 de julio al 10 de noviembre 2013
www.mam.org.mx www.facebook.com/AmigosMAM
02
CONTRA EL FASCISMO Gráfica política en la colección del Museo del Chopo.
La gráfica ha sido parte importante de los movimientos sociales gracias a que su técnica permite la múltiple reproducción de una imagen. El Taller de Gráfica Popular, fundado en el México de los años 30, representó un lugar en donde el arte tomaría importancia dentro de los movimientos sociales.
Martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm. General $30.00
Esta exposición se presenta en el Museo del Chopo con parte de su colección de gráfica, piezas del TGP.
50 % estudiantes, maestros, UNAM, INAPAM, jubilados ISSSTE e IMSS.
Museo Universitario del Chopo
www.chopo.unam.mx
Dr. Enrique González Martínez no. 10, Col. Santa María la Ribera. Ciudad de México
www.facebook.com/MuseodelChopo twitter: @museodelchopo
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Cine 03
CELEBRACIÓN DEL 30 ANIVERSARIO LUCTUOSO DE LUIS BUÑUEL
Para celebrar el trabajo de este surrealista en su paso por México, la Filmoteca de la UNAM, la Embajada de España en México, y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Casa Buñuel en México, presentan este ciclo haciendo una retrospectiva de su trabajo con la presentación de algunas de sus películas y algunos eventos diversos. Varias sedes participan en este homenaje, y aquí en Mono Ilustrado te damos algunas de ellas: • 25-27 de julio - Festival Internacional de Cine de Guanajuato (Guanajuato)- Película “Él” (Buñuel, 1953) - Presentación previa de la película por Mario Barro, de Casa Buñuel: El surrealismo. - Charla sobre la filmografía de Luis Buñuel en México por Francisco Gaytán Fernández . www. giff.mx • Del 23 de julio al 25 de agosto. Cinematógrafo del Chopo.
• Del 31 de julio al 2 de agosto. Sala José Revueltas. Película “Él” (Buñuel, 1953) y los documentales “Buñuel” (Rafael Cortés, 1984), y “El último guión” (Javier Espada/Gaizka Urresti, 2008). www.filmoteca.unam.mx • 29 de julio - Cineteca Nacional de México. Película “Él” (Buñuel, 1953) • 29 de julio al 2 de agosto - Casa Buñuel en México / Filmoteca de la UNAM - Talleres : “Curaduría de cine”, con Garbiñe Ortega , “El cine como espejo con Jonás Trueba.
• 2 de agosto - Filmoteca de la UNAM / Cátedra Bergman UNAM.- Sesión extraordinaria de Jonás Trueba. - Sala Julio Bracho. Película “Los Ilusos” (España, 2013, 93 min.) a las 18:30 pm. -Conversación “Cine íntimo y de autorretrato” entre Jonás Trueba y Christiane Burkhard. En-
trada libre, cupo limitado. Pre registro en www. catedrabergman.unam.mx • 8 de agosto. Auditorio MUAC.- Sesión extraordinaria del cineasta Pablo Berger con Daniel Giménez Cacho, a las 17:00 horas. - Sala Julio Bracho Proyección de “Blancanieves” (Pablo Berger, España, 2012, 104 min.) del Centro Cultural Universitario de la UNAM, a las 19:00 horas. Entrada libre, cupo limitado. Para la charla y la exhibición de la película, deberán de realizar un pre registro por cada actividad en www.catedrabergman.unam.mx Sedes y direcciones:
Salas José Revueltas y Julio Bracho/MUAC: Centro Cultural Universitario. Insurgentes sur 3000, Ciudad Universitaria. Ciudad de México Cinematógrafo del Chopo: Doctor Enrique González Martínez 10 Santa María La Ribera, Cuauhtémoc, Ciudad de México Filmoteca de la UNAM: Circuito Maestro Mario de la Cueva s/n frente a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Ciudad Universitaria. Ciudad de México Casa Buñuel: Av. Félix Cuevas 27, Col. Del Valle. Ciudad de México Cineteca Nacional: Av. México Coyoacán #389 Col. Xoco. Ciudad de México Jueves 20:00 hrs.
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Artes escénicas 04
CIELOS Teatro
A propósito del espionaje como tema de actualidad, Mono Ilustrado recomienda esta obra, la cual presenta a cinco personas que pertenecen a una organización secreta y se dedican a rastrear llamadas telefónicas y escudriñar los cielos en busca de algún presunto ataque terrorista. Cielos es la última pieza de la tetralogía “La sangre de las promesas” del dramaturgo Wajdi Mouawad, la cual se compone de Litoral, Incendios y Bosques. Con la dirección de Hugo Arrevillaga, el elenco de Cielos está compuesto por Pedro Mira, Antón Araiza, Violeta Sarmiento, Tomás Rojas, Miguel Romero, Andrés Torres Orozco y Alejandro Reza.
Teatro Benito Juárez Villalongín 15, Col. Cuauhtémoc. Ciudad de México Del 23 de julio al 28 de agosto de 2013 Martes y miércoles 20:00 horas. Entrada general $122.00. Descuento de 50% para estudiantes, maestros, militares e INAPAM con credencial. Sólo para adolescentes y adultos. www.cultura.df.gob.mx/index.php/component/eventlist/venueevents/2 teatrobenitojuarez@df.gob.mx tbenitojuarezcultura@yahoo.com.mx
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AZUL Danza-teatro-multimedia
Las artes escénicas se unen en esta pieza que, en palabras de Pablo Molinet “es una metáfora sobre la existencia humana a través de la memoria… Todo en ella –la música, el ritmo, el movimiento, el color– es inmersión, fondo, experiencia acuática. Todo en ella conduce, con la hermosa precisión de un reloj vivo, a un sueño” Dirección de Vivian Cruz. Centro Cultural del Bosque. Teatro de la Danza Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n. Col. Polanco, V Sección. Ciudad de México 15 y 16 de agosto de 2013, 20:00 - 22:00 hrs. 17 de agosto de 2013, 19:00 - 21:00 hrs. 18 de agosto de 2013, 18:00 - 20:00 hrs. General $80. Descuentos 50% a maestros y estudiantes y 75% a beneficiarios del INAPAM www.danza.bellasartes.gob.mx/programacion/ sala-ccb
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PIXAR EN CONCIERTO Espectáculo multimedia
En una producción sin precedentes, se presenta este espectáculo con música en vivo a cargo de la Camerata de Las Américas, en donde podrás disfrutar parte de la banda sonora de las películas que – lo sabemos, no tienes que fingir – amaste aunque no fueras niño. Podrás disfrutar los temas de Toy Story, Monsters Inc., etc. en un show para escuchar, ver y sentir.
Auditorio Nacional Paseo de la Reforma 50. Col. Polanco V Sección. Ciudad de México 24 de agosto de 2013, 18:00 - 20:00 hrs. 25 de agosto de 2013, 17:00 - 19:00 hrs. $800 Preferente, $600 Luneta, $400 Balcón, $200 Piso 1 www.auditorio.com.mx
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CURSO DE VERANO PARA PROFESORES. Recorridos por museos del INAH
Si estás dando clases o piensas poner en marcha algún taller, este curso podría interesarte: se compone de recorridos por los museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con el objetivo de que aprendas a utilizar estos recintos y sus discursos no formales como una herramienta didáctica.
Museo Nacional de las Intervenciones. Portal de Peregrinos Calle 20 de Agosto s/n esq. con General Anaya. Col. San Diego Churubusco. Coyoacán. Ciudad de México De lunes a viernes, del 29 de julio al 09 de agosto de 2013. De 09:00 a 14:00 hrs. Costo: $1000 www.inah.gob.mx
TALLER INFANTIL DE ANIMACIÓN FLIPBOOK LA CASA DE MÉLIÈS ¿Alguna vez hiciste una serie de dibujitos en secuencia en la orilla de las hojas de tus cuadernos, que al pasarlas con rapidez parecía que tuvieran vida? Pues esta es la oportunidad de que los mini monkeys lo hagan, de manera que aprendan las bases de la animación con imágenes en movimiento y aprendan a realizar las suyas con una libreta y lápices.
Al final del taller, se les entregará un diploma y se organizará una presentación de los trabajos realizados. Centro Cultural Casa de Francia Havre 15, Col. Juárez. Ciudad de México De lunes a viernes, del 29 de julio al 09 de agosto de 2013. De 14:00 a 16:00 hrs. Costo: $1500. Incluye el material. Taller dirigido a niños y niñas de 8 a 12 años www.casadefranciadigital.org.mx lacasademelies@gmail.com www.inah.gob.mx
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TALLER DE CREACIÓN LITERARIA. Taller permanente
Si de plano lo tuyo son las letras pero andas medio corto de dinero, éste taller puede ser una opción para ti. Con la guía de la Dra. Alicia Reyes, los participantes podrán conocer técnicas narrativa y poética a partir de ejercicios en donde puedan someter su propia obra a la crítica de los demás integrantes del taller. Casa Museo Alfonso Reyes Benjamín Hill 122 esq. con Gómez Palacios. Ciudad de México Todos los miércoles del 2013. De 11:00 a 14:00 hrs. Entrada libre www.capillaalfonsina.bellasartes.gob.mx
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