D. Montolío. El patrimonio episcopal y catedralicio en la Exposición

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El patrimonio episcopal y catedralicio de Segorbe en la Exposición Internacional de Barcelona,

“El Arte en España”, de 1929.

David Montolío Torán

Estudios y ensayos de historia y arte Revista MdR · nº 14, mayo de 2019


“Maestro de Rubielos” (MdR), como revista digital de arte y ensayo, es un proyecto interdisciplinar creado con la voluntad de dinamizar la difusión del patrimonio histórico y el legado artístico a través de la investigación científica, con estudios serios y fundamentados. Sus líneas de trabajo se basan en ofrecer información, difusión y opinión sobre el legado cultural, proponer actividades para la mejora de su conocimiento, así como generar conciencia de la necesidad de su conservación y mantenimiento. Por todo ello, sus editores hacen constar que esta revista, absolutamente gratuita y sin ningún ánimo de lucro, tiene una finalidad eminentemente erudita, para la investigación y divulgación de nuestros bienes materiales e inmateriales, sirviendo al estudio y enriquecimiento cultural de nuestros pueblos. Todos los contenidos, citas e imágenes reproducidas en sus estudios se acogen al artículo 32.1 de la Ley de Propiedad Intelectual, por la que “Es lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, así como la de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo. Tal utilización sólo podrá realizarse con fines docentes o de investigación e indicando la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada.”


Maestro de Rubielos. Investigación, estudios y ensayos de historia y arte (XIV - 2019) CRÉDITOS © MdR · Revista Maestro de Rubielos. Investigación, estudios y ensayos de historia y arte. Coordinación: David Montolío Torán · Jorge Civera Porta Textos: David Montolío Torán Consejo asesor: Ángel Albert Esteve, Manuel Barea Cambres, Joaquín Campos Herrero, José Cebrián Cebrián, Sonia Cercós Espejo, Jorge Civera Porta, Juan Esteve Marcos, Víctor García Gil, Josep Lluís Gil Cabrera, María Gómez Rodrigo, David Igual Tomás, Vicente Martínez Molés, Rafa Martínez-Porral, Vicente Palomar Macián, Mar Rey Bueno, Adrián Rius Espinós, Pere Saborit Badenes, Raúl Francisco Sebastián Solanes, Rafael Simón Abad, Juan Serra Lluch, Pilar Vañó Arándiga, Jesús Vilar Vilar, Arturo Zaragozá Catalán. Fotografías: © Los autores y las Instituciones. Edita: Revista Maestro de Rubielos.

https://independent.academia.edu/DavidMontolioiToran http://www.davidmontoliotoran.es/maestro-de-rubielos/ Calle Obispo Sánchez, 24. 44415 Rubielos de Mora (Teruel) Correo mail: maestroderubielos@gmail.com ISSN: 2172-7570 Portada:

Copa de cobre, oro y esmaltes, anónimo francés (siglo XVI), de la Catedral de Segorbe. © Institut Amatller d’Art hispànic - Arxiu Mas.



El patrimonio episcopal y catedralicio de Segorbe en la Exposición Internacional de Barcelona, “El Arte en España”, de 1929. David Montolío Torán Dr. en Historia del Arte · Universitat de València

Ludwig Mies van der Rohe y Lliy Reich: Pabellón de Alemania. Exposición Internacional de Barcelona, 1929. © Fundación mies van der rohe, Barcelona

Celebrada en el Palacio Nacional de Barcelona, entre el 20 de mayo de 1929 y el 15 de enero de 1930, la Exposición Internacional de Barcelona, impulsada por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch con el respaldo de la institución empresarial Fomento del Trabajo Nacional y el Ayuntamiento de Barcelona, constituyó un hito para la nueva historia del arte española, emanada desde uno de sus grandes epicentros de la modernidad. Fue comisariada por el citado Puig i Cadafalch, Francesc Cambó y Juan Pich y Pon, en un momento donde las vanguardias foráneas, entre ellas la racionalistas, llamaban a la puerta de un país todavía sumido profundamente en estilos modernistas y novecentistas, todavía anclado en un deslumbrante esplendor quijotesco, ya pasado. Desarrollada en una enorme superficie, con un presupuesto desmesurado para la época y con la presencia de los principales países europeos, con algunos participantes internacionales muy destacados, la magna exposición dejó una ciudad verdaderamente transformada, siempre teniendo en el recuerdo la Exposición Universal celebrada en el año 1888. La muestra, como en aquella ocasión, dejó una buena parte de Barcelona enteramente reformada, centrándose especialmente la nueva configuración en el paraje emblemático de Montjuic, donde se alzaron edificaciones emblemáticas que todavía, de una manera u otra, perduran y dan una idea brillante de lo que fue aquel acontecimiento. Un nuevo urbanismo y edificios emblemáticos como el Teatro griego, Palacio Nacional o Estadio Olímpico, entre muchos otros, ofrecen una hermosa estampa de la impronta tan magnífica que dejó tan singular evento en la ciudad condal. Una realidad aperturista, cosmopolita y mundana que contrasta con el Segorbe de aquellos momentos, una ciudad de interior deslavazada, física y moralmente, de toda aspiración de capitalidad, a muchas centurias de su verdadera edad de oro políticoeconómica, cultural y artística, y en un proceso de una progresiva decadencia que tendría su punto álgido en los años treinta.


Los Museos diocesanos Ya por aquellos años, el interés por la protección del patrimonio eclesiástico era palpable, resultado del empuje cultural y social de la Iglesia en las últimas décadas del siglo XIX. Bien conocido es, en ese sentido, el Congreso Nacional Católico de 1889, donde se afianzó el sentimiento de protección de dichos bienes y la aparición de instituciones o entidades donde conservarlos y mostrarlos, los museos. De tal reunión surgió, de igual manera, la necesidad de una correcta enseñanza de todas estas cuestiones, en los Seminarios, a los futuros sacerdotes. La profundización en el saber de la “arqueología sagrada”, asignatura que se encontraba presente en algunos seminarios conciliares como el de Santiago unos años antes, así como la necesidad de conservación y correcta restauración de las obras de arte fue uno de los fines asentados en este encuentro, haciéndose oficial el aprecio por estas cuestiones, hasta ese momento una realidad patente, tan sólo, en el mundo de las ideas.

Philip de Lászió: León XIII. (1900). Óleo sobre lienzo © Galería Nacional Húngara.

La consiguiente publicación de las conclusiones como “Memoria sobre museos diocesanos y sobre Juntas Periciales consultivas respecto a Arquitectura, Antigüedades y Bellas Artes Sagradas”,1 incidía en la necesidad de erección de instituciones museísticas para la investigación, haciendo hincapié en la protección del patrimonio documental, y la formación del espíritu y la conciencia de civiles y eclesiásticos. En estos lugares, a modo de galería de antigüedades, se debían presentar los bienes de interés fuera de uso litúrgico y culto. Todo ello con la conformación de Juntas Diocesanas preocupadas por la adecuación y conformación de estos espacios, con la participación de civiles y religiosos. Así comenzó todo el moderno interés por mostrar todo este ingente patrimonio de una manera cabal iniciándose, muy poco a poco, la selección, inventario, muestra, conservación y búsqueda de medios financieros para su mantenimiento. Una experiencia que ya se había plasmado con acierto en diócesis como Vic (Museo Episcopal, 1891), cuya entidad pronto inspiró instituciones similares en Santiago o Astorga.2 Son conocidos diversos intentos, previos a este encuentro, de crear museos de este género a la manera de galería de antigüedades, entre ellos, en Segorbe. No obstante, todos respiraban de las indicaciones de la Santa Sede, en tiempos de León XIII (1878-1903),3 al respecto. En nuestro país, sumidos en plena Restauración y regencia de la reina María Cristina, el impacto de las pérdidas patrimoniales para la Iglesia durante todo el siglo XIX, con la guerra del Francés y las guerras carlistas, entre otros episodios consecutivos de desamortización, habían

1 ACOSTA DE LA TORRE, L., «Memoria sobre el estilo más conveniente […], 1889; ÁLVARO ZAMORA, Mª. I., “Los museos de la iglesia de Aragón hoy. Un valioso patrimonio en nuevos espacios expositivos”, en Artigrama, nº 29, 2014, pp. 19-20. 2

SERRANO FÉLEZ, N., “La creación de los museos eclesiásticos de Galicia”, en Cuadernos de Estudios Gallegos, XLIV, 109, Santiago, 1995, pp. 243-280. 3 CASAS, S., Leone XIII, un papado entre modernidad y tradición, Pamplona, 2014. Sus

25 años de gobierno, constituyeron un verdadero acercamiento de la Santa Sede a las necesidades de la realidad contemporánea. Con su ascenso a la silla de Pedro, pronto se vieron importantes decisiones de gobierno de cartiz intelectual, tanto en materia filosóficoteológicas como de estudios de Escritura y centro astronómico. En este sentido, fue muy celebrada su decisión de apertura de los Archivos Vaticanos.


generado cierta conciencia y preocupación para la conservación artística entre los miembros del clero. El caso de Segorbe Es bien conocido el caso que, con la renovación de la Catedral de Segorbe (1791-1795), se le dio especial atención a las pinturas del retablo mayor de Vicente Macip y Juan de Juanes, cuya trascendencia ya había sido muy destacada por Antonio Ponz.4 EL 25 agosto de 1801: “Se acordó que los Señores Deán y Lozano dispusiesen se colocasen en lugar oportuno las tablas de las pinturas del antiguo retablo maior, poniéndoles antes unas guarniciones corladas a uso del día”.5 En Segorbe, sabemos que en el año 1878 existe un primer intento de venta de algunas pinturas de la Seo por parte del Cabildo, siendo encomendadas al mismísimo Gonzalo Valero para su tasación.6 Sin embargo, no debió llevarse a término pues, en 1886, se reconoce la labor del artista en la colocación de los cuadros y retablos de la Catedral.7 De este montaje de obras en la Catedral realizados por Valero podemos encontrar testimonios visuales en diversas fotografías antiguas, anteriores a la guerra civil de 1936, conservadas en los fondos del Museo o testimonio tan valiosos como el cuadro conocido como “El confesionario”, de Rafael Berenguer Coloma (Valencia, 1890-1940), pintor y crítico de arte, cuya temática debe identificarse, a través de estas líneas, con la reproducción del interior de la entonces parroquia de Santa María, ubicado en la capilla del Salvador del claustro de la Catedral de Segorbe, donde pueden apreciarse elementos tan importantes como los arcosolios sepulcrales de los siglos XIV y XV o el desaparecido retablo de San Martín de la Cartuja de Valldecrist, entre otros elementos.

Lamberto Alonso Torres:

Luis Amigó, obispo de Segorbe. © Museo Catedralicio de Segorbe.

Rafael Berenguer Coloma:

El Confesionario. Ca. 1930. Óleo sobre lienzo. 48 x 34 cm. Col. Particular.

4 PONZ, A., Viage Madrid,1774, p. 209.

de

España,

IV,

5 Archivo Catedral de Segorbe, Actas Capitulares, 599. IV. 6. 6, fol. 131-131v. 6

Archivo Catedral de Capitulares, 607. IV. 6. 14.

Segorbe.

Actas

7

Archivo Catedral de Capitulares, 611. IV. 6. 18.

Segorbe.

Actas

8 Archivo Catedral de Capitulares, 612. IV. 6. 19.

Segorbe.

Actas

Sin duda, estas fueron las primeras muestras del interés por mostrar de una manera más racional el patrimonio catedralicio hasta las primeras décadas del siglo XX. Era el tiempo del obispo Luis Amigó y Ferrer, obispo de Solsona (1907-1913) y de Segorbe (1913-1934), en cuyo inicio de mandato ya se atisban los primeros movimientos en defensa del patrimonio histórico, como la presencia, en 1914, de un representante capitular en los patronatos de museos, tanto municipales como provinciales, establecidos, con la promulgación del Real Decreto de 24 de julio de 1913, por el que se reorganizaba los museos provinciales y de bellas artes.8 Con el reglamento de desarrollo, de 18 de octubre de 1913, el fomento y la administración de dichos museos provinciales y municipales pasaba a manos de las citadas Juntas de Patronato. El prelado, muy preocupado por la conservación de los bienes culturales, restableció la plaza de canónigo


Montaje de diversos retablos medievales en la capilla de Palacio Episcopal de Segorbe. Ca. 1917. © Biblioteca Tomás Navarro Tomás. CSIC.


archivero de la Seo. Y, en la línea de su buen amigo, el prelado valenciano Enrique Reig Casanova, obispo de Barcelona (1914-1920), arzobispo de Valencia (19201922) y cardenal arzobispo de Toledo (1922-1927), que había creado el Museo Diocesano de Barcelona en 1916 y el Museo Diocesano de Valencia en 1922, creó el Museo Diocesano en 1923, ubicado en una dependencia del Palacio Episcopal de Segorbe. El boletín Oficial de la Diócesis de Segorbe ya había publicado el 12 de agosto de 1922 una Circular del Arzobispo de Valencia, Enrique Reig, dirigida al Obispo de Segorbe llamando la atención a curas y encargados de Iglesias diocesanas acerca de la comunicación del Nuncio Apostólico mandando que, en ningún caso, se trate de venta de objeto alguno, por insignificante que parezca, sin permiso del Ordinario.9 El Museo, con ricos objetos de la Diócesis de Segorbe, con el trabajo del archivero de Palacio, Rafael Pérez Soriano, mostraba entre sus fondos ejemplares de cerámica, muchos de ellos procedentes del castillo de la ciudad, numismática, retablos, sagrarios de los antiguos templos, los dos aldabones del antiguo convento de Santo Domingo u ornamentos antiguos. También se mostraban otros objetos procedentes de legados particulares que iban integrándose en la colección.

Enrique Reig Casanova, cardenal. © Archidiócesis de Toledo.

Luis Amigó fundaba el Museo Diocesano de Segorbe, en salones del Palacio Episcopal, concentrando en él gran parte del patrimonio episcopal y algunas piezas procedentes de diversas parroquias de la diócesis, como el retablo de alabastro (siglo XVIII), con San Joaquín y la Virgen Niña y Santiago, actualmente, en el Museo Catedralicio (MCS.349), Virgen del Pilar, San Roque y San Miguel, desaparecidos en la guerra civil de 1936. Un conjunto procedente de Vallanca (Rincón de Ademuz), de la diócesis de Segorbe hasta 1960.10

La Exposición Internacional y Segorbe En este sentido, la Exposición Internacional de Barcelona venía a reunir una gran cantidad de obra artística procedente de toda España, constituyendo la primera cita donde Segorbe y su diócesis pasaron a tener una importancia sustancial en el reconocimiento patrimonial, con una masiva e importante presencia de sus bienes muebles. 9

Boletín Oficial Eclesiástico, Segorbe, 1922, pp. 112-113. 10 RODRÍGUEZ CULEBRAS, R., OLUCHA MONTINS, F. y MONTOLÍO TORÁN, D.,

Catálogo del Museo Catedralicio Segorbe, Segorbe, 2006, pp. 300-301.

de

El gran evento quiso estructurarse en tres ámbitos temáticos, como la industria, el arte y el deporte. El arte, que es la sección que nos ocupa, contó con una muestra de cultura regional (Pueblo Español), de arte contemporáneo (Palacio de Bellas Artes) o la macro exposición instalada en el Palacio Nacional, siendo fiel reflejo de la magnificencia de los actos.


Hemos de considerar que, con la solicitud de la obras, algunas perdidas, se realizó el primer inventario y catálogo moderno de las mismas, con una ficha marco para cada una de las obras,-con número de registro, título, técnica y materia, atribución, datación y procedencia-, que fueron fotografiadas al efecto. Único testimonio de su existencia e identificación para muchas de ellas. Cabe decir que en dichas referencias se advierten dos procedencias. Por un lado Sr. Obispo de Segorbe; es decir, del “Museo Diocesano” instalado en el antiguo Palacio Episcopal a partir de 1918. Por otro lado, “Catedral de Segorbe”; es decir, obras custodiadas en la Seo por el Cabildo Catedral. La primera de ellas fue un Almohadón, tenido entonces por obra artesanal textil atribuida a talleres moriscos, en aquellos momentos en el Museo Diocesano, y aun conservado en los fondos del Museo Catedralicio (MCS481).11

-1809. Almohadón de lienzo, bordado con sedas, de estilo morisco: siglo XVI? Sr. Obispo de Segorbe.

Almohadón de la Catedral de Segorbe. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Se trata de una pieza bordada sobre base de lino en tan sólo una sola de sus caras, con un dibujo geométrico de formas angulosas seriadas con colores verdes, amarillos, rojos y azules. No conociéndose dato alguno referente al origen y modo de ingreso en los fondos del museo y de ciertos aires populares, pensamos que se trata de un trabajo más bien decimonónico. Otra de las piezas emblemáticas era el retablo de San Lucas (MCS-012),12 en aquellos momentos propiedad de la mitra episcopal y depositado en la iglesia de Peñalba (Segorbe), aunque procedente de la Catedral de Segorbe.

1807. Retablito gótico de San Lucas, con trece tablas: arte valenciano con influjo flamenco; mitad del siglo XV. Mide 1’85 x 1’40 ms. Sr. Obispo de Segorbe.13 Realizado para la Capilla del Salvador del claustro catedralicio en relación con la pequeña capilla sepulcral de Don Gonzalo de Espejo, fundador de un beneficio bajo dedicación de San Lucas, dotado con un censal el 21 de julio de 1458 y posible donante de la obra. Por algún tiempo estuvo depositado en la iglesia de Peñalba, donde lo cita Tormo,14 junto con otras tablas, tras cesión del Cabildo Catedralicio y el ordinario.

11 El Arte en España..., Op. cit., 1929, p. 195; RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 410-411.

Sin lugar a dudas, una de las piezas más importantes y antiguas de la Seo es el retablo de Santa Clara y Santa Eulalia (MCS-014),15 prestado por el Cabildo Catedral para la muestra.

236.

1814. Retablo de Santa Eulalia y Santa Clara: de la segunda mitad del siglo XIV. Mide 3’18 x 2’45 metros. Catedral de Segorbe.16

12

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 48-49.

13

14

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p. TORMO, E., Levante, 1923.

15

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 52-53.

16

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

236.


Fundada la capilla pareja a la de los Santos Antonios, en el claustro de la Catedral de Segorbe en 1402 por el obispo franciscano Francesc Riquer i Bastero (14001409), éste otorgó la dotación y beneficio de la misma, además de la fábrica de su retablo y otros objetos de culto. La obra pictórica debe asimilarse a la última época del pintor Pere Serra, donde se ha apuntado la presencia de destacados miembros de su obrador, como Joan Mates y Pere Vall.17 La tabla de San Gregorio (MCS-029) también fue una obra cedida temporalmente para la exposición barcelonesa por el Cabildo.

1817. Tabla de San Gregorio, sobre fondo de oro: mitad del siglo XV. Mide 1’25 x 0’50 ms. Catedral de Segorbe. 18

Retablo de San Lucas (Peñalba-Segorbe). Ca. 1917. © Biblioteca Tomás Navarro Tomás, CSIC.

Se trata, presumiblemente, de un fragmento de un desaparecido retablo del que no se tienen noticias, procedente de Valldecrist, en relación con un San Vicente mártir, posiblemente perteneciente al mismo retablo, al que pertenecerían también tres tablas procedentes de Valldecrist hoy en el Museo de Bellas Artes de Castellón, y otra más existente en la Colección Masaveu.19 Otra de las obras incluidas en la muestra fue el Tríptico de plata de la Catedral.20

1822. Tríptico de plata repujada. Mide 0’50 x 0’49 ms. Catedral de Segorbe.21 El presente tríptico plegable, propio de capilla privada, oratorio o altar portátil y tenido por medieval hasta hace pocos años, procede del legado a la Catedral del Obispo Luis Montagut (1868-75), tratándose de una imitación de modelos del siglo XV, realizada en la segunda mitad del siglo XIX.

17 ALCOY, R. y MIRET, M. M., Joan Mates, pintor del gòtic internacional, Sabadell,

1998. 18

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

236. 19

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 70-71.

20 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 364-365.

21

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

236. 22

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 376-377.

23

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

248.

La casulla verde de la Catedral (MCS-439),22 con toda probabilidad procede de la vecina Cartuja de Valldecrist, donde se ha identificado una pieza gemela actualmente conservada en la Hispanic Society de Nueva York, también de dicho origen. Recientes estudios han identificado en ambas la existencia de manuscritos religiosos de finales del siglo XIV bajo los escapularios bordados de escenas.

1808. Casulla de brocado oriental verde, con discos de follaje de oro, sobre fondo raso: cenefa con historias, de arte gótico: siglo XV. Sr. Obispo de Segorbe.23 Pieza de talleres valencianos, presenta diversos modelos figurativos que permiten adscribirlos a tipologías derivadas de la pintura toscano-florentina de la primera mitad del siglo XIV. Resulta curiosa la petición de la obra al obispo de Segorbe, es decir, al Museo Diocesano, lo cual aseveraría su procedencia, como pieza litúrgica, del conjunto de obras recogidas de la Cartuja de Valldecrist.


Pere Serra: Retablo de Santa Clara y Eulalia. Siglo XV. Temple sobre tabla. © Museo Catedralicio de Segorbe.

Francisco de Osona: San Gregorio, Papa. Siglo XV. Óleo sobre tabla. © Museo Catedralicio de Segorbe.

“Casulla verde” de la Catedral de Segorbe. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

“Tríptico de plata” de la Catedral de Segorbe. © Museo Catedralicio de Segorbe.


Entre las piezas cedidas a Barcelona por el Cabildo Catedral, llama la atención la presencia de la Virgen de la Sapiencia (MCS-316) atribuida a Donatello.24 Este importante relieve, atribuido a un taller toscano derivado de Donatello, procede del Castillo de Segorbe, donde estuvo sobre la puerta de la capilla en la residencia ducal, quizá traído de Italia por el duque don Alonso de Aragón (+ 1563). Demolido el alcázar entre 1784 y 1786, fue recogido por el canónigo Lozano, quien lo donó a la Catedral en 1801, según consta en el Libro de Actas. Allí pasó a emplazarse en el edículo de la nueva portada de acceso al claustro trabajada por el arquitecto Mariano Llisterri, donde permaneció hasta el año 1923, en que fue trasladada al interior del templo y sustituida por una copia. Habiendo perdido completamente la policromía, se trata de una obra renacentista excepcional, de procedencia florentina, comúnmente destinadas a monumentos funerarios u oratorios. Donatello: Virgen de la Sapiencia. Mármol de Carrara. © Museo Catedralicio de Segorbe.

1821. Relieve de mármol, que representa a la Virgen con el Niño y dos angelitos, sobre fondo de edificio en perspectiva: arte florentino del siglo XV. Mide 0’90 x 0’585 ms. Catedral de Segorbe.25 La pieza de Segorbe bien parece responder al estilo del artista florentino y a sus maneras de momentos de madurez, asimilables a las Madonnas de Berlín, Londres, Siena, Boston y Padua. Una obra de una grandísima calidad, propia del ambiente escultórico toscano de la primera mitad del cuatrocientos, asimilado al amplio obrador escultórico del artista. Una de las piezas más emblemáticas de la Catedral, afortunadamente conservada e incluida en la exposición de Barcelona fue la Sagrada Familia (MCS-021).26

-1828. La Sagrada Familia, ante fondo de paisaje: pintura de escuela lombarda, con su marco; siglo XVI. Mide 0’85 x 0’64 ms. Catedral de Segorbe.27 24

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 272-273.

25

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

249. 26

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 60-61.

27

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

312. 28

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 70-71.

Una obra asimilada al corpus de realizaciones del todavía desconocido Maestro de Borbotó, donde se observan claras preferencias por los modelos italianizados de Paolo de San Leocadio. Resuelta con pinceladas minuciosas y con veladuras, y delgadas capas pictóricas, sigue un modelo compositivo propio de la tipología italiana del cuatrocientos de vírgenes con niños. En su maravilloso paisaje de fondo se aprecian, entre plasmaciones de vegetación y animalísticas, la presencia de monjes cartujos paseando o en su vida corriente o cotidiana. San Vicente mártir, obra de Francisco de Osona (MCS30),28 es otra de las hermosas obras góticas conservadas en la Catedral de Segorbe:


1818. San Vicente, mártir, pintado en un trozo de pulsera de retablo, con tallas góticas: arte valenciano, de principios del siglo XVI. Mide 2’00 x 0’60 ms. Catedral de Segorbe.29 La obra es fragmento de guardapolvos, cimera de la calle central de un desaparecido retablo del que no se tienen noticias y del que se ha conservado, tan sólo, un San Gregorio Magno. Dentro de la selección se encontraba una de las más importantes obras del Archivo de la Catedral, muy conocida y apreciada desde antiguo, el célebre Capitulario de la mosén Eliseo Bonanad, posiblemente uno de los más reconocidos iluminadores conocidos de la antigua diócesis.30

-1824. “Capitularium”, por Eliseo Boronat. Catedral de Segorbe.31 Maestro de Borbotó: Sagrada Familia. Siglo XV. Óleo sobre tabla. © Museo Catedralicio de Segorbe.

Esta obra, concluida en 1717 con 25 años de edad, está actualmente en paradero desconocido. Durante la invasión francesa, la Biblioteca Imperial de Francia encargó su adquisición a toda costa y lo buscó concienzudamente. Guardado habitualmente en el Aula Capitular, donde se custodiaban todos los bienes verdaderamente apreciados en una caja fuerte allí construida hasta hace pocos años, el Ilustrísimo Cabildo supo apartarlo de la vista de los invasores y preservarlo hasta que el expolio de la guerra civil de 1936 lo hiciera desaparecer, por el momento.32

Francisco de Osona: San Vicente Mártir. Siglo XV. Óleo sobre tabla. © Museo Catedralicio de Segorbe.

La siguiente cita hace referencia a dos magníficas casullas del Cabildo Catedral aun conservadas en el Museo Catedralicio de Segorbe (MCS-443 y MCS-446).33

-1827 A y B. Dos casullas de brocado raso amarillo, con historias bordadas en sus anchas cenefas: de la mitad del siglo XVI. Catedral de Segorbe.34 La primera de ellas, de damasco con escapulario dividido en seis recuadros, tres a tres en anverso y reverso, con escenas referentes a los Gozos y Gloria de la Virgen enmarcadas por soportes abalaustrados y gabletes. La segunda casulla, conocida como de los tondos, elaborada en tisú de oro con escapulario de terciopelo rojo estructurado por seis recuadros con medallones bordados y ornamentación a candelieri. En ambas, las escenas siguen los parámetros propios de la pintura valenciana de la primera mitad del siglo XVI, mostrando tipologías propias muy cercanas al arte de los Juanes Macip con algunas variaciones más ligadas a lo popular. Otra de las piezas textiles importantes de la Catedral también visitó la exposición en el Palacio Nacional. Esta es la conocida casulla con armas de Aragón y Sicilia (MCS -441).35

29

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

331. 30

MONTOLÍO TORÁN, D., “José Camarón (Segorbe, 1731-1803) y algunas nuevas obras en el camino de Aragón. Del valle del Palancia a Teruel”, en Maestro de Rubielos, 2017. 31

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

342. 32

MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2017.

33

RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 380-381.

34

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

342. 35 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 376-377.


-1827 C. Casulla, toda bordada con oro y sedas, que lleva en medio los escudos de Aragón y de la iglesia: siglo XVII. Catedral de Segorbe.36 Una casulla de la primera mitad del siglo XV con brocado de repertorio de fantasía con animales fantásticos y cenefa central con las heráldicas de las casas de Aragón y Sicilia insertos en hojas tetralobuladas, posiblemente pertenecientes al patrimonio de Don Enrique de Aragón (1445-1522), el Infante Fortuna, primer duque de Segorbe. Datada en la primera mitad del siglo XV, constituye una pieza salida, con toda probabilidad, de obradores italianos. Una pieza muy interesante y desconocida, conservada en el patrimonio episcopal y actualmente desaparecida, era la siguiente:

-1802. Esmalte de Limoges, con un hombre a caballo: siglo XVI. Mide 0’175 x 0’145 ms. Sr. Obispo de Segorbe.37 Eliseo Bonanad: Capitulario de la Catedral. Catedral de Segorbe, Desaparecido. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

36

El Arte en España, Exposición Internacional de Barcelona, Barcelona,

1929, p. 416. 37

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

444.

Sin más datos de su posible origen y procedencia, se trata de un bellísimo ejemplar de gran calidad de obradores de


Casulla de raso amarillo de la Catedral de Segorbe.

Casulla de raso amarillo de la de la Catedral de Segorbe.

© Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

© Biblioteca Tomás Navarro Tomás. CSIC.

Casulla con armas de Aragón y Sicilia de la Catedral de Segorbe.

Casulla con armas de Aragón y Sicilia de la Catedral de Segorbe, detalle.

© Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

© Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.


Limoges muy relacionado con el tríptico de esmaltes de la Catedral. Lleva inscripción que permite ubicarlo: “SANCTE MARCE ORA PRO NO”, que hace referencia, probablemente, a la devoción a San Marcelo, centurión de la VII Legión de origen hispano (León) y convertido al cristianismo y mártir en el siglo III. Una imagen poco conocida pero que, recientemente, ha suscitado mucho interés es el relieve de la Virgen de la Leche del Palacio Episcopal de Segorbe.38

-1804 La Virgen María; pequeño altorrelieve, de alabastro: siglo XVI. Mide 0’175 x 0’145 ms. Señor Obispo de Segorbe.39

Hombre a caballo. Esmalte de Limoges © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Últimas investigaciones desde la presente publicación Maestro de Rubielos, la han asimilado a la mano del escultor valenciano Damián Forment, reconstruyendo la figura del escultor en tierras castellonenses y sacando a la luz alguna de sus obras, como la Virgen de Gracia de la parroquia de Altura, la desaparecida Virgen monumental de la Catedral de Segorbe o la Virgen con el Niño de Lucena del Cid.40 Entre las obras demandadas para la exposición se encontraba un desaparecido candelabro de cristal de roca, única pieza superviviente de un magnífico conjunto de altar.

-1805. Candelero de cristal de roca y bronce dorado: siglo XVI. Mide 0’365 ms. Sr. Obispo de Segorbe.41

Damián Forment:

Virgen de la Leche, alabastro. Siglo XVI. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

38 MONTOLÍO TORÁN, D., El arte al servicio de una idea. La Catedral de Segorbe en tiempos del clasicismo, Segorbe, 2014,

p. 282. 39

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

444. 40 MONTOLÍO TORÁN, D. y SIMÓN ABAD, R., “Nuevas aportaciones sobre escultura religiosa en el obispado de Segorbe y territorios limítrofes de Albarracín y Teruel en tiempos del clasicismo (siglos XVI y XVII)”, en Maestro de Rubielos, nº 6, 2017. 41

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

444. 42 MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2014, p. 272. 43

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

444.

Es bien conocido el dato de que, en noviembre de 1672, el tesorero del duque de Segorbe, Anacleto Esparsa, donó a la Seo, entre otros objetos, de una cruz y una custodia de cristal de roca, con sus ocho candelabros de cristal de dicho material y bronce dorado.42 Si bien, todo el resto del juego parece haberse perdido, pensamos que la cruz podría haberse conservado, tras el descubrimiento de una pieza pareja por la Delegación de Patrimonio Cultural de la Diócesis de Segorbe-Castellón, en el patrimonio de las monjas dominicas de Vila-real, actualmente en los fondos diocesanos conservados en la Arciprestal de San Jaime. Una importante pieza de mobiliario es un pequeño bargueño, denominado en la muestra como papelera, procedente del Palacio Episcopal o Museo Diocesano, propiedad de los Obispos de Segorbe.

-1806. Papelera en miniatura: siglo XVI. Mide 0’145 x 0’11 x 0’11 ms. Sr. Obispo de Segorbe.43 Bellísima obra, desaparecida, de ebanistería de la segunda década del siglo XVII, realizada en madera con policromía de dorados y estofados, formando dibujos de perfiles urbanos en los cajoncillos frontales y decoración ornamental y vegetal en los paneles laterales muy cercanos a las decoraciones empleadas por el taller de Juan Miguel Orliens en los retablos de la iglesia del Convento de monjas agustinas de San Martín de Segorbe.


Cruz relicario de cristal de roca y bronce del convento de dominicas de Vila-real.

Candelabro de cristal de roca de la Catedral de Segorbe, desaparecido.

© Diócesis de Segorbe-Castellón.

© Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Papelera-bargueño de los obispos de Segorbe (siglo XVII). Desaparecido. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.


Del patrimonio musical también encontramos en la muestra un hermoso ejemplar, testimonio de los fondos de libros cantorales que tuvo y tiene la Seo, junto con otra magnífica obra para la fiesta de Todos los Santos.

-1813. Un cantoral iluminado: siglo XVIII. Catedral de Segorbe.44 -1813 Cantoral iluminado para la fiesta de todos los santos: siglo XVIII. Catedral de Segorbe.45 Cantoral iluminado de la Catedral de Segorbe, desaparecido. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Dos piezas sueltas conservadas de la Catedral, ubicadas en capillas laterales de la misma y pertenecientes al antiguo retablo mayor de Vicente Macip y Juan de Juanes, San Roque y San Bernardo, aparecen reseñadas como obras de arte italiano en la exposición.

-1816. San Roque y San Bernardo; tablas con fondo dorado: arte italiano, de principios del siglo XVI. Miden 2’05 x 0’80 ms. Catedral de Segorbe.46 Una de las piezas señeras de la muestra, el gran retablo portátil de la Pasión del Museo Catedralicio (MCS-373), fue una de las obras más importantes del acontecimiento expositivo. Cantoral iluminado para Todos los Santos de la Catedral de Segorbe, desaparecido. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

-1820. Gran tríptico con doce esmaltes en grisalla, con asuntos de la Pasión: obra de Limoges, de mediados del siglo XVI. Mide 1’26 x 1’37 ms. Catedral de Segorbe.47 De talleres de Limoges, y realizado por un desconocido autor que conoce a la perfección la técnica de la grisalla, el tríptico fue donado a Catedral en 1801 por el canónigo Lozano, ocupando diversos lugares dentro de la Catedral y ubicándose a principios de siglo en la Sala Capitular.48 Una obra excepcional, única e inusual era la copa del tipo francés que se conservaba hasta la guerra civil en los fondos de la Catedral.

44

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

444. 45

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

469. 46

El Arte en España..., Op. cit., 1929, pp.

444-445. 47

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

445. 48 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 326-327; MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2014, pp. 281-283. 49 El Arte en España..., Op. cit., 1929, p. 445; MONTOLÍO TORÁN, Op. Cit., 2014, p. 272. 50

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p. 445; MONTOLÍO TORÁN, Op. Cit., 2014, pp. 273-274.

-1823. Copa, con su tapadero; de cobre, cubierta de esmaltes y con mucho oro: arte francés del siglo XVI, al parecer. Mide 0’27 ms. Catedral de Segorbe.49 Y como no, hablando de orfebrería de primer nivel encontramos el cáliz del obispo Bartolomé Martí, como reza su escudo esmaltado en el pie, una de las verdaderas joyas de la orfebrería diocesana aun en uso litúrgico y atribuido al maestro Francesc Cetina, y que debe ser considerado como el primero de la gran serie renacentista de cálices de consagración, aun a finales del siglo XV.

-1825. Cáliz de plata, muy rico, de arte del Renacimiento, con letrero sobre fondo esmaltado: primera mitad del siglo XVI. Mide 0’31 ms. Catedral de Segorbe.50 En esa línea de excelencia encontramos un pequeño cofrecillo conservado hasta 1936 en el Museo Diocesano, como propiedad del ordinario. Una extraordinaria pieza de joyería que testimonia el alto nivel de excelencia de


Tríptico de esmaltes de Limoges del Museo Catedralicio de Segorbe. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Cáliz del Obispo Bartolomé Martí del Museo Catedralicio de Segorbe. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Copa de cobres, esmaltes y oro de la Catedral de Segorbe, desaparecida. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.


alguna de las obras que se llegaron a conservar en el desaparecido Museo Diocesano.

-1803 Cofrecito de concha y filigrana de plata, con su llave: siglo XVII? Mide 0’10 x 0’75 x 0’06 ms. Sr. Obispo de Segorbe.51 También una tabla de principios del siglo XVI con San Pedro (MCS-036), del Museo Catedralicio y procedente del antiguo Museo Diocesano en Palacio Episcopal. Actualmente depositada, como imagen titular, en la parroquia de San Pedro de Segorbe, de donde tal vez provenga en primera instancia, ha sido vinculada al círculo del maestro Pablo de San Leocadio, si bien observa características anteriores en su cualidades artísticas, sobre todo en los picados del dorado, muy próximos a los talleres de Joan Reixach.52

-1812 San Pedro, pintura en tabla, sobre fondo dorado: siglo XVI. Mide 2’00 x 0’95 ms. Sr. Obispo de Segorbe.53 Del antiguo retablo mayor de Vicente Macip y Juan de Juanes (MCS-026), junto con las anteriormente citadas, siguiendo el orden de aparición del catálogo expositivo, encontramos diversas piezas:

-1819. La Anunciación, Santa Ana y la Virgen, tablas apaisadas, con fondo de oro, de tipo de Juan de Joanes: siglo XVI. Miden 1’25 x 0’67 y 1’70 x 0’60 ms. Catedral de Segorbe.54 -1815. Nacimiento de la Virgen y Adoración de los pastores: tablas de estilo de Juan de Juanes; siglo XVI. Miden 1’73 x 1’53 ms. Catedral de Segorbe.55

Vicente Macip y Juan de Juanes:

San Roque, San Bernardo, Anunciación y Abrazo de María a Isabel. © Museo Catedralicio de Segorbe.

51 El Arte en España..., Op. cit., 1929, p. 555; MONTOLÍO TORÁN, Op. Cit., 2014, pp. 271. 52 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 76-77. 53

El Arte en España..., Op. cit., 1929, pp.

567-568. 54

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

583. 55

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

586. 56 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 94-95; MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2014, pp. 243-244. 57

El Arte en España..., Op. cit., 1929, p.

587.

Los Portadores del racimo (MCS-063) y la Caída del maná (MCS-062), vinculados recientemente al pintor Vicente Castelló, procedende la capilla de la Comunión de la Catedral de Segorbe, siendo las puertas del sagrario.56

-1829. La recolección del maná y la traída de los racimos de uvas; pinturas decorativas en tabla: principios del siglo XVII. Miden 1’,43 x 0,55 ms. Catedral de Segorbe.57


Juan de Arfe y Villafañe: Cristo del altar mayor de la Catedral. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.


Vicente Castelló: La caída del Maná y los Portadores del Racimo. © Museo Catedralicio de Segorbe.


Cofrecillo del Museo Diocesano de Segorbe. © Institut Amatller d’Art Hispànic. Arxiu Mas.

Vicente Macip y Juan de Juanes: Natividad de María y Adoración de los Pastores. © Museo Catedralicio de Segorbe.


Francisco de Osona:

Dos monjes cartujos. © Museo Catedralicio de Segorbe.

Atribuido recientemente a Juan de Arfe y Villafañe, el Crucifijo de plata del altar mayor de la Catedral, es una de las obras históricas más importantes del tesoro de la Catedral de Segorbe, recuperado milagrosamente, aunque muy dañado, tras la guerra civil.58

-1826. crucifijo grande de plata, en cruz de ébano: siglo XVII. Mide 0,97 x 0,76 ms. Catedral de Segorbe.59 Y, para finalizar una obra del antiguo Museo Diocesano del Palacio Episcopal que, tras la guerra civil y la apertura del Museo Catedralicio, pasó a los fondos de éste. Un guardapolvo de calle central, que formaba parte de un mismo conjunto con otra tabla, la Huida a Egipto, también obra del mismo autor, y conservada en este Museo. Dichas piezas proceden de un desaparecido retablo de la Cartuja de Valldecrist, y ambas llegaron al Museo a través del coleccionista Gonzalo Valero.60

-1811 Dos santos cartujos, de medio cuerpo, sobre fondo de oro: tabla valenciana, de pulsera de retablo: fines del siglo XV. Mide 1’00 x 0’30 ms. Sr. Obispo de Segorbe.61 Concluyendo

Felipe Pablo de San Leocadio: San Pedro. © Museo Catedralicio de Segorbe.

58 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 332-333; MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2014, pp. 279-278. 59

El Arte en España..., Op. cit., 1929, pp.

589-590. 60 RODRÍGUEZ CULEBRAS - OLUCHA MONTINS - MONTOLÍO TORÁN, Op. cit., 2006, pp. 70-71. 61

El Arte en España..., Op. cit., 1929, pp.

598.

En gran parte, gracias a la presente magna muestra celebrada en Barcelona en 1929, poseemos datos de todas estas obras, en el presente ensayo humildemente referenciadas y muchas de ellas desaparecidas fruto del expolio bélico o postbélico. Sólo esperamos que, de alguna u otra manera, todas aquellas piezas expoliadas se conserven y puedan aparecer y ser reclamadas algún día. Unas obras que, custodiadas en aquel incipiente museo diocesano fundado por el prelado Luis Amigó, tuvieron en el actual Museo Catedralicio, al amparo del Cabildo Catedral y sus responsables, un heredero a la altura de las circunstancias que, en el presente año 2019 cumple 70 años de existencia en la lucha por la preservación del patrimonio artístico y cultural de la Diócesis de SegorbeCastellón.

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«Maestro de Rubielos» Revista Digital ISSN 2172-7570


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