La torre campanario de la parroquia de Viver constituye uno de los últimos ejemplos de la serie constructiva iniciada, por maestros cántabros y franceses, en tierras de la antigua diócesis de Segorbe desde la edificación del campanario de la Catedral de Albarracín, con diversas obras conservadas, de gran importancia, diseminadas por diversos pueblos entre los reinos de Aragón y Valencia.