5 minute read

Educación rural a distancia

Next Article
Una mochila pesada

Una mochila pesada

Escuela unidocencia. Helbert tiene a cargo doce estudiantes de todos los grados de primaria.

EDUCACIÓN RURAL A DISTANCIA

Advertisement

Maestros buscan alternativas frente a débil conectividad en casa

Escribe: Ana Sofía Condemarín Fotos: Archivo personal

Docentes de diferentes escuelas de inicial y primaria cuentan su proceso de adaptación a las clases remotas en el Perú rural: sin señal telefónica ni internet y con estudiantes que no cuentan con televisores, radios, celulares o computadoras.

Cuatro maestros de Pasco y Huánuco buscan continuar con sus clases a distancia a pesar de la falta de conexión a internet y línea telefónica, e incluso ante la carencia de electrodomésticos y dispositivos tecnológicos en los hogares de sus alumnos: radio, televisor, computadora y teléfono inteligente. Dos docentes enseñan en Pasco y los otros dos, en Huánuco. Tres lo hacen en primaria y una, en inicial. Los cuatro asumen la responsabilidad de enseñar a un grupo de escolares de diferentes grados. Y deben hacerlo sin mayores apoyos. Los padres de familia no son un acompañamiento seguro para el aprendizaje de los niños y las escuelas públicas no han recibido la suficiente atención del Estado.

El largo camino de la educación en Pasco

Hilda Alvarado León tiene 47 años y vive en el distrito de Yanahuanca, provincia Daniel Alcides Carrión, en Pasco. Se ha dedicado a la educación durante doce años y ahora es docente en la Institución Educativa N° 34157 del centro poblado Palca, ubicado en la parte alta de Yanahuanca. Ella tiene a cargo tres aulas: cuarto, quinto y sexto de primaria, nueve alumnos en total.

En la provincia de Oxapampa, también en la región Pasco, Helbert Taipe Quispe, de 50 años, ejerce su profesión en la Institución Educativa N° 34597, ubicada en el distrito de Machicura. Se dedica a la docencia desde hace 23 años y hoy tiene a cargo doce estudiantes de todos los grados de primaria en una escuela unidocente; es decir, es el único profesor. Hilda y Helbert ponen énfasis en los problemas de conectividad que siempre han tenido, pero que se han acentuado con las clases a distancia. Como lo explica Hilda: “En Palca no hay acceso a internet ni cobertura telefónica porque no contamos con antenas parabólicas. Esto dificulta mucho los procesos de aprendizaje”. Helbert coincide y precisa cómo

“En Palca no hay acceso a internet ni cobertura telefónica. No contamos con antenas parabólicas.”

la educación se ha vuelto más compleja: “La falta de conexión es trágica, los niños no tienen señal de cable para ver el programa “Aprendo en Casa” y la transmisión radial es entrecortada”.

Cada maestro ha buscado una alternativa para mitigar estas carencias. En el colegio de Palca, Hilda tiene una solución para que sus alumnos no se queden sin aprender. “Todos los días una madre de familia se encarga de caminar alrededor de una hora en las zonas de mayor altura para conseguir cobertura en su celular y descargar el material de “Aprendo en Casa”. Luego imprime las fichas en la escuela y las reparte en la casa de cada niño».

El compromiso de los docentes en Huánuco

Maria Cristina Ramos Huamán, de 42 años, vive en la ciudad de Huánuco y hace dieciséis años que se dedica a la educación. Ella trabaja como profesora de inicial en la Institución Educativa N° 449 “San Pedro”, en el distrito de Aparicio Pomares de la provincia de Yarowilca, en el departamento de Huánuco. Allí tiene a su cargo veintitrés niños de tres años. A tres horas y media, en la provincia de Leoncio Prado Gutiérrez, Yony Esquivel García, de 46 años, se dedica a la educación hace veintitrés años y vive en el distrito de Aucayacu. Es docente y director en la Institución Educativa N° 32536, del caserío Río Frío, en el distrito de José Crespo y Castillo, en donde tiene a cargo diecinueve alumnos. Para conocer qué estrategias podrían aplicar en las clases a distancia, en abril los maestros de Huánuco hicieron un estudio con el propósito de establecer cuántos alumnos contaban en casa con los recursos tecnológicos necesarios, como televisor, computadora, radio o celular inteligente. “Hicimos una encuesta en Aparicio Pomares y el 95% de hogares no tenía computadora, televisor ni radio. Sólo el 2% de padres de familia contaba con internet ilimitado en sus celulares, el resto tenía dificultades para hacer recargas electrónicas”, indica Maria Cristina.

De acuerdo con la docente, al tener en cuenta estos resultados, durante las primeras semanas enviaba a los padres de familia las actividades a desarrollar de “Aprendo en Casa” en formato PDF, a través de WhatsApp. Sin embargo, ella notó que lo padres no entendían lo que sus hijos tenían que hacer o no podían descargar los archivos debido al limitado acceso a internet.

También elaboró un cronograma para planificar las videollamadas a sus alumnos vía WhatsApp. La docente los agrupa en pares y se conecta con ellos a partir de las tres de la tarde; cada sesión dura veinte minutos: “En esas clases desarrollamos cuentos con dibujos que yo hago y a los pequeños les encanta. Es una manera de unir la estrategia con la didáctica”. Aparte, ella envía videos con papelógrafos e imágenes para asegurar la enseñanza de los niños. “Las evidencias de los resultados de aprendizaje son fotos de sus dibujos o videos de sus actividades. Los videos no deben sobrepasar el minuto, sino sería imposible enviarlos porque la conectividad es muy inestable”.

En otro rincón de Huánuco, en el caserío Río Frío, donde Yony ejerce las labores de docencia y dirección, el resultado del diagnóstico fue diferente: quince estudiantes contaban con televisor; entonces, se optó por la modalidad televisiva de “Aprendo en Casa”, la cual perdura hasta el momento. Sin embargo, para quienes se encuentran en desventaja, el maestro se encarga de resumir por escrito las clases y enviarlas vía WhatsApp a los padres de familia. Además, el profesor utiliza fichas para las actividades que va a realizar y graba audios y videos.

El mayor problema para el docente es contar con conectividad: “La señal de conexión telefónica e internet es muy mala, entonces a los niños les cuesta comunicarse”. Por lo tanto, se debe encontrar con algunos de sus estudiantes una vez a la semana, siempre por las mañanas, de manera ordenada, con mascarilla y manteniendo la distancia: “No todos se reúnen porque precisamente guardamos aislamiento social. Además, yo sufro de las amígdalas y tener el cubrebocas por mucho tiempo me hace daño. Eso es lo difícil para mí”.

Ambos docentes señalan que los problemas de aprendizaje desde casa se acentúan por la ausencia de los padres y las madres. “Es satisfactorio cuando te envían las evidencias de aprendizaje de sus hijos, pero es frustrante cuando ocurre lo contrario. Esto sucede por tres razones: creen que las clases de inicial no son importantes; muchas familias se enfermaron de Covid-19 y las clases pasaron a un segundo plano; y finalmente, son hogares de muy bajos recursos económicos y lo más importante para ellos es comer”, sostiene Maria Cristina.

“La señal de conexión telefónica e internet es muy mala, entonces a los niños les cuesta comunicarse”.

This article is from: