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WhatsApp: aliado de tutoras
Videollamadas. Un medio por el que contactarse con alumnos desde distintas regiones del país.
VOLUNTARIADO ONLINE
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WhatsApp, el aliado de dos tutoras de Cajamarca y Áncash
Escribe: Lorena Angulo
Fotos: Archivo personal
Camila Vásquez y Alexandra Vasallo son dos jóvenes limeñas que se convirtieron en profesoras y tutoras de niños que viven en zonas rurales de Cajamarca y Áncash. Ellas narran las limitaciones y desafíos que enfrentan para que las clases remotas permitan a niños y adolescentes continuar con su educación durante la pandemia.
Camila tiene 25 años y es egresada de la carrera de Comunicación para el Desarrollo de la PUCP. Gracias a una convocatoria de la ONG Enseña Perú, obtuvo una vacante para formar parte de esta organización. Ella ya contaba con experiencia en la enseñanza de niños. Anteriormente había participado en el voluntariado Educa Ancón, una organización que se encarga de crear hábitos de lectura en niños de zonas alejadas de dicho distrito.
El trabajo de Camila en la ONG se desarrolla en la modalidad remota. Ella es la tutora de quinto y sexto grado de primaria en una escuela rural multigrado que se ubica en el caserío La Zanja, provincia de Santa Cruz, Cajamarca. Camila tiene a su cargo siete niños de distintas edades con diferentes ritmos de aprendizaje, por lo que en determinados casos debe empezar desde cero. Algunos niños que viven en La Zanja cuentan con celulares que constantemente recargan para ingresar a las clases vía WhatsApp. En ocasiones, sin embargo, pierden la conexión a Internet y no pueden acceder a las videollamadas programadas. Debido a estas intermitencias en la comunicación es que suelen recibir las clases mediante mensajes de texto o de voz. Este aprendizaje se torna mucho
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más difícil cuando se trata de enseñar matemáticas o se requiere el uso de gráficos.
Solo dos familias cuentan con los recursos necesarios para pagar un plan de Internet y que sus hijos accedan a las clases remotas por medio de la plataforma Zoom. Distinta es la situación de otros dos alumnos que no disponen de señal en sus casas, por lo que deben caminar varios kilómetros y subir a un cerro cuya altura les permita captar la señal. A veces las clases se interrumpen por las lluvias y los niños tienen que volver corriendo a sus viviendas.
Enseña Perú “cree en el poder de la educación y confía en el potencial de todos los peruanos”.
Otro factor que dificulta el proceso de enseñanza y aprendizaje, revela Camila, es que la mayor parte de niños no cuenta con un acompañamiento en casa que los pueda ayudar en su formación. Como la mayoría de los padres se dedica a la ganadería o la agricultura, generalmente no están en el hogar. Además, muchas veces el niño también apoya en el trabajo de campo.
Alexandra Vasallo, profesora de la comunidad Nuevo Progreso
Alexandra Vasallo, egresada de la carrera de Comunicación e Imagen Empresarial en la UPC, es tutora virtual en una escuela intercultural bilingüe de una comunidad rural llamada Nuevo Progreso, en la provincia de Huari, Áncash. Todos los estudiantes de esta escuela son quechuahablantes.
Alexandra recuerda que al principio de la pandemia, el gobierno decidió que los niños reciban clases mediante el espacio televisivo Aprendo en Casa, el cual fue promovido por el Ministerio de Educación.
Sin embargo, desde Lima no advirtieron que el programa presentaba más de un problema. Por ejemplo, los niños no entendían las clases, ya que los temas que se enseñaban eran muy avanzados. Además, se transmitía en un Nivelación del año escolar
Según el Ministerio de Educación, solo en julio de 2020, la deserción escolar en estudiantes de primaria aumentó del 1.3% al 3.5% (128,000 estudiantes). Y en secundaria esta tendencia subió del 3.5% al 4% (102,000 alumnos). Estos números suman 230,000 estudiantes que ya no forman parte del sistema educativo.
Hugo Reynaga, director general de la Digeibira (Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural), sostiene que las competencias que debían alcanzar los alumnos el año pasado recién se lograron en junio de 2021, debido al atraso del año escolar de un número significativo de estudiantes que abandonaron sus estudios en medio de la crisis sanitaria.
“Los profesores realizaron evaluaciones a sus alumnos en marzo de este año para saber en qué nivel del logro de la competencia se encontraban respecto a lo que debería haberse adquirido en el 2020. De acuerdo a los resultados de dicha evaluación, ellos están desarrollando con sus estudiantes un proceso de consolidación de aprendizaje correspondiente al año pasado. Este mes se hará una nueva evaluación y se procederá a enseñar los temas pertenecientes al año académico 2021”, precisa. castellano fluido, idioma que ellos recién están aprendiendo. Ante este escenario, Alexandra tomó la iniciativa de brindar las clases a sus alumnos mediante la ejecución de proyectos en vez de materias.
Luego, la escuela decidió adoptar ese método de enseñanza en todo el nivel primaria. Los profesores se encargan de crear en conjunto los proyectos. De ese modo, se prioriza el desarrollo de competencias que exige el Ministerio de Educación.
Los alumnos desarrollan actividades en su propio entorno y buscan espacios de aprendizaje en la vida cotidiana. Por ejemplo, uno de los proyectos consiste en que el niño busque una planta medicinal que sirva para mitigar alguno de los síntomas que provoca el Covid-19. Los estudiantes investigación y, posteriormente, exponen las propiedades de esa planta por medio de un video o alguna entrevista a un familiar.
Alexandra cuenta con doce estudiantes a su cargo y brinda clases individuales a seis de ellos por día durante una hora, tres veces por semana. Estas sesiones varían de acuerdo a las responsabilidades de cada niño, dado que algunos ayudan a sus padres en el trabajo de campo o en otras labores. En cuanto al acceso a Internet, Alexandra precisa que los niños recibieron tablets del Ministerio de Educación con la que vieron solucionado este tema desde cierta medida.
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