34 Tribuna Comunista 374
Opinión
MOVIMIENTO COMUNISTA MEXICANO FEBRERO 28 DE 2020
Ideas y debate revolucionario
Fátima y el miedo Teresa Gurza
Se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con la condena a 29 años de prisión, del productor de cine Harvey Weinstein, cuyos abusos detonaron el #Me Too y el inicio de una posible revolución femenina que pudiera cambiar muchas cosas. En México, mientras López Obrador “moraliza” al país y se pelea con las feministas que dice se oponen a los cambios espirituales que persigue, se incrementan los asesinatos contra niñas y jóvenes; crímenes que el Presidente piensa, son “el fruto podrido del egoísmo y de la acumulación de bienes en unas cuantas emanos". Con esa visión desde el poder, seguirán angustiándonos sin remedio las historias de Fátima, Ingrid, Joselin, Valeria, Arlet, Evelyn, Kimberly, Nancy, Jaquelin, Graciela, Gatziella, Gaby, Yesica, Jimena, Paola, Berenice, Mar, Marbella, Camila y otras tres mil 820 asesinadas en menos de un año; más de diez al día. Y continuará la impunidad, porque no todos los asesinatos se denuncian y de los que sí, solo uno de cada cinco se cataloga como femi-
nicidio, apenas tres de cien culpables, son condenados y según la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, hay seis mil carpetas sin investigar. Dicen las estadísticas que la mayoría de las mexicanas, casi siete de cada diez, hemos pasado en mayor o menor grado, por situaciones familiares de violencia. A varias, el terror las ha llevado a cometer actos inexplicables de no mediar un miedo mayúsculo. No pretendo exculparlas, pero puedo imaginar el pavor de Giovana, asesina de Fátima, ante las amenazas del marido de violar a sus hijas si no le llevaba una niña para hacerla su novia. Y el de la señora de Saltillo, tan temerosa de la ira de su esposo que al percatarse que su hijita había muerto, la metió en una bolsa, la tiró en un baldío y fingió que se la habían robado, porque “sabía que me iba a echar la culpa.” Cuando son el terror y el chantaje y no el amor, la empatía y la confianza, los que rigen una sociedad, o a gran parte de una sociedad,