43 Tribuna Comunista 374
Opinión
MOVIMIENTO COMUNISTA MEXICANO FEBRERO 28 DE 2020
Ideas y debate revolucionario
Nuestro país no es una isla Luis Ramos
Hace unos días un amigo me comentaba, como las ideas y planteamientos socialistas desde finales del siglo pasado casi no habían avanzado e incluso se estancaron en varios sentidos, coincido totalmente con su comentario, creo que este pensamiento no ha evolucionado ni dado salidas y propuestas a los nuevos problemas que presenta hoy el gran capital, la mayoría de las veces solo se queda en la lucha contra el neoliberalismo olvidando que el proyecto de la izquierda, hoy más que nunca debe de ser la búsqueda de un nuevo orden, donde sean sustituidos y rebasados todos los modelos del sistema capitalista que hasta el día de hoy han prevalecido y no solo una de sus manifestaciones, esto no quiere decir dejar de retomar los aspectos positivos de cada uno de ellos, tampoco se trata de tirar la tina del agua sucia con todo y niño. Derrotar la cultura e ideología donde solo prevalece el mercado, la ganancia y el consumo irracional, pugnar nuevamente por crear un nuevo orden económico político y social acorde con las nuevas necesidades. Nuestro
mundo, el de hoy, necesita un cambio mayor al que se dio con la caída del feudalismo y el arribo del capitalismo. Este siglo se está caracterizando por un mayor desgaste y descomposición del sistema capitalista, formas más depredadoras de explotar y utilizar los recursos naturales, junto con una mayor agudización y confrontación social tanto individual como entre las clases sociales y sus estamentos, sin querer ser catastrofista, ya no solo se trata de luchar contra la explotación del hombre por el hombre, hoy si no se cambian las reglas sociales de manera radical, podemos llevar a nuestra especie y la vida en general de nuestro planeta a su extinción. Mucha es la problemática mundial pero principalmente cuatro son las que quisiera comentar. 1-El cambio climático: La frivolidad con que se ha abordado la contaminación y el sobrecalentamiento de la tierra, no solamente por la gran mayoría de la sociedad mundial, sino también por un importante número de gobiernos, incluido el nuestro, no toman en cuenta la magnitud de la