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Miércoles, 17 diciembre, 2008
LA CIUDAD concejala del Distrito, Itziar González. En cualquier momento del día se puede encontrar actividad en La Ribera, aunque en definitiva, la intensidad varía de unas calles a otras. A medida que se acerca la noche, o bien, el fin de semana, el movimiento aumenta, y es entonces cuando quejas por el ruido son lanzadas desde los balcones. “Muchos vecinos se han ido a otros barrios porque no soportan el ruido. Esto no pude ser un decorado, que veas a los balcones y nadie viva dentro. Yo tengo que dormir con tapones, porque aquí es imposible pretender dormir antes de las 3:30 a.m.”, se queja acalorado Barceló. La Ribera, como corazón latente que es del centro de Barcelona, cuenta con las ventajas y desventajas que acarrean su propia condición. De modo que es natural que existan complejos desencuentros entre quienes se relacionan de una manera u otra con el barrio. El reto, indican los vecinos, está en trabajar de cara a que éste sea un espacio que puedan disfrutar todos. Y prever que si llega a pasar de moda, como un día sucedió cuando cerró el Mercado del Born, el barrio no vuelva a ser descuidado ni olvidado.
Un barrio turístico entierra ningún traidor, hasta perdiendo nuestras banderas será la urna del honor”, versa la inscripción del memorial. Al seguir el camino por el Paseo del Born se llega al antiguo Mercado del Born, obra de Josep Fontseré y representativa de la arquitectura modernista en hierro, el cual colinda con el Parque de la Ciutadella, que los fines de semana se Interior de Santa María del Mar. llena de visitantes atraídos por el zoológico, el Museo de Zoología y los eventos al aire libre.
Parque de la Ciutadella
Iglesia Santa María del Mar vista desde el Paseo del Born
Entre las visitas obligatorias que aparecen en cualquier guía, están los tres museos que se ubican en la calle Montcada; el Picasso – que ocupa tres palacios enteros-, el Textil y el de Arte Precolombino. Le siguen la majestuosa y a la vez sencilla basílica gótica, Santa María del Mar (1384), que por cierto inspiró a Ildefonso
Falcones a escribir la exitosa novela histórica, La catedral del mar. A la par se encuentra la concurrida plaza del Fossar de les Moreres. Debajo de la cual se hallaba antes un cementerio medieval, donde en el S. XVIII fueron sepultados los soldados que dieron la vida defendiendo a Cataluña en la Guerra de Sucesión (1714).
En honor a ellos, se erigió ahí mismo en 1989 un monumento de estilo minimalista, creación de Albert Viaplana. Desde su construcción, el lugar se llena de mucha actividad, especialmente cada 11 de septiembre con la conmemoración de la Fiesta Nacional de Cataluña. “En el Fosar de les Moreres no se
Proyectado en 1872 también por J. Fontseré, el trazado original se modificó para que pudiera tener lugar la Exposición Universal de 1888 y, más tarde, para instalar el Zoológico, uno de los más importantes de Europa. Hoy en día, el parque es uno de los espacios urbanos con más actividades culturales de la ciudad. Uno de ellos es el ciclo de jazz que cada año se celebra entre los meses de junio y septiembre. En el área se halla además el Parlamento de Cataluña.
Los tres momentos de esplendor comercial a Ribera vivió su primera época de gloria, entre los siglos XIII y XV, cuando fue el centro económico y de la nobleza de Barcelona. Este esplendor se terminó en 1714, cuando después de la invasión de las tropas borbónicas, Felipe V mandara a destruir gran parte del barrio y sus alrededores como castigo a sus opositores. El segundo momento se vivió a partir de la apertura, en 1878, del Mercat del Born, que le devolvió su intensa actividad comercial al barrio. Funcionó como central de abastos hasta 1971, año en que el Ayuntamiento decidió cerrarlo para trasladarlo a un mercado de mayor envergadura, el Mercabarna. A partir de entonces se produjo un traumático declive en La Ribera. Se desintegró su tejido social
L
El Mercado del Born será convertido por el Ayuntamiento en un Centro Cultural, donde se podrá caminar entre los restos de la Barcelona enterrada en 1714. Funcionará como la segunda sede del Museo de Historia de la Ciudad, y se espera que la primera etapa del proyecto esté lista a finales del 2010.
con emigración de muchos de sus habitantes. Los edificios se deterioraron y el barrio quedó “bastante abandonado”. No fue hasta finales de los 80´s que, de cara a las Olimpiadas del 92, el gobierno local volvió de nuevo los ojos hacia el barrio. En 1987 se puso en marcha un Plan de Rehabilitación Integral en Ciutat Vella, el cual en el caso de La Ribera fue gestionado con fondos mixtos, de la administración pública y del sector privado, con la intención de mejorar el estado del barrio y reactivar su economía. Dio tan buen resultado la estrategia, que la zona se convirtió en una de las más turísticas y de moda de Barcelona. Este período podría denominarse entonces como su tercer momento de esplendor.
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Miércoles, 17 diciembre, 2008
LA CIUDAD
La Ribera, un barrio en
transición
Plaza el Fossar de les Moreres. Aquí yacen los soldados que lucharon en la Guerra de Sucesión (1714).
Texto y fotos por: Eliett Cabezas
T
odavía a finales de los 60´s, era común ver en el barrio de La Ribera, artesanos tejiendo cestas en los talleres que había en la calle Esparteria. Escenas como éstas son las que extraña Salvador Sanz, propietario de Cafés El Magnífico, negocio fundado por su abuelo en 1919. “Recuerdo el barrio de cuando yo era pequeño y jugábamos al fútbol. Era un barrio de calles adoquinadas, de pequeños artesanos, de gente humilde. Era un barrio con muchas familias inmigrantes, de Andalucía y de otros puntos de España, donde se conocía casi todo el mundo”. La Ribera, desde sus orígenes en el siglo XI, cuando surgió como uno de los primeros poblados construidos fuera de las murallas romanas, ha sido un barrio versátil. A lo largo de los siglos ha ido mudando de piel, y aprendiendo a reiventarse a sí mismo, sólo que ahora se encuentra en una crisis de identidad, que está afectando principalmente, a los vecinos originales de la zona.
Hace unos 15 años, comenzó un nuevo ciclo para La Ribera, debido al impacto que tuvo la celebración de los juegos Olímpicos en la ciudad. Desde entonces Barcelona se colocó en el mapamundi como un destino turístico atractivo, y el municipio de Ciutat Vella, al cual pertenece este barrio, ha sido de los más promocionados.
La Ribera perdió el sentido de barrio, porque ahora es un parque temático. La Ribera pasó de ser el patito feo que era en los años 80´s, a ser la niña chic del siglo XXI. Se convirtió en el barrio más “trendy”, en el “Soho” catalán, donde se están marcando las nuevas tendencias. Esta metamorfosis se dio poco a poco como producto de la imparable “especulación inmobiliaria” que se desató en los 90´s. Los viejos establecimientos de comercio local, en su mayoría, se vieron obligados a cerrar. Esta movilización a
su vez, dio paso a la llegada masiva de diseñadores locales y extranjeros de diferentes estilos que quisieron apostar por el barrio, instalando en él sus galerías y talleres de arte, exclusivas boutiques y tiendas gourmet. En paralelo, fueron abriendo cafés, heladerías, pastelerías, bares y restaurantes de toda clase; sólo hay algo que casi todos tienen en común, “estilo”. La llave para entrar en la nueva piel del barrio. Vecinos como el actor Manel Barceló no ven con buenos ojos estos nuevos escaparates. Él alega que la Ribera “perdió el sentido de barrio, porque ahora es un parque temático. Se ha hecho p r á c t i c a m e n t e monotemático, de moda, diseño y hostelería”. Los resultados del turismo han sido tan exitosos para la economía local, que tanto el sector público como el privado se han mantenido ocupados de asegurar el constante flujo de turistas, así sea a expensas o en detrimento de los derechos o comodidades de los propios residentes. La presidente de
la Associació de veïns del Casc Antic, María Mas, explica que hace unos cinco años apareció un nuevo tipo de negocio inmobiliario, los famosos “pisos turísticos”, que consisten en la renta de apartamentos por día. Como empezaron de manera ilegal, brotaron con rapidez por las fincas del área. Y fue a partir de las denuncias de vecinos, que el Ayuntamiento los detectó y luego tomó medidas para regularlos a través de la Ley de Vivienda, la cual ahora solicita una
licencia específica para ese uso de suelo. “Lo que nos preocupa no es que el crecimiento del turismo ha ido acompañado de unos empresarios que ofrecen alojamiento turístico de cualquier manera y sin garantías, y que abren comercios pensados más para el consumo compulsivo y de baja calidad, que comercios singulares y diferenciados, y esto repercute negativamente en nuestros vecinos”, explica la
Las calles Antiguamente el tipo de actividad del negocio es lo que daba nombre a la calle. La calle corders por ejemplo, es donde trabajaban la cuerd, y carders donde cardaban la lana. Ésta es nuestra historia, dice orgulloso el actor Manel Barceló.