Darkside Daily Barcelona Emma Cerdà
Madrid o Barcelona. Mar o montaña. Blanco o negro. Alt Guinardó o Baix Guinardó. Dos barrios que comparten nombre pero poco más. Dos realidades que emergen separadas, únicamente, por el Hospital de Sant Pau. Es, en su conjunto, el Guinardó.
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Las dos caras del Guinardó
Situado en la frontera con los distritos de Gràcia y Eixample, hasta hace poco más de 100 años esta barriada era casi inexistente. En su orografía predominaban los campos de conreo, pedreras y cortijos; entre ellos, destacaba el “Mas Guinardó” (construido en el siglo XV pero reformado en el siglo XIX) que acabaría dando nombre al barrio. Poco a poco, familias de clase media instalaron sus hogares manteniendo la tradición de los pequeños huertos. Más tarde, ya en la década de los 50, la oleada de inmigración andaluza y extremeña acabó de dar forma a este barrio hasta día de hoy.
Dos barrios que comparten nombre pero poco más. Dos realidades que emergen separadas, únicamente, por el Hospital de Sant Pau El Baix Guinardó es un prolongamiento del plan Cerdà. Sus edificios son altos y nuevos con calles anchas donde el tráfico fluye constantemente. Su comunicación con el centro de Barcelona es exquisita; la presidenta de la Asociación de Vecinos del Baix Guinardó, María Rodríguez, me explica que hay hasta tres líneas de metro, así como numerosos buses que enlazan el barrio con la ciudad. Rodríguez, está embelesada con su barrio “es seguro, hay una gran integración con los recién llegados, hay comercios…es un barrio completo”.
El Guinardó (o Alt Guinardó) poco tiene que ver con esa imagen. Escondido tras el majestuoso Hospital Sant Pau, a partir de ahí nos encontramos con cuestas y más cuestas que se alzan sobre la muntanya pelada. Las casas, de principios del siglo XX, nos recuerdan los orígenes del barrio, donde familias de clase media y bien estantes residían. La comunicación es mucho más compleja. Sus calles empinadas son difíciles para los viandantes más débiles (mayores, embarazadas…) y sólo una línea de metro llega hasta los bajos de la
montaña. Rafael Tubao, director del Centre Cívic del Guinardó (el primero de Barcelona, se inauguró en 1982), me explica que es una zona con mucho más carácter, aunque él tiene claro con que se queda: “con las maravillosas vistas de la nuevaBarcelona”.
las tardes. Todo ello ha conllevado a una inexistencia de conciencia de barrio y una escasa participación. Para Pere Nieto, consejero técnico del distrito HortaGuinardó, “el asociacionismo es la gran diferencia entre las dos zonas y es la consecuencia de la geografía de ambas. El ying o el yang. L’Alt y El Baix Guinardó es una el Baix Guinardó no sólo estructura sin unidad y el se diferencian visualmente. Guinardó es una realidad”. Va mucho más allá. El tejido asociativo en la parte Efectivamente, en el Alt baja del Guinardó ha sido Guinardó la vida cultural y casi nulo. Prácticamente, la participativa emerge. Al ya única entidad que funciona nombrado Centre Cívic del es la Asociación de Guinardó, debemos unirle Vecinos, con actividades el casal de entidades Mas lúdicas y ociosas durante
Guinardó, la cooperativa de libros Rocaguinarda y, cómo no, el centenario club de futbol Martinenc. La conciencia de barrio es muy fuerte, así como la participación en todas las actividades que conciernen. Es, para Nieto, “otro mundo”.
Para Pere Nieto, consejero técnico del distrito Horta-Guinardó, el asociacionismo es la gran diferencia entre las dos zonas Antigüedad o modernidad. Incluso en las inversiones los dos “guinardós” van por separado. Mientras,
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pág. 31 “Ara sí que sí” Los vecinos del Baix Guinardó están de enhorabuena. Tras años de fuertes demandas vecinales, el ayuntamiento ha aprobado el derribo del viaducto de la Ronda del Guinardó. Con un presupuesto de 3,3 millones de euros, se prevé acabar con la movilidad, el ruido, los itinerarios de la gente,…de cara al 2009. “Es nuestro gran triunfo” explica María Rodríguez, presidenta de la Asociación de Vecinos del Baix Guinardó. “Se propondrán nuevas ideas para dar vida a esta plaza (Alfons X El Savi); será un proceso abierto a toda la comunidad vecinal”. El nuevo proyecto dará acceso al túnel de la Rovira mediante una rotonda de forma elíptica; por otra parte, se
La construcción del viaducto se remonta al final de la dictadura franquista. El alcalde, elegido a dedo desde Madrid, José María Pociello, aprobó un proyecto que, desde antes de su construcción, ya tenía en contra a la comunidad vecinal. Desde entonces, se han conseguido pequeños logros fruto de intensas reivindicaciones; de esta manera, en 1985, los vecinos consiguieron el derribo de una de las dos calzadas (la que iba en dirección Besós), que pasaba muy cerca de los balcones de algunas casas. Los responsables institucionales siempre han aplazado el proyecto por falta de presupuesto, aunque, ahora sí que sí (lema de la Asociación desde que
Un hombre observa las remodelaciones del edifico Mas Guinardo y sus entornos. Para el año 2008 se prevé la remodelación del Mercat de Guinardó (con un Centro de Asistencia Primario y una escuela infantil) y un “giro” del Hospital de Sant Pau que dejará de dar la espalda al barrio .
durante años, el Baix Guinardó ha sido un barrio cuidado por las instituciones (aunque con la excepción de la eterna reivindicación del derribo del viaducto de la plaza Alfons X), el Alt Guinardó ha vivido olvidado. Para Josep Busquets, miembro de la cooperativa Rocaguinarda, “es un retraso histórico. Un verdadero agravio comparativo”. Pero, y con años de espera, los proyectos parece que llegan; para el año 2008 se prevé la remodelación del edificio Mas Guinardó y su entorno, una zona de equipamientos en el
Mercat de Guinardó (con un Centro de Asistencia Primario, una escuela infantil…) y un “giro” del Hospital de Sant Pau que dejará de dar la espalda al barrio.
Durante un tiempo, incluso se propuso cambiar el nombre al Baix Guinardó por Parc de les Aigües con el fin de dejar de pertenecer al mismo barrio La contraposición y el antagonismo entre Baix y Alt Guinardó han ido hasta muy lejos. Durante un
tiempo, incluso se propuso cambiar el nombre al Baix Guinardó por Parc de les Aigües con el fin de dejar de pertenecer al mismo barrio. Pero, tal y como escribía Joan Brossa, poeta y dramaturgo catalán nacido en el Guinardó, “hay aspectos parciales de la realidad que desligados del conjunto deforman el sentido de los hechos”. Quizás Brossa sabía que estas diferencias enriquecían a los barrios. Quizás, y tal y como me explica María Rodríguez, para ver las Habaneras de las fiestas todo el Guinardó (Alt y Baix) se reúne en la misma plaza.
La comunicación en el Alt Guinardó es mucho más compleja. Sus calles empinadas son difíciles para los viandantes más débiles y sólo una línea de metro