EL RETIRO
Margarita Sim贸
Presentación Hasta la década de 1630 los terrenos que ocupa en la actualidad el Parque del Retiro eran tierras de labor, pequeños bosques y campos de jarales. También había algunas ermitas, pequeñas casas de labor y el Monasterio de San Jerónimo el Real. Junto al monasterio, los reyes tenían un Cuarto donde solían retirarse para guardar luto, preparar entradas solemnes en la corte o pasar los momentos previos a los juramentos que recibían los príncipes. Es precisamente este retiro de los reyes lo que le ha dado el nombre al parque. En 1630 el Conde Duque de Olivares, ministro privado de Felipe IV, decidió fundar allí un lugar de recreo para los soberanos. Para este propósito se adquirió una vasta extensión de terrenos que había junto al monasterio. El nuevo complejo de recreo constituido por jardines, remozadas ermitas y el estanque grande que hoy se conserva, fue inaugurado en la noche de San Juan de 1631 con fastuosas celebraciones. Pero Olivares quiso ir más lejos y en su beneficio político convenció a Felipe IV de la conveniencia de construir en el Buen Retiro un palacio real de recreo.
Un palacio en un vergel Las obras se realizaron entre 1632 y 1640 bajo la dirección del maestro de obras Alonso de Carbonell. También se fueron construyendo nuevos jardines –como la conocida plaza de Ochavado-, mientras que la Corona adquiría nuevas parcelas para incorporarlas al Real Sitio. El resultado fue un extenso palacio rodeado por jardines con estanques, lagos, canales, casa de fieras, y un coliseo, que hacían las delicias de la monarquía. En el siglo XVIII los Borbones añadieron nuevas construcciones: la Fábrica de la China (1759) y el Observatorio Astronómico (1790-1808). Deportes variados El Retiro también puede ser un buen lugar para practicar diversos deportes. Entre las posibilidades que ofrece destaca el ciclismo, el patinaje y el footing, ya que los amplios caminos que tiene permiten hacerlo sin molestar a los viandantes e incluso alcanzar cierta velocidad. Es muy común ver a primeras horas de la mañana y a últimas horas de la tarde en verano y en las horas centrales del día en invierno a grupos de jóvenes equipados para practicar estos y otros deportes similares como la marcha. Además hay una zona especialmente habilitada para los patinadores a la que también acuden los especialistas en acrobacias sobre una bicicleta. Después de hacer ejercicio los deportistas pueden refrescarse si lo desean en las duchas del polideportivo de “La Chopera”, situado en el interior del parque. Pero si se prefieren otros deportes, estas instalaciones permiten practicar fútbol sala, fútbol 11 y fútbol 7, tenis musculación, baile y fitness de forma guiada, mediante un profesor, o de forma libre. No obstante, uno de los mayores atractivos de este parque es su estanque, no sólo por sus actividades de remo sino también por el entorno natural en el que se encuentra. Durante todo el día el visitante puede subirse a una barca para disfrutar de sus vistas y practicar remo, o bien subirse a la barca colectiva que durante 45 minutos navega por el recinto. Además del remo, en el estanque se puede practicar piragüismo e incluso participar en competiciones.
Los monumentos Real Academia Española de la Lengua Las primeras iniciativas para la fundación de la academia se deben a Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, pues estando de virrey en Nápoles pudo comprobar por sí mismo el mal uso que se hacía de la lengua castellana en tierras italianas, por lo que a su regreso a España propuso al rey Felipe V crear una institución con el fin de velar por su correcta utilización. De este modo, con el apoyo estatal de 60.000 reales anuales se creó en 1713 la Real Academia Española con la misión de cultivar y fijar la pureza y la elegancia de nuestro idioma. Entre 1713 y 1715 varias disposiciones legales establecieron la forma de gobierno, los estatutos, la organización de la institución y el número de
miembros que tendría, aprobándose también un primer plan para la elaboración de un diccionario, cuyos seis primeros volúmenes se publicaron entre 1726 y 1739. Durante estos años la academia celebró sus reuniones y juntas en las casas del marqués de Villena, que a la sazón había sido nombrado su primer director, y después siguieron celebrándose en las casas de los sucesivos directores que tuvo la institución, hasta que en 1754 Fernando VI les cedió algunas habitaciones de la Casa del Tesoro. El trabajo de la academia siguió creciendo con la publicación de tratados de gramática, y ortografía, además de recuperar, corregir y comentar ediciones de obras de autores españoles como el Quijote, el Fuero Juzgo y muchas otras más, como una recopilación de poesías anteriores al siglo XV. Durante el breve reinado de José I Bonaparte fueron refundidas durante algún tiempo las Reales Academias de la Lengua y de la Historia, siendo probablemente en estos momentos cuando se produjo su traslado a la calle de Valverde, 26, ya que coincide con la época en que se derriba la Casa del Tesoro y otras tantas manzanas de casas para crear la futura Plaza de Oriente. En esta nueva sede, ya entonces propiedad de la academia, se contaba con dependencias más espaciosas para sus funciones y para albergar su copiosa biblioteca. Y es que iban aumentando las tareas, los certámenes públicos y las publicaciones, lo que obligó a realizar en 1847 y 1859 sendas reorganizaciones que trajeron un aumento del número de académicos de plaza y supernumerarios. Aprovechando la apertura de la calle de Alfonso XII y la parcelación de parte de los terrenos que habían pertenecido al Real Sitio del Buen Retiro, la academia inició en 1884 los trámites pertinentes para ubicar su sede en esta nueva barriada que se estaba construyendo. Tras varios años de espera, en 1891 se encargó al arquitecto Miguel Aguado de la Sierra la construcción del nuevo edificio, sobre un gran solar rectangular que conformaba una manzana entera de casas. La nueva sede, inaugurada en 1894 por la reina regente María Cristina de Austria, fue concebida con gran sencillez y funcionalidad, y, sobre todo, con la intencionalidad de que sus trazas neoclásicas encajaran con la estética del Museo Nacional del Prado y con su vecina iglesia de San Jerónimo el Real. De hecho, los recursos técnicos y los materiales empleados en su construcción son de inspiración dieciochesca: una gran caja realizada con lienzos de ladrillo en los que impera la simetría de los vanos y frontones realizados en piedra, así como de unos pocos motivos decorativos. Al igual que el Museo Nacional del Prado, la fachada principal es clasicista, estando compuesta en este caso por un pórtico tetrástico de columnas dóricas, frontón y escalinata. Dirección: Calle de Ruiz de Alarcón, 17 c/v, Calle de Felipe IV, 4 c/v, Calle de Moreto, 2, c/v Calle de la Academia, 1. Monumento a la Reina María Cristina Situado frente al Casón del Buen Retiro, está dedicado a la reina María Cristina de Borbón, cuarta mujer de Fernando VII, y madre de Isabel II. A la muerte de Fernando VII esta mujer asumió la regencia de España hasta 1840 y durante su mandato España abandonó definitivamente las formas de gobierno del Antiguo Régimen para ir convirtiéndose en una nación constitucional y liberal. Por iniciativa de los generales Pavía y Lacy, el monumento fue realizado por Mariano Benllure en colaboración con el arquitecto Miguel Aguado. Consta de dos cuerpos; estatua y pedestal. En cuanto a la estatua, está fundida en bronce y representa a la reina gobernadora recogiendo su manto con la mano izquierda, mientras que con la derecha sostiene un ejemplar del Estatuto Real – promulgado en 1834, fue el primer marco jurídico que reguló la vida política en el naciente Estado liberal-. El pedestal está realizado en mármol y sobre un cuerpo saliente se ve la imagen de la Historia presidiendo una inscripción que conmemora algunos hechos importantes que se produjeron durante su mandato: Conservatorio de Música. Decreto de amnistía. Ministerio de Fomento. Estamento 1834. Ciencias, Artes y Oficios. Convenio de Vergara. Universidades del Reino. Fue inaugurado en 1893.
Dirección: Calle de Felipe IV, s/n.
Museo del Ejército Está situado sobre lo que en tiempos fue el Salón de Reinos del antiguo Palacio del Buen Retiro, construido por orden del rey Felipe IV a iniciativa del Conde Duque de Olivares entre 1632 y 1640. Concebido como un palacio de recreo para la monarquía, se situó sobre los terrenos del entonces Real Sitio del Buen Retiro; una posesión real con una superficie de casi doscientas hectáreas que se extendía desde la Puerta de Alcalá hasta el Monasterio de Nuestra Señora de Atocha, y que a groso modo, correspondería con lo que hoy conocemos como el Parque del Retiro. Las obras empezaron en 1632, bajo la dirección del maestro de obras Alonso de Carbonell, con una reforma del Cuarto Real de San Jerónimo, un edificio anejo al monasterio utilizado por los monarcas como lugar de Retiro. De ahí, se prosiguió hacia el norte, estructurándose en torno a un gran patio denominado Plaza Principal. La edificación se realizó con una gran rapidez, de tal manera que hacia 1633 estaba prácticamente terminado. No obstante, las obras se prolongaron hasta 1640 añadiéndose la Plaza Grande (16341636), el Picadero (1637), el Casón –concebido como Salón de Baile-, y el Coliseo (1638-1640). El resultado de estas obras fue un bello y extenso palacio rodeado por jardines con estanques, lagos, canales, casa de fieras, y coliseo. Durante la invasión francesa de 1808, la vecina Fábrica de Porcelana de la China -situada en el Retiro- se convirtió en centro de operaciones del ejército de Murat; así, cuando en octubre de 1812 entraron en Madrid las tropas británicas al mando del General Hill, los alrededores del palacio se convirtieron en un improvisado frente de batalla que hizo que la mayoría de sus dependencias quedaran reducidas a escombros, salvándose únicamente el Salón de Reinos, el Casón y el Parterre. En 1841, y por orden del General Espartero, el Salón de Reinos se destinó a sede del Museo de Artillería. En la actualidad, el edificio está ocupado por el Museo del Ejército, un museo creado en 1932 en virtud de la fusión del Museo de Artillería, del Museo de Infantería (que estuvo situado en el Alcázar de Toledo), y del Museo Histórico Militar. En sus salas podemos ver armamento de todas las clases y épocas, trofeos, banderas, uniformes, y maquetas; un rico fondo mediante el cual, el visitante puede comprender un poco mejor la historia militar española. Pero sin duda, uno de los principales atractivos es el edificio, en donde aún hoy, se pueden observar en su techo, las pinturas de las armas y blasones de los antiguos reinos de la Monarquía española de la época. Por último, decir que en la actualidad existe un proyecto para integrar el Salón de Reinos al complejo del Prado, lo que implicaría el traslado de los fondos del Museo del Ejército al Alcázar de Toledo. No obstante, todavía no hay nada definitivo.
Dirección: Calle de Méndez Núñez, s/n. Palacio de Bruno Zaldo Situado en la calle Alfonso XII, junto al Casón del Buen Retiro, fue construido entre 1901 y 1903 por el arquitecto Eduardo Adaro, como casa-palacio del rico financiero Bruno Zaldo, para quien ya había trabajado anteriormente en la construcción de diversos edificios de viviendas en la calle Juan de Mena y Felipe IV. Aplicando un estilo arquitectónico claramente ecléctico, se trata de un hermoso palacete levantado sobre una manzana entera de planta cuadrangular. Organizado entorno a un patio interior se compone de sótano y tres plantas. En el exterior, destaca sobre todo la fachada, en donde podemos ver perfectamente la mezcla de estilos: clasicismo en balcones y pilastras, barroco en los frontones partidos, así como reminiscencias modernistas en los miradores de esquina y en los elementos decorativos de la cornisa. Dirección: Calle de Alfonso XII, 26.
Puerta de Mariana de Neoburgo Se trata de una de las puertas de acceso al Parque del Retiro desde la calle Alfonso XII. Fue construida en 1689 por el arquitecto Melchor de Bueras, para conmemorar la entrada en Madrid de Mariana de Neoburgo en 1690, segunda esposa de Carlos II. Se trata de una puerta barroca realizada en granito para este tipo de solemnidades, en la que destaca su vano adintelado coronado por un gran arco de medio punto. A mediados del siglo XIX la puerta fue traslada al desaparecido palacio de San Juan, cuyo solar hoy ocupa el Palacio de Comunicaciones, aunque algunos autores sostienen que también estuvo emplazada en la Casa de Campo. Su emplazamiento actual frente al Casón del Buen Retiro preciso de una adaptación realizada por el arquitecto Luis Bellido. También se la conoce como la Puerta del Parterre, puesto que da acceso a este recinto. Dirección: Calle de Alfonso XII, s/n.
Árbol Originario del Parque del Retiro Este árbol, llamado Ahuehuete –Taxodium Mucronatum Ten-, es el ejemplar más antiguo del Parque del Retiro y muy probablemente de todo Madrid. Procede de Méjico y fue plantado en el año 1633, momento en el que se estaba construyendo el Palacio de recreo del Buen Retiro (1632-1640). Con el estallido de la Guerra de Independencia en 1808, el Real Sitio del Buen Retiro se convirtió en un improvisado baluarte defensivo para las tropas de ocupación francesas. La construcción de estas defensas conllevó la tala indiscriminada de gran parte del arbolado, a excepción de este ejemplar, pues su horcadura fue aprovechada por los franceses para instalar una batería de artillería. Tres años después, las tropas inglesas del general Hill se enfrentaron y derrotaron a los franceses, y los pocos jardines que quedaban fueron arrasados junto a gran parte de las dependencias palatinas. Afortunadamente, este árbol sobrevivió a la contienda y todavía hoy podemos contemplar su belleza y exotismo. Desde 1991 se encuentra rodeado por un valla que lo protege y por decreto 18/92 del 26 de marzo de 1992 fue incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad Autónoma de Madrid. Dirección: Parque del Retiro (Parterre).
Monumento a Jacinto Benavente Situado junto al Parterre, fue construido en 1962 por el escultor Victorio Macho. Se trata de una alegoría en bronce que representa al Teatro y fue erigida en honor de don Jacinto Benavente, Premio Nóbel de Literatura en 1922.
Dirección: Parque del Retiro (Parterre).
Estanque de las Campanillas Situado junto al Parterre, se trata de un estanque ochavado del siglo XVII, en el lugar donde en tiempos hubo una torre chinesca de madera, pintada con vivos colores y adornada con multitud de campanillas que sonaban al ser zarandeadas por el viento.
A pesar de que la torre desapareció, en su recuerdo se le sigue llamando de las Campanillas.
Dirección: Parque del Retiro.
Monumento a Alfonso XII En 1901, la reina regente María Cristina convocó un concurso nacional para erigir un monumento a su difunto marido, el rey Alfonso XII, y que se situaría en el Parque del Retiro, junto al estanque grande. El concurso fue ganado por el arquitecto catalán José Grasés Riera, quien presentó un proyecto basado en la creación de un espacio arquitectónico con una gran columnata que rodeara la estatua ecuestre del monarca, y una escalinata que bajara hasta el agua del estanque adornada con leones de piedra y alegorías en bronce. El 18 de mayo de 1902, al día siguiente de la proclamación de Alfonso XIII como rey de España, se colocó la primera piedra de este monumento que acabó convirtiéndose en un homenaje a la patria personificada por su rey. Junto a Grasés Riera trabajaron en la obra los más insignes escultores del momento entre los que destacan Mariano Benlliure, a quien se debe la magistral estatua ecuestre del monarca; Miguel Blay, quien realizó el grupo de la paz y los bajorrelieves de las peanas; Aniceto Marinas, quien hizo el grupo de la Libertad; Miguel Ángel Trilles, quien hizo lo propio con el grupo del Progreso, y Cipriano Folgueras, quien esculpió el grupo de la Patria. También son de destacar las aportaciones ornamentales de Lorenzo Coullaut Valera, Antonio Bofill, Joaquín Bilbao, Mateo Inurria, Antonio Alsina, Pedro Estany, o Francisco Escudero, quienes contribuyeron a asegurar el resultado monumental. Fue inaugurado el 3 de julio de 1922. Dirección: Parque del Retiro (junto al estanque).
Fuente de los Galápagos Fue construida en 1832 para celebrar el nacimiento de la reina Isabel II. La obra, realizada por el arquitecto José María Mariátegui y el escultor José Tomás, consiste en tres gradas sobre un zócalo, y en el centro una columna con hojas acuáticas que sostiene una taza de la que sale una caracola. Completan el conjunto cuatro niños sobre delfines, dos ranas, y dos galápagos de bronce de los que la fuente ha adoptado el nombre. Situada en un principio en la Red de San Luis, a finales del siglo XIX fue trasladada a su emplazamiento actual en la plaza de Nicaragua (Parque del Retiro), por iniciativa de don José Urioste, director de Fontanería y Alcantarillado del Ayuntamiento. Dirección: Parque del Retiro (Plaza de Nicaragua).
Quiosco de Música El gobierno surgido de la revolución de 1868 cedió el Real Sitio del Buen Retiro, entonces posesión Real, al Ayuntamiento de Madrid. Desde entonces, el Retiro se convirtió en un espacio dedicado a la diversión y esparcimiento de los madrileños, ofreciendo diversos espectáculos como teatro, conciertos, bailes, e incluso un parque zoológico. En este contexto, en 1925 el Ayuntamiento decidió construir un quiosco de música, que situado en la plaza del Maestro Villa, fue levantado por el arquitecto municipal Luis Bellido.
Dirección: Parque del Retiro (Plaza del Maestro Villa).
Casa de Vacas Se construyó en 1874 como vaquería y despacho de leche, de ahí que todavía se la conozca con el nombre de Casa de Vacas. Ya en el siglo XX, fue transformada y adaptada en sala de fiestas y con el nombre de Pavillón vino a engrosar la nómina de los lugares de alterne de la capital. Tras un incendio que la devastó casi por completo hace algunos años, el Ayuntamiento la ha restaurado con destino a celebrar acontecimientos, espectáculos y exposiciones culturales. Dirección: Parque del Retiro (Paseo del Estanque).
Casita del Pescador La casita del pescador es uno de los pocos ejemplos que quedan de las construcciones que adornaron los jardines privados de la realeza, cuando el Parque del Retiro pertenecía a la Corona. Esta casita, situada en el extremo nororiental del parque, próxima a la Montaña artificial y rodeada por un estanque, fue mandada construir por el rey Fernando VII como parte de un jardín reservado y gabinete de descanso. El monarca tenía la necesidad de recuperar parte del esplendor que habían tenido los jardines del Real Sitio del Buen Retiro con anterioridad a la invasión francesa de 1808. Hay que recordar que los franceses convirtieron el Real Sitio en una improvisada fortaleza y cuando llegaron las tropas inglesas en octubre de 1812, se bombardeó intensamente el Retiro y se perdieron la mayor parte de sus instalaciones, como el Real Palacio, la Real Fábrica de Porcelana China y gran parte de sus antiguos jardines. Dirección: Parque del Retiro (junto Montaña de los Gatos)
Antigua Casa de Fieras Los pabellones que en la actualidad acogen las dependencias administrativas de esta junta municipal, localizadas en el interior del Parque del Retiro, junto a la avenida de Menéndez y Pelayo, fueron originalmente construidas para gabinete de recreo del rey Fernando VII. En ellos, además de estar provistos de las comodidades típicas que requerían tan distinguidos personajes, se podían contemplar gran variedad de animales y aves, algunos disecados para decoración de las estancias y otros muchos en jaulas y pajareras que había en la planta principal de estos pabellones. También se dispusieron algunas otras jaulas y fosos para animales en las proximidades, como el kiosco de los monos, la elefantera, la leonera, osera y otras jaulas que habitaban pavos reales blancos de Japón, llamas peruanas y gacelas africanas. Su funcionamiento y la labor de los operarios se realizaba a través del Reglamento de 1816 y la manutención corría a cargo del Bolsillo Secreto de Su Majestad, partida económica que disfrutaban y distribuían los monarcas a su antojo y así se recogía en los asientos contables de la Casa Real.
Isabel II amplió el gabinete con nuevas instalaciones, pajareras y jaulas para animales domésticos de otros países. Con la Revolución de 1868 el Parque del Retiro se abrió al público y el ayuntamiento asumió la función de cuidarlo, vigilarlo y mantenerlo, incluida la casa de fieras, aunque fue arrendada al famoso domador Luis Cavana, tomando el recinto un cierto aire circense. En 1920 las instalaciones pasaron de nuevo a la tutela municipal y se encargaba al jardinero mayor del ayuntamiento, a la sazón Cecilio Rodríguez, que acondicionara los paseos y los jardines de la casa de fieras, entre otras razones para poder contemplar gran variedad de felinos, algunos de gran tamaño, que habían sido traídos del Sahara y Guinea. Cinco años después se incrementaba la fauna con avestruces, cebras, elefantes, antílopes, osos polares y un hipopótamo. La guerra civil hizo estragos en la casa de fieras, tanto desde el punto de vista del mantenimiento de los animales, que perecieron la mayoría de ellos, como por las escenas dramáticas que se vivieron en sus instalaciones, pues la sin razón de la beligerancia hizo que entre 20 y 30 personas fueron arrojadas vivas para ser devoradas por los animales. Durante los años cincuenta, con proyecto del arquitecto alemán Hanz Heck, se intentó trasladar sin éxito la casa de fieras a la Casa de Campo. El traslado definitivo a sus nuevas instalaciones de la Casa de Campo sería impulsado por el ayuntamiento que entonces presidía Carlos Arias Navarro, siendo inaugurado el nuevo parque zoológico de Madrid el 22 de junio de 1972. La mayoría de las instalaciones de la antigua casa de fieras fueron desmanteladas y los pabellones, ya durante los primeros años de la democracia, se convirtieron en dependencias de la Junta Municipal del Distrito de Retiro. Dirección: Parque del Retiro (junto a la Avenida de Menéndez Pelayo).
Jardines de Cecilio Rodríguez Estos jardines constituyen uno de los recintos más hermosos del parque, decorados con arcos, pérgolas cubiertas de ramas y estanques, y donde la maestría de los jardineros da forma a su variada vegetación. Fueron abiertos en 1972 y están dedicados a don Cecilio Rodríguez, Jardinero Mayor de la Villa. De entre las numerosas fuentes y ornatos de los jardines destaca la Fuente de las Gaviotas, realizada por el escultor Vicente Pimentel en 1962.
Dirección: Parque del Retiro.
Observatorio Central Meteorológico En el extremo sur-oriental del parque del Retiro, contiguo a los jardines de Cecilio Rodríguez y cerca de la Puerta de Dante, se encuentran estas instalaciones destinadas al estudio y observación de los fenómenos meteorológicos. Los orígenes de estas instalaciones se remontan a 1856 con la construcción de una primera torre como soporte de una estación telegráfica. Su ubicación privilegiada en el parque y su altura ya se antojaban adecuadas para otros usos científicos que entonces empezaban a despuntar. Así, en 1870 la Dirección General de Estadística solicitó licencia del ayuntamiento para poder instalar en la parte superior de la torre un observatorio geodésico. Dio tan buenos resultados esta experiencia que desde 1888 sus instalaciones pasaron a albergar la sede del Instituto Central Meteorológico y Geográfico Estadístico. Dirección: Parque del Retiro (junto al Paseo del Duque de Fernán Núñez)
Estatua del Ángel Caído Está situada en el paseo del Duque de Fernán Núñez, en el parque del Retiro, sobre el solar que ocupó la antigua Fábrica de porcelanas de la China, destruida en 1813 durante la Guerra de la Independencia. La estatua, realizada en bronce por el escultor Ricardo Bellver durante su estancia en Roma, representa a Lucifer expulsado del paraíso y enroscado por una serpiente. Premiada con la medalla de primera clase en la Exposición Nacional de 1878, fue situada en su emplazamiento actual en 1885. Dirección: Parque del Retiro (junto al Paseo del Duque de Fernán Núñez)
Palacio de Cristal Situado a la orilla de un pequeño estanque, fue construido en 1887 a instancias del Ministerio de Fomento por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Se trataba de un invernadero-estufa que servía de pabellón para albergar una gran muestra de plantas exóticas traídas con motivo de la Exposición General de Filipinas, que aquel año se celebró en Madrid. Inaugurada el 30 de junio de 1887, la exposición filipina pretendía mostrar a los madrileños la exótica vida cotidiana de aquellas islas, que por entonces seguían siendo colonia española. Para ello, se construyó en el Retiro un auténtico poblado indígena, e incluso se trajo desde la isla de Luzón a buena parte de una tribu de igorrotes, a quienes los madrileños podían ver habitando en sus cabañas de troncos, o navegando con sus piraguas por el estanque del palacio. También se trajeron caimanes, una gran boa, y una completa muestra de su flora, que fue la que se expuso en el palacio. Acabada la exposición el gobierno decidió conservar el palacio y ha llegado hasta nuestros días como el edificio más bello del Retiro. En la actualidad pertenece al Ministerio de Cultura, quien lo ha dedicado a sala de exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Desde el punto de vista de su arquitectura, el Palacio de Cristal se puede considerar como un ejemplo notorio de lo que fue la arquitectura del hierro en España. Velázquez Bosco lo construyó casi en su totalidad con hierro y cristal, imitando las trazas del Crystal Palace de Londres, obra de Joseph Paxton para la Exposición Universal de 1851. Consta de una planta de cruz griega a la que se quitó uno de sus brazos para introducir el pórtico de entrada, de orden jónico. Para la construcción de las bóvedas de cañón y de la cúpula acristalada de cuatro paños contó con la colaboración del arquitecto e ingeniero Alberto del Palacio. Por último, destaca también la decoración de azulejos realizada por Daniel Zuloaga. Dirección: Parque del Retiro (junto al Paseo de la República de Cuba)
Palacio de Velásquez Fue construido entre 1881 y 1883 como pabellón central de la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales, que se celebró en Madrid entre los meses de mayo y noviembre de 1883. En su construcción, trabajó un equipo compuesto por el ingeniero Alberto del Palacio, el ceramista Daniel Zuloaga y el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, coordinador del proyecto, y de quien el edificio ha tomado el nombre. Desde el punto de vista de su arquitectura, Velázquez Bosco sigue el modelo que Joseph Paxton estableció para realizar el Crystal Palace de Londres; esto es, un edificio amplio cubierto con bóvedas de estructura de hierro, y en donde se usa el cristal para dotar a sus salas de iluminación natural. De su estructura, levantada sobre un rectángulo de 73,80 por 28,75 metros, destaca sobre todo la fachada principal, a la que se accede por una escalinata de mármol. Construida en ladrillos de dos tonos, está decorada con azulejos de la Fábrica de la Moncloa, dos relieves en estuco que representan a la minería y a las bellas artes, y una hilera de medallones entre los que destacan los dedicados a Fausto de Elhuyar y a Diego de Velázquez.
Acabada la exposición, el gobierno decidió conservar el edificio destinándolo a Museo de Ultramar. En la actualidad pertenece al Ministerio de Cultura, quien lo ha dedicado a sala de exposiciones temporales del Museo Reina Sofía. Dirección: Parque del Retiro (junto al Paseo de Venezuela)
Fuente de la Alcachofa Fue construida entre 1781 y 1782 como parte de las obras de ordenación del Paseo del Prado. La obra, realizada sobre un diseño de Ventura Rodríguez, se debe a los escultores Alfonso Vergaz y Antonio Primo. Realizada en piedra caliza, está compuesta por una columna que lleva las armas de Madrid sostenidas por una nereida –ninfa con cuerpo de mujer y cola de pez- y un tritón. La columna, sostiene una taza en cuyo centro se encuentran varios niños agrupados bajo una alcachofa. Normalmente y erróneamente se confunde a la Sirena con la Nereida, ya que la primera es una ninfa con torso de mujer y cuerpo de ave. El interesado podrá contrastar esta afirmación en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. En 1880, a iniciativa del entonces director de Fontanería y Alcantarillado del Ayuntamiento, don José Urioste y Velada, se trasladó a su emplazamiento actual en la plaza de la República de Honduras, en el Parque del Retiro. Dirección: Parque del Retiro (Plaza de la República de Honduras).
Iglesia de San Jerónimo el Real Situado en lo alto del Prado Viejo, se trata de la iglesia del antiguo monasterio de San Jerónimo el Real, fundado por Enrique IV en 1464 junto al camino de El Pardo, y trasladado a Madrid en 1503 bajo licencia de los Reyes Católicos. De esta época por tanto debieron ser el convento –hoy desaparecido- y la iglesia que actualmente conocemos. No tardó este convento en convertirse en uno de los lugares más emblemáticos de la villa, hasta tal punto que su iglesia fue elegida para la jura de los príncipes de Asturias como herederos de la corona, siendo el primero en jurar Felipe II el 18 de abril de 1528, y la última Isabel II el 20 de junio de 1833. Además, los reyes disponían en el convento de un cuarto o aposento, que mandado construir por Felipe II en la parte oriental de la iglesia, servía a los monarcas de lugar de retiro, meditación, y duelo en los días de luto familiar. En 1808, durante la Guerra de la Independencia, los frailes fueron expulsados y parte de las tropas francesas se acuartelaron en el convento, ocasionando grandes desperfectos en el edificio. Finalizada la guerra los frailes iban a regresar por poco tiempo, ya que los decretos de exclaustración de 1836 provocaron el cierre temporal del templo y la transformación del convento en Parque de Artillería. Ruinoso y abandonado, la iglesia fue objeto de dos obras de restauración durante la segunda mitad del siglo XIX. En la primera, realizada por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer entre 1848 y 1859, se añadieron algunos elementos nuevos como las torres. En la Segunda, realizada a partir de 1879 por Enrique María Repullés y Vargas, se acometió una restauración definitiva del templo para su apertura como parroquia en septiembre de 1883. En cuanto a la iglesia, Monumento Nacional desde 1925, está realizada en estilo gótico y es muy parecida a la de otros monasterios de la orden como el de Santa María del Parral en Segovia. Se levanta sobre una planta de cruz latina y está compuesta por una nave central, crucero y cinco capillas por cada lado de la nave cerradas por arcos ojivales. El exterior fue el más afectado por las reformas del siglo XIX, así, la portada, tildada por muchos como ridícula, fue realizada por Ponciano Ponzano en estilo neo-gótico. En cuanto a la escalinata que da a la calle Alarcón, fue realizada en 1906 con motivo de la boda de Alfonso XIII para dar mayor monumentalidad al acceso del templo. Por último, decir que hasta hace poco tiempo estuvieron en pie, a la derecha de la iglesia, los elegantes arcos del claustro del convento, hoy desmantelados con motivo de las obras de ampliación del Museo del Prado, estando
previsto la construcción en este lugar histórico del polémico edificio proyectado por el arquitecto navarro Rafael Moneo. Dirección: Calle de Ruiz de Alarcón, 19.
Casón del Buen Retiro El Casón formó parte del conjunto de edificaciones que componían el Palacio del Retiro, mandado construir a partir 1631, durante el reinado de Felipe IV, por iniciativa del Conde Duque de Olivares. Su proyecto de construcción es de origen incierto, pero se cree que su trazado barroco fue realizado por Alonso Carbonell en 1637 para albergar el salón de baile del palacio. No obstante, su construcción se prolongó hasta las postrimerías del siglo XVII bajo la dirección de obras de José del Olmo. Del interior destacan las pinturas del techo del Gran Salón, realizadas por Lucas Jordán en 1695. Durante el siglo XIX su traza barroca se fue alterando debido a los diversos usos a que fue destinado: estamento de Próceres o Senado (1834-1835), Gabinete Topográfico y Gimnasio del príncipe Alfonso. En 1868, con motivo de la revolución, el edificio fue nacionalizado y once años después convertido en sede del Museo Nacional de Reproducciones Artísticas. Las fachadas que presenta en la actualidad no son las originales. La principal fue prácticamente destruida por un ciclón y en 1886 tuvo que ser reconstruida en trazas clásicas por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Años antes, en 1877, la fachada que da a la calle Alfonso XII fue reformada y porticada por los arquitectos Antonio Felipe Peró, Manuel Antonio Capo y Mariano Carderera. En la actualidad, y desde 1971, forma parte del complejo del Museo Nacional del Prado, y en sus salas se exponen las colecciones de arte del siglo XIX. No obstante, lleva algunos años cerrado porque se están realizando importantes obras de restauración. Dirección: Calle Alfonso XII, 28.
Monumento a la República de Cuba Situado en la plaza de El Salvador, está dedicado a la República de Cuba. Fue proyectado en las postrimerías del reinado de Alfonso XIII para corresponder al monumento que la Cuba del general Machado dedicó a España en la Habana. Iniciado por Mariano Benlliure, sus obras quedaron paralizadas hasta después de la Guerra Civil. Formado por tres cuerpos, del macizo emerge una carabela realizada por Benlliure. En su parte superior, se encuentra la estatua de Isabel la Católica, obra de Juan Cristóbal, y otra de Cristóbal Colón realizada por Francisco Asorey. Remata el conjunto una figura femenina que representa a Cuba, y que fue realizada por Miguel Blay. Fue inaugurado en 1952. Dirección: Parque del Retiro (Plaza de El Salvador)
Monumento al General Martínez Campos Situado en la plaza de Guatemala, está dedicado al general Arsenio Martínez Campos, célebre por dirigir un pronunciamiento militar en Sagunto, el 29 de diciembre de 1874, que acabó con la I República y dio paso a la Restauración de Alfonso XII. En cuanto al monumento, obra de Mariano Benlliure, fue erigido por iniciativa del marqués de Cabriñana mediante una suscripción popular iniciada en diciembre de 1904. Consta de un pedestal de piedra sobre el que descansa la estatua en bronce de Martínez Campos montado a caballo.
Fue inaugurado por Alfonso XIII el 28 de enero de 1907. Dirección: Parque del Retiro (Plaza de Guatemala).
La Rosaleda Fue realizada en 1914 por don Cecilio Rodríguez -Jardinero mayor de la Villaa propuesta del entonces Alcalde de Madrid, Carlos Prats. Conocida en un principio como «Rosería», don Cecilio se basó para su realización en la Rosaleda de la Bagatelle de París. Hasta la década de 1930 contó entre sus instalaciones con una estufa que fue donada por el Marqués de Salamanca, y que servía como invernadero para las plantas exóticas. El mejor momento para visitarla es a finales del mes de junio, coincidiendo con la entrada del verano, momento en el que las rosas eclosionan con toda su belleza y colorido. Dirección: Parque del Retiro (junto al Paseo del Duque de Fernán Núñez)
Los monumentos -
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