PASEO DE LA CASTELLANA
Margarita Sim贸
Presentación Hasta 1830, el Paseo de la Castellana era un poco más que un camino que conectaba la ciudad a través del Portillo de Recoletos, y por el que discurría el arroyo de la Fuente Castellana. Bajo el mandato del Marqués de Pontejos, primer alcalde del periodo constitucional (1834-1835), el paseo perdió su condición de vertedero para transformarse en un agradable paraje, mediante la canalización del arroyo y una importante plantación de árboles. Con la puesta en marcha del ensanche de Carlos María de Castro (1857) el eje de la Castellana se convirtió en la principal arteria urbana, pues además de conectar Chamberí con el barrio de Salamanca y Delicias, atrajo la construcción de lujosos palacetes. Pero no será hasta 1929, cuando el arquitecto español Secundino Zuazo y el urbanista alemán Hermann Jansen pongan de relieve que el futuro crecimiento de Madrid debía articularse mediante la prolongación del paseo hasta su encuentro con la calle de Bravo Murillo. Con esta idea se confería al eje norte-sur una nueva y definitiva importancia par la ciudad, pues desde el siglo IX la ciudad había venido creciendo en dirección oeste-este. Este planteamiento requirió el desmantelamiento del Real Hipódromo, verdadero tapón para el crecimiento de la urbe, según las palabras del propio Cuarzo. La edificación de la Castellana ha sido un proceso largo que comenzó a mediados de la década de 1930 y que aún hoy en día continúa en su zona más al norte con nuevos proyectos urbanísticos. Pero fue durante entre 1950 y 1970 cuando realmente se configuró la Castellana con nuevos planteamientos arquitectónicos como los que podemos contemplar en la zona de Azca.
El Real Madrid El blanco de las miradas El club aspira y pretende ser emblema y bandera del fútbol mundial mediante una política deportiva ambiciosa. Pensar en el Real Madrid es pensar en fútbol, en títulos, en victorias y en todo lo que tenga que ver con situarse en el primer peldaño del deporte más universal. Pero unido al “deporte rey” el Madrid también posee una sección de baloncesto y un entramado de socios, aficionados, seguidores, publicidad y sentimientos que van más allá de cantidades económicas, goles, canastas y fichajes. Una marea humana que cada domingo de partido tiñe de blanco el Paseo de la Castellana. Más de 1,200 peñas madridistas se encuentran repartidas por todo el mundo, por los cinco continentes, desde Europa a Oceanía pasando por África y desde América a Asia. Y es que como rezaba el último lema de la Reunión General de Peñas 2004 celebrada en marzo “Nuestro madridismo, es un sentimiento”. Esto queda constatado cuando en las instalaciones de la entidad el visitante puede encontrarse con miembros de la peña Madridista Nipona, llegados desde Japón, que realizan una visita a España teniendo como prioridad absoluta pasearse por las gradas y el césped del estadio que lleva el nombre de Santiago Bernabéu, sin duda, el presidente más representativo y carismático en los más de cien años de historia de la identidad. La filosofía que impera en el Real Madrid, que hace tan sólo unos años fue conmiserado por la FIFA como el mejor Club del Siglo XX, pretende exportar una marca, un nombre que no sólo se reduzca al deporte y que permita afrontar el futuro con optimismo, ambición y poniendo siempre por delante al socio.
Los monumentos Palacio de la Exposición de Bellas Artes Al carecer Madrid de un edificio adecuado para la celebración de exposiciones, se aprovechó la Exposición Nacional de la Industria y de las Artes (1881) para convocar un concurso público en vistas a construir un gran palacio que en el futuro albergara dichos eventos, y que se situaría en el extremo norte del Paseo de la Castellana, sobre un terreno elevado conocido como los Altos del Hipódromo. El concurso fue ganado por el arquitecto Fernando de la Torriente, quien presentó un original proyecto basado en un edificio compuesto por un cuerpo central transversal -con cúpula sobre tambor de ocho gajos- flanqueado por dos cuerpos de planta cuadrangular estructurados entorno a sendos patios.
En su construcción se utilizó hierro y vidrio a gran escala, haciendo de este palacio uno de los pioneros de su género. Las obras, que empezaron en 1881, fueron concluidas en 1887 por el arquitecto Emilio Boix, quien el año anterior se había hecho cargo del proyecto al fallecer de la Torriente. Con el siglo XX, el edificio fue dedicado a sede del Museo de Ciencias Naturales, así como la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales. Dirección: Calle de José Gutiérrez Abascal, 2.
Edificio del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos El Colegio de Sordomudos fue fundado el 9 de enero 1805 por iniciativa de la Sociedad Económica Matritense con la finalidad de dar a dichas personas la primera enseñanza, preparándoles, además, para desempeñar un oficio. Situado inicialmente en la calle Rejas, durante la Guerra de la Independencia estuvo cerrado, y se volvió a restablecer en 1814. El 20 de enero de 1842, la misma Sociedad fundó la Escuela Normal de Ciegos, y se puso bajo la dirección del director del colegio de Sordomudos. En 1852, fueron reunidas ambas escuelas en un colegio y pasaron a depender de la beneficencia pública, figurando, además, entre los centros especiales adscritos al Ministerio de Fomento. Trasladado a mediados del siglo XIX a la calle del Turco, y posteriormente a la de San Mateo, a finales de dicho siglo se decidió construirles un edificio más grande y capaz en lo alto del Paseo de la Castellana. Para ello, se pensó en aprovechar los cimientos de un edificio que el arquitecto Carlos Velasco había empezado a construir en 1881 con destino a la sección femenina de la Institución Libre de Enseñanza, y cuyas obras habían quedado paralizadas. Para la continuación de las obras se eligió a Ricardo Velázquez Bosco, quien realizó un nuevo proyecto cuyo resultado fue un magnífico edificio ecléctico cuyas obras acabaron en 1898. En la actualidad, alberga el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN). Dirección: Paseo de la Castellana, 61.
Nuevos Ministerios El complejo de los Nuevos Ministerios ocupa una gran manzana en el paseo de la Castellana, concretamente la comprendida entre la plaza de San Juan de la Cruz y las calles de Raimundo Fernández Villaverde y Agustín de Bethancourt, en los terrenos donde antes se levantó el viejo hipódromo. El conjunto de edificios fue impulsado por el gobierno de la Segunda República para agrupar allí diferentes ministerios y su artífice fue el arquitecto Secundino Zuazo, que en su diseño -inspirado en el monasterio del Escorialcomienza a materializar el plan de prolongación hacia el norte del paseo de la Castellana. En el proyecto los espacios abiertos cobraron un especial protagonismo y dotaron al complejo de una singular diafanidad. Su construcción se inició en 1932 pero, tras el lapso que impuso la guerra civil, no se concluyó hasta 1942. Un nuevo equipo de arquitectos introdujo entonces variaciones respecto al proyecto original que afectaron no sólo a los materiales -se sustituyó el ladrillo original por piedra-, sino a la propia planta. Dentro del monumental conjunto urbanístico de Nuevos Ministerios se puede destacar la larga arquería que separa el paseo de la Castellana de los estanques y jardines sobre los que se abre la uniforme y racionalista fachada principal. Dirección: paseo de la Castellana, 67
Banco Bilbao Vizcaya Argentalia Dos de las construcciones más singulares, innovadoras y llamativas de Madrid llevan la firma de Francisco Javier Sáenz de Oiza. Después del edificio Torres Blancas el arquitecto navarro levantó, entre 1971 y 1980, la torre del BBVA en la zona comercial y financiera de Azca, en el paseo de la Castellana. Esta bella obra, que marca un momento crucial en la arquitectura moderna española, fue el resultado del concurso restringido convocado por la entidad financiera. Presenta una estructura rectangular, con más de treinta plantas y un llamativo color ocre, cada vez más intenso como consecuencia de la oxidación del acero. La cimentación, teniendo en cuenta que por debajo del edificio discurre el metro, está resuelta con dos columnas huecas de hormigón de más de 100 metros de altura que soportan todo el edificio y por las que circulan los ascensores. A lo largo de la estructura se reparten seis plataformas de hormigón pretensazo. Cada una de ellas soporta a su vez cinco pisos de estructura metálica. De esta forma una de cada cinco plantas -la que antecede a la plataforma-, queda libre de pilares, diáfana. La fachada, con las esquinas circulares y de cristal continuo para permitir vistas al exterior desde cualquier punto, está decorada con los originales parasoles de aluminio que rodean cada piso. Dirección: Paseo de la Castellana, 79.
Estadio Santiago Bernabéu Santiago Bernabéu fue el artífice de la creación del campo de fútbol que hoy lleva su nombre y que tiene su fachada principal al paseo de la Castellana. Corría el año 1944 cuando el entonces presidente del Real Madrid decidió comprar los terrenos donde actualmente se asienta el estadio. En septiembre de ese año se elige el proyecto de los arquitectos Alemany Soler y Muñoz Monasterio. En diciembre de 1947 se inauguró el que se llamó entonces nuevo estadio de Chamartín, con un aforo superior a los 75.000 espectadores. En 1953 el propio Alemany amplió las instalaciones, creando el tercer anfiteatro en la calle del Padre Damián y alcanzando con ello las 100.000 localidades. Dos años más tarde se rebautiza el estadio con el nombre de Santiago Bernabéu. En 1982, con motivo de la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol en España, el arquitecto Santiago Lamela acometió una nueva reforma. El mismo arquitecto llevó a cabo la tercera y última remodelación, en 1992, la más espectacular sin duda. Se construyeron entonces cuatro torres de evacuación y acceso en los cuatro ángulos del estadio y en la zona de la Castellana se instaló una cubierta retráctil de 14 metros de ancho y 100 toneladas de peso. El remodelado estadio tiene una altura de 45 metros y un aforo de 75.000 localidades, todas de asiento tal y como especifica la normativa de la UEFA. Dirección: Paseo de la Castellana / Avenida de Concha Espina, 1.
Palacio de Congresos y Exposiciones El Palacio de Congresos abre su fachada principal en la confluencia de la calle del General Perón con el paseo de la Castellana, justo a la altura del estadio de fútbol Santiago Bernabéu y junto a la "gran manzana" de Azca. Diseñado por el arquitecto Pablo Pintado y Riba e inaugurado en 1970, el palacio fue uno de los primeros edificios modernos que se construyeron en esta zona financiera y comercial de Madrid, donde hoy se levantan los rascacielos más altos de la ciudad.
En contraste, el palacio de Congresos es de desarrollo horizontal, combinando los volúmenes geométricos de dos paralelepípedos con el de un cilindro truncado. La funcionalidad y capacidad de adaptación del edificio, junto a su óptimo emplazamiento, lo han mantenido a pleno rendimiento como lugar de celebración de todo tipo de reuniones y acontecimientos nacionales e internacionales. La seña de identidad del edificio, su imagen más difundida, es sin duda la de la fachada principal: el inconfundible mural que decora su friso fue incorporado en 1980 sobre un diseño de Joan Miró.
Dirección: Paseo de la Castellana, 99.
Torre Picasso La Torre Picasso se eleva en la plaza del mismo nombre, en la zona conocida como Azca -junto al paseo de la Castellana-, y es, desde su inauguración en 1989, uno de los edificios emblemáticos de Madrid. Con sus 157 metros de altura, constituye el techo urbano de la ciudad, sólo superada por Torrespaña. Su arquitecto, Minoru Yamasaki, fue también el autor de las tristemente desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York. Las 43 plantas del rascacielos madrileño, cuyo cálculo estructural se ajusta a las normas norteamericanas para este tipo de construcciones, más los cuatro sótanos de aparcamiento, suman cerca de 100.000 metros cuadrados. En el edificio, dedicado a oficinas en su totalidad, trabajan más de 5.000 personas. El amplio arco de entrada constituye uno de los elementos más característicos de su arquitectura y sirve de acceso al vestíbulo principal de la planta baja. Proyectado desde sus inicios como un edificio inteligente, con todos los servicios tecnológicos que ello supone, las plantas de Torre Picasso son completamente diáfanas con el objeto de facilitar en cada momento la distribución de espacios. El rascacielos cuenta con un helipuerto y un total de 18 ascensores cuyas velocidades alcanzan los seis metros por segundo. Dirección: Plaza de Pablo Ruiz Picasso.
Puerta de Europa Los dos edificios que reciben el nombre de Puerta de Europa difícilmente pueden pasar desapercibidos ni por su ubicación en el paseo de la Castellana al paso por la plaza de Castilla, un enclave donde el tráfico y la animación son intensos; ni por su altura, de 115 metros; ni por su arquitectura: dos torres inclinadas, simétricas con respecto al eje de la Castellana, formando una especie de puerta futurista que desafía las leyes de la gravedad.
Conocidas también como Torres Kio, la principal empresa accionista del grupo promotor, los edificios comenzaron a levantarse en 1990 según el diseño del estudio neoyorkino John Burgee Architects y quedaron finalizados en otoño de 1995. Las bases de las torres son cuadradas, de 35 metros de lado, y la inclinación de los edificios alcanza los 14,3 grados. Cada rascacielos cuenta con tres sótanos, planta baja, entreplanta para instalaciones y 24 pisos para oficinas, de 1.200 metros cuadrados aproximadamente. A esta superficie habría que añadir la de la cubierta superior, con un helipuerto en cada torre de 20 por 20 metros. El acceso a la plantas se realiza mediante ocho ascensores, aunque debido a la inclinación del edificio, cuatro de ellos sólo llegan hasta la planta 13. Esta misma circunstancia, la inclinación, hace que cada una de las plantas sea distinta a las demás, ya que los límites del espacio se van desplazando respecto al núcleo central de ascensores. Las fachadas mezclan el vidrio, el aluminio y el acero inoxidable, material este último que conforma las grandes bandas brillantes características de esta llamativa pareja de rascacielos. Dirección: Plaza de Castilla, s/n
Torre Europa Fue proyectada y construida por Miguel de Oriol e Ibarra entre 1975 y 1985 en la gran manzana del AZCA, adaptándose al perfil urbanístico de la zona y sumándose a otros grandes rascacielos de la Castellana. De hecho, hasta la construcción de la Torre Picasso, los 113 metros de altura de este rascacielos lo convirtieron en el más alto de Madrid, superando en 8 metros al Edificio del Banco de Bilbao. Es un edificio multifuncional compuesto por una gran torre de oficinas que se levanta sobre una planta de líneas circulares, y por un complejo de bajos comerciales y locales destinados al ocio y la restauración. Dirección: Paseo de la Castellana, 95.
Cuatro Torres Business Area (CTBA) Es un parque empresarial que se está construyendo junto al Paseo de la Castellana, en Madrid (España), sobre los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Conocido inicialmente como Madrid Arena, el consorcio de propietarios de las cuatro torres decidió adoptar una nueva imagen corporativa para el conjunto y el nombre Cuatro Torres Business Area. Este parque empresarial consta de cuatro rascacielos que son los edificios más altos de Madrid y de España. Los cuatro edificios son la Torre Caja Madrid, la Torre Sacyr Vallehermoso, la Torre de Cristal y la Torre Espacio. La primera de ellas es la más alta de Madrid y España con sus 250 metros de altura. Los rascacielos albergarán oficinas. Sin embargo la Torre Sacyr Vallehermoso albergará también un hotel y en la parte más alta de la Torre de Cristal habrá un jardín. Cada torre tendrá varios pisos subterráneos de aparcamientos y se están construyendo, también bajo tierra, accesos por carretera al parque empresarial para evitar colapsos de circulación en la superficie. La construcción de estos cuatro edificios comenzó en el año 2004 y está previsto que a lo largo de 2007 y 2008 finalicen las obras. Junto a las cuatro torres y dentro del recinto del parque empresarial se ubicará el Centro Internacional de Convenciones de Madrid, un edificio de congresos con 70.000 m² de superficie y un auditorio principal con
capacidad para 3.500 personas. El diseño de este inmueble ha sido asignado a Emilio Tuñón tras el fallo final del jurado del concurso celebrado el 26 de abril de 2007.
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