NUEVA EDICIÓN
MANDALAS DE AL-ANDALUS
CHRISTIAN PILASTRE
Mandalas de Al-Andalus © Christian Pilastre, 2006 © mtm editores , 2006 Av. Diagonal, 332 entlo. 08013 Barcelona (+34) 93 213 02 74 / info@mtm-editor.es www.mtm-editor.es PRIMERA EDICIÓN: Mayo de 2006 NUEVA EDICIÓN: Febrero de 2017 ISBN: 978-84-16497-66-9 Depósito legal: B 2386-2017 Impreso en España por: Agpograf Impressors
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¿QUÉ SON LOS MANDALAS?
Mandala es un término de origen sánscrito que significa “círculo” en su sentido más general. Se trata de una representación simbólica constituida por un conjunto de formas geométricas y concéntricas que, para muchas culturas, representan las características esenciales del universo. Los mandalas se utilizan desde tiempos remotos como representaciones espirituales y rituales, originaria y especialmente en el budismo y el hinduismo, donde se conciben como un instrumento de culto que fomenta la meditación y concentración. Sin embargo, es frecuente descubrir mandalas en casi todas las culturas: rosetones, formas laberínticas, en los suelos de las iglesias góticas, etc. El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung prestó especial atención a los mandalas, que definió como formas e imágenes de naturaleza colectiva que remiten a un sustrato humano común: el inconsciente colectivo, y de las que dependen las más profundas motivaciones de la conducta humana. Jung detectó la aparición espontánea de formas concéntricas en la mente de algunos de sus pacientes, que interpretó como un intento instintivo de la psique de reorientarse, de franquear sus abismos, de reconectarse consigo misma. De
ahí la importancia que Jung otorgó al trabajo con mandalas como método terapéutico de sanación psíquica. Lo cierto es que la sencilla actividad de colorear mandalas pone en funcionamiento varios mecanismos físicos (la vista, el tacto, los músculos que dirigen el movimiento del trazo), mentales (la elección de los colores, su disposición, el acto creativo) y psicológicos. Se trata de una actividad en la que trabajamos con el hemisferio derecho, la zona del cerebro que recoge la realidad más vasta y próxima al mundo sensorial y afectivo. Es el lugar donde se ubica la intuición y la creatividad, a la que no siempre prestamos la atención que merece y sometemos al pensamiento racional del hemisferio izquierdo. Si te interesa conocer un poco más sobre la concepción y el trabajo con mandalas desde el punto de vista terapéutico, puedes consultar nuestro libro Los Mandalas y su simbolismo, de Carl Gustav Jung. También puedes conocer más sobre su ámbito de aplicación pedagógica en otro de nuestros títulos: Mandalas y Pedagogía, de la educadora y terapeuta francesa Marié Pré.
MANDALAS DE AL-ANDALUS / CHRISTIAN PILASTRE
MANDALA, MODO DE EMPLEO
· Escoge un lugar bien iluminado y silencioso; si tienes la ocasión y te apetece, al aire libre. · Puedes pintar tu mandala en cualquier momento
que te apetezca, y es especialmente recomendable hacerlo en las siguientes ocasiones:
. . . . . .
al empezar el día antes de afrontar una tarea intelectual en momentos en los que te sientas algo decaído cuando te sientas nervioso o excitado si no puedes dormir por la noche en caso de que estés siguiendo alguna dieta, antes de las comidas
· Es importante que escojas libremente el mandala
que vas a pintar para asegurarte de que estás en consonancia interior con esa estructura.
· Procura tener a mano una variada gama de colores para que puedas dar verdadera rienda suelta a tu creatividad. · Es interesante que prestes atención a tu estado interior antes y después de la actividad. · Puedes pintar un mandala en distintas etapas, pero
es importante que no empieces con el siguiente antes de acabar el que tenías entre manos. Y LO MÁS IMPORTANTE: ESTA ACTIVIDAD DEBE SER SIEMPRE RELAJANTE Y AGRADABLE NOTA PARA EDUCADORES Y TERAPEUTAS: Recuerda que es muy importante que esta actividad sea libremente escogida, nunca impuesta. La eficacia del mandala depende en gran parte de la motivación.
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PASEANDO POR ANDALUCÍA Christian Pilastre Fascinado desde hace mucho tiempo por la omnipresencia de las imágenes centradas en todas las actividades artísticas y artesanales, he tomado la costumbre de viajar en busca de representaciones particularmente interesantes. En ocasión de un viaje al sur de España, descubrí toda una cultura artística de una riqueza increíble. Desde los techos de la Alhambra de Granada, a los motivos decorativos de la Mezquita de Córdoba, desde los azulejos con dibujos que muestran inmensas lacerías, a los trabajos de carpintería finamente labrada o a los suelos de mosaico, los mandalas están por todas partes. LA CULTURA ÁRABO-ANDALUZA A partir del siglo VIII, los musulmanes establecieron un emirato en España, bajo el nombre de Al-Andalus, dependiente del califato de Damas hasta el reinado de Abd-el-Rahman III (891-916), quien fundó el califato independiente de Córdoba. Este es el periodo de mayor irradiación de la cultura árabo-andaluza o hispano-musulmana. No es raro asistir, en esta época, a una estrecha colaboración entre eruditos judíos, cristianos y musulmanes. Es una época de prosperidad, de efervescencia intelectual y de intercambios culturales intensos. Tras la desintegración del califato en el siglo x, se formó todo un mosaico de pequeños estados independientes. El periodo Nasride, que va desde el fin del califato hasta el siglo xIII, vio cómo el arte
árabo-andaluz desarrollaba su propia identidad, combinación sutil de influencias árabes, orientales y cristianas. Dicho periodo debe su nombre a la dinastía Nasride del reino de Granada, último reino islámico de Europa occidental, que sucumbió finalmente bajo las presiones expansionistas de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. LAS ARTES DEL ISLAM La particularidad principal de la pintura y de la ornamentación en las culturas de tradición islámica es la ausencia de figuras humanas. La prohibición de representar al hombre y a la mujer, responde a un profundo respeto por ellos, creados a imagen de Dios, también imposible de representar. Este hecho ha tenido repercusiones importantes en el arte. En efecto, estas tradiciones orientaron su creatividad en una dirección bien particular. Han adquirido una destreza inigualable en el campo de los motivos decorativos y han explorado innumerables posibilidades para adornar el espacio. A menudo los motivos están inspirados en la caligrafía, un arte extremadamente refinado, o en el mundo vegetal (flores, hojas o frutas). En aquel tiempo, las numerosas comunicaciones comerciales permitían una puesta en común de estilos procedentes de todos los rincones del mundo conocido, que se extendía, en la época, desde las orillas del Atlántico, con la cultura celta y sus elaboradas lacerías, hasta la lejana China, cuya porcelana era muy apreciada en las cortes de los sultanes.
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Los tratados griegos de geometría (Euclides, siglo III a. C.) eran conocidos por los artistas árabes, que asimilaron las leyes hasta el punto de convertirse en verdaderos maestros en esta disciplina. Y su maestría se revela en todos los dominios de la creación artística: soberbios palacios y mezquitas, amplios espacios vacíos realzados por la riqueza de la decoración de las paredes, puertas, patios, suelos, etc.; bandejas y vajillas en metal finamente cincelados; celosías y hermosas taraceas (incrustaciones en madera de piedras semipreciosas, nácar y marfil); ejemplares del Corán ricamente ilustrados y suntuosamente caligrafiados. Y en todos ellos podemos observar cuán abundantes son los motivos centrados y su fabulosa riqueza. MANDALAS ANDALUCES Para los mandalas de este libro me he inspirado especialmente en la cerámica y en la artesanía del metal. En ellos he encontrado un gran número de imágenes centradas con motivos tradicionales, que se han ido enriqueciendo a lo largo de siglos de elaboración artesanal. Son esencialmente bandejas, vajillas y platos. Deseo que te proporcionen un gran placer al contemplarlos y, sobre todo, al colorearlos usando la técnica que más te plazca: lápices de colores, rotuladores, tinta, pintura...
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