MURAL
Invierno 2018
MURAL MURAL is a bilingual publication at the University of Chicago that seeks to embrace and celebrate Latin American perspectives through written and visual arts in our magazine. Throughout the year, we host and collaborate with organizations on campus to bring diverse cultural events and programing, including open mics and art fairs. We seek to create artistic avenues that break from the normative use of language and explore the dynamism of latinidad. MURAL is looking for writers, artists, editors, translators, designers. Send us an email at muralzine@gmail.com if you would like more information. And of course, we are seeking readers to continue to share in and support the work of MURAL and our community. Enjoy!
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MURAL es una publicación bilingüe en la Universidad de Chicago que busca celebrar perspectivas latinoamericanas a través de las artes escritas y visuales en nuestra revista. Organizamos y colaboramos con organizaciones para traer diversos eventos culturales y programación como open mics y ferias de arte. Creamos vías artísticas que rompen con el uso normativo del lenguaje y que exploran el dinamismo de latinidad. MURAL busca escritores, artistas, editores, traductores, diseñadores. Escribenos a muralzine@gmail.com para obtener más información. Y por supuesto, buscamos lectores que continúen compartiendo y apoyando el trabajo de MURAL y nuestra comunidad. ¡Disfruten!
Editorial Board and Staff Editors in Chief Paula Cárcamo Regina Favela Layout Manager Tatiana Khemet Translations Manager Jasmin Pizano Treasurer Paula Cárcamo Community Coordinator Valeria Alejandra Stutz Secretary Alina Gutiérrez Staff Kent Fernandez Kristen Izquierdo Kathia Rodríguez Romina Vargas Bezzubikoff Yan Verdeja
contenido remedies & self care
In the Mood for Love Jasmin Pizano Luna
Board Remedies
Remedios de Abuelita
Untitled
Untitled
Lo Que Me Cura
The Board and Staff
Adrian Morquecho
Regina Favela
Pablo Bertoni
Ayling Dominguez
Kathia RodrĂguez
Emma Preston
Adrian Sandoval
Valeria Alejandra Stutz
Valeria Alejandra Stutz
Vueltas
Untitled
Girls, Girls, Girls
Dos Santas
Nepantla
Reminiscência
El Gran Conco
Loving Me
Untitled
Groovy 1 & 2
Angel
Faith in the Free Fall
El Que Aprende También Olvida
El Nopal
Cancer Rising
Untitled
Adrian Morquecho
Kristen Izquierdo
Jasmin Pizano Luna
Kasandra Negrete
Adrian Sandoval
Emilio Balderas
Emilio Balderas
Santiago Chaves Aguilar
Gabriel M. Barrón
Kent Fernandez
Kiana Creese
remedies &
& self care
Remedios de MURAL y Amigxs
para el ánimo charla, tejer, salir a caminar, lavanda, tomar café o mate, música, escribir, leer novelas que uno ama
para los cólicos té de orégano
para la digestión té de jengibre y miel, la hepatalgina (alcachofa), un té de boldo
para el dolor de estomago té de yerbabuena con un poco de bicarbonato, a glass of flat Coca-Cola, té de canela y miel
para el dolor de oído humo de cigarro hecho con orégano cucurucho
para la fiebre colocar rodajas delgadas de papa cruda en la frente
para los moretones mantequilla o manteca
para los nervios agua de azahar
para una quemadura ponerse un tomate abierto (para que absorba el calor), sábila para el resfrío té con limón y miel, onion and honey, raw chopped garlic, tea with bourbon para las picaduras saliva de mujer embarazada
Remedios de Abuelita Adrian Morquecho En los días felices, mi abuela y yo vivíamos encima de una botánica. Cuando regresaba de la escuela, siempre pasaba por las ventanas llenas de estatuas de dioses indígenas y cristianos y olía montones de hierbas quemadas. Al pasar de los años, yo me acostumbré al olor. Un día, cuando me estaba sintiendo enfermo, mi abuela me llevó a la botánica en vez del doctor para una limpia. Yo, ingenuo, estaba confundido y creía que me iban a bañar otras mujeres y tenía un poco de miedo. Después aprendí que una limpia no incluye jabón y agua, sino romero, albahaca, y cantos a yemanyá. “Abuela, adónde vas?” “Me voy a hacer leer mi tarot. No me voy ni a donde”, me dijo. Mientras la señora me hacía la limpia con las ramas, otra señora más joven entró por la puerta trasera con cartas especiales. Se introdujo como Sofía. Sus cartas parecían cartas de baraja, pero tenían fotos de santos y personas, no de reyes y reinas. Sofía barajeó las cartas, las puso en frente de mi abuela, y ella escogió cinco cartas. Sofía las volteó y le dijo a abuela: “Te veo un hombre alto y rico en tu futuro. El es extranjero y trabaja en Nueva York. Se divorció recientemente y está en busca de una mujer honrada como tú.” Después de que mi abuela dejara ir un suspiro, Sofía tomó la mano de mi abuela y le leyó la palma. Ella cerró sus ojos y pasó sus manos por la palma de mi abuela siete veces. Susurró: “Esta línea me dice que tienes problemas en el corazón”, dijo mientras señalaba a la parte derecha de la mano. “Tuviste un ataque?” “Sí, sí, hace años” “Es posible que te ocurra otra vez”, advirtió Sofía. La señora que me estaba pasando los ramos paró de agredirme y comenzó a hacer un canto. Ella salió por la puerta principal con un encendedor y quemó los ramos para matar la mala energía que me hizo enfermizo. Estaba tan conmocionado que ni noté que Sofía había terminado su consulta con mi abuela y me dio un escalofrío cuando mi abuela me tomó por el brazo. “Vámonos, Adriancito”.
Cuando llegamos a la casa, mi abuela trató otros de sus remedios caseros místicos. Ella pasó un huevo por su cuerpo y el mío y lo tiró en el zafacón. Me acostó en la cama y me puso chakras en mi cabeza y en mi estómago mientras recitaba un canto. Después, me pasó un coco recién comprado por la cabeza. “Adrián, vámonos, que hay que romper el coco en la calle”, me dijo. Y yo, ingenuo, le seguí, sin hacer pregunta y sin profundizar el sincretismo de mi abuela. Era normal para mí. Tenía que aceptarlo. Porque era de mi abuelita querida.
Untitled Regina Favela
Untitled Pablo Bertoni
Lo que me cura Ayling Dominguez
Vueltas Kathia Rodríguez Ya cállate. Llevo tres minutos sin audífonos. Tres minutos insoportables. Solo necesito llegar a mi cuarto sin toparme con nadie. ¿Y si no aguanto hasta entonces? He sido muy buena para esconderlo, pero últimamente me agarra desprevenida. Pero cállate pues. No soy yo quien se tiene que callar, solo es mi cabeza. Por más que me esfuerzo, no logro entender porque fregados no se calla. Habla y habla, pero solo sabe dar vueltas. Empieza con cualquier tontería. Una acción, por más cotidiana que sea, requiere tanta energía y tanto enfoque que me quedo asombrada que yo pueda vivir como gente decente. Te quisiera contar Que interesante que me pasan mil palabras y aun así no se me haga posible encontrar las adecuadas para explicar las mismas vueltas. Con una letra indescifrable comienzo a anotar todos los pensamientos que pueda reducir a palabras. El proceso y el resultado son feos e incoherentes, pero efectivos. Funciona porque me obliga a darle más lento. Esas vueltas locas se tienen que calmar un poco para poder ponerlas en papel. Nunca lo leo. Les quisiera explicar Lo que me choca más de todo es que suena melodramático y exagerado. O por lo menos a mí me parece así por tener tanta intimidad con esas vueltas. Para mí son tan naturales como el respirar. Pero no en el sentido de que produzca paz. La paz interna nunca la he conocido. No quiero ser dramática. Solo quiero explicar y no es mi culpa que aún no haya encontrado el vocabulario adecuado. Pero estoy bien. Así como siento los pensamientos más negativos con intensidad, también los sentimientos dulces los sé saborear. Quiero con el corazón abierto y con una fuerza que me deja asombrada. No logro entender cómo cabe tanto amor en este ser. Quizá por eso siento el corazón apretado. Y sigo Sigo intentando entender como esas vueltas forman parte de mi vida. Sigo explorando nuestra relación. Y lo más importante: Me quiero a mi misma, y si las vueltas son parte de mí, las aprenderé a querer.
Untitled Emma Preston
Girls, Girls, Girls Adrian Sandoval IG: @adrian.s.art
Dos Santas Patronas Valeria Alejandra Stutz Deja que la poesía y la música caribeña te llenen ese hueco reciente en tu corazón— que acompaña el de siempre, el que tienes por ser un ser finito en un universo sin cielo raso donde el ser mismo es un abismo. Esto te dice Frida, llevándote de la mano al altar de Guadalupe, quien te cubre con una manta estrellada de color carmesí, como lapachos jujeños, y a la vez, azulada como un mediterráneo pintado con óleos. La tela tiene la textura de una Nepantla prestada, transformada —en el consuelo del cuero trabajado de un amado par de zapatos, en la belleza del rosario de telas salteñas que cuelga en tu cuarto, bendiciendote cada vez que salís al mundo. Celia también te busca y te recuerda de rezar. Su tierra, protegida por el esmero de la Virgen de Caridad, te canta: eres miel y néctar, oro estrecho y sólido, agua ardiente y dulce.
Vos misma, aliviada y envuelta en los versos de los idiomas romances que has heredado, te acordás que la tristeza no te come. Te visita— capaz profundizando tus ojos y el laberinto en tu espírito— pero finalmente parte, dejando que tu ser baile de nuevo. Y bailarás.
reminiscência Adrian Morquecho era un día cálido de septiembre en el año 2008. aún no había comenzado la escuela y tenía el privilegio de dormir largas horas sin interrupciones. me salí de mi cuarto para cambiar mis alrededores, me senté cerca de la ventana en la sala que tiene una vista de la calle yenxerguei afuera. ya que eran las seis p.m., el sol estaba alto en el cielo y los rayos parecían quemarme la piel. me gustaba esa sensación. me hacía sueñito. mi madre estaba sentada en el otro lado de la sala, calmadamente leyendo El Diario entre sorbos de agua fría. sin tener que verla, sabía que no lo estaba leyendo para informarse, sino para pasar el tiempo. después de voltear la página, ella se reclinó en la silla y se abanicó con el periódico. mi hermana estaba en la cocina, bailando al ritmo de música imaginaria. mi abuela estaba en el cuarto, durmiendo pausadamente porque sufre de los pulmones. todos haciendo absolutamente nada, porque en el calor de ese día no se podía. mi madre paró de abanicarse con el periódico e hizo un sonido agudo con el vaso de agua. me volteé y ella me señaló que le trajera sus medicinas. me paré lentamente, letárgico de coger tanto sol. las medicinas estaban en un estante de madera, al lado de vivaporú, los paquetitos de manzanilla, el rompepecho, y las ramas de romero. entre las estatuas de Jesús y María de mi abuela estaban los múltiples frascos de medicina que tomaba mi madre. haloperidol, aripiprazole, quetiapine fumarate, atorvastatin, metformin eran algunos de los nombres que veía rutinariamente cuando le traía pastillas a mi madre. como yo era niño, no cuestionaba nada: ni porque mi madre tomaba tantas medicinas ni cómo se pronunciaban los nombres. le pasé seis pastillas a mi madre. ella extendió la mano y se las dejé en el centro. ella se las tomó todas de una sola, pasándolas con un sorbo de agua helada. no le presté mucha atención, porque pasó tan rápido y era tan rutinario que no me molestaba. yo regresé a mi asiento. los rayos de nuevo me cubrían el cuerpo en su calor. no pasó mucho tiempo hasta que me durmiera en la silla con el pescuezo hacia atrás. antes de cerrar los ojos, oí un sonido que venía del cuarto de la abuela, pero no le presté atención. probablemente se despertó para tomar sus medicinas.
El Gran Conco Kristen Izquierdo
Untitled Kasandra Negrete I love my brown face Ain’t gotta explain the case as to why Our brown bodies in this place Cause we are here to stay Caso cerrado Pero You pray to a white face In hopes to obtain your rightful breath in this space So I pray in your name to Love your brown face
Groovy 1 Adrian Sandoval IG: @adrian.s.art
Groovy 2 Adrian Sandoval IG: @adrian.s.art
Angel Emilio Balderas
Faith in the Free Fall Emilio Balderas
El que aprende también olvida Santiago Chaves Aguilar Él aprendió a leer y a sumar, a sentir, hablar y argumentar. Y le explicaron cómo se piensa, y le explicaron qué es importante. Memorizó con toda destreza que uno debe salir adelante. Aprendió el valor del capital, entendió que no era inmortal, que para vivir, hay que matar. “Uno hace lo que debe hacer, si quiere ser alguien en la vida no puede ser débil y ceder”. Aunque el que aprende también olvida. De modo que en busca de la gloria decidió borrar de su memoria todo rastro de debilidad. Memorias, de su tierra natal. El olor de la tierra mojada, y el viento contra su piel sudada tras correr por horas sin parar Y decidió también olvidar los labios que besó. Su textura. Como se movían al decir “Sí, hoy nos invade la amargura, mas para aprender hay que partir. Yo aquí espero. Como siempre, tuya.”
El Nopal Gabriel M. Barrรณn
Cancer Rising Kent Fernandez *Being grilled at therapy be like... I’m a little potted plant in the corner of a room, lying on a sill taking in the shining noon. I just began to sprout, but I’ve got plans to bloom. Be gentle with the ways in which you tend to and groom me, for I am easily damaged, even words might consume me. Please do not fret the misfortunes prone to this little seed, for whispered love incites my passion to heal when I bleed. For life and love slowly spiral upward seeking to capture the morning’s dew, My sun salutation reaching upward joining all the others’ hopes and dreams that seek to blossom and inspire passing lovers. Such that I too through damage was uprooted and found a home, in the corner of a room, sun shining noon, their love became my own. Once cast out and immersed in doubt, time can heal my wounds.
Untitled Kiana Creese
agradecimientos
thank you, to the the Center for Identity + Inclusion, the Center for Latin American Studies, the Katz Center for Mexican Studies, the Organization of Latin American Students, and the Romance Languages and Literatures Department for supporting and believing in this publication to the editorial board for the hard work, enthusiasm, and commitment and to you, for reading!
Interested in getting involved? EscrĂbenos a muralzine@gmail.com Spring 2018 meetings: Wednesdays 6:00PM Harper 135